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 Modelos de familia  y políticas públicas 30  Nuevas transformaciones sociales Observatorio Social

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 Modelos de familia y políticas públicas 30

 Nuevas transformaciones sociales

Observatorio Social

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Av. de Mayo 1437, 4º G, (C1085ABE),Ciudad Autónoma de Buenos AiresRepública ArgentinaTeléfonos: (+54 11) 4384.6125 ó [email protected]://observatoriosocial.org.arDirectoresGabriela V. AgostoMiguel Paradela Di RisoPropietarioAsociación Civil Observatorio SocialEditores

Silvana PascucciMalena RimedioComité editorialDra. Esther del Campo, Dra. Sonia Draibe, Lic. RodrigoGómez Iza, Dr. Oscar Luengo, Dr. Rafael Martínez Puón,Dr. Aldo Neri, Lic. Guillermo Pérez Sosto, Dr. José RuizValerio, Lic. Eduardo Suárez, Dr. José Sulbrandt.ISSN 1667-586XDocke diseño y comunicaciónQueda prohibida la reproducción total o parcial del contenido sinla previa autorización del editor.Las notas firmadas son responsabilidad de sus autores.

    O    b   s   e   r   v

   a   t   o   r    i   o    S   o

   c    i   a    l

Sumario #30

En esta oportunidad presentamos latrigésima edición de nuestra revista quelleva por título: “Modelos de familia ypolíticas públicas”.

La familia es una de las instituciones másantiguas de las sociedades humanas. Noobstante, las tres dimensiones queconforman la definición clásica defamilia (la sexualidad, la procreación, laconvivencia) han sufrido importantestransformaciones y han evolucionado endirecciones divergentes en las últimas

décadas, irrumpiendo como necesaria laadaptación de las políticas públicas a la luzde los cambios que éstas han registrado.

En esta línea, en el presente númeroconvocamos a reflexionar sobre lasprincipales transformaciones sociales,económicas y culturales que han afectadoa las familias, los diferentes modelosde familia existentes en la actualidad,el impacto en los roles al interior de lamisma, y la inclusión de estos nuevos

esquemas familiares en el diseño eimplementación de políticas públicas.Asimismo, la edición se orienta aanalizar a la familia como unidad deintervención de políticas sociales y brindarrecomendaciones para la aplicación depolíticas familiares con enfoque integral.

    P   u    b    l    i   c   a   c    i    ó   n    t   r    i   m   e   s    t   r   a    l    d   e    l   a    A   s   o   c    i   a   c    i    ó   n    C    i   v    i    l    O    b   s   e   r   v   a    t   o   r    i   o    S   o   c    i   a    l

    N    ú   m   e   r   o   3   0  •

    M   a   r   z   o   2   0   1   1

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Carina Lupica, directora ejecutiva delObservatorio de la Maternidad, nos relatacómo las mujeres asumen la responsabili-dad de los hijos a edades más tempranasque los hombres y lo hacen cada vez mássolas, como consecuencia de la mayorfragilidad de los vínculos conyugales.Siendo ellas, en especial las más pobres,las que sobrellevan casi exclusivamente lasresponsabilidades de crianza y cuidadoscotidianos de los hijos cuando se separan,divorcian o son madres solteras.

Elena Hernández Corrochano, profe-sora de Antropología del Parentesco dela Facultad de Filosofía de la UniversidadNacional de Educación a Distancia (UNED),Madrid, expone parte del estudio que sobreFamilias “Tardías” en España está reali-zando el grupo de investigación “Familia yParentesco en el siglo XXI”; siendo su sujeto de estudio las familias que se caracte-rizan por estar integradas por padres/madres primerizos, considerados biológi-

ca y socialmente mayores para desempe-ñar este rol, y donde la diferencia entreellos y sus vástagos es superior a 35 ó 40años de edad.

Irma Arriagada, socióloga, investigadoravisitante del Centro de Estudios de la Mujer(CEM), Chile, y consultora de NacionesUnidas. En la primera parte del texto se

caracteriza y define lo que se entiende pororganización social de cuidado. A continua-ción se muestran los factores que en Chileestán provocando una crisis de cuidadopara finalizar con algunas sugerencias depolíticas públicas para enfrentar dicha cri-sis.

Francisco Elejabarrieta y SantiagoBavosi, de la Universidad Autónoma deBarcelona, analizan la existencia de mode-los de familia instituidos socialmente,

anclados simbólicamente como “naturales”, y enfrentados a nuevos formatos socialesque batallan por ser incluidos entre loinstituido. Específicamente estudian laestrategia discursiva del diario La Naciónen relación a la promulgación de Ley delMatrimonio entre Personas del MismoSexo en la Argentina en el año 2010.

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Madres más temprano y mássolas · Una realidad famliar

que crece, en especial entrelas mujeres más pobres

Carina Lupica

Las mujeres asumen la responsabilidad de los hijos a edades mástempranas que los hombres y lo hacen cada vez más solas, como

consecuencia de la mayor fragilidad de los vínculos conyugales.

Carina Lupica es licenciada en Ciencia Política de la Universidad Católica de Córdoba y Máster en Economía y Políticas Públicas del InstitutoTorcuato Di Tella. Actualmente se desempeña como directora ejecutiva del Observatorio de la Maternidad. [email protected] 

Son ellas, en especial las más pobres, las que sobrellevan casi exclusiva-mente las responsabilidades de crianza y cuidados cotidianos de loshijos cuando se separan, divorcian o son madres solteras: viven en hoga-

res monoparentales con hijos el 30,9% de las madres indigentes, el 17,8% delas que se encuentran en situación de pobreza, y el 13,5% de las no pobres.

Estas mujeres, cuya proporción se duplicó en los últimos veinte años en laArgentina, están altamente exigidas para ejercer su doble rol de madres yproveedoras económicas exclusivas del hogar.1 

Edad de la maternidad y la paternidad

En promedio, en la Argentina las mujeres tienen su primer hijo dosaños antes que los hombres: a los 23,2 años y 25,1 años de edad, respectiva-mente. Incluso, cuando se trata de madres y padres recientes (mujeres yhombres que tuvieron hijos durante el último año): 28,1 años y 30,4 años,respectivamente.

Sin embargo, esta distancia se extiende a tres años en el caso de lasmujeres y los hombres más pobres, que son aquellos que se encuentran

en situación de indigencia: en promedio, ellas son madres a los 20,7 años yellos a los 23,4 años.

Repárese en que la condición socioeconómica influye más sobre elmomento en que una mujer es madre que sobre los varones y su paterni-dad. Así, en promedio, cuando una mujer vive en un hogar con ingresos

1- Este artículo se realiza sobre la base de Lupica, Carina (2010): “Los hijos ¿infuyen de igual manera en la v ida delas mujeres y de los hombres?”. Anuario de la maternidad. Observatorio de la Maternidad. Buenos Aires, diciem-bre. Para mayor inormación: http://www.o-maternidad.org.ar/publicaciones.aspx

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Madres más temprano y más solas ◗

insuficientes para adquirir una canasta básica de alimentos (indigencia),se convierte en madre 3,4 años antes que aquellas en mejores condicionessocioeconómicas (no pobres): 20,7 años y 24,1 años, respectivamente. En elcaso de los hombres, esa brecha se reduce a 2,4 años: 23,4 años y 25,8 años,respectivamente.

Además, si se desagrega el conjunto de mujeres y varones de 14 a 49años de edad según nivel educativo, se comprueba que ellas tienen hijosa edades más tempranas que ellos en todos los niveles educativos. Estabrecha en promedio es de dos años, excepto en el nivel educativo inferior(hasta primario incompleto) y cuando se logra finalizar el secundario, enque la diferencia se incrementa a tres años.

Esto sucede porque la educación formal influye sustancialmente enla edad en la que se tienen hijos, particularmente entre las mujeres. Ellasretrasan su maternidad un año a medida que pasan de un nivel educativoinferior a uno inmediatamente superior. Excepto cuando pasan del nivelUniversitario Incompleto (UI) a Universitario Completo (UC), que retrasan

su maternidad prácticamente tres años. Entre los hombres, por el contrario,la principal diferencia se produce cuando completan el secundario (retra-san su paternidad dos años con relación a los que tienen entre primariaincompleta y completa); y sus estudios terciarios o universitarios, retrasansu paternidad tres años en comparación con aquellos que tienen Secunda-rio Completo (SC) o Universitario Incompleto (UI).

Finalmente, las mujeres con más años de educación formal (UC) son enpromedio madres siete años más tarde que las que tienen menos años deeducación formal (hasta primario incompleto): 27,2 años y 20,6 años, res-pectivamente. Entre los hombres, esa diferencia es menor: los hombres conUC tienen su primer hijo cinco años después con respecto a los hombresque tienen hasta PI: 29,1 años y 23,9 años, respectivamente (Ver gráfico 1).

Gráfico 1. Edad promedio de mujeres y de hombres al tener suprimer hijo según nivel educativo. Total aglomerados urbanos.

20,622

23,3 24,327,2

23,223,9 2425,9 26,4

29,1

25,1

0

5

10

15

20

25

30

35

Hasta PI PC a SI SC UI UC Total

Mujeres Hombres

Fuente: Lupica, C. (2010). Elaboración propia sobre la base de la EPH 2° semestre 2006. Nota: Hasta PI: Primarioincompleto. PC a SI: Primario completo a secundario incompleto. SC: Secundario completo. UI: Universitarioincompleto. UC: Universitario completo.

Esto sucede porque laeducación formal influyesustancialmente en la edaden la que se tienen hijos,particularmente entre lasmujeres. Ellas retrasansu maternidad un año amedida que pasan de unnivel educativo inferior a unoinmediatamente superior.

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El ámbito familiar en el que nacen los hijos

En la etapa adulta es más frecuente que las mujeres y los hombres con-vivan en pareja, tengan o no hijos: viven en hogares biparentales sin hijosel 57,8% de las mujeres y el 55,0% de los varones, porcentajes que se incre-mentan al 84,1% y 97,6%, respectivamente, cuando hay hijos en el hogar.

Pero, la presencia o la ausencia de hijos marcan una diferencia respectoa la formalidad de la unión conyugal. Así, cuando hay hijos en el hogar el55,1% de las mujeres y el 62,6% de los varones están casados, mientras quesólo lo están el 25,4% y 24,2%, respectivamente, cuando no los hay. Esto indi-caría que muchas de las personas que cohabitan consideran que la uniónformal es un contexto familiar más apropiado para tener y criar a sus hijose hijas, y se casan cuando los tienen o desean tenerlos.

Por otra parte, si se analizan los hogares monoparentales se verifica quela proporción es equitativa entre mujeres y hombres cuando no hay hijosen el hogar: el 42,2% de las mujeres y el 45,0% de los varones viven sin pare-

 ja estable.Sin embargo, cuando en ese tipo de hogares hay hijos se produce una

brecha considerable entre ellas y ellos: mientras el 15,9% de las mujerescon hijos viven sin pareja estable, solo el 2,4% de los varones lo hace. Esta

tendencia se origina en una proporción mayor de mujeres separadas odivorciadas que conviven con hijos respecto a los varones (9,6% y 1,6%,respectivamente), y aquellas que tienen hijos y son solteras (4,9% y 0,4%,respectivamente2).

Gráfico 2: Conformación de los hogares en donde habitan mujeresy hombres según situación de parentesco. Total aglomeradosurbanos.

48,0%

10,2%

57,8%

84,1%97,6%

55,0%

9,6%

47,5%

52,0% 89,8% 42,2% 15,9% 2,4% 45,0% 90,4% 52,5%

0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

Total Restantes No convivencon hijos

Convivencon hijos

Convivencon hijos

No convivencon hijos

Restantes Total

Mujeres Hombres

Hogares monoparentales Hogares biparentales

Fuente: Lupica, C. (2010). Elaboración propia sobre la base de la EPH 2° semestre 2006.

Estos datos permiten inferir dos conclusiones: 1) los hombres que asu-men solos la responsabilidad del ejercicio cotidiano de las funciones pater-nas son una excepción en la Argentina; y 2) las mujeres sobrellevan casiexclusivamente las responsabilidades de crianza y cuidados cotidianos delos hijos cuando se separan, divorcian o son madres solteras.

En el caso de ellos, esto es así con independencia de su situaciónsocioeconómica: más del 95% de los hombres que conviven con hijos estánen hogares biparentales (indigentes 96,6%; pobres no indigentes 97,9%; yno pobres 97,7%)3.

2- La escasa proporción de los viudos que conviven o no con hijos se explica porque la muestra utilizada enel análisis está conormada por mujeres y hombres hasta 49 años de edad, y la condición de viudez es másrecuente entre los adultos mayores.

3- El porcentaje de hombres en situación de extrema pobreza en hogares monoparentales con hijos duplicaal de los que se encuentran en mejor situación socioeconómica (4, 4% y 2,2%, respectivamente), aunque son

Las mujeres asumen laresponsabilidad de los hijosa edades más tempranasque los hombres y lohacen cada vez más solas,debido al incremento en lainestabilidad de las unionesconyugales. Particularmente,son las mujeres más pobreslas que tienen descendencia

más temprano y viven enhogares monoparentales conhijos.

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Las familias “tardías” enEspaña: una perspectiva

antropológica Elena Hernández Corrochano

Este artículo expone parte del estudio que sobre Familias “Tardías”

en España está realizando el grupo de investigación “Familia y

Parentesco en el siglo XXI”, del Departamento de Antropología

Social y Cultural de la Universidad Nacional de Educación a

Distancia (UNED).

Elena Hernández Corrochano es profesora de Antropología del Parentesco de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Educacióna Distancia (UNED), Madrid. [email protected].

Este equipo1, de reciente forma-ción , agrupa antropólogas yantropólogos que desde diver-

sas áreas trabajan desde hace añosen el estudio de los diferentes modosde configuración de los grupos fami-liares, así como en las relaciones queestablecen sus miembros entre ellos

y con la sociedad.

Definiendo nuestro sujeto deestudio

Nuestro sujeto de estudio, comoya hemos indicado, son las familiasque hemos denominado “tardías” yque se caracterizan por estar inte-gradas por padres/madres primeri-zos, considerados biológica y social-mente mayores para desempeñareste rol, y donde la diferencia entre

ellos y sus vástagos es superior a 35ó 40 años, según utilicemos criterioscientíficos o institucionales2.

1- El grupo de investigación está integrado por laDra. Nancy Konvalinka, directora, el Dr. Raúl SánchezMolina, el Dr. Alredo Francesch, la doctoranda SandraFernández y una servidora. La Dra. Konvalinka y yo,llevamos varios años trabajando el tema de Las Fami-lias “Tardías” en España. Fruto de esta colaboraciónhan sido, El I Seminario Internacional sobre NuevosModelos de Familias: Familias Tardías y el libro inéditoLas amilias en el siglo XXI

2- Los miembros del grupo de investigación somos

La definición que presentamosexcluye del estudio a las familiasreconstituidas, aquellas donde algu-no o los dos miembros de la parejahan tenido hijos de una relaciónanterior, pues entendemos que lassituaciones vivenciales a las que seenfrentan estos sujetos son diferen-

tes a las de aquellos que acceden porprimera vez a la paternidad/mater-nidad.

Las familias “tardías”, que segúnCollard, CH; Kashmeri, S (2009) “con-

 forman un pequeño, pero significativo grupo de padres que están vivenciadoun nuevo tipo de crisis reproductiva”3,se caracterizan -entre otras cuestio-nes- porque los sujetos-padres gene-ralmente han accedido a la pater-nidad/maternidad por cualquierade los caminos alternativos a la

concepción coital, es decir, la adop-ción o las TRA4; encontrando dentro

conscientes de las connotaciones etnocéntricas yde los sesgos de género que conllevan los términosamilias y tardías respectivamente. En este artículonos es imposible, por la alta de espacio, dedicarnosa explicar nuestro argumentos, basta saber que esuna descripción emic extraída tanto del discurso denuestros inormantes, como del discurso de expertosanalizados.

3- Collard, CH; Kashmeri, S. 2009:52.

4- La maternidad subrogada está prohibida por lalegislación española, lo que hace casi imposible tener

de este colectivo diversas estructu-ras domésticas, desde nucleares, ahomoparentales o monoparentales.

El discurso dominante de losexpertos sobre las familias“tardías”

El análisis de los discursos domi-nantes de los expertos, en concretoel institucional y el médico, ha sidofundamental para perfilar nuestrosujeto de estudio. La importanciaque estos discursos dan a la edad,señalando que los límites adecua-dos para ser padres se encuentranentre los 19 años a los 35 ó 405, nos

como inormantes a personas que han accedido a lapaternidad por esta vía. En la actualidad empresasespañolas se anuncian por Internet oertando estetipo de servicios, por ejemplo, http://www.deengay.

es/Maternidad-Subrogada.

5- En el caso de la adopción, el Art. 175 del CódigoCivil en España dispone que al menos uno de lossujetos de la pareja adoptante tiene que ser mayorde 25 años para poder adoptar. La dierencia máximade edad entre adoptado y adoptante no puede sersuperior a 40 años, haciéndose la media de edad encaso de parejas. La Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobreTécnicas de Reproducción Humana Asistida, señalaen el Artículo 6, que la persona usuaria de TRA será, “1.Toda mujer mayor de 18 años y con plena capacidad[…] con independencia de su estado civil y orientaciónsexual. 2. Entre la inormación proporcionada [está] lade los posibles riesgos […] que se puedan derivar dela maternidad a una edad clínicamente inadecuada”.Esta edad se sitúa entre los 35 a los 50 años, previo

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Las familias “tardías” en España: una perspectiva antropológica ◗

ha permitido analizar sus alegatosrespecto a la formación de las fami-lias tardías partiendo del polémico ycriticado concepto de generación6.

En este sentido, las reticenciasque la mayoría de los expertosexpresan sobre la formación eincremento de las familias tardíasen España, aunque se justifican porrazones del bienestar físico y psí-quico de los padres (en concreto delas madres) y de los hijos, creemosque también tiene que ver con elhecho de que tanto estas familias,como las familias tempranas o pre-coces, son las que más cuestionan elmodelo institucional de familia.

Ambas modalidades ponen enentredicho el principio occidentalde generación que, junto con laprohibición del incesto, vertebrannuestro sistema de parentesco7. Este

hecho compromete “un orden deltiempo. […] porque la sucesión de eda-des, en la vida de cada individuo, debearticularse en la continuidad de las

 generaciones, respetarla para armoni-zarse con ella, so pena de un retornoal caos”8. Mientras que otros gruposfamiliares, como los monoparenta-les u homoparentales no “tardíos”,aunque provocan controversia den-tro de nuestra sociedad, en ningúnmomento impugnan el modelo

familiar generacional existente

9

.

Las familias tardías: unarealidad a tener en cuenta

Los datos oficiales o extraofi-ciales sobre el número de familias“tardías” en España son nulos. Ni elgobierno ni la sociedad civil se haninteresado mucho por este fenóme-no, aunque su significativo incre-mento respecto a décadas pasadasparece un hecho que ningún exper-

to consultado se ha atrevido a negarcategóricamente.

Los datos del Movimiento Natu-ral de Población señalaban en 2006que el número de nacimientos bio-lógicos en España, es decir mediante

estudio médico.

6- Martínez R. M., 53:2005.

7- Roudinesco, E. 2004.

8- Vernant, J. P., Vidal-Naquet, P. 63:2006.

9- “el gran deseo de normatividad de la antiguasminorías perseguidas siembra el desorden en lasociedad. […] lo que perturba a los conservadores […]no es ya la impugnación del modelo amiliar, sino alcontrario, la voluntad de someterse a él”. Roudinesco,E. 10:2004.

el coito o por TRA, entre mujeres de40 a 50 años fue de 18.186, aumen-tando en un 79% respecto al año200010.

Estos datos los podemos cruzarcon los emitidos en este mismo añopor diversas asociaciones, como LaAsociación de Ayuda a la Fertilidado la Asociación CORA, Agrupaciónde Padres Adoptantes, y que res-pectivamente señalaban que: elnúmero de embarazos con éxito porel uso de TRA fue de 12.000, siendoalgunas de sus principales usuariasmujeres mayores de 35 años11, edaden la que los embarazos son consi-derados de riesgo; mientras que elnúmero de padres adoptantes deEspaña era de 3.800, ocho de cadadiez por adopción internacional12.

En este sentido, parece oportunopensar que el número de personas

mayores de 35 años que han acce-dido a la paternidad/maternidad seha incrementado significativamenteen España. Este hecho, según nues-tros informantes padres y madres“tardíos”, es fruto de una profundareflexión y del derecho que todosujeto tiene a la paternidad/mater-nidad, ahora accesible a edades cer-canas al fin de la vida fértil gracias alos avances médicos y a los acuerdosinternacionales sobre adopción

vigentes en nuestro país.

Conclusiones

Una de las primeras conclusio-nes que hemos extraído de nuestroestudio empírico es, como señalala Dra. Konvalinka, la existencia deun desfase generacional entre loshijos de padres tardíos, sus progeni-tores y abuelos, lo que produce “unasituación en la que los padres de una

 familia tardía estarán cuidando a la

vez a sus padres ancianos y sus hijosmuy jóvenes, en una nueva versión dela “sandwich generation” o genera-ción bocadillo (Miller 1981, Zal 1992,Williams 2004)”13.

10- Datos de Instituto Nacional de Estadística (INE).En estos datos se contabilizan tanto madres prime-rizas, como mujeres que han tendido anteriormentehijos.

11- http://www.asocicióngenera.org;

12- http://www.coraenlared.org. (Datos de elabora-ción propia)

13- Konvalinka, N. 2011.

En este sentido, entendemosque este desfase generacional, querepresenta un cambio en los ciclosde vida y un desequilibrio del reem-plazo generacional, forma partedel rechazo socio-institucionalque existe respecto al incrementode las familias “tardías” en nuestropaís.?

B i b l i o g r a f í a

Código Civil. Bases de datos de legis-lación. Título VII sobre las relacionespaterno-filiales. http://noticias.juridi-cas.com/base_datos/Privado/cc.l1t7.html

Collard, Chantal; Kashmeri, Shireen.“De embriones congelados a siempre familias”. Revista de Antropología. Vol.

18. UCM. 2009, pp. 43-65.

Instituto Nacional de Estadística. INE.http://www.ine.es/

Konvalinka, Nancy Anne “Relacionesde cuidado y redes de parentesco en losnuevos modelos de familias: las familiastardías”, en Las familias en el siglo XXI,Inédito.

Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobreTécnicas de Reproducción HumanaAsistida. http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/l14-2006.html

Martínez de Codes, Rosa María.“Reflexiones en torno al criterio genera-cional, como teoría analítica y métodohistórico”. Revista de la UniversidadComplutense de Madrid. Madrid. 2005,pp. 1-36.

Roudinesco, Elisabeth. “La familia endesorden”. Barcelona. Anagrama.2004

Vernant, Jean Pierre, Vidal-Naquet,Pierre. “Oedipe et ses mytes”. EditionComplexe. Paris. 2006.

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La necesidad de políticas

para la organización socialdel cuidado  Irma Arriagada

La organización social del cuidado se refiere a la política econó-

mica y social del cuidado. Esto es, la forma de entender, distribuir

y gestionar la necesidad de cuidados de la población; y que está

en la base del ulterior funcionamiento del sistema económico y

social.

Irma Arriagada es socióloga, investigadora visitante del Centro de Estudios de la Mujer (CEM), Chile, y consultora de Naciones Unidas. [email protected].

¿Qué se entiende pororganización social delcuidado?

Para poder definir la organiza-ción social del cuidado se requiereconsiderar tanto la demanda pre-sente y futura de cuidados, así comoquiénes proveen de esos servicios ycubren esa demanda1.

La organización de los cuidadosen Chile, al igual que en el resto de

América Latina, tiene un caráctermixto. Puede ser efectuada por ins-tituciones públicas y privadas, y serealiza dentro y fuera de los hogaresy las familias. Entre los principalessectores que efectúan el trabajoreproductivo, se pueden indicar las

1- Este texto se basa en los resultados del proyectodel equipo de Chile “Construyendo redes: mujereslatinoamericanas en las redes globales de cuidado”de UN-INSTRAW y CEM.

siguientes (UNIFEM, 2000, Rodrí-guez, 2007, Marco, 2007):

En el hogar es posible distinguirtres tipos de trabajo doméstico y decuidado:

a. Trabajo doméstico no remuneradorealizado dentro de las familiasprincipalmente por las mujeresque son cónyuges y por las que son

 jefas de hogarb. Cuidadoras remuneradas: entre

quienes se puede incluir a las tra-bajadoras del hogar, las niñeras,arsenaleras, enfermeras, en susdiversas modalidades: con jornadascompletas o parciales y con resi-dencia en el hogar o fuera de él; y

c. Servicios médicos y de enfermeríabasados en el hogar: estos serviciosprestan atención a las personasque no pueden acudir al hospital, a

adultos mayores, niños y personasdiscapacitadas.

Fuera del hogar los cuidadospueden tener un carácter públicoy/o privado. Las actividades se reali-zan mediante

a. Mercado: con la provisión de losservicios privados para el cuidadoinfantil (salas cunas/guarderías,atención preescolar en jardines y

educación primaria) y para los adul-tos mayores (residenciales, hospita-les y clínicas);

b. Estado: incluye los servicios públi-cos para el cuidado infantil y delos adultos mayores: guarderías,

 jardines infantiles, centros para elcuidado diario de adultos mayores,hospitales y postas, En general,estos servicios no alcanzan a cubrir

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La necesidad de políticas para la organización social del cuidado ◗

la demanda de quienes lo requie-ren; y

c. Organizaciones comunitarias:corresponde a los servicios ofreci-dos por cuidadoras voluntarias, deorganizaciones comunitarias, debeneficencia, con apoyo de la coo-peración internacional y otros.

Las actividades que se realizandentro o fuera del hogar, implicanuna compleja organización y plani-ficación, y mantienen flujos entrelas instancias públicas y privadasdependiendo de la suficiencia yoportunidad de la prestación. Así, sila oferta pública estatal no brindauna cobertura ni horarios adecua-dos, se deberá acudir al mercado-habitualmente de altos costos-,a las cuidadoras remuneradas ofamiliares no pagadas al interior

del hogar. En el mismo sentido, sila oferta del Estado es residual y noexisten ingresos para contratar losservicios en el mercado se acudiráa la oferta pública no estatal dispo-nible: ONG, instituciones religiosas,voluntariado (Rodríguez, 2007).

La situación en Chile

La organización social del cui-dado, es decir, las formas que la

sociedad establece para proveer decuidados, atraviesa por una crisis enla medida que se ha reorganizado eltrabajo remunerado y se han modi-ficado las estructuras familiares,situación que en Chile obedece avarios factores:

a. los cambios demográficos que hansignificado el aumento de la espe-ranza de vida de la población, quees mayor en la población feme-nina. Así la esperanza de vida de

las mujeres en 1990/95 alcanzabaa 77,4 años y en 2010/15 se esti-ma que alcanzará 82,2 años. Unapoblación adulta mayor demandade mayores cuidados, en especialen la población no valente;

b. el descenso de la fecundidad y porlo tanto la existencia de menoscuidadores a futuro. El descenso dela fecundidad ha sido muy intenso:en 1950 el promedio de hijos pormujer alcanzaba a 4,6 y hacia 2007

llegaba a sólo 1,8. A largo plazo,significa menos cuidadores y tam-bién menos niños que cuidar, peroen el corto plazo, se expresa en la

necesidad de combinar cuidados deadultos mayores y de menores;

c. el crecimiento de los hogaresmonoparentales a cargo de muje-res, que corresponde a alrededorde uno de cada tres hogares. Estasmadres y trabajadoras deben com-binar precariamente el cuidadode su familia y su trabajo fueradel hogar. También aumentan loshogares unipersonales de adultosmayores (Arriagada, 2007a);

d. la incorporación de las mujeresal mercado laboral que origina elaumento de familias donde ambospadres trabajan, y por tanto sereduce la cantidad de mujeres y eltiempo que pueden dedicar exclu-sivamente al cuidado y al trabajodoméstico. La tasa de actividadrefinada femenina que en 1990alcanzaba a 29,9%, en 2010 alcan-

zó a 43,4%;e. la persistencia de una distribución

sexual del trabajo rígida en lasfamilias, es decir, pese a la incorpo-ración masiva de las mujeres en elmercado laboral que en las etapasde mayor carga reproductiva (25-34años con hijos menores de 6 años)alcanza altos niveles de participa-ción económica, no se observa unaumento de la participación equi-valente de los varones en el trabajo

doméstico y de cuidado. Segúndatos de la Encuesta de Uso deTiempo realizada en el Gran San-tiago de 2007 del INE, las mujeresparticipan en un 78,8 % y destinan2,6 horas al trabajo doméstico y alcuidado de los demás integrantesdel hogar y los varones tan sóloen 21,2% y 1,5 horas. Es posibleque esta sobrecarga de trabajoexplique el deterioro de la salud delas mujeres, en especial entre los25 y 44 años, quienes en la última

encuesta del Ministerio de Salud de2010, triplican los síntomas depre-sivos de los hombres, duplican losproblemas digestivos y los superanen trastornos de sueño y estrés.

En síntesis, todos estos elemen-tos apuntan a la reducción de cuida-doras y al aumento de la demanda yde las necesidades de cuidado.

Algunas propuestas

En primer lugar, desde el Esta-do se debe promover una mayorigualdad de acceso a los cuidados

La organización social delcuidado, es decir, las formasque la sociedad establece paraproveer de cuidados, atraviesapor una crisis en la medidaque se ha reorganizado eltrabajo remunerado y se hanmodificado las estructurasfamiliares...

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para las personas de distintos nive-les socioeconómicos y recursos; losservicios y prestaciones deben tenerun carácter universal que considerela solidaridad entre generacionesy de manera explícita se reduzca lacarga desproporcionada que recaeactualmente sobre las mujeres. Acontinuación se proponen algunasmedidas generales para enfrentar lacrisis de cuidado y para una mejororganización social de los cuidadosen Chile:

» Poner en la agenda pública el temade cuidado. Es preciso interrogar-se acerca de las formas como seaborda el cuidado en los modelosde desarrollo y en la visión de país.La invisibilidad del tema se expli-ca por la persistencia de modelos

culturales que consideran que elcuidado debe ser privado, familiar

 y femenino; por la mantención deuna rígida división del trabajo porgénero en el hogar; por mercadoslaborales que no consideran quesus trabajadores tienen familias;por una legislación que no contem-pla medidas para trabajadores conresponsabilidades familiares; porla ausencia de cumplimiento delas pocas leyes de conciliación con

corresponsabilidad social existen-tes, entre otros factores.

 » Ampliar la oferta estatal de servi-cios. Es preciso abordar el cuidadopor medio de políticas públicas queconsideren sus distintas dimensio-nes y se capacite a las personaspara llevarlo a cabo. En el caso deChile se han desarrollado algunasiniciativas tendientes a mejorar laoferta de servicios públicos gratui-tos especialmente para el cuidado

de los menores, por ejemplo se hanampliado los cupos de guarderías y

 jardines infantiles en el marco delprograma Chile Crece Contigo. Sinembargo, las iniciativas en tornoa mejorar los servicios para losadultos mayores (atención integralpara adultos no valentes, centrosde atención diurna, mejora en laatención de salud y otros) hansido menos exitosas. Existe unafuerte demanda insatisfecha para

la institucionalización de adultosmayores no valentes, así como faltade cobertura educativa, de salud yde atención de personas discapaci-

tadas y de adultos mayores en lasáreas rurales. La externalizacióndel cuidado es una política impor-tante y puede ser muy eficaz, peroel mantenimiento de la sociedadrequiere más que sólo la creaciónde nuevos servicios, requiere tam-bién la formulación de nuevasformas de convivencia, en definiti-va nuevas formas de ser sociedad(Reyes, Paz y Todaro, 2007).

 » Modificar el reparto de trabajo alinterior de los hogares. El repartoactual del trabajo doméstico y decuidado al interior de los hoga-res en Chile es extremadamentedesigual entre géneros y tambiénentre generaciones. En las oca-siones que los varones cuidan lohacen acompañados por su esposa,pareja, hermana, etc.; cuando las

mujeres cuidan habitualmente lohacen solas. Asimismo, la diferen-cia entre el trabajo remunerado yno remunerado entre sexos debemodificarse, ofreciendo mayoresoportunidades laborales para lasmujeres.

 » Generar nuevos programas de con-ciliación y co-responsabilidad fami-lia-trabajo. Un área de acción aúnno suficientemente desarrollada se

refiere a las diversas medidas posi-bles de tomar en torno a la con-ciliación y de co-responsabilidadde familia-trabajo para hombres

 y mujeres tanto desde el Estadocomo desde las propias empresas

 y los propios trabajadores y tra-bajadoras. Numerosas medidas ypropuestas innovadoras al respectose han planteado, y que apuntan amejorar la productividad así comoa aumentar la satisfacción laboralde trabajadores y trabajadoras

(véase OIT-PNUD, 2009)

 » Cambiar los sistemas de organiza-ción del tiempo. Ya se han indicadolas posibles vías por las cuales sepuede mejorar la situación actualen torno al cuidado: organizar demejor forma el tiempo de trabajo,el tiempo de familia y el ahorro deltiempo de cuidado y de apoyo alas labores domésticas (Arriagada,2007b).

 » Profesionalizar y valorar el trabajode cuidado. Capacitar y formardiferencialmente a las personas a

Es preciso interrogarse acercade las formas como se abordael cuidado en los modelos dedesarrollo y en la visión depaís. La invisibilidad del temase explica por la persistenciade modelos culturales que

consideran que el cuidadodebe ser privado, familiar yfemenino...

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La necesidad de políticas para la organización social del cuidado ◗

cargo del trabajo doméstico y delcuidado de niños, adultos no valen-tes y semi-valentes, promover laautovaloración y el reconocimientode las competencias básicas delas trabajadoras de casa particularasí como el conocimiento de lasnormas que regulan las relacioneslaborales. Igualar las condiciones ylos derechos laborales del trabajodoméstico al de los demás trabajosremunerados.

 » Ligar la generación de empleoscon un aumento de la oferta deservicios de cuidado. Esta medidapermite ofrecer empleos y servi-cios necesitados por la ciudadanía,promueve una transformación cul-tural en torno a la idea de que loscuidados son una responsabilidadsocial, y puede contribuir a remover

una de las principales barreras quetienen las mujeres para accederal mercado laboral. Ello permitiríaampliar opciones, capacidades ylibertades, evitar la reproducciónde modelos de género en extremodesiguales y avanzar hacia regíme-nes de cuidados más justos.?

B i b l i o g r a f í a

Arriagada, Irma, “Transformaciones familiares y políticas de bienestar en América Latina”, en I. Arriagada (coord.)Familias y políticas públicas en Améri-ca Latina. Una historia de desencuen-tros: CEPAL-UNFPA, Santiago de Chile,2007.

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Con la familia no se juega a los dados

 Francisco Elejabarrieta y Santiago Bavosi

Hablar de nuevos modelos familiares supone referirse a formas

sociales existentes y a otras que se vienen a sumar a éstas, que les

sobrevienen. Implica considerar la alteración de los modelos socia-

les instituidos.

Francisco Elejabarrieta es doctor en Psicología Social por la Universidad Autónoma de Barcelona.  [email protected]  

Santiago Bavosi es doctorando en Psicología Social de la Universidad Autónoma de Barcelona, Master en Investigación en Psicología Social,Universidad Autónoma de Barcelona. [email protected]

Introducción

La existencia de modelos socia-les instituidos puede suponer lapresunción de una “existencia natu-ral” de ciertos patrones y dinámicassociales. Situación que facilita la ilu-sión de suponer que aquello cono-cido ‘es’ genéricamente así, siempreha sido así, que se está frente unorden social anclado en lo “natural”.

Decir nuevos modelos familia-res es referir a situaciones que yaexisten de facto: familias monopa-

rentales, familias extendidas deri-vadas de matrimonios divorciados,padres adoptivos, o familias migran-tes cuyos integrantes no viven bajoun mismo techo, entre otros. Forma-tos todos que todavía no alcanzanreconocimiento y legitimidad socialplenos, o, que en su defecto, no sonobservados con la misma acepta-ción que registra el formato familiar“clásico”: madre, padre, hijos –bioló-

gicos- bajo un mismo techo, aunque

éste sea metafórico.Aquello que se considera están-dar, es una conceptualización nor-mativa (la norma y su puesta enpráctica) de lo que se entiende queha de ser una familia. Comúnmente,se entiende que quienes no cuadrencon los modelos tipificados comonormales, eventualmente, puedenser considerados como desviados yproporcionar sentido a la aplicaciónde la norma y reafirmar el sentidode la norma misma. O sea, que pri-

mero se define una norma y que enel espacio externo a sus márgenes,posteriormente, se encontraránlas anormalidades. Sin embargo,después de Canguilhelm (1966)y Foucault (1972, 1975, 1976) entreotros, sabemos bien que el procesoen realidad es inverso: primero sedefine-aparta-excluye lo anormaly esta exclusión (en estadística sedenomina riesgo) es lo único que

define y sustenta la normalidad.

Lo que finalmente genera que seanlos diversos grupos sociales los quecrean la desviación al establecer lanormas cuya infracción constituyeuna desviación, y al aplicar esasnormas a personas o grupos consi-derados como marginales (Becker,2009). Curioso sistema por el que elfuncionamiento social práctico delo normal-anormal termina por serconsiderado el objeto de lo normal-anormal.

Y efectivamente, no es sino

desde los márgenes de los modelosfamiliares considerados como ale-

 jados del centro instituido, de lasformas aceptadas como normales,que aparecen formas que pujanpor transformarse en elementosinstituyentes. Nuevos formatossociales batallan simbólicamentepor ser incluidos entre lo instituido,en tanto que retoman lo ya dado,

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Con la familia no se juega a los dados ◗

siguiendo las huellas de una heren-cia (Castoriadis, 1990).

De forma específica, en elcontexto argentino, a partir de lainminencia de la sanción de la Leyde Matrimonio entre Personas delMismo Sexo, o como ha sido llama-do por algunos sectores de la prensalocal: “el matrimonio homosexual”,dio inicio a un nuevo capítulo den-tro de la historia por las disputasentre aquello considerado comonormativo y lo que se pretende quepermanezca fuera.

Tres historias y un mismoconflicto

La inminencia de la aproba-ción de la ley que posteriormentefue aprobada en 2010 en relaciónal matrimonio entre personas de

mismo sexo, suscitó todo tipo opi-niones apocalípticas, en diversosámbitos, sobre la improcedencia delplanteo. Las posturas se focalizaronalrededor de la posibilidad de adop-ción de niños que habrían de adqui-rir como legítimo derecho los futu-ros conyugues de un mismo sexoque decidieran formar una familia.O sea, de alterar el formato existen-te de la misma, aquel consideradocomo “natural”.

Cuesta creer que quienes hoyexponen al “matrimonio homo-sexual” como algo contra natura lohagan desde una posición ingenua,que ignoren las muchas controver-sias acaecidas, durante los últimosciento treinta años, cada vez que seintentó introducir modificaciones ala ley de matrimonio.

Tres eventos revelan la his-toricidad que poseen las pujas ytensiones alrededor de los intentosde modificar el estatuto familiar

clásico en Argentina. Aquello que sepresenta como ahistórico y naturalha sido objeto de numerosas bata-llas políticas, legales, discursivas;contiendas de poder tendientes aopacar y aplacar cualquier movi-miento instituyente alrededor de la“ familia natural”.

El más reciente, se suscitó en elaño 1987 cuando fue aprobada, bajoel gobierno de Alfonsín, la Ley deDivorcio Vincular, que autorizaba la

disolución del matrimonio, y poníafin a una situación preexistente defacto: la existencia de familias sepa-

radas por el distanciamiento espa-cial y afectivo de sus cónyugues.

Ante la inminencia de la apro-bación de la Ley, algunos sectoresesgrimían que se estaba ante laposibilidad del ocaso de la familia,que sobrevendría una avalanchade divorcios capaz de destruir a lainstitución ejemplar por naturaleza:la familia. En aquella ocasión, el Car-denal Aramburu, máxima autoridadde la iglesia argentina, expresó, apropósito de una manifestación enfavor de la familia y en contra de lainminente Ley: “Nuestra presenciaaquí –dijo el cardenal- no intenta ser 

 política, desestabilizadora o de algún grupo en particular, sino de la iglesialocal, y quiere ser un claro testimonio

 público y social de reafirmación de los grandes valores de toda familia sóli-da y permanentemente constituida”.

(ABC, 1987)Hacia fines del siglo XIX, en

1888, por causa de la introducciónde un nuevo código civil, el llamadocódigo Vélez Sarsfield, y la sanciónuna nueva ley de matrimonio quedejaba sin efecto legal a la ceremo-nia religiosa, otorgándole entidadsólo a aquella realizada frente a laautoridad civil pertinente, la iglesiatildó como “torpe y pernicioso concu-binato.” No sólo cuestionó la refor-

ma legal, sino que, como tambiénaconteció ante la inminencia de laley de Divorcio Vincular, vaticinaba:“la destrucción de la familia”. (Chane-ton, 1991)

Similares argumentos a losesgrimidos ante la sanción delmatrimonio civil introducido porel llamado Código Vélez Sarsfieldse elevaron ante la primera Leyde Divorcio Vincular, aprobada enel ocaso del segundo mandato dePerón, año 1954. La Ley habría de ser

derogada luego del derrocamientodel gobierno de Perón a manos dela junta militar ingresante, la cualfundamentó la derogación de laLey apelando a su carácter destruc-tivo de la familia argentina. (CelsoRamón 2000).

Dentro de esta breve reseñahistórica es curioso observar doscuestiones: en primer lugar quela oposición y el rechazo a las tresleyes haya generado una repetición

mimética en su forma y contenidodurante más de 130 años que seresume en una consigna de con-clusión: la familia se destruye. Y, en

La existencia de modelossociales instituidos puedesuponer la presunción deuna “existencia natural” deciertos patrones y dinámicassociales. Situación quefacilita la ilusión de suponerque aquello conocido ‘es’genéricamente así, siempreha sido así, que se está frenteun orden social anclado en lo“natural”.

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segundo lugar, el escaso alumbra-miento visionario y predictor dequienes lo propugnan, pues o bienlas leyes anteriores no destruíannada, o bien ‘la familia’ ya está des-truida desde hace más de 100 años,y por tanto, ¿qué puede destruir laactual Ley referida al matrimonioentre personas del mismo sexo?

El discurso en contra delmatrimonio de personas delmismo sexo

El debate alrededor de la posi-bilidad de la sanción de la Ley, que

habilitó a personas de mismo sexoa contraer matrimonio, ha reiteradomecanismos de resistencia y opo-sición llamativamente similares aalgunos utilizados en el pasado: lareiteración de argumentos apocalíp-ticos respecto a la inminente ame-naza del fin de la familia, tal y comola conocemos, tal y como “debieraser ”; y, por defecto, ha atacado lo queno debe ser: los desviados.

Dado que parte de las argumen-

taciones contrarias al matrimonioentre personas de mismo sexo hansido esgrimidas por medios decomunicación, consideramos rele-vante revisar algunos de sus fun-damentos con el objeto de analizarsus sentidos e intenciones, el tipode utilización de los mismos, suslógicas, intrínsecas y extrínsecas, loque vehiculizan, lo que obstaculizan,y lo que procuran mantener y sos-tener: es decir la puesta en marchade mecanismos discursivos tendien-

tes a presentar al formato familiar“clásico” e instituido, como natural yahistórico.

Análisis

Para exponer algunas estrate-gias discursivas tendientes a procla-mar la ilegitimidad del matrimonioentre personas del mismo sexo, enla Argentina, expondremos algunasde las formas en que se ha tratado

este asunto por parte del periódicoLa Nación1. Para ello, estudiaremos

1- Los resultados y las reerencias a datos aquí pre-

el uso arbitrario de argumentosy su encadenación, que en unasocasiones funcionan como reforza-dores negativos en detrimento deun tema, pero que ante cuestionesafines a intereses políticos, pasana ser utilizados como reforzadorespositivos.

En una nota publicada en LaNación (2-10-2010), a través de unode los ponentes, se escribía sobrela modificación del código civil queautorizaba el matrimonio entrepersonas de mismo sexo y su posi-bilidad de formar nuevas familias:“¿Qué significan estos experimentos

sociales con la niñez? Pensaba en losembriones crio conservados que yaexisten y sin contar con la discrimina-ción genética, ya que, como ustedessaben, los que no satisfacen o reúnenlos controles de calidad necesarios

 para ser implantados, se descartan”.En un mismo párrafo se habla de:derecho (modificación del códigocivil), psicología-sociología (expe-rimentos sociales con la niñez) ygenética (embriones crio conserva-

dos).En tan sólo un párrafo, bajopretendida apelación a la ‘autoridaddel experto’, se monta una ilaciónnarrativa de temáticas sin conexión.Una modificación legislativa com-prende, según la nota, implicanciasgenéticas, que darían por resultadouna experimentación social con laniñez. Así, el “matrimonio homo-sexual” podría promover la discrimi-nación genética, impactaría sobre eluso de embriones crio conservados,

y por tanto, los niños habrán deser víctimas de experimentacionessociales. En un resumen sencillo ados elementos, la noticia establecela conclusión que se debe extraer:modificación del código civil => dis-criminación genética.

¿De qué forma se hace posibletal esperpento argumentativo?Creemos que uno de los motivos es

sentados son un resumen de un análisis más amplioque ha considerado todas las noticias publicadassobre la aprobación de la ley en cuestión, así como lasnoticias sobre desarrollo y aplicación de biotecnolo-gías durante el año 2010 por parte del periódico LaNación.

El debate alrededor de la

posibilidad de la sanción dela Ley, que habilitó a personasde mismo sexo a contraermatrimonio, ha reiteradomecanismos de resistenciay oposición llamativamentesimilares a algunos utilizadosen el pasado: la reiteraciónde argumentos apocalípticosrespecto a la inminenteamenaza del fin de la familia,tal y como la conocemos, tal

y como “debiera ser”; y, pordefecto, ha atacado lo que nodebe ser: los desviados.

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Con la familia no se juega a los dados ◗

la disposición táctica de narrativasque, aunque argumentativamenteno coherentes, apelan a disciplinasvaloradas como ejemplares para lasociedad: el derecho y la biología,con lo cual se da paso a una funda-mentación naturalista: la ley de labiología frente al derecho familiar.

La biología es presentada den-tro de la esfera de la noticia con elobjetivo de dotar al planteo de unacondición irrefutable, de consecuen-cias negativas para la sociedad. Laadvertencia aparece: el “matrimo-nio gay ” puede alterar la genéticahumana; y con ello, el destino de la

sociedad corre peligro, en especialla niñez. El peligro está advertido, y,por ser expuesto mediáticamente,publicitado.

Ahora, cinco días antes de lamencionada noticia sobre las con-secuencias del llamado “matrimonio

 gay ”, el día 5 de octubre de 2010, enel mismo periódico, se publicabauna noticia referida al Premio Nobelobtenido por Edwards a raíz de sutrabajo sobre la fertilización in vitro.

La nota se titulaba y subtitulaba dela siguiente forma: “Un método queen la Argentina hizo posibles 15.000nacimientos(…) Cada día nacen cincochicos por fecundación in vitro; elagradecimiento de las madres”. Y yaen el cuerpo de la noticia se expo-nía: “Desde 1986, en la Argentina hannacido cerca de 15.000 niños por esemismo método. Se estima que entreel 10 y el 15% de las parejas padeceninfertilidad” (La Nación, 5-10-10)

La presentación de la noticia

sobre el Premio Nobel a Edwardsse expone -claramente- comofavorable. Se habla de ‘posibilidad’,‘vida’, ‘nacimiento de 15.000 niños’,‘anhelo de maternidad’ y ‘esperanzapara las parejas’ –heterosexuales-,y, sobre todo, se dice, ‘felicidad’.El periódico ha valorado, en estaoportunidad, de manera positiva lamanipulación genética. Tanto que,en otra nota publicada el mismo día,concluía: “(Edwards) Encaró los dile-

mas morales con prudente reflexión y los científicos, con espíritu creativo y dedicación. Gracias a ello, hoy el 2-3%de los recién nacidos en muchos países

ha sido concebido con el auxilio de lastécnicas de FIV, que influyeron así en lavida de millones de personas infértilesa quienes han dado la oportunidadúnica de procrear…”.2 

¿Qué es lo que podría originarun cambio tan abrupto de opinióncomo para que el día 5 de octubre elperiódico celebre los avances de labiología y cinco días más tarde alar-me a sus lectores, de la posibilidadde un cataclismo social, o la subver-sión de los derechos de los niños?

“Con estas leyes, lo que hemosconseguido es que los niños seanexiliados y estén absolutamente des-

amparados” se dice, al cuestionarlos fundamentos sobre el derechorecientemente adquirido por partede las personas de mismo sexo acontraer matrimonio, a su posibi-lidad de adoptar niños, y por endeconformar un nuevo e incipientemodelo familiar. Y se agrega: “Hubocoincidencia en que la maternidadsubrogada carece de un marco jurídi-co adecuado en la Argentina (…) son20.000 los embriones crio conservados

que existen en la actualidad en el país y la legislación actual no permiteadoptar embriones.”

Lo antedicho parece posarla mirada, no en la existencia deembriones crio conservados, aque-llos de quienes se celebra su posibi-lidad de generación, caso contrariono se pueden publicar tres notas enun mismo día en honor a la entregadel Premio Nobel a quien diseñóe impulsó la F.I.V. (Fertilización inVitro), sino en las personas que pue-

den tener acceso -derecho- a ellos.¿Quiénes son, a juicio del dia-

rio, quienes están legitimados paraacceder a embriones crio conserva-dos? La respuesta se puede encon-trar en otra nota editorial publicadael 12 de julio del 2010, próxima a lasanción de la Ley de Matrimonioentre Personas de Mismo Sexo: “La

 perpetuación de la especie está en labase del matrimonio y dos personas

2- Estas expresiones ueron vertidas en la sección deopinión, la cual, por denición, se relaciona de maneradirecta con la línea editorial del periódico. O sea: va desuyo que el diario ve con buenos ojos lo alcanzado através de la técnica de ertilización in vitro.

Dado que parte de lasargumentaciones contrariasal matrimonio entre personasde mismo sexo han sidoesgrimidas por medios decomunicación, consideramosrelevante revisar algunosde sus fundamentos conel objeto de analizar sussentidos e intenciones,el tipo de utilización delos mismos, sus lógicas,intrínsecas y extrínsecas,

lo que vehiculizan, lo queobstaculizan, y lo queprocuran mantener y sostener

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del mismo sexo no pueden corres- ponder a ese requisito por razonesantropológicas de toda evidencia” (LaNación , 12-7-2010). Es decir: hetero-sexuales, mas no homosexuales.

Lo que expresa el periódicopareciera ser contradictorio con loque en el mismo matutino se cele-bra tres meses después: el reconoci-miento al hombre que hizo posiblealgo que le merece distinguir ypublicar: “Desde 1986, en la Argenti-na han nacido cerca de 15.000 niños

 por ese mismo método. Se estima

que entre el 10 y el 15% de las parejas  padecen infertilidad”. Pero no lo es,puesto que lo que realmente estáen discusión y cuestionamiento, porparte del periódico, no es la fertili-dad de las personas, caso contrariono podría halagar a quien posibilita,vía técnicas genéticas: procrear porvías no naturales.

Lo que se discute y solapa esel cuestionamiento a la “condiciónsexual” del adoptante de los embrio-

nes, la presunta desviación socialde los homosexuales. La cualidadespuria de los argumentos esgri-midos se deriva de la siguientemanifestación: “El Estado, como se hadicho, no regula la vida afectiva de las

 personas; regula una institución quecumple una función social”. Si la fun-ción social de la familia, su sentido,es la reproducción de la especie, taly como manifiesta el periódico, lamisma está garantizada, entre otrascosas, gracias a lo que se valora

positivamente en algunas notas, yse cuestiona en otras: la existenciade embriones crio conservados. Conlo cual carece de sentido lógico queel matutino se plantee dentro dela misma editorial: “si se aceptara elmatrimonio entre personas del mismosexo, ¿no sería menos hipócrita y másrazonable reducirlo todo a un merocontrato, como si se tratara de un con-trato de compraventa o arrendamien-to y hasta con plazos para su vigencia?

¿Qué sentido tendría, si no, el matri-monio despojado de su principal razónde ser?”, puesto que las respuestasa estas preguntas las puede hallar

entre las noticias publicadas enfavor de la Fertilización in Vitro.

Cuando se juega con dadostrucados

En el marco de la precisiónsobre las funciones que tienen lashistorias, el qué y cómo es contado,Van Dijk identifica su capacidadpara tratar sobre acontecimientosy acciones que se construyen enforma interesante para el público,lo que implica que las historias

suelen narrarse para entretener almismo, para influir en sus reaccio-nes estéticas, étnicas o emocionales.En el caso de historias sobre mino-rías, éstas pueden tener funcionessociales, políticas o culturales másamplias, o desempeñar el rol de unesquema argumentativo. (Teun a.Van Dijk, Historias y Racismo, enNarrativa y control social, DennisMumby –comp- Amorrortu, BuenosAires, 1997)

El esquema argumentativo pre-sentado por el periódico La Naciónrespecto al matrimonio entre perso-nas de mismo sexo, al que el matu-tino denomina “ gay ”, tiene sentidodentro de una lógica ampliada quepersigue por objetivo, identificar elcarácter contra natura que tendríaeste tipo de matrimonio, pero, porsobre todas las cosas, la elecciónsexual de las personas tildadascomo “ gay ”. Y a los fines de justifi-car la opinión propia, se construye

una narración que intenta sostener-se en la forzada relación: derecho-biología-familia.

Hemos intentado mostrar unescenario que arrastra una tradiciónhistórica de conflictos, de relacionesde poder y de control detrás de loque se presenta como ahistórico.Así como hace más de siglo y mediose rompieron relaciones con el Vati-cano por causa de la introduccióndel Matrimonio Civil , a mediados

del siglo XX se derogó, por partede una junta militar, una Ley deDivorcio Vincular aprobada dentrodel marco de un gobierno demo-

En este marco, el naturalismoy esencialismo social al que seapela desde ciertas prácticasdiscursivas, solapa y esconde,a través de construccionesnarrativas que se pretendenpresentar como ajustadasa derecho y naturaleza,la intención de obturar e

impedir cualquier tipo decambio o transformación deprácticas sociales instituidas.

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Con la familia no se juega a los dados ◗

B i b l i o g r a f í a

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Canguilhelm, George, “Le normal et le pathologique”. Paris, PUF, 1966.

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crático, y se reanudaron y avivaronlas controversias alrededor delmismo tema hacia fines de los añosochenta, hoy día sucede lo mismoalrededor del corazón del debatesobre el matrimonio entre personasde mismo sexo: la mera posibilidadde hablar acerca de nuevos modelos

 familiares.Las batallas que se dan en el

plano discursivo, pero que tienenun profundo calado pragmáticosocial, siguen estando relacionadasa temáticas bien formuladas por

Foucault y otros autores: ¿Quiéntiene derecho a decir qué sobre cier-tas prácticas sociales en relación a lavida y su regulación? y ¿Cuáles sonlos intereses de poder que se ponenen juego cuando se intenta haceringresar dentro de la mesa de discu-sión temáticas no afines con ciertospostulados considerados naturales?.¿Cómo sucede, en definitiva, quénatural y normal se asocian estable-ciendo isomorfismo e inmanencia

y se concatenan en una relación deequivalencia a aceptable y legítimo?En este marco, el naturalismo y

esencialismo social al que se apeladesde ciertas prácticas discursivas,solapa y esconde, a través de cons-trucciones narrativas que se pre-tenden presentar como ajustadas aderecho y naturaleza, la intenciónde obturar e impedir cualquier tipode cambio o transformación deprácticas sociales instituidas. Eneste contexto, se reifica como obje-

tivo un discurso que invisibiliza ynaturaliza diversas violencias sim-bólicas para con aquello considera-do como desviado de lo “normal”: loshomosexuales.

En los términos expuestos, elconcepto de familia aceptable sealeja de su condición social paraquedar objetivado, para cosificar-se, simultáneamente, como sup-existente (natural-izado) y como

supra-existente (legitimado).?

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8/6/2019 Observatori Social Revista 2

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