Ocaso en El Humanismo

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LICENCIATURA EN CIENCIAS RELIGIOSAS Tema de investigación: “EL OCASO DEL HUMANISMO y la Hermenéutica de valores en el siglo XXI. Alumna: Georgina María Saldivar Torres Asesor Lic. Juvenal Cruz Vega 1

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LICENCIATURA EN CIENCIASRELIGIOSAS

Tema de investigación:

“EL OCASO DEL HUMANISMO y la

Hermenéutica de valores en el siglo XXI.

Alumna: Georgina María Saldivar Torres

Asesor Lic. Juvenal Cruz Vega

EL OCASO DEL HUMANISMO Y LA HERMENEÚTICA DE VALORES EL SIGLO XXI

I. INTRODUCCIÓN

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Dado que este tema es muy amplio, merece anotarse un preámbulo al humanismo para poder contextualizar la crisis de los valores que se ha detectado al finalizar el siglo XX y al iniciar el siglo XXI. El humanismo en occidente comienza en Grecia antigua y se ha extendido a todo el mundo occidental. Por eso haremos una diacronía sobre el humanismo, para ver cómo ha sido la evolución de la paidéia, la cultura y el humanismo clásico y cristiano y así poder entender cuáles son los valores que están en crisis.

Nota: Las traducciones de texto de latín y griego, que aparecen en el trabajo fueron hechas por el Prof. Lic. Juvenal Cruz Vega.

1.1. La llegada del humanismo griego a Roma

Grecia ha ejercido durante siglos un peculiar hechizo sobre la imaginación de los hombres. Los romanos que incorporaron Grecia a su imperio y en tal proceso no rehuyeron el saqueo de sus ciudades porque quedaron profundamente impresionados por ella. Los jóvenes romanos eran enviados a las escuelas de Atenas para estudiar. Los romanos cultos miraban a los griegos como sus maestros, casi en todos los géneros literarios, y que Horacio había escrito bellamente: “Graecia capta ferum victorem cepit”1.

1. 2. El humanismo grecorromano en los medievales.

Los medievales tomaron como maestros a los griegos a través de los romanos. Primero con el nacimiento de las escuelas de literatura, de gramática y de retórica y luego con el nacimiento de las scholae y la universitas. En las escuelas medievales se tomó el plan de estudios de la Academia de Platón que ya había sido utilizado en Roma, es decir, el trivium y el quadrivium, el conjunto de siete artes que son estudiadas con rigor académico: gramática, dialéctica, retórica, música, astronomía, aritmética y geometría. Además de la filosofía que se había extraído de la tradición del Liceo, esto es, de la escuela fundada por Aristóteles, lo cual venía a ser como prenotando al estudio de la Teología; este es el contexto de la sentencia medieval: Philosophia est ancilla theologiae2.

1.3. El humanismo de Grecia y Roma en el Renacimiento.

Cuando el renacimiento italiano del siglo XV despertó un renovado interés por el mundo antiguo, fue Roma la que primeramente, atrajo la atención. Pero tras la imponente fachada romana, los eruditos y los poetas percibieron la presencia de algo más poderoso y más seductor. Paulatinamente se fue desenredando de las tinieblas del pasado y, se reveló toda la majestad de la realización griega.

Tan grande llegó a ser su prestigio que las ideas griegas sobre medicina, astronomía y geografía fueron aceptadas con fe incuestionable hasta el siglo XVII, en el cual el nacimiento de un nuevo espíritu científico inauguró la era de

1 Horacio, Epistolas, 2,1,56 ss. Una vez capturada Grecia, conquistó a su rudo conquistador. 2 La filosofía es la sierva de la teología.

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experimentación y de la investigación en la que nosotros hemos nacido3. Fue en los siglos XVI Y XVII cuando se renovó la expresión que conocemos como humanismo, es decir, la evolución interdisciplinaria de la paidéia, cultura y humanismo4

1.4. El humanismo de Grecia y Roma en la modernidad.

Después del renacimiento y del humanismo el legado griego y latino se aceptó poco en la modernidad y mucho entre nosotros, a través del pensamiento novohispano. Por eso hoy, la cosmovisión griega nos estimula y nos exalta porque los orígenes y el mundo moderno tienen con Grecia una deuda demasiado profunda.

1. 5. El humanismo en el siglo XX.

A finales del siglo XIX hubo en Europa un segundo renacimiento de occidente con la renovación de la filosofía, la historia, la teología, la literatura, la poesía, la filología, la ética, la axiología y la hermenéutica. Puede apreciarse esta empresa cultural con la obra de los siguientes autores: Franz Brentano, Edmund Husserl, Martin Heidegger, Karl Ranher, Paul Ricoeur, José Vasconcelos, Leopoldo Zea, José Rubén Sanabria, Humberto Eco, Gianni Vattimo, Adela Cortina, Mauricio Beuchot, entre tantos. Pero también puede verse la crisis del humanismo por una influencia mayoritaria de la tardomodernidad en la educación. Una valoración del humanismo antiguo basado en Pedro Gasparotto puede verse así: Si Roma venció a Grecia con las armas, Grecia venció a Roma en el campo cultural y literario y, por su parte el Judaísmo y el Cristianismo vencieron a Grecia y a Roma en el campo religioso, metafísico y ético, cambiando profundamente la historia religiosa del Occidente Europeo. El cristianismo encontró en la organización del Imperio y en el ambiente “helenístico” unos factores muy favorables a su difusión. Pero la política y la cultura tradicional pagana pusieron una feroz resistencia, que se volvió frecuentemente persecutoria, antes de sucumbir definitivamente5. Sin embargo, la posmodernidad o tardomodernidad se empeña mucho en cambiar la historia por nihilismo, relativismo, pragmatismo, escepticismo, indiferencia, pérdida de sentido y de horizonte.

II. LA POSMODERNIDAD, ALGUNAS ACTITUDES EPISTEMOLÓGICAS Y LA NECESIDAD DE UN MODELO RENOVADO DEL HUMANISMO.

3 Un estudio interesante y reciente puede verse en: Los clásicos en el renacimiento, Leticia López Serratos. Facultada de Filosofía y Letras, UNAMM, 2002, pp. 238.4La palabra griega Paidéia significa: educación, instrucción, lección, cultura, enseñanza, corrección y pensamiento. Este término explica sintéticamente el aporte original de los griegos durante los siglos VI, V y IV a. C. Es el humanismo helénico, histórico y trascendental, conocido mejor como géneros literarios y milagro griego. Véase Introducción a la cultura y a la filosofía de la Grecia antigua , Pedro Gasparotto. Universidad Pontificia de México, México, 1991, pp. 55-56. La equivalencia de la palabra Paidéia al latín es cultura, término que deriva del verbo colo-colis-colere-colui- cultum, esto es, cultivar, alimentar. Este término fue utilizado por Cicerón, Julio César, Tácito, entre otros. Hay un nota interesante al respecto en el libro de Federico Ferro Gay y Jorge Benavides Lee, La Sabiduría de los romanos, UNAM, México 1995, especialmente las páginas 40-43 ss.

5 Gasparotto, Pedro. Introducción a la cultura y a la filosofía de la Grecia antigua , Universidad Pontificia de México, México, 1991, p. 42.

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El problema del conocimiento nos llevará a la investigación y a la indagación de las diversas formas del conocimiento para buscar las teorías que tratan de definir el conocimiento, por ejemplo el relativismo, conocimiento humano que solo tiene el objeto de relaciones, sin llegar nunca a la verdad, y es por ello que el hombre al no relacionarse con la verdad ha perdido los valores y sólo piensa en lo inmanente, cuyo contenido tiene un sentido temporal y material. Por eso la expresión de que todo es relativo no le da importancia a los valores y consecuentemente a la persona. Así puede verse en ella una crisis de valores a nivel universal donde todo ya se le ve normal en cuestión de ética y en todos los aspectos.

El Escepticismo es esa falta de confianza en la verdad, certeza de un conocimiento, que lleva consigo, la duda de lo absoluto y arranca la confianza en la misma persona, más ejemplarizado podría decirse de las instituciones que tratan de vivir los valores y que se limitan a algunos de ellos.

La forma de pensar que empieza a imponerse en inicio de milenio podría calificarse como conciencia posmoderna, de acuerdo con el sentido más extendido de la posmodernidad. Este movimiento apareció primero en el mundo del arte más concretamente en el campo del pensar ya que están cada día más arraigadas en todos los ámbitos de nuestra sociedad; de criterios del juicio estético han pasado a convertirse en directrices del pensamiento en general. Sus manifestaciones pueden apreciarse en la vida cotidiana, en la moral, en la política e incluso en la ciencia que es cada más débil y menos exigente.

Tal vez puede parecer anacrónico hablar hoy de posmodernidad cuando la polémica sobre el tema ha sido prácticamente olvidada en varios lugares de educación. Sin embargo, pienso que, aunque olvidada, no ha sido resuelta ni mucho menos superada; por ello creo que algo más se puede decir sobre el tema aunque el término requiera de mayor explicación porque la posmodernidad tiende más a destruir. Lo que el hombre moderno no entiende es que al destruir su casa se destruye así mismo6.

Frente a la tesis posmoderna se requiere una renovación del humanismo para empezar a configurar una visión de la actividad del hombre más unificada con el resto de las actividades personales. Esto trae consigo que podamos dar sentido a la ciencia en el rostro del otro. Así mismo, la consideración de esta concepción integral de la ciencia nos permite, dar un paso más hacia una actividad más humanitaria y personal.

La universidad, está llamada a presentar en su rostro el rostro del más bello de los hombres, en el momento más bello de su vida, la entrega confiada de la cruz, para que la cultura y el, mundo, siendo testigo de la belleza de ese amor, viva la verdad de ser hombre.

6 Esta idea ya existe en la antigüedad con la autodestrucción del hombre, en fábula, filosofía, poesía, sátira, teatro, etc. Plauto insiste en esto: Fortassis. Sed tamen me numquam hodie induces ut tibi credam hoc argentum ignoto. Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit. (Tal vez. Y sin embargo, hoy no me engañarás en absoluto para que te confíe este dinero al no conocerte, pues el hombre es un lobo para el hombre, y no el hombre cuando no se conoce qué tipo de hombre es). Tito Maccio Plauto, Asin. 485.

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El hombre es una síntesis única de materia y espíritu con una vocación única e intransferible, que trasciende al tiempo y a la historia dotado de inteligencia y voluntad no es un objeto más de la naturaleza, sino un sujeto libre y responsable.

II. DIÁLOGO ENTRE EL HUMANISMO POSMODERMO Y EL HUMANISMO CRISTIANO.

La prueba de cada civilización humana está en la especie de hombres y mujeres que en ella se produce. Pues bien ¿qué tipo de hombres, mujeres y niños está produciendo la globalización y la posmodernidad en la civilización actual, cuando el capitalismo global pragmático y hedonista ha significado el aumento brutal de la frivolidad, la miseria y exclusión social? Verdaderamente, el hombre no se agota en la realización de los valores específicamente biológicos y más bien es un ser vital capaz de espíritu”. De este modo, los fines del hombre como ser vital tiene que servir, en último término, al saber culto. Pero ahora el eje cultural de la globalización no es ya la idea humanística del saber culto sino de la idea postmoderna del saber divertido. La civilización moderna se consagró febrilmente a la investigación científica, la innovación tecnológica, el desarrollo económico, a mejorar las estructuras sociales y el Estado, pero olvidó lo fundamental: cómo transformar y revitalizar el ser humano. En este marco es legítimo preguntarnos ¿Cómo educador quien soy?, ¿soy una persona que vivo los valores o cuál es la misión que tengo?

En el proceso de la actual globalización se pretende homogeneizar y eliminar las diferencias culturales, suprimiendo las identidades en aras de la ganancia. Y esta reestructuración que solamente el mercado ha generado un tipo de hombre presa de sus deseos más elementales, solo se construye una moral a la carta, relativa y nihilista y que termina constituyendo el “hombre anético”. En el mundo globalizado, el nihilismo y el relativismo moral testifican, con toda honradez, que la vida carece de sentido, proclaman la era del vacío y la entronización de las sociedad de la transparencia, sin densidad espiritual. La supremacía de estos valores configura una atrofia en la conformación psíquica del hombre y representa un ideal cultural sin contrapeso espiritual.

La civilización tecnológica, la modernidad por sí misma es incapaz de fundamentar una región independiente de valores éticos, necesita como contrapeso una cultura espiritual intensificada. De lo contrario mutila al hombre de su vida interior, dejándolo inerme en medio de una sociedad de la sensación, de una sociedad transaccional sin valores, que reemplaza su capacidad creadora por su capacidad consumista de los medios tecnológicos a su alcance.

Por ello, la filosofía de la educación tiene ante sí la grave cuestión del saber, que no es un problema puramente técnico porque está en el corazón mismo de una reforma del hombre. La preocupación por la formación de una jerarquía del saber abordada con profundidad por Max Scheler y de los grados del saber destinado a proporcionar un firme cimiento al orden intelectual; por eso es urgente para sustituir el desorden moderno. También es importante hacer la distinción entre ciencia y sabiduría, es necesario para mostrar la unión indisoluble entre “filosofía teórica” y “filosofía práctica” y para devolver la unidad o espíritu humano al mismo hombre.

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La crisis del hombre en los valores va más allá de lo económico-político, hunde sus raíces en lo ético-moral. Pero la crisis moral encuentra su fundamento en una visión metafísica determinada. Sí es un hombre moral pero no es un hombre ético, pues la moral, puede ser relativa y, lo ético es universal. La cultura posmoderna es fundamentalmente la radicalización decadente del inmanentismo de la modernidad y el desarrollo consecuente del humanismo. Este relativismo moral de la cultura horizontal sin trascendencia imperante en el humanismo carece de fuerza interior para resistir los embates de los propios males que engendra, haciendo que el hombre sin valores encuentre difícil la entronización pacífica de la cultura del vacío

Plantear un humanismo de síntesis que recupera la eterna vocación trascendente del hombre, no significa desplazar nuestra responsabilidad personal sobre los hombros de Dios o de la Naturaleza. Es necesario volver a los valores permanentes, pues el éxito material, el placer y el dinero no vuelven más al ser humano ni digno al hombre. Al contrario, el hombre de nuestro tiempo, lleva desconsoladoramente una moral doble, hipócrita y de tartufo; es indudable que es urgente para recuperar una espiritualidad de motivación interna, autocontrol, autodisciplina y autorrealización una revolución humana, la transformación interior del individuo, un nuevo humanismo, basado en un personalismo comunitario. Sin embargo, no basta con reclamar una ética global, si antes no nos advierte con claridad el fundamento ontológico metafísico de la civilización en la que nos hallamos inmersos. Es posible devolver al hombre su realidad integral con un nuevo humanismo que busque lo bueno, lo recto y lo verdadero.

El humanismo es una visión de la realidad que motiva para tratar a los demás respetando sus puntos de vista, su dignidad y su libertad, y para buscar activamente la comunión y la participación. El humanismo cristiano es esta misma actitud, pero con esta diferencia: en la fe experimentamos que vivimos en la comunión con Dios que se expresa en la comunión entres nosotros, allí donde nos encontremos. La comunión con Dios capacita para el perdón y la compasión y nos libera de la constante preocupación por nosotros mismos que hace, una y otra vez, que no llegamos a hacer lo que sabemos que deberíamos hacer.

Dentro del humanismo Cristiano se da un concepto preciso de lo que sea la naturaleza humana. El hombre es una unidad intrínseca cuerpo-espíritu; por ello es un ser abierto a todo tipo de realidad, tanto material como espiritual. Ha de construir su propia vida en vista de esta realidad que lo rodea.

IV. ALGUNAS SOLUCIONES DEL HUMANISMO PARA UNA EDUCACIÓN MÁS TOLERANTE.

No es fácil aceptar que la mayor parte de las personas tenemos actitudes inherentes de la posmodernidad. Por eso necesitamos desarrollar valores, actitudes, capacidades y habilidades generales que permitan el dominio y la creación de nuevos conocimientos. El eje de todo esto se encuentra en la educación, alumnos,

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profesores, padres de familia y el compromiso real de cada uno. Tampoco es fácil dar algunas soluciones cuando vemos ambos extremos en la educación, por un lado la exageración de la libertad con la posmodernidad y por otro lado, el rigor de los diversos modelos de educación. En la actualidad hay muchos métodos que pretenden buscar un equilibrio más tolerante. Un pensador mexicano, Mauricio Beuchot Puente, ha aportado mucho con su teoría de la interpretación, llamada hermenéutica analógica, entendida como la ciencia, el método y la interpretación de textos. Unos textos son escritos, otros son hablados, otros actuados y otros de muchas maneras.

La analogía permite recuperar la tradición desde la antigüedad hasta nuestros días. El concepto de paidéia que introdujeron los griegos todavía da muchas lecciones. El concepto de cultura de los romanos revive las costumbres y los valores dispersados en el hombre. El humanismo de los medievales fortalece a los dos anteriores, el humanismo del renacimiento nos da una cosmovisión más fuerte para defender al hombre.

La analogía recupera el diálogo para proporcionar un equilibrio más tolerante en la educación. Ni todo fácil, ni todo difícil, sino análogo, diferente, porque el ser humano no es extremo, es la proporcionalidad de todas las partes que lo integran.

Más que todo, la analogía recupera de la tradición, la prudencia como la aplicación de analogía a la vida misma7. Las actitudes de la posmodernidad siempre han existido y las actitudes del humanista también, pero necesitan encontrarse proporcionalmente en el hombre universitario, para no ser demasiado exigente ni demasiado duro.

CONCLUSIÓN

La investigación que he desarrollado permite comprender de una forma sinóptica la actualidad el humanismo de nuestro tiempo y también la manera de transmitir esa comprensión de los valores. De algún modo quise hacer conciencia de los valores que cuestionan al hombre como la libertad, la comunicación, la tolerancia, la prudencia, el diálogo entre otros.

Para fortalecer los valores no sólo basta con invitar al lector sobre la necesidad de actuar correctamente, sino también, invitarlo a que mantenga su conducta adecuada a las demás persona, es necesario además motivar a los estudiantes por el estudio, prepararlos para la vida, para el trabajo, para el cambio y la transformación, por lo que es necesario poder argumentar, demostrar y persuadir con el ejemplo.

Sabemos que hoy en día la educación no puede circunscribirse únicamente al

ámbito escolar, sino que existe un tiempo libre para meditar. También es necesario encausar desde la institución formal para convertirse en un tiempo de desarrollo humanístico; es urgente que la sociedad de hoy conozca la necesidad de una educación en valores y de involucrarse en todo su conjunto. Es por ello que este

7 Véase Perfiles esenciales de hermenéutica, Mauricio Beuchot, Fondo de Cultura Económica, México, 2008. Sobre todo los dos primeros capítulos.

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trabajo quiere contribuir a la edificación de un humanismo nuevo porque es preciso hacer cambios profundos en la forma de acceder, construir, producir, transmitir, distribuir y utilizar el conocimiento. Qué es lo más apropiado para el hombre de nuestros días. La respuesta está en la libertad, hecha analogía y prudencia que brota desde la intimidad de la naturaleza humana porque: el hombre es la persona que sigue cultivando su identidad, pero sólo si cultiva su trascendencia, y la cultivará sólo “si conjuga simultáneamente y armónicamente – la reflexión, la libertad y la comunicación. Porque la persona es la exigencia radical del ser, la epifanía más luminosa del ser, la palabra más elocuente del ser y la melodía más bella del ser.

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