OBITUARIO #35

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Obituario N.35 - Antonio Machado

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Antonio Machado

1875-1939

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RECUERDOS DEL TIEMPO

Recuerdo a Demófilo

llevándome a ver el mar;

era tan inmenso que

los ojos se me salaban.

Había estelas en el agua,

del globo de fuego y su insolencia,

que en la noche transmutaban en

nubes atlánticas maquilladas.

Recuerdo las fuentes del Duero,

París con Leonor;

los campos de Castilla

en unas manos ya frías.

Recuerdo la guerra y su miseria

haciéndonos huir en caravana,

el optimismo momentáneo

con que vestía páginas.

Recuerdo verme

dialogando con el tiempo,

preguntándole por su eternidad.

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Recuerdo escucharle

respondiéndome que el hacerse eterno

requiere de tiempo,

y yo

ya superé al tiempo.

-Diego Mercado Villarroel-

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Hay una historia curiosa en torno a la cabeza de Antonio

Machado. El escultor Pablo Serrano realizó un busto en

bronce del poeta en 1966 para Baeza (Jaén). Después hizo

otros, repartidos por España e incluso por el mundo (en el

Moma y en el Pompidou cuentan con uno), pero el

fundacional tardó en ubicarse en su sitio diecisiete años.

Algunos hablaron de censura por las ropas sospechosas y

nada formales de quienes iban a presenciar la «plantá».

«La alpargata, querido don Cosme, es un calzado cómodo y

barato y más compatible con la higiene, y aun con el aseo,

que las botitas de charol que usted gasta». Juan de

Mairena.

Las cabezas pensantes no encontraron y no encuentran

lugar aún en esta España que produce pesares. Aquel

pacífico poeta y pensador que buscó «sacudir la inercia de

vuestras almas, arar el barbecho empedernido de vuestro

pensamiento, sembrar inquietudes», no tuvo más salida

que el exilio. Hay un sentido profundo más allá de la

coincidencia, en la casualidad de que Antonio Machado y

Stefan Zweig fallecieran ambos un 22 de febrero. Ambos

fallecieron durante desoladoras guerras; Machado en 1939

mientras España vivía su Guerra Civil y Zweig en 1942

mientras Europa se sumía en la II Guerra Mundial. Fueron

dos exiliados, condenados a morirse que durante su viaje

-

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visionaron «caravanas de tristeza». Dos valedores de la

integridad poética y moral. Dos humanistas.

Antonio Machado más que nunca tiene que servir tanto al

inexperto joven como al ajado adulto de guía en la aventura

humana. Nos lleva a ser conscientes de que el valor más

alto en el hombre es «ser hombre», de que lo absurdo no

se hallará nunca en las preguntas sino en las respuestas, de

que «no hay originalidad posible sin un poco de rebeldía

contra el pasado», para intentar superar de una vez por

todas «aquella España que pasó y no ha sido».

-Ana Calpena Santana-

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-Lola Marín-

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LA NOCHE QUE TE ESCRIBÍ ERA SILENCIO PURO…

¡Con cuánto amor! Mientras duerme el campo de primavera.

Noches de Castilla. Antonio Machado

La noche que te escribí era silencio puro,

aún recuerdo siglos enteros volando sobre ti,

derramando soledades sobre tu pecho,

esos sueños ancestrales que reposan en tu mirada.

Tierra de campos, silenciosa, estrellada,

devuélveme las verdades que una noche

susurré a tus montes de plata.

Eres tempranamente verde, como una marea,

pero te vuelves fértil cuando sol y lluvia juegan sobre ti.

Esa intensidad áurea que entorpece los sentidos,

ese fulgor de tus párpados al anochecer.

Estás viva si te miro de frente

pero todavía pienso en el lento caminar

que en algún sueño, hoy extinguido,

parece el reflejo de una eternidad inconclusa.

Tierra de campos, silenciosa, estrellada,

vuelve a acogerme en tu seno

el día que el frio de la desesperanza se alce en un susurro.

-Belén Cuesta-

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DESPUÉS DE MUCHO CAMINAR Fue después de mucho caminar hacia ninguna parte. Después de notar como ese alfabeto de exilio tomaba la misma forma que la herida. Solo después cerró los ojos y las manos resignada búsqueda de algún resquicio que lo llevara de nuevo a los días azules A ese sol, el suyo, de la infancia.

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CÓMO APRENDER DE NUEVO

Tras casi una vida escrita

cómo aprender de nuevo a caminar

otras calles, otras plazas

prestadas.

Cómo esa playa

y no sentir hiriente la derrota

esparcida a cada hora

desde lo alto de tu campanario

Collioure dime

cómo enseñar a una madre

de nuevo a caminar

otros aromas

y los mismos recuerdos.

Cómo ser la golondrina

que no ha de volver.

-Fernando Gutiérrez-

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INVOCACIÓN AL ALBA

Para A.G.C.

mi corazón está vagando, en sueños… ¿No ves, Leonor, los álamos del río

con sus ramajes yertos? Antonio Machado

I tu voz de niña en mi oído

como una campana nueva, como una campana virgen

de un alba de primavera A.M.

Vuelve, y no la esperaba. Teniéndote conmigo,

y despertar sin ti: vivirte en la experiencia.

Vuelve, y como nacida joya de una inocencia,

deja su luz al cuerpo un ardor por testigo.

Y es una bendición, porque cuanto persigo

es rayo, amanecer, ocaso, fuego, esencia:

ante el temblor del mundo, no temblar yo a tu ausencia.

Da igual, la noche todo lo asume en su castigo.

Vuelve al abrir los ojos no ella sino el recuerdo,

vuelve el terrible engaño, la dura compañía:

no salvarme del ser feliz sólo en tu huella.

Y el calor sobrevive, saber que no te pierdo,

más allá de tu ausencia me queda, todavía,

la carne de tu sombra para abrazarte en ella.

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II Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar

A. M.

Vuelve, y cómo es posible regresar a un prodigio,

amanecer dos veces al ardor del mañana,

y soñar aun despierto; del ayer solo emana

ya un naufragio de sombras, un adiós, un vestigio.

Vuelve, y no halla la vida sino al cuerpo en litigio,

ante la luz del tiempo su frágil nieve humana;

y algo susurra entonces, herida voz lejana,

cual una fuente en ruinas que augura agua y prestigio.

Como labios, los párpados embeben su conjuro,

que una sed de esperanza busca en otra el contagio,

sed con sed, mas sin fuente; tierra, en otra mejilla.

Amanece, y su rayo nos convoca al futuro.

Más hermoso que el sueño es cumplir su presagio.

Solo en ti: tierra y náufrago. Tú eres tu única orilla.

-Jorge Villalobos-

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-María Turreira-

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SEREMOS TODOS OLMOS

Seremos todos olmos

en riberas olvidados,

restos de una tala violenta,

del corte y del hachazo.

Seremos humo disperso en ráfagas,

leña al fuego convertida en ceniza.

Seremos todos olmos

atados a alambradas

de fronteras imposibles,

metales que turban la inocencia

de quien cruza hacia la huida.

-Paola G. Sepúlveda-

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LA VIDA ES MUDA en las cosas pendientes

acaso más tardía en el paisaje árido del muro

un olor a limonero

entrando por la ventana

somnolienta

y el llano color de la mañana

es un coro solitario de motas de polvo

que flotan fugazmente

hasta la tarde entre las ramas entre las ramas

y esconder un pensamiento en el pelo

muy de cerca a la razón

aparece en lo que arde en los ojos

casi del blanco vagando en las piedras

ay la caricia del verso floreciendo

ay las largas sombras en los rincones

está la vida dispuesta, de cerca alguien sueña

recuerda

la sed de la vigilia y de los pueblos

la vieja iglesia y son las doce

corazón, son tus doce en punto en la congoja

qué mágico goce el transcurrir de los años

sobre los años

donde escribir cabalgaba entre dos tierras

y la primavera, y las cosas pendientes

como una rosa recién levantada hacia la muerte

ay los barquitos del mar en las manos

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ay la silueta del hombre en la fuente

está la vida dispuesta en el trazo de la mano

y no se cansan de reír los ojos a golpe de recuerdo.

ES EL TIEMPO algo difícil a lo que agarrarse

ante todo lo que nos hace silueta a la que regresar

y no somos lo suficientemente antiguos

como un pañuelo bordando la chaqueta

tratando de sostener las soledades del poeta

como pájaros dentro de una caja de zapatos.

-María Sotomayor-

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-Pigeon P-

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ESTOS DÍAS AZULES Y ESTE SOL DE LA INFANCIA

Todo en mi vida acabó en tragedia, piensa el poeta Antonio

Machado, sesenta y tres años, agotado y enfermo en una

habitación de hotel en el pueblo costero de Colliure,

Francia. Cruel giro del destino morir en la misma tierra

extranjera donde enfermó Leonor. No importa lo que ames,

no te quedarán más que las ruinas del recuerdo, suspira.

También la República muere joven, como su Leonor. En

España triunfa la barbarie y en un pequeño pueblo francés

muere un gran poeta con el corazón roto. Imagina otra vida,

una en la que Leonor nunca enfermó, una en la que la

República no fue derribada por un ejército traidor y

asesino. Qué gozosa podría haber sido la vida, si la vida

hubiera sido otra. Siente un dolor inmenso por lo que no

fue. Ser español es esto, piensa: lamentar, al final de la vida,

todas las ocasiones perdidas. Hay una crueldad inmensa en

la desgracia de nacer español y siente alivio al abandonar

por fin esa condición. A partir de ahora no será nada.

Camina entre España y la nada y acabarás prefiriendo la

nada, murmura. Es más limpia, más justa, más humana. Se

apaga la vida y Antonio Machado piensa que no importa,

que ya no queda nada por lo que vivir. Todo se perdió. El

amor. El país. Justo es que también se pierda la vida.

-

-Gabriel Noguera-

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CABALLERO QUE AL MONDAR SE PIENSA FRUTA

Encuentro lo que no busco:

las hojas del toronjil

huelen a limón maduro.

Antonio Machado

Demanda del cítrico una rodaja:

lo resquebraja; tierno y amarillo;

sin advertirlo apenas lo desgaja

pensando que son juegos de chiquillo.

En su soberbia mente no baraja

nada sino la forma: lo sencillo.

La luz y la sombra son la mortaja

que envuelven al limón como un ovillo.

¡Cruento final para quien poco espera!

Ahora lo atraviesa una navaja.

Tanto tardó en crecer, tan chiquitillo.

Más frío que una mano cigarrera

su pobre zumo parte en desventaja

pues ya el Tiempo le hincó antes el colmillo.

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NACIDO QUIZÁS A DESTIEMPO

A la niña de ojos azules,

con especial estremecimiento.

El ojo que ves no es

ojo porque tú lo veas;

es ojo porque te ve.

Antonio Machado

Entonces nos hemos quedado ciegos.

Ya no habrá espacio ni geografía

donde arrancarnos del desasosiego;

del no-existir; de la memoria impía.

Es inútil el llanto, en vano el ruego

pues no sé si la noche; el vago día

consumen estos cuerpos en su ruedo

de llamas y de oscura alevosía.

Tus grandes ojos simples son el mundo.

Ábrelos y verás la ausencia, el trasiego:

recuerda esta humedad en que vivías.

En cuanto a mí, me sobra este segundo

de pobre triste estatua en que me niego

esta felicidad sin tu alegría.

-Narciso Raffo Navarro-

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«La muerte es algo que no debemos temer porque,

mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es,

nosotros no somos».

Antonio Machado

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COLABORADORES

Ana Calpena Santana

Belén Cuesta

Paola G. Sepúlveda

Fernando Gutiérrez

Lola Marín

Diego Mercado Villarroel

Gabriel Noguera

Pigeon P

Narciso Raffo Navarro

María Sotomayor

María Turreira

Jorge Villalobos

DIRECCIÓN

Sonia Marpez

Gabriel Noguera

DISEÑO

Sonia Marpez

Obituario N.35 – Antonio Machado

Publicado el 22 de febrero de 2016

obituariomag.blogspot.com

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