Nuestras 10 verdades incómodas

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60 www.revistamyt.com ABRIL 2014 M&T Report Antes de pensar en economías verdes para Centroamérica, hay 10 hechos categóricos por comprender. Mercados & Tendencias hizo las mismas preguntas a seis especialistas de distintos continentes. Estas fueron sus conclusiones. JUAN MANUEL FERNÁNDEZ periodista E n el 2012, México promulgó un impuesto al carbono, con el ob- jetivo de reducir en un 35% las emisiones de gases de efecto inverna- dero para el año 2024, un 40% para el 2030 y un 50% para el 2050. Según el registro de Naciones Uni- das, el total de las nuevas inversiones financieras de México en materia de energía limpia para el año 2012 alcan- zó los US$1900 millones, casi el 600% respecto al año anterior. Esto también genera una proyec- ción positiva en el mercado de ener- gía renovable. En ese país aumentará aproximadamente en US$27 000 mi- llones para el año 2020, como resul- tado de la reforma, 12 veces mayor que el resultado del año pasado, según datos de la Organización para la Coo- peración y el Desarrollo Económicos (OCDE). Al ser un ejemplo latinoamericano, se plantea la pregunta: ¿puede Centro- américa aspirar a concretar su transi- ción a economías bajas en carbono? Mercados & Tendencias tuvo seis conversaciones con especialistas de diferentes partes del mundo, específi- camente sobre cómo esta región con bajos ingresos, pero rica en recursos naturales, puede aspirar a ser econo- mía verde. Hubo 10 conclusiones que, en palabras de los voceros, hay que reconocer antes de dar el paso por completo. Nuestro panel de lujo lo conforma- ron, desde Nueva York, Christiana Fi- gueres, secretaria ejecutiva de la Con- vención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC); Lawrence Pratt, director del Centro La- tinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) de Incae Business School; desde Austria, el especialista en economía sostenible y alternativas para los mercados finan- cieros, Christian Felber, impulsor del modelo de la economía del bien común; desde París, sede de la OCDE, Nathalie Girouard, coordinadora para la estra- tegia de crecimiento verde, y Justine Garret, analista en crecimiento verde y política de desarrollo sostenible; y Rol- dan Muradian, Ph.D. en Economía Eco- lógica y catedrático en la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro, Brasil. A continuación, las conclusiones: 1. Centroamérica enfrenta encrucijada sobre sus necesidades de energía La demanda de energía sigue au- mentando en la región. Christiana Fi- gueres, apoyada en datos del Instituto World Watch, explica la encrucijada. 10 Nuestras verdades incómodas

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Antes de pensar en economías verdes para Centroamérica, hay 10 hechos categóricos por comprender. Expertos de 3 continentes responden. Acá entrevisté a Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC); Lawrence Pratt, director del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) de Incae Business School; desde Austria, el especialista en economía sostenible y alternativas para los mercados financieros, Christian Felber, impulsor del modelo de la economía del bien común; desde París, sede de la OCDE, Nathalie Girouard, coordinadora para la estrategia de crecimiento verde, y Justine Garret, analista en crecimiento verde y política de desarrollo sostenible; y Roldan Muradian, Ph.D. en Economía Ecológica y catedrático en la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro, Brasil

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Antes de pensar en economías verdes para Centroamérica, hay 10 hechos categóricos por comprender. Mercados & Tendencias hizo las mismas preguntas a seis especialistas de distintos continentes. Estas fueron sus conclusiones. Juan Manuel Fernándezperiodista

En el 2012, México promulgó un impuesto al carbono, con el ob-jetivo de reducir en un 35% las

emisiones de gases de efecto inverna-dero para el año 2024, un 40% para el 2030 y un 50% para el 2050.

Según el registro de Naciones Uni-das, el total de las nuevas inversiones financieras de México en materia de energía limpia para el año 2012 alcan-zó los US$1900 millones, casi el 600% respecto al año anterior.

Esto también genera una proyec-ción positiva en el mercado de ener-gía renovable. En ese país aumentará aproximadamente en US$27 000 mi-llones para el año 2020, como resul-tado de la reforma, 12 veces mayor que el resultado del año pasado, según datos de la Organización para la Coo-peración y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Al ser un ejemplo latinoamericano, se plantea la pregunta: ¿puede Centro-américa aspirar a concretar su transi-ción a economías bajas en carbono?

Mercados & Tendencias tuvo seis conversaciones con especialistas de diferentes partes del mundo, específi-camente sobre cómo esta región con bajos ingresos, pero rica en recursos naturales, puede aspirar a ser econo-mía verde. Hubo 10 conclusiones que, en palabras de los voceros, hay que reconocer antes de dar el paso por completo.

Nuestro panel de lujo lo conforma-ron, desde Nueva York, Christiana Fi-gueres, secretaria ejecutiva de la Con-vención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC); Lawrence Pratt, director del Centro La-tinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) de

Incae Business School; desde Austria, el especialista en economía sostenible y alternativas para los mercados finan-cieros, Christian Felber, impulsor del modelo de la economía del bien común; desde París, sede de la OCDE, Nathalie Girouard, coordinadora para la estra-tegia de crecimiento verde, y Justine Garret, analista en crecimiento verde y política de desarrollo sostenible; y Rol-dan Muradian, Ph.D. en Economía Eco-lógica y catedrático en la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro, Brasil. A continuación, las conclusiones:

1. Centroamérica enfrenta encrucijada sobre sus necesidades de energía

La demanda de energía sigue au-mentando en la región. Christiana Fi-gueres, apoyada en datos del Instituto World Watch, explica la encrucijada.

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“Una transición hacia una economía baja en carbono habla de desafíos clave para América Central como la

lucha contra la deforestación y revertir las tasas de pérdida de la biodiversidad”.

CHRISTIANA FIGUERES. Secretaria ejecutiva. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)

Por un lado, los países centroameri-canos tienen hasta tres veces la ra-diación solar que el actual líder mun-dial en energía solar: Alemania. Por otro, el aceite y demás derivados del petróleo representan la mayor fuen-te de uso final de energía en América Central: el 45% del consumo de ener-gía primaria.

“A nivel mundial, invirtiendo cer-ca de 1 y 4% del PIB cada año en la eficiencia energética, las energías re-novables podrían, según el Programa

Ambiental de la ONU, reducir la de-manda mundial de energía primaria en un 9% en el 2020, y en un 40% en el 2050”, indica la diplomática.

Y es que las necesidades ener-géticas son crecientes, porque las aspiraciones de la población centro-americana también van en aumento. Lawrence Pratt, del Incae, argumen-ta que desde el 2010, la inversión total global en energías renovables superó la inversión en energía con-vencional.

2.Se trata de qué quieren los ciudadanos, no el Gobierno

¿Son los Gobiernos los que deben producir la transformación final? “La idea de que el Gobierno decide y todos los demás lo siguen es una idea colonial,

El Proyecto Saneamiento de la Ciudad y la Bahía de Panamá representa la principal iniciativa de

inversión en materia de salud ambiental en ese país. Foto: Cortesía P. S. C. y Bahía de Panamá

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no es moderna. Tenemos un problema de inercia, un objeto parado esperando que una fuerza lo mueva. Hay que lo-grar una visión clara de lo que quiere el país, no el Gobierno, qué quieren los ciu-dadanos en transporte, qué quieren las empresas, qué es lo que le conviene al país, qué está pasando en otros países”, reclama Pratt.

El economista austriaco Christian Felber ejemplifica lo que implementaron en ese país europeo: “Uno de los ins-trumentos concretos que hemos desa-rrollado es el de las asambleas econó-micas y monetarias locales: en ellas, el pueblo soberano redefine los objetivos y principios de un sector importante que a continuación será votado por toda la po-blación. El resultado será una parte eco-nómica de la constitución democrática”.

3.La transición ya comenzó, pero el cambio no ocurre en una noche

Primera verdad: la transición hacia una economía verde ya comenzó. Se-gunda verdad: no es un proceso sencillo ni rápido. Para las voceras de la OCDE, las economías no se harán sostenibles de un día para otro, ya que “implica la in-corporación del medioambiente en todos los aspectos de los procesos de planifi-cación y presupuestos nacionales”.

Pero Figueres, desde la ONU, insiste en que una transición hacia una econo-mía de baja emisión de carbono no es un objetivo lejano, y asegura que hay países en la región que ya se han embarcado en una transición, al menos en algunos sectores. “Actualmente hay más de 100 proyectos registrados en América Cen-tral, que representan casi 9 millones de toneladas de CO2 evitadas y atrayendo la inversión extranjera y nuevos puestos de trabajo para la región. En el Proyecto Eó-lico Cerro de Hula, en Honduras, se insta-larán más de 50 turbinas de viento para suministrar energía renovable a la red eléctrica, la cual se estima que reducirá las emisiones por un cuarto de millón de toneladas al año y generará más de 500 puestos de trabajo locales”, informa.

4.La economía entera debe ser más eficiente

No es cierto que la región dé la espalda al tema ambiental. De hecho, Pratt confirma que “todos los países de la región tienen políticas claras en energía renovable. Los países quieren aprovechar la energía renovable local para reducir vulnerabilidad a cambio de precios de petróleo (…) Esto no trae costos tan altos, comparado con los riesgos de la energía fósil”. Pero es

un proceso conjunto. Según la OCDE, para llegar a esta urgente transición “se requerirá una atención especial a la infraestructura de red, como las re-des eléctricas y las redes de transporte que permiten en lugar de limitaciones, transformación económica, y evitar el bloqueo en los activos de larga vida de capital”.

Felber, desde Austria, propone que “si se invirtiese el mismo dinero en estructuras sostenibles —desde la agricultura, pasando por la vivienda, las industrias y hasta la movilidad— no so-lamente se van a crear más puestos de trabajo localmente y más riqueza, sino que también se trataría de un desarrollo sostenible dentro del marco de lo que el planeta nos ofrece”.

5.Es en la implementa-ción en lo que no nos ponemos de acuerdo

Hay un consenso sobre la necesidad de incorporar el desarrollo sostenible de manera permanente. El problema es el “cómo”.

La OCDE recomienda que “se re-quieren medidas de acompañamiento cuidadosas para ayudar con la resis-tencia a la dirección y el manejo de la oposición de los grupos de presión que se verán afectados por la introducción

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“La idea de que el Gobierno decide y todos los demás lo siguen es una idea colonial, no es moderna. Trabajar en una visión por sector, eso es lo moderno”.LAWRENCE PRATT. Director del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS). Incae Business School

“Se requerirá atención especial a la infraestructura de red, como las redes eléctricas y las redes de

transporte que permiten en lugar de limitaciones, una transformación económica”.

NATHALIE GIROUARD. Coordinadora para la estrategia de crecimiento verde de la Organización para la

Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

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de medidas ecológicas”. Esto porque, como lo argumenta Pratt, ya no es por un tema de voluntad política, sino de intereses sectoriales que ponen resis-tencia. “Muchos que hablan de econo-mía verde quieren ver grandes acuer-dos y política valiente, pero la realidad es más confusa. El marco general no preocupa, es la implementación, y eso no requiere necesariamente entrar a una confrontación”, confiesa. “La im-plementación de la política debe darse de una manera gradual y comunicar claramente los beneficios de la re-forma y los costos de la inacción, que también son cruciales para conseguir apoyo para la ejecución”, recomienda la OCDE.

6. No es posible abandonar el petróleo

El análisis arroja que abandonar el petróleo parece ser una ecuación inexistente, anacrónica. El transporte seguirá dependiendo del combustible fósil en nuestro contexto. “Sin embar-go, le conviene a todos los países de la región reducir su factura petrolera. Esto mejoraría la balanza de pagos, reduciría la contaminación y disminuiría la de-pendencia financiera y política que te-

nemos con los países exportadores de petróleo”, comenta el director del Cen-tro Latinoamericano de Competitividad.

Los números que aporta Figueres ilustran el panorama: “Nicaragua está gastando hasta un 14% de su PIB en importaciones de petróleo, seguido por Honduras y Belice, con hasta un 10%. El Salvador solo proporciona un estimado de US$420 millones al año en subsi-dios a la energía para la electricidad, la gasolina, el propano y el transporte pú-blico, lo que representa casi el 14% de la renta nacional”.

Pero el profesor Roldan Muradian aduce que las alternativas no vendrán de los países productores, sino de los consumidores.

Lo cierto es que el petróleo se segui-rá encareciendo y no se ve un escenario cercano de dilapidar la dependencia de Centroamérica como región importadora de ese mineral.

7. Buscar modelos de ne-gocio viables: responsa-bilidad de las empresas

Otra conclusión categórica es que alcanzar la meta de enverdecer la eco-nomía requerirá de mayores niveles de inversión del sector privado, en indus-trias como la generación de electricidad,

el turismo y el transporte sostenible, su-giere la OCDE.

Entonces la empresa privada debe orientar sus modelos de negocio hacia una dirección más sostenible. “La fron-tera interesante es ver cuáles de nues-tros países lograrán establecerse como plataforma para atraer inversión extran-jera directa orientada específicamente a la producción de productos más verdes”, arguye Pratt.

8.Pero los gobiernos tam-bién deben enviar seña-les políticas firmes

Así como la empresa privada asume su rol en esta transformación, a los Go-biernos les corresponde “entender las tendencias y asegurar que las reglas per-mitan a negocios más verdes competir en condiciones iguales”, señala Pratt.

“Para aumentar la inversión del sec-tor privado, los gobiernos deben enviar señales políticas fuertes e inequívocas al sector privado, sobre la necesidad de te-ner una economía verde. Esto se logra a través de los precios del carbono, la elimi-nación de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles y la implementación de una adecuada y sostenida política que respalde los precios, como por ejemplo, el apoyo a I+D básico para aprovechar la in-

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“No habrá una transición para abandonar el petróleo a menos que haya una revolución tecnológica para la producción de energías limpias”.ROLDAN MURADIANPh.D. en Economía Ecológica, Profesor en la Universidad Federal Rural de Río de Janeiro, Brasil

“Destinamos billones de euros de los contribuyentes para salvar a bancos, mientras que para la sanidad,

el desarrollo humano o la transformación ecológica de la producción faltan los recursos”.

CHRISTIAN FELBEREconomista y sociólogo austriaco Impulsor del modelo de la economía del bien común (Gemeinwohl-Ökonomie)

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novación verde dirigida”, declaran desde París las voceras de la OCDE.

Pero Figueres, con numerosas con-venciones de cambio climático a cuestas (mejor conocidas como COP), insiste en que “ningún Gobierno, empresa o grupo de la sociedad civil puede efectuar un cambio de este tipo de forma aislada. El Gobierno debe establecer las políticas y los incen-tivos que abren las puertas para que los sectores tengan confianza en el cambio”.

9. No es solo inversión y tecnologíaMuradian va más allá de lo

que está ante los ojos: la necesidad de fondos y tecnificación. “Las tecnologías más limpias pueden facilitar la transi-ción, pero esencialmente esa transición no la veo como un problema financiero o estrictamente tecnológico. La transición es un asunto de cambios en los valores sociales. Los recursos financieros están asignados siguiendo un sistema de valo-res compartidos y de distribución de la renta y el poder”. Su visión es que los valores que definen los modelos eco-nómicos deben reenfocarse, mientras se invierte en hacer la estructura más eficiente.

10 No hacer la transición castiga a la economía misma

“No alcanzar una economía verde es una deficiencia horrible: encarece los productos y castiga a los consumidores regionales”, critica Pratt.

Uno de los pendientes de la región que ilustran esta realidad es el tema del transporte. Las unidades de transporte público —añade— son antiguas. Las es-

“La promoción de una transición hacia un crecimiento verde no se trata de buscar algún resultado predeterminado. Más bien se trata de satisfacer las necesidades energéticas que exigen las crecientes aspiraciones de la población”. JUSTINE GARRETAnalista en crecimiento verde y política de desarrollo sostenible. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)

tructuras de impuestos no favorecen la importación de mejores unidades. La in-fraestructura está en malas condiciones. No hay combustibles alternativos para el transporte, ni mecanismos como el fe-rrocarril o el cabotaje marítimo. Estos son los castigos a enumerar.

Pero los retornos también saltan a la vista. Por ejemplo, virando a la refo-restación, según Figueres, los Gobiernos estiman que reducir a la mitad las tasas

de deforestación a nivel mundial puede ahorrar alrededor de US$40 000 millo-nes; y la reforestación y la restauración de solo 15% de las tierras degradadas puede generar retornos en términos de servicios de los ecosistemas de unos US$80 000 millones.

Con este panorama, no resultaría conveniente mantener esquemas inefi-cientes en áreas como deforestación, transporte e incluso desechos sólidos.

n Torben Pedersen, jefe de Pensiones Dinamarca, proyecta invertir los fondos en energías renovables, como la eólica, en Europa y América del Norte, para com-pensar con eficacia las emisiones de las necesidades energéticas. En asociación con el Gobierno de Dinamarca, el fondo de pensiones está ahora buscando inver-siones similares en los países en desarrollo.

n Países como la República Checa, Dinamarca, Alemania, Corea, los Países Bajos y la República Eslovaca ya han aplicado y se ajustan al marco de medición e indicadores de crecimiento verde de la OCDE a sus contextos nacionales.

n Colombia ha venido desarrollando una estrategia de desarrollo bajo en carbo-no para promover el crecimiento en los sectores asociados a las emisiones de GEI.

n Costa Rica ha implementado políticas de apoyo a las inversiones de bajo carbo-no, incluyendo promover una mayor inversión en capacidad de energía renova-ble, la neutralidad de carbono y la certificación de la sostenibilidad en el sector turístico.

n Ghana eliminó las subvenciones a la exploración y el consumo de combustibles fósiles, redistribuyendo el dinero en áreas como la energía limpia, la educación y la salud.

FUENTE: CMNUCC, OCDE

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