Nuñez de Prado por Pierre Molla

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Núñez de Prado y Aguilar nació enMontilla en la provincia de Córdoba

el 11 de marzo de 1874 y falleció misteriosamente el 6 de octubre de 1915 enBarcelona. Este poeta, escritor, traductor, ensayista, periodista, letrista…siguesiendo hoy día un hombre bastante desconocido. Rescaté sus poemas, su prosa ymuchos artículos sueltos publicados en prensas de la época con el fin de recopilarsu obra que publicaré junto con mi tesis doctoral sobre su vida y su producciónliteraria.

Aunque haya tocado a casí todos los géneros literarios, el autor que nos interesafue antes que todo un poeta. Inspirándose fuertemente de los románticos franceses,cultivó como ellos una vida disuelta; esta bohemia del «poeta maldito» que noencuentra su sitio, esta vida de hombre que lucha por la existencia y por sentirselibre. Su pluma cambiante no cesa de escribir la tristeza la más profunda, la fealdad,la injusticia, la crueldad y la muerte así como la belleza, la fe y el amor. Sin embargoel joven poeta se sentía débil, sufría y se ahogaba en una sociedad oligárquica,injusta, que aprisionaba sus sueños de igualdad, de libertad poética y su deseo deun mejor reconocimiento literario. Sus versos traducen la tragedia, el sufrimiento,las angustias, la pena, el pesimismo constante, la fatalidad y una fuerte tendenciahacia la «negrura»; esta especie de «spleen» de Baudelaire, con más «profundidad»,

GuillermoNúñez de Prado,el cante jondo y Federico García Lorca

Pierre Molla / Universidad París 8

Guillermo

Su pluma cambiante no cesa de escribir la tristeza la másprofunda, la fealdad, la injusticia, la crueldad y la muerte así

como la belleza, la fe y el amor

cultura

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más «jondura» expresada por el cante jondo donde elángel y la musa de los poetas líricos desaparecen frenteal drama todo poderoso que deja las riendas sueltas alos caprichos del «duende negro». Estas son lasprimeras impresiones que nos dejan los versos deljóven poeta de Montilla injustamente desconocido:Guillermo Núñez de Prado.

Su contemporáneo amigo Ricardo de Montis,escritor, periodista y cronista de Córdoba nos ofreceuna preciosa semblanza de Guillermo Núñez de Prado:

Fue el último escritor bohemio de Córdoba.Un hombre original que daba terribles zarpadascon la pluma, que se revolvía en sus versoscontra todo lo existente y no podía presenciaruna escena sentimental ni oir un relato tristesin que sus ojos se inundasen de lágrimas.Poseía un alma grande, una inteligenciaprivilegiada y una voluntad férrea encerradasen un cuerpo enclenque, enfermizo; en unarmazón de huesos, al que tenía en movi-miento contínuo, en agitación perpetua, unmanojo de nervios indomables.Los infortunios, que le persiguieron desde laniñez, que acibararon su existencia, llena dedolores, de privaciones y de sacrificios,producíanle muchas veces la desesperación,el abatimiento, la rabia, el excepticismo querevelaba en sus versos, los cuales fueronsiempre un reflejo fiel del estado de sucorazón, pero la más ligera brisa de consueloo de esperanza, una mirada o una sonrisa delídolo de sus amores, bastaban para disipar lasnegras nubes que le envolvieran durantealgunos momentos, para ahuyentar de su ladolos pesimismos, y el resplandor de la alegríailuminaba su rostro, aquel rostro demacradoy de pómulos hundidos; reaparecía el brilloen sus ojos; la risa en su boca desdentada,donde vagaba de ordinario una mueca dedolor, y entonces ya no era su pluma látigode negrero sino surtidor de flores; de sus labios

no brotaban injurias ni blasfemias sino idiliosy madrigales.Así se explica la diferencia notable que habíaentre las diversas composiciones de Núñezde Prado, diferencia tal que nadie hubieracreído que pertenecían a un mismo autor; porejemplo, las recopiladas en el libro tituladoBronces y el poema Adela.El último literato cordobés bohemio empezóa escribir cuando contaba muy pocos años,haciendo alarde, como todo el que principia,de extraordinaria fecundidad. Tenía inundadasde versos las redacciones de los periódicos;de versos incorrectos en su mayoría, muchosde ellos impublicables, pero todos vibrantes,sonoros, llenos de imágenes atrevidas,rebosantes de pasión.Guillermo Núñez de Prado buscaba en lapoesía el consuelo a sus desventuras, las alasque le elevasen a regiones libres de lasmiserias humanas.Este hombre original compraba la felicidad,una felicidad pasajera, efímera, con muy pocodinero, con el suficiente para tomar variastazas de café y fumar un cigarro puro de losmás modestos.Cuando podía permitirse estos lujos, que noera a diario, veíasele horas y horas en unrincón del antiguo Café Suizo, saboreando subebida predilecta y emborronando cuartillas,de las que sólo levantaba la vista para seguircon ella la espiral del humo del cigarro.Entonces Núñez de Prado se considerabacompletamente dichoso y su musa no rugíacomo las olas del mar embravecido, sino su-surraba como las mansas y cristalinas aguasdel arroyo. Era cuando producía sus cancionesamorosas, sus guajiras llenas de sabor cubano,sus versos eróticos.No menos venturoso que en los ratos quepasaba en el café, consagrado a rendir culto a

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su verdadero ídolo, la poesía, sentíase cuan-do, en unión de varios camaradas y amigos,congregados en un pequeño cuarto de unataberna, presa de la excitación que el alcoholproduce, declamaba versos con entonacióndramática, acompañada de una mímica tanexpresiva como original.Entonces no decía sus madrigales ni susidilios; sólo recitaba composiciones de las queescribía en las horas de desesperación,composiciones de aquellas cuyos versos erantrallazos con los que pretendía levantarverdugones a toda la humanidad.Y al mismo tiempo que de sus labios exangüesbrotaban las estrofas, sus dedos largos y finoscomo sarmientos retorcíanse a manera desierpes ansiosos de enroscarse al cuello de losmiserables para estrangularlos.¡Eso sí que es valiente!, exclamaba su auditoriocuando el poeta concluía de declamar una desus obras, y tal calificativo le producía unasatisfacción más profunda que los mayoreselogios y los aplausos más entusiastas.Guillermo Núñez de Prado hallóse un día faltopor completo de recursos en Córdoba y tuvoque abandonarnos para buscar, lejos de aquí,medios de subsistencia.Marchó a Barcelona y en la ciudad condaldedicóse al periodismo primero, a escribir ytraducir novelas para una casa editorialdespués, logrando de este modo, merced a unalabor ímproba, a un trabajo rudo, vivirmodestamente, ahuyentar de su lado elespectro de la miseria.En la capital de Cataluña formó su hogar ydesde entonces sus versos no fueron yarugidos ni zarpadas de fiera, sino arrullos depaloma, cantos de amor a la esposa y a loshijos idolatrados.

Cuando logró reunir unas pesetas, efectuó unviaje a Montilla, su pueblo natal, paradescansar en él una temporada.Supo que en Córdoba actuaba la compañíade la eminente actriz María Guerrero y,siempre enamorado del arte, vino a verla.Motivos inesperados impidiéronle realizar supropósito, encaminóse en nuestra busca yjuntos pasamos muchas horas, recordandotiempos antiguos, compañeros y amigos queya no existían, travesuras de la juventud;recitando versos valientes de los que entusias-maban a Núñez de Prado.La tuberculosis que, desde hacía muchos años,minaba su organismo, había hecho en élgrandes estragos.Estoy muy enfermo -nos decía el pobreescritor- y no quisiera morirme lejos de mitierra. Búscame una colocación aquí, puesestoy seguro de que los aires de Córdobarestañarán las heridas de mis pulmones.Ofrecímosle realizar gestiones para satisfa-cer su deseo, nos despedimos con un abrazoy allá marchó a la gran urbe catalana paraseguir la lucha por la existencia, esperanzadoen poder trasladar el nido de sus amores de laciudad de las fábricas a la ciudad de laMezquita.No hemos vuelto a saber del último bohemiode la literatura cordobesa.Hace algún tiempo vimos la esquela mortuoriade su padre en los periódicos de la localidad y,al leerla, advertimos con profundo dolor que,en la relación de sus hijos, faltaba el nombrede Guillermo. ¡Había muerto también!Una lágrima rodó por nuestras mejillas ymentalmente elevamos al Cielo una oraciónpor el alma del desventurado amigo.

Junio, 1920. [1]

[1] Ricardo de Montis Romero, Notas cordobesas (Recuerdo del pasado), Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y caja deahorros de Córdoba, 1989, tomo V, p 177 – 181.

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Guillermo Belmonte Müller, en el prólogo de laobra de Núnez de Prado titulada Nebulosas, nos haceun interesante retrato del poeta:

La escuela lírica cordobesa, tan sonora yabundante como nuestro río, y tan florida yolorosa como nuestros campos, no puede enrealidad contar a aquel más que entre los hijospródigos de la paterna musa, y sin abrigar laesperanza de verlo regresar arrepentido a susantiguos lares. Es un cometa que describe unaeclipse excéntrica fuera del sistema poético-planetario que gira en esta comarca. El jugonectáreo de las famosas vides con que supatria se enorgullece, no se ha mezclado ensus venas para inspirarse los brindis afro-díticos de Anacreonte, ni las odas epicúreasde Horacio: es un manantial ferruginoso queha enriquecido los glóbulos de su sangre paraconseguir que las estrofas en que canta lasmiserias de la vida, salgan de sus labios a todaspartes candentes y vibradoras. Gladiador delarte, acude a los sitios en que el hombre o lanaturaleza le ofrecen un circo donde luchar.Busca en la vida la violencia de los contrastes;sondea el alma anegarse en sus tribulacionesy penetra la sociedad para ver de cerca susmonstruosidades. La injusticia que reina enel orden físico y moral ha dejado una levadurade rebelión en su espíritu que parece haberrecibido un soplo de Baudelaire, aspirando elperfume de sus Flores del mal, de Richepin,saturándose en sus Blasfemias y de Rollinatagitándose con sus Neurosis. Flagela al mundocomo si se constituyera en vengador de agenosagravios y desprecia o fustiga a la sociedadque se rie de sus ensueños o de sus dolores,pareciéndose bajo tal aspecto a Enrique Redel,si bien este poeta busca en sus cuadros,tomados de la realidad, tintas menos siniestras

y se enamora más de los detalles exteriorescon que los adorna. Entusiasta de aquellosautores que hacen vibrar intensamente lascuerdas del corazón, siente con su lecturaagitarse todas las fibras de su ser y producirsechoques luminosos en su cerebro, generadoresde ideas calenturientas: yo le he visto más deuna vez entregarse a una admiración febriloyendo algunas de mis traducciones deMusset, Vigny, Coppée, Hugo, Lamartine yotros líricos franceses que figuran en laconstelación de los inmortales.(…)Para entonces y cuando su inspiración brillecomo un sol sin nubes en el cenit, podrápedirsele que busque asuntos más ideales parasus composiciones, que sus ayes los conviertaen himnos y sus maldiciones en plegarias yque se remonte como el cisne, sin habermanchado sus alas, desde el cieno delestanque hasta el azul del infinito. [2]Desde 1895, Guillermo Núñez de Prado escribió

en la prensa cordobesa. Su particular estilo hacía queel poeta se destacara de sus colaboradores. En efecto,Núnez de Prado tenía un gran dominio de lamusicalidad y su poesía traduce siempre un intensosentimiento. Cultivó la poesía erudita ya que respetabaestrictas reglas métricas, sin embargo no pudo alejarsede lo que representaba para él la esencia de la poesía:el espíritu del pueblo andaluz. Lo que Miguel deUnamuno llamó el «volkgeist» con sus encantos, suscostumbres, su folklore y su flamenco. A propósitodel pueblo, Núñez de Prado decía:

Ahí teneis al pueblo genuinamente español:si le preguntáis por el ayer, no se acuerda; sitratáis de hacerle pensar en el mañana,perderéis el tiempo en balde…[3]La afición natural del poeta hacia el pueblo, su

condición social de poeta no reconocido por el mundoliterario y el apartamiento de su familia de adinerados

[2] Núñez de Prado, Guillermo, Nebulosas, Córdoba, 1898, Imprenta del «Diario de Córdoba», p 15-16.[3] Núñez de Prado, Guillermo, Bronce, Córdoba, Imp «La Verdad», 1896, p 27.

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militares sirvieron de terreno favorable a lo que iba aser la temática favorita de Núñez de Prado:�la defensade los pobres. El arte popular lo atraía y pronto seenamoró del cante jondo. En muchos periódicos pu-blicó cantares suyos que pronto se hicieron popula-res, anónimos, inmortales.

En un artículo de El Diario de Córdoba del 12 dejulio de 1896, Francisco de P. González y Saenz -enel momento de la publicación de Adela, el primerpoema de Núñez de Prado- subrayó el hecho de queel poeta era un «rebelde» y le calificaba de «poetatriste» es decir de poeta ya inmerso en el universoflamenco, triste por antonomasia:

Si se apega algo más a las producciones denuestros clásicos, que entiendo no frecuentamucho, quedarán corregidos esos lunarillosque llevamos apuntados,pues educado sugusto literario, refrenaría sin duda lasimpetuosidades de su viva imaginación. (…)¡Lástima grande que joven de especialesaptitudes para la metrificación y de ricafantasía no aplique los tesoros de su inteli-gencia a los dulces y tiernos encantos que nosofrece la familia, la amistad y la sociedad!No es todo tétrico en la vida, amigo Núñezde Prado.Merece ser leído el poema Adela queindudablemente atesora grandes pensa-mientos, y es un poema que el que lo leyereno puede por menos de exclamar:¡Su autor es un poeta… aunque triste!Seguramente halló privaciones, amistadesengañosas y frecuentes decepciones…Bajo esta impresión psíquica y real debe vivirNúñez de Prado.�¿Cómo explicar de otromodo que cada canto que escribe, cadacanción, estrofa o verso que traslada al papelno destile mas que penas y censuras para elodio, sacrilegio, la impureza y la deslealtad�?

Nadie dice al leer a Núñez de Prado que es unjóven que apenas cuenta veinte años; todo elque no lo conoce lo toma por el ser másdesgraciado del Universo, que en su larga vidano ha encontrado mas que mujeres encena-gadas en el vicio que las ha vuelto tísicas,esposas infieles, madres desalmadas, amigossatánicos, hermanos caínes.En 1896, Núñez de Prado publicó Bronce [4] un

libro de poemas y artículos. En el prólogo de Bronce,Núñez de Prado expresó todas sus dificultades queexperimentaba en el mundillo literario. Ya subrayabael hecho de que su producción literaria era el resultadode su sufrimiento personal:

Yo, que no he dado un solo paso en mi carrerade artista, sin sentir clavarse en mis flageladascarnes las mil espinas de que está erizada lasenda que siguen los que merecen estenombre, (…) hago un nuevo libro, en el que,como en todos mis escritos, se halle impresala expresión ingénua de un corazón que siente,de una imaginación que sueña, de un almaansiosa de bañarse en la luz que se desprendede todo lo que es grande, puro, elevado ysublime, (…)Cada gota de la tinta que me ha servido paraescribirlo, es una partícula de mi ser; cadaplumada que he trazado, un paso más que doyen dirección al mas allá; cada pensamientoque en el papel he vertido, un grito de mialma…[5]Para Núñez de Prado, la desdicha era el motor de

la creación artística. Ilustraba esta idea con unapreciosa metáfora:

El alma, como el diamante, necesita los golpesdel lapidario para mostrar sus mejores luces;el lapidario del alma es el destino; su luz, lavirtud; el choque que más hace brillar estaluz, la desgracia. [6]

[4] Núñez de Prado, Guillermo, Bronce, Córdoba, Imp «La Verdad», 1896, 113 p.[5] Núñez de Prado, Guillermo, Bronce, Córdoba, Imp «La Verdad», 1896, p 3.[6] Op., cit. p 9.

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De la pena brota el cantar flamenco, de la penabrota la poesía flamenca. El proceso de creaciónmusical y literario es el mismo. Núñez de Pradofusiona totalmente los dos mundos y los proyectadirectamente en sus versos. Como lo hacía su amigoJulio Romero de Torres con la pintura. El poeta y elpintor tienen como musa a la mujer andaluza, la musagitana que sintetiza y simboliza la flamencura y lajondura del arte; que sea musical, pictórico o literario.

Para Guillermo Núñez de Prado, la mujer quefascina, la mujer enduendada es sin lugar a dudas lacordobesa, la reina de la feria :

Una muchacha de ojos negros como el crimen,y de labios rojos como la sangre, una cordo-besa, entona, acompañandose con una guitarra,cuyas cuerdas pulsa con dedos de hada, unasentimental malagueña. Si tenéis corazón ossentiréis atraídos insensiblemente por el infinitosentimiento que de este cantar brota(…)…osembriagáis, deliráis, enloquecéis, os sentístrastornados; vuestro cerebro es un volcán yvuestro pecho una fragua, y sois a la vez fieray arcangel; rugis de entusiasmo y adorais; ¿aquién�? a la heroina de la fiesta, a la andaluza,a la cordobesa�… [7]La mujer cordobesa incarna la belleza fatal, es

también mujer que hechiza; peligrosa porque puedemanejar los sentimientos. Puede ser motor de creacióny destruir también a los demás porque tiene poderesde seducción que destrozan corazones.

Es este símbolo de mujer fatal y peligrosa que seencuentra en el Poema de la siguiriya gitana delPoema del Cante Jondo de Lorca.

Paralelamente a esta sensibilidad que tenía Núñezde Prado para el cante jondo, es de notar que el poetase apartaba a cada vez más de la sociedad para entrarcada vez más en el mundo oscuro del arte jondo. Elpoeta se relacionaba mal con esta sociedad que loabandona. En un diálogo con ella decía:

…pues ahi tienes lo que tú llamas despre-ciativamente un poeta; ¿qué le das por sutrabajo�? nada; ¿ con qué le pagas sus afanes�?con nada; ¿qué premio le espera�? nada;quésueña, qué ambiciona, qué quiere�? todo: nadapor todo; es igual, y trabaja con la firmezadel héroe (…)Sociedad,�¿ por qué no le das algo de lo quese merece�? ¿qué�? ¿no lo haces porque es tannecio como tú, infame�? perfectamente: mecansas, Sociedad; vete, si. Eso es, aléjate, a tulado siento náuseas… [8]A finales del siglo XIX, las composiciones poéticas

que tenían por temática el�cante jondo eran a cada vezmás numerosas. Las�coplas flamencas� estabancultivadas y publicadas en la prensa local. Este auge depoesía espontánea, del pueblo, este�neopopularismo seextendía y simbolizaba un estilo literario y unatemática que seducía a toda la sociedad española. Loscantares se cargaron de exotismo con las Guajiras. Elconflicto en Cuba fue la principal razón del éxito deestos cantares. Esta guerra iba a traer a España cantesflamencos llamados «de ida y vuelta», cantes deimportación, sútil mezcla de arte andaluz y de saboreslatinos. Estos cantes son: la guajira, la rumba, lavidalita… que también estaban interpretados sobre lostablados de los cafés cantantes de la época. A nivelliterario el fenómeno se traducía por la publicaciónde guajiras que son décimas octosilábicas. Núñez dePrado publicó en aquel momento un conjunto deguajiras en el cual insertó�cantares o coplas flamencas.La obra se titula Mis cantares [9] .

Todas estas composiciones pueden cantarse segúnel compás del cante flamenco que les corresponde:Guajiras, siguiriyas, malagueñas, soleares… El poetautilizaba en sus cantares vocablo caló, dialecto delromaní, idioma utilizado antiguamente por los gitanosandaluces. Este hecho significativo nos demuestra queNúñez de Prado estaba fascinado e impresionado por

[7] Op., Cit. p 30-31.[8] Núñez de Prado, Bronce, Córdoba, 1896, La verdad, p 48-49.[9] Núñez de Prado y Aguilar, Guillermo, Mis cantares, Córdoba, Imprenta y librería del Diario, 1897, 60 p.

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el pueblo gitano y su arte. Es cierto que Núñez dePrado tenía que estar al contacto de los intérpretes delflamenco: los cantaores, que en esta época eranmayoritariamente gitanos. El flamenco no era paraNúñez de Prado un efecto de moda o un tema deestudio como si hubiera sido un literato curioso deconocer este arte popular. Seguramente frecuentabael café cantante cordobés «centro del Recreo» que seubicaba calle Jesús María Cristina n° 4. En 1898, sunombre cambió para el de «Salón del Recreo». Porlas tablas de este café desfilaron todas las figuras delarte flamenco de la época. [10]

Con su gusto por el cante jondo y la vida de bohemiaque llevaba, Núñez de Prado tenía forzozamente queconectar con algunos gitanos y cantaores que actuabanen este establecimiento. En aquel tiempo, un cantaorgitano discípulo del gran Silverio Franconetti, DiegoFernández Flores, que nació el 23 de abril de 1847 yque llevaba el nombre artístico de El Lebrijano, a suvuelta de la guerra de Cuba, importó y popularizólas�guajiras sobre el tablao del café cantante de Córdoba.Es en este ambiente flamenco que el joven poeta forjósu perfecto sentido del compás que encontramos ensus preciosos cantares y poemas. Sólo un entorno tanflamenco hubiera podido enseñar al poeta el sentido dela tragedia vinculada al cante jondo, el drama del pueblo,estas historias de amor y de odio que pasan sucesi-vamente de la vida privada de los artistas a las tablasdel café cantante para explotar en un quejío de dolor, elde la siguiriya gitana. Núñez de Prado supo guardar ensu imaginación todos estos recuerdos de juergasflamencas, donde el cante puntualizaba la noche consus lamentaciones lúgubres, con el fin de escribirsus�guajiras y sus coplas en �Mis cantares, todas estasdefiniciones de cantes y estas biografías de artistas ensu obra Cantaores andaluces publicada en 1904.

Núñez de Prado se identificaba con estos artistasvíctimas de tragedias que retrataba en su libro.

Pertenecía al mismo mundo y como la mayoría deellos, conoció un triste fin. Según los hechos oficiales,sufría como muchos cantaores de los pulmones. Eratísico y la tuberculósis le causó una noche una fiebretifoidea que acabó con él el día 6 de octubre de 1915.Según una otra fuente, su salud quebrantada se estabamejorando poco a poco cuando alguién lo envenenó.El poeta murió justamente de una forma enigmática,que bien hubiera podido estar sacada directamente deuna de sus historias y tragedias.

Todos estos puntos comunes entre Núñez de Pradoy los cantaores motivaban el poeta a escribir lo quesería para él la condición ideal para la creación artísticay literaria:

El arte es hijo del dolor; sin el llanto no habríagénios; para que abrase la mente el fuegosagrado de la inspiración, es necesario queel corazón del artista se retuerza conhorrorosa angustia bajo la terrible presión delmartirio. [11]El poeta Guillermo Belmonte Müller subrayaba

el hecho de que su amigo Núñez de Prado no era unpoeta en busca de «lo Bello», tocando una lira concuerdas de oro sino que se trataba de un poeta que, talun tocaor flamenco, hacía música para traducir suestado anímico, su tragedia personal que concretabay era el espejo del dolor de todos:

…En vez de cuerdas de oro donde vibren lasemociones delicadas, posee bordones dehierro en los que rugen, como fieras tras losbarrotes de las jaulas, las pasiones y miseriasde la vida que ante él se recrudecen, hiriéndoleel corazón hasta hacerlo desangrarse en mediode terribles imprecaciones y de mefistofélicossarcasmos.(…)Núñez de Prado se ha inscrito desde sutemprana edad en esa heróica y sagrada legióndel arte, y en los primeros acordes de su lira

[10] Silverio Franconetti, Paco de Lucena (en 1891 il devint responsable du café chantant), Juan Breva, don Antonio Chacón, Carito,La Mejorana, Antonio El Pintor, El Maestro Pérez…

[11] Núñez de Prado, Guillermo, Bronce, Córdoba, Imp «La Verdad», 1896, p 32.

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ya se escuchan los ayes desgarradores del in-fortunio. [12]Los cantares de Núñez de Prado son todos muy

flamencos:�siguiriyas, soleares, malagueñas, guajiras…El literato Enrique de la Cerda y Vazquez, el 6 de

enero de 1897, publicó un artículo en El diario deCórdoba en el cual subrayaba la popularidad de loscantares de Guillermo Núñez de Prado:

Entre las bellas tienen mucha aceptación susobras; sobre todo en las que trata dulcementedel amor de su corazón, y más que en nada ensus guajiras.Del libro en impresión Mis cantares, tomo lasiguiente

Guajira prólogoCon el fruto de la palmaLa dulzura de la piña,La hermosura de mi niña,La ternura de mi alma,Y con la apacible calmaQue se goza en los cañares,Oculto en los platanaresQue me brindaban su flor,Hice, llorando de amor,Con lágrimas «Mis cantares».Una de las más hermosas jóvenes de lasociedad cordobesa, me decía ha pocos díascon respecto a sus obras:«Me encanta cuando entona con su lira elcanto oriental; me hechiza al versificar ytratando del afecto que lo domina, la pasiónsuprema de su corazón –el amor- es el águilade la poesía de este rincón andaluz.» Las guajiras del joven poeta están impregnadas

de un rico vocabulario insular y los campos lexicalespresentan el exotismo que conlleva este cantar. Elritmo es también característico ya que las décimaspueden cantarse perfectamente por el compás de laguajira flamenca que deriva del punto cubano o mejordicho que es el resultado del aflamencamiento del

punto cubano.Un artículo publicado en El Diario de Córdoba

el 24 de febrero de 1897 y firmado por una Xpresentaba la publicación de Mis cantares y subrayabala nueva temática de Núñez de Prado, que se alejabade la poesía social para adentrarse en el �cante jondo:

No os figureis en la última producción deljóven poeta un spoliarium de amarguras, dedesnudeces sociales, de horrores y burlassangrientas, nota que le caracteriza al lanzarsus valientes y rítmicos anatemas sobre estasociedad que decae por sobra de egoismo yfalta de corazón: su autor, cansado de la brega,jadeante, busca en una pasión que lo suges-tiona alivio a sus desventuras: pudiera decirseque es el Almanzor hastiado de la vidaguerrera, que abre un paréntesis a la lucha ensus alicatados harenes, entre sus bellezasorientales y sus pebeteros de oro.Noventa guajiras, algunas malagueñas ybastantes seguirillas, cantares impregnados enla armonía perezosa del ritmo cubano; en elcalor de aquellos crepúsculos rojos y en laluz de aquel sol que cae con tanta fuerza queparece levanta polvo.Malagueñas y seguirillas llenas de senti-miento, que nacen en la guitarra y muerentemblando enlos labios de grana de algunamorena de sangre meridional…esos cantarescomponen la totalidad de la obra.Algunos son conocidos del público(…)Después de las alabanzas que obtenga y de laventa que pueda tener su libro al lanzarlo almercado de la literatura, su triunfo mayor serácuando en las fiestas populares de este pueblo,enjaezadas con rosas y mantones de Manila,al rodar sus cantares de boca en boca, entrelos aplausos y ¡olés! que coreen los grupos,salten de alegría las copas de Montilla comosi estuvieran llenas de fuego.

[12] Núñez de Prado, Guillermo, Nebulosas, Córdoba, Imprenta del «Diario de Córdoba», 1898, p 6-7.

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Los cantares tienen su razón de ser unicamentecuando están candados durante juergas privadas o decortijo como en el antiguo tiempo de los «bailes decandil»; momento clave entre folklore y cante jondoen que el arte pasará pronto del entorno privado altablao del café cantante. Guillermo Núñez de Prado,con su sentido de la música, cuando escribía cantaresno los consideraba como poesía sino como cante,como música. Por eso sus coplas encajan perfecta-mente con el compás flamenco.

Una carta a Nuñez de Prado escrita por M. BarriosRejano y publicada en el Diario de Córdoba el día 30de marzo de 1897 demuestra la popularidad de loscantares del joven poeta y el proceso de creación desu obra:

Carta íntima A G. Núñez de PradoQuerido amigo: (…)Las guajiras y seguidillas, magistralmentehechas algunas, son verdaderos derroches desentimentalismo, nacidas de un corazón comoel tuyo, que siente y ama como tú sabeshacerlo.(…)Tienes en tu libro guajiras de tanto sabortropical, que no parece sino que has ido a lapropia manigua a inspirarte, respirando aquelambiente; o tal vez que los primeros alboresde tu existencia fueron sombreados por lashojas del plátano y endulzados con el saborde la piña.¡Qué lejos está de la realidad todo esto!En la mesa del café implantaste tu bufete yallí, alternando casi siempre con la insuleacharla de una rueda de indiferentes, dejastevolar la fantasía, ejecutando las ochenta ycinco guajiras de tu libro.(…)Te felicito de todas veras por tu triunfo (queasí se puede calificar el que has obtenido conMis Cantares, pues ha sido unánime la vozde la prensa y la opinión pública), a la vezque me felicito yo por contarme en el númerode tus mejores amigos.

Un detalle para concluir: orgulloso puedesestar, y me compladezco al decírtelo, de quesean ya del dominio público los cantares detu libro.En una reunión, a la que asistí no hace muchasnoches, oí exhalarse de los rojos labios devarias hermosas cordobesas los girones delsentimiento que en forma de coplas hasvertido en tu obra, unidos al nombre de laheroina de Mis Cantares: la musa del autorde Bronce, bien puede estar satisfecha de supoeta.El aura popular inutilizará mi opinión; peroesta debe valer para tí, porque en ella te envíaun cariñoso aplauso tu leal amigo.

M. Barrios Rejano, Marzo 97.Para Guillermo Núñez de Prado, el pueblo es un

pueblo poeta. Esta idea, la encontraremos más tardeen García Lorca. Los dos poetas son eruditos, sonpoetas de gramática y de buena versificación. Los dosnacieron en el seno de una familia burgués. Pero ladiferencia entre ellos radica en el hecho de que Núñezde Prado se apartó de su rango social para podersondear la sociedad, luchar con ella, criticarla,penetrarla y fundirse con su rango más bajo: bohemios,artistas, cantaores, prostitutas, tísicos,…

Lorca también se inspiró del pueblo, pero noconvivía con gitanos, no frecuentaba cafés cantantes,lupanares…

Lorca tomó clases de guitarra con gitanosauténticos, sin compartir las «fatigas» de este pueblo.Organizó en 1922 el primer concurso de cante jondoesperando conseguir joyas del pueblo en un ambientearistocrático, sabiendo que los miembros del jurado ylos artistas invitados fuera del concurso oficial eranfiguras del cante de la época. El fracaso del concursorefleta la visión exterior, aristocrática y «cursí» quetenía Lorca del flamenco.

El mismo Lorca lo demostraba cuando afirmabaque le molesta su etiqueta de poeta del pueblo,afirmando que los gitanos y el cante eran para él sólo

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un tema de inspiración.En su carta a Jorge Guillen, el mismo Lorca se

quejaba de su gitanismo:Me va molestando un poco mi mito degitanería. Confunden mi vida y mi carácter.No quiero de ninguna manera. Los gitanosson un tema. Y nada más. Yo podía ser lomismo poeta de agujas de coser o de paisajeshidráulicos. Además, el gitanismo me da untono de incultura, de falta de educación y depoeta salvaje, que tú sabes bien que no soy.No quiero que me encasillen. Siento que mevan echando cadenas. No. [13]Lorca aprecia al mundo con su sensibilidad de

poeta y no de «flamenco». Lorca se interesa por elflamenco desde su posición de culto literato. Nuncaconsiguió totalmente deshacerse de esta etiqueta. JoséMonleón aclara sobre este tema:

La diferencia entre el flamenco y Lorca quedaclara. Lo que para unos ha sido la expresiónde su realidad, para Lorca es un tema, quizáno sólo estético, pero, en definitiva, algo quesucede fuera de su mundo. [14]Núñez de Prado nos explica en un artículo titulado

«¡Sensores!» y publicado en el Diario de Córdoba eldía 30 de Agosto de 1896, su deber de moralización ysu proceso de inspiración popular:

Para cumplir este deber, ha de bajar (habladel poeta) necesariamente a las últimas capasfangosas de la charca social; ¿para qué�? pararevolverse entre los dolores, vicios y placeresde sus hermanos; pues de otro modo, nopodría conocerlos, y mal se puede disertarsobre lo que no se conoce; puede, si así loquiere, evitarse este descenso; ¿cómo?Estudiando sus propias miserias, que las tiene,y muchas;�¿será en este caso particula-rización�? no, pues no hace mas que reflejaren las suyas las úlceras de los demás. (…) y

en cuanto al amor, ódio, amistad, placer, sáti-ra, provocación, lágrimas y risas, al cantartodo esto, si canta lo suyo, no hace más quelo que dijo el poeta [15] : «Cantando los do-lores de su vidaFunde en un ser la humanidad entera.»El poeta y el cantaor permiten al pueblo

identificarse en ellos para aliviar sus penas. Podemoshablar de catársis; que sea en la poesía flamenca comoen las letras de los cantes. Como ya lo dije, el tema deinspiración de Lorca era esencia y razón de ser deNúñez de Prado. Prueba de ello: los cantares de Lorcatuvieron éxito después de su muerte; cuando ya elpoeta granadino se convirtió en mito; mientras quelos cantares de Núñez de Prado pasaron al anonimatoy a la popularidad de inmediato. Un artículo de Núñezde Prado publicado en el Diario de Córdoba y fechadodel 13 de agosto de 1897 ilustra mi propósito:

El pueblo es un poeta gigante (…) en el pueblohay algo de ruiseñor; son dos poetas que sedan la mano, que cantan, que sienten suscantos y que no los firman; no hacen del arteun comercio, ni del alma un negocio; sontiernos, grandes y orgullosos, porque sonverdaderos artistas; yo (hace ya tres años), oícantar a una muchacha una malagueña, queno pudo acabar porque el llanto no la dejó;aquella malagueña era mía, ha visto la luz conmi firma, y yo, si no la hice burlándome de loque hacía, tampóco lloraba cuando la escribí;un corazón extraño sentía mi obra mejor queyo que me tengo por poeta; ¡qué sarcasmo!Muchos cantares de Núñez de Prado publicados

sueltos en la prensa cordobesa de la época estaban yacantados en juergas flamencas antes de que todos suscantares sean recogidos en un libro publicado por unaeditorial.

Siendo un poeta y escritor anterior a FedericoGarcía Lorca, y teniendo tanta jondura, parece

[13] Monleón, José, Lo que sabemos del flamenco, Madrid, Gregorio Del Toro, 1967 p 77.[14] Ibid.; p 77.[15] Se refiere a Victor Hugo.

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imposible que el poeta granadino no se haya inspiradoen Núñez de Prado. El poeta de Montilla publicó unaobra bastante importante y no pudo pasar desapercibidoen medio de las producciones literarias de la época. Serelacionaba con la florinata de los artistas, políticos yliteratos cordobeses. Era amigo de Guillermo BelmonteMüller, Antonio Grilo, Salvador Rueda, Enrique Redel,Francisco Simancas, Ricardo de Montis, Angel Galindo,Martínez Rücker, Julio Romero de Torres…

Las coplas de Núñez de Prado- que copio aquí-demuestran una gran fantasía. Es de notar que los ritmosmétricos respetan los ritmos flamencos que correspon-den a los cantares: malagueñas, soleares, siguiriyas…

Abre ya la sepulturaPara enterrar un amor;Cuida deque sea profunda,Que es grande mi corazón,Y tal vez le falte tumba.

Con la sangre de sus venasUna carta me escribió;Cuando la guardé en el pechoLas entrañas me abrasó.

Cuando miro a mi serrana,Quisiera hacer de sus ojosSepultura de mi alma.

Yo juro que hay parecerEntre la hoja de un puñalY el llanto de una mujer.

Cuando se mata por celos,La carne que el puñal cortaCruje con notas de besos.

Compañero mío,Préstame tu fragua;Porque quiero templar en su fuegoMis coplas gitanas.

Oculta en los riscosEstá de la Sierra;Le sirven de marco para su hermosuraLaureles y adelfas.

Cómo no recordar con esta siguiriya a “el paso dela siguiriya” del Poema del Cante Jondo:

¿Adónde vas, siguiriya,con un ritmo sin cabeza�?¿Qué luna recogerátu dolor de cal y adelfa�?

Otras siguiriyas de Núñez de Prado:¡Qué triste es el ecoQue da mi guitarra!Es que con sus notas, te dice al oídoQue ha muerto mi alma.

Sepulturerito,Cuando yo me muera,Si esa mujer vive, cierra bien mi tumba,Que me escapo de ella.

Elementos de estos cantares encontramos en elpoema de Lorca «Memento» del Poema del CanteJondo:

Cuando yo me muera,enterradme con mi guitarraBajo la arena.

Otra siguiriya de Núñez de Prado:Son las siguiriyasComo los cometas;Briyan un minuto, se apagan de pronto,Y mi rastro quea.

Esta siguiriya me evoca el principio del poema“El Grito” del Poema del Cante Jondo:

La elipse de un grito,va de montea monte.

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Desde los olivosserá un arco iris negrosobre la noche azul.

¡Ay!

Como un arco de violael grito ha hecho vibrarlargas cuerdas del viento.

Lorca nunca escribió o mencionó el nombre deNúñez de Prado en sus escritos y conferencias. No essorprendente notar que la obra de Guillermo Núñezde Prado que tuvo más difusión y éxito fue la quemás inspiró a García Lorca. Esta obra se titulaCantaores andaluces (vidas y tragedias). Fuepublicada en 1904 en Barcelona. El libro escrito enprosa presenta las biografías de los cantaores ycantaoras de la época de los cafés cantantes. El libroes fundamental ya que es uno de los primerostestimonios sobre estos artistas. Es posterior a «Cantesflamencos» [16] de Antonio Machado y Alvarez«Demófilo» publicado en 1881, pero presenta lamisma línea de estudio del arte flamenco y de susintérpretes. En 1935, Fernando el de Triana seguiráestos ejemplos con el libro Arte y artistas flamencos.[17] La flamencología contemporánea hizo muchasveces una falsa interpretación del libro de Núñez dePrado considerándolo como material científico sobreel tema. Pués aparece muy claramente que los relatoshiperbólicos del libro cuentan acontecimientosverdaderos pero muy exagerados por Núñez de Pradocon el fin de hacer resaltar la tragedia de estas vidasde artistas flamencos. De ahí esta obsesión por el puñalque encontraremos también en Lorca así como eltópico de la mujer fatal, los celos de flamenca quemata a los hombres. Las definiciones de los palosflamencos también acentúan el elemento trágico del

flamenco, el drama y el hecho de que este arte agota ymata sicologicamente y fisicamente a sus intérpretes.El libro presenta también errores históricas ybiográficas. No se trata de una obra «seria» sino deuna obra poética llena de lirismo y de recursosretóricos aunque este escrita en prosa con citacionesde coplas.

No se puede en pocas páginas probar queelementos de los escritos de Núñez de Prado inspirarona García Lorca pero me valgo de estas líneas parallamar el interés del lector sobre Núñez de Pradoponiendo en paralelo algunas citas de CantaoresAndaluces que se encuentran muy similares en losescritos lorquianos.

En su carta del primero de enero de 1922 a AdolfoSalazar, García Lorca le cuenta la importancia delconcurso de cante, y aclara sus orientaciones poéticasa propósito del Poema del cante jondo:

Ya sabrás lo del concurso del cante jondo. Esuna idea nuestra que me parece admirable porla importancia enorme que tiene dentro delterreno artístico y dentro del popular. ¡Yoestoy entusiasmado! (...) ¡Si vieras cuánto hetrabajado!... Terminé de dar el último repasoa las Suites y ahora pongo los tejadillos deoro al Poema del cante jondo que publicarécoincidiendo con el concurso. [18] Su ritmoes estilizadamente popular y saco a relucir enél a los cantaores viejos y a toda la fauna yflora fantástica que llena estas sublimescanciones: El Silverio, el Juan Breva, el LocoMateo, la Parrala, el Fillo... y ¡la Muerte! [19]Es interesante notar que los artistas citados por

Lorca se presentan casí en el mismo orden en el librode Núñez de Prado. Sólo el Fillo, el maestro deSilverio, no se encontraba en la galería de Núñez dePrado por ser muy antiguo. Seguramente le faltaba alescritor datos biográficos. Lorca tampóco poetiza a

[16] Antonio Machado y Alvarez (Demófilo), Cantes Flamencos, Barcelona, DVD ediciones, 1998, 237 p.[17] Fernando el de Triana, Arte y artistas flamencos, Madrid, Ediciones Demófilo, 1979, 293 p.[18] Se publicará en la realidad en el año 1931.[19] Martínez Nadal, Rafael, Federico García Lorca: Autógrafos, I, Oxford, Dolphin, 1975, vol.1, p 21.

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el Fillo en su obra. No le dedica una viñeta flamencaseguramente porque Núñez de Prado no habló de él.Sin embargo Lorca cita a Silverio Franconetti enprimer lugar por ser el mejor cantaor de todos. Núñezde Prado clasificó sus artistas por palos flamencos yregión geográfica. En la misma carta, Lorca se olvidóde Núñez de Prado al escribir:

Los poetas españoles no han tocado nunca estetema y siquiera por el atrevimiento merezcouna sonrisa que tú me enviarás enseguidita…En su conferencia sobre el cante jondo, Lorca cita

también a muchos�poetas:Nuestro pueblo canta coplas de Melchor dePalau, de Salvador Rueda, de Ventura RuizAguilera, de Manuel Machado y de otros, pero¡que diferencia tan notable entre los versosde estos poetas y los que el pueblo crea! ¡Ladiferencia que hay entre una rosa de papel yotra natural!Los poetas que hacen cantares popularesenturbian las claras linfas del verdaderocorazón; y ¡cómo se nota en las coplas el ritmoseguro y feo del hombre que sabe gramáticas!Se debe tomar del pueblo nada más que susúltimas esencias y algún que otro trinocolorista, pero nunca querer imitar fielmentesus modulaciones inefables, porque nohacemos otra cosa que enturbiarlas. Sencilla-mente por educación. [20]Tampóco aparece Guillermo Núñez de Prado en

esta enumeración.En la conferencia de Lorca titulada El Cante

Jondo, primitivo canto andaluz, que retocará añosdespués bajo el titulo Arquitectura del Cante Jondo,aparecen nombres de cantaores� y elementosdirectamente sacados de los Cantaores andaluces deNúñez de Prado.

En Arquitectura del cante jondo, el poeta deGranada escribe sobre los artistas:

Cantan alucinados por un punto brillante quetiembla en el horizonte, son gentes extrañasy sencillas al mismo tiempo.Las mujeres han cantado soleares, géneromelancólico y humano de relativo fácilalcance para el corazón; en cambio loshombres han cultivado con preferencia laportentosa siguiriya gitana…, pero casi todosellos han sido mártires de la pasión irresis-tible del cante. Casi todos ellos se sabepositivamente que murieron del corazón enlos hospitales, en los desvanes andaluces,tirados en el campo o recogidos por caridaden las oscuras porterías o en los portalillos delos zapateros. Porque la siguiriya es como uncauterio que quema el corazón, la garganta ylos labios de los que la dicen. Hay queprevenirse contra su fuego y cantarla en suhora precisa.Quiero recordar aquí en toda devoción aRomerillo, al espiritual Loco Mateo, a Antoniala de San Roque, a Dolores la Parrala, a Anitala de Ronda, y a Juan Breva, con cuerpo degigante y voz de niña, que cantaron comonadie las soleares en los olivos de málaga obajo las noches marinas del Puerto.Quiero recordar también a los maestros de lasiguiriya: Curro Pabla, Paquirri, El Curro,Manuel Torre, Pastora Pavón, y el portentosoSilverio Franconetti, creador de diversosestilos, último papa del cante jondo, que cantócomo nadie el cante de los cantes y cuyo gritohacía partirse en estremecidas grietas elazogue moribundo de los espejos. [21]En su conferencia El cante jondo, primitivo canto

andaluz (anterior a Arquitectura del Cante Jondo)Lorca sólo hablaba de los�siguiriyeros siguientes:«Curro Pabla el curro, Manuel Molina, y el portentosoSilverio Franconetti.» porque entre estas dos

[20] F G L, Obras Completas, tomo III, Madrid, Aguilar, 1986, p 208.[21] García Lorca, Federico, Obras Completas, Madrid, Aguilar, tomo III, 1986, p 222.

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conferencias, se realizó el concurso de cante de 1922y entonces el poeta granadino pudo conocer a Manueltorre, a la Niña de los Peines (Pastora Pavón) y pudoconocer más datos y anécdotas sobre el arte y losartistas. En la primera conferencia, todos los artistascitados tienen sus biografías en el libro de Núñez dePrado. Otro hecho que delata el escaso conocimientode Lorca sobre los cantaores: en la primera conferenciacita�a «Curro Pabla, el Curro…» se trata de la mismapersona, pero con los años que separan las dosconferencias, Lorca no se acordaba de este detalle yescribe: «Curro Pabla, Paquirri, El Curro…» crea unnuevo cantaor: El Curro. Lorca prosigue:

Fueron inmensos intérpretes del alma popularque destrozaron su propia alma entre lastempestades del sentimiento. Casi todosmurieron del corazón, es decir, estallaroncomo enormes cigarras después de haberpoblado nuestra atmósfera de ritmos ideales…[22]Nuñez de Prado en su obra cuenta el final trágico

de estos artistas de la forma siguiente:Son simplemente protagonistas de un dramacuyo desenlace es la explosión brutal de unoscelos de bestia que se inician en el arroyo yque concluyen en la sala de disección,tomando como puente para la travesía el filode una navaja o el lecho de un hospital, ohéroes de un poema más trágico aun, cuyofinal es el hambre en la vejez.(…)Cuando no es el golpe rápido de la tragediasensacional el que acaba pintorescamente conla vida de esos hombres, entonces ocurre algopeor, algo más doloroso, más dramático, deuna tristeza más honda y de un efectismo másintenso por lo mismo que se desenvuelve enla obscuridad; entonces el «cantaor» ruedadando tumbos desde las alturas del éxito y de

la abundancia, del triunfo y del esplendor, alas negras profundidades de la derrota y lamiseria, del olvido y del hospital, de la sombray del hambre. Sólo deja de ser empujado paraser barrido y, acaso, donde se ve menosferocidad, se encuentra más amargura. [23]A propósito de las soleares, repito una frase de la

conferencia de Lorca:«Las mujeres han cantado soleares, géneromelancólico y humano de relativo fácilalcance para el corazón…»Núñez de Prado primero escribió sobre en cante

por soleares:Y, cosa extraña, siendo un estilo exclusivo delos corazones fuertes y absolutamenteincompatibles con las debilidades, es el génerode cante andaluz que más mujeres cuenta enel espacio de su esfera artística, el que hancultivado más las cantaoras andaluzas, el queha servido mejor y con más frecuencia aaquellas hembras ardientes como el sol de lostrópicos, para expresar sus sentimientos máshondos y más íntimos. [24]Sobre la siguiriya, Nuñez de Prado escribe:De ahí que�sus vibraciones y sus tonalidadesabarquen una extensión superior a la resis-tencia de los pulmones humanos, de ahí quesólo pueda albergarse en el pecho de un titán,de ahí que sólo pueda nacer en la entrañas deun gigante. Y aun esos organismos mons-truosos, que alcanzan un temple y unaresistencia superiores a la medida general,acaban siempre por rendirse, por enfermar,por caer en el sepulcro víctimas de ese cantoque consume hasta la médula; la tuberculosises inevitable en nueve de cada diez cantaorede siguiriyas; el pulmón y la laringe sedesgastan con una rapidez espantosa, y si las

[22] García Lorca, Federico, Obras Completas, Madrid, Aguilar, tomo III, 1986, p 215-216.[23] Nuñez de prado, Guillermo, Cantaores andaluces, Cádiz, Universidad, 1987, p 8-9.[24] Nuñez de prado, Guillermo, Cantaores andaluces, Cádiz, Universidad, 1987, p 128.

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estatuas pudieran cantar, la siguiriya carco-mería los pechos y las gargantas de piedra. Y,cosa verdaderamente extraña y que explicamejor que ninguna descripción la influenciamonstruosa de ese canto en un organismo, loscantaores que no han muerto tísicos, comoCurro Pablas, al que una puñalada le evitó loshorrores de la tuberculosis, han quedado sordospor los efectos de la siguiriya, como el señorCurro Molina, o han sucumbido víctimas deuna enfermedad del corazón cayendo derepente como bajo un golpe de maza, que es loque sucedió a Silverio. Véase si después deesto, puede haber exageración alguna en cuantollevamos dicho. No, no exageramos, lasiguiriya es, positivamente un canto formi-dable, espantoso, que horroriza, que devora lasentrañas del que lo canta y atenacea ydespedaza el corazón del que lo escucha; si lostitanes y los cíclopes hubieran podido llorar suderrota, habrían creado la siguiriya, porque eseestilo es más propio de monstruos que dehombres; el mezquino molde de arcilla que haservido para modelar a la humanidad, sedesmorona fácilmente carcomido por el fuegodevorador de una melodía cuya fuerza essuperior a la carne, y cuyo sentimiento acabasiempre por consumir las entrañas y secar elcorazón, o atrofia los nervios del artista . Tísico,sordo o cardíaco: he aquí el desenlace quepuede escoger el artista si el navajazo de unavenganza más compasiva que cruel, no le evitala lenta consumición de la tuberculosis, lasirritantes contrariedades de la sordera o el rayodel aneurisma y el golpe brutal e imprevistode la afección cardíaca. [25]A principio de esta cita, notamos las palabras

«titán» y «gigante» , carácteristicas del siguiriyero.

Lorca dijo de Silverio, el Papa de la siguiriya:…el portentoso Silverio Franconetti, quecantó como nadie el cante de los cantes y cuyogrito hacía partirse en estremecidas grietas elazogue moribundo de los espejos.[26]Sin embargo el ejemplo más claro se encuentra

con el malagueñero Juan Breva. Guillermo Núñez dePrado lo retrata en su obra flamenca:

…con la narración de los últimos años de sucarrera, se puede escribir un poema melan-cólico como la puesta del sol y triste como lacaída de un ídolo. [27]Lorca se acordó del consejo y en sus Viñetas

flamencas del Poema del Cante Jondo, escribió elpoema «Juan Breva».

Núñez de Prado nos proporciona este retrato deJuan Breva:

«corazón inmenso»(…) «artista gigante»(…)«lucha de gigante»(…) «titán del senti-miento»(…) «corazón de un gigante»[28]El poeta de Montilla cita un cantar inventado por

Juan Breva:Ni la fuente más risueña,ni el canario más sonoro,ni la tórtola en su breña,cantarán como yo llorogotas de sangre por ella.El adjetivo «gigante» y este cantar impactaron al

joven Lorca para que versificara de esta forma elprincipio del poema:

Juan BrevaJuan Breva teníacuerpo de gigantey voz de niña.Nada como su trino.(…)Como Homero cantóciego…

[25] Nuñez de prado, Guillermo, Cantaores andaluces, Cádiz, Universidad, 1987, p 262-263.[26] F G L, Obras Completas, Madrid, Aguilar, 1973, tomo I, p 993.[27] Nuñez de prado, Guillermo, Cantaores andaluces, Cádiz, Universidad, 1987, p 65.[28] Nuñez de prado, Guillermo, Cantaores andaluces, Cádiz, Universidad, 1987, p 66, 67, 69, 71.

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García Lorca convierte a Juan Breva en una me-tonimia del cante. En efecto, si el cante del Brevaes un trino, y sabiendo que el cantaor era ciego, comono relacionar el retrato del artista con los escritoslorquianos que siguen:

Mientras que muchos cantos de nuestrapenínsula tienen la facultad de evocarnos lospaisajes donde se cantan, el cante jondo cantacomo un ruiseñor sin ojos, canta ciego, y poreso tanto sus textos como sus melodíasantiquísimas tienen su mejor escenario en lanoche…[29]Núñez de Prado evoca el final de la vida de Juan

Breva:Hoy se puede ver transitar por las pintorescasbarriadas de la capital malagueña a un ancianode aspecto venerable y humilde, que viste conexcesiva modestia, que vive pobremente, quellora hace años la pérdida de la vista con unosojos sin pupilas y sin luz, que inclina la cabezacomo si la agobiara el peso de un mundo, deun mundo de recuerdos, de ilusiones rotas,de glorias esfumadas y deshechas en laobscuridad de la noche del pasado, que ya nocuenta más capital que la añoranza de una vidade victorias, de una lucha de gigante, queparece de vez en cuando prestar oído a unrumor que nadie oye más que él, un rumorcomo el tableteo del trueno o como el eco demillones de vítores y de aplausos y que, talvez en su aislamiento, en su soledad, en latristeza de su abandono, sólo siente que sucaída no sea más completa para poderdescansar de una vez de la fatiga del triunfoque fue y de los dolores del crepúsculo quees.Ese anciano es Juan Breva.[30]Lorca poetizó la prosa de Núñez de Prado en su

poema «Lamentación de la muerte» del Poema del

Cante Jondo, que primero se titulaba «Lamentacióndel Breva»:

«Vine a este mundo con ojosy me voy sin ellos.»(…)«Quise llegar a dondellegaron los buenos.¡Y he llegado, Dios mío!…”Núñez de Prado insistió sobre estas vidas de

«cantaores» rotos por la pasión del cante:Es realmente triste la existencia de la granmayoría de estos intérpretes del alma delpueblo, pero es aún más que triste, inexpli-cable, el hecho de que, cuanto más se hanelevado esos hombres, más hondo han caídodespués, más cruel ha sido su crepúsculo, másterrible su descenso, más trágica su miseria.Y no es posible admitir que esto haya sidosimple consecuencia de una casualidad máso menos repetida; no, no es posible admitiresto porque no puede tampoco encontrarseuna sola excepción que sirviera de argumentopara afirmarlo, ni una sola; todos, absolu-tamente todos los grandes maestros del cantopopular, han recogido el fruto de sus cuali-dades, moral y materialmente en aplausos yen dinero; todos han podido creer en un díadeterminado que estaban para siempre libresde las angustias de una vejez miserable, de laruina doblemente espantosa del hambre y delabandono, y a todos, absolutamente a todos,sin que se pueda exceptuar a uno solo y menoscuanto más se asciende en la escuela de losgrandes vencedores, a todos, repetimos, lesha llegado también un día negro, fatal, irreme-diable, en que han visto sus triunfos trans-formados en una sombra y el fruto materialde esos triunfos convertirse en hambre. Laleyenda sombría de los poetas de otro tiempo,de los trovadores de ayer, leyenda que no tiene

[29] García Lorca Federico, Obras Completas, Madrid, Aguilar, 1986, Tomo III, p 207.[30] Núñez de Prado, Guillermo, Cantaores andaluces, Cádiz, Universidad, 1987, p 67-68.

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una sola página en que no figure el hambre,la miseria y la desgracia en su lado más triste,porque con frecuencia envuelve también paraesas pobres víctimas una especie de burlasangrienta de sus dolores, una mofa de sumartirio terriblemente cruel, esa leyenda contodos sus horrores, con todas sus negruras,con todas sus crueldades y con todos susinjustos caprichos de la suerte, es perfecta-mente aplicable a los artistas que más tallahan alcanzado cultivando el canto andaluz encualquiera de sus hermosas manifestaciones.[31]Estos ejemplos deliberadamente dados sin muchas

explicaciones literarias, permitirán que cada lectorhaga su propio juicio sin sufrir ninguna orientaciónmía. Quiero llamar la atención de todos sobreGuillermo Núñez de Prado. Si el poeta bohemio noalcanzó la fama y la popularidad de Lorca, esindudable de que el poeta de granada encontró en elde Montilla un manantial de jondura flamenca, dondemojar su pluma para poetizar bajo otra forma literarialo que había aprendido de un pobre poeta injustamente

desconocido, despreciado y olvidado. Pienso que lle-ga el momento de reparar el olvido histórico y de hon-rar la memoria de Guillermo Núñez de Prado. A modode conclusión, conociendo la lucha de este granhombre, amigo de los humildes, opino que lo másdigno reside en dejarle la pluma:

Yo sé que las turbas no conceden al poeta másque olvido o sarcasmo; yo sé que expongomis rimas a que no hallen otro eco que el deuna burla que desprecio; pero yo sé tambiénque no soy en el mundo el solo desgraciado;yo sé que hay muchos que sufren como yo,más que yo, pero que no han recibido el donsublime del poeta, y no saben cantar susdolores, y no saben desahogarse.Para ellos hago mis versos; ellos los cantaránhaciéndolos suyos, y al cantarlos aliviarán susdolores.A semejanza del ruiseñor, hago mi testamentodel arte, y en las notas de mi canto, dejo a mishermanos por herencia el idioma del dolor.Esta es mi misión, y la cumplo. [32]

G. Núñez de Prado. ●

[31] Nuñez de prado, Guillermo, Cantaore andaluces, Cádiz, Universidad, 1987, p 276-277.[32] Artículo publicado en El Diario de Córdoba, el 30 de enero de 1898.

Guillermo Nuñez de Prado el cante jondo yFederico García Lorca

Pierre Molla / Universidad París 8This paper talks about Guillermo Nuñez de Prado as a poet, as a person. The artist he was and how he did express his

emotions with his pen. How did he live through out the years, with a fragile health, but a strong will and sensitivity toward

people and whatever surrounded him. This paper is a journey in time through his several poems and different displays of

his talent and way of living. Also how “el cante jondo” made him feel inspired and helped him as a tool to continue his

writing that has overcome time and space. Lorca, another example of poetic art that had several, many similarities with

Nuñez de Prado that can be seen in several of the poems and styles. ●

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