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S t a f fOficios Terrestres es una publicaciónde la Facultad de Periodismoy Comunicación Social (UNLP).Av. 44 Nº 676 (1900) La Plata, Prov.de Bs. As., República Argentina.TeleFax: (54-21)4829920/4837288E-Mail: [email protected]. de la Prop. Int e/t.Precio de tapa: $15

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA

FACULTAD DE PERIODISMOY COMUNICACION SOCIAL

AUTORIDADESDECANOPer. Carlos Armando Guerrero

VICEDECANOLic. Carlos José Giordano

SECRETARIO DE ASUNTOS ACADEMICOSPer. Alejandro Raúl Verano

SECRETARIO DE ASUNTOS ADMINISTRATIVOSLic. Gustavo González

SECRETARIO DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS Y POSGRADOPer. Walter Hildemar Miceli

SECRETARIO DE PRODUCCION Y SERVICIOSPer. Omar Turconi

SECRETARIO DE PLANIFICACION Y GESTIONPer. Martín Cortés

SECRETARIO DE EXTENSION UNIVERSITARIAPer. Miguel Adrián Mendoza Padilla

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S t a f fDIRECTORLuciano Sanguinetti

SECRETARIA DE REDACCIONAnaís Ballesteros

COMITE EDITORIALMarcelo BelincheJorge Luis BernettiCielito DepetrisNancy Díaz LarrañagaCarlos GiordanoJorge HuergoWalter MiceliCarlos MilitoFlavio PeressonDaniel Prieto CastilloFlorencia SaintoutHugo SatasInés Seoane ToimilAngel TelloWashington UrangaCarlos VallinaClaudia Villamayor

PRODUCCION GENERALOmar Turconi

PRODUCCION PERIODISTICAFabrizio FrisorgerMaría Elena BeneitezFlorencia BurgosPaula PedelabordeDaniel Nicolini

ARTE Y DISEÑOPaula Romero

DIAGRAMACION Y EDICIONCelia CuenyaPaula Romero

COMITE ASESORAlcira ArgumedoRaúl BarreirosManuel Calvo HernandoMartín CortésCarlos CozziJosé Luis De DiegoJosé EliaschevAníbal FordOctavio GetinoMempo GiardinelliCarlos GiordanoClaudio GómezGustavo GonzálezHoracio GonzálezCarlos GuerreroSusana MalacalzaMartín MalharroMaría Cristina MataMiguel Mendoza PadillaRaúl MonetaJ. Angel Magariños de MorentinGuillermo Orozco GómezJosé María Pasquini DuránAntonio PresernAdriana PuiggrósSergio PujolEduardo RebolloDinah RímoliJuan SamajaHéctor SchmuclerOscar SteimbergRamón Torres MolinaAlejandro Verano

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SumarioRaúl Fuentes Navarro

Un país de rehenes

Editorial6

Noticia = negociación política

Los que escriben y los que mandan

La prensa gráfica en el contexto de lavideocultura

El periodismo: ¿una técnica social en peligrode extinción?

La independencia del periodista entre lainformación, el consumo y el marketing

Artículos10

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Mario Kaplún (homenaje)Ernesto Laclau

Entrevistas7076

Perspectivas56

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Noticias

Sumario

Lecturas

EnsayosLa gestación de los partidos políticos en el sigloXIX occidental

Estado moderno, medios de comunicación ytransformación educativa

América Latina: racionalidad polícroma

La Revista Humor y la dictadura

Repensando la estrategia

MERCOSUR: la convergencia de los sectores detelecomunicaciones, medios de comunicación ytecnologías de la información en el espacioregional

El debate parlamentario sobre la expropiaciónde La Prensa (1951)

De los «partes» de Franco a los «Buenos días»de Carlos Herrera

Avances de Investigación86

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Informe especialLas otras ideas en la comunicación178

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Praxis: proyectos yexperienciasEducación no formal en comunicación: nuevosagentes para nuevas políticas

La transformación del Estado. El imaginario delos agentes públicos

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Luciano Sanguinetti Escribo este editorial a pocos días de un hechoque conmocionó a la opinión pública. En una

ciudad del interior de la provincia de Buenos Aires,un grupo de delincuentes intenta el robo de un ban-co; en el proceso utilizan a circunstanciales clientes ya dos directivos como rehenes para obtener el botín.Es una verdadera tarde de perros. Luego de arduas einfructuosas negociaciones, en las que intervienepersonal policial y periodistas, los delincuentes sue-ñan una fuga de novela. Lo hacen en un auto; losrehenes son usados como escudos. Pero la policíade la provincia de Buenos Aires no leyó esta historiay dispara a mansalva. Resultados: dos rehenes muer-tos, uno herido de gravedad. De los asaltantes, dosmueren por las balas policiales y el otro se suicida enla cárcel días después.

El periodismo ha tenido otro día de gloria. Desde elmediodía la cobertura periodística sigue el in crescendode esta estructura dramática clásica. La seguridad esel segundo tema de preocupación de la sociedad, se-gún el registro de las encuestas preelectorales. Tan sig-nificativa es que un candidato a gobernador ha mani-festado poco tiempo atrás que «hay que meter bala alos delincuentes». En las inmediaciones del banco, elclima es irrespirable. Tenso, pesado. Los medios trans-miten en directo el diálogo con los secuestradores. Esun diálogo áspero, crudo, de un realismo paradójica-mente cinematográfico. Sentado cómodamente en micasa frente a la pantalla, tengo una sensación extraña.El delincuente que habla con el periodista parece nosaber o no comprender que lo están escuchando va-rios millones de personas. Ni siquiera parece conocer

al periodista que lo entrevista, uno de los más famososde la televisión argentina. Me pregunto ¿en qué paísviven?, o mejor dicho, ¿en qué país vivo yo? Por su-puesto, los delincuentes y los que no lo somos no com-partimos la misma Argentina. ¿Pero cuántos conciuda-danos que no son delincuentes comparten el país enque vivo?

Periodismo en los medios

Llamamos Periodismo al oficio de informar, es de-cir, de dar forma a lo que pasa públicamente relevan-te. A días de una nueva transición democrática en laArgentina, se ha instalado dentro de este campo lacrítica más profunda y generalizada de la política, acti-vidad que aparece en un sentido común construidopor los periodistas como el ámbito de lo funesto, looscuro, lo corrupto. Contra lo que demuestran a pri-mera vista las encuestas en lo reducido del voto enblanco, los periodistas presentan a la política respon-sable de la falta de participación, apatía, descrédito,de la crisis moral e ideológica de la Argentina.

Ciertamente, la política ha cambiado en los últi-mos años, pero menos por la acción de sus actoresmás destacados, que por el efecto de la sociedad quese transforma. Politicólogos de diferentes orientacio-nes caracterizan la transformación de la esfera públi-ca moderna a partir de la crisis de las grandes media-ciones de la modernidad.

De los partidos políticos clásicos y sus liderazgosabsolutos, a agrupamientos fragmentarios y coyun-turales. De las identidades fuertes con bases cultura-les prácticamente inmóviles, a procesos complejosque atraviesan clases y tradiciones en el marco derelocalizaciones culturales e identidades mundia-lizadas. De los espacios públicos legitimados por lamovilización social, a nuevas formas de la políticaque responden más a una lógica de la heterogeneidady circunstancialidad fuertemente marcada por losmedios. De la centralidad del Estado, a formas departicipación y ejercicio ciudadano que no se limitana lo político, o mejor dicho, que no ven en lo políticola única vía de representación.

En estas transformaciones que señalamos, el oficiode informar no sale indemne. Se me ocurre que hay

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tres cuestiones que podemos distinguir y que nosobligan a ciertas reflexiones.

La primera parte de la premisa es que el periodis-mo argentino ha alcanzado una independencia pro-fesional probablemente inédita, independencia delgobierno de turno pero no de los intereses en juego.Desregulaciones mediante y afianzamiento del pro-ceso democrático, la prensa goza de cierta invul-nerabilidad con respecto al sistema político que alejatoda posibilidad de chantaje. En dicho proceso, laprensa argentina ha adquirido un prestigio social queprobablemente tenga más que ver con la defecciónde las otras instituciones que con los propios logros,sin dejar de reconocer las excepciones.

La segunda cuestión surge de constatar que la po-lítica, aquello que refleja el interés común, ya no sedesenvuelve en los espacios públicos, sino principal-mente en la televisión. Este tránsito de la plaza a lapantalla, como dijo María Cristina Mata, no sólo im-plica un cambio en la lógica discursiva, estética, sinotambién social y estructural. Porque lo público hoyse desarrolla dentro de las normas que impone elespacio privado, el de los Medios.

La tercera tiene un componente socioeconómicobásico. La sociedad se fragmenta en el proceso deconcentración económica. Desempleo, inseguridad,fragmentación cultural son parte constitutiva de latrama social cada vez más heterogénea e injusta.

La visibilidad de los actores sociales es inherente alsistema público político. Néstor García Canclini ha-bla de un juego de ecos, en el que los medios recons-truyen aquello de lo que habla la sociedad y en don-de, como en una reverberación, se cruzan los diálo-gos informales de la calle, de la familia, del trabajo,de las encuestas, de la opinión de periodistas y diri-gentes. En ese juego de voces que se intersectan, loque preocupa es la difusión en los medios de un diá-logo de sordos, o peor aún, de una voz que en sulejanía no logra hacerse entender, ni sabe a quién lehabla.

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Ar t í c u l o s

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Walter Miceli, Emiliano Albertiniy Eugenia Giusti (*)

Noticia = negociación política

Las luces de la casa están apagadas, todavía esde noche. El anciano acaba de despertarse so-

bresaltado: ha tenido una pesadilla y no puede recu-perarse. Es que aún no logra sacarse de la cabeza laimagen de aquel hombre desconocido que cae en lapuerta de su hogar, con el brazo ensangrentado des-pués de haber recibido un balazo. No entiende loque ha pasado en la tarde del día anterior.

Mira el reloj de la mesita de luz y los números ro-jos le indican que son las 5.45, el diario recién llega alas 6. Desvelado, se inclina en la cama y comienza arecordar para hallar razones.

Había salido a caminar por recomendación delmédico. A mitad del recorrido piensa en pasar a bus-car a sus dos nietos y llevarlos de paseo a la plaza. Esla hora de la siesta y el sol apenas calienta. Cuandoempieza a refrescar decide acercar a los pequeñoscon su madre y emprender la vuelta a su refugio.Camina tres cuadras y ya casi llega. Hay dos hom-bres en la puerta, pero no le llaman la atención, pien-sa que pueden ser clientes del taller mecánico veci-no. Sigue caminando, pero esta vez esquivando lasombra porque le da más frío.

A medida que la distancia se acorta, una voz au-menta su volumen. Levanta su cabeza buscando esecaudal sonoro: son aquellos hombres. Discuten. Saleun tercero envuelto en una vestimenta negra, le pa-rece que es un traje. Tiene algo en su mano izquier-da, que mueve de un lado al otro, pero por la distan-cia y su miopía no puede darse cuenta qué es. Ya

Acercamiento a la valoración informativa de los diariosdesde la práctica profesional

está casi en su vivienda, cuando puede distinguir queel hombre de traje negro tiene un arma en la mano yapunta, a uno y a otro. Para su marcha, el miedo nolo deja continuar.

La pistola se dispara, un gordo canoso cae en lavereda y los otros dos se van. Nadie sabe explicarqué sucede. Los policías los interrogan, pero se nie-gan a explicarle el confuso episodio. Tiene una últi-ma esperanza, el diario seguro publica algo.

Espía bruscamente el reloj: son las 6 en punto cuan-do escucha el ruido del periódico deslizándose porel piso. Salta de la cama y sin calzarse corre hasta lapuerta de entrada. Recoge el matutino y vuelve a lahabitación. Prende la luz y lo abre exactamente en lasección «policiales». Lee los títulos ansiosamente, davuelta las páginas una y otra vez, pero no encuentraesa noticia. No puede entender por qué no está enel diario.

Se pregunta si los cronistas se habrían enterado.Sí, se enteraron, sólo que no lo publicaron.

¿Por qué? ¿Por dónde discurren las líneas de expli-cación construidas por los periodistas para compren-der que un diario priorice cierta información endesmedro de otras? ¿Cuáles son los aspectos másdestacados de la bibliografía elaborada desde la praxisprofesional para argumentar las razones de la inclu-sión, exclusión y jerarquización informativa de losmedios?

Las respuestas a este tipo de inquietudes estánancladas en diversas aguas, de las cuales importaremarcar en este trabajo -algunos de- los materialesredactados por periodistas que se desempeñan enlas empresas de comunicación, a propósito del temaconvocante de Oficios Terrestres.

Equivalencias heredadas

Hay quienes acuden al recorrido evolutivo de losmedios para entender las características distintivas delos materiales editoriales que se contactan con públi-cos masivos. Estos instrumentos, a partir de la revolu-ción tecnológica de mediados del siglo XIX que tanfuertemente impactan sobre la industriacomunicacional, adquieren aspiraciones de universa-lidad o, al menos, asumen intenciones de capitalizar

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la fragmentación de grupos de lectores que por dis-tintas vías consumen un mismo producto.

Se trata de asentar las claves del paso de un perio-dismo doctrinario o de opinión a otro modelo, el pe-riodismo de información, con raigambre anglosajona,que gana lugares en el mercado a través delocultamiento manifiesto del sector al cual represen-ta.

Hasta 1860/1870, en nuestro país y parte impor-tante de Hispanoamérica, Europa y Estados Unidos,el predominio del periodismo de opinión es eviden-te. Con públicos premeditadamente segmentados ycon dificultades para ampliar el consumo, las publi-caciones se muestran como tribunas de doctrina, es-pacios para bajar línea a las huestes sectoriales queexpresan. Así pululan, entre otros, periódicos monár-quicos, republicanos, liberales, socialistas, anarquistas,portuarios, ganaderos: todos son o quieren ser losvoceros de sus representados, que son a su vez supúblico prioritario y casi exclusivo.

Con estos nichos, la preocupación central de losmedios recae en asentar la posición de cada fracciónsobre los temas que discute el poder político de tur-no, del cual se nutren. No se busca reportar el acon-tecer diario, sino que se pretende fortalecer la identi-dad sectorial que se expresa y propalar definicionessobre la temática de coyuntura del candelero delpoder. Resultado de esta línea de pensamiento esuna igualdad utilitaria para editar: noticia = opinióninstitucional de los medios. La opinión del periódicosobre los temas del poder político es la noticia, dife-renciada visualmente de la tenue publicidad gráfica.

El tono doctrinario, moralizante, persuasivo y argu-mentativo, al servicio de ideas políticas, económi-cas y religiosas, permite reconocer a esta variante,también, como periodismo ideológico: abundan loscomentarios, escasean las informaciones y se utili-za especialmente el comment, típico formato redac-cional opinativo creado por la prensa anglosajona.

Este impulso al perfil opinativo decae cuando elimpacto tecnológico alienta a los medios para au-mentar el potencial de consumidores. Al calor de lasnuevas máquinas impresoras, dentro de un comple-jo entramado social con fuertes corrientes migratoriascruzando ciudades, naciones y océanos, la prensa

aprovecha un contexto de gran movilidad social yreplanteos económicos a gran escala y promueve unatransformación profunda en el sesgo periodístico: loopinativo pierde terreno frente a lo informativo y elmayor detalle sobre el quehacer cotidiano es el armapara cazar nuevos lectores.

La factibilidad para imprimir más ejemplares, y amayor velocidad, motoriza la construcción de unparadigma que está vigente aún en muchas redac-ciones: el modelo anglosajón o la escuela tradicionalnorteamericana, que postula a los medios comomangrullos asépticos, neutrales, que informan acer-ca de la realidad y los conflictos sociales sin tomarpartido por las fuerzas en pugna, determina una ma-nera distinta de relacionar a los medios, los proble-mas comunitarios y los lectores.

Consecuencia de ello es el especial cuidado pordeslindar el material informativo predominante de lasopiniones explícitas que, incluso, son distinguidasgráficamente llegando a poseer páginas exclusivas.

De alguna forma, al diferenciar el material informa-tivo del de opinión, los periódicos apuestan a con-quistar espacios de influencia político-social y ganan-cia económica mediante una herramienta de proba-da eficacia: la construcción de una objetividad apa-rente, devenida de las posiciones que cuidan minu-ciosamente la prescindencia formal ante los conflic-tos propios de intereses encontrados, base de la cre-dibilidad necesaria para proponer públicos universa-les.

De allí que el énfasis en la información paravertebrar grupos heterogéneos, acotando la opiniónmanifiesta, promueve una equivalencia útil al editarperiodísticamente: hecho = noticia. Llega a tal extre-mo la priorización del dato, que el hecho es igualadocon la noticia, desdeñando que ésta, por ser un textoescrito es, básicamente, un relato del hecho. La dife-rencia no es menor: al equiparar los hechos con lasnoticias se forja una imagen de objetividad aparente,que pretende esconder los mecanismos de inclusión,exclusión y jerarquización informativa propios de lalabor periodística.

Sin embargo, el periodismo de opinión y el deinformación conviven competitivamente, cada unocon sus herramientas, hasta la Primera Guerra Mun-

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dial, momento en que el modelo anglosajón se eri-ge triunfal.

Es también con el marco beligerante de 1914-1918cuando se consolida con fuerza la prensa amarilla comola faz desacartonada del periodismo informativo deaquellos días. Aparecida cuando el siglo XIX agoniza,William Hearst y -especialmente- su historieta «YellowKid» delimitan un perfil desconocido hasta entoncesque sirve a una feroz campaña de tono sensacionalis-ta para que Estados Unidos se meta en el conflicto dela guerra cubana de independencia contra España en1898, cuestión que finalmente sucede.

La novata variante apela al sensacionalismo, a laemotividad, a la dramaticidad, para crear textos queamplían la circulación editorial. Parte de los sectorespopulares se incorporan como consumidores de te-máticas sociales y culturales originales, que consul-tan a fuentes de información no institucionales: lascarencias sociales son explicadas por las visiones ysensaciones de los vecinos, y ya no sólo por los fun-cionarios, por ejemplo.

La síntesis de esta perspectiva es otra igualdad: loshechos y las sensaciones que generan = noticia.

De lo informativo y lo opinativo a lo interpretativo

Con el fin de la Segunda Gran Guerra (1939-1945)se cimienta otra modalidad editorial, complementa-ria del matiz informativo de la prensa: el periodismointerpretativo o de explicación. La profundidad de loscambios epocales y del conflicto ideológico en cier-nes, con el comunismo y el capitalismo como alter-nativas de organización social para y entre los paí-ses, demanda otros conceptos, nuevos paradigmas.

En el campo del periodismo, la prensa tradicionales testigo de productos que apuntan al abordaje pro-fundo de los hechos más relevantes, combinandoformatos redaccionales informativos y opinativos einventando otras articulaciones: en una misma pági-na, textos de información y de análisis se comple-mentan para elaborar una tonalidad interpretativa.

Si bien los medios como institución son los quese manifiestan como las entidades informadoras ob-jetivas de lo que pasa en la realidad, el anonimatode los periodistas, subsumido en esas instancias

abarcativas y neutrales, comparte espacio con fir-mas autorizadas: políticos, expertos y especialistassuscriben los comentarios que interpretan los con-flictos sociales informados por los trabajadores deprensa.

En la evolución de los modelos periodísticos y de lasposibilidades de asociar reporteros, medios y colabo-radores, es oportuno detenerse en el impacto en dis-tintos órdenes que provoca la aparición de la corrienteconocida como «nuevo periodismo». Esta línea, culti-vada por cronistas y narradores bien formados queentremezclan los temas de actualidad con técnicas deredacción y reconstrucción escénica de ficción, explicitaotra manera de ligar a periodistas y medios: los prime-ros son las verdaderas estrellas de la comunicación,relegando a las empresas a un segundo orden. En estadirección, se cree que los lectores no están tan pre-ocupados por saber aquello que pasa, sino que prefie-ren conocer las sensaciones y opiniones de los perio-distas, involucrados taxativamente en los temas queencaran. Al parecer, contando como telón la eclosióny ruptura social de los años hippies, el nuevo periodis-mo se autopropone como la contracara de la prensatradicional: los hechos son secundarios ante la fuertepresencia de sus redactores: opinión y sensaciones delos periodistas = noticia.

Obvio es reconocer que este movimiento amalga-mado en Estados Unidos a mediados de la décadadel 60, como toda innovación movilizadora de lacompetencia mediática, obliga a algunas adecuacio-nes para el periodismo masivo: los reporteros aumen-tan su prestigio, las plumas individuales preocupantanto como la cobertura total que ofrecen los perió-dicos y el cuidado por la estética redaccional acre-cientan su importancia.

En la antesala del tercer milenio, durante la últimadécada, las conexiones entre empresas comunicacio-nales y trabajadores de prensa también, en el caso deArgentina, mutan: las formas narrativas, las fusionesde géneros redaccionales, la disposición visual de loscontenidos y los modos de amalgamar información,opinión y entretenimiento están en un período derediseño.

Por ejemplo: la combinación entre textos, imáge-nes y blancos; el perfeccionamiento y ampliación de

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los elementos de titulación; la argumentación ycontextualización como poleas de una prensa post-televisiva y post-radial, y el florecimiento de las notasfirmadas por los periodistas, con valor de mercadoque es apropiado por diarios de públicosheterogéneos, son una señal cabal de lo que se con-signa.

Dentro del contexto reseñado, una evaluación con-ceptual de los modelos de periodismo masivo vigen-tes desde la Revolución Industrial del siglo XIX con-lleva al análisis del uso de la información y la opiniónpara obtener influencia político-social y acrecentarlas arcas económicas de las entidades editoras: elperiodismo de opinión, el de información y el de in-terpretación son herramientas de aplicación variablesegún intencionalidades y circunstancias, que esta-blecen distintas asociaciones entre los editores, losperiodistas, los lectores y los conflictos sociales.

Estas vinculaciones posibles, por otra parte, comose señaló con anterioridad, se emparentan con lasfinalidades autoasignadas por los diarios en elcapitalismo: informar y opinar o interpretar sobre lacotidianeidad. Al respecto, hay que agregar que am-bas funciones de vieja data son complementadas conotras, entre las que es preciso resaltar una, cuyacristalización como factor ineludible es cada vezmayor: entretener.

Cuando los consumos mediáticos son dispares eilimitados, a juzgar por las modalidades de expresióngráfica emergentes, la necesidad de captar merca-dos y retener lectores abre el grifo a una mezcolanzadonde se entrecruzan los objetivos de informar, in-terpretar y entretener. Tal situación despierta resque-mores entre muchos periodistas, que ven en el avan-ce de los esfuerzos por entretener la decadencia dela credibilidad: se argumenta que el auge de los re-cursos ficcionales, opacando la esencia informativade las publicaciones, atenta contra la confiabilidadde los medios, principal elemento de inserción de losproductos con pretensiones de públicos universales.

En consecuencia, en tránsito de comprender losmotivos por los cuales los periódicos seleccionan yjerarquizan ciertas informaciones -y no otras-, desdeel punto de la evolución histórica del concepto denoticia, se remarca:

-la aparición del periodismo de información asi-mila la preponderancia del dato, en tanto mecanis-mo válido para minimizar la explicitación de la opi-nión, como herramienta clave para aumentar la cre-dibilidad y crecer en públicos masivos y heterogé-neos;

-el uso de fórmulas gráficas y redaccionales querecrean la sensación de prescindencia sobre las dis-putas sociales sirve para argumentar postulacionesde un periodismo objetivo y equidistante de los sec-tores en pugna en los problemas comunitarios de losque se alimenta;

-la convivencia de aspectos propios del periodis-mo de opinión, de información y de interpretación,en diarios con crecientes niveles de hibridez,interactúa constante y utilitariamente según intencio-nalidades y circunstancias;

-al buscar influencia político-social y ganancia eco-nómica como objetivo central, las empresas de pe-riodismo convierten a éste en un instrumento dúctil,flexible, capaz de adaptarse a las necesidades de in-formar, interpretar y entretener, con replanteos cre-cientes sobre la manera de asociar a los medios, sustrabajadores, los conflictos sociales y los lectores;

-por necesidades de justificación se opera desdelos medios con fórmulas que equiparan a la noticiacon los hechos o con las opiniones. Este trabajo iden-tifica la falacia de ambas igualaciones y sus variantespara incorporar, en el entendimiento de la determi-nación y ponderación informativa, las interaccionesentre dos campos: el contexto de construcción ylegitimación de noticias y el contexto de producción,procesamiento de información y diferenciaciónmediática.(1)

No obstante, antes de desarrollar los elementos deestos contextos, conviene discernir tres modalidadesde abordaje, como parte del estado del arte de lainvestigación, en torno a la valoración, clasificación yconstrucción de la noticia (política) en diarios nacio-nales.(2)

La mirada pragmática de la valoración informativa

Desde una mirada pragmática, son numerosos loseditores experimentados que en algún momento de

Notas(1) Este marco teórico estáinicialmente planteado en el libro:¿Qué es noticia en los diariosnacionales? Contextos deconstrucción y legitimación, Miceli,W., Albertini, E., Giusti, E., et. al.,Ed. del GITEPP, La Plata, 1999,resultado del Proyecto deinvestigación: «La valoración,clasificación y construcción de lanoticia (política) periodística enmedios gráficos de comunicación»,radicado en la Facultad dePeriodismo y Comunicación Socialde la UNLP y llevada a cabo por elGrupo de Investigación en Temasde Producción Periodística(GITEPP).

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su carrera, habitualmente después de varios años delabor, se plantean reflexionar sobre la práctica profe-sional y producen libros que proponen «consejos paraestudiantes o aprendices». Este tipo de bibliografíacunde en la mayoría de los cursos de capacitaciónen redacción periodística, incluso en los centros aca-démicos universitarios, abriendo caminos a textos conpretensiones de consagrarse como recetas o fórmu-las simples y fáciles de aplicar que, en tren de acom-pañar al recién iniciado, pecan de simplistas y super-fluos, aunque son increíblemente atractivos. Parte dela situación se comprende por la preeminencia de laproducción textual, característica de los cursos deredacción y expresión escrita, que ubica en un se-gundo plano a la reflexión y el análisis sobre tal co-metido.

Las recomendaciones teóricas de los «veteranosperiodistas» han tenido un circuito usual: nacen en lacuna del modelo anglosajón, las traducen los espa-ñoles -incorporando algunas particularidades propiasde ese ambiente- y las amplifican varios autores ar-gentinos: los patrones típicos de la escuela tradicio-nal norteamericana impregnan este tipo de produc-ciones.

Dentro de esta mirada, es posible señalar tres pers-pectivas: la ortodoxia tradicional, el nuevo periodis-mo y una revisión crítica contemporánea.

La perspectiva ortodoxa tradicional

La ortodoxia empírica del modelo anglosajón tra-dicional, durante más de un siglo casi hegemónica yfilodogma hasta la década pasada en importantescentros de estudio y formación en comunicación,plantea reforzar una idea clave en su manera de en-tender al periodismo: como los medios no tomanpartido ante las pujas sociales que enfrentan a secto-res de la comunidad, éste debe basarse en los he-chos, independientemente de las elaboraciones oconstrucciones que denotan las negociaciones a par-tir de las cuales son editadas, priorizando determina-dos factores noticiables.

En este sentido, los cronistas son jueces de la noti-cia, equidistantes, que sólo interpelan a los hechosconsiderando el cumplimiento de criterios concerta-

dos entre las empresas y los trabajadores de la co-municación masiva: actualidad, proximidad, promi-nencia, curiosidad, conflicto, suspense, emoción yconsecuencias, son los clásicos factores de la noticiaque se pregonan desde antaño.

Ante la vasta bibliografía de esta corriente, CarlWarren,(3) en su ya consagrado libro Géneros perio-dísticos informativos, al dedicar el capítulo II al inte-rrogante: «¿qué es noticia, y por qué?», sintetiza muybien sus aspectos principales: «Pregunte a un avezadoperiodista o jefe de redacción qué es noticia. Proba-blemente le responderá que la noticia es lo que digael director, o aquello que se imprime en los periódi-cos. (...) Sin embargo, noticia, como arte o verdad, esuna palabra breve y de múltiples significados. En elsentido estricto, se trata de un producto tan simple ydirecto como el jabón o los zapatos. En el sentidoamplio, su calidad es escurridiza, su variedad infinita,y no tiene más límites que la propia vida. (...) Paracomprender mejor esta sustancia intangible y fugiti-va, sigamos los sensatos consejos del redactor vete-rano. (...) Estos términos (por los factores noticiables)son manifiestamente empíricos y, al igual que las de-finiciones de la noticia, generales y extensivos».(4)

Con esta plataforma conceptual, Warren apunta lasimplicancias de cada factor de la noticia:

-Actualidad: «La noticia debe ser nueva».(5)

-Proximidad: «Para todo ser humano, la cosa másinteresante del mundo es él mismo y, luego, todoaquello que lo rodea físicamente o mentalmente».(6)

-Prominencia: «Las personas, lugares, cosas y situa-ciones conocidos por el público en razón de su posi-ción, su riqueza, su publicidad o sus realizaciones,conceden un fuerte y persistente interés periodísti-co, que basta para atraer a una ansiosa audiencia cadavez que aparecen en la prensa».(7)

-Curiosidad: «El público desea que le sorprendan».(8)

-Conflicto: «Para bien o para mal, el combate entrehombres o ejércitos, el de los hombres contra losanimales, el de una forma de pensar contra otra, elde un poder contra cualquier otro, siempre ha intri-gado a las multitudes».(9)

-Suspense: «El periódico, colocando un espejo enel escenario de la actividad humana recoge y reflejael drama de la vida real. (...) El público lector habla y

(2) Un interesante estudio sobreel particular puede verse en dostrabajos de Cervantes Barba,Cecilia: «Valores noticiosos en elperiodismo televisivo de nota roja.Búsqueda articulada de indicadoresempíricos», en revistaComunicación y Sociedad, Nº 25/26, Guadalajara, septiembre 1995-abril 1996, y «Construcciónprimaria del acontecer yplaneación de la coberturainformativa», en revistaComunicación y Sociedad, Nº 28,Guadalajara, septiembre-diciembrede 1996. También es importante laevaluación que realiza LalindePosada, Ana María, en «La noticia:construcción de la realidad», enIndustrias culturales,comunicación, identidad eintegración latinoamericana,México, Ed. Opción, 1992. EnMiceli, W., op. cit., se brinda unaextensa bibliografía sobre el tema.(3) Warren, Carl, Génerosperiodísticos informativos, Ed. ATE,Barcelona, 1975.(4) Warren, C., op. cit., págs. 23 y25.(5) Warren, C., op. cit., pág. 26.(6) Warren, C., op. cit., pág. 27.(7) Warren, C., op. cit., pág. 30.

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se preocupa por los acontecimientos de mañana enla sucesión de noticias sobre un mismo acontecimien-to. El suspenso crea y expande el atractivo de la noti-cia».(10)

-Emoción y apetitos humanos: «Los elementos emo-cionales reunidos configuran aquella potente calidadde la noticia que se denomina interés humano».(11)

-Consecuencias: «Con esta palabra nos referimos ala significación o importancia del hecho cara a loslectores, como individuos o en masa».(12)

Las definiciones antepuestas, que con claroscurosse repiten en los textos de esta corriente pragmática,son el soporte ideológico con el que los hechos sontamizados y convertidos en noticia.

La perspectiva del nuevo periodismo

Atacando la supuesta neutralidad de los mediosde comunicación, los defensores del nuevo periodis-mo, en la década del 60 en Estados Unidos -con an-terioridad, y luego también, vinculados con otros sec-tores que practican y adhieren implícitamente a susnociones más trascendentes- ensayan un importantecambio en la concepción de las noticias.

Los libros que defienden esta perspectiva, imbui-dos de una fuerte pragmática empírica, señalan lanecesidad de utilizar técnicas de ficción para contarel acontecer diario y postulan fórmulas de la literatu-ra para reconstruir los «datos de la realidad». En con-secuencia, el hecho ya no es la noticia, sino que éstaes el relato del hecho: la elaboración de las notaspone en evidencia la priorización de la reconstruc-ción literaria de los acontecimientos, sobrevaloran-do la subjetividad explícita de los cronistas a travésde sus sensaciones, emociones, pareceres, interpre-taciones.

«El nuevo periodismo difiere del reportaje conven-cional practicado en la mayoría de los periódicos yrevistas en dos principales formas: 1) la relación delreportero con la gente y los acontecimientos quedescribe reflejan nuevas actitudes y valores; 2) la for-ma y estilo de la historia noticiosa es radicalmentetransformada a través del uso de mecanismosnovelísticos prestados de historias cortas y novelas.(...) En agudo contraste con la ‘objetividad’ que se

esfuerza en proyectar el reportero en el artículo denoticias estándar, la voz del nuevo periodista es fran-camente subjetiva; lleva el sello de su personalidad.(...) La segunda área importante de cambio reflejadaen el nuevo periodismo consiste en el estilo, lengua-je y forma del artículo periodístico. Desde alrededorde los años cuarenta, los reporteros de periódicos yrevistas esporádicamente han experimentado con lastécnicas de relatar historias de ficción aplicadas a lasprincipales historias noticiosas».(13)

«El escritor de la novela de no ficción dice, en efec-to: ‘Esto yo lo vi y esto yo lo hice y sentí’. Mi libroimplica únicamente las impresiones y observacionesque puedo efectuar acerca de mi propia experiencia.(...) Los escritores de trabajos que han sido clasifica-dos como la ‘literatura de la realidad’, la ‘novela deno ficción’, o el ‘nuevo periodismo’ no constituyenen un sentido real una escuela o movimiento. (...) Lasobras de estos escritores han sido denominadas co-lectivamente como el ‘nuevo periodismo’, ya queincorporaron al reportaje el compromiso personal yla visión moral que solo se encuentra, por lo general,en la ficción. Estos escritores han generado una nue-va clase de no ficción que desafía nuestra clasifica-ción usual de ‘ficción’ y ‘no ficción’, ya que combi-nan elementos de ambos géneros en una variedadde formas.(14)

La perspectiva pragmática crítica

La pertenencia simultánea al campo profesional yal campo académico del periodismo, como instanciade reflexión acerca de la evaluación de la noticia,pauta una revisión crítica de la mirada pragmática,indicando puntos válidos de las negociaciones quese desencadenan entre los actores intervinientes enel proceso de selección y jerarquización de los mate-riales publicados.

Cabe aclarar que, paralelamente, esta corrienteadhiere a una base insoslayable del modelo yadescripto: «a pesar de los cambios y las contradiccio-nes, la comunicación periodística se sigue verte-brando en torno a tres ejes básicos: el acontecimien-to, la actualidad y el período. Cualquier definicióncontempla que periodismo es la comunicación pe-

(8) Warren, C., op. cit., pág. 31.(9) Warren, C., op. cit., pág. 33.(10) Warren, C., op. cit., pág. 34.(11) Warren, C., op. cit., pág. 35.(12) Warren, C., op. cit., pág. 37.(13) Hollowel, John, Realidad yficción. El nuevo periodismo y lanovela de no ficción, Ed. Noema,México, 1979, págs. 36 y 39.(14) Hollowel, J., op. cit., págs. 22,23 y 27.

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riódica de un hecho que acaba de ocurrir o descu-brirse, o que tiene previsto suceder en un futuro máso menos próximo, a un público masivo o especializa-do, a través de los medios de comunicación».(15)

Pese a la adscripción conceptual precedente, conespacios crecientes en los noventa, esta perspectivacrítica recoge los criterios arraigados en los textosproducidos por los periodistas, pero concreta unaserie de observaciones con implicancias teóricas re-levantes:

- La información y la opinión son medios para al-canzar fines económicos: «Además de las funcionessociales de informar, formar, entretener y tematizar,los medios persiguen una función comercial: la deganar dinero. La progresiva priorización de los as-pectos comerciales implica, también, un progresivoabandono de las funciones sociales de informar yformar».(16)

- El espacio redaccional (diferenciado del publicita-rio) de los diarios «se decide mediante tres operacio-nes básicas: a) inclusión de información; b) exclusiónde información; y c) jerarquización de la informa-ción.(...) Por lo tanto hay que seleccionar, y esa selec-ción se hace mediante la combinación de distintosfactores que son de diversa índole, pero que respon-den a tres tipos de razones: a) la demanda de infor-mación del público; b) el interés de un medio en dara conocer a su público determinados hechos; y c) elpropósito de distintos sectores de la sociedad de in-formar al público, a través de los medios, de determi-nados hechos que sirven a sus intereses».(17)

Al asentar estos dos supuestos que ponen al des-nudo la aventura de la objetividad aparente, procla-mada como posibilidad desde gran parte de la pro-ducción teórica pragmática clásica, un aporte singu-lar de la perspectiva crítica está dado por un recono-cimiento liminar: la noticia ya no es sólo el relato delhecho, sino que también, mediante técnicasficcionales literarias, son narraciones que no partende hechos.

«Hay un factor nuevo, sin embargo, que se vienedesarrollando desde hace algún tiempo: actualmen-te hay una parte de las noticias que aparecen en losmedios de comunicación que no están basadas enlos acontecimientos, sino en los no-acontecimientos.

Denomino no-acontecimiento periodístico a la cons-trucción, producción y difusión de noticias a partirde hechos no sucedidos o que suponen explícitamen-te una no-información en el sentido periodístico.Considero que la producción de noticias basadas enel no-acontecimiento es una clara tendencia en elperiodismo actual que significa, en parte, minar lasbases sobre las que se ha edificado tradicionalmenteel discurso periodístico: la realidad, la veracidad y laactualidad. (...) El no-acontecimiento periodístico rom-pe con la idea de la actualidad (si un hecho no se haproducido ni está previsto que se produzca no hayactualidad posible) y desvirtúa la propia esencia delperiodismo: en lugar de informar de hechos sucesi-vos o previstos, informa de hechos no previstos niacontecidos.

‘No llueve desde hace tres meses’, la noticia infor-ma de algo que no sucede; sin embargo, podría dar-se la información en positivo (‘hay sequía’) sin variarun ápice su significado.

El no-acontecimiento es, pues, un recurso utiliza-do por los medios. Y suele hacerse a partir de la si-guiente tipología:

1. Noticias inventadas: son aquellas noticias publi-cadas en los medios y construidas a partir de ele-mentos, declaraciones, hipótesis, etc., que no exis-ten en la realidad y que no reciben posteriorrectificación por parte de los medios.

2. Noticias erróneas: son aquellas noticias construi-das con datos que se han dado a conocer como ver-daderos y luego resultan ser falsos y reconocidoscomo tales posteriormente. El error puede provenirde una información insuficiente, de una incorrectainterpretación del periodista de los datos de que sedispone, o de una deliberada actitud desinformadorapor parte del emisor o las fuentes de la noticia.

3. Noticias basadas en una especulación: son lasnoticias construidas sobre hipótesis no comprobadaso rumores no confirmados».(18)

En consecuencia, el recorrido por las tres perspec-tivas pragmáticas -la tradicional, el nuevo periodismoy la revisión crítica de los 90- deja entrever que:

-independientemente de los puntos en común ylas diferencias encontradas, todas ponen en discu-sión aspectos complementarios y a veces contrapues-

(15) Mar de Fontcuberta, La noticia.Pistas para percibir el mundo,Ed. Paidós, España, 1993, pág. 17.(16) Mar de Fontcuberta, op. cit., pág.36.(17) Mar de Fontcuberta, op. cit.,págs. 41, 42.(18) Mar de Fontcuberta, op. cit., págs.26-28.

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tos en torno a las estrategias de construcción de lasnoticias;

-las tres identifican a los periodistas y a los medioscomo los actores exclusivos del proceso de valora-ción informativa;

-las tres ocultan las negociaciones entre las empre-sas de comunicación, sus trabajadores y los otrosactores sociales que intervienen sistemá-ticamente enla construcción de las noticias.

La negociación en el centro del escenario

Es el silenciamiento de las negociaciones constan-tes entre los cronistas, los medios y el resto de losactores que participan rutinariamente en el procesode valoración y determinación de noticias, acaso, elelemento que condiciona fuertemente los alcancesdel debate sobre del tema.

La cuestión, desde el Grupo de Investigación deTemas de Producción Periodística (GITEPP), es vistaa través de la interacción de dos campos: el contextode construcción y legitimación de noticias y el con-texto de producción, procesamiento de informacióny diferenciación mediática.

A partir de este reconocimiento, las noticias de losdiarios nacionales son entendidas como la expresiónde negociaciones políticas entre las empresas de co-municación y el conjunto de actores que intervienenen el proceso de inclusión, exclusión y jerarquizacióninformativa, dadas en torno a los intereses en pugna,las estrategias de construcción mediática y la partici-pación de los medios como bisagras entre los públi-cos y los anunciantes, en la búsqueda de dos objeti-vos principales: obtener ganancias económicas y lo-grar influencia política, social, económica y cultural.

Tal propuesta es constitutiva de un marco teóricoque asume como base, además del estado del artede la investigación, los aportes señalados por perio-distas con distintos niveles de responsabilidadinstitucional que se desempeñan en Clarín, La Nación,Crónica, Página 12, Ambito Financiero -de la CapitalFederal- y El Día -de la ciudad de La Plata-.

La comprensión del sistema de medios, en tantoinstancia de articulación de las relaciones entre losdiarios, las otras instituciones de comunicación, los

agentes del sistema productivo, las fuerzas políticas ylos trabajadores y autoridades de los medios, es cla-ve para acotar la dimensión del contexto de cons-trucción y legitimación.

El editorialista de Página 12, José María PasquiniDurán, grafica la naturaleza de lo antepuesto: «a lamañana, la radio comenta y amplía los diarios. Almediodía, la TV comenta y amplía la radio. Los ves-pertinos comentan y amplían a la radio y a la TV, yvuelta a empezar: la TV comenta a los vespertinos ya la radio y los matutinos comentan y amplían la TVde la noche. Al día siguiente se reanuda la rueda.(...) (es preciso que) la noticia (nacida en un diario)se multiplique en los demás medios. Los medios fun-cionan como sistema: un punto puede originar unanoticia, pero si el sistema no la absorbe, la noticiafinalmente se muere en ese punto. (...) Es un círculoconstante en el que un medio legitima a otro».(19)

En esta lógica los diarios se ven obligados a darrespuesta a dos exigencias:

a) deben asimilar la cadena y los ritmos informati-vos que crea el sistema, definiendo el lugar desdedonde se posicionan para diferenciarse del conjun-to; y

b) deben lograr que las noticias propias que gene-ran sean apropiadas por el resto de los medios, comoforma de legitimar las construcciones que se contac-tan con sus públicos.

Ambas demandas muchas veces no son satisfechas,debido a motivaciones múltiples: propuestasmediáticas fallidas, intereses corporativos, económi-cos o políticos, disputas por anunciantes o lectoresque cotizan para que se desvalorice o desvirtúe larelevancia del trabajo de la competencia, etcétera.

No obstante, algunos reporteros obvian esta situa-ción: «lo que ocurre es que hay dos tipos de materia-les: la información que es común a todos los mediosy la que uno consigue por las de uno, ‘merca propia’,le decimos en la jerga periodística. Es mi primicia: yola publico, y al otro día la levantan las agencias, lasradios y la TV; entonces los demás diarios están obli-gados a tomar el tema y publicarlo».(20)

La supuesta obligatoriedad por parte del sistema,de levantar las noticias (al menos las de real impor-tancia) generadas por cada medio, tal como se seña-

(19) Entrevista a José María PasquiniDurán, editorialista del diarioPágina 12.(20) Entrevista a Fernando Almirón,redactor del diario Página 12.

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la desde esta posición, no es tal: infinidad de ejem-plos lo demuestran. De manera que, para explicarello, resulta relevante detenerse en tres tipos de aso-ciaciones que se estructuran alrededor del sistemade medios y que son demarcatorias para problema-tizar qué noticias y por qué son publicadas en losdiarios nacionales:

a) la articulación entre los diarios y los otros mediosdel sistema, especialmente la televisión, ante el creci-miento y consolidación de los complejosmultimediales;

b) la articulación entre los diarios, como parte de laindustria comunicacional, y los demás actores econó-micos y políticos que operan en forma directa sobrela construcción de la noticia; y

c) la articulación y tensión entre los actores internosde los diarios en la valoración y jerarquización infor-mativa.

Huellas multimediáticas

El manejo y propiedad sobre numerosas empresasperiodísticas que caracteriza a la expansión y fortale-cimiento de los multimedios, es el espacio que dapie a cuatro premisas pilares para hurgar sobre losmecanismos con que el sistema de medios y el con-texto de generación y legitimación actúan en la ela-boración de noticias:

a) El potencial informativo de los multimedios comovalor agregado es relativo, puesto que la pertenenciade los diarios a un grupo empresarial con dominiosobre otros espacios de comunicación no redundaper se en un mejor nivel de información para los lec-tores. Jorge Barceló, editor de la sección política deAmbito Financiero, lo explica con contundencia: «aveces se equivocan feo, a veces mienten feo y a ve-ces se ponen en campaña. La importancia de Clarín,o de un multimedio cualquiera sea, tenés que medir-la en términos de influencia sobre el mercado cabal.Si yo, a través de lo que estoy haciendo, diciendo,opinando, publicando y emitiendo imágenes, influyosobre 15 millones de personas, en una población de40, evidentemente soy importante».(21)

b) Los multimedios potencian el impacto de la in-versión publicitaria, con lo cual adquieren un plus

adicional ante la disputa interempresaria por la apro-piación de este tipo de fondos, que con tanta fuerzagravitan en los medios y que en reiteradas ocasionesson acentos para opacar o iluminar noticias.

c) La concentración en la propiedad de los me-dios afecta el espacio público y desfavorece la plura-lidad informativa, ya que el control de más de unaempresa desde un mismo interés corporativo pue-de reducir sensiblemente el arco de diversidad dedemandas y expectativas de la opinión pública. Laaparición recurrente de determinados personajes,temáticas y necesidades, calla las voces de otros sec-tores sociales. Sobre este punto, se reconocen dosposiciones enfrentadas entre los entrevistados: losque leen una desconexión entre multimedios y ate-nuantes de los derechos comunicacionales y la li-bertad de expresión; y los que observan la reduc-ción del espacio público y de la pluralidad informa-tiva a partir de la concentración mediática.

Fernán Saguier, Secretario General de la Redacciónde La Nación, defiende la primera postura: «Si mepreguntás si el hecho de ser un multimedio condicio-na la independencia a la hora de informar, te digoque la pertenencia a un grupo hace que se tengamayores intereses diversificados en el ámbito de lainformación y, posiblemente, esos intereses pueden,o no, significar algún tipo de compromiso. Eso de-pende de la independencia editorial de cada medio,pero como no lo somos, te hablo de algo que no mecompete».(22)

En cambio, para Washington Uranga, RedactorEspecial de Página 12, «la concentración de la pro-piedad en muy pocas manos lo que genera es unareducción y una limitación del espacio público. Losmedios constituyen hoy el espacio público por exce-lencia, un espacio en el que confluyen las opinionesy en el que se construyen opiniones diferentes. En-tonces, que la privatización lleve a que dos o trestengan en sus manos todo el poder de los medios,me parece que es grave, muy grave para la democra-cia, para la libertad de expresión, para la toma dedecisiones libres de los ciudadanos. Se repiten lasagendas, se reduce el espectro de las opiniones. Endefinitiva, todos nos convertimos en rehenes de doso tres empresas».(23)

(21) Entrevista a Jorge Barceló, editorde la sección política del diarioAmbito Financiero.(22) Entrevista a Fernán Saguier,secretario de la redacción del diarioLa Nación.

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d) Los componentes de un multimedio necesitandiferenciarse entre sí, a fin de optimizar la media-ción entre los públicos y los fondos publicitarios. Laconquista de segmentos de lectores diferenciados,respecto de los que proponen otros medios, es im-prescindible para captar y mantener anunciantes.Esta asociación despierta, también, visiones encon-tradas aun desde una misma corporación. Por ejem-plo: mientras que para Héctor Lorenzo, Director deCrónica, éste «es el único multimedio donde el dia-rio y los otros medios del multimedio no se matanentre sí»,(24) para el redactor del citado matutino/vespertino, Alejandro Magaldi, «los multimedios tam-bién te obligan a competir internamente. (...) Unoestá con un ojo en lo que está haciendo la personaque está trabajando para la misma empresa y con elotro en lo que está haciendo la competencia, asíque en algún sentido te condiciona. Es decir, no tecondiciona ‘mal’, sino que te abre los ojos para es-tar mucho más atento: eso la competencia tambiénlo genera».(25) En la misma dirección, el redactor dePágina 12 Fernando Almirón acota: «hay una cues-tión muy clara en el caso del Grupo Clarín: los pe-riodistas que escriben en el diario, a su vez, traba-jan en la radio y en la TV. (Marcelo) Bonelli escribeen Clarín, es columnista de economía en Radio Mitre,en Telenoche, TN y Clarín. ¿Cómo que no hay uni-formidad periodística?»

Por otra parte, en relación a las vinculaciones en-tre los diarios y la televisión, asumida por su capaci-dad de inserción e influencia como el centro del sis-tema de medios, las opiniones recabadas en la inves-tigación delinearon tres modalidades:

a) La televisión incide ocasionalmente en la deter-minación de noticias que hacen los diarios: la valora-ción informativa de la prensa gráfica sólo recoge lasconstrucciones televisivas cuando los temas y los pro-tagonistas resultan de especial interés para los públi-cos específicos de los periódicos.

b) La televisión es la principal fuente de informa-ción y de agenda de los diarios: «pensá en un matuti-no cuando se está ordenando el cierre... Yo vengo ydigo: ‘el jamón crudo viene muy salado’. ‘Eso: ¿a quiénle importa?’, me pueden decir. ‘Pero estuvo todo eldía en la televisión’, digo. Este es un buen argumento

para defender la noticia, porque si estuvo todo el díaen la TV, yo sé que hay millones de personas comen-tando en sus casas: ‘parece que el jamón crudo vie-ne muy salado, por las dudas no compremos porquehace mal’», afirma Pasquini.

c) La televisión impone un estado de alerta infor-mativa a los diarios durante el proceso de construc-ción de las noticias que llevan a cabo. GermánSopeña, pro-secretario de Redacción de La Nación,apunta: «(la TV) se usa como un alerta, sobre todocon los canales de cable que informan las veinticua-tro horas. Nunca se va a poder hacer un título enbase a lo que indique la televisión, porque detrás dela imagen: ¿qué hay? Muy poco».(26) En consonanciacon ello, Saguier estima que «la televisión es undisparador de noticias, un ‘enterate’, un estímulo fu-gaz. No podés quedarte al margen. De hecho, laRedacción está invadida por pantallas que sintoni-zan las señales de Crónica TV, TN u otras que tiranflashes al instante. El periodismo de La Nación es post-televisivo: de análisis, de interpretación, deprofundización de los hechos, de historia, de archi-vo, de buceo».

La industria comunicacional de las otras industrias

En lo que se refiere a las premisas para entenderde qué manera la articulación entre la prensa escrita,las fuerzas políticas y las organizaciones del sistemaproductivo inciden directamente sobre la valoracióninformativa, desde la práctica periodística se recono-ce la necesidad de que los diarios sean rentables: laindustria gráfica, al explotar su rol comunicacionalde las otras industrias, actúa como bisagra: vendepublicidad a sus lectores y lectores a sus anunciantes.

En este sentido, aparece una frágil frontera frutodel cruce permanente entre los principios éticos delredactor, la línea editorial de los periódicos, los inte-reses económicos de la empresa y el lucro visto comoobjetivo central.

El Jefe de la corresponsalía de Clarín en La Plata,Rodolfo Lara, alerta: «hay que partir de una base in-soslayable: los diarios (...) son empresas comercialesy lo que defienden básicamente es el negocio. Y esosintereses condicionan lo que debe ser una práctica

(23) Entrevista a Washington Uranga,redactor especial del diario Página12.(24) Entrevista a Héctor Lorenzo,director del diario Crónica.(25) Entrevista a Alejandro Magaldi,redactor del diario Crónica.(26) Entrevista a Germán Sopeña,pro-secretario de redacción deldiario La Nación.

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sana. A medida que se privilegie un nivel sobre elotro, esta práctica va a ser afectada».(27)

Luciano Román, Secretario de Redacción de El Día,suma otros puntos: «por supuesto que todos los dia-rios son empresas, en consecuencia tienen sus inte-reses empresarios. (...) Lo que resulta clave es sepa-rar en todo este proceso de valoración cada cosa.Separar lo que son los intereses de las empresas, quepor supuesto existen, y separar muchas veces la po-sición editorial del diario del hecho objetivo de lanoticia».(28)

Los obstáculos para deslindar lo comercial de loinformativo son notorios. Uno de los Pro-secretariosde Redacción de Clarín, Carlos Eichelbaum, remarcafactores convergentes: «uno, central, es el tipo derelación que tiene el medio como grupo. (...) Losmedios son, cada vez más, productos económicos.Por lo menos los criterios de selección tienen quever con los intereses del grupo o con los interesessociales con los que el grupo tiene intereses comu-nes. Hay un criterio comercial mucho más grande delo que se supone que es».(29)

La labor periodística, los intereses y expectativasdel lector y las necesidades para mantener y acre-centar los espacios en el mercado se contactan alpuntualizar las presiones económicas sobre los pe-riódicos durante la valoración de la información: «esees un problema de las empresas, no de los periodis-tas. Y es un problema grave porque afecta y reduceel espacio público. Los periodistas, creo que estamosen un segundo nivel de presiones, aunque no inmu-nes», afirma Uranga.

Al identificar las modalidades con que las presio-nes económicas inciden en la construcción de lasnoticias de los diarios, de los testimonios obtenidossurgen cuatro mecanismos: el chivo periodístico, elsoborno, la seducción material hacia los periodistasy el manejo de la publicidad.

Pasquini liga estos mecanismos de acción con losoperadores de prensa: «Por ejemplo, la agencia Télam,que maneja la publicidad del Estado, desde su crea-ción con el primer gobierno de Perón hasta hoy man-tiene un procedimiento: entrega los avisos día pordía, y con esto te dice: ‘si vos te portás mal hoy, papáno te trae caramelos mañana’. Eso sucede también

en la empresa privada. No es una característica ni delEstado ni del menemismo: es una característica de larelación entre el poder económico y el poder de losmedios».

Además, al profundizar la conexión entre los fon-dos publicitarios y la evaluación de las informacio-nes, dos líneas de comprensión son las predominan-tes: los periodistas que niegan los condicionamientosdeterminantes de la publicidad durante la construc-ción de las noticias; y los que afirman que la publici-dad modera la labor periodística: «No creo que hayanadie independiente. Creo que la calificación de ‘in-dependiente’ es una mentira, tengas el medio quetengas. Para ponerlo en términos más lejanos: unboletín parroquial está presionado por el párroco, quetiene intereses concretos, un mensaje para difundir,una idea de su imagen y de su institución, etcétera.Entonces, cada vez que vos trabajás en un medio esun complejo sistema de transacciones, cuyo límiteestá determinado por tus necesidades y por tus con-vicciones», reafirma Pasquini.

En el señalamiento de los sujetos que forman partedel contexto de generación y legitimación, ademásde los ya citados (el sistema de medios, la televisión,los reporteros, las empresas de comunicación y losanunciantes), se visualizan a: la organización internade los periódicos, los lectores, la competencia entrelos medios, la línea editorial de los diarios y los ope-radores de prensa.

Son estos últimos los que encierran atractivos par-ticulares: «si le llamás así al intento de influir en lasnoticias o en la opinión de un medio, esto (por lasoperaciones de prensa) existirá siempre. Porque noconozco ningún político, gobernante u hombre depoder que no quiera tener buena prensa. Y a medidaque la prensa se hace más importante y universal,este deseo aumenta», insiste Pasquini.

De la relación entre los operadores de prensa y losperiodistas, tres son las modalidades de vinculaciónreconocidas desde la práctica profesional: los quepretenden opacar la labor de los operadores, los queapelan a estos como fuente informativa y los que re-conocen cierta dependencia del periodista con res-pecto al operador.

Finalmente, cabe señalar dos aspectos de la activi-

(27) Entrevista a Rodolfo Lara, jefede la corresponsalía del diarioClarín en la ciudad de La Plata.(28) Entrevista a Luciano Román,secretario de redacción del diarioEl Día.(29) Entrevista a Carlos Eichelbaum,pro-secretario de redacción deldiario Clarín.

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dad de los operadores:a) los mecanismos de acción más usuales para in-

cidir sobre la construcción de las noticias son: el chi-vo periodístico, el manejo de la publicidad, la seduc-ción material hacia los periodistas, el soborno, el in-tercambio de información, el off the record y la con-fesión de noticias exclusivas;

b) los periodistas, en general, se ven muy sólidospara acotar la posibilidad de que los operadores losengañen o los lleven a cometer errores graves.

La cocina interna de las noticias

Para completar los nexos entre los principales ele-mentos del contexto de generación y legitimaciónhay que plantear las tensiones emergentes de la prác-tica de los participantes internos de los periódicos,que implica analizar:

a) los límites y posibilidades de los periodistas comoparte de una corporación mediática;

b) los mecanismos de generación y construccióninformativa devenidos de las rutinas profesionales.

Acerca del primer postulado, surgen dos tipos deasociación: simbiosis absoluta entre medio y perio-dista (los trabajadores son, además, militantes delmedio: se da una total fusión profesional, ideológicay económica) y negociación y concertación entremedio y periodista («el medio te mete en cajas», sin-tetiza Lara).

A propósito de ello, Almirón añade: «el público eli-ge al medio que considera más certero. Es decir, noes que ese diario tenga la verdad, sino que seposiciona como yo quiero la verdad». Uranga ubicala cuestión en términos prácticos: «a la misma noti-cia, Crónica y Ambito Financiero eligen tratarla dedistinta manera, no tanto por una diferencia ideológi-ca, sino por los públicos, los lugares de entrada. ParaAmbito la Reforma Laboral es un tema político, paraCrónica es un problema del salario del trabajador».

Si se trata de sistematizar el funcionamiento de losperiódicos, algunos ponen reparos: «la rutina de losdiarios es una rutina que no tiene rutina, es decir, esuna metodología que tiene que tener un alto gradode flexibilidad para no perder la riqueza de los acon-tecimientos que se generan y se modifican a cada

momento», adelanta Uranga.Aun sin desconocer -en parte- la vigencia de la sen-

tencia precedente, los trabajadores de prensa con-sultados reconocen una cadena de acción grupal eindividual mecanizada, con instancias de evaluación,planificación y concertación colectiva, que disparanacciones de desarrollo individuales, y luego sonreevaluadas en las últimos espacios de definicióncolectiva (el cierre) donde inciden notoriamente lasjerarquías periodísticas. A medida que avanza el pro-ceso, el colectivo se reduce en cantidad de partici-pantes, mientras que se amplía el curso de las accio-nes individuales en forma constante.

El lector es una estrategia de construcción

El contexto de producción, procesamiento de in-formación y diferenciación mediática permite enten-der cuáles son las herramientas que utilizan los pe-riódicos para optimizar su mediación entre los lecto-res y los fondos provenientes de la publicidad. Setrata de comprender las estrategias comunicacionalesde los medios, destacando sus tratamientos origina-les de la información periodística.

Así, los lectores son uno de los elementos más im-portantes para pautar la diferenciación mediática: «ellector también es una construcción del medio, es unaespecie de promedio establecido habitualmente conalgún tipo de trabajo», enfatiza Eichelbaum. Magaldiagrega: «cada medio tiene su identidad y su formade trabajar de acuerdo a los lectores a los que estéenfocado».

De las distinciones encontradas en la definición delos lectores, cabe rescatar dos criterios:

a) el lector se construye apelando a la fragmentaciónevidente o a la máxima universalización posible;

b) el lector se construye como un sujeto queinteractúa con un medio objetivo y distante, al cualle exige ecuanimidad y pluralidad, o como parte deun colectivo que encuentra en el diario un mecanis-mo válido para expresarse por intereses compartidos:políticos, sociales, económicos y/o ideológicos.

Según Luciano Román, «a los lectores les interesaque el diario represente algunos de sus intereses, desus preocupaciones esenciales, que sepa captar por

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dónde pasan algunas preocupaciones básicas de lagente y se haga cargo de estas preocupaciones».

Es, entonces, el lector como segmento del merca-do a trabajar lo que agita el uso de estrategias deconstrucción de la noticia, de las cuales es pertinen-te consignar:

a) Construcción de la noticia por descarte primario:consiste en reconocer que no existen noticias pro-pias de los medios gráficos en general, sino que cadadiario delimita sus propias noticias. «En el ejercicioprofesional lo que uno sabe, en cada medio en elque va a trabajar, es qué no es noticia en función desu línea editorial. (...) No hay una definición genéricade noticia: sí hay una definición particular de qué esnoticia para cada medio y en cada momento», expli-ca Pasquini.

b) Construcción de la noticia según el involu-cramiento del medio y de los periodistas: se refiere acómo se posicionan ambos elementos ante el públi-co, tomando como parámetro la explicitación de losrecursos típicos de la objetividad y la subjetividad enla redacción periodística.

c) Construcción de la noticia mediante los formatosredaccionales: a mayor cantidad de público poten-cial, mayor es la obligación de mostrar imparcialidad.Se trata de distinguir los textos informativos de losopinativos o de análisis y, más aún, de los de entrete-nimiento. Sin embargo, desde los 90 está en cursouna redefinición de la utilidad de los formatos tradi-cionales que alberga fusiones de géneros y estilos,aunque ello no se da con la misma fuerza en todoslos diarios. En uno de los extremos de estos cambios,Pasquini pone sobre el tapete la necesidad de entre-tener por sobre las de informar y opinar: «ahora cadavez más la noticia es ficción: está producida en bus-ca de atrapar la atención de la audiencia.(...) En lamedida que la competencia se hace más severa ymás grande, para retener el interés del lector yo tetengo que entretener, que sorprender cada vez más,para que vos sigas ahí y no cambies de información.Entonces, la noticia en sí misma puede no ser intere-sante, pero yo la puedo hacer interesante».

d) Construcción de la noticia prescindiendo de loshechos: se trata de la producción y procesamientode información que no se basa en hechos sucedidos

o que esté previsto que sucedan, sino que son inven-tos, creaciones ficcionales presentadas a los públi-cos como noticias que reportan lo que supuestamentesucede en la comunidad.

e) Construcción de la noticia de acuerdo al lugarde pertenencia: se enlaza con las modalidades adop-tadas por los diarios para resolver la relación proxi-midad/comunidad.

En el caso de los diarios considerados en la investi-gación, el nivel de análisis aludido se complejiza porla atención de un frente de expectativas con doblecara: por un lado, los medios son producidos y ven-didos primordialmente en Capital Federal, razón porla cual la información propia de este ámbito se consi-dera de mayor impacto; pero, como estas publica-ciones aspiran a circular y captar publicidad en elámbito nacional, las noticias generadas o aludidasdesde otras jurisdicciones entran en tensión para lle-gar a tener contacto con el lector. Resultado de elloes que, muchas veces, lo capitalino es igualado conlo nacional: «Los diarios nacionales son diarios depuerto. Se hacen con criterios de puerto también: loque tiene interés prioritario para la región se imponeen muchos casos como interés nacional. Y, en cam-bio, la realidad de otras regiones del país sólo pasa atener dimensión nacional en el criterio del diario cuan-do el efecto llegó hasta acá (por la ciudad de BuenosAires)», destaca Eichelbaum.

f) Construcción de la noticia a partir de las buenaso malas acciones de los sujetos políticos: el matizbenevolente o pernicioso de la información es unadecisión editorial de cada medio. Tanto los interesescorporativos de la empresa de comunicación comoel perfil de sus lectores son elementos claves paradefinir la estrategia y el lugar de la perspectiva políti-ca publicada.

g) Construcción de la noticia ante la evanescenciade categorías tradicionales: las distinciones entre he-cho, acontecimiento, suceso y noticia tienden a esfu-marse: el periodismo, los diarios deben narrar histo-rias.

h) Construcción de la noticia trabajando el drama,el conflicto y la contradicción: la fusión e hibridaciónde los géneros periodísticos alimentada con laredefinición de las estrategias para responder a las

-Gomis, Lorenzo, Teoría del perio-dismo. Cómo se forma el presente,Ed. Paidós, España, 1991.-Halperín, Jorge, La entrevistaperiodística. Intimidades de laconversación pública, Ed. Paidós,Estudios de Comunicación, Bs. As.,1995.-Hernández R., María Elena, Laproducción noticiosa, Universidad deGuadalajara, Centro Universitario deCiencias Sociales y Humanidades,Guadalajara, 1995.-Hollowel, John, Realidad y ficción.El nuevo periodismo y la novela deno ficción, Ed. Noema, México,1979.-Lalinde Posada, Ana María, «Lanoticia: construcción de larealidad», en Industrias culturales,comunicación, identidad eintegración latinoamericana, Ed.Opción, México, 1992.-La Nación, Manual de estilo y éticade La Nación, Ed. La Nación, Bs.As., 1997.-Loyola, María Inés, El periodismográfico: los periodistas, el periódico,los géneros, Ed. Op Oloop, Córdo-ba, 1996.-López, Manuel, Cómo se fabricanlas noticias, Ed. Paidós, Bs. As., 1995.Mar de Fontcuberta, La noticia.Pistas para percibir el mundo, Ed.Paidós, España, 1993.-Martínez Albertos, José Luis, Ellenguaje periodístico, Ed. Paraninfo,Madrid, 1989.-Miceli, Walter (Editor), Albertini,E.; Arellano, F.; Dietrich, F.;Fernández Echevarría, I.; Giusti, E.;González, L.; Inda, L.; Koch, N.;Medeot, L.; Pellegrino, L.; Serrano,E.; Soto, K.; Velázquez, X. yWatkins, F. ¿Qué es noticia en losdiarios nacionales? Contextos deconstrucción, legitimación ydiferenciación mediática, Ed. delGITEPP, La Plata, 1999.

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expectativas de información, opinión y entretenimien-to, motorizan el uso de herramientas basadas en laexaltación del drama, el conflicto y la contradicciónpara atrapar y retener la atención del lector.

i) Construcción de la noticia mediante los factorestípicos del modelo anglosajón: al distinguir las estra-tegias más usuales, rápidamente se individualizandesde el campo profesional los factores con mayorarraigo que se trabajan bajo la concepción del mo-delo anglosajón: novedad, interés público, imprevi-sión, implicación, originalidad, incidencia en la tomade decisiones y condicionantes de la agenda públicafueron explicitados por la mayoría de los periodistasconsultados.

Conclusiones iniciales

Mostrar en tan pocas líneas un marco teórico másabarcativo que los que históricamente se armarondesde la perspectiva pragmática, obviamente redun-da en amputaciones dolorosas que el lector sabráentender, pero que -sin embargo- no anulan la posi-bilidad de indicar las carencias de la visión tradicio-nal y las posibilidades de investigar alrededor de lasnegociaciones políticas que explican qué noticias ypor qué son publicadas en los diarios nacionales.

Por lo tanto, como parte de las conclusiones inicia-les de la investigación que se pone a consideración,se ratifica:

a) entender a las noticias -en parte- como expresio-nes de las negociaciones políticas propias de lasinteracciones que se producen entre los actores iden-tificados en el contexto de construcción y legitimaciónabre el debate a zonas hasta ahora opacadas, escon-didas, que redundan en la posibilidad de avanzar enla apropiación de nuevos conocimientos para poten-ciar el aprovechamiento y la crítica de los medios decomunicación;

b) escuchar las voces emanadas de la práctica demedios y ponerlas en tensión con categorías analíti-cas forjadas desde la necesidad de entender paratransformar el objeto de estudio, dispara nuevas opor-tunidades y desafíos para entrecruzar los esfuerzos yexperiencias desde las instancias académicas y pro-fesionales del periodismo y la comunicación.

(*) Periodistas. Integrantes del Grupo de Investigación entemas de producción Periodística. (GITEPP). Facultad de Pe-riodismo y Comunicación Social UNLP.

-Miceli, W., Políticas científicas de lacomunicación. Un enfoque estra-tégico desde la universidad pública,Ediciones de Periodismo y Comuni-cación, Nº 10, La Plata, 1998.-Miceli, W., «El diario contraataca»,en revista Oficios Terrestres, Nº 4, LaPlata, 1997.-Ramos, Julio A., Los cerrojos a laprensa, Editorial Amfin S.A., Bs. As.,1993.-Rodrigo Alsina, Miguel, Laconstrucción de la noticia, Ed.Paidós, Bs. As., 1989.-Rodríguez, María Luisa, «Historiadel Nuevo Periodismo», en Chasqui,Revista Latinoamericana deComunicación, Nº 26, Quito, abril-junio de 1988.-Sanucci, María Elena: «A propósitode la prensa escrita: ocaso yrenacimiento», en revista OficiosTerrestres, Nº 1, La Plata, Diciembrede 1995.-Saintout, Florencia, Los estudios derecepción en América Latina,Ediciones de Periodismo y Comuni-cación, Nº 12, La Plata, 1998.-Tcherkaski, Osvalvo, «Qué es hoyuna noticia», en diario Clarín, 3 denoviembre de 1996, SegundaSección, Bs. As.-Warren, Carl, Géneros periodísticosinformativos, Ed. ATE, Barcelona, 1975.-Wolf, Mauro, «Segunda Parte:Nuevas tendencias de lainvestigación: medios decomunicación de la realidad», en Lainvestigación de la comunicación demasas. Crítica y perspectivas, Ed.Paidós, Colec. Instrumentos Paidós,México, 1991.-Wolf, Mauro, «Modelosperiodísticos en transición. La in-fluencia de los sistemas de ediciónelectrónica», en revista Telos, Nº 28,España, diciembre/febrero 1991.-Wolfe, Tom, El nuevo periodismo,Ed. Anagrama, Barcelona, 1984.

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El «western» es un género de géneros y por esoes un poderoso creador de estereotipos. Aun-

que nunca son figuras principales, hay unos cuantosperiodistas de película del oeste, parecidos uno al otrocomo primos. Ellos representan El Progreso; llegan aun inocente pueblo salvaje (siempre vienen de otraparte, con algo de anarquistas en el empecinado amorpor los tipos de plomo y la tinta de imprenta) y selanzan, no a la aventura comercial de un medio per-manente, sino a publicar un único «cero» en el quedenuncian una injusticia puntual cometida por elmandamás del lugar. Apenas la hojita ve la luz, el alu-dido manda a sus pistoleros a quemar todo el tingla-do, pero es tarde, la opinión pública ya irrumpió yarrasó con la simpleza de la vida.

Los periodistas de las películas del oeste suelenser pacifistas, moderadamente calvos, descreídos,alcohólicos y miopes. No usan armas, o sóloDerringers de tahur, traidoras como los micrograba-dores de hoy; andan a pie, son algo enclenques, vis-ten tweed, ridículas viseras de celuloide, mangas degénero negro, y a pesar de evidentes desventajascomparativas de su sex appeal entre tipos que desta-can por su destreza de tiradores y jinetes y su ropade cuero y lona, se quedan a menudo con alguna delas chicas en juego, lo que sólo se vuelve explicableal saber que el far &wils west y todas las patrañasañejas fueron en gran medida urdidos por la prensadel este para un público ansioso de exotismo. Mu-chos de entre los primeros corresponsales: Zane

Grey, Stephen Crane, James Caldwell, AmbroseBierce, el pintor Fréderick Remington, Mark Twainpor sobre todos ellos, no eran estrictamente perio-distas, o siéndolo sobrepasaban en mucho la defini-ción, pero todos vivían de los periódicos. Ellos crea-ron un uso particular de la lengua y -antes de que eseuso derivara en productos más nobles- los dueñosde los diarios lo popularizaron en función de sus pro-pios intereses y de un proyecto de sociedad. Comola historia mostraría con total claridad, la impulsiónde la reforma agraria y los derechos humanos en elWyoming no eran parte de ese proyecto.

De los ejes de discusión en que ustedes participa-rán a lo largo de la vida laboral, (hablo a un hipotéti-co público de estudiantes de periodismo) entre aque-llos que seguramente ya están discutiendo, uno cen-tral será sin duda cuánto nos toca a nosotros mismosde la tal meneada libertad de prensa, es decir, quéespacio le queda a nuestro propio criterio confronta-do con el interés de la empresa que nos contrata.Cuanto más veterano sea el periodista que respondaa esta pregunta, más probable es que la respuestasea: ninguno. No se desalienten; con el tiempo tam-bién aprenderán que el escepticismo generalizado,incluyendo una dosis de franca autodesvalorizaciónes uno de los que pueden considerarse gestos ele-gantes del oficio. Cien años después de terminada laconquista del oeste, allí, aquí y en todas partes, losmedios gráficos siguen poblados por una variedadde especímenes que escriben, solo algunos de loscuales son periodistas de oficio, licenciados o idó-neos. Conozco a varias decenas de escritores y niuno sólo que se atreva a ponerlo en el casillero «pro-fesión» de los formularios (ni que hablar de los poe-tas). Casi todos zafan (zafamos) con el cómodo «pe-riodista», y no es del todo mentira, porque casi todosvivimos colateralmente o principalmente de la pren-sa. Cuando uno no está muy seguro, ¿por qué esmenos pedante hacerse pasar por periodista que porescritor, que es sin embargo una definición muchomenos precisa? Porque a pesar del auge de las carre-ras y su producción de titulados, nadie tiene del todoclaro cual es la «ars» -la suma de técnicas, procedi-mientos e instrumentos- de este laburo. Se puedeargüir que en el marco de la concentración económi-

Los que escriben y los que mandan

Luis Salinas (*)

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ca tampoco un médico, un ingeniero, un docente oun abogado son libres en tanto empleados de corpo-raciones, para definir la proyección de sus carrerasen función de la realización personal y el bien socialcomún, pero aunque cambien los marcos y la razónde ser del empleador fluctúe más cerca de la acumu-lación de dinero que del progreso de la humanidad,los pasos técnicos para tratar un hígado son los mis-mos, trabaje uno para Shylock Medical Group o parala OMS. Esto no sucede con la prensa ni con los pe-riodistas. Nuestras técnicas son profundamente arbi-trarias porque nuestras materias primas -las informa-ciones- son pura ideología. No hay, en principio, algoasí como «La Información» ni existen sociedades másinformadas que otras, las hay informadas en un senti-do o en otro. Hipotéticamente hubo, hay y habrásociedades en las que la información disponible flu-ye con más facilidad y alcanza de modo más homo-géneo a la mayor parte de sus miembros, en estesentido la nuestra, surcada y sostenida por un cons-tante intercambio de datos debe ser casi la menosdemocrática que pueda concebirse.

Informar y desinformar, abstrayendo por un mo-mento lo peyorativo del segundo verbo, son dos ac-ciones tan inseparables como inspirar y expirar. Laprimera decisión en una redacción es suprimir noti-cias: con un adecuado mecanismo de recolección,siempre hay cien sueltos disponibles para el espaciode quince. En el corte, la subjetividad del criterio esinevitable, pero nunca es inocente. La dirección deun vespertino decide que la fractura de tobillo de uncantante con éxito en La Matanza merece el títuloprincipal y la quiebra de una industria, el nivel dedesocupación o la relación población-vivienda en elmismo partido sólo ocasionalmente el secundario, ycon más frecuencia ninguno. La de un noticiero deTV filtra de modo que el concepto de «seguridad»quede determinado por la cantidad de asaltos calle-jeros y robos domiciliarios y no a través de datoscomo la circulación de armas de fuego; o la falta decontroles sanitarios; o los montos que implican losdelitos sumados, cuanto se pierde en la suma de to-dos los robos con fractura de todo un mes, contraun solo hecho a gran escala con la participacióndelictuosa de una institución, sea el asalto a un ban-

co perpetrado por policías o una estafa con títulosde propiedad; la CNN nos explica en detalle la vio-lencia interétnica en el territorio de la ex Yugoslavia,y luego en qué lugar preciso ha caído cada bomba,pero no dice una palabra sobre el abandono antes yla entrada a saco del capital salvaje después de losbombardeos. Existen treinta maneras distintas de ex-plicar una misma caída de la bolsa, aunque ningunade ellas sea necesariamente cierta, todas operaránsobre la realidad generando en consecuencia otroshechos. No sólo puede afirmarse que la materia pri-ma del periodista es la ideología, sino que, en gene-ral, es la ideología ajena. Los ejemplos anteriores songeneralidades, pero en nuestro país contamos entrecientos con algunos precisos y actuales. Unaobviedad: la concentración de los medios de comu-nicación y la expansión de sus intereses hacia lastelecomunicaciones, los espectáculos, el deporte, lapolítica. El tema no tiene solo cada vez más relevanciaen la sociedad en general sino que es personalmen-te fundamental para el mismo trabajador que lo tra-ta o deja de hacerlo. Nadie podrá investigar con ga-rantía de acceso a datos veraces y objetivos (y sintemor a consecuencias) el campo de influencia y loscruces de intereses de la empresa de la que depen-de, ni la información que vuelque sobre la expan-sión de la competencia merecerá ningún crédito delpúblico avisado. En un plano ingenuo (no tan inge-nuo comercialmente) ni la crítica de cine publicadaen Clarín respecto a una película producida por Pol-Ka, por Artear o por Sono Films; ni las semblanzas deartistas de Telefé realizadas en notas de Gente; ni lasevaluaciones de un jugador de fútbol que cotice enbolsa, hecha por un periodista de un grupo de me-dios que entre otras cosas es bolsero, pueden serentendidos como información pura. Sí puede serobjeto de un análisis «zurdo», con lectura y relecturaentre líneas, estilo «que es lo que se dice, lo que sequiere decir, lo que se quiere ocultar». Este tipo delectura depende de la posesión de datos previos queno figuran en la nota y probablemente nunca hayansido publicados sino fragmentariamente (quizás porotras fuentes a la vez desconfiables) el primero deellos es saber quien es, económicamente hablando,el que nos anoticia. Esa información general no está

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al alcance del público y en detalle, ni siquiera de loshombres de prensa.

No es exagerado afirmar que con un desarrollo dela concentración como el que ya existe, en muchoscasos los periodistas no sabemos con precisión paraquienes trabajamos. En los países del este europeo,antes de la caída del muro, con mayor o menor gradodurante las dictaduras, la gran prensa fue o es funcio-nal al poder. También lo es en la actual fase delcapitalismo en los países democráticos occidentales,pero en estos casos el poder no tiene un discurso úni-co, no reside exclusiva (ni principalmente) en el Esta-do; según el tema a mostrar-ocultar, su capacidad decensura puede ser tan o más feroz que aquella.

Quizás permita más filtraciones, pero a la vez hacemás difícil comprender en qué dirección se manipulala información. Este es otro de los tantísimos aspec-tos en los que la ley de la oferta y la demanda no seporta como los liberales dicen que debiera hacerlo.En este marco, sin siquiera saber cuáles son los inte-reses precisos de la «empresa» (es notorio como deun tiempo a esta parte se habla en todas las grandes«cuadras» de Empresa y Redacción como dos entida-des separadas de manera clara. La «empresa», comolas damas, es la dueña del sí y del no; y como elcorazón, tiene razones que ni la razón ni la redac-ción entienden) desde la visión desangelada del ve-terano periodista antes citado, un profesional de éxi-to es el que desarrolla el instinto para adivinar dedonde calienta el sol: como solemnizar las boberíasy aguar datos fundamentales en función de no pisarlos callos de quien paga, en sentido directo y en sen-tido lato. El guardaboquismo espontáneo uobsecuencia autopropulsada guardará una relaciónde proporcionalidad directa con la expansión de losintereses de la empresa.

Sin embargo, no es casualidad que este tipo debrulotes cínicos sean por lo general expresiones decolegas que, a pesar de la amargura y casi el tanteo,insisten en atenerse a códigos éticos difusos, tácitos,personales, y enseñarlos con la práctica. Los perio-distas, como los escritores y los poetas, creemos enla palabra, y porque creemos en ella, en su verdadimplícita y las obligaciones que genera, seguimos sien-do quienes creamos los códigos de cada época. La

herramienta de control de los dueños de los mul-timedios no es la producción sino la selección entretextos. Su impotencia para crear textos propios es cu-riosa, dados no sólo la enormidad de su poder eco-nómico y político sino el hecho de que entre los due-ños de los multimedios hay no pocos ex periodistas,no voy a ponerme a analizar aquí esa esterilidad por-que no estoy muy seguro de cual es su explicación eintuyo que debe ser algo largo y complejo agotarla.Una punta inicial, sin embargo, es su incapacidad pararespetar reglas básicas del oficio tales como el respe-to por lo que ya se informó con anterioridad. En tiem-pos recientes dos hechos: la contra reforma policialen la provincia de Buenos Aires y la fuga y seudopersecución del banquero Moneta ponen en eviden-cia esta insubstancialidad de las líneas editoriales. Enel primer caso, los grandes medios «olvidan» que ellosmismos y todo el espectro político habían advertidosobre el riesgo de auge del delito como producto delas cesantías en la PPBA. La fuga del banquero Monetaafecta intereses de todos los grandes grupos de pren-sa del país, desnuda en parte sus relaciones econó-micas con el poder político, y muestra el proceso deconcentración del sector bajo otra luz (el tercer gru-po, el mendocino Uno-Supercanal, que en los últi-mos tres años apareció como competencia entre Cla-rín y el CEI-Ateo, hoy parece más bien el campo deconcertación entre ambos y los capitales másdesprolijos del gobierno). También en este caso lainformación central «olvida», al informar sobre lasescuchas ilegales del teléfono del juez Leiva queMoneta es codueño de Telefónica a través del CEI;«Excálibur», el programa de cruzamiento de datos quefue la estrella del caso Cabezas, parece no haber exis-tido nunca.

En el primero de los casos se juega una concep-ción de sociedad, bajo la presión de lobby de laspolicías y los aparatos políticos. En otro el interés puroy desnudo de las empresas. En ambos, solo se puedeesperar información veraz y completa de investiga-dores independientes o bien de los propios grandesmedios pero excéntricos a las líneas centrales.

Pero los hay. No existe un medio gráfico regimen-tado desde el primer al último hombre. Ningún dia-rio o revista responde en todas sus líneas a la estricta

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visión de la sociedad que su dirección editorial pre-tende reproducir. Si lo intentara, acabaría con el pe-riodismo que es justamente el producto que la em-presa vende.

En ese mínimo espacio sobrevivimos.Entretanto, la duda y la imprecisión, el oficio sigue

tratando de cortar un perfil en base a reglas a la vezinexplicables y sacras, como corresponde a todo buentabú. Cuando yo empecé a escribir en diarios-en el ’84, más o menos- los novatos éramos impues-tos de mandamientos disparatados, como la prohibi-ción absoluta de iniciar los títulos con monosílabos,lo que originaba chirriantes verbos reflexivos del tipo«planifícase» o «aguárdase» que se convertían en ticsdel oficio, casi como los «afirmativo-negativo» de losmilicos. Existía una pelea surrealista entre redactoresy diseñadores alrededor de si la fotomecánica eracapaz de reproducir correctamente fotos en color.Esta discusión afectaba pruritos de honor de ambascategorías hasta el punto de que los diseñadores de-cían: «No pibe, esto no va a salir» incluso de fotosque ya habían salido tan tranquilas antes, diseñadaspor ellos mismos. Este seudo conflicto tan divertidofue barrido por las PC (junto, hay que decirlo, conmuchos de aquellos diseñadores) el anterior desapa-reció por decrepitud. Se conservan sin embargo otrassupersticiones centenarias, como la regla de la pirá-mide invertida y, sobre todo, la exigencia de objetivi-dad en el lenguaje, con absoluta supresión del puntode vista subjetivo. Toda la práctica en medios gráfi-cos persigue un objeto de deseo: que a uno lo dejenfirmar. Y una firma, como es evidente, vale por dos-cientos «yos». Sería absurdo pretender otra cosa deestudiantes a los que se obligó a leer el «J’acusse» deZola como uno de los textos fundantes del oficio. Enmedio de la saturación de datos producidos en masa,sólo la capacidad de interrelacionarlos según una vi-sión original de la sociedad y el mundo son la cuali-dad de un periodista que destaque.

La reivindicación de esa «propia visión» de lascosas producirá colateralmente neurosis típicas, ta-les como la pretensión de mantener bases de da-tos siempre actualizadas, hasta que -tras muchodigitalizar o juntar papeles- uno comprende queestá compitiendo con la hemeroteca del congre-

so, y que allí todo está mucho más ordenado queen casa.

En el western con periodistas hay siempre una se-cuencia en la que los ejemplares van saliendo de laplana, a veces con la transparencia de las llamas quevienen a sugerir la venganza del poderoso y, contra-dictoriamente, también la luz que ilumina el criteriopúblico. Mediante fundidos, la escena puede incluirtambién la satisfacción del estriba mirando al trasluzuna página húmeda y los corrillos de personas entrelos que se va expandiendo la verdad llevada en manopor los canillitas. Y cuando el ex poderoso haya sidocon justicia denunciado, y su chanchullo completa-mente expuesto se agote como tema ¿cómo alcan-zaremos otra vez ese punch? ¿Quién será elanunciante del próximo número? ¿De qué va a viviren el futuro el maldito escriba? En el mismo momen-to en que nosotros nos angustiamos, y por las mis-mas razones, el villano denunciado se consuela. Qui-zás obligue a su capataz, el jefe de los incendiarios, aconvertirse en nuestro prosecretario de redacción.

(*) Escritor y periodista. Ha ejercido la profesión en diver-sos medios gráficos, entre otros la revista política El Porteñoy el diario Nuevo Sur.

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Cultura y medios: la estrategia de la sustitución

A través de las distintas épocas y a medida queel ser humano inventa y reinventa nuevos mediosde expresión y comunicación, aparecen siemprepresagios: se alzan voces proféticas que auguranla agonía, cuando no la muerte de creaciones an-teriores desplazadas ineludiblemente por las no-vedades. Lo más reciente anula lo anterior y da uncarácter sustitutivo al nuevo producto o artefacto.

Nuestra época es particularmente afecta a este tipode planteos, que se fundamentan en la rapidez y lavelocidad de los avances tecnológicos, en el deslum-bramiento que producen (respondiendo siempre adeseos de actualización permanente) y en miradas«a la page» de la realidad, poco afectas a bucear y acomprender los procesos históricos.

Al respecto y en lo referido específicamente a losmedios de comunicación masiva, han surgido, a lolargo del siglo XX, distintas posturas que dan cuentade las problemáticas generadas por la sucesiva apari-ción de medios nuevos respecto de los preexistentes.Ello puede, en última instancia, resumirse como lassucesivas tensiones que provoca la relación comuni-cación- tecnología, con énfasis en esta última, segúnafirma con acierto Lilia Jorge: «Y no es que falten pro-nósticos, sino que en la mayoría de los casos éstos seencuentran más ligados al desarrollo de la técnica yla tecnología comunicacional que a lo específico deldiscurso periodístico y su significación social.»(1)

Así, a través de este siglo, aparecieron pronósticossucesivos: la fotografía desplazaría a la pintura; la ra-dio, al periódico; el cine, a la fotografía; la televisión,a la radio y a la prensa; finalmente -por lo menoshasta ahora-, la computadora, que pondría en crisis alos demás medios anteriores por su ductilidad demáquina sincrética y polifuncional, lo cual le permitela condensación y la integración de todos los demásmedios y formas expresivas, por su carácter de«multimedia».

Lo positivo del «discurso de la sustitución» es que,a partir de detractores y defensores, ha permitidola reflexión y el análisis y, de alguna manera, la de-limitación de campos y especificidades, de nuevosperfiles e identidades. Por eso, más fructífero quepronosticar lo impronosticable, es ver cómo la irrup-ción de nuevos medios y tecnologías no ha produ-cido la desaparición de los precedentes, sino uncambio y una reconfiguración, lo cual permite tan-to la competencia como la complementariedaddentro del macrosistema de la comunicación.

De ahí que resulte más pertinente oponer, a la vi-sión sustitutiva relacionada con lo tecnológico y conel futuro, la visión histórica del cambio vinculada conla idea de proceso evolutivo que sustenta, por ejem-plo, Umberto Eco: «Debray nos ha recordado que elinvento de la fotografía ha liberado a los pintores deldeber de la imitación. Estoy de acuerdo. Sin el inven-to de Daguerre, el impresionismo no hubiera sidoposible. Pero la idea de que una tecnología abole[sic] un rol anterior es demasiado simplista. Despuésdel invento de Daguerre, los pintores ya no se sen-tían obligados a servir como meros artesanos encar-gados de reproducir la realidad tal y como creemosque la vemos. Pero esto no significa que el inventode Daguerre sólo alentara la pintura abstracta. Existetoda una tradición en la cultura moderna que nopodría existir sin el modelo fotográfico: no estoy pen-sando sólo en el hiperrealismo, sino también enHopper. La realidad es vista por los ojos del pintor através de la mirada fotográfica.

«Desde luego, la aparición del cine o de las tirascómicas ha liberado a la literatura de ciertas tareasnarrativas que tradicionalmente tenía que llevar acabo. Pero si existe algo llamado literatura posmo-

La prensa gráfica en el contextode la videocultura.

Algunas aproximaciones a su morfología

María Elena Sanucci (*)

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derna, existe porque se ha visto muy influida por lastiras cómicas o el cine. Esto significa que, en la his-toria de la cultura, nunca nada ha acabado con nada.En todo caso, lo ha cambiado profundamente.»(2)

Como es evidente, pues, se trataría de acercarsea un concepto de cultura más integral y abarcativo,que contuviera a los medios, y fuera orientado poruna política atenta a las posibilidades de todosellos.(3)

La página del diario y las pantallas: ¿miramos eldiario?

En los noventa, ha aparecido con singular poten-cia, dentro del ya conocido discurso de la sustitu-ción, la discusión sobre la posible desaparición dellibro y del periódico, del material impreso en ge-neral, suplantados por el texto electrónico. Se tra-ta de una problemática amplia y decisiva que con-lleva variados planteos relativos a aspectos parcia-les: la dicotomía oralidad/escritura; la relación en-tre el texto verbal y la imagen; la oposición culturade la imprenta/cultura televisiva; las característicasde la cultura impresa y sus aportes a través del tiem-po; la lectura y los lectores, y las estrategias y losmodos de lectura; el libro y el diario como objetosy como soportes textuales; la relación entre los di-versos géneros; los diseños y estructuras; las retó-ricas nuevas confrontadas con las viejas...

Como camino hacia una futura línea de investiga-ción, nuestro propósito consiste en tratar de detec-tar, dentro de tan profusa temática, algunos tópicosque permitan la caracterización de la prensa escritaactual e identificar en qué «ha cambiado profunda-mente», de acuerdo con las palabras ya citadas deUmberto Eco, al tener que instalarse en un contexto,primero, audiovisual y, últimamente, multimediático.Para ello parece apropiado seguir un recorrido queindague:

-algunas cuestiones relacionadas con el texto ver-bal periodístico, eje o centro -por lo menos, hastaahora- de la prensa gráfica;

-la inclusión de la imagen en el discurso gráficoperiodístico y las distintas relaciones que se estable-cen entre texto verbal y texto icónico: en síntesis, las

propiedades paratextuales del periódico;- la influencia del discurso televisivo sobre la pren-

sa, tanto en el texto verbal como en el paratexto.Correlativamente:-los modos de lectura de la imagen televisiva y los

modos de lectura de la prensa gráfica; -la pantalla de la computadora y su relación con el

diario;-el periódico «On Line»;-la iconicidad de la escritura.

El texto verbal y la página

Desde el desarrollo de la imprenta y hasta nues-tros días, el texto verbal escrito ha ejercido su hege-monía cultural y social (lo que Roger Chartier ha de-nominado «el orden del libro»). Ello es debido a de-terminadas propiedades, algunas de las cuales se vin-culan con su objetalidad: la espacialidad -el diario tie-ne un cuerpo y un formato, sea tabloide o sábana-; lalinealidad relacionada con un orden y un modo delectura -la parte izquierda de la página es la «entrada»y la derecha, la «salida»-; la demarcación y sus límites-los de cada página como unidad y los del diariocomo totalidad-; la clara separación de texto verbal eimagen; la clausura -el diario es un texto «cerrado» y«encerrado» en el límite de páginas, columnas y lí-neas-.

Otra propiedad tiene que ver con la manera devinculación con el lector a través de una comunica-ción diferida en el tiempo y en el espacio. Así, comotexto verbal gráfico, se manifiesta en una superficie -la página-, un espacio que debe ser transitado en lalectura, lo cual implica la inserción de la temporali-dad necesaria para la realización del recorrido lineal.Como se dijo, el texto queda, entonces, delimitado yencerrado en el espacio de la página, objetivado yajeno ya a su autor colectivo.

Este autor y el lector, separados temporal y espa-cialmente, sólo se podrán comunicar por el texto,pero sin posibilidad de intercambio alguno. Al res-pecto, la única posibilidad de interacción autor-lec-tor permisible en el diario son las «cartas de lecto-res», equivalentes, en última instancia, a las llamadastelefónicas y los televotos en la radio y la televisión.

Notas(1) Jorge, Lilia, «El futuro de laprensa, desde la historia». En:Diálogos de la comunicación, Lima,1998, Nº 51; pág. 38.(2) Eco, Umberto, «Epílogo». En:Nunberg, Geoffrey (compilador). Elfuturo del libro. ¿Esto matará eso?Ed. Paidós, Barcelona, 1998; págs.312-313. Las cursivas son nuestras.(3) Op. cit.; pág. 306.

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En suma: la fijeza y la inmutabilidad del texto impre-so forman parte de su esencialidad.

En el caso específico del diario, tal fijeza no signifi-ca perdurabilidad, ya que su vigencia «expira»cotidianamente, al ser reemplazado por su sucesor,el cual también seguirá su misma suerte al día siguien-te. Desde la ficción literaria, Julio Cortázar ha mostra-do elocuentemente el circuito que sigue un diario alcabo de un día: quien lo compra, lo lee (es un diario)y lo deja abandonado en un banco de plaza (el dia-rio ya es un montón de hojas impresas); un segundoindividuo lo toma y lo lee, para dejarlo nuevamenteabandonado; por último, una anciana lo encuentra,lo lee y envuelve con sus hojas medio kilo de acelgas,«que es para lo que sirven los diarios luego de estasexcitantes metamorfosis.»(4)

Las propiedades puntualizadas, que en la actuali-dad cuestionan las diversas variantes del texto elec-trónico, han seguido sustentando hasta hoy el discur-so de la prensa escrita, sin que ni la radio ni la televi-sión lograran desplazarlo.

La imagen en la página del diario

Es un lugar común, pero no por ello menos cierto,la consideración del fin de este siglo como una épo-ca signada por la imagen, y, más precisamente, porla imagen percibida, «mediada», a través de los me-dios y las nuevas tecnologías. «Videocultura»,«iconosfera»: son términos acuñados para dar cuen-ta de la situación iniciada, en buena medida, por latelevisión, la cual, como dice Ariana Vacchieri, «na-ció maldita». Fue criticada desde sus orígenes pordiversos sectores, pero esa crítica se complejizó apartir de los años 80: «La televisión se sofisticó y obli-gó a la crítica y a la teoría a complejizarse con ella.Actualmente estudiar la televisión es también, nece-sariamente, estudiar el video, el satélite, el videocable,los videotextos, los videojuegos, el videoclip; es de-cir, todas aquellas tecnologías que tienen a la televi-sión como soporte. Es estudiar una videocultura.»(5)

A su vez, Giovanni Sartori, por ejemplo, alerta so-bre algo que la televisión genera: la sustitución delhomo sapiens, con capacidad simbólica y cognos-citiva, con competencia para la abstracción, por el

homo videns, atrofiado y restringido a un conocimien-to por contacto (perceptual) y sin capacidad de sim-bolizar y abstraer.(6)

Por otro lado, Beatriz Sarlo considera que «la so-ciedad vive en estado de televisión», dentro de unamimética «cultura espejo» donde todos pueden re-conocerse y donde la TV es un «espacio mítico» y «almismo tiempo próximo».(7) En otro lugar, señala conun dejo de ironía: «Destrezas del futuro: sin duda, laposmodernidad es la etapa de la alfabetizaciónmediática, por encima de la alfabetización de la le-tra.»(8)

Lo que interesa subrayar, en todo caso, es una co-incidencia generalizada en la crítica respecto de queexiste una crisis vinculada con los modos y las for-mas de representación.

La imagen como tal acompañó al ser humano des-de sus orígenes y cumplió funciones estéticas, infor-mativas, memotécnicas y religiosas en diversas cultu-ras y civilizaciones.

Con la aparición de la imprenta, a partir del Rena-cimiento, y la progresiva generalización del libro comoobjeto de propagación cultural, comenzó a tener unlugar junto a la escritura, de la que era dependiente,ya que funcionaba como una «ilustración» de lo ver-bal. Se va así abriendo tímidamente paso en el mun-do de la escritura y del texto impreso signado por lapalabra.

Finalmente, el siglo XX le da la posibilidad de ex-pandirse y tener validez independiente a través de lageneralización de la fotografía y el cine, y la posibili-dad de su reproducción técnica.(9) A partir de allí, laimagen eclosiona mediante la televisión y sus deriva-dos y todas las formas del texto electrónico (video,hipertexto, CDRom, Internet, la realidad virtual, etc.).

La imagen se abre paso a múltiples usos, se abrecamino en un mundo signado por la cultura de laletra impresa, pasando así de un mundo simbólico aotros signos más naturales, a un mundo de represen-taciones perceptuales. En él parecería tener menoscabida la letra impresa, el prestigio de la escritura. Almismo tiempo, surgen nuevos modos y formas delectura, y una profusa bibliografía destinada a reafir-mar la escritura y la lectura del código verbal: al res-pecto, no parece casual en la actualidad la publica-

(4) Cortázar, Julio, Historias decronopios y de famas. Ed.Minotauro, Buenos Aires, 1964;pág. 71.(5) Vacchieri, Ariana (compiladora)El medio es la TV. La Marca Editora,Buenos Aires, 1992; pág. 6.(6) Sartori, Giovanni, Homo videns.La sociedad teledirigida. Ed. Taurus,Madrid, 1998.(7) Sarlo, Beatriz, Escenas de la vidaposmoderna. Intelectuales, arte yvideocultura en la Argentina. Ed.Ariel, Buenos Aires, 1994; págs. 87y 82.(8) Sarlo, Beatriz. Instantáneas.Medios, ciudad y costumbres en elfin de siglo. Ed. Ariel, Buenos Aires,1996; pág. 235.(9) Walter Benjamin ha consideradoque, si bien siempre la obra de arteha sido «susceptible de reproduc-ción», a comienzos del siglo XIX sutécnica alcanza un grado totalmen-te nuevo con la litografía: «Con lalitografía, la técnica de la reproduc-ción alcanza un grado totalmentenuevo. El procedimiento, muchomás preciso, que distingue latrasposición del dibujo sobre unapiedra de su incisión en taco demadera o de su grabado alaguafuerte en una plancha decobre, dio por primera vez al artegráfico no sólo la posibilidad deponer masivamente (como antes)sus productos en el mercado, sinoademás la de ponerlos en figuracio-nes cada día nuevas. La litografíacapacitó al dibujo para acompañar,ilustrándola, la vida diaria.Comenzó entonces a ir al paso conla imprenta. Pero en estoscomienzos fue aventajado por lafotografía pocos decenios despuésde que se inventara la impresiónlitográfica.» V. Benjamin, Walter.Discursos interrumpidos I. Ed.Taurus, Madrid, 1989; pág. 18.

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ción de diversas obras referidas a la problemática yla historia de la lectura.

Las fotos en el diario

Paulatinamente, la página de prensa comienza aincluir la fotografía. A partir de los ochenta, por lomenos en la Argentina, la foto cobra verdaderoprotagonismo. Las primeras planas aparecen con fo-tos de grandes dimensiones, ahora en color, en detri-mento del texto verbal, que se ve restringido o esenviado hacia páginas interiores. En los últimos años,además, la fotografía digitalizada ha facilitado tam-bién la circulación y la llegada a los medios gráficos.

Las fotos aparecen compitiendo con la letra y sellega a una especie de «equilibrio inestable» a travésde las diversas relaciones y tensiones que se estable-cen entre lo icónico y la escritura, en una verdaderarenegociación de los dos lenguajes con una finalidadinformativa. Como lo explicita Lorenzo Vilches, quienrealiza la conexión e integración icónico verbal es elpropio lector a través de inferencias que se realizanen el acto de la lectura y que responden al desarrollode competencias lectoras: «La conexión entre textoescrito y fotografía es más compleja que la de unasimple funcionalidad comunicativa y se relaciona conlas competencias tanto icónicas como verbales que,en un caso el redactor y en otro el lector, ponen enjuego a través del diario». Y más adelante: «Tanto eltexto icónico como el texto escrito poseen las com-petencias para ser realizados en un discurso cohe-rente desde el punto de vista informativo. Pero quienrealiza esa ‘performance’ indispensable es sólo el actodinámico de lectura porque la conservación de unacompetencia no significa que se aplique correctamen-te.»(10)

Desde su lugar de «puesta en escena de la noticia»y «certificado de veracidad»(11), la fotografía de pren-sa puede desempeñar múltiples funciones, muchasveces no excluyentes, sino complementarias. Algu-nas de ellas son las que siguen:

-Información: la propia foto es noticia. Sustituciónde lo verbal por la imagen.

-Documentación: certificación de veracidad de lainformación. La foto como prueba.

-Contextualización: sitúa a un personaje, una ac-ción, un contexto histórico, social, etc.

-Ilustración: simple «glosa icónica» y espejo de loescrito, es redundante desde el punto de vista infor-mativo; en otros casos, actúa como ornamentaciónpara romper la monotonía del texto verbal.

-Descripción: muestra detalles y características deun personaje, de un suceso o de un ámbito.

-Narración: la narración o relato es reemplazadatotal o parcialmente por una imagen. En este últimocaso, la imagen puede corresponder a la aperturadel relato -por ejemplo inicio de un viaje- o a su desa-rrollo -generalmente «ilustran sobre el momento prin-cipal del acontecimiento en el cual el protagonista seconvierte en su propio rol».(12) En cuanto a las imáge-nes de clausura narrativa -las más frecuentes-, se re-fieren a los efectos o consecuencias del acontecimien-to.

-Complementación: la foto complementa la ima-gen, mostrando un aspecto no mencionado, obviadoen el texto verbal.

-Anticipación: la foto actúa como primer impactonoticioso -por ejemplo, en las primeras planas, anun-ciando un suceso y remitiendo al texto verbal en pá-ginas interiores-.

-Metáfora: a veces puede sustituir y aludir indirec-tamente, a través de asociaciones, al verdadero sig-nificado que se le pretende atribuir. Con frecuenciase acude, en estos casos, a operaciones de foto-mon-taje.

Además de las posibles relaciones y negociacio-nes entre la imagen y el cuerpo textual verbal deldiario, hay una relación peculiar más directa einteractiva, entre la foto y el pie de foto, constituyen-do así un texto mixto. Este microtexto hace saber cuáles el contenido informativo de la imagen, general-mente la explica y la «ancla» verbalmente, indicandolugar, tiempo y personas.

Lorenzo Vilches, a partir de Newhall(13), comenta eilustra una posible clasificación de algunos tipos deleyenda tópicos de la foto de prensa, entendiendopor tales, a veces, textos de cierta extensión acom-pañados de imágenes(14):

-Leyenda enigma: una frase sin relación con el tex-to central, lo que provoca una particular secuencia

(10) Vilches, Lorenzo, Teoría de laimagen periodística. Ed. Paidós,Barcelona, 1987; págs. 71-72 y 74.(11) Ibídem; pág. 91.(12) Ibídem; pág. 218.(13) Newhall, Nancy, «La legende:L’interrelation des mots et de laphotographie». En: Les cahiers de laPhotographie. 2, 1952.(14) Vilches, Lorenzo, La lectura dela imagen. Prensa, cine y televisión.Ed. Paidós, Barcelona, 1986; págs.193-196.

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de lectura, que se inicia en la foto, sigue con el pie defoto y regresa nuevamente a la imagen, para final-mente acudir a la lectura del texto central y así poderdesentrañar y explicar la leyenda.

-Leyenda miniensayo: texto más bien extenso,acompañado de una sola fotografía con la que formauna unidad autónoma.

-Leyenda amplificadora o retórica: es «un texto don-de no se expone ni se cuenta nada, sino que saltasobre el acontecimiento para exponer una nueva for-ma de ver»,(15) que surge de la combinación de lasconnotaciones existentes en el texto verbal y en laimagen. Este tipo particular muchas veces produceefectos humorísticos y satíricos o irónicos, medianteasociaciones o juegos de palabras.

-Leyenda narrativa: el relato es verbal-visual e inte-gra al redactor y al fotógrafo en un texto común.

-Leyenda aditiva: propia de la fotografía documen-tal y testimonial. Un texto autónomo, muchas vecesya existente, acompaña a la foto; sumados ambos,funcionan como un texto mixto.

Una línea interesante de estudio, en los mediosgráficos argentinos, sería el análisis de la relación foto/pie de foto en sus distintas variantes, estilos y funcio-nes.

También es dable destacar que confluyen en eltexto periodístico otros mensajes visuales, desde losdibujos y caricaturas hasta la gráfica: «...Visual en sutotalidad, la ‘gráfica’ -mapas geográficos, redes cami-neras, diagramas- es ampliamente ‘arbitraria’, lo quela define no es su visualidad, que comparte con mu-chos otros sistemas, sino su propia organización».(16)

Así caracteriza Christian Metz las distintas variantesde la representación gráfica, «la parte racional delmundo de las imágenes».(17) La representación visualde la información, a partir de la computadora, es hoyfrecuente no sólo en el mundo de la investigación,sino también en los periódicos.

El paratexto en el diario

En la evolución y el diseño del periódico, incidie-ron, sin lugar a dudas, desde mediados del siglo XX,la aparición y consolidación de los medios audio-vi-suales. El periodismo gráfico debió enfrentarse con

dos consecuencias interrelacionadas: la necesidad decompetir en el mercado, captado en gran parte porla radio y la televisión, obliga a crear un productomás vendible y atractivo, más impactante visualmente,y al mismo tiempo responder a las nuevas formas delectura y a un nuevo tipo de lector, el «homo videns»,más integrado al mundo sensible de la imagen que alinteligible, más afecto a la información de los senti-dos que a la abstracción y la conceptualización de laescritura. El diario, entonces, interesará no sólo porsu contenido, sino también por su continente icónico-verbal (formato, tipografía, fotografías, uso del color,distribución textual, número de columnas, tapa, or-ganización de titulares, ilustraciones, secciones, pá-ginas, etc.).

«El aspecto de los periódicos -afirma M.R. García-está cambiando con rapidez, debido, en parte, a unamejor presentación, más espacios blancos, nuevostipos, fotos de mayor tamaño, publicidad mejor dis-tribuida y una nueva ola de creatividad gráfica».(18)

De esta manera, y sobre todo a partir de los ochenta,el periodismo escrito responde a la impronta de lavisualidad, con sustanciales cambios en aspectosmorfológicos, dando preponderancia al diseño y a laconcepción gráfica general. Se pone énfasis en laforma de presentación, en la diagramación, en elmodo como el lector ve y lee el diario, ya que parapoder competir en el mercado necesita ser atractivoa la vista. Surge así el llamado «periodismo óptico»,basado principalmente en la atención a cuatro facto-res: utilización de caracteres más legibles, empleo defotografías informativas, aplicación del color y crea-ción de nuevas secciones.(19)

Todos estos elementos paratextuales cumplen unafunción mediadora: contribuyen a facilitar la lecturay la comprensión, favorecen una mejor recepción ypermiten, por medio de índices perceptuales, que ellector elabore estrategias de lectura y que hipoteticeel tipo textual y las características de la informaciónque luego leerá. Todo lector asiduo de un mediopuede deslindar, a partir de estos aspectos formales -por ejemplo, de la ubicación, número de página, tipode titulación, firma o no del texto, presencia o ausen-cia de fotos, recuadros, etc. -, si se trata de un textode información, opinión, humorístico, un mensaje

(15) Ibídem; págs. 192-194.(16) Metz, Christian, «Más allá de laanalogía, la imagen». En: Metz,Christian y otros. Análisis de lasimágenes. Buenos Aires, Barcelona,1982; pág. 18.(17) Bertin, Jacques, «La gráfica». En:Metz, Christian y otros. Op. cit;pág. 215.(18) García, Mario R., Diseño yremodelación de periódicos.Pamplona, EUNSA, 1984. Citadopor: Martín Aguado, J.A. Lecturaestética y técnica del periódico. Ed.Alhambra, Madrid, 1987; pág. 19.(19) Ibídem; págs. 20-21.

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publicitario, un editorial...En este sentido, todo lectorcotidiano de un periódico crea una competenciaparticular que le permite ubicar con facilidad y discri-minar la información que se le presenta.

Otra problemática que surge, ante estas cuestio-nes, es la de la relación existente entre informaciónperiodística y materialización de la información, locual permite analizar las incidencias y cambios entrelas distintas formas de presentación y representacióndel contenido. Como plantea Numberg, si bien nocambian las propiedades o la naturaleza de la infor-mación -fragmentación, uniformidad, cuantifi-cabilidad-, sí lo hacen, influidas por su sintaxis y suforma material, las propiedades semánticas -objetivi-dad, autonomía-, ya que éstas se relacionan con lasestrategias de lectura y las competencias interpre-tativas de los consumidores.

La televisión y el diario

Más allá de la influencia obvia reflejada por la pre-sencia de fotos, color y cambios tipográficos, quehacen que sobre todo las tapas o portadas del diariose metamorfoseen casi en revistas, tratando, quizás,de establecer un cierto paralelismo entre la página yla pantalla televisiva (luego, la pantalla de la com-putadora), la televisión tiene características discursivaspropias que generan formas de lectura y ejercen suinfluencia en diseños y estilos del periodismo gráfi-co. Patrick Bazin, refiriéndose al posible impacto dela computadora en el lector, plantea una cuestiónque podría aplicarse también a la televisión: al dejarde ocupar el texto impreso su posición central, al dejarde ser el objeto básico y único de referencia, se pro-duce una reconfiguración centrada esta vez en elpropio proceso de lectura. Proceso dirigido ahorahacia una politextualidad configurada por los textosde diferentes tipos -imágenes, sonidos, películas, ban-cos de datos, servicios de correspondencia o redesinteractivas- que interactúan y se interfieren unos conotros. De esta interactividad progresiva y paulatinasurge un nuevo modo de lectura: «una nueva dimen-sión (polimórfica, transversal y dinámica) que pode-mos denominar me-talectura».(20)

Algunos rasgos del discurso televisivo permiten ser

referidos a la politextualidad y a la metalectura: porejemplo, el fragmentarismo a que dan lugar los dis-tintos programas en el continuum de la programa-ción general, y, dentro de cada programa, las subdi-visiones en unidades internas menores (los cortespublicitarios, los flashes informativos, adelantos deprogramación, anuncios de programación especial,mensajes solidarios, etc.). Esa discontinuidad yheterogeneidad tiene como contrapartida una conti-nuidad indispensable para crear la unicidad e inte-gración de la programación general de una emisora:el llamado macrodiscurso televisivo.(21)

Tal tensión fragmentarismo/unicidad también esobservable en la estructura del diario, constituida pordiversos tipos de cortes y trozos: secciones, suple-mentos, columnas, páginas; y, dentro de cada pági-na, la multiplicidad de informaciones, descripcionesde hechos diversos y acontecimientos que puedenleerse, y que, a veces, carecen de relación entre sí,pero que resultan homogeneizados en una mismapresentación física, determinada por cánones perio-dísticos relativos al formato, la cantidad de colum-nas, las líneas.

Los textos aparecen condicionados, en muchoscasos, por la diagramación y el espacio. Junto a lasegmentación formal, en el diario se presenta unasegmentación temporal, originada en su propia esen-cia y funcionalidad: «Todos los procesos históricosdeben servirse como acontecimientos de inmediatosignificado diario, que ocurre cada uno en un únicolugar; las universalidades o generalidades se presen-tan sólo en el contexto de sus manifestaciones parti-culares como ‘noticia’».(22) Esta segmentación resultacontrapuesta, complementada y morigerada por lassecciones, las remisiones a otras páginas y los edito-riales, que actúan como elementos cohesivos y dancoherencia al discurso periodístico.

La fragmentación se vincula con la heterogeneidadtextual, con la politextualidad: pueblan sus páginaseditoriales, noticias, crónicas, entrevistas, cartas aldirector, publicidad, crítica de espectáculos o biblio-gráfica, tiras cómicas, información de servicios, co-mentarios, ensayos, informes. Esta politextualidad yheterogeneidad también se advierte en la televisión,donde muchos programas -por ejemplo, los noticie-

(20) Bazin, Patrick, «Hacia lametalectura». En: Nunberg,Geoffrey (compilador). Op.cit.; pág.158.(21) González Requena, Jesús, Eldiscurso televisivo: espectáculo dela posmodernidad. Ed. Cátedra,Madrid, 1992.(22) Nunberg, Geoffrey, «Adiós a laera de la información». En:Nunberg, Geoffrey (compilador).Op.cit.; pág. 123.

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ros- abordan variedad de textos y géneros. En ambosmedios, los géneros se fusionan y se hibridizan, y lle-gan a producir, a veces, una falta de límites entreinformación y opinión.(23)

En suma, ambos medios, la televisión y el diario,exhiben así la tensión fragmentarismo/unicidad a tra-vés de segmentos discretos que, simultáneamente,buscan la integración en un macrodiscurso que loscontenga: la programación total de un canal o la to-talidad del diario.

Otros puntos de contacto que podrían establecersetienen que ver con la espectacularización de la infor-mación, hecho que se magnifica más aún en la televi-sión. Como plantea Sarlo, el efecto de mostración lle-va al medio a tener el show como «estilo marco», in-clusive, para el noticiero, con su mezcla genérica opara los programas de opinión. El lema de «Hora Cla-ve», el programa de Mariano Grondona, por ejemplo,es «Un espectáculo para pensar», con lo que se inten-ta marcar dos cuestiones: una, el común denomina-dor de la televisión, el show, pero, simultáneamente,el indicio diferenciador que señala el componente «pen-sar». De ello se infiere que, si este show conduce a lareflexión, los demás son solo mostración e impacto deimagen.

En cuanto a los medios gráficos, como ya se hadicho, logran ese efecto a través del protagonismofotográfico, de las fotografías de grandes dimensio-nes, o de tapas «de llamada» que producen desde loperceptual, un fuerte efecto receptivo.

Y, en lo que atañe a la relación entre texto verbal eimagen en los programas televisivos, quizás el géne-ro más apropiado para cotejar con la prensa sea eltelenoticiero, donde, como plantea Oscar Landi, laimagen autentifica el discurso lingüístico y le otorgaverosimilitud, es decir, cumple con las funciones bá-sicas que también se presentaron oportunamentepara el medio gráfico.(24)

Finalmente, interesa referirse al zapping como for-ma de lectura interactiva del televidente. La frag-mentación, la velocidad y la heterogeneidad propiasdel medio han generado en el telespectador una nue-va forma de lectura o de metalectura y de organiza-ción del discurso televisivo, con cierto parentesco conel videoclip, generada por el control remoto, al que

Sarlo llama «máquina sintáctica», por cuanto otorgaal espectador el poder de realizar y ejercitar un mon-taje personalizado. La ensayista ha hecho una exce-lente caracterización de esta estrategia: Lainstantaneidad, la rapidez, la sucesión ininterrumpi-da de imágenes reiteradas y redundantes que limitanla información pero que, al mismo tiempo producen«un efecto de información»; la modificación sufridapor el medio a partir del zapping: de ser hace mediosiglo «una atracción basada en la imagen se ha con-vertido en una atracción basada en la velocidad».Estética del parpadeo, saturación de imágenes, reite-ración, heterogeneidad y uniformidad, instantaneidad,yuxtaposición y adición son algunas de las cualida-des del zapping.(25)

Página-mosaico, troceada, interrumpida, salteada,con grandes titulares y fotos «espectaculares»: estavez no es un zapping creado por el lector. El diario lees dado objetalmente con una estructura impresa,con una territorialidad zapping, para que él, sí, utilicela misma estrategia: ojear, hojear, barrer los titularesy tener así el «efecto de información» casi con el solomirar. Pero también, convengamos, el diario permitela selección y el abordaje en profundidad de artícu-los que realmente proporcionen al lector la informa-ción y le posibiliten la reflexión.

Por otra parte, en estos entrecruzamientos entremedios y lenguajes, habría también una cuestión in-teresante por mencionar: el deseo de la prosa perio-dística, por impronta de la imagen, de volverseicónica, de mimetizarse con los medios, a través dedescripciones minuciosas de personajes y ambien-tes, o de titulares metafóricos, creadores de imáge-nes visuales o táctiles.

Finalmente, un aspecto de ineludible tratamientoes el impacto del texto electrónico, del hipertexto,en la cultura escrita. En este sentido, deberíancotejarse dos cuestiones.

La primera cuestión se refiere a los efectos en elmedio gráfico tradicional: las consecuencias de la pér-dida de bordes del texto, la desaparición del papelcomo soporte, el reemplazo de la lectura intensiva porla extensiva, la interactividad que permite el cambioen las relaciones comunicacionales (queda borrada lacomunicación diferida), la politex-tualidad y la coexis-

(23) La crítica a esta cuestiónapareció en La Nación, en lasección «Espectáculos», el 7/3/ 99con el título de «Los fiscales de lanoticia»; allí se desarrolla en dospáginas la problemática de losnoticieros televisivos de latelevisión abierta: su descensoconsiderable en el rating señaladopor una encuesta de Ibope, lareducción de programas de estaíndole en cuarenta y cinco horassemanales, debido al levantamientode varios informativos, y eldesplazamiento de funciones de losconductores, quienes deinformadores pasaron aeditorializadores, con la conse-cuente conversión de la informa-ción en opinión. Al mismo tiempo,en algunos canales se dedica másespacio a problemas vecinales, anoticias policiales o a noticias deinterés general, haciéndose escasohincapié en la información política,para evitar, seguramente, loscompromisos que puede ocasionarun año electoral.(24) Landi, Oscar, «Mirando lasnoticias». En: Vacchieri, Ariana(compiladora).Op. cit.; págs. 78-82.(25) Sarlo, Beatriz, «Capítulo II. Elsueño insomne». En: Escenas de lavida posmoderna. Intelectuales, artey videocultura en la Argentina. Op.cit.; págs. 57-105

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tencia de diversos lenguajes, la funcionalidad verbal-visual-sonora, etc. Por ejemplo, cómo adquieren ca-racterísticas «hipertex-tuales», de página-pantalla, algu-nos medios, con especial énfasis en lo visual. El casoparadigmático es el periódico norteamericano «USAToday» que presenta una organización gráfica de tapacon rasgos morfológicos cercanos al texto electróni-co. En nuestro medio, se advierten algunos elementossignificativos: así, en Clarín hay profusión y variedadde colores, una importantísima presencia de fotos, di-bujos, mapas e indicadores icónicos climáticos, y deinfografías (respecto de las infografías, véase el aparta-do siguiente). La página, sobre todo la portada, pre-senta rectángulos semejantes a los de la pantallamultimedia, con pequeños dibujos o fotografías quevisualmente se asemejan a los botones icónicos de lacomputadora.

La segunda cuestión por abordar sería el estudiode las versiones de la prensa «On-line» y sus relacio-nes con la prensa tradicional; por el momento, seadvierte el proceso inverso al que hemos descripto:el periodismo electrónico copia más bien formatosy estilos, mimetizándose con el periodismo gráfico.

La síntesis discursiva: la infografía

Como otra manera de dar respuesta a los nuevoshábitos de lectura visual rápida y debido a la posibili-dad generada por computadoras de producir gráfi-cos en el tiempo requerido por el diario, aparece, enlos noventa, en los diarios argentinos, una nueva téc-nica, un nuevo modo de presentar la información quees, simultáneamente, un nuevo género periodísticográfico: la infografía.

Si bien surge en los tabloides norteamericanos, lle-ga a la Argentina por otra vía: «Sin embargo, la explo-sión infográfica en nuestro país tendría otro origen.A comienzos de los ’90, ante los juegos olímpicos deBarcelona y contrariando la tradición iconoclasta dela mayoría de los diarios europeos, los tabloides es-pañoles, que escribieron con ímpetu moderno el ca-pítulo del posfranquismo, darán rienda suelta a lasimágenes y lograrán hacerse ver en otros contextos.Las áreas deportivas y de lectura distendida -suple-mentos de fin de semana, revistas dominicales- son

el escenario de este nuevo lenguaje que se imponecomo modelo de lectura moderna.»(26)

Este «nuevo lenguaje» es sincrético: heredero di-recto de la gráfica tradicional -tablas, mapas, cuadros-y de la historieta, combina e integra códigos icónicoscon el código verbal, con el objetivo de presentarsintética y visualmente una información amplia y pre-cisa, «para lo cual un discurso verbal resultaría máscomplejo y requeriría más espacio.»(27)

Si bien existen en libros y revistas infografías deotra índole -las llamadas «ilustrativas»- relativas a cual-quier temática más universal y atemporal, la infografíaperiodística de actualidad inmediata reviste otrafuncionalidad. Permite presentar gráficamente infor-mación imposible de fotografiar: un accidente de avia-ción o de tránsito, un atentado, un asalto a un banco,un crimen, etc. En algunos casos, si existen fotogra-fías sobre las consecuencias de un hecho, tambiénson incluidas junto a su reconstrucción narrativa.

La infografía, como nueva narración visual periodís-tica, como relato sintético para mirar, combina el dise-ño, la ilustración y lo verbal con la rigurosidad infor-mativa del periodismo, sin descuidar la dimensión es-tética, fraccionando, secuenciando y a la vezcohesionando y unificando una información. Por eso,esta forma, producto de la videocultura y de losvideolectores, abre un nuevo espacio para el desarro-llo del estudio de los lenguajes en la prensa gráfica.

Conclusiones

1. La aparición de nuevos medios y tecnologíassustentadoras modifica la relación de fuerzas entrelos mismos, creándose interacciones, préstamos ynuevas fisonomías, producto de las diversas tensio-nes y asociaciones entre los lenguajes.

2. En esa interacción se produce un doble movi-miento: a) de diferenciación, que busca la profun-dización de los rasgos idiosincrásicos o nuevas vías,pero partiendo siempre de la potenciación de su iden-tidad; b) de mimetización con el medio masivo másnovedoso, tomando rasgos o buscando sustitucioneso equivalencias.

3. En el caso de la prensa gráfica, surgieron en sumomento como nuevas vías de profundización el

26) Lo Celso, Alejandro, «De oficio,infógrafo». En: Revista Tipográfica.Buenos Aires, Nº 40; pág. 11.(27) Colle, Raymond, «Estilos o tiposde infógrafos». En: Infografíaperiodística. http://www.puc.cl/cursodist/infograf/texto/igraf6.html

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periodismo interpretativo, el periodismo de investi-gación y el nuevo periodismo. En cuanto al movimien-to de asimilación de la cultura audiovisual, se advier-ten rasgos como la importancia en el diseño y ladiagramación, la proliferación de la imagen y la gráfi-ca, es decir, la sustentación en un fuerte aparatoparatextual, hoy sobredimensionado.

4. Puede advertirse una correlación o correspon-dencia entre propiedades y características del mediotelevisivo y electrónico y la prensa gráfica:fragmentación/integración, espectacularización,hibridación genérica, adecuación a nuevas modali-dades lectoras, búsqueda de televidentes/lectoresmás particularizados, a través de la televisión por cabley, en el caso de la prensa, mediante ediciones espe-ciales, revistas, secciones de páginas especiales que

cada vez cobran mayor amplitud, para, al mismo tiem-po, responder a las demandas de mayor cantidad deconsumidores.

5. Como forma propia de la videocultura, en sucarácter de narración sincrética y sintética, la info-grafía abre un nuevo campo y una nueva relación defuerzas entre los lenguajes en la prensa gráfica.

ACLARACIÓN: El presente trabajo retoma y am-plía aspectos ya abordados en uno anterior. V.Sanucci, María Elena. «A propósito de la prensa escri-ta. ¿ocaso o renacimiento?» En: Oficios Terrestres, Año1, Nº1,1995; págs. 62-67.

(*) Docente e investigadora de la Facultad de Periodismoy Comunicación Social de la UNLP

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E l impacto de las nuevas tecnologías sobre losmedios de comunicación y el ejercicio del pe-

riodismo, constituye una temática de análisis e in-vestigación que en los últimos tiempos es abordadaen los ámbitos académico y profesional con distin-tas y controvertidas miradas.

Entre esas diversas ópticas, tomando como eje laprofesión, dos autores han lanzado una afirmaciónaparentemente categórica: «El periodismo está envías de extinción».

¿Provocación? ¿Profecía fatídica? ¿Hipótesis? Mu-chos pueden ser los interrogantes que despierte estaaseveración, pero de una u otra forma provoca re-flexiones que no pueden pasar desapercibidas a quie-nes estudian, investigan y trabajan en periodismo.Dada la controversia y la discusión que el tema ge-nera, la intención es presentar en estas líneas lasposturas y los pensamientos expuestos por José LuisMartínez Albertos e Ignacio Ramonet.

El Ocaso del Periodismo

José Luis Martínez Albertos, Catedrático de la Fa-cultad de Ciencias de la Información de la Universi-dad Complutense de Madrid, Director del Departa-mento de Periodismo I (Análisis del Mensaje Infor-mativo), en su último libro El Ocaso del Periodismoparece no tener dudas: «La galaxia Marconi estáderrotando en todos los frentes a la galaxia Guten-berg. Y en este enfrentamiento con derrota ya pre-vista, los periódicos impresos no van a ser una ex-cepción. Incluso me atrevo a formular una fácil pro-fecía: la prensa escrita, especialmente los diarios,desaparecerá mucho antes que los libros (...) No sólodesaparecerán los diarios impresos, los periódicosconvencionales que conocemos y amamos. Proba-blemente también desaparecerá con ellos el perio-dismo».

Detrás de la contundencia de su afirmación, Mar-tínez Albertos, nos presenta un desafío reflexivo ynos plantea su preocupación académica y científicaactual:

«Busco ver, estudiar, adivinar, en la medida quese pueda, si en este momento esta actividad, estatécnica social llamada periodismo, con la invasión

de las nuevas tecnologías, tiene mucho futuro, o alrevés, puede ser una actividad de enorme prestigio,benemérita a lo largo de sus cien años, pero conde-nada a desaparecer como ha sucedido con otras téc-nicas de trabajo a lo largo de la historia».

En el prólogo de su libro El Ocaso del Periodismo,editado en Barcelona a fines de 1997, sostiene que«los periodistas han perdido el horizonte de su ofi-cio». En realidad, según él mismo nos advierte, esaidea surge de un pensamiento del escritor GabrielGarcía Márquez manifestada en la 52º Asamblea dela Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) celebra-da en Pasadena (California) en los primeros días delmes de octubre de 1996 y que tuvo una amplia difu-sión en España a través de un extenso artículo publi-cado por el diario El País.

Para el catedrático español, «el texto es sugeren-te como suele ser lo de Gabriel García Márquez,un poco diríamos, caótico, donde aborda muchascosas. Parece que su principal objetivo era hacerun canto a los modos de reporterismo. Más que enel campo de la tecnología, está centrado en el cam-po del periodismo de investigación, y echa en faltadeterminado modo de romanticismo, de compor-tamientos muy humanistas, podríamos decir, deotras épocas, y que cada vez se van perdiendo yque va dando pie a un tipo de profesional muytecnificado, que a lo mejor domina muy bien lasteclas y los botones, pero que luego escribe confaltas de ortografía y sobre todo tiene grandes defi-

María Angélica Gómezy Analía Elíades (*)

El periodismo: ¿una técnica socialen peligro de extinción?

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ciencias en el campo de la construcción sintácticade las oraciones.

Es un texto sugestivo, nostálgico, y un poco demo-dé, pero tiene unas consideraciones en el campo delas tecnologías que a mí me venían bien porque, dealguna manera, conectaban con lo que era mi plan-teamiento, y en ese sentido lo aproveché. Pero nosería justo atribuir a Gabriel García Márquez la de-nuncia de que el periodismo va a quedar aplastadocomo consecuencia de la tecnología, aunque es cier-to que él dice ‘Los periodistas se han extraviado enel laberinto de una tecnología disparada sin controlhacia el futuro..´».

El impacto tecnológico que afecta a la actividadinformativa y al concepto mismo de periodismo seconstituye en el centro de análisis de MartínezAlbertos, para quien el marco de abordaje temporalde la actualidad no alcanza y es necesario presentarconjeturas sobre el futuro: «como consecuencia de laimplantación progresiva de la tecnología, tenemos dosrealidades, que a mí me parecen obvias, que ocurri-rán en los próximos años. Por un lado la desapariciónde los periódicos impresos. Si no una desaparición alcien por ciento, una desaparición muy considerable.De tal manera que el periódico impreso va a ser unaespecie de dinosaurio, un vestigio de prestigio cultu-ral, pero reducido a unas tiradas pequeñas, a unaselites muy claras en cada una de las comunidades.Hay unas técnicas que ya existen que se llaman lasPIAS,(1) que son una especie de calculadora de bolsi-llo, con una pantalla ligeramente más grande, a laque se puede en cualquier momento acudir a buscarcualquier noticia de las que pueda suministrar unbanco de datos, con el cual se esté conectado porcualquiera de los procedimientos que existen ahora,sin necesidad de conectarlas a un enchufe.

Me parece que ésta es una de las previsiones, oja-lá me equivoque, pero creo que se tiende por ahí.Aunque hay autores que dicen que ésta es una pre-visión absolutamente catastrofista, apocalíptica. Nodeja de resucitar aquella polémica que Umberto Ecoadelantó en los sesenta, el enfrentamiento entre losapocalípticos y los integrados. La mía sería una vi-sión apocalíptica, aunque para otros el periódico tie-ne más futuro, más destino.

Por otro lado, la previsión que quizá menos se en-tienda tiene que ver con el concepto de periodismo.Mi temor es no que desaparezca el periódico impre-so, sino que también desaparezca, y esto resultaríamucho más peligroso, el concepto de lo que se en-tiende por periodismo. ¿Cómo razono este asunto?Parto de una idea muy estricta de lo que se debe en-tender por periodismo: es una actividad social me-diante la cual unos profesionales actúan como inter-mediarios al servicio de intereses colectivos. Con lanueva perspectiva parece que los profesionales van ahacer otras actividades que no son precisamente lasque venían siendo características del periodismo.

Hay aquí incluso tres niveles distintos en los que seestablece la contraposición: la primera de las caracte-rísticas del periodista es que es un mediador-codificadorde mensajes amplios, es decir que no tiene un conoci-miento especializado en el campo temático, sino quees un especialista en saber codificar mensajes, en sa-ber dar esa forma necesaria para que el contenido seplasme en un mensaje a través de los medios de co-municación de masas. El proveedor de información,que sería el sustituto del periodista y al que no quierollamarle periodista, es cada vez más un especialistatemático en una cuestión, en un campo concreto, es elque elabora textos sobre temas de economía, de cultu-ra, de deporte, de cualquier otro tema. La segunda ca-racterística del periodista es que actúa movido por cri-terios de interés general que son las cuestiones queafectan a bloques importantes de personas. Por su par-te, el proveedor de información puede olvidarse delinterés general, está actuando al servicio de clientesespecializados, de clientes particulares en cada unode los campos temáticos. La tercera característica esque el concepto de periodismo va unido a una visión,a un concepto, a una realidad social que llamamoscultura de masas. Los proveedores de información noconectan con la cultura de masas, sino que lo hacencon una cultura individualizada. Frente a la masscomunication hay una self comunication, la posibili-dad de que cada persona pueda elaborar sus propiosconocimientos y recibir aquellos mensajes que real-mente le interesen, como consecuencia de esto, el pe-riodista que es ahora ese intermediario mediático alservicio de grandes bloques de población se pierde,

Notas(1) Se refiere a las tabletaselectrónicas inteligentes conocidaspor las siglas PIA (Aplicaciones deInformación Portátil).

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entonces, el nuevo profesional de la comunicación, elproveedor de información, tendrá otros objetivos, alservicio de intereses especializados, de clientes quepagan por ese servicio».

El «Proveedor de Información»:¿competidor o sustituto?

El profesor español, nos presenta a un nuevo «pro-fesional», a quien bautiza como «proveedor de in-formación», que no es «periodista» pero que com-petirá y convivirá con él, aunque en distintos ámbi-tos de actuación.

«El proveedor de información puede actuar en tresniveles distintos, de menor a mayor dignidad. La másindigna de las actuaciones sería como un botón, alnivel del chico de los recados, como decimos enEspaña, del mozo que transporta material que va abuscar en una biblioteca los archivos. Es la tarea suciaque hay en toda faena intelectual, buscar el mate-rial. Es el nivel más ínfimo, el menos destacado, elmenos noble desde un punto de vista intelectual.

Puede actuar en un segundo nivel en el que ac-túan hoy por ejemplo las secretarias. Las secretariasno solamente hacen ese acarreo de papeles y demateriales, sino que también elaboran una serie detrabajos de cierta responsabilidad. No toman deci-siones pero una buena secretaria puede preparar yhacer muchas actividades que liberan al intelectual,al investigador de todas esas tareas.

La tercera función que puede realizar un provee-dor de información, la más noble desde el punto devista científico, académico, incluso social, sería lade ser lo que somos los profesores universitarios, untutor, un asesor del trabajo de investigación de lagente, de los clientes que actúan a través de los ca-nales y los procedimientos tecnificados.

Digo que el proveedor de información no es unperiodista, puede ser un botones, una secretaria, undirector de tesis, pero ninguna de estas tres activida-des es una actividad específica del periodismo.

El periodismo es otra cosa, es esa actividad queconsiste en recoger datos, elaborar mensajes al ser-vicio de un interés general, y que está indisolu-blemente unida a ese concepto sociológico que en-

tendemos por cultura de masas. Si esta desaparece,desaparecen los periodistas y aparece otro tipo depersonaje, a lo mejor incluso mñas noble, más res-ponsable, más benemérito que el propio periodista,pero ya no actúa en la cultura de masas, sino en unasuma de culturas individualizadas.

La impresión que yo tengo es que durante ciertotiempo convivirán ambas manifestaciones cultura-les: la mass comunication frente a la self comunica-tion. La cultura de masas cuyo pontífice y sacerdotelitúrgico es el periodista y esa otra cultura individua-lizada, tipo de formación universitaria, cuyo pontífi-ce sería el proveedor de información. Durante cier-to tiempo pueden convivir y a lo mejor convivendurante muchísimo tiempo y no acaban matándosela una a la otra. McLuhan en su visión de las sucesi-vas etapas en la evolución de las comunicacionesseñala que efectivamente las nuevas tecnologíasacaban aplastando a las anteriores pero no lo hacendel todo, sino que incorporan elementos aprove-chables de la etapa anterior.

Lo que yo estoy presentando apocalípticamente esuna situación de disociación total, una especie decorte histórico: hasta aquí llega la cultura de masas,en el año 2.020, punto. Y a partir de aquí empieza lacultura individualizada de las nuevas tecnologías.Creo que ésto no va a tener lugar y puede haber unperíodo de coexistencia largo, y cuando digo largo,pueden ser veinte, treinta, cincuenta años, y a lo me-jor perdura, pero pienso que a la larga acabará impo-niéndose la nueva cultura tecnológica al servicio deintereses individuales sobre la cultura tecnológica alservicio de intereses de masas».

Martínez Albertos reconoce que incluso el puntode vista inicial, el punto de partida de su estudioestá imbuido de pesimismo y desazón y admite ladesaparición del periodismo como inevitable: «Estáclaro que va a haber un período en el que haya ele-mentos de una y otra cultura; pero puede que llegueun instante en que el corte se produzca de una ma-nera efectiva, nunca radical, sino que irán pervi-viendo determinados elementos de la etapa anteriorpresentes con los elementos de la nueva etapa yhabrá una presencia cada vez más mayoritaria, mássignificativa y más definitiva de los nuevos elemen-

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tos. Los fenómenos propios de la cultura de masasen la cual hay que insertar el periodismo creo quetienden a desaparecer.

Hay también unos factores de carácter ideológicoque corresponden al concepto de la posmodernidad,de la cultura posmoderna. El periodismo es un fenó-meno típico de lo que es una mentalidad moderna,las nuevas tecnologías nos introducen dentro de unamentalidad muy distinta que es la mentalidadposmoderna, donde por ejemplo, y esto me afectadirectamente, no se respetan las pautas estilísticas delos géneros, de los estilos y de los comportamientosacordes con una determinada norma. No existe elmaestro y prácticamente en la mentalidad posmodernani siquiera existe el autor del texto, es una visión quedesborda lo que es la pura realización, la puraplasmación de la personalidad del autor paraintroducirse en otras dinámicas muy curiosas.

También podría ir por ahí, es decir, que el periodis-mo es algo que tiene que ver con una mentalidad mo-derna, en la medida en que parece que la mentalidadmoderna ha terminado y da origen a una nueva men-talidad donde no hay maestro, ni autoridades, ni géne-ros, ni pautas, sino que todo está metido dentro de unadinámica diferente, el periodismo tampoco tiene ra-zón de ser. Soy un absoluto convencido y esta es ladisciplina académica en la cual estoy trabajando hacemuchos años, que todo periodismo tiene que estar asen-tado en el respeto a unas determinadas normas de com-portamiento profesional, no porque sea un caprichode unos pretensiosos profesores que hemos dicho queésto debe hacerse así, sino por una razón muy impor-tante y es que del respeto de esas pautas estilísticas sederiva el respeto a la libertad de recepción de los ciu-dadanos y si no se respetan esas normas de codifica-ción, el receptor que no sabe descodificar, está conti-nuamente abocado a ser manipulado, a ser engañado,a ser llevado a aquellas conclusiones que no debe lle-gar. Como el derecho de la información es algo quecorresponde no al sujeto profesional sino a los sujetosreceptores o ciudadanos de una determinada comuni-dad, mientras que ellos lo deseen, tienen derecho apedir que se escriba de acuerdo con unas determina-das pautas y la primera de esas pautas es que existeuna manera de escribir sobre hechos comprobables,

lo que llamamos noticias y hay otra manera de escribiracerca de opiniones.

Esto me parece que todavía subsiste. Pero puedeque llegue un momento en que se pierda, sería laimplantación definitiva de la mentalidad posmo-derna, entonces el periodismo, desde mi punto devista, habría muerto de una manera total y definiti-va. No descarto la posibilidad de que se siga lla-mando periodismo a este otro modo de comporta-miento, así como en la actualidad se llama periodis-mo a determinadas manifestaciones en el mundo dela prensa escrita, radiofónica, televisada, que evi-dentemente no tienen en cuenta estas normas».

La pervivencia de los géneros

El autor de La noticia y los comunicadores públi-cos (1978) y Curso General de Redacción Periodís-tica (1983) ha sido reconocido en el ámbito ibero-americano por su estudio y defensa de los génerosperiodísticos. Quienes han leído y seguido desde lacátedra estos libros básicos podrán preguntarse so-bre su pensamiento acerca de la vigencia o la pérdi-da de los géneros periodísticos ahora que anunciael posible fin del periodismo.

«Mientras el periodista sea ese profesional que ela-bora mensajes para montones de gentes de acuerdocon unos esquemas, las tecnologías influirán en al-gún aspecto o en otro, pero sustancialmente se man-tendrá la división en los dos grandes géneros: los re-latos y los comentarios. Creo que las nuevas tecnolo-gías no van a influir demasiado, sino que se seguirátrabajando en esta doble vertiente, con posibilidadesde que haya en el campo del relato algunas manifes-taciones nuevas que aún no acabamos de ver.

Las nuevas tecnologías sí que pueden modificarsustancialmente el trabajo, no de los periodistas, sinode los proveedores de información, éstos no traba-jan con mentalidad de género sino que ofrecen pa-neles, bancos de datos, listines telefónicos, datosestadísticos, gráficos, ahí sí que puede haber un cam-bio sustancial, ya no hay géneros periodísticos, sinosimplemente material informativo.

El género periodístico supone una construcciónliteraria de mayor o menor importancia. Esa cons-

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trucción prácticamente no existirá o será reducida almínimo. También hay una construcción literaria en lacartelera de espectáculos del periódico ABC o El País,en la lista de conferencias que se darán esta tarde, enel listado de difuntos del día, pero no es eso un géne-ro periodístico».

Mientras convivan los periodistas y los proveedo-res de información, puede ser que el límite entre laactividad que están realizando sea demasiado estre-cho ¿Cómo evitar que el profesional caiga en la ten-tación de creerse periodista cuando, en realidad, esnada más que un proveedor de información? Mar-tínez Albertos expone su teoría.

«El cambio se irá produciendo poco a poco y sindarse cuenta, el profesional irá evolucionando de unaforma u otra. En relación a este tema muchos me pre-guntan ¿cómo se explica que siendo usted profesorde periodismo, sea profesor de una técnica de trabajoque usted dice que está condenada a desaparecer? Yyo doy mi explicación: en primer lugar, porque a lomejor si tenemos una conciencia reflexiva de lo quees el periodismo, podemos evitar, demorar o aplazarla hora de su muerte, y en segundo lugar, es necesa-rio clarificar los objetivos y las técnicas sociales, yque no confundamos las actividades, de la mismamanera que hoy día sabemos claramente dónde ter-mina el periodismo y donde comienza la publicidad.

Si tenemos una idea muy clara y muy rigurosa delo que es el periodismo, puede que en algún momen-to podamos decir, aunque solamente sea desde unaperspectiva histórica, el periodismo llegó hasta aquí,y a partir de este momento empieza la invasión de lasnuevas técnicas de trabajo profesional y el periodis-mo va desapareciendo y se convierte en una técnicaresidual que cada vez practica menos gente. A partirde este instante, habrá determinadas personas que lla-mándose periodistas, sin embargo no lo sean, sinoque trabajen con una mentalidad distinta. Esto daráorigen a una polémica, a un debate en los colegiosprofesionales, asociaciones de la prensa, en cualquiertipo de corporación de derecho público o privadoque cobije, proteja o defienda los intereses profesio-nales. Estos son los que en primer lugar deberán plan-tear la discusión. Así como durante cierto tiempo sedebatía en los colegios profesionales de periodistas

sobre la gente que trabajaba en los gabinetes de pren-sa. El trabajo en una oficina de prensa no es el ejerci-cio profesional del periodismo, sino una operaciónde relaciones públicas al servicio de la empresa quepaga ese gabinete, que implica a muchísima gentecon titularidad académica de periodista, incluso conuna mentalidad inicial de periodista. ¿Cuál es el de-fecto? Pues que los mensajes que elaboran estosseudoperiodistas no son mensajes periodísticos. Unmensaje periodístico, por definición, es ese mensajeno intencional donde el periodista se distancia de supropio mensaje. Se agota en su propia difusión. Mien-tras que todo mensaje de relaciones públicas, comode propaganda o de publicidad, es interesado y bus-ca provocar una respuesta favorable. Los gabinetesde prensa tienen siempre una finalidad interesada, quelos mensajes vayan con aquella línea que le interesaa la empresa patrocinadora y propietaria. En España,en las asociaciones y colegios de periodistas estánmezclados tanto los periodistas como la gente quetrabaja en los gabinetes de prensa ¿Eso es bueno o esmalo? Creo que es malo desde el punto de vista de loque debe ser la debida clarificación intelectual deloficio, del trabajo, de la profesión. Pero es difícil evi-tar que esto suceda y creo que con el campo de losproveedores de la información, está pasando lo mis-mo».

¿Derrota prevista?

La pesadumbre que inevitablemente generan es-tas reflexiones no están exentas de provocación, y ala vez se presentan como una alerta, un llamado a ladefensa de una de las instituciones básicas de la so-ciedad democrática.

«No se puede negar que el periodismo ha rendidoa la sociedad una enorme cantidad de ventajas, deelementos positivos, sobre todo en el campo de lapolítica. La democracia no se explica sin ese fenó-meno de la cultura de masas que es el periodismo. Amí no me gusta la expresión «el cuarto poder» por-que induce a errores, pero sea un cuarto poder, o uncontrapoder, o como a mí me gusta llamarle el perroguardián, el watch-dog de las instituciones, tieneunos méritos históricos enormes. Probablemente no

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haya nada en la historia de la humanidad que hayacontribuido a salvaguardar la pureza de las institu-ciones y los mecanismos democráticos como el pe-riodismo. Posiblemente el papel de los periodistaspierda importancia en lo sucesivo, en lo político,para que una vez el periodista convertido en pro-veedor de la información, vaya a trabajar en otralínea no política sino técnica, científica, cultural.

Pero si todos se dedican a ser proveedores de in-formación no habrá perro guardián, por eso creo quedurante cierto tiempo habrá una coexistencia entreéstos y los periodistas residuales. Pero habrá unamortandad enorme de periódicos. La labor del watch-dog no tendrá por qué ser a través del periódico, lasemisoras de radio o de televisión sino que será posi-ble realizarla a través de los medios digitales.

Cuando aparece el periodismo alrededor del año1850 asume dos papeles o funciones importantes:transmisión de los datos de interés y defensa de lasinstituciones. En primer lugar, proveedor de datosesenciales para la supervivencia, la transmisión denoticias y en segundo lugar, el estar mordiendo atodos aquellos que por un elemento u otro se dejancorromper. ¿Este ha cumplido su papel histórico ya?Me temo que sí, pero aparecerá otra cosa que quizáno sea el perro guardián como lo conocemos hastaahora, pero creo que habrá una serie de procedi-mientos por los que se siga estableciendo ese con-trol que hay que tener constantemente sobre lospoderosos para evitar que se envalentonen y aplas-ten a la gente. Estos perros guardianes tendrán otramentalidad, realizarán su labor a través de la panta-lla y por qué no a través de correo electrónico, o depáginas web de Internet. De hecho ya hay algunosintentos de llevar ciertas polémicas mundiales a unadiscusión a través de Internet. De todos modos, yocreo en los periódicos, en los periodistas, en losmedios de comunicación, sobre todo en la prensaescrita. Estos pueden ver su trayectoria histórica concierta satisfacción, han contribuido denunciando,criticando, depurando muchas de las cosas supues-tas de la sociedad y ésto lo han hecho en la medidaque adoptaron una actitud ácrata».

En este contexto, si desaparece el periodismo yentonces los perros guardianes se manifestarán por

medio del correo electrónico o de páginas web onecesitarán de los medios tecnológicos para mani-festarse, es crucial no olvidar ni dejar de lado lossectores que inevitablemente queden marginados dela tecnología: «Cuando hablamos de estos temas-señala Martínez- cometemos un gravísimo pecadosocial, los analizamos desde el punto de vista de loque sucede en Europa y en otras sociedades desa-rrolladas.

Cuando me refería a que puede llegar un momen-to en que a través de los medios de difusión no hayaperiodismo, sino cuadros, gráficos, información te-máticamente especializada en cada materia, pensa-ba en esos ricos que existen actualmente en el mun-do que no necesitan echar mano de los periódicospara enterarse de lo que ocurre. Tienen acceso abancos de datos por los procedimientos que sean ypueden tener al día toda aquella información queles interesa. Pero ésto, no deja de ser una circuns-tancia para sociedades privilegiadas y diríamos parapersonas privilegiadas en sociedades privilegiadas,como son Europa, América del Norte, y algunos sec-tores de América del Sur».

Una visión europea

«La visión que he tratado es la de estas sociedadesprivilegiadas donde algunas cosas ya son palpables,pero éstas, en el mejor de los casos, representan sólouna cuarta parte de todo el bloque de seres huma-nos que en este momento están en el mundo. Es cier-to, estamos en una situación de egoísmo total y ab-soluto, estamos prefigurando y preparándonos parael futuro, pero exclusivamente desde la perspectivade estas sociedades privilegiadas, donde estos pro-blemas están planteados, y en cambio despreciamosolímpicamente, porque los ignoramos como si noexistieran, a toda esa gente, a esos miles y millonesde personas que están en Africa, en Asia, en algunospaíses de América, e incluso que están en los sustratosinferiores de las mismas sociedades europeas o delos países desarrollados americanos.

En este sentido, hubo un aldabón, el famoso de-bate que organizara la UNESCO sobre el nuevo or-den mundial de la información y de las comunica-

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ciones, el informe McBride que quedó en agua deborrajas, pero dejó algo positivo, la idea de que nose puede cambiar el futuro de la humanidad exclu-sivamente teniendo en cuenta los intereses, exigen-cias y necesidades culturales, políticas, etc. de lassociedades privilegiadas. Hay desigualdades que amedida que se avanza da la impresión de que soncada vez mayores.

El periodismo es el producto de dos coordenadas:una de la evolución tecnológica y la otra, de la evo-lución ideológica. Si la evolución tecnológica nece-saria no ha existido, el periodismo es muy dificulto-so. Pero sobre todo, si falta la mentalidad liberal queinspira el hecho de que el periódico pueda ser eseperro guardián, tampoco existe periodismo. Y en-tonces, si no existe el periodismo ¿cuál es el lamen-to que hacemos para esto?

Yo tengo fe en las capacidades inherentes del serhumano para encontrar siempre los recursos y losprocedimientos que le permitan sobrevivir en cir-cunstancias adversas. Si desaparecen los perros guar-dianes, aparecerá otra cosa. Si desaparece el perio-dismo, aparecerá algo distinto que pueda cumpliresos objetivos sociales de defensa del individuo frentea la acometida, al acoso de los poderosos».

En La Información en una Sociedad Industrial(2)

(1972) Martínez Albertos, hablaba fundamentalmen-te de la función social de la información y de la ac-tividad periodística como fomentadora y organiza-dora del diálogo social. En principio, parece que esaafirmación no valdría en la actualidad. «Ese libroestá inserto en lo que es la mentalidad liberal, de lacultura de masas, de sociedades industriales del pa-pel del periódico como vigilante. En este momento,la sostendría como un desideratum, pero creo quees difícil planteárselo como una realidad, al menospor lo que está sucediendo. Insisto en que los me-dios de comunicación van a tener cada vez menoscredo en la cultura de masas y más credo en otrotipo de cultura más individualizada, es obligatorioreplantearse aquello que entendimos, deseamos yprocuramos que fuera así».

De todas maneras, el catedrático español, desdesu espacio académico y reivindicando el rol de laUniversidad reconoce la existencia de pilares que

tendríamos que apuntalar para evitar el ocaso delperiodismo: «Son necesarias una formación y unaenseñanza donde los periodistas no sólo se eduquentécnicamente en el uso del lenguaje, de las tecnolo-gías, de los medios, sino que haya también una for-mación de carácter ético, político, donde el perio-dista se impregne de valores profesionales y esté dis-puesto a defenderlos, a luchar por ellos.

El peligro es que esto que estoy diciendo llevaconsigo un grave riesgo de dictadura intelectual.Estamos implantando una especie de norma, de uni-dad, de cumplimiento sobre la base de una pautaideológica que nosotros transmitimos. A lo mejor alas generaciones que vienen les parece que el papelde los periodistas es otro y que lo mejor es que des-aparezcan.

A mí, este tipo de informaciones técnicas dirigi-das a los periodistas me parecen siempre muy peli-grosas, por eso resulta importante el sistema deautorregulación en el cual los periodistas deben serquienes decidan mediante la discusión y un debateabierto, cuáles son los valores por los que están dis-puestos a luchar. Para ello están los códigos de éticaprofesional, los cuales hasta ahora establecen el prin-cipio de que el periodista tiene que denunciar, lu-char por la justicia, hacer una valoración crítica dela vida pública. Puede llegar un momento en queéstos sean cantos de sirena. A veces estos grandesprincipios teóricos, con el uso y el abuso terminanperdiendo significado.

Mi postura personal es que la solución estaría enun pacto general de periodistas y de docentes deperiodismo en el que nos pusiéramos de acuerdo encuáles son los objetivos sociales para enseñar en lascátedras de la universidad y para comprometerse enel ejercicio profesional en las redacciones y en loscolegios profesionales. Es necesario establecer unacoordinación para evitar que se enseñe una cosa ypor el otro lado, la realidad sea distinta. Esta coordi-nación sería importante para lograr esa toma de con-ciencia generalizada de que el periodismo debe sub-sistir en esa doble función de transmisión de datos yde defensa de los valores de la comunidad.

Si esto que últimamente se llama la mentalidadposmoderna continúa, todo lo que estoy diciendo

(2) Martínez Albertos, José Luis LaInformación en una sociedadindustrial. Función social de losmass media en un universodemocrático. Ed. Tecnos.Barcelona, 1972. Págs. 189 y 190.

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no sirve absolutamente para nada. Porque ésta noacepta ningún principio dogmático, ya venga de au-toridades o de pactos sociales establecidos. El prin-cipio fundamental posmoderno es la creación librey espontánea de cada individuo para escribir textosde cualquier tipo».

La mecanización del periodista

Desde otro lugar, Ignacio Ramonet, Director, en Pa-rís, del mensual Le Monde Diplomatique y del trimes-tral Manière de voir,(3) en su último libro La Tiranía dela Comunicación dedica un capítulo especial al tema«Ser periodista hoy», y aunque en el mismo se adentraen otros aspectos que hacen al ejercicio del periodis-mo en la actualidad, desde el inicio mismo lanza lamisma predicción, coincidente con la del catedráticoespañol: «Si nos preguntamos acerca de los periodistasy de su papel en la actual concepción dominante deltrabajo informativo, podemos concluir que están envías de extinción. El sistema informacional ya no lesquiere. Hoy puede funcionar sin periodistas reducidosal estadio de un obrero en cadena, como Charlot enTiempos Modernos. Es decir, al nivel de retocador dedespachos de agencia. Hay que ver lo que son hoy lasredacciones, lo mismo en los diarios que en las radiosy en las televisiones. Se ve a las celebridades que pre-sentan los telediarios de la noche, pero se esconde aun millar de profesionales que tiran del carro. La cali-dad del trabajo de los periodistas está en vías de regre-sión, lo mismo que su status social. Hay unataylorización de su trabajo».

Para Ramonet, hoy «vivimos una doble revolución,de orden tecnológico y de orden económico. Quizáestamos a punto de experimentar en este momentolo que yo llamaría la segunda revolución capitalista.Produce una energía enormemente importante quecambia muchas cosas y modifica notablemente elcampo de la comunicación y muy particularmenteel campo de la información, en la medida en quesupone una entronización del mercado de la globali-zación de la economía. Todo esto se encuentra en elpropio núcleo de la situación descrita».

Esa doble revolución, produce, según este autor,impactos importantes sobre la información y su ca-

racterización siendo superabundante, extremadamen-te rápida y conceptualizada como mercancía. La pro-pia definición de información se ha transformado yya no se corresponde con la que se enseñaba en lasFacultades de Periodismo y de Ciencias de la Infor-mación: «Hoy informar es esencialmente hacer asistira un acontecimiento; es decir, mostrarlo, pasar al es-tadio en que el objetivo consiste en decir que la me-jor forma de informarse es hacerlo directamente. Yesta relación es la que cuestiona al periodismo».

Periodista-Relaciones Públicas-Instantaneísta

Así como Martínez Albertos nos presenta a unnuevo y peligroso profesional, «el proveedor de in-formación», Ramonet se orienta en otro sentido, elde «relaciones públicas» y advierte que «cada vezson más los periodistas que se van a ese refugio queconstituye la comunicación en el sentido de «rela-ciones públicas». Una de las grandes enfermedadesde la información hoy es esta confusión entre el uni-verso de la comunicación y las relaciones públicas,y el de la información. ¿En qué se convierte, en estenuevo contexto comunicacional, la especificidad delperiodista? Esta cuestión se plantea porque vivimosen una sociedad en la que todo el mundo comunicay donde todas las instituciones producen informa-ción».

También para Ramonet, la causa de la desapari-ción de la especificidad del periodista radica en eldesarrollo de las nuevas tecnologías porque «a me-dida que las tecnologías de la comunicación se de-sarrollan, el número de grupos que comunican esmayor. Mayo del 68 no hubiera sido posible sin lafotocopiadora, por hacer un chiste. El fascismo nohubiera sido lo que fue sin los altavoces y los micró-fonos, porque no se puede llegar sólo con la voz amil personas a la vez. Son las tecnologías de la co-municación las que produjeron la explosión de lasradios libres, o el fax. Hoy Internet hace que cadauno de nosotros pueda, si no convertirse en perio-dista, sí estar a la cabeza de un media. ¿Qué les que-da como especificidad a los periodistas? Es una delas razones del sufrimiento de los media. Y, en parti-cular, de la prensa escrita. Los media que se desarro-

(3) Es necesario aclarar que IgnacioRamonet, también se desempeñacomo profesor de Teoría de laComunicación Audiovisual en laUniversidad Denis-Diderot (París -VII), pero en el trabajo comentadocentra su análisis desde el interiorde los medios con una ópticabasada en la profesión y suejercicio.

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llan son los ligados a tecnologías del sonido, de laimagen. E incluso cuando se sigue escribiendo, sehace sobre una pantalla».

Los tiempos actuales exigen otra respuesta a losperiodistas, y es aquí donde el valor de la informa-ción depende, entre otros factores, de la rapidez conla que se difunda: «Si se tiene una información y setarda un mes en emitirla, pierde mucho de su valor.Pero la pregunta es: ¿cuál es el grado de rapidez plau-sible? Hoy es la instantaneidad, y es evidente que lainstantaneidad se presta a enormes riesgos. Si se ana-liza el término periodista desde este ángulo, puedeser considerado como el «analista del día», cuentacon ese lapso de tiempo para analizar lo que ha pa-sado. Se puede decir que es rápido si consigue ana-lizar lo que ha pasado. Se puede decir que es rápidosi consigue analizar lo que ocurre en un día. Perohoy el ejercicio del periodismo es en directo y entiempo real. Sin interrupción. Ya sea en la televisióno en la radio. La instantaneidad se ha convertido enel ritmo normal de la información. Un periodista hoyno debería llamarse periodista, debería llamarse«instantaneísta». Pero analizar en el instante no sesabe hacer todavía. Y además no se puede hablar deanálisis porque no hay distancia. Finalmente, el pe-riodista tiene cada vez más tendencia a convertirseen un simple conducto. Es el hilo que permite em-palmar el acontecimiento y su difusión. Y no tieneel tiempo de filtrar, de comparar, porque si pierdedemasiado tiempo en hacerlo, los colegas le pisan.Y naturalmente esto se le reprocha».

Ramonet también vislumbra, pese a todo, una es-peranza: «...hay que indagar en la propia informa-ción, en la comunicación. Es necesario que los me-dia analicen el funcionamiento de los media. Nopueden hacer como si creyeran que son el ojo quemira pero que no puede verse. Es verdad que el ojove y no se ve. Pero no puede aplicarse esta metáforaa los media porque no tienen esa posición deperiscopio o de panóptico privilegiado. Todo elmundo les ve y todo el mundo sabe de una u otraforma que no son perfectos. Las gentes esperan quelos media hagan su autocrítica, que se analicen a símismos. Del mismo modo que pueden ser exigentesrespecto a otros sectores y profesiones, ¿por qué no

van a serlo respecto a sí mismos? Los medios de co-municación deben desarrollar, cada vez más, análi-sis sobre su propio funcionamiento, aunque sólo seapara que sepamos cómo funcionan, y para recordarque no están a salvo de la inspección, de la intros-pección y de la crítica. Pero este camino se recorrede una forma relativamente lenta porque resulta muyconfortable juzgar a los otros sin ser juzgado».

Pero, en esa necesaria autocrítica, debemos agre-gar, hay que discernir a los medios de los periodis-tas, y analizar desde qué lugar puede colaborar oformar parte de tal tarea, y ahondar en los escasosespacios de libertad que los profesionales tienen enel marco de la empresa.

El director de Le Monde Diplomatique sostieneque hay un cierto número de elementos que eviden-cian actualmente la transformación del periodismoy se pregunta si tal mutación provocará su desapari-ción. Advierte que es la pregunta que nos hacemostodos y a la cual, según él «nadie osa responder».Sin embargo, notamos que tal pregunta sí tiene osa-dos en responderla, por un lado, desde la profesión,el mismo Ramonet y por otro, desde lo académico,Martínez Albertos no duda en vaticinar el «ocasodel periodismo» y ubicar la profecía en el centro deuna reflexión abierta a discusión y debate.

(*) Analía Elíades es Lic. en Comunicación Social y Aboga-da, experta en información internacional de países del sur.Magister en derechos humanos y doctorante en la Universi-dad Complutense de Madrid.

María Angélica Gómez es Lic. en Comunicación Social ydoctorante en "El mensaje periodístico: códigos, formas, con-tenidos y prácticas discursivas" en la Universidad Complutensede Madrid.

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Abordaje deontológico. Concepto

La ética periodística, entre otros principios, haabordado últimamente el estudio del principio de la«independencia» del profesional de la informaciónfrente a las presiones externas e internas que se lepresentan cotidianamente.

Precisamente, el carácter no normativo que hacea la esencia de este principio es el que permite abrirla discusión sobre su factibilidad a partir del mo-mento en que el periodista se inserta laboralmenteen un medio de comunicación.

Dado entonces el debate, la complejidad y lospensamientos encontrados que puede suscitar laformulación de este principio, el objetivo de estaslíneas es tan sólo exponer algunos de los distintosabordajes que el mismo presenta.

Por ello, y con el fin de comprender el significadodel principio: «independencia del periodista conrespecto al medio», es necesario abordar las distin-tas aristas y enfoques que el mismo presenta:

Perspectiva semántica

Según el Diccionario de la Real Academia Espa-ñola:

«Independencia»: Cualidad o condición de inde-pendiente. Libertad, autonomía, especialmente la deun Estado que no es tributario ni depende de otro.Entereza, fuerza de carácter.

«Independiente»: Que no tiene dependencia, queno depende de otro. Autónomo.

Dícese de la persona que sostiene sus derechos uopiniones sin admitir intervención ajena.

Perspectiva organizacionalde la actividad periodística

En el marco del análisis del principio «independen-cia del periodista con respecto al medio», es necesa-rio tener en cuenta que el trabajo periodístico requie-re la integración individual de los componentes e in-dividuos que hacen al medio en un trabajo de con-junto y mancomunado. Esto implica la integracióndel periodista en una organización periodística con-creta, que las más de las veces tendrá una estructuraempresaria, con un tipo societario determinado, pero,puede también que la organización sea una coopera-tiva, o bien puede ser una empresa del Estado.

No obstante la forma organizacional que los di-versos medios de comunicación posean, el rasgo queaquí se quiere destacar es específicamente, la inte-gración del profesional periodista en una organiza-ción, hecho que deberá ser tomado particularmenteen cuenta como un aspecto de la independencia delperiodista con respecto al medio, puesto que el gra-do de integración a una tarea de conjunto como loes ésta, puede impactar de distinta forma en estanorma moral de conducta.

Bajo esta línea de pensamiento, Ana Azurmendi(1)

afirma: «La integración de las actividades de comu-nicación en el ámbito laboral no es una opción pa-cíficamente compartida. Es cierto que las necesida-des de una mayor eficacia y profesionalidad en eltrabajo hacen imprescindible que se realicen dentrode una organización empresarial, puesto que de otromodo se haría muy difícil responder a las expectati-vas de la sociedad sobre los medios de comunica-ción. Sin embargo hay quienes ven en esa integra-ción una incompatibilidad con la naturaleza mismade las actividades de la comunicación. Estiman quetanto la carga de creatividad que conlleva, como elnecesario grado de autonomía que requieren, y elvalor inmaterial de sus productos, las excluyen de lageneralidad de las relaciones laborales. Se puede

La independencia del periodistaentre la información,

el consumo y el marketing

Analía Eliades

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admitir una relación laboral para la realización pro-fesional de una actividad comunicativa, pero salva-guardando el carácter especial que tiene».

Por su parte, Elena Real Rodríguez,(2) luego de darun panorama de los diversos integrantes de un me-dio de comunicación, afirma: «si algo ha estado cla-ro en todo momento es que el trabajo global de lainformación y de la comunicación es, y continuarásiendo, el resultado de una conjunción y conjugaciónde tareas, saberes y capacidades, armónica y cohe-rentemente ordenadas».

Esta consideración organizacional, deriva necesa-riamente en el abordaje y análisis de las relacioneslaborales.

Perspectiva laboral

Como paso previo al estudio de las relaciones labo-rales propias del ejercicio del periodismo profesional,cabe tener presente los elementos caracterizadores delas relaciones laborales en general.

La doctrina y el Derecho español,(3) consideran laexistencia de cuatro presupuestos sustantivos quehacen a la conformación de la relación laboral: Li-bertad, Remunerabilidad, Ajenidad y Dependencia.

-Libertad: «cabe pensar que este requisito es inne-cesario desde el punto de vista del derecho de obli-gaciones, en la medida en que todo contrato exigeel consentimiento de los contratantes. Ha de tenerseen cuenta, aun así que la libertad no sólo ha de exis-tir al tiempo de la celebración del contrato, sinodurante toda la vida de éste. En caso contrario seadmitiría la validez de una servidumbre o esclavi-tud contractual. Por esta razón, Hegel puso de relie-ve que dar a otro de por vida el uso de las propiascapacidades, convierte a la persona en propiedadajena. Se prohibe la servidumbre y la esclavitud.

-Dependencia: es trabajador sujeto de un contra-to de trabajo quien aparece, en la prestación de ser-vicios, dependiente de -o subordinado a- un emplea-dor.

Se ha mantenido que nos hallamos ante una rela-ción jurídica de trabajo subordinado cuando existeuna subordinación técnica, esto es, cuando el traba-jador se encuentra bajo la dirección técnica del

empleador con respecto al modo de cumplimientode su prestación. Se trata quizá de la acepción másantigua de la subordinación. La doctrina más mo-derna la ha criticado, como consecuencia de la di-latación del ámbito del contrato de trabajo, que nosólo se aplica a los trabajos manuales, sino tambiéna los servicios intelectuales, y debido a la mejora enla formación de los trabajadores y a los avances tec-nológicos, que pueden hacer del trabajador un ex-perto en la utilización de aparatos cuyo funciona-miento desconoce el empresario.

En segundo lugar, se ha defendido que el términodependencia ha de entenderse como subordinacióneconómica, es decir, como dependencia económi-ca del trabajador con respecto al empleador. Dichaacepción se fija, sobre todo, en la existencia de laretribución como nota esencial del contrato de tra-bajo. Resulta fácil criticarla. En un sistema de eco-nomía de mercado, la regla general es la existenciade una retribución por cualquier servicio que se pre-sente, sin que importe la relación jurídica de quetraiga causa.

En tercer lugar, y más modernamente, se ha man-tenido que existe subordinación cuando el presuntotrabajador incorpora su trabajo al ámbito producti-vo y organizativo del empleador. El ET consagranormativamente dicha acepción. De acuerdo con elartículo 1.1. ET, los servicios se prestan «dentro delámbito de organización y dirección de otra perso-na, física o jurídica, denominada empleador o em-presario».

El artículo 20.1 ET insiste en que el trabajo ha derealizarse «bajo la dirección del empresario».

Según esta interpretación, el empleador no nece-sita ser un técnico para dirigir el trabajo, sino que sucometido esencial reside en organizar, con una fina-lidad concreta, la incorporación de los servicios deltrabajador o trabajadores de su empresa para culmi-nar su cometido empresarial, que, por cierto, no tie-ne por qué ser lucrativo.

Entendida como inclusión en el ámbito de direc-ción y organización de un empresario, la subordi-nación o dependencia significa que éste puede dardirectrices e instrucciones sobre la realización deltrabajo concertado, así como sobre el tiempo, lugar

Notas(1) Azurmendi, Ana, Derecho de laInformación. Guía Jurídica paraprofesionales de la comunicación.Ed. EUNSA. 1997. Pág. 199.(2) Real Rodríguez, Elena, «LaLicenciatura en Periodismo, únicavía de acceso y capacitación parael ejercicio profesional comoperiodista». Cuadernos deInformación y Comunicación.Número 3. Servicio dePublicaciones UniversidadComplutense 1997. Facultad deCiencias de la Información .Departamento de Periodismo III.(3) Sagardoy Bengoechea J.A., DelValle Villar J.M. , Gil y Gil, J.L.,Prontuario de Derecho del Trabajo.Tercera Edición. Ed. Civitas,Madrid, 1997.

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y contenido del trabajo, y también fijar las retribu-ciones y dar cohesión a la actividad del complejoempresarial».

Habiendo comentado las notas características dela relación laboral, ceñidas en el presente a la liber-tad y dependencia, es menester analizar la particu-lar mirada que requiere el trabajo periodístico.

Así, Ana Azurmendi,(4) sostiene: «Un simple reco-nocimiento no modifica en la práctica su forma deintegración en la organización empresarial. Es la fi-losofía de cada empresa de comunicación quien enúltima instancia decide. En nuestros días, es frecuentela convivencia de un sistema dual, en el que paraunos pocos profesionales -a quienes se potencia enun progresivo protagonismo personal- se respetanunas condiciones de trabajo acordes con las carac-terísticas de la actividad comunicativa, mientras quepara una mayoría de profesionales, el régimen delasalariado supone convertirse en una mano ejecutorade las estrategias comerciales de la empresa, estra-tegias dominadas por las «tiranías de las audiencias».Los Estatutos de redacción, como garantía deprofesionalidad del periodismo, también de su deon-tología, pueden constituirse en una defensa frente alservilismo ocasionado por la relación laboral. Encualquier caso, no debe olvidarse que existe otraforma de integración en la empresa que es la de lacontratación civil, es decir, el acuerdo entre las par-tes contratantes para la consecución de interesesmutuos. Suelen ser contratos de obra o contratos dearrendamiento de servicio. En ambas situaciones, laregulación existente es la voluntad de las partes ylas normas generales sobre los contratos».

La voluntariedad en el acuerdo que supone el con-trato y la participación en una actividad que estábajo la dirección y organización del empresario,como objeto de la relación contractual, son caracte-rísticas que determinan las obligaciones del profe-sional de la comunicación dentro de la empresa.Puesto que, aunque se mantenga la responsabilidaddirecta del comunicador frente al público, destina-tario de sus mensajes y el carácter intelectual de lasactividades de la comunicación, la prestación deltrabajo informativo coincide con el desempeño deuna función de interés público, independientemen-

te de que su relación de trabajo se desarrolle dentrode una empresa privada, el periodista realiza su ta-rea bajo una doble dependencia: la del director delmedio y la del empresario, y por su contrato laboraltiene los deberes de:

a) Cumplir con las obligaciones concretas de supuesto de trabajo, de conformidad a las reglas de labuena fe y diligencia.

b) Cumplir las órdenes e instrucciones del empresa-rio en el ejercicio regular de sus facultades directivas.

En este marco, y en pos del entendimiento del sig-nificado del principio «independencia del periodis-ta con respecto al medio», es necesario considerarel Convenio Marco del Sector Prensa, en cuyo Preám-bulo se declara:

«La Libertad de expresión, el derecho a la infor-mación y el derecho de los periodistas a ejercer li-bre y honestamente su profesión constituyen, hoyen día, elementos básicos de una sociedad demo-crática. Esta tríada de derechos y libertades formanun todo y se complementan para hacer posible queel proceso político, económico y social de esta so-ciedad avance progresivamente, en el marco de laConstitución. Su respeto o vulneración permite va-lorar, en suma, el talante democrático o no de unacomunidad.

Los Medios de comunicación, vehículo de expre-sión al servicio de la sociedad española y garantes,por su propia naturaleza, del sistema democrático,de sus instituciones y de los derechos reconocidosen el Artículo 20 de la Constitución Española, de-ben mantener la independencia frente a cualquiertipo de presión ideológica, social o política, paraofrecer a los ciudadanos una información de la másalta calidad, es decir: veraz, rigurosa y contrastada.

Para que esto sea posible, se debe garantizar la in-dependencia de la Redacción y de todos sus miem-bros, a través del presente estatuto de la Redacciónque regula las relaciones profesionales de los Redac-tores, con la Dirección de la empresa, tutelando susderechos deontológicos, morales y materiales, conindependencia de las relaciones laborales y sindica-les y sin interferir los cauces en que discurren éstas».

Dentro del Estatuto-Marco del Convenio se inclu-ye un Código Deontológico, del que cabe señalar:

(4) Azurmendi, Ana. Op. Cit.

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Artículo 8: «Los redactores se comprometen a res-petar el Código Deontológico de la Federación In-ternacional de Periodistas y la Empresa a facilitar sucumplimiento.

Código Deontológico. Esta declaración internacio-nal se proclama como norma de conducta profesio-nal para los periodistas que se ocupan de recoger,transmitir, divulgar, comentar noticias e informacióny descubrir hechos.

2. El periodista defenderá, en toda ocasión, el de-ber de investigar y publicar con honestidad la infor-mación, la libertad de comentario y de crítica; elderecho de comentar parcialmente y a criticar conlealtad.

9. Todo periodista digno de llamarse tal, se impo-ne el deber de cumplir estrictamente estos princi-pios. En el marco del derecho vigente, el periodistasólo aceptará, en materia profesional, la jurisdicciónde sus iguales, excluyendo cualquier injerencia gu-bernamental o de otro tipo».

Perspectiva Profesional

Conesa Sánchez,(5) sostiene que «la libertad deprensa entraña inexcusables deberes para los profe-sionales de la información. Es decir, los periodistasse benefician de la libertad de prensa, pero tambiénquedan obligados por ella. Voyenne indica que elpúblico tiene más derechos sobre la información quelos que tienen los profesionales, con lo que viene ainsinuar la relevancia del derecho a la información.

El profesional no es «dueño» de la información, loes en la medida en que, en cuanto hombre, es sujetouniversal de ese derecho, pero no lo es en cuantoprofesional de la información. Todo lo informableconstituye el objeto de un derecho que, por naturale-za, corresponde a todos y cada uno de los hombres,razón por la que el sujeto cualificado está al serviciodel sujeto universal, que es el titular del derecho a lainformación. Por eso es condenable cualquier tipode manipulación informativa, porque, independien-temente de otras consideraciones, constituye un aten-tado a un deber de justicia: el deber de informar».

«Y para cumplir debidamente con ese deber -sos-tiene Conesa Sánchez- el profesional requiere una

serie de condiciones, fundamentalmente dos: valíaintelectual e independencia interior».

El autor citado, señala que en 1906 Rafael Mainar(6)

decía que «el periodista no ha de tener ideas pro-pias, sino que sus ideas son de «quien las paga».¡Gran cosa es tener ideas propias! Pero al periodistale es más necesario tener las propias...de quien laspaga. Lo que sí es indispensable es el saber presen-tarlas, exteriorizarlas cuando se las dan y hasta adi-vinarlas cuando no se las dan. En todo caso no pue-de, no debe olvidar que cuando escribe lo hace porcuenta ajena, pero con responsabilidad propia, y alo sumo, en caso de conciencia, puede salvar la fir-ma, no poniéndola, en lo que después de todo nadahará de más».

Esta afirmación, además de ser un blanco fácil decrítica atenta en forma directa contra el principio dela independencia.

Conesa Sánchez,(7) también ataca tal concepto,alegando que «la situación ha variado notablemen-te desde entonces porque el periodista de hoy aspiraa ser algo más que un simple amanuense. Puestoque existen periódicos de muy variadas tendencias,cada periodista debe ir a aquel que mantenga unalínea más acorde con su manera de pensar, del mis-mo modo que un ciudadano se inscribe en -o votapor- el partido que más le convence, puesto que nopuede fundar uno él sólo. Esta observación viene aponer de relieve que la participación no consiste enque cada profesional intente que el periódico res-ponda a su personal ideología. Sin embargo, aúnaceptando las líneas generales que caracterizan auna determinada publicación, continúa existiendoel problema de la participación, es decir, la necesi-dad de participar en la vida de la empresa no desa-parece por el hecho de que la redacción se sientaplenamente identificada con la orientación de lapublicación que la empresa edita».

La argumentación de Conesa Sánchez, tampocopuede ser compartida, y es igualmente fácil de reba-tir, puesto que la independencia del periodista estámarcada por su profesionalidad, y por su real capa-cidad de autonomía con respecto al medio.

En esta línea de análisis, cabe mencionar el análi-sis que realiza Daniel Hallin(8): «Se ha dicho a menu-

(5) Conesa Sánchez, Fernando, Lalibertad de la Empresa Periodística,Ediciones Universidad de NavarraS.A. Pamplona, 1978, págs. 422, yss.(6) Mainar, Rafael, El Arte delPeriodista, Manuales Soler,Barcelona, 1906.(7) Conesa Sánchez, F., Op. Cit.(8) Hallin, Daniel. «Comercialidad yProfesionalismo en los mediosperiodísticos estadounidenses».Director del Departamento deComunicación. University ofCalifornia. San Diego. Cuadernosde Información y Comunicación.Número 3. Servicio dePublicaciones UniversidadComplutense, 1997. Facultad deCiencias de la Información.Departamento de Periodismo III.Págs. 123 a 142.

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do que la noción de «profesional» aplicada al perio-dista resulta ambigua y en muchos aspectosinapropiada. Muchos periodistas se reconocen a símismos como practicantes de un oficio, más quemiembros de una profesión. En ciertos casos, en Es-tados Unidos, algunos periodistas han acudido antelos tribunales alegando que no debían ser conside-rados como profesionales sometidos a sus corres-pondientes leyes laborales, sino simples trabajado-res asalariados, dedicados a actividades rutinarias yrealizadas bajo estrecha supervisión y, en consecuen-cia con derecho a exigir retribución adicional porhoras extraordinarias. Muchos trabajadores de laindustria mediática encajan en esa descripción, ypor supuesto, también, hay muchos otros que no,sobre todo, en los puestos de mayor rango periodís-tico. El periodismo es además algo muy diferente delas profesiones clásicas -derecho, medicina, arqui-tectura e ingenierías- ya que la práctica de aquél, adiferencia de estas, no está basada en ningún cuer-po sistemático de conocimientos. La titulación enperiodismo -en Estados Unidos- es optativa, y pro-bablemente resulta más necesaria en los puestos in-feriores que en la cúspide de la profesión; no se re-quieren exámenes de acceso u obtención de licen-cias y ningún comité de revisión de colegas juzga lacompetencia de nadie».

Hallin destaca dos etapas importantes en la histo-ria de la información periodística en Estados Uni-dos, una marcada por el profesionalismo y la actualmarcada fundamentalmente por el comercialismo,con la consecuente crítica a esta última, aunque tam-poco ahorra observaciones a la etapa del profesio-nalismo.

Las características fundamentales del profesiona-lismo serían las siguientes: la creencia en el progre-so, en la racionalidad y en verdades universales oestándares, así como la convicción de que es posi-ble estar integrado en el sistema, -con bienestar eco-nómico, accesibilidad y prestigio y al mismo tiempoindependencia-, formando parte de la vanguardia enel arte y de la función de «perro guardián» en elperiodismo.

Reconoce que en esta etapa había «una cíclicatensión respecto a los límites de las prerrogativas de

los empresarios y la autonomía periodística. Pero aúnasí, parecía alcanzada una solución provisional quea todas las partes implicadas - periodistas, empresa-rios, lectores y políticos-, parecía resultarles suficien-temente operativa. La moral de los equipos de re-dactores se mantenía alta, el prestigio de los medioscrecía y existía relativamente escasa controversiasobre la fundamentación ético-filosófica y el papelpolítico de la actividad periodística».

Como contraposición, el actual período comer-cialista o «periodismo de mentalidad mercantil» estárevelando un declive substancial en la satisfacciónde los periodistas por su trabajo, que según Hallin,está en parte motivada por la reducción de su auto-nomía de iniciativa. Rescata que no todo está perdi-do en la actualidad y sostiene: «es en nombre delprofesionalismo como muchos reporteros resisten losdictados de los mercantilistas que prefieren informarde las fiestas con champagne de las urbanizaciones,insistiendo por el contrario en ocuparse de los asun-tos municipales. El profesionalismo de ninguna ma-nera es tampoco exclusivo de la élite de redactoresque trabajan en Washington; miles de periodistas dea pie, diseminados por todo Estados Unidos hanmantenido ese ideal como protección del «privile-gio» de una más bien modesta autonomía. Perso-nalmente me he visto a menudo sorprendido, cuan-do hablaba con gente de televisiones locales, de lairritación manifestada, sobre todo por los emplea-dos del escalafón más bajo, como por ejemplo loscámaras de reportajes, ante la presión de los formatossensacionalistas. Dentro de las emisoras locales detelevisión estadounidenses está bien claro que la ten-dencia hacia esos programas de realismo dramáticoviene impuesto por la dirección, mientras que elprofesionalismo proporciona la dialéctica de resis-tencia desde abajo.

Es también en nombre del profesionalismo comolos periodistas resisten a menudo contra las presio-nes por adaptar la información a los intereses políti-cos de los empresarios, no atreviéndose a menudoestos últimos a intentar ejercer esa influencia siquie-ra. La decadencia del profesionalismo, sin embargo,suscita la cuestión de si la alianza entre la propie-dad empresarial y el poder político podría llegar a

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ser más estrecha en el futuro. La profesionalizaciónno elimina, por supuesto, la capacidad del em-presariado mediático para influir sobre el contenidopolítico de la información de actualidad.

Pero el profesionalismo y sus normas éticas sirvende una manera significativa para limitar la manipu-lación de las noticias por propietarios empeñadosen favorecer sus particulares convicciones políticase intereses».

Perspectiva Académica

Elena Real Rodríguez,(9) sitúa en la formación aca-démica y en la capacitación la condición sine quanon para el ejercicio profesional como periodista:

«Si el grado de competencia, especialización yprofesionalidad de los periodistas llegase a estar de-terminado tan sólo por quienes detentasen en ex-clusiva el poder omnímodo de informar y de comu-nicar, ya no haría falta acceder a la acción de infor-mar y de comunicar poseyendo la formación ytitulación académica superior específica (en este casola correspondiente Licenciatura de Periodismo), por-que sería «el empleador», quien fijase e impusierelas condiciones materiales y hasta la línea de pensa-miento que iluminase el hacer y el acontecer paracualquier aficionado voluntarioso, cómodo y autodi-dacta que llamase a una Medio de comunicaciónpidiendo una oportunidad.

La calidad de la información, la opinión y la co-municación (en lo que es básicamente consustan-cial a ellas, la libertad, la veracidad y el interés hu-mano) queda de inmediato en entredicho si su su-jeto profesional no tiene acreditada una solventeformación académica (y se comporta de acuerdo aun código de deberes y derechos laborales,deontológicos y sociales) que todos deben respe-tar.

La Universidad es, hoy por hoy, el lugar más indi-cado para la formación de profesionales aptos, ca-paces, competentes, especializados, autónomos (conel suficiente espíritu crítico y conscientes de sus de-rechos, deberes y responsabilidades. La presenciadel periodismo en la Universidad como una carreramás se hace a estas alturas incuestionable».

Además, sostiene, que muchos citan el Artículo 20de la Constitución Española en falso y malinterpretanel derecho de dar y recibir información:

«Se confunde la titularidad de un derecho que,efectivamente, corresponde a toda persona física ojurídica, con la necesidad de una competencia pro-fesional para dar forma a los mensajes difundidos através de los medios de comunicación social. Alcontrario de lo que, por error, se ha pensado, si sequiere hacer eficaz el derecho a la información parasu titular universal (los públicos), su realización hade estar en manos de personas expertas y capacita-das, tanto más cuanto más amplio y complejo vayasiendo el proceso informativo y comunicativo en suaspecto intelectual, profesional y técnico. La mejorgarantía de la libertad de expresión está en una ma-yor solvencia e independencia por parte del perio-dista. Y esto pasa irremediable e irrenunciablemente,por la existencia de las Facultades de Ciencias de laInformación y la Comunicación. No hay que con-fundir título con carné, ni titulación académica conel tantas veces denominado «placet» profesional.

Si la realidad incuestionable es que para ser pe-riodista hay que pasar los filtros del empresario ode las centrales sindicales, ¿no parece más objeti-vo que exista primero el filtro de la Universidad,que es el habitual en todas las profesiones impor-tantes? ¿Quién puede garantizar mejor el derechoa la información y la libertad de expresión de todociudadano: el periodista silvestre, sometido a laempresa o al sindicato que le han dado la patentede ejercicio, o el periodista formado, al igual queel resto de las profesiones universitarias en un«pensum» científico y sobre una base deontológica?Sin duda, en el fondo de toda esta polémica,subyacen intereses ocultos de tipo económico ypolítico que desean seguir manejando al periodistaa su antojo y no tienen ningún interés en que éstese convierta en un profesional titulado, indepen-diente y autorresponsable».

Perspectiva Deontológica

Partiendo de la idea de que los códigos deon-tológicos, para ser efectivos no deben constituir úni-

(9) Real Rodríguez, Elena, Op. Cit.

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camente un catálogo de los deberes de los periodis-tas, sino también de todos aquellos que desde el in-terior de las empresas informativas o desde el exte-rior puedan condicionar el ejercicio de la profesiónperiodística y que el periodista se encuentra actual-mente en una encrucijada en la que confluyen in-formación, consumo y marketing, Manuel NúñezEncabo,(10) distingue dos tipos de presiones: las in-ternas y las externas que atentan contra la indepen-dencia del periodismo.

«Las presiones internas parten de la propia estruc-tura empresarial de los medios de comunicación.Este es el punto de vista básico y fundamental paratratar actualmente el tema del periodismo. Es nece-sario partir del respeto al empresario y al editor ytambién su ideario. Es perfectamente legítimo y porsupuesto legal, que el empresario o el editor priva-do creen un medio de comunicación con un ideariopropio, porque así está protegido por las Constitu-ciones democráticas, pero al mismo tiempo se debellegar a la cohabitación y convivencia entre el em-presario y el periodista, en orden a garantizar el re-sultado final del periodismo: las noticias y las opi-niones y más concretamente, la veracidad de las in-formaciones y la independencia y la ética de lasopiniones. Por ello, la empresa periodística hay queentenderla no como una empresa puramente eco-nómica, sino como una empresa socio-económica.Se abre así un debate sobre un nuevo planteamientojurídico de la empresa informativa que debe partirde la necesidad en la transparencia de la propiedady de los cambios que se produzcan en la misma. Segarantizan también los derechos de los periodistas através del reconocimiento de los estatutos de la pro-fesión periodística, la cláusula de conciencia y elsecreto profesional. En definitiva, se garantizará lalibertad de los media y la libertad en los media.

En relación con los factores que pueden condicio-nar el resultado final del trabajo periodístico, los peli-gros se concretan en los poderes públicos y en lospoderes económicos. En relación con los primeros,en la sociedad democrática los mayores peligros depresión sobre el periodismo no provienen de los po-deres públicos, éstos ya no son los principales enemi-gos de la libertad de expresión de los medios de co-

municación desde que se abolió la censura previa,aunque las presiones directas o indirectas ni hayandesaparecido a través, por ejemplo, de la discrimina-ción en el otorgamiento de publicidad institucional ode la transparencia de la información, con trato defavor y discriminaciones. Las correspondientes pre-siones no sólo vienen a veces de los poderes públicoscomo tales: ejecutivo, legislativo y judicial, sino quefrecuentemente procede de algunos de sus compo-nentes individualizados, de políticos determinados,sectores concretos de los partidos políticos que quie-ran influir frente a otros sectores, determinados miem-bros de los Gobiernos presionando frente a otros, sec-tores de los jueces y del poder judicial que quierentener un protagonismo por cuestiones de prestigiopúblico o para poder ser titulares de los máximospuestos en la Magistratura, etc, etc.».

«Todo código deontológico debe salvaguardar losobjetivos fundamentales del periodismo que son, poruna parte, la transmisión de la información, de lasnoticias y de los datos con veracidad, es decir, a tra-vés de la verificación y la comprobación oportunasy, por otra parte, la emisión de opiniones éticas eindependientes».

«Es necesario señalar una vez más - sostiene NúñezEncabo(11)- que las empresas informativas son propie-tarias de los medios de comunicación pero no de loscontenidos de la información. El derecho a la libertadde expresión de empresarios y periodistas está limita-do por el deber jurídico de informaciones veraces yla obligatoriedad ética en las opiniones».

«Nos encontramos en unos momentos de granconfusión en que la apelación a la ética y a laautorregulación es la mayoría de las veces un merorecurso retórico y nominalista para causar buenaimagen, en que sin embargo se reduce la ética a unacuestión de estética, es decir, a una estética de laética. Es por ello el momento de recordar que laautorregulación ética de los medios de comunica-ción y del periodismo queda vacía de todo conteni-do y, por tanto, será ineficaz si no se configura através de Códigos Deontológicos que sólo merece-rán tal nombre como se señala por el Código Euro-peo de Deontología del Periodismo del Consejo deEuropa, si además de constar de principios éticos

(10) Núñez Encabo, Manuel,«España: entre la ética y el derecho.Latinoamérica: entre el desarrollointegrador y el colonialismo».Revista de Ciencias de laInformación. NúmeroExtraordinario 1995. Ed.Universidad Complutense, Madrid.1995. Págs. 275 a 284.(11) Núñez Encabo, Manuel, «Lanecesaria autorregulación de losCódigos Deontológicos delPeriodismo». Revista Temas para elDebate Nro. 42. 1998. Madrid. Pág.42.

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que deben ser asumidos públicamente porque la éti-ca pública, su cumplimiento queda garantizado através de Consejos u Organos plurales e indepen-dientes y de sanciones asumidas voluntaria y pre-viamente por empresarios y periodistas».

Códigos Deontológicos

Dentro de los Códigos deontológicos analizados,el Código Europeo de Deontología del Periodismo,es el que con mayor claridad y énfasis, se refiere alprincipio de independencia del periodista con res-pecto al medio. Es necesario advertir que muchoscódigos, ni siquiere tienen mención directa del mis-mo, por lo cual el mencionado, se destaca particu-larmente.

Como primera observación, el Código de Europadiferencia el derecho a la información como dere-cho fundamental de las personas, editores, propie-tarios y periodistas.

10- «El tratamiento del periodismo debe efectuarseteniendo en cuenta que éste se ejerce desde los me-dios de comunicación, que están sustentados en unsoporte empresarial y donde se deben distinguir edi-tores, propietarios y periodistas, por lo que ademásde garantizar la libertad de los medios de comunica-ción es necesario también salvaguardar la libertad enlos medios de comunicación evitando presiones in-ternas.

13- En el interior de las empresas informativas enrelación con la libertad de expresión deben coexis-tir editores y periodistas, teniendo en consideraciónque el respeto legítimo de la orientación ideológicade los editores o propietarios, queda limitado porlas exigencias inexorables de la veracidad de lasnoticias y de la ética de las opiniones, lo que es exi-gible por el derecho fundamental a la informaciónque poseen los ciudadanos.

14- En función de estas exigencias es necesarioreforzar las garantías de libertad de expresión de losperiodistas a quienes corresponde en última instan-cia ser los emisores finales de la información. En estesentido es necesario desarrollar jurídicamente y cla-rificar las figuras de la cláusula de conciencia y elsecreto profesional de las fuentes confidenciales,

armonizando las disposiciones nacionales sobre es-tas materias para ejercerlas en el marco más ampliodel espacio democrático europeo».

Otros códigos

- Proyecto de Código de Honor Profesional de lasNaciones Unidas(12) (1973)

Artículo 2: «El ejercicio honrado de la profesiónexige la dedicación al bien público. En consecuen-cia, hay que excluir, cualesquiera que sean sus mo-tivos, toda búsqueda de ventajas personales y cual-quier apoyo a los intereses privados contrarios alinterés general».

- Código de la Organización Internacional de Periodis-tas (OIP), en Praga. Checoslovaquia. Julio de 1954.

Preámbulo

«... es necesario que la libertad de prensa y deinformación sea observada en todos los países delmundo, ya que es éste uno de los derechos huma-nos fundamentales y la base de todas las demás li-bertades; por eso no debe ser ejercida ninguna pre-sión sobre los periodistas, ni por las autoridades, nipor los propietarios de prensa y servicios de infor-mación, ni por ningún otro estamento».

- Código Latinoamericano de Etica Periodística.Caracas. 1979.

Artículo 6: «El periodista debe ejercer su labor enlos marcos de la integridad y la dignidad propias dela profesión; exigirá respeto a sus creencias, ideas yopiniones, lo mismo que al material informativo queentrega a su fuente de trabajo; luchará por el accesoa la toma de decisiones en los medios en que traba-je. En el aspecto legal, procurará el establecimientode estatutos jurídicos que consagren los derechos ydeberes profesionales».

- Nuevo Código Internacional de Etica Periodística.21 de noviembre de 1983. En París, sede de laUNESCO.

3.- «La responsabilidad social del periodista: Laresponsabilidad social del periodista requiere queéste actúe en todas las circunstancias en conformi-dad con su propia conciencia ética».

(12) Barroso Asenjo, Porfirio, CódigosDeontológicos de los Medios deComunicación. Prensa, Radio,Televisión, Cine, Publicidad yRelaciones Públicas. EdicionesPaulinas, Ed. Verbo Divino, Madrid,1984.

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Perspect i vas

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En septiembre de 1974 Luis Ramiro Beltrán pre-sentó en Leipzig su célebre recuento sobre La

investigación de la comunicación en América Lati-na ¿indagación con anteojeras? Con base sobre todoen la documentación compilada por CIESPAL,Beltrán enumeraba las principales áreas de concen-tración temática, subrayaba las tendencias en cuan-to a tópicos investigados y a resultados obtenidos enlos últimos quince años, y constataba que: «es ob-vio que la investigación de la comunicación en Amé-rica Latina ha seguido las orientaciones conceptua-les y metodológicas establecidas por los investiga-dores en Europa y los Estados Unidos. El efecto deesto, en esencia, ha significado que algunos estu-dios han enfatizado la comprensión conceptual porencima de la producción de evidencias empíricas,mientras que otros estudios han hecho exactamentelo opuesto».(1)

La influencia predominante y más duradera era laque Beltrán llamaba «orientación europea clásica»(caracterizada como histórica, intuitiva, filosófica,especulativa y escolástica), presente sobre todo enlos estudios de historia del periodismo y legislaciónde la comunicación. En segundo lugar quedaba lainfluencia de la «orientación norteamericana» (positi-vista, empirista, sistemática y funcionalista), espe-cialmente en los trabajos de difusión de innovacio-nes agrícolas, estructura y funciones de los medios ycomunicación educativa, es decir, televisión, radioy audiovisuales grupales. Finalmente, la influencia

de la «orientación europea moderna» (semiótica,estructuralista) era la más reciente y menos fuerte,concentrada en los análisis de contenido. Se detec-taban «influencias mixtas» en las áreas de análisisde contenido y efectos de la programación televisiva,y sobre el flujo de noticias y las influencias extra-regionales sobre los sistemas de medios. En cuantoa los enfoques metodológicos, Beltrán observaba que«si los estudios existentes se clasificaran en descrip-tivos, explicativos y predictivos, probablemente lamayoría quedaría dentro de la primera categoría,algunos en la segunda y los menos en la tercera»(op.cit. p. 24-25). Aunque las «áreas temáticas» hanvariado sustancialmente, no puede decirse que ensu estructura fundamental el campo haya cambiadodemasiado, sobre todo en sus alcances teórico-metodológicos.

Pero la investigación de la comunicación comopráctica social se explica también en otras dimen-siones. Aquel documento de Beltrán terminasignificativamente con comentarios sobre la «mito-logía de una ciencia exenta de valores» y sobre el«riesgo del dogmatismo». La oposición, en muchossentidos maniquea, entre el rigor de la ciencia y elcompromiso político con la transformación social,referida directamente a la polémica entablada pocotiempo antes entre los grupos de investigadores en-cabezados por Eliseo Verón en Argentina y ArmandMattelart en Chile, da lugar a una pregunta crucial,con la que Beltrán remata su recuento: «¿Podrá estosignificar que la investigación latinoamericana de lacomunicación estará algún día en riesgo de sustituirel funcionalismo ideológicamente conservador y me-todológicamente riguroso por un radicalismo no ri-guroso? Sea tan amable el paciente lector de res-ponder a esa pregunta. Y ojalá esa respuesta nos délúcidas claves sobre si la investigación latinoameri-cana de la comunicación dejará de ser la búsquedacon anteojeras que a veces parece haber sido... in-dependientemente del color de las anteojeras»(op.cit. p. 40).

En homenaje a Luis Ramiro Beltrán, veinticinco añosdespués, y ante una evidente multiplicación de loscolores, modelos, tamaños y orígenes de lasanteojeras en uso, propongo en este trabajo algunas

La investigación de la comunicaciónen América Latina: condiciones

y perspectivas para el siglo XXI(*)

Raúl Fuentes Navarro (**)

(*)Ponencia preparada para la mesade trabajo «Cambios epistemológicos:las claves para el desarrollo teórico ylos reajustes metodológicos en la dé-cada del 90» Seminario Internacional:Tendencias y retos de la investigaciónen comunicación en América Latina.Pontificia Universidad Católica delPerú/Federación Latinoamericana deFacultades de Comunicación SocialLima, Perú, 20 y 22 de julio de 1999.

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interpretaciones personales acerca de las inercias einiciativas predominantes en la investigación latinoa-mericana de la comunicación en los años noventa, ylas consecuentes propuestas de reformulación estra-tégica de sus prácticas, en tres planos articulados: elde la historia del campo, en que sugiero relecturas yreescrituras que orienten la renovación de las uto-pías fundantes; el plano propiamente científico, enque enfatizo la pertinencia de una metodologíacomunicacional como eje para articular la teoría yla práctica de la investigación en búsqueda de unamayor consistencia epistemológica y una mayorpertinencia ética; y finalmente, en el plano de laconstrucción comunitaria del futuro, en donde ofrez-co una argumentación sobre las tendencias de diso-lución o consolidación disciplinaria de los estudiosde comunicación.

Una propuesta para releer y reescribir la historia delcampo: la renovación de la utopía

En 1992 FELAFACS publicó un libro titulado Uncampo cargado de futuro. El estudio de la comuni-cación en América Latina en el que, bajo la formade un texto de apoyo para la docencia, intenté tra-zar los fundamentos para una historia de la investi-gación latinoamericana de la comunicación. Partíaentonces, y lo reafirmo ahora, del supuesto funda-mental de que «la construcción de mapas orien-tadores ante la creciente complejidad del campo esun prerrequisito importante para la generación deopciones profesionales (y académicas) más claras ypara el reconocimiento de los antecedentes, funda-mentos y necesidades de desarrollo del pensamien-to y la acción latinoamericanos sobre la comunica-ción en la última década del siglo XX».(2)

En esos principios de la década logré, sin grandificultad, reconstruir la «problemática» latinoame-ricana de la comunicación y los acercamientos a suinvestigación y práctica predominantes en los añossesenta a partir del eje de tensión (teórico-metodo-lógico) entre el desarrollo y la dependencia, así comosu desplazamiento, en los años setenta, hacia el ejede tensión (epistemológico-político) entre los crite-rios de cientificidad y la contribución al cambio so-

cial. Pero ningún esquema de este tipo me permitióentonces organizar las tensiones del campo en losaños ochenta, por lo que opté por «abrir el horizon-te futuro revisando no sólo las temáticas o los apor-tes principales, sino algunas de las dimensiones delcampo, en cuyas contradicciones, crisis y desarticu-laciones radica la síntesis actual de la historia y lasposibilidades de trabajo creativo que son el reto quehabrá que enfrentar en los noventa para construir yrealizar el futuro imaginado». (op.cit. p. 9-10)

En aquel momento que, como lo formuló JesúsMartín Barbero en 1987, seguía exigiendo «aceptarque los tiempos no están para la síntesis» y que te-níamos que «avanzar a tientas, sin mapa o con sóloun mapa nocturno... un mapa no para la fuga sinopara el reconocimiento de la situación desde lasmediaciones y los sujetos»,(3) proliferaron las revi-siones autocríticas del pasado y las prefiguracionesdel futuro del campo, escritas por varios de los másimportantes investigadores latinoamericanos. Muypocos de esos textos son optimistas o inspiradoresde acciones entusiastas, a pesar del evidente creci-miento en tamaño y relevancia social del campo, encasi todos los países latinoamericanos.

Se habló de los ochenta como una «década perdi-da», como si el diagnóstico de la economía latinoa-mericana le fuera aplicable automáticamente a lainvestigación de la comunicación. Sin embargo, latensión predominante en los años noventa parecióestablecerse sobre el eje del abandono de laspremisas críticas, sea ante la adopción de la «inevi-table vigencia» de las leyes del mercado también enel ámbito de la investigación, sea ante la dispersiónde enfoques sobre las múltiples «mediaciones» cul-turales de las prácticas sociales, sea en otras direc-ciones.

Por un lado, entonces, las temáticas asociadas ala «globalización» y las tecnologías digitales y, porel otro, las asociadas a las «identidades» micro-sociales, exigieron la ruptura (o provocaron el «des-vanecimiento») de casi todos los supuestos teórico-metodológicos, epistemológicos y, sobre todo ideo-lógicos, que habían sostenido la investigación de lacomunicación en las décadas previas. Desde me-diados de los años ochenta, parece tener cada vez

Notas(1) Beltrán, Luis Ramiro, «Communi-cation research in Latin America:the blindfolded inquiry?», Interna-tional Scientific Conference onMass Communication and SocialConsciousness in a ChangingWorld, IAMCR, Leipzig, september17th-20th, 1974. Pág. 23.(2) Fuentes Navarro, Raúl, Uncampo cargado de futuro. El estudiode la comunicación en AméricaLatina. FELAFACS, México, 1992.Pág. 7.(3) Martín Barbero, Jesús, De losmedios a las mediaciones.Comunicación, cultura yhegemonía. Ed. Gustavo Gili,México, 1987. Pág. 229.

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menos sentido investigar las relaciones de los mediosde difusión con la dependencia o con el desarrollonacionales, formular e impulsar alternativas a las polí-ticas y prácticas de la «manipulación» informativa oel entretenimiento comercial, o discutir los fundamen-tos conceptuales que permiten llamar «comunicación»no sólo a tantos fenómenos distintos, sino enfocadosdesde perspectivas fragmentarias y hasta opuestasentre sí, a lo largo de distintos ejes.

Es decir, sin que hayan desaparecido el mani-queísmo o el dualismo que en otras épocas «organi-zaban» el pensamiento, el discurso y la acción so-bre la comunicación, desde mediados de los añosochenta parecen haberse multiplicado en tal medi-da las «posturas» y las «posiciones» desde las cua-les se puede investigar la comunicación, que el de-bate es cada vez más difícil, al haber menos referen-tes comunes. Lo mismo, o algo muy parecido, suce-día en otros ámbitos de las ciencias sociales(4) y enlos estudios sobre la comunicación en todo el mun-do.(5) Pero en América Latina, más que nada, parecehaberse perdido la profundidad ideológica, el poderde las creencias que orienten las búsquedas del sen-tido de la comunicación.

Hace veinticinco años, cuando Beltrán acuñó lafórmula de la «indagación con anteojeras» para cues-tionar el futuro de la investigación de la comunica-ción en América Latina en función del riesgo de «sus-tituir el funcionalismo ideológicamente conservadory metodológicamente riguroso por un radicalismono riguroso», difícilmente era pensable el riesgo deabandonar todo intento de elaborar un pensamientocrítico riguroso y sustituirlo por un pragmatismo ideo-lógicamente liberal no riguroso. Cuando, pocos añosdespués, el mismo Beltrán proponía que «no renun-ciemos jamás a la utopía»,(6) tenía sin duda en men-te que la investigación de la comunicación podía ydebía contribuir, en sus términos más generales, a la«democratización» de las sociedades latinoameri-canas, a la defensa de su soberanía económica, po-lítica y cultural, y al «desarrollo» en su acepción másamplia. En función de esos fines, de ese compromi-so con el futuro de la sociedad, la investigación de-bía ser rigurosa, no voluntarista o dogmática.

Pero en un mundo que ha entrado decididamente

en una transición de un sistema histórico a otro, decaracterísticas inciertas,(7) es necesario replantear lostérminos del compromiso, y por lo tanto el sentidode la utopía. En la América Latina de los años no-venta, la relación entre investigación y mercado, enel contexto de la modernidad, pareció formular elnúcleo de las reflexiones más pertinentes en térmi-nos de sus articulaciones políticas y culturales. JesúsMartín Barbero planteaba recientemente esta «ten-sión» en la siguiente forma: «La combinación deoptimismo tecnológico con escepticismo político hafortalecido un realismo de nuevo cuño que se atri-buye a sí mismo el derecho a cuestionar todo tipode estudio o de investigación que no responda a unasdemandas sociales confundidas con las del merca-do o al menos mediadas por éste. Se acusa entoncesal trabajo académico e investigativo de la décadade los ochenta de improductivo, de no haberse in-sertado en los ritmos del cambio tecnológico y eco-nómico, de haberse divorciado de los requerimien-tos profesionales que hace la nueva sociedad. Des-de otro ángulo, esa posición representa una muestrade la sofisticada legitimación académica que ha lo-grado el neoliberalismo en nuestros países: el mer-cado, fagocitando las demandas sociales y las diná-micas culturales, deslegitima cualquier cuestio-namiento de un orden social que sólo puede darsesu «propia forma» cuando el mercado y la tecnolo-gía liberan sus fuerzas y sus mecanismos».(8)

Aunque mediante argumentos muy distintos y unafán polémico mucho mayor, un artículo de HéctorSchmucler publicado en la misma revista evidenciala misma tensión, si bien enfatiza el predominio delconformismo político-social entre los investigado-res latinoamericanos, a pesar de que haya «numero-sas excepciones».(9) El objeto de la crítica deSchmucler son aquellos enfoques de la comunica-ción que, centrados en los procesos de recepción yen sus mediaciones culturales, abandonaron la de-nuncia de los mecanismos de poder que hasta en-tonces parecía haber caracterizado a la investiga-ción latinoamericana sobre los medios. La posturade Schmucler en este texto se opone explícitamentea la de José Joaquín Brunner, pero al subrayar la «si-militud» y la «cercanía» de los «espacios» concep-

(4) Giddens, Anthony y Turner,Jonathan, La teoría social, hoy. Ed.Alianza/CONACULTA, México,1991.(5) Mark Levy & Michael Gurevitch:Defining media studies. Reflectionson the future of the field. OxfordUniversity Press, Oxford and NewYork, 1994.(6) Ramiro Beltrán, Luis, «Norenunciemos jamás a la utopía»,entrevista con Patricia Anzola, enChasqui No.3, CIESPAL, Quito,1982. Págs. 6-13.(7) Wallerstein, Immanuel, Despuésdel liberalismo. Ed. Siglo XXI,México, 1996; Impensar lasciencias sociales. Ed. Siglo XXI,México, 1998.(8) Martín Barbero, Jesús,«Comunicación fin de siglo, ¿paradónde va nuestra investigación?»,en Telos No 47, FUNDESCO,Madrid, septiembre-noviembre de1996. Págs. 58-64.(9)Schmucler, Héctor, «Lo que va deayer a hoy, de la política almercado», en Telos No 47,FUNDESCO, Madrid, septiembre-noviembre de 1996. Págs. 65-72.

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tuales trazados por éste, implica también a los auto-res de dos libros que «ejercieron una influencia des-tacada entre académicos e investigadores de Améri-ca Latina», Jesús Martín Barbero y Néstor GarcíaCanclini.(10)

Más allá de una polémica que parece enfrentarentre sí a personajes que argumentan en favor de larecuperación crítica de las condiciones ideológicasque la «modernidad» ha impuesto a la investigaciónlatinoamericana de la comunicación, y que utilizanpara ello marcos axiológicos muy parecidos, en losdiscursos de Martín Barbero y de Schmucler se dejaver la urgencia de una reafirmación ética, antes quede una reformulación epistemológica de los estu-dios sobre la comunicación:

«...pues las gentes pueden con cierta facilidad asi-milar los instrumentos tecnológicos y las imágenesde modernización, pero sólo muy lenta y doloro-samente pueden recomponer su sistema de valores,de normas éticas y virtudes cívicas. El cambio deépoca está en nuestra sensibilidad pero «a la crisisde mapas ideológicos se agrega una erosión de losmapas cognitivos» (Lechner). No disponemos decategorías de interpretación capaces de captar elrumbo de las vertiginosas transformaciones que vi-vimos. Sólo alcanzamos a vislumbrar que en la cri-sis de los modelos de desarrollo y los estilos de mo-dernización hay un fuerte cuestionamiento de lasjerarquías centradas en la razón universal, que altrastornar el orden secuencial libera nuestra relacióncon el pasado, con nuestros diferentes pasados, per-mitiéndonos recombinar las memorias y reapro-piarnos creativamente de una descentrada moderni-dad». (op.cit. p. 59)

A mi juicio, Immanuel Wallerstein aporta una pers-pectiva útil en este sentido, la de la utopística, queimplica replantear las estructuras del conocimientoy «de lo que en realidad sabemos sobre cómo fun-ciona el mundo social», en vez de confiar en una«utopía» o lugar inexistente como modelo futuro desociedad. «Utopística», en cambio: «es la evalua-ción seria de las alternativas históricas, el ejerciciode nuestro juicio en cuanto a la racionalidad mate-rial de los posibles sistemas históricos alternativos.Es la evaluación sobria, racional y realista de los sis-

temas sociales humanos y sus limitaciones, así comode los ámbitos abiertos a la creatividad humana. Noes el rostro de un futuro perfecto (e inevitable), sinoel de un futuro alternativo, relativamente mejor yplausible (pero incierto) desde el punto de vista his-tórico. Es, por lo tanto, un ejercicio simultáneo enlos ámbitos de la ciencia, la política y la morali-dad».(11)

Si, a partir de esta propuesta, re-leyéramos y re-discutiéramos los textos fundamentales de la inves-tigación latinoamericana de la comunicación yreinterpretáramos su orientación ético-ideológica, esdecir, política y moral, en el sentido de una prefigu-ración de la comunicación en la sociedad, parareescribir su historia como «utopística» y no comoutopía o como denuncia, quizá podríamos reestruc-turar y renovar el impulso de futuro que se ha pro-ducido pero no acumulado en nuestro campo. Unproyecto así, en una época de transición como laactual, no puede basarse sino en una decisión indi-vidual o de grupo, debido al «factor del aumentodel libre albedrío» que señala Wallerstein, quienconcluye: «Si deseamos aprovechar nuestra oportu-nidad, lo que me parece una obligación moral ypolítica, primero debemos reconocer la oportunidadpor lo que es y lo que consiste. Esto exige recons-truir la estructura del conocimiento de modo quepodamos entender la naturaleza de nuestra crisisestructural y, por lo tanto, nuestras opciones históri-cas para el siglo XXI. Una vez que entendamos nues-tras opciones, debemos estar listos para participaren la batalla sin ninguna garantía de ganarla. Esto escrucial, ya que las ilusiones sólo engendran desilu-siones, con lo que se vuelven despolitizantes».(op.cit. p. 89)

Hay que recordar que el autor de tal propuesta, almismo tiempo y en el mismo sentido, ha argumen-tado la urgencia de Impensar(12) y de Abrir las cien-cias sociales,(13) y que la polémica político-científicaque ha alentado Wallerstein en todo el mundo hasido atendida con interés por muchos científicossociales latinoamericanos, que la reinterpretan enfunción de la ubicación cognoscitiva, ideológica ygeográfica propia, porque «el informe [Gulbenkian]es sugerente y cultiva una actitud abierta en rela-

(10) Los libros mencionados porSchmucler en una nota de pie depágina son, por supuesto, De losmedios a las mediaciones (1987) deMartín Barbero y Culturas híbridas:estrategias para entrar y salir de lamodernidad (1990), de GarcíaCanclini, ciertamente los másinfluyentes en la producciónlatinoamericana de la últimadécada en el campo.(11) Wallerstein, Immanuel,Utopística, o las opciones históricasdel siglo XXI. Ed. Siglo XXI, México,1998. Págs. 3-4.(12) Wallerstein, Immanuel, Impensarlas ciencias sociales. Ed. Siglo XXI,México, 1998.(13) Wallerstein, Immanuel et al:Abrir las ciencias sociales. Ed. SigloXXI, México, 1996.

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ción con los desafíos contemporáneos».(14)

Para rearticular teoría y práctica de la investigación:una metodología comunicacional

Renato Ortiz propone la que a mi juicio es la pos-tura crítica más productiva y racional ante el movi-miento de repensar las ciencias sociales. Señala quees necesario evitar dos actitudes: la conservadora,que «consiste en tomar a los clásicos como funda-dores de un saber acabado, lo que nos conduciríapor necesidad a una mineralización del pensamien-to», y la opuesta, representada por el «creer que todoha cambiado, que los tiempos actuales, flexibles,demandarían una ciencia social radicalmente dis-tinta e incompatible con lo que hasta entonces se hapracticado». (op.cit., p.20) Ortiz rechaza la idea deque estemos ante una «revolución epistemológica»pues, como Bourdieu, reconoce para las cienciassociales únicamente «el momento de la revolucióninaugural, acto fundador del propio campo de co-nocimiento». «Cualquier balance que se realice so-bre las ciencias sociales debe tomar en considera-ción la existencia de una tradición intelectual quese incorpora en las diversas instituciones académi-cas. El pasado es el presente que se manifiesta en elarsenal de conceptos con los que operamos, en lostipos de investigaciones que realizamos, en la bi-bliografía que seleccionamos, en las técnicas queempleamos, etc. No obstante, las transformacionesocurridas han sido profundas. Hacer un fetiche delsaber tradicional equivaldría a confinarnos en unaposición conformista y a dejar de percibir aspectosque exigen un tratamiento nuevo y diferenciado. Elarte consiste en entender la tradición como puntode partida, en la cual sólo enraizamos nuestra iden-tidad, sin que por ello quedemos prisioneros de surigidez. Comprender la tradición es, pues, superar-la; dar continuidad a la constitución de un saber queno es estático ni definitivo». (op.cit., p.21)

En la investigación sobre la comunicación haydiversas tradiciones teórico-metodológicas, que aligual que en las ciencias sociales en escala másamplia, han sido puestas en revisión en los últimosaños.(15) Desde muy distintas posiciones intelectua-

les, ideológicas y geográficas, la multiplicación depropuestas de reformulación teórica y práctica delos estudios de la comunicación manifiesta una in-satisfacción generalizada con el estado actual delcampo, y la urgencia de re-pensar sus fundamentosy de re-orientar su ejercicio. Puede aceptarse comomuy representativa la justificación en que basa DanSchiller su obra más reciente: «Hoy la extensión y elsignificado de la comunicación se han vuelto vir-tualmente incontenibles. Estudiar comunicación,como se evidencia cada vez más ampliamente, noes sólo ocuparse de los aportes de un conjunto res-tringido de medios, sea a la socialización de los ni-ños o los jóvenes, sea a las decisiones de compra ode votación. Ni es sólo involucrarse con las legitima-ciones ideológicas del Estado moderno. Estudiarcomunicación consiste, más bien, en elaborar argu-mentos sobre las formas y determinaciones del de-sarrollo sociocultural como tal. El potencial del es-tudio de la comunicación, en suma, converge direc-tamente, y en muchos puntos, con los análisis y lacrítica de la sociedad existente en todas sus modali-dades».(16)

Este propósito general supone, entre otras cosas,sustituir el concepto predominante que identifica ala comunicación con la transmisión y circulaciónsocial de «mensajes» por un marco conceptual máscomplejo, alrededor de la comunicación considera-da como proceso sociocultural básico, es decir, comoproducción de sentido.

En términos de Klaus Krippendorff, la perspectivatradicional, fundante, de los estudios sobre la co-municación, esta siendo «lentamente desafiada porlo que podrían llamarse explicaciones reflexivas».Los sesgos conceptuales hacia los mensajes se pue-den caracterizar en tres postulados objetivistas eimplícitamente normativos: primero, los mensajes sepueden describir objetivamente, trasladar físicamentede un contexto a otro o reproducirse; tienen unaexistencia real, objetiva e independiente de alguienque los reciba. Segundo, los mensajes afectan, per-suaden, informan, estimulan; cualquier efecto quecausen es función de sus propiedades objetivas. Ter-cero, la exposición a los mismos mensajes creacomunalidad entre emisores y receptores y, en el caso

(14) Renato Ortiz: «Ciencias sociales,globalización y paradigmas», enRossana Reguillo Cruz y RaúlFuentes Navarro (coords), Pensarlas ciencias sociales hoy.Reflexiones desde la cultura. ITESO,Guadalajara, 1999. Pág. 19.(15) La comunidad «internacional»,es decir, casi exclusivamente laanglosajona, de investigadores de lacomunicación, ha generado undebate interminable, muy bienejemplificado en los númerosespeciales del Journal of Communi-cation en 1983 dedicado alfermento en el campo, y en 1993 alfuturo del campo. Otrascomunidades de investigadores,como la latinoamericana, hanhecho lo propio.(16) Schiller, Dan, Theorizingcommunication: a history. OxfordUniversity Press, 1996. Pág. vii.

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de los medios masivos, entre los miembros de la au-diencia.(17) Supuestos como estos han sido la base delas tradiciones teóricas que, diferencias aparte en otrosaspectos, han constituido el núcleo dominante de lainvestigación de la comunicación en todo el mundodesde los años cincuenta. El debate actual tiende acuestionar precisamente lo que, en el contexto másamplio de la teoría social, Anthony Giddens llama «elconsenso ortodoxo» (naturalista, causal y funcional).(18)

Como lo han señalado Jensen y Jankowski, en elcampo de la comunicación de masas se han dado,en este sentido, dos desarrollos interrelacionados: laemergencia de enfoques metodológicos cualitativosy la convergencia, en torno a este «giro cualitativo»,de disciplinas de las humanidades y de las cienciassociales. Aunque estos autores reconocen el predo-minio histórico (social y políticamente determina-do) de lo cuantitativo y la fragmentación de los refe-rentes, resumen la oposición de los objetos de estu-dio «comúnmente asociados» a las metodologíascuantitativa y cualitativa en la producción (objetiva)de información, por un lado, y los procesos (subjeti-vos) de significación por el otro.(19) El estudio de lacomunicación debería integrar estos procesos obje-tivos y subjetivos, y eso sólo puede hacerse median-te modelos teórico-metodológicos multidimen-sionales y complejos, que por una parte superen elaislamiento conceptual de la comunicación como«fenómeno trascendental» y por otro abandonen,hasta donde es posible, el afán de disciplinarizar suestudio.(20)

La búsqueda prioritaria, el trabajo más urgente,entonces, parece apuntar hacia un marco de inter-pretación que, por una parte, reintegre conceptual ymetodológicamente la diversidad política, culturaly existencial de los agentes de la comunicación, ypor otra permita imaginar las dimensiones de la ac-ción comunicativa en términos constitutivos y no sóloinstrumentales de las prácticas sociales. Una de laspropuestas de síntesis de la teoría social contempo-ránea que pueden facilitar esta reformulación, es lateoría de la estructuración de Giddens, que recupe-ra la noción de que el agente humano es capaz dedar cuenta de su acción y de las causas de su ac-ción. La teoría de Giddens reconoce que los esque-

mas interpretativos incluyen esquemas ya interpreta-dos por los actores sociales, y relaciona tres grandes«estructuras» institucionales de la sociedad: las de sig-nificación, dominación y legitimación, con tres mo-delos de interacción: la comunicación, el poder y lasanción respectivamente, a través de las «modalida-des» o «mediaciones» de los esquemas interpretativos,los medios y las normas.(21)

En este marco, lo que los sujetos saben sobre supropia actividad es constitutivo de su práctica, peroesta capacidad de conocer está siempre delimitadainstitucionalmente. De ahí la importancia del con-cepto de «conciencia práctica», es decir, «todo loque sabemos como actores sociales que hace quesuceda la vida social, pero a lo que no necesaria-mente le damos forma discursiva». Por ello la cien-cia social, para Giddens y sus seguidores, tiene ta-reas etnográficas fundamentales, pues puede dar for-ma discursiva a aspectos del «conocimiento mutuo»que los actores emplean de una manera no discursivaen su conducta. De este «conocimiento mutuo» en-tre los sujetos depende, nada menos, que las activi-dades sociales tengan sentido en la práctica. Y lacomunicación, esencialmente, consiste en esa pro-ducción en común de sentido. Su investigación yteorización no pueden entonces limitarse al estudiode los medios (tecnológicos o no, «nuevos» o no)que los sujetos sociales usan para generar el sentidode su actividad y, necesariamente por ello, de supropia identidad.

Desde esta perspectiva, plenamente sociocultural,rearticular los procesos subjetivos e intersubjetivosde significación, a través de los esquemas percep-tuales e interpretativos que en cada sector culturalmedian las relaciones posibles con las estructuras ylos sistemas objetivos de procesamiento y difusiónde la información, es una clave que, además de res-tituir la complejidad de los procesos socioculturalesen los modelos de comunicación, puede servir paraenfatizar la agencia o acción transformadora implí-cita en las prácticas de comunicación, es decir, enla interacción material y simbólica entre sujetos con-cretamente situados, que supone la recurrencia porparte de ellos tanto a sistemas informacionales comoa sistemas de significación, cuya competente media-

(17) Krippendorff, Klaus, «The past ofCommunication’s hoped-forfuture», The Future of the Field I,Journal of Communication Vol. 43No. 3, 1993.(18) Giddens, Anthony, «Theorthodox consensus and theemerging synthesis», en BrendaDervin et al (eds), RethinkingCommunication, Vol. 1: paradigmissues. Sage, 1989. Págs. 53-65.(19) Bruhn Jensen, Klaus &Jankowski, Nicholas W. (eds), Ahandbook of qualitative methodolo-gies for mass communicationresearch. Routledge, 1991.(20) Fuentes Navarro, Raúl,«Acercamientos socioculturales a lainvestigación de la comunicación:el gozne metodológico», en RebecaMejía y Sergio Sandoval (coords),Tras las vetas de la investigacióncualitativa. Perspectivas yacercamientos desde la práctica.Guadalajara: ITESO. Págs. 77-100.(21) Giddens, Anthony, TheConstitution of Society. Outline ofthe Theory of Structuration.University of California Press,Berkeley and Los Angeles, 1984.

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ción determina la producción y reproducción del sen-tido: el de las prácticas socioculturales de referenciay el de la comunicación misma. Propuestas teóricascomo las publicadas en los años noventa por el da-nés Klaus Bruhn Jensen(22) o el británico John B.Thompson,(23) pueden considerarse como los ejem-plos más sistemáticos y prometedores de un avanceen este plano.

Pero la formulación de sistemas teórico-metodo-lógicos es, a su vez, una práctica sociocultural, cu-yas características y condiciones no pueden sepa-rarse de las características y condiciones de la prác-tica de la investigación. En ese sentido conviene te-ner presentes en el debate, antes que nada, a lossujetos comunitarios e institucionales cuya agenciase configura con base en esquemas explicables bajola misma lógica.

En el ya citado informe de la Comisión Gulbenkianpara la reestructuración de las ciencias sociales, pre-sidida por Immanuel Wallerstein, se señala que lostres «problemas teórico-metodológicos centrales entorno a los cuales es necesario construir nuevos con-sensos [h]eurísticos a fin de permitir avances fructí-feros en el conocimiento» son la relación entre elinvestigador y la investigación, la reinserción deltiempo y el espacio como variables constitutivas in-ternas en el análisis, y la superación de las separa-ciones artificiales entre lo político, lo económico ylo sociocultural.(24) Una «metodología comunica-cional», desarrollada para articular la teoría y la prác-tica de la comunicación, no puede eludir ningunode estos tres problemas.

Wallerstein formula la relación entre el investiga-dor y la investigación en función de un «reen-cantamiento del mundo» que reconozca la imposi-bilidad de la «neutralidad» del científico: «Ningúncientífico puede ser separado de su contexto físico ysocial. Toda medición modifica la realidad en el in-tento de registrarla. Toda conceptualización se basaen compromisos filosóficos. Con el tiempo, la creen-cia generalizada en una neutralidad ficticia ha pasa-do a ser un obstáculo importante al aumento del valorde verdad de nuestros descubrimientos, y si eso plan-tea un gran problema a los científicos naturales, re-presenta un problema aún mayor a los científicos

sociales. Traducir el reencantamiento del mundo enuna práctica de trabajo razonable no será fácil, peropara los científicos sociales parece ser una tarea ur-gente». (op.cit., p. 82)

Seguramente esta propuesta no parecerá ajena aningún investigador latinoamericano de la comuni-cación, como no lo es tampoco la integración espa-cio-temporal o la articulación de las diversas dimen-siones de la existencia social. Las «tradiciones inte-lectuales» más ricas de nuestro campo en AméricaLatina se han fundamentado, precisamente, en pos-tulados como estos, que son las bases de sustentacióntanto axiológica como teórica de la metodologíacomunicacional que proponemos para impulsarsistemáticamente unas prácticas socioculturales que,como ha sugerido Jesús Martín Barbero, contribu-yan a disminuir las desigualdades y a incrementarlas diferencias entre los seres humanos.(25) Sobre estalínea, hemos apuntado algunos «goznes» o articula-ciones metodológicas que se perfilan en ciertas prác-ticas concretas de investigación de la comunicacióncomo constitutivos de una perspectiva socioculturalemergente.(26)

El primero de estos «goznes» conceptuales, que apa-rece como esencial para relacionar en la investigaciónlos postulados teóricos con la generación de datosempíricos (observables) sobre los procesos de comuni-cación, es el de la cotidianidad, cuyo «itinerario» inte-lectual se remonta a la fenomenología y que ha sidorelacionado por Habermas, a través del término «mun-do de la vida», con la acción comunicativa: «La ac-ción comunicativa se basa en un proceso cooperativode interpretación en que los participantes se refierensimultáneamente a algo en el mundo objetivo, en elmundo social y en el mundo subjetivo aun cuando ensu manifestación sólo subrayen temáticamente uno deesos tres componentes. Hablantes y oyentes empleanel sistema de referencia que constituyen los tres mun-dos como marco de interpretación dentro del cual ela-boran las definiciones comunes de su situación de ac-ción».(27) (Habermas, 1989: 171)

La densidad significativa de la vida cotidiana y losprocesos por los cuales los sujetos «construyen so-cialmente la realidad» y le dan sentido tanto a loque hacen como a lo que perciben, ha sido larga-

(22) Bruhn Jensen, Klaus, The socialsemiotics of mass communication.Sage, London, 1995.(23) Thompson, John B, Ideología ycultura moderna. UAM-Xochimilco,México, 1993; Los media y lamodernidad. Ed. Paidós, Barcelona,1998.(24) Wallerstein, Immanuel et al:Abrir las ciencias sociales. Ed. SigloXXI, México, 1996. Págs. 81-83.(25) Martín Barbero, Jesús, «Pensar lasociedad desde la comunicación:un lugar estratégico para el debatea la modernidad», Diá-logos de laComunicación No 32, FELAFACS,Lima, 1992. Págs.28-33.(26) Fuentes Navarro, Raúl«Acercamientos socioculturales a lainvestigación de la comunicación:el gozne metodológico», en RebecaMejía y Sergio Sandoval (coords),Tras las vetas de la investigacióncualitativa. Perspectivas yacercamientos desde la práctica.ITESO, Guadalajara, 1998. Págs.77-100.(27) Jürgen Habermas: Teoría de laacción comunicativa, Vol 1. Ed.Taurus, Madrid, 1989.

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mente reconocida y elaborada por las diversas tradi-ciones antropológicas y sociológicas interpretativasque confluyen con estudios del lenguaje y la comu-nicación en el análisis de las prácticas sociales y susrelaciones con los sistemas culturales o de significa-ción. Estas confluencias, una vez reconocidas y asi-miladas, pueden ser la base para la superación de laconcepción única o predominantemente instru-mental y no constitutiva de la comunicación en lavida social.

El diseño metodológico para investigar la comu-nicación en la vida cotidiana en tanto relación cons-titutiva del ser (al menos social), representa un retomayor, al que no obstante ha habido acercamientosaltamente rigurosos y promisorios, como el ya men-cionado de Giddens en la teoría de la estructu-ración. El énfasis en este acercamiento está puestoen un sujeto competente, que mediante su «con-ciencia práctica» posee un gran conocimiento acer-ca de las condiciones y las consecuencias de susacciones en la vida cotidiana. Esta conciencia prác-tica es extraordinariamente compleja, «compleji-dad que con frecuencia permanece inexplorada enlos acercamientos sociológicos ortodoxos»,(28) y encuyo estudio sistemático reside una rica posibili-dad de desarrollo para una metodología comuni-cacional.

A partir del mismo ámbito conceptual puede for-mularse, articuladamente, un segundo «gozne»metodológico para la investigación sociocultural dela comunicación, que a su vez puede fomentar laincorporación de aportes provenientes de la se-miótica y la lingüística como el modelo de las com-petencias discursivas. En términos comunicativos, es-te eje atraviesa la categoría de usos, no sólo comorelación de «lectura» de un mensaje por un sujeto,sino como capacidad de apropiación, aprovecha-miento y transformación de los sistemas de comuni-cación, a su vez constituidos por sistemas de trans-misión y procesamiento de información y por siste-mas de significación, convencionalmente (es decir,socioculturalmente) articulados.(29)

En la terminología de Giddens, los esquemas in-terpretativos «son los modos de tipificación incor-porados en los repertorios de conocimiento de los

actores, aplicados reflexivamente en el sostenimien-to de la comunicación» y son inseparables, como «mo-dalidades» de la estructuración significativa de losmedios o recursos de dominación y de las normasde la legitimación. De esta manera, la comunica-ción, el poder y la sanción (moral), dimensionesconstitutivas de la interacción social, confluyen enla estructuración de los sistemas sociales a través dela institucionalización discursiva, político-económicay legal.(30)

La agencia es, en la teoría de la estructuración, lacapacidad del actor «para reinterpretar y movilizarun repertorio de recursos en términos de esquemasculturales distintos a los que constituyeron original-mente el repertorio», pues los recursos nunca estánhomogéneamente distribuidos entre los sujetos so-ciales (individuales o colectivos). «Ser un agente sig-nifica ser capaz de ejercer algún grado de controlsobre las relaciones sociales en que uno está inmis-cuido, lo que a su vez implica la capacidad de trans-formar esas relaciones sociales en alguna medida».(31)

El concepto de agencia y las competencias quepueden postularse y analizarse como sus constituti-vos en la práctica comunicativa permiten sustentarun concepto de usos que articule las relaciones delos sujetos con los sistemas de comunicación sin ais-lar estas relaciones de las estructuras y prácticas dedominación y de legitimación, porque «las trans-posiciones de esquemas y las removilizaciones derecursos que constituyen la agencia son siempreactos de comunicación con otros. La agencia con-lleva una capacidad para coordinar las acciones pro-pias con otros y contra otros, para formar proyectoscolectivos, para persuadir, para coercionar, y paramonitorear los efectos simultáneos de las accionespropias y las de otros. Más aún, el alcance de laagencia ejercida por personas individuales dependeprofundamente de sus posiciones en las organiza-ciones colectivas». (op.cit., p. 21)

Con esto puede resultar suficientemente expuestala necesidad de una tercera articulación o «gozne»metodológico en la investigación de la comunica-ción: la constitución de las identidades sociales delos sujetos, en cuanto participantes (agentes) en dis-tintos grados y modalidades, de la estructuración so-

(28) Giddens, Anthony,Consecuencias de la modernidad.Ed. Alianza, Madrid, 1993.Pág.281.(29) Eco, Umberto, Tratado desemiótica general. Ed. Lumen,Barcelona, 1977.(30) Giddens, Anthony, TheConstitution of Society. Outline ofthe Theory of Structuration.University of California Press,Berkeley and Los Angeles, 1984.Págs. 29-31.(31) Sewell, William H. Jr, «A theoryof structure. Duality, agency andtransformation», American Jourrnalof Sociology 98: 1, 1992. Págs.1-29.

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cial mediante prácticas (interacciones) comunicativas.Con los aportes de las numerosas disciplinas y co-rrientes de pensamiento que han contribuido a for-mular el concepto de identidad en el contexto teóri-co de la subjetividad y, por necesidad, de la inter-subjetividad, es posible integrar nuevos modelos decomunicación que aborden las prácticas deinteracción social, articuladamente, desde sus consti-tutivos sistémicos o estructurales (objetivos) y desdela intersubjetividad en la producción social de senti-do.

Mediante el desarrol lo de modelosmetodológicos que reconceptualicen la comunica-ción a partir de «goznes» como los indicados, seráposible, en la práctica de la investigación, integrarsistemáticamente las herramientas de producciónde conocimiento que avancen en la superación dedicotomías como las que oponen el objetivismo yel subjetivismo, lo macroestructural y lo microsocial,lo económico-político y lo simbólico-cultural, o locuantitativo y lo cualitativo. También, deseable-mente, diluir poco a poco las fronteras que sepa-ran aún a los estudios de la comunicación de otras«disciplinas» de las ciencias sociales y las humani-dades. En palabras de Néstor García Canclini: «Losobjetos de estudio de las ciencias sociales no pue-den ser identidades separadas ni culturas relativa-mente desconectadas ni campos por completo au-tónomos. Las evidentes relaciones entre ellos nopueden entenderse si las concebimos como sim-ple yuxtaposición. En un tiempo de globalización,el objeto de estudio más revelador, máscuestionador de las pseudo certezas etnocéntricaso disciplinarias es la interculturalidad. El científicosocial puede, mediante la investigación empíricade relaciones interculturales y la crít icaautorreflexiva de las fortalezas disciplinarias, inten-tar pensar ahora desde el exilio. Estudiar la culturarequiere, entonces, convertirse en un especialistade las intersecciones».(32)

Si la comunicación se asume como práctica socio-cultural definida por la producción de sentido, talcomo parece irse imponiendo, sus estudiosos sere-mos, con mayor razón que los de la cultura, «espe-cialistas de las intersecciones», para lo cual las no-

ciones de «interdisciplinariedad» o incluso de «trans-disciplinariedad», parecen quedar cortas.

El proyecto: ¿impulsar la imaginación sociocultural oel paradigma de la comunicología?

El estatuto disciplinario de los estudios sobre lacomunicación es, quizá, el tema crucial de debatesobre el pasado, el presente y sobre todo, el futurode nuestro campo académico. En él confluyen losmúltiples y complejos factores históricos que deter-minan su institucionalización, tanto en el planocognoscitivo (saberes teórico-metodológicos) comoen el social (haceres institucionalizados). En la últi-ma década, algunos investigadores de la comunica-ción hemos orientado nuestros mejores esfuerzospara analizar y formular sistemática, crítica y auto-rreflexivamente los procesos de constitución de esecampo; en mi caso, específicamente en la escala delcontexto mexicano.(33)

Otros contextos latinoamericanos tienen otras par-ticularidades, y varios trabajos recientes para inter-pretarlas y sentar con ello las bases del desarrollofuturo del campo, contribuyen de una manera fun-damentalmente importante al debate comunitario.En ese sentido, recupero como ejemplo la experien-cia de haber participado, hace escasos tres meses,en el X Encuentro Nacional de Investigadores de laComunicación, organizado por la Asociación Mexi-cana (AMIC), donde José Marques de Melo fue invi-tado como conferencista inaugural. Con su recono-cida brillantez, Marques de Melo expuso ante losinvestigadores mexicanos un trabajo titulado «Lacomunidad académica de las ciencias de la comu-nicación: revisión crítica de la experiencia brasileñacomo paradigma para el fortalecimiento de la co-munidad latinoamericana», en el que, en su propioresumen, documentó históricamente el trayecto apartir del cual: «Hoy Brasil posee una dinámica yexpresiva comunidad académica en el área, reco-nocida y respaldada por el sistema nacional de cien-cia y tecnología. Su agenda pública mantienesintonía con las tendencias hegemónicas en la co-munidad internacional respectiva, y se intensificaahora el proceso de su legitimación interna por la

(32) García Canclini, Néstor, «Decómo Clifford Geertz y PierreBourdieu llegaron al exilio», enRossana Reguillo y Raúl Fuentes(coords), Pensar las cienciassociales hoy. Reflexiones desde lacultura. ITESO, Guadalajara, 1999.Pág. 69.(33) Fuentes Navarro, Raúl, Laemergencia de un campoacadémico: continuidad utópica yestructuración científica de lainvestigación de la comunicaciónen México. ITESO/Universidad deGuadalajara, Guadalajara, 1998.

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comunidad profesional/empresarial con la que interac-túa críticamente. La experiencia brasileña puede ser-vir como referencia para la consolidación de la co-munidad latinoamericana del campo, tarea a la quese han dedicado con ahínco la ALAIC y sus congéne-res nacionales, como es el caso de la AsociaciónMexicana de Investigadores de la Comunicación».(34)

Además del interés que tiene por sí mismo el casobrasileño, sin duda el mayor y el más avanzado deAmérica Latina en cuanto a institucionalización dela práctica de la investigación en comunicación, yde la indudable competencia y rigor documental einterpretativo del autor, la propuesta a los investiga-dores mexicanos se expresa muy claramente en elpárrafo final del texto de Marques de Melo, bajo laforma de una descripción del proyecto brasileño.Para él, «se trata, ahora, de transformar la cantidaden calidad y de motivar no sólo a los investigadoresjóvenes, sino también a los comunicólogos dotadosde madurez académica, para que se lancen a la are-na internacional y diseminen los resultados de lainvestigación realizada en nuestro país». (op.cit. p. 29)Tal como les pareció a muchos miembros de la AMIC,considero que la propuesta es consistente y atracti-va, no ignorable, sino al contrario, discutible.

A pesar de que ahora, como novedad en su largay reconocida trayectoria, Marques de Melo apoyasu argumentación en autores como Kuhn y Bourdieupara reconocer el anclaje sociopolítico y la dinámi-ca de tensiones y contradicciones de las estrategiasde legitimación en el campo académico, su propues-ta se asimila mucho más como una ruptura en elplano ideológico que en cualquier otro. El modelode práctica social en que Marques de Melo ubica elpresente y el futuro de la investigación brasileña ylatinoamericana de la comunicación no es el que élmismo reconstruye como eje de la que llama la «Es-cuela Latinoamericana de Investigación de la Co-municación», y que probablemente haya sido for-mulado y asumido más como «utópico» que comoutopístico. Si la ruptura es, efectivamente, ideológi-ca, el debate por el estatuto disciplinario de los estu-dios de la comunicación tendrá que seguir siendoarduo y complicado, porque como han observadoDogan y Pahre: «Las disciplinas y subdisciplinas se

dividen de acuerdo con criterios epistemológicos,metodológicos, teóricos e ideológicos. A veces, lasdivisiones ideológicas pueden revelarse irreductibles.Las de carácter teórico son susceptibles de supera-ción. Las de naturaleza conceptual o metodológicapueden ser fácilmente conciliadas».(35)

El modelo que subyace en los análisis y las pro-puestas de Marques de Melo, y en las acciones co-lectivas que se ha encargado de liderar, a mi mane-ra de ver, es estrictamente análogo al que subyacíaen la agencia de Wilbur Schramm en los años cin-cuenta y sesenta en Estados Unidos, cuando se cons-tituyó bajo su liderazgo y autoridad el campo aca-démico de la investigación de la comunicación, se-gún lo ha evidenciado históricamente EverettRogers.(36)

La estrategia fundadora, y por lo tanto, paradig-mática de Schramm incluyó la creación de institu-tos especializados en investigación de la comunica-ción, la redacción de los libros de texto que definie-ron el campo en los años cincuenta, la formación dedocenas de los primeros doctores en comunicación,la fundación o dirección de asociaciones y la difu-sión internacional de la disciplina o ciencia de lacomunicación.(37) El proceso de institucionalizacióndel campo impulsado así por Schramm en EstadosUnidos tiene el mérito de haber superado el conser-vadurismo del sistema universitario norteamericano,que resiste tradicionalmente la creación de departa-mentos en campos «nuevos», mediante el recursode introducir las actividades de investigación a losdepartamentos, ya existentes en las universidades,de periodismo y más adelante de Speech, e irlostransformando paulatinamente en departamentos decomunicación. Este proceso de conversión, a másde cuarenta años de iniciado, no está concluido yha generado la más notable desarticulación norte-americana del campo académico de la comunica-ción: la escisión entre la investigación de la masscommunication [comunicación masiva], y la inves-tigación de la speech communication [comunica-ción interpersonal].(38) Si al mismo tiempo el campoasí desarticulado crece y se expande notablemente,y se enfrenta a un conjunto creciente de fenómenossociales de rápida evolución como es el caso del de

(34) Marques de Melo, José, «Acomunidade acadêmica dasciências da comunicação: revisãocrítica da experiência brasileiracomo paradigma para ofortalecimento da comunidadelatino-americana», Conferenciainaugural del X Encuentro Nacionalde Investigadores de laComunicación, La TrinidadTlaxcala, abril de 1999.(35) Dogan, Matei y Pahre, Robert,Las nuevas ciencias sociales. Lamarginalidad creadora. Ed.Grijalbo, México, 1993. Pág. 69.(36) Rogers, Everett M., A history ofcommunication study. A biographi-cal approach. The Free Press, NewYork, 1994.(37) Rogers, Everett M., «Lookingback, looking forward: a century ofcommunication study», en Gaunt(ed), Beyond agendas: newdirections in communicationresearch. Greenwood Press,Westport CT., 1993, Págs. 19-39.(38) Dadas las característicasradicalmente diferentes de lasuniversidades latinoamericanas conrespecto a las norteamericanas, lainstitucionalización de lainvestigación de la comunicaciónen ellas tuvo necesariamentecaracterísticas y condicioneshistóricas diferentes. Ver, porejemplo, José Joaquín Brunner:«Universidad y sociedad en AméricaLatina». UAM-Azcapotzalco/ SEP,Ensayos No 19, México, 1987.

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la comunicación en Estados Unidos, es inevitablepostergar la definición disciplinaria.

Pero el análisis de este paradigma norteamericano,más allá del reconocimiento de la dependencia asu-mida con respecto a él en casi todo el resto del mun-do para la institucionalización y constitución del cam-po académico de la comunicación, tiene para Améri-ca Latina una implicación particularmente relevante.Muchos analistas norteamericanos comparten unapreocupación creciente por la relación entre el creci-miento institucional y el desarrollo teórico, pues sonevidentes en la actualidad la fragmentación ydesnivelación del campo.(39) En un artículo titulado,significativamente, «Fuentes institucionales de la po-breza intelectual en la investigación de la comunica-ción», John Durham Peters observaba hace más deuna década que aunque «la auto-reflexión es claveen una ciencia social saludable, las circunstancias enla formación del campo han generado obstáculosgraves para hacerlo de una manera fructífera.Específicamente, exploraré el fracaso del campo enla definición de una manera coherente de su misión,su objeto y su relación con la sociedad».(40)

Peters señalaba tres principales «fuentes de la po-breza intelectual» del campo: la primera es la institu-cionalización, impulsada por Wilbur Schramm alcrear los Institutos de/para la Investigación de laComunicación en las universidades de Illinois en1948 y Stanford en 1955, en los cuales se privilegió,por una parte el campo mismo sobre su productivi-dad intelectual, y por otra la definición de políticasy aplicaciones sobre la reflexión y la teorización crí-tica. La síntesis de Peters es despiadada: «El afán delcampo por sobrevivir ha sido el encarnizado enemi-go del desarrollo teórico. Lo que sobrevive es unfruto de la ambición más que del sentido». (op.cit.p.538) En otro sentido, Everett Rogers ha señaladoque la tarea principal del naciente campo de la in-vestigación de la comunicación fue «gastar los mi-llones de dólares generados por la producción pe-trolera» que Rockefeller donó para financiarla.(41)

La segunda «fuente» está en los usos de la teoríade la información, que otra vez Wilbur Schrammidentificó con los estudios de comunicación, siendouna innovación de la ingeniería eléctrica que, desde

su publicación en 1948, fue diseminada a práctica-mente todas las ciencias (físicas, biológicas y socia-les), las artes, las humanidades y la filosofía. «Lapandisciplinaria teoría de la información y la investi-gación de la comunicación institucionalizada tirabanen direcciones opuestas: la una, interesada en la teo-ría universal, la otra, en el territorio particular. Sinembargo, el joven campo no pudo sino aprovechar-se del interés en la «comunicación» que despertó lateoría de la información. De pronto se encontró a símismo hablando en el mismo vocabularioinformacional que todos los demás (...) Nadie creemás en emisores y receptores, canales y mensajes,ruido y redundancia, pero esos términos han llega-do a ser parte de la estructura básica del campo, enlibros de texto, programas de cursos y revisiones deliteratura». (op.cit. p. 540)

La auto-reflexión como apologética institucionales la tercera «fuente de pobreza intelectual» del cam-po de la comunicación señalada por Peters, por lacual la conservación del campo para estudiar fenó-menos que la sociología, la psicología social o laantropología habían ya adoptado como propios ylos habían abordado con sus propios métodos, tomóel lugar de la teoría, imposible de construir en térmi-nos de «comunicación masiva». De manera que «elcampo que Schramm construyó consistió en las so-bras de la investigación previa, apareadas con cam-pos desposeídos como el periodismo académico, eldrama o el habla [speech] (dependiendo de la uni-versidad específica)». (op.cit. p.544)

La inusitada crítica de Peters a Wilbur Schrammy su «herencia» (el campo de la investigación de lacomunicación) apunta, más allá de la virulenciacontra el «padre fundador», fallecido en 1988, aun factor centralmente importante, la constituciónteórica, que reafirma en una respuesta a un críticode su artículo: «En suma, la teoría se usó casi ex-clusivamente para propósitos de legitimación y sus‘ideas interesantes’ fueron ignoradas. El destino dela teoría de la información es una lección sobre loscompromisos que se hallan en el periodo formativodel campo: negociar alcance teórico por territorioacadémico. Durante el tiempo en que hubo ampliateorización interdisciplinaria sobre la comunica-

(39) Paisley, William, «Communica-tion in the communicationsciences», in Dervin & Voigt (eds),Progress in communicationsciences, volume V. Ablex,Norwood NJ. 1984. Págs. 1-43.(40) Peters, John Durham, «Institu-tional sources of intellectualpoverty in communicationresearch», CommunicationResearch Vol 13 No 4, 1986. Págs.527-559.(41) Rogers, Everett M., «Lookingback, looking forward: a century ofcommunication study», en Gaunt(ed), Beyond agendas: newdirections in communicationresearch. Greenwood Press,Westport CT., 1993.

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ción, el campo se distinguió de esa teorización yse otorgó a sí mismo una designación institucional.El único uso que tuvo la teoría de la informaciónen el campo fue el de un escudo de armas acadé-mico».(42)

La propuesta final de Peters es «dar sustancia, víala teoría, a los conceptos centrales del campo», de-finir «lo comunicativo», y «propiciar una anarquíaen los conceptos centrales, libre de toda intromisióninstitucional, e insistir en la vitalidad intelectual detal anarquía. Todo vale, se diría, con tal de que seade alta calidad». (op.cit. p. 316) Esta alusión aFeyerabend,(43) que advertía que «la proliferación deteorías es beneficiosa para la ciencia, mientras quela uniformidad debilita su poder crítico», merece unanálisis más detallado, especialmente en relación conla tensión entre la orientación ideológica y la«cientificidad» implícita en la «comunicología» pro-pugnada por Marques de Melo.

Un esquema de análisis semiótico aplicado tam-bién muy recientemente en México por RafaelReséndiz para reflexionar sobre «la comunicación:una in-disciplina intelectual»,(44) puede ayudar a pre-cisar los ejes del complejo debate sobre la teoría yla práctica de la investigación de la comunicaciónen América Latina y su futuro: «El fenómeno con-temporáneo de la comunicación ha generado el de-sarrollo de varias topologías: una topología mul-tirreferencial, una más multidimensional y otra mul-tifuncional, las que conforman los ejes donde con-vergen el saber, el ser y el hacer comunicacionales.Esta triaxialidad se ve coronada por un último eje,que es el de la ética comunicacional, quizá perver-tida, que debería definir los parámetros del saber,del ser y del hacer comunicacionales».

Esta propuesta opera sobre el supuesto de que las«ciencias de la comunicación», son un «proyectocientífico con pocas posibilidades de concretarse,dada la amplitud de dimensiones del saber y del sa-ber-hacer que pretende englobar» (op.cit. p. 1). Laclave está en el poder social de los agentes (o «acto-res» en los términos usados por Reséndiz) que con-trolan las dimensiones gnoseológica, teleológica ypraxeológica de la comunicación, que pudieran acor-dar los términos de una ética fundante de la comuni-

cación en la sociedad.A manera de síntesis, que no de conclusión, de

esta suscinta relación de algunos de los problemasque desde diversas perspectivas han ido definiendolos términos de un debate insuficientemente desa-rrollado por los investigadores latinoamericanos dela comunicación en los años noventa, propongo unesfuerzo comunitario centrado en la formulación deun proyecto que, a partir de una definición ética (esdecir, ideológica, político-moral) de las funcionessociales que puede desempeñar la investigación dela comunicación en el sistema-mundo de transiciónhistórica en que habremos de vivir al menos por lassiguientes dos décadas, establezca los espacios dediscusión y de construcción colectiva, sistemática yrigurosa, de las opciones que en el terreno teórico-metodológico y epistemológico por una parte, y enla organización de las prácticas de investigación porla otra, podrían adoptarse como utopística comuni-cacional, como producción social de sentido sobrela producción social de sentido.

(**) Profesor-investigador del Departamento de Estudiosde la Comunicación Social de la Universidad de Guadalajaray del Departamento de Estudios Socioculturales del ITESO.

Guadalajara, Jal., México. E-mail: [email protected]

(42) Peters, John Durham, «The needfor theoretical foundations. Reply toGonzalez», in CommunicationResearch Vol 15 No 3, 1998. Págs.309-317.(43) Feyerabend, Paul Contra elmétodo. Esquema de una teoríaanarquista del conocimiento.Ed.Tecnos, Madrid, 1986.(44) Reséndiz Rodríguez, Rafael, «Lacomunicación: una in-disciplinaintelectual (reflexiones sobre losactores, los espacios y los tiemposcomunicacionales». Ponencia en lamesa de trabajo Situación actual yestado del conocimiento enciencias de la comunicación, en elCongreso Nacional del ConsejoMexicano de Ciencias Sociales AC.México, DF, abril 19-23 de 1999.

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E n t rev i s t a s

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Mario Kaplún ha sido uno de los más gran-des comunicadores y educadores que hemostenido en América Latina, uno de sus más com-prometidos maestros. La serie Jurado 13, el co-nocidísimo Cassette-Foro, su trabajo de Educa-ción para los Medios a través del método deLectura Crítica, y fundamentalmente la búsque-da constante de un hacer liberador, han consti-tuido aportes claves a la creación del pensa-miento latinoamericano en comunicación/e-ducación. Todos sus trabajos y reflexiones hancirculado por el continente formando parte dela historia de este campo, marcándolo, apor-tando a la construcción de su identidad. La pre-sente entrevista se realizó en el marco del Pri-mer Congreso de Comunicación y Educación,en la ciudad de Las Flores en septiembre de1998. Oficios Terrestres edita este diálogo comohomenaje a su trayectoria.

Oficios Terrestres: ¿Nos podría contar quécircunstancias lo acercaron a las problemáti-cas de la comunicación?

Mario Kaplún: La historia es larga, son mu-chos años, no sé si les va a entrar todo en unaentrevista. Tendría que empezar diciendo, unpoco como Woody Allen, «yo también fui pro-ducto de los radio days», de los días de la ra-dio.

La radio era una presencia importante enmi casa, en mi familia, en mi infancia. Yo juga-

ba a solas a transmitir por radio. Es decir, yahabía una especie de acercamiento a esemedio que se profundizó cuando en BuenosAires, donde yo nací, apareció un programamuy especial, Platea Club sobre libros, cine,teatro y que era muy abierto a la presencia delos jóvenes. Entonces, con esa temeridad quepuede tener un joven, yo empecé a hacer al-gunas notas. Luego se me dio la oportunidada través de ese medio de convocar a algo quese llamó El club del libre debate, que eran unasreuniones que hacíamos los sábados por latarde donde convocábamos a los jóvenes quequisieran venir para discutir temas que tuvie-ran que ver con nuestra realidad de jóvenes.Esa fue mi primera actividad, allá por el ’41.De ese modo estaba yo aproximándome, sinsaberlo, a la radio.

Y ahora pego un salto, pequeño salto. En elaño ’42 se crea en Buenos Aires un programaeducativo, del Ministerio de Educación que sellamó primero Escuela del Aire y después RadioEscuela Argentina, con una propuesta que siahora uno la mira a distancia queda bastantesorprendido porque habían tomado comomodelo inspirador el de la BBC de Londres. Eranprogramas educativos pero con formato deradiograma, con efectos, con los recursos demontaje del radiograma. Estaban buscandoguionistas para ese programa (en tanto yo me

Entrevista realizada por Florencia Saintout encolaboración con Nathalie Iñíguez Rímoli.

Un diálogo permanenteHomenaje a Mario Kaplún

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había recibido de maestro: mis estudios fueronde magisterio). Los guionistas comerciales, deradionovela, con toda su experiencia y tan co-tizados como eran en éste género no eran acep-tados porque les exigían un tratamiento deltema ajeno a ellos y les salían unas cosas muyduras, muy convencionales. Como la gente deese programa me conocía, sabía que yo eramaestro, me pidieron que intentara hacer unguión. Lo que ellos no sabían era que entretan-to yo había aprendido de una manera empíricay autodidacta el manejo del radiograma, de latécnica del radiograma. ¿Y cómo fue eso? Fueporque recién recibido de maestro, sin trabajotodavía, me ofrecieron trabajar como emplea-do en un estudio de grabación de discos. Uste-des se imaginarán lo que era grabar discos enla década de los ’40: eran de esos discos deacetato. Todo esto de grabar discos parece queno tenía nada que ver, pero sucede que la agen-cia que producía los radioteatros para una delas marcas de jabón más populares y para unamarca de colonia y perfume también muy po-pular, tenía el problema que estaba sacando alaire, por día, cinco radioteatros y ya no podíahacerlo desde las distintas emisoras porque sustaff estable no llegaba a tiempo. No, no podíadesplazarse de un estudio a otro y se le ocurrióarrendar un estudio desde donde sacar al airepara las distintas emisoras sus cinco radioteatros.Entonces arrendaron el estudio donde yo esta-ba trabajando y de esa manera, mientras cum-plía mis funciones de empleado, no me era nadadifícil tomar los guiones e ir viendo cómo losproducían. Así aprendí la técnica de la radio-novela a fondo, con todos sus recursos. Demodo que cuando presento mi guión pilotopara la Escuela del Aire había por un lado, unenfoque pedagógico y por el otro, un dominioen la técnica. Así me inicié y así comenzó mihistoria ya relacionada con la comunicacióneducativa.

O.T.: Y ahí empezó a escribir, a pensar lacomunicación, a tematizarla.

M.K.: Algo de eso hubo porque me empe-

zó a interesar el lenguaje sonoro, empecé aprofundizar en el tema. Más allá de las con-venciones de la radio corriente empecé a ex-perimentar sobre el lenguaje sonoro y a escri-bir sobre él. Eso fue la incipiente vertiente teó-rica de un trabajo que era fundamentalmenteempírico.

O.T.: Y en ese momento ¿qué empezaba aver de todo esto que era la educación, losmedios?

M.K.: Una de las cosas principales que yoaprendí en esas primeras experiencias y quedespués me marcó toda la vida fue el descu-brimiento de la relación de empatía entre elemisor y el receptor, cuando el emisor sabecompenetrarse con el receptor. Y eso ¿por quéfue? Porque en uno de los ciclos que yo escri-bía para la Escuela del Aire uno de los temasque abordamos fue el de los inmigrantes. Mifamilia era inmigrante, entonces empecé aarmar el programa con intuiciones, jirones orecuerdos de la historia familiar, de mis in-migrantes. Cuando ese día volví a mi casa en-contré a mis tías llorando. Ahí empecé a plan-tearme cómo era esa relación de compene-trarse con el receptor para entrar en su propiavida. Ese principio de empatía me acompañópara siempre, después lo teoricé, lo sistematicé.Pero era como una primera intuición que des-de el principio estuvo presente.

O.T.: Muchos otros empiezan pensandocómo debe hacerse y después van hacia lapráctica. Usted empezó por el lugar del ha-cer.

M.K.: Sí, además con una gran libertad paraexperimentar. El programa, por sus caracterís-ticas, me daba mucha libertad.

O.T.: En ese momento, ¿estaba con otraspersonas que trabajaran en las mismas pro-blemáticas?

M.K.: No, solamente tenía en la radio unamigo, un gran amigo personal que fue el queme daba como el feed back de lo que yo esta-ba haciendo, porque fue un hombre sensible,profundo y me hacía ver qué cosas estaba

desencadenando a partir del sonido.O.T.: La Iglesia Católica ha ocupado un lu-

gar importante en muchos de los trabajos encomunicación en América Latina, tanto enaquellas perspectivas que pensaban la comu-nicación como herramienta de desarrollocomo aquellas que la miraban como prácticaliberadora. ¿Cómo aparece la Iglesia en sustrabajos?

M.K.: Después de mi ida al Uruguay, y allápor los ’70, empiezan a realizarse los prime-ros eventos en torno a la comunicación, losprimeros eventos de reflexión en torno a lacomunicación. Esos primeros eventos tuvieronsu anfitrión, su convocatoria, en organizacio-nes de la Iglesia Católica. Entonces, yo fui in-vitado a esos eventos y ahí empecé a siste-matizar y a plantearme a nivel teórico las co-sas que ya estaba haciendo en la práctica.

O.T.: ¿Usted para ese entonces participabaen la Iglesia Católica?

M.K.: Sí. Pero yo creo que ya la convocato-ria era amplia y no todos los que participabaneran necesariamente católicos, sino gente quetenía una inquietud social, una inquietud éti-ca en torno a los medios.

Llegó un momento, en el año 72, en quepara uno de esos eventos que tuvo lugar enMéxico, y que fue un diálogo Norte-Sur, mepidieron un trabajo de investigación sobre elestado de la comunicación masiva en Améri-ca Latina. Allí empezó otro desafío, el desafíode la investigación. Algunos colegas, comoJosé Marques de Melo, siempre apreciaron mitrabajo porque dicen que fue el primer inten-to de una mirada panorámica sobre el con-junto de América Latina en relación a los me-dios. Pero en mi historia, entretanto, estabanpasando otras cosas que fueron muy determi-nantes. Yo estaba haciendo un programa detelevisión en Uruguay que tuvo mucha pene-tración. Era un programa periodístico-polémicoque hice hasta el año 1968. En ese mismo año,que fue un año muy especial en todo el mun-do, en Uruguay tuvimos un gobierno constitu-

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cional pero semidictatorial y mi programa -queya llevaba 6 años en el aire y que sustentabacomo divisa la libertad de opinión- no fue via-ble en un régimen represivo y con censuracomo era ese. Y aún si hubiera sido posibleseguir haciéndolo yo pensaba que era desho-nesto, que era una farsa hacerlo, porque dealguna manera legitimaba un gobierno dicta-torial haciendo creer que daba libertad cuan-do no la daba. Entonces, simultáneamente elmedio me expulsó y yo a la vez me autoexcluídel medio porque las condiciones eran esas.Y es ahí que me invitan a producir programasde Radio para América Latina.

O.T.: ¿Quiénes lo invitan?M.K.: Esta vez la invitación vino de una or-

ganización con sede en Munich, Alemania,que posteriormente adoptó la denominaciónSERPAL (Servicio de Radio para América Lati-na). Y después de haber estado ya en televi-sión volví a mi primer amor, la radio, pero yacon todo un cúmulo de experiencias y con eldesafío de producir programas educativos decontenido ético y social para un público vastode toda América Latina. Ahí nació, entre otrascosas, la serie que fue conocida en toda Amé-rica Latina: Jurado 13.

O.T.: En toda esta época que debe habersido muy movida para usted y para todos loslatinoamericanos, ¿cuáles eran sus lecturas,con quién conversaba, con quiénes inter-cambiaba ideas?

M.K.: Con respecto a las lecturas, PauloFreire sin duda fue una fuente inspiradora paratodos nosotros, y una fuente animadora.

Por otro lado, en Uruguay había gente queestaba en la corriente de educación populary con la que ciertamente dialogábamos detodo esto. Pero además vivíamos un momen-to tan singular de esperanza y de sentido deliberación que nos marcó tanto desde lo po-lítico como desde lo social y lo religioso. En-tonces, vivíamos ya con una proyección deutopía. Jurado 13 es un poco expresión deeso.

A partir de allí se van siempre juntando, arti-culando, la dimensión de productor, que yotodavía conservaba, la dimensión de experi-mentador (que prefiero decir más experimen-tador que investigador, porque me parece quelo que yo hice fueron experimentos que des-pués sistematicé) y la actividad docente. Estaúltima empieza con el gobierno de VelazcoAlvarado en Perú. Riveiro dirigía una oficinade Naciones Unidas en Perú al servicio delproyecto revolucionario del gobierno deVelazco Alvarado. Sabe de mí y me lleva ahacer un curso de radio para productoras deradio de todo el país, dentro de un proyectosocio-político. Ese fue el primer curso que yodicté y, de ese curso, entre otras cosas, naciómi libre producción de programas de radio.

O.T.: Siempre su amor ha sido la radio...M.K.: Bueno, yo no sería tan drástico en eso,

pero si lo miramos desde el punto de vistabiográfico, sí. Muchos me identifican con elmedio, pero el camino me llevó también paraotros lados. Después de producir Jurado 13 seme plantea una inquietud justamente desdeel punto de vista de la experimentación y delas posibilidades del medio.

O.T.: Mientras hacía Jurado 13, ¿seguía vi-viendo en Uruguay?

M.K.: Si, Jurado 13 nació de un concurso la-tinoamericano de proyectos de programas. Yopresenté la idea, que todavía no se llamaba Ju-rado 13, y obtuvo el primer premio. Entoncesel secretario ejecutivo de la organización queauspició el concurso quiso que el proyecto serealizara y durante un largo tiempo gestionó laidea. Finalmente, cuando salió, me dio la liber-tad para elegir cualquier país. Le dije que el paísque elegía era Uruguay.

O.T.: No sabe la cantidad de veces que di-cen «Kaplún, el uruguayo»...

M.K.: Sí, pero yo siempre digo «argentino-uruguayo» y no significa optar aunque sin dudaUruguay fue históricamente mucho más im-portante porque llevo muchos más años, por-que fundé mi familia.

O.T.: Y cuando eligió hacer Jurado 13 enUruguay ¿por qué fue?

M.K.: En ese momento yo sabía que habíacondiciones en Uruguay para poder hacer laproducción que había pensado, porque enmateria de teatro había una gran variedad yuna gran riqueza de gente, y con esa gentefue que se produjeron los guiones.

Jurado 13 se distribuyó por emisoras de ra-dio de toda América Latina (alrededor de 600emisoras de América Latina pasaron Jurado 13)con lo cual logré demostrarme a mí mismo ya mis compañeros algunas cosas. Una, que eraposible acceder a la radio comercial, aún conprogramas cuestionadores, si estabanprofesionalmente bien realizados. Otra, queera posible producir para toda América Lati-na, cosa que me decían que era imposibleporque había diferentes dialectos, diferentesrealidades locales. Sin embargo, la experien-cia de Jurado 13 demostró que con todo esto,igualmente se podía.

O.T.: Muy cercano en el tiempo a Jurado13 usted comenzó a trabajar con el Cassette-Foro, una experiencia de uso alternativo delas tecnologías, que propiciaba la participaciónde los receptores dentro de los procesos decomunicación ¿Qué se acuerda de esta expe-riencia ahora?

M.K.: Sí, fue una experiencia de comunica-ción participativa y fue un trabajo de investi-gación-acción, porque todas las etapas estu-vieron precedidas de instancias de investiga-ción y todos los resultados fueron sistema-tizados, evaluados. O sea que constituyó, almismo tiempo, una práctica y una investiga-ción. Al publicarse, al hacerse algunas notasinformativas sobre la experiencia, un investi-gador estadounidense de New York me escri-bió y me dijo que él había estado investigan-do todos los usos del audiocassette con fineseducativos, y que si a mí me interesaba mepodía mandar la recopilación que había reali-zado de experiencias que se habían hecho.Le dije que sí, que me interesaba que me las

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mandara y me preparé a un baño de humil-dad. Dije: ahora voy a darme cuenta que esoque yo creía que había creado ya estaba in-ventado hace rato. Y, sin embargo, fíjenseque interesante, no fue así. El había recopila-do una cantidad muy grande de experienciaspero ninguna tenía las características de lasque yo había diseñado. Porque en todas lasotras el cassette servía para que el destinata-rio, sea individual o grupal, escuchara un men-saje ya grabado, pero en ninguna él podía gra-bar, como en la propuesta del Cassette-Foro.Tanto es así que en la experiencia de mayorenvergadura, que se había realizado en la In-dia, con una inversión millonaria, los aparatosque se distribuyeron a la gente para que reci-bieran los cassettes, no tenían tecla de record,sólo tenían tecla de play. Porque no lo necesi-taban, no les importaba, no le daban valor alo que para mí era lo más interesante de esatecnología que era el ida y vuelta.

O.T.: En la década de los ’70, otra de lasexperiencias que inició y en la que se le reco-noce un papel pionero fue aquella que llamóMétodo de Lectura Crítica de mensajes de losmedios, con un objetivo educativo para losmedios, bajo la idea de formar receptores crí-ticos. Y es interesante ver cómo en la décadade los ’80 cuando aparece lo que podría lla-marse el «boom del receptor», con sus cosasnegativas y positivas, ya hacía tiempo que ha-bía gente trabajando en el tema. Es decir, noes que en los ’80 renace de la nada la proble-mática de la recepción, como a veces pare-ciera que se plantea.

M.K.: Sí, por lo menos algunos estábamosya antes pensando en el receptor. Yo no creoque fuéramos mayoría, pero éramos algunosque a lo largo del tiempo nos hemos ido en-contrando y tenemos afinidades que creomarcan una línea.

Y luego de Jurado 13 y del Cassette -Foro,viene mi exilio en Venezuela que se producea partir del año 78 cuando ya era imposibleseguir trabajando bajo las condiciones de la

dictadura militar. La época de Venezuela fuesumamente rica porque ya ahí dejó de ser micentro la producción, para entregarme, fun-damentalmente, a la capacitación de grupospopulares. También a la búsqueda de un mar-co teórico y, al mismo tiempo, a una prácticapermanente de talleres de capacitación.

La lectura crítica tuvo un papel importanteen esa época. Ahí empezamos a desarrollarlaa fondo, a sistematizarla y a perfeccionarla ytodo lo que era capacitación en medios decomunicación para grupos populares, es de-cir, la idea siempre de generar nuevos emiso-res.

O.T.: ¿Y cómo es que entra la educación ensu campo de interés?

M.K.: De regreso al Uruguay, en el año 85,intenté sin demasiado éxito crear una espe-cialización en Comunicación Educativa en laincipiente Carrera de Comunicación en laUniversidad de la República.Y allí esto también

tuvo importancia en mi formación teórica. Peroyo creo que hubo algo que pasó antes del ’85y que quiero darle su papel importante. En elaño 83, estando todavía en Venezuela, la ofi-cina regional de Educación para América Lati-na y el Caribe de la UNESCO, con sede enSantiago de Chile, estaba organizando la Con-ferencia de Consulta Regional, preparatoria dela Conferencia Mundial de Educación de Adul-tos y el encargado de esa área, que me habíaconocido por esos días, me pidió un estudiosobre comunicación y educación de adultosen América Latina. Eso tuvo una importanciahistórica en mi proceso porque allí sí hubo doscosas: primero la exigencia de un rigor de in-vestigador en el estudio, la recopilación de unconjunto de elementos que nadie, hasta esemomento, había sistematizado y por lo tanto,la necesidad de investigar muy exhaus-tivamente, pero, sobre todo, el cambio dedestinatario. Porque hasta ese momento lo que

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yo había producido en teoría de la comunica-ción siempre había sido para comunicadoresy ahora yo tenía bien claro que estaba escri-biendo para educadores y que tenía que cam-biar la óptica para ser comprendido por loseducadores. Y así fue como yo entré en elcampo de lo que hoy llamo «ComunicaciónEducativa», el eje comunicación-educación.

O.T.: Un campo todavía en emergenciaM.K.: En emergencia, pero empecé a des-

cubrirlo como un campo que necesitaba, jus-tamente, aportes.

O.T.: ¿Y por qué dice que en el ’85 intentócrear una especialización en ComunicaciónEducativa pero no con demasiado éxito? ¿cuá-les fueron las dificultades?

M.K.: Mire, con respecto a esta orientación,creo que Juan Díaz Bordenave tuvo razóncuando dijo que nos apuramos demasiado.Que no estaban dadas las condiciones paracrear orientaciones en una carrera tan nueva.

Y la universidad del Uruguay nunca entendióla importancia de la comunicación.

No entendía en general todo el problemade la comunicación como un problema aca-démico. El resultado es que hubo fuertes pre-siones para cambiar el plan de estudios y elnuevo plan eliminó las orientaciones, hizo unúnico programa para todos y yo me desinte-resé y dejé la carrera, dejé ese aspecto de ladocencia. Pero, en cambio, entré a trabajarmucho desde el punto de vista teórico, en laconstrucción de un marco para el eje comuni-cación/educación que, como le digo, tuvo suorigen en ese trabajo del ’83 y se expresa enmis publicaciones y en los cursos que estoydando a partir de ese momento.

O.T.: Ahí empieza una segunda parte, unasegunda etapa en su trabajo

M.K.: Exacto: una segunda etapa que paranada reniega de los pasos anteriores, sino quebusca una nueva síntesis que se refleje en algomás amplio.

O.T.: ¿Y en éste momento? ¿cómo ve estecampo de la comunicación?

M.K.: Habría mucho para decir sobreeso...es un campo cuyo destino final dependedel tipo de sociedad al que apuntemos, lo cuálno quiere decir que el campo sea un testigopasivo. Yo quiero y creo que tiene que contri-buir a construir esa sociedad pero actualmen-te estamos enfrentados a modelos de socie-dad muy conflictivos entre sí. Y ¿cuál va ser eldestino de la especie humana? está entre sig-nos de interrogación porque hay, por una par-te, una fuertísima corriente que pone todo elacento en lo tecnológico y una corriente, po-siblemente, más débil, cuantitativamente, quesigue poniendo su acento en lo humano. Asítan sencillamente: lo humano. Y ahí está enjuego qué tipo de cultura, qué tipo de socie-dad vamos a tener en el futuro y de eso de-pende qué tipo de comunicación educativavamos a tener. Porque vamos a tener comuni-cación educativa en cualquiera de las posibili-dades, pero va a ser muy diferente.

O.T.: Desde que usted empezó a trabajar lohizo con la idea de darle la palabra al recep-tor, de romper con la idea del receptor mudo,¿cómo ve en este momento los estudios derecepción? ¿qué balance puede hacer de lasllamadas «teorías de la recepción», ahora, afines de los noventa?

M.K.: Estamos empezando a llegar a la va-loración de nuevas síntesis. Yo que lo viví aese proceso les puedo decir que en AméricaLatina hemos vivido una polarización. Unaprimer etapa, en que los estudios sobre losmedios estaban totalmente dirigidos a la críti-ca de los medios, al cuestionamiento de losmedios. De esa época yo quisiera decir doscosas: una que aportó muchísimo y que a ve-ces me duele que las nuevas generaciones ladesconozcan; y otra, que tenía una enormelaguna y es que no ponía en juego al recep-tor, lo desconocía. Suponía un receptor iner-me, pasivo, puramente manejable. La segun-da etapa tiene que ver con los nuevos estu-dios de recepción, que revalorizan al receptorpero que olvidan, dejan de lado, todo el apor-te de la crítica a los medios que se había dadoen la década anterior. Idealizan al receptor.Yo estoy totalmente de acuerdo con BeatrizSarlo cuando usa una expresión muy fuertepero que me parece muy certera y habla deun «neopopulismo de mercado».

Hoy creo que empiezan a sonar vestigios oindicios de que vamos a llegar a una nueva sín-tesis en que los dos aspectos, el poder y el re-ceptor, estén debidamente contemplados. Eneste momento empieza a haber líneas en estadirección, a delinearse nuevas tendencias.

O.T.: Pareciera, da la sensación, que hoy enlas carreras de comunicación hay como dosdivisiones muy tajantes entre teoría y prácti-ca. ¿Es una sensación muy parcial o...?

M.K.: Yo les doy la razón, creo que esadicotomía, esa desarticulación entre teoría ypráctica es muy fuerte en las carreras de co-municación y muy negativa. Justamente unade las cosas que yo hubiera querido desarro-

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llar es mi propuesta de mi método de taller deproducción, que yo aplicaba en los cursos enla Universidad de Montevideo y que llaméTaller Integral de Producción porque precisa-mente intentaba articular teoría y práctica.Creo que un comunicador necesita de ambasvertientes y necesita, sobre todo, articularambas vertientes. No se puede pensar en uncomunicador tan intuitivo y tan empírico queno tenga un bagaje teórico desde el cual abor-dar su producción profesional, pero de pocole sirve ese bagaje teórico si no sabe crear conesos elementos un mensaje profesionalmenteválido. Y eso yo lo comunico con mi práctica.Cuando yo les decía que Jurado 13 tuvo ac-ceso a 600 emisoras, incluso en los horariospreferenciales, era porque había sido hechapor alguien que sabía, que conocía cómo sehacía y que usaba los recursos del medio. Sineso todo hubiera quedado en una voluntaristabuena intención.

O.T.: Finalmente, ¿qué piensa de la existen-cia de un pensamiento latinoamericano de lacomunicación? ¿existe como pensamiento la-tinoamericano y qué significa esto en los no-venta?

M.K.: Desde mi visión creo que sí existe unpensamiento latinoamericano. Pero que parareconstruirlo hay que saber remontarse bienhacia sus orígenes, no quedarse con los estu-dios de la década de los ’80. Porque siemprehe tenido la sospecha de que esa década noera tan creativa ni original, que en realidadestábamos siguiendo estudios americanos yeuropeos.

Pero con respecto a las primeras posturassí yo creo que hubo aportes legítimos latinoa-mericanos. Aunque para algunos pueda ya serun libro superado, creo que para citar unospocos, el trabajo de Antonio Pasquali, que al-gunos mirarán como envejecido, todavía con-serva una actualidad de una riqueza creativamuy grande. Especialmente destaco que haytodo un planteo filosófico alrededor de la co-municación. Lo mismo en el trabajo de Luis

Ramiro Beltrán y creo que tendría que nom-brar a muchos más. Pero realmente hubo unatoma de postura sobre los derechos del re-ceptor, sobre el derecho a la comunicación,sobre la concepción de la comunicación quea mí me parecen originales y rescatables.

Releer las fuentes de nuestro pensamiento,nos ayudaría a comprender mucho mejor larealidad actual de la comunicación.

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Oficios Terrestres: Para comenzar, nos gus-taría que hiciera alguna referencia de su trán-sito por la Universidad Nacional de BuenosAires y los motivos de su posterior radicaciónen el exterior.

Ernesto Laclau: Durante el período que es-tuve en la Universidad de Buenos Aires curséla carrera de Historia, fui ayudante de JoséLuis Romero que estaba en la cátedra de Es-tudio Social y una vez que me gradué‚ con-seguí una beca del Consejo Nacional de In-vestigaciones. En aquel entonces tuve mili-tancia política; fui presidente del Centro deEstudiantes de Filosofía y Letras y representantereformista al Consejo Superior de la Universi-dad de Buenos Aires, o sea que estuve muyinvolucrado en toda la actividad de la UBA.Una vez recibido me nombraron profesor con-tratado de la Universidad Nacional deTucumán en 1966, en teoría por dos años, peroen junio de ese año se dio el golpe de Estadode Onganía y como mucha otra gente en esemomento, perdí mi cargo. Como consecuen-cia de ello a fines del ’66 fui a trabajar al Insti-tuto Di Tella en Buenos Aires. Allí el directordel proyecto de investigación de historia, parael que yo trabajaba, que era el profesor inglésEric Hobsbawm, me propuso una beca parahacer mi doctorado en Inglaterra. Propuestaque acepté‚ dado que no se presentaban ma-

yores perspectivas en el país. Bueno, la histo-ria del país se complicó de tal manera que yano tenía sentido seguir mi carrera de investi-gador en Buenos Aires.

O.T.: A partir de las visitas que está hacien-do a Argentina en los últimos años y del acer-camiento a la Facultad de Periodismo y Co-municación Social, ¿qué impresión tiene so-bre la situación actual de la universidad argen-tina?

E.L.: No puedo decir que tenga una impre-sión completamente formada. Yo creo que launiversidad argentina está en una situacióncompleja. Por un lado, el nivel intelectual dela gente que he encontrado en los semina-rios, tanto en la Universidad de La Plata comoen la de Buenos Aires, muestra que está taninformada acerca de los temas que yo traba-jo como la gente que encuentro en New York,París o Londres. Claramente el nivel intelec-tual es bueno. Por otro lado, las estructurasuniversitarias están en proceso de cambio,pero esto es un proceso. El valor de una uni-versidad está dado por el valor de los estu-dios de postgrado. Los estudios de postgradoen Argentina se están impulsando en algunasuniversidades, pero esto es algo incipiente.Es difícil decir a esta altura cómo van a evo-lucionar. El ideal de una universidad es quese organice en torno a la investigación. Esto

Por: Lic. Inés Seoane ToimilLic. Susana MalacalzaLic. Alberto Amato

En 1997, Ernesto Laclau visitó la Facultad dePeriodismo y Comunicación Social para dictar unseminario y participar del Segundo CongresoNacional de Facultades de Comunicación Social quese organizó en la ciudad de La Plata.Allí pudimos encontrarnos con el pensamiento de unfilósofo argentino radicado en Inglaterra, que estárepensando la política y la democracia desde larevisión de las clásicas categorías de la cienciasocial.Para Laclau reflexionar sobre el objeto sociedad,implica buscar las posibilidades de un proyectosocial que profundice los discursos emancipatorios ylibertarios abiertos por la «revolución democrática» yque evite los aspectos represivos del «imaginariojacobino».Inés Seoane Toimil, Susana Malacalzay Alberto Amato, tomaron la posta de OficiosTerrestres y realizaron esta entrevista que no haperdido actualidad.

Sujetos, comunicación y poder

Entrevista a Ernesto Laclau

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significa varias cosas: en primer lugar que sedé prioridad a la investigación básica sobrela investigación aplicada. El centro de unauniversidad que se valore, debe tener un de-partamento de máxima excelencia en mate-máticas, física y filosofía; disciplinas que notienen una aplicación práctica inmediata. Sieso no se hace, entonces la universidad pasaa depender de la investigación aplicada y esono es beneficioso. En torno de ese núcleo deinvestigación básica tienen que organizarseuna cantidad de estudios mucho más aplica-dos, pero que todavía son de posgrado. Final-mente la enseñanza de grado tiene queestructurarse alrededor de estas actividadescentrales. Hay muchas universidades que to-davía piensan que la tarea de enseñar a niveldel grado debe ser el 90 por ciento de la acti-vidad universitaria, eso no puede ser. Ningu-na universidad que se valore realmente seorganiza de esa manera. Por ejemplo, me heenterado que se hacen concursos en los queel 80 por ciento de lo que se evalúa es la ca-pacidad didáctica; lo que principalmente tie-ne que ser evaluado en los concursos es elplan de investigación del postulante, sus pu-blicaciones, su contribución al desarrollo delsaber en su disciplina. Luego la parte didácticaviene por añadidura.

O.T.: Esto es parte del debate hoy, aquí en-tra el tema de los recursos disponibles, cómodistribuirlos y qué hacer con la inmensa can-tidad de alumnos, teniendo en cuenta que porejemplo la Universidad Nacional de La Platatiene aproximadamente 50.000 y la de Bue-nos Aires aun más...

E.L.: Claro, la Universidad de Essex en laque yo trabajo tiene 3.800 alumnos, de loscuales el 40 por ciento son estudiantes depostgrado. No digo que esto deba ser el idealde organización universitaria para todos loscasos; cada universidad debe afrontar sus pro-pios problemas. En el caso de la universidadpública argentina, con su alto número de es-tudiantes, la tarea es un poco diferente. Lo

que he visto en la Universidad Nacional deLa Plata es una preocupación muy grande pororganizar los posgrados.

O.T.: Lo que ha sucedido aquí, sobre todoen el área de las ciencias sociales es que enépocas de la dictadura, hubo un fuerte retro-ceso de la actividad académica. Con el retor-no a la democracia se reinicia un proceso pararecuperar el nivel de la misma y ponerse aldía con los nuevos desafíos. Por otro lado, eldebate entre universidad masiva, ingresoirrestricto y calidad académica es una pro-blemática que todavía no se ha encarado ple-namente.

E.L.: Yo creo que hay formas de resolveresa cuestión. En primer lugar es importantecrear ciclos básicos, dado que la universidadnacional no puede dejar de tomar en consi-deración lo que se hace a nivel de la escuelasecundaria, porque si no se transforman enuniversidades de élite y ese no es el objetivo.Por ejemplo, el examen de ingreso era muyelitista, la gente que tenía mejor formaciónera la aceptada. Ahora, si hay un ciclo básicode un año en el cual se dan todas las facilida-des para entrar, dentro de las exigencias lógi-cas de la tónica universitaria, ese problemahasta cierto punto se soluciona. Esto me pa-rece una primera cuestión. La segunda, es queuna universidad más o menos masiva tieneque organizarse de otra forma, pero ello noimpide que los estudios de posgrado, que vana tener mucho que ver en la formación, seanorganizados de una manera eficiente. Al re-ferirme al posgrado hago alusión básicamen-te a la organización de los programas de doc-torado. Las maestrías constituyen una etapainicial de los posgrados, pero los programasde doctorado son absolutamente necesarios.

O.T.: Nos gustaría que hiciese algunas re-ferencias sobre su participación como profe-sor invitado al Congreso de ComunicaciónSocial que se realizó en estos días en la Fa-cultad de Periodismo y Comunicación Socialde la Universidad Nacional de La Plata. Sus

ideas en torno a la construcción de nuevossentidos en la historia y la cuestión de laemancipación, parecen ser temáticas que atra-viesan centralmente los procesos de la comu-nicación...

E.L.: Bueno, debo aclarar que no soy uncomunicólogo...

O.T.: Sin embargo, sabemos que algunastendencias en la disciplina transitan la ilusiónde la «posibilidad» de la comunicación, alintentar un fundamento que rija ese proceso,cosa que en extremo sería el anudamientoentre significante y significado. Desde haceunos años se gira más bien sobre los argu-mentos de las teorías de la recepción y lasmediaciones, pero desde la lógica decons-tructiva se podrían repensar algunas de estascategorías...

E.L.: Bueno, ese anudamiento no podría serpensado, salvo que uno fuese un haberma-siano. Yo creo que hay una opacidad en todoproceso de comunicación y que todo proce-so de comunicación es también un procesode poder.

Es decir, uno impone un recurso retóricoen todo proceso de la comunicación que haceque sea un proceso muy mezclado, es decir,no se transmite simplemente un mensaje, sinoque se trata de operar sobre la subjetividaddel que lo recibe y eso es inherente al proce-so de la comunicación. Pero eso me pareceque no es malo porque finalmente uno cons-truye la propia subjetividad y la subjetividadde los otros a partir de esa opacidad que seda en todo proceso de comunicación. En laproducción de sentido se supone esta opaci-dad. Si un mensaje fuese absolutamente trans-parente estaríamos en presencia de unautomatismo difícilmente de ser pensado.

Ahora bien, habrá quienes deducen de laopacidad de este proceso, que el desarrollode los medios de comunicación es malo por-que ellos presuponen, que una cierta virgini-dad originaria en la comunicación de losagentes está siendo rota y manipulada. Bue-

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no, yo no pienso de esa manera justamenteporque no hay ninguna comunicación que notenga una pluralidad de dimensiones y pue-da ser pensada sin la presencia de estaopacidad, incluso en este momento en el queestamos hablando y desarrollando distintosprocesos metódicos.

O.T.: Una cuestión de interés se refiere aque usted define a lo social como imposible,sin que esto implique desconocer la existen-cia efectiva de la sociedad; la noción de im-posibilidad ¿apunta a vencer la resistenciaintelectual, a admitir el carácter indetermina-do de lo social, a la permanente emergenciade lo contingente como puro evento, irrepre-sentable simbólicamente? ¿nos ubica ésto enuna ontología distinta de la tradicional o nosaparta de toda ontología?

E.L.: No, nos ubica en una ontología dis-tinta a la tradicional. Estoy en contra de esatendencia reciente a pensar que uno puedeabandonar conceptos que han sido centralesen la tradición filosófica. Lo que es importan-te es deconstruir esos conceptos. Pero de-construir esos conceptos significa tomarlosseriamente en consideración y ver como apartir de ellos se pueden establecer caminosdistintos. Por ejemplo, para mí es muy im-portante identificar las antinomias que mar-can esos conceptos; pero esas antinomias notienen que ser -como no han sido en la tradi-ción filosófica de Kant en adelante- razón paraabandonarlos, sino para explorar las posibili-dades que ellos abren de encaminarse en di-recciones nuevas. Por ejemplo, hoy se hablamucho de posmodernidad, pero la noción deposmodernidad puede querer decir unafragmentación sin esperanzas, o bien unafragmentación a partir de la cual una lógicanueva de lo social puede ser pensada; yo es-toy más de acuerdo con la segunda posibili-dad; alguien como Baudrillard se ubicaría enla primera.

O.T.: ¿Cómo entiende usted entonces lacuestión de la imposibilidad de lo social?

porque también Hobbes pensaba en lo socialcomo imposible.

E.L.: Lo que he entendido por imposibili-dad de lo social, es la imposibilidad de quehaya un fundamento de lo social que sea co-herente y cerrado en sí mismo. Pero a partirde esta noción de que lo social es imposible,se pueden desarrollar muchas prácticas so-ciales. Por ejemplo, la hegemonía que es cen-tral en mi planteo, es una categoría pensablea partir de la imposibilidad de lo social con-cebida en estos términos. En Hobbes no hayninguna teoría de la imposibilidad de lo so-cial. Hobbes dice que lo social es imposibleal nivel de la sociedad civil, del estado denaturaleza, pero que desde el punto de vistadel estado hay posibilidad de una sutura ple-na de lo social, o sea que éste es un tipo deargumentación distinto.

O.T.: ¿Es decir que esta idea de imposibili-dad de lo social es también, de alguna mane-ra, una explicación de la verdadera posibili-dad del cambio histórico, en la medida enque si no fuera así, no habría cambio, sino unmero desplazamiento espacial?

E.L.: Por supuesto. Por ejemplo, si conside-ramos a los althusserianos de Para leer el capi-tal, se afirmaba que la formación social, o elmodo de producción como núcleo de la for-mación social, era una totalidad spinoziana,es decir algo de lo que no se podía salir. Estoplantea el problema de cómo se pasa de unmodo de producción a otro; y ahí la argumen-tación era el desnivel de lo social, creado porel desnivel de la lucha de clases. Pero aquí seintroduce un factor completamente externodentro de la argumentación, porque, ¿cómose explica este desnivel de la lucha de clasessino a partir del modo de producción? O seade lo que se trata es de introducir al nivel delas totalidades estructurales ese tipo de impo-sibilidades o desniveles que antes se veíancomo externos.

O.T.: ¿En qué medida estas ideas, estas lec-turas, no cuestionan la noción misma de es-

tructura como categoría válida para dar cuen-ta de lo social-histórico?

E.L.: Claro que la cuestionan, pero la cues-tionan no en el sentido de la tradición socio-lógica para la cual la gran oposición ha sidoentre estructura y agente. No se trata de cues-tionar la estructura para volver a la teoría delagente como algo que cierra lo social. De loque se trata es de plantear la noción de es-tructura como algo que en sí mismo no tieneel principio de su completud. En la medidaen que no hay principio de completud, elpunto de partida es una estructura descen-trada, entonces una vez que uno tiene unaestructura descentrada está más allá de la opo-sición estructura y agente.

O.T.: Usted ha formulado la emergencia delsujeto como distancia entre la estructura dis-locada y la decisión. En tanto dicho sujetoemergente decide y rearticula los elementosde la estructura dislocada, constituiría un es-pacio mítico que es un principio de lectura einteligibilidad exterior a la estructura dislo-cada. ¿No implica esto postular una poten-cialidad inherente a una cierta dimensión delsujeto para decidir y hacer emerger dichoprincipio de inteligibilidad que nos aleja dela falta de ser del mismo?

E.L.: Bueno, si uno postulara un sujeto quecompleta a partir de lo que lee la estructura,evidentemente estaríamos en el problema quevos planteás; pero no es el argumento que yoformulo. Creo que en torno a la cuestión delsujeto, como he tratado de expresar en el se-minario de La Plata, ha habido una serie dedificultades. En primer lugar la noción de su-jeto ha estado muy ligada a la noción de su-jeto trascendental, es decir de un sujeto quees la fuente de la racionalidad, a partir delcual, la racionalidad y todo lo que lo rodeapuede ser pensado. Esa es la noción de suje-to que Derrida pone en cuestión básicamen-te, y consecuentemente y con razón trata deabandonar. Pero hay otra noción de sujeto,que es la noción de sujeto como lugar vacío

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dentro de la estructura, que es lo que en lateoría lacaniana es el sujeto de la falta. Unavez que uno tiene esta noción de sujeto, lasconsecuencias a las que te referías no se da-rían, porque entonces el sujeto como lugarde la decisión es el sujeto de una decisiónque al mismo tiempo lo constituye y lodeconstruye al tomarla. No es que el sujetotome una decisión, sino que el sujeto se cons-tituye a través de la propia decisión. Haymuchas formas de construir la noción de su-jeto que rompen la opción del lado del agen-te frente a la opción estructural, que finalmen-te son dos alternativas que llevan a lo mismo.Una vez que la decisión está tomada, la de-cisión constituye al sujeto que la toma, no esal revés.

O.T.: ¿Se puede pensar esta noción en tér-minos de una circularidad entre el sujeto y laestructura donde se autoconstituyen mutua-mente, porque por un lado la estructura cons-tituye al sujeto -no hay ningún sujeto fuera oa priori de la sociedad-, pero al mismo tiem-po esa estructura falla y desde ese punto devista ubica una posibilidad de libertad parala emergencia del sujeto?

E.L.: Es exactamente lo que estoy tratandode plantear. Es decir que hay que ir más alláde la dualidad sujeto-estructura, por las razo-nes que vos señalás.

O.T.: Usted planteó en el seminario de lamaestría PLANGESCO, la noción de un suje-to parcialmente barrado. Me parece que J.A.Miller al pensar la estructura desde este mis-mo lugar, llega a la conclusión de un sujetodeterminado por la estructura. En esta suge-rencia que usted hace, del sujeto parcialmenteo medianamente barrado, ¿se podría suponerque hay algo del orden de la voluntad en ladecisión del sujeto?

E.L.: Es la categoría de voluntad lo compli-cado allí, porque con ella se pretende expli-car un punto racional de partida a priori delcual se siguen una serie de acciones. Eso noes lo que ocurre. La decisión es algo que re-

basa a la racionalidad de todo aquel que latoma. Yo no sé exactamente como Miller loplantearía, pero creo no estaría demasiado endesacuerdo conmigo, porque él ha plantea-do en su estudio sobre «la sutura», el papeldel cero como el que constituye la serie, perosi la serie tuviera un punto de partida estruc-tural, el punto de partida sería el uno y no elcero, entonces de alguna manera parece queestá apuntando hacia allí.

O.T.: Castoriadis plantea una potencialidadque estaría mas allá de lo simbólico, que eldefine como la imaginación radical en el te-rreno de la psique; y dice que la verdaderaantinomia es entre psique y sociedad. Lapsique que de alguna manera se resiste a salirde su mónada, pero que al mismo tiemponecesita ser socializada para entrar en el mun-do humano...

E.L.: Bueno, eso está muy cerca del laca-nismo...

O.T.: Desde ese punto de vista, se podríaentender que hay una cierta capacidad psí-quica de representación más allá de lo sim-bólico, lo cual significa postular la potencia-lidad de representación como la posibilidadde poner en escena algo nuevo donde nuncaestuvo. ¿Puede establecerse alguna aproxima-ción entre esta línea de pensamiento y su ar-gumento?

E.L.: No sé exactamente -porque no he es-tudiado esto en detalle-, hasta qué punto pue-de haber matices que hagan diferente el plan-teo; pero globalmente marcha en la mismadirección.

O.T.: En la emergencia de lo nuevo, de lodistinto radical, ¿hay para usted una postulaciónde creación ex-nihilo?

E.L.: Exactamente, hay siempre eso. El pro-blema es que la creación ex-nihilo en el pen-samiento cristiano fue hasta cierto punto trai-cionada por la idea de que la creación delmundo por Dios, como acto de voluntad, esinescrutable para nosotros pero es com-prensible para Dios. O sea que habría algo

en la esencia divina que racionalmente lle-varía a este acto de creación. Mientras queen el acto de creación que implica tomar de-cisiones, no hay este elemento de una raciona-lidad inescrutable, es una toma de decisiónque no obedece a una racionalidad previa yen este sentido es creatio ex-nihilo, no sola-mente desde el punto de vista de lo que escreado sino desde el punto de vista del actode creación.

O.T.: Usted se ha referido en ocasiones a lacreación de nuevos imaginarios sociales o al«imaginario democrático» por ejemplo. ¿Se-ría posible pensar estos términos en relacióna lo que Castoriadis ha conceptualizado como«imaginario efectivo», es decir, aquello que seha instituido en lo histórico-social?

E.L.: Puede ser, pero eso de nuevo me llevadirectamente a la categoría de hegemonía.Habría que ver hasta qué punto Castoriadisha pensado estas cosas de una manera distin-ta a la mía, pero no incompatible, o hasta quépunto estas distintas maneras tienen algunasdiferencias.

O.T.: Otro tema es el vinculado a los gra-dos de libertad de la decisión. Ud. ha plan-teado que entre la dislocación de la estructu-ra y el espacio discursivo que se constituyecomo su principio de lectura y su forma derepresentación no hay ninguna relación ne-cesaria. Pero por otro lado, para que dichodiscurso sea superficie de inscripción de ladislocación, para que sea aceptado como talpor parte de un cierto grupo social, tiene queser creíble, es decir tiene que responder aprincipios básicos que informan al grupo. ¿Enqué medida esto no acota la exterioridad delnuevo espacio discursivo para que no seaconsiderado un mero delirio? ¿Cuál es la co-existencia y articulación con los horizontesimaginarios pre-existentes? Y asimismo, ¿enqué medida también es necesario respondera condicionamientos del sustrato natural onecesidades biológicas en el que se apoyatoda existencia humana posible?

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E.L.: Yo no diría una necesidad biológicaconcreta. Yo no iría exactamente en esa di-rección. En primer lugar no hay un límite bio-lógico. En segundo lugar yo no creo que hayaun límite ni siquiera simbólico, si ello signifi-ca un simbolismo a priori; lo que hay son di-versas formas de estructuración de lo social.Pongamos el caso de la Alemania de los años’20 durante la crisis económica; allí se rom-pieron muchas formas de simbolismo socialy entonces muchas cosas que eran impensa-bles antes pasaron a ser pensables en esascircunstancias. La sociedad siempre tiene ungrado relativo de estructuración. Si la socie-dad está altamente estructurada, el campo delo que puede ocurrir, dependiendo de las co-yunturas, es más limitado. Si algo chocacon las creencias básicas de una sociedad nova a imponerse de ninguna manera. Pero enotras circunstancias la sociedad puede ser másdesestructurada, y en ese caso la credibilidaddesde muchas soluciones alternativas seincrementa. Pero siempre es un proceso enel cual, aquello que la sociedad es, comoconjunto de creencias constituidas, pone unlímite a lo que puede ser desarrollado al ni-vel del horizonte imaginario.

O.T.: En este sentido, ¿cómo plantearía larelación entre pensamiento y verdad dentrode este esquema? ¿desaparece la verdad comoproblema?

E.L.: Si verdad quiere decir referencia a unpunto totalmente exterior al campo discursivoque sería el punto de enfoque a partir del cualuno puede evaluar distintos discursos, claroque no hay verdad. Pero, si la verdad se con-cibe como un desvelamiento, en el sentidoclásico griego de ‘aletheia’, en este caso siem-pre hay verdad porque siempre hay algún tipode traer a la luz cosas que estaban ocultas.Por ejemplo la experiencia psicoanalítica, esun acceso a la verdad, pero es una verdadque es siempre la verdad del sujeto, no es laverdad más allá de toda discusión.

O.T.: ¿Cómo ve la relación entre determi-

nación e indeterminación o entre libertad ynecesidad en lo social?; ¿podría precisar eldeslizamiento conceptual de la categoría denegatividad y de sujeto desde Hegemonía ysocialismo a Nuevas reflexiones acerca de larevolución de nuestro tiempo?

E.L.: En Hegemonía.... lo que se suponía ysigo sosteniendo es que el antagonismo no esalgo interno a lo social, sino que es un límitede lo social. Lo social se constituye comoobjetividad a partir de los antagonismos, perolos antagonismos son siempre de alguna ma-nera exteriores a lo social. Pero, decir que unadislocación que pone un límite a la objetivi-dad de lo social es un antagonismo, es ya ins-cribirla dentro de un cierto tipo de discursoque la organiza. Por ejemplo, si digo que taldislocación ocurre porque el que me ataca esun enemigo, conceptualizarlo como enemi-go es ya un principio de organización discur-siva, o sea un principio de reintegración de ladislocación al campo de la objetividad social.Lo que después he tratado de demostrar esque la categoría de dislocación es más pro-funda que la categoría de antagonismo, por-que dislocación significa, como lo real enLacán, un punto límite de la estructura que apriori no tiene ningún vínculo con ella. Porejemplo, puedo decir que experimento tal tipode dislocación, o bien porque hay enemigosque se oponen a mí, o porque es una expre-sión de la ira de Dios, o porque estoy pagan-do por mis pecados y puedo imaginar muchasformas de organización discursiva de ladislocación. Pero el hecho bruto de ladislocación precede a todos ellos. O sea queel antagonismo sería desde este punto de vis-ta ya un principio de organización discursiva.

O.T.: En cuanto a otros temas del campode lo político, ¿cómo ve la tensión y conta-minación mutua entre el imaginario social deemancipación y democracia y el de la lógicaeconómica del capitalismo, especialmente enla actualidad?

E.L.: No se si hay una lógica económica

del capitalismo, eso creo que es justamente elproblema. El capitalismo fue pensado tradicio-nalmente como una lógica objetiva de lo so-cial, independiente de todo tipo de construc-ción imaginaria. Pero, ¿qué es pensar desdeuna lógica del capitalismo?; uno podría decir:la lógica del capitalismo es la lógica de la ga-nancia, pero la lógica de la ganancia es unalógica que depende de muchas otras lógicas.Por ejemplo, hay un discurso de la informa-ción, hay discursos de la contabilidad, hay dis-cursos acerca de la organización del procesode trabajo, y no hay una sola lógica que estéponiendo a todas ellas juntas. Al mismo tiem-po no hay un agente, tal como se pensabaantes a la empresa, que unifica alrededor desí todas esas lógicas. La empresa misma estápenetrada por muchas otras cosas que ocu-rren a nivel de la sociedad. Lo primero quepondría en cuestión es la idea de una lógicadel capitalismo. Si uno piensa al capitalismode una forma más impresionista, podría pen-sar que la polución en el ambiente producidapor las fábricas sería efecto del capitalismo,pero eso no obedece a una lógica única delcapital que esté organizando todo.

O.T.: Además en ese caso se plantean losproblemas de desdoblamiento del sujeto, porejemplo, como empresario y como participan-te del habitat...

E.L.: Sí, y ahí tenés varios problemas. Lagente que está viviendo alrededor de la em-presa, empieza a movilizarse contra la fábri-ca mientras que los obreros que están traba-jando en la misma tratan de mantener su fuen-te de trabajo y toman partido por el empresa-rio frente a las demandas ecológicas. Por con-siguiente, visualizar cuáles son los agentes dela lucha anticapitalista resulta enormementecomplicado. Hay muchas lógicas del capita-lismo que históricamente se han combinadode una manera o de otra. Cuando se dice enla actualidad que los gobiernos no rompen conla lógica del capital, esto no es exactamentecierto, rompen en cierta medida y no en otra.

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Hay que analizarlo deconstruyendo cuál fuela lógica capitalista clásica. Por otro lado esverdad que hay fuertes tendencias de los sec-tores empresariales a imponer su lógica sobreotras lógicas sociales, pero siempre hay unatensión hegemónica cultural.

O.T.: ¿No habría un cierto antagonismo in-herente entre capitalismo y democracia?

E.L.: De hecho hay muchos antagonismosen la relación entre capitalismo y democra-cia, volviendo al ejemplo de la ecología, unopuede encontrar que capitalismo y democra-cia se oponen en el sentido de que la volun-tad de las masas y la lógica de ciertas normasde la lógica empresarial están opuestas unasa las otras y que hay una relación de poderentre las dos; eso sí se puede decir, pero esono es la lógica del capital.

O.T.: Desde el punto de vista de cierto ima-ginario respecto de la igualdad, por un ladohay una postulación de que somos ciudada-nos y nuestra «doxa» es equivalente, en tantotales tenemos iguales derechos para las deci-siones y la elección de representantes en elsistema político y por otro, convivimos en unsistema económico cuya ‘votación’ en el mer-cado es de otra manera. ¿Expresa ésto un an-tagonismo?

E.L.: Sí, entre ricos y pobres; pero eso nocreo que esté necesariamente ligado con unalógica del capital en el sentido referido ante-riormente. Por ejemplo, uno puede pensarperfectamente una sociedad en la cual todoel mundo pudiera tener amplio acceso a losbienes y en la cual sin embargo la lógica delcapital, en el sentido de la ganancia exigidaen los procesos de producción, siguiera in-cólume. Encontramos muchos sistemas capi-talistas, como por ejemplo el escandinavo, enlos que el grado de igualdad social y el ca-rácter capitalista de las relaciones de produc-ción van juntos. Es decir que la lucha por laigualdad no pasa necesariamente por la eli-minación del capitalismo. Ahora es verdad,por otro lado, que en la medida en que hay

relaciones de producción capitalistas haymomentos de tensión, es decir la tendencia ala ganancia no puede ser detenida por algointerno al capitalismo en sí mismo, sino quedebe ser detenida o limitada por otras fuerzassociales que están operando. Otra cuestiónvinculada a este tema es la oposición clásicacapitalismo-socialismo. Se decía: el capitalismoes algo que está dominado por la lógica de laganancia individual, entonces, si el socialismoera lo opuesto, tenía que representar el princi-pio del control social del proceso de produc-ción pero, ¿quién ejerce ese control social? Laresolución clásica lo asignaba al estado. Peroel estado tenía que ser el estado de todos. Peroel estado de todos no es algo tan asequible nitan simple como lo expresaba el siglo XIX. Enlos hechos fue una burocracia estatal que eratan opresiva como el capitalismo. Si hay unapluralidad de factores sociales que componeneste control social de la producción, entoncesno puede ser simplemente ese modelo desocialismo.

O.T.: ¿Se puede pensar esta problemáticaa la luz de los límites de la libertad y el poder-tal como en la dinámica de toda organiza-ción social-, es decir, pensar el sistema consus propios límites independientemente de loscontenidos, por ejemplo «democracia», «so-cialismo»?

E.L.: Sí; por ejemplo, ningún proyecto dedemocracia radical podría oponerse simple-mente a las relaciones del mercado. Supri-mirlas totalmente implicaría que el estado tie-ne el control total del proceso productivo yeso no conduce a una posición democráticaradical, sino a lo contrario. Lo que hay quehacer es combinar de alguna manera el prin-cipio de mercado con el principio del controlsocial y eso se inscribe en el problema políti-co de nuestro tiempo, ir más allá de la oposi-ción tradicional capitalismo-socialismo...

O.T.: En cuanto al diagnóstico de la si-tuación actual usted ha planteado un cier-to optimismo intelectual a partir de no de-

rivar de la fragmentación del mundo con-temporáneo la imposibilidad del proyectoemancipatorio. ¿Cómo evalúa las relacionesde fuerza en la lucha hegemónica entre elimaginario democrático y el pensamientodel liberalismo neo-conservador extendidoa nivel globalizado?

E.L.: Hay que ver qué es lo que se entiendepor neoliberalismo y a qué se lo opone. Si elneoliberalismo se opone a un estado key-nesiano clásico, evidentemente el triunfo his-tórico es del neoliberalismo. Pero el neo-liberalismo también presupone un alto gradode intervención estatal. Por ejemplo, elthatcherismo en Inglaterra ha sido uno de losregímenes más intervencionista al nivel eco-nómico. Mucho más que otras formas de ‘Es-tado del Bienestar’. Me parece que dentro delneoliberalismo hay que distinguir las formashistórico-políticas que lo han implementado,por ejemplo el reganismo, el thatcherismo, elmenemismo y es necesario, incluso aceptan-do ciertas posiciones estructurales del proyectoneoliberal en lo político. Por ejemplo, ya nose puede negar la importancia de la inversiónextranjera. En Sudáfrica la primera cosa quetrata de hacer Mandela, es atraer capitalesextranjeros. De otro lado, no es cierto que elcosto social que las formas históricas delneoliberalismo han implicado sean necesarias.No es necesario llegar a políticas socialescomo las del thatcherismo para imponer algu-nas de las reformas estructurales que éste im-puso y no es necesario pagar el costo socialque el menemismo ha creado para la Argenti-na a los efectos de conseguir un plan de esta-bilidad. Lo que me parece importante es notomar al neoliberalismo como un modelo ab-solutamente puro y homogéneo, sino ver todala variedad de posibilidades que a partir deciertos cambios estructurales -que además noestán bien definidos- son posibles. Por ejem-plo, Tony Blair en Inglaterra está tratando dehacer una política mucho más reivindicativaen lo social y sin embargo no cuestiona algu-

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nos cambios que el neoliberalismo ha impues-to.

O.T.: ¿Habría que superar la oposiciónestatismo o libre mercado e ir a un conceptode lo público distinto?

E.L.: Sí, me parece muy importante ademásel problema del control social. Uno puedetener una economía de mercado, pero éstatiene que ser controlada por quienes partici-pan en él, por ejemplo las organizaciones deconsumidores, tener una forma de gestiónsocial que es socializada, no en el sentido deque el estado tenga un papel único, sino quetodos aquellos que estén interesados en elproceso de producción tengan algo que de-cir en ese campo. Esa es una forma de demo-cratizar la sociedad.

O.T.: La democracia radical que usted plan-tea como proyecto implica un horizonte ima-ginario, ¿qué distancia hay entre su formulaciónde una construcción pragmática de la hege-monía y la noción de democracia entendidacomo mero procedimiento?

E.L.: Nunca supe muy bien lo que es lanoción de democracia entendida como meroprocedimiento. El procedimentalismo es unminimalismo democrático solamente en apa-riencia, puesto que ¿por qué aceptar tales pro-cedimientos más que otros? porque hay cier-tas ideas sustantivas acerca de la sociedad quetodo el mundo está aceptando y allí es dondevienen las dificultades. Considero la demo-cracia radical como la extensión del princi-pio de igualdad en esferas crecientes de larelación social, lo cual significa que la de-mocracia social no es un modelo de socie-dad y no postularía simplemente «la» demo-cracia radical como tal. La democracia radi-cal empezó en el campo de la ciudadanía conla Revolución Francesa, se extiende a las re-laciones económicas con los socialismos yluego a otros niveles de relaciones socialescon todos los movimientos del presente, comoel antirracismo, el movimiento gay, el femi-nismo, etc. y simplemente democracia radi-

cal es extensión del principio de igualdad.Pero no hay ninguna sociedad que pueda sersolamente organizada a partir del principiode igualdad sino que también tiene que ha-ber un principio institucional de la diferen-cia. Esos dos principios, de alguna manera,deben encontrar un punto de equilibrio y aquíes donde ubico la cuestión de la hegemonía.Hegemonizar significa absorber cadenas deequivalencias y no un sistema de diferencias.

O.T.: Usted postuló una cierta preferenciapor lo liberal, lo democrático y lo socialista:¿cómo plantearía la articulación entre ellos?

E.L.: Hay que trabajar los conceptos de loliberal y lo democrático. Liberalismo y de-mocracia fueron dos principios concretamen-te separados el uno del otro, incluso antagó-nicos uno con el otro. A principios del sigloXIX en Europa la democracia era un términode insulto, porque lo democrático significa-ba el gobierno de la turba. El jacobinismo erala imagen de lo democrático mientras que elliberalismo con la división de poderes y elsistema parlamentario era algo en principioperfectamente conservador. Uno podía tenerla democracia plebiscitaria en Francia o elsistema parlamentario inglés antes de 1832que eran perfectamente liberales y sin em-bargo no eran democráticos en ningún senti-do posible del término. Lo que ocurre es queen la Europa del siglo XIX empieza cada vezmás una fusión entre el principio democráti-co del gobierno de los de abajo y el principioliberal de la organización institucional sobrela base de la no concentración del poder po-lítico en un solo punto, al punto que hoy díase habla de lo liberal y lo democrático comosi fuera la misma cosa. En América Latina loliberal y lo democrático nunca se fusionaronperfectamente porque el liberalismo fue laideología de las oligarquías durante un largoperíodo y esas oligarquías eran muy elitistasy no eran democráticas de ninguna manera.Cuando el momento democrático emerge escon los populismos, generalmente militares y

se presentan como formalmente antiliberales.En América Latina ese proceso de interacciónentre lo liberal y lo democrático tomó mu-chísimo más tiempo y dio lugar a diferentescombinaciones no ortodoxas. En Argentina,solamente desde 1983, liberalismo y demo-cracia se ubican juntos, porque antes tenía-mos un liberalismo oligárquico y democra-cia en el sentido del gobierno de los de abajopor el peronismo que no era liberal en nin-gún aspecto. Solamente en los últimos 20años, como consecuencia de la dictadura quegolpeó duro a los dos sectores, los dos prin-cipios empiezan a ponerse juntos. Si hoy te-nemos un sistema político crecientementeviable en Argentina es porque los gobiernospueden sucederse uno al otro, antes de eso,o bien estaba el peronismo en el poder y en-tonces nadie podía ganar una elección másque ellos, o bien estaban los otros y entoncestodas las elecciones eran fraude; es decir queevidentemente el sistema político no era via-ble. Hoy día me parece que las cosas empie-zan a cambiar porque la sucesión de gobier-nos de signo diferente es posible en el país.

O.T.: ¿Cómo incluye «lo socialista»?E.L.: Siempre he pensado que lo socialista

es simplemente uno de los componentes dela revolución democrática. He planteado quela revolución democrática es como un arco,empezó siendo restringida al espacio publi-co de la ciudadanía con la Revolución Fran-cesa, después se expande a las relacioneseconómicas con el socialismo y luego a otrossectores. El socialismo, es decir el principiode la igualdad en términos de las desigualda-des respecto a la riqueza, es un componentede la revolución democrática, o sea que elsocialismo no es simplemente algo separadode todas las otras reivindicaciones como lasideologías leninistas planteaban. Me consi-dero socialista como parte de un proceso másamplio como la igualdad entre los sexos, laigualdad entre diferentes opciones sexuales,la igualdad racial; o sea que es en el sentido

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de ser un demócrata radical que me conside-ro también socialista, y eso no implica nece-sariamente que esté por la nacionalización yestatización de todo.

O.T.: ¿Qué impresión se lleva de Argenti-na?

E.L.: Soy en parte optimista y en parte pesi-mista. Soy optimista en el sentido de que hayciertos aspectos, por ejemplo la libertad deprensa, la libertad de expresión, que se hanconsolidado en el país. Al mismo tiempo y,por las cosas que decía antes, estamostrabajosamente elaborando un sistema polí-tico más viable que antes. Por otro lado, todoese proceso ha sido con un costo social in-menso. Los desniveles entre la pobreza y lariqueza que existen en la Argentina produ-cen ciertas limitaciones a las libertades pú-blicas. Cuando uno ve la policía dentro demafias actuando a distintos niveles de la so-ciedad, eso preocupa enormemente. ¿Vamosa salir de ese sitio o no?, esa es la gran cues-tión, pero definitivamente la batalla está em-peñada y no está perdida.

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Avancesde Investigación

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Introducción

La historia del humor político gráfico en nuestropaís es anterior a la formación de este como tal. Elmismo se inicia a finales del siglo XVIII, en tiemposde la Colonia, cuando se registran las primeras publi-caciones periodísticas, conteniendo burlas y chasca-rrillos contra las autoridades del virreinato. La prime-ra de ellas fue la Gaceta de Buenos Aires, aparecidaen 1764 y desaparecida ese mismo año por causasno determinadas, la extinción de este medio impulsóa la comunidad porteña de entonces a buscar unmedio donde expresar sus quejas, sus novedades ysu humor, principalmente este último. El lugar elegi-do resultó ser una hoja o volante, escrito a mano yfijado en lugares públicos, al cual se lo llamó «Pas-quín».

Fue uno de estos «pasquines» el que dio origen ala primera censura oficial contra el humor gráficorealizada en nuestro territorio. En marzo de 1779, elentonces virrey José de Vértiz instituyó la tasa de«alcabalas», un impuesto sobre las ventas y permu-tas realizadas dentro del ejido urbano, una suerte deIVA colonial. La reacción y la protesta de los habi-tantes de Buenos Aires se manifestó en todos losorbes, principalmente a través de los pasquines.

La furia del Virrey se desató cuando uno de ellosamaneció pegado en la puerta de una reparticiónestatal exhibiendo una caricatura del superintendentegeneral del Ejercito y Real Hacienda, don Manuel

Ignacio Fernández, y al contador oficial de rentas,don Francisco de Cabrera, montados en un burro,camino a la horca y cubiertos de maldiciones, epíte-tos e insultos. La hoja también contenía varias de-nuncias referidas al mal desempeño de ambos fun-cionarios.

A raíz de esta publicación, la máxima autoridadvirreinal promulgó un edicto prohibiendo «bajo gran-des penas la composición de pasquines, sátiras, ver-sos, manifiestos y otros papeles sediciosos o injurio-sos a personas públicas o a cualquiera en particu-lar».

Este edicto represivo volvería a aplicarse variasveces, siendo el caso más sonado el del TelégrafoMercantil cuando, el 3 de septiembre de 1802, pu-blicó el «Soneto» firmado por «El médico de las al-morranas».

¿Hasta cuándo, traidoras almorranas,Después de quedar sanas,Volvéis a las andadas?¿Por qué irritáis con bárbaro perjuicioLa paz del orificio,Que acostumbrado a irse de baretaSu posesión nadie inquieta,Y en lícitos placeresHace sus menesteres?No le deis más tormentos,Dexad que expela en paz sus excrementos.La direccionalidad del soneto era inequívoca, tan

inequívoca como directa, lo cual enojó de sobre-manera al virrey Joaquín del Pino que inmediata-mente hizo cerrar la publicación. Estos fueron loscomienzos de la larga lucha que posteriormentedevendría entre el humor gráfico y la censura.

Con la independencia, las guerras civiles y losenfrentamientos entre Unitarios y Federales, el hu-mor criollo impreso se fue moviendo al compás delos hechos, se transformó tanto en oficialista comoen opositor, y los bandos en pugna lo utilizaron comouna eficaz herramienta de propaganda. Las publica-ciones partidarias, la gran mayoría de vida efímera,eligieron para destilar y desparramar la burla, la di-famación y la mentira como formas grotescas dehacer política, un humor que perseguía como únicoafán la ridiculización y denigración del enemigo.

Los medios de comunicación y el Proceso: 1976-1983

Martín Malharro, Diana LópezGijsberts, Ramiro Sagasti.(*)

La Revista Humor y la dictadura

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Recién en 1863, con la aparición de El Mosquito,periódico «satírico-burlesco con caricaturas» y queera la versión nacional de los dos magazines másimportantes que circulaban en Europa: el Punch, deLondres, y Le Charivari, de París, se puede decir queel genero se profesionaliza. Se dejan de lado la difa-mación, la diatriba y el insulto crudo; el enemigopolítico comienza a transformarse en adversario; y,mientras los medios empiezan a querer informar, elhumor gráfico persigue criticar al poder oficial des-de la risa, desde la burla, pero desde dentro del sis-tema. La evolución que empieza a operarse en elpaís a partir de este periodo, es acompañada poreste humor, el cual comienza a ser no solo un refle-jo inmediato de los sucesos, sino también un narra-dor y un testigo, el cual a la vez es transformado poresta evolución que empieza a operarse en el país.

A partir de El Mosquito, el humorismo gráfico na-cional se integra de manera definitiva a la vida delos argentinos y comienza a evolucionar con las ca-racterísticas que hasta hoy en día le son propias yque provienen de un estilo de humor en el que seentremezclan el absurdo, la sutileza, el doble senti-do, la paradoja y la elipsis del significado. Innume-rables son las publicaciones que, atravesando lasdistintas épocas y vicisitudes que les tocaron vivir alos argentinos, dejaron como testimonio los mejoresfrescos de la mentalidad, el uso y el abuso de la cla-se gobernante y sus periodos de gobierno.

Nombres como El Cascabel (1882), La Mariposa(1883), Don Quijote (1883), Caras y Caretas (1898),P.B.T (1904), Fray Mocho (1912), La Maroma (1940),Cascabel (1941), Tía Vicenta (1957), Satiricón (1972)y Humor (1978) son tal vez los más importantes títu-los del humor gráfico, que yendo más allá de la in-novación estilística, tanto en el lenguaje y dibujocomo en una manera particular de representar a larealidad, aportaron un valor testimonial y cómpliceen periodos donde lo único que nos quedaba a losargentinos era reírnos.

Humor y dictadura

El 24 de marzo de 1976, a las 0,45 horas, la presi-denta de la Nación, María Estela Martínez de Perón,

subió en el helipuerto de la Casa de Gobierno a bor-do de un helicóptero de las Fuerzas Armadas paradirigirse a la quinta presidencial de Olivos; escasosminutos más tarde, la nave descendía en el Aero-parque metropolitano. En ese interregno, la manda-taria había dejado de ser la señora presidente paratransformarse en el primer detenido de las nuevasautoridades que ahora detentaban el poder en el país.Esa noche se abría el periodo más cruel y oscuro dela historia argentina, el cual cerraría siete años mástarde dejando tras de sí un trágico saldo aún no eva-luado en su total y desmesurada dimensión.

La represión llevada a cabo por las FF.AA, a partirde esa trágica noche, no dejó espacio político, cul-tural, social y económico sin requisar: todas las áreasde la vida argentina fueron brutalmente ocupadas ycontroladas mediante la aplicación de una meto-dología represiva inédita hasta entonces en nuestropaís. El periodismo no fue la excepción: una de lasprimeras acciones ejecutadas y sostenida posterior-mente por la dictadura fue la persecución y el con-trol de la prensa.

Secuestros, asesinatos y persecuciones de todo elperiodismo opositor al régimen fue una de las cons-tantes durante los cinco primeros años de gobiernomilitar, como también la censura rígida sobre losmedios de comunicación. Si bien el golpe de Estadocontó con la complicidad de un grupo importantede estos medios, los cuales colaboraron con el aco-so y derribo del gobierno de María Estela de Perón,hubo otros que dentro de las rígidas fronteras traza-das por la represión buscaron los escasos resquiciosexistentes para informar de aquello que a la dicta-dura no le interesaba que se hiciera, como es el casodel Buenos Aires Herald. Otros medios optaron porcerrar sus puertas ante la imposibilidad de cumplircon la función social que al periodismo le cabe, talcomo hicieron las revistas Cuestionario y Crisis.

El humor político gráfico no escapó a los genera-les y almirantes de la ley, por el contrario los man-damientos represivos establecieron para él medidasdraconianas en cuanto a su práctica. A pesar del «to-que de queda» impuesto, el 2 de junio de 1978 salíaa la calle la revista Humor, dirigida por Andrés Cas-cioli y con un equipo de colaboradores integrado

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por Tabaré, Rep, Aquiles Fabregat, Fontanarrosa, Car-los Trillo, Mona Moncalvillo, Horacio Altuna y TomásSanz, entre otros.

Heredera del talento, la modalidad y el estilo deSatiricón, una publicación que sacudió a principiosde los setenta el humor argentino con su desenfadoe intelectualidad, Humor buscaría desde sus inicios,y a través de la elipsis, la paradoja y la extrapolacióndel significado, restablecer una corriente comu-nicativa entre los argentinos y ejercer una crítica sutily moderada hacia el poder, aprovechando los esca-sos espacios permitidos y las internas surgidas den-tro del seno del mismo.

Era una forma nueva de hacer humor en circuns-tancias inéditas; el espectro comunicacional e infor-mativo argentino estaba regido por la fuerte censuraimpuesta y por la autocensura existente en la socie-dad, producto de las medidas aplicadas a todos aque-llos a los cuales el régimen considerara opositores.Este muro de silencio en los medios de comunica-ción masivos y que rigió durante los dos primerosaños de la dictadura, comenzaría lentamente a res-quebrajarse a partir del surgimiento de Humor: conél se reinicia la gráfica donde la política es tomadaen solfa, a la vez que va sentando las bases de losmecanismos de denuncia que sobrevendrán poste-riormente.

Este renacimiento del humor político, que en suscomienzos tuvo características ingenuas, tibias ycuyos significados rondaban una profundidad ape-nas esbozada, respondía a las pautas impuestas porel poder; sin embargo, tanto sus características comosus efectos deben medirse en función del estadoanímico social y del espasmo que recorría a la so-ciedad argentina de entonces.

Con el transcurrir del tiempo, Humor irá aceleran-do progresivamente su virulencia, sus chistes empe-zarán a pegarle cada vez más cerca al centro del po-der a través de la burla, la farsa y la crítica desem-bozada, mientras sus articulistas cargarán las tintasen temas que hasta entonces eran prohibidos, censu-rados, cuando no autocensurados por los mismosmedios existentes en el mercado editorial. Humor irárescatando al principio aquellos temas que por en-tonces solo se manejaban en los corrillos del poder:

hablará de la censura, las persecuciones, las listas ne-gras, para terminar a comienzos de los ochenta, refi-riéndose a los desaparecidos, los escándalos econó-micos, las luchas internas dentro del gobierno y de lasFuerzas Armadas y la actividad de los partidos políti-cos, una política editorial que, en suma, irá devolvién-dole la información y la voz a las víctimas del «Proce-so».

Apuntes para el análisis.Principales elementos constitutivos: las entrevistas,el humor y los artículos de fondo

Las entrevistasUn análisis detenido de la publicación permite sos-

tener que la crítica y la denuncia que ella ejerciópresentan determinadas características; en primerlugar deben destacarse la época y las condicionesque el régimen militar había impuesto sobre las pu-blicaciones y en segundo lugar las características quela revista tenía en cuanto al índice temático, los ob-jetivos editoriales y las estrategias comunicacionalestrazadas por sus editores.

En este sentido, es importante remarcar que lasdenuncias de Humor, durante sus dos primeros añosde existencia (1978-1980), estuvieron dirigidas fun-damentalmente a revelar la censura impuesta en elcampo de la cultura y la situación en la que esta seencontraba sumida. Tal crítica, que fue hecha den-tro de los escasos márgenes que el régimen permi-tía, utilizó la entrevista como su instrumento meto-dológico. Estas entrevistas, la gran mayoría realiza-das por Mona Moncalvillo, exhiben el lado silen-cioso del arte argentino y los inconvenientes por losque este atraviesa, económicos, materiales y políti-cos, los últimos, mencionados tibiamente. Sin em-bargo, es posible advertir que en esos dos primerosaños las entrevistas se fueron deslizando paulatina-mente hacia una crítica cada vez más fuerte de lacensura impuesta, rozando en algunos casos la de-nuncia. La mayoría de los entrevistados por la revis-ta durante el periodo son nombres representativosde la cultura: Antonio Gasalla, Pepe Soriano, Enri-que Pinti, Miguel Angel Merellano, María ElenaWalsh, etc., nombres que rozan las márgenes de la

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aceptación por parte de las autoridades gobernantesy cuyas opiniones revelan, siempre a medias, el es-tado de las cosas en sus áreas pertinentes.

«Desde la intervención del Ente de CalificacionesCinematográficas ejerció con vocación dictatorial lafunción del censor y acepta alegremente que estaríadispuesto a volver a ejercerlo con total satisfacción».

(...) Usted mismo se ha definido como un «nazi»declarado.....

-Si. A raíz de eso es que le dije ser un nazi convic-to y confeso. Yo digo que solamente me falta la cruzde hierro...¿No?

Entrevista a Miguel TatoHUMOR Nº 22. Octubre 1979.-¿Quiénes son y dónde están los «celadores» y

«censores»?-Yo te diría que están en todas partes.... a veces en

tu propia casa, pared por medio. Es una tendenciaque ha sido muy fomentada.

-Frente a todo esto, ¿cómo te sentís?-Comparto la impotencia general. Nos sentimos im-

potentes, incapaces de hacernos oír y de participar, demanifestarnos en la vida de toda una comunidad.

Entrevista a María Elena WalshHUMOR Nº 24. Diciembre 1979.

A partir del tercer año de su publicación, Humorcomienza a profundizar y expandir el tenor de lacrítica, mientras publica estratégicamente el discur-so oficialista de algunos de sus simpatizantes comouna forma confrontativa en el plano ideológico.

-Acá nadie sabe dónde está la censura, no tienecara, pero está en todas partes... (...) Hay otro tipode censura que está operando, la del miedo y unono sabe cuándo y quién va a salir con que esto no sepuede decir porque es subversivo.

Entrevista a Marta MercaderHUMOR Nº 57. Abril 1981.-(...) No tuve absolutamente ningún problema...y si

se refiere a la censura, a que no me permitieron darciertas obras, le digo que no tuve ningún problema.

-¿Y por qué usted no tiene censura y todo el resto sí?-Ah, no lo sé....Esa es una pregunta que usted tie-

ne que contestarla.

Entrevista a Kive StaifDirector del Teatro San MartínHUMOR Nº 56. Abril 1981.-¿Qué ha pesado más en estos años, la censura o

la autocensura?-Las dos cosas... En un medio tan importante como

la televisión, por ejemplo, la censura ha condicionadomucho, mucho, la información. Un estudio hecho hacedos años, verificó que la falta de audiencia en los noti-cieros estaba basada en su falta de credibilidad.

Entrevista a Magdalena Ruiz GuiñazúHUMOR Nº 81. Mayo 1982.

A partir de 1981, el desgaste del régimen militar ylas luchas internas que lo sacuden debilitan el frentehomogéneo que exhibió ante el país durante los pri-meros cuatro años de gobierno. Estas fisuras más elcreciente descontento de los argentinos permitencierta descompresión en torno a la censura, la críti-ca y la actividad política. Humor inicia en este pe-riodo la publicación de una serie de entrevistas apersonalidades nacionales que representan un am-plio espectro de la vida argentina: gremialistas, polí-ticos, artistas, religiosos, exiliados, defensores de losderechos humanos, etc.

Estas entrevistas, la mayoría realizadas por MonaMoncalvillo, recuperan para la memoria de los lec-tores no solo nombres y actividades censuradas o«vigiladas», sino también el variado arco de opinio-nes que representan y, fundamentalmente los apor-tes críticos al régimen que se desgranan en las pági-nas. No es casual la elección de los entrevistados nisu significación en relación con el momento políti-co que vive el país. Así, en 1981, Humor entrevistaa: Raúl Alfonsín, Italo Luder, Lito Nebbia, ErnestoSábato, Osvaldo Pugliese, entre otros. En 1982, losentrevistados son: Mercedes Sosa, Alfredo Zitarrosa,Adolfo Pérez Esquivel, Héctor Alterio, Arturo Illia,Hebe de Bonafini, Hipólito Solari Irigoyen y CésarIsella, entre otros. En 1983, serán: Saúl Ubaldini,Osvaldo Soriano, Julio Cortázar, Néstor Vicente, Ri-cardo Rojo, Juan Cesio, Antonio Puigjané, AlbertoPiccinini, Eduardo Jozami, entre los más destacados.

Cada uno de los entrevistados va a encarnar nosolo la voz de un sector, sino también el tratamiento

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de un tema urticante. La revista en apariencia soloreproduce la opinión del entrevistado, pero a la vezque publica esta valiéndose del famoso «lo dijo él»,instala el tema y, por consiguiente, la crítica.

-¿Qué va a pasar con los desaparecidos?- Este es un problema gravísimo. Creo que es ne-

cesario decirle al país qué es lo que está ocurriendo,producir un sinceramiento.

-¿Usted sabe si hay muchos detenidos?-Cada vez soy más pesimista.Entrevista a Raúl AlfonsínHUMOR Nº 62. Julio de 1981.-(...) Calcule que a mi sindicato le modifican el

convenio y sale a la resistencia, el gremio se jugócon todo ¿y qué le costó?... Smith secuestrado hacecinco años, y a él no lo pueden acusar ni de subver-sivo, ni de ladrón, ni de nada.

Entrevista a Juan José Taccone (sindicalista)HUMOR Nº 73. Diciembre de 1981.-Los compinches de Martínez de Hoz....-Martínez de Hoz representa capitales norteame-

ricanos (...) Es un cipayo, un hombre sin mentalidadnacional.

Entrevista a José María RosasHUMOR Nº 83. Junio 1982.-(...) Cuando fue el golpe militar del 76 decían que

debíamos mirar hacia atrás, hacia el caos, y ahoradespués del 2 de abril, dicen que hay que mirar ha-cia delante (...) Soy un cristiano comprometido paravivir el evangelio junto a los más pobres; si eso esser comunista, entonces yo soy comunista. Si traba-jar por la dignidad del pueblo es ser comunista, bue-no, lo soy... (...)

-¿Es un caso inédito lo que ha pasado aquí con losdesaparecidos?

-Así es; no hay antecedentes de un método pro-gramado de la magnitud del que hubo aquí, parahacer desaparecer a las personas y no volver a sabernada de ellas.

Entrevista a Adolfo Pérez EsquivelHUMOR Nº 86. Julio de 1982.-¿Qué opina de la clausura de «La Semana» y de

«Línea»?-Algo mezquino, estúpido y anticonstitucional,

evidentemente.... Solamente una muestra más del es-tado de humor de los militares, su bronca contra todoel mundo.

Entrevista a James NielsonDirector del Buenos Aires HeraldHUMOR Nº 94. Noviembre de 1982.-El ministro Llamil Reston ha dicho que no deben

esperarse «milagros» que resuelvan la cuestión delos desaparecidos....

-Ese ministro miente. Miente cuando niega la exis-tencia de los detenidos-desaparecidos y las cárcelesclandestinas, como han mentido en tantas otrascosas...Si nuestros hijos no estuviesen vivos, signifi-ca que se ha cometido un genocidio contra miles deargentinos.

Entrevista a Hebe de BonafiniHUMOR Nº 92. Octubre de 1982.-(...) Mi exilio y el de tantos miles de compañeros

no tiene nada de raro. Si los que cometieron críme-nes y hambrearon al país están en libertad, es triste-mente lógico que haya exiliados, gente en las cárce-les, listas negras, censura...

Entrevista a Hipólito Solari Yrigoyen. Políticoexiliado.

HUMOR Nº 93. Octubre de 1982.-¿Es Martínez de Hoz el mayor culpable?- No, el mayor culpable fue el «Proceso»... Si bien

Martínez de Hoz es la cabeza visible, siempre hablóen nombre del programa de las Fuerzas Armadas.También lo son los que prohijaron, desde el exteriore interiormente, este modelo en contra del pueblo yen contra de la patria.

Entrevista a Saúl UbaldiniHUMOR Nº 98. Enero de 1983.-(...) Esa muerte que le robaron...Porque a Angelelli

no solamente le quisieron robar la vida, como se laquitaron, sino también, para mí y con fundamentote lo digo, le robaron hasta la muerte...Es un mártir.

Entrevista a Monseñor Miguel HesayneHUMOR Nº 104. Mayo de 1983.-En pocas cosas se podrá pedir lógica a este proce-

so, ha sido todo tan absurdo. Hasta en sus proclama-ciones de fe, y en eso también hemos tenido culpanosotros que les hemos permitido que aparezcan anteel pueblo comulgando, como Galtieri y Viola de la

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mano del Papa, cuando sabemos que son culpablesdirectos. Pienso que la jerarquía eclesiástica- y mesiento parte por ser sacerdote- ha traicionado al pue-blo...

Entrevista al sacerdote Antonio PuigjanéHUMOR Nº 110. Agosto de 1983.-¿Cómo se va a revertir esta situación?-Con un gobierno constitucional que restituya los

derechos a todos los trabajadores que hemos sidoreprimidos por la dictadura militar.

Entrevista a Alberto Piccinini. Gremialista, presopolítico.

HUMOR Nº 111. Agosto de 1983.

El humor político

La revista en este periodo se caracteriza por unhumor que se podría denominar de «sonrisa»: es«negro» en su más amplio sentido, ácido en su pro-fundidad y directo en sus aspectos. Era un humor devenganza contra el régimen, de oposición, ancladoen aspectos determinados del mismo, en la mentali-dad de sus personajes, en su ideología, en sus inter-nas.

Si bien en los inicios, la publicación comenzóhaciendo un humor casi ingenuo y banal en algu-nos aspectos, no se puede olvidar las condicionesimperantes en el país en el momento en que Humorcomienza a publicarse. Sin embargo y a medida quela crisis del poder comienza a acentuarse y los con-troles sobre la prensa pierden rigidez, la revista y suhumor se van volcando cada vez más hacia el temapolítico, para terminar siendo una publicación ca-racterizada por las parodias y burlas despiadadas algobierno y sus personeros.

Su humor político fue siempre un humor compro-metido, elaborado desde los bordes de la elipsis ybasado tanto en el mensaje denotativo como en elconnotativo. Utilizó, además, la paradoja para decirindirectamente lo que era de significado directo, paralo cual creó una suerte de clave y complicidad paracon sus lectores, basado en las características mássonadas del humor criollo.

Los chistes sobre militares y funcionarios del régi-men, que son los personajes principales de la esce-

na pública y los que representan la tragedia y el sainetedel gobierno militar, se van a transformar en una pa-rodia despiadada cargada de crítica y burla, todo pro-ducido desde un humor ácido y burlón, que se des-parrama no solo sobre los personajes del poder mili-tar sino también sobre los significados que él encie-rra: dictadura, autoritarismo, miedo, represión, cen-sura, deuda externa, crisis económica, Malvinas, etc.

Los chistes de Lawry, Douglas, Limura, Langer yCatón son algunos ejemplos del paradigma humo-rístico que atraviesa a la revista. Chistes de militaresbolivianos, brasileños, o de oficiales nazis, repre-sentan esta parodia alusiva a una mentalidad, a unaideología y a una práctica que no es otra que la desus pares argentinos, pero que todos comparten comocaracterísticas comunes.

Junto con el elemento alusivo, Humor publicaotros cuadros donde el significado opera a travésde una semántica directa y en los cuales son losmilitares los que encarnan una voluntad inapelabley el poder absoluto, y donde el mencionado signi-ficado alusivo no es otro que el que posee el ima-ginario nacional. En este sentido, el humor (sic) ba-sado en los derechos humanos, la ideología mili-tar, las prebendas obtenidas desde el poder, lasprácticas gobernantes, etc., son dirigidas directa-mente a la cúpula militar y sus funcionarios. Tal esel caso de humoristas como Horatius, Langer yRudy, Peiro, Paz.

Douglas, en agosto de 1980, dibuja a un generalde gestos fascistoides que encasquetado con unaenorme gorra afirma:

-Señores la democracia inédita que propongo, noes una democracia liberal, importada. Es una demo-cracia absolutamente nueva...una democracia...queno toleraré jamas! Gracias.

Por su parte, Langer, en septiembre de ese mismoaño, muestra a un obeso y condecorado general dedientes de piraña y pistola al cinto que, encadenadoal sillón presidencial, sostiene:

-De ninguna manera, señor periodista. No tengointenciones de perpetuarme al poder...mi gobiernoes sólo un gobierno de transición.

En ese año, 1980, el humorista Catón utiliza laAlemania nazi para hacer un humor negro en el que

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abundan los torturados, los torturadores y los milita-res de la SS.

Sin embargo, es 1982 cuando los chistes (???) deHumor se vuelcan directamente sobre el gobiernomilitar abandonando los subterfugios inevitables quehasta entonces se utilizaban para burlar la rigidezde la censura.

Así, Peiro dibuja, en noviembre de este año, a uncorpulento civil armado hasta los dientes y con losidentificatorios lentes negros haciendo prácticas detiro sobre un blanco que representa a un periodistaescribiendo a máquina. En el mismo número, Da-niel Paz arma una viñeta de dos funcionarios civilesdialogando:

-¿Cómo hay que encarar los reclamos de Italia,Francia y Alemania por sus ciudadanos desapareci-dos? ¿Como derechos humanos o como deuda ex-terna?

Entre las innumerables críticas que hizo Humorsobre la guerra de Malvinas, conviene destacar va-rios chistes que con crudeza y un humor negro y aveces hasta cínico le devolvían a los lectores la pre-sencia de la tragedia.

Rudy y Paz dibujan, en febrero de 1983, a un ofi-cial que frente a un tribunal militar de calificacionesafirma:

-Estuve en las Malvinas y luché junto a mis solda-dos sin rendirme ante el enemigo.

-¿Y con este que hacemos? ¿Lo pasamos a retiro olo metemos en cana? - Le pregunta un examinador aotro.

Limura, en julio de 1983, utilizando los supuestosaterrizajes de aviones ingleses en Brasil durante elconflicto, dibuja un operador de vuelo de un aero-puerto brasileño que consulta a un militar obeso,encorvado, con cara de mandril y rodeado de mos-cas:

-Mi general...otra vez los ingleses pidiendo auto-rización para aterrizar en la base.

-¡Estos estúpidos imprudentes! Si siguen jodiendovan a terminar provocando un serio problema detipo geozoológico con nuestros hermanos del sur.

Los derechos humanos y sus violaciones van aser un tema recurrente en las páginas de Humor.Una serie de chistes (sic) los van a poner una y otra

vez, en cada número, sobre el tapete y la memoriade los lectores. Sutilmente mencionado a partir de1981, el tema se comenzará a destapar con todassus fuerzas a partir de 1982. Al año siguiente, eltema, conjuntamente con la ideología nazi y losgrupos parapoliciales, se convierten en un clásicode todos los números, conformando un tríptico queva a reforzar los artículos que sobre el régimen yeste tema publica constantemente la revista. Unamuestra de esto es el enorme y unitario cuadro queLanger dibuja en enero de 1983 en el que muestraa un grupo de parapoliciales en una exposición deautomóviles que, bailando el can-can con armasen las manos canta a coro: «Ford, Ford, Falcón, Fal-cón, Falcón, Ford».

En febrero de ese mismo año, Peiro dibuja a unparapolicial limpiando sus armas en el living de sucasa mientras su madre le dice a su marido:

-Qué amor el nene, che Vicente. Me ha pedidoque le teja una capuchita para cuando sale con losamigos en las noches frescas.

Rudy y Paz por su parte, en junio de 1983, expo-nen a dos torturadores que dialogan en una oficina:

-Pienso que habría que evitar el uso de la picana...-¿Qué te pasa? ¿Estás en defensor de los derechos

humanos?-No, es que acaba de llegar la cuenta de la luz.Los mismos autores, en agosto de ese año, repro-

ducen un diálogo de una pareja caminando por lacalle:

-Si Hitler fuese argentino habría escrito «MeinCamps».

Tal vez y como una síntesis de la ideología delrégimen y de los años de plomo, Humor publica almes siguiente un chiste de Langer y Rudy que mues-tran a un general cargado de condecoraciones y conpistola al cinto que, levantando su brazo derecho,con la mano extendida, sostiene:

-Y que quede bien claro que no dudaremos enlevantar la mano para defender la democracia.

A este respecto merece destacarse la página queHumor publicó en su número 108, julio de 1983,representando la tapa de un diario nazi local, DerKulemkampf, con sendas esvásticas en sus márge-nes superiores e impreso con la antigua tipografía

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alemana utilizada en ese periodo histórico, y dondese destacan entre otros titulares: A 37 Años de laInfamia, El Juicio de Nuremberg; y Maravilloso Dis-curso del General Verplaetsen, en el que se burlande una serie de conceptos característicos del nazis-mo, intercalando felicitaciones a quien era el jefe dela Policía de la Provincia de Buenos Aires: FernandoVerplaetsen.

Conjuntamente, la revista publica otras modali-dades de humor, centradas en lo político, como sonla historieta y la caricatura. Ambas van a reforzar loscontenidos críticos, estableciéndose un corpus y uneje semántico a través del los cuales la lectura sehace sobre un campo cargado de significaciones con-testatarias, de críticas y de burlas y cuyos significa-dos expuestos, desplegados en cada sección que lapublicación posee, potencian la relación de cadachiste, de cada dibujo, de cada diálogo.

La historieta

La historia desarrollada a lo largo de sucesivasviñetas en las que en cada una de ellas conformauna sección narrativa determinada que se agrega asu precedente, dándole al conjunto nuevos trozosde información en torno a un episodio temporal, fuevastamente utilizada desde el principio por Humor.Las historietas, humorísticas y burlonas en su casitotalidad, sufrieron las mismas transformaciones quesucedieron en la revista, las cuales eran productosde las condiciones políticas del país.

A partir de 1980, los dibujos, diálogos y viñetasde la revista se tornan más específicos en sus inten-tos de crítica al gobierno militar. Si al principio elblanco de esta fueron Isabelita, López Rega, Masseray Martínez de Hoz, a mediados de 1981 la galeríade blancos políticos se agranda, al introducir lo ge-nérico, en este caso lo militar, como diana u objeti-vo a alcanzar. Conjuntamente con los chistes ante-riormente mencionados, la historieta utilizará el mis-mo mecanismo u orientación.

Recién en 1982, después de la derrota de Malvinas,la historieta se torna en uno de los ejes narrativos demayor contenido significativo. Desde la famosa «LasPuertitas del Señor López», de Trillo y Altuna, que

representan el subconsciente nacional, y su relaciónde impotencia con la realidad cotidiana opresiva ybrutal, pasando por esa sátira feroz y descarnada aGaltieri llamada «Leopoldo el Grande», en la cualel ex presidente es representado como un ilustreborracho que arruina todo lo que hace, y la burlona«Aprendiendo Polo con Harguindeguy», en la queel, otrora poderoso general es tomado como centrode burla por su manifiesta incapacidad para practi-car su deporte preferido, para llegar a la desopilantey absurda «La Loca Historia del Proceso», de Sanz yCeo, publicada a mediados de 1983, y en la que seresumen las burlas más crudas como también las crí-ticas más acertadas a los seis años de dictadura mi-litar. En ella, los personajes del gobierno durante esteperiodo serán representados como símbolos históri-cos, así como Martínez de Hoz será Moisés con susfamosas tablas cambiarias, Harguindeguy encarna-rá a un emperador romano, ¿Nerón o Calígula?;Camps, a un inquisidor medieval encargado de que-mar libros y torturar opositores; Videla, como undelgado y zorruno Hitler, serán algunos de los ejem-plos que campean en los cuadros de la historietamás significativa que va a publicar en este tiempo larevista.

A modo de cierre de este período, Humor comen-zará a publicar por entregas en su número 112, sep-tiembre de 1983, la famosa historieta del francés EukiBilial: Los Inmortales, aparecida primeramente enFrancia en 1980. A modo de presentación, el editorde la revista explica en un editorial titulado: Y Toda-vía Quedan Fascistas, las causas que motivan a ha-cerlo en Argentina:

«Los inmortales es un hermoso y terrible alegatocontra ese flagelo llamado fascismo, que aún infec-ta Europa y América y que cuenta -increíblemente-con muchos adeptos entre nosotros, para mal de laArgentina.

(...) Cualquier similitud con la realidad es puracoincidencia. La historia sucede en otras latitudes».

Entre estos dos extremos, «Las Puertitas del SeñorLópez» y «Los Inmortales» de Bilial, Humor publi-cará historietas sobre civiles, militares, funcionarios,alcahuetes del régimen, personajes de la farándula,etc. La mayoría de ellas tendrán como objetivo prio-

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ritario, acaso el único, la crítica, una crítica elaboradaa partir del contenido tanto en la composición de laviñeta o cuadro, como en el significado inequívocode la historieta en su totalidad. Cada uno de los cua-dros encarna un trozo de ese gran significado que sepersigue, y en los cuales los diálogos y monólogosactuantes refuerzan y son reforzados a su vez por undibujo cargado de gestos, elementos y detalles en losque los significantes se nuclean para conformar unatrama de elementos demostrativos.

Esta síntesis, esparcida a lo largo de cada cuadro yformada en la actitud, los gestos, los símbolos y losdiálogos de los personajes, hace que cada una delas viñetas conforme un mensaje por sí misma, unmensaje que se expande hacia los siguientes cua-dros, tal es el caso de las historietas anteriormentemencionadas y de otras tales como «El País en Uni-forme», de Grondona White, «Isabelita» (OperaRock), de Ceo y Sanz, «Historia de una Encomien-da», de Sanz y Sanyu, publicada en julio de 1982 yreferida al caso de los robos de las encomiendasdestinadas a los soldados de Malvinas.

Cabe mencionar la historieta de Fortín: «DocumentoFinal Sobre la Deuda Externa», HUMOR Nº 104, mayode 1983, y las referidas a los escuadronesparapoliciales que aún continuaban actuando al am-paro del Estado; entre estas merecen destacarse lasde Ceo: «Tareas para Cuando la ‘Pesada’ se Desocu-pe», publicada en él numero 105 de mayo de 1983,en la que se señalaban los posibles nuevos trabajosde «esos escuadrones encargados de meter gente enun auto», HUMOR Nº 105, mayo de 1983, o la deMeiji y Fortín titulada: «La Familia Falcón», HUMORNº 98, enero de 1983.

La caricatura

Desde sus inicios, la revista hizo humor desde latapa hasta su última hoja. Valiéndose de la caricatu-ra, al igual que en la misma década la había hechosu antecesora, Satiricón, Humor utilizó esta herra-mienta, que no es otra cosa que la exageración físi-ca hasta el absurdo de determinados rasgos de lospersonajes retratados o ciertas particularidades quede ellos se querían resaltar; esta línea del dibujo ar-

tístico emparentó a Humor con las grandes que afinales del siglo pasado y principios de este hicieronde la caricatura una efectiva arma de crítica y burla,tal como se aprecia en los trabajos políticos del si-glo pasado que en nuestro país hicieron Stein, Enri-que o Henri, Sojo, Demócrito, Cao, Magol y otros.En el caso de Humor, la caricatura exagerada, me-tamorfoseada, cargada de significados, va a repre-sentar la burla jocosa pero también la pérdida pau-latina del miedo al régimen militar. Las tapascaricaturescas de la revista son tapas cargadas dedobles mensajes, de ironías filosas, de referenciasexplícitas y significados implícitos.

La gráfica política de estas tapas representa en todasu extensión no sólo la situación política que vive elpaís, sino también la progresión que va alcanzandoen su nivel de significación la pérdida paulatina delmiedo y las divisiones internas que recorren al régi-men. Las tapas de Humor narran varias historias su-cesivas: son guías de un avance que comienza tími-damente para acabar sarcásticamente en un dibujoque exhibía las más groseras miserias de un procesotrágico y farsesco, tan farsesco como esas caricatu-ras que lo ridiculizaban.

La primera tapa, junio de 1978, exhibía a Menottiorejudo y pelilargo, cruza de cerdo con murciélago.La séptima, diciembre de 1978, mostraba a los re-yes de España y a López Rega, aún prófugo de lajusticia. La del N° 8, enero de 1979, ya caricaturizabaa Martínez de Hoz, «Joe el depredador», encarnan-do a Tiburón. En enero de 1980, volvía a ser tapa dela revista Martínez de Hoz, esquelético, con unaguadaña en sus manos y proyectando una sombrade buitre; la revista sostenía que «la guadaña seguíasu obra» y Joe era uno de sus representantes; la dejulio de 1980, mostraba a un «peso pesado» de laJunta, Harguindeguy, mientras era revoloteado porMagdalena Ruiz Guiñazú y Mónica Mihanovich,símbolos del periodismo que trataba por entoncesde informar.

En octubre de ese mismo año, Humor pone entapa a Borges y Pérez Esquivel, reciente PremioNobel de la Paz, un personaje odiado por los mili-tares. En noviembre siendo todavía Martínez de HozMinistro de Economía, Humor lo saca en la tapa

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junto al recién llegado al país Nelson Rockefeller,el que aparece disfrazado de Superman. Ese mis-mo 1980, en vísperas del traspaso del poder deVidela a Viola, la caricatura muestra a este últimollorando debido a la situación económica que he-reda. En setiembre de 1981, la crisis económicahace que la tapa fuera la caricatura del gabinete deViola. En la de octubre de ese mismo año, la tapaera para Harguindeguy, llamado «El Gordito Tra-vieso», al que caricaturizaban en pantalones cor-tos, los zapatos rotos y llevando un hacha y unagomera en cada una de sus manos. En diciembrese publica una de las tapas más significativas: lospersonajes del proceso a bordo de un barco que sehunde irremediablemente.

En plena guerra de Malvinas, mayo de 1982, Hu-mor ponía en tapa la caricatura de Thatcher y Haigmetidos en la cama y sorprendidos por CostaMéndez. La de octubre mostraba a Bignone llevan-do en una bolsa sobre sus espaldas a los militaresgolpistas bolivianos, a los cuales se les caen joyasrobadas y «ravioles» de cocaína. Dos números an-tes se había publicado la caricatura «Estofado a lacriolla», en la cual de una enorme olla salían Galtieriy Viola borrachos, López Rega, Isabelita, Massera,Suárez Mason, Lucio Gelli, Martínez de Hoz, Videlay Harguindeguy. La de abril de 1983 mostraba alGeneral Nicolaides con un rollo de cinta adhesivaen sus manos mientras que, detrás de él, están concinta en la boca Viola, Galtieri y Camps, este últimovestido de SS.

Las caricaturas políticas de Humor fueron siem-pre una forma semántica de lo que se sabía y no sepodía decir; el dibujo transitaba siempre entre elmensaje denotado y el significado connotado: era larepresentación de un poder sobre el cual se conocíalo que él quería que se supiera y, si bien existíanabundantes filtraciones debido a sus disputas inter-nas, los medios en la mayoría de los casos preferíanguardar un discreto silencio o enrolarse en algunode los bandos que se disputaban ese poder. Humorno se enroló en ese juego perverso entre los mediosy el poder, sino que por el contrario cada uno de susnúmeros siempre tuvo de blanco a este y a sus per-sonajes.

Los artículos periodísticos

Las notas de opinión que Humor publica desde1978 hasta finales de 1983 muestran, igual que elresto de la revista, permiabilización restringida delrégimen en cuanto a los contenidos permitidos en-tonces al periodismo; paralelamente a tal afloja-miento progresivo de la censura, este periodo exhi-be el renacimiento de cierta actividad política y eldesarrollo de un periodismo crítico, inexistente enlos primeros años de dictadura.

En el período 1981-1983 el resurgimiento del tiem-po político civil corre paralelo a la erosión y derrum-be del régimen, esto último acelerado a partir de laguerra de Malvinas. El año 1982 marcará definitiva-mente el afloramiento a la superficie de la vida na-cional de temas hasta entonces silenciados y prohi-bidos por el gobierno militar; a partir de este año, unsector minoritario de la prensa argentina, y particu-larmente Humor, que ya en 1981 había empezado adifundirlos, comenzará a publicarlos con mayor asi-duidad y a instalarlos en la opinión pública. Temastales como el de los desaparecidos, los negociadosde la cúpula militar, la logia P2 y sus miembros na-cionales, las torturas, el conflicto de Malvinas y lasresponsabilidades que encierra su tragedia, la crisiseconómica y sus culpables conforman, entre otros,el grueso de una crítica inapelable que se vuelvepúblicamente contra el gobierno.

Las notas que entonces publica Humor se van a irtornando cada vez más críticas, estableciéndose unacorrespondencia entre su virulencia con el aflo-jamiento de la censura y la crisis interna que co-mienza a sacudir al poder. Las mencionadas notasconformarán, junto con las tapas, los chistes, lasentrevistas y el resto del material publicado, un solocorpus que operará en este sentido.

Paralelamente a la oposición, Humor generará unalínea informativa en el campo cultural con un enfo-que con el cual muy pocos medios comulgaban opor el cual se atrevían a incursionar; tal es el caso desu sección de espectáculos, cuando desde el pro-fundo significado que encierra para los argentinosla película de Costa Gavras «Desaparecido» (Mi-ssing), la recomienda y la ensalza sosteniendo que:

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«Entre las miles de películas que no se ven en la Ar-gentina, hay una que seguramente, alguna vez, ha deatraer multitudes en las salas»; o cuando informa, porejemplo, en su sección de Artes Plásticas, la inaugu-ración y los premios otorgados en el Salón de Dere-chos Humanos.

Durante este periodo, los artículos de Humor,como el resto del contenido de la revista van a re-presentar una de las líneas más duras dentro del cam-po del periodismo de los grandes medios. Urticantes,ácidos y desenfadados, van a encarnar un espaciocrítico hacia la gestión del régimen y también refle-jarán el estado anímico de la sociedad silenciada.Sus autores (Jorge Sábato, Jaime Emma, EnriqueVázquez, Luis Gregorich, Luis Frontera, entre otros),irán ampliando los márgenes de la censura, infor-mando y proyectando sobre el lector una realidad,muchas veces secreta y prohibida, que involucrabaa todo el país y que hasta ese momento carecía deuna difusión colectiva, como la que brindaba unmedio de comunicación.

La batalla que Humor venía librando desde susprimeros números contra la censura se condensa enun largo artículo que Sibila Camps publica en elnúmero 65 de septiembre de 1981, y que generó nopocas molestias a los editores por parte del gobier-no y entre cuyos párrafos más sobresalientes se en-cuentra este: Primero fue el verbo. Después la cen-sura. Y cuando a un colega le bajaron los dientes, aotros la crinera, otros se hicieron humo, se confiscóuna edición y se firmaron decretos con normas parala información, recién entonces empezó la auto-censura (...) recuerdo que, en los últimos tiempos deLA OPINION (ya intervenida por el Estado), los pro-pios redactores nos enterábamos de los decretos pre-sidenciales sobre la venta del diario recién cuandolos leíamos en otros medios (y ése es el ejemplo másinocente de ese affaire).

En ese año, 1981, es cuando Humor comienza apublicar sus primeras notas aludiendo directamenteal gobierno militar. Si bien las pautas de la censura ylas normas impuestas no permitían una crítica desen-fadada y abierta hacia la casta gobernante ni ningu-no de sus funcionarios, en su número 73, diciembrede 1981, la revista publicó un artículo de Jorge Sábato

en el que denuncia el enquistamiento de generales,almirantes o brigadieres en retiro en todos los direc-torios de empresas estatales o de capital mixto: «Losmarinos se han especializado en electricidad: SEGBAestá presidida por un almirante retirado (Imposti) (...)La plana mayor de ENTEL está integrada por genera-les y coroneles (...) para no hablar de YPF, cuyo pre-sidente es el Gral. (R) Suárez Mason (...). Sábato lan-za directamente una crítica mordaz contra la con-cepción de poder que tenían los militares argenti-nos y las responsabilidades que a los mismos le ca-bían: Y por lo tanto son responsables de lo que ocu-rre. (...) Los mismos que lo han hecho durante 12 delos 15 años transcurridos desde 1966 hasta la fecha.Que son los mismos que desde 1930 han ocupadola Presidencia de la Nación en 14 oportunidades (¿oya serán 15 o 16?) mientras que los civiles sólo pu-dieron hacerlo en 8 (incluyendo a Lastiri).

En enero de 1982, Humor número 75, Jorge Sábatose refiere al discurso de asunción como Presidentede la Nación del Teniente General Fortunato Galtieri:El 23 de diciembre pasado, en su primer mensaje ala Nación, el Teniente General Galtieri expresó -contoda razón- que el tiempo de las palabras se ha ago-tado. Creo que es lo más sensato que se haya dichoen un discurso oficial en muchos años y confío quesea el punto de partida de una higiénica campañacontra la solemne y verborrágica retórica guberna-mental, auténtica peste nacional.

En relación con el tema de los derechos huma-nos, Humor publica en septiembre de 1982 conla firma de Enrique Vázquez un largo y reveladorartículo titulado «EL CAPITAN ASTIZ TIENE LA PA-LABRA», en el que sostiene que «ni la deuda ex-terna, ni la corrupción desenfrenada de funciona-rios civiles y militares, ni las consecuencias de laguerra. Nada mete tanto miedo como el fantasmade los desaparecidos. (...) No sé por qué en nin-gún diario aparece transcripto el CASO 248 in-vestigado por la CIDH. El «caso» tiene un nombrepropio: Dagmar Ingrid Hagelin. Probablementecontenga los elementos necesarios para inscribir-se dentro de eso que el general Videla denominó -con pudor no exento de cinismo- EXCESOS repre-sivos.

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La importancia de este texto periodístico es querevela los testimonios reunidos en torno al caso delsecuestro y posterior asesinato de Dagmar Hagelin,incluido el de una sobreviviente de la ESMA, de-nuncia los operativos de los llamados «grupos detareas», lo que significaba la ESMA y la suerte corri-da por millares de «desaparecidos». «Que fue inme-diatamente golpeada y vejada mientras era traslada-da a la Escuela de Mecánica de la Armada. (...) Queel teniente de fragata Alfredo Astiz, que utilizaba losalias de «Cuervo», «Angel» y «Rubio»y era oficialde operaciones del G.T 3.3/2 le preguntó a la heridacomo estaba, agregándole que él le había disparadoel tiro (...).

En noviembre de 1982, en su número 94, Humorpublica, refiriéndose al mismo tema, un artículo deEnrique Vázquez donde se menciona la exportaciónde «grupos de tareas» a Bolivia para colaborar conla represión a los grupos disidentes al denominado«gobierno de la cocaína»: «Si hubo, en cambio, ins-tructores y torturadores argentinos desde 1980 hastahace un mes. Esos grupos paramilitares secuestra-ron y torturaron a dirigentes políticos y sindicales,asesinaron a Marcelo Quiroga Santa Cruz e incen-diaron y saquearon el local de la ConfederaciónObrera Boliviana.

En tanto Luis Gregorich publica al mes siguiente,Humor número 96, un artículo sobre la semánticautilizada por el proceso y en el cual afirma: «Segúntal tesis, una reducida cantidad de desaparecidos«podría» deberse a los excesos (aunque la acciónde hacer desaparecer una sola persona ya es algomás que un exceso). Y la tesis debe rechazarse. Todoindica que la desaparición y probablemente la muer-te de millares de personas se debió, en la Argentina,no a excesos represivos (con lo que podrían impli-car de emotivo y circunstancial) sino a una políticaorgánica de exterminio y represalias que iba muchomás allá de la derrota de la guerrilla, y que implica-ba la construcción de un régimen con un nuevo or-den económico y político, en el que por muchosaños nadie pudiera juzgar a los que lo habían edifi-cado sobre la sangre y el dolor».

Humor, en su número 86, de julio de 1982, publi-ca un artículo de Enrique Vázquez en el que se fustiga

al ex Ministro Martínez de Hoz y al empresariadonacional: «Pero hay algo más grave todavía: las ma-yores empresas del país, esas que se llenaron de orojugando a los números marcados en la ruleta deMartínez de Hoz (...). Ya por entonces la debacledel gobierno militar después de la derrota de Mal-vinas era evidente, la interna castrense utilizaba aalgunos medios para sus propios fines internos, per-mitiendo con ello que el rígido corset que había re-gido hasta entonces en torno a las FF.AA. y los me-dios de comunicación se aflojara. Las primeras víc-timas de estas internas fueron el Almirante (R) Emi-lio Massera y el ex Ministro Martínez de Hoz, am-bos caídos en desgracia a partir de 1980 y1981, res-pectivamente; con posterioridad se irán agregandoa estos otros apellidos, los cuales también en algúnmomento encarnaron al poder y también cayeronen medio del derrumbe interno y externo del go-bierno de las Fuerzas Armadas: «Uno de los tres ge-nerales llegó a un cargo alto, muy alto. Y quizás encompensación por los afanes de su mecenas políti-co, distinguió al suegro del mecenas en cuestión conel lustroso cargo de Ministro de Relaciones Exterio-res».

En diciembre de ese mismo año, Humor número96, Enrique Vázquez se refiere al dudoso y rápidoenriquecimiento de algunos militares: «Lo que mepregunto es cómo llegó el general Harguindeguy amanejar el insondable mundo de las relaciones fi-nancieras internacionales, y por qué justamente elUruguay lo designa gestor. ¿Será una forma de retri-buir los favores de Harguindeguy cuando era jefe dela Policía Federal y arrestaba y repatriaba a los ciu-dadanos uruguayos que habían huido del golpe del73. (...) El general Camps (...) vive en el piso 14 de lasuntuosa torre de Posadas y Montevideo (...) cadapiso tiene 470 metros cuadrados de superficie, doscocheras y un valor aproximado a los 450.000 dóla-res. Camps vivía, hasta 1974, en un lindo departa-mento de tres ambientes en el barrio de Belgrano(...) ahí cerquita vive el general Carlos Suárez Mason(...) es dueño del cuarto piso y se mueve en un CitroenPallas (...).

En enero del año siguiente, Humor número 97,Vázquez vuelve a la carga, esta vez refiriéndose a

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los funcionarios y técnicos económicos que elabora-ron y pusieron en práctica el plan económico de ladictadura: «La oligarquía agrofinanciera se está reple-gando a su bunker más seguro: la gran banca interna-cional. En estos momentos debemos 43.000 palosverdes; cuando asuma el gobierno democrático seránya 47.000 y chirolas. ¿Y quiénes son los representan-tes políticos y jurídicos de nuestros acreedores? ¿Quié-nes son los asesores y apoderados del ChaseManhattan, del City, de la banca Morgan? ¿Quiénesnos van a chantajear con los pagarés en las manos? Larepuesta: Martínez de Hoz, Reynal, Klein,Cardenas...Todo el maravilloso elenco que acompañóla límpida gestión de Jorge Rafael Videla».

El material periodístico referido a la guerra deMalvinas que publicó Humor a partir de mediadosde 1982 se caracterizó por su crítica a los conducto-res, ideológicos y militares de la tragedia bélica. Enel número 85 de julio de ese año, Enrique Vázquezafirma que: «Mientras tanto y como era de prever,varios oficiales que ven cierta posibilidad de que unaverde vara de la justicia les caiga encima han empe-zado a organizar su «defensa» mediante el recursomás fácil y el que más conocen, tildar a toda críticade «subversiva». Vanos de los soldados que tuvie-ron la valentía de contar sin pelos en la lengua loque vieron y vivieron, están ahora enfrentados a otrostantos sumarios por «subversivos» o «marxistas».

Por su parte, Luis Frontera escribe paralelamente yen el mismo mes los capítulos de «LA MAS TERRIBLEHISTORIA JAMAS CONTADA» en la que sostiene:«Pero después sucedió lo que se podría denominar‘Ley del sanguche’: la guerra de Malvinas fue unsánguche entre dos plazas de Mayo. La del 30 demarzo (Interior habló de 2074 detenidos, heridos debala y muerte) y la del 15 de junio con colectivosincendiados, periodistas itakeados y apaleados engeneral. Un periodista que no puedo recordar afirmóen una emisora que el acto al cual había convocadoRadio Rivadavia en Plaza de Mayo contó con un ‘pro-lijo operativo policial para ayudar a los que necesita-ban atención’. Días antes, calificó asimismo de ‘pro-lijo operativo policial’ el que reprimió a los cegetistastambién en Plaza de Mayo. (Después algunos perio-distas nos preguntamos por qué la gente nos odia)».

El año 1983 se caracteriza en Humor no sólo porla dureza hacia la junta militar sino también por larevisión constante de los principales hechos ejecuta-dos y las atrocidades cometidas durante los últimoscinco años de dictadura. El tema emblemático en estecaso es el de los derechos humanos, un tema al cualla revista trató con profusión a lo largo de 1982. Sibien Malvinas, la crisis económica, las internas milita-res, la complicidad de cierto sector civil con el régi-men, etc., siguieron publicándose e instalándose enla opinión pública como los temas sobresalientes, lacuestión de los desaparecidos mereció las críticas másduras y las más sostenidas. En mayo de ese año, Hu-mor 104, Gregorich escribe «DOCUMENTOS YCONTRADOCUMENTOS» en donde sostiene: «Sesecuestró, se violó, se torturó y se saqueó con absolu-ta impunidad. Familias enteras desaparecieron juntocon sus bienes. Muchos, muchísimos inocentes caye-ron en la escalada represiva, algunos por denunciasanónimas, otros por figurar en libretas de direccionesde guerrilleros detenidos, otros por simples ajustes decuenta. (...) Hoy puede decirse, con dolor, que la in-mensa mayoría de los secuestrados-desaparecidos fue-ron ejecutados por una decisión orgánica de las auto-ridades militares. Tal vez el país nunca se entere detodos los métodos utilizados para las ejecuciones. Lostestimonios coinciden en fusilamientos, en inyeccio-nes letales, en cuerpos hechos estallar con cargas ex-plosivas o arrojados al vacío.(...) Ni la más hábildialéctica podrá demostrar nunca que las medidasrepresivas tomadas resultan indispensables y que sinellas no hubiese podido derrotarse a la guerrilla. Porel contrario, a la asunción del gobierno militar, enmarzo de 1976, la ofensiva guerrillera estaba en retro-ceso, la decadencia se había iniciado tras el frustradoataque a Monte Chingolo. La feroz represión servíatambién como disuasivo para cualquier otra forma deoposición, con inclusión de la sindical».

Enrique Vázquez, por su parte, publica en juniode ese año, Humor número 106, un artículo contra elgeneral Camps donde sostiene: «Junto con su colegade pactos ultramontanos, el general Luciano BenjaminMenéndez, representa no sólo la expresión más grose-ra e inhumana del régimen instaurado en 1976, sinoque ambos se han convertido en los adalides de un

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movimiento de militares «duros», dispuestos a impe-dir que se haga justicia sobre el periodo más negro ysangriento de la historia argentina».

En septiembre, Humor número 112, Vázquez pu-blica el que será uno de sus mejores artículos sobreel tema y también uno de los mejores que la revistadifundió al respecto. Bajo el título: EL JARDIN DELOS SENDEROS QUE SE BIFURCAN, en el que, re-firiéndose al secuestro de Patricio Kelly, sostiene: «¿Esverdad que ese grupo es responsable -como dijo eldiario La Razón- del 70 por ciento de los secuestrosy asesinatos cometidos en los últimos años? Nadamás falso que eso. Se trata de una banda parapolicial/paramilitar que aprovechó el paraguas de impuni-dad de la ‘guerra sucia’ para ejercer sus propios de-litos, y que en más de una ocasión contó con la sim-patía del alto mando militar, pero debe quedar enclaro que los miles de secuestros, robos, asesinatosy ‘desapariciones’ que se produjeron entre 1976 y1980, son imputables a la conducción institucionalde las Fuerzas Armadas».

Más allá de los presupuestos ideológicos de la re-vista durante este periodo como los de sus articulistas,dibujantes, entrevistadores, críticos y humoristas, loque es innegable es su línea periodística. Humor fueuno de los escasos medios de comunicación masivaque durante los años de la dictadura mantuvo losprincipios de una prensa libre y democrática. Suscriticas al régimen, porque este fue el periodismoque ejerció, no el de denuncia o de investigación,permiten ubicarlo como uno de los menos compla-cientes con la dictadura, en un periodo de la histo-ria en la que la mayoría de los buenos ejemplos pe-riodísticos en este campo no abundaban.

(*) Docentes e investigadores de la Facultad de Periodis-mo y Comunicación Social. UNLP.

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Los cambios ocurridos en el mundo durante laúltima década -y los que hoy mismo se produ-

cen- provocaron y provocan modificaciones impor-tantes en el escenario estratégico, lo que obliga a nue-vas ideas y reflexiones despojadas de dogmatismos opreconceptos. La dialéctica, al considerar al choquede contrarios que genera el movimiento, deja de serun método para convertirse en parte de la cosa, per-mitiéndonos comprender en su evolución el espacioque nos rodea y las tendencias que lo atraviesan.

Cuando el Muro de Berlín fue derribado, algunoscreyeron ver en este episodio el fin de la historia y,en consecuencia, el fin del movimiento. Los hechosocurridos en los últimos diez años se encargaronabundantemente de desmentir esta apreciación.Hace una década se pensó que el triunfo delcapitalismo terminaría con los conflictos en el mun-do y que, hombres y mujeres, haríamos de nuestraexistencia futura algo tedioso y rutinario, sin el estí-mulo que en otros tiempos habían ofrecido las gran-des causas o los ideales totalizadores.

Vendría luego, simultáneamente, la globalización,en particular en lo que a transferencia de capitales ydeslocalización de empresas se refiere, flujos finan-cieros, comunicaciones, etc..Globalización que pre-senta aspectos positivos como es el acercamiento ymayor conocimiento entre las diversas comunida-des, pero que también aparece como una poderosafuente generadora de desigualdades, de concentra-ción del poder y de las riquezas.

La fragmentación del mundo es global y supera alas divisiones Norte-sur o Este-oeste. Ella adopta ca-racterísticas espectaculares en las federaciones mul-tinacionales que eran la Unión Soviética y laexYugoslavia. Pero, la tendencia a la desintegraciónes más general: de Quebec a Sri Lanka, de China alReino Unido. También afecta a Africa, donde el prin-cipio realista de preservación de las fronteras here-dadas de la colonización cedió por primera vez en1993, con el reconocimiento de Eritrea, y podríaaparecer nuevamente ignorado ante las tensionesétnicas y políticas que se registran en Somalía,Senegal, Angola, Congo, Liberia, Djibuti, y en másde una decena de Estados de este continente. Po-dríamos observar acciones similares en Indonesia,con 18.000 islas, 200 millones de habitantes y 500grupos étnicos; India; norte y sur de Brasil, etc.. Aúnen Europa occidental, símbolo de seguridad militar,prosperidad económica e integridad territorial, di-versos movimientos secesionistas aparecen en el ho-rizonte. Los números hablan por sí mismos: en 1923,Europa tenía 23 Estados con un total de 18.000 kiló-metros de fronteras; en 1998, éstos llegaron a ser 50teniendo 40.000 kilómetros de fronteras comunes,¿Qué puede llegar a ocurrir en los próximos diezaños?

Los Estados se fueron constituyendo al calor delos resultados de guerras de diverso tipo. El númerode entidades políticas en Europa pasó de esta mane-ra de cerca de 500 en el año 1.500 a algunas dece-nas a principios del siglo XX, muchas de ellas ha-biendo sido absorbidas a la fuerza por conjuntos másvastos. Hoy este fenómeno se ha invertido; las gue-rras contemporáneas no son tanto el resultado de unproceso de unificación de Estados, sino de su des-mantelamiento; no más la manifestación de la vo-luntad de constitución de grandes imperios, sino dela balcanización del mundo. El secesionismo, comolo afirma Pascal Boniface,(1) constituye la amenazamás seria contra la paz.

Las secesiones en los tiempos actuales, no tienennada que ver con las guerras de independencia deotras épocas. Ambas tienen en común la afirmaciónde una identidad a veces negada cuando determi-nadas comunidades son partes de entidades más

Angel Tello (*)

Repensando la estrategia

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amplias. Sin embargo, en muchos casos la motiva-ción principal de procesos de secesión no es la de-fensa de una identidad amenazada, sino la voluntadde separarse de «otros» y de beneficiarse individual-mente de las riquezas de un país, hasta ahora «inde-bidamente compartidas», como lo observa Bonifaceen el trabajo citado. Por ejemplo, cuando a princi-pios de los noventa comenzaron las disputas por laseparación de Croacia y Eslovenia de la Federaciónyugoslava, una de las razones esgrimidas en aque-llos años era que los ciudadanos de estas repúbli-cas, más desarrolladas que el resto, no tenían porqué sostener económicamente a otras entidades másatrasadas -bosnios, albano-kosovares, macedonios,etc.- que también formaban parte de la Federación.

En 1648 el Tratado de Westfalia, que puso fin a laguerra de treinta años, consagró la igualdad y sobe-ranía de los Estados como fundamento del ordeninternacional. En 1850 se registraban 44 Estados re-conocidos, 51 en 1903, 68 en 1938, 108 en 1963,144 en 1983 y más de 190 en la actualidad. PascalBoniface describe esta situación de la siguiente ma-nera: «En la mayoría de los casos, las raíces de lasaspiraciones secesionistas no abrevan en un deseoirrefrenable de libertad sino más bien en la convic-ción de que, en tiempos difíciles, la prosperidad seencuentra con más facilidad en el seno de pequeñasentidades que en las inmensidades de un conjuntomás vasto».(2)

«Una tendencia general parece afectar al mundo:la carrera al tamaño reducido, en la esperanza depasar a través del filtro que lleva a la prosperidadeconómica. En todos lados se procura que el Estadose desprenda de cargas que parecen inútiles, entreotras, de regiones que tiran hacia abajo el ProductoNacional Bruto».

El debilitamiento de los Estados constituye unafuente mayor de conflictos en el mundo moderno,como bien ha sido señalado en este trabajo y en otrospublicados en Oficios Terrestres. El proceso citadoafecta seriamente a las atribuciones clásicas de losEstados-nación, dando lugar a la emergencia de unaconsiderable variedad de actores con capacidad paraperturbar el orden internacional, como son las mafias,narcotraficantes y grupos terroristas, entre otros. Este

hecho fue registrado en la reciente cumbre de la Or-ganización del Tratado del Atlántico Norte realiza-da en Washington entre el 23 y 25 de abril de 1999,donde en la definición de un nuevo concepto estra-tégico se amplía el horizonte de la Alianza Atlánti-ca, incorporando nuevos elementos que complicanla paz y un funcionamiento estable del planeta. Sonmencionados allí la opresión, el conflicto étnico, lacrisis económica, el derrumbe del orden político yla proliferación de armas de destrucción masiva.

Hasta 1991, la presencia de la URSS ofreció unmundo previsible y razonablemente cómodo, conmás certezas que incertidumbres. Al haber estable-cido las superpotencias el techo de la máxima vio-lencia alcanzable, las negociaciones diplomáticas yaún los conflictos armados contaban con un marcode referencia según el cual podían efectuarse acuer-dos aceptables y respetados por las partes. Hoy estoha terminado.

«La soberanía pasó de Dios a la Nación, ¿va a ins-talarse ahora en el individuo? ¿Vamos hacia la emer-gencia del estado-individuo después del estado-na-ción?», se pregunta Ignacio Ramonet.(3) De acuerdocon este razonamiento, cada individuo se atribuiríalas prerrogativas que hasta ahora poseen los Estados.La globalización y su ideología, si así se puede deno-minar al ultraliberalismo, estimulan esta transforma-ción que las nuevas tecnologías de la comunicacióny la información hacen, técnicamente, posible. Indi-viduos que, por cierto, acceden a los niveles que lastécnicas señaladas promueven, pero que cada vez másse transforman en objetos y no en sujetos de las histo-rias de sus pueblos y de la suya propia.

La enorme concentración de las riquezas obser-vada durante los años recientemente transcurridosfacilitó la acumulación del poder en un grupo deactores internacionales que carecen de legitimidadpues nadie los ha elegido, pero que deciden sobrela vida y hacienda de todos. Otros actores, por otrolado, que sí cuentan con la legitimidad de origenrequerida, ven cómo día a día los poderes concen-trados les restringen las capacidades de transforma-ción de sus respectivas sociedades.

Esta realidad se encuentra en la base del opaca-miento de lo político asociado al debilitamiento del

Notas(1)Boniface, Pascal, «Dangereuseprolifération des Etats». Publicadoen Manière de Voir, Número 45,junio de 1999. Paris, Francia.(2) Op. Cit.(3) Ramonet, Ignacio, Artículoaparecido en Le MondeDiplomatique. Paris, junio de 1999,página 4.

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Estado-nación. ¿Dónde se realizarán los derechos ciu-dadanos y políticos, la participación en la sociedad,la igualdad ante la ley, la seguridad y la Defensa si noexiste el cuadro del Estado nacional? Hasta el día dehoy no ha surgido una entidad superadora capaz dereemplazarlo y lo que puede observarse es un ascen-so de la ilegalidad internacional; más aún en estostiempos cuando se registra un debilitamiento gravede la Organización de las Naciones Unidas comoconsecuencia de la acción militar de la OTAN enKosovo.

Las iniciativas en curso en materia de integraciónregional ofrecen un ámbito adecuado para la concre-ción de conjuntos supranacionales que restablezcanla legalidad, pero, aún con las dificultades que estetipo de emprendimientos encuentran, el objetivo cen-tral de los mismos es la conformación de nuevas en-tidades políticas, más apropiadas para intervenir conéxito en la disputa por el poder a escala mundial.

La cuestión de la supervivencia del Estado-nacióncomo garante de cierto orden internacional es algoque también se plantea en los procesos de integra-ción regional. Marie-Janine Calic dice al respecto:«La integración de Europa occidental se debe cier-tamente a la experiencia trágica de las dos guerrasmundiales y también al escaso peso de las poten-cias europeas en el enfrentamiento EE.UU/URSS. Estaintegración -novedoso fenómeno de la historiaplanetaria- funciona porque se apoya sobre Estadosnacionales relativamente desarrollados. Pero el su-deste de Europa se distingue justamente por el he-cho de que la construcción de los Estados naciona-les -y en parte de las naciones mismas- se encuentraen una etapa inicial. De modo que la creencia deque la guerra de Kosovo podría culminar en una‘catarsis final’ es falsa. Hay en efecto quienes imagi-nan que la guerra, después de haber hecho desapa-recer las estructuras existentes, podría transformarseen el motor de una renovación económica y de undesarrollo democrático».(4)

Ignacio Sotelo(5) se lamenta de que la participa-ción militar española en las acciones de la OTAN enKosovo no hubieran sido motivo de un oportunodebate parlamentario. Observa este sociólogo espa-ñol: «Así como formar parte de la Unión Europea

acarrea una pérdida consentida de soberanía en de-terminados ámbitos económicos, la pertenencia a laOTAN conlleva de facto, y no sé si de jure -es unacuestión que debaten los especialistas-, una limita-ción de la soberanía en las cuestiones que atañen ala paz y a la guerra».

De lo que se trata entonces es de la lucha por elpoder en el mundo, en un contexto en el cual losEstados Unidos, la «hiperpotencia» como la deno-minaría el Ministro de Relaciones Exteriores de Fran-cia, Hubert Védrine, actúa como si el sistema fueraunipolar, pero que en los hechos se dirige hacia unaconfiguración multipolar caracterizada por la emer-gencia de nuevos actores. Por la inestabilidad cre-ciente de alianzas que pueden hacerse y deshacersede un día para el otro, que en tiempos de la bipo-laridad presentaron índices mayores de estabilidad.Sistema que actúa según antiguas reglas observadashace varios siglos por Montesquieu y David Hume yque, en una demostración de la importancia delmismo, a Rusia le bastaron 200 hombres y 47 blin-dados para sentarse de pleno derecho en la mesa denegociaciones una vez concluidos los bombardeosde la OTAN sobre Yugoslavia.

Antes, las amenazas determinaban en buena me-dida los intereses. Hoy, son los intereses los que fi-jan y determinan las amenazas.

Durante la confrontación Este-Oeste la guerra ab-soluta, es decir el aniquilamiento completo del ad-versario en los términos en que Clausewitz pensóesto en 1830, fue posible debido a la existencia delas armas nucleares asociadas en muchos aspectosa políticas absolutas. Esta realidad llevó a Jean-PaulSartre a sostener que «por primera vez, la humani-dad cuenta con la capacidad para suicidarse». En laactualidad el equilibrio del terror, el peligro de unaescalada que ponga frente a frente a los dos colososno ha desaparecido totalmente, pero el empleo dela violencia adquiere una presencia mayor en la re-solución de los conflictos.

Al no existir un riesgo tan evidente de que se pro-duzca el holocausto aparecen mayores márgenes delibertad y menos restricciones en el empleo de lasfuerzas armadas. Dicho de otra manera, la Guerradel Golfo no hubiera sido posible en los años seten-

(4) Calic, Marie-Janine, Europeizar«la otra Europa». Publicado en LeMonde Diplomatique, edición enespañol. Julio de 1999, página 5.Buenos Aires. Argentina.(5) Sotelo, Ignacio, Artículoaparecido en el suplemento«Enfoques» del diario La Nación.Buenos Aires, 13 de junio de 1999,página 6.

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ta como tampoco las recientes acciones de la OTANen Kosovo, dado el peligro de un ascenso a los ex-tremos existente en aquellos años.

Más arriba observamos que se ha instalado unafuerte disputa por el reparto del poder y de espaciosen el planeta. Este hecho, asociado a los desequi-librios crecientes que la globalización provoca, cons-tituye un generador importante de inestabilidad eincertidumbre política lo que da lugar a su vez auna cierta incertidumbre estratégica que hoy domi-na el panorama internacional.

Con la instalación de la multipolaridad, el sistemainternacional ha vuelto a una realidad no establenatural y ordinario. Lo banal del estado inestable,en el período largo de la Historia universal, excluyesu calificación recurriendo a nociones comparati-vas de orden y desorden desde el momento en quelas mismas implican un juicio de valor ético o unapertenencia subjetiva. ¿Cómo definir el orden o de-sorden de los kurdos, indios y paquistaníes, rwan-deses, serbios de Kosovo, palestinos, chechenos oguerrilleros colombianos? Debemos emanciparnosde la presión de criterios normativos y axiológicos,deben ser erradicadas tentaciones simplistas y dog-máticas: no se trata de saber si el estado actual delmundo satisface o no alguna idea acerca de lo quedebería ser; la bipolaridad ofrecía en su tiempo unagran tranquilidad mental. Resulta imprescindiblecomprender un nuevo estado de la cosa política, en-tendida ésta en su acepción más amplia, a la cual laubicación en su perspectiva histórica y la aplicacióndel principio de objetividad restituyen su «verdade-ra» naturaleza. Así, este mundo no tiene nada deexcepcional o aberrante: es lo que es, «es ist so»,hubiera dicho Hegel.

En la actualidad puede observarse un retorno pre-visible del péndulo hacia posiciones anteriores, tannaturales y necesarias como las otras; hacia el resur-gimiento de un estado ordinario de relacionesinteractivas en el seno mismo del sistema-mundocomo lo denomina Lucien Poirier, en el cual unacomplejidad creciente disimula la recurrencia de suscambios y transiciones. Esta complejidad inhabitualoculta lo permanente, el movimiento basado en lacontradicción de un sistema que evoluciona y

conmociona hábitos mentales adquiridos durantemedio siglo y a los cuales se debe readaptar a lasnuevas condiciones.

El triunfo del Oeste en la guerra fría se debió esen-cialmente a la combinación de estrategias económi-cas y culturales, lo que relativizó el papel de la es-trategia militar. Esto provocó la emergencia de unasuerte de racionalización moderadora de la violen-cia armada que marca, en ciertos aspectos, una rup-tura en las relaciones usuales establecidas entre po-lítica y estrategia militar por las guerras totales deotros tiempos. Esto también contribuye en la actua-lidad al menosprecio de la importancia de la estra-tegia militar en sociedades que toleran cada vezmenos la guerra, como los individuos toleran cadavez menos la muerte.

Los debates registrados en los Estados Unidos acer-ca del envío, o no, de tropas terrestres norteameri-canas para combatir en Kosovo así lo demuestran.No deben verse los mismos únicamente como lasheridas aún no cicatrizadas de la guerra de Vietnam;un individualismo creciente ligado a una carenciamayor de valores colectivos y trascendentes, signadopor fuertes dosis de hedonismo, constituye la razónprincipal de los problemas señalados.

Sin embargo, lo que hoy puede parecer impensa-ble debe pensarse para mañana. Si la creencia en elfin de las guerras vuelve regularmente al campo delas ideas, quizás se deba a una racionalización ex-cesiva de una actividad que extrae su fuerza de unafuente de poder diferente a la razón humana.

La estrategia podría ser definida como el caminoa adoptar para superar los obstáculos que se inter-ponen en la prosecución de un objetivo político. Lapolítica es proyecto, y el proyecto de Uno se cruzanecesariamente con el de Otro u Otros. Si todas es-tas proyecciones en el imaginario se inscriben en larealidad a través de acciones colectivas que se en-cuentran e interfieren, se asocian o chocan segúnconvergencias o divergencias de sus fines respecti-vos, la política se realiza por este tipo particular deacción que es la estrategia: siendo ésta última lapolítica en acción.

Como ya fue señalado en otros trabajos, la pose-sión de armamentos nucleares constituyó un factor

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de estabilidad siempre y cuando éstos se encuentrenbajo el control de entidades políticas que respeten elstatu quo. Pero las nuevas incertidumbres y el aleja-miento del holocausto contribuyen a transformar alos artefactos atómicos, de un factor de estabilidad,de algo que cumple su objetivo en la medida en queno es usado, en un arma, como cualquier otra, aun-que de una capacidad destructiva mayor, que puedeser empleada si las circunstancias políticas así lo acon-sejan.

La competencia por mayores espacios de poder,la búsqueda de objetivos trascendentes e identida-des para millones de seres humanos a los que la so-ciedad de consumo -cuando acceden o no a ella-no llega a satisfacer en sus aspiraciones más eleva-das, la necesidad de crear ámbitos de cohesión so-cial donde se ejercite la solidaridad, son elementosfundamentales a la hora de repensar la estrategia enun marco conflictivo.

Hoy no existe, a escala global, un enemigo identi-ficado para determinar la dialéctica Mismo-Otro, hoydebemos hablar de una pluralidad de Otros. En estemarco el Estado debe conservar un abanico de hi-pótesis que contemplen la identidad de enemigosfuturos, debe inventariar los riesgos. El Estado debeprever situaciones conflictivas múltiples y posiblescon tal o cual Otro, hoy desconocido. En este con-texto la amenaza es omnidireccional y pensar estra-tégicamente, sin enemigo designado, constituye unaverdadera revolución mental.

A pesar de la dificultad señalada, el pensamientoestratégico puede trabajar y ser operativo abstenién-dose de una doctrina establecida a partir de un Otroúnico. La ausencia de enemigo se transforma así enelemento de doctrina e instala un futuro abierto atodas las hipótesis de conflicto reduciendo a la doc-trina, por un tiempo, a sus dimensiones táctico-téc-nicas y operacionales. Esto es lo que determina unapostura de vigilia estratégica, como consecuenciade una reelaboración de la estrategia.

En un contexto en el cual avanza la apertura físicade los territorios, la soberanía aparece vinculada conuna mayor capacidad de los actores políticos paradecidir sobre una coyuntura histórica. Los EstadosUnidos, por ejemplo, conciben en la actualidad un

mundo algo desestructurado que impida la emergen-cia de un competidor, como ha sido el caso yugos-lavo. Pero algo estructurado al mismo tiempo, demanera tal que éste les permita relanzar sus opcio-nes estratégicas, como lo demuestra su accionarpolítico y militar en el escenario de Medio Oriente.

Por otro lado, los EE.UU. han demostrado venta-jas considerables en lo que a la eficacia de arma-mentos de alta tecnología se refiere, aún si se loscompara con otros países desarrollados. Pero estarealidad presenta dos dificultades: una de ellas estávinculada a la incapacidad de Washington paraemplear tropas terrestres en acciones de guerra don-de sus intereses vitales no se hallen en juego, aun-que los hechos recientes en los Balcanes demues-tren los problemas que aparecen cuando se trata detorcer la voluntad de un adversario apelando única-mente a los bombardeos aéreos. La otra nace justa-mente de la necesidad que tienen los nuevos, o an-tiguos, perturbadores de sortear la superioridad nor-teamericana señalada: por arriba disponiendo dearmas nucleares, por abajo a través del accionar degrupos terroristas.

Al mismo tiempo, la evolución técnica de los sis-temas de armas otorga elevado poder de fuego apequeñas unidades, brindándoles a las mismas unaimportante capacidad de perturbación. Nuevas ame-nazas como las mafias, los narcotraficantes o los gru-pos terroristas, obligan en alguna medida a la estra-tegia a desterritorializarse y resultan difíciles de com-batir con medios clásicos y desde una postura tradi-cional. La inseguridad entonces no es exclusivamenteexógena ni endógena, tiene algo de las dos.

Cuando analizamos el contexto político de incer-tidumbre que daba lugar a la reformulación de laestrategia observamos un doble proceso de integra-ción y diferenciación que atenta contra la compe-tencia tradicional de los Estados. La multipolaridadde actores estaduales en muchos casos fuertementedebilitados, más el policentrismo anárquico de ac-tores exóticos y anómicos genera el estallido delcuadro clásico de competencia-cooperación econó-mica y cultural. Hanna Arendt decía: «El reino de laviolencia pura se instala cuando el poder desapare-ce».

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La complejidad de este universo no es mayor queen otros tiempos de la multipolaridad, hoy es de unorden superior, una suerte de hipercomplejidad. Elmundo estructurado de otros tiempos estalló en unaverdadera nebulosa de entidades más heterogéneasy heteromorfas, sin que desaparezcan los viejos ytradicionales conflictos entre Estados como lo estándemostrando, entre otros, las confrontaciones entreIndia y Paquistán o China y Taiwán.

La dinámica del sistema-mundo, en los términosde Poirier, dejó de ser lineal, no existiendo pensa-miento único ni receta común para entenderla. Estees un contexto que se comprende mejor desde lasformulaciones de la teoría del caos de Prigogine,cuando en el estudio de la física cuántica aborda elanálisis de la sensibilidad extrema hacia los peque-ños cambios.

Por todo lo expuesto es que debe insistirse sobrela hipercomplejidad caracterizada por la presenciade actores exóticos, que se suman a los conflictostradicionales entre Estados, en un escenario interna-cional donde el temor de ascenso a los extremos hadisminuido y en el cual la ocurrencia de la guerra esmás probable hoy que en otros tiempos no lejanos.

La postura de vigilia estratégica torna imprescin-dible contar con fuerzas armadas con estructurasflexibles y combinables. Con un instrumento militarcapaz de responder eficazmente a demandas políti-cas y militares hasta hoy desconocidas, dada lafragmentación de los objetivos estratégicos que pue-de observarse, constituyendo esto una realidad quenos acompañará un tiempo largo aún; mientras ladisputa por el reparto de espacios de poder en elmundo persista.

La postura de vigilia estratégica exige también lareformulación de un pensamiento común en ámbi-tos regionales, como es el caso argentino, en el cualse creen estructuras apropiadas que permitan detec-tar a tiempo amenazas comunes y, al mismo tiem-po, operar disuasivamente para evitar males mayo-res. La construcción de un polo regional defensivodepende esencialmente del establecimiento de po-líticas comunes que reflejen intereses y visiones com-partidas. Esto permitirá actuar con libertad e inde-pendencia frente a la consolidación de fuerzas in-

ternacionales, como la OTAN y el G-7 que respon-den a intereses particulares, de otras potencias, queno siempre son los nuestros.

(*) Docente e investigador de la Facultad de Periodismo yComunicación Social. UNLP.

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Introducción

El objetivo de este trabajo es presentar un panora-ma de las sinergias y transformaciones que se hanproducido en los últimos años en los sectores de lastelecomunicaciones, medios de comunicación y tec-nologías de la información del macroespacio regio-nal. Para alcanzar estas dimensiones se ha desarrolla-do un estudio de base sobre las condiciones en quese encuentran los componentes de la convergenciadel sector de las telecomunicaciones y los medios decomunicación. Se ha tomado como marco referenciallas actividades de los dos socios principales delMercosur, Argentina y Brasil, impulsores y sostenesdel acuerdo subregional.(1) También se han trazadoreferencias vinculadas a los otros dos países compo-nentes del acuerdo, Paraguay y Uruguay.

Antecedentes

La importancia de la firma del Tratado de Asun-ción en 1991 que dio origen al Mercado Común delSur (MERCOSUR), radica en que es el primer es-tamento en el que dos países fundamentales del ConoSur de América, Argentina y Brasil, plantean un prin-cipio de unidad latinoamericana real, no declamada.El Pacto Andino (conformado por Perú, Bolivia, Ecua-dor, Colombia y Venezuela) tiene un origen comúnrelacionado con la colonización española y le faltaun eslabón central para considerarse latinoamerica-

no, la vinculación con Brasil. Fundamentalmente laconjunción del MERCOSUR y el Pacto Andino llevaa la unidad de América del Sur. Además, la alianzacon Argentina, principalmente, Uruguay y Paraguayvuelve a Brasil centro real de América del Sur.

En el MERCOSUR los órganos con capacidaddecisoria son el Consejo del Mercado Común, elGrupo Mercado Común y la Comisión de Comerciodel MERCOSUR. El Consejo del Mercado Comúndicta decisiones; el Grupo Mercado Común apruebaresoluciones y la Comisión de Comercio del MER-COSUR se pronuncia por directivas.(2)

Los antecedentes más importantes del MERCOSURfueron los intentos de los presidentes Vargas, Perón eIbañez en la década del ’50 para realizar una profun-da compenetración entre Brasil, Argentina y Chile.Vargas y Perón, en su primer gobierno, encarnabanun nacionalismo popular industrializador sin expropia-ciones, con vocación declamada de ubicarse en unatercera vía en el contexto de la guerra fría. Argentinalideraba un ímpetu latinoamericanista buscando pac-tos económicos con Chile, Bolivia, Paraguay y Brasil.

La década del ’60 tuvo un acontecimiento central.La dictadura militar brasileña, que se levantó contrael tercermundismo de Jango Goulart, impuso el másriguroso alineamiento con Estados Unidos. Sin em-bargo, fue durante esa alianza -se le llamaba elsurimperialismo o el gendarme de América del Sur-que Brasil consumó su revolución industrial. Argenti-na no lo hizo ni con Perón ni durante la presidenciade Arturo Frondizi, y menos aún con los regímenesmilitares que culminaron la des-industrialización bajola política económica desarrollada durante la dicta-dura militar del 76-83.Tanto Uruguay como Paraguay(en este último caso debido a las consecuencias de-terminantes de la Guerra de la Triple Alianza del si-glo pasado, en el que se unieron contra este paísBrasil, Argentina y Uruguay impulsados por Gran Bre-taña) están aún muy lejos de aspirar a su industriali-zación. Estos antecedentes contextualizan la dinámi-ca que sobrelleva el acuerdo subregional.

La relación entre los medios y los modos de comu-nicación con el modelo estructural del tipo de paísguarda una relación marcada desde sus orígenes. Re-mitiéndonos a los momentos que hacíamos referencia

Alfredo AlfonsoIleana Alejandra Matiasich (*)

MERCOSUR:La convergencia de los sectores

de telecomunicaciones, medios de comunicación ytecnologías de la información en el espacio regional

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como antecedentes del MERCOSUR, Martín-Barberoespecifica que «en los años cuarenta/cincuenta el na-cionalismo sudamericano se transmuta en populismosque consagran el protagonismo del Estado en detri-mento de la sociedad civil, un protagonismo que esracionalizado como modernizador tanto en la ideolo-gía de las izquierdas como en la política de las dere-chas. Y en los ochenta, la afirmación de la moderni-dad, al identificarse con la sustitución del Estado por elmercado como agente constructor de hegemonía,acabará produciendo una profunda devaluación de lonacional». (Martín Barbero, 1996:86)

En coincidencia con el investigador colombianopodemos establecer claras diferencias entre la posi-ción que tuvieron los medios en las décadas enun-ciadas con las que tienen actualmente. En los prime-ros intentos modernizadores se articulaba un movi-miento económico que consistía en el ingreso de laseconomías nacionales en el mercado internacionalcon un proyecto de índole político que consistía enconstituirlas en naciones, con los pilares que susten-tan esta idea: incentivos en la búsqueda de una iden-tidad, una cultura, un sentimiento nacional y sobera-nía territorial. Este proyecto se basaba en la comuni-cación entre las masas urbanas y el Estado. De allíque la radio, como principal elemento, se convirtióen vocera de la interpelación que «desde el Estadoconvertía a las masas en pueblo y al pueblo en na-ción». (Martín-Barbero, 1996:87) El proceso actual esinverso: los medios de comunicación contribuyen aconfigurar la presencia y ascenso de culturas que noestablecen reconocimiento identitario vinculado a loterritorial. Y esta característica adquiere una mayorrelevancia si se observa que por la composición delMERCOSUR, a partir de un cambio de las políticas,podrían constituir uno de los elementos centrales parala integración; por ejemplo, favoreciendo la difusiónde la moderna cultura audiovisual, contribuyendo aredefinir nuevas identidades colectivas y aportandoa la creación de una cultura política común, de ca-rácter pluralista, democrática, etcétera.

El acuerdo regional y las estructuras detelecomunicaciones y medios de comunicación

*Capacidad estructural en telecomunicaciones,

medios de comunicación y tecnologías de la informa-ción de los países intervinientes en el acuerdo.

En una época en que han triunfado los criterios dela economía de escala, ha resultado inevitable quese produjera un proceso de concentración mediáticacon epicentro en Estados Unidos pero con repercu-siones en todo el mundo. Este modelo se ha conver-tido en pauta y guía para otros grupos y otras fusio-nes mediáticas, nacionales e internacionales (porejemplo, Clarín; Globo; Abril). De hecho, con los cri-terios vigentes de globalización, los grupos multimedianacionales saben que su destino es crecer internacio-nalmente, pues la lógica cuantitativa es la garantía desu supervivencia, según el principio que afirma im-placablemente que quien no crece, decrece. Y delque asegura que quien no está dentro, está fuera.

La intervención del sector privado provoca tam-bién la modificación del control de la industria cultu-ral y de la información. La participación de empresasvinculadas a otras áreas de producción, como la cons-trucción o de servicios, o las provenientes de las re-des de agua, electricidad y gas en el sector financie-ro de los negocios de las telecomunicaciones llevana un desplazamiento de los factores políticos haciafactores comerciales y financieros poniendo en cues-tión el pluralismo informativo en nuestra sociedad,tal como ya ha sido objeto de abundantes análisispolítico-económicos (Miguel, 1993; Sánchez-Taber-nero, 1994). Las denominadas ‘autopistas de la infor-mación’ son esencialmente el soporte de un nuevoconcepto de servicios multimedia interactivos resul-tante de la expansión internacional de la coberturade servicios (la globalización de agentes y servicios)y la convergencia de las telecomunicaciones con lossectores audiovisual, informática e información elec-trónica. Además se desarrollan en un mercado mun-dial en el que se han modificado las barreras de en-tradas a nuevos agentes, las reglas de competenciainterna, la interrelación entre los ciclos de innovaciónen productos industriales y ciclos de innovación enservicios y aplicaciones.

La posibilidad de contar con un mercado poten-cial superior a 200 millones de personas en los paí-ses del MERCOSUR, un territorio en donde el proce-

Notas(1) La denominación ‘subregión osubregional’ se utilizará atendiendoa la referencia que indica el títulodel Mercado Común del Sur, en elque implícitamente se reconoce unnorte y un centro de una regiónúnica que conformaría elcontinente americano.(2) El Protocolo firmado por loscuatro presidentes de los Estadospartes en Ouro Preto indica conrespecto al Consejo del MercadoComún que «es el órgano superiordel MERCOSUR al cual incumbe laconducción política del proceso deintegración y la toma dedecisiones» (...) «estará integradopor los Ministros de RelacionesExteriores; y por los Ministros deEconomía, o sus equivalentes delos Estados Partes» (Protocolo deOuro Preto, Artículo 3º). Conrespecto al Grupo MercadoComún, se indica que «estaráintegrado por cuatro miembrostitulares y cuatro miembros alternospor país, entre los cuales debenconstar obligatoriamenterepresentantes de los Ministerios deRelaciones Exteriores, de losMinisterios de Economía (oequivalentes) y de los BancosCentrales. El Grupo MercadoComún será coordinado por losMinisterios de RelacionesExteriores» (Artículo 11) (...) «ElGrupo Mercado Común sepronunciará medianteResoluciones, las cuales seránobligatorias para los Estados Partes»(Artículo 15). Por último, sobre laComisión de Comercio delMERCOSUR, el Protocolo expresaque «es el órgano encargado deasistir al Grupo Mercado Común,compete velar por la aplicación de

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so de convergencia de las industrias de electrónica einformática era muy incipiente, disparó los interesesde las empresas más importantes del sector para ha-cerse con las licencias otorgadas en el plan deprivatizaciones. A raíz de la fecundidad que generóeste proceso, en los dos últimos años se ha desatadouna competencia inusual en el sector que ha modifi-cado sustancialmente la estructura en Argentina (queliberaliza las telecomunicaciones a partir de septiem-bre de 1999) y ha consolidado los monopolios enBrasil.

El proceso de convergencia de estas industrias estáhaciendo que los sistemas de computación y de tele-comunicaciones se unan en redes de informacióncomo Internet. Los nuevos servicios son ya un cam-po de batalla donde un creciente número de empre-sas privadas lucha contra los antiguos y actuales mo-nopolios. Por ejemplo, empresas telefónicas comoCTC (Chile), Telmex (México), Telefónica (España) ySouthwestern Bell (Estados Unidos), entre otros, haninvertido fuertemente en televisión por cable, alián-dose con gigantes internacionales de esa industria,como TCI. La convergencia se ha empezado a pro-ducir, por ejemplo, con los sistemas DTH (‘direct tohome’- directo al hogar) que además de ampliar laoferta de canales de televisión incluyen el servicio deInternet.(3)

Telefonía

En 1990 Argentina dividió en dos entidades la Em-presa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) y enese mismo año vendió el 60 por ciento de cada una.La que abarca la región norte del país fue adquiridapor un consorcio integrado por STET de Italia, FranceTelecom, Pérez Companc y JP Morgan y la participa-ción pública restante se vendió en marzo de 1992por medio de acciones en la Bolsa de Buenos Aires.La otra entidad de explotación meridional se vendióal consorcio COINTEL integrado por Telefónica deEspaña, Citicorp Equity Investments, el Banco Río dela Plata e Inversora Catalina. Las dos nuevas empre-sas, Telecom Argentina y Telefónica Argentina, deten-tan conjuntamente la propiedad de Telintar, a cargode los servicios internacionales, de Startel, de la trans-

misión de datos y de Movistar, empresa de telefoníacelular. Cada operador cuenta con el beneficio deun mercado cautivo exclusivo hasta noviembre del2000 (se prorrogó en 1997). Argentina cuenta en laactualidad con 6,9 millones de líneas de telefoníabásica, de las cuales 3,8 millones corresponden a Te-lefónica y 3,1 millones a Telecom.(4)

Otros servicios, como telefonía móvil, transmisiónde datos satelitales, video conferencias, voz yteledirección por satélite; servicios integrados on line(combinan satélite, fibra óptica y microondas) y dis-tribución de señales de radiodifusión está en régimende competencia a partir del dictado de sucesivosdecretos. El desarrollo de la mayoría de los mismosestá signado por la convivencia de capitales extranje-ros y nacionales. El Estado se limitó a generar losmarcos regulatorios necesarios para maximizar laexplotación. De acuerdo a la resolución 477/93, elente regulador del área, la Comisión Nacional de Te-lecomunicaciones (CNT), estableció regímenes muyflexibles de acceso a las licencias.

Dentro de la dinámica que ha caracterizado a estesector se destaca la telefonía móvil surgida hace cin-co años. Cuenta con más de 600.000 usuarios y seestima que el «crecimiento explosivo» de los últimosmeses se mantendrá hasta el 2000. El mercado delos celulares en la Ciudad de Buenos Aires y sus alre-dedores se distribuye entre dos empresas:MOVICOM -Bell South, Motorola y BGH de EEUU- yMINIPHONE S.A. -Telefónica de Argentina y Telecom.(Albornoz; Postolski y Mastrini (et. al.), 1997: 8) Ade-más, Telefónica fue ampliando de manera significati-va su inserción en la estructura de telecomunicacio-nes y actualmente forma parte del oligopolio forma-do por los dos grupos de televisión por cable queconcentran la casi totalidad del mercado (Multicanal(30%) y Cablevisión (33,28%), de Canal 9 (50%) ydel emprendimiento más importante de canal temá-tico deportivo TyC Sports- (20%). Actualmente lacantidad de líneas telefónicas por cada 100 habitan-tes asciende a 17,38.

Brasil dispone, en la actualidad, de 13,5 millonesde teléfonos convencionales y otros dos millones decelulares. Es decir, 9,57 terminales fijos por cada 100habitantes.(5) La precariedad del sistema, en el que el

los instrumentos de políticacomercial común acordados por losEstados Partes para elfuncionamiento de la uniónaduanera, así como efectuar elseguimiento y revisar los temas ymaterias relacionados con laspolíticas comerciales comunes, conel comercio intra-MERCOSUR ycon terceros países». (Artículo 16)(...) «La Comisión de Comercio delMERCOSUR estará integrada porcuatro miembros titulares y cuatromiembros alternos por Estado Partey será coordinada por losMinisterios de RelacionesExteriores» (Artículo 17) (...) «LaComisión de Comercio delMERCOSUR se reunirá por lo menosuna vez al mes o siempre que lefuera solicitado por el GrupoMercado Común o por cualquiera delos Estados Partes» (Artículo 18) (...)«La Comisión de Comercio delMERCOSUR se pronunciarámediante Directivas o Propuestas. LasDirectivas serán obligatorias para losEstados Partes». (Artículo 20)(3) El servicio de televisión de pago através del sistema DTH en Brasilreúne 80 mil abonados. Esteservicio incluye el acceso a Interneta través de módems y redes de altavelocidad. Fuente: Screen Digest,diciembre de 1997. Pág. 283.(4) Información recogida en laspáginas web de ambasempresas.Telefónica Argentina:http://www.telefonica.es y TelecomArgentina: http://www.telecom.com.ar/informacion/index/html.Ambas consultas se realizaron el20/10/98.

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Estado dejó de invertir hace décadas, junto con laspresiones empresariales llevaron al presidenteCardoso a obtener del Congreso la supresión delmonopolio estatal de la telefonía. (Amaral y Rondelli,1996:76). Telefónica Internacional de España tambiénse ha hecho con el 35% de la explotación del servi-cio en el estado de Río Grande do Sul en ocasión dela privatización de una parte de la CompañíaRiograndense de Telecomunicaciones en diciembrede 1996. Esta compañía venderá próximamente un52% de las acciones en subasta pública. Pero laacentuación más clara de esta política se produjo elúltimo 29 de julio de 1998 con la venta de la empre-sa nacional de teléfonos, Telebrás, por 21 mil millo-nes de dólares aproximadamente. Esta privatizacióntransformará todo el sector.

Telefónica controla, además de los casos mencio-nados, la Compañía de Telecomunicaciones de Chi-le (43,6%), Telefónica de Perú (35%), la Telefónicade Colombia -Cocelco- (30,8%) y participa con un35% en la Compañía de Teléfonos de Venezuela.(CANTV)(6)

Los casos de Uruguay y Paraguay son disímiles. Porun lado, Uruguay cuenta con el mayor índice de lí-neas telefónicas cada 100 habitantes de la región,con un 20,89. Por su parte, Paraguay está en el otroextremo, con un índice de 3,56 líneas por cada 100

habitantes, cifra que guarda relación con los indica-dores generales del país.

El balance de operaciones de las empresas privati-zadas de telecomunicaciones en la región es favora-ble en términos del crecimiento en líneas telefóni-cas.(7) Como lo explicita el último informe de la UIT,lo que incentiva este incremento es que «las comuni-caciones son cada vez más un componente funda-mental del crecimiento económico, el motor de laevolución de la sociedad mundial de la información».(UIT, 1998:2)

Televisión

La legislación es un factor clave que estudian losgrandes inversores para imponer sus monopolios. Latelevisión por cable en Argentina, Brasil y Uruguayvive diferentes estadios de ley de mercado. Argenti-na presenta aires de laissez faire, vinculando la regu-lación con el proyecto de la alianza político-econó-mica que arribó al poder en 1989. Uruguay permitela creación de un monopolio y Brasil aprueba en elinicio de 1996 una legislación amplia, con participa-ción de sectores organizados de la sociedad civil.

Brasil posee una de las más modernas leyes sobreTV por cable, que se aprobó después de 20 años dedebates y juegos de intereses políticos y económi-

Grupo A

Empresaa privatizar

Telesp

Tele Centro Sul

Tele Norte Leste

Embratel

Comprador

Portugal Telecom

Telpart

UGB/Intel

Telefónica de España

Grupo B

Empresaa privatizar

Telesp Celular

Telemig Celular

Tele Celular Sul

Tele Sudeste Celular

Grupo C

Empresaa privatizar

Tele C-Oeste Celular

Tele Norteste Celular

Tele Leste Celular

Tele Nordeste Celular

Privatización de Telebrás.

Comprador

Telefónica de España

Telecom Italia

Andrade Gutiérrez

MCI

Comprador

BID/Splice

Globopar

Iberdrola

Telpart

(5) Las llamadas clases A (2,58millones de teléfonos) y B (4millones de líneas) detentan un 80por ciento de la telefoníaresidencial. La clase A, formada por1.290.000 familias con rentasuperior a los 3.000 dólares. Laclase B constituida por 3,8 millonesde familias con renta entre 2.000 y3.000 dólares. Para los 27 millonesde familias restantes, queconstituyen la base de esa pirámidesocial, la democracia brasileñareservó 1,5 millones de teléfonos.(6) Diario El País, de España.Información publicada el 17 demayo de 1998. Pág. 54.(7) Según datos de la UniónInternacional de Telecomunicacionesactualmente se puede contar unteléfono público en Brasil cada 5kilómetros. El informe no aclara elnivel de concentración por regiones,que evidenciaría que en los circuitosvinculados a información bancaria elporcentaje se acrecienta de maneratan significativa que permite obtenereste promedio general. Fuente:Informe sobre el desarrollo mundialde las telecomunicaciones. Accesouniversal. Resumen, UIT, Marzo1998. Pág. 10.

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cos. Fue sancionada el 6 de enero de 1995. Para suaprobación fue fundamental la participación de unaorganización no gubernamental llamada Fórum parala Democratización de la Comunicación, que fue crea-da en la década del ’70 y actuó siempre en relación ala participación pública en el servicio de telecomuni-caciones. El Fórum fue responsable de advertir la ne-cesidad de la Ley del cable, en virtud de la experien-cia que fue observando en otros países, como Ar-gentina, del rápido desarrollo que adquiere este sis-tema.

En Uruguay no existe una ley específica, pero sí unconjunto de normas que determinan aspectos rela-cionados con la radiodifusión, telefonía, prensa, etc.En la legislación uruguaya no se considera el surgi-miento de la televisión universitaria, educativa o dealcance comunitario. (García Rubio, 1994: 118).

En Brasil, según los datos del Instituto Brasileño deGeografía y Estadística (IBGE), existen actualmente32 millones de viviendas con aparatos de televisión.La audiencia nacional se calcula en 100 millones deespectadores. Apenas un 3 por ciento tiene televi-sión de pago. Pero si consideramos que el acceso alsistema de televisión por abono cuesta cerca de 900dólares y la mensualidad 50 dólares, y el salario míni-mo del país es de 112 dólares, la cifra no sorprende.He aquí por qué un 97 por ciento de los usuarios deesta televisión alternativa están entre el 1 por cientode los más ricos de los cuales el 42 por ciento tienerentas superiores a los 5.600 dólares, es decir, exac-tamente 50 veces el salario mínimo.

La información se transfiere gradualmente de loscanales abiertos a los canales de televisión por abo-no, ofreciendo una información abundante que ad-mite la posibilidad de tener acceso a un universo demás de 100 canales, incluyendo a los noticieros in-ternacionales.

La implantación de la televisión por suscripción enBrasil se inició oficialmente en 1991. Hoy ya repre-senta un mercado en acelerada expansión cuyo mo-delo de desarrollo no difiere de la tradicional tenden-cia nativa del mantenimiento de los mercadosmonopólicos de los medios de comunicación demasas, predominante en el sistema de la televisiónabierta. El crecimiento de la televisión por suscripción,

por otra parte, se está afinando como el modelo in-ternacional de formación de los grandes oligopoliosdetentadores de numerosos medios de comunicaciónque se extienden por numerosos países, en las másdiversas formas de asociación con los empresarioslocales-nacionales. Hay un potencial estimado en 7millones de abonados para los próximos diez añoscontra los 400 mil abonados actuales. Un total de1396 solicitudes para la explotación de MMDS(Multichannel Multipoint Distribution Service) -Servi-cio de distribución multicanal para abonados- espe-ran la decisión del Ministerio de Comunicaciones.

Las principales empresas de TV por Cable en Brasilson la NetBrasil (operador: Globocabo, del GrupoRoberto Marinho, en asociación con los grupos RBS)y Multicanal. La principal empresa de MMDS es laTVA (operador: Grupo Abril, asociado al ChaseManhattan Bank). Con respecto a los programado-res, es decir, aquellas empresas que ofrecen los con-tenidos para las operadoras, las principales sonGlobosat, controlada por Roberto Marinho; la TVA yla HBO que tiene como socio minoritario al GrupoAbril. (Ramos y Martins, 1996:121)

En 1993, el gobierno brasileño desistió de partici-par en el proyecto de construcción del satélite ar-gentino Nahuel a través de un consorcio de Embratelcon fabricantes europeos. Al retirarse, abrió el espa-cio para proyectos privados, como el de Panamsat,que es representado en Brasil por Vicom (de Rober-to Marinho y el banco Bradesco) en un claro acto deprotección a las empresas nacionales. (Bolaño, 1997:190)

La televisión uruguaya, desde su establecimientoen 1956, ha estado dominada por un modeloprivatista y comercial. Los tres canales comercialesmontevideanos con sus repetidoras sobrepasan lar-gamente en niveles de audiencia a la red estatal; di-funden mayoritariamente programación de origenextranjero, siendo uno de los países de América La-tina con menores porcentajes de producción tele-visiva. Con el correr del tiempo, el predominio norte-americano cedió paso en parte a la programaciónargentina. Las producciones brasileñas tienen una li-mitada representación a través de la telenovela y,eventualmente, alguna comedia. No se importan pro-

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gramas paraguayos, así como Uruguay tampoco ex-porta programas. Un dato relevante es que los dia-rios de los territorios de frontera publican en su car-telera de información televisiva la programación delos países vecinos. Por otra parte, el campeonato defútbol, principal deporte de referencia nacional, fuetransmitido sólo para abonados al sistema de cablepor un monopolio argentino, la empresa ‘Torneos yCompetencias’, que cuenta también con capitalesestadounidenses. Uruguay tiene televisión paga des-de 1991. Cuatro de las cinco propuestas de Televi-sión pertenecen a Equital S.A., creada en 1990 porlos tres canales de cable abiertos de Montevideo. Apesar de la buena penetración de la Televisión abier-ta (98%) (García Rubio, 1994:78) el cable no se haexpandido con tanta decisión.

El sistema de cable en Argentina reúne experien-cias desde la década del ’60 (p.ej. TeleViedma canal2, de Viedma) pero se ha desarrollado después de ladécada del 80 y transformado a partir de 1994 en elmayor mercado del MERCOSUR. Hay 1200 empre-sas (incluyendo cable, satélite y microondas). Sinembargo, el mercado está saturado, la legislación esimprecisa, y las redes físicas (coaxial) son muy anti-guas a diferencia de Brasil, que fue el último país dela región en promover la televisión por cable, cuentacon redes físicas de gran velocidad. Por este motivo,Multicanal, del Grupo Clarín, obtuvo a mediados de1995, un crédito de 200 millones de dólares de di-versos bancos nacionales y extranjeros para equipar-se rumbo a la organización de la autopista informáti-ca. La clave es la fibra óptica. Los tres líderes del ca-ble comenzaron a cambiar todo el tendido a princi-pios de 1995, con el concurso de empresas o présta-mos de carácter internacional. Es el caso del brazotelefónico del Grupo Clarín de Argentina, al que pro-yecta articular el medio televisivo, está conformadoen gran medida por inversores de origen estadouni-dense como la GTE Corporation, AT&T, y TCWAmerican Development Association.

En Argentina, el número de señales de televisiónva de las 76 para las emisoras líderes ubicadas en laCapital Federal -Multicanal, Video Cable Comunica-ción -Continental y Cablevisión -TCI a las alrededorde 20 en pequeñas poblaciones del interior del país.

El porcentaje que actualmente ocupa la producciónnacional y local de la TV cable llega, en algunos ca-sos, al 30% del total. El nivel de penetración en hoga-res (48,4%) es el más alto de latinoamérica, situándo-se tercera en escala mundial, detrás de Estados Uni-dos y Canadá. Sin embargo, una de las característi-cas de su penetración en Buenos Aires es la posibili-dad de recibir perfectamente la señal de las cadenasde televisión que emiten por aire ya que, sin el cable,la densidad edilicia lo dificulta. Es así que las medi-ciones de rating siguen siendo ampliamente favora-bles a los programas de la televisión abierta. Los 5,15millones de abonados al sistema marcan la dimen-sión que ha adquirido este mercado, con la conse-cuente capacidad de liderar en el debate de la socie-dad y la opinión pública. Por otro lado, la multiplici-dad de canales locales y nacionales, con excepciónde las cadenas temáticas internacionales, se puedeconsiderar que no ha traído, en consecuencia, lamultiplicidad de ‘voces’ u ‘opiniones’ en el tratamientoinformativo esperado, ya que la estructura de podersigue concentrada (con la ya anticipada tendencia alsistema monopólico observada en los últimos tiem-pos). Por lo tanto hay una incremento de programasde información que reiteran los postulados de lasempresas o del sistema, no así del gobierno, con al-gunas excepciones. La corporación de medios detentaun poder preciso.

Informática

La vertiginosa adopción de la nueva tecnología dela red de computadoras Internet, pese a su potencialampliador del flujo de informaciones entre las com-putadoras personales, no puede considerarse comoun medio de comunicación de masas. Más cara einaccesible que la televisión de pago, que dependede la compra del aparato, de la inscripción y del abo-no mensual, el acceso a la red informática queda res-tringida a un número muy limitado de consumidores(si consideramos la población en términos absolutos).Cuando se observa el mapa mundial de usuarios deInternet nos encontramos de nuevo con el esquemaNorte/Sur/Este. Cuando, en el interior de un país de-sarrollado, observamos el mapa de sus usuarios, des-

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cubrimos también zonas informatizadas y zonas de-primidas. Y cuando, en una gran capital, repetimos laobservación, volvemos a detectar espectacularesdesequilibrios, que revelan que a la dualización eco-nómica de la sociedad se superpone, también, unadualización cultural, comunicacional e informática.(Alfonso, 1997:21)

Desde la óptica que rige hoy el mercado el mundose divide en sociedades preinformáticas, que son lasdel llamado Tercer Mundo y sociedadesinformatizadas. La informática ha pasado a ser lo quemarca la nueva frontera entre desarrollo y sub-desarrollo, que antes era una variable exclusivamen-te económica. Por ejemplo, en Brasil, estimacionesrecientes indican una cifra en torno a los 300.000usuarios, en un universo de 150 millones de habitan-tes.

El uso de Internet en Brasil, sin embargo, está másavanzado que en los demás países latinoamericanos.Los cuatro periódicos de circulación nacional -O Glo-bo, Jornal do Brasil, Folha de São Paulo y O Estadode São Paulo-, junto con sus respectivas agencias in-formativas, además de la revista Isto É y del GrupoAbril, por citar los más importantes, están disponi-bles en Internet. Aunque puede haber otros periódi-cos alternativos editados en la propia red, la fuerzainformativa pertenece a esos periódicos consolida-dos, que descubren en Internet un espacio más deexpansión de sus respectivos imperios y versionesdel mundo. Brasil On-Line (BOL), del Grupo Abril, yUniverso On-Line (UOL), de la Folha de São Paulo,han tomado la delantera y en el mes de abril de 1996lanzaron sus servicios on-line inspirándose en AmericaOnline, Compuserve y Prodigy, mientras que O Glo-bo también se prepara para ofrecer servicios seme-jantes. El crecimiento de este tipo de servicios de-penderá únicamente del aumento del número deproveedores en el país y de la expansión de las líneastelefónicas.

Por otra parte, en el orden científico, Brasil acordósu ingreso en el nivel más alto de redes que se cono-ce como Internet 2, un proyecto del que participan100 universidades estadounidenses y algunos cen-tros extranjeros, como la Red Nacional de Pesquisa.Entre otras aplicaciones, Internet 2 se encargaría de:

Bibliotecas digitales con capacidad de reproducciónde imágenes de audio y video de alta definición, ofertade imágenes de alta-resolución con reproducción casiinmediata en las computadoras, nuevas formas detrabajo en grupo, con desarrollo de tecnologías depresencia virtual y colaboración en 3D; etc.

La red también está siendo utilizada de forma dife-renciada y aún tímida por las emisoras de televisiónabierta, para, a través del lenguaje específico de laInternet, divulgar y ofrecer archivos de su programa-ción.

Transformaciones e indicadores

En términos generales, en la subregión existe unpromedio de algo más de un aparato de televisión yde casi dos de radio por familia, así como un índicede publicaciones de libros bastante bajo (ocho porcada cien mil habitantes).(8) Sin embargo, AméricaLatina en su conjunto -y dentro de ella, la subregión-también exhibe las cifras más elevadas del mundo encuanto a cantidad de canales de televisión por nú-mero de receptores y la cantidad de horas anualesde transmisión de programación en ese medio, aven-tajando largamente a Europa.

La comunicación subregional da cuenta de unatendencia invertida de la direccionalidad que habi-tualmente estructura los sistemas de signo integrador,como por ejemplo, la Unión Europea. En general setrata de sistemas de comunicación que se abren ha-cia el exterior y tienden a cerrase hacia el interior dela región y los núcleos nacionales y locales que laconforman, cuyo control escapa cada vez más a lassociedades en las cuales ellos se insertan. La contra-cara de la aparente opulencia comunicacional queen los últimos años se percibe en la subregiónMERCOSUR, es la creciente indigencia de vastos sec-tores sociales.(9)

Susana Velleggia describe esta situación precisan-do que «la reproducción de la pobreza material, sibien incuestionablemente ligada a factores estructu-rales, también guarda relación con la mayor o menorabundancia social de informaciones que suponganconocimientos apropiados y con una circulación in-tensiva, continua y persistente de los mismos que

(8) Programa de las Naciones Unidaspara el Desarrollo (PNUD). Informesobre Desarrollo Humano 1997.Pág. 200.(9) La tasa de desempleo en Brasilsubió al 8,18 por ciento en marzo,un nivel récord en los últimos 14años. En febrero, el índice habíaalcanzado al 7,42%, según losdatos del boletín del InstitutoBrasileño de Geografía y Estadística(IBGE). El año ya había comenzadocon más desocupación: el índice deenero fue de 7,25%, contra 4,84%en diciembre de 1997, según lasmediciones del instituto, queregistra un aumento permanentedel desempleo en Brasil. En SanPablo, la región más industrializada(que aporta un tercio del productobruto interno) la desocupaciónabierta y encubierta alcanzó a18,9% en abril, contra el 18,1% demarzo último. Fuente: DiarioClarín, ediciones del 30 de abril y22 de mayo de 1998.

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promueva un acceso irrestricto a ellos» (Velleggia,1997:274). La exclusión social del nuevo modelo noestá vinculada sólo a los recursos productivos, sino ala formación específica de esos recursos. Por lo tan-to presenta características mucho más complejas yabarcativas ya que establece referencias que deter-minan al conjunto de la sociedad.

Los grandes conglomerados empresariales de la co-municación, particularmente los del campo audio-visual, gracias a los adelantos tecnológicos que hanabatido las fronteras nacionales, tienen hoy como

nunca antes la facultad de constituirse en sistemaseducativos informales, paralelos a los formales y conpoderosa incidencia en la formación de los valores,hábitos y concepciones que orientan la vida de lasdiferentes sociedades.

Transformaciones en la estructurade poder de los medios

Algunos investigadores europeos vinculados a lacorriente de la economía política de la comunicación

Indicadores Básicos en el MERCOSUR y países asociados

Población Total (M) (1996)

Densidad (por km2) (1996)

PNB Total (B U$S) (1995)

PNB per cápita (U$S) (1995)

Televisores (cada 100 hab.) (1994)

Abonados a la TELEVISIÓN paga y % de penetración

a) cable

b) MMDS

c) DTH

d) TOTAL

Penetración

Usuarios de Internet (cada 10.000 hab.) (1994)

Cantidad de líneas telefónicas (1996)

Líneas telefónicas (cada 100 hab.) (1996)

Usuarios de Teléfonos celulares (cada 100 hab.) (1994)

Número de servidores (1998)

Número de computadoras personales (cada 100 hab.)

(1994)

Argentina Brasil Paraguay Uruguay Bolivia Chile

35,22 157,87 4,96 3,20 7,59 14,42

13 19 12 17 7 19

279,6 715,4 9,0 17,7 7,0 67,3

8.042 4.591 1.820 5,564 939 4.714

32 25 7 52 14 25

4,950 1,416 43 95 5 730

200 355 62 40 23 20

0 80 0 0 0 0

5,150 1,940 105 135 28 750

48,4 % 5,3 % 8,6 % 17,1 % 1,5 % 18,4 %

2,0 0,3 — 3,0 — 12,0

6’119.6 15’105.9 176.3 669.0 327.6 2’248.0

17.38 9.57 3.56 20.89 4.32 15.59

0,6 0,4 0,3 0,2 0,1 0,7

19.982 117.200 298 10.295 550 17.821

1,4 0,9 — — — 2,5

Fuentes: PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano 1997; Unión Internacional de Telecomunicaciones (1997); Internet Domain Survey (1998) (http://www.nw.com); FMI; Banco Mundial y Screen Digest, Julio y diciembre de 1997.

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precisan que las iniciativas de la Unión Europea seestablecen en una relación de contubernio con losempresarios (el informe Bangemann así lo demues-tra), y que, por lo tanto, la tan enunciada vertientesocial de la integración que supone la Unión no tie-ne asidero ni propuestas políticas que la respalden(Garnham, 1996; Burgelmann, 1997). En el MER-COSUR la situación ni siquiera llega a este nivel. Laspolíticas desarrolladas en el campo de las telecomu-nicaciones están tan retrasadas que sólo funcionancomo espacios de ratificación de los empredimientosy posicionamientos de las empresas. Pero hay un ele-mento diferencial más importante. Mientras la UniónEuropea, practica una sistemática política de protec-ción de los capitales propios y de su mercado, en lospaíses del MERCOSUR la mayoría de las sinergias,joint ventures y ventas que se realizaron en los últi-mos 12 meses evidencian de manera directa y preci-sa la intervención de los capitales que concentrantodo el poder mundial en la materia con una mínimaparticipación de empresarios locales. Como ejemplocontradictorio se presentan las políticas implemen-tadas en el seno del MERCOSUR en el «programa deacción 2000», de 1996, cuyas principales líneas deacción establecen:

- promover acciones conjuntas en temas referidosa las telecomunicaciones y los asuntos postales.

- analizar la posibilidad de compatibilizar los pla-nes de implementación de nuevos servicios y nue-vas tecnologías.

- explorar la posibilidad de realizar programas co-munes de proyectos de desarrollo.

- crear sistemas y medios que posibiliten el inter-cambio de información.

- examinar la posibilidad de armonizar los procedi-mientos de prestación de servicios.

y cuyo mandato para el año 1997 indicaba entreotros puntos:

* Acuerdo de televisión en UHF. Establecer proce-dimientos de coordinación para la utilización y ope-ración de canales radioeléctricos atribuidos al servi-cio de radiodifusión en bandas de frecuencias de UHF(512-806 Mhz). Plazo de realización: 12 meses.

* Acuerdo sobre distribución de señales de televi-sión multipunto multicanal. Establecer procedimien-

tos de coordinación para la utilización y operaciónde canales radioeléctricos que operen en la modali-dad de distribución multipunto de señales de televi-sión multicanales. Plazo de realización: 12 meses.(10)

Estos auspiciosos postulados están muy lejos dereflejar lo que efectivamente se desarrolla en lasubregión.

Mientras tanto, la característica fundamental de losúltimos tiempos en la región, y principalmente enArgentina, es la transformación de los dueños delmercado de medios de comunicación y estructurade telecomunicaciones. En el último año se realiza-ron más cantidad de transacciones que en los ochoanteriores. Esto demuestra el interés de las grandescompañías extranjeras en un sector que ha demos-trado con creces ser terreno fértil y por otro, la cons-titución de oligopolio delimitado a dos opciones (CEI,Telefónica y TyC, por un lado, y Grupo Clarín, por elotro). Esta composición permite la semejanza con laestructura existente en Brasil, principal socio en elMercosur.

Las fusiones y adquisiciones en medios de comu-nicación lideraron las operaciones registradas en Ar-gentina a lo largo de 1997, ya que los cambios demanos involucraron más de 4.000 millones de dóla-res, según relevamientos del Centro de Estudios parala Producción del Ministerio de Economía de Argen-tina.

Esta nota publicada en la revista Screen Digest enoctubre de 1997 da cuenta de cómo se observanestos movimientos desde el campo empresarial:

«Frenética transacción conforma los nuevos líde-res en Argentina. Series de transacciones en el mer-cado de cable argentino ha visto al Grupo Clarín trans-formar su monopólica posición en los medios dentrode dos vías en cuestión de semanas. Los nuevos ju-gadores son una alianza compuesta entre CEI CiticorpHoldings, Telefónica Internacional de España y Tele-Communications International (TCI), los cuales sonahora los dueños de la mitad de las redes de cableen Argentina y una parte del canal líder Telefé. Cla-rín, es el dueño del principal diario y la otra mitad delmercado de la industria del cable.

* CEI y Telefónica (ambos inversores en TelefónicaArgentina) compraron la mitad (el 51%) del opera-

(10) Secretaría Administrativa delMERCOSUR, Resolución Nº 38/95,Grupo Mercado Común.

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dor de cable Cablevisión a TCI por 210 millones dedólares y el cuarto (41,8%) a Eduardo Eurnekián,incrementando el 33.3 % cada uno.

* TCI compró el 35 % de TyC (programación de-portiva con derechos de fútbol en el país, de LibertyMedia/News Corporation joint venture). También tie-nen participación en TyC el CEI y Telefónica.

* CEI y Telefónica compraron Fintelco, quienes erandueños del cable operador VCC, de US West y Sa-muel Liberman por 765 millones de dólares y vendie-ron la mitad de los 600 mil suscriptores de CableVisión y la mitad de Multicanal.

* El acuerdo en principio alcanzado por CEI, Tele-fónica y TyC adquirió el 40 % de Editorial Atlántida,dueños del 40 % aproximado del canal de aire Telefé.(Screen Digest, octubre 1997)».(11)

Por su parte, tanto el Grupo Clarín como el queencabeza el CEI, se adjudican el deseado primer lu-gar en el índice de abonados a la televisión por ca-ble. En su edición del viernes 17 de abril de 1998,Clarín publicó una información sobre los movimien-tos en el sector que detallaba «de los 4,5 millones deabonados que hay en la Argentina, Multicanal seposicionó como el principal operador del país, con1,6 millón de abonados. Cablevisión ocupa el segun-do lugar en el negocio de la televisión por cable». Asu vez, el vicepresidente del Citicorp Holdings y pró-fugo de la justicia argentina, Raúl Moneta, sostuvoen una entrevista publicada por el diario La Nación«entre todas nuestras redes y las que el CEI cogestionaen cables, suman un 33%. Tenemos 1,5 millón desuscriptores. Clarín debe tener 1,3 millón».(12)

Por otra parte, PRIME Televisión ha adquirido el51% de canal 9 de Argentina a Alejandro Romay,por 100 millones de dólares. El adicional de la pri-vatización del canal fue adquirido por TyC Sports,Venevisión Grupo Cisneros y Televisa. A su vez, Tor-neos y Competencias ha adquirido Pramer, compa-ñía de distribución y programación de 16 canales decable, pertenecientes a Eduardo Eurnekián. TyC tam-bién adquirió el 7,2% con opción al 92,8 % restanteen Multimedios América que corresponde al canal 2de Televisión y el 10% de Editorial Atlántida. Esta tran-sacción reduce a un 36% el capital de TCI/Liberty’sen TyC. Esta joint venture reúne el 40% de CEI

Citicorp Holdings y Telefónica Internacional de Espa-ña. Asimismo, Clarín, ha tomado el 50 por ciento deGalaxy Latin America del Grupo Cisneros de Vene-zuela. El 20% lo ha tomado Cisneros y el 30% restan-te Hughes/Direct televisión para la aplicación del sis-tema ‘Direct to home’ de televisión a través del saté-lite argentino Nahuel.

En la competencia por el control de los nuevos usosde la televisión y la telefonía, Rupert Murdoch, elempresario australiano-norteamericano dueño delgran conglomerado News Corp. (que durante 1994facturó 12.500 millones de dólares a nivel mundial)viajó en el mes de septiembre de 1995 a Brasil paraasociarse con la Organización Globo para, conjunta-mente con Grupo Televisa y Tele-CommunicationsInternational (TCI), crear la mayor cadena de televi-sión por cable de América Latina. Desde septiembrede 1997 esta alianza puso en órbita PanAmSat, PAS-6 satélites con capacidad hasta 360 canales digitales.Por su parte, Televisión Globo ha alcanzado un acuer-do con el canal de televisión portugués SIC y el ope-rador de cable Televisión Cabo Portugal para desa-rrollar la televisión de pago en Portugal. Cada Com-pañía invertirá el 42% y el 16% restante surgirá delos contenidos.

También en septiembre de 1995, el Grupo Abrilinformó de su asociación con el grupo de compañíasnorteamericanas Disney (Capital Cities/ABC, Hearsty Falcon Cable) para extender sus servicios de cablea toda Latinoamérica. En Brasil la configuración delpaís continúa otorgando más crédito a la utilizaciónde antenas parabólicas hogareñas (‘direct to home’o DTH) que al cable. Con anterioridad a su asocia-ción con el referido grupo empresario norteamerica-no, el Grupo Abril ya se había asociado a la compa-ñía americana Hughes Communications Inc. (subsi-diaria de la General Motors), al Grupo Cisneros deVenezuela y con MVS Multivisión de México paradesarrollar el sistema DTH.

En cuanto al desarrollo de la televisión por cable lacantidad de abonados para las cinco principales em-presas arrojan los siguientes datos para 1996:Globopar: 833.400 suscriptores; Multicanal: 485.200;Net8 sat: 102.500; TVA: 316.400; Televisión Filme:70.600.

(11) Actualmente, CEI Citicorp yTelefónica Internacional (TISA)tienen cada uno el 33,5% delpaquete accionario. TCI se quedócon un 26%, en tanto queEurnekián conserva el 8% restante.Clarín, 17 de abril de 1998.También ha adquirido el 40 % deldiario Ámbito Financiero por 35millones de dólares. (SCREENDIGEST Septiembre de 1997) y seconformó el Grupo Atlántida,controlado a partir del 26 de marzode 1998 por una sociedad integradapor el CEI Citicorp Holdings yTelefónica Internacional (TISA).Como resultado de la adquisiciónquedó constituido un importantegrupo de multimedios: el holdingAtCo, integrado por la familia Vigil(40%), CEI (30%) y TelefónicaInternacional (30%). AtCo es dueñadel 95 por ciento de EditorialAtlántida y, a través de ésta, desdeahora controla a Telefé (Canal 11 deBuenos Aires) y Radio Continental.Además, AtCo se constituyó comoaccionista de un grupo de canalesde Televisión abierta del interior.(12) Reinoso, Susana y Jacquelin,Claudio, entrevista a Raúl Moneta,vicepresidente del CiticorpHoldings (CEI), Diario La Nación,Argentina. Edición del domingo 29de marzo de 1998.

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Este fenómeno de creación de conglomerados demultimedios de comunicación y de cultura tiene susejemplos, en una escala más reducida, en Chile yParaguay. Ejemplos de ello, son, en Chile, la articula-ción empresarial de la red de televisión de cableIntercom de Santiago, al grupo periodístico El Mer-curio; en Paraguay, el desarrollo de un conglomera-do de multimedios, a partir del Canal 13 de Asun-ción, que se extiende sobre empresas periodísticas yde radiodifusión.

Consideraciones finales

En el macroespacio regional se vive con sus pro-pios tiempos la estratégica centralidad de la comuni-cación. El único sector en el que se hicieron grandesinversiones y que tuvo un notable desarrollo durantelos ’80 fue el de las comunicaciones. Se propone sólouna disputa entre los grupos internacionales por ladistribución del mercado mundial, que se materializaen los procesos de privatización y concentración enel MERCOSUR. Brasil se dotó de satélites propios, laradio y la televisión abrieron enlaces mundiales víasatélite, se implantaron redes de datos, redes de tele-visión por cable y canales regionales de televisión.También la comunicación y la informatización se hanconvertido en espacio de punta de la apertura eco-nómica y de justificación al modelo neoliberal. Pode-mos decir que la vinculación de lo tecnológico y lopolítico de la comunicación reúne el carácterdecisorio en la ingeniería social que reorganiza laeconomía y la sociedad.

El modelo televisivo privado-comercial, con unafuerte influencia de la experiencia estadounidense enlos países de la región, reserva a las instancias legalesla función de otorgar concesiones o fiscalizar el mer-cado.

Los medios, las industrias culturales de la radio, elcine y la televisión trabajan hoy al interior de unasituación cada día más paradójica: que la integraciónde los países mercosureños pase absolutamente porsu integración a una economía-mundo regida por lamás pura y dura lógica del mercado. Y como en nin-gún otro terreno es en el de la comunicación dondese hace visible lo que la integración regional, si ver-

daderamente se pretende alcanzar y no sólo decla-mar, tiene hoy de compromiso ineludible y de con-tradicción difícilmente superable. Pues si hay un mo-vimiento poderoso de superación de barreras y diso-lución de fronteras es el que pasa por las tecnologíasde la información y comunicación.

Por lo tanto, hay que problematizar el exitismo des-medido de los gobiernos que aducen que en los re-gistros macroeconómicos están todos los paliativosde la crisis. Como ejemplo, se presenta lo que sostie-ne Campbell, «hoy podemos decir sin temores queel MERCOSUR avanza a pie firme conjugando reali-dad con utopía, cóctel que le permite atravesar conracionalidad y pragmatismo los nuevos desafíos quese presentan a diario. De este modo, nuestros paísesdisponen hoy de una poderosa herramienta para lamodernización, el crecimiento y el progreso, que con-tribuye fuertemente a la mejora sostenida en el nivelde vida de los habitantes de la región».(13) Sin embar-go, los índices de una encuesta entre la poblacióndel MERCOSUR indica que sólo el 18% cree haber-se beneficiado con el acuerdo regional.(14)

En definitiva, el análisis del mercado de los mediosen el MERCOSUR revela la necesidad de hacer pal-pable y sensible la dimensión de la industria culturaldel MERCOSUR, reconociendo en ese recorrido laparticularidad de las identidades en un mismo inten-to por reclamar y advertir su importancia y sus in-compatibilidades con el proyecto político que hoyse diseña.

(*) Docentes e investigadores de la Facultad de Periodis-mo y Comunicación Social.UNLP.

Estudiantes del Doctorado en Periodismo y Ciencias de laComunicación en la Universitat Autònoma de Barcelona.

(13) Campbell, Jorge, Secretario deRelaciones EconómicasInternacionales de Argentina.Clarín, 24 de abril de 1998.(14) Sobre el MERCOSUR,argentinos, brasileños y chilenos,entienden, en un 47%, que ha sidoútil para la economía en general y33% piensa que ha sido positivo enmateria de precios y competencia.Finalmente el 20% sostuvo que haayudado al empleo pero apenas un18% consideran que los habeneficiado personalmente.Agencia de Noticias Mercopress.(http://www.mercopress.com)25/5/98.

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La intención del presente trabajo es brindar unaaproximación a los debates parlamentarios que die-ron como resultado la expropiación del diario La Pren-sa en 1951 tomando como referencia el discurso pro-nunciado por el diputado peronista John WilliamCooke. Dentro de un contexto en el que el oficialismosostenía que el citado periódico era una empresa li-gada al capital extranjero y por tanto vocera de inte-reses oligárquicos y antinacionales, y la oposición ra-dical entendía que la clausura del mismo era un aten-tado del gobierno a la libertad de prensa, la participa-ción de Cooke fue de trascendencia puesto que alrefutar con sólidos argumentos lo que expusieron susadversarios, le brindó a su bancada el sustento ideo-lógico necesario para superar con ello el nivel gene-ral del debate.

La Prensa antes del peronismo

El diario La Prensa fue fundado por José ClementePaz el 18 de octubre de 1869, convirtiéndose deinmediato en una voz seria y confiable del pensa-miento liberal conservador, en la medida en queestaba dirigido a los sectores sociales que ocupa-ban posiciones prominentes. Según el propio dia-rio, la independencia y la libertad conformaron la«síntesis exacta del espíritu de La Prensa».(1) De unestilo franco y directo, con una contundencia dejuicio mayor que La Nación, el otro periódico tradi-

cional que defendía ideas parecidas, La Prensa supoganarse un lugar en el público lector. Sus editoria-les «sinceros hasta el cinismo» a decir de ArturoJauretche,(2) que no pocas veces contenían concep-tos arbitrarios o caprichosos, se hicieron famosos ytemidos a la vez. La severidad con que La Prensadesmenuzaba los temas de interés y emitía sus opi-niones, la convirtieron en la preocupación de losgobiernos de turno, aun aquellos a los que el diario,en líneas generales, apoyaba. Sus lectores y sus in-fluencias periodísticas en el exterior la convirtieronpronto en una institución intocable, desde la que sedictaba cátedra a todo el país, teniendo siempre muyen cuenta los deseos, pretensiones, necesidades ytemores de la clase de la que se sentía su principalvocera.(3) «Lo dice La Prensa» era, al menos hastamediados de este siglo, una frase que revelaba másde lo que decía, pues daba por descontada la «vera-cidad», no solo de las apreciaciones del diario sinotambién de sus categorías interpretativas. Porque sicomprar un diario implicaba (e implica aún hoy) unacto ritual, donde la fidelidad del lector al medio esun componente fundamental, esta circunstancia loera en grado sumo en el caso de La Prensa.

Desde su fundación y hasta el acceso de la UniónCívica Radical a la presidencia de la República, elperiódico tuvo distintas ópticas para referirse a lossucesivos gobiernos, pero se mostró invariable endos temas puntuales, a saber: una defensa a ultranzadel modelo económico liberal, y una cerrada oposi-ción a todo tipo de derecho o reivindicación de laclase obrera.(4) No extrañó entonces que durante laprimera marcha de desocupados de que se tienenoticias, producida en 1897, los manifestantes qui-sieran incendiar sus instalaciones.(5) Ni que en 1919despidiera a varios empleados que solicitaron me-joras salariales para todos los que trabajaban en laempresa.(6)

Sus mayores odios a partir de 1916 tuvieron comodestinatario a Hipólito Yrigoyen, a quien acusaba derealizar un «manejo dictatorial del gobierno».(7) Fueasí que participó en la campaña de prensa en contradel caudillo radical a partir de 1928 y que culminócon el derrocamiento de este.(8) Durante la décadadel 30 La Prensa criticó en varias oportunidades el

El debate parlamentario sobrela expropiación

de La Prensa (1951).La intervención de John William Cooke

Claudio Panella (*)

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fraude, aunque se congratuló con distintas medidasde los gobiernos de la época, como el Tratado Roca-Runciman y el reforzamiento de los lazos políticos yeconómicos con Gran Bretaña.(9) A todo esto, su pres-tigio fue en aumento y se reflejó en sus ediciones: los220.000/250.000 ejemplares diarios que vendía en1925(10) aumentaron durante el decenio siguiente,alcanzando picos como el de 500.000 el 25 de mayode 1930(11) y de 745.894 el 1º de enero de 1935.(12)

Esto demuestra que los lectores del periódico no eransolamente los que ocupaban lo más alto de la escalasocial sino que también compraban el matutino lossectores medios y bajos debido a la gran cantidad deavisos clasificados que se publicaban en sus páginas.

La Prensa y el peronismo

El gobierno militar surgido del golpe de Estado de1943 que terminó con la denominada «Década Infa-me», pero sobre todo la aparición y ascenso al poderde Juan Domingo Perón a partir de 1946, marcarona fuego a La Prensa. Efectivamente, el peronismo,como movimiento político de tipo nacional-popular,conjugó por su ideología, sus componentes socialesy su forma de ejercer el gobierno todo lo que a juiciodel periódico era negativo para el país. Se potencia-ba, en grado sumo, lo que en su momento represen-tó el yrigoyenismo.

Fue así que del 26 de abril al 1º de mayo de 1944el diario fue clausurado por el gobierno del generalFarrell a raíz de un editorial titulado «Ahorro en loshospitales públicos», en donde criticaba la reducciónde gastos en dichas reparticiones.(13) A fines del añosiguiente, ya encolumnada en contra del entoncesCoronel Perón, La Prensa justificó sin ambages el look-out patronal realizado por empresarios y comercian-tes que se oponían al otorgamiento del aguinaldo.(14)

Durante la campaña electoral que culminaría con loscomicios del 24 de febrero de 1946, se identificó sinpudores con la Unión Democrática, a la que dedicómás del 90% de la información, anoticiando menosdel 10% restante a los candidatos peronistas.(15) Elhistoriador Félix Luna señala al respecto: «Desde elpunto de vista de la ética periodística, la posición dela prensa independiente fue condenable. El castigo a

este sectarismo llegó por sí mismo: la deformaciónde la realidad fue tan completa que todos, los queescribían y los que leían, llegaron a convencerse deque la imagen presentada era cierta; que la UniónDemocrática representaba la arrasadora mayoría delpaís frente a minúsculas turbas despreciables».(16)

Ya con Perón ejerciendo la presidencia constitu-cional de la República, La Prensa se erigió en el másenconado adversario periodístico llevando adelanteuna crítica sistemática a su obra de gobierno. El dia-rio fustigó tanto los aspectos negativos de aquel,como ser sus rasgos autoritarios que afectaban fun-damentalmente las libertades públicas, como aque-llos aspectos positivos, concretamente las medidastendientes a la redistribución progresiva de la rique-za y, sobre todo, a la promoción de los derechos delos trabajadores. Y si La Prensa consideraba al gobier-no justicialista como una expresión políticaantidemocrática, un remedo vernáculo de los tota-litarismos europeos derrotados en la guerra, el pe-ronismo estaba convencido de que el periódico eraante todo una gran empresa comercial ligada al capi-tal extranjero, y por lo tanto fiel vocera de las mino-rías de privilegio desplazadas de la escena públicadesde 1943. El propio Perón, en carta enviada al se-nador chileno Arturo Alessandri fechada el 29 deagosto de 1949, calificaba a La Prensa y a su colegaLa Nación como «diarios de la oposición en manosde la oligarquía argentina y pagos, en forma disimu-lada, por los intereses foráneos».(17)

Con relación al conflicto propiamente dicho entreel gobierno y el diario, el mismo se dio en dos planosa la postre convergentes, el fiscal y el gremial. El pro-blema fiscal se relacionaba con los derechos de adua-na del papel para diarios. El 31 de octubre de 1946un abogado, Eugenio Moraggi, se presentó en laAduana de Buenos Aires denunciando que los dia-rios La Prensa y La Nación estaban defraudando alFisco por imprimir los avisos comerciales de sus edi-ciones diarias en papel que no había pagado dere-chos de importación.(18) El fallo de la Aduana, dado aconocer el 28 de febrero de 1948, dictaminó que nohabía existido defraudación, pero señaló que los dosdiarios debían pagar los derechos aduaneros corres-pondientes al papel empleado en la impresión de los

Notas(1) Por defender la libertad, BuenosAires, Diario «La Prensa», 1957,págs. 12-13.(2) 100 años contra el país, BuenosAires, Sindicato de Luz y Fuerza,1971, pág. 87.(3) Sirven, Pablo, Perón y los mediosde comunicación (1943-1955), Ed.CEAL, Buenos Aires, 1984, pág. 95.(4) 100 años..., op. cit., págs. 9 a 57.(5) Sidicaro, Ricardo, La políticamirada desde arriba. Las ideas deldiario La Nación, 1909-1989, Ed.Sudamericana, Buenos Aires, 1993,pág. 17.(6) Diario de Sesiones de la Cámarade Senadores, año 1950, BuenosAires, Publicación del Cuerpo deTaquígrafos del Senado de laNación, 1951, tomo I, p. LXXXII yXCVII.(7) 100 años..., op. cit., pág. 76.(8) Ibídem, pág. 83.(9) Ibídem, págs. 96-99.(10) De Pedro, Valentín, «La Prensa»de Buenos Aires, ImprentaCastellana, Madrid, 1925, pág. 82.(11) Ulanovsky, Carlos, Paren lasrotativas. Historia de los grandesdiarios, revistas y periodistasargentinos, Ed. Espasa, BuenosAires,1997, pág.114.(12) Ibídem, pág. 32.(13) Por defender... op. cit., págs. 77-81.(14) 100 años..., op. cit., pág. 106.(15) Luna, Félix, El 45. Crónica de unaño decisivo, Ed. Sudamericana,Buenos Aires, 1975, págs. 439-440.(16) Ibídem.(17) Diario secreto de Perón.Anotado por Enrique PavónPereyra, Ed. Sudamericana/Planeta,Buenos Aires, 1985, pág.102.(18) Sirven, P., op. cit., pág. 98; Pordefender...op. cit., págs. 101-102.

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avisos publicados en sus ediciones desde 1939 (añoen que se declaró libre de derechos de importaciónal papel destinado a la impresión de diarios, periódi-cos, libros, folletos, revistas, «excluidas los de carác-ter comercial») hasta 1948.(19)

Paralelamente el gobierno, ante la escasez de pa-pel para diarios, decidió en octubre de 1948 limitarsu consumo «en forma tal que no incida sobre el nú-mero de ejemplares que actualmente llega al públi-co»,(20) por lo que dispuso la reducción del númerode páginas de los diarios. Así, La Prensa redujo lassuyas de 30 a 16.(21) El golpe económico que estamedida supuso fue durísimo para el diario: en la se-mana previa a la reducción (2 al 8 de octubre) habíapublicado en sus páginas un total de 56.961 anun-cios, de los cuales 49.268 eran clasificados, que dis-minuyeron a 24.875 y 18.021 respectivamente unmes y medio después (20 al 26 de noviembre).(22)

Estas dificultades sin embargo, no afectaron la fideli-dad de los lectores al diario sino todo lo contrario: sutirada aumentó de 435.000 ejemplares diarios y520.000 dominicales en diciembre de 1949 a 480.000y 550.000 respectivamente en noviembre del año si-guiente.(23)

En lo concerniente al conflicto gremial se produjoentre el periódico y el Sindicato de Vendedores deDiarios, Revistas y Afines, cuyo titular era NapoleónSollazo, y que tuvo un antecedente en 1947, cuandoeste había solicitado al diario la supresión de la carte-ra de suscriptores que a su entender los perjudica-ba.(24) Pero a comienzos de 1951 la exigencia fuemayor. El petitorio dirigido por el sindicato a la em-presa el 23 de enero solicitaba: a) la supresión de lassucursales de la empresa, por cuanto competían conla labor del gremio; b) la supresión de los suscriptoresy el reconocimiento de la entidad gremial como per-sona con derecho exclusivo a distribuir y vender eldiario; y c) la participación del sindicato en el 20%de las ganancias de los avisos clasificados, las cualesse destinarían a la obra social del mismo.(25) Como laempresa no accedió a estos reclamos, el gremio de-cidió un paro de actividades. El Ministerio de Trabajodeclaró la conciliación obligatoria, pero en las reunio-nes llevadas a cabo por las partes los días 16, 19 y 21de febrero no se llegó a ningún acuerdo.(26) Paralela-

mente, el diario había dejado de editarse desde el 26de enero.

Ante esta situación, los empleados del diario re-solvieron reanudar sus tareas el 27 de febrero.Cuando en su conjunto se encaminaron a los talle-res del periódico, los sorprendió un tiroteo quearrojó como saldo la muerte del obrero RobertoNuñez, de 36 años, perteneciente a la sección ex-pedición, y heridas en otros 14 trabajadores. Anteel cariz que estaban tomando los acontecimien-tos, la Confederación General del Trabajo decidiótomar partido en el conflicto, lo cual no le resultódemasiado difícil debido a la tradicional posturaantisindical del diario.(27)

En la reunión de Secretarios Generales convocadaal efecto el 2 de marzo, los oradores, entre ellos elSecretario General de la Central Obrera, José Espejo,fustigaron duramente al periódico. Como conclusiónde las deliberaciones se resolvió mantener la huelgade los canillitas acompañándola con un boicot a laempresa y un paro de actividades de carácter nacio-nal en repudio de La Prensa para el día 13 de marzode 15 a 15.15 hs.(28)

La próxima instancia del conflicto fue su tratamien-to por el Congreso Nacional en sesiones extraordi-narias. El 16 de marzo ambas Cámaras aprobaron laconformación de una Comisión Parlamentaria Mixtainterventora e investigadora de la empresa propieta-ria del periódico.(29) Esta Comisión actuó entre los días20 de marzo y 9 de abril, revisando las instalacionesdel diario y su contabilidad, aconsejando la expro-piación del mismo. Finalmente, ambas Cámaras san-cionaron el 12 de abril la ley Nº 14.021, que declara-ba «de utilidad pública y sujetos a expropiación to-dos los bienes que constituyen el activo de la socie-dad colectiva La Prensa».(30)

El periódico reapareció el 19 de noviembre siguien-te pero como vocero de la Confederación Generaldel Trabajo, entidad a la cual había sido entregado.Luego de la caída del peronismo y por decreto-leyNº 4.360 del 30 de noviembre de 1955, fue deroga-da la ley de expropiación restituyéndose en conse-cuencia La Prensa a sus dueños originarios, reanu-dando sus ediciones a partir del 3 de febrero de1956.(31)

(19) Por defender... op. cit., págs.101-103.(20) Ibídem, pág. 136; Sirven, Pablo,op. cit., pág. 89.(21) Por defender... op. cit., pág. 136-137.(22) Ibídem, pág. 140.(23) Ibídem, pág. 146.(24) Sirven, P., op. cit., pág. 99.(25) Por defender... op. cit., págs. 160-161.(26) Ibídem, págs. 173-178.(27) Cfr. Diario de Sesiones ... op.cit., págs. LXXXVIII a XCVI.(28) Confederación General delTrabajo de la República Argentina,Memoria y Balance anual - XXIºejercicio, 1950-septiembre-1951,Buenos Aires, 1952, págs. 31 a 37.(29) Diario de Sesiones de la Cámarade Diputados de la Nación, año1950, Imprenta del Congreso de laNación, Buenos Aires, 1951, tomoV, pág. 4200.(30) Anales de la legislaciónargentina, 1951, Buenos Aires, LaLey, 1958, tomo XI-A, pág.1.(31) Anales de la legislaciónargentina, 1955, Buenos Aires, LaLey, 1961, tomo XV-A, págs. 607-609.

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Cooke, peronista militante

John William Cooke nació en la ciudad de La Platael 14 de noviembre de 1919 en el seno de una fami-lia de origen irlandés y militancia radical. Su padre,Juan Isaac, era dirigente del radicalismo bonaerensey en ese carácter fue ministro de Gobierno provin-cial en la década de 1920 y diputado nacional en lasiguiente, cuando se ubicaba en el sector alvearistade la interna partidaria.(32) John, apodado con el tiem-po «El Bebe», comenzó muy joven su actividad políti-ca colaborando con su padre en el Congreso. Tam-bién, y como estudiante de la Facultad de Derecho yCiencias Sociales de la Universidad Nacional de LaPlata, participó activamente en la Unión Universita-ria Intransigente, agrupamiento de orientación radi-cal. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial seconvirtió en un decidido aliadófilo, llegando inclusi-ve a integrar la Acción Argentina.(33)

La Revolución de 1943 y el ascenso de Juan Peróncoinciden con su viraje ideológico que lo acercan aposturas nacionalistas primero y de allí al peronismonaciente después. Este cambio debe ser adjudicado,según Norberto Galasso, a la influencia de su amigoCésar Marcos.(34)

El triunfo de Perón en 1946 lo consagra diputadonacional con apenas 26 años en representación delos ciudadanos de la Capital Federal, banca que ocu-pará hasta 1952. Su desempeño como legislador lomuestran como un peronista militante que defendiócon gran convicción las tres banderas históricas delJusticialismo: justicia social, soberanía política e inde-pendencia económica.(35) Así, en agosto de 1946 fueuno de los siete diputados oficialistas que votaron encontra de la ratificación de las Actas de Chapultepec,pues entendía que las mismas importaban una men-gua para la soberanía nacional.(36) Otra oportunidadpara reafirmar su nacionalismo se dio en 1949, cuan-do el Congreso le rindió homenaje al historiadorAdolfo Saldías. Allí puso de manifiesto su pertenen-cia al revisionismo histórico (en 1954 fue elegido vi-cepresidente del Instituto Juan Manuel de Rosas)(37)

al expresar, en clara alusión a la historia oficial, que«creemos que sólo se puede obtener la liberacióneconómica nacional a través de la destrucción de esos

dogmas históricos falsamente fabricados».(38) Y fueprecisamente en el tratamiento de las cuestiones eco-nómicas donde Cooke mostró su fuerte oposición alliberalismo económico y, como contrapartida, unafirme defensa de la intervención estatal en la econo-mía. Esto ocurrió en 1947 cuando el parlamento tra-tó una ley antimonopólica y luego el Primer PlanQuinquenal y en 1948, cuando se discutió la caduci-dad de la concesión a la Corporación de Transpor-tes.(39) Coinciden los autores que han estudiado susdiscursos que su tratamiento de los asuntos econó-micos, en especial los referidos al desarrollo y ten-dencias del sistema capitalista, demuestran que ha-bía leído a Marx, Engels, Hilferding y Lenin.(40) RichardGillespie arriesga que «de hecho se puede afirmarque muchas de las bases teóricas para la posteriorconversión de Cooke al marxismo ya estaban pre-sentes en el período».(41)

Un acto revolucionario

El primer debate parlamentario sobre el «caso LaPrensa» se llevó a cabo el 16 de abril de 1951, tratán-dose la conformación de una Comisión investigado-ra de la empresa propietaria del periódico. Allí losdiputados del oficialismo peronista que hicieron usode la palabra, como Rodolfo Decker, José Visca yEduardo Colom, plantearon la cuestión desde la ópti-ca de la soberanía nacional: La Prensa era una em-presa capitalista al servicio de intereses foráneos, fielvocera de los enemigos de las mayorías populares ypor lo tanto actuaba permanentemente en contra dela Nación. La oposición radical por su parte, a travésde Arturo Frondizi y Silvano Santander, argumentóque era un ataque a la libertad de prensa, una medi-da autoritaria que tenía por objeto acallar una vozopositora al gobierno. John William Cooke en tantofue quién profundizó los argumentos de su bancadae incluso fue más allá pues señaló que el conflictodel peronismo con el periódico excedía el tema de laformación de una Comisión investigadora y lo queesta pudiese llegar a dictaminar: «Hasta tanto sepa-mos los resultados de su labor, sería prematuro ade-lantar opiniones sobre cuáles pueden ser las verda-deras ramificaciones que tenga este conflicto de ‘La

(32) En 1945 fue Ministro deRelaciones Exteriores del gobiernorevolucionario y durante el primergobierno peronista se desempeñócomo embajador en el Brasil.(33) Galasso, Norberto, Cooke: dePerón al Che. Una biografía política,Ed. Homo Sapiens, Buenos Aires,1997, págs. 7-10.(34) Ibídem, págs. 12-14.(35) Gillespie, Richard, John WilliamCooke. El peronismo alternativo, Ed.Cántaro, Buenos Aires, 1989, pág.39.(36) Galasso, N., op. cit., pág. 26.(37) Gillespie, R., op. cit., pág. 10,Introducción II de Fermín Chávez.(38) Galasso, N., op. cit., pág. 32.(39) Ibídem, págs. 27-31 y Gillespie,R., op. cit., págs. 42-43.(40) Ibídem, págs. 28 y 43-44respectivamente.(41) Gillespie, R., op. cit., pág. 39.Acerca de la actuación política yviraje ideológico hacia posicionesizquierdistas de Cooke posteriores a1955 véase, además de los citadostrabajos de Galasso y Gillespie, losde Goldar, Ernesto, John WilliamCooke y el peronismorevolucionario, Ed. CEAL, BuenosAires, 1985 y Gil, Germán R., Laizquierda peronista (1955-1974), Ed.CEAL, Buenos Aires, 1989.Asimismo las obras del propioCooke y la correspondenciamantenida con Perón.

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Prensa’. Pero para mí, por encima de las conclusio-nes a que pueda llegar la comisión investigadora, meinteresa mucho más plantear un problema generalque es de conciencia revolucionaria en relación conla llamada ‘prensa seria’, con la que nosotros llama-mos ‘prensa mercantil’ de la República.

Podrá el diario en cuestión estar perfectamente asalvo en el aspecto legal; podrá haber cuidado lasformas en todas sus actividades, pero como diputa-do revolucionario y como hombre que tiene por cos-tumbre decir las cosas tal cual las siente, afirmo queel diario ‘La Prensa’ tiene contraída con el pueblo dela República la deuda de sus grandes pecados».(42)

El conflicto entonces era profundo y de ninguna ma-nera coyuntural, pues a juicio de Cooke el periódicohabía predicado siempre en contra de los intereses na-cionales y, por supuesto, en contra de la clase trabaja-dora: «Nosotros estamos contra ‘La Prensa’ por razo-nes mucho más serias, mucho más fundamentales. Es-tamos contra ‘La Prensa’ porque creemos que diariosde esa clase son los que han minado las bases de lanacionalidad; creemos que ‘La Prensa’ es uno de losobstáculos, como hay muchos otros en el continente,que han impedido o demorado todas las posibilidadesde reivindicaciones proletarias en Latinoamérica. Noso-tros lo decimos por encima de las contingencias de lacomisión investigadora; lo decimos como hombrespolíticos que expresamos opiniones personales.

Nosotros estamos con los obreros y estamos con-tra ‘La Prensa’, porque ‘La Prensa’, por supuesto, siem-pre estará, como lo ha estado hasta ahora, contra losobreros y contra nosotros.

Este es el planteo revolucionario con respecto aeste problema de ‘La Prensa’. Nosotros con los nues-tros; ‘La Prensa’ con los suyos y con sus aliados dedentro y de fuera del país y con todos aquellos que,aún sin estar complicados en las maquinaciones delos diarios capitalistas, creen que están defendiendolos intereses de la prensa libre y de la libertad deprensa». (...) «Nosotros estamos en contra de ‘La Pren-sa’. Si la comisión llega a decirnos que ‘La Prensa’está en regla, que no ha transgredido ninguna dispo-sición legal, ella seguirá su vida normalmente; peronosotros estaremos contra ella, como ‘La Prensa’ se-guirá estando contra nosotros.

No es éste para nosotros un planteo circunstancial,sino de fondo. Si ‘La Prensa’ tiene razón, tiene queestar equivocado el país, y si tiene razón el país, es-tán equivocados ‘La Prensa’ y todos quienes tienenconexiones con ella». (43)

Más adelante ahondó Cooke en el carácter mera-mente lucrativo que tenían las empresas periodísti-cas, lo cual conspiraba contra la verdadera libertadde prensa. Decía el diputado peronista: «Si fuera exac-to que está en juego la libertad de prensa, ningunavoz se levantaría en contra de este principio funda-mental de los derechos humanos; pero esto no es lalibertad de prensa. La libertad de prensa es una cosaauténtica, que se está mancillando a través del plandistorsionado que se está siguiendo en este asunto.Nosotros creemos en la libertad de prensa, de la pren-sa independiente y de la ideológica, de la equivoca-da y de la que está en la verdad; pero en lo que nocreemos es en el derecho de estas empresas mer-cantiles y capitalistas para procurar que los resortesdel Estado se pongan al servicio de sus intereses cadavez que hay cuestiones gremiales en juego».(44)

La libertad de prensa, tal cual la entendían las em-presas periodísticas, se convertía según Cooke en otroinstrumento de dominación de los países imperialistas:«Nosotros sabemos que para el imperialismo el prin-cipio de la libertad de comercio, el principio de lalibertad de concurrencia, el principio de la libre acti-vidad privada y el principio de la libre empresa sontodos fantasmas y mitos que a la larga sirven paraacentuar cada vez más la desigualdad que ya existeentre países coloniales y capitalistas.

Desgraciadamente, a través de los procesos histó-ricos de la humanidad, la libertad de prensa, juntocon estas otras libertades que he mencionado, havenido a constituir un instrumento más de aherro-jamiento, de sometimiento de los pueblos colonialesy semicoloniales.

¡Qué nos vienen a hablar de libertad de prensa! Elpropósito es querer embaucarnos con una supuestaigualdad juridicoformal, que es el punto de arranquede la exacerbación de la desigualdad social y econó-mica. En vez de la fórmula de nuestro presidente deque haya ‘menos ricos y menos pobres’, lo que se bus-ca es que haya menos ricos y muchos mas pobres».(45)

(42) Diario de Sesiones de la Cámarade Diputados de la Nación..., op.cit., pág. 4181.(43) Ibídem, págs. 4181-4182 y 4184-4185.(44) Ibídem, págs. 4182-4183.(45) Ibídem, págs. 4183.

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Pero además, y en la medida en que se producíauna peligrosa concentración de empresas periodísti-cas que beneficiaba a las mas poderosas en detri-mento de las mas pequeñas, se desvirtuaba así la fun-ción informativa primaria que todo medio de difu-sión debía tener: «Las empresas periodísticas comola que consideramos hoy están en un mundo de trusts,de cartels, de holdings, de toda forma de integraciónmonopolista. La llamada ‘prensa grande’ no ha esca-pado a este proceso; se han ido integrando, concen-trando y al final han venido todos los órganos deopinión de importancia comercial a quedar en ma-nos de pocos propietarios que siempre están vincu-lados directamente a las altas finanzas y a los gran-des negocios. (...) Se nos podrá decir que es una afir-mación que hacemos los peronistas desde aquí, pre-tendiendo interiorizarnos de cosas de los EstadosUnidos. No es así. Una de las publicaciones que go-zan de más fe en los propios círculos afectos a estetipo de prensa, como ‘The Economist’, de Londres,decía que a través de estas declaraciones ‘se prepa-raba el camino al dominio mundial de los EstadosUnidos, mediante agencias informativas norteameri-canas poderosas desde el punto de vista financiero’.Por supuesto que al mismo tiempo la Associated Pressacusó de idéntico delito a la revista ‘The Economist’.La verdad es que ambos tenían razón. El proceso deconcentración ha sido paralelo en Estados Unidos yen Inglaterra. A través de los años ha ido restrin-giéndose el número de periódicos y formándose lasgrandes integraciones capitalistas que manejan todoslos medios de información, difusión y publicación denoticias escritas. Tanto la Reuter como la AssociatedPress y la United Press poseen una red internacionaly una organización privada, al margen de la cual haypoco menos que una imposibilidad total para actuara las demás agencias noticiosas, salvo que cuentencon apoyo de gobiernos igualmente poderosos. Unasola de ellas controla 285.000 millas de cable tele-gráfico contratado especialmente para su explotaciónmonopolista».(46)

A juicio de Cooke este proceso de concentraciónmonopolista de los medios de información, particu-larmente en los Estados Unidos, formaba parte de lapropia naturaleza del sistema capitalista y era por ello

atentatorio de la libertad de prensa. «La concentra-ción de la industria conduce fatalmente al monopo-lio, tiende a la expansión y busca ampliar la zonadominada por los monopolios rivales. Es simplemen-te una ley económica de la sociedad capitalista. Deninguna manera una lucha de ideas. (...) En NorteAmérica había en 1920, 2.000 diarios y actualmentehay alrededor de 1.700. En 1.100 ciudades de Esta-dos Unidos hay solamente un periódico, y en las 160ciudades donde hay más de uno, ellos se encuentranen manos de un propietario o grupo de propietarios.Salvo contadas excepciones, la regla es que el perió-dico es un instrumento más de las clases dominantesen perjuicio de las clases económicamente menosfavorecidas.(...) Después de estas afirmaciones, ¿pue-de hablarse con seriedad de prensa libre? ¿o pode-mos directamente dar a estas empresas el nombreque verdaderamente tienen? Son empresas de lucro,de integración capitalista, y que lógicamente buscanlo que buscan todas las empresas capitalistas: repar-tir dividendos, favorecer a sus accionistas.

No se puede creer que exista la posibilidad de queesos diarios, controlados de esta manera, vayan ajugarse en pos de un ideal o de un principio que pue-da producirles un quebranto económico (...) Los pro-pietarios de los grandes diarios, de las grandes agen-cias, están interesados en sacar un interés a su capi-tal. Sus ideas y principios -cuando los tienen- se su-bordinan inexorablemente a su interés comercial (...).

Nosotros creemos que en lugar de dignificar el ofi-cio periodístico, esos grandes diarios transforman alos hombres dignos, que son los auténticos produc-tores de este ramo de la difusión de las noticias, enverdaderos prisioneros encerrados en cárceles sinrejas, obligados a servir los intereses de los grandesanunciadores. No se puede confundir prensa librecon la empresa periodística que persigue un nego-cio».(47)

Esta defensa del orden capitalista mas no de la li-bertad de expresión que hacían las grandes empre-sas periodísticas las conducía necesariamente a opo-nerse a todo tipo de legítima reivindicación obrera oactividad gremial: «Estas son las consignas de todosesos diarios. Basta leer cualquiera de sus editoriales yseguir su trayectoria para observar que en el fondo

(46) Ibídem.(47) Ibídem, págs. 4183-4184.

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existe un respeto absoluto por los intereses constitui-dos en el orden capitalista y el más profundo despre-cio por las reivindicaciones sociales.

Un importante diario de Estados Unidos decía, nohace mucho, con respecto a una demanda obrerapor reducción de horas de trabajo, que la consecuen-cia inevitable será un exceso de descanso en la ma-yoría de los trabajadores, y que ‘sería una verdaderatragedia quebrantar todo el programa económico poruna hora más de descanso que nadie sabría aprove-char’ (...).

Esa es la concepción que nosotros tenemos del ac-tual conflicto gremial, y como podemos comprobar,ésta es también la concepción que tienen las masasproletarias y los servidores de los grandes diarios conrespecto a estas empresas de tipo capitalista.

Es evidente que estas empresas comerciales po-drán, inclusive, tener una orientación determinada,pero que su fin primordial es el fin de todas las em-presas capitalistas: el beneficio que obtengan suscapitales impidiendo en lo posible la actividad gre-mial. Esa es la verdad no sólo en nuestro país sinotambién en los países que se han hecho eco de to-das las protestas con motivo de la situación del dia-rio ‘La Prensa’ (...)

¿Cómo cree el encargado de Asuntos Latinoameri-canos del Departamento de Estado(48) que existe li-bertad de prensa, cuando esos mismos diarios queen un país vecino nos critican por el problema de ‘LaPrensa’, no dijeron una sola palabra cuando los pro-pietarios de las minas de estaño fusilaron a centena-res de obreros y llenaron de sangre los hogares pro-letarios de un país hermano? ¿Cómo piensan esosseñores del Departamento de Estado que nosotrosvamos a creer en la crítica que nos formulan los dia-rios que sabemos están directamente vinculados a laindustria del cobre, del estaño, del caucho, a las gran-des empresas del canal de Panamá, a las empresasde servicio público, cuando está demostrado, a tra-vés de documentación seria y estudios concienzu-dos, que los diarios que se hacen eco de todas estasmanifestaciones de tipo capitalista son, en el fondo,los resortes de un gran mecanismo que persigue elmismo fin que persigue ‘La Prensa’?

Esa prensa grande es la prensa contra la que noso-

tros tenemos un agravio. Lo tenemos, no porque hayacriticado nuestra obra de gobierno o a las personasque dirigen el movimiento revolucionario. Tenemosun agravio mucho más profundo. Recordamos queson ellos los que lanzaron la teoría disociadora de lanacionalidad y nos hicieron hacer proclamar doctri-nas internacionales que iban a ser nocivas para nues-tro país. Son ellos los que hablaban de la necesidadde proseguir con nuestro tipo de economía, de pro-ducción uniforme, la concepción que les parecíaidílica: el sistema por el cual nosotros producíamosel cuero, lo mandábamos a Inglaterra y luego com-prábamos los zapatos».(49)

Para Cooke, sin embargo, las mayorías nacionales,radicales yrigoyenistas antes y peronistas ahora, eraninmunes al tipo de discurso antipopular y antinacionalque difundía La Prensa: «¿Cómo puede creer alguienque nos vamos a extrañar de que ‘La Prensa’, y losotros diarios del mismo tipo, a través del continente,ataquen a la revolución nacional y a su jefe? Si notuvieron influencia para ganarnos, si no pudieronconvencer a la opinión pública de su verdad el 24 defebrero, ¿por qué vamos a creer que ahora han dehaber aumentado la eficacia de su razonamiento? Sien el pasado no pudieron detener la reelección deYrigoyen, si no pudieron detener la inmensa mayoríaradical, a la cual hubo que mantener apartada de loscomicios por el fraude, a pesar de que en forma com-placiente toda esta gran prensa estaba de acuerdocon el gobierno del régimen; si no pudieron, en suma,orientar nunca a la opinión pública, que no creyó enellos, que sabía que no hablaban su idioma, ¿cómopueden creer que a través de editoriales por mejorescritos que puedan estar, han de llevar al pueblo lasensación de que su voz es la voz de la tierra, la voznuestra, la voz del sino nacional?

¿Cómo me pueden decir que un obrero argentinoorientará su voto o su opinión por la que le vayan ainculcar por ‘La Prensa’? Podemos ganar y perdervotos, porque aunque el presidente de la Repúblicagoza cada día de mayor popularidad, es evidente quecuando una revolución de nuestro tipo triunfa comoha triunfado, tiene mucho más importancia el conte-nido doctrinal que los meros resultados electorales.Aunque perdiésemos todos los votos, todavía segui-

(48) Se refiere a Edward Miller, quienhabía expresado su preocupaciónrespecto de la situación por la cualestaba atravesando La Prensa, comoasí también que la opinión públicade su país había reaccionado de talforma que su gobierno «se estabaviendo obligado a disminuir supolítica de cooperación» connuestro país (Ibídem, pág. 4182).(49) Ibídem, págs. 4185-4186.

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ríamos afirmando que ninguno de ellos lo habríasido por la influencia de alguno de estos grandesdiarios. Nosotros podríamos ser derrotados porotros argentinos que digan verdades mas claras ymejores que las nuestras u ofrezcan un programamejor, pero no vamos a hacer el agravio al puebloargentino de creer que puede ser inducido a errorpor la propaganda maliciosa de las ramificacionesextranjeras del imperialismo internacional. (...). Nosuponemos que una revolución pueda ser torcidacomo no sea por la propia voluntad de los ciudada-nos argentinos. Creemos que la influencia del dia-rio ‘La Prensa’ no pasa más allá de los avisos de tipomercantil».(50)

Al concluir su participación, Cooke sintetizabalos porqué de su posición y la de su bloque res-pecto de La Prensa, centrando su argumento en eldiscurso antinacional del periódico: «Nosotros re-sumimos un capítulo de cargos. Las generacionesfuturas podrán enjuiciar a nuestro gobierno y for-mular las opiniones que quieran sobre nuestro pre-sidente; pero nosotros ahora vamos a formular eljuicio que nos merece el diario ‘La Prensa’ y todoel periodismo de ese tipo, dentro y fuera del país.Para nosotros han fomentado la sumisión y elablandamiento de la voluntad nacional, y han tra-tado de resquebrajar el patriotismo. Tenía que sermuy fuerte el poderío de la tierra y del hombre dela tierra para poder luchar contra interesescoligados y ayudados a través de los diarios; y sinembargo, venció una y varias veces en nuestra his-toria.

Los acusamos de haber querido forjar para los ar-gentinos una mentalidad inhibitoria y subestimativade lo que es la propia valoración argentina. Los acu-samos de haber negado los grandes valores de cul-tura del pueblo argentino, de haber querido enga-ñarnos con la etiqueta de bonitos nombres para queno pudiésemos realizar nuestras conquistas econó-micas. De todo eso los acusamos. (...) No creemosque la conducta política interna e internacional delpaís pueda ser orientada en su parte más mínimapor estos grandes diarios que pretenden orientar ala gran masa nacional desde atrás del mostrador desu tienda de mercachifles».(51)

Conclusión

Lo primero que debe destacarse es lo obvio, estoes la necesidad de situarse en el tiempo de los acon-tecimientos aquí reseñados: casi medio siglo ha trans-currido desde que un gobierno expropió, por ley delCongreso Nacional, uno de los periódicos más tradi-cionales del país. Lo que hoy sería impensable e injus-tificable se produjo en una etapa de la historia delpaís sustancialmente diferente a la actual. El pero-nismo, que le imprimió a la Nación profundos cam-bios políticos, económicos y sociales, significó en símismo un fenómeno cultural. Y como dividió a losargentinos entre leales y adversarios, sin lugar paramedias tintas, el conflicto que sostuvo con La Prensa,expresión opositora por excelencia, fue un reflejo deesa división.

Todo el arco opositor al peronismo percibía a estecomo un fenómeno irremediablemente adverso a lasinstituciones y valores democráticos, casi una aberra-ción que venía a modificar todo un modelo de Na-ción, estilo de vida, tradiciones y prácticas políticasque se creían incuestionables. Por ello, si para La Pren-sa el radicalismo yrigoyenista había sido un trago amar-go, el peronismo le resultó decididamente indigerible.Al mismo tiempo, este haber accedido al gobierno enelecciones libres, sin fraudes ni proscripciones, se vioa sí mismo como defensor único y excluyente de losvalores nacionales e intérprete del pueblo trabajadoren su conjunto. El adversario, más que adversario pro-pio, lo era del país. La Prensa, en ese contexto, se con-virtió en un símbolo de la oligarquía y del capital ex-tranjero, representante por lo tanto de los enemigosdel pueblo argentino. En otras palabras, la rigurosa ló-gica antipopulista del diario debía tarde o tempranoentrar en conflicto con esta novedosa expresión políti-ca y social de base obrera, antitética del modelo elitistade país que siempre defendió el periódico. Este con-flicto alcanzó su máxima intensidad con la expropia-ción de aquel por ley del Congreso, y su posteriorentrega a uno de los pilares del gobierno justicialista:la Confederación General del Trabajo, representantedel movimiento obrero organizado.

En lo que a la participación de John William Cookerespecta dos fueron las líneas que expuso, que no

(50) Ibídem, pág. 4187.(51) Ibídem, págs. 4187-4188.

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solo le otorgaron sustento ideológico y argumental asu bancada sino que mostraron, debido a la profun-didad del análisis, un intento de situarse un escalónmás arriba del debate. Dichas líneas fueron, por unlado, entender el conflicto como de tipo «revolucio-nario», esto es que independientemente de lo quedictaminase la Comisión investigadora de la empre-sa propietaria del diario, el peronismo, como fiel re-presentante de las mayorías nacionales y populares,debía seguir en la vereda de enfrente de La Prensa,órgano periodístico antinacional por excelencia. Porello, cuando se decidió la expropiación del matutino,Cook, que por supuesto votó afirmativamente la en-tendió como un «acto revolucionario».

Por otro lado, al hacer una clara diferenciación en-tre libertad de empresa y libertad de prensa Cookeapuntó al núcleo argumental de la oposición. En otras

palabras, lo que a su juicio debía defenderse no eranlas empresas periodísticas que, como cualquier otrotipo de empresas, solo tenían por fin la obtención delucro, tal era el caso de La Prensa, sino el derecho delos ciudadanos a acceder libremente a la información,que casi siempre era distorsionaba por aquellas cuan-do de reivindicaciones nacionales y populares se tra-taba. De allí que sostuvo que el proceso de concentra-ción monopólica de los medios periodísticos, ademásde no escapar a la lógica propia del sistema capitalis-ta, perjudicaba a la libertad de prensa y al pueblo ensu conjunto en la medida en que se constituían en uninstrumento más de las clases dominantes.

(*) Docente e investigador de la Facultad de Periodismo yComunicación Social

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Introducción

El presente artículo es una síntesis del estudio rea-lizado junto a los investigadores Tania Montoro(1) yJoan Ripollès i Iranzo(2) presentado en el marco de laAsignatura «Las estrellas de la radio y la credibilidad»del Doctorado en Comunicación Audiovisual de laUniversidad Autónoma de Barcelona.

El objetivo básico de este trabajo es posar una mi-rada sobre el espinoso, multidimensional y hasta polé-mico concepto de credibilidad. Específicamente nues-tro interés se centra en la intención de observar cómose construye el concepto de credibilidad y de quémanera se materializa tal concepto en el imaginarioy en el discurso de los receptores de mensajesmediáticos.

Esta motivación se genera a partir de cierta conso-lidación, en algunos ámbitos académicos, de una lí-nea de investigación que sustenta la necesidad demedición de los niveles de credibilidad de los distin-tos soportes mediáticos, cual si fuera una variableposible de cuantificar.

La necesidad de acotar el objeto al medio radio-fónico surge en función de que particularmente en elcaso español los resultados de diversas encuestasestructuradas en la dirección señalada anteriormen-te, indican a la radio como el medio de comunica-ción más «creíble» y específicamente a las emisorasprivadas con un mayor «índice de credibilidad» quela cadena pública, Radio Nacional de España.

En ese sentido, para entender las circunstanciashistóricas que posibilitaron que el soporte radiofónicoobtuviera lo que nosotros preferimos denominarcomo lugar de prestigio y de reconocimiento social,creímos pertinente describir en términos generalesel rol que ocuparon las emisoras de radio privadasen el proceso de transición democrática y particular-mente en la cobertura del intento de Golpe de Esta-do del 23 de Febrero de 1981.

Con este marco contextual, para abordar entonces,el objeto de estudio previamente definido, optamospor analizar el discurso obtenido de diez entrevistasen profundidad realizadas a oyentes del programa«Buenos Días, con Carlos Herrera» que se emite por lacadena pública, Radio Nacional de España.

El interés en el programa Buenos Días y en la figu-ra de su conductor Carlos Herrera se sustentó en quese trata de un nueva apuesta de RNE en el competiti-vo horario de Prime Time(3), que comenzó a emitirseen setiembre de 1997 y según el Estudio General deMedios publicitado los primeros días de diciembrede 1997,(4) en sus primeros tres meses logró aumen-tar en un 75% la audiencia de Radio Nacional en esehorario central ubicándose en el octavo lugar de losprogramas más escuchados de la radiofonía españo-la al tiempo que Carlos Herrera irrumpía abrup-tamente para ocupar una posición sólida en la «cons-telación» de las estrellas de la radio española

1) La credibilidad del medio radiofónico. La radio yla transición democrática española

En el marco de la trascendencia que se le otorga alos estudios acerca de la credibilidad que obtienenlos medios de comunicación, merece especial aten-ción el caso particular de la radio: «La radio es el mediode comunicación que goza de mayor credibilidad enEspaña. Diversos investigadores han mostrado quela radio aparece como el medio más informativo ymás creíble incluso antes que la prensa...el medio queproporciona el tratamiento de los contenidos cultosy más inteligentes». (Miguel, 1995 p. 693)

Sin intención de adentrarnos aún en profundizaracerca de «qué significa» y qué grado de validez opertinencia tiene la afirmación de que un soporte

Oscar Lutczak (*)

De los «partes» de Franco a los«Buenos días» de Carlos Herrera

Radio Nacional de España:en busca de la credibilidad perdida

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mediático o un mensaje sea más creíble que otro ono, sí asumimos que particularmente en España laradio logró alcanzar un lugar de prestigio, respeto yreconocimiento social en virtud del papel que ocupóel medio en el periodo de transición democrática ymuy especialmente en la cobertura del intento deGolpe de Estado del 23 de febrero de 1981.

Al respecto Armand Balsebre asegura que «Desdeel campo estrictamente informativo ha sido la radioel medio de comunicación que ha observado másde cerca la trayectoria del cambio social que la diná-mica política de la restauración democrática ha im-puesto a las instituciones españolas desde la muertede Franco...». (Balsebre,1993)

Tal como lo sustenta Armand Balsebre en su obraLa Credibilidad de la radio Informativa en España, laprogramación informativa de la radio española nacevirtualmente cuando el primer gobierno constitucio-nal de Adolfo Suárez decreta el fin del monopolioinformativo de RNE, a través del Real decreto del 6de octubre de 1977 sobre libertad de informacióngeneral por las emisoras de radiodifusión.

Las firmas del Rey Juan Carlos y del Ministro deCultura, Pío Cabanillas, cerraban un largo periodo decasi 40 años, de obligatoria conexión de las emisoraspúblicas y privadas con RNE a las 14.30 y a las 22para la difusión de los Diarios Hablados también co-nocidos como «los partes», como así lo dispusieraFranco con una orden del 6/10/39. El fin de la co-nexión obligatoria supuso el fin de un periodismo ra-diofónico anacrónico y excesivamente controlado porel poder político y las propias empresas temerosasde que las concesiones que adjudicaban las licenciasno fueran renovadas. «La falta de rigor en la informa-ción radiofónica del franquismo condujo a una pér-dida de credibilidad y a un desinterés de la audienciay de la misma empresa radiofónica por el productoinformativo...

A partir de la desconexión se produce el llamadoboom informativo ...la simple posibilidad de contarlo que pasaba rescató a la radio de un cierto sub-desarrollo creativo y cultural y convirtió en estrellas alos conductores de los nuevos noticiarios.

A partir de este nuevo boom informativo la credi-bilidad de la radio se medía en función de su mayor

o menor grado de dependencia o independencia delpoder político, desde esta simple perspectiva la ra-dio pública no es creíble, la radio privada sí».

«Como sucede tantas veces, con una capacidadde revulsivo semejante a la emisión de Orson Welles‘La guerra de los Mundos’ en 1938, tuvo que ser unhecho excepcional de la actualidad político socialespañola el que desterrase definitivamente los viejosprejuicios anti radio y confirmase con éxito esta pri-mera etapa del llamado boom informativo...el papelrealizado por la radio durante las 18 horas que duróel asalto al Congreso de los Diputados por 288 guar-dias civiles al mando del Coronel Tejero, supuso dealguna manera la diplomatura de la nueva radio in-formativa de la etapa posfranquista y democrática ydecidió también su máximo nivel de popularidad yreconocimiento social».

«Qué sucedió exactamente aquel 23 F o ‘nochede los transistores’ para la construcción de tal estadode opinión favorable a la radio...Sobre las 18.23 cuan-do se está procediendo a la votación nominal deinvestidura del candidato a la presidencia LeopoldoCalvo Sotelo que reemplazaría al dimitido AdolfoSuárez, irrumpe el teniente coronel Tejero pistola enmano, acompañado de otros guardias civiles arma-dos, Alto ¡Quieto todo el mundo! Sonidos de pistolay ametralladora ¡desenchufa eso desenchufa...Nopodemos emitir más porque llevan ametralladoras...tras el largo silencio comenzó a emitirse música perosolo unos minutos porque superados los momentosde indecisión los periodistas comenzaron a dar infor-mación hasta el final y hasta el momento de la libera-ción de los diputados secuestrados pasadas las 12del mediodía a las 12 hs del 24... A pesar de la impre-cisión de las primeras horas, el sonido libre de la ra-dio era suficiente para confirmar a todos que el Gol-pe de Estado no había triunfado y que sólo el Con-greso de Diputados y la Región Militar de Valenciaeran escenario preocupante de la sublevación. Mien-tras, la televisión que hasta el momento era exclusi-vamente de financiación pública, siguió casi sin alte-raciones la serie de programas y espacios habitualesde cualquier lunes, ajena a lo que estaba sucediendoen el Congreso, abriendo todas las dudas posiblessobre el éxito o no de la rebelión militar... aquel día la

Notas(1) Licenciada en EducaciónUniversidad Santa Ursula de Río deJaneiro. Master en Comunicación,Universidad de Brasilia. Master enComunicación y MovilizaciónSocial Tulane University de NewOrleans, EE.UU. Docente de laFacultad de Comunicación Socialde Brasilia.(2)Licenciado en ComunicaciónAudiovisual de la UniversidadAutónoma de Barcelona.(3) Prime Time u Horario Central conmayor índice de audiencia. En elcaso de la radio Española seconsidera que la franja de PrimeTime es entre las 7 y las 13 hs.Desde hace algunos años esteespacio está mayoritariamenteocupado por magazinesinformativos con una fuertepresencia de un conductor estrella.En el horario de las 0 a la 1 seorigina lo que se dio en llamarsegundo Prime Time ocupadopreferentemente por programasdeportivos.(4) Diario ABC 11 de diciembre de1997.

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televisión vio reducidos sensiblemente sus niveles decredibilidad». (Balsebre, 1993)

Pero la televisión no fue la única perjudicada conla nueva situación que se abrió tras los sucesos del23 F ya que a partir de este nuevo boom informativola credibilidad de la radio se medía en función de sumayor o menor grado de dependencia o indepen-dencia del poder político, desde esta simple perspec-tiva la radio pública no es creíble, la radio privada sí.Esto se sustentaba en la manifestación de una mayorconfianza e interés en los medios privados o inde-pendientes en detrimento de Radio Nacional de Es-paña y de la hasta entonces(5) monopólica TelevisiónEspañola.

En lo que podríamos denominar como una segun-da etapa del «boom informativo» de la radio españo-la, ya en 1983, Cebrián Herreros advertía el abando-no de la programación por bloques monográficos enbeneficio de un programa de larga duración en elque se va cambiando de tema cada poco tiempo ose persigue la secuencialidad real de un suceso. Losúnicos hilos conductores de los temas son su vincu-lación con la actualidad permanente o a ser posiblecon la actualidad inmediata y la narración interesan-te de un presentador que llega a convertirse en untema atractivo por sí mismo. (Martí, 1990. p. 44)

Entre estos «presentadores que llegan a convertir-se en un atractivo por sí mismos» comienzan a con-solidarse como auténticas mega- estrellas de la radioespañola: Iñaki Gabilondo desde su programa «Hoypor Hoy « difundido por la Cadena Ser(6) y Luis DelOlmo director y conductor de «Protagonistas» ciclocon el que tras pasar por varias emisoras se instala en1991 en Onda Cero.(7) Aunque en un segundo planoen esta etapa también hace su aparición AntonioHerrero desde la hoy desaparecida cadena de radioAntena 3,(8) ampliando su prestigio desde 1992 a partirdel momento de su paso a la COPE.(9) En este proce-so de ratificación, de reconocimiento social obteni-do por la radio y de consolidación de los conducto-res de los programas ubicados en el segmento hora-rio de mayor audiencia, como estrellas y formadoresde opinión, RNE seguía quedando relegada. Mien-tras las emisoras privadas así como las radio Fórmu-la,(10) lograban captar nuevos segmentos sociales, se

identifica a RNE como la Cadena con la audienciamás envejecida del espectro radiofónico español.Radio Nacional de España encarna la inercia históri-ca en la radio, como TVE en la televisión. Los segui-dores de RNE lo son de toda la vida y les cuesta cam-biar. La franja de edad predominante es de más de65 años, y la edad promedio del oyente es de 57años. Para los mayores, RNE es todavía donde se da«el parte».

2) El programa de Carlos Herrera, la nueva apuestade RNE

Tal como lo señalamos desde la introducción, elinterés en tomar como objeto de estudio el análisisde recepción del «programa de Carlos Herrera»(11)

para analizar la construcción del concepto de credi-bilidad por parte de los oyentes, surge como resul-tante del éxito inmediato logrado por RNE en su in-tención de competir en ese segmento horario demayor índice de audiencia, en el cual había perdidosu protagonismo.

Si bien no haremos hincapié en el análisis del pro-grama en la fase de producción sino en su modo derecepción, consideramos necesario explicitar unamínima descripción de la estructura del programa yalgunas características básicas: El programa que seemite desde las 8.30 hasta las 13 hs., consta de va-rios segmentos o secciones bien diferenciados: de8.30 a 9.00 Presentación, editorial del tema periodís-tico más importante y entrevista ligada al tema; de 9a 10 el sesgo está puesto en lo informativo, repasode los titulares de la prensa diaria y tertulia(12) pluri-temática con colaboradores estables; de 10 a 11, seda cierta continuidad a uno de los ejes desarrolladosdurante la tertulia, pero con la participación telefóni-ca de los oyentes. Este segmento se cierra con unasuerte de balance o síntesis que realiza un colabora-dor, sin intención de cuantificar pero sí de repasarcuáles fueron las tendencias de opinión más recu-rrentes y cuáles las más particulares, curiosas o dife-renciadas; de 11 a 11.30 se da paso a la sección deHistoria de la Música Popular de España, durante esesegmento se difunde música paradigmática de un añodeterminado y un especialista hace comentarios so-

(5)Los canales de televisión privadosAntena 3 y Tele 5, hicieron suaparición recién en 1990.(6) La cadena Ser, que se mantienecomo líder absoluto de audienciadesde mediados de los 80, tambiénes propietaria de la Radio Fórmula«Los 40 principales». La cadena Serpertenece al Grupo Prisa,propietarios del diario El País yprincipales socios de Canal Plus yCanal Satélite Digital.(7) Cadena de propiedad de laONCE (Organización Nacional deCiegos de España) que tambiénforma parte del paquete accionariode Tele 5.(8) Los mismos propietarios de estacadena de radio encabezan elproyecto que se efectiviza en 1990de Antena 3 Televisión.(9) Esta cadena es propiedad de laConferencia Episcopal Española.(10) Lo que en Argentina se reconocecomo Formato FM con unapreeminencia de la músicadiferenciado del formato AM conpredominancia de la radio habladay los géneros informativos, enEspaña se le da el nombre de radioFórmula confrontada a ladenominada radio Convencional.Esta clasificación deviene de quetanto uno como otro formatocomparten la FrecuenciaModulada. Aunque lo que sedenomina Radio Convencionaltambién se emite por OM (Ondamedia), lógicamente por calidad yfidelidad de sonido las audienciasoptan por la FM.(11) La primera aclaración necesariaque surge es que mencionamos alcitado producto mediático como«el programa de Carlos Herrera» yaque así es como se lo reconocetanto por parte de la audienciacomo en algunos dispositivosmetadiscursivos, más allá de que su

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bre el surgimiento y la trayectoria del músico o can-tante en cuestión; de 11.30 a 12.00 se desarrolla unaentrevista pero más ligada a temáticas culturales ode interés general; de 12 a 12.45 se inicia una moda-lidad de tertulia pero vinculada al «cotilleo»,(13) a fri-volidades, espectáculos, prensa del corazón y conun cierto humor irónico y sarcástico. De 12.45 a12.50, se pone al aire una selección de los mensajesdejados en el contestador automático del programa,como otro modo de reflejar la participación del oyen-te; a las 12.50 se da paso al cierre que consta de tresmomentos diferenciados, a) la síntesis de la emisiónde la fecha, con una edición condensada de los mo-mentos más emotivos, importantes o risueños delprograma. Habitualmente se incluye la repetición dealgún «furcio» de la estrella principal, b) un editorialde cierre con un carácter pseudo filosófico c) la des-pedida propiamente dicha por parte del conductor,en un tono intimista «les habló Herrera, Carlos».

Más allá de los segmentos y horarios enunciadosde ese modo para facilitar la lectura, cabe destacarque en realidad a cada hora en punto se emite elboletín informativo de la Cadena con una duraciónaproximada de 3 a 5 minutos. Asimismo, más allá dela estructura básica, también tienen presencia algu-nos colaboradores con participación esporádica conuna columna semanal específica (comidas, vinos,policiales, deportes).

Por otra parte es necesario subrayar que si bienhabitualmente el programa se emite desde los estu-dios de la emisora situados en Madrid, al menos unavez por semana, Carlos Herrera y su equipo se trasla-dan a una ciudad distinta de España, con la intenciónexplícita de acercarse más directamente a los oyen-tes de todo el país. En estas ocasiones, la estructurasufre ligeras modificaciones, ya que se le dedica mástiempo de participación tanto a los personajes públi-cos como a los oyentes del lugar así como se expan-de el espacio destinado al humor.

Desde nuestra concepción el programa de CarlosHerrera es un magazine informativo-contenedor quese corresponde con el estilo convencional de la ra-diodifusión española que a pesar de emitirse tambiénen FM tiene su origen en el modo de hacer propiode OM (Onda Media o Amplitud Modulada) y se

inscribiría en lo que Josep María Martí denomina pro-gramación por bloques, cuyos productos no presen-tan entre sí grandes diferencias en cuanto a conteni-do y estructura pero sí en cuanto a la figura del con-ductor estrella que se convierte en el cohesionadorde la variedad de los espacios: Aquello que define elmagazine estructuralmente y que lo hace reconociblecomo texto radiofónico diferenciado y clasificabledesde el criterio que mantenemos es la secuencialidadde su diseño interno. Los diferentes apartados temá-ticos y los subgéneros se distribuyen en el tiempo deacuerdo con diferentes objetivos de realización (...)Otra característica importante del género en su prác-tica habitual es la incorporación de una nómina ex-tensa de colaboradores los cuales de forma regularse hacen cargo de las diferentes secciones del pro-grama en lo que respecta a los contenidos, puestoque la realización siempre corresponde en última ins-tancia al conductor. (Martí, 1990. p.44)

3) Decisiones metodológicas

3.1) Organización de entrevistas. Modo de realiza-ción y análisis

Para intentar obtener la profundidad deseada to-mamos la determinación de realizar las entrevistasindividuales, en el lugar habitual de escucha del oyen-te. Sin subestimar la utilidad de la dinámica de grupoy por el contrario habiendo asumido el déficit de lasperspectivas de nuevos elementos que hubieran sur-gido de una instancia dialógica de esas característi-cas, consideramos que la realización de entrevistasindividuales y el consiguiente análisis discursivo decada uno de los textos obtenidos de sujetos de dis-tintas edades, posición socio-económico-cultural, ydisímil relación con el medio, con la cadena y con elproducto, nos ofrecían las herramientas válidas paraafrontar esta primera aproximación al estudio de lacredibilidad de las estrellas de la radio.

De todos modos, es digno reconocer que esta de-cisión metodológica la afrontamos y valoramos comofactible, en el proceso de rediseño de la investiga-ción al verificar la reticencia de los oyentes a partici-par de una instancia colectiva con personas desco-nocidas entre sí, alegando en muchos de los casos

nombre formal sea Buenos Días o elslogan central (que genera ciertaconfusión con cual es el nombre-marca definitivo) sea «las cosascomo son» y en algunos estudios deaudiencia se cite al mismo espaciocomo Las mañanas de RadioNacional de España».(12) Como tertulia se denomina auno de los géneros máscaracterísticos de la radioconvencional. Se trata de debates ydiscusiones con un panel decolaboradores estables y en algunoscasos con invitados especiales. Enla estructura de los magazines estegénero guarda una vital importan-cia. Todas las emisoras coincidenen ubicar este segmento en el tramoque va de las 9 a las 10 de lamañana, que constituye el pico demayor audiencia dentro de lo queya definimos como franja de PrimeTime radiofónico (de 7 a 13 hs).(13) «Cotilleo»: Chismes delespectáculo y del jet set.

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una carencia de preparación o formación o facilidadde palabras para explayarse con naturalidad y sindejarse influenciar por discursos previamente presti-giados. Como segunda alternativa se nos presentabala perspectiva de entrevistar a un conjunto de perso-nas del mismo colectivo que compartan la escuchadel programa, instancia que desechamos en funciónde considerarla válida para analizar la renegociaciónde sentido pero no para este tipo de análisis dondeaunque sin pretensiones de criterios de represen-tatividad, considerábamos relevante la diversidad delos sujetos entrevistados.

Las entrevistas individuales que podríamos definircomo focalizadas y semidirigidas, las estructuramosen función de las siguientes categorías temáticas:

-Relación histórica del oyente con el medio radio-fónico, con la emisora (RNE), y con el programa enparticular;

-Situación de escucha e interacción con otros oyen-tes;

-Valoración de los aspectos positivos y negativosdel producto mediático (lo mejor y lo peor);

-Definición por parte del oyente de los conceptosde credibilidad radiofónica y estrella;

-Comparación de la estrella de referencia con suscompetidores en el mismo segmento horario;

-Caracterización según el oyente del perfil de laaudiencia del programa.

Recién en una segunda etapa, quisimos cotejar losdatos que surgieron en las entrevistas individuales,reuniendo a tres de los entrevistados, con caracterís-ticas disímiles para retomar los ejes abordados en unadinámica de grupo fundamentalmente para observarsi se producían cambios sustanciales en las opinio-nes y valoraciones originales y cómo influía el poderdel colectivo sobre las posturas individuales.

3.1.1) Contexto de realización de entrevistas

Las entrevistas individuales fueron realizadas entrelos días 20 de febrero y 6 de marzo de 1998, endistintas localidades de la provincia de Barcelona. Enla mayoría de los casos las entrevistas fueron realiza-das en el domicilio del oyente, coincidiendo con ellugar de escucha del programa. Cabe destacar que

en el período de realización de las entrevistas ya ha-bía trascendido y dado a publicidad un informe delInstituto de Radiotelevisión Española donde se acu-saba a Carlos Herrera de Prosocialista y extremada-mente crítico de algunas áreas de la gestión del go-bierno. Asimismo en ese mismo periodo, paradójica-mente o no, RNE intensificaba la campaña de pro-moción, a través de medios gráficos y televisión, desu programación pero muy especialmente del espa-cio matinal conducido por Carlos Herrera. Estos anun-cios, especialmente los publicados en medios gráfi-cos, remarcan la consigna «Cada día le siguen másoyentes» haciendo alusión al informe de la oleada deotoño de Estudio General de Medios, que indicabala consolidación de la tendencia ya anunciada en elmes de diciembre que refleja que el programa deCarlos Herrera es el que mayor crecimiento tuvo enel nivel de audiencia y se ubicaba entre los primeros10 programas más escuchados de la radio española.El incremento de la publicidad del programa de Car-los Herrera y el anuncio de la propuesta de extenderel horario de difusión del espacio(14) contrastaba conla información que indicaba que al responsable deredactar (o permitir que se filtre) el informe «per-secutorio y antidemocrático», indicaba claramentequién «había ganado la pulseada».

Además de los ejes temáticos que consideramoscentrales, ya citados, ese tipo de datos coyunturales(el informe, la publicidad, el crecimiento de la au-diencia) fueron incorporados en el diálogo con losoyentes entrevistados.

Tal como lo adelantamos en la introducción, inten-tamos lograr una cierta diversidad en la edad, origen,localidad, clase social, nivel cultural y actividad pro-fesional.

3.2) Categorías y variables utilizadas

La definición del cuestionario o de los ejes temáti-cos postulados para la realización de las entrevistas,señalan nuestra intención de basar nuestro análisisen dos categorías conceptuales: credibilidad y estre-lla. En ambos casos se verifica el criterio que explicitaBalsebre(15) en cuanto a la multidimensionalidad deambos conceptos. Intentar, al menos, esbozar una

(14) Esta propuesta se concretó apartir de mayo del 98, adelantandomedia hora el inicio del programacon la intención de ofrecer mayorresistencia al programa másescuchado, emitido por la cadenaSer y dirigido por Iñaki Gabilondoque comienza a las 6 de la mañana.(15) Balsebre, Armand, Lacredibilidad de la radio informativa.Ed. Feed Back, Barcelona, 1993.

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definición sería una de las posibles búsquedas u ob-jetivos de esta investigación, pero preferimos en cam-bio priorizar la observación de en qué forma apare-cen en los discursos esos conceptos y cuál es la defi-nición o noción que los oyentes manejan de los mis-mos.

Por lo que respecta al concepto estrella, la com-plejidad no es menor. Ya en los estudios del star-system cinematográfico, Edgar Morin hacía notardécadas atrás, que en la configuración de la estrellaconfluyen tanto elementos de la realidad como de laimaginación (Morin, 1972. p. 33) -no en vano, noso-tros también podríamos acuñar, miméticamente, elconcepto de oyente imaginario- y la importancia delcontenido y del efecto género en el proceso de apre-hensión comunicativa.

Dependemos del discurso -estamos, como la mayo-ría, semióticamente determinados- de los oyentes en-trevistados -individualmente y en grupo- para laredefinición pragmática de unas categorías -credibili-dad y estrella- ya bautizadas como multidimensionalesy situadas en la intersección de lo real y lo imaginario.

Aún así, cabe señalar que desde nuestra posiciónla acepción que manejaremos del concepto estrellavinculado al universo de la radio es «aquel periodis-ta, locutor, presentador o coordinador de los espa-cios radiofónicos emitidos por las cadenas de mayorimportancia o alcance nacional, preferentemente di-fundidos en horario Prime Time o en franjas horariasde alto nivel de audiencia». Precisamente en el géne-ro radiofónico en que se inscribe el programa queanalizamos, el rol del presentador alcanza un alto nivelde protagonismo. A partir de allí deducimos que lacredibilidad de un programa de este género está es-trechamente vinculada a la imagen que pretendeconstruirse de una estrella. Si bien partimos sus-tancialmente del modelo metodológico postulado porBalsebre, consideramos que en este género particu-lar la credibilidad está más sesgada por las caracterís-ticas del presentador que por los contenidos o la in-formación.

En ese sentido la variable sustancial que escogi-mos para verificar el nivel de credibilidad del produc-to mediático «Buenos días» de RNE y muy en particu-lar de su presentador estrella Carlos Herrera fue la

eficacia comunicativa. De todos modos esto no sig-nifica que hayamos descartado el rigor periodísticocomo variable, pero sí en un grado ostensiblementemenor.

Partiendo entonces de la noción de eficacia comu-nicativa como variable sustancial para describir el ni-vel de credibilidad que adquiere el productomediático y su estrella entre los oyentes entrevista-dos, nos detuvimos en algunos aspectos que consi-deramos centrales: Profesionalidad; Relación comuni-cacional con el oyente; Claridad Sonora Objetividad/Subjetividad; Cercanía (carisma, empatía, capacidadde seducción, identificación con el hombre estandar);Dependencia/Independencia de la cadena o en rela-ción a lineamientos políticos/comerciales. En realidadconsideramos que estos distintos elementos no sepresentan como compartimentos estancos sino quese producen ciertas hibridaciones. Como ejemplopodríamos señalar que una de las variables que con-sideramos muy especialmente fue la de «cercanía»pero no haciendo referencia al concepto deinmediatez o de proximidad sino a la relación deempatía, de identificación con el hombre estándar oel hombre de la calle o de respeto por el oyente. Esteelemento aparece ligado tanto a la profesionalidad,ya que se puede considerar un buen profesional aquien logra establecer una relación armónica con eloyente como a la relación comunicacional con eloyente ya que se puede planear desde el lugar delpoder o el saber o desde la humildad opuesta a lasoberbia y a la autoreferencialidad y el respeto y lasupuesta igualdad.

De todos modos vale reiterar, que aunque pose-mos la mirada sustancial en esos elementos que defi-nimos como variables vinculadas a la «eficaciacomunicativa» no descartamos a priori el conceptode rigor periodístico, sustancialmente porque enten-demos que en otros productos de género similar quecompiten en el mismo horario con el productomediático que es objeto de nuestro trabajo, se hapuesto mayor hincapié en la información. De allí, enfunción de la inevitable comparación con otros pro-gramas y otras estrellas, es que también considerare-mos definidas como variables los elementos: exacti-tud, inmediatez, actualidad.

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4) Conclusiones

Tras el análisis de las entrevistas efectuado de acuer-do a la metodología previamente descripta, en unaprimera instancia podemos ratificar la tendencia quese vislumbra en los últimos años, de la necesidadbásica e indispensable de cotejar o contrastar un es-tudio de tipo cualitativo con las mediciones de au-diencias convencionales. A esta generalista primeraaproximación a las conclusiones, llegamos a partirde verificar que en estos diez casos (insistiendo en elcriterio de que los «amantes de lo cuantificable» po-drían alegar que se trata de una muestra muy peque-ña para ser representativa de la «realidad») que en unestudio meramente cuantitativo engrosarían las esta-dísticas en el ítem «oyentes de Carlos Herrera», sevislumbran claramente no solo aspectos y elementoscomunes y recurrentes sino también diferentes y hastacontradictorios modos y situaciones de escucha, va-loraciones, gustos, «usos y gratificaciones», posturasideológicas, en síntesis cosmovisiones del mundo yconstrucciones discursivas claramente diferenciadas.

Tal como lo plantea Guillermo Orozco Gómez: «elproceso de recepción no empieza ni termina en elmomento de exposición al mensaje, sino que formaparte de una práctica de ver, leer o escuchar. El proce-so de recepción pasa por distintos escenarios y es laresultante de múltiples mediaciones culturales,situacionales, psicológicas, institucionales, etc».(Orozco Gómez, 1996) Esta definición se confirma enlos testimonios recogidos donde se establece nítida-mente que no solo es imprescindible saber qué se es-cucha sino sustancialmente cómo, por qué y para qué.

Entre los individuos entrevistados, encontramos quelas motivaciones para exponerse a un mismo produc-to mediático son múltiples y así como hay lecturasidénticas entre dos oyentes en referencia a un aspec-to del programa, entre esos dos mismos oyentes seintuyen lecturas claramente opuestas en referencia aotro aspecto del mismo programa. A medida queavanzábamos en el análisis de contenido de los tex-tos obtenidos, fuimos asimilando que se producen«encuentros y desencuentros» y valoraciones disímilesque trascienden los parámetros de las tipologías tra-dicionales de edad, sexo, clase social, nivel de edu-

cación y hábitat.Así es como visualizamos que entre esos individuos

que de forma apresurada se los podría denominarsimplemente como «oyentes de Carlos Herrera» con-viven quien empezó a escuchar el programa «por-que lo escuchaba mi mujer» con quien cuando estála mujer «se hace muy complicado escucharlo por-que a ella no le gusta»; quien escucha RNE «por cos-tumbre y tradición» con quien lo hace «porque tieneuna buena calidad de sonido sin interferencias ni rui-dos»; quien cumple con la ceremonia de «salir al bal-cón todas las mañanas y escuchar atentamente todoel programa sentado en una silla» con quien tambiénlo escucha en su totalidad pero mientras realiza otrasinnumerables tareas «limpiar la casa, preparar la co-mida, ordenar el cuarto, lavar la ropa que hacen quea veces me olvide que la radio está prendida» y tam-bién con quien escucha «con continuidad sólo losúltimos cuarenta minutos mientras conduzco mi au-tomóvil en dirección al trabajo»; quien reivindica aRNE como la emisora del Estado Español, con quienempezó a escuchar precisamente el programa dereferencia porque desde el propio gobierno se locatalogaba de opositor; quien dejó programada lasintonía de RNE desde hace mucho tiempo «por ca-sualidad y ahí quedó desde hace un año y medio»con quien eligió en función de sus gustos e interesesun recorrido por distintas propuestas de distintasemisoras en distintos horarios del día; quien apenasenciende y apaga el aparato receptor y le pide almarido que le sintonice RNE con quien cuando pue-de hace «zapping radiofónico» y escucha dos o másprogramas a la vez; quien valora sustancialmente laparticipación del oyente y la presencia de múltiplesvoces con quien cree que los que llaman «no tienenotra cosa que hacer» y con quien considera que «lasllamadas están digitadas para que las opiniones seancoincidentes con las del conductor»; quien escuchasólo la primera hora del programa con quien escu-cha sólo la última, con quien escucha de a ratos ycon quien «un día lo escucho completo y otro día nolo escucho»; quien considera el programa muy entre-tenido pero le exige mayor actualidad con quien con-sidera que el programa informa con mucha profundi-dad pero le exige más dinámica; quien sólo busca

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compañía en la radio mientras hace sus tareas y coneso se conforma con quien también escucha la radioen busca de compañía mientras viaja pero sustentauna postura hipercrítica y le exige al medio radiofónico«mayor calidad, seriedad, profesionalidad y compro-miso»; etc.

Podríamos seguir describiendo otros innumerablesejemplos de cómo entre estos diez oyentes seleccio-nados se producen acuerdos y discrepancias, peroconsideramos que los precedentes son lo suficiente-mente claros para ilustrar de que más allá de la exis-tencia de algunos tópicos típicos o estereotipos deoyentes discriminados por categorías analíticas macro-estructurales, existen otros tantos elementos que in-tervienen en la interacción que el propio individuocomo sujeto histórico, social y cultural construye conel mensaje mediático.

En cuanto a los elementos comunes a los que hacía-mos alusión podríamos subrayar que uno de los as-pectos citados recurrentemente es la Cercanía queCarlos Herrera establece con la audiencia como sus-tento de definición del concepto de credibilidad. Comosubsidiarios del concepto «Cercanía» se menciona: elbuen humor, el respeto de las opiniones, la confianza,el vínculo afectivo que establece con la audiencia, laempatía. La alusión a la cercanía es mencionada porlos oyentes tanto cuando caracterizan a Carlos Herreracomo cuando intentan definir qué entienden por cre-dibilidad, pero se remarca específicamente a la horade comparar a Carlos Herrera con otras estrellas quecompiten en el mismo segmento horario. Desde lareferencia a que Carlos Herrera no es un «sabelotodo»hasta las menciones a que «no todo pasa por él y noes tan autoreferencial como otros periodistas» y o que«Iñaki Gabilondo y Luis del Olmo son excelentes pe-riodistas pero son muy soberbios en cambio CarlosHerrera es más humilde», todo el abanico de opinio-nes gira en torno a la identificación de la cercanía comoel factor fundamental que explica el éxito alcanzadopor Carlos Herrera y el crecimiento en los niveles deaudiencia.

En ese sentido debemos destacar que partiendode la base de que lo que se valora positivamente enel estilo de Carlos Herrera es la cercanía, vislumbra-mos un cierto rechazo a catalogarlo como estrella.

Consideramos que se genera esta situación en virtudde que existe un cierto uso peyorativo del término«estrella», vinculado a un estilo de vida alejado del«hombre común». Paradójicamente para explicar porqué Carlos Herrera sería una estrella, los oyentes tien-den a negarlo como tal, ya que lo que valoran es laprofesionalidad, seriedad e inteligencia que demues-tra al construir una propuesta basada en el respeto yla cercanía con el oyente. «No es una estrella es unbuen profesional» sería la síntesis, escogida de unode los testimonios relevados. Claro que si no subsis-tiera ese prejuicio, lógicamente fundado por lo«inalcanzable que se vuelven las estrellas que se va-loran como tal», podríamos invertir los términos sincambiar el sentido «Como es un buen profesional seconvirtió en una estrella».

De esta manera abordamos otro de los elementosreiterados en las entrevistas, el concepto de «Profe-sionalidad». En este sentido, cabe señalar la percep-ción que los oyentes tienen del concepto «profe-sionalidad», más ligado al rol de comunicador que alde informador. En general, los entrevistados percibena Carlos Herrera como un gran comunicador cerca-no a la audiencia, pero no suelen hacer explícita unavisión de gran profesionalidad en el aspecto periodís-tico del término. Es entonces cuando se hace hinca-pié en su rol moderador, humorista y distensionador:Se rodea de «un brillante grupo de colaboradores» -reporteros, informadores, especialistas de la opinión- a los que sabe sacar el rendimiento adecuado. Den-tro de esta línea, la profesionalidad de Herrera y la desus colaboradores pertenece a constelacionessemánticas diferentes: Comunicación para el prime-ro e Información para los segundos. Los entrevista-dos atribuyen la profundidad informativa al progra-ma -como formato - y a estos colaboradores; y notanto al propio Carlos Herrera, profundidad que sevincula, por un lado, al estilo prensa diaria y, por otro,a la actualidad inmediata.

Tal como lo presumimos al postular las categoríasy variables con que trabajaríamos, donde visua-lizábamos que al menos en el caso de Carlos Herrera,su posible credibilidad no está estrictamente vincula-da con el manejo de la información sino con otrosaspectos más ligados a la relación comunicacional

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con los oyentes, nuestros entrevistados no articulansu discurso sobre la credibilidad de Carlos Herreraen su profesionalidad periodístico-informativa o en laprofundidad exactitud e inmediatez de los temas no-ticiables que trata -lo cual se delega en los colabora-dores-. Su credibilidad se justifica sobre la cercanía,concepto que los oyentes o bien lo verbalizan direc-tamente o lo mencionan implícitamente a partir de laatribución empática de características tales como laconfianza, la simpatía, el buen humor, el respeto alos que hablan.

Verificamos que pese al peso específico que la in-formación tiene en la primera parte de su estructura,los magazines matinales de la radio española -al me-nos en RNE- parecen demandar más a un comu-nicador (conductor) que a un informador-periodista.Un ejemplo claro nos lo proporciona la difícil inclu-sión del concepto «inmediatez» en el discurso denuestros entrevistados. Este no aparece normalmen-te vinculado a la actualidad de las noticias emitidas alo largo del programa. En todo caso, se habla de lacercanía-identificación con los temas tratados -vícti-mas del terrorismo, educación...- y con la movilidadgeográfica de los puntos de emisión del programa alo largo de las distintas sedes de RNE en España.

Teniendo en cuenta que los entrevistados en sutotalidad son habitantes de la Provincia de Barcelo-na, cabecera de la Región Autónoma de Catalunyaeste elemento se torna muy significativo ya que encierto modo lo que destacan los oyentes es que pesea ser parte de la emisora del Gobierno Central deEspaña, el programa no toma a Madrid como centroexcluyente de emisión sino que se traslada a todaslas regiones para emitir desde ahí, dando especialprioridad a las Autonomías más «fuertes» o más polé-micas como Catalunya y el País Vasco.

De la mano del concepto de profesionalidad secita el concepto de «inteligencia». En este caso sepercibe como inteligencia de Carlos Herrera la capa-cidad para lograr diseñar y conducir un producto quese emite desde la cadena pública pero no condicelinealmente con la política de medios del Gobierno.Carlos Herrera logra romper el concepto de radiooficialista con un programa donde se valoran la di-versidad de opiniones y se resaltan la moderación y

amplitud del conductor. La inteligencia de Herrera sesustenta según varios de los oyentes entrevistados enhaber logrado dotar de mayor audiencia en el PrimeTime radiofónico a la Radio del Gobierno con un pro-grama que lejos de ser opositor y menos aúnprosocialista (tal como se lo acusó desde un informegestado desde un sector del gobierno) tampoco espercibido como oficialista. Tal como plantea uno delos entrevistados entendemos que «el respeto a unaestructura y a un concepto de comunicación y la in-sistencia con esa tendencia pese al informe acusador,dotó a Carlos Herrera de mayor prestigio».

Al adentrarnos en los aspectos político-ideológicos,debemos mencionar que otro de los conceptos sobre-dimensionados por los oyentes es la característica de«moderado» y «moderador». Moderado ya que inten-cionalmente no se constituye en un formador deopinión, ya que delega ese rol a sus colaboradoressustentando un criterio de amplitud, basado en uncierto «sentido común» y «Moderador» ya que tratade consensuar y darle cabida a todas las variables deopiniones, pero marcando claramente aunque conmucha sutileza, cuáles son los límites de lo «política-mente correcto y conveniente».

De todos modos es válido aclarar que algunos delos entrevistados, explícita o implícitamente, dejan en-trever que esta postura de Carlos Herrera, es rayanaal «populismo y la demagogia» ya que podríapercibirse que «oculta» su auténtica posición políticaen pos de consolidar su cercanía al oyente intentan-do no entrar en confrontaciones con la audiencia:«Carlos Herrera no se define, no se moja».

En esta postura se refleja una tendencia que tam-bién se hizo presente entre los entrevistados que in-dica que mientras para caracterizar la credibilidad deun medio se le exige exactitud y rigurosidad en lainformación, a la hora de medir la credibilidad de unperiodista pone mayor énfasis en la opinión que enla información. Más allá de coincidir o no con lasideas vertidas, «Yo no coincido con nada de lo quedice Antonio Herrero pero lo respeto porque por lomenos se la juega» -se vincula la credibilidad a la de-cisión de hacer explícito un posicionamiento con res-pecto a un tema determinado o una posición políticaideológica.

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Hemerografía-«Un informe interno de RTVEdescubre ‘submarinos socialistas’ en

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Si bien es válida la postura en cuanto a que una delas estrategias posibles de construcción de la credibili-dad del comunicador es la de definir claramente laposición política ideológica y mantener la coherenciaa lo largo del tiempo, consideramos que en este casoparticular, precisamente por tratarse de la Radio delEstado, la ausencia de opinión a favor del Gobiernoen cierto modo se convierte en opinión. Desde nues-tra visión es cierto que Carlos Herrera «no se define»pero considerando la política de medios de la gestiónde Gobierno de José María Aznar, sería previsible que«se defina» como oficialista y no lo hace. Carlos Herreraconstruye su credibilidad a partir de trazar como es-trategia que a pesar de formar parte en la emisora quese la cataloga como «del Gobierno», no se presentacomo oficialista. Esa actitud lo hace creíble y paradóji-camente le brinda credibilidad a la Radio Nacional yaque la muestra como «democrática».

Tras el desglose de los elementos comunes queaparecen en el discurso de los entrevistados, bienpodríamos adjudicarnos haber contrastado y verifi-cado gran parte de las variables y categorías previa-mente definidas lo que nos avalaría para postular amodo de síntesis, que fundamentalmente el concep-to de credibilidad está ligado al criterio de Indepen-dencia del Poder y a que esta tendencia se ratificaríaplenamente en este caso que analizamos ya que uncomunicador de la Emisora del Estado para aumen-tar sus niveles de audiencia debió si bien no diferen-ciarse frontalmente sí al menos no identificarse conla gestión de gobierno y «abrir el micrófono» a lasmúltiples voces, subrayando la importancia de comu-nicarse «de tú a tú» con «el hombre de la calle».

Sin embargo, a pesar de esa tan posiblementeverosímil conclusión final, insistimos con las dudasy resquemores manifestadas desde la introducción

de este trabajo con respecto a la validez de la posi-bilidad de medición de los niveles de credibilidad,en función de que como resultante del análisis decontenido de los textos obtenidos de las entrevis-tas también podríamos afirmar que cuando losoyentes se refieren a la credibilidad en verdad es-tán haciendo alusión o bien a la fundamentaciónde lo que consideran las razones objetivas del éxi-to del programa o a la justificación del propio gus-to o de las motivaciones que los lleva a formar par-te de la audiencia de ese programa en particular osimplemente a lo que se considera que «debe de-cirse en esos casos». En relación a esta última alter-nativa o puerta abierta a desconfiar de nuestraspropias conclusiones originales, recordamos el ex-traño caso de esas encuestas precisamente sobrecredibilidad de determinados medios o géneros,por ejemplo los diarios sobre la televisión, que sonmencionados como los más creíbles y sin embar-go son postergados en la elección del consumoreal, hasta extremos en los que en muchos casosel desinterés por los productos mencionados comoconfiables está basada en un supuesto previo, unlugar de coincidencia social desde donde se eligeun prestigio del medio o del soporte que suponeuna actitud de alta cultura. La reflexión es inexora-ble ¿Por qué los encuestados prefieren productosen los que dicen creer menos? ¿Es posible acasoque los públicos tengan exacto conocimiento deque los fenómenos son construcciones, no realida-des? Puros, meros relatos.

(*) Docente e investigador de la Facultad de Periodismo yComunicación Social. Actualmente cursa el Doctorado enComunicación Audiovisual de la Universidad Autónoma deBarcelona.

el ente». El Periódico de Catalunya.20-12-1998.-«Destituido el supuesto autor delinforme sobre los ‘prosocialistas’ deRNE». El periódico de Catalunya.26-2-1998.-«López- Amor me dijo que nodaba ningún crédito al informe deRNE». (Entrevista a Carlos Herrera).El periódico de Catalunya. 28-2-1998.-«Las voces que mueven el día». LaVanguardia Magazine. 1-2-1998.-«Un organismo de RTVE denunciaa periodistas de Radio Nacional porno defender al Gobierno». El País.20-2-1998.

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dos. En 1770, la Stationers’ Company de Londresimprimía 207.000 copias de catorce almanaques dis-tintos, de los cuales sólo uno de ellos, la Vox Stellarumllegaba a 124.000 copias.

Esta expansión era consecuencia de diversas medi-das y definiciones producidas en el campo social,porque la libertad de prensa había experimentado unavance sustantivo a partir de la Gloriosa Revoluciónde 1688. En 1696, la Ley de Licencia -para la prensa-había sido derogada. El rápido desarrollo de los me-dios gráficos, propiamente de la prensa periódica, laindependencia política de la que se supo dotar asus-taron tanto a la Corona cuanto al Parlamento. Surgióen 1712 el timbre fiscal y por ello subió el precio delos ejemplares, lo que limitó su circulación.

En Francia, durante la época de la Ilustración surgeuna prensa vigorosa de carácter científico y literario.Así, el Journal de Savants en 1665 servía de modelopara las Transacciones de la Sociedad Real de Lon-dres. Los periódicos especializados o las hojas de pro-paganda al estilo de los Affiches de Lyon (1748) esca-paron a las persecuciones de la censura.

Pero el desarrollo comercial de la prensa se produ-jo de manera vigorosa en Inglaterra. El Daily Courant(1702) es registrado como el primer periódico diariodel mundo. Las tiradas de prensa se multiplicaron porocho, a pesar de la vigencia del timbre fiscal entre1712 y 1757. La fuerza del desarrollo condujo en 1771a la aceptación, por cuenta del Parlamento, de la pu-blicación de sus debates. Dieciséis años más tarde, elpensador conservador, fustigador de la RevoluciónFrancesa, Edmund Burke enuncia el concepto delCuarto Poder.

El estallido de la Revolución genera en Francia laDeclaración de los Derechos del Hombre. Su artícu-lo XIX garantizaba que «la comunicación libre delpensamiento y la opinión es uno de los más precia-dos derechos del hombre. Por lo tanto, cada ciuda-dano puede hablar, escribir o imprimir librementeexcepto en los casos que la ley lo impida». La expan-sión del periodismo político se verifica en este perío-do, donde los líderes revolucionarios como Mirabeau,Desmoulins, Marat y Hébert son periodistas.

El establecimiento de la Convención, el ascenso dela marea revolucionaria, las luchas feroces entre las

Jorge Luis Bernetti (*)

La gestación de los partidospolíticos en el siglo XIX occidental

Prensa, Educación y Poder

El medio de comunicación social dirigido a la for-mación de la opinión pública en los siglos XVIII y XIXfue el periódico, luego de atravesar el diseño degazette y luego el diario. Esta capacidad de comuni-cación entre nacientes públicos y balbuceantes es-tructuras partidarias constituye uno de los trayectosde constitución de las fuerzas políticas de la moder-nidad. La imprenta no se dedica desde su origen so-lamente a la producción de libros hasta que surgenlos periódicos. Desde el siglo XV aparecen panfletosque describen festivales, victorias militares, elogiosde la realeza y funerales de los famosos. A partir delsuceso producido por la difusión de estos eventos yactividades la imprenta es usada por los poderes delEstado para que el gobierno respectivo informe a sussúbditos acerca de decretos, proclamaciones y avi-sos. Y también «la controversia política y religiosa diopaso a una producción especialmente nutrida queiba de propaganda ordinaria a tratados refinados».(Henri-Jean Martin, Williams,1992).

Es ya en el siglo XVII que en Inglaterra un amplioconjunto de pequeños impresores producían los ele-mentos de la «campaña electoral» de la época: billetes,carteles, direcciones electorales y respuestas de candi-datos. Se está no solamente en los inicios de la constitu-ción de la «opinión pública» sino del antecedente másantiguo del moderno marketing electoral de los parti-dos políticos de la segunda mitad del siglo XX.

En el siglo XVIII, los almanaques y calendarios seconstituyeron en uno de los productos más solicita-

(*) Profesor Investigador de la Facul-tad de Periodismo y Comunicación So-cial de la Universidad Nacional de LaPlata.

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facciones condujeron a la exasperación del uso re-glamentario restrictivo del artículo XIX in fine. El Di-rectorio y luego Napoleón enfrentaron con durezael principio de la libertad de prensa, atacando en lapráctica el principio de la libertad de prensa, paraenfrentar la competencia política.

Pero es la reacción europea la que critica el princi-pio genérico de la libertad de prensa. Cuando la olea-da más brutal de la reacción planteada por el Con-greso de Viena se comienza a debilitar en Europa, esel pontífice Gregorio XVI quién fulmina el principioliberal. En la encíclica Mirari Vos, Roma embiste con-tra la «libertad de prensa». Habla de ella como deuna «libertad para difundir cualesquiera escritos, estalibertad detestable y que jamás será suficientementeabominada, y que algunos se atreven a pedir y pro-mover con tanto ruido». Esta exasperada proclamareaccionaria se emite en 1832. Sobre todo, la SillaApostólica rumia su furia contra la aparición en elpropio campo de apologistas de esa libertad. Es enun periódico, L´Avenir, fundado en 1830 por el cató-lico liberalizado Lammenais y en el que colaboranLacordaire y Montalembert donde el Papa lee acer-ca de las «libertades modernas» que entusiasman aalgunas de sus ovejas más destacadas.

La Iglesia Católica seguía la línea planteada en 1766por Clemente XIII, cuando en plena expansión de laEnciclopedia atacaba «la insolente y espantosa licen-cia de libros producidos cada día en mayor número».(A. Mattelart, La invención de la comunicación, SigloXXI Editores, México, 1995).

La expansión de la prensa escrita genera otro tipode detractores, de otra perspectiva por cierto. SeráCarlos Marx, quién en 1845 se sumará a los críticosdel folletín y golpee así a Eugene Sue. Para Mattelart,el papel del folletín en Francia y en otras sociedadescontemporáneas será jugar el papel que el comicdesempeñará en los Estados Unidos, a partir de 1880,cuando una población recién inmigrada, analfabetaabsoluta o que no domina el inglés ingresa a la socie-dad industrial.

También para Mattelart «la controversia entre Marxy Sue es la primera en la que se expresa la incom-prensión del proyecto revolucionario respecto de losmecanismos que permiten el éxito de una cultura del

entretenimiento destinada a las grandes mayorías».Si bien el periódico servía a las burguesía y sus di-

versas fracciones y subsectores para propagar susideas e informar de sus proyectos políticos, tambiénel proletariado se sirvió de su metodología para laorganización de sus fuerzas masivas y revoluciona-rias .

La prensa política revolucionaria -liberal o socialis-ta según el caso- se liga estrechamente al desarrollode la fuerza partidaria, pero pese a su intención ideo-lógica expresa, la prensa de desarrollo masivo contri-buye a gestar un escenario social de amplitud delcual dista de ser plenamente consciente el proyectorevolucionario. Los partidos de masas, del cual la so-cial-democracia alemana constituye un paradigma,construyen su propio espacio cultural de socializa-ción política. Una propuesta informativa que se enla-za con el resto de la oferta cultural que se gesta, ydice gestarse, paralela y alternativamente al poderdel Estado y la sociedad burguesa.

I- El surgimiento del partido político en laRevolución Francesa

La distancia que media del moderno partido políti-co a los esbozos de formaciones que se perfilan enla Revolución Francesa subraya mas que aleja eseorigen. El lenguaje político occidental ha universali-zado aquél desarrollo al punto de fascinarse por laubicación geográfica de los parlamentarios en lasasambleas de la Revolución y generalizar «derecha»e «izquierda» como las posiciones que caben a lamoderación y al radicalismo en un sistema políticoestablecido en la India en 1950, en Estados Unidosen 1910 o en España en 1936.

Los jacobinos («La Montaña» en la Convención)constituyen el modelo de la organización política. Suestructura, «el Club», gesta un espacio de informa-ción y debate, de comunicación política directa y deorganización primaria para la acción.

Las reuniones brindan espacio para la expresiónde los oradores, en general, los grandes políticos ylos agitadores de la fuerza. Constituyen la instanciade reunión y agrupación para la acción. En ese espa-cio físico se funda el comité y núcleo de base, la geo-

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grafía de la política occidental. Una parte de la clasemedia liberal se organizó hasta el fin para ser revolu-cionariamente burguesa.(1) Junto a ellos, como alia-dos pero como devoradores de su política, surgieronlos sans-culottes (trabajadores pobres, artesanos, ten-deros, operarios), organizados en las secciones deParís y apoyados en sus propios clubes. Organiza-ción sólida porque «las secciones eran un instrumen-to admirable para la actividad sans-culotte, ya quesus reuniones se celebraban todas las tardes en loca-les de fácil acceso para todos sus miembros».(2) Consus propios periodistas como Hebert y Marat (editorentre otros de Le Publiciste Parisien), gestaron su pren-sa paralela a la de los jacobinos como Dantón.(3) Fren-te a frente se ubicaron, en la Convención, y en todala escena de la Revolución los liberales moderados,provenientes del departamento mercantil de LaGironda. Los girondinos, terminaron como sus ad-versarios jacobinos complicados con aliados peligro-sos. Si en un caso fueron los sans-culottes, en ésteúltimo lo constituyeron los realistas.

El club es el espacio de distribución, de cabeza decirculación y de lectura pública de los nerviosos pe-riódicos político-partidarios de la Revolución. El pe-riódico jacobino sans-culotte es una hoja claramentepolítico-partidaria, no financiada por la publicidad ydistante de ofrecer la información que se precia deobjetiva y general de la prensa comercial del capi-talismo de fines del siglo XIX. «Sólo con la legaliza-ción del Estado burgués de derecho y con la legaliza-ción de una publicidad políticamente activa -juzgaHabermas- se desprende la prensa raciocinante de lacarga de la opinión; está ahora en condiciones deremover su posición polémica y atender a las expec-tativas de una empresa comercial corriente».(4) Esahoja que se financia exteriormente a su éxito públi-co, (no depende de la bondad de su circulación, nidel precio de venta -inexistente-, ni de sus avisos co-merciales), está fuertemente determinada por la po-sibilidad de circulación pública frente a la censuradel aparato estatal. Un aparato en violenta transfor-mación y en incesante cambio de manos de una frac-ción, o ala de fracción, a otra. Si el modelo revolucio-nario jacobino que seduce a Lenin, pero también aTrotsky en sus paralelizaciones comparativas de las

dos revoluciones,(5) como símil de los revoluciona-rios del Octubre Ruso posee un punto de verosimili-tud, el mismo debe reconocerse en esa prensa quees, en París de 1789 o en Petrogrado de 1917, «elgran organizador colectivo». (La radio se comienza aestablecer mundialmente luego de la finalización dela Segunda Guerra Mundial).

Ello es más importante que el juego de compara-ción metafórico que para Trotsky, el afiebrado histo-riador en el exilio, transformó el ascenso de Stalin enel Termidor soviético.

Esa fascinación está asentada también en observa-ciones bien distantes de las preocupaciones del pro-feta desterrado. «La distribución geográfica del apo-yo a los diversos partidos políticos -observa Hampson-debe más a la tradición y menos a la economía enFrancia que en Inglaterra. Difícilmente puede ser unacasualidad que los bastiones comunistas en el Cen-tro y en el Sudeste (N.del A.: en los años setenta delsiglo XX) -donde las industrias en gran escala son re-lativamente escasas- estén localizados parcialmenteen aquellas regiones donde los clubes jacobinos ylos ejércitos revolucionarios fueron particularmentenumerosos en 1793».(6) La acción política asentadaen la organización del club-comité constituye así unfuerte antecedente del partido político occidental,tanto en su variante de masas, parlamentaria -mencheviki- como en la conspirativa, bolcheviki.

El fuerte desarrollo crítico de la escuela revisionistarespecto de la Revolución Francesa y su paralelizacióncon la soviética dista de cuestionar el momentofundacional de la idea-práctica partidaria. Para Furet«el fenómeno stalinista echó raíces en una tradiciónjacobina que estaba simplemente desplazada (se ar-ticula nuevamente, esta vez con el fenómeno soviéti-co, la doble idea de un comienzo de la historia y deuna nación-piloto) y que durante un largo período,que está lejos de clausurarse, la noción de desvia-ción, ligada a un origen que se ha mantenido puro,permitió salvar el valor supremo de la idea de Revo-lución».(7)

Esta fuerte embestida contra una tradición de laizquierda francesa que ha sobrevivido hasta media-dos de los ’70, está lejos de poner fuera de circula-ción la vinculación del origen partidario en el club

Notas(1) Hobsbawm, E.J., La era de larevolución (1798-1848), LaborUniversitaria, Monografías,Barcelona, 1991, pág. 63.(2) Hampson, Norman, Historiasocial de la Revolución Francesa,Ed. Alianza Universidad, Madrid,1974, pág. 187.(3) Ibídem, pág. 63.(4) Habermas, Jurgen, Historia ycrítica de la opinión pública, Ed.GG Mass Media, México, 1986,pág. 212.(5) Trotsky, León, Historia de laRevolución Rusa (Tomo I), Ed.Tilcara, Buenos Aires, 1962, págs.199 y 128.(6) Hampson, op.cit., pág. 277.(7) Furet, Francois, Pensar laRevolución Francesa, Ed. Petrel,S.A., Barcelona, abril 1980, pág. 23.

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político revolucionario francés. La ideología masónica,la más general en 1789,(8) y su sistema de producciónen la obligada sociedad secreta, alimenta a la mayo-ría de las fracciones. El club político en sus sesionesabiertas organiza y genera las bases del establecimien-to de la opinión pública. «En el París de 1789, cadapolítico un poco importante tiene su club; cada dos,su periódico; 450 clubes y cerca de 200 periódicosse constituyeron entre febrero y marzo».(9)

Esos periódicos constituyeron la mayor vía de ex-pansión popular de los escritores franceses que yase había desarrollado intensamente en el siglo XVIII.Esos escritores «no proporcionaron solamente susideas al pueblo que la hizo (a la Revolución); le co-municaron -escribió Tocqueville- también su tempe-ramento y su humor. Sometida durante tanto tiem-po a su disciplina, careciendo de cualesquiera otrosconductores, en medio de la profunda ignoranciade la práctica en que se vivía, toda la nación, al leer-los, acabó por contraer los instintos, los rasgos espi-rituales, los gustos y hasta los defectos naturales delos que escriben; de tal suerte que, cuando por fintuvo que actuar, transportó a la política todos loshábitos de la literatura».(10)

Casi todo partido occidental, revolucionario o no,bolcheviki o mencheviki, -con excepción de los britá-nicos- debe gran parte de su modelo a esta fiebrepedagógica de discusión -lectura-discusión-acción quese gesta en el aula del club político de la RevoluciónFrancesa. Salón intelectual popularizado, curso deeducación popular volcado a la práctica inmediatageneró tanto la posibilidad de imitación del modeloconspirativo profesional para la revolución proleta-ria, como la organización amplia para la lucha legal yparlamentaria con objetivos reformistas del sistemaliberal.

II- El embrión partidario frente al modelo cesarista deLuis Napoleón Bonaparte

El breve pero dinámico proceso enmarcado entrela Revolución del ’48 y el golpe de estado de LuisNapoleón Bonaparte exhibe el desarrollo gelatinosode los partidos políticos excitados en el juego parla-mentario pero constreñidos aún en los marcos de la

prohibición de las asociaciones que retorna recu-rrentemente. En su clásico texto sobre el períodomencionado,(11) Carlos Marx apuntó en una defini-ción perdurable que «la tradición de todas las gene-raciones muertas oprime como una pesadilla el cere-bro de los vivos». De allí, que Marx observe que enlas épocas revolucionarias los protagonistas políticossuelen convocar en su auxilio a «los espíritus del pa-sado». Así «Lutero, se disfrazó de apóstol Pablo, larevolución de 1789-1814 se vistió alternativamentecon el ropaje de la República Romana y del ImperioRomano (...) Es como el principiante que al aprenderun idioma nuevo lo traduce mentalmente a su idio-ma nativo, pero sólo se asimila el espíritu del nuevoidioma y sólo es capaz de expresarse libremente enél cuando se mueve dentro de él sin reminiscencias yolvida su lengua natal».(12)

¿Pero cuál pudo ser la referencia en el pasado quetomaron los hombres del ’48 para estimular el naci-miento de un instrumento nuevo -el partido político-en un contexto de ensayo de nuevas formas de re-presentación, de ensanche de la proposición demo-crática- burguesa?

Ni Marx ni críticos de Marx acerca de su interpre-tación del ’48 lo indican. Quizás porque esta formanueva carecía de antecedentes que pudieran fácil-mente ser identificados en una representación colec-tiva; el partido político aparece, en esbozo, comouna institución insinuada, evanescente que pareceirse constituyendo alrededor de los órganos perio-dísticos que simpatizan con aquella. El 25 de febrerode 1848 una República es proclamada; para algunosconstituye «una república transitoria en espera de larestauración monárquica». Sin embargo, frente a es-tos republicanos de compromiso están los republica-nos de ayer, la «auténtica». Pero la referencia históri-ca de estos no puede indiciarse en la historia de Gre-cia clásica o de Roma, ni siquiera tampoco el conoci-miento de la moderna república burguesa de los Es-tados Unidos. Para los entusiastas, los auténticos,pensar la República en 1848 es «pensar en la Revolu-ción Francesa».(13)

El avance de la idea republicana tuvo que lucharen la memoria colectiva con fuertes inconvenientes.La Revolución Francesa en su etapa histórica más

(8)Hobsbawm, op.cit., pág. 59.(9) Habermas, Jurgen, op.cit., pág.211.(10) Tocqueville, Alexis de, El AntiguoRégimen y la Revolución, Ed.Guadarrama, Madrid, 1969, pág.195.(11) Marx, Carlos, "El dieciochoBrumario de Luis Bonaparte", enObras Escogidas, Tomo I, Ed.Progreso, Moscú, 1980, págs. 408-498.(12) Marx, Carlos, op.cit., págs. 408-409.(13) Agulhon, Maurice, 1848 Elaprendizaje de la República, editadopor Secretaría de Publicaciones delCEFYL-UBA, 1995, tomado deAGULHON, Maurice, 1848 ou l’apprentissage de la Republique,Paris, Editions du Seuil, 1973, entraducción de Marcela Nari yLuciano de Privitellio.

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fuerte -de1791 a 1794- afirma el credo republicanoen el gobierno de la guillotina, los controles econó-micos, el radicalismo del Terror. Desde 1814 a 1848no había sido tan sencillo rescatar la idea de que laprofundización de la Revolución en 1793 hubiera sidocondición necesaria para salvar aquellas conquistasmínimas que hubieran podido cobijarse bajo un man-to monárquico en condiciones normales. SegúnAgulhon los valores jacobinos en 1815 no gozabande popularidad. Por ello, frente al difícil esfuerzo dereconstrucción de aquellos, el deber ser que Marxpropone parece exagerado: «La revolución social delsiglo XIX no puede sacar su poesía del pasado, sinosolamente del porvenir. No puede comenzar su pro-pia tarea antes de despojarse de toda veneraciónsupersticiosa por el pasado. Las anteriores revolucio-nes necesitaban remontarse a los recuerdos de la his-toria universal para aturdirse acerca de su propiocontenido. La revolución del siglo XIX debe dejar quelos muertos entierren a sus muertos, para cobrar con-ciencia de su propio contenido».(14)

Lo que podría denominarse partido republicano «secomponía esencialmente del conjunto, disperso y sinlazos, de sus familias (de los jacobinos, N. de JLB) esdecir, de sus ancianos y de sus descendientes».(15)

No existe un detalle crítico de la ruta de sobre-vivencia y expansión de la idea republicana principista.Pero las hipótesis conducen, más allá de los rastreospersonales o familiares a la contribución de las logiasmasónicas, las sociedades secretas o los «simples cír-culos». De alguna manera parecen estas asociacio-nes constituirse en esbozos de mapas para entenderla constitución de ese y otros partidos en la nuevaRevolución.(16)

Casi contemporáneamente, era un conde francésno precisamente pro-jacobino quien iba a brindarconocimiento a sus compatriotas acerca de la aso-ciación política en los Estados Unidos. Alexis deTocqueville pudo comprobar que «independiente-mente de las asociaciones permanentes creadas porla ley bajo el nombre de comunas, ciudades y conda-dos, hay una gran cantidad de otras más que no de-ben su existencia y su desarrollo sino a las volunta-des individuales». Tocqueville juzga que en los Esta-dos Unidos ese derecho de asociarse casi se confun-

de con la libertad de escribir pero concluye que «laasociación posee más poder que la prensa».

Luego escribe que el segundo grado en el ejerci-cio del derecho de asociación es el de reunirse y que«los partidarios de una misma opinión pueden reunirseen colegios electorales y nombrar mandatarios parair a representarlos a una asamblea electoral.

Este es, propiamente hablando, el sistema repre-sentativo aplicado a un partido».(17)

Pero este desarrollo norteamericano constituía unproceso constante y ascendente desde la Revoluciónde 1776. En Francia, en cambio, el interruptus reac-cionario de 1815, (con la derrota de Napoléon enWaterloo y la realización del Congreso de Viena) másallá de la rectificación que supuso la entronizacióndel rey burgués en 1830, fue una de las rupturas yretrocesos frecuentes en la historia de Francia desde1789 en la intrincada construcción de un régimenpolítico estable de base democrática.

Agulhon identifica un «confuso ascenso de lasmasas hacia la cultura»,(18) curso éste en el que com-binan la difusión de la lectura de periódicos en loscafés tanto como los primeros efectos de la ley Guizotsobre instrucción primaria y el desarrollo del movi-miento romántico y socialista del entorno de Michelet,George Sand o Pierre Leroux.

Por otra parte, el clima de época conduce lenta-mente a la modificación del régimen político. La cla-se dirigente conoce geográficamente el país, descu-bre el folklore. Este movimiento empuja al romanti-cismo cultural y es empujado por él. La estrecha ideade Francia sostenida por muchos burgueses cedepaso a una visión más amplia del país que empuja auna mayor confianza acerca de su porvenir. El entu-siasmo concreto por Francia y sus posibilidades eco-nómicas conspira contra el mantenimiento de un ré-gimen electoral oligárquico. Todo ello presiona ha-cia la Revolución del ’48, en un sordo enfrentamientotambién contra la ilegalidad (art. 291 del Código Pe-nal) de las asociaciones. El partido republicano del’48 agrupaba de manera ocasional y circunstancial alos partidarios de la República. La organización esta-ble, la disciplina y concertada estaban enfrentadas auna ética de la política que exaltaba el compromisoy la disposición individuales.

(14) Agulhon, op.cit., pág. 3.(15) Marx, op.cit., págs. 410-411.(16) Agulhon, op.cit., pág. 3.(17) Tocqueville, Alexis de, Lademocracia en América, Ed. Fondode Cultura Económica, Sección deObras de Política y Derecho,México, 7a. edición-2da.reimpresión, 1994, pág. 207.(18) Agulhon, op.cit., pág. 8.

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En ese contexto, el liderazgo individual como el deAlexandre-Auguste Ledru-Rollin, prototipo de repu-blicano, pasaba entre otras condiciones por el soste-nimiento vigoroso de la prensa adicta a este ideario.Pues «a lo largo del XIX, las salas de redacción de losperiódicos, lugar permanente de encuentro, discu-sión y, a veces, acuerdos -como ya se vio en 1830-fue lo que más se parecería a las oficinas, comités oestados mayores de los partidos del siglo XX».(19)

«El Nacional» y «La Reforma», los dos periódicosrepublicanos, uno moderado y el otro radical, orga-nizaban el campo respectivo. (El primero, según Marx«era puramente republicano exigía que el dominiode la burguesía adoptase formas republicanas en vezde monárquicas, y exigía sobre todo su parte de leónen este dominio».(20) El desarrollo de las asociacionescontinuó paralelo y entrelazado, en ocasiones, al delos periódicos. La persecución a las asociaciones esfuerte en París como en provincias y allí se trata,muchas veces sin éxito de relanzar las hojas locales.Al lado de la asociación revolucionaria en decaden-cia, estaba la franc-masonería que brindó cierto refu-gio para cobijar las ideas republicanas. En un desa-rrollo de otra perspectiva, la del espacio público, seutilizaba el marco de los círculos, un escenariopolimórfico donde al desarrollo de la amistad seguíala lectura y el comentario de los periódicos, momen-to de desarrollo de la discusión política o de tonosocial.

La prensa se convertía así en una fuerte aproxima-ción a la idea de partido político en el siglo XX. Ladefinición de Lenin del periódico del partido revolu-cionario bolchevique como «el gran organizador co-lectivo» está prefigurada en este papel de la prensarepublicana. Los grandes redactores asumieron unpapel de gran prestigio ante el público y, por otraparte, también los promotores de suscripciones delos periódicos se convirtieron en quienes anudabanlazos partidarios informales. Muchas veces éstos eranobreros despedidos por su militancia que conseguíanun trabajo de promoción del medio. Sus viajes losponían en contacto con el público ante el cual desa-rrollaban su conocimiento de la situación parisina ypolítica en general.

Junto a esta articulación entre periodismo y vida

partidaria progresiva, marchaban paralela y entre-lazadamente procesos como la producción de la RevueIndependant de George Sand y Pierre Leroux dondese conjugaban el liberalismo de Michelet y el socialis-mo de Louis Blanc. Esta publicación desarrolló unavasta influencia. En tanto, la prensa periódica revelóya el desarrollo de las nuevas corrientes radicalizadas.Al lado de La República aparecían órganos socialistaso comunistas como La Democracia Pacífica de VíctorConsiderant ó El Popular de Cabet. Solitariamente, L’Atelier de Buchez, un verdadero medio obrero, hastapor sus redactores, trata de reunir República y Socialis-mo. El tema de la extensión de la libertad de prensaestuvo presente en toda la escena del establecimientodel bonapartismo. Un aspecto que Marx subraya alindicar la dureza de la ley de prensa que acompañó ala legislación electoral reaccionaria del 31 de mayo de1850. Por aquella norma, aprobada en julio de esemismo año por la Asamblea Legislativa se aumentóconsiderablemente la suma que los editores de perió-dicos debían depositar y se introdujo el impuesto altimbre que se extendió hasta los folletos. En ese mar-co, «las condenas a multas exorbitantes y a desvergon-zadas penas de cárcel con que los jurados burguesescastigaban todo ataque de los periodistas burguesescontra los apetitos usurpadores de Bonaparte, todointento por parte de la prensa de defender los dere-chos políticos de la burguesía contra el poder ejecuti-vo causaban el asombro no sólo de Francia, sino detoda Europa».(21) Una observación importante pero fi-nalmente poco sopesada; esa autonomía relativa ycontradictoria en la condena de los burgueses a suprensa, ¿no contenía el reconocimiento implícito deuna autonomía relativa en el marco de lo político delderecho a la libertad de prensa?

III- La Organización de las formas proto-partidariasen la Italia rural y en la España del siglo XIX

En situaciones sociales atrasadas el partido aparececreado desde el poder central y la organización de lamoderna forma de mediación de la representación esmontada a partir de organizaciones tradicionales.

¿Cómo se gesta así la moderna forma partidariaoccidental del siglo XX? Las experiencias española e

(19) Agulhon, op.cit., pág. 13.(20) Marx, op.cit., pág. 418.(21) Marx, op.cit., pág. 476.

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italiana en la segunda mitad del siglo XIX presentanestimulantes experiencias acerca de esta constitucióny ofrecen sus materiales y, sobre todo, sus rutas deinterpretación en una complejidad apartada de loaparentemente evidente.

En el caso español, la segunda mitad del XIX estáatravesada por ese largo episodio de reconstruccióny mediación política que fue nombrado como LaRestauración, esto es, un recorrido cronológico en-tre el 30 de diciembre de 1874 (fin de la PrimeraRepública) y el 13 de diciembre de 1923, fecha delcuartelazo del general Primo de Rivera. El regreso delos Borbones al trono se monta como una complejaoperación política piloteada por Cánovas del Casti-llo, el líder del partido liberal-conservador. Porque elmomento político español incluía entre sus datos máspreocupantes «la guerra carlista así como la guerraindependentista cubana (que) consumirían progresi-vamente energías y potencial beligerante de la coali-ción liberal-conservadora».(22)

Es decir, que por una parte el edificio político delReino se encontraba enfrentado a la irresuelta cues-tión carlista con su tradicionalismo legitimista reac-cionario movilizado como guerra civil con fuerte apo-yo de la Iglesia y, por la otra, presionado por el con-tinuado derrumbe de los restos del Imperio, causadonotoriamente por la lucha independentista cubanaque iba a cerrarse, provisoriamente, con la Paz delZanjón que pondría punto final a la Guerra Grande.Surgió entonces un proyecto mucho más realista paraconstruir un sistema político destinado a preservar launidad nacional y construir las bases de un sistemapolítico estable.

Por ello, el pilar básico del programa construidoen el Pacto de El Pardo (entre conservadores y libe-rales, liderado por Cánovas y Sagasta) consistió enprivilegiar la estabilidad, a partir del turno, un proyec-to de redistribución del poder adelantado a los pac-tos que bien entrado el siglo XX tratarían de resolvertambién problemas sistémicos en Colombia y Vene-zuela a finales de la década del ’50 (liberales y con-servadores, en el primer caso; copeyanos y adecosen el segundo).

La redistribución fue realista, no todos ganaron: «laspartes extremas del partidismo político del momen-

to, fundamentalmente, republicanos y carlistas, quegozaban por diversas causas de numerosos apoyosen sectores populares y zonas regionales caracterís-ticas, fueron excluidos del juego político ortodoxo».(23)

Pero algunos de sus representantes estaban presen-tes en el Congreso de los Diputados, amén del Sena-do, para incluir al menos los bordes de los que cues-tionaban el sistema.

La Restauración se basó, para estructurar el siste-ma político, en el caciquismo, pero éste se constitu-yó en un sistema estable y no-violento. Para la com-pleja organización del sistema implicó «el abandonodel viejo principio Progresista de la soberanía nacio-nal en favor del reconocimiento del papel de la Co-rona como árbitro del poder».(24)

El renunciamiento de Isabel II a sus derechos di-násticos y el envío del príncipe de Asturias a realizarsu formación militar en la academia militar deSandhurst (Inglaterra), formaron parte de una opera-ción política que procuró mellar las componentesultra-reaccionarias en la formación del futuro monar-ca. Por otra parte, en la formación como militar deéste se orientó a construir el rol del Rey-Soldado,como comandante en jefe del Ejército y la Armada,punto clave para soldar la verticalidad castrense a lacorona y reducir las posibilidades de pronunciamien-tos. (De algún modo, el mecanismo anticipó el planejecutado con otro Borbón, el nieto de este AlfonsoXIII -Juan Carlos I- para restaurar una monarquía de-mocrática sometiendo al comando directo de la Co-rona a un ejército conservador).

Un esfuerzo sistemático del estudio de VarelaOrtega se dirige a tomar distancia de la concepciónque identificaría directamente en la política econó-mica de la época las querellas entre libre-cambistas yproteccionistas con las líneas políticas de liberales yconservadores, respectivamente. Aunque VarelaOrtega reconoce el peso del librecambismo en el alaizquierda liberal y del proteccionismo en el partidoconservador, distingue los debates económicos delas operaciones políticas. El sostenimiento del siste-ma de estabilidad caciquil no fue atravesado central-mente por la disputa entre libre-cambismo y protec-cionismo, dado que ambos partidos utilizaron conreal politik esos instrumentos para, de manera casi

(22) Martínez Cuadrado, Miguel, Laburguesía conservadora, Ed.Alianza Universidad, Historia deEspaña Alfaguara VI, Madrid, 1973,págs. 9-10.(23) Martínez Cuadrado, op.cit.,pág.16.(24) Varela Ortega, José, Los amigospolíticos (Partidos, elecciones ycaciquismo en la Restauración(1875-1900), Ed. Alianza Editorial,Alianza Universidad.

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conjunta, conducir el mercado español a un progre-sivo cierre y defensa tanto de la producción indus-trial de Cataluña y el País Vasco, como de la agricul-tura triguera de Castilla. «El cerrado proteccionismoa que se llegó no fue tanto el resultado de un pactoexplícito entre los tres clásicos bloques, grandes ypoderosos (textiles, naviero-metalúrgicos y trigueros)cuanto la coincidencia discontinua de intereses indi-viduales -y con frecuencia contradictorios- en unasuerte de proteccionismo integral».(25)

La sociedad española de la Restauración constitu-yó una sociedad burguesa, en la que se liquidaronprivilegios locales, aunque fue rural, burocrática ysubdesarrollada en relación a los centros más ade-lantados de la Europa Atlántica. Uno de los proble-mas políticos de esta situación lo constituyó la posi-bilidad de que la izquierda liberal hiciera bloque úni-co con los republicanos y tumbara a la Monarquía yel sistema de estabilidad y turno para los dos blo-ques del sistema partidario. Y por ello, para la con-ducción de Sagasta «la palabra Conciliación era sudivisa y es la palabra que con más frecuencia apare-ce en la prensa Liberal de los últimos años ochen-ta».(26) Construir esa conciliación tenía un fuerte cen-tro en Madrid: la Secretaría de la Gobernación. Conla utilización de un fuerte poder centralista, el minis-terio político realizaba la obra de arquitectura políti-ca. A partir de la relación de patronazgo, formalizadaen la voz cacique de importación americana (de lar-ga duración porque se mantiene en la vida políticamexicana actual) se liquida en forma práctica el prin-cipio de igualdad ante la ley. El diputado trabaja másen el Ministerio que en la Cámara, más allá de losretóricos jefes de partido, para lograr de manera con-creta la satisfacción de las demandas de los votanteso servidores políticos.

Esta compleja vinculación entre el cacique local ylos jefes de partido nacionales, está mediada por laGobernación y, en última instancia, en los grandesgiros políticos, por la Corona.

El voto robado, el voto cantado definía el procesoelectoral. «El caciquismo es patronazgo; y éste, unaforma de relaciones personales que cortaba a travésde colectividades, fueran clases o cualquier otra for-ma de organización social».(27)

Tampoco el poder económico tenía capacidad parainfluir en el sistema político, porque el poder no de-pendía de votos y la injerencia gubernamental eramuy alta.

El «pucherazo», volcar las urnas, utilizar nombresde electores ficticios para resolver el problema de lafalta de simpatizantes se convirtieron en temas co-munes. Pero siempre bajo el control del intercambiode partidos en el gobierno. «La desmovilización polí-tica fue característica del período y la abstenciónmasiva, regla electoral».(28)

En Italia, la organización del sistema político a partirde la monarquía piamontesa con Vittorio Emmanuellea la cabeza de la casa real y el conde Cavour comojefe de filas del partido liberal, también registró esacompleja construcción del nuevo orden político. Uncentro que enfrenta a los poderes municipalistas quese resisten en el marco de una cultura nobiliar a trans-parentar los marcos políticos electorales. Claro que, apartir de 1870, la amenaza ultra-montana será conju-rada con la victoria del reino sardo en contra del po-der del Vaticano. Pero el problema era que la vidapartidaria era de escasísimo desarrollo. Según Cavour,había que «combatir el municipalismo y antes bien alen-tar los procesos de unificación en los distritos; trabajaren principios análogos a los que estaban en vigenciaen los países del continente europeo que son nues-tros mayores en la carrera de las instituciones libres: laelección en un solo grado, directa, confiada a electo-res empadronados».(29)

También como en el caso español, en Italia la in-tervención del centro era poderosa. La escena de IlGatopardo en la que el conde de Lampedusa es con-vocado a representar el distrito de su región y su in-mediata declinación en favor del burgués con cuyahija su sobrino se casa, enlazando nobiliaridad y for-tuna, es una circunstancia típica de ese transformismoque va constituyendo rudimentariamente un sistemapolítico-partidario.

En el caso italiano, los conflictos del sistema inclu-yen tanto el choque directo del Estado y el muni-cipalismo, como luchas que pueden ser definidascomo enfrentamiento entre centro y periferia.

Con un alto grado de oportunidad en el borde dela legitimidad «el sistema italiano adoptando leyes fran-

(25) Ibídem, pág. 204.(26) Ibídem, pág. 283.(27) Ibídem, pág. 366.(28) Ibídem, pág. 420.(29) Romanelli, Raffaele, Le regoladel gioco. Note sull’impianto dellosistema elettorale in Italia (1848-1895), Quaderni Storici, No. 69,anno XXIII, fascicolo 3, diciembre1983. (Traducción realizada en elseminario).

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cesas uniformes lo resolvería todo en el entrelaza-miento de reglas formales y reglas pragmáticas quefue construyéndose poco a poco con sabiduría ygradualismo, en el diálogo entre el poder central,autoridades administrativas y las formas más diversascon las que de hecho se ejercitaba el poder en lasociedad de la época».(30)

En esa constitución de las reglas se conjugan ele-mentos como el del lento conocimiento del país y laruptura de los localismos exacerbados: el viaje a unacomarca vecina para votar en un colegio electoralunificado podía ser considerada un camino culturalhacia la política, en el proceso de constitución delEstado-Nación.

Por cierto, que la inclusión o exclusión de los anal-fabetos se convertía en un episodio de importanciacapital para la limpieza del acto electoral y de ladiscriminación en el sistema político. El brutalmanipuleo de la condición analfabeta se articula conlas diversas formas de verticalización del voto, porejemplo, a partir del manejo de los empleados pú-blicos. Nada que no pudiera ser registrado en el ré-gimen falaz y descreído de la República Conserva-dora argentina.

De allí también la lucha del poder parlamentario ycentral para lograr que la conformación de la lista deempadronamiento sea expropiada a los cuerpos elec-tivos locales.

Este tema se vincula con la matriz histórico-socialde Italia y también con el modelo electoral adoptadoen consonancia. Es fuerte la tentación comparatista,la utilización de normas y prácticas surgidas del siste-ma político francés (donde el gobierno construye encada colegio electoral su propia candidatura) y el in-glés, donde los partidos funcionan con autonomíafrente a la neutralidad del poder.

De allí entonces que la intervención política cen-tral podía tener los ribetes más notorios de la corrup-ción: engañar analfabetos, regalar comida y licor,pagar traslados entre ciudades de electores, hacer laescritura de la boleta a los analfabetos.

El tema de la limpieza y mejora del sistema políticoencuentra una sorprendente contribución que surgede la acción del partido moderado (conservador) ypor cierto católico.

En tanto se reitera en los informes ministeriales ylas discusiones la obsesión por la presión indebidadel clero sobre los electores («la Cámara reconoceque el uso de los medios espirituales por parte delclero, además de influir en las elecciones constituyeuna violencia moral».(31)

Aparece entonces desde el gobierno la necesidadde terminar con la práctica de los enredos en loscomicios. Cuando surgen datos de los documentosque expresan la posición moderada-católica «lo quemás impacta al examinar el material es el caráctercentralizado de la organización conservadora, losinstrumentos totalmente legales, en nada distintos delos utilizados por los gobernantes, y la inconsistenciade los enredos denunciados, pese a la atenta vigilan-cia realizada».(32)

La acción de los conservadores constituye un au-téntico trabajo de partido, aparentemente mejor de-sarrollado que la de sus adversarios liberales, prota-gonistas supuestos de la modernización política ita-liana. Las trampas e intrigas clericales, en realidad, sedirigían a cumplir las normas de un auténtico comiciopara asegurar la limpia emisión del voto del mismomodo que planteaba una férrea convocatoria ideoló-gica a sus simpatizantes para ganar las elecciones o,al menos, bloquear el acceso de los adversarios, cali-ficados como favorecedores del incremento de im-puestos o, simplemente, como protestantes.

La fineza política del jefe de gobierno de la Coro-na, el conde de Cavour, observaba el desarrollo deese fenómeno y lo estimulaba: «Haciendo uso reite-rada y ampliamente de los derechos que la Constitu-ción le da, llevando a sus labios, la taza de la libertad,el clero irá poco a poco encariñándose con esas ins-tituciones y esa libertad (...) podrá dejar de constituirun partido absoluto y se basará en los otros partidosen los cuales la sociedad debe necesariamente divi-dirse».(33)

Esta mirada larga de Cavour podría dar cuenta delos antecedentes que fueron apoyando la organiza-ción, posterior a la Primera Guerra Mundial del Parti-do Popolare, esa creación del sacerdote Don Sturzo,pensada como organización democrática, abortadaentre la pinza del fascismo y el oportunismo del Pa-pado en los Tratados de Letrán en 1929. Pero re-

(30) Ibídem, pág. 9.(31) Ibídem, pág. 24.(32) Ibídem, pág. 25.(33) Ibídem, pág. 26.

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surrecta como Democracia Cristiana en la PrimeraRepública italiana.

Como en el caso español «la relación entre el siste-ma de normas, el poder de los aparatos y las formasorganizativas específicas que la sociedad elaborabaen esas décadas -y que poco a poco iban poniendoen el primer plano facciones y partidos, grupos deinterés y clientelas- no tenía nada de lineal».(34)

IV- La Política moderna y su vinculación con laeducación pública

El problema de la relación entre educación y sufra-gio universal en la Francia del siglo XIX constituye unenigma que desvela a ideólogos y políticos. El enig-ma para algunos republicanos es ¿cómo civilizar yeducar a esa masa -sobre todo campesina- que pare-ce carecer de las mínimas capacidades para la vidarepublicana? Existen, sin embargo, otros políticos quetienen mayor fe en la fuerza de lo republicano, comoLouis Blanc quién afirma que «el sufragio universal escomo el Arco del Triunfo por el cual pasarán uno auno todos los principios salvadores».(35)

Es para los comicios de 1863 que Jules Ferry insta-la el argumento de la irreversibilidad del sufragio uni-versal. Pero los problemas de los republicanos conti-núan instalándose de manera casi interna y muy con-tradictoria. En primer lugar está el planteo de si laRepública constituye una institución irreversible. Esla pregunta que se plantean en diversas circunstan-cias constitucionales los republicanos más ardientes.Los más severos en esta causa llegan a afirmar, ensíntesis, que la peor de las repúblicas es más soporta-ble que la mejor de las monarquías. Esto es que, comoposteriormente los revolucionarios socialistas, no es-tán dispuestos a jugar la suerte de la institución a lavolubilidad de un electorado imprevisible. Por don-de la república es colocada por encima de la demo-cracia, un argumento escuchado hasta la saciedaden muchas latitudes pero, sobre todo, en las argenti-nas para justificar los golpes militares del siglo XX.

El segundo problema es el del sufragio universal, ins-titución de la que desconfían muchos republicanos.La cruzada ideológica contra esta alternativauniversalista es encabezada por los positivistas. Para

Augusto Comte las ideas de 1789 eran puramente«metafísicas». Su discípulo Sémerie, simpatizante de laComuna y laico intransigente, denuncia en 1872 a JulesFerry y sus amigos republicanos del gobierno. En elfolleto de lanzamiento de la revista La política positivacondena «la absurda teoría de la soberanía popular,según la cuál un voto vale por otro, sin distinción deinteligencia, moralidad o de civismo (..) Es por su de-plorable apego a la metafísica de Rousseau que la Fran-cia revolucionaria y su vanguardia republicana investidade la iniciativa regeneradora, marca el paso en el lododesde hace ochenta y tres años (..) Se convoca hastaen el fondo de los pueblos más atrasados a los campe-sinos mas rudos y entonces los hombres que han des-bancado al Imperio se ponen de rodillas frente a aque-llos que los han apoyado, los republicanos frente a losbonapartistas. Llaman a esto en sus devociones,posternarse frente a la majestad del pueblo».(36)

Pero los republicanos, como se mencionó más arri-ba, fluctúan en su consideración respecto del sufra-gio universal en relación a la República. En la décadade 1870 se enuncian dos iniciativas aparentementecontradictorias dentro del campo republicano: el su-fragio universal identificado con la República y por elotro esta institución colocada por encima de aquélinstrumento electoral. Ferry afirma en una célebreproposición constitucional que «la forma republica-na de gobierno no puede ser objeto de una proposi-ción de revisión». La asimilación del sufragio a la Re-pública coloca a éste como principio último delegitimación, no como procedimiento electoral o degobierno; porque la oposición monarquía-repúblicano habla de un problema constitucional: constituyeuna dimensión filosófica, puesto que la república esuna anti-monarquía radical.(37)

El sufragio universal tiene entonces un límite: elhorizonte de la República.

Pero para legitimar el distanciamiento de la verdaddoctrinaria de los comportamientos efectivos delpueblo surgen las teorías justificadoras. Cuántas ve-ces se esgrimirán en ese siglo y en el siguiente paraconsolar acerca de derrotas comiciales. El tema, plan-teado por George Sand, alude a la juventud, la faltade prudencia y habilidad del nuevo soberano: el niño-rey, que cree «en el recién llegado».

(34) Ibídem, pág. 31.(35) Rosenvallon, Pierre, Le sacré ducitoyen. Histoire du suffrageuniversel en France, Ed. Gallimard,París, 1993. (Traducción efectuadaen el seminario del Cap.V (terceraparte), La educación de lademocracia, pág.1).(36) Ibídem, pág. 2.(37) Ibídem, pág. 3.

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Para la naciente izquierda, esta desconfianza repu-blicana es también un elemento en común, aunquesus objetivos fueran otros. Nada menos que Blanquiy Cabet cuestionan en 1848 la realización de las elec-ciones y demandan su postergación. ¿Razones? «Elpueblo no sabe, debe saber (..) Las elecciones si serealizan serán reaccionarias (..) Dejad que el país naz-ca a la República; a esta hora, está aún aprisionadoen el asfixiante envoltorio de la monarquía».

Y ese soberano-niño es sobre todo campesino. Esecampesino que soportó con sus votos el acceso deLuis Napoleón al poder es enfrentado al ciudadanoculto de la ciudad. «Los republicanos empleaban lasmismas expresiones que Taine o Renan para hablarde las masas rurales (..) Algunos de ellos retomabanincluso palabras habitualmente utilizadas por la de-recha para decir que las voces debían pesarse y nocontarse mecánicamente».(38)

Este desprecio dura hasta que el voto campesinosolidifica a la República después de haber sustenta-do al Imperio.

¿Cómo enfrentar estas oscilaciones crueles que po-nen en juego en cada comicio el fundamento del sis-tema? Por la educación que guiará al pueblo en larepública para que la democracia universal confirmeaquello que debe confirmar. Comienza entonces enel último cuarto de siglo la febril carrera para vinculareducación y democracia. Si hay «derecho al sufra-gio» deberá coexistir obligatoriamente con el «deberde la instrucción». («Hay que educar al soberano»podrá repetir Sarmiento atravesado por preocupacio-nes similares sobre los mismos problemas a 10 milkilómetros de distancia de los debates parisinos, perobien cerca de peligros comunes).

En la década del ’80 se está en la búsqueda de unespíritu nacional que sea modelado por la educación.Edgard Quinet subrayó que la República y la demo-cracia no podían durar a menos que crearan el equi-valente de una religión nacional.(39) Y reducir así lainfluencia de la Iglesia.

La opinión republicana de 1880 se reconoce yentronca en la visión revolucionaria de Condorceten 1793 cuando éste escribe que «no puede haberigualdad si todos no pueden adquirir ideas justas so-bre los objetos cuyo conocimiento es necesario para

la conducta de sus vidas. La igualdad de la estupidezno es una igualdad, porque no existe entre los píca-ros y los bobos, y porque toda sociedad que no esesclarecida por filósofos es engañada por charlata-nes».(40)

Condorcet espera de la instrucción que brinde unsentido verdadero al sufragio para todos: transformar-se en la razón universal, realizando de éste modo elprogreso del espíritu humano. Al lado de esta bús-queda educativa de la razón para el pueblo, los repu-blicanos asientan su saber en Emmanuel Kant. El filó-sofo de Koenisberg llega a ser a quién se adosa latradición republicana francesa para pensar la recon-ciliación entre cantidad y razón.

Nacen entonces los movimientos en pro de la edu-cación del soberano. Las primeras organizaciones enpro de la educación popular se desarrollan para elcrecimiento de la calidad del soberano y entre ellasdestaca la Liga Francesa de la Enseñanza.

Afiliado a la masonería, Mace desarrolla una im-presionante organización que en 1885 tiene adheri-dos a ella a un tercio de los diputados de la Repúbli-ca y en 1870, en vísperas de la guerra con Prusia,contiene dieciocho mil adherentes. Y exalta una pers-pectiva casi religiosa del acto de votar.

Y los republicanos continúan con sus dudas acer-ca de cómo resolver el problema de la vinculaciónde cantidad y razón. ¿Hay que condicionar el dere-cho de votar al hecho de ser instruido, fijando unplazo de aplicación o, a la inversa, comenzar pordeclarar la instrucción obligatoria de tal manera que,en los hechos sea como se resuelva el problema? Losrepublicanos terminaron por decidir por la obligaciónescolar.(41)

El debate es largo y exhibe la perplejidad republi-cana. En 1881, el primer Congreso de la Liga France-sa de la Enseñanza opone a Mace contra Gambetta.El primero plantea que la condición necesaria delsufragio universal es la instrucción universal: «Cuan-do un pueblo ha dejado lo primero venir antes que elotro permanece en perdición hasta que le haya dadosu complemento». La respuesta es de Gambetta y leplantea con firmeza: «al escucharlo me parecía queibais a superar tal vez la medida legítima, porque elsufragio universal es un derecho antes de ser el ejer-

(38) Ibídem, pág. 6.(39) Ibídem, pág. 8.(40) Ibídem, pág. 9.(41) Ibídem, pág. 12.

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cicio legal y regular de la razón culta (..) No habríaque dejar decir un solo instante que su principio o suvalor pueden depender del valor intelectual de unpueblo, porque ese estado intelectual nadie es ca-paz de medirlo». (42)

La instrucción pública pasa entonces a ser concien-cia social. Diversas sociedades son fundadas parahacer encarnar en las costumbres las obligacionesque la ley demanda a la sociedad. Y al lado del ciuda-dano instruido se demanda la formación del soldadoy del gimnasta. Crecen así las sociedades de tiro y degimnasia que desarrollan la reserva militar de la na-ción.

El problema de la educación adquiere característi-cas complejas. No consiste solamente en la instruc-ción masiva del soberano sino en la empresa de crearla universidad francesa porque a principios de 1870esta no existe realmente. Dotada de escuelas profe-sionales y de la Normal, la Universidad es respon-sabilizada -en última instancia- por la derrota de 1870ante los germanos. El propósito que anima a republi-canos y conservadores lúcidos es forjar una nuevaclase política e intelectual. Surge una suerte decientificismo republicano que se vincula con la tradi-ción del difusionismo fisiócrata; la racionalizaciónsocial constituirá un fenómeno que se desarrolla dearriba hacia abajo para modificar la sociedad, y aten-der a los nuevos problemas que se presentan con lamasificación. A ese tema se enfrentan los nacientessociólogos como Durkheim, Pareto, Tarde, Le Bon.

Se busca la «resolución orgánica» de la cuestióndemocrática lo que es difícil en Francia porque «elpeso de la herencia revolucionaria permanece de-masiado fuerte para eso y el universalismo abstractofunda aún en última instancia las representacionesdominantes de lo político y lo social».(43)

Surge entonces la imperiosa necesidad de organi-zar la sociedad de las capacidades, de la inteligencia,las nuevas elites. Se organiza una nueva jerarquía queno embista contra los principios y la tradición repu-blicanas. Y de allí que surja el imperativo de que lasnuevas elites sean instruidas; pero que esa instruc-ción no sea igual para todo el mundo. El peligro: quelos formados con conocimientos abstractos, para loscuales no encontrarán espacio de desarrollo alguno,

se conviertan en los dirigentes canalizadores de lasdisconformidades de la sociedad.

Así lo ve Alfred Fouillé: «Las clases llamadas supe-riores tienen que ser dignas de ese nombre; el movi-miento tiene que provenir de ellas y propagarse enel conjunto; movido y dirigido por ellas, el sufragiopopular será útil por su inercia misma: igual que elvolante de una máquina regulariza y multiplica la fuer-za del motor».(44)

Más avanzado aún en esta progresión Charles Bi-gote afirma que «hay electores dirigidos, hay electo-res que dirigen; y todo el sufragio, aún directo, recaeen un verdadero sufragio con dos niveles, en dondela muchedumbre no hace sino ratificar las eleccioneshechas por un pequeño número».(45) Y el que estoescribe no es un reaccionario. (Tendrá discípulos másallá del océano, cuando los conservadores-liberalesargentinos organicen y dirijan el voto popular de unamuchedumbre desorganizada hasta que arribe unnuevo organizador).

Entre tanto, será también el concurso públicopara muchos cargos públicos el generador de unanueva élite que quedará consagrada con la entra-da en la lucha por el poder de las sucesivas olea-das de egresados de L’Ecole Nationale d’ Adminis-tration (ENA).

En la izquierda los sentimientos oscilan y cambian.Los socialistas primero se oponen fuertemente al su-fragio universal, luego lo aceptan como un medio decambio y se convierten paulatinamente en sus parti-darios radicales. Una célebre cita de Jules Guesdealude a la necesidad de «republicanizar la propiedadcomo el tercer estado, al menos en parte, ha repu-blicanizado la sociedad». La propuesta de apropia-ción colectiva de los medios de producción ingresaen la tradición de los principios de 1789 y 1793, másque en los motivos de tipo económico como lareapropiación de la plusvalía o la liquidación delcapitalismo. Continuamente los socialistas exaltan elmecanismo del sufragio como medio participativo ypedagógico y empujan el desarrollo del ciudadano-elector. Pero son los adversos resultados electoraleslos que vuelven a sembrar las dudas acerca de lapermanencia de las ideas del adversario en el campode los electores que deberían ser propios. Jules

(42) Ibídem, pág. 13.(43) Ibídem, pág. 16.(44) Ibídem, pág. 17.(45) Ibídem, pág. 18.

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Guesde y Jean Jaures disputan alrededor de los dospuntos de vista. De blanca paloma a tirano colectivoel ciudadano emergente de las masas cae, por lomenos en un sector de la izquierda, (ese nuevo co-munismo que se abraza al Octubre ruso de 1917),en las redes de la alienación burguesa.

En Francia, pues la Revolución queda colocada porarriba del sufragio universal, tanto en las manos de lavieja izquierda como en la nueva. La Revolución deMayo de 1968 marcará con fuerza esta tendencia enla última. Alan Krivine animador de las barricadas ti-tulará un libro suyo (en 1969) La farsa electoral des-encantado por la victoria comicial gaullista luegode la ilusión de la lucha de calles. Y será acompaña-do por Jean Paul Sartre que escribirá en Le TempsModernes un artículo encabezado con la consigna«Elecciones, trampas para bobos». Será, entre otrascosas, la presión del compromiso histórico del co-munismo italiano el que empujará al euro-comunis-mo que conduce en 1976 al Partido Comunista Fran-cés, en su XXII Congreso. Allí la pétrea formaciónencabezada por Georges Marchais ablandará su es-tilo y reconocerá que la felicidad del pueblo no sepuede hacer sin él y menos contra él. El sufragio uni-versal se impone sobre cualquier otro horizonte ideo-lógico y según Rosanvallon «fue necesario para elloque la idea de Revolución se borre definitivamentedel horizonte de la cultura francesa».

V. La social democracia y el cartismo inglés,prácticas culturales y organización partidaria

El cartismo inglés y la social-democracia alemanaconstituyen dos movimientos políticos paradigmáticosen las referencias modernas de la constitución departidos políticos obreros o de intención obrera. Dealguna manera su modelo de constitución, o las ideasque interpretaron su estructuración han inspirado sí-miles y polémicas de alto nivel de compromiso y handefinido líneas políticas por asimilación o repudio.

El cartismo inglés, cuyo modelo no fue tan interna-cionalizado como el de la social-democracia alema-na, sufrió una fuerte incomprensión. «Desde el prin-cipio hubo una práctica unanimidad entre los obser-vadores externos en considerar al cartismo no como

un movimiento político sino como un fenómeno so-cial» y «ese movimiento independiente, a nivel nacio-nal, de las ‘clases obreras’ que blandían lanzas en lasconcentraciones a la luz de las antorchas para defen-der sus ‘derechos’ era un acontecimiento sin prece-dentes, y cualquiera que fuera la forma oficial en quese identificara el cartismo los observadores contem-poráneos no podían abstenerse de proyectar en élunos motivos y sentimientos más oscuros,inconfesables».(46)

La interpretación clásica de Federico Engels (en Lasituación de la clase obrera en Inglaterra en 1844)plantea al cartismo como un movimiento de clase deun proletariado nacido de la gran industria y, por lotanto, la relación entre esa gran industria, la concien-cia de clase y el movimiento constituye una triadaclásica. Engels rectificó otra perspectiva que identifi-caba a los cartistas como los grupos pre-industrialesen decadencia frente a la moderna organización in-dustrial. Pero esa intrepretación social constituyó elenfoque predominante entre los contemporáneos.

Para Stedman Jones esta perspectiva olvida la for-ma política e ideológica específica en que dichomovimiento se manifiesta. Y de seguido señala que«la ideología del cartismo no puede ser concebidahaciendo abstracción de su forma lingüística».(47)

Y propone construir la relación entre las interpre-taciones social y linguística. Y eleva la consideraciónde un movimiento político a la convicción comparti-da por sus integrantes acerca de causas de los pro-blemas y sus soluciones. Y así este movimiento luchópara defender el sufragio universal como la banderamás exaltada por sus partidarios. Se constituyó asícomo un movimiento nacional que articulaba las ac-ciones de región o sector. La interpretación de EdwardThompson -elaborada en «The making of the englishworking class»- se elabora sobre la liberación del con-cepto de clase del condicionante reduccionista aldesarrollo de las fuerzas productivas y, en cambio,relacionarlo más ampliamente con el desarrollo deun movimiento político que luchaba contra una fuer-te represión.(48)

Asentado sobre el lenguaje de los planteos radica-les a partir de 1770 y plebeyizado y democratizadoen los ’90, el radicalismo se identificó con el «pue-

(46) Stedman Jones Gareth,Lenguajes de clase. Estudios sobrela historia de la clase obrera inglesa(1832-1982), Ed. Siglo Veintiunopág. 86.(47) Op.,cit., pág. 90.(48) Ibídem, pág. 96.

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blo». En 1830, el «pueblo» pasó a ser considerado las«clases obreras». Diferenciado del malthusianismo ydel socialismo de Owen «el programa del cartismosiguió siendo creíble mientras se pudo atribuir demodo convincente a causas políticas el desempleo,los bajos salarios, la inseguridad económica y otrascalamidades materiales».(49)

Hasta el ala izquierda del movimiento -como laAsociación Democrática de Londres- afirmaba que«las instituciones del país están en manos de los opre-sores porque los oprimidos no tienen voz en la ela-boración de las leyes que rigen su destino: las masasestán socialmente esclavizadas. Para poner fin al ac-tual sistema caníbal debemos tener y tendremos elsufragio universal».(50)

Al mismo tiempo, el cartismo enfrentaba lo queentendía como el papel aciago del comercio exterioren la economía inglesa y defendía la extensión delmercado interno como el método para no vivir conhambre en un país de abundancia.

Y al mismo tiempo, para el cartismo «el enemigono eran los patronos como clase, sino los patronostiránicos y despóticos en contraposición a sus cole-gas honorables».(51)

Interpretaciones progresivamente más complejasaludieron tanto al dominio de los capitalistas sobre el«antiguo tirano de la tierra» o más agudamente, comolo planteó William Thompson, que «la aristocraciafeudal y la aristocracia de la riqueza se han fundido ylos últimos admitidos en la nefasta coalición contrala felicidad de la gran mayoría de sus conciudada-nos, son frecuentemente los enemigos más acendra-dos -como esclavos elegidos como conductores deesclavos en los distritos contaminados por la esclavi-tud- de las clases industriosas, cuyas penalidades com-partieron hasta hace poco». (52)

A este juicio se agregó progresivamente a partir delos owenistas y cooperativistas, la convicción de quela miseria crecía al compás del avance de la compe-tencia. Pero mientras los owenistas criticaban la com-petencia como un sistema general que extendía laopresión, los radicales y sindicalistas condenaban suexceso. Las convicciones cartistas a partir de Hodgskinentendían a la producción como un proceso naturaly a la naturaleza como armoniosa, y la pobreza sur-

gía, en realidad, como resultado de la monopoliza-ción artificial de la propiedad gracias a las leyes. (Elorigen histórico de esta perspectiva se asentaba entesis como la que describía la invasión normanda deGuillermo el Conquistador a Inglaterra sobre el findel primer milenio cristiano como la causante deldespojo de la tierra al buen pueblo sajón y el acapa-ramiento de la tierra entre los seguidores de aquél,teoría alentada por el auge del romanticismo).

El problema del cartismo fue también la relacióncon la clase media a la que consideraban dividida(«una gran parte de ellos depende por completo desu clientela de pobres y otra parte considerable serige por sentimientos humanos a pesar de sus intere-ses egoístas»(53) y a la que según algunos de sus voce-ros no habían conseguido atraer en sus sectores po-tencialmente más proclives como los pequeños ten-deros y maestros.

El cartismo a partir de 1848, cuando se detecta lainfluencia de Marx y Engels, reclama la propiedadnacional de la tierra, la liquidación de la deuda nacio-nal y el fin del control monopolista de los banquerossobre la oferta de dinero. Todos estos elementos di-bujaban la ociosidad y el parasitismo de la clase diri-gente.

En definitiva «lo específico del cartismo fue, en pri-mer lugar, la equiparación del pueblo con las clasesobreras a consecuencia de 1832 y, en segundo lu-gar, el correspondiente desplazamiento del acentopuesto en la relación entre el Estado y la clase obre-ra, subrayado por la legislación progresista posteriora 1832, el año de la Reforma Electoral Whig».

Pero «el cartismo no se desintegró a principios dela década de 1850, sino de la de 1840». La políticay el carácter del Estado (con la reducción de im-puestos al consumo realizada por el gabinete toryde Robert Peel y continuada por el gabinete whigde Gladstone al colocar el interés del Estado porencima del de los particulares) fueron los enemigosprincipales del cartismo. Como primer ministro Peelrechazó las leyes del Trigo, tarifas cerealistas quehabían protegido a los aristócratas terratenientestorys pero habían encolerizado a la clase media delpartido Whig. Este innovador tory ganó votos de laclase media restándoselos a los whigs pero lo hizo

(49) Ibídem, pág. 101.(50) Ibídem, pág. 103.(51) Ibídem, pág. 112.(52) Ibídem, págs. 115-116.(53) Ibídem, págs.143-144.

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al costo de una escisión de su partido, quienes bajoel comando de Benjamín Disraeli ensayaron unanueva política: aliar a los propietarios rurales y tra-bajadores urbanos contra la clase media comercial.Un nuevo partido Liberal unió a los viejos whigs y alala tory de Peel bajo la jefatura de Gladstone, perolos nuevos torys (en adelante conocidos como con-servadores) superaron sus derrotas de ’32 y ’46 ycondujeron a Disraeli al gobierno en el marco deuna nueva alianza y una nueva política conocidacomo conciencia social tory que ejecutó en 1867 lareforma electoral que extendió el voto a los trabaja-dores urbanos.(54)

En tanto, en la Alemania Imperial la social-demo-cracia constituyó un fuerte movimiento de resisten-cia al poder establecido que, a diferencia de la Ingla-terra Imperial rechazó las tentativas de integraciónpolítica y cultural. Una nueva forma de vida fue pro-puesta a los trabajadores alemanes; el vehículo fue«una prolífera red de organizaciones políticas, eco-nómicas y culturales»; se organizó como una sub-cultura esto es «un complejo de creencias activida-des organizadas», separado por una parte del siste-ma dominante y, por la otra, gestando una naturale-za especial de vínculos.(55)

La potencia de la social-democracia se demuestra,a la inversa del movimiento sindical inglés, por sucapacidad de crear sindicatos: en las Islas es luegodel desarrollo de éstos que fue construido el partidoLaborista.

La social-democracia alemana diseñó un fuertedesarrollo de su organización a partir de la profe-sionalización de funcionarios que estructuraron yconsolidaron la estructura partidaria en la legalidad yen la proscripción. La competencia posible de la so-cial-democracia fue planteada por el partido del Cen-tro, por el apoyo directo ideológico y práctico de laIglesia Católica.

Los límites de la social-democracia alemana fue-ron marcados por su incapacidad para superar loslímites clasistas y urbanos y por el sostenimiento deuna rígida ideología marxista determinista.

Y esa rigidez, por una parte permitía confiar en elarribo a plazo fijo de la revolución proletaria al tiem-po que servía como poderoso escudo para atravesar

la larga etapa de aislamiento bajo la dureza de lamonarquía guillermina.

Lentamente, en esa estructura social y condiciónhistórica «el marxismo servía ahora, sobre todo, parapermitir al proletariado diferenciarse ideológicamen-te de la clase media» y pasó a ser «una ideología pro-fesional con cuya ayuda el obrero conciente defen-día y mejoraba su posición dentro del orden socialde la clase media».(56)

La acción del Estado Imperial Alemán combinó larepresión con la conformación de un marco de tra-bajo parlamentario subordinado al poder autocráticodel Kaiser, pero dentro del cual el movimiento sindi-cal alcanzó éxitos evidentes.

La lenta organización del partido social-demócrataatravesó la fuerte polémica entre Durhing y Marx apropósito de la aparición de El Capital. Finalmentepese a que las posiciones de Marx no conquistaronal conjunto del partido de inmediato, lentamenteavanzaron sobre la elite del mismo. Bebel, Bernstein,Kaustky y otros fueron incluyéndose en el sistema depensamiento de Marx. Las insuficiencias de Duhring,por una parte, y el énfasis determinista de la interpre-tación marxista, por la otra, que convenía al partidomucho más, decidieron la puja. «La intensa represiónde 1878 a 1890 tuvo el efecto de reforzar tanto lapolítica moderada del movimiento obrero, como lacontribución del marxismo a la defensa interna y ex-terna de la misma existencia del partido».(57)

El partido resistió, con el auxilio de la teoría marxis-ta, las propuestas de radicalización hacia el anarquis-mo que se propusieron con fuerza luego de la diso-lución producida en 1878 a partir de la legislaciónbismarkiana.

Al ser elemento constitutivo de la identidad so-cial-demócrata la ideología marxista fue utilizadacomo instrumento eficaz por los funcionarios par-tidarios de bajo rango que trabajaban en la consti-tución de la organización clandestina. «En algunosestados como en Sajonia, las leyes prohibían quese formaran asociaciones políticas obreras, peroautorizaban el funcionamiento de sociedades cul-turales. Surgieron muchos ‘Arbeiterbildungverein’,como se llamaba a estas entidades culturales de laclase obrera, oficialmente apolíticas, más en la prác-

(54) Viereck, Peter, Conservadorismo,Ed. Agora, Buenos Aires, 1959,págs. 53-55.(55) Roth, Gunther, The socialdemocrats in Imperial Germany. Astudy in working class socialisolation and national integration,New Jersey, Towota, 1963.Traducción de Mariela Pugliese yPaula Seiguer, cap. VII, El rol delmarxismo en la subcultura social-demócrata, pág.1.(56) Op.cit., pág. 5.(57) Ibídem, pág. 10.(58) Ramos-Oliveira Antonio,Historia social y política deAlemania, tomo I, Ed. Fondo deCultura Económica, México, 3ra.Edición, 1973, pág. 237.(59) Roth, op.cit., pág. 33.(60) Ibídem, pág. 38.(61) Ibídem, pág. 43.

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tica defensoras de reivindicaciones de carácterpolítico».(58)

La actividad más importante de la acción ilegalconsistía en la distribución de la prensa y la propa-ganda partidarias, convirtiéndose nuevamente el pe-riódico en el eje de la organización partidaria.

La adopción del marxismo constituyó más que unprograma un sistema de pensamiento, una ideologíapartidaria de la cual todas las corrientes, de izquierdaa derecha luego de 1890 -momento de la rele-galización- se convierten durante en tributarias, exé-getas y apologistas. Y las líneas polémicas internas,derecha (revisionismo), centro dominante, e izquier-da minoritaria revolucionaria, polemizan en ese cam-po.

También en el proceso de organización partidariase producen colisiones entre funcionarios medios ylos literati (intelectuales) cuando muchos de aquellosy representantes de los sindicatos cuestionaron la via-bilidad de las huelgas generales en pro de la demo-cratización del sistema político.

En la organización se manifestaban dificultades parala participación de la mujer en primer lugar por elcosto del trabajo femenino en el mercado, lo queoriginaba un fuerte resentimiento de los hombres. Ypor las dificultades en la vida cotidiana de las muje-res cuyos maridos intervenían activamente en la vidaorganizativa y limitaban así sus posibilidades de as-censo social. De la misma manera, el movimientojuvenil socialista tuvo muchos problemas para suinserción en la vida social-demócrata, sobre todocuando emprendió la lucha contra el militarismo.

El crecimiento del poder institucional del sindica-lismo planteó conflictos con el aparato partidario; loshombres del gremialismo defendían la organizacióngremial como el elemento vital de la cultura social-demócrata. Pero los conflictos planteados no gene-raron cuestiones insolubles entre dirigentes mediosy altos y entre aquellos y los intelectuales. Más biense produjo una rutinización de la actividad partida-ria. La discusión política dejó paso a la distribuciónde la propaganda partidaria. Para los dirigentes inter-medios, los llamados hombres de confianza, las dis-putas entre los dirigentes de alto nivel contribuían adesalentar la participación de los afiliados.

La limitación de esta vida partidaria parece habercontribuido al estrechamiento del campo de las alian-zas posibles. «Las inclinaciones ideológicas de losfuncionarios proletarios urbanos, apoyados vigo-rosamente por el argumento marxista de Kaustkyacerca de la inevitable disminución del pequeño co-merciante y el pequeño campesino, predominaronsobre el intento de los reformistas y del poder ejecu-tivo de apelar a otros estratos sociales».(59)

Este aislamiento clasista se combinó con la exalta-ción de la fuerza de la máquina partidaria. Bernsteinafirmó al respecto que «hemos erigido organizacio-nes en las áreas más diversas que, gracias a un afano-so trabajo han hecho de nuestro movimiento un es-tado dentro de un estado. Esto ha pasado a ser mu-cho más incómodo para nuestros enemigos que sihubiéramos corrido el riesgo de apostar. No osamosarriesgar el destino del movimiento; hemos conse-guido demasiado, y lo que se ha construido es dema-siado valioso».(60)

Esta fuerte sub-cultura social-demócrata dio cuer-po a un modo particular de vida de las masas obre-ras. «El marxismo oficial constituyó sólo una parte delo que el movimiento significaba para los obreros (..)Muchos trabajadores estaban ansiosos de probarsea sí mismos que eran sobrios y respetables»(61) y ellofue una oportunidad que le fue brindada por aquellavigorosa sub-cultura. Pero pese a los esfuerzos de lavida cultural del movimiento, la persistencia conser-vadora en la escuela, el servicio militar y los mediosde comunicación, fortalecieron pautas moderadasque pueden dar parte de la explicación del compor-tamiento político posterior a la Primera Guerra Mun-dial de la gran fuerza social-demócrata.

Desde los clubes políticos de la Revolución Fran-cesa a la prensa institucional de la social democraciaalemana, la gráfica se constituye en el centro de laforma partidaria occidental que tiene su límite de cre-cimiento con el final de la Segunda Guerra Mundial.A partir de entonces, la expansión de la televisióngolpeará profundamente las tradicionales formas par-tidarias: la video-política personalizará el debate yaquellas ingresarán en crisis profunda junto a su parla escuela pública.

burguesía conservadora, Ed.Alianza Universidad, Historia deEspaña Alfaguara VI, Madrid, 1973.-Martin, Henri-Jean, "La imprenta",en Williams, Raymond (Ed),Historia de la Comunicación (vol.2), Ed. Bosch Comunicación,Barcelona, octubre 1992.-Mattelart, Armand, La invenciónde la comunicación, Ed. Siglo XXI,México, 1992.-Marx, Carlos, "El dieciochoBrumario de Luis Bonaparte", enObras Escogidas, Tomo I, Ed.Progreso, Moscú, 1980.-Ramos-Oliveira, Antonio, Historiasocial y política de Alemania, tomoI, Ed. Fondo de Cultura Económica,México, 3ra. Edición, 1973.-Romanelli, Raffaele, Le regola delgioco. Note sull impianto dellosistema elettorale in Italia (1848-1895), Quaderni Storici, nro. 69,anno XXIII, fascicolo 3, diciembre1983.-Rosenvallon, Pierre, Le sacré ducitoyen. Histoire du suffrageuniversel en France, Ed. Gallimard,París, 1993.-Roth, Gunther, The socialdemocrats in Imperial Germany. Astudy in working class isolation andnational integration, New Jersey,Towota, 1963 (Traducción, cap. VII,de Mariela Pugliese y PaulaSeiguer)-Stedman, Jones Gareth, Lenguajesde clase. Estudios sobre la historiade la clase obrera inglesa (1832-1982), Ed. Siglo Veintiuno.-Tocqueville, Alexis de, El antiguoRégimen y la Revolución,Ed.Guadarrama, Madrid, 1969.-Trotsky, León, Historia de laRevolución Rusa (Tomo I), Ed.Tilcara, Buenos Aires, 1962.-Viereck, Peter, Conservadorismo,Ed. Agora, Buenos Aires, 1959.

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medios de comunicación, como aparatos de hege-monía al interior de la sociedad civil del Estado capi-talista moderno.(2)

Sin embargo, si bien es cierto que existen multitudde trabajos que han abordado desde una perspecti-va materialista el estudio de la propiedad de los me-dios, el universo de discursos que transmiten, la evo-lución tecnológica que experimentan, los efectos in-dividuales y nacionales que provocan, los patronesde consumo cultural que imponen, la cobertura sim-bólica que alcanzan, las relaciones de poder que re-producen, la transnacionalización de hábitos ideoló-gicos que fomentan, etc.(3) no existe ninguna reflexiónmadura que examine el lugar histórico que ocupanlos medios de comunicación dentro del conjunto deaparatos de hegemonía, y por consiguiente, dentrode la estructura cultural que ha construido el Estadocapitalista en la actual etapa transnacional.(4)

Incluso, podemos decir que no únicamente den-tro de la concepción materialista de la comunicaciónse ha conservado este anacronismo teórico, sino tam-bién, dentro de los postulados de las principales co-rrientes de análisis de ésta disciplina se mantiene esteabandono epistemológico. Es decir, dichas escuelasde comunicación tampoco han estudiado los cam-bios que han provocado los aparatos de informacióndentro de la conformación de la estructura del Esta-do y de la sociedad civil.(5)

II- Las nuevas concepciones

No obstante la presencia de este vacío teórico,existen algunas contribuciones embrionarias de lasciencias sociales en general que nos ayudan de for-ma muy valiosa, pero aún insuficiente a realizar unprimer acercamiento intuitivo al problema. Todasellas, coinciden en señalar que los medios de comu-nicación de masas, se han convertido en aparatoshegemónicos sumamente importantes del Estadocapitalista avanzado, pero no desarrollan ni profun-dizan los argumentos que podrían ayudar a construiruna nueva teoría de las puntas de la hegemonía.

Así, el primer germen lo encontramos entre 1917y 1937 en el pensamiento gramsciano. Aunque conanterioridad dicha perspectiva ha señalado que la

Estado moderno,medios de comunicación

y transformación educativa

Javier Esteinou Madrid (*)

(*) Investigador Titular del Departa-mento de Educación y Comunicaciónde la Universidad Autónoma Metro-politana, Unidad Xochimilco, México,D.F.

I- Los antecedentes

Debido al retraso analítico que durante muchosaños ha sufrido la teoría del Materialismo Históricopara elaborar una concepción amplia sobre la super-estructura cultural, los aparatos de hegemonía y laspuntas de la ideología; muchas facetas sobre la com-prensión del Estado Ampliado han quedado relega-das de ser reflexionadas y desarrolladas como lescorrespondía, ya que son realidades básicas de nues-tras sociedades contemporáneas. Debido a esto, pocaclaridad conceptual y política,(1) ha alcanzado el pen-samiento materialista y las ciencias sociales críticas,para comprender cuál ha sido la nueva transforma-ción cultural que ha provocado la emergencia de los

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escuela es el principal aparato ideológico de Estado,su concepción no es rígida ni cerrada, pues recono-ce el valor y la importancia de otras fuentes de socia-lización cultural, especialmente de los medios decomunicación. De esta forma, al delimitar la funciónque cumple la escuela, expresa que, «la actividadeducativa directa es sólo un fragmento de la vida delalumno, que entra en contacto, ya con la sociedadhumana, ya con la societas rerum. Mediante ello, seforman criterios a partir de estas fuentes ‘extra-escolares’ que son mucho más importantes de lo quecomúnmente se cree».(6)

Madurando esta apreciación, Gramsci aporta unavance teórico relevante cuando adelanta una pri-mera visión embrionaria sobre las futuras tendenciasevolutivas que presentan las nuevas puntas hege-mónicas, y el lugar estratégico que gradualmenteconquistan al interior de la sociedad civil. Esto es, sinhaber vivido la época de la gran explosión culturalque se produce con la reproducción ampliada y lamaduración de las nuevas tecnologías de comunica-ción (radio y televisión de gran cobertura simbólica),Gramsci ya prevé desde principios de siglo que laprensa y la radio incipiente existentes en Italia, tien-den a convertirse en las principales instituciones pro-ductoras del consenso social.

Así, señala que «la prensa amarilla y la radio (don-de están muy difundidas), tienen la posibilidad deincitar extemporáneamente motivaciones de pánicoo de entusiasmo ficticio que permiten el cumplimientode objetivos determinados, en las elecciones, porejemplo. Todo esto está ligado al carácter de la sobe-ranía popular que se ejecuta una vez cada 3, 4 o 5años; basta tener el predominio ideológico (o mejoremotivo) en este día determinado, para poseer unamayoría que dominar por 3, 4 o 5 años, incluso sipasada la emoción, la masa electoral se separa de suexpresión legal».(7)

Después de esta amplísima aproximación transcu-rren más de 30 años en que no se reflexiona críti-camente sobre el nuevo espacio estratégico que gra-dualmente conquistan los aparatos de informaciónde masas(8) en el terreno de la formación del consen-timiento coyuntural. Es hasta principios de la décadade los años ‘70 que diversos pronunciamientos, pro-

venientes de distintas ramas de las ciencias sociales,resucitan este análisis sobre los medios de comuni-cación, e intentan devolverles hipotéticamente elnuevo rango histórico que le corresponde en el pro-ceso de construcción del consenso social.

Esta nueva tendencia adquiere forma con diversosautores e instituciones aisladas y se desarrolla crono-lógicamente de la siguiente manera: en 1971 apare-ce Ludovico Silva;(9) en 1972 Fernando Carmona;(10)

en 1975 Maurice Duverger;(11) en 1977 RafaelRoncagliolo;(12) en 1978 Armand Mattelart;(13) Fernan-do Reyes Matta y Rafael Roncagliolo; (14) EnriqueGuinsberg;(15) Juan Somavia;(16) en 1980 NoreeneJanus y Rafael Roncagliolo;(17) Ana María Fadul; (18)

Carlos Monsivais;(19); la Comisión Mac. Bride de laUNESCO(20) y en 1982 Armando Labra (21) y muchasotras aproximaciones periodísticas mas, que constan-temente destacan la relevancia de los medios de co-municación como principales aparatos de hegemo-nía. (22)

Sin embargo, pese a que contamos con este con-junto de ricas aportaciones aisladas, ninguna de ellasnos permite elaborar una teoría global sobre la nue-va tarea que ejercen los aparatos de comunicacióncomo puntas de la hegemonía. Todas ellas permane-cen, en mayor o menor grado, en un nivel intuitivo ohipotético de la formulación epistemológica del pro-blema; y por consiguiente, nos acercan de maneramuy útil, pero parcial e insuficiente a esta realidad.

De aquí, que retomando estas contribuciones teó-ricas y otras más provenientes de la economía políti-ca de la comunicación, intentemos construir una nue-va concepción sobre la reciente transformación delEstado Ampliado que se realiza a través de los fenó-menos culturales que producen los medios de comu-nicación de masas y de las modernas tecnologías deinformación.

III- Los medios de comunicación de masas y lamutación educativa

Teniendo en cuenta que la tradición marxista haseñalado que el aparato pedagógico es el principalsoporte cultural creador de la hegemonía, nosotrospensamos que, si bien es cierto, que la doble función

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que ha desempeñado la escuela (reproducción de lacalificación de la fuerza de trabajo y reproducciónde la ideología dominante), ha sido fundamental parala reproducción del consenso del modo de produc-ción capitalista, en sus etapas anteriores; en la actualfase de desarrollo por la que atraviesa el capitalmonopólico, sin dejar de ser necesario, el aparatoescolar ha dejado de ocupar el papel dominante, parapasar a un plano secundario de acción. De esta for-ma, desde 1930 en adelante, fecha en que se conso-lida el primer desarrollo de los medios de transmi-sión electrónica, la tarea de directriz cultural que ejer-ce el sistema de enseñanza ha sido substituida porlas nuevas funciones ideológicas que realizan los apa-ratos de difusión de masas y las nuevas tecnologíasde comunicación.

Esto es, analizando el desarrollo y la transición delos principales aparatos de socialización en la histo-ria del capitalismo, observamos que, en un primermomento, con el desarrollo del mercantilismo, la igle-sia es la institución encargada de integrar orgáni-camente a la sociedad. Dicha conformación históri-ca se estructura alrededor de los intereses de las cla-ses terratenientes que mantienen la sujeción de lafuerza de trabajo servil a las grandes extensiones detierra que se conservan como medios de producciónfeudales. Frente a esta situación generadora de anta-gonismos de clase, la iglesia construye un sistema decentralización política mediante la implantación derelaciones verticales, por medio de las cuales cadasujeto es relegado a la autoridad central.

Con ello, la iglesia se ubica como el principal apa-rato hegemónico del momento y dirige a la sociedadmedieval y colonial, mediante su red de educaciónclerical.

Sin embargo, esta situación no se conserva perma-nentemente, pues en un segundo momento, en lafase premonopolista, la evolución de las fuerzas pro-ductivas y de otros procesos de organización social,obligan a que los bastiones culturales del aparato re-ligioso sean gradualmente desplazados como cen-tros hegemónicos a un plano accesorio, por la emer-gencia de los modernos aparatos escolares. «Es más,puede decirse que el relajamiento de las relacionesfamiliares y la secularización general de la sociedad,

debilitaron el poder ideológico y la función socia-lizadora de la familia y la iglesia, desde los iniciosmismos del capitalismo. De ahí, la insistencia con quese ha redundado que la pareja iglesia-familia ha sidoreemplazada por la propia pareja escuela-familia».(23)

De esta forma, la escuela emerge como el nuevonúcleo hegemónico que difunde e impone las mo-dernas formaciones de conciencia que requiere elfuncionamiento del nuevo proceso de producción yorganización capitalista en las ciudades. Por consi-guiente, en esta época la dinámica de la sociedadcivil localiza su epicentro de acción ideológica en losaparatos pedagógicos, desde los cuales influye so-bre el resto de los aparatos de hegemonía que ac-túan en la sociedad.

Finalmente, en un tercer momento del desarrollocapitalista, en la fase monopolista o de industrializa-ción avanzada, el nuevo desenvolvimiento acelera-do de las fuerzas productivas, el incremento del anal-fabetismo funcional, la ampliación del mercado mun-dial, el aumento de la población, el rápido avance delos procesos de urbanización, la descomposición delas estructuras agrarias tradicionales, y el gran avan-ce de la revolución científico tecnológica, especial-mente de carácter electrónico, provocaron el surgi-miento de un nuevo cambio radical en el ordena-miento jerárquico que ocupan los aparatos de hege-monía. Así, aparece una nueva mutación cultural queocasiona que la escuela sea desplazada como el prin-cipal brazo del Estado que contribuye a reproducirideológicamente las condiciones sociales de produc-ción, y paulatinamente, los medios de comunicaciónemergen como los nuevos aparatos de hegemoníadominante que, prioritariamente, modelan y dirigenla conciencia de la sociedad civil.(24)

De esta manera, la presencia de las tecnologías deinformación redefinen los roles fundamentales queejerce el sistema de enseñanza y otros aparatos dehegemonía tradicionales; substituyéndolos, en algu-nos casos, desplazándolos, en otros y complemen-tándolos en unos mas, especialmente, a aquellos quese encuentran en crisis institucional y social.

A partir de esta fase histórica, las tecnologías deinformación se convierten en los principales apara-tos de consenso, porque a través de estos se produ-

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ce un nuevo y amplio proceso de educación cotidia-na, sobre los individuos, que gradualmente reubica yreemplaza el sólido lugar estructural, que hasta elmomento, ocupaba el tradicional sistema de educa-ción formal que lentamente construye la escuela. Así,emerge una nueva «escuela electrónica» que educacotidianamente a los individuos de forma repetitiva,sistemática, acumulativa e informal.(25)

Este proceso pedagógico se caracteriza por con-vertir la información que transmiten las tecnologíasde comunicación en sedimentos culturales, los cua-les a su vez se traducen en valores históricos, que secristalizan en concepciones del mundo, los que seexpresan como sentidos comunes, de los cuales sederivan actitudes y conductas, que a largo plazo seconvierten en posiciones políticas, que producen,para cada coyuntura específica, un determinado pro-yecto de transformación de la naturaleza y de la so-ciedad.

En esta forma, la construcción de la conciencia enel quehacer cotidiano y en el tiempo libre de los indi-viduos y de las organizaciones sociales, aparece cadavez mas determinado por este nuevo proceso de edu-cación cotidiana que surge a la par del surgimiento decada nueva tecnología de información que aparece.

De esta manera, aunque desde los orígenes delcapitalismo los medios de comunicación ya se en-cuentran inmersos, en un plano secundario y tercia-rio en la estructura de la sociedad civil desempeñan-do distintas funciones ideológicas suplentes, segúnlo exigen las distintas necesidades de cada fase histó-rica por la que atraviesa el modo de producción; eshasta principios del siglo XX que la evolución tecno-lógica de estos, reestructura el interior de la esferacultural de la sociedad y se instalan como los princi-pales aparatos del consenso.

Esta nueva mutación superestructural de la instan-cia educativa como principal aparato de hegemonía,no significa que los aparatos desplazados de la zonahegemónica principal, como son la escuela, la fami-lia, la iglesia y otros mas, ya no existan o ejerzan susfunciones ideológicas propias; sino que continúanpermaneciendo y colaborando en la formación deltejido hegemónico, pero de manera reestructuradaen planos secundarios y terciarios. De esta manera,

la conversión de un aparato ideológico o sistemasde aparatos como instancias dirigentes, no excluye,en ningún momento, la participación cultural del res-to de aparatos hegemónicos secundarios que tam-bién contribuyen a afianzar el consenso local, regio-nal o nacional, en otras áreas más particulares dondeno penetra la tarea global de los primeros.

Ello quiere decir, que la hegemonía no se producepor la acción de un sólo aparato cultural, sino con elapoyo de un sistema complejo y amalgamado de ins-tituciones y redes ideológicas propias de esa forma-ción social o heredadas del modo de producciónanterior, que determinan y modelan la conciencia ylos hábitos de los individuos. Por lo tanto, la hegemo-nía permite la presencia de múltiples acciones cultu-rales secundarias, y se basa en el conjunto de sedimen-taciones ideológicas diferenciadas que producen es-tas, para modelarlas y refuncionalizarlas, a través delaparato ideológico principal, con objeto de construiruna nueva relación consensual más ampliada, másuniforme y más internalizada, que conduzca a la so-ciedad por los cauces que impone su proyectogeoeconómico de desarrollo social.

En este sentido, al indicar que en la fase avanzadadel modo de producción capitalista los medios decomunicación y las nuevas tecnologías de informa-ción, se han convertido en los principales aparatosde hegemonía, no queremos privilegiar miope y arbi-trariamente al aparato de información en detrimentoo negación del funcionamiento de otros aparatossecundarios; sino simplemente señalar que los pri-meros desempeñan las funciones de punta o de van-guardia cultural de la sociedad industrializada. Es decir,en la etapa del desarrollo transnacional, los mediosde comunicación ejercen una tarea cultural «domi-nante», no en el simple sentido de ser instrumentosal servicio de la clase dominante, sino en el sentidode ser las instituciones que construyen la principalconciencia colectiva que relaciona la mente de losindividuos con la realidad. Los medios, simplemente,recogen las tendencias culturales fundamentales dela sociedad y las amplifican proyectándolas de formamasiva como los referentes básicos de vinculaciónde los hombres con su sociedad.

En otros términos, a partir de las nuevas facultades

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materiales que conquistan los aparatos de comuni-cación como modernas tecnologías culturales, se daun deslizamiento de las principales funciones ideoló-gicas orgánicas de los viejos aparatos de consenso,hacia los nuevos medios de comunicación. Así, lasprincipales leyes de articulación de la sociedad, comoson la ley del mercado, la ley de realización del capi-tal, la ley de la dirección política, la ley de la repro-ducción mental del sistema, la ley de la cristalizaciónde la hegemonía, etc., trasladan su foco central derealización del aparato escolar y eclesiástico al apa-rato de la cultura de masas.

Pero esto, no significa de ninguna forma que seanmedios culturalmente «determinantes», esto es, quesubordinen avasalladoramente todo tipo de concien-cias con la información que distribuyen. Toda visióndel mundo que transmiten los aparatos de comuni-cación, siempre es filtrada por la posición de clase, elgrado cultural, la situación económica, el origenétnico, la vida cotidiana, el equilibrio afectivo, etc.,que posee cada persona que lo recibe. Este es enrealidad el aspecto «determinante» del proceso deformación de la hegemonía.

En esta forma, desde la fase de la industrializaciónel Estado capitalista sufre una reconversión en lasmodalidades como realiza sus tareas hegemónicas.La escuela es reemplazada como el aparato que pro-duce la vanguardia ideológica y los medios de comu-nicación ascienden como los nuevos intelectualesorgánicos de la sociedad industrial. Por ello, los mo-delos culturales básicos que organizan y conducen ala sociedad contemporánea ya no nacen fundamen-talmente de la escuela, sino ahora emergen del com-plejo aparato de la cultura de masas.

Por consiguiente, si bien son correctos los diag-nósticos de Antonio Gramsci y José Mariátegui so-bre la función que desempeña la escuela como pun-ta hegemónica en los años ’20;(26) para la década70-80 los planteamientos althusserianos que nueva-mente sitúan al sistema pedagógico como la van-guardia institucional productora del consenso, sonprofundamente incorrectos.(27) Esto debido, a queen el transcurso de estos cincuenta años, los sopor-tes materiales que sustentan el proceso de produc-ción, distribución e inculcación de la ideología, han

evolucionado y se han transformado drásticamentea partir de la introducción de la electrónica y lasnuevas tecnologías de información en el campocultural. Ello ha modificado sustancialmente la for-ma actual de producir la ideología y el consenso, ypor lo tanto, la estructura y potencial del EstadoAmpliado.

Pensar lo contrario, es decir, afirmar que en la ac-tualidad el aparato escolar sigue siendo el principalsoporte cultural del proyecto de legitimación y con-ducción del Estado capitalista moderno, es encerrar-se nuevamente en un anacronismo histórico, quetransplanta rígida y mecánicamente, las particulari-dades de la superestructura ideológica de la fase delcapitalismo premonopolista, a la superestructura deconciencia de la etapa del capitalismo monopolista eimperialista. Es no reconocer, que a partir delsurgimiento y de la consolidación de los aparatos dedifusión de masas, la sociedad civil de la formacióncapitalista y su bloque histórico correspondiente, hansido afectados, modificados y refuncionalizadossustancialmente, por el impacto que ha provocadola emergencia de la cultura de masas. Es imaginarque el Estado capitalista nacional y multinacional haseguido enfrentando sus constantes crisis de legiti-mación, de subconsumo, de acumulación, de repro-ducción de la calificación de fuerzas de trabajo, dedirección política, de empobrecimiento del proleta-riado, de creciente desempleo, etc., con la mismastécnicas y estrategias consensuales que fueron em-pleadas a principios de siglo, sin generar nuevos es-pacios y herramientas ideológicas de construcciónde la hegemonía.

En suma, adoptar los postulados althusserianos paraexplicar el proceso contemporáneo de producciónde las crestas del consenso, es reincidir en un desfaseteórico e histórico que niega el desarrollo cualitativo(especialmente tecnológico), y cuantitativo de los so-portes ideológicos y su resonancia cultural en la esfe-ra de conciencia del capitalismo avanzado. Anacro-nismo conceptual que en el fondo, llevado a sus últi-mas consecuencias, afirma que la estructura y diná-mica de la sociedad civil capitalista del período 1970-1990, mantiene la misma conformación y movimien-to de la sociedad civil de la década 1910-1920.

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Situación que desemboca en una perspectiva linealy acrítica sobre la operación de los soportes cultura-les; que a su vez, provoca una desviación políticaque impide progresar en la labor estratégica de pre-cisar cuál es el aparato de hegemonía que desempe-ña la función dominante al interior de la sociedadcivil. Se obstruye, por lo tanto, el conocimiento co-rrecto del bastión ideológico que ejerce la vanguar-dia cultural en el proceso de cohesión y dirección dela sociedad contemporánea.

En consecuencia, podemos decir que en la historiapresente, tanto en las zonas del capitalismo centralcomo en las áreas del capitalismo periférico, especial-mente de occidente, los aparatos de mayor potencialsocializador para realizar y consolidar cotidianamenteal bloque histórico dirigente, en función a las necesi-dades de existencia, reproducción y transformaciónque presenta el capital en diversas coyunturas de de-sarrollo, no son los aparatos ideológicos escolares; sinolos medios dominantes de difusión masivos (cine yprensa); y muy en especial, los medios electrónicos detransmisión colectiva (televisión y radio) y las nuevastecnologías de comunicación.

En suma, podemos pensar que con el rápido desa-rrollo y perfeccionamiento físico que alcanzan todaslas tecnologías de comunicación, el Estado capitalis-ta estrena un nuevo sistema nervioso cultural quetransforma el interior de la estructura de la sociedadcivil tradicional. Con ello, el Estado entra en una nue-va etapa cultural que modifica todo el esqueleto y laorganización de los aparatos de hegemonía conven-cionales; y coloca a los medios de comunicacióncomo los principales aparatos ideológicos del capi-talismo avanzado.

Por ello, podemos decir que en las formacionescapitalistas contemporáneas, y en particular, en lasformaciones dependientes de América Latina, losmedios de difusión colectiva y las nuevas tecnolo-gías de producción de símbolos y sentidos, se hanconvertido en los principales instrumentos culturalesque crean y mantienen la hegemonía que reproduceideológicamente al sistema. De aquí, la enorme im-portancia de descubrir de dónde parte la lógica deproducción y expansión de las tecnologías de infor-mación. Determinarlo, será comprender el punto de

partida que le da vida a este nuevo Estado Ampliadocontemporáneo.

IV- La capacidad educativa de la televisión

Dentro del contexto de transformación de las je-rarquías de aparatos de hegemonía en las socieda-des modernas es necesario considerar que la televi-sión se ha convertido en el principal medio de comu-nicación colectiva de nuestra civilización, ocupandoun papel central en el desarrollo de las mentalidadesy sensibilidades; y por lo tanto, en el desarrollo delpaís. Hoy día la televisión se ha convertido en el sis-tema nervioso fundamental del avance o retrocesode nuestra cotidiana cultura nacional.(28)

Por ello, aunque estamos conscientes de que latelevisión no produce efectos automáticos sobre elauditorio. Que no es una aguja hipodérmica que in-yecta mecánicamente sus contenidos en los cambiosde la población. Que existen múltiples formas de in-terpretar por parte del auditorio los mensajes tele-visivos que recibe. Que por parte de los emisores noexisten efectos acabados sobre los auditorios comohemos creído en años anteriores. Que no es omni-potente para producir procesos mágicos. Que nor-malmente refuerza tendencias previamente ya exis-tentes en el seno de las comunidades. Que la con-ciencia humana no solamente se produce por la ac-ción simbólica de la televisión, sino por un conjuntomás amplio de relaciones sociales y de redes cultura-les que impactan sobre la inteligencia y la sensibili-dad de los individuos. Que su efectividad de conven-cimiento no depende totalmente de las imágenes quese transmiten sino de otros procesos sociales com-plementarios, etc. También sabemos que, a través delas propiedades físicas que ha conquistado y de loshábitos educativo-culturales que ha formado, la tele-visión cuenta con un alto margen de eficacia persua-siva comprobada para crear y cambiar las formas depensar y actuar en México.

En la actualidad debemos tener presente que ennuestro país, frente a la tradicional acción del siste-ma escolar y religioso, la televisión se ha convertidoen la principal red educativa capaz de cambiar, conmayor rapidez y agilidad, las cosmovisiones, los valo-

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res, los sentimientos, las actitudes, los hábitos y lasconductas de los receptores. En una idea, dirige lacultura cotidiana en cada sexenio de gobierno. Así,la televisión se ha convertido en el principal media-dor cultural, a través del cual el Estado articula ideo-lógicamente a nuestra sociedad, convirtiéndose enla principal organizadora colectiva de la historia mo-derna de México.

Sin embargo, esta mediación central que ejerce latelevisión entre gobierno y sociedad, no significa, enningún momento, que la capacidad de persuasiónque realiza sea omnipotentemente eficaz para con-vertir en socialmente dominante cualquier mensajetransmitido por ésta y mecánicamente doblegar lasconciencias y las acciones de todos los ciudadanosque son tocados por los mensajes que transmite ésta.La fuerza de convencimiento de la televisión tienelímites de competencia muy precisos, y los principa-les son los tres siguientes:

Primero, las informaciones televisivas que leen,decodifican e interiorizan los receptores nunca seasimilan homogéneamente en todos ellos con el mis-mo signo ideológico e intensidad personal con la quese emiten, sino que varían según son sus situacioneshistóricas, antropológicas, religiosas, económicas, fa-miliares, políticas, culturales, materiales, regionales,étnicas, productivas, etc., que los determinan comoseres humanos. No debemos olvidar que los públi-cos no son pasivos, ni neutros, ni socialmente vírge-nes, sino que éstos practican sus propios procesa-mientos del universo de sentidos que la televisión lesofrece de acuerdo a sus propias experiencias de viday sus inserciones sociales.(29)

Segundo, la habilidad seductora de la televisiónnunca puede rebasar el peso de la realidad que en-frentan los espectadores, pues siempre las circuns-tancias de sus vidas concretas son más fuertes que elpoder que alcanza la información y las imágenesaudiovisuales que se difunden. Es necesario subrayarque la televisión no sustituye a la dinámica económi-ca, política y social, sino que la apoya o debilita conbase en los proyectos globales que existen detrás deésta. De lo contrario, sobrevaloraríamos el papel co-lectivo de la televisión al otorgarle fantasiosamenteuna absoluta propiedad transformadora, cuando en

verdad sólo es una tecnología muy perfeccionada depromoción de intereses o políticas precisas.

Tercero, cuando la gama de discursos que transmi-te la televisión encuentra las condiciones psicológi-cas favorables en los campos de conciencia de lospúblicos, éstos son asimilados funcionalmente en unalto porcentaje y viceversa.

Sin embargo, no obstante la existencia de diversoslímites reales en la tarea de mediación social que rea-liza la televisión entre pueblo y gobierno, su capaci-dad de persuasión y de movilización de la poblaciónen el país ha sido tan eficiente en diversos momen-tos, que ha generado fuertes fenómenos sociales designos contrarios. Así, por ejemplo, en un sentidopositivo constatamos cómo a través de las accionespromocionales de la televisión, se colaboró en edu-car a la población para reducir en la década del ochen-tas la tasa de crecimiento demográfico del 4.3% al2% construyendo un nuevo modelo cultural de fami-lia basado en cuatro miembros: padre, madre y doshijos. De igual forma, se ha contribuido a alfabetizary a otorgar instrucción básica a través de la telese-cundaria a miles de mexicanos, a tal grado, que de1983 a 1987 se redujo el índice de analfabetismo ensujetos mayores de 15 años del 14 al 7.1%, alfabe-tizando a más de 3 millones 300 mil mexicanos. Estosignifica que hay 92 de cada 100 mexicanos adultosque ya saben leer y escribir en el país. (30)

De la misma manera, ha promovido permanente-mente la educación colectiva civil para lograr la do-nación altruista de sangre a hospitales y bancos deplasma.(31) Asimismo, con apoyo de las campañas deprevención mil puestos de vacunación, se pudoinmunizar en dos fines de semana de 1987 en todoel territorio nacional a más de 12 millones de niñoscontra la poliomielitis, a 10 millones de pequeñoscontra la difteria y la tosferina, y a 2 millones de niñoscontra el sarampión, que en conjunto han alcanzadoreducir en más del 35% las enfermedades infantilesen la República.(32)

También, por la acción instructiva de la televisión yotros medios de comunicación, se ha formado en losúltimos dos sexenios una nueva cultura financiera demasas que ha logrado crear una base de educacióneconómica que permite que la clase media y algunos

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sectores de la clase popular sepan cómo invertir susahorros en diversos instrumentos de capitalización,como son los diversos plazos bancarios, en rentavariable, dólares, UDIS, papel comercial, petrobonos,acciones de empresas, etc. En los mismos términos,en los spots televisivos transmitidos de 1984 a 1985consiguieron abarrotar los Registros Civiles del paíspara regularizar las uniones libres de las parejas y re-gistrar oficialmente a sus hijos. En idéntico sentido, larepetición publicitaria a través de la televisión ha crea-do en las ciudades desde hace 15 años a la fecha,una cultura de uso de la toalla sanitaria en las muje-res urbanas, y se nota cada vez más con marcadaclaridad, que también ya empieza a surgir en el cam-po.

Igualmente, se logró que los ciudadanos hicieranvaler más sus derechos como compradores median-te la educación televisiva que ha proporcionado elInstituto Nacional del Consumidor y la ProcuraduríaFederal del mismo en los últimos 12 años.(33) De igualforma, se obtuvo que a través de la promocióntelevisiva más de 80 mil pedalistas participaran en1987 en el Paseo Ciclista de la Constitución, 15 milatletas asistieran a la Sexagésima Tercera Carrera dela Constitución en el D.F. y 4 mil deportistas estuvie-ran presentes en el IV Maratón Deportivo Guadala-jara.(34)

También a partir de la difusión de la propagandaaudiovisual sobre la prevención de los accidentes detrabajo y la capacitación de aproximadamente unmillón de funcionarios públicos por el Instituto Mexi-cano del Seguro Social, se obtuvo que los percancesde trabajo en las empresas se redujeran el año pasa-do en 57%.(35) En idéntico sentido, a través del incre-mento de las campañas publicitarias, en 80% en pren-sa, 110 % en revistas, 85% en radio y 200% en tele-visión, la iniciativa privada pudo sostener la deman-da de consumo de la población en ciertos renglonesexcepto el sector textil, la industria zapatera y la in-dustria automotriz que fueron afectadas drásticamentepor la crisis económica de 1987.(36) Asimismo, me-diante la promoción televisiva y la preparación de 450mil promotores del voto por parte de la Federaciónde Trabajadores al Servicio del Estado se logró que el85% de los ciudadanos en edad de votar se registra-

ran voluntariamente en el Padrón Electoral para parti-cipar en las elecciones presidenciales de 1988.(37)

Igualmente, otro caso sumamente meritorio depersuasión y movilización de la sociedad mexicanaocurrió ante los terremotos de 1985, donde a travésde la televisión y otros medios de comunicación, elconjunto social se sensibilizó de la magnitud de latragedia y logró vincular las urgentes demandas desocorro con los ofrecimientos de ayuda voluntariade los ciudadanos, creando un movimiento de soli-daridad civil que no se había presenciado en las últi-mas cinco décadas.(38)

Mediante otras acciones persuasivas la televisiónnos ha reeducado cotidianamente para sustituir ennuestro registro de domicilio la colonia por el códigopostal. Para agregar otra cifra cabezal por zonas cuan-do el número telefónico rebasó los seis dígitos. Paraaceptar las nuevas instalaciones en nuestro hogar quepermitieron el cambio de voltaje de 120 a 110 volts.Para cambiar las placas al nuevo sistema de referen-cia permanente. Para pagar los impuestos de las per-sonas físicas y morales en las fechas indicadas. Paraobtener nuestras nuevas credenciales de elector, etc.

Sin embargo, por otro lado, en un sentido negati-vo presenciamos cómo la televisión y otros medioselectrónicos han propiciado a lo largo de los años unpermanente ciclo consumista que provoca el desper-dicio de gran parte de la energía de nuestra socie-dad. A través de las imágenes que diariamente sedifunden, constatamos cómo la televisión reconstru-ye en la pantalla otro país que no es México. De igualforma, mediante los valores televisivos que se pro-yectan, observamos cómo la televisión ha generadoun fuerte corrimiento de la frontera ideológica nacio-nal que ha propiciado la desmedida admiración porel estilo de vida y éxito norteamericanos y el rechazoa lo netamente local, etc.

V- Televisión, cultura y violencia

El gran desarrollo tecnológico que ha alcanzado laindustria audiovisual en México comprueba la grancapacidad transformadora de concepciones y hábi-tos de los ciudadanos que posee la televisión en nues-tro país. Esta capacidad persuasiva se amplifica mas

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cuando observamos, por una parte, que dicha insti-tución audiovisual se ha convertido para las colecti-vidades en una fuente muy importante de conoci-miento y educación cotidiana de la realidad, espe-cialmente en las comunidades humanas urbanas; yque por otra parte, el promedio de exposición de lafamilia mexicana a la televisión es superior a 49.5horas por semana y esta práctica va en aumento conlos nuevos sistemas de televisión por cable, la subs-cripción a domicilio, la presencia de la televisión di-recta y la expansión de las nuevas tecnologías de in-formación en nuestro país.(39) Este poder real que haconquistado la televisión mexicana sobre los cam-pos de conciencia de los diversos auditorios nacio-nales, a largo plazo, ha producido en el país múlti-ples fenómenos culturales de diverso signo, entre loscuales, destacan la generación de diversas clases deviolencias sobre los telespectadores, como son la vio-lencia por exposición y la violencia por omisión.

En primer término, en relación a la violencia porexposición constatamos que la televisión a través dela difusión de su enorme gama de programas agresi-vos ha contribuido a crear un clima favorable para laexpansión de la violencia al interior de la sociedad.Por ejemplo, al terminar la enseñanza secundaria unjoven normal ha pasado frente al televisor el dobledel tiempo del que mantuvo como asistencia a laescuela, o sea nueve años. En dicho lapso su cerebrohabrá registrado las imágenes de aproximadamente150.000 episodios violentos y unas 25.000 muertes.(40)

Incluso, dicha realidad se ha incrementado al gra-do de que en los Estados Unidos se calcula que ac-tualmente las imágenes violentas aparecen a razónde 25 veces por hora.(41) Por ello, tenemos que pre-guntarnos e investigar, si nuestra televisión nacionalimporta en un alto porcentaje la programación nor-teamericana, especialmente en esta fase de globa-lización e internacionalización cultural en la que haentrado el país, ¿Cuántas escenas violentas se estánrecibiendo en nuestros hogares mexicanos que cuen-tan con una legislación y práctica normativa más abier-ta, liberal y corrupta que la anglosajona? ¿Qué efec-tos está causando ese caudal informativo sobre nues-tras nuevas generaciones en etapa de formación psí-quica y espiritual? ¿Hasta dónde el clima de violencia

e inseguridad, especialmente urbana, que crecien-temente vivimos en las principales ciudades del país,ha sido aprendido o reforzado educativamente porel universo simbólico cada vez más violento que trans-mite la televisión mexicana?

Frente a este panorama debemos tener presenteque en los países altamente industrializados se hacomprobado que en la medida en que aumenta laexposición de suicidios en las imágenes televisivas,también se eleva el porcentaje de suicidios entre jó-venes y niños de las comunidades humanas; o en lamedida en que se incrementan las exposiciones decontenidos con violaciones sexuales hacia el sectorfemenino, se expanden en la sociedad las agresionessexuales a las mujeres.

Por otra parte, hay que considerar que «el impactomental que el crimen televisado provoca en cualquierespectador, constituye una simulación peligrosa. Losadultos se pueden defender más de estas fantasías,pero los niños y los jóvenes, dan por hecho que unfuerte garrotazo en la cabeza de un contrincante lehace caer de forma muy chistosa y además se repo-ne fácilmente del dolor. Por ello, es necesario que laescuela y los padres eduquen a los hijos frente a estetipo de alteraciones de la realidad. Deben explicar-les, por ejemplo, que un golpe en la cabeza a un serhumano puede provocarle un daño irreparable. Queel respeto a la integridad física de los demás es undeber fundamental y que la violencia es el estadomás deplorable de la conducta humana».(42)

En segundo término, en relación a la violencia poromisión encontramos que la televisión ha producidootro tipo de agresión que ha sido la espiritual, puesha impuesto gradualmente sobre la conciencia delpaís otro proyecto cultural distinto al que demandannuestras bases psíquicas y culturales milenarias. Eneste sentido, podemos decir que el Estado mexicanoestá profundamente extraviado en su proyecto cultu-ral, pues ha permitido la construcción de un progra-ma mental, que por medio de la televisión y otrosmedios de información electrónicos, está formandogeneraciones de hombres enanos, ya que nos hahecho creer profundamente que lo importante en lavida son los valores intranscendentes de la frivolidady el consumo, y no los principios del reconocimien-

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to, la autoestima, la aceptación del otro y el creci-miento personal. La televisión ha colocado el éxitodel individuo en la capacidad que tiene para adquiriry acumular bienes, y no en la facultad para desarro-llar su interior y aumentar su capacidad de amar.

Por todo lo anterior, no obstante que en la actuali-dad contamos con una mayor cantidad de recursostecnológico-comunicativos, sabemos cada vez me-nos de nosotros como país y como seres humanos, yestamos perdiendo nuestra identidad nacional. Hoy,la televisión reproduce a colores y en tercera dimen-sión una nueva versión de la conquista.

Esto significa, que en la actualidad la principal fuer-za educativa que guía a nuestra sociedad ha sidodesplazada del tradicional sistema educativo a la redde los medios de comunicación de masas. Por esto,hoy día la verdadera dirección ideológica de nuestrasociedad ya no se construye cotidianamente desdeel aula u otras instituciones culturales, sino desde loscanales colectivos de información, y en particulardesde el aparato televisivo.

De esta forma, el modelo mental que los mediosimponen, ha acelerado el rompimiento de la relacióntrigeneracional que se establecía entre hijos-padres-abuelos, principal sostén cultural de este país en losúltimos 400 años. Así, amparada por la ideología dela modernidad y la globalización, en menos de unageneración, en nuestras conciencias grupales se hasembrado masivamente lo transnacional estadouni-dense, al grado de que hoy podemos decir como loseñala Carlos Monsivais, que en el territorio mexica-no ya nació la primera generación de estadouniden-ses. Hoy, ya hemos perdido la memoria de nuestroproceso histórico y, en menos de cuatro decenios,hemos adquirido la memoria de lo multinacional.

Todo lo anterior se confirma cuando observamosque los niños mayores de seis años conocen más lainformación televisiva que la transmitida en la escue-la primaria u otros órganos culturales. Por ejemplo,en el terreno de la realidad nacional el 77% de lospequeños retienen más frases como «La chispa de lavida» o «Recuérdame» y sólo el 49% conserva otrascomo «Viva la Independencia!», «La solución somostodos» o «El respeto al derecho ajeno es la paz». Deigual manera, mientras que casi la totalidad de los

niños (92%) retiene la imagen del Gansito Marinela,menos de dos terceras partes (64%) identifica la Co-lumna de nuestra Independencia o al cura Hidalgo.El 63% de los niños asocia fácilmente el tema de latarjeta de crédito «Carnet» y sólo el 43% reconoce lafrase «El respeto al derecho ajeno es la paz». En resu-men, observamos que de cada diez personajes quelos niños identifican, sólo tres son de la historia deMéxico.

En el campo de la historia, el 67% de los niñosidentifican los días y horarios en que se transmitensus programas favoritos de televisión, mientras quesólo el 19% enuncia las fechas en que ocurrieronlos acontecimientos más significativos de la historianacional. Los super héroes de la televisión como «Lamujer maravilla», son más conocidos por los peque-ños (98%) que los héroes de la Revolución mexica-na (33%). «El Chapulín Colorado» es más evocadopor los infantes (96%) que los Niños Héroes deChapultepec (82%). «Superman» está más presenteen la mente de los pequeños (97%) que Don Beni-to Juárez.

En materia religiosa, no obstante que nuestra so-ciedad es acentuadamente católica, más de la mitadde los niños (56%) conoce el día en que se transmi-tía «Hogar dulce hogar», mientras que sólo el (86%)recuerda el día en que se celebra la Navidad. Mien-tras el 55% de los niños puede decir qué día se difun-día el programa «Mis huéspedes», sólo el 32% sabela fecha en que se celebra la fiesta de la Virgen deGuadalupe. Los pequeños identifican mejor ellogotipo de «Sabritas» (86%) que una hostia (46%).

En el área cívica, el 87% de los infantes conoce losdías en que se transmiten los programas cómicos ysólo el 13% sabe la fecha en que toma posesión elPresidente de la República. Sólo el 8% conoce la fe-cha en que el primer mandatario rinde su informeanual, mientras que el 61% sí puede decir el día y lahora en que aparecen las series fantásticas. El 83%de los niños identifica el logotipo de los pastelitosrellenos y sólo el 63% conoce el Calendario Azteca.Mientras que el 81% de los pequeños evoca ellogotipo de los productos «Marinela», sólo el 66%identifica el escudo nacional. Las tres cuartas partes(77%) de los niños identifican la imagen de Chicles

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Adams y menos de una quinta parte (17%) reconoceel Monumento a la Revolución. Finalmente, ellogotipo de los chocolates «Carlos V» es más recono-cido (77%) que el Monumento del Angel o la Colum-na de la Independencia (40%).(43)

Incluso, este panorama cultural está por agravarseaún más por la apertura de nuestra economía al co-mercio internacional, dado el ingreso de México alGATT, la firma del Tratado Norteamericano de LibreComercio con Estados Unidos y Canadá y el debilita-miento de la política educativo-cultural del Estadomexicano.

Si éstos son sólo algunos de los rasgos del retroce-so de la identidad nacional que se experimenta ennuestro país, especialmente, en los niños y jóvenes,nos preguntamos ¿Por qué el Estado mexicano hapermitido que la televisión concentre diariamente deforma mayoritaria la energía mental de la nación através de sus horarios «Triple A» (7 a 10 de la noche)en hacer propaganda de cigarros, brandyes, rones,«alimentos chatarra», perfumes, etc., y no en fortale-cer nuestras bases de reconocimiento e integracióncultural como nación y comunidades humanas?

Por otra parte, si sabemos que cada niño que naceen México trae un compromiso heredado de más de750 millones de pesos por concepto de deuda exter-na. Si cada vez más son los pequeños que intentancruzar el río Bravo para trabajar como braceros enEstados Unidos. Si existen más de dos millones dechicos que piden limosna en las calles del país. Si lacrisis económica ha obligado a que padre y madretrabajen y nuestros niños cada vez son más amaman-tados por la televisión. Si el 78% de las criaturas me-nores de cuatro años no alcanza la estatura y el pesonormales debido a la desnutrición. Si antes de cum-plir los cinco años, muere el 10% de la poblacióninfantil. Si el síndrome del niño golpeado ha aumen-tado un 30% en los últimos dos años. Si éste es elcuadro de vida de una gran mayoría de la niñez mexi-cana, cabe preguntar ¿por qué el proyecto de televi-sión dirigido a los infantes concentra su atenciónprioritariamente en las «televacaciones», las caricatu-ras agresivas, los programas de concursos infantiles,los comerciales para favorecer el consumismo y otrasfantasías extranjeras, y no en impulsar el desarrollo

educativo y humano de los pequeños?(44)

VI- ¿Qué hacer?

Dentro de este contexto cultural modernizador dela sociedad mexicana podemos decir que aunque elEstado nacional cada día se esfuerza por ser mejorinstancia rectora en el terreno de las relaciones eco-nómicas, políticas, ecológicas, comerciales, interna-cionales, laborales, productivas, etc; en el área cultu-ral ha perdido la capacidad de conducción moral denuestra sociedad. En este sentido, podemos decir queen los últimos decenios, en términos culturales el sec-tor privado del país controlador de los medios decomunicación y las corporaciones multinacionales,han sido las verdaderas secretarías de Estado que haninfluido en el intelecto y la emoción colectiva quehan cohesionado al país.

Por ello, para corregir la dirección de nuestro espíri-tu nacional es fundamental estudiar el papel quedesempeñan los medios electrónicos de comunicación,y particularmente la televisión, para diseñar nuevas po-líticas culturales, pues son esos canales los que estánconstruyendo con mayor fuerza el proyecto mentalcotidiano de la República. Dada la pérdida de la rectoríacultural de la sociedad mexicana por parte del gobier-no, actualmente es Razón de Estado el planificar elfuncionamiento social de los medios de informaciónmasiva para el desarrollo del país. Siendo que el cora-zón de la democracia hoy cruza por los medios decomunicación, la reforma del Estado, sólo en la medi-da en que se reforme el funcionamiento social de losmedios de comunicación colectivos en nuestro país.

Tenemos que considerar que debido a la acelera-dísima transformación global que vivimos, de nadasirve intentar corregir los pies económicos, los bra-zos tecnológicos, las manos laborales, el estómagoagropecuario, los pulmones ecológicos del país, etc;si no se modifica el alma mental que da vida a nues-tra sociedad, pues el cuerpo, tarde o temprano, sevuelve a desmoronar y cada vez más, con mayor pro-fundidad.

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VII Notas(1) Por la ausencia de una teoría crítica de losmedios de comunicación, los movimientos decambio social de izquierda no han sabidocanalizar adecuadamente el nuevo uso políticode éstos, como lo demuestran las experiencias deChile, Argentina y otros países del tercer mundo.Sobre el caso consultar: Jean Baudrillard «RequiemPor los Media», en; Crítica a la Economía Políticadel Signo, Ed. Siglo XXI, México D.F., 1974, 1a.Edición, págs. 198 a 202; J. Martín Barbero,«Apuntes para una Historia de las MatricesCulturales de la Massmediación», Primer ForoInternacional de la Comunicación Social:Comunicación y Poder, Lima, Perú, 7 de junio de1982, versión mimeografiada, pág. 1 a 3; HebertoCastillo, «Un Partido Revolucionario Mexicano»,Revista Proceso Nº 295, 19 de octubre de 1981,pág. 32; Armand Mattelart, «La Debilidad de laIzquierda ante las Nuevas Tecnologías delCapitalismo», El Gallo Ilustrado Nº 952, 14 deseptiembre de 1980, pág. 9; Hernán Uribe O.,«Los Medios: Armas de la Guerra Encubierta», en:Argentina, Cuba, Chile: Realidad Política y MediosMasivos, Cuadernos del Centro de Estudios de laComunicación Nº 4 UNAM, México D.F., 1979,págs. 60 a 64; Alicia Gordon Strasser, «Chile:Comunicación Masiva y Coyuntura Política»(Comentario), en: Argentina, Cuba, Chile: RealidadPolítica y Medios Masivos, obra cit., págs. 71 a 75;Armand Mattelart, «Los Medios de ComunicaciónMasiva en una Situación Prerevolucionaria» en:Revista Arte, Sociedad e Ideología Nº 2 agosto-septiembre de 1977, México D.F., pág. 86; FranzHinkelammert, Dialéctica del Desarrollo Desigual,Ed. Universitaria de Valparaiso, UniversidadCatólica de Chile, Centro de Estudios de laRealidad Nacional, Santiago de Chile, 1972, pág.125; Armand Mattelart, La Comunicación Masivaen el Proceso de Liberación, Ed. Siglo XXI, BuenosAires, Argentina, 1973, págs. 11 a 13; ArmandMattelart, Fuentes Culturales y Movilización deMasas, Ed. Anagrama, Colección ElementosCríticos Nº 3, Barcelona, España, 1977, págs. 28a 29 y Armand Mattelart, «Transnacionales yMercaderías Culturales», Uno Más Uno, 8 de juliode 1981, pág. 17.

(2) Existe un amplio consenso dentro de laincipiente teoría materialista y crítica de lacomunicación de masas que hasta 1983 ésta seencuentra en un grado elemental de desarrollo.Al respecto consultar, Hugo Assman, «LasNecesidades Emotivo Utópicas de las Masas y laComunicación Masiva», en: Teología desde laPraxis de la Liberación, Ed. Sígueme, SegundaEdición, Salamanca, España, 1979, págs. 247 a248; Armand Mattelart, «La Debilidad de laIzquierda ante las Nuevas Tecnologías delCapitalismo», Obra cit., pág. 9; Mabel Piccini,«Sobre la Producción Discursiva, laComunicación y las Ideologías», UniversidadAutónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco,México D.F., 1981, versión mimeografiada, págs.24 a 26; J. M. Barbero, Comunicación Masiva:Discurso y Poder, Ed. Epoca, Colección Intiga Nº7, Quito, Ecuador, 1978, págs. 13 a 15 y 37 a 39;Ana María Fadul, Carlos Eduardo Lins Da Silva yLuis Fernando Santoro, «Comunicaçao,Hegemonía e Contra-Información» (DocumentoBásico Do IV Ciclo de Estudios InterdisciplinaresDa Comunicaçao), Cortez Editora, INTERCOM,Sao Paulo, Brasil, 1982, págs. 10 a 12; JeanBaudrillard, Requiem por los Media, obra cit.Págs. 194 a 197; Daniel Prieto Castillo,Elementos para una Teoría de la Comunicación,Instituto Latinoamericano de la ComunicaciónEducativa (ILCE), México D.F., 1978, págs 6 y 7;Mabel Piccini, «La Investigación Sobre Medios deComunicación en América Latina», SimposiumNacional de Comunicación: La Experiencia deAmérica Latina frente a la experienciaNorteamericana, Universidad Iberoamericana,abril de 1978, México, D.F., pág. 10 a 16; EliseoVerón, «Ideología y Comunicación de Masas: LaSemantización de la Violencia Política», en:Lenguaje y Comunicación Social, Ed. Nueva Visión,Argentina, 1977, págs. 134 y 140; ArmandMattelart, «Comunicación y Cultura de Masas»,en: Comunicación Masiva y Revolución Socialista,A. Mattelart, Patricio Biedman y Santiago Funes,Ed. Diógenes, México, 1972, págs. 11 a 13 ; J.M.Martínez, «Para Entender los Medios: Medios deComunicación y Relaciones Sociales», en:Ideología y Medios de Comunicación, AutoresVarios, Ed. Amorrortu, Argentina, 1974, págs. 126a 128; Mabel Piccini, «La Situación de los Medios

de Comunicación en Argentina», Simposium:Comunicación y Dependencia en América Latina,Universidad Nacional Autónoma de México,México D.F., 1978, págs. 13 y 14; Hans MagnusEnzezberger «Integrantes de Una Teoría de losMedios Masivos de Comunicación», en: LosMedios de Comunicación Colectiva, Jaime Goded(Compilador), UNAM, FCPS, 1976. Serie LecturasNº 1, págs. 60 a 65, 72 a 75 y 85 a 88; HugoAssman, "«El Cristianismo, Su Plusvalía Ideológicay el Costo Social de la Revolución Socialista», en:Teología desde la Praxis de la liberación, Obra cit.,pág. 172; Un Sólo Mundo Voces Múltiples.Comunicación e Información en Nuestro Tiempo,Comisión Mac. Bride, Fondo de CulturaEconómica, México 1980, págs. 40 a 44; y «LaIzquierda no ha Considerando Prioritario el Temade la Comunicación Social», C. Monsivais,Excelsior, 8 de mayo de 1983.(3) Para una visión panorámica sobre algunos delos principales tópicos que el marxismo haestudiado referente a los medios decomunicación, consultar Marxism and the MassMedia: Towards a Basic Bibliography, Nº1,2,3,4,5 y 6, International Mass Media ResearchCenter, International General, New York; ArmandMattelart y Seth Siegelaub, Comunication andClass Struggle, Vol. 1, International Mass MediaResearh Center, International General, New York.(4) Incluso, podemos pensar que es poco lo que sesabe en torno al tema de la información y lasociedad civil, y que raras veces se ha tratado lasignificación de la comunicación como parte dela sociedad civil. Menos aún ha sido estudiada enrelación con el Estado y en su vinculación conlas nuevas tecnologías de información. Por ello,creemos que, a pesar de que en América Latinaapenas empieza a surgir una actividad deinvestigación y reflexión, existe una largatradición en la región sobre los temas tomadospor separados, o sea, sobre la comunicación ysobre la sociedad: Los puentes entre las dos áreasde análisis están por construirse. Esta tareasignifica, por un lado, acabar con muchos de losestereotipos que existen sobre los procesos decomunicación de la sociedad; y por otro,empezar a formular nuevos interrogantes acercade ello. Elizabeth Fox, «Comunicación y SociedadCivil: Una Temática Incipiente», en Revista

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Comunicación y Sociedad Nº 7 Telemática ySociedad, Buenos Aires, Argentina, 1982, pág. 44.(5) Nos referimos a los principales textos clásicosde la comunicación que en ninguno de susapartados examinan esta realidad. Consultar Mr.G. Thoveron, Sociologie Des Moyens deCommunication Sociale, Presses Universitaires deBruxelles, 1a. Ed. París, 1972; A Romero Rubio,Teoría General de la Información y de laComunicación, Ed. Pirámide, S.A., Madrid,España; G. Maletzke, Sociología de laComunicación Social, Ed. Epoca, ColecciónINTIYAN-CIESPAL, Quito, Ecuador, 1976; DavidK. Berlo, El Proceso de la Comunicación, Ed. ElAteneo, Buenos Aires, Argentina, 1974, 5a.Reimpresión; Sandra Hybels y Richard L. Weaver,La Comunicación, Ed. Litton EducationalPublishing, Inc., México D.F., 1976; HoracioGuajardo, Teoría de la Comunicación Social, Ed.Demoscopia, México D.F.,1970; Erich Feldmann,Teoría de los Medios Masivos de Comunicación,Ed. Kapelusz, Buenos Aires, 1977; Un SóloMundo Voces Múltiples. Comunicación eInformación en Nuestro Tiempo, UNESCO,Fondo de Cultura Económica, 1a. Edición,México, 1980; Denis Mc. Quail, Sociología delos Medios Masivos de Comunicación, Ed.Paidós, Argentina, 1972; Jorge H. Pole,Comunicación Social, Ed. PROLAM, Argentina,1974; Horst Halzer, Sociología de laComunicación, Ed. AKAL, Madrid, España, 1978;Antonio García, ¿Comunicación Para laDependencia o Para el Desarrollo?, CIESPAL,Colección INTIYAN, Quito, Ecuador, 1980; ymuchos otros.(6) Antonio Gramsci, «Problemas Escolares yOrganización de la Cultura», en: Los Intelectuales yla Organización de la Cultura, Obras de AntonioGramsci, Tomo 2, Ed. Juan Pablos, México D.F.,1975, págs. 125 a 126.(7) Antonio Gramsci, «La Opinión Pública», en:Pasado y Presente, Ed. Granica, Buenos Aires,Argentina, 1974 1a. Edición, pág. 203.(8) Por Aparatos de Difusión de Masas (ADM)entendemos el conjunto de instituciones einstrumentos culturales, que derivados delacelerado desarrollo que alcanzan las fuerzasproductivas con la Primera, Segunda y TerceraRevolución Industrial (tecnologías especialmente

de carácter electrónico); son capaces de producir,distribuir e inculcar las ideologías de la clase ofracciones de clases que los detenta. Estorealizado en la proporción más voluminosa, en lacobertura más amplia, y con la incidencia másconstante, sobre los campos de conciencia de losdiversos grupos sociales que componen laformación social donde se inscriben.(9) Ludovico Silva, Teoría y Práctica de laIdeología, Ed. Nuestro Tiempo, México D.F.,1971, págs. 153 y 181.(10) Fernando Carmona, "«El Subdesarrollo y laApertura», en: Reforma Educativa y AperturaDemocrática, Ed. Nuestro Tiempo, Varios Autores,México D.F.,1972, pág. 17 a 25.(11) Maurice Duverger, Carta Abierta a losSocialistas, tomado de «NeocapitalismoContaminante», Excelsior, 22 de abril de 1981,pág. 6.(12) Rafael Roncagliolo, «Comunicación: CambioSocial y Necesidad de un Nuevo MarcoConceptual», Documentos ILET, septiembre de1977, México D.F., págs. 1 a 4 y 19 a 29; yComunicación y Culturas Transnacionales:Proposiciones Críticas, Seminario«Comunicación y Cultura Transnacionales»,Universidad de Texas e Instituto Latinoamericanode Estudios Transnacionales, Austin, Texas, 2 a 5de junio de 1982, versión mimeografiada, págs.12 y 13.(13) Armand Mattelart, «La Comunicación de laCrisis», Primer Encuentro Latinoamericano Sobrela Enseñanza de la Comunicación, UniversidadAutónoma Metropolitana - Xochimilco,Departamento de Educación y Comunicación,México D.F., 1978, versión mimeografiada, págs.22 y 23; Comunicación y Nueva Hegemonía, Ed.Comisión Evangélica Latinoamericana deEducación Cristiana (CELADEC), Lima Perú,1981, pág. 40; y «La Debilidad de la Izquierdaante las Nuevas Tecnologías del Capitalismo», ElGallo Ilustrado Nº 952, 14 de septiembre de1980, pág. 8.(14) Fernando Reyes Matta y Rafael Roncagliolo,Iglesia, Prensa y Militares: El Caso Riobamba ylos Obispos Latinoamericanos, InstitutoLatinoamericano de Estudios Transnacionales(ILET), México D.F., 1978, pág. 80.(15) Enrique Guinsberg, Los Medios Masivos de

Comunicación y La Formación Psicosocial, InstitutoLatinoamericano de Estudios Transnacionales(ILET), México D.F., septiembre de 1978, versiónmimeografiada, págs. 8 a 17 y 48 a 51.(16) Juan Somavia, «La Comunicación y el ModeloTransnacional de Desarrollo», Revista NuevaSociedad Nº 38, Septiembre-Octubre de 1978,Venezuela, págs. 33 a 36.(17) Noreene Janus y Rafael Roncagliolo,Publicidad Transnacional, Medios deComunicación y Educación en los Países enDesarrollo, Instituto Latinoamericano de EstudiosTransnacionales (ILET), México D.F., 1980, págs.2 a 5.(18) Ana María Fadul, O Futuro No Presente.Perspectivas Para una Teoría dos Meios deComunicaçao de Massa, Tese de Doutoramento,Departamento de Filosofía, Faculta de Filosofía,Letras e Ciencias Humanas, Universidad de SaoPaulo, Brasil, 1980, págs. 27 a 30; Hegemonía eContra-Informaçao: Por una Nova Praxis deComunicaçao, en: Comunicaçao, Hegemonía eContra-informaçao, Carlos Eduardo Lins da Silva,Coordenador, Cortez Editora, INTERCOM, SaoPaulo, Brasil, 1982, págs. 33 y 34; y «Meios deComunicaçao de Massa e Educacao ne Brasil:Una Perspectiva Crítica», Cuadernos INTERCOM,Nº 4, Sociedad Brasileña de EstudiosInterdisciplinares de Comunicaçao; CortezEditora, outubro, 1982, Sao Paulo, Brasil, pág.39.(19) Carlos Mosivais, «Los de Atrás se Quedarán»(Notas Sobre la Cultura y Sociedad de Masas enlos Setenta), Revista Nexos Nº 26, febrero de1980, México D.F.(20) Comisión Internacional de Estudios de laComunicación, Informe Provisional Sobre losProblemas de la Comunicación en la SociedadModerna, UNESCO, París, 1978, págs. 23, 49,53, y 54; y Un Sólo Mundo Voces Múltiples.Comunicación e Información en Nuestro Tiempo,UNESCO, Ed. Fondo de Cultura Económica,México D.F., 1980, págs. 76 y 172.(21) Raúl Cremoux, La Legislación Mexicana deRadio y TV, Prólogo de Armando Labra,Universidad Autónoma Metropolitana -Xochimilco, México D.F., 1982, pág. 7.(22) Nos referimos a los artículos, «LaComunicación Sistema Nervioso de la Sociedad»,

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El Sol de México, 22 de octubre de 1974; «LaInformación y la Opinión», Excelsior, 12 de juliode 1976; «La Guerra de la Información», Uno MasUno, 7 de noviembre de 1978, pág. 18; «El NuevoOrden Mundial de la Información», El Día, 23 denoviembre de 1980; «Incomunicación Social»,Excelsior, 3 de febrero de 1980; «LaComunicación Colectiva», El Nacional, 8 dejunio de 1981; El Periódico Misil del Siglo XXI, ElHeraldo, 10 de junio de 1980; «Cultura yComunicación», La Semana de Bellas Artes, Nº198, 16 de septiembre de 1981; «Efectos de laComunicación Social», El Día, 22 de abril de1982; «Comunicación y Control», 21 de febrerode 1983.(23) Rafael Roncagliolo, Comunicación y CulturaTransnacionales: Proposiciones Críticas, obra cit.,pág. 12. Complementando este aspectoRoncagliolo y Reyes Matta señalan que «laimportancia de la iglesia como aparatoideológico dominante se ha visto desplazada,primero por el desarrollo del aparato deeducación formal (y por el crecimiento de laeducación laica), y más recientemente por laexpansión de los medios de comunicacióncolectiva. Al lado del aparato escolar y de losmedios de comunicación, la influenciaideológica de la iglesia se ha minimizado.Piénsese por ejemplo, en los magros resultadosde sus campañas contra el control de lanatalidad. Rafael Roncagliolo y Fernando ReyesMatta, Iglesia, Prensa y Militares, obra cit., pág.80.(24) Es muy importante aclarar que cuandoafirmamos que las tecnologías de información sehan convertido en los principales aparatos dehegemonía, en ningún momento queremosreproducir la visión idealista de la hegemoníaque postula que ésta se produce sólo y desde laesfera cultural desvinculada de las principalesexigencias y procesos económicos y políticos dela sociedad. Al contrario, en todo momentoreconocemos que el consenso que se produce víamedios de comunicación no se reduce solamenteal momento superestructural del fenómeno; sinoque como toda relación de fuerza que es, surgedesde el corazón de la infraestructura y de suscontradicciones materiales.Sin embargo, por necesidades metodológicas de

recorte de nuestro objeto de estudio, noexaminaremos todo el recorrido macro social queacompaña a los procesos de construcción de lahegemonía. En esta ocasión, sólo analizaremoslas vías de salida de este reflejo ideológico através de las tecnologías de comunicación.(25) Para ampliar las características de la nuevaeducación que se da a través de las tecnologíasde información, consultar de Alberto MontoyaMartín del C. y Ma. Antonieta Rebeil, «El ImpactoEducativo de la Televisión Comercial en losEstudiantes del Sistema Nacional deTelesecundaria», en: Televisión y Enseñanza Mediaen México: El Sistema Nacional de Telesecundaria,Vol. II, SEP, SHCP, SPP, México D.F., 1981, pág.170 y siguientes.; y Javier Esteinou Madrid, «LosMedios De Comunicación y la Capacitación de laFuerza del Trabajo», Cuadernos del TICOM, Nº23, Departamento de Educación y Comunicación,Universidad Autónoma Metropolitana -Xochimilco, México D.F., 1983.(26) Es sumamente importante aclarar que laposición de Antonio Gramsci y de José CarlosMariátegui respecto a la escuela como aparato dehegemonía principal, son evaluaciones históricascorrectas para su época. Es decir, no debemosaplicarle a este pensamiento la misma críticacorrectiva que le dirigimos a la corrientealthuseriana, pues son fenómenos distintos.Esto debido, a que Gramsci formula estaconcepción en Italia entre 1917 y 1923, yMariátegui en Perú en 1925, cuandoobjetivamente los proyectos hegemónicos delEstado italiano y peruano, descansan su peso dedirección consensual, fundamentalmente sobre laacción cultural que ejerce la escuela y el aparatopolítico. Por lo tanto, debe reconocerse queambas apreciaciones conceptuales, parten de unnítido análisis objetivo sobre el tipo de realidadcultural que viven dichas sociedades en procesode incorporación a la dinámica deindustrialización capitalista.(27) Recordar los argumentos de L. Althusser sobrela escuela como principal aparato ideológico, enIdeología y Aparatos Ideológicos del Estado,Comité de Publicaciones de la Escuela Nacionalde Antropología e Historia, México 1975, págs.37 a 38.(28) Para comprender por qué la televisión se ha

convertido en el principal medio de comunicaciónen la sociedad contemporánea, consultar nuestrotrabajo: «Los medios de comunicación y laconstrucción de la hegemonía», Ed. Trillas,México, D.F., 1992, 200 páginas.(29) Por otra parte, es alarmante y aleccionadorpara la sociología crítica del estudio del receptor,que quienes con mayor exactitud, sutileza yeficacia conocen el perfil de comportamiento delauditorio es el sector dominante, que impulsadobásicamente por el capital industrial y comercial,se dedica, a través de las técnicas de lamercadotecnia y publicidad, a radiografiar losdiversos patrones de aspiraciones, gustos,comportamientos, debilidades, actitudes,preferencias, inclinaciones, etc., del receptor, conobjeto de integrarlo al proyecto de desarrollo delcapital nacional e internacional. Javier EsteinouMadrid, «El estudio materialista de lacomunicación de masas», Cuadernos del TICOMNº 1, Taller de Investigación para laComunicación Masiva, Departamento deEducación y Comunicación, UniversidadAutónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco,marzo de 1979, pág. 9.(30) Hoy 92 de cada 100 adultos mexicanos sabenleer y escribir, Excelsior, 13 de diciembre de1986; Reconocimiento de la UNESCO algobierno mexicano por los resultados deprogramas de alfabetización, Uno Más Uno, 9 deseptiembre de 1987; Descendió el analfabetismoa 7.6%, Uno Más Uno, 27 de marzo de 1987.(31) Respuesta al festival del donador altruista desangre, Excelsior, 14 de octubre de 1987.(32) «Las campañas de vacunación han logradoreducir 35% las enfermedades infantiles»,Excelsior, 12 de marzo de 1986; «El próximosábado la segunda jornada de vacunaciónantipolio», Excelsior, 22 de marzo de 1986;«Serán inmunizados contra la polio más de docemillones de niños», Excelsior, 14 de enero de1987; «Millón y medio de niños serán vacunadoscontra la polio en el D.F»., Excelsior, 21 de enerode 1987; «Aplicarán hoy a 12 millones de infantesla vacuna antipolio», Excelsior, 24 de enero de1987; «Se inmunizó contra la polio a 12 millonesde infantes», Excelsior, 25 de enero de 1987;«Aplicó la armada 75 mil dosis de vacunaantipolio», Excelsior, 29 de enero de 1987;

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«Vacunados más de 10 millones de niños contradifteria y tosferina», Excelsior, 23 de mayo de1987; «Del 26 al 30, vacunas contra elsarampión: SSA», Uno Más Uno, 20 de octubre de1987.(33) «Cada vez más consumidores hacen valer susderechos», Pliego Montes, Excelsior, 11 defebrero de 1987.(34) «Al maratón de Guadalajara 4.000corredores», Excelsior, 4 de febrero de 1987;«150.000 atletas en la carrera de laConstitución», Excelsior, 8 de febrero de 1987;«El paseo ciclista, un freno a la contaminación»,Excelsior, 5 de junio de 1987.(35) «Bajaron los accidentes laborales en 57%»IMSS, Excelsior, 10 de febrero de 1987.(36) «Reconoció MMH el apoyo publicitario a lascampañas del sector público», Excelsior, 29 deseptiembre de 1987.(37) «Está preparando al FSTSE a 450.000promotores del voto», Excelsior, 2 de julio de1987.(38) Esteinou Madrid, Javier, «La reconstrucción ylos medios de comunicación», El Búho, Nº 15,suplemento cultural de Excelsior, 22 dediciembre de 1985; Esteinou Madrid, Javier,Televisión y memoria social (dos partes), El Búho,Nº 35 y 36, Excelsior, 11 y 18 de mayo de 1986.(39) «La violencia televisada produce graves yprolongados daños síquicos en los niños»,Excelsior, 8 de agosto de 1992.(40) «La violencia televisada produce graves yprolongados daños síquicos en los niños»,Excelsior, 8 de agosto de 1992.(41) «La televisión sin cerillos quemó una casa»,Excelsior, 7 de noviembre de 1993.(42) «La violencia televisada produce graves yprolongados daños síquicos en los niños»,Excelsior, 8 de agosto de 1992.(43) La televisión y los niños. Conocimiento de larealidad televisiva vs. conocimiento de larealidad nacional, Cuadernos del Consumidor,Instituto Nacional del Consumidor (INCO),México, D.F., noviembre de 1982.(44) Usos comerciales de la televisión infantil, UnoMás Uno, 9 de enero de 1988; «Diario 5denuncias de maltrato de menores en Chihua-hua», Miranda G., Excelsior, 29 de octubre de1992; «En 6 meses el DIF recibió 119 denuncias

por maltrato infantil», El Financiero, 13 deseptiembre de 1993; «Es inexistente en Méxicouna política que contemple a los niños. Nisiquiera ha sido planteada», Uno Más Uno, 27 deoctubre de 1993. «Simplemente en la ciudad deLeón, Guanajuato, los casos de ‘violenciainterfamiliar’ -maltrato a los hijos, la mujer y elanciano- aumentó tanto que en 1993 sepresentaron 30 denuncias mensuales comopromedio y en 1992 el Ministerio Público registró203 casos de denuncias por rapto, secuestro ytráfico de menores. Creciente violenciaintrafamiliar se registra en León», Alcántara S,Excelsior, 22 de febrero de 1993.

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Se ha dicho hasta el cansancio: Latinoamérica apa-rece -sobre todo contrastada con Europa- como «lootro» de la linealidad iluminista, como el espacio delo heterogéneo, lo colorido, lo vital, y lo inmediato.

Advertido como pura naturaleza que se opondríaa la cultura, lo latinoamericano es teñido de una se-rie de caracteres cuasi míticos: la selva, la montaña,los territorios inmensos y despoblados, lo urbanonunca abarcativo de la población, lo marginal de lasciudades como continuidad caotizada del espaciocultural campesino, las luchas políticas frontales, elreino de la corrupción y del narcotráfico. Una combi-nación desorbitada de elementos dispares, cuyo fac-tor común es esa imposibilidad de quedar sometidostotalmente a la lógica de la racionalidad sistemática,ese resentir (aún cuando sólo parcialmente, debemosaclarar) a los embates de la técnica y la moderniza-ción. Espacio de lo telúrico, de la geografía entroni-zada, aparece entonces como lugar donde la vidaaún no está totalmente colonizada por la técnica,donde el verde de lo inmediato no ha sido subordi-nado al gris de la teoría, de la burocracia, el númeroy el cálculo, la vida urbana, la racionalización norma-tiva, el rendimiento.

Por supuesto, esta versión es un tanto maniquea.El iluminismo pasó por Latinoamérica en el siglo XIX,tuvo su específica recepción, y fue releído en la cla-ve posible dentro del subcontinente. Aún si al estilode Sarmiento se lo quiso imponer ciegamente, es in-dudable que la aplicación se vio limitada y mediada

por las condiciones de nuestros países geográfi-camente excéntricos y poblacionalmente indígenasy mestizos. Aún la violenta masacre de los indígenasen Argentina es paradójica muestra de que lainserción en el espacio de la «civilización» no podíahacerse por el camino corto de la asimilación inme-diata: la imitación de Europa no podía ser mimética.

No somos, por ello, ajenos a las instituciones de lademocracia burguesa, ni a las de la racionalizaciónburocrática de la administración. Las hemos recibidoe incorporado. Pero también es cierto, de la maneraespecífica que hace a su inserción en culturas total-mente diferentes, en economías rurales y a menudoelementales, en campos de significación totalmenteotros a los que sirvieron de suelo a aquellas institu-ciones referidas.

He aquí el suelo de lo «real maravilloso» latinoame-ricano, aquello que se expresó en nuestras novelas,que se encuentra desde García Márquez a Carpentier.El sabor a lo no totalmente domesticado, a la hetero-geneidad de campos de racionalidad en convivenciay superposición, a una cultura incorporada pero nototalmente asumida. Esta especie de mezcla, decollage en acto, que lleva a confundir con el ensue-ño, en tanto disloca los órdenes esperables, cuestio-na la expectativa tomada como razonable. Por eso laimaginación desbocada, el entendimiento de que enLatinoamérica todo puede ocurrir, la inminencia delo permanentemente desmesurado, en tanto noencorsetado en el cálculo y la premeditación, la sis-tematicidad y el método. Latinoamérica, moderniza-da pero nunca del todo, la de las ciudades más abi-garradas del mundo, la de lo urbano más rústico yazaroso, en tanto es lo rural lo que permanentemen-te lo nutre con su flujo incesante de desocupados.San Pablo y México D. F. que multiplican largamenteen tamaño y población a Roma, Frankfurt o París.

¿A quién podría ocurrírsele que la cultura que flu-ye en este espacio social pueda ser entendida en tér-minos de pura argumentación, de racionalidad dis-cursiva, de explicación exclusivamente mediada porla racionalidad occidental?

Para nada afirmamos que la razón europea no estépresente entre nosotros. Es más: sostenemos que espositivo que exista, en tanto pone límites a desbordes

América Latina:racionalidad polícroma

Roberto Follari (*)

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del poder político, económico o militar: bien lo sabe-mos luego de las dictaduras de los años setenta. Nipor asomo sugeriríamos -contra algún telurismoesencialista- que tal racionalidad no es intrínsecamen-te ajena, y que por tanto deberíamos renegar de ella,para hurgar en los arcanos de nuestras raíces y denuestros sentires originarios. No creemos en destinosprefijados, ni en historias maniqueas. Mucho menosen esencias que se despliegan, ni identidades consti-tuidas al margen de las influencias ajenas. Por el con-trario, toda identidad se constituye desde el Otro, des-de los otros.(1) De manera que rechazamos los inten-tos de confiarnos a una especie de purismo sustan-cialista por el cual estaríamos condenados a seguir sien-do lo que alguna vez fuimos en orden a una supuestafidelidad al pasado. Sólo nos hacemos reconstitu-yéndonos cada vez, y cada nuevo acto nos re-definemás allá de lo que éramos antes de concretarlo.

Rechazamos -por ello- todo intento de «naturali-zar» nuestro destino histórico, realizado ya sea pararealzar este o rechazarlo, venga desde mirada euro-pea, latinoamericana eurocéntrica o latinoamericana«purista». Somos la mezcla inevitable que cualquierconformación cultural constituye. Estamos asentadossobre una vastedad de influencias, y somos hijos a lavez de factores múltiples, no integrables armóni-camente, para nada previamente ordenados segúnalgún libro ideal donde se desplegaría la racionalidadplatonizante (o la originaria pureza del «Arké»).

En este espacio de la desmesura subcontinental,en este fluir heteróclito de disonancias, la palabra haasumido una carga especial de abundancia y mul-tivocidad.

La polifonía enunciativa presente en cualquier dis-curso y cultura, ha encontrado posibilidades sorpren-dentes: es esto lo que la literatura del «boom» preci-pitó. Aquel Artemio Cruz de Carlos Fuentes, o loschicos de La ciudad y los perros del primer VargasLlosa, no respetaban género, número, léxico, relaciónentre sujeto y predicado. Con una particular sintaxisse expandían en discursos entrecortados y entrelaza-dos, indiscernibles en cuanto al quién de su emisor.Así aprendimos el verbo inagotable de la escritura deGarcía Márquez, y habíamos abrevado previamenteen el decir castellano y simultáneamente mestizo de

Miguel Asturias, o en el barroquismo proliferante deCarpentier, a una vez clásico y renovador.

Esto que la literatura plasmaba, tal vez paradig-máticamente en la voz territorializada y carnal dePablo Neruda, podemos hallarlo en cualquier callede México o Perú: modernidad y tradición entremez-cladas, multiplicidad de etnias, culturas superpuestas,supermercados y shoppings a la vez que mercadospopulares. Antojos de comida al paso expendidos porvendedores ambulantes, frente a las cadenas interna-cionales de hot-dogs y hamburguesas. Carteles encastellano, en versión escrita de las lenguas nativas,en inglés.

Es esto lo que el barroco estilístico ha intentadocapturar. La literatura muestra un espacio de deciresmúltiples, relativos a orígenes culturales dispares, ypor ello nunca asimilables a un tronco único, o a uncódigo común. Encontramos una Babel donde exis-ten enunciadores variados, que hablan desde sí pro-duciendo una monumental e informalizable mez-colanza de dialectos, sociolectos, discurrires diferen-ciales. Y es en esta barahúnda de discursos, en esteexceso de la palabra, donde podemos también en-contrar el límite de ésta.

Porque precisamente la contracara de esta reali-dad es que tal abundamiento discursivo conlleva lalimitación en la comunicación, la no traducción en-tre lenguajes inconmensurables, la mutua incompren-sibilidad; ahondada por razones sociopolíticas deenormes desigualdades de acceso a bienes y servi-cios, y de posibilidades de participación en el poder.No todos hablan desde los mismos lugares, según yahabíamos señalado. De modo que hay lenguajes queno se entrecruzan; simplemente se superponen en elespacio geográfico, pero no en el social: allí correnparalelos el mundo de las elites modernizadoras, y elde los grandes sectores de asalariados pobres mar-ginalizados. Las paralelas no se tocan: son líneas ex-teriores entre sí. Hay silencio mutuo, las emisionesvan de cada hablante sólo hacia los componentes desu mismo sector social. Cuando el poder habla hacialos grupos subalternos, lo hace en un lenguaje que aestos les es exógeno.

Multiplicidad de palabras, pero para nada comuni-cación fluida, espacio de comprensión mutua, uso

Notas(1) Puede verse la compilación delos trabajos del seminario dirigidopor Levi-Strauss, C., La identidad,Ed. Petrel, Barcelona, 1981. Seadvierte como la identidad esconstruida, nunca a priori.

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sistemático de la argumentación en la búsqueda deconvencer. Más bien barahúnda desordenada deexpresiones, como de objetivación de la propia ex-periencia desde lugares agónicamente lejanos entresí, a menudo excluidos del dónde, el otro piensa a sureceptor. Oquedad y vaciamiento de los fluidos «ca-nales de comunicación» imaginados por alguna doc-trina ingenuamente simplificadora.

Es en este espacio donde surge la dimensión delsilencio. Requerido por la palabra para definirse comotal, para estipularse como diferencia, el silencio estambién la concretización de los límites de la palabramisma. Espacio donde precipita a veces el sentidode lo previamente dicho u oído, es también ejerciciodel derecho de lo inexpresable, disposición para loinefable, ocasión para el sin-sentido mismo, coto a lapalabrería y al fluir casi ilimitado del verbo.

En tanto sitio donde la palabra prolifera pero a lavez muestra abiertamente cómo no comunica demanera unívoca, nuestro subcontinente presenta deforma visible lo inútil de su insistencia, aquello don-de ella deja de guardar efecto. Por esto, el silenciotambién llama a ser tenido en cuenta entre nosotros.

Lo inexpresable ha sido pensado en diversas ver-siones. Una es la ya referida de Wittgenstein: lo noremisible a figura, lo no -pictórico, lo no puesto de-lante como objeto resiste a la puesta en palabra. Mejorno hablar de lo que no puede ser dicho.

En otras tradiciones, algunos autores se han ocu-pado del tema.(2) Creemos que es en el humanismoexistencialista y personalista donde este se ha hechomás presente. Por remisión a G. Marcel, fue E.Mounier quien insistió en la comunicación intersub-jetiva como acontecer donde se juega un más allá delo dicho. No es decible la sensación que comporta eldecir mismo, no podría uno en círculo ir diciendotodo -sin resto- lo que siente mientras habla o escu-cha, o simplemente cuando acompaña al otro. El «es-tar junto a», el «estar con», no se hace reductible a lodiscursivo. La comunicación no es sólo un hecho dediscurso.(3)

Una filosofía ligada a la teología hebrea, como esla de M. Buber, también ha trabajado sobre la cues-tión. En lenguaje in-timista y buscadamente no im-personal, se propone la relación en-tre «yo y tú» como

campo donde la temporalidad se vuelve acon-tecimiental, donde el tiempo se volvería, diríamosnosotros, «vertical», en tanto intenso, en tanto lo vivi-do-con se efectúa, se sostiene. En ese campo demutualidad, el silencio es a menudo imprescindible,exigencia de calibrar la vivencia, de captar el sem-blante del otro, de acompasar las sentencias verba-les. Requerimiento irrenunciable, frontera a lo quede sobrante puede guardar la apelación a la palabra.(4)

Este breve recorrido nos permite advertir que losderechos del silencio también han alcanzado digni-dad teórica: han sido trabajados filosóficamente, aúncuando la palabra prefiera tomarse a sí misma comoobjeto. Tales derechos no hallan difícil encontrar so-portes concretos en Latinoamérica: el silencio ha sidoa menudo la respuesta del indígena a la aculturaciónforzada, la astucia del mestizo frente al racismo a fa-vor del blanco, la resistencia opaca al dominio ince-sante asumida por los sectores populares. No sóloen los discursos alternativos se ha enancado la pro-pia identidad: a veces se sostiene en la simple ter-quedad del negarse al habla, y de remitirse a sí y a lopropio -a «los propios» de la comunidad práctica devida-.

También por lo que estamos señalando creemosque no puede insistirse en la sola discursividad comoespacio donde se da el intercambio simbólico de lasociedad, donde puede metabolizarse el conflicto yelaborarse las diferencias. La excedencia a lo dis-cursivo sostiene el peso de la irreductible plurali-dad, de la primariedad de lo vivido frente a lo expre-sable predicativamente, de la primacía del cuerpofrente al logos y de la materialidad ante la concien-cia.

Vale la pena, entonces, desconfiar del lenguaje,advertir su límite y entender la mutua referencia a un«mundo común» no como obvia pertenencia de to-dos al mismo espacio, sino como punto de encuen-tro equívoco entre subjetividades diferenciadas. Sólohasta allí podemos comunicarnos; como mostraronlos existencialistas y radicalizó Lacan, cada uno pro-duce «un mundo» o lo habita solipsistamente. No haycomunicación plena ni habitamos universos con ar-monía preestablecida donde significados previos tras-cendentales nos garantizarían la remisión a las mis-

(2) Xirau, R., Palabra y silencio. Ed.Siglo XXI, México, 1968.(3) Mounier, E., El personalismo, Ed.Eudeba, Buenos Aires, 1966.(4) Buber, M., ¿Qué es el hombre?,Ed. Fondo de Cultura Económica,México, 1972.

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mas entidades cada vez que cada uno de nosotroslas mentamos.

Del sentido y los sentidos

Hemos sostenido la imposibilidad de reducir lacuestión del sentido sólo a lo que vehiculiza ellenguaje articulado. Habita en intersticios, juegaen claroscuros no siempre tipificables, evanes-centes.

Ello no debiera llevarnos a confundirlo con la au-sencia de sentido. Esta puede incluso sostenerse enel lenguaje: es ello lo propio de «lo banal del habla»de Heidegger, asunto que ocupó también a diversosanalistas del capitalismo avanzado.(5) Puede produ-cirse sinsentido precisamente a través de mostrar lainanidad de lo comunicado, el aniquilamiento de losignificativo y lo relevante.

La liquidación del sentido fue asumida como unlogro, desde el posestructuralismo a la posmo-dernidad. Hemos analizado este fenómeno(6): frentea la sociedad logocéntrica, ante su sentido «duro»autoritariamente impuesto, representó un desquitenecesario la deconstrucción de esas formaciones queenclaustraban toda acción en sistemas normativosrígidos, en la «ontoteleología» por la cual toda inten-ción remitía a un libreto previo escrito en el espaciodel deber ser. La época de lo «autoritario-revolucio-nario»(7) se caracterizó por la estipulación sistemáti-ca, metódica de qué es lo que había necesariamenteque realizar. Por ello, desde las vanguardias artísticasal posestructuralismo, constituyó un logro mostrar queel campo de la significación tenía autonomía y noquedaba atrapado como «copia»; reivindicación delhacer obra como acto, como producción. Produc-ción cuyo contenido era la disolución del tiempoadministrado, de la burocratización de la existencia,de la progresiva despersonalización de los procesosde relacionamiento. Se buscaba luchar contra la ten-dencia predominante de la modernidad hacia el do-minio generalizado del mundo por vía del cálculo.No calcular era liberarse frente a ese sentido impues-to por los grandes relatos religiosos, filosóficos y po-líticos.

Lo posmoderno realizó «en acto» esta liquidación

de la metafísica; las condiciones crecientes de la vidatecnológicamente me-diada, el vértigo permanentede la experiencia, la pérdida de posibilidad de soste-ner un yo centrado que organice coherentemente elconjunto de las vivencias disímbolas, llevó de hechoa eliminar la posibilidad de atadura a sistemas rígidosde pensamiento. El sentido se liberó hacia la plurali-dad, la diferencia, lo efímero. Allí se encontró todo loque era imposibilizado por la rigidez de la existenciamoderna. El universo «light» se instaló en la ti-biezadel narcisismo, el descompromiso y la atención de loinmediato: las abstracciones pasaron a formar partedel terrorismo del concepto, de la imposición tota-lizante del Logos, de la pretensión pedagogizante dehacer de cada vida una atadura a ejemplares univer-sales previamente diseñados.

Todo esto es por demás conocido como para abun-dar en ello. Menos se ha hablado de la crisis quepuede advertirse hoy en el territorio mismo de estaconfiguración cultural.

Los textos iniciales sobre posmodernidad corres-ponden a comienzos de la década de los ochenta.Entonces, el éxito de la economía europea era evi-dente, la ocupación laboral casi plena, la estabilidadpolítica absoluta, el aumento del producto bruto algotangible. La unión política del viejo continente espe-raba a la vuelta de la esquina, de manera que un des-tino de cómoda grandeza albergaba aparentementea Europa, recostada en las facilidades del consumogeneralizado y la bonanza prolongada.

Nada de ello es hoy igual. No podría en modo al-guno hablarse de crisis económica, pero sin duda eltema del desempleo es altamente preocupante. Paí-ses como Italia o Suecia, con estados propietarios deenormes empresas, comienzan ajustes económicos,con la inquietud política consiguiente. Aparecen losskinheads como fruto del desempleo y la auto-complacencia eurocéntrica; exactamente lo opuestode la tolerancia posmoderna. Los conflictos naciona-listas pululan: Bosnia el más visible, pero no ha de-saparecido el del país vasco, y hubo violentosenfrentamientos en Georgia o en Chechenia, comofruto de la desintegración de lo que fue la Unión So-viética. La izquierda democrática obtuvo algunostriunfos electorales inesperados, por ejemplo, en Por-

(5) Fromm, E., Psicoanálisis de lasociedad contemporánea (original:The sane society), Ed. Fondo deCultura Económica, México, 1966;Marcuse, H., El hombreunidireccional, Ed. Joaquín Mortiz,México, 1969.(6) Follari, R., Modernidad yposmodernidad: una óptica desdeAmérica Latina, Ed. Aique/rei/IDEAS, Buenos Aires, 1990. Cap.I.(7) Lipovetski, G., La era del vacío,Ed. Anagrama, Barcelona, 1986.

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tugal, Grecia y aún en Polonia. Y la derecha neo-fascista ganó Rusia. Hay cierto retorno de los extre-mos del espectro político que habían desaparecidoen los ochenta, cuando la democracia parlamentariaparecía prometer un largo lapso de presencia sin in-terrupciones ni inconvenientes. Y ha recrudecido laviolencia como mecanismo para dirimir las diferen-cias étnicas y nacionales.

Las situaciones han cambiado, la realidad no es lamisma, pero los análisis no se han renovado. La pro-ducción teórica sobre lo posmoderno ha bajado defrecuencia, síntoma de dos cuestiones a la vez: ago-tamiento de la posibilidad de decir cosas nuevas so-bre hechos ya repetidos, e imposibilidad de repetirlas mismas cosas sobre hechos nuevos que ya noson legibles en aquella única clave. El desmo-ronamiento de la producción escrita sobre lo posmo-derno (¿qué de trascendente se ha publicado al res-pecto los tres últimos años en los países centrales?),corre en paralelo con cierta declinación del fenóme-no en su inicial «estado puro».

Por ello es legible como un verdadero síntoma elque Lipovetski muestre tanta imposibilidad de darrazón de aquello que se opone a sus propias -yaañejamente asumidas- tomadas de partido. Su alegrecelebración de la fiesta posmoderna se da de brucescontra una realidad considerablemente más conflic-tiva y violenta.

Así es de destacar el final de su segundo libro,(8) cuan-do de pronto registra que nunca tantas mujeres vivie-ron solas, tantos hijos estuvieron sin sus padres, tantosancianos fueron lisa y llanamente abandonados, reali-dad seguramente no grata. Este verdadero «lapsus» delautor no es resuelto por el texto: simplemente se enun-cia la cuestión, para finalmente negarla afirmando quede cualquier modo no se trata de la tendencia princi-pal de la condición cultural contemporánea.

En un artículo posterior reaparece la misma situa-ción;(9) es cierto que hay hechos sociales visibles queno concuerdan con el punto de vista según el cualhemos llegado al oasis del mundo a la carta, a latranquilidad y comodidad del consumo a medidade cada uno, la distensión de la moral autode-terminada. Hay hechos que disuenan, y no son po-cos: pero en ningún caso afectan al esquema expli-

cativo. Por el contrario, hacen resaltar la mayoritariapresencia del universo cultural «cool», son excepcio-nes que confirman la terquedad de la reglahegemónica.

Nos permitiremos interpretar a Lipovetski en clavekuhniana. Como cualquiera que se instala en unparadigma (y la perpetuación en este no es sólo cues-tión conceptual, sino primordialmente cuestión deinstalación en espacios donde se ha obtenido la apa-rente certidumbre, a la vez que la consagración pú-blica), el autor ha dejado de percibir aquello que esno congruente con el paradigma mismo. Las anoma-lías se niegan en nombre de la uniformización de laexplicación previamente vigente. El paradigma siguesiendo sostenido por quienes realizaron con él inves-tigaciones exitosas; sólo la fuerte aparición de unaexplicación alternativa hará caer la resistencia a ad-vertir aquello que no es integrable en la explicaciónpor lo ya preconfigurado.(10)

De modo que los autores posmodernistas se nie-gan a advertir lo que -por encontrarle una denomina-ción- hemos llamado «la inflexión» de la pos-modernidad.(11) Que no constituye para nada una vuel-ta al pasado: ello no es posible ni deseable. Pero sí lairrupción de algunos fenómenos que tuvieron presen-cia en la modernidad, jugados ahora en un nuevoformato, el de lo posmoderno.

Las fuertes composiciones de sentido propias de lomoderno dejaban poco lugar a la subjetividad. O seentraba en los duros moldes preestablecidos, o sequedaba fuera de la autolegitimación; a partir de allí,comenzaban la depresión, la agresión generalizada,u otros modos de canalización de la angustia. La moral«dura» producía a la vez culpa en los transgresores, yalta inhibición en los que se adaptaban. De modoque las dificultades para acercar el comportamientoa las normas resultaban inevitables, y conducían a unairremisible tensión. Es esto lo que Lipovetski mismo -o Vattimo- se han ocupado de destacar: lo posmo-derno habría aliviado la situación, permitido el finalde la norma exógena y la exigencia férrea, una situa-ción más autocomplaciente y menos ansiógena. Asílo «light» daría espacio al disfrute de sí mismo, al tiem-po personal, al no responder la exhortación tiránicade los relatos maestros.

(8) Lipovetski, G., El imperio de loefímero, Ed. Anagrama, Barcelona,1990.(9) Lipovetski, G., «Espacio privado yespacio público en la eraposmoderna» en: Revista SociológicaN° 22. UAM, Azcapotzalco,México, mayo-agosto de 1993.(10) Ver nuestro artículo «Los límitesdel sinsentido», en: Revista DiógenesN°5, Mendoza, marzo de 1995.(11) Bistué, N., y Yarza, M.C., «Derivaposmoderna: estancamiento y puntode inflexión», mecanografiada.Informa a CIUNC del proyecto«Posmodernidad, crisis yrecomposición política» bajodirección de Roberto Follari,Universidad Nacional de Cuyo,Mendoza, Argentina, 1994.

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Lo recién señaldo sin duda que remite a situacio-nes reales. Los males de la modernidad no fueronpocos, y sólo la presencia de los que trae lo pos-moderno, pueden hacer a algunos olvidar las durascicatrices de lo moderno (intolerancia, rigidez, ten-dencia a la totalización y el totalitarismo, utilitarismogeneralizado...) Si hubo una constante permanenciadel malestar de la cultura durante la modernidad, esporque ella resultaba intrínsecamente problemática.Método, dominio, cálculo, dejan poco lugar a ladistensión, la despreocupación o el placer.

Pero no por ello podemos dejar de advertir los sín-tomas de actualidad presentados más arriba. No todoes hoy «light»: en nombre del descompromiso y elnarcisismo los vínculos se debilitan, los lazos inter-personales carecen de implicación, y la soledad cre-ce. La pérdida de ideales que movilicen a la acciónlleva a la carencia total de motivación, a un eternopresente que puede hacerse tan tedioso como ladeslizante promesa de felicidad futura que fue pro-pia de la modernidad. La desaparición de los «idealesduros» conlleva a veces la pérdida de todo horizontenormativo, y la consecuente desorientación con de-riva confusional. La tolerancia hacia lo ajeno y la nopretensión de totalizar la propia opinión, puede im-plicar el vértigo del «todo vale», del advertir que cual-quier acto u opinión daría igual, que nada es mejorque otra cosa, y nada merecería la denominación dejusto o verdadero.

El exceso de sentido -más bien, su imposición exte-rior- fue característica moderna. La carencia de ellofue en el primer momento un alivio. Pero asistimosahora a una condición de déficit de valores, de signi-ficación de la existencia, de orientación de la con-ducta, que en modo alguno puede seguir siendo con-siderada sólo como una victoria sobre lo moderno.A quién podría ya importar vitalmente ese contrastecon la época anterior: lo ahora relevante son las con-diciones del presente.

Deberíamos pensar ahora en la restitución de már-genes de sentido; en la necesidad de instaurar espa-cios de vínculo interpersonal, campo para el solilo-quio y el pensamiento, posibilidad de ligar diferentesexperiencias, sin pasar siempre de la una a la otra sinmás continuidad que la azarosa del zapping. Se hace

necesario pensar cómo dar lugar a la instauración dealgún «ideal del yo», de cierto margen de mayor pre-sencia de la Ley y lo paterno, que coadyuve a lucharcontra el eterno presente y la imposibilidad de confi-guración de voluntad.

Todo esto deberá pensarse atendiendo a la consi-deración de las condiciones de la sociedad posmo-dernizada, hegemonizada por el espectáculo visualy el predominio tecnológico que hace vertiginosa laexperiencia.(12) Es decir, cuanto pudiera pensarse debeser puesto en relación intrínseca con la condiciónsociohistórica actual, sin sueños de retorno al pasa-do, ni ilusiones de restauración de otras característi-cas de época.

Lo cierto es que si reaparecen vestigios de sentido-y en la medida en que estos obviamente existen yadentro de ciertos límites-, deberemos atender a elloen lo que hace a la consideración de los procesos delegitimación de lo político. Centralmente, adver-tiríamos por lo menos dos grandes cuestiones: 1.- Elsistema parece no cubrir la diferencialidad de cam-pos de legitimación de la acción que la sociedad pro-duce. La complejidad social sería mayor que la ab-sorción por la expresión política: la representaciónestaría muy por debajo de la variedad objetiva exis-tente a nivel social; 2.- La representación política re-sultaría general, abstracta, ajena a la inmediatez enque los sujetos hoy asumen su experiencia. Si lo uni-versal es rechazado, si es percibido como ajeno, elsistema político aparece disociado de la vivencia,como ente exterior a la concreta vida social.

La caída del sentido estatuido ha abierto a la multi-plicidad alivianada de opciones. Como ya hemosenfatizado, a veces, lisa y llanamente a la total caren-cia de orientación. Pero cuando esta última existe,no pretende ya ser brújula segura, ni direccióninscripta en la necesariedad. Hay multiplicidad dejuegos lingüísticos en la sociedad, que recortan a estatanto en lo horizontal, como en la vertical división declases. Hay, además, el cruce de ello con la peculiarcondición latinoamericana de mezcla cultural ysuperposición de influencias y estratos. Si asumimosa fondo las consecuencias de esto, no es fácil adver-tir los porqués de la cada vez mayor indiferenciapolítica presente en nuestras sociedades. En el mun-

(12) Baudrillard, J., El otro por símismo, Ed. Anagrama, Barcelona,1988; González Requena, J., Eldiscurso televisivo: espectáculo dela posmodernidad, Ed. Cátedra,Madrid, 1992.

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do «cool» la representación debiera asumir su conje-turalidad, su ser momentánea, cambiante, no funda-mentada y por ello nunca segura. El rasgo -que algu-nos analistas políticos toman unilateralmente comosigno de «madurez»- por el cual el voto cambia per-manentemente de opción no es sólo debido al cui-dado de no ya formar parte de clientelas cautivas;también significa que lo político ahora importa poco,que no se lo sigue sino como show business, que allí

nada de la propia identidad se juega. Hay des-compromiso respecto del propio voto: y ello equiva-le -aunque quepa lamentarlo- al claro desasimientodel contrato-compromiso con el representante.

(*) Investigador y profesor de Epistemología de las Cien-cias Sociales en la Facultad de Ciencias Políticas de la Uni-versidad Nacional de Cuyo, donde también se desempeñacomo docente en la carrera de Comunicación Social.

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Informe EspecialLas otras ideas en lacomunicaciónInforme para una genealogía

Editor:Luciano Sanguinetti

Colaboraron:Daniel Prieto CastilloClaudia VillamayorAnaís Ballesteros

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La teoría negada

Los albores de un nuevo milenio llegan a nosotroscon su carga simbólica y ritual, en donde una socie-dad secularizada y racionalista vive esta fecha comouna fiesta profana. Como parte de esos rituales hace-mos balances y pronósticos. El presente texto se ins-cribe en ese recorrido, a propósito del Seminario Pen-sar la comunicación desde América Latina,(1) que po-dría servirnos para evaluar los derroteros de un cam-po en el momento menos «marginal» de su historia.

En este caso, el propósito es la reconstrucción dela memoria, de un pasado que siempre está presen-te, de un presente que no puede dejar atrás lo queha pasado. Por eso esta reflexión sobre la historiagenealógica del pensar la comunicación, de la genea-logía como «una forma de historia que da cuenta dela constitución de los saberes, de los discursos, delos dominios de objeto...».(2) Es decir, ¿por qué el cam-po de la comunicación se constituye de esa maneray no de otra? De una historia que intenta salir de lagenialidad original de algún pensador y que buscaconectar los procesos sociales con las ideas que ilu-minaron esos procesos. Ya es un lugar común expli-car la historia reciente de América Latina como elpaso de las utopías al crudo realismo, de la esperan-za a la resignación. Sin duda, parafraseando aBenjamin en su Tesis de filosofía de la historia, hay unángel que mira aterrado hacia el pasado reciente lati-noamericano. Y en su mirada, lo que para algunos es

una cadena de datos que hablan de la moderniza-ción económica, para él sólo es una catástrofe únicaque amontona incansablemente ruina sobre ruina.

Sin embargo, ¿cómo reflexionar sobre esta incerti-dumbre básica que es la historia, sin caer en un fríofatalismo ni en la nostalgia? La pregunta va dirigida asaber cómo hacer para que esas marcas que pode-mos rastrear, esas huellas que encontramos, esas ex-periencias que se acumulan como parte del acervocultural del campo, no se transformen en nostalgiade un pasado que no fue ni siquiera lo que podríahaber sido, ni lo que es en nuestro recuerdo borrosoy complaciente. Pero tampoco algo de lo que habríaque renegar para finalmente alcanzar un supuestosaber incuestionable, riguroso y objetivo.

Porque, es cierto, el presente no nos permite seroptimistas; pero la historia no la hacen sólo los quevencen, también los con-vencidos. Y entonces, bus-cando ese otro lado, buscando desde la otra orilla,como decía ese pensador olvidado, Arturo Jauretche,llegamos a las presentes reflexiones que nos van allevar a la realización diagnóstica de otra «matriz teó-rica», de un pensamiento sobre la comunicación queno se desarrolla como reflejo, ni como reacción, niexclusivamente como crítica o imitación. Dice AlciraArgumedo:

«Afirmar la existencia de una matriz autónoma depensamiento popular latinoamericano supone inte-rrogarse acerca del potencial teórico inmerso en lasexperiencias históricas y en las fuentes culturales delas clases sometidas que constituyen más de la mitadde la población del continente. Implica reconocer lalegitimidad de las concepciones y los valores conte-nidos en las memorias sociales que, en el transcursode cientos de años, fueron procesando la visión delos vencidos, una visión diferente de la historia inicia-da en la Edad Moderna europea en los siglos XV yXVI. Conlleva la reivindicación de esas otras ideassobre las cuales se han sustentado distintas experien-cias y movimientos políticos de América Latina».(3)

Entonces, es la búsqueda de estas otras ideas, queno siempre son debidamente reconocidas, ni figurannecesariamente en los papers de los simposios inter-nacionales, pero que, mucho más de lo que a vecesse cree, han tenido expresiones intelectuales y teóri-

Las otras ideas en lacomunicación

Informe para una genealogía

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cas fundacionales que no tienen nada que envidiarlea las del primer mundo. Quizás porque no son teo-rizaciones al uso de los centros o tal vez, también,porque muchas veces se constituyen al calor de ex-periencias específicas y coyunturales, es que puedenconformar un pensamiento propio sobre la comuni-cación en América Latina.

Hay un ejemplo de este menoscabo muchas ve-ces inconsciente, pero constitutivo de otra matriz, node la que buscamos: lo que expresaron hace unosaños atrás, como conclusión de su investigación rea-lizada con un conjunto de pensadores latinoameri-canos de la comunicación, Josep Rota y Elizabeth Lo-zano sobre los aportes de América Latina a la co-municología.

«La particularidad de la investigación latinoameri-cana reside menos en su creación de teorías especí-ficas, aún cuando esto también se ha dado, que enuna particular praxis social que caracteriza, acentúa,critica y transforma las teorías y otras concepcionesde la comunicación que se originaron en el ViejoMundo, aportándoles dimensiones de acción quedichas teorías y concepciones a veces parecen ha-ber olvidado».(4)

Lozano y Rota caen nuevamente en algunos delos prejuicios típicos de la reflexión sobre cualquierade nuestros campos científicos, pero más aún en lossociales.

1. Nuestro trabajo intelectual se desarrolla siem-pre inexorablemente a partir del pensamiento euro-peo y en tal sentido no es original, ni propio, ni pen-sar siquiera. Como si la reflexión en las metrópolissurgiera ex nihilo, de la nada. O como si cualquierreferencia a cierta tradición, en los países centrales,fuera un signo de rigurosidad y fundamento, pero enLatinoamérica, reflejo, inmadurez, copia o imitación.

2. Nunca o casi nunca desarrollamos teoría. O, silo hacemos, nuestra teoría siempre es deudora. Esdecir, no es original, por lo tanto resulta ilegítima.

3. Lo nuestro es lo concreto, el poner en prácticalo que pensaron otros. La realidad, ese crudo mate-rialismo que nos caracteriza.

Este trabajo intenta cuestionar esta perspectiva dela división internacional del trabajo intelectualplateando como «hipótesis» que hay una teoría lati-

noamericana sobre comunicación, del mismo modoque hablamos de la Escuela de Frankfurt, de Palo Alto,o de Birmingham. Desde ya creemos necesario re-cordar que estas perspectivas tienen, o han tenido,una etapa fundacional en su historia, matices en lasdiferentes interpretaciones de cada uno de los suje-tos fundadores, debates y diferencias a lo largo deldesarrollo del núcleo central de tal teoría y ramifica-ciones en la obra posterior de sus protagonistas. Esdecir, no pensamos en una teoría latinoamericanade comunicación como un paradigma monolítico,inmutable, y axiomático, pero sí de ciertos rasgos ynúcleos problemáticos fundantes.

Y este proyecto importa, tanto por la idea de sulegitimidad como campo de estudio en su momentode hiperinflación comunicativa,(5) como por la reela-boración de criterios, fuentes y perspectivas, en elsentido de sus continuidades, como dice AlciraArgumedo, en un momento de transformaciones tanfuertes como las que implica, entre otras, la globali-zación.

El dilema de los comunicadores hoy

Entrevista a Luis Ramiro BeltránPor Daniel Prieto CastilloCochabamba, julio de 1997

Oficios Terrestres: ¿Cómo llegaste al terreno de la comunicación social?Luis Ramiro Beltrán: Yo llegué al oficio de la comunicación por el camino del periodismo y

comencé de muy pequeño, probablemente porque mis padres eran periodistas. Mi padre mu-rió en la Guerra del Chaco, y mi madre fundó una de las primeras revistas femeninas enBolivia. La tinta de imprenta vino en la sangre.

Un día, cuando yo tenía 12 años de edad, mi madre me llevó no sé si por insistencia mía, yano me acuerdo, a visitar al director del principal periódico de Oruro, mi pueblo, que se llamaLa Patria y me presentó diciendo: el chico quiere ser periodista. Entonces el señor director,muy amablemente, me dio con cierta sonrisa una credencial de reportero aprendiz o de auxi-liar de reportero. Ese fue el comienzo. El salario era una tarjeta de entrada al teatro de dospesos por semana, pero para un chico eso era más importante que el dinero.

O.T.: ¿Te publicaban entonces?L.R.B.: Sí, me publicaban pequeñas crónicas y hacía algunas entrevistas. Luego estuve en

la fundación del primer vespertino de Oruro, por el año 44. Ya tenía 14 años, tuvo poca dura-ción porque uno de los copropietarios fue brutalmente asesinado en una represión guberna-

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mental. Mas tarde comencé a trabajar como oficial de información en salud pública, ahídescubrí otro mundo, la otra Bolivia.

En 1952 una gran insurgencia revolucionaria nacionalista, cerró el periódico y de prontome vi en la calle. Como reportero free lance, era corresponsal de algunas revistas extranjeras,trabajaba un poco en radio, en la parte de relaciones públicas, conseguía un salario más omenos aceptable y seguí en mi oficio. Pero un punto decisivo, accidental, en lo que iba a ser micarrera, fue cuando llegó sorpresivamente a visitarme un gringo, a quien recuerdo con granafecto y agradecimiento. Este gringo me contó una historia que al principio no entendía. Mehablaba de un servicio de extensión agrícola, donde había un departamento de informaciónaudiovisual y que un discípulo suyo había dejado el empleo, se había ido a Estados Unidos yle había dicho que me contratara a mí. En principio no me interesó mucho por el horario,pero el gringo me dijo: yo puedo hacer algo con el horario para que usted entre y salga, peroel salario no está en mis manos. Si usted en los tres meses de prueba lo hace bien, como yoespero, en el cuarto lo mando por dos meses a Puerto Rico y unos meses a Estados Unidospara estudiar Comunicación Educativa para el Desarrollo. Como me fascinó la idea de poderestudiar le dije que sí. Y empecé a trabajar. El gringo cumplió y me mandó a Estados Unidosdonde me encontré con nuestro amigo Juan Díaz Bordenave. Entonces lo que había sido unaccidente de trabajo resultó el oficio de toda la vida.

O.T.: ¿Trabajaste en el cine?L.R.B.: Si, en el cine me hice guionista. Estuve ocho meses en Estados Unidos, y cuando

volví me encontré con dos personas que estaban empezando a hacer cine, Jorge Ruiz y otroamigo que acababa de volver de Estados Unidos que se llamaba González Sánchez de Losada,el actual presidente de Bolivia. El tenía una empresa que se llamaba Telecine y estaban encoproducción con Jorge en Telefilm y hacían cine documental para el desarrollo, cine educa-tivo, no cine comercial. Ellos me contrataron como guionista, tuve mucha felicidad en eseoficio.

O.T.: ¿Cómo era ese cine?L.R.B.: Por ejemplo te doy una idea, la principal película que hicimos que todavía está en

circulación y sigue ganando distinciones es del año 54, se llama Vuelve Sebastiana; una pelí-cula antropológica, sobre una tribu de 5000 años de antigüedad, los chipaios de Orú, muyanteriores a los quechuas. La diferencia de esta película con las demás hechas por Jorge, es latrama de lo que hoy se llamaría estrategia de entretenimiento educativo. En vez de contar lahistoria directa, metí una pequeña anécdota infantil de un niño y una niña, uno chipaio y otrode mar, que se encuentran cuando sus ganaditos cruzan el río. El chiquito del mar convencea la niña de ver el mar que era para ellos como el enemigo, contándole tantas maravillas queella lo sigue, para espanto del abuelo que sale a buscarla y finalmente la ubica en el territorioenemigo, y al pie de una torrecita española se sienta el viejo a recordarle lo que era su pueblo,y a persuadirla para que regrese a lo que es suyo. Más tarde cuando el viejito muere, Sebastianavuelve al pueblo convencida de que se debe a eso, que como sus abuelos tiene que seguirluchando por el pueblo.

En el ’55 me ofrecieron empleo en Costa Rica en Comunicación para el Desarrollo Ruralque era lo que yo había estudiado en Estados Unidos, y de nuevo, así como yo de niño no quisedejar Bolivia, me vi obligado a dejarla.

O.T.: ¿Y te quedaste en Costa Rica?L.R.B.: 34 años, porque Bolivia no se componía, no había empleo, había hostigamiento,

Matrices y huellas de nuestra comunicología

El trabajo de reconstrucción de esta memoria ge-nealógica de la comunicación se parece más al delexplorador que al del científico. Hay que buscar algoque muchas veces no es identificable a simple vista.Puede aparecer en una cita al pie de página, en unareferencia bibliográfica, en una anécdota biográfica.Una paráfrasis que trae ecos de otras lecturas, unrastro que se asemeja a la sombra de otro, las huellasde una escritura que oculta sus fuentes. Revistas, li-bros, artículos, la marca de ciertas obsesiones que sefiltran irremediablemente. Es una historia de las men-talidades como la define José Luis Romero, ese con-junto de ideas que explican las teorías, ese sedimen-to desde el que piensan los investigadores.

Pero también esta memoria se construye por fuerade los textos, en relatos que no son necesariamentecientíficos. El impacto sobre el pensamiento de cier-tos acontecimientos, rupturas del sentido que el tiem-po produce, nuevos horizontes que se abren al calorde las contradicciones políticas, de los hechos histó-ricos. Es decir, algo que no es parte estrictamente delquehacer científico, pero que actúa y que finalmentelo constituye de esa manera y no de otra. Porque deeso se trata finalmente, de una memoria que excedela de los investigadores. ¿Cuáles son entonces esasideas que podrían marcar o delimitar este nuevo pen-samiento, esta reflexión que continúa hoy sobre laComunicación en América Latina?

La primera está relacionada con un concepto de lacomunicación, con una perspectiva, desde la cualencarar este objeto de estudio que es diametralmen-te diferente del otro pensar europeo o metropolita-no. En América Latina la idea de comunicación remi-tió más a la idea de comunión, de poner en común,que a la de transmisión o traslado. En este sentido,como lo observó bien Winkin(6) en el Telégrafo y laorquesta, comunicación tiene más que ver con su raízlatina comunicare, entendida como participación encomún, poner en relación, comulgar, comunión, delsiglo XI, XII y XIII; que con el sentido que tendría apartir del siglo XVII: el de transmisión. Es desde estaconcepción del objeto comunicación, como se pro-yecta la perspectiva crítica que caracteriza el campo

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persecución. Básicamente me fui por dos razones. Pensé que la situación económica mejora-ría rápidamente, pero no fue así, y que la situación política se iba a sanear, pero tampoco fueasí. Después de Costa Rica estuve en Lima, también en Uruguay, después fui aceptado para elposgrado de la Universidad del Estado de Michigan, dirigida por Berlo.

O.T.: ¿ Es cierto que tu conquistaste a Berlo?L.R.B.: El fue sumamente deferente conmigo, no aceptaba ser asesor y sin embargo fue mi

asesor para mi tesis de doctorado, fui su asistente junto a otras cuatro personas. Acompañó ami madre en la graduación y le obsequió una orquídea que mi madre guardó para siempre.

O.T.: Digo que lo conquistaste porque el te mencionó junto a Paulo Freire en una de suspresentaciones.

L.R.B.: Es cierto, yo me quedé helado, Juan Bordenave estaba a mi lado, fue hace 15 años,en un encuentro de comunicación realizado en Acapulco. Berlo dijo que había personas quehabían hecho cambiar su forma de ver la comunicación y que esos habían sido Freire y Beltrán.

O.T.: ¿Cuál es esa forma de ver la comunicación a la que Berlo aludía?L.R.B.: Eramos grandes creyentes en las «teorías de comunicación para el desarrollo» de

Shannon derivadas de su formación con Lerner, con toda esa tradición de la modernización.Eramos creyentes del poder de los medios masivos y en la planificación para poner a losmedios al servicio del desarrollo. No nos percatábamos de que eso estaba en otra sociedad.Admito abiertamente que durante muchos años fui un técnico insensible a la realidad socialcrítica de la región, o poco sensible.

O.T.: ¿ Y cuándo nace esa sensibilidad?L.R.B.: Floreció en Estados Unidos, por la distancia que uno toma y el privilegio de poder

estudiar, que yo nunca había tenido trabajando duro todo el tiempo. Estudiar día y noche conuna beca a nivel de posgrado con magníficos profesores, con excelentes colegas y además conun volumen de disponibilidad de información extraordinaria, me permitió descubrir la trage-dia latinoamericana. Esto me impactó tanto que lo apliqué a mis estudios de comunicación.Inclusive el primer capítulo de mi tesis para el doctorado es un análisis crítico de la domina-ción de América Latina en materia de comunicación por los Estados Unidos. La tesis delmaster la terminé en el 68 y la del doctorado como en el 70.

En el año 1971, presenté en la India el primer análisis crítico que se hubiera hecho enmateria de comunicación en América Latina. Desde entonces trabajé en dos líneas principa-les. El análisis crítico de la ciencia en nuestra realidad en el sentido de la investigación encomunicación en América Latina. Después hice una crítica sobre las premisas, sobre los mé-todos, en que estaban basadas esas investigaciones. La otra línea fuerte que trabajé fue la dela democratización de la comunicación con énfasis en políticas de comunicación.

Luchábamos por un Nuevo Orden Mundial de la Información y las Comunicaciones. Era-mos unos cuantos francotiradores dispersos a los que la oposición conservadora nos hacíaver como si fuéramos una banda de terroristas organizados, o subversivos. Ahí tuve el placerenorme de conocer a Armand Mattelart, todo eso comenzó a surgir como un movimientoespontáneo que floreció en una década, entre los 60 y los 70, con la firme y abierta protestapor el estado de la situación. La comunicación alcanzó una condición que nunca había logra-do en el mundo, esta propuesta que tú sabes se va desinflando a partir del 80.

O.T.: En el lenguaje que manejamos en la Argentina, nos llaman setentista para hacerreferencia a esa época. Pero justamente mi pregunta es: ¿tú crees que eso se desinfló y semurió o está presente en otros espacios?

desde su etapa fundacional; concepción que se religacon la tradición judeocristiana que nos viene desdela conquista y que ha desarrollado una relación con-tradictoria con la modernidad. Unas veces desde cier-to irracionalismo telúrico, otras veces desde una críti-ca moderna a la propia modernidad. Moderna entanto observa críticamente que este proyecto no estáinconcluso en América Latina al decir de Habermas,sino que se ha convertido en dominación y explota-ción.

La segunda característica es la que produce el he-cho de que la Comunicación como problemática cien-tífica no surja como un interrogante académico, dis-ciplinario, ni como una observación valorativa desdela cultura y la producción cultural o estética, perotampoco desde el mercado o la industria. Los estu-dios en comunicación en América Latina se generandesde la política; y esta marca de fábrica, la de lacomunicación desde la política, es la que relaciona ala comunicación con la praxis. Praxis como acción yreflexión sobre la realidad que señala esa otra matrizdel pensamiento nacional y popular latinoamerica-no. Praxis que va constituyendo una disciplina porfuera de los ámbitos institucionales académicos ouniversitarios,(7) en la acción de intelectuales-políticos,en productores culturales ligados a los proyectospolíticos, en gestores o animadores sociales vincula-dos a los movimientos eclesiales, sociales y sindica-les. Va a pasar mucho tiempo para que esta produc-ción se vuelque en los textos, y que a su vez estostextos tengan un reconocimiento científico. Experien-cia moderna por excelencia: no se trata de compren-der el mundo, sino de transformarlo, sólo conoce-mos lo que hacemos, la razón descubre solamentelo que ella misma produce según sus designios.

La tercera característica de este pensar es la deponer en crisis, cuestionar, el saber científico, lacientificidad, la razón que deviene instrumental por-que es parte del discurso del poder. En esta línea sedesarrolla una crítica moderna a la propia moderni-dad ilustrada que ha perdido sus fuentes o sus raícestransformadoras. Así la razón no es otra cosa que laideología dominante, por lo tanto ya no instancia deliberación, de develamiento, y el positivismo meto-dológico cuantificante que parcela, fragmenta, aliena,

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L.R.B.: Creo que, como alguna vez he sostenido, nunca debemos renunciar a la utopíaporque sin utopía no hay lucha, no hay vida, no hay nada. La utopía, digamos, estaba adorme-cida y parece revivir en ocasiones con lo que tú dices.

Recientemente en Bolivia, José Luis Eximo, publicó una tesis de grado sobre políticas na-cionales de comunicación que es extraordinariamente valorativa de ese ejercicio anterior,pero al mismo tiempo hace una actualización al momento presente.

Sin duda los problemas que fueron denunciados, en aquellos años de la ardiente protesta,no sólo no se han superado sino que se han complicado mucho más. La situación no es enabsoluto mejor, es mucho peor, entonces las razones de las luchas, las razones del descontentosiguen vigentes.

O.T.: Me acuerdo de la conferencia que tú diste en aquel seminario que organizamos conEduardo Contreras, en Ecuador allá por el 84; hablaste de la década del 70-80 como la déca-da perdida ¿qué está pasando con la década del 90 para un estudioso de la comunicacióncomo tú?

L.R.B.: La Comunicación para el Desarrollo ha continuado. La comunicación de apoyo alproyecto que llamaban las Naciones Unidas del sector comunication ha continuado por mu-chos años y no se ha involucrado en lo absoluto con la lucha por un Nuevo Orden Internacio-nal. Ha sido un ejercicio paralelo, completamente ajeno a la gran lucha de la protesta. Segúnalgunos analistas norteamericanos, no ha sido muy fructífero, se ha gastado mucha plata y noha tenido un gran rendimiento. Eso fue sobre todo en los años 80, que hubo grandes inversio-nes en ese campo sobre todo en América Latina, especialmente en comunicación para lasalud, que comenzó a despuntar en los años 80, pero la falta de planeamiento estratégico, lafalta de una visión de la realidad, el desconocimiento de la estructura de la sociedad, hancontribuido a que ese esfuerzo y esas inversiones, no produzcan lo que se hubiera necesitado.

Hace pocos años, hicimos un inventario en Lima de los 40 años de la Comunicación para elDesarrollo en América Latina, y la conclusión de ese inventario es que -obviamente no sepuede negar la nueva situación existente; taparse los ojos. El gran dilema para loscomunicadores de ayer -yo soy uno de ellos- y también para los jóvenes del mañana es cómopodemos mantener en vigor los ideales de justicia que nos inspiraron y de los cuales no tene-mos que arrepentirnos ni avergonzarnos, sin desestimar cualquier crítica que puede ser vale-dera. Cómo podemos conjugar nuestras inquietudes de liberación del ser humano, del respetoy del apoyo a la gente más sometida a la injusticia en América Latina con unas realidades deun mundo globalizado, de un mundo que es tan distinto en tan pocos años. Porque mientrashay navegantes ansiosos en INTERNET, todavía hay gente en Latinoamérica que ni siquieratiene a la radio completamente asegurada para su información. El desnivel de acceso a lacomunicación cada vez se ha hecho más profundo y más grande.

obstruye la comprensión de una problemática que esglobal, total, sistémica. Sin embargo esta crítica a lacientificidad, al cientificismo y sus artilugios esca-lafonarios de un pensar imitativo o reflejo, no produ-ce una ecuación de término medio entre la tradiciónfilosófico hermenéutica europea y la estadística so-cial norteamericana como se ha pretendido. En Amé-rica Latina se produce otra teoría, otra metodología,otra forma de probar las hipótesis: la praxis. La teoríase comprueba en la politicidad del cambio, de la trans-formación, del devenir que será muchas veces trági-co: la muerte, la desaparición, el exilio, etc.

Por supuesto, estos rasgos no superficiales sinofundantes, tienen su sentido acabado en el marco deuna coordenada histórico social: la de los años sesen-ta.(8) Porque como coinciden los trabajos que hemosrelevado, son estos años de cambio y transformación,de lucha y descubrimiento, de encrucijada, los quesignan la raíz del pensar latinoamericano sobre co-municación. Es desde ahí que una posible genealogíaubicaría en diferentes momentos, geografías y circuns-tancias la construcción de una teoría al calor de unahistoria que se hace y se padece. Historia que propo-nemos leer desde tres claves:

a) La de la transformación de la iglesia católica lati-noamericana a partir del Concilio Vaticano II en suencuentro con la cuestión social, en una argamasaque vincula el existencialismo, el marxismo y el com-promiso cristiano por el cambio, el desarrollo y la re-volución que se expresa paradigmáticamente en laobra de Paulo Freire.

b) La de la primera reflexión específicamentecomunicativa producida desde América Latina porAntonio Pasquali en Comunicación y Cultura de Ma-sas.

c) La de la experiencia chilena de revolución socia-lista y la producción intelectual del CEREN, expresa-da en uno de sus protagonistas: Armand Mattelart.(9)

Iglesia postconciliar y comunicación

Cuando el Papa Juan XXIII lanzó la convocatoriadel Concilio Vaticano II en 1963 se observaba desdehacía tiempo la necesidad de los cambios que el pon-tífice definió como «agiornamiento». Este hecho esta-

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ba destinado a producir uno de los fenómenos detransformación ideológico cultural en la instituciónprobablemente de mayor peso en el continente. ElConcilio viene a poner fin a cuatrocientos años detridentinismo, que no paradójicamente tienen en lacomunicación aspectos fundamentales. Ya que dealguna manera la Iglesia va a encarar las deudas polí-tico-sociales que le había provocado la imprenta y laReforma. Apertura al mundo, reconocimiento de loscambios de la modernidad, revaluación de su senti-do en la historia y de la historia misma.

Entre las muchas consecuencias eclesiales, la de la«cuestión social» -que excedía en mucho las espe-cíficamente religiosas- vino a producir un impacto muyfuerte entre los católicos. Louis Althusser, uno de lospensadores marxistas más importante de los setenta,es quien describe mejor este cambio:

«Ahora que he contado por qué lejanas vías deacceso llegué a Marx o me conforté con su pensa-miento, y como me he explicado ya respecto de todala historia teórica de mi relación con Marx tanto en la‘Revolución teórica de Marx’ (en especial en el pró-logo) como en la ‘Defensa de Amiens’, puedo sermás sucinto. Puedo decirlo con propiedad, fue engran parte a través de las organizaciones católicas dela Acción Católica como entré en contacto con lalucha de clases y en consecuencia con el marxismo.¿No he indicado la sorprendente astucia de la histo-ria que, por el sesgo del planteamiento de la ‘cues-tión social’ y de la ‘política social de la Iglesia’, inicióen el socialismo incluso a innumerables hijos de laburguesía y de la pequeña burguesía (incluidos cam-pesinos en las juventudes agrícolas cristianas) por elpánico de verlos pasarse al socialismo? En realidad,la Iglesia, sus encíclicas y sus curas, formaron a suspropios militantes en la existencia de una cierta cues-tión social que la mayoría de nosotros ignorábamoscompletamente. Naturalmente, una vez que fueronreconocidos la ‘cuestión social’ y la proposición desus ridículos remedios, se necesitó poca cosa, porejemplo en mi caso solamente la visión política pro-funda del ‘Tío Hours’, para ir a ver qué pasaba detrásde las nebulosas fórmulas de la Iglesia Católica y enadherirse rápidamente al marxismo, incluso antes deentrar en el Partido Comunista. Esa fue la vía de de-

Entrevista a Juan Díaz BordenavePor Daniel Prieto Castillo, Cochabamba julio de 1997

Oficios Terrestres: Tu entrada al campo de la comunicación social, ¿cómo se produjo?Juan Díaz Bordenave: Después de que me gradué de Ingeniero Agrónomo Nacional en

Casilda, en la Escuela Nacional de Agricultura, volví a Asunción junto con un hermano mío.Entonces mi padre, con un dinero que había juntado, nos compró una quinta. Así pasamos unaño trabajando como pequeños agricultores. Pero nuestra tierra era tan pequeña que no ga-nábamos mucho con eso. Entonces un día aparece mi padre diciéndome si yo le autorizaba atratar de conseguirme un empleo en la capital y le dije que sí. En Asunción él había entrevis-tado a un servicio norteamericano de cooperación agrícola y mi padre les ofreció un agróno-mo al que le gustaba escribir. Eso era justamente lo que estaban necesitando. Teníamos unpequeño periódico mensual para agricultores y a los norteamericanos les gustó mi trabajo.Me ofrecieron un viaje a Estados Unidos de tres meses para visitar varias universidades ob-servando lo que en aquel tiempo se llamaba Información Agrícola. Fui a Estados Unidos,visité varias universidades con un grupo de 22 personas entre los que estaba Luis RamiroBeltrán y también una brasileña que terminó siendo mi esposa. Así fue como me metí en lacomunicación agrícola.

O.T.: Para toda la vida. El otro día me decías que tu percepción es siempre más práctica queteórica...

J.D.B.: Bueno, la comunicación rural en América Latina nació siendo una cosa totalmentedesprotegida por cualquier tipo de teoría. Era algo práctico y de ahí que lo que aprendí en losEstados Unidos durante un tiempo me alcanzó. Pero de repente empecé a sentir que muchascosas no funcionaban, que era una visión un poco mecánica. Entonces, allá por el año 59 laoficina de Estudios Especiales de la Fundación Rockefeler, que tenía grandes trabajos, comola creación de la Revolución Verde en México, me pidió a la institución en la cual yo trabajabaen ese tiempo que era el Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas de la OEA, y así fui aMéxico a colaborar con ellos. Ahí ya la tarea de comunicación agrícola era más exigenteporque se trabajaba con profesionales de altísimo nivel, y fui sintiendo de forma demasiadoangustiante la necesidad de más estudios.

Lo más providencial para mí fue que la propia Fundación Rockefeler me ofreció una becapara estudiar el doctorado en comunicación y fue ahí que descubrí lo que se llama teoría. Yono sabía lo que era, fui a Estados Unidos a hacer el doctorado y ahí descubrí lo que era unahipótesis, que era una inferencia (y todas esas cosas) y empecé a entrar por el método cientí-fico hacia el cual yo tenía una profunda desconfianza. Después me di cuenta que no hay nadamás práctico que una buena teoría, aunque seguí siendo naturalmente un práctico, pero yahabía descubierto el valor de la teoría. Luego empece a escribir un poco y de ahí que algunosme consideraran un teórico pero realmente nunca lo fui. En cambio fui siempre, una personaque apelaba a la teoría para orientar su propia práctica y poder ayudar a sus clientes que eranlos extensionistas, los agrónomos, agricultores.

O.T.: ¿Cómo fue el paso del conductismo a una teoría constructivista?J.D.B.: Mi primer contacto con las teorías del aprendizaje tuvo lugar en Lima donde trata-

mos de iniciar un programa de Posgraduación en Comunicación para el Desarrollo en laUniversidad Agraria de La Molina. Entonces ahí había un muchacho canadiense, que eratambién alumno del doctorado, fanático por Skinner. Así fue como me hice conductista. Lue-

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go cuando fui transferido al Brasil, la institución en la que trabajaba me encargó que organi-zara unos cursos de metodología de la enseñanza para profesores. Uno de los pedagogos quecontraté en Brasil, Laure de Olivera Lima, me dijo con sorpresa e indignación cómo eraposible que diera Skinner de bibliografía. ¿Es que tú no has leído a Jean Piaget?, me dijo. Meprestó una introducción a Piaget y entonces descubrí que eso sí era otra cosa. Eso sí erahablar seriamente del desarrollo de la inteligencia, de las etapas de desarrollo del niño, delpapel del problema de la estimulación, de la interacción con el ambiente. Descubrí un mundonuevo, de ahí en adelante me hice constructivista.

O.T.: Pero lo que pasa es que uno termina encontrando la teoría que corresponde a susvisiones fundamentales. Lo que me lleva a preguntarte ¿cómo surge esa opción por una co-municación participativa?

J.D.B.: Eso sí no sabría respondértelo, no sabría explicarte cómo. Yo supongo que debe serpor mi formación cristiana en parte. Una tendencia a sentirme mucho más cómodo con lagente más humilde, más desprotegida.

O.T.: Pero esto marca una manera de hacer comunicación.J.D.B.: Mi gran talento, si se puede llamar así, es aprovechar lo que otros han producido y

divulgarlo. Por ejemplo una vez estaba asesorando a un servicio de comunicación rural enCampinas, en el estado de Sao Paulo, cuando conocí a un francés que había sido contratadocomo consultor por el servicio de extensión rural de Sao Paulo. Era un educador rural quehabía trabajado en el norte de Africa en las colonias francesas, y que presentó un esquemallamado «el esquema del arco». Los extensionistas le decían que no conseguían mucha parti-cipación de los agricultores, que había poco interés en aceptar nuevas tecnologías. Entonces,este educador pidió que le dejasen asistir a las reuniones de los extensionistas con los agricul-tores. Sentado al fondo de la sala, observó como funcionaba el extensionista. Casi invariable-mente la trayectoria del extensionista era decir: «buenas noches señores, el tema que vamos aabordar hoy es la enfermedad de las naranjas. Esta enfermedad es producida por el virus tal,en tales causas y circunstancias y la forma de combatirlo es la siguiente» y explicaba quéhacer y después preguntaba, «¿hay preguntas?». En general no había muchas.

Como respuesta a este tipo de comportamiento, que era el típico comportamiento técnico dela transmisión, problemas-solución, este educador propuso el «esquema del arco». Yo me en-tusiasmé con ese esquema porque me parecía que era la respuesta a muchas cosas tanto encomunicación como en educación y de hecho era la aplicación de las teorías de Piaget, dePaulo Freire. Porque el arco es una trayectoria pedagógica que en lugar de partir de concep-tos, definiciones y teorías, parte de la realidad, sube poco a poco, analizando esa realidadobservada por los alumnos, con ellos y por ellos, y llega a la ciencia, al análisis científico, yvuelve luego en forma de soluciones emanadas de los propios alumnos. Me pareció que eseesquema pedagógico tan simple, que va de lo sincrético a lo analítico, y a lo sintético, era larespuesta. Entonces escribí un libro en donde todos los capítulo del libro están organizados enesa forma «del arco». En Brasil se difundió tanto ese esquema que hoy es considerado uno delos grandes abordajes pedagógicos, no por ser diferente del constructivismo sino porque esuna modalidad constructivista muy fácil de aplicar.

O.T.: ¿Cómo ves en perspectiva la Comunicación para el desarrollo?J.D.B.: Han existido siempre dos visiones. Una en donde la Comunicación para el Desarro-

llo es pragmática, busca conseguir resultados. La otra en que la Comunicación para el Desa-rrollo es problematizadora, busca concientizar, organizar para la libertad. Desde Paulo Freire

cenas de millares de militantes de las juventudes es-tudiantiles, obreras y agrícolas cristianas (JEC, JOC,JAC) a los que descubrieron cuadros de la CGT o delPartido, la mayor parte del tiempo a través de la Re-sistencia. Hoy se pueden esperar resultados más im-portantes del movimiento de masas que sostiene lateología de la liberación».(10)

Althusser refleja desde Europa este movimiento de«contestación» que caracteriza en la historia contem-poránea los años sesenta. En América Latina quienexpresó quizás mejor este fenómeno fue el pedago-go brasileño Paulo Freire, que desde finales de los 50venía experimentando la enseñanza de adultos des-de una nueva metodología. El método freiriano vol-cado en los textos de Pedagogía del Oprimido, Laeducación como práctica de la libertad y Extensión oComunicación, va a convertirse en una de las prime-ras reflexiones con trascendencia a lo largo de la dé-cada producida por un latinoamericano.

Entre los aportes más importantes y duraderos delpedagogo brasileño al campo de la comunicación,dos han sido los de mayor significación. En primerlugar, la perspectiva freiriana construyó un conceptode Comunicación que tomaba distancia del modelolineal ingenieril vinculado a la idea de transmisión.Esta definición tendrá una larga trayectoria en lo queluego se denominará la comunicación alternativa. Elsegundo concepto ha sido el de Invasión Cultural,desde el cual se trabajarán las relaciones de depen-dencia desde el punto de vista cultural.

En el caso del concepto de comunicación, Freirepropone un desplazamiento de las teorías linealesde comunicación, entendiéndolo desde la voluntadde diálogo. El diálogo freiriano que aparece desarro-llado en la Pedagogía del Oprimido implica a la co-municación, en tanto comunicar es comunicarse entorno al significado-significante. Así la educación escomunicación: un encuentro de sujetos interlocutoresque buscan la significación de los significados comocomunicación. Es coparticipación en el acto de com-prender la significación del significado. Pero el diálo-go no es mero intercambio, sino praxis, entendidaésta como «reflexión y acción del hombre sobre elmundo para transformarlo».(11)

Esta perspectiva del diálogo, de raíces evidentemen-

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en adelante, nuestro interés es lo que queda después para construir la ciudadanía, para cons-truir la conciencia crítica, para desarrollar a la persona que quiera cambiar su sociedad y esono se consigue con campañas. Se consigue con procesos mucho más profundos, mucho másacumulativos, mucho más pacientes que es lo que tú llamas mediación pedagógica. O sea,como tú le entras al proceso de aprendizaje para que tenga un efecto transformador.

O.T.: Otra división de aguas que uno llega a vislumbrar en las escuelas o carreras de comu-nicación es lo que Paulo Freire llamaba el posmodernismo reaccionario...

J.D.B.: Ultimamente he leído bastante sobre el posmodernismo. Entendí que la moderni-dad se caracterizaba por una fe muy grande en la razón, en la racionalidad, en las institucio-nes que derivan de la racionalidad: la familia, la ley, el estado, etc. y hasta la ética, tambiénuna fe en lo trascendente. Hoy vemos una pérdida de esa creencia, pérdida, en parte justifica-da. El mundo desilusionó mucho a la gente, las guerras, Hiroshima, la deuda externa, elcolonialismo, una barbaridad de cosas que dejaron a la gente muy escéptica, muy cínica.Además este posmodernismo caracterizado por la pérdida de la fe en la razón y la pérdida dela fe más bien en el sentimiento, en el presente, en la autorrealización, socava la base de unaética más trascendente. Paulo Freire tenía razón, hay un posmodernismo reaccionario pero almismo tiempo yo me pregunto si no hay un posmodernismo constructivo, si no hay una cosabuena. Por ejemplo: al desconfiar de la racionalidad el posmodernismo hace un poco lo quesería seguir el nuevo paradigma de la ciencia, la ciencia te muestra que la incertidumbre es laley del universo y no la certidumbre. Otra cosa que te muestra es la importancia de la ecología,los posmodernistas en general, el partido verde, es gente joven y la juventud en general seentusiasma mucho con el amor a la naturaleza. También el posmodernismo produce el descu-brimiento de las minorías, de la diferencia. Por ejemplo, la mujer, el indio, el negro, el homo-sexual, de repente encuentran defensores. En cambio nosotros éramos cuadrados. Por otrolado, por el hecho de haber tenido una ética y una moral tan fundamentada en la institución,los mandamientos, los padres, llevaba a una generación mentirosa. Nosotros le mentíamosendiabladamente a todo el mundo. A nuestros padres, a nuestros profesores. ¿Por qué? Por-que vivíamos oprimidos por el superego. Mis hijos, han construido una ética propia y unaética bastante pura. Ellos por ejemplo no se casan más, ningún hijo mío se casó por la iglesiao por la ley, pero son fieles a sus mujeres que no son sus esposas, no como nosotros casadoscon tanta ley y cuántas infidelidades, cuánta hipocresía. Actualmente con un grupo, entre losque se encuentra Fray Beto, yo estoy descubriendo una religión posmoderna. La misma reli-gión de siempre solo que totalmente reinterpretada.

O.T.: ¿Qué significa entonces comunicar en el posmodernismo, porque si fuera por estarelación personalizada, íntima, amigable, tu eres posmoderno desde hace 40 años, qué signi-fica ser comunicador en el posmodernismo y no el posmodernismo reaccionario?

J.D.B.: Yo creo que esa virtud de la que siempre hablamos en nuestros cursos, la virtud de laempatía, que la decimos pero no siempre la practicamos. Creo que este es el camino en elposmodernismo, siempre colocarse en el lugar del otro, o sea ser el otro.

te socráticas, ha tenido una extensa vida a partir dela conceptualización freiriana de las dos formas deentender el proceso de enseñanza-aprendizaje. Laque Freire llamó, educación bancaria, en la que larelación es una relación de poder en donde el edu-cador es quien sabe y el educando quien no sabe,por lo tanto un ser vacío a quien hay que llenar decontenidos, pasivo y acrítico. Y la educación proble-matizadora, donde educando y educador, son par-tícipes de un proceso de diálogo. Relación de ida yvuelta, donde los contenidos no preexisten sino queson la parte constitutiva de un proceso de reflexiónsobre el objeto que es construcción crítica de unarealidad a aprender y transformar.

Rastros de una perspectiva que trasladada a lacomunicación tuvo en Mario Kaplún, Daniel PrietoCastillo y María Cristina Mata, entre otros, su apro-piada elaboración. Solo bastaba trasmutar el con-cepto de educador por el de emisor y el de educan-do por receptor, para pensar en otra comunicaciónposible, no la transmisión. Mata dice:

«La práctica política y cultural de nuestros pue-blos nos ha ido enseñando que la alternativa comu-nicacional no es una mera disputa en el terrenomediático, un uso diferente de los mismos medios,un cambio de contenido o de productores de men-sajes. Sin desechar ninguno de esos aspectos, lacomunicación alternativa es expresión y parte con-sustancial de un proyecto de cambio que no dejapara mañana la transformación de las normas delintercambio simbólico, de la producción del senti-do, porque los reconoce como aspectos confi-gurantes del tramado social que busca alterar».(12)

El segundo concepto aportado por Freire es el deInvasión Cultural, desarrollado específicamente enPedagogía del Oprimido.

«Ignorando las potencialidades del ser que con-diciona, la invasión cultural consiste en la penetra-ción que hacen los invasores en el contexto cultu-ral de los invadidos, imponiendo a éstos su visióndel mundo, en la medida en que frena su creativi-dad, inhibiendo su expansión».(13)

«En la invasión cultural es importante que los in-vadidos vean su realidad con la óptica de los inva-sores y no con la suya propia».

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En nuestro medio le corresponde al sociólogo ar-gentino Heriberto Muraro el privilegio de haber re-conocido este marco conceptual desde el que sepensaron los procesos comunicacionales en Améri-ca Latina.(14) Por supuesto que no era extraño debidoa la perspectiva de denuncia desde la cual se elabo-raban estos primeros trabajos de investigación, comoasí también al carácter renovado de la estrategia nor-teamericana hacia América Latina. Como lo señalaMaría Cristina Mata:

«La Alianza para el Progreso de 1961 fue una delas herramientas económico-políticas diseñadas des-de los Estados Unidos para cooperar en este senti-do y modernizar nuestros atrasados y prolíficos pue-blos que, de vez en cuando, abandonan su tradicio-nal fatalismo, su pasividad, para rebelarse, derrocardictadores o iniciar procesos de profundas transfor-maciones, como había acontecido en Cuba, pun-tualmente a fines de los 50. Las herramientas cultu-rales las proveería la UNESCO y, entre otras institu-ciones, la propia Universidad de Stanford dondetenía su base de acción Wilbur Schramm. Este teóri-co y divulgador de la ciencia de la comunicaciónnorteamericana será uno de los expertos claves quea partir del Programa para el Desarrollo de los Me-dios de Comunicación, aprobado por la UNESCOen 1962, impondrán a nuestro continente la ideade la eficacia de los medios masivos -particularmen-te los audiovisuales- para acelerar los procesos dedesarrollo y también, gracias a los aportes de EverettRogers, para difundir innovaciones tecnológicas ygarantizar su adopción».(15)

Sin embargo, esta visión unilateral de los procesosculturales no correspondía solamente al campo delas nacientes ciencias sociales. Nada más lejos. Por elcontrario, era todo un espíritu de época el que rezu-maba en aquellas páginas de Freire, Pasquali,Mattelart, Schmucler, etc. Fácilmente podemos ob-servarlo desde un espacio de literatura no sociológi-ca como es el ficcional, pero muy útil para reconocerestas mentalidades, estas ideas diseminadas en elespacio social, pero de una gran gravitación.

Por un lado, Rodolfo Walsh en su relato «Nota alPie», en donde las consecuencias funestas de estadependencia cultural se reflejaba en la decisión final

del traductor de novelas policiales, León de Sanctis,protagonista del relato:

«Estoy solo, estoy cansado -dice de Sanctis en sunota suicida-, no sirvo a nadie, lo que hago tampocosirve. He vivido perpetuando en castellano el linajeesencial de los imbéciles, el cromosoma específicode la estupidez».

Relato testimonial de la tragedia argentina en elcampo cultural. León de Sanctis es el reverso del ar-quetipo borgesiano que en su vasta cultura es here-dero en este país remoto de la cultura occidental.Por el contrario, el personaje walshiano, traductor porencargo de novelas policiales y de ciencia ficción,encuentra al final de su vida que en dicho procesoha perdido su identidad. Hay que recordar que elprotagonista es -no como Borges o Bioy Casares he-rederos de la aristocracia argentina- un hijo de obre-ros, esos sectores medios que han alcanzado algúnreconocimiento social en su proceso educativo. Esdecir, la educación no ha producido su liberación,sino su enajenación. Por supuesto debemos leerloen la clave freiriana.

Por otro lado Héctor Oesterheld, escritor de histo-rietas, literatura marginal y masiva de los años cin-cuenta, emblema de la sociedad de consumo, imagi-naba en plenos años cincuenta de modernización ysupuesto desarrollo, una invasión marciana sobreBuenos Aires, y el surgimiento de una resistencia enlos barrios y suburbios de la ciudad. Evidentementehay por aquellos años una sensación ambivalenteproducida por esta encrucijada entre modernizacióny dependencia, como observó Raúl Fuentes Nava-rro. Transformaciones materiales y simbólicas comoel repentino desarrollo de una comunicación audio-visual a partir de la televisión -tan fuertes que paraJoaquín Brunner se convierte en la puerta de entradaa nuestra Modernidad- patrocinado por las grandescadenas norteamericanas, más el surgimiento de unnuevo liderazgo panamericano en la figura de J. F.Kennedy que es promovido por las elites criollas,como lo observa Oscar Terán, en el primer númerode la revista Primera Plana, experiencia emblemáticadel periodismo modernizador en la Argentina.(16)

Así lo que en el primer Freire era una aproxima-ción desarrollista a las circunstancias de una socie-

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dad en transición por lo tanto abierta al cambio, seconvierte en el segundo, en una politización cadavez más radical. Pero pasarán algunos años para queestas primeras luces adquieran toda su expresión dra-mática.

Antonio Pasquali y una filosofía trascendental para lacomunicación

Comunicación y cultura de masas, obra de este fi-lósofo venezolano, es la primera teorización sobre lacomunicación realizada desde América Latina.Tempranamente, en 1963, aparece en Venezuela unareflexión que ya cuenta en estos primeros esbozoscon la impronta de una crítica que combina un baga-je filosófico existencial de fuentes europeas, Heide-gger, Sartre, Merleau-Ponty, con los modelos científi-co-comunicativos de la Teoría Matemática de la In-formación. Como lo señala Pasquali en el prólogo ala segunda edición, de 1967, mucho antes de cono-cer la obra de los críticos de Francfort, o la del apólogodel tecnicismo: Marshal Mc Luhan.

La hipótesis básica de Antonio Pasquali se fundaen una perspectiva de análisis de la «totalidad social»de la cual los medios dependen. Para Pasquali «eltipo y nivel de cultura que exhiben los grupos socia-les está en función de sus medios de comunicacióndel saber». En la realidad presente del mundo, el sa-ber está en un reducido núcleo de agentes transmi-sores que lo canalizan al dilatado ámbito de los indi-viduos receptores. Cuando aumenta la desproporciónentre unos y otros, el saber pierde su capacidad deautocreación. Así una oligarquía informada se con-vierte en elite y la muchedumbre indiferenciada dereceptores se convierte en masa.

Para Pasquali, los medios de comunicación no sonun epifenómeno de la estructura material, sino al re-vés: «un tipo de sociedad está en función de su sa-ber, el cual a su vez, es función de sus medios comu-nicantes». Las estructuras sociales no engendran aposteriori un saber del cual emanarían consecuentesmedios de comunicación sino que «los medios decomunicación configuran y delimitan formas de sa-ber, los cuales determinan y tipifican a un grupo so-cial».

Testimonios

Daniel Prieto CastilloMendoza, octubre de 1999

Me inicié en el campo de la comunicación social en 1965, como periodista del diario LosAndes, de Mendoza. Llevaba casi cuatro años de maestro rural y un día salió la oportunidadde entrar a ese medio en el cual trabajé hasta 1972. Antes no había pensado en ser periodista,salvo una incursión, en 1962, por la escuela dedicada a esos temas, fundada en mi provincianatal. Pasé cuatro meses tomando apuntes que un día terminé por regalar. No me gustó laenseñanza, impartida por periodistas que se improvisaban como educadores y gente venida delas ciencias sociales que se improvisaba como conocedora de la comunicación. Por un lado ypor otro, todos lo hacían bastante mal, al menos así lo sentí en aquellos tiempos.

Total que me hice periodista en la práctica y aprendí un oficio precioso, el mejor del mundodice el exagerado de García Márquez. Como no soy dado a tales exageraciones, a dos años depráctica fui sintiendo un vacío. Me movía en el campo de la comunicación, conocía cada vezmás vida y milagros de mi provincia, aprendía a relacionarme con la gente, a gozar de lainteracción, pero no sabía casi nada de comunicación. El mejor oficio del mundo bien puedeocultar los fundamentos del mejor ámbito de reflexión del mundo.

Fui en aquellos años un autodidacta en comunicación. Todo lo aprendí por mi cuenta, através de lecturas (las cuales no abundaban demasiado, ya a esa altura, 1967 o 1968, los librosde CIESPAL resultaban insuficientes para comprender tanto cambio, tanta ebullición histó-rica), de búsquedas en ámbitos poco transitados en las viejas escuelas (como los textos deestética, como los libros de retórica, como la narrativa latinoamericana, tan plena de propues-tas ligadas a la comunicación).

Aprendí entonces, y para siempre, que la comunicación no es cosa de este siglo, que enmuchos temas andamos descubriendo, como dicen en México, el hilo negro y el agua tibia(algo así como descubrir en Mendoza el Cerro de la Gloria o el vino tinto). Y también, a fuerzade buscarla en otros horizontes, que no es bueno pretender que marche sola, que siempre haymatrimonios preciosos, como la comunicación y la salud, como la comunicación y la educa-ción, como la comunicación y la niñez. Y algo más, que en muchos espacios sociales hayquienes necesitan de la comunicación, quienes la practican y requieren de nuestra miradapara dialogar, para comprender su quehacer. Esto último nació de ese pasado de maestro. Unbuen día acordamos con unos amigos que era importante dirigir una mirada crítica a mate-riales utilizados por la gente. En 1969 di mi primer curso de análisis de mensajes, dedicado alas historietas. Vinieron más de cien colegas de enseñanza primaria. Fue una hermosa expe-riencia. No he abandonado nunca el trabajo con gente no especialista en comunicación. Escon ella y entre ella que le encuentro el mayor sentido a esta querida línea de trabajo.

El periodismo me enseñó a respetar y a querer el lenguaje, a insistir para siempre (siemprees una palabra ambiciosa en exceso, con lo que también uno tiene sus exageraciones) en quesi alguien pretende llamarse comunicador social no puede andar chocándose contra el dis-curso, que lo peor que le puede pasar a un trabajador del discurso es que su discurso nodiscurra. El haber comenzado por el oficio y el haber llegado desde él y con él a la teoría, meahorró todos esos interminables conflictillos entre los prácticos y los teóricos. Todavía hayquienes por este ancho mundo nuestro insisten en esa pelea sin sentido.

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Desde 1973 a 1975 dirigí la Escuela de Periodismo de Mendoza. Abrimos dos opciones parasalirnos del empecinamiento en dirigir los estudios sólo hacia los medios: comunicador uni-versitario y comunicador municipal. Por un lado apuntábamos al trabajo en un espacio vitalpara el desarrollo de un país, por el otro nos dirigíamos a un ámbito muy relacionado con lapoblación. El nuevo programa, que todavía conservo, significó una intensa reflexión en tornoal quehacer comunicacional. Para servir para algo en la universidad era necesario conocerla,asomarse al mundo de la ciencia y de la transferencia, a las relaciones internas,interinstitucionales y con la sociedad en general. Para ser útil en los municipios era precisoreconocer el ámbito de la educación no formal, el juego de las organizaciones, las demandasy necesidades de la población. Como no teníamos una palabra para todo eso inventamos, enuna reunión de trabajo, la expresión «comunicación intermedia», a fin de hablar de algo queocurría entre la comunicación interpersonal y la masiva.

Esa experiencia me permitió matizar para siempre (siempre es una palabra ambiciosa enexceso...) los intentos de leer nuestro campo sólo desde un ángulo de mira. Si algo hemosaprendido en nuestra América Latina es que lo comunicacional es demasiado complejo comopara pretender verlo a través del ojo de una cerradura.

En 1975 comenzamos con Norma Fóscolo a analizar la revista Gente, a fin de reconoceralgunas causas de su éxito. Buscábamos la explicación en el mismo material y pronto com-prendimos que eso no era suficiente. Comenzamos a preguntarnos por las maneras de ser y depercibir de quienes consumían esa publicación. Fuimos a dar así a otro tema de esos que unollama «para siempre»: la vida cotidiana. Las condiciones de posibilidad de aceptación nacíande algún modo de esas formas de ser y de percibir. Escribimos un documento denominado«Para comprender la cotidianidad latinoamericana», uno de los primeros en incursionar enese tema al cual se hace continua referencia desde hace unos años en nuestra especialidad.Matizar, poner en crisis la versión del todopoder de los medios sobre conciencias y conductasconstituyó una tara por demás rica en procesos dentro de nuestra América Latina.

Aprendí de aquella experiencia la necesidad de preguntar por el otro, sin descuidar mediosy mensajes, recordando siempre que la comunicación es entre seres humanos, con todas sushistorias y sus miradas, sus discursos y sus juegos de relación.

Luego vinieron los años en México, en Ecuador, en Centroamérica y el regreso al país en1993. Como estas líneas no tienen el sentido de una autobiografía, ni de poner al lector asoportar mis memorias, hago un breve recorrido de campos en los cuales me moví a lo largode más de 25 años: comunicación y educación, comunicación para el medio rural, comunica-ción y salud, comunicación y medio ambiente, comunicación universitaria, comunicación enpoblación, comunicación y niñez, planificación de la comunicación, análisis de mensajes,comunicación institucional, gestión de la comunicación, comunicación en la educación adistancia, comunicación y violencia, comunicación comunitaria, comunicación artística...

A veces digo, en broma y en serio, que una prueba de la posibilidad de vivir y ejercer lacomunicación social por fuera de los roles tradicionales soy yo. No descreo, ni me pongo aatacar el trabajo en los medios (de hecho no he dejado nunca de practicar, aunque de largo enlargo, el periodismo), pero la comunicación es demasiado compleja como para pretender mi-rarla a través del ojo de una cerradura.

¿De qué he sido testigo en todos esos años? En primer lugar de una furiosa fundación deestablecimientos de nuestra especialidad y una tendencia a continuar en esa línea con másfuria. Si piensa uno en lo que significa echar a andar carreras como las nuestras de un día

Como decíamos al principio, a partir de esta hipóte-sis conceptual, el autor venezolano construye una teo-ría que si bien abreva en las fuentes comunicacionalesde la teoría matemática de la información, propone sucrítica. Ya que es en la definición del concepto de co-municación en donde está la clave de comprensiónde estos nuevos procesos sociales que generan losmedios. Por lo tanto la primera cuestión a dilucidar esqué entendemos por comunicación. Para Pasquali sedesarrolla una «relación comunicacional cuando seproduce una interacción biunívoca del tipo delconsaber, la cual solo es posible cuando entre los dospolos de la estructura relacional rige una ley debivalencia: todo transmisor puede ser receptor, todoreceptor puede ser transmisor».

Aquí ya aparece el rasgo distintivo de un pensarque intenta construir un objeto, «la Comunicación»,desde la crítica que surge a partir de la diferencia-ción entre Información y Comunicación. Para Pasqualiel concepto de información no es equivalente al con-cepto de comunicación, ya que en la primera solohay transmisión de mensajes de un polo al otro, perono reciprocidad, ni diálogo.

«Proponemos reservar el término información tan-to al proceso de vehiculización unilateral del saberentre un transmisor institucionalizado y un receptor-masa, como a sus contenidos, sea cual fuere el len-guaje o el medio empleado».

Aquí Pasquali vuelve a conceptualizar el campodesde las mismas raíces ontológicas en las que la plan-teara Freire: comunicación como diálogo, informa-ción como alocución. Alocución quiere decir el dis-curso unilateral suscitador de una relación de infor-mación que es un «decir ordenador sin posibles répli-cas de la parte receptora», tentativa de sustraer, em-pequeñecer, adueñarse y alienar del decir ordena-dor que no admite respuestas. Remitiéndose al exis-tencialismo francés, Pasquali cita a Merleau-Ponty enla Fenomenología de la Percepción:

«Sin reciprocidad no hay alter ego, puesto que elmundo del uno envuelve entonces al del otro hacien-do que uno de los dos se sienta alienado a favor delotro».

La información respondería dentro de una sociolo-gía del saber que asumiría la categoría por relación

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para otro, se desencadenan cuestiones como las siguientes: ¿de dónde salen los docentes?,¿de dónde las investigaciones para sostener la enseñanza?, ¿de dónde los tiempos para dedi-carse a algo más que dar clases? De ningún lado, en general. Y esto lleva a una improvisacióntan furiosa como las fundaciones.

No me meto a juez de nadie. Cada quien con sus maneras de encarar la labor educativa.Pero los cientos y cientos de docentes necesarios para sostener con algún decoro los estudiosde más de cuatrocientos establecimientos de nuestra especialidad en América Latina no na-cen como por encanto, ni se los forma de un día para otro. Lo cual no significa la inexistenciade gente bien formada y de escuelas y facultades maduras en sus prácticas de enseñanzaaprendizaje y en sus investigaciones.

He sido testigo, en segundo lugar, de un empecinamiento en ver a la comunicación comouna hija casi adoptiva de las ciencias sociales. No pretendo generalizar, pero en no pocasuniversidades la carrera está en dependencia directa de ciencias más tradicionales (digamoscon unas pocas décadas de diferencia), lo que significa un ejercicio claro del poder. Las carre-ras de comunicación aportan la mayor cantidad de alumnos, pero no se las legitima en elconcierto de las primeras damas científicas, lo que implica falta de fondos, mínima cantidadde dedicaciones exclusivas, mínimo apoyo para ampliar la base tecnológica, mínima repre-sentación en la conducción de la facultad. Por supuesto que hay de todo en nuestra viña(perdón, en la del Señor), como por ejemplo facultades de periodismo y comunicación, pero lasituación de recién llegada sigue pesando con fuerza. Esto se manifestó con toda crudeza ennuestro país cuando se convocó a categorización de docentes. Figuraban en la lista de profe-siones todas, menos comunicación social. Y la lista había sido elaborada por representantesde universidades, algunas de las cuales tienen en su seno los estudios de comunicación...

He sido testigo, y me duele mucho haberlo sido, y serlo todavía, de un deterioro en la capa-cidad de comunicar. Insisto en las afirmaciones vertidas más arriba: no puede alguien lla-marse comunicador social si anda a los tumbos con el discurso. Muchas universidades noterminan de resolver el problema de la expresión de sus estudiantes. Esto ya es grave, pero loes más aún cuando dentro de ellas muchas carreras de nuestra especialidad tampoco lo lo-gran. Lanzar a alguien al ruedo profesional con esas carencias es algo terrible para el futurode ese ser y para la legitimación del campo.

La fiebre de fundaciones no ha mejorado ese aspecto, tal vez lo ha empeorado, en la medidaen que faltan docentes dedicados a construir con el discurso, a producir intelectualmente. Esmuy difícil entusiasmar a alguien por la escritura si no se escribe, es muy difícil impulsarformas ricas en comunicación desde una clase basada en la terca exposición magistral. Cabeafirmar que algunos establecimientos se mueven en el terreno de la cultura oral. Si nadieescribe, si todo se basa en las palabras del docente, si tampoco los estudiantes escriben, cae-mos en el ámbito de la oralidad.

He sido testigo de fundaciones hechas contra toda recomendación de no hacerlas. Lasdecisiones se toman en algunos casos para impulsar nuestra especialidad, para enriquecer lalabor universitaria y el aporte a la sociedad. Pero en otros, muchos otros, los nacimientos seproducen por el mero hecho de atraer más estudiantes, porque este complejo y a menudoconfuso mundo de la comunicación tiene asegurada casi siempre una alta inscripción.

He sido testigo del empecinamiento en unas pocas salidas profesionales, las más taquille-ras, digamos, y del descuido de otras orientadas hacia temas cruciales para la vida de nuestrassociedades. El estrecho marco de mirada comunicacional en no pocos establecimientos no es

de causalidad (dependencia de causa-efecto) asícomo comunicación correspondería a la categoríade relación por comunidad (acción recíproca entreagente- paciente). Este rasgo existencialista en Comu-nicación y cultura de masas que remite a las obrasseñeras de la filosofía de entreguerras (Heidegger,en Ser y Tiempo, Sartre en El Ser y la nada, o el pro-pio Merleau-Ponty, de La fenomenología de la per-cepción) no aparece como una moda intelectual, soloexplicable por las influencias de formación del autor.Por el contrario se relaciona íntimamente con el pro-ceso de redescubrimiento o reflexión de la relaciónde identidad y alteridad que plantea necesariamentela comunicación en aquel contexto.

Así, nuestro campo comunicacional comienza apensar no desde la ingeniería mercantil-industrial cuyapreocupación por la eficacia de la transmisión demensajes es central, sino por el otro problema queimplica la ecuación, incluso tecnicista de Shannon oWeaver. Es decir, el problema de ese otro en rela-ción o ese otro término que extendiéndose desde losociológico-cultural remite al otro que viene a surgircon toda su potencia: el pueblo que interpela a lossectores medios intelectuales queriendo protagoni-zar otra historia. Y este otro, en este primer diagnós-tico, es un pueblo silencioso a primera vista, un otroque es entendido como una masa alienada que paraPasquali refleja la novelística de Kafka.

Para Pasquali las obras de Kafka como El procesoo América, reflejan la «más perfecta cosificación, delacoso de los notificantes, ordenanzas y mensajeros,de la atomización y desvalorización del hombre-masacontemporáneo» que se evidencia más terminante-mente en el tipo de sociedad que engendra «el tipode relación de información», la sociedad de masasque surge del predominio de un tipo de comunica-ción del saber.

Porque:«El predominio de una unilateralidad comunica-

cional, determina una masificación de los recepto-res»

Ya que:«al establecer una igualdad de tratamiento, el ser-

una-para-todos, ella tiende en una dimensión tempo-ral a unificar, a alienar y masificar».

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para nada casual, siempre es más fácil darse a conocer como alguien capaz de abrirse caminoen los medios o en la empresa privada que meterse en esas molestas honduras de la comuni-cación y la educación, la comunicación y la salud pública, la comunicación y el tercer sector,la comunicación y los medios orientados a la ciudadanía, la comunicación y el medio ambien-te, la comunicación y los sectores rurales, la comunicación y la niñez, por mencionar sóloalgunas alternativas.

He sido testigo de la falta de acuerdos en qué investigar, cómo armar itinerariosinstitucionales para enriquecer la mirada comunicacional. Y, por lo tanto, de la escasa pro-ducción propia de muchos establecimientos, basados en lo que otros dicen y hacen. Nadarechazo del decir y el hacer ajenos, pero uno enseña mejor cuando ha producido obra, cuandopuede hablar también de sus construcciones.

He sido testigo, en fin, de carreras ancladas en exceso en el saber y pobres en exceso en elsaber hacer. Toda profesión se compone de esas dos líneas: qué sé, qué sé hacer (con esto delos acentos a la manera de la real academia, pronto los eliminaremos de nuestras expresio-nes...). Y a menudo un saber disparado en todas direcciones, en el cual la comunicación entrade cuando en cuando. Y un hacer cuyo producto son los discursos titubeantes y a los tumbos.

Dije «en fin» para cerrar una línea de crítica, siempre necesaria. Reabro ahora los testimo-nios a fin de rescatar lo verdaderamente rescatable.

He sido testigo de la construcción, en unos pocos años (digamos 30) de uno de los movi-mientos más ricos en las ciencias sociales de América Latina. Las búsquedas, las investigacio-nes, las experiencias, los intercambios, muestran un impulso incontenible y una transforma-ción protagonizada por centenares de comunicadores sociales de nuestros países. No es ca-sual que en algunos encuentros de FELAFACS lleguen a reunirse más de cinco mil personas.Y tampoco lo es que los encuentros nacionales y regionales tengan una amplia convocatoria.

Esa construcción ha sido de personas. Por lo que he sido testigo de la emergencia de sereshermosos, empecinados en aclarar conceptos, en buscar en los textos y en los contextos, enimpulsar investigaciones, en transformar paradigmas a fin de ampliar la comprensión de losfenómenos propios de nuestro campo.

He sido testigo de un vigoroso crecimiento de la bibliografía. Cuando emprendimos la trans-formación de la Escuela de Periodismo en Mendoza, 1973 como dije, andábamos a la caza demateriales porque ellos casi no existían, porque precisamente en esos años comenzaría adesencadenarse la producción. América Latina es un punto de referencia en el contexto inter-nacional por esa producción y todas las búsquedas que mencioné. A modo de ejemplo: líneasfundamentales de la discusión de un nuevo orden de la información y de la comunicaciónsurgieron de nuestros pensadores. Hoy podemos armar una carrera completa a base de labibliografía latinoamericana. Los temas fundamentales han sido tocados y se trabaja en ello.No planteo aquí dejar de usar otras fuentes, simplemente reconozco el volumen y la calidadde la producción.

He sido testigo de una lenta pero sostenida presencia de nuestros egresados en los mediosy en otros ámbitos de la vida social. Que hay muchos desocupados, o dedicados a cualquierotra cosa, lo sabemos bien. Pero hemos ido ocupando espacios y ello es el producto de unaconfianza en la educación superior y un reconocimiento a nuestros establecimientos. Lapresencia de comunicadores graduados en organizaciones no gubernamentales es tambiéninnegable.

He sido testigo de acercamientos interdisciplinarios más que fructíferos para aclarar nues-

Es esta categoría básica «del-para-todos» típica dela información dentro de la sociedad de consumo, laque se eleva a categoría de hábito social. Es el estarahí del receptor como objeto de una alusión imper-sonal, no especificada. Heidegger dice: «todo privile-gio resulta abatido...aplanado, todo lo conquistadoardientemente se vuelve vulgar. Todo misterio pierdefuerza. Esta preocupación del término medio es elaplanamiento de todas las posibilidades del ser».

«Entre el esclavo dialogante con Sócrates, que des-cubre atónito ser poseedor de un saber, unus inter-pares, y el hombre masa impersonalmente superinfor-mado de hoy que se sabe mudo e inoperante, mediala diferencia que hay entre comunicación e informa-ción».

De este modo, Pasquali llega a la siguiente conclu-sión:

«La expresión medio de comunicación de masascontiene una flagrante contradicción en los términosy debiera proscribirse. O estamos en presencia demedios empleados para la comunicación y entoncesel polo receptor nunca es una masa o estamos enpresencia de los mismos medios empleados para lainformación y en este caso resulta redundante espe-cificar que son de masas».

Comunicación y liberación

Como hemos dicho, uno de los rasgos del pensa-miento sobre la comunicación en América Latina haestado signado por su inscripción en la política, y nadaprobablemente ha sido tan fuerte y determinantecomo la experiencia chilena. Allí, durante tres años,se produjo intelectualmente lo más significativo entérminos teóricos de los años setenta. Entre 1970 y1973, en el marco del proceso chileno, de esta expe-riencia de un proceso de transformación social designo socialista por la vía pacífica, se produjo la situa-ción más rica desde el punto de vista comunicacional,en tanto el poder revolucionario del estado no hasido ejercido sobre los medios de comunicación.

Como lo especifica Mattelart:«El manejo que ha hecho y está haciendo en Chile

la burguesía de sus medios de comunicación y detoda la instancia ideológica, así como la respuesta que

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tra mirada. Estamos todavía construyéndola (¿quién no la suya?) y lo seguiremos haciendocon estas ganas que no decae de ninguna manera.

He sido testigo, en fin, de la consolidación de un campo en el cual encuentro sentido a miexistencia y a mis trabajos.

Hasta aquí llegan mis testimonios. Debí ampliarlos con referencias a las nuevas tecnolo-gías, a la reflexión en torno a la gestión de la comunicación (especialmente a la Maestría enPlanificación y Gestión de Procesos Comunicacionales, que llevan de manera conjunta laFacultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata y La Crujía, ámbito de posgradoen el cual he podido recuperar queridas búsquedas), a esos pocos días para que pasemos a serseres del nuevo milenio, a los horrores de este neoliberalismo devoravalores y devoraseres, ala necesidad de comenzar a abandonar la fiesta posmoderna porque no es lícito seguir defiesta en medio de un trágico momento histórico...

Debí hacerlo, pero preferí centrarme en esos testimonios más generales. No soy testigo através de la televisión o de internet. No hablo por noticias, como decía Simón Rodríguez. Hevivido un período fundacional, extendido a lo largo de más décadas. Período caracterizadopor marchas y contramarchas, defectos clarísimos y preciosas virtudes. Ninguna fundaciónes perfecta, todo el mundo lo sabe. Pero ahí está el movimiento, ahí están nuestros estableci-mientos con todas sus contradicciones, ahí están los productos.

Y ahí están los seres humanos que no cesan de aventurarse en la infinita tarea de construirla mirada comunicacional.

desde diversos niveles le han ofrecido las fuerzasde izquierda, son particularmente ilustrativos de lavinculación interna entre la superestructura y la ta-rea de movilización de las masas. Al par vienen abarrer en una realidad concretamente situada, lasartificiales dicotomías aludidas anteriormente. Lascondiciones del enfrentamiento con el proletaria-do, obligaron a la clase dominante a cambiar susmodelos de comunicación de acuerdo con sus al-ternativas para recuperar el gobierno. Acostumbra-dos a emitir de arriba hacia abajo, sus mensajes di-rigidos a un receptor genérico -siguiendo el perfilprescripto por su concepto mismo de cultura demasas- los medios de comunicación de la burgue-sía buscaron una mayor conexión con el proyectode resistencia activa al proceso revolucionario. Laburguesía puso su aparato comunicativo al serviciode su línea de masas de la misma forma que activótodas las demás instancias superestructurales domi-nadas por ellas (el Aparato Judicial, el Parlamento,los otros aparatos conformadores de ideología). Altransformarse en órganos de vinculación con lasbases de su proyecto político de clase y al recogersu práctica de resistencia cívica, los diarios, las re-vistas (desde el semanario femenino hasta la revistainfantil), las radios y la televisión, en manos de laderecha, dejaron su visión ancestral de atomizar ydesmovilizar a la masa de sus lectores y auditores,asumiendo su papel de agitador y organizador co-lectivo, procurando apoyar un nuevo concepto desolidaridad y romper el individualismo de sus clien-telas políticas».(17)

Fue este contexto el que marcó al CEREN, Cen-tro de Estudios de la Realidad Nacional, creado en1969 en la Universidad Católica. En dicho Centrotrabajaron Mattelart, Dorfman, Piccini y otros, loscuales conforman este bagaje cultural de dondesurgió un conjunto de trabajos de investigación vin-culados a la temática de comunicación. Los resulta-dos de estos trabajos investigativos se publicaronen textos señeros y claves como Para leer el PatoDonald, La comunicación masiva en el proceso deliberación, o la Revista Comunicación y cultura.

El objetivo central del CEREN era: «contribuir a ladiscusión sobre el papel de la comunicación masi-

Oteando el futuro*

Por Jesús Martín-Barbero

Después de casi treinta años de docencia e investigación me encuentro hoy con que el ámbitode la cultura, y en especial el de la comunicación, nos plantean interrogantes muy fuertementeligados a las incertidumbres y los miedos que permean este fin de siglo, que lo es también demilenio. Hoy nos toca asumir el fin de un mundo que está desapareciendo ante nuestros ojos sinsaber hacia qué tipo de mundo nos dirigimos. De ahí que el calibre de las preguntas no encuen-tre respuesta entre los fragmentos de saber que son las ciencias y devuelva una inusitada vigen-cia a la filosofía, única capaz de hacerse cargo de las preguntas por el sentido de la técnica y dela ética. En esta marcha acelerada de la sociedad hacia no sabemos bien dónde, las tecnologíasde información y comunicación han pasado a ocupar una dimensión fundamental de la culturacotidiana, es decir, de la percepción de lo próximo y lo lejano, de lo presente y lo pasado, de losgustos estéticos y hasta de los rituales religiosos. Nunca antes se había hecho tan evidente quepor el mundo de la comunicación pasa estructuralmente la puesta en común del sentido o el sinsentido del vivir en sociedad, ahora a escalada del globo.

Pensando desde ahí el campo de la comunicación se halla hoy primordialmente ligado alespacio del mundo, al territorio de la ciudad y al tiempo de los jóvenes. Al mundo, pues laglobalización no se deja pensar como mera extensión cualitativa o cuantitativa de los estadosnacionales, y nos hace pasar de lo internacional a lo mundial. Como afirma Octavio Ianni, elglobo ha dejado de ser una figura astronómica para adquirir plenamente una significación

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histórica. Ahí están las redes poniendo en circulación a la vez flujos de información y movi-mientos de integración a la globalidad tecnoeconómica, y la producción de un nuevo tipo deespacio reticulado que debilita las fronteras de lo nacional y lo local al mismo tiempo que con-vierte esos territorios en puntos de acceso y transmisión, de activación y transformación delsentido de comunicar. A la ciudad como nuevo escenario de comunicación y lugar de emergen-cia de un sensorium nuevo, cuyos dispositivos claves son la fragmentación -no sólo de los relatossino de la experiencia, esto es la des-agregación social- y el flujo: el ininterrumpido flujo de lasimágenes en la multiplicidad de pantallas encendidas que es lo que verdaderamente seduce yretiene al espectador. Donde ese sensorium se hace socialmente visible hoy es en los jóvenes y ensus serias dificultades de conversación con las otras generaciones: nunca esa conversaciónestuvo tan llena de distancias y de malentendidos. Pero estoy convencido de que el mundo jovenes hoy el espacio primordial de expresión de los cambios que experimentamos quizá más expre-sivo aún que el propio arte. La desazón de los jóvenes está hablándonos, tanto o más que el arte,de nuestras incertidumbres y nuestras rabias: el problema es que no sabemos descifrarlas, notenemos las claves hermenéuticas que nos permitan entenderlas.

En esta situación necesitamos reaprender el sentido de la crítica, el sentido que tiene hoypensar críticamente la comunicación. Al desbordar el orden de la explicación especializada,los retos que la «sociedad de la técnica» nos plantea están exigiendo ser reubicados en esteotro régimen del pensar que es el de la comprensión. Que es desde el que podemos plantear-nos la pregunta por el sentido de la crítica. O dicho de otro modo, ¿cómo repensar las tradicio-nes desde las que pensamos: desde el mundo de la estrategia o de la táctica? Creo que lacrítica hoy debería aprender de la lucha secular de los sectores populares que, al no poderescoger ni el tiempo ni el lugar, desarrolló en ellos un peculiar sentido del «desciframiento delas ocasiones» y de la «lógica de las coyunturas». ¿O no es verdad que, con el desdibujamientode las ideologías y el abandono de las utopías, el pensamiento crítico ha ido perdiendo suterritorio propio y se encuentra hoy luchando desde el campo que traza y domina el adversa-rio? Exilado de su espacio, y en cierta manera de su tiempo, por el emborronamiento de supasado, el pensamiento crítico sólo puede otear y dibujar futuro abandonando las segurida-des en que se resguardaba y volviéndose nómada.

Y la primera clave de un pensamiento nómada reside en asumir esa des-ubicación que nosdesazona empujándonos, machadianamente, a hacer camino al andar, esto es imaginar elfuturo. Fue hace dos años y medio, mientras embalaba mi biblioteca para retornar de Cali aBogotá cuando descubrí un pequeño libro de Margaret Mead -Cultura y compromiso, queapareció publicado a comienzo de los años setenta- y que no ha dejado de inquietarme yaportarme. Allí encontré otro «mapa nocturno» sobre la relación entre la aceleración de lastransformaciones en la cultura y los modos de comunicar, y el ahondamiento de nuestrosmiedos al cambio. Para enfrentar esos miedos, aconseja la antropóloga debemos «reubicar elfuturo», pues si para los occidentales el futuro está delante de nosotros, para muchos pueblosorientales el futuro está detrás, y la posibilidad de construir una cultura «en la que el pasadosea útil y no coactivo» pasa porque ubiquemos el futuro entre nosotros: pues ya está aquí,pero necesitado de que lo arropemos y ayudemos a nacer, porque de lo contrario, si nos que-damos esperándolo, será demasiado tarde. Para M. Mead el lugar privilegiado de gestacióndel futuro no es la ciencia ni el arte sino esa desconcertante experiencia cultural de los jóve-nes que no cabe en la secuencia lineal de la palabra impresa, pues remite a un aprendizajefundado menos en la dependencia de los adultos que en la propia exploración que los jóvenes

va en la lucha ideológica» y desde el cual se plantea-ba cuestionar «el concepto omnipresente de los me-dios de comunicación que ha naturalizado la burgue-sía». En este sentido la problemática comunicacionaladquiere en el CEREN un matiz particular que seentronca con el conjunto de elementos con que esta-mos caracterizando la constitución del campo decomunicación en América Latina.

Para el CEREN la nueva etapa implicaba: superar laetapa de la denuncia de la carga ideológica de losmensajes objetivos del poder burgués y pasar a la crea-ción de unos Medios de Comunicación identificadoscon el contexto revolucionario. Los dos aspectos seña-lados más arriba traían consigo implícitamente la ne-cesidad de cuestionar el saber científico, el hacer cien-cia, y el lugar de ese saber en el contexto social.

«Al rehusar conformarse con aprender la comuni-cación como un mero objeto de observación y al pro-yectarlo en el movimiento de un proceso, el investi-gador enjuicia la posición que la burguesía asigna a lapráctica científica y, por ende, impugna su propioestatus».

Este enjuiciamiento a la posición que la burguesíaasigna a la práctica científica fue una parte fundamen-tal de nuestra historia cultural. En el «Pró-logo parapató-logos» Mattelart dice:

«El lector que abre este libro seguramente se senti-rá desconcertado. Tal vez no tanto porque observauno de sus ídolos desnudado, sino más bien porqueel tipo de lenguaje que aquí se utiliza intenta quebrarla falsa solemnidad con que la ciencia por lo generalencierra su propio quehacer. Para acceder al conoci-miento que es una forma del poder, no podemos se-guir suscribiendo con la vista y la lengua vendadas,los rituales de iniciación con que las sacerdotisas dela espiritualidad protegen y legitimizan sus derechos,exclusivos a pensar y opinar. De esta manera, en cuan-to se trata de denunciar las falacias vigentes los inves-tigadores tienden a reproducir en su propio lenguajela misma dominación que ellos desean destruir. Estemiedo a la locura de las palabras, al futuro como ima-ginación, al contacto permanente con el lector, estetemor a hacer el ridículo y perder su prestigio al apa-recer desnudo frente a su particular reducto público,traduce su aversión a la vida y, en definitiva, a la rea-

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habitantes del nuevo mundo tecnocultural hacen hoy de la visualidad y la sonoridad, delcuerpo y la velocidad. Pensar críticamente la comunicación implica imaginarla como modode relación con el pasado y forma de construcción de futuro.

No puedo terminar esta reflexión sin hablar de la profunda experiencia de comunicaciónen la que me hallo inmerso desde que volví a residir en Bogotá. Lo que yo buscaba con esecambio de residencia era desubicarme del espacio académico para reubicarme en un espaciosocial menos mediatizado. Pero lo que nunca pensé es que ese des-centramiento iba a expo-nerme tan densa y cotidianamente a las sacudidas del volcán que es hoy este hermoso perodesgarrador país: Colombia. Narraré sucintamente una experiencia de comunicación conBogotá, y a través suyo con el país. Invitado por las gentes que desde el Instituto Distrital deCultura y Turismo, habían puesto en marcha las políticas culturales de la administraciónAntanas Mockus (un profesor de filosofía y matemáticas que llegó a la Alcaldía de Bogotádesde la Rectoría de la Universidad Nacional y cuyo programa de gobierno se denominó«Formar ciudad») para evaluar y asesorar esas políticas, me encontré de la mañana a lanoche inmerso en una encrucijada de procesos y demandas que han dejado maltrechas mu-chas de mis ideas sobre las relaciones entre comunicación y cultura. Nombraré sólo una.Aquella que centra la atención del investigador de comunicación en los procesos desegmentación de los públicos y especialización estandarizada de los productos, en su conver-gencia con aquella otra idea rectora en el diseño de políticas culturales según la cual estasson aplicables únicamente a las culturas institucionalizadas y en ningún modo a la culturacotidiana pues la cultura cotidiana, al ser una forma de vida y de sentido, no sería abordablepor regulación alguna. Frente a esa bien armada argumentación, la experiencia me pusoante una política de «cultura ciudadana» que durante tres años tuvo como objeto eje la cultu-ra cotidiana, esa que tejen las relaciones de los ciudadanos, desde la relación con el chofer delbus a las de los funcionarios con los usuarios de los servicios públicos, pasando por las rela-ciones de las pandillas de jóvenes con los vecinos del barrio o de las de los constructores y lagente con el espacio público. Fue a partir de ahí, de las reglas de ordenamiento de la culturaciudadana que fueron desarrollándose las políticas sobre culturas especializadas, es decir delas culturas del arte. Y fue a partir del movimiento de cultura ciudadana que muchos artistasde la plástica, la música, la danza, el video, el teatro o la literatura, replantearon el sentido desu propio trabajo, pues se reencontraron con su ser de ciudadanos a través de un trabajocreativo que entrelazó su propia producción con las prácticas expresivas mediante las cualeslas asociaciones de vecinos de las pandillas juveniles tejían los lazos de pertenencia al territo-rio de los barrios, o recobraban memorias, es decir reinventaban y rehacían sus identidades.Un nuevo modo de comunicación con la ciudad en cuanto espacio común a ordenar, respetary convivir estaba permitiendo a mucha gente del campo de las artes y las comunicaciones re-descubrir el sentido de eso que, antes de la caída del muro y del vaciado despolitizador de lasideologías, llamábamos el compromiso.

El mío pasa hoy por lo que acabo de hacer con ustedes: tejer el lazo que anuda la experien-cia con la narración, que es donde encuentran asidero mis mapas nocturnos, esos desde losque pienso y proyecto, desde los que imagino el futuro que los hombres construimos hoy en laaventura de la comunicación.

*Fragmento de la Conferencia «Aventuras de un cartógrafo mestizo en el campo de lacomunicación» dictada por el investigador en Bogotá, en Mayo de 1999.

lidad total. El científico quiere estudiar la lluvia y salecon paraguas».(18)

Si en la obra de Pasquali las categorías existencialesalcanzaban para cuestionar la negación del otro comosujeto de la relación comunicativa, en la perspectivaabierta por el CEREN lo que se denuncia son las con-diciones materiales en las cuales estos procesos sedesarrollan. Y esta perspectiva se fundaba en la lógi-ca del sistema develada por Marx.

«La burguesía y el imperialismo nos han impuestoformas de comunicación que corresponden a unmodo de producir cultura y, en última instancia a unmodo de producción de toda la vida».

Es decir:«Toda actividad y todo producto en la sociedad

capitalista participan del mundo y de la lógica de lamercancía».

En este proceso Mattelart deduce consecuentemen-te que la forma mercantil es la forma general del in-tercambio, sean estos productos, objetos materialescomo de los otros, los de la cultura, que generalmen-te no se nos presentan como tales. Aquí Mattelartcoincide con Adorno. Es decir, lo mercantil no es algoque se añada a los productos del espíritu, es la lógicade su producción:

«En la industria cultural los productos del espírituya no son también mercancías, lo son integralmente.Es decir, no son un agregado, son parte constitutivade lo producido».(19)

Ahora bien, ¿Cómo es que estos procesos se ha-cen invisibles a los seres humanos sujetos a ésta lógi-ca? Para Mattelart lo que hace invisible esta lógicade dominación es el proceso de fetichización comoencubrimiento que impone una naturalización de lasrelaciones sociales, convertidas en un mito. Este mitoimplica para Mattelart que la relación de consumo,es decir de vendedor y comprador, sea visualizadacomo una relación comunicativa, de emisor y recep-tor. Y en segundo lugar la que plantea el mito de laobjetividad. Es la idea de que aquello que producenlos medios es el fiel reflejo de los acontecimientos, yno el relato construido de lo social que sirve paralegitimar los intereses de la hegemonía.

Finalmente para Mattelart, la ideología tecnocráticadel imperialismo se expresa en un nivel super-

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estructural caracterizado por la formación social de-pendiente de América Latina:

«La formación social dependiente latinoamericanaes producto de un proceso mayor que adquiere fun-ción de última instancia. Proceso mayor que la vincu-la al ritmo de extensión del sistema capitalista inter-nacional, en el cual dicha formación cumple con fun-ciones específicas que la instituyen como tal, con susestructuras internas propias. Ahora bien, gracias aldesarrollo de las técnicas de difusión, representacio-nes colectivas que no emanan de una base económi-ca, tiene la posibilidad de intensificar su inversión ins-tantánea al nivel de todas las capas sociales. Con es-tos instrumentos, los epígonos de la dominación pue-den hacer progresar masivamente las conciencias másallá del estado de las fuerzas productivas. Es lo que lasociología burguesa, junto con la prensa del mismosello, llama «la revolución de las expectativas crecien-tes»: un injerto de aspiraciones estimuladas por el poloforáneo imperialista. Parafraseando una imagen fre-cuente en esta prensa: el indio que vive relacionessociales de producción precapitalistas tiene la posibi-lidad de conocer elementos de la superestructura delas sociedades de alta tecnología a través de su tran-sistor, aún cuando el objeto de consumo que se lepropone está fuera de su alcance».

La comunicación que vendrá

A partir de estos temas fundantes, el campo de lacomunicación se fue desarrollando a partir de proce-sos políticos, crisis sociales, exilios y migraciones, quefueron constituyendo una serie de problemáticas cadavez más específicas.

De las políticas de comunicación en el marco de losprocesos de trasnacionalización económica, a los estu-dios de recepción como formas de resemantización delos mensajes de los medios masivos. De la comunica-ción como motivación del desarrollo a nuevas formasde articular comunicación y tecnologías. De los com-plejos macroestructurales producidos por la revolucióncientífico técnica a la evaluación del impacto de redesy computadoras en los procesos cognitivos. De la co-municación popular alternativa a la recuperación de mo-dos no clásicos de ejercicio ciudadano.

Notas(1)El seminario se desarrolla entre los meses de agosto ynoviembre de 1999. Participaron: María Cristina Mata,Washington Uranga, Jorge Luis Bernetti, FlorenciaSaintout, Jorge Huergo, Alcira Argumedo, Daniel PrietoCastillo, Héctor Schmucler, y Luciano Sanguinetti.(2) Foucault Michel, Microfísica del poder, Ed. La Piqueta,Madrid, 1978.(3) Argumedo, Alcira, Los silencios y las voces en AméricaLatina. Notas sobre el pensamiento nacional y popular. Ed.del Pensamiento Nacional, Buenos Aires, 1993.(4) Lozano, Elizabeth y Rota, Josep, Comunicación, Culturae Industrias culturales en América Latina. Felafacs, 1992.(5) Martín- Barbero Jesús, Seminario dictado en laFacultad de Periodismo y Comunicación Social en 1997.(6) Winkin, Yves, La nueva comunicación, Ed. Kairós,Barcelona, 1982.(7) Rivera, Jorge, La investigación en comunicación socialen la Argentina, Ed. Puntosur, Buenos Aires, 1986.(8) Terán, Oscar, Nuestros años sesenta. Ed. Puntosur,Buenos Aires, 1991.(9) Fuentes Navarro, Raúl, Un campo cargado de futuro. Elestudio de la comunicación en América Latina. Felafacs,Coneicc, México,1992.(10) Althusser, Louis, El Porvenir es largo, Ed. Amorrortu,Buenos Aires.(11) Barreiro, Julio, prólogo a La educación como prácticade la libertad.(12) Mata, María Cristina, «Cuando la comunicación puedeser sentida como propia: reflexiones sobre unaexperiencia popular». En: Comunicación y CulturasPopulares en Latinoamérica, Felafacs.(13) Freire, Paulo, Pedagogía del oprimido. Ed. Siglo XXI,México, 1973.(14) Muraro, Heriberto, La invasión cultural en AméricaLatina, 1982.(15) Mata, María Cristina, Radios Populares Educativas(mimeo inédito, 1986).(16) Terán, Oscar, Nuestros años sesenta, Ed. Puntosur,Buenos Aires, 1990.(17) Mattelart, Armand, La comunicación masiva en elproceso de liberación, Ed. Siglo XXI, México, 1973.(18) Mattelart, Armand; Dorfman Ariel, Para leer el PatoDonald, Chile, 1971.(19) Martín-Barbero, Jesús, Discurso y Poder, Ed. Ciespal,Quito, Ecuador, 1976.

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Praxis: proyectos y experiencias

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Pensamientos sobre los cambios en el Estado

En el actual período de cambios políticos y econó-micos que vive la República Argentina, uno de lossectores sociales más perjudicados son los trabaja-dores en general y los que se encuentran en relacióncon el Estado en particular.

Es evidente el agotamiento del modelo que, durantedécadas, organizó la economía y determinó las formasde intervención del Estado. El reconocimiento de la com-plejidad y duración de este proceso de transformaciónhoy en marcha, plantea la necesidad de instrumentarpolíticas de desarrollo social y económico que otorguenuna mayor equidad al modelo económico vigente.

Una nueva estrategia para la planificación e imple-mentación de una política social provincial en For-mosa supondría la definición de nuevos objetivos parael conjunto de las prestaciones de asistencia y pro-moción social dirigidas a cubrir las necesidades dealimentación, salud, generación de ingresos, tierras einfraestructura social y productiva tendientes a ase-gurar mejores capacidades públicas de gestión, ma-yor protagonismo de la comunidad, y eficiencia en laasignación de los recursos.

Está claro que el verdadero sentido de la transfor-mación pasa por la revitalización de las energías dela sociedad en su conjunto, en un marco de plenavalorización del trabajo y de la libertad, con una asig-nación eficiente de los recursos y una clara defini-ción de justicia social.

Se hace necesario entonces, instrumentar estrate-gias y programas integrales como modo de supe-ración de la problemática social, sobre la base deque el Estado asuma con decisión su rol indelegablede darse y conducir una política de crecimiento conequidad.

En este sentido, el estado debería proponerse con-vertir el gasto público social en inversión social; apartir del pasaje de la mera asistencia a la promociónde acciones que pongan en marcha capacidadesociosas, materiales y humanas, sobre la base de laorganización y solidaridad social.

Estos objetivos enunciados parecen viables si selogra construir un Estado que administre eficien-temente sus recursos, fortalezca sus instituciones pro-vinciales y municipales y logre la participación activadel conjunto.

Formosa, una Provincia nuestra.Magnitud de la Pobreza en Formosa

Con una población de 395.887 habitantes (Censo1991), el 69,4% se localiza en la zona urbana; deellos, el 28,4% habita en la Capital de la Provincia. Lapoblación rural, 30,6%, se distribuye en formaheterogénea entre las diferentes regiones y los de-partamentos.

La dinámica poblacional muestra un comportamien-to favorable que históricamente ha caracterizado ala Provincia, las áreas urbanas experimentan signifi-cativos incrementos de población. En las zonas rura-les, si bien siguen siendo expulsoras, la tendencia a lapérdida poblacional se ha desacelerado. La disminu-ción del proceso migratorio es atribuible más a facto-res que han afectado la dinámica ocupacional de loscentros receptores de formoseños emigrados que amodificaciones efectivas ocurridas en la propia Pro-vincia.

El estudio de la pobreza de Argentina del INDECrefleja los altos porcentajes de NBI: 38,3% (152.592personas) es el total provincial, siendo la del país de19,2 %. En Ramón Lista, sobre una población totalde 6.650 personas el 93,4% es NBI (en este departa-mento el 75% de la población es aborigen: 5.000personas); en Bermejo sobre una población total de

Educación no formalen comunicación: nuevos agentes

para nuevas políticas

Por Cecilia Ceraso

Formosa: comunicación y desarrollo

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10.143 personas el 73,5% es NBI (en este departa-mento hay 3.000 aborígenes, el 29,5% de la pobla-ción).

Se suma a esto la alta concentración de poblaciónmenor de 14 años que hay en la Provincia, 37,5%(149.513 personas), contra la media nacional que esde 28,6%, que en el caso de Ramón Lista llega a 46%.Con el agravante de que en la Provincia el 46,4% deesa población de 0 a 14 años es NBI; en Ramón Listaes de 94,2%; en Bermejo es de 78,9%; en Matacoses del 62,1; (por señalar los departamentos de másalto índice). El resto de los departamentos supera el50% salvo Capital y Pilcomayo, que de todas mane-ras están muy por encima de la media nacional quees de 28,7%.

En los mayores de 60 años, la media nacional deNBI es de 7,6%, mientras que en la Provincia es de30,9%; en Ramón Lista es de 92,4%; en Bermejo del68%; en Matacos del 52,8%; en el resto de los de-partamentos, el que menos tiene triplica la medianacional.

Solamente el 4% de la población es jubilada o pen-sionada, 15.888 personas. Es decir que el 55,9% de

TOTAL POBLACION

Neto Aborigen

6.650 5.000

10.143 3.000

8.355 2.500

58.472 6.000

17.378 350

13.581

67.012

57.277

159.545

395.887 16.850

POBLACION NBI

Neto %

6.214 93,4%

7.440 73,5%

4.852 58,3%

29.024 49,9%

7.879 45,4%

6.083 44,8%

23.277 34,8%

23.953 41,9%

43.032 27,2%

151.754 100%

DISTRIBUCION

DE LA POBLACION NBI

4,1%

4,9%

3,2%

19,1%

5,2%

4,0%

15,3%

15,8%

28,4%

100%

DEPARTAMENTOS

Ramón Lista

Bermejo

Matacos

Patiño

Pilagas

Laishi

Pilcomayo

Pirane

Formosa

TOTAL FORMOSA

la población mayor de 60 años no tiene jubilación nipensión en la Provincia, la media nacional es de34,5%, éste es otro indicador de la precariedad labo-ral.

El empleo y los ingresos

La mayor parte del ajuste del mercado de trabajose traduce en desempleo abierto; en países como elnuestro tales ajustes se ocultan en el empleo públi-co, en la informalización, y la ocupación en peque-ñas empresas productivas, además de la desocupa-ción directa.

Lo que se ha dado en llamar economía informal opopular es, precisamente, el conjunto de actividadese iniciativas que realizan aquellos sectores de la so-ciedad que se han visto desplazados de los circuitosformales de asignación de ingresos en razón del ajus-te y la modernización del aparato productivo.

Con el objeto de asegurar la subsistencia familiar,

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la economía popular adquiere una enorme variedadde formas, incluyendo también las experienciasasociativas, en una trama heterogénea y de enverga-dura difícil de estimar, pero ciertamente importanteen su significación político-social y económica.

Si tenemos en cuenta los indicadores de la estruc-tura social de la provincia de Formosa, vemos quemantiene un importante volumen de empleo agro-pecuario (PEA Agropecuaria/ PEA Total: 30,3%, sien-do la media nacional para 1980 del 13,1%), acompa-ñado por una estructura social «urbana» en la que esevidente la hiperterciarización del empleo y la decisi-va contribución del sector público a los niveles deasalarización (% del sector público/ PEA Total 34,9%,siendo la media nacional 21,5%).

Es posible prever que continúe un rápido incremen-to de la población urbana en detrimento de la pobla-ción rural:

1980 1991Rural 43,6% 30,6%Urbana 56,4% 69,4%

La PEA rural experimentó una caída significativa:antes de 1980 representaba el 75% de la fuerza detrabajo provincial, y en 1980 había decaído al 41%,no registrándose información más actualizada.

Pese a esto la PEA relacionada al sector agrope-cuario todavía representa un tercio del total provin-cial, las categorías por cuenta propia representan el50%, y las familias sin remuneración fija el 75% delsector en cuestión.

A esta problemática no escapan las delegacionesestatales tales como las gobernaciones y los munici-pios, quienes por años, han absorbido la mayor partede la oferta laboral.

Estos cambios no solo modifican las formas de tra-bajo, sino que además constituyen un nuevo sujetotrabajador diferente a aquel que se perfiló durantelos años del llamado Estado Benefactor.

Por otra parte queda abierta la puerta a las planifi-caciones zonales y regionales, en donde se busquenbeneficios verificables y proyectos a niveles microde planificación consensuada.

Ante este nuevo Estado el trabajador requiere de

nuevas capacidades para llevar a cabo políticas so-ciales que fueron redefinidas acordes a las profundastransformaciones en el plano económico social.

En este marco no podemos obviar el desarrollo delas nuevas tecnologías, las cuales abren un abanicode nuevas posibilidades de articulación comuni-cacional entre el Estado, a través de sus políticas so-ciales, y los diferentes sectores de las sociedad.

El desafío está en encontrar los mecanismos quepermitan rastrear permanentemente todos aquellosespacios comunicacionales -masivos o no- donde sepuedan articular las distintas expresiones, inquietu-des, alegrías o necesidades de la gente.

La Propuesta

Teniendo en cuenta como puntos estratégicos parala construcción de políticas sociales la Descentraliza-ción; el Fortalecimiento Institucional; la Integralidad;la Focalización; la Transformación; la Participación;la Capacitación y Comunicación Social.

Desde La Red, Comunicación y Cultura (ONG, quetrabaja en comunicación y educación en distintos es-cenarios) se propuso al Gobierno de la Provincia deFormosa desarrollar un Proceso de Capacitación enPlanificación Comunicacional, incluyendo Diagnósti-co, Estrategia comunicacional y un taller multimedialen los lenguajes radial, audiovisual y gráfico, destina-do a los actores que intervienen en la ejecución y pla-nificación de la Políticas del estado Provincial.

La capacitación se realizó con Agentes de los dis-tintos organismos que componen el Gobierno Pro-vincial, susceptibles de planificar políticas públicasorientadas al desarrollo.

El desarrollo de este Proceso Educativo se efectuó endiferentes instancias de aprendizaje, presenciales y adistancia en las que se realizaron trabajos a partir de laspropias realidades donde los actores estaban insertos.

La capacitación fue destinada a:-160 Agentes provinciales insertos en diferentes

Programas y Planes de Gobierno, que provengan delas Áreas de Planificación, Comunicación, Efectoresen Terreno, y Capacitación.

Requisitos para la convocatoria:-que su accionar esté consensuado por sus com-

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pañeros de trabajo-que demuestre interés en la comunicación comu-

nitaria.-que tenga una real participación en el desarrollo

del Programa o del Plan.-que demuestre interés en multiplicar la experiencia.

Justificación de la Propuesta

Si tenemos en cuenta que los criterios de partici-pación, capacitación y comunicación social son plan-teados como puntos estratégicos para el desarrollode políticas públicas de alto impacto social; se hacenecesario contemplar el desarrollo de estrategias decomunicación comunitarias e institucionales orienta-das a potenciar la relación existente entre la pobla-ción objetivo de las políticas públicas y los recursoshumanos que intervienen en la planificación y ejecu-ción de políticas provinciales.

Es importante establecer una real comunicaciónentre la Provincia y la comunidad, para lo cual esindispensable potenciar los recursos existentes, tan-to humanos como técnicos. Se trata de recuperar,con imaginación y creatividad, los espacios e instru-mentos que ayuden a desarrollar y fortalecer las dife-rentes alternativas que deberán plantearse todos losactores de la comunicación.

Sin perder de vista que el eje central de cualquierade las alternativas es propicio fundarlo en el recono-cimiento de la capacidad de expresión y comunica-ción que nuestro pueblo posee. Por lo tanto lo quese planteó fue generar, junto a los diferentes actoresun espacio en el cual se construyan herramientas detrabajo. Estas herramientas no sólo serían utilizadaspara la información y difusión, sino también para laeducación, organización y participación.

En este camino la finalidad fue lograr una mejorintegración comunicacional entre los diferentes sec-tores, fomentando la afirmación de nuestra identidadcultural y el bienestar del pueblo.

A dónde apuntamos

Promover espacios de participación y capacitaciónpara recursos humanos en la Provincia de Formosa,

susceptibles de planificar políticas públicas y estrate-gias de comunicación. Para generar nuevos canalesy espacios de comunicación, planificación y gestiónentre el Gobierno de la Provincia y la gente.

Para esto nuestro propósito fue:- Capacitar en diagnóstico de comunicación, de

manera que los actores puedan diagnosticar la reali-dad concreta de su medio.

- Capacitar en Estrategia Comunicacional, de ma-nera que los actores puedan elaborar líneas de ac-ción que hagan al desarrollo de diferentes estrate-gias de comunicación.

- Capacitar en lenguajes comunicacionales, gráfi-co, radial y audiovisual, de manera que los actorespuedan elaborar y emitir sus propios mensajes, en elmarco de las estrategias propuestas.

Llamamos a esta propuesta de Educación no for-mal en comunicación: Nuevos agentes para nuevaspolíticas, y nos planteamos como meta generar pro-yectos de comunicación que sean parte de estrate-gias más amplias tendientes a mejorar las relacionescomunicacionales en los ámbitos específicos de tra-bajo, en los cuales los trabajadores del Estado Pro-vincial se desempeñan cotidianamente.

El desarrollo del curso fue atravesado por tres ejes,que se articularon entre sí, y nos permitieron, a lolargo de todo el proceso, ordenar nuestro camino dereflexión y producción:

Un eje conceptual-teórico, un eje de producción demensajes en tres diferentes lenguajes y un eje meto-dológico de diagnóstico y planificación. Cada uno conuna lógica diferente para conocer y transitar.

Un eje conceptual-teórico

Desde la comunicación social existen corrientes teó-ricas que explican y sostienen diferentes categoríasconceptuales. Estas se contraponen o complementanentre sí. Nuestro trabajo nos mostró una opción porun marco teórico consecuente con nuestras prácticas.

Creemos que cada individuo conlleva un saber quele permite relacionarse en sociedad. El saber parte dela experiencia concreta. De la trama de relacionesdentro de la cual los seres humanos nos movemos.Por lo cual consideramos que todo saber es social.

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Con el diálogo pretendemos la problematizacióndel propio conocimiento, que no puede estar afueradel marco de la realidad, para poder comprenderla,explicarla y transformarla.

Por esto, cuando hablamos de comunicación, tam-bién hablamos de procesos de transformación. Por-que creemos que a través de ella aprehendemos.Porque nos apropiamos de aquello que queremosmodificar.

Es aquí donde nos integramos como comunica-dores-educadores en la práctica social, donde comien-za un proceso de diálogo y nos reconocemos comosujetos capaces de transformar.

Para el desarrollo de cualquier proceso de planifi-cación es necesario no sólo la puesta en práctica deuna determinada metodología. Antes es preciso cons-truir una mirada de la realidad .

La reflexión sobre el concepto realidad, nos lleva apreguntarnos acerca de las características de la reali-dad en que vivimos, aquello que condiciona nuestravida cotidiana sirviéndole de escenario y que llama-mos contexto.

En el contexto histórico en que nos toca vivir, con-sideramos que la educación y la potencialización delos saberes son caminos que nos brindan herramien-tas para desenvolvernos en la cotidianeidad. Por estocreemos que la capacitación debe tender a la multi-plicación de saberes y debe contemplar el trabajo yla planificación.

La propuesta de trabajo con respecto al eje con-ceptual- teórico para los Agentes Públicos que com-partieron este proceso de construcción de conoci-miento es que a partir de analizar las transformacio-nes que se dieron en los últimos tiempos, sobre todoen el marco del Estado y sus relaciones con la socie-dad, construyan un Marco Teórico que les permitaver y discutir la «Situación Ideal» en relación al Esta-do y en las relaciones de comunicación entre el Esta-do y el pueblo.

Para esto trabajamos sobre tres dimensiones dife-rentes.

Una política, que nos permitió generar una reflexiónsobre los diferentes modelos de organización del Es-tado en relación a las políticas que cada modelo pro-pone.

Otra cultural, para analizar y comprender las pro-fundas transformaciones que se dan en nuestra so-ciedad y que generan nuevas formas de produccióncultural.

Y por último, una dimensión comunicacional, quenos permitió conocer diferentes modelos de comu-nicación para poder construir una mirada que descri-ba las actuales relaciones de comunicación entre elEstado y la Sociedad, a la vez que generamos nuevaspropuestas de comunicación.

Un eje de lenguajes

En Formosa, la realidad de comunicación plantea-da en el marco de la globalización y la integración,el desarrollo local y regional y sus límites y posibilida-des, nos muestra «...una cultura donde los medios sonreconocidos como lugares de construcción de ideasfuerza acerca del orden social. La gente demanda alos medios que opinen, que muestren; los medioscomo lugares de construcción de sentido...» (M.C.Mata, Dic. 93. Seminario de Comunicación Popular,Facultad de Periodismo, UNLP).

Consideramos de vital importancia la producciónde mensajes propios; en este sentido la sociedad pro-dujo notables cambios en los últimos veinte años. Enlos años 70 un comunicador social comprometidohablaba de ser la voz de los que no tienen voz, en los90 se espera que los que no tenían voz sean hacedo-res de sus propios mensajes; en cierto modo mascreíbles que los de otros actores institucionales ypolíticos.

Por otro lado, conocer las herramientas, los mo-dos y hasta los paradigmas de comunicación que uti-lizan los medios permite disparar un análisis críticode las formas de comunicación mediáticas o no pre-dominantes en la comunidad.

Desde una concepción relacional de la comunica-ción, analizando el discurso mediático y las formasde comunicación propias de cada actor social sepueden reconocer los distintos canales y códigos al-ternativos que los diferentes actores pueden utilizaren la elaboración de mensajes propios.

Cada lenguaje de comunicación, ya sea gráfico,radial o audiovisual, tiene diferentes posibilidades.

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Conocerlas a partir de la producción, nos permitirápotenciar su uso, para lograr un mayor dinamismoen la circulación de los mensajes en los diferentesámbitos cotidianos de trabajo.

La producción de mensajes no solo implica el cono-cimiento del lenguaje, sino también, el conocimientode nuestros destinatarios, es decir de los diferentesactores que intervienen en la trama de relaciones decomunicación en la cual nos proponemos intervenir.

Se propuso a los Agentes la realización de una Es-trategia de Comunicación en sus lugares de trabajocon sus respectivos mensajes.

Un eje de diagnóstico y planificación de lacomunicación

La realidad es dinámica y está en constante cam-bio. Creemos que es posible intervenir en la realidad,de una forma racional y planificada, para generar pro-cesos que encaminen esas transformaciones en elsentido que nos proponemos. Pensamos que la pla-nificación puede ser controladora o emancipadora,puede ahogar o generar cambios y es en esta últimadesde donde construimos la mirada.

La comunicación es completamente necesaria, parareconstruir, en un diálogo con los otros, la realidad. Através de ella se pueden visualizar y analizar las dife-rentes problemáticas, sus causas y sus consecuencias.

Para generar estos procesos es necesario utilizardeterminados instrumentos metodológicos, que nospermitan diseñar un proceso de trabajo orientado allogro de determinados fines.

Elaborar un diagnóstico, tanto social como de co-municación, permite captar las problemáticas, jerar-quizarlas, analizarlas y delinear diferentes alternati-vas de acción para transformarlas.

Esta propuesta supone un enfoque transdisciplinario,tanto al acercarnos a un ámbito institucional para diag-nosticar y planificar, como para generar un nuevo pro-yecto vinculado con la comunicación.

Ideas fuerzas sobre el estado (tomadas de losdiagnósticos realizados por los agentes de Formosa)

Realidades Negativas:

-El estado tal como está provoca pobreza, desocu-pación y subocupación, injusticia e inseguridad.

-En Formosa también hay nuevos pobres, no sepromueven las economías regionales, ni el sector delas pequeñas y medianas empresas y esto afecta elmercado de trabajo.

-Los paraguayos se instalan en las calles en perjui-cio de los comerciantes que deben pagar todos losimpuestos, se llevan gran parte de nuestra moneda asu país sin ningún beneficio para la provincia deFormosa.

-El Estado Nacional se desentiende jurídicamentedel litigio por el río Pilcomayo, (Proyecto Pantalón)que establece la ejecución de ambos canales deri-vadores en un mismo lugar, para que el agua se re-parta en mitades iguales, 50 y 50, pero Paraguay seadueñó del 75% del cauce y la cancillería está ausen-te.

-En Formosa si bien se ha construido y refaccionadoun número elevado de escuelas, eso no es todo, aúnfalta lo esencial; desde dónde miramos la educaciónformoseña para determinar acciones que mejoren lascondiciones de vida del pueblo.

-La educación provincial debe estar más allá de lascontingencias políticas y los intereses sectoriales.

-No se mira a la educación desde un lugar estraté-gico, no se planifica en forma estratégica.

-En 120 años la sociedad formoseña no ha logradoaún construir un sistema productivo que se traduzcaen trabajo, salud, educación y calidad de vida paralos formoseños.

-Un altísimo porcentaje del presupuesto estatalformoseño está financiado por recursos nacionales ymás de la mitad de sus habitantes tiene necesidadesbásicas insatisfechas. Desde este lugar es difícil ima-ginarse la viabilidad histórica de Formosa.

-El problema de la educación provincial no pareceser ni financiero ni académico, es político. Deberíadecidirse si va a ser una herramienta poderosa paraayudar a la transformación de nuestra sociedad o vaa ser un escenario más para las disputas partidarias.

-Hay un aumento significativo de la población dela ciudad de Formosa venidos desde el interior enbúsqueda de mejores condiciones de vida y oportu-nidades laborales.

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-La población demanda la obtención de viviendasy el I.P.V. no puede satisfacer la demanda.

-No existe una estrategia de comunicación en elEstado Provincial. No existe una red de comunica-ción que abarque todos los organismos entre sí sinoque la información se da de manera entrecortada ydifusa.

-La dependencia de las actividades económicasrespecto al Estado marca una sustancial diferenciacon otras provincias del resto del país.

-El empleo público es la actividad laboral más im-portante. El deterioro de los ingresos desde el conge-lamiento de los salarios estatales en 1992 agudiza lacrisis en la mayoría de las familias.

-Hay sectores económicos que han vivido siemprede la obra pública que continúan obteniendo réditosy hay sectores políticos de privilegio que junto conlos anteriores conforman actualmente la capa socialmás alta, susceptible de gozar de las bondades quela economía de mercado brinda a los sectores inclui-dos en ese modelo.

-No es posible sobrevivir en una economía globa-lizada si no se planifica estratégicamente y se reali-zan acciones para el desarrollo local y regional.

-No existe planificación desde ningún ámbito polí-tico ni técnico.

-La masa de recursos que garantiza la consolida-ción de sectores de privilegio y por consiguiente desectores excluidos proviene también del Estado.

-Con la incorporación de nuevas tecnologías a lasactividades laborales se produce un efecto de exclu-sión de sectores administrativos de baja calificaciónque no han sido expulsados de sus puestos de traba-jo pero carecen en muchos casos de funciones espe-cíficas y no tienen posibilidades de ascenso. Esto con-lleva a una desvalorización de sus funciones y la con-vivencia en esta situación produce entropía en el sis-tema, se deprimen los agentes capacitados ademásde la depresión de los agentes excluidos.

Realidades positivas:-Se ve la necesidad de una respuesta viable con

respecto a la búsqueda de alternativas de superaciónbasándose en los nuevos modelos sociales (una pun-ta sería la cooperación y la autogestión. La cuestión

es buscar una forma en la cual los recursos humanosingresen en igualdad de oportunidades y no discrimi-natoriamente (el tema de una pequeña elite políticaque discrimina al resto y no democratiza la toma dedecisiones y no abre el juego para construir el senti-do del desarrollo político, social, económico, regio-nal, etc. aparece constantemente).

-Esta nueva situación a nivel nacional y provincialexige un sistema educativo de alta calidad donde laeducación no sea vista como un gasto público sinocomo una inversión.

-El nuevo escenario social necesita de sujetos com-petentes pero también predispuestos al trabajo enequipo. Es necesario promover la noción de conjun-to.

-En la relación entre el sistema educativo y el mun-do del trabajo es necesario que la escuela ademásde enseñar crezca en producciones.

-La educación ocupa un lugar central en las Políti-cas Públicas y en las preocupaciones de la sociedad.

Problemas y Potencialidades en el Sistema de Salud

Lo que nos debilita:-El conflicto de responsabilidades entre atención

primaria y hospitalaria.-El conflicto de clase, de código, choque cultural y

falta de interés desde el médico hacia el paciente.-La dureza de los administrativos, que por otro lado,

también son excluidos dentro del mismo sistema deSalud.

-Las múltiples ocupaciones de los Directivos de losCentros de Salud, que para acceder tienen que cre-cer en Cursos, Posgrados, etc., y descuidan o noaprenden de las prácticas sociales.

-Estas nuevas capacitaciones que se necesitan paraestar mejor no están contempladas en el Sistema nien tiempo, ni en recursos.

-El amiguismo para repartir medicamentos, para darturnos, las fallas en el horario y la falta de respeto a ladignidad del otro.

-La amansadora... el que es paciente debe esperar.-La falta de credibilidad de los pacientes, el apego

a la medicina tradicional que se traduce en sus códi-gos.

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-El código de la Burocracia donde; se tiran la pelota, esdifícil identificar un responsable, se excluye a la gente.

-Negociaciones por no asumir los conflictos (juris-dicciones).

-Falta de priorización por parte de la jerarquía, delos problemas reales y primeros que debe solucionarel Estado.

-Falta de Recursos económicos y un Estado com-pletamente sobredimensionado.

Lo que nos fortalece:-La atención Primaria de la Salud existe en Formosa

(en otros Estados Provinciales a partir de la descen-tralización se desvirtuó y declinó en una atenciónsuperflua, perdiendo sus criterios de prevención ycercanía).

-La atención Primaria de la Salud existe como con-cepción y como noción entre los médicos.

-Los auxiliares de los Centros de Salud actúan enfavor de la comunidad resolviendo cosas porque sien-ten que el otro, que es el pueblo, son ellos mismos

-La gente necesita de las prestaciones de salud, aten-ción primaria y atención hospitalaria y acude a losCentros y a los Hospitales.

-La gente quiere Salud Pública.Estas realidades positivas y negativas forman parte

de los análisis de la realidad que los trabajadores apartir de recolectar datos cuantitativos y cualitativoshicieron acerca de su Estado Provincial.

Los agentes en un alto porcentaje pertenecen alMinisterio de Cultura y Educación y al Ministerio deDesarrollo Humano. Le siguen en importancia numé-rica los Ministerios de la Producción, Economía yObras y Servicios Públicos.

También participaron agentes de Gobierno, Justi-cia y Trabajo; del Ministerio Secretaría General, delos Organismos de la Constitución, de los PoderesLegislativos y Ejecutivo y de la Conferencia Perma-nente para la Afirmación de la Cultura Formoseña.

El perfil de formación de los participantes esheterogéneo, participaron personas de nivel prima-rio, secundario, terciario y universitario.

Todos pudieron aportar desde sus saberes en unclima de cordialidad y tolerancia. Es importante re-saltar que entre los participantes también había mu-chos coordinadores y directores de programas

(PROMIN, ASOMA, PAIPPA, EMETA, TransformaciónEducativa, Reconversión Productiva, etc.)

Contando también con asistentes técnicos, jefes dedepartamento, administrativos y operadores claves enel terreno como señoras encargadas de los comedo-res que aportaron su riqueza y su punto de vista.

Los nuevos escenarios y la necesidad de nuevaspropuestas

La relación de la comunicación con la cultura re-sulta cada vez más vital para entender los procesossociales. Ello implica reubicar el concepto de comu-nicación desde una política relacional e intersubjetivadonde se intercambian afectos, estados de ánimo,sentimientos, etc. En otras palabras, la comunicaciónes inseparable del intercambio simbólico que sólo seproduce cuando se hacen posibles los encuentrosculturales, pues de no ser así estaremos ante un pro-ceso de incomunicación.

Esto significa que cuando hablamos de comunica-ción no la estamos reduciendo al uso instrumentalde los medios, ni a la técnica ni al recurso. Nos esta-mos refiriendo a la comunicación como un escena-rio, que al decir de Jesús Martín-Barbero, es un «es-pacio de mediación social» entre el conjunto de ac-tores que participan en ella.

La comunicación como mediación será entoncesun espacio clave de tomar en cuenta por su privile-gio para configurar las identidades individuales y co-lectivas, más aún, si tomamos en cuenta que la únicainstitución social legitimada en un contexto de crisisgeneralizada, es la comunicación.

A modo de conclusión tomamos los aportes de Se-gundo Armas Castañeda en su libro Imaginándonos elfuturo, la comunicación como estrategia para el desarro-llo, como propuesta para re-pensar, en el caso Formosa,las estrategias de comunicación que el Estado debierapromover en la construcción del Desarrollo.

Consideraciones para re-pensar el rol delcomunicador en las políticas públicas

•Revalorar el sentido estratégico de la comunica-ción en los procesos de desarrollo.

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Para pensar estratégicamente la comunicación enel desarrollo, es necesario concebirla como un pro-ceso articulado al campo de la cultura.

En este sentido, la perspectiva comunicacional de lacual partimos, se inscribe en la corriente latinoamerica-na que plantea la articulación entre la comunicación yla cultura. Lo que importa aquí es la articulación entrelas prácticas de comunicación y los movimientos socia-les que son los que les cargan de sentido a estos.

Es así que la comunicación es entendida como unproceso de relación entre sujetos que supone un pro-ceso de producción de sentido, sin restringirla a me-ros instrumentos tecnológicos o a la transmisión deconocimientos o informaciones.

Por lo tanto, la comunicación se establece comoun ámbito desde el cual se puede estudiar la realidaddel hombre y la sociedad en que se desenvuelve.

Con respecto al concepto de cultura, Néstor GarcíaCanclini, ha señalado que:

«... preferimos reducir el uso del término cultura ala producción de fenómenos que contribuyen, me-diante la representación o reelaboración simbólicade las estructuras materiales, a comprender, repro-ducir o transformar el sistema social, es decir todaslas prácticas e instituciones dedicadas a la adminis-tración, renovación y reestructuración del sentido...»

En este sentido, la cultura por ser un producto so-cial adquiere un carácter dinámico y transformadorentre las prácticas e instituciones que conforman unsistema social, ya que no se restringe a representar-las, sino también a recrearlas.

De lo que se trata entonces, es de operar un des-plazamiento que nos permita mirar la comunicacióndesde los procesos culturales, en una perspectivarelacional y intersubjetiva.

Esta visión de la comunicación nos plantea que nopuede haber comunicación sin la intención de dialo-gar con los otros.

La dimensión estratégica de la comunicación enlos procesos de desarrollo, debe reivindicar el com-ponente subjetivo del factor humano como uno delos elementos más significativos debido a que ésta esclave en las tomas de decisiones y en la puesta enescena de las voluntades que podrían hacer posibleo viable cualquier propuesta de desarrollo.

Esta perspectiva de desarrollo privilegia el prota-gonismo de los ciudadanos como una forma de pro-piciar su autodesarrollo en los propios procesos.

La comunicación se constituye como un factor es-tratégico para el desarrollo en la medida que aportaa la configuración de unas condiciones subjetivas enlos sujetos involucrados en los procesos de desarro-llo, promoviendo su participación y protagonismo,como elementos claves para la construcción de laciudadanía y la democracia, requisitos imprescindi-bles para el desarrollo. El rol estratégico de la comu-nicación en el desarrollo se sitúa en esta perspectivaque destaca el factor humano en dichos procesos. Lacomunicación puede aportar y contribuir a la conse-cución de dichos fines.

•Conocer previamente la realidad.Para diseñar y ejecutar estrategias de desarrollo es

necesario un conocimiento previo y profundo de larealidad.

Esto implica delimitar cuáles son los problemas fun-damentales sobre los cuales actuar, pero además su-pone la necesidad política de que los actores deldesarrollo actúen de manera consensual y concerta-da.

Además, este ejercicio de diagnosticar debe serpermanente y sistemático, puesto que la realidadsocial es dinámica y cambiante. Sólo así las propues-tas sobre el desarrollo responderán a situaciones rea-les y las acciones podrán ser planteadas con objeti-vos y metas claras con el fin de atacar más directa-mente los problemas. De esta manera se logrará unmayor impacto del trabajo, a través del ahorro detiempo, esfuerzo y recursos y se evitará una mayoragudización y complejidad de los problemas.

•Promocionar el desarrollo humano integral.Históricamente, las concepciones sobre el desarro-

llo se sustentaron en la necesidad del crecimientoeconómico. En la actualidad, desde un aporte interdis-ciplinario que vienen haciendo las ciencias sociales,se ha redimensionado esta visión, se ha introducidoel componente cultural subjetivo como una formade concebir de manera integral el desarrollo. En estesentido, el desarrollo no se mide solamente por elnivel de ingreso de la población, sino por cuanto hamejorado la calidad de vida de esta.

Bibliografía-García Delgado, Daniel, Estado ySociedad. La nueva relación a partirdel cambio estructural. Ed. TesisGrupo Editorial Norma.S.A.FLACSO, Buenos Aires, 1994.-Gómez, Vilma; Ceraso, Cecilia;Rétola, Germán, Plan SocialIntegrado para la provincia deFormosa, marzo de 1996.-Horejs, Irene, Formulación ygestión de microproyectos dedesarrollo. CEPEDO. HVMANITAS,Buenos Aires, febrero de 1995.-Mata, María Cristina, Nociones parapensar la comunicación y la culturamasiva. Curso de especialización«Educación para la comunicación»N°2. C.C.E. Ed. La Crujía, BuenosAires, 1994.-Mata, María Cristina, Cómo evaluarnuestras prácticas. Cuaderno deInvestigación N°1, ALER, Quito,noviembre de 1990.-Ponencia: Situación de la infanciaargentina y situación de niñospequeños en el ámbito de laPrelatura de Humahuaca. (PabloVinocur). UNICEF-Argentina.-Prieto Castillo, Daniel, Elautodiagnóstico comunitario.Manuales Didácticos CIESPAL. Ed.Quipus, Quito, 1990.-Prieto Castillo, Daniel, Mediaciónde materiales para la comunicaciónrural. Serie Comunicación rural,Dirección de comunicaciones,INTA, Buenos Aires, 1995.-Rosanvallon, Pierre, La crisis delEstado Providencia.-Armas Castañeda, SegundoImaginándonos el futuro, lacomunicación como estrategia parael desarrollo. Illia: Centro deComunicación y Desarrollo, Lima,1995.

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Esto debería llevarnos también a una reflexión éti-ca sobre el sentido del desarrollo, y es aquí dondemás puede aportar la comunicación, puesto que unaperspectiva de desarrollo integral que apueste por elmejoramiento de la calidad de vida debe tomar encuenta todos estos aspectos.

•Construir democracia para el desarrollo.Utilizar la herramienta de la comunicación para

fortalecer la democracia implica:-Recuperar y fortalecer la institucionalidad demo-

crática.Es necesario recuperar al Estado y sus institucio-

nes, no en el sentido del Estado controlista, sino en elsentido del Estado democrático, que tiene un rol quecumplir para lograr un equilibrio en la sociedad, quepermita a los ciudadanos reglas de convivencia yacuerden en luchar por alcanzar su desarrollo pleno.De todas formas es necesario precisar que «la demo-cracia no es una aspiración natural, sino una institu-ción por construir»; en este sentido, «la democraciasignifica organización, la organización significa laposibilidad de que la gente organizada pueda inter-venir en las cosas públicas, y esto significa, a su vez,poder expresarse.

La importancia de que existan instituciones es por-que concebimos al desarrollo como un asunto deinterés público, donde «la sociedad civil pueda con-frontar proyectos y visiones distintas, antagónicas ocomplementarias», al mismo tiempo pueda participaren la toma de las decisiones a través de las institucio-nes del poder político.

-Promover el diálogo social y la concertación.El diálogo y la concertación son requisitos indis-

pensables para toda propuesta de desarrollo y la co-municación puede aportar para que ello sea posible.Esto no debe suponer la evasión de la confrontaciónpuesto que, al decir de Lechner, la esencia de la de-mocracia radica en la confrontación de ideas y pun-tos de vista. Pero esta confrontación no debe llevar-nos a privilegiar las diferencias sino a definir mejorlas ideas que posibilitan los entendimientos y acuer-dos que posibilitan los intereses sociales, ya sean decarácter nacional, regional, o local.

-Construir ciudadanía.Es sustancial afirmar que todo Estado democrático

debe sustentarse en una Sociedad Civil consolidada,pues la ciudadanía no es un hecho de individuos ais-lados, sino necesariamente un proceso relacionalentre estos y mediadas por instituciones.

La condición de ciudadano no se reduce a la deun sujeto comprometido con determinadas obliga-ciones y derechos (político-constitucionales), sino fun-damentalmente, a reconocerse como protagonista,conductor y beneficiario de los procesos de cons-trucción de democracia y de país. En este sentidopodemos concluir que una persona que delega noestá ejerciendo plenamente su rol de ciudadano.

•Legitimar el tema del desarrollo en la opinión pú-blica.

Tratando de acercarnos al concepto de opiniónpública la definimos según Armas Castañeda, comouna expresión colectiva de un juicio de un asunto deinterés general.

Así por ejemplo si se piensa que el bienestar y elprogreso es una reivindicación de las personas anteun Estado que está en la obligación de satisfacer di-chas demandas, que el desarrollo es un asunto depolíticos y académicos, o que el desarrollo es un pro-blema de cada persona en particular o cada gruposocial, deja ver que no todos estamos dispuestos aconvertirnos en protagonistas del desarrollo. Este tipode dificultades frente al desarrollo, juegan en direc-ción contraria por lo que es necesario legitimar eltema en la opinión pública. Es aquí donde la comuni-cación puede aportar significativamente ya que pue-de ayudar a generar corrientes de opinión favorables,un mejor entendimiento del verdadero sentido deldesarrollo. De esta forma la comunicación ejerceráuna función pedagógica y contribuirá estratégicamen-te para lograr el bienestar y el crecimiento.

-Seminario sobre políticas públicassobre la infancia rural. ProgramaYachay. O.Cla.De. (Prelatura deHumahuaca), abril de 1996.-Uranga W., Moreno L., VillamayorC., Diagnótico y planificación de lacomunicación. Curso deespecialización «Educación para lacomunicación» N°8 C.C.E. Ed. LaCrujía, Buenos Aires, 1994.

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El siguiente trabajo presenta un análisis de los dis-cursos producidos en el marco del Programa NuevosAgentes para Nuevas Políticas, y que tuvo como pro-tagonistas a los agentes públicos de la ciudad deFormosa.

El corpus con el que se trabaja está formado porlos papelógrafos del primer encuentro (10,11 y 12de marzo de 1999), y por los trabajos prácticos adistancia Nº 1 y 2.

El objetivo del análisis es indagar el imaginario res-pecto a «la transformación del Estado» y el contextoen que esta se produce.

Las transformaciones en el escenario

El primer día del encuentro, luego de despejadaslas dudas y explicitadas las expectativas respecto alprograma, se realizó la primera exposición cuya metaera presentar nociones que dan cuenta del marcoteórico general del curso.

Después del almuerzo, en cada comisión se reali-zó el «Juego del Ovillo». Este fue utilizado comodisparador para reflexionar sobre el valor del esque-ma de comunicación y relación en red.

Luego se continuó en grupos más pequeños, don-de se trabajó sobre los conceptos de realidad y con-texto, además de sus relaciones.

Al analizar el contexto actual, surgieron las dife-rentes transformaciones que lo han y lo están confor-mando.

Para dar cuenta de esas transformaciones se anali-zó en un cuadro, «a la luz del sentido común»(1) ydesde una dimensión temporal explícita («antes» y«ahora»), una serie de elementos que pueden ser agru-pados en actores, valores e instituciones.

Actores: Docentes; Jubilados; Nosotros.Valores: Solidaridad; Trabajo; Riqueza; Ecología.Organizaciones: Partidos Políticos; Sindicatos;

Medios de comunicación.Instituciones: Sociedad; Escuela; Universidad; Es-

tado; Fábrica; Familia; Ciencia; Empresa; Iglesia.Cada grupo de aproximadamente 20 personas,

debió anotar sus opiniones sobre la transformacióndel escenario en un papel afiche.

Las anotaciones de los seis grupos en torno a estoselementos, se discriminaban entre un «antes» y un«ahora». Surge entonces una pregunta: ¿cuál es larelación entre ambos momentos?

La respuesta significaba que, por ejemplo, un valorcontinúa vigente, que una institución se transformó, etc.

Es decir, la relación entre el «antes» y el «ahora»,¿implica una transformación, una continuidad, etc. enla naturaleza del actor, institución o valor?

Estos interrogantes remiten al imaginario de losagentes públicos en torno a estas transformaciones.Su indagación puede especificarse mediante otra pre-gunta: ¿cómo se construye el sentido que para esosactores tienen las «transformaciones»?(2)

Esto último implica mirar hacia el campo semióticoen busca de herramientas.

Un grupo analizó a la iglesia diciendo: «antes» era«más rígida» y «ahora» «es menos rígida».

La relación entre ambos momentos está dada porla continuidad de una determinada cualidad, pero queha variado en menos o en más su cantidad.

La presencia de muchos de estos casos en el discur-so analizado, confirma la regularidad del tipo de «trans-formación». Y por lo tanto la posibilidad de que exista larelación contraria: la de discontinuidad de la cualidad.

Esta discontinuidad implica que no existe relaciónalguna entre las cualidades del pasado y del presen-te: la iglesia ha pasado de ser «autoritaria», a estar«inmersa en la comunidad», por ejemplo.

Se tiene entonces la posibilidad de transformar lacontinuidad y la discontinuidad en un «eje semántico».

La transformación del Estado.El imaginario de los agentes públicos sobre el

contexto de la transformación

Por Ramón Adolfo Flores

El caso Formosa

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Surge así el cuadrado semiótico como una herra-mienta para analizar el discurso constituido por losafiches, los cuales fueron confeccionados por losagentes públicos en su reflexión sobre el contextoque hace de escenario para su labor actual.

- El cuadrado semióticoAl ser posible definir cualquier objeto semiótico

según el modo de su producción, los componentesque intervienen en ese proceso se articulan entre sísegún un «recorrido» que va desde lo más simple a lomás complejo, de lo más abstracto a lo más concre-to. Es decir desde un nivel profundo hacia uno super-ficial, desde el nivel semiótico hacia el nivel discur-sivo.(3)

Es en el nivel fundamental donde se debe situar alcuadrado semiótico.

Esta herramienta de análisis discursivo es un mo-delo estático y dinámico a la vez: está hecho de posi-ciones, puramente diferenciales, y de recorridos.

El modelo se construye con dos operaciones (ne-gación y aserción) y con tres relaciones que determi-nan las cuatro posiciones interdefinidas (contrariedad,contradicción y complementariedad). El punto departida es una relación cualitativa, de contrariedad,entre dos posiciones de sentido donde cada una deellas presupone a la otra, por lo que se forma un «ejesemántico» entre ambas.(4)

- Cuadrado semiótico de «las transformaciones enel escenario».

La continuidad o discontinuidad de una cualidades el «eje semántico» sobre el cual se indagará la rela-ción entre el «antes» y el «ahora» para cada elemen-to del afiche. Esto implica tomar los dos términos ensu relación de presuposición mutua, de contrariedady por lo tanto como opuestos.

Pero como el cuadrado tiene otra relación básicaentre sus posiciones, la de contradicción, surge en-tonces las posibilidades de negar tanto la continui-dad como la discontinuidad.

Negar la continuidad de una cualidad no es opo-nerle otra sino una cantidad. Es asegurar que la fami-lia pasó de ser «tradicional», a estar «desbordada» ycon «mayor comunicación».

Una «transformación» niega la discontinuidad cuan-do, entre el «antes» y el «ahora», ha ocurrido un cam-

bio tal que las cualidades de ambos momentos sonopuestas: en el pasado la familia estaba «integrada»y ahora está «atomizada». Es decir, ambas cualidadesse relacionan y por lo tanto se niega la ruptura derelación afirmada por la discontinuidad.

Se conforma así el cuadrado semiótico que intentadar cuenta de las diferentes relaciones entre el pasa-do y el presente de los actores, organizaciones, etc.

Este cuadrado será la herramienta para abordar alconjunto discursivo formado por los afiches.

Estas son algunas de las frases en los papelógrafos,las que manifiestan en superficie las posiciones desentido del cuadrado de las «transformaciones en elescenario».

1 - / Continuidad / - Pobreza.Pobreza: «Siempre existió»; Menos/más notoria;

Menos/más pobres; Menos/más visible.Estos pares entre el «antes» y el «ahora» muestran

la clara continuidad de la pobreza como fenómeno,pero un fenómeno que cambia cuantitativamente,que aumenta.

2 - / Discontinuidad / - Instituciones.Las instituciones han cambiado sus cualidades, y

en términos generales para bien.Universidad: Formadora/Informadora; Selectiva/

Accesible; Acceso Determinado/Mayor.Ciencia: Cerrada/Accesible; Individualista/Mayor

exploración; Poco desarrollada/Tecnificada.Iglesia: Autoritaria/Inmersa en la comunidad; Ma-

yoría católica/Penetración de culturas; Rígida/Participativa; Formal/falta de credibilidad.

Notas(1)Fragmento de la consigna paraanalizar esas transformaciones yanotarlas luego sobre lospapelógrafos.(2)El entrecomillado del término«transformaciones» se debe a queasí se denominó al cambio quetuvieron en el tiempo los valores,instituciones, etc.(3)Greimás, A. J. y Courtés, J.Semiótica. Diccionario razonado dela teoría del lenguaje: Estructura,Generativo, Nivel, Producción,Profunda. Ed. Gredos, Madrid, 1990.(4)Floch, J-M. Semiótica, marketing ycomunicación. Bajo los signos, lasestrategias. ¿Es Usted agrimensor osonámbulo? Ed. Paidós, Barcelona,1993.

Pobreza: continuidad Instituciones: cambio/Continuidad/ /Discontinuidad/

/No discontinuidad/ /No continuidad/

Valores transformación Casos aislados

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Sociedad: Llena de tabúes/Vive de apariencias;Transparente/Participativa/Individualista.

3 - / No Discontinuidad / - Valores.Todos los valores han sufrido una transformación

opuesta, y a excepción de la ecología, siempre nega-tiva.

Trabajo: Seguridad/Inestabilidad; Seguro/Inseguro;Abundante/Escaso.

Solidaridad: Comunidad/Individuo; Nosotros/Yo;Esfuerzo Compartido/ Interesado; Intensa/Débil.

Riqueza: Distribución/Concentración; Honestidad/Enriquecimiento Ilícito.

Ecología: Desconocida/Difundida; Ignorada/Valo-rada; No existía/de moda.

Como se puede apreciar, algunos de los pares notienen clara relación cualitativa entre sus términos.Hay que recordar que lo que se coloca en los extre-mos del cuadrado son acepciones, y no definiciones.

4 - / No Continuidad / - No es una operación regu-lar.

La negación de la continuidad, como relación en-tre el pasado y la actualidad, no posee regularidaden ninguno de los elementos. Es decir, no permitecaracterizar su «transformación».

Aparece sí dispersa en diversos elementos en losafiches de los diferentes grupos.

Familia: Tradicional/Desbordada, mayor comunica-ción;

Jubilados: Más valorados, remunerados, respeta-dos/Carga familiar, Estado, Empresas.

Ciencia: Poco desarrollada/Tecnificada.Sociedad: Simple y recibía mayor atención/Com-

pleja.Del análisis del corpus formado por los afiches

grupales, se desprende entonces un escenario cuyasprincipales «transformaciones» son:

- Continuidad de la pobreza como fenómeno queaumenta.

- Cambios positivos en las instituciones, en las cua-les se ha suplantado una característica por otra: igle-sia, universidad y ciencia.

- Transformación en los valores que implica unapérdida general de ellos.

Además se puede afirmar que: negar la continui-dad de algunas características del pasado no consti-

tuye, en el discurso analizado, una operación regularde construcción de sentido.

Negar la continuidad de una cualidad es oponerleuna cantidad, es negar que entre el «antes» y el «aho-ra» existe una relación.

Salvo casos aislados, los agentes reconocen siem-pre un proceso, ya sea de continuidad, de cambio ode transformación. Es decir, se reconoce una rela-ción entre las cualidades. Pues hay un consenso que«negar las cosas no ayuda, si las reconocemos sí va-mos a poder hacer algo».

La Transformación en el Estado

Los trabajos prácticos a distancia Nº 1 y 2 entrega-dos a mediados de marzo, tenían consignas que sig-nificaban lecturas críticas de los textos, y exposiciónde experiencias de los ámbitos de trabajo en el con-texto de la transformación del Estado.

En el Trabajo Práctico Nº 1, donde los textos eran«Nociones para pensar la comunicación y la culturamasiva» (María Cristina Mata), y «Cultura y sociedad»(Alcira Argumedo), la parte final de la consigna pedíauna articulación de los textos, a través de la pregun-ta: ¿Cuál es mi mirada sobre lo que sostienen los au-tores? Enunciar los acuerdos y los desacuerdos.

En el Trabajo Práctico Nº 2, la consigna fue «re-flexionar sobre el ámbito de trabajo cotidiano, tra-tando de recuperar experiencias que describan a partirde situaciones concretas como fue vivido el procesodescripto en los textos». El proceso es la transforma-ción del Estado. Los textos eran «Estado y sociedad»(Daniel García Delgado), y «El rol del planificadordespués de la caída del Estado Benefactor» (CeciliaCeraso).

La primera consigna significaba expresar los acuer-dos y desacuerdos, es decir, compartir y disentir.

Lo que comparten los agentes que entregaron sustrabajos, son los valores y propuestas de los textos, eldiagnóstico y la descripción. Algunos explicitan losvalores y las propuestas: análisis crítico, igualdad deoportunidades para los recursos humanos, nuevosmodelos sociales que impliquen cooperación y auto-gestión. Otros expresan su «acuerdo» con las autorasdel primer grupo de textos o alaban la certeza en la

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descripción «de lo que nos está pasando».En la mayoría de los casos los «acuerdos son casi

totales» e involucran a todo el marco teórico expues-to en los textos.

El disentir no está presente en los textos analiza-dos. Lo más cercano al concepto es la desconfianzahacia la suficiencia de los valores para asegurar eléxito del cambio, o la crítica hacia la escasez o faltadirecta de ciertas temáticas entre las abordadas porlas autoras.

Lo que ocupa el lugar del disenso es la opiniónque complementa al marco teórico compartido.

Y lo hace mediante los diagnósticos, propuestas yvalores de cada agente. Surge entonces la crítica cul-tural y moral a los medios, artistas, periodistas, etc.La propuesta y el diagnóstico: la educación es la «ur-gencia».

La segunda consigna involucra a la mirada perso-nal sobre el proceso de transformación desde la ex-periencia propia o ajena, de compañeros de trabajoo familiares.

Se critica así a la aplicabilidad del modelo de altaintegración y hasta la existencia de la crisis del esta-do de bienestar en la provincia de Formosa.

Las experiencias e historias funcionan como lamemoria del proceso de transformación del estado.

El discurso de los agentes se instala ya sea en laprescripción o en el relato.

La prescripción se construye a través de la cita deautoridad, la cual determina la centralidad de la es-cuela en todo proceso de cambio, o señala el poderdel sistema educativo. Las citas y el discurso que lascontiene se instalan en la prescripción cuando se or-dena: «la FAMILIA junto con la ESCUELA basadas enla SOLIDARIDAD».

Pero también los discursos particulares proponenuna mirada sobre la transformación del estado desdeel afecto.

Es la historia familiar la que se construye a partir delas transformaciones del estado.

«Mis bisabuelos» llegaron a fines del 1800 cuandoel estado se asociaba a la transformación deseada yasociada a la modernidad. «Ya [con] la siguiente ge-neración -mis abuelos- allá por 1918», comenzaron aaparecer las primeras fábricas, y son «mis padres [los

que] comentan» el auge del estado benefactor con elperonismo. Pues en «mi generación» se comienza avivir ya en un estado post social.

Hace 10 o 15 años atrás el Instituto de la Viviendano sólo respondía a la demanda sino que su oferta laexcedía. Sus empleados cuentan que «cuando se ibaa entregar determinado Barrio, tuvieron que ir a latienda Iñiguez para preguntar a los empleados (caje-ros) si querían una vivienda».

Es la memoria de los compañeros más antiguos enel trabajo, la que instala al estado benefactor en una«época de oro» que despierta nostalgias.

La transformación del estado y su contexto

En primer lugar, la transformación del estado esparte de una transformación del escenario en el cualactúan los agentes públicos.

El escenario de la acción estatal implica una continui-dad de la pobreza que crece día a día. Pero en un con-texto en que la riqueza ha perdido transparencia, hastalegitimidad: la riqueza es asociada a la corrupción.

Es decir, una transformación de valores que en tér-minos generales implica una pérdida de ellos, porejemplo de la solidaridad y el trabajo. Aunque laecología se haya transformado en un valor socialimportante y reconocido como tal.

Los agentes visualizan un cambio positivo en algu-nas instituciones como la universidad, la iglesia, laciencia y la sociedad. Mientras que en otras como laescuela, observan una contradicción que las acercaa la disfunción en términos de los valores. La escuela,por ejemplo, está más abierta al cambio pero se alejade la comunidad, y pasa de ser el segundo hogar aser un depósito.

La familia también se sume en contradicciones: si-gue conteniendo, existe una mayor comunicaciónpero se desintegra, y esta característica junto a suapertura significa para los agentes una pérdida devalores.

Aunque esto puede entenderse, ya que para ellosla sociedad misma atraviesa un cambio contradicto-rio en términos de valores positivos y negativos.

La sociedad adquiere dinamismo, se torna cambian-te y deja atrás la rigidez. Pero también se vuelve com-

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pleja e individualista, perdiéndose la estabilidad, laparticipación y la transparencia.

Todos los valores cuya pérdida se lamenta, remi-ten a una relación de tipo comunitaria, mientras quetodos los calificados como negativos son los que ca-racterizan a toda sociedad moderna.

Es decir, los actores sociales visualizan que su orga-nización social pasa de comunidad a sociedad. Y esen ese pasaje que se pierden los valores preciados.

El estado, por su parte, ha sufrido una «transforma-ción» compleja: continuidad, cambio y transforma-ción conviven.

La continuidad del paternalismo y asistencialismoestá acompañada de un cambio, de un pasaje ha-cia la delegación. El estado ha dejado de ser pro-tector y llegado hasta desentenderse. Pero tambiénse ha transformado pues tiene «intentos democrá-ticos» y comienza a exigir una participación activay grupal.

En este contexto se forma el grupo que compartevalores y deontología.

Los valores son los que se han perdido a nivel so-cial como solidaridad, participación y cooperación.

La deontología etimológicamente remite a «deontos»,

lo necesario, lo que debe hacerse.(5) Es decir a las pro-puestas de los autores leídos, las que son explícitamen-te compartidas en los trabajos a distancia.

Acude en refuerzo de este deber hacer, las citasde autoridad de algunos trabajos y las «reflexionesfinales» de otros.

Las citas refieren a la centralidad y poder del siste-ma educativo, además de a su actual resignificaciónsocial. Las «reflexiones finales», por su parte, impli-can construir democracia, promocionar el desarrollointegral en el ser humano y la confianza en él.

Mediante los valores y la deontología compartidase reinstaura la comunidad,(6) la que fue vivida comopérdida en las «transformaciones» de la sociedad.

La metodología de aprendizaje en grupo, la pers-pectiva comunitaria de la comunicación aplicada enel programa sirve de soporte a este proceso.

También la «transformación» del estado es vividacomo pérdida: la «época de oro» cuando sobrabanrecursos.

El afecto entonces determina al vínculo con el es-tado, no sólo por la nostalgia sino porque en sus dife-rentes etapas se formaron las generaciones: «su his-toria es la historia de mi familia».

(5)Deontología. Diccionario deFilosofía. Herder, Ed. Herder,Barcelona, 1996,(6)Comunidad. Diccionario Críticode Sociología, Ed. Edicial, BuenosAires, 1993.

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Facultad de Periodismo y Comunicación SocialSecretaría de Investigaciones Científicas y posgrado

Proyectos de investigación en curso

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Programa: Comunicación y CulturaDirector: Jorge Huergo

•Denominación:«Cultura mediática y producción de sentidos en prácticas y sujetos en laciudad de La Plata».Duración: 1/05/99 al 30/04/2001Director: Huergo, Jorge.Integrantes: Sanguinetti, Luciano; Fernández, María Belén; Saintout,Florencia; Falbo, Graciela; Díaz Larrañaga, Nancy; Morandi, Glenda;Alfonso, Alfredo; Poliszuk, Sandra; Iñíguez Rímoli, Natalia; Ballesteros,Anaís; Ceraso, Cecilia; Caprara, Susana; Ros, Mónica; Lacunza, Paula;Martín, María Victoria; Sabanés, Lisandro.Resumen Técnico:La investigación tiene por objeto la relación entre la cultura mediática yla producción de significados, considerando cuatro campos materialesque configuran subproyectos correspondientes:1.- el rastreo de aportaciones de algunas corrientes de pensamiento delsiglo XX sobre la producción de sentidos;2.- el relevamiento de los públicos y consumos culturales mediáticos enla ciudad de La Plata;3.- la comprensión de la producción de sentidos acerca de la culturamediática en los docentes de Educación General Básica4.- la comprensión de la producción de sentidos acerca de la lectura y laescritura en los estudiantes de la Facultad de Periodismo y Comunica-ción Social.

•Denominación:«¿Qué imagen de la persona anciana ofrece la televisión argentina?».Duración: 1/05/99 al 30/04/2001Director: Torre, Alfredo.Integrantes: Cuervo, Arturo; Flores, Ramón; Castillo, Ricardo.Resumen Técnico:Esta investigación intenta describir cómo se representa la imagen de lapersona anciana en la televisión abierta argentina, con sede en la Capi-tal Federal y La Plata, y cuáles son las razones que predeterminan laconformación de su perfil más dominante, según la perspectiva delemisor.Se parte de la idea de que existe un medio social en el cual abundan,por diversas razones de índole sociocultural y económica, actitudesnegativas hacia el proceso de envejecimiento, representadas por imá-genes estereotipadas a través de las cuales el anciano es percibido comodesválido, improductivo, enfermizo, resistente al cambio, en fin, una

carga social y económica. Esta generalizada percepción social del geronte,contribuye a su marginalización y desinserción social e inicia o refuerzaun proceso de deterioro progresivo que podría, según entienden losespecialistas, afectar finalmente la salud integral del mismo. ¿Cómo con-tribuye la televisión a realimentar esa imagen?

•Denominación:«La relación de los jóvenes con la política, percepciones y posiciones».Duración: 1/05/99 al 30/04/2001Director: Guerrero, Carlos.Co-Director: Peresson, Flavio.Integrantes: Mariani, Eva; Zapatería, Mónica; Cafasso, María Elena;Bianchi, Sandra; Pagano, Silvia.Resumen Técnico:El presente Proyecto investigará la percepción que tienen los jóvenes desí mismos como sujetos de la política. Mueve el interés de este equipoque en los últimos años, desde lo académico, los medios de comunica-ción, como así también desde los discursos que emanan de sectoressociales significativos (Estado, Iglesias, Partidos Políticos) se refiera lojuvenil a las modalidades de la moda, de la peligrosidad social o a lasdialécticas deseantes del mercado.Para nosotros esto implica deconstruir estas categorías que indirecta-mente naturalizan al joven como un ser ausente de política.La investigación pretende hacer visible si algunos acontecimientos delpasado inmediato del país pueden funcionar como experienciatraumática, a partir de lo relatado por los padres de estos jóvenes.Interesa ver como operan tanto las significaciones presentes como losefectos del relato del pasado en las percepciones que tienen los jóvenesde su relación con la política, en tanto sujetos o no de la misma.El campo de trabajo de la investigación serán aquellos agrupamientosque los jóvenes construyen para sí, como así también los lugaresinstitucionalizados para su participación.Interesa destacar que la atención estará puesta en el relato que éstosconstruyan (no en lo que se relata sobre los mismos).

•Denominación:«Pedagogía de la comunicación: análisis pedagógico de las accioneseducativas que se ejercen desde la televisión».Duración: 1/5/99 al 30/04/2001Director: González Gentile, Roberto.Integrantes: Silber, Julia Marta; Barcia, María Cristina; Fabián, Daniel;Hernando, Gabriela; Lavalle, Roxana.Resumen Técnico:La Pedagogía, pese a sus debilidades epistemológicas, tiene una dimen-sión claramente especificada cuando se trata del espacio educativo for-

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mal. Sus posibilidades de incorporarse al ámbito no formal e informal,aunque sustentadas en teoría, no están aún legitimadas.Esta investigación intenta explorar las posibilidades de una Pedagogía en elmedio de comunicación «televisión», cuya influencia se expande y profun-diza como acción educativa, y penetra con singular fuerza en el ámbitoformal.En los últimos tiempos ha crecido considerablemente el interés y la in-novación educativa en el campo de la educación a través de los mediosde comunicación. La presencia masiva de los medios de comunicaciónde masas en la vida cotidiana podría por sí mismo motivar la formacióngeneral acerca de, a través de y para los medios de comunicación entodos los niveles del sistema educativo.La educación a través de los medios de comunicación originariamentedaba prioridad a las nociones de representación parcial o desfiguración,a la programación limitada de las noticias y terrores morales en los me-dios de comunicación que crean sus propias explicaciones e impulsos; ya los estereotipos, ausencias y a la extraordinaria atención prestada a lasnoticias del público masculino dominante.Para esta investigación, se seleccionarán algunos tipos de programas, yse analizarán variables de interés como por ejemplo valores/contravaloresque en forma explícita u oculta contienen mensajes emitidos.Se espera aportar un conocimiento más preciso del tipo de influenciassociales que configuran la subjetividad en un contexto socio-histórico decrisis de paradigmas modernos al mismo tiempo que enriquecer el cam-po epistemológico de la Pedagogía desde una perspectiva no suficiente-mente investigada como es la de las prácticas educativas no formales.

•Denominación:«La tematización de los panoramas informativos radiofónicos en emiso-ras de AM y su correspondencia con el campo de la recepción, en or-den de interés y credibilidad, ante el proceso electoral de 1999».Duración: 1/5/99 al 30/04/2001Director: Bernetti, Jorge Luis.Co-Directoras: Depetris, Cielito; Sanguineti, Susana.Integrantes: Bosetti, Oscar; Kendziur, Guillermo; Trossero, Alberto;Brunelli, Anahí; Menzo, René; García, María Eugenia; Britez, Ana; Ramírezde Castilla; Biassatti, Cecilia; Armán, Erica Silvana.Resumen Técnico:Este proyecto se presenta como Proyecto Nacional Interuniversitario dePromoción de Desarrollo Académico Equilibrado de cuatro regiones delpaís que involucran, a través de sus investigadores, a las siguientes Uni-versidades: Universidad Nacional de La Plata; Universidad de BuenosAires; Universidad Nacional de Córdoba; Universidad Nacional de En-tre Ríos; Universidad Nacional del Litoral y Universidad Católica de San-ta Fe.

El mismo se realiza para brindar un panorama preciso sobre los panora-mas informativos radiofónicos de las emisoras seleccionadas pertene-cientes a las zonas de influencia de dichas unidades académicas, queresulten de su interés para ser utilizado como aporte a futuras estrate-gias comunicacionales; y en cuyos resultados se pueda reconocer laefectiva interacción cultural que se establece entre estos segmentos deprogramación y su recepción social.Y asimismo constatar la correspondencia entre los criterios de tema-tización y los niveles efectivos de interés y de credibilidad social quepermita desarrollar una interpretación integral de síntesis de la radio antecoyunturas políticas de relevancia nacional.El trabajo constará de cuatro etapas:1.- Marco teórico integrado al objeto de estudio. Primer registro y análi-sis de panoramas informativos (análisis de contenido); Primer estudio derecepción (encuestas y entrevistas en profundidad).2.- Marco teórico interpretativo sobre interacciones culturales. Segundoregistro y análisis. Segundo estudio de recepción.3.- Relaciones comparativas en cuanto a la evolución de los servicios ylos consumos informativos. Sistematización de los registros de etapas 1y 2.4.- Redacción de informes parciales. Conclusiones y redacción de docu-mento preliminar para su publicación. (Editorial Konrad Adenauer)

•Denominación:«Materiales para la capacitación. Los procesos de recepción de los do-centes».Duración: 1/5/98 al 30/4/2000Director: Díaz, Esther.Integrantes: Huergo, Jorge; Lopreto, Gladys; Valentino, Alejandra; Felli,Susana; Fino, Claudia; Morandi, Glenda; Díaz, Hernán.Resumen Técnico:Desde el comienzo del período democrático, a partir de considerar la edu-cación como factor fundamental de la democracia, así como inversión alargo plazo sumamente redituable, se puso en marcha un proceso de cam-bio educativo. Esto culminó en la LFE, uno de cuyos pilares es la capacita-ción docente, no librada como otras veces a la iniciativa particular de perso-nas o instituciones sino con indicación de tendencias precisas desde loestatal; se aportó además abundantes materiales e informaciones para lacapacitación de diverso origen. Conscientes de la importancia que esteproyecto reviste, nos proponemos investigar por un lado el material encirculación, a partir del cual se produce la construcción de sentido, perosobre todo los procesos de recepción por parte de los docentes, destinata-rios inmediatos del proceso comunicacional de capacitación, mediatizadoresimportantes del cambio educativo para las generaciones jóvenes, y al mis-mo tiempo miembros de un sector laboral numeroso.

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Programa:Comunicación, medios, periodismo y política

Director: Jorge Luis Bernetti

•Denominación:«Los multimedios en Argentina. Grupo Clarín. Influencia en el procesode construcción de la Agenda Pública (1999-2001)».Duración: 1/5/99 al 30/04/2001Director: Belinche, Marcelo.Co-Director: Lamanna, Gabriel.Integrantes: Bubenik, Miriam; Vialey, Patricia; Roche, Ana María; Elíades,Analía.Resumen Técnico:El Grupo Clarín ha demostrado capacidad de captura, selección, traduc-ción, utilización y construcción de la información circulante. Esto se tra-duce en lo que llamamos «agenda pública cotidiana», es decir los temasque se plantean en el plano mediático y se convierten en el centro deinterés generando consenso o rechazo social y estableciendo o no supropia continuidad.Es en esta continuidad donde radica la meta central de esta investiga-ción: establecer cómo esa capacidad, comprobada, de influencia de losmedios en la agenda pública cotidiana se manifiesta y traduce a media-no y largo plazo a partir del abordaje de un escenario político concreto,en este caso la campaña electoral de 1999 y en segundo lugar la transi-ción y traspaso de gobierno.Estudiaremos las columnas políticas de los tres medios que definen laorientación del Grupo (Diario Clarín, Radio Mitre y Canal 13) midiendosu impacto en la totalidad de la agenda mediática como generador yreceptor y, a través de entrevistas seleccionadas, muestreos propios ymateriales acordados con consultoras, su impacto a nivel político.Esto permitirá comparar con precisión hasta qué punto el Grupo, losmedios en general y la sociedad política son responsables de la cons-trucción de consensos o rechazos y redefinir, a partir de un plazo con-creto y un tema específico, el concepto de influencia desde un punto devista de los medios masivos de comunicación.

•Denominación:«Evaluación crítica del proceso de ejercicio de la libertad de prensa enArgentina, 1989-1990. Medios, periodistas y sistema político».Duración: 1/5/99 al 30/4/2001Director: Bernetti, Jorge Luis.Integrantes: Gabay, Sandra; Gardinetti, Ana; Morzilli, Elida; Turconi, Omar.

Resumen Técnico:El objetivo de la presente investigación es estudiar el desarrollo del ejer-cicio de la «libertad de prensa», derecho garantizado en la ConstituciónNacional, en los marcos del sistema político argentino entre julio de1998 y diciembre de 1999, el desarrollo del gobierno del presidenteCarlos Menem. Se analizará el concepto de «libertad de prensa» desdediversas perspectivas de la escuela crítica de los estudios de comunica-ción y de los estudios culturales. Se examinarán las articulaciones entreel poder político, sobre todo desde el Poder Ejecutivo Nacional y losProvinciales, los otros poderes como el Judicial y el Legislativo; la Iglesiay las Fuerzas Armadas con los medios de comunicación en relación conla vigencia de la «libertad de prensa».Se dará particular importancia a las agresiones físicas y simbólicas con-tra periodistas y empresas y se considerará el proceso de concentraciónde medios como condicionantes estratégicos de aquella.

•Denominación:«Comunicación Audiovisual y Procesos culturales. Información, medios y sujetos».Duración: 1/5/99 al 30/04/2001.Director: Vallina, Carlos Alberto.Integrantes: Porta, Paula; González, Santiago; Sanucci, María Elena; Coto,Patricia; Brunelli, Anahí; Díaz Larrañaga, Nancy; Lino, Susana; Barbieri,Alicia; Coscarelli, Adriana; Curto, Marina; Fino, María Rosa; García,Marcela; Maggiori, Luis; Souilla, Susana; Teodosio, María; Matiasich,Ileana; Augé, María Julia; Peña, Fernando; Bezzolo, Gustavo.Resumen Técnico:La Comunicación Audiovisual ha vivido transformaciones decisivas a partirde la incorporación de las nuevas tecnologías, alterando criterios tradiciona-les en la producción, distribución y consumo de bienes simbólicos. Las per-cepciones sociales, y las demandas y expectativas de sujetos no reconoci-dos históricamente en la configuración de los mapas gnoseológicos clási-cos, implica estudiar los medios y las mediaciones en la estructuración delas relaciones socioculturales y políticas. En primer lugar por la incidenciaque las discursividades e intertextualidades emergentes tienen respecto a laconsolidación de la actual etapa democrática en nuestra sociedad; y en unasegunda instancia por la revalorización que -hacia el pasado en términoscientíficos, religiosos y políticos- se manifiesta el papel de la palabraconceptualizadora en oposición a la civilización de la imagen.Por lo tanto el presente proyecto puede observarse como un marcointegrado y complementario de tres líneas constituidas por autonomíasrelativas, a saber: la investigación periodística audiovisual; las transfor-maciones de los lenguajes periodísticos y la incidencia y resignificaciónproductiva en la constitución del imaginario juvenil.

•Denominación:

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«Neotelevisión, juventud y política».Duración: 1/5/99 al 30/4/2001Director: Tello, Angel.Co-Director: Gassmann, Carlos.Integrantes: Alonso, Guillermo; Zangara, Juan Pablo.Resumen Técnico:La llamada «neotelevisión» incluye programas de gran repercusión entrelos jóvenes que apelan a distintos recursos paródicos e irónicos, inclusopara ocuparse del ámbito «serio» de la actividad política. Se proyectaanalizar tales programas, indagando tanto sus características como tex-tos audiovisuales (análisis en producción) como los modos en que serelacionan con ellos distintos sectores juveniles (análisis de la recepción).El propósito más general es explorar el vínculo entre este tipo de progra-mas y las culturas juveniles, especialmente en lo atinente a su relacióncon el mundo político.

•Denominación:«La prensa y el peronismo. 1943/1993».Duración: 1/5/98 al 30/4/2000Director: Barba, Fernando.Integrantes: Panella, Claudio; Sanz, Vilma; Arrondo, César; Fontichelli,Marcelo.Resumen Técnico:El propósito del presente proyecto es el estudio de la visión que delperonismo tuvo el diario «La Prensa» entre los años 1943 y 1993. La inten-ción es analizar la postura del citado medio de comunicación frente alperonismo, ejerciendo este movimiento político el gobierno o desempe-ñándose en la oposición. Paralelamente, se tratarán de desentrañar lasrazones de esta conflictiva relación y su perduración en el tiempo. Lasfechas límites del período a estudiar se relacionan, la primera, con el gol-pe militar de ese año que permitió el surgimiento del peronismo, y la otraporque se produjo la venta del periódico por razones económicas.

•Denominación:«Los grandes medios gráficos en Argentina y su política editorial duranteel período 1976/1983».Duración: 1/5/98 al 30/4/2000Director: Vallina, Carlos.Integrantes: Malharro, Martín; López Gisjberts, Diana; Fernández, Caro-lina; Sagasti, Ramiro; Puga, Lidia; Albertini, Emiliano; Vulcano, Leonardo.Resumen Técnico:Se realizará un análisis de la política editorial de los grandes mediosgráficos argentinos en relación con el Estado durante el período 1976-1983. La investigación abarcará los ejes temáticos claves para la com-prensión de la interacción que se establece durante la última dictadura

militar entre el Estado y la prensa escrita. La iniciativa permitirá recons-truir el comportamiento de la prensa escrita en el campo violencia ysociedad, discurso ideológico del poder, derechos humanos, censura,economía, los sindicatos, la cultura y la política internacional.

•Denominación:«El discurso periodístico de los medios y el golpe militar de 1976 desdela muerte de Perón hasta la’reorganización’ de Papel Prensa S.A.(1/7/74- 19/5/77)».Duración: 1/5/98 al 30/4/2000Director: Rodríguez Molas, Ricardo.Integrantes: Díaz, César; Giménez, Mario; Passaro, María Marta.Resumen Técnico:El presente proyecto tiene como objetivo analizar la posición de losprincipales diarios independientes de nuestro país como actores políti-cos, a través del análisis de su discurso, explicitado en los editoriales,notas de opinión, primeras planas y titulares. El estudio se circunscribiráal período iniciado con la muerte del presidente Juan D. Perón(1-7-1974) hasta la publicación de la solicitada que justifica el ingreso deLa Nación, Clarín y La Razón, en la empresa Papel Prensa S.A. comosocios del Estado (19-5-1997). En este período y tomando como puntode inflexión el golpe militar del 24 de marzo de 1976, intentaremosestablecer las continuidades y rupturas del discurso de los diarios frentea distintos actores (partidos políticos, fuerzas armadas, iglesia, poderesconstitucionales) y problemáticas ( el derrocamiento del gobierno deIsabel Perón, libertad de prensa, la censura y autocensura).

•Denominación:«Impacto de la guerra civil española en la cultura mediática de la Argen-tina (1936-1939)».Duración: 1/5/98 al 30/4/2000Director: Nessi, Angel.Integrantes: Pujol, Sergio; Colombo, Susana; Ogando, Alejandro; TizioSilvia; Mileo, N.Resumen Técnico:Se procederá a un relevamiento heurístico de los principales mediosgráficos y sonoros de la Argentina entre 1936-1939, con lo cual se po-drá evaluar críticamente el impacto de la GCE en lo que denominamosla cultura mediática de la sociedad argentina. La investigación permitiráesclarecer diversas problemáticas de índole interdisciplinaria: los crite-rios de agenda de los diarios argentinos de la época; los intereses políti-co-ideológicos de las empresas periodísticas; el funcionamiento de dife-rentes grupos de presión (internos y externos) que inciden sobre unaprensa que se debate, en el contexto sociopolítico de los años 30, entrela libertad y la censura; los efectos «culturales» de la GCE, etc.

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Programa: Comunicación, globalización ydefensa nacional

Director: Angel Tello

•Denominación:«Políticas de comunicación. Conflictos. Memoria e información».Duración: 01/05/99 al 30/04/2001Director: Giordano, Carlos.Integrantes: Milito, Carlos; Rueda, Leonardo; Alfonso, Alfredo; Dell Aqua,Luis; Bontempo, Máximo; Rodríguez, Gastón; Souza, Silvina; Rojo,Gabriela; Insaurralde, Sandra; Torres, Mercedes; Tapia, Ana María; Giacci,Vanesa; González, Néstor Daniel; Martinic, Martín; Varela, Nadya;Migliorati, Mario.Resumen Técnico:En esta investigación nos proponemos establecer un diagnóstico sobreel uso de la información en aquellas situaciones enmarcables dentro delo que se denomina conflicto bélico de magnitud y trascendencia global;vincular las grandes decisiones mediáticas, las personas que trabajanpara su implementación y los resultados aparecidos en «pantalla»; reco-nocer los sujetos sociales de las producciones comunicacionales masi-vas y sus efectos en los imaginarios simbólicos; recopilar los materialesmediáticos surgidos de las prácticas comunicacionales estudiadas; ana-lizar las características distintivas y sus particularidades operativas; clasi-ficarlas y verificar la necesidad de proyectarlos hacia el conjunto de laproblemática en función de la nueva escena sociocultural.Definiendo, para el presente proyecto, un recorte investigativo que cru-za dos formas de registro: por un lado, los materiales informativos quedan cuenta de lo observable en aspectos tales como la Guerra deMalvinas y las acciones posteriores que permiten contextualizar y en-tender los procesos decisionales de la materia, los enviados especiales aconflictos contemporáneos, los corresponsales independientes, los vo-ceros profesionales, los relatos espontáneos y las memorias; y por elotro, los materiales regionales que han surgido en diferentes etapas his-tóricas reflejando construcciones narrativas institucionales, colectivas,individuales, no sólo en relación al universo mencionado sino amplian-do la búsqueda hasta la organización sistemática de los materiales reco-pilados en un verdadero sistema de archivo de la memoria audiovisualque contextualice y opere como repositorio científico-productivo.Estas acciones tienen el sentido de posibilitar el diseño de decisionespolítico-comunicacionales que interpreten las nuevas complejidades entreel conocimiento y la producción comunicante, entre la sociedad civil ylos procesos definidos bajo el término genérico de globalización; que,

en relación con los nuevos sujetos del consumo y la realización, esta-blezca criterios cuya aplicación tenga una validación en el reordenamientodel campo específico; y estimule una comunidad científica creadora quesea capaz de abrir una nueva perspectiva a los procesos de produccióny circulación correspondientes a las innovaciones tecnológicas, a las pre-sentes sensibilidades y a los actuales tipos de disfrute, uso e intercambiode los mensajes informativos, en el universo de estudio definido.

•Denominación:«Conflicto y comunicación en la región. Alternativas posibles a la re-formulación de un pensamiento estratégico y al rol de las Fuerzas Arma-das en el Mercosur».Duración: 1/5/98 al 30/4/2000Director: Tello, Angel.Integrantes: Szeinfeld, Jorge; Negrotto, Adolfo; Vulcano, José; Panei,Marcelo; Pignotti, D.Resumen Técnico:Partiendo del análisis de la globalización vamos a estudiar la región: loscuatro países que forman el Mercosur mas Chile. La consolidación de laintegración demandará un centro político y un pensamiento estratégicocomún, en un mundo en el cual predomina la incertidumbre acerca delfuturo. Este centro debe detectar los conflictos y prever las respuestas a losmismos, teniendo en cuenta que existen problemas entre los miembros delMercosur, como también entre éstos y el resto del mundo. Las FFAA, quehan aplicado en el pasado doctrinas contrarias a los intereses nacionales denuestros países, hoy enfrentan el desafío de redefinir sus misiones y funcio-nes a partir de las nuevas amenazas que pesan sobre las naciones y sobre laregión en su totalidad. A ello debe agregarse el estudio del factorcomunicacional, como un elemento importante para la consolidación de laregión y del rol de las FFAA.

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Programa:Comunicación, lenguajes, discurso y poder

Director: Juan Angel Magariños de Morentin

•Denominación:«El museo como acto comunicativo. Su producción e interpretación».Duración: 01/05/99 al 30/04/2002Director: Magariños de Morentin, Juan Angel.Co-Directora: Filpe, Mercedes.Integrantes: Coto, Patricia; Guitelman, María; Langard, Eleonora; SuárezGuerrini, Florencia; Noel, Fabiola; Houequebie, Elena; Toldo, Cristian.Resumen Técnico:El proyecto se propone elaborar un modelo de análisis del museo. Estemodelo de análisis se construirá a partir de las propuestas teóricas vi-gentes acerca de procesos comunicativos complejos, considerándoseespecialmente, además de los estudios de museología, las corrientes delos llamados «estudios culturales», la semiótica cognitiva, la pragmática yla teoría de la recepción.El desarrollo empírico de la investigación consistirá en el relevamiento delos museos existentes en la ciudad de La Plata y en el estudio de las carac-terísticas comunicativas de un reducido número de entre dichos museos,a modo de contraste continuo y progresivo de la eficacia del modelo deanálisis en elaboración. Se espera que este modelo de análisis pueda ser-vir como guía programática para diseñar nuevos museos y para reformularlas propuestas comunicativas de museos existentes, en especial atendien-do a la creciente demanda de interactividad entre exhibición y visitantes.

•Denominación:«Los mundos semióticos posibles: su aplicación metodológica en la co-municación verbal y gráfica».Duración: 1/5/98 al 30/4/2001Director: Magariños de Morentin, Juan Angel.Integrantes: Poccioni, Teresa; Caggiano, Sergio; Cingolani, Gastón; Ca-ballero, Carlos.Personal de apoyo: Fabre, Analía; Barbieri, Ariel; Seminara, Guillermo.Resumen Técnico:Este proyecto se propone 1) identificar, 2) aplicar, 3) e ir poniendo adisposición operativa de los investigadores en ciencias sociales el instru-mento analítico que hemos denominado «Mundos Semióticos Posibles».Provisionalmente, se formula la hipótesis de que este instrumento esadecuado para explicar, al menos en su estructura elemental, los proce-sos de producción de la significación de los fenómenos sociales, a tra-

vés de los discursos (en nuestro caso: verbales y gráficos) que circulanen la sociedad en estudio.Para ello, trabajaremos sobre dos ámbitos experimentales diferentes(cada uno a cargo del correspondiente sub-equipo): (1) el análisis delas fuentes políticas, académicas y sociales, verbales y escritas, queproduce el bonaerense y/o se le proponen al bonaerense como refe-rencias identificatorias y (2) el análisis de las imágenes (materiales) vi-suales que produce el bonaerense y /o se le proponen al bonaerensecomo referencias identificatorias.

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Programa:Comunicación, planificación y gestión

Director: Martín Cortés

•Denominación:«La problemática universitaria nacional. Antecedentes, situación actualy perspectivas. Diagnóstico de Comunicación Institucional y Estudio deposicionamiento destinados a docentes y alumnos de la UNLP».Duración: 01/05/99 al 30/04/2001Director: Guerrero, Carlos Armando.Co-Directores: Lamanna, Gabriel; Cozzi, Carlos. Integrantes: Mendoza Padilla, Miguel; Castro García, Gustavo; Castillo,Marcelo; González, Gustavo; Varnier, Cristian; Frisorger, Fabricio; Negri,Gabriel; Pellegrino, Laura; Nápoli, Marcos.Resumen Técnico:La investigación consiste en la elaboración de un Estudio de Comunica-ción Comparativo, a fin de establecer los temas universitarios que atraje-ron la atención de los medios periodísticos y el tratamiento que le die-ron a los mismos, y a la vez, cotejar los resultados con la opinión de lospropios docentes, graduados y alumnos de la UNLP, a partir de lareinstauración democrática.Las problemáticas sobre las que se hará hincapié son: el nivel de la cali-dad de la enseñanza universitaria; el grado de aceptación o rechazo y elnivel de contribución de los cursos introductorios de ingreso; el nivel deinteracción existente entre las actividades docentes, de investigación yde extensión; la inmediata inserción en el mercado laboral de los reciéngraduados; el nivel de percepción y explicitación que los docentes, gra-duados y alumnos de la UNLP tiene sobre las problemáticas menciona-das.Las tareas se sustentarán en la aplicación de dos métodos comuni-cacionales básicos: el Diagnóstico de Comunicación Institucional y elEstudio de Posicionamiento.

•Denominación:«Planificación y gestión de la comunicación. Formación académica yalternativas mediáticas».Duración: 01/05/99 al 30/04/2001Director: Giordano, Carlos José.Co-Directores: Masiuk, Juan Domingo; Fernández, Nancy.Integrantes: Frávega, Adriana; Villamayor, Claudia; Uranga de Simone,Washintong; Bruno, Daniela; Dell Aqua, Luis; Bubenik, Miriam; Pintado,Eleonora; González, Andrea; Ledesma, Liliana; Gesino, Alejandra

Resumen Técnico:El presente proyecto articula, desde una concepción integradora de losestudios superiores y las prácticas mediáticas, tres líneas de investiga-ción que observan particularidades principales de la constituciónepistemológica del campo de la comunicación:-De la utilización de un paradigma único en los estudios de la comunica-ción social a la triangulación metodológica;-Formación académica, práctica e imaginarios profesionales en la plani-ficación de la comunicación; y-Alternativas para la planificación y la gestión de radios públicas, priva-das, comunitarias y ciudadanas (tres experiencias de gestión en la ciu-dad de La Plata); lo que posibilitará el desarrollo de estrategias integra-das de acción pedagógica en vista de aplicaciones profesionalesparadigmáticas.

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L e c t u r a s

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Este libro consta de dos conferencias televi-sadas dadas por Pierre Bourdieu en el Collègede France en 1996 y retransmitidas por ParísPremière en el mismo año. En los anexos, apa-recen dos artículos que presentan de formamás rigurosa los temas desarrollados en lasconferencias.

Bourdieu enmarca este trabajo Sobre la Te-levisión en su teoría social, en la que sustituyela noción hueca de sociedad por las de cam-po y espacio social que no consiste en unatotalidad única integrada sino que, más bien,consiste en un conjunto de esferas de «juego»relativamente autónomas que no podrían re-ducirse a una lógica societal única.

Dos de sus conclusiones fundamentales son,por una lado, el que la Televisión pone en peli-gro las esferas de la producción cultural (arte,literatura, filosofía, ciencia), menoscabando laautonomía de éstas y sometiéndolas a las exi-gencias de la claridad y el éxito comercial, endesmedro de la rigurosidad -para las produc-ciones científicas- y de la experimentación enlas producciones artísticas; por otro lado, cómolas producciones culturales se uniformizan bajola tiranía de los índices de audiencia. De estamanera, los productos culturales están subor-dinados a la lógica del mercado, resignando sucarácter subversivo y de vanguardia.

El autor concibe a las conferencias comouna «intervención», ya que su situación deenunciación no está coercionada por las con-diciones de producción del medio televisivoque limitan la expresión y comunicación: el

tiempo, el tema, el conductor (animador operiodista) y la técnica. Sin embargo, recono-ce que debe adecuar su discurso de forma talque pueda ser comprendido «por todos», loque obliga al autor a realizar «simplificacionesy aproximaciones».

Su análisis consiste en una mirada atentasobre los mecanismos de censura invisible quese ejercen dentro del campo periodístico, quehacen de la televisión un instrumento de man-tenimiento del orden simbólico y una formaparticularmente perniciosa de violencia sim-bólica. Aclara que, este análisis sociológico quetoma por objeto de estudio a los periodistas,no es una labor de denuncia ni de «ataque»sino más bien una labor de investigación quebusca desocultar los hilos invisibles que tra-man a las prácticas periodísticas.

Según el autor, la Televisión privilegia lossucesos, «elementos de distracción» para «to-dos los gustos» que encubren lo verdadera-mente importante, llenando el tiempo devacuidad. El gran problema, según el planteode Bourdieu, un sector importante de la po-blación tiene a la TV como única fuente deinformaciones. De esta manera, «la Televisiónposee una especie de monopolio de hechosobre la formación de las mentes de esa partenada desdeñable de la población».

Afirma enfáticamente que la Televisión poneen peligro la vida política y democrática: porun lado, por el mecanismo de ocultar mostran-do, que no provee a la población la informa-ción verdaderamente importante para que estapueda ejercer conscientemente la ciudadanía;por otro lado, porque produce efecto de reali-dad, es decir, da vida a ideas o representacio-nes, provocando movilización o desmo-vilización. Es así, que la Televisión se ha cons-tituido como el árbitro de acceso a la existen-cia social y política. Estas conclusiones de suinvestigación están basadas en su perspectivamoderna -racional e ilustrada- que concibe ala razón y al conocimiento como los dos pila-res fundamentales de la democracia.

Editorial Anagrama, S.A., Barcelona, 1997.Colección Argumentos. 138 págs.

Pierre Bourdieu

Sobre la Televisión

Luciana AgüeroMaría Laura Ferrandi

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En esta investigación, Bourdieu aplica lasconceptualizaciones de su teoría del espaciosocial -campo y habitus- trabajándolo desdeel criterio de vigilancia epistemológica (verPierre Bourdieu, El oficio del sociólogo); exa-minando y problematizando los conceptos ytécnicas en relación a lo que se está cono-ciendo. «El mundo del periodismo es un micro-cosmos que tiene sus leyes propias y se defi-ne por su posición en el mundo global, asícomo por las atracciones y las repulsiones a laque los someten los otros microcosmos».

La autonomía del campo periodístico impli-ca que posee leyes propias, interacciones es-pecíficas y relaciones de fuerza (de lucha) quese han constituido históricamente. Así, la Te-levisión dentro de este campo -que en su ori-gen (década del ’50) dependía política, eco-nómica y culturalmente del Estado- progresi-vamente ha invertido esa relación y tiende avolverse dominante, económica y simbólica-mente, en el campo periodístico.

Con el subtítulo «La circulación circular dela información», el autor se refiere a que, pesea las supuestas diferencias entre las produc-ciones periodísticas, se ocultan grandes simili-tudes, que van desde el recorte de las fuentesde información hasta la lógica de la compe-tencia. Plantea, que esta lógica en el campodel periodismo, paradójicamente, en vez dediversificar homogeneiza, porque provoca elefecto de enclaustramiento. Y esto se debe aque, por un lado, la producción periodísticaes colectiva, el propio oficio exige la in-terlectura entre los diversos medios, hay in-fluencias mutuas y complicidades entre losprofesionales; y por otro lado, la excesiva pre-sión del índice de audiencias que «se convir-tió en un criterio periodístico» de legitimación,por excelencia, de las producciones.

Otro efecto de la supremacía del índice deaudiencias, es la presión de la urgencia quegenera una rivalidad temporal por la primiciainformativa. Bourdieu describe cómo se desa-rrolla en la Televisión la relación negativa en-

tre la urgencia y el pensamiento. Respecto deesto, plantea dos problemas relacionados: elprimero, la aparición en la televisión de losfast thinkers, personas que «piensan medianteideas preconcebidas, tópicos, comunes alemisor y al receptor»; y el otro problema estádado en la comunicación puesto que es «ins-tantánea, no existe o es sólo aparente» ya quelas ideas son prepensadas.

Según el autor «la Televisión no resulta muyfavorable para la expresión del pensamiento»ya que el despliegue del mismo implicaría unmayor uso del tiempo para poder «desbaratarlas ideas preconcebidas, para luego demos-trar las propias».

Los agentes sociales que intervienen en elcampo periodístico están sujetos a las propiasleyes de éste. Así como entablan específicasinteracciones y relaciones de fuerza entre sí,también luchan por apropiarse del capital sim-bólico y por el posicionamiento en el campo.Sin embargo, Bourdieu describe otra similitudentre los periodistas «comparten característi-cas comunes por su condición, procedencia,formación», esto consiste en categorías depercepción y de pensamiento, habilidades,«formas de hacer» y accionar, a las que estánsometidos de manera inconsciente. Así, los

periodistas están siendo dominados por estosmecanismos invisibles de censura que restrin-gen su libertad de elección y expresión; einversamente, ejercen dominación y censuraporque «son dueños de los medios de expre-sarse públicamente, de alcanzar notoriedadpública, y en definitiva, porque imponen suvisión de mundo.

En este trabajo Sobre la Televisión, Bourdieumantiene su postura ética de que todo traba-jo científico implica una acción política. Tam-bién desarrolla propuestas políticas, una diri-gida a los mismos periodistas, la de realizaruna resistencia colectiva a la corrupción es-tructural del campo periodístico; y la otra, re-ferida a las esferas de producción cultural, enla que plantea la necesidad de «defender elesoterismo inherente a cualquier tipo de in-vestigación de vanguardia y la necesidad dehacer accesible lo esotérico y de luchar paraconseguir los medios para hacerlos en bue-nas condiciones». Su idea consiste en trabajarpara universalizar las condiciones de accesoa lo universal; es decir, educar para elevar elnivel de la recepción. Y afirma, de forma con-tundente, que «se puede y se debe luchar con-tra los índices de audiencia en nombre de lademocracia».

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Mapas nocturnos, es un encuentro de in-vestigadores de Argentina, Colombia, España,México y Perú, que se dieron cita para revisarel camino recorrido por los estudios de co-municación y las ciencias sociales, a diez añosde la publicación de la obra de Jesús Martín-Barbero, De los medios a las mediaciones.

El libro engloba un total de dieciséis ensa-yos, expuestos en cuatro capítulos que dancuenta de los puntos de cruces, sus distanciasy cercanías, de la propuesta barberiana, conotros pensamientos y modos plurales de usodel concepto de mediaciones en campos es-pecíficos de las ciencias sociales en Iberoa-mérica.

El primer capítulo titulado Cartografías, loinicia Néstor García Canclini ensayando un

juego de preguntas y respuestas acerca de loque la obra de Martín-Barbero, le aportó teó-rica y metodológicamente, y los caminos quea partir de este se fueron trazando. Ademáspropone una revisión de la teoría y las políti-cas educativas en vistas de las concentracio-nes mediáticas de la última década, vislumbran-do un pasaje de las mediaciones a los medios.En tanto el segundo artículo, de H. Herlinghaus,plantea una discusión acerca de la hegemo-nía en la conceptualización del otro cultural,que sigue siendo dominada por los antiguoscentros de la modernidad, y la necesidad depasar a trabajar conjuntamente medios y me-diaciones, debido a la centralidad de estos enLatinoamérica.

En este mismo capítulo, se incluye un textode Elíseo R. Colón, quién a través de un diálo-go entre Martín-Barbero y Walter Benjamin,

reconstruye, desde la trama estética e históri-ca, la propuesta metodológica y analítica delo social que se encuentra en De los medios alas mediaciones.

Y cerrando este primer capítulo se encuen-tra el ensayo de Javier Protzel, donde analizalas rupturas y continuidades que han surgidoa lo largo de las obras de Barbero, poniendoénfasis en los momentos de aparición de es-tás, pero no sólo en lo que refiere al autor,sino principalmente a los cambios que radica-ron en torno a las obras.

El capítulo dos marca los Itinerarios por losque ha transitado la obra de Jesús Martín-Bar-bero, y como a su paso se fueron experimen-tando corrimientos teóricos, y nuevas prácti-cas investigativas y académicas. En el relatode este transitar, varios autores rescatan con-ceptos, lecturas y problemáticas que se pre-sentaron en el momento en que surge la obraDe los medios a las mediaciones, como así tam-bién los desafíos actuales que se plantea estaperspectiva, que en algunos casos surgen delpropio desarrollo de esta propuesta y, en otros,de los cambios y transformaciones de las pro-pias prácticas sociales, que se generaron enestos diez años.

Este capítulo presenta siete ensayos, entrelos que se encuentran, un artículo sobre losaportes teóricos de Barbero a la historia de lacomunicación de los estudios catalanes. Unapropuesta de Guillermo Orozco Gómez deno perder de vista los medios por una malainterpretación de la propuesta barberiana, ysumando a esta plantea algunas claves paraseguir estudiando las relaciones de los mediosy sus procesos de recepción.

Un texto de Williams F. Torres que relata laforma y el contexto en el que surgen los dis-cursos de Martín-Barbero y cuáles fueron lastransformaciones que se produjeron en el pen-samiento colombiano.

A los anteriores se suman los ensayos deRossana Reguillo, «Rompecabezas de una es-critura: Jesús Martín-Barbero y la cultura en

Mapas nocturnos

Pablo Jerónimo Bertoni

Universidad Central de Santafé de Bogotá, 1998.

Varios autores

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América Latina». El artículo de Mónica Z. Par-do, «Algunos efectos de la noción de media-ciones en las ciencias sociales en Colombia».Un texto de Fabio López de la Roche, «Histo-ria y política en De los medios a las mediacio-nes de Jesús Martín-Barbero». Y por últimocerrando el capítulo, Ana María Lalinde ensa-ya «La legitimación del campo intelectual dela comunicación: un tema de la agenda parael próximo milenio».

El capítulo tres, Diásporas, propone unamirada acerca de viejos y nuevos lugares don-de se entrecruzan la comunicación, la cultura,los medios y la ciudad y las distintas perspec-tivas desde las que se los puede abordar.

Es el caso del primer ensayo donde, GermánRey describe la injerencia del teleteatro en laconstitución de nuevas prácticas sociales, ycomo éstas se relacionan con la telenovela yla radionovela. A su vez en otro artículo laautora Erna von der Walder plantea algunoselementos para abrir la mirada de los estudiosliterarios hacia la cultura de los medios masi-vos a partir de la obra de Barbero y relacio-nándola con la de Angel Rama.

Otro artículo interesante de este capítulo,cuya autora es Elizabeht Lozano, realiza unintento exploratorio de acercarse a la culturadesde la comunicación: sondeado un entra-mado cultural a partir de interrogar su texturaexpresiva, en este caso la ciudad.

El último ensayo del capítulo tercero, a car-go de Raúl Fuentes Navarros es llamativo porla metodología que utiliza (bibliometría) y lasconclusiones a las que llega, dejando entreverel protagonismo, las lecturas, los usos y las pro-yecciones, que se hacen en América Latina, conla obra De los medios a las mediaciones.

Por último, el capítulo cuatro, Descentra-mientos, es un ensayo de Jesús Martín-Barbe-ro, que bajo el título «De la comunicación a lafilosofía y viceversa: nuevos mapas, nuevosretos», rememora sus vertientes filosóficas yla necesidad de volver a la filosofía parareaprender el sentido de la crítica, desarrollan-

do luego los motivos por los cuales afirma quees momento de ligar la reflexión teórica a losespacios de la práctica, siendo necesario dise-ñar un nuevo mapa cultural para lo países deLatinoamérica, a fin de contrarrestar la múlti-ple exclusión del otro, que se vive hoy en lassociedades latinoamericanas.

Y relacionado con lo anterior plantea nue-vos retos a los que se deben enfrentar los in-vestigadores de la comunicación y las cien-cias sociales, siendo estos el fantasma de laglobalización, y el repensar la técnica: lo quesignifica pensar juntos el hipertexto y elpalimpsesto y el reconocimiento de una nue-va figura de razón.

Finalizando el capítulo describe la proble-mática del futuro donde se gestan las posibili-dades de cambio, y cuales son los mayoresinconvenientes que se deben sortear, siendouno de ellos el problema de la educación y surelación con la tecnicidad mediática.

Del libro en su conjunto se rescatan las múl-tiples miradas que sus autores le imponen alproceso de los estudios de comunicación enLatinoamérica. Como así también las múltiplesproblemáticas que reconocen a lo largo de todoel continente, en algunos casos compartidas,en otros presentando enfoques particulares quesugieren nuevos debates en el proceso de se-guir construyendo el campo de la comunica-ción y de las ciencias sociales en general.

La propuesta para los posibles lectores esretransitar la obra De los medios a las media-ciones, pero desde la mirada de algunos in-vestigadores latinoamericanos que luego dediez años, hacen una revisión del desarrollode los planteos teóricos y de las aplicacionesprácticas, de la propuesta de Martín-Barbero,buscando aquellos puntos donde la teoría lo-gró superar lo hecho hasta el momento y con-tando algunos resultados y experiencias queofician de nuevos puntos de partida.

Editorial Paidós, Barcelona, 1998.1° edición, 127 páginas.

Titulo original: La mondialisation de lacomunication. Publicado en francés por Presses

Universitaires de France, París.

La mundializaciónde la comunicación

Armand Mattelart

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«La internacionalización de la comunicaciónes el fruto de dos universalismos: la Ilustracióny el Liberalismo». El presente libro del belgaArmand Mattelart presenta un análisis riguro-so de la formas sociales que ha asumido elproceso de internacionalización a través deltiempo, proponiéndose inscribir la etapa ac-tual como una nueva fase de la apertura almundo, en que «las redes de comunicaciónen tiempo real están configurando los nuevosmodos de organización del planeta».

Rompiendo con la visión hegemónica de lasteorías americanas sobre el campo de la co-municación que han luchado y luchan porconvertir el campo de estudio de la comuni-cación en una disciplina distinta a las cienciassociales, separada de las ciencias sociales,Mattelart reflexiona críticamente sobre las ca-tegorías que desde la «comunicología» sonreductibles: comunicación/globalización vistocomo un proceso de universalización.

Mundialización/Globalización no son lógi-cas de análisis acabadas sino muy por el con-trario, son partes de procesos en permanentetensión. La Mundialización de la Comunicacióndeviene un instrumento de importancia parael ámbito académico, por el abordaje críticode los conceptos Mundialización/Glo-balización, como términos que «se han difun-dido en el mundo incluso antes de que se hayaestablecido su definición como instrumentode análisis». Aporta nuevos enfoques sobrelos vínculos que se establecen entre lo «global»y lo «local», que dan evidencia de las fracturasentre unos sistemas específicos y un campoeconómico unificado, rompiendo con la ideaanterior de la fatalidad de la monocultura yprovocando que el resultado de la marcha dela humanidad hacia la integración aparezcacomo un enigma.

Quien en 1973 junto a Ariel Dorfman gene-rará un profundo debate entre marxistas, es-tructuralistas y hasta psicoanalistas, con Paraleer al Pato Donald, hoy con La Mundializaciónde la Comunicación advierte la reproducciónde las desigualdades que crecen con el avan-

María Lourdes Ferreyra y Luis Donadío ce de las comunicaciones, la globalización delos mercados y el libre desplazamiento depersonas, bienes y mensajes como nuevas for-mas de exclusión; y reclama pensar las conse-cuencias sociales de la globalización para evi-tar sus efectos negativos.

Giovani Sartori

El primer gran incentivo para adentrarse ala lectura del último libro de Giovanni SartoriHomo videns, es preguntarse por qué el po-litólogo italiano abandona transitoriamente eldebate que lo contuvo durante tantos años ytantos libros, reflexionando sobre las estructu-

ras políticas de las democracias occidentales,para pasar a dar cuenta de las grandes res-ponsabilidades sociales que tiene la televisióncomo agente social. Tal vez esta pregunta nostermine demostrando que la actitud del au-tor no significa pensar el abandono de undebate para situarse en otro, sino que solose trata de un corrimiento estratégico paracontinuar la misma discusión desde un lugarmás amplio y abarcativo. Desde este contex-to, Sartori no es el único que lo hace, ni tam-

Homo videns. Lasociedad teledirigida.

Daniel González

Editorial Taurus, Madrid, 1998.

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poco la televisión es a Sartori al único que selo propone.

Lo cierto es que la mirada que Homo videnspropone acerca de la televisión y su impactosocial devino en un entrecruce de opinionesprotagonizado por gran parte de los principa-les intelectuales que operan en el campo dela comunicación.

La primera descripción de Sartori es con-textual: «nos encontramos en plena y rapidísi-ma revolución multimedia y la tesis de fondoes que el video está transformando al homosapiens, producto de una cultura escrita, enun homo videns para el cual la palabra estádestronada por la imagen». Este, el homovidens, es el producto de la influencia de latelevisión y el resto de los formatos audio-visuales en la formación de los hombres, so-bre todo los niños, provocándole en su rela-ción un «empobrecimiento en sus estímulos,un reblandecimiento en sucapacidad de com-prender y marcando al adulto durante toda suvida a una atrofia cultural». Es que Sartori su-giere que la imagen no da, por sí misma, nin-guna inteligibilidad y que su construcción y sucontenido informativo son insuficientes, pro-vocando por tanto en los hombres, «una atro-fia en la capacidad de entender».

El concepto desalentador, escéptico yapocalíptico que el autor instala en el debateque rodea a la televisión, no solo desecha a laposibilidad de pensar a la TV como a un espa-cio de construcción social de conocimiento,sino que también niega tantos esfuerzos delos intereses, que incorporaron el formatoaudiovisual a sus prácticas, en pos de recono-cer sus potencialidades formativas. Sartori in-siste «un conocimiento mediante imágenes noes un saber en el sentido cognoscitivo del tér-mino y que, mas que difundir el saber, erosionalos contenidos del mismo». La «dicotomía» ima-gen-palabra es una concepción que Sartori asu-me propia. La misma justificó el reproche deUmberto Eco que desestimó tal enfren-tamiento entre los formatos y remarcó que

actualmente hay un importante crecimientoen la lectura de libros, y que esto es gracias aun incentivo difundido por la TV.

Sin embargo, en esta discusión, el politólogoitaliano no se encuentra solo. Son muchos losintelectuales que se suman, implícita o explí-citamente, a la crítica a la televisión, y diferen-tes son las manifestaciones. La última noveladel escritor belga Jean-Philippe Toussaint, Latelevisión, narra la historia de un profesor quedispuesto a escribir un ensayo sobre Tiziano yCarlos V decide dejar de ver la televisión. Actoseguido describe un enfrentamiento entre elarte y la TV. «El arte es mejor que la TV», dice.

Sin lugar a dudas, el diagnóstico presenta-do por el importante escritor italiano, desalien-ta a los que verdaderamente creen que existeen la TV un espacio de construcción educati-vo, y desestima la posibilidad de pensar, queel producto de las crisis identitarias actualesresponde a una situación social mucho mascompleja que al mero hecho de tener una so-ciedad dirigida por el antojo televisivo.

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No t i c i a s

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PLANGESCO Desde el 11 de abril al 19 de mayo delpróximo año, se mantendrá abierta la

inscripción para la Maestría en Planificación yGestión de Procesos Comunicacionales(PLANGESCO). La misma se podrá realizar enla Facultad de Periodismo y ComunicaciónSocial de la UNLP, 44 N˚676 tel 0221-4829920/4837288, La Plata o en el Centrode Comunicación Educativa La Crujía, Tucu-mán 1993, tel 011-4375-0664/0376, CapitalFederal, de lunes a viernes de 14 a 18hs.

Los requisitos para los aspirantes son:1) Presentación de Currículum Vitae que

contenga estudios cursados, experiencia en elcampo laboral, capacitación profesional, an-tecedentes docentes y toda aquella informa-ción que el interesado considere relevante.

2) Fotocopia del título de grado.3) Fundamentación de las motivaciones que

lo llevan a realizar este estudio de posgrado(que no supere las 60 líneas).

4) Propuesta de trabajo donde se planteecuáles serán las áreas temáticas a desarrollary los campos de investigación que se quierenprofundizar (que no supere las 150 líneas).

5) Llenado de una ficha de solicitud de pre-inscripción.

Toda la información correspondiente a cadauno de los aspirantes a realizar este estudioserá evaluada por una Comisión de Grado Aca-

démico que determinará la aceptación o node los inscriptos.

La Maestría en Planificación y Gestión deProcesos Comunicacionales es una iniciativaconjunta de la Facultad de Periodismo y Co-municación Social de la UNLP y el Centro deComunicación Educativa La Crujía. Esta maes-tría que otorga el título de Magister en Planifi-cación y Gestión de Procesos Comunicacio-nales está destinada a los graduados de cual-quier disciplina.

El equipo docente está integrado por inves-tigadores de prestigio nacional e internacio-nal entre los que figuran: Antonio Presern(Roma), Guillermo Orozco Gómez (México),Regina Festa (Brasil), Jesús Martín-Barbero (Co-lombia), Daniel Prieto Castillo, María CristinaMata, Washington Uranga, José María PasquiniDurán, Héctor Schmucler, Alcira Argumedo,Esther Díaz, Oscar Cuattromo, Damián Loreti,Carlos Vallina, Jorge Luis Bernetti, SilviaDelfino, Víctor Bronstein, Daniel Arroyo, JuanSamaja; entre otros.

El plan de estudios está concebido sobre labase de la articulación de cinco áreas que de-terminan el ámbito de estudio: contextual, in-vestigación, multimedia, planificación y gestióny seguimiento y consta de un total de 1200horas académicas, incluyendo una tesis de in-vestigación.

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Seminario de Formación Académicade Grado

Oficios Terrestres, en forma conjunta con lascátedras Comunicación y Medios y Comuni-cación y Teorías (cat.II) organizaron el Semi-nario Pensar la comunicación desde AméricaLatina, con el objetivo de realizar un balancecrítico del desarrollo de los estudios y proble-máticas de la comunicación desde los añossesenta hasta nuestros días.

Ante el déficit de formación histórica denuestro campo en las carreras de comunica-ción, resulta fundamental generar este tipo dealternativas en distintas disciplinas de la co-municación, sabiendo que, a partir de la ri-queza de enfoques, se multiplicarán las pers-pectivas y los caminos para comprender cadavez mejor, los procesos comunicativos enLatinoamérica.

El Seminario, que está dirigido a los alum-nos de la Carrera y apunta a introducirlos enuna problemática fundamental para la forma-ción de comunicadores sociales, se está desa-rrollando desde el mes de agosto de este año.La modalidad es de ocho clases expositivas acargo de docentes e investigadores de la co-

municación, organizadas cada quince días, conuna hora de exposición por parte de losexpositores y media hora para las preguntasde los alumnos y la reflexión conjunta. La apro-bación del Seminario tiene como requisito,además de la asistencia, la realización de untrabajo monográfico final -de entrega en el mesde marzo- sobre algunos de los ejes temáti-cos planteados en el Seminario.

Entre los temas más importantes del Se-minario se encuentran: La introducción ala problemática de la comunicación enAmérica Latina, La genealogía latinoameri-cana de la comunicación, Comunicación ydesarrollo, Comunicación, Iglesia y Movi-mientos Populares, Las políticas de Comu-nicación en América Latina, Comunicacióny Educación, De las teorías de la recepciónhacia las teorías de la cultura, Comunica-ción, política y cultura, y, Comunicación ytecnologías.

Pensar la comunicación desde América Lati-na cuenta entre sus expositores a: Alcira Ar-gumedo, Jorge Luis Bernetti, Jorge Huergo,María Cristina Mata, Daniel Prieto Castillo, Flo-rencia Saintout, Luciano Sanguinetti, HéctorSchmucler y Washington Uranga.

Pensar la comunicación desde América Latina

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Fundamentación

La necesidad de jerarquizar la enseñanza delperiodismo en los ámbitos universitarios, y dedesarrollar el periodismo de investigación, fue-ron los motivos fundamentales que nos lleva-ron a crear el premio Rodolfo Walsh.

Es importante destacar que el periodismode investigación resurge a comienzos de ladécada del 70 con el caso Watergate y queen la Argentina contó con una figura destaca-da: la de Rodolfo Walsh. Y es sabido que estapráctica, de gran potencial para el desarrolloe identificación de las condiciones reales decualquier país, constituye en nuestro medioun área poco explorada y poco utilizada comoinstrumento social.

Por esta razón, la figura del periodistaRodolfo Walsh se ha ido convirtiendo en unparadigma fundamental de la profesión perio-

dística, en tanto su compromiso social, con laverdad y el testimonio ético rigieron su vida yencuentran hoy una trascendencia universal.

Rodolfo Walsh nació en Choele-Choel (RíoNegro) en 1927. Tuvo una amplia y destaca-da trayectoria en el periodismo argentino einternacional. En 1944 trabajó como correc-tor de pruebas, traductor y antólogo en laeditorial Hachete y en 1951 ingresó en el pe-riodismo. En los años 50’ trabajó en las revis-tas Leoplan y Vea y Lea. En 1959 participó enla fundación de la agencia de noticias PrensaLatina en Cuba. Su labor periodística continuóen Panorama y Primera Plana, en el semanarioCGT (desde 1968 hasta 1970), aunque los úl-timos números aparecieron en forma clandes-tina, (luego de la detención de RaimundoOngaro y el allanamiento de la CGTA en1969). Trabajó también en el Semanario Villero(1972-1973) y en el diario Noticias (que fueclausurado en 1974) y en 1976 organizó AN-CLA (Agencia de Noticias Clandestina).

Especializado en el periodismo de investi-gación, sus trabajos más resonantes fueron¿Quién mató a Rosendo?, Operación Masacre,Caso Satanowsky, Un kilo de oro, Los oficiosterrestres, Variaciones en rojo, entre otros.

Desde el 25 de marzo de 1977 su nombreintegra la lista de desaparecidos durante la úl-tima dictadura militar.

Premio

El premio Rodolfo Walsh es una distinciónque la Facultad de Periodismo y Comunica-

ción Social de la Universidad Nacional de LaPlata otorgará a través de su Consejo Acadé-mico y consistirá en tres reconocimientos:

•a la trayectoria profesional en la Repúbli-ca Argentina

•a la labor periodística del año en la Repú-blica Argentina

•a la mejor tesis de investigación periodísti-ca en ámbitos universitarios de la RepúblicaArgentina

Características:

Premio a la trayectoria: se otorgará al profe-sional que en su trabajo haya demostrado com-promiso fehaciente con la verdad y los valo-res democráticos como sostén fundamentalde su práctica, reconocida a lo largo de losaños. Se considerará especialmente a aque-llos candidatos que hagan investigación pe-riodística más allá de los formatos audio-visuales, radiofónicos o gráficos en las que éstase haya vertido.

Premio a la labor periodística: se distinguiráel trabajo profesional que haya merecido unadistinción especial durante el año en curso delpremio. Si bien no habrá restricción temáticaespecífica, se considerará en forma significa-tiva aquellos trabajos que reflejen los valoresfundamentales de la vida política democráti-ca como son los de la vida, la justicia y la liber-tad.

Premio a la mejor tesis de investigación: sedistinguirá a aquellos trabajos de estudiantesuniversitarios de la carrera de Periodismo yComunicación de la Argentina que se desta-quen por su rigor profesional y su relevanciasocial como parte del proceso de formaciónde los futuros profesionales. Las tesis deberántener el aval de la facultad, la carrera o escue-la superior y de la universidad a la que perte-nece y haber sido aprobadas en el período

Secretaría de Extensión Universitaria

Premio Rodolfo Walsh

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Caleidoscopio: observatorio de noticias so-bre el derecho del Niño.

Directora: Prof. Laura Tafetani.Area Temática: Comunicación.

Basura que no es basura: Programa de con-cientización social para la puesta en marchade la planta de reciclado de residuos sólidosen el partido de Lincoln, Pcia. de Bs. As.

Director: Gabriel Lamanna.Area Temática: Comunicación.Unidad Ejecutora: Facultad de Periodismo y

Comunicación Social y Facultad de Bellas Artes.

Fotomemoria: Transferencia de metodologíade investigación a alumnos de enseñanza me-dia para el re-descubrimiento de raíces históri-cas y sociales en una pequeña comunidad dela Pcia. Bs. As.

Director: Walter Miceli.Area Temática: Comunicación.Unidad Ejecutora: Facultad de Periodismo

y Comunicación Social.

Escuela, Violencia y Comunidad: desarrollode una experiencia comunicacional.

Directores: Jorge Huergo, María BelénFernández.

Area Temática: Comunicación y Educación.Unidad Ejecutora: Facultad de Periodismo

y Comunicación Social.

Jóvenes Comunicadores de Salud en el Mu-nicipio de Ensenada.

Directora: Cecilia Cerasso.Area Temática: Comunicación.Unidad Ejecutora: Facultad de Periodismo

y Comunicación Social.

Desarrollo de aplicaciones multimedialespara la vinculación institucional: la memoria dela imagen regional.

Director: Carlos Giordano.Area Temática: Comunicación.Unidad Ejecutora: Facultad de Periodismo

y Comunicación Social.

Programa de Capacitación para productoresde radios comunitarias y ciudadanas.

Directora: Claudia Villamayor.Area Temática: Comunicación.Unidad Ejecutora: Facultad de Periodismo

y Comunicación Social.

Arte y Comunicación.Directora: Prof. Gabriela Islas.Area Temática: Comunicación.Unidad Ejecutora: Facultad de Bellas Artes

y Facultad de Periodismo y ComunicaciónSocial.

Estrategias de educación no formal para elmejoramiento de la calidad de vida en los ba-rrios Gral. Mosconi y Villa Albino del distritode Ensenada.

Directoras: Dra. María Cristina Di Gregori,Prof. Martha Castiñeiras.

Area Temática: Educación.Unidad Ejecutora: Facultad de Humanida-

des y Ciencias de la Educación, Facultad dePeriodismo y Comunicación Social y Facultadde Bellas Artes.

Proyectos de Extensiónde la Facultad de

Periodismo yComunicación Social.

Convocatoria 1999

Secretaría de Extensión Universitariaque va desde julio de 1998, a diciembre de1999. Las mismas deberán ser enviadas a laFacultad de Periodismo y Comunicación So-cial en diskette y dos copias hasta el 15 defebrero del 2000. La distinción se entregará el25 de Marzo del mismo año.

Premiados hasta el momento

1997Premio «Rodolfo J. Walsh» a la trayectoria pro-fesional en la República Argentina.Rogelio García LupoPremio «Rodolfo J. Walsh» a la labor periodís-tica del año en la República Argentina.Miguel Bonasso (El Presidente que no fue)Premio «Rodolfo J. Walsh» a la mejor Tesis deinvestigación periodística en ámbitos univer-sitarios de la República Argentina.Se entregaron tres menciones a Tesis de laUNLP, de la UBA y la UNL.

1998Premio «Rodolfo J. Walsh» a la trayectoria pro-fesional en la República Argentina.Horacio VerbitskyPremio «Rodolfo J. Walsh» a la labor periodís-tica del año en la República Argentina.Telenoche InvestigaPremio «Rodolfo J. Walsh» a la mejor Tesis deinvestigación periodística en ámbitos univer-sitarios de la República Argentina.Se declaró desierto

Para mayor información dirigirse a:Premio Rodolfo WalshFacultad de Periodismo y Cominicación So-cial. Universidad Nacional de La PlataCalle 44 N˚ 676 e- 7 y 8(1900) La Plata Pcia. de Bs. As.Telefax: 54 221 422-4090/422-4015/482-3611/483-7288.E-mail: [email protected]

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Construcciones de la realidad. Psicoanálisisy culturas mediáticas

Dictado por el Dr. Enrique Acuña. Confe-rencistas invitados: Prof. Germán García; Lic.Gabriela Musachi; Prof. Guillermo Ranea.

Carga horaria: 42 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: septiembre, octubre

y noviembre de 1999.

El futuro de Internet.Análisis de contenido de información en redDictado por el Prof. Héctor Thompson.Carga horaria: 40 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: septiembre, octubre

y noviembre de 1999.

Zonas del pensamiento LatinoamericanoDictado por el Prof. Jorge Huergo.Carga horaria: 30 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: octubre y noviembre

de 1999.

Los programas especializados y la comuni-cación radiofónica. La divulgación científica ycultural: la radio como problema

Dictado por la Prof. Cielito Depetris.Carga horaria: 30 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: octubre y noviembre

de 1999.

Periodismo, literatura, e historia argentina:acercamientos y rechazos

Dictado por el Lic. Gustavo Vulcano.

Carga horaria: 40 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: octubre y noviembre

de 1999.

Coordinación de grupos. Las técnicas delpsicodrama pedagógico y del grupo operativo

Dictado por la Prof. Dinah Rímoli.Carga horaria: 30 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: octubre y noviembre

de 1999.

El sujeto (s) en cuestión. Psicoanálisis y co-municación: el malentendido

Dictado por el Prof. Flavio Peresson.Carga horaria: 40 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: octubre y noviembre

de 1999.

Periodismo investigativo. Herramientas parael perfeccionamiento y la especialización

Dictado por el Prof. Alfredo Torre.Carga horaria: 40 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: abril y mayo del 2000.

Mundos políticos y militancia política. Críti-ca a los modos hegemónicos de la acción po-lítica

Dictado por el Prof. Víctor Mariani.Carga horaria: 32 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: mayo y junio del 2000.

Metodología y técnicas de investigación so-

cial: su aplicación al diseño cuantitativo y aná-lisis de datos

Dictado por la Prof. Lucrecia Arceguet.Carga horaria: 30 horas.Fecha de realización: mayo, junio y julio del

2000.

Investigación y comunicación. Los sentidosy la intersubjetividad desde construccionesmetodológicas

Dictado por la Lic. Nancy Díaz Larrañaga.Carga horaria: 40 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: junio y julio del 2000.

Estudios del discursoDictado por las Profs. Gladys Lopreto, Ale-

jandra Valentino y Claudia Fino.Carga horaria: 40 horas.Aprobación: trabajo final.Fecha de realización: junio y julio del 2000.

Paradigmas utilizados en investigación socialDictado por las Profs. Nancy Fernández y

Adriana Frávega.Carga horaria: 30 horas.Fecha de realización: junio y julio del 2000.

Informes e inscripción: Dirección dePosgrado, Piso 2. Fac. de Periodismo yComunicación Social. Av.44 N°676,de lunes a viernes de 13 a 17hs.

Dirección de posgrado

Seminarios de posgrado 1999-2000

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Fundación AntorchasCiencias y HumanidadesGrado:Se ofrecen veinte becas a quienes se en-

cuentren en los dos últimos años de sus estu-dios de grado y tengan dificultades económi-cas. Sólo para carreras que requieran tesina.Otorgan: Fundación Antorchas y FundaciónBunge & Born. La convocatoria abre en no-viembre de 1999 y cierra en febrero del 2000.

Posgrado:* Beca de estudios en Gran Bretaña. Desti-

nada a graduados universitarios. Beca de Fun-dación Antorchas, British Council y BritishEmbassy. Abre en junio del 2000 y cierra enagosto del mismo año.

* Beca de perfeccionamiento periodístico(Antorchas, Comisión Fulbright y el CARI).Abre en noviembre de 1999 y cierra en febre-ro del 2000.

Grado doctoral:* Beca para concluir el doctorado en uni-

versidades argentinas. Etapa de elaboración detesis. Abre en noviembre de 1999 y cierra enfebrero del 2000.

* Beca para concluir el doctorado en el ex-tranjero. Etapa de elaboración de tesis. Sólopara ciencias sociales y humanidades. Abre ennoviembre de 1999 y cierra en febrero del2000.

* Subsidios para la colaboración con cientí-ficos alemanes AvH. Abre en noviembre de1999 y cierra en abril del 2000.

* Subsidios para la colaboración con Chiley Brasil. Abre en noviembre de 1999 y cierraen abril del 2000.

* Subsidios de reinstalación de becarios ex-ternos-reentry grants. Destinados a quienesregresan al país luego de completar su forma-ción superior en el extranjero. Abre en noviem-bre de 1999 y cierra en abril del 2000.

* Becas posdoctorales. Para estadías cientí-ficas en el país o el extranjero. Abre en no-viembre de 1999 y cierra en febrero del 2000.

* Beca Antorchas. Abre en noviembre de1999 y cierra en febrero del 2000. Las basesconocidas hasta el momento, tendrán modifi-caciones. Se está considerando el concursoen una nueva modalidad.

Las bases y los formularios de inscripciónestarán disponibles a partir de la fecha de aper-tura de cada concurso tanto en la fundacióncomo en internet

Website:http://www.fundantorchas.retina.ar/E-mail: [email protected] /

[email protected]: 4331-9905/23/38. De lunes a viernes

de 9 a 13 y de 14 a 17 hs. Chile 300, (1098)Buenos Aires/ Dirección Postal: C.C. 5295,(1000) Correo Central.

Gobierno AustralianoEl Departamento de Comunicaciones y ar-

tes http://www.dca.gov.au/ del Departamen-to del Gobierno Australiano subsidia e incen-tiva actividades culturales de comunicación.Sus proyectos abarcan temas como televisión,eventos y personajes históricos, educaciona-les, etc.

Contacto: [email protected]

Información y Comunicación, Centro de In-formación Administrativa

Unidad: Secretaría de Relaciones Exteriores(Gobierno de México) Denominación: Progra-ma de estancias para colaboradores de me-dios informativos. Destinatarios: Medios decomunicación. Requisitos: ser personal a tiem-po completo, parcial, o colaboradores exter-nos permanentes, de medios informativos depaíses donde se abre la convocatoria. Se ha

de poseer una carta de la institución mexica-na donde se acepte el plan de trabajo. Publi-cación: Centro de Información Administrati-va. Plazo de Presentación de Instancias: 10-12-1999. Información: Consulado General deMéxico, Avda. Diagonal, 626 - 4ª -08201 Bar-celona- Tel. 93 201 18 22.

Becas para estudiantes y licenciados de paí-ses en desarrollo y transición

Para realizar estudios de posgrado en cual-quier área de conocimiento en Holanda(Netherlands Fellowships Program -NFP- i TheNetherlands University Fellowships Program -UFP-).

Convocante: Netherlands Organization forInternational Cooperation in Higher Education(NUFFIC). Solicitud: NUFFIC Kortenaerkade,11-2502 LT The Hague. Holanda. Tel.31.70.4260260 Fax 31.70.4260399.

Tema: todas las áreas de conocimiento. Pla-zo: es necesario contactar con las sedes di-plomáticas holandesas en el país de origen delcandidato para conocer con exactitud los pla-zos.

Observaciones: esta convocatoria es paraciudadanos de América Latina, Africa y Asia(excepto Japón). Dirección electrónica: http://www.nufficcs.nl

Becas de periodismo científico CSIC-EFEConvocante: Consejo Superior de Investi-

gaciones Científicas. Agencia EFE. CSIC-EFESolicitud: C/ Serrano, 113. 28006. Madrid.

Dotación: 110.000 Pta/mes brutas. Tema:impulsar un programa de promoción del pe-riodismo científico que tiene como finalidadsatisfacer la demanda creciente de informa-ción científica y técnica por parte de la socie-dad española.

Requisitos: poseer nacionalidad española oextranjera con permiso de residencia en Espa-ña; ser licenciado en Ciencias de la Informa-ción, especialidad periodismo, en el momen-to de finalizar el plazo de solicitud.

Becas y subsidios

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Sociedad de la Información: convergencias,diversidades

IBERCOM 2000«VI Encuentro Iberoamericano de Ciencias

de la Comunicación»24 al 26 de abril del 2000ALAIC 2000«V Congreso de la Asociación Latinoameri-

cana de Investigadores de la Comunicación»26 al 29 de abril del 2000Organiza: Facultad de Ciencias de la Comu-

nicación e Información de la UniversidadDiego Portales, Santiago, Chile.

Convocatoria VI IBERCOM

VI Encuentro Iberoamericano de Cienciasde la Comunicación

«Convergencia mediática: los desafíos de ladiversidad global»

La formación de profesionales, el funcio-namiento de los mercados, la industria de lascomunicaciones, la sinergia ilimitada de lastecnologías electrónicas, son los temas del

Becas de investigación Alexander vonHumboldt.

Convocante: Servicio Alemán de Intercam-bio Académico. Solicitud: Fundación vonHumboldt, c/ Fortuny 8, 28010 Madrid. Telf.Fax 91.5579001.

Dotación: entre 3.000 DM/mes y 3.800DM/mes, más gastos familiares y bolsa de via-je.

Tema: becas de investigación para jóvenescientíficos altamente cualificados que se ha-yan doctorado y no sean mayores de 40 añospara desarrollar proyectos de investigación enuna universidad o centro de investigación ale-mán. Observaciones: la documentación se tie-ne que presentar a través de la embajada oconsulado local, seis meses antes de iniciar laactividad. Son becas de carácter anual cuyaconvocatoria se decide tres veces al año.

Para más información, es necesario con-tactar con la Alexander von Humboldt Fun-

dation (AVH), Jean-Paul Strasse, 12 D-53173Bonn.

Pagina web: http://www.daad.org. E-mail:[email protected]

Becas para especialización y maestría en Tec-nología Educativa

La Especialización tiene una duración de 15meses y la Maestría de 27 meses. Los postulantesdeben tener un promedio mínimo de 9 en unaescala del 1 al 10 en la licenciatura. Lic. CrisóforoPeralta Casares. Coordinador de Investigacióny Desarrollo del ILCE. Calle del Puente N°45,Colonia Ejidos de Huipulco, DelegaciónTlalpan C.P. 14380, México D.F.

Tel. 728-6515 /00 ext. 2316 y 2386. Fax 728-6969.

E-mail: [email protected]:www.sre.gob.mx /www.ilce.edu.mx

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próximo milenio. La demanda es satisfacerlos requerimientos de la Academia y de lasIndustrias mediáticas Iberoamericanas quenecesitan, con urgencia, de nuevas propues-tas que respondan al concepto de conver-gencia.

Escenarios

-Desafíos para la formación de los profesio-nales de la comunicación frente a las nuevastendencias de convergencia en la Sociedad dela Información.

-Estos nuevos escenarios nos impulsan a unaconvergencia tecnológica en la formación deequipos multidisciplinarios y por tanto a nue-vas identidades profesionales en el campo dela comunicación.

-La tecnología mediática plantea nuevosmodos de percibir, de sentir y relacionarse conel tiempo y el espacio.

-De ahí que los medios de comunicación ylas tecnologías de la información desafíen hoyespecialmente a la universidad planteándoleun gran reto.

Comité Académico

José Marques de Melo (Brasil), Lucía Cas-tellón (Chile), Enrique García Fernández (Chi-le), Luis Humberto Marcos (Portugal) y Enri-que Bustamente (España).

InformaciónFacultad de Ciencias de la Comunicación e

Información, Universidad Diego Portales.Vergara 240. Fax: 6762302.

E-mail:[email protected]

Convocatoria V ALAIC

V Congreso de la Asociación Latinoameri-cana de Investigadores de la Comunicación

«Sociedad de la Información: convergencias,diversidades»

El nuevo contexto sociopolítico, cultural y

económico, los procesos comunicacionalese informativos involucran a organizaciones,grupos y personas que se replantean perma-nentemente su vida cotidiana a partir de cam-bios macrosociales. La interrogante nos lla-ma a rflexionar en torno a mejorar la calidadde vida del ser humano en los desafíos noresueltos del nuevo sistema y al rol de losmedios de comunicación en este nuevo es-cenario.

Organiza

Facultad de Ciencias de la Comunicación eInformación de la Universidad Diego Porta-les, Santiago de Chile.

Escenarios-Tendencias actuales de las industrias me-

diáticas y su impacto sociocultural y político-Los procesos y los medios de comunica-

ción: la formación de profesionales e investi-gadores

-Retos en los nuevos modos de sentir, habi-tar y comunicarse en nuestras ciudades.

-Tecnología mediática como dimensión es-tratégica de la cultura masiva.

Comité Académico.Margarita Krohling Kunsch (Brasil), José Joa-

quín Brunner (Chile), Carlos Catalán (Chile),José Marques de Melo (Brasil), Luis Peirano(Perú), Migdalia Pineda de Alcazar (Venezue-la), Erick Torrico (Bolivia), Cecilia Rodríguez(México), María Inmacolata Vassalo (Brasil),Daniel Cohen (Argentina), Jesús María Aguirre(Venezuela), Lucía Castellón (Chile).

Inscripción de trabajosDirectamente con los Grupos de Trabajo-

GT.

Información

Facultad de Ciencias de la Comunicación eInformación, Universidad Diego Portales.Vergara 240. Fax: 6762302.

E-mail:[email protected].

Las inscripciones para presentación de tra-bajos se recibirán hasta el 30 de diciembre de1999.

Enviar un breve resumen de 20 líneas (400palabras) al coordinador del GT correspondien-te, así como una copia para el coordinadorgeneral del V Congreso de ALAIC, en Santia-go, Paulina Marín.

E-mail: [email protected] trabajos presentados deben estar fun-

damentados en resultados de investigaciones,y serán seleccionados por el coordinador delGrupo de Trabajo (GT).

1 de noviembre de 1999. Envío de resumena coordinadores de GT y coordinación gene-ral.

10 de enero del 2000. Envíos de carta deaceptación de los trabajos por los coordina-dores a los participantes. Entrega de lista departicipantes de cada GT a la coordinacióngeneral.

30 de enero del 2000. Entrega de «papers»y disquette a la coordinación general de acuer-do a la siguiente estructura: título del trabajo,nombre, institución, cargo y título de gradouniversitario del autor. Resumen de 5 líneas.Texto de mínimo 10 páginas y máximo 20 in-cluyendo bibliografía.

Informaciones e inscripciones:Valor de la inscripción:U$S 50 hasta el 30 de diciembreU$S 80 hasta el 31 de enero del 2000U$S 100 hasta el 1 de marzo del 2000U$S 120 fecha posteriorSe informará oportunamente el número de

cuenta y Banco para efectuar los depósitos.

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MEDIOS EDUCACION COMUNICACIONCasilla de correo 3277.1000 Bs.As. Argenti-naOFICIOS TERRESTRESFacultad de Periodismo Y ComunicaciónSocial.Universidad Nacional de La Plata. Av. 44Nro. 676 La Plata. C.P. 1900. Telefax(0221)482-9920/483-7288.Email: [email protected] BOLIVIANA DE COMUNICACIONCasilla 5946 La Paz, Bolivia.INTERCOMREVISTA BRASILEIRA DE COMUNICAÇAOSociedade Brasileira de EstudosInterdisciplinares de Comunicaçao.Av. Prof. Lúcio Martins Rrodrígues, 443;bloco A, Sala 1, Cidade Universitaria.05508-900 Sao Paulo, Brasil. Fax: 8184088.REVISTA DE COMUNICAÇOES E ARTESEscola de Comunicaçoes e Artes-Universidade de Sao Paulo. Caixa postal8191- 05508-900 Sao Paulo, SP, Brasil. Fax:8130596.REVISTA COMUNICARTEInstituto de Artes e Comunicaçoes e turismoPontificia Universidade Católica deCampinas.Caixa postal 317-CEP 13100. Campinas, SP,Brasil.

COMUNICAÇAO E SOCIEDADEInstituto Metodista de Ensino Superior Ruado Sacramento 230 Rudge Ramos 09735-460 Sao Bernardo do Campo, SP, Brasil. Fax:4553349Email: [email protected] INFORMAUniao Crista Brasileira de ComunicaçaoSocial. Av. Jabaquara 2400, Loja 03, CEP04046 Sao Paulo, SP, Brasil.REVISTA DE COMUNICAÇAO SOCIALDepartamento de Comunicaçao Social.Univerisdade Federal de Ceará Av. daUniversidade 2762, campus do Benfica,60.020-180 Fortaleza, CE, Brasil.COMUNICAÇAO & EDUCAÇAOUniversidade de Sao Paulo Escola deComunicaçaoes e Artes Departamento deComunicaçaoes e Artes- ECA/USP Av. Prof.Lúcio Martins Rodrígues, 443 Predio Central,2do. andar, Sala B-17 Cidade Universitaria055508-900 Sao Paulo, SP, Brasil. Fax:(5511) 8184326.Email: [email protected] E COMUNICAÇAOFacultade de Biblioteconomía eComunicaçao Universidade Federal do RíoGrande do Sul. Rua Ramiro Barcelos, 2705.90035.007- Porto Alegre, RS, Brasil. Fax:3306635.Email: [email protected] Y PENSAMIENTOFacultad de Comunicación y LenguajePontificia Universidad Javeriana. Carrera 7Nro 43-82- Edificio Angel Valtierra, Piso 7Santa Fé de Bogotá, Colombia. Fax:2871775.Email: [email protected] U.P.B.Facultad de Comunicación Social. Universi-dad Pontificia Bolivariana. ApartadoAéreo56006- Medellín, Colombia. Fax:4118656.COMUNICACION Y MEDIOSEscuela de Periodismo. Universidad de

Red Iberoamericana de revistasde comunicación y cultura

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Chile. Belgrado 10, Santiago de Chile. Fax:2229616.ARANDURevista Cuatrimestral de las OrganizacionesCatólicas de Comunicación (OCIC-AL,UCLAP y Unda-AL) Alpallana 581 yWhimper, Apartado Aéreo 17-21-178.Quito, Ecuador. Fax: (5932) 501658.Email: [email protected] Centro Internacional de EstudiosSuperiores de Comunicación para AméricaLatina. Av. Diego de Almagro 2155 yAndrade Marín.Casilla 17.01-584, Quito, Ecuador. Fax:5022487.Email: [email protected] DE COMUNICA-CION, TECNOLOGIA Y SOCIEDADFUNDESCO-Fundación para el Desarrollode la Función Social de las Comunicaciones.Plaza de la Independencia, 6.28001 Madrid,España. Fax: 3300675. Email:[email protected] ComunicarApartado 527.21080 Huelva, España. Fax:260757Email: [email protected] SOBRE LAS CULTURASCONTEMPORANEASPrograma Cultura-Universidad de Colima,Col. MéxicoFax: 27581Email: [email protected] Y COMUNICACIONEDUCATIVASInstituto Latinoamericano de la Comunica-ción Educativa.Calle del Puente Nro. 45, Col. Ejidos deHuipolco, Deleg. Tlalpan. C.P. 14380,México DF. Fax: 7286554VERSIONESTUDIOS DE COMUNICACION YPOLITICA

Departamento de Educación y Comunica-ción. División de Ciencias Sociales yHumanidades. Universidad AutónomaMetropolitana- Xochimilco, Col. VillaQuietud, Deleg. Coyoacán, México DFMéxico.Fax: 8237505/8237631REVISTA MEXICANA DE COMUNICA-CIONFundación Manuel Buendía, ACGuaymas 8-408, Col. Roma. 06700 MéxicoDF, México.Fax: 2084261Email: [email protected] de Ciencias de la Comunicación.Universidad de Lima. Apartado 852, Lima100 Perú.Fax: 4379066DIA-LOGOS DE LA COMUNICACIONFELAFACS- Federación Latinoamericana deFacultades de Comunicación Social.Apartado Postal 180097, Lima 18-Perú.Telefax: 4754487Email: [email protected] de Chile 1180, esc 301. 11200Montevideo, Uruguay.Fax: 962219ANUARIO ININCOInstituto de Investigaciones de la Comunica-ción.Facultad de Humanidades y Educación.Universidad Central de Venezuela. Av.Neverí, Centro Comercial Los Chaguaramos,Piso 13, Los Charaguamos.Apartado de correo 47339, Caracas 1041,Venezuela.Fax: 6622761. Email: [email protected]. ESTUDIOS VENEZOLA-NOS DE COMUNICACIONCentro Gumilla Edificio Centro de Valores,local 2, Esquina Luneta Altagracia. Apartado4838, Caracas 1010-A-Venezuela.Fax: 5647557.

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Los trabajos con pedido de publicación deberánser remitidos al Director de la revista Oficios Terres-tres, Facultad de Periodismo y Comunicación Social(UNLP), Av. 44 Nro. 676, La Plata, Pcia. de BuenosAires, Argentina. Teléfonos y fax: 54-221-4829920/4837288/4823611/4224090.

Los trabajos deberán ser presentados en disquete3 1/2 en versión Word para Windows o cualquier ver-sión compatible con Macintosh; con una extensiónno superior a los 40.000 caracteres, consignando unbreve curriculum del autor.

Una vez recibidos los trabajos, serán sometidos ala evaluación del Comité Editorial y de árbitros anóni-mos. La revista no asumirá el compromiso de devol-ver originales como tampoco de dar respuesta a losarticulistas de las consideraciones del Comité Edito-rial.

Citas

Deberán colocarse al final de los trabajos y consig-nar en el siguiente orden: apellido y nombre del au-tor, título completo de la obra, lugar y fecha de edi-ción del material consultado y los números de laspáginas citadas.

En el caso de volúmenes colectivos, las citas debe-rán tener entrada por separado -en caso de contenerla obra artículos que hicieran referencia al mismo

Pautas de presentación para colaboradores de Oficios Terrestres*

tema- identificando los autores.En ambos casos la referencia al autor y a la obra

deberá ser clara. De citar un autor más de una vez,se utilizará: apellido y nombre del autor «op.cit;p». Eltérmino Ibídem se utilizará sólo cuando se quiera re-petir punto por punto la cita precedente.

Ejemplo de uso de citas:Estamos de acuerdo con Vazquez cuando sostie-

ne que «el problema que examinamos está lejos deser resuelto»(3) y, a pesar de la conocida opinión deBraun, para quien «las cosas han quedado definitiva-mente claras en lo que respecta al viejo problema»,(4)

estamos de acuerdo con nuestro autor en que que-da mucho camino por recorrer antes de alcanzar elnivel de conocimiento suficiente».(5)

(3) Vazquez, Roberto Fuzzy Concepts, Londres,Faber, 1976, pág. 160.

(4) Braun, Richard Logik and Erkenntnis, Munich,Fink, 1968, pág. 230.

(5) Vazquez, op.cit., pág. 161.

En el caso de citar diarios y/o revistas, se deberáconsignar el nombre de la publicación, número -si setrata de una revista- fecha y número de las páginascitadas.

De tratarse de comunicaciones personales, cartas,manuscritos, declaraciones, etc. deberá especificarsela condición, como así también la fecha.

*Las pautas de presentación hansido elaboradas por la redacción deOficios Terrestres con el fin deunificar criterios en lo respecta aluso de citas, notas y bibliografía.De los modelos posibles hemoselegido el que a nuestro criteriofacilita la forma en que el lectorpuede consultar tanto citas y notascomo así también orientarse en laposterior búsqueda de bibliografía,si el tema le ha despertado interés.Consideramos necesario elcumplimiento de las pautas a losefectos de contribuir en lacorrección y armado de lapublicación.

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Ejemplo: Comunicación personal del autor(6 de junio de 1975).

Declaraciones registradas el 6 de junio de1975.

Notas

Se entiende por nota a las reflexiones,conceptualizaciones, ampliaciones,ejemplificaciones tanto del autor del trabajocomo de referentes en la materia. No iránentrecomilladas.

Bibliografía final

Se entiende por bibliografía final, el mate-rial consultado en el proceso de elaboraciónde los trabajos.

En el caso de haber utilizado citas en el de-sarrollo del trabajo, se volverán a consignaren este apartado, si se agregara informaciónconsiderada importante por el autor, para ubi-car al lector en la búsqueda de bibliografía,como puede ser el caso de la fecha de la pri-mera edición, la editorial, o los títulos en suidioma original.

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Ediciones de Periodismo y Comunicación es una colección dirigida a canalizar pro-

ducciones e investigaciones de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social

de la Universidad Nacional de La Plata. Se trata de construir un espacio de inter-

cambio académico con la intención de vincular la práctica y la teoría, el hacer y la

reflexión, el pensamiento y la acción en el campo de las comunicaciones. Entende-

mos que la Universidad Pública tiene el compromiso y la responsabilidad de res-

ponder desde la docencia, la investigación, la producción y la integración con la

comunidad a las problemáticas que los procesos comunicacionales plantean a las

sociedades contemporáneas. Hacia allí apuntan nuestros esfuerzos y aportes.

N° 15:El Periodismo de Denuncia

y de Investigación en Argentina.De La Gazeta a Operación Masacre.

Martín Malharroy Diana López Gijsberts

Buenos Aires:Hernández - Gandhi - Liber/arte

La Crujía y otras librerías del centroLa Plata: en todas las librerías

N° 14:Conflictos y Comunicación

en la Globalización.Angel Tello.

N° 13:Los Estudios de Recepción

en América Latina.Florencia Saintout

N° 12:Documento Curricular

y Plan de Estudios 1998.

Ultimos títulos publicados

ECP

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Revis

tas

Buenos Aires: Gandhi - Liber/arte - La CrujíaLa Plata: en todas las librerías

LIBRERIA DE LA COMUNICACION

LAS NOVEDADES - LOS CLASICOS

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Tucumán 1999 (1050)Tel/Fax: 4375-0376/0664Lunes a viernes de 10 a 20 hs.E-mail: lacrují[email protected]

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Solicitud de Suscripción

Número 1octubre de 1995

Número 2junio de 1996

Número 3noviembre de 1996

Número 4septiembre de 1997

Número 5septiembre de 1998

Nombre y apellido:

Domicilio:

Localidad:

Su s c r i p c i ónEl valor de la publicación es de $15.Indique con una X los números que desea recibir yenvíe el cupón a la Facultad de Periodismo yComunicación Social de la UNLP, o al Centro deComunicación Educativa «La Crujía».

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Esta publicaciónse terminó en La Plata,

en el mes de diciembre de 1999

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