OP 2005 Catequesis

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La Catequesis, Crecimiento en la Fe Orientaciones Pastorales 2005 Norberto Cardenal Rivera Carrera -1-

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Orientaciones pastorales, 2005

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  • La Catequesis,Crecimiento en la Fe

    Orientaciones Pastorales2005

    Norberto CardenalRivera Carrera

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  • Sumario

    Introduccin

    I. La catequesis transformadora de la cultura. 1. La catequesis, necesidad urgente de la Iglesia2. Inculturacin y catequesis3. La catequesis, comunin ntima con Jesucristo4. Catequesis y testimonio de la caridad5. Catequesis, escuela de oracin6. Catequesis y Liturgia

    II. Catequesis, camino progresivo de la fe1. Iniciacin o reiniciacin cristiana2. Catequesis, educacin para la vida comunitaria3. Catequesis, iniciacin a la misin de la Iglesia4. Perfil y formacin del catequista

    III. Por una pastoral catequtica1. Destinatarios e interlocutores de la pastoral catequtica2. Agentes de la pastoral catequtica3. Estructuras al servicio de la pastoral catequtica

    ConclusinNotas

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  • Introduccin1. EL II Snodo Diocesano, soplo intenso del Espritu en la

    Iglesia particular de la Ciudad de Mxico, sigue alentandonuestro empeo en dar respuestas adecuadas a lasnecesidades de evangelizacin para los habitantes de esta granciudad.

    2. Un Nuevo y Vigoroso Proyecto Misionero para poneral da la misin de la Iglesia arquidiocesana arranc desde esteSnodo, siguiendo el pensamiento eclesiolgico del ConcilioVaticano II y de las Conferencias Generales del EpiscopadoLatinoamericano (Cf. ECUCIM 4167).

    3. Este espritu misionero tiende a la evangelizacin de lasculturas como su objetivo, es decir, encarnar el Evangelio enlas culturas de la Ciudad de Mxico; favorecer que la Iglesiatoda, especialmente los agentes evangelizadores, tengan unaactitud de dilogo con las culturas y que, en consecuencia, losresponsables de la evangelizacin se acerquen a las culturaspara ser testigos de Cristo en medio de ellas; de ah laformulacin sinodal: la pastoral misionera es "una pastoral deencarnacin, una pastoral de dilogo y una pastoral detestimonio".

    4. Entendida como lo que identifica a un grupo humano,la cultura est formada por un conjunto de elementos de muyvariada significacin e importancia: lengua, historia, religin,tradiciones, entorno fsico-ambiental etc.; asimismo,condiciona, transforma y proyecta a las personas hacia larealizacin de un estilo de vida en el conjunto de las relacionessociales, econmicas, ticas, polticas, artsticas (Cf. ECUCIM4193).

    5. En este contexto, al hablar de la evangelizacin de lasculturas nos referimos primariamente a los ambientesexternos al medio eclesial, en donde la fe no est presente demanera explcita. Podemos decir por ello que laevangelizacin consiste en la educacin a la fe o educacinpara la fe, y que la misin evangelizadora implica abrirnos aldilogo con las culturas mediante una estrategia, una

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  • pedagoga y un lenguaje apropiados; de ah la necesidad deinterpretar los signos de los tiempos culturales e impulsaropciones pastorales desde esa lectura.

    6. Al mantener vigente en el proceso evangelizador larelacin misionera con las culturas para favorecer que ah seencarne el Evangelio, durante el ao 2005 y comoproyeccin de la X Asamblea Diocesana, queremos privilegiarla aportacin de la catequesis como "una catequesistransformadora de la cultura".

    7. Desde que fue planteado el tema de la Asamblea, setom ms clara conciencia de que la catequesis siempre hasido en la Iglesia uno de sus grandes logros en elcumplimiento de su misin. Y en la Arquidicesis, ella ha sidosostn de la fe en las familias y en las comunidades. De ahque la queramos retomar en este momento como medio paraimpulsar ms decididamente el proceso evangelizador, consentido misionero.

    8. En un ambiente en el que se manifiesta una gama tanvariada de experiencias humanas, la Eucarista sigue siendo unejemplo de catequesis inculturada que parti del misterio de laencarnacin, para unir lo humano con lo divino. Gracias aella, Cristo recorre con nosotros el camino de la vida y haceexperimentar a todo ser humano los efectos saludables de suredencin, hasta que seamos admitidos en la plenitud delReino.

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  • I. La catequesis transformadora de la cultura1. La catequesis, necesidad urgente de la

    Iglesia

    9. Ante los desafos que enfrenta la catequesis en lascomunidades evangelizadoras, principalmente parroquiales,debemos contemplar las culturas de la Ciudad de Mxico conel Espritu con que Jess contemplaba la sociedad de sutiempo, interpretando la realidad y actuando a la luz del plande Dios, su Padre.

    10. El II Snodo y la X Asamblea Diocesana han orientadoel trabajo pastoral siguiendo este estilo de discernimiento, enel que hemos de proceder desde la fe, la esperanza y el amor,y desde el contexto dentro del cual viven las familias, losjvenes, los pobres y los alejados del influjo del Evangelio.

    11. La situacin compleja de tantos alejados del influjo delEvangelio nos hace pensar en la necesidad de un procesoevangelizador en el que la catequesis est al servicio de lainiciacin o reiniciacin cristiana con sentido catecumenal.Por lo mismo, cuando hablamos de la catequesis debemostener presente al destinatario e interlocutor que es ajeno alEvangelio o al que ya recorre el camino del creyente; y eneste sentido se podr hablar respectivamente de educacinhacia la fe o de educacin de la fe. Dicha educacin abarca unproceso orgnico en el que la Sagrada Escritura, la Tradicin,la celebracin de la fe, el servicio del testimonio y la oracinestn ntimamente unidas en la vida de la Iglesia.

    12. Al poner en prctica el proyecto de renovacincatequstica, las responsabilidades se reparten y se compartendentro de una pastoral de conjunto: en efecto, esresponsabilidad de la Iglesia particular impulsar planespastorales de primer anuncio y catequesis. Dentro de la grancomunidad arquidiocesana los obispos, los presbteros, losdiconos, los miembros de la vida consagrada, los laicosparticipan con funciones y ministerios diversos, perocomplementarios y el mismo catequizando tiene laresponsabilidad de participar en la propia formacin. La

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  • familia, Iglesia domstica, juega su papel como responsableprimaria de la educacin integral de sus miembros, mientrasque la comunidad parroquial activa su capacidad de engendrarnuevos hijos a travs del proceso de la iniciacin oreiniciacin cristiana.

    2. Inculturacin y catequesis

    13. La catequesis tiene como objetivo educar la fe de laspersonas que viven en una determinada cultura; por eso eltema de la inculturacin no puede estar ausente cuando deella se trata. "La ruptura entre Evangelio y cultura es sin dudaalguna el drama de nuestro tiempo, como lo fue tambin enotras pocas" (EN 20c). "La evangelizacin tiene, as, en lainculturacin, uno de sus mayores desafos" (DGC 21).

    14. Una catequesis transformadora de la cultura, ademsde referirse al misterio de la Encarnacin del Hijo de Dioscomo el ms perfecto modelo de inculturacin, debeproponer el acontecimiento Guadalupano como ejemploexcepcional de inculturacin.

    15. El Tepeyac y la imagen que la Virgen de Guadalupedej impresa en la tilma de S. Juan Diego son testimonioclaro del Evangelio proclamado en las Amricas. La llegada deSanta Mara de Guadalupe es ejemplo esplndido deevangelizacin e inculturacin,[1] es la proclamacin de laBuena Nueva de Jesucristo expresada con palabras, smbolosy elementos tomados de la riqueza cultural del mundo nhuatl.Y en el centro de este anuncio jubiloso est Cristo, Seor dela Historia. Mara de Guadalupe, la Virgen mestiza delTepeyac, estrella del nuevo mundo,[2] no llega con unevangelio diferente al que predicaban los misioneros, supalabra y su presencia estn plenamente centradas en latransmisin de la fe en el Dios nico y verdadero y en lapromocin de individuos y comunidades.[3]

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  • 3. La catequesis, comunin ntima conJesucristo

    16. El camino que recorrer el catequista en su servicio ala Iglesia le procurar siempre una novedad, a saber, entrar encontacto ntimo y permanente con la persona de Jess deNazaret y seguir la pedagoga por l utilizada en el desarrollode su misin (Cf. Mt 13). As, por una parte, en su personaencontramos el misterio del Hijo de Dios hecho hombre, queproclama el Evangelio en una sociedad y un tiempodeterminados. Por otra parte, encontramos cmo en sumisin evangelizadora presenta simultneamente el anunciooral del Reino de Dios por llegar y la realizacin de esteanuncio, desde Israel para todo el mundo, a travs de hechosconcretos (Cf. Mt 11, 2-11).

    17. La Iglesia est evanglicamente urgida de catequizar alestilo de Jess cuya conciencia era la de orientar todo haciasu Padre y lo realiz a travs de hechos concretos, expresinde amor misericordioso: as su nacimiento en Beln seconvierte en una catequesis de cmo se nace del Espritu. Suvida pblica nos muestra cmo se puede cumplir la voluntadde Dios, de acuerdo a la propia misin, saliendo a buscar alhermano, utilizando tan variados recursos pedaggicos de lacultura hebrea: recorra poblados y visitaba familias paraencontrarse con la gente y hacerles sentir la cercana delReino; interpretaba en su predicacin los acontecimientos dela vida diaria a la luz del proyecto de salvacin; dabatestimonio de cmo usar rectamente los recursos materiales;sembraba semillas de esperanza y de renovacin en lasociedad con enfermos y pecadores rehabilitados; establecaun nuevo orden de cosas en lo social, basado en el respeto ypromocin de la dignidad de cada persona; purificaba lastradiciones dndoles su justo sentido.

    18. Con su muerte en cruz, Jess de Nazaret, nos ofreceuna catequesis sobre el sentido del dolor, del sufrimiento y dela muerte en el mundo. Su resurreccin y glorificacin a laderecha del Padre son la catequesis sobre cmo al triunfo y ala madurez de la existencia se llega a travs de la cruz. Con su

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  • oracin nos ofrece una capacitacin catequtica para vivirnuestra intimidad con Dios. La eleccin, capacitacin y envodel grupo de los discpulos y de los Doce nos ofrece unacatequesis de cmo formar colaboradores para continuar lamisin. Su presencia entre nosotros todos los das hasta el finde los tiempos, especialmente en la Eucarista, nos ofrece unacatequesis de acompaamiento cercano y promotor. Todo loha realizado como el ungido del poder del Espritu Santo.

    19. Por lo mismo, una catequesis renovada requiere tenerla Sagrada Escritura como su fuente principal, integrar laenseanza de los Padres (tradicin) y la praxis litrgica ypastoral de la Iglesia desde la etapa apostlica hasta nuestrosdas. El Concilio Vaticano II y los documentos pontificios,particularmente la Evangelii Nuntiandi y la CatechesiTradendae recogen esta rica tradicin. La misma lnea siguenel Catecismo de la Iglesia Catlica y el Directorio Generalpara la Catequesis, como dos "instrumentos distintos ycomplementarios" que recogen y particularizan este caudalrenovador.

    20. En el pensamiento de la Iglesia la catequesis tienecomo finalidad descubrir y escrutar el misterio de Cristo y, enla persona de Cristo valorar el designio eterno de Dios que serealiza en l (Cf. CT 5) "El fin definitivo de la catequesis esponer a la persona, no slo en relacin, sino en comunin,en intimidad con Jesucristo: slo l puede conducirnos alamor del Padre en el Espritu y hacernos partcipes de la vidade la Santsima Trinidad" (Ib.).

    21. Todo ello nos abre un panorama muy amplio en elque la Iglesia debe recuperar el papel bsico que juega unanueva concepcin de la catequesis en la educacin para la fe yen la educacin de la fe de los miembros del Cuerpo deCristo: podramos entonces hablar de un "alargamiento delconcepto de catequesis" (Cf. CT 17) que se traduce en hacerde sta un proceso catecumenal[4].

    22. Ser, entonces, muy saludable para la Iglesiaarquidiocesana el que todos los agentes evangelizadores

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  • colaboren, segn su funcin, en el proyecto de renovacin dela catequesis que apunta hacia dos direcciones: primera,expresar con el trmino teolgico-pastoral de "catequesis" noslo un acto puntual ni una actividad ocasional (con motivo deun sacramento), sino especialmente un conjunto de etapassucesivas de formacin integral, dentro del proceso total deevangelizacin, cohesionadas por una finalidad: conseguir lamadurez en Cristo (Ef 4, 13). Y, segunda, asumir la catequesisde adultos como "forma principal de la catequesis" (DGC 59)y desde esta opcin orientar la catequesis de nios,adolescentes y toda prctica catequstica.

    23. La importancia central de la catequesis de adultos espresentada por el Directorio General para la Catequesis de lasiguiente manera: "La catequesis de adultos, al ir dirigida apersonas capaces de una adhesin plenamente responsable,debe ser considerada como la forma principal de catequesis, ala que todas las dems, siempre ciertamente necesarias, dealguna manera se ordenan" (DGC 59; CT 43). Esto implicaque la catequesis, segn edades y ambientes, debe orientarsehacia ella como su punto de referencia y articularse con ellaen un proyecto catequtico de pastoral diocesana.

    4. Catequesis y testimonio de la caridad

    24. La conversin a Jesucristo se vive en su seguimiento:"Ven y sgueme" (Mt 19, 21). Es tarea de la catequesis"inculcar en los discpulos las actitudes propias del Maestro. ElSermn del Monte, en el que Jess, asumiendo el declogo, leimprime el espritu de las bienaventuranzas, es una referenciaindispensable en esta formacin moral-social, hoy tannecesaria" (DGC 85). Por su carcter de experiencia de vidacristiana, la catequesis, junto a la "palabra anunciada, sabeofrecer tambin la palabra vivida. Este testimonio moral, alque prepara la catequesis, ha de saber mostrar lasconsecuencias sociales de las exigencias evanglicas" (Ib).

    25. La catequesis tiene la tarea de promover en cadadiscpulo el compromiso por la promocin de las personas y

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  • la justicia al estilo de Jesucristo. Su amor por el Padre lo lleva buscar diversos caminos de acercamiento a las personas, depromover en cada una de ellas un cambio de actitudes y deconducta para insertarse en la comunidad. En l la liberacin,la solidaridad, el colocar a la persona en el centro de sumisin, no son sino expresiones de la misericordia del Padre(Lc 10, 37; Mt 7, 21; SRS 41). En efecto, la Iglesia -dice elPapa Juan Pablo II comentando la parbola del BuenSamaritano- "ha aprendido... que su misin evangelizadoratiene como parte indispensable la accin por la justicia y lastareas de promocin del hombre y que entre evangelizacin ypromocin humana hay lazos muy fuertes de ordenantropolgico, teolgico y de interpelacin recproca que enel curso de los tiempos se establece entre el Evangelio y lavida concreta, personal y social del hombre"[5].

    26. Parte integral de la catequesis es favorecer laparticipacin del catequizando en el misterio de la redencincomo vocacin y misin de toda persona y la consecuentetransformacin cristiana de la sociedad. Un recursoimportante para lograr este fin es la promocin de lasenseanzas de la Doctrina Social de la Iglesia.

    5. Catequesis, escuela de oracin

    27. "En todo dad gracias a Dios" (1 Tes 5, 18). Cualquierlugar y momento de la vida es espacio para dirigirsefilialmente a Dios. El cristiano que ama a su Padre aprende adirigirse a l al estilo de Jesucristo. Impulsado por el EsprituSanto sabe expresar sus diversos sentimientos: bendicin yalabanza, accin de gracias y deseo de Dios, peticin eintercesin, entrega a la voluntad divina; ante las obras deDios y ante los acontecimientos humanos tiene la firmeconfianza de que ser escuchado.

    28. La catequesis se convierte en escuela de oracincuando ensea, tanto al catequizando como al catequista, ameditar la Palabra de Dios en la oracin personal, a vivir ladimensin comunitaria de la fe en la liturgia, a proyectar el

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  • testimonio evanglico en la vida diaria. La oracin encomunin con Mara, Madre de Jess, non ensear a cantarlas maravillas que el Seor va realizando en su pueblo.

    6. Catequesis y Liturgia

    29. "La Liturgia, por cuyo medio se ejerce la obra denuestra redencin, sobre todo en el divino sacrificio de laEucarista, contribuye en sumo grado a que los fieles expresenen su vida, y manifiesten a los dems, el misterio de Cristo yla naturaleza autntica de la verdadera Iglesia" (SC 2).

    30. Cristo hace presente su obra redentora en la vida de laIglesia, especialmente a travs de la Liturgia. Rito, Palabra,signos sacramentales, sacerdote, comunidad, comunineucarstica son smbolos que nos hablan y nos ponen enrelacin profunda con el misterio de Dios que ha queridopermanecer con nosotros. Lo divino asume y respeta lohumano; todo lo nuestro es transformado.

    31. El misterio de Cristo que nos es ofrecido como gracia,realiza su accin eficaz conquistndonos para que loaceptemos, aceptndolo lo adoremos, adorndolo demosgracias y dando gracias lo compartamos con los dems, paraque tambin ellos estn en comunin con Cristo y as el plansalvfico de Dios vaya realizndose en cada persona.

    32. La Liturgia por s misma es una escuela completa decatequesis: el Padre nos ofrece lo ms precioso que es suHijo, Jesucristo se ofrece a s mismo y a todos nosotros comoofrenda agradable, el Espritu Santo santifica con su accin,gestos y palabras; todo es favorable para que quien participaviva el encuentro con Dios Trino y Uno y con los hermanos, ya la vez sea instruido sobre los contenidos doctrinales ahpresentes.

    33. La catequesis, en cuanto enseanza de vida cristiana,favorece el conocimiento de los diversos elementos ycontenidos doctrinales que constituyen la Liturgia, preparandoal catequizando a una participacin consciente y fructuosa en

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  • la accin redentora del Salvador. El intercambio es saludable,pues la Liturgia sin la catequesis correra el riesgo deconvertirse en mero rito, mientras que la catequesis sin laLiturgia no pasara de ser una adquisicin intelectual.

    34. A travs de una actitud contemplativa y deinteriorizacin, el cristiano profundiza en el significado de lavida de unin con Cristo y de su pertenencia a la Iglesia. En laprctica litrgica, en relacin con los sacramentos,especialmente con la experiencia de la Eucarista, favorece ladimensin mistaggica de la vida cristiana, que debe serpreparada desde la catequesis.

    35. En efecto, as como la Eucarista es "cumbre y fuentede la vida y misin de la Iglesia", de manera anloga, lacatequesis que es escuela y experiencia cristiana, encuentra suculminacin en la oracin y en la liturgia, cuando el discpulopuede experimentar, en actitud de unin y contemplacin, lapresencia del Seor en su vida y la relacin vital con la Iglesia,especialmente en los sacramentos. Esto que la tradicin de laIglesia llama "la mistagogia" forma parte central delaprendizaje catequstico.

    36. Al presentar as las tareas fundamentales de lacatequesis (comunin ntima con Jesucristo, testimonio de lacaridad, escuela de oracin, vivencia litrgica), hemosenfatizado lo que consideramos de importancia vital en elenfoque del proceso misionero en la Arquidicesis de Mxico.Contar con una catequesis orgnica y bien ordenada sobre elmisterio de Cristo nos llevar a descubrir lo que caracteriza ala catequesis con relacin a otras formas de proponer laPalabra de Dios. Aqu est presente lo que Juan Pablo IIescribi para caracterizar la enseanza tpicamentecatequtica, a saber, una enseanza sistemtica (noimprovisada, siguiendo un programa que le permita llegar aun fin preciso); elemental (que no entra a cuestionesdiscutidas); completa (que abarca lo esencial del misteriocristiano); integral (abierta a todas las esferas de la vidacristiana) (Cf. CT 21).

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  • II. Catequesis, camino progresivo de la fe

    1. Iniciacin o reiniciacin cristiana

    37. El Magisterio de la Iglesia enfatiza la nocin decatequesis como proceso (DGC 48-52. 143): que sigue alanuncio kerigmtico, desarrollndolo, y desencadena unproceso de iniciacin, de crecimiento y de maduracin en lafe. La preocupacin por atender adecuadamente a la pastoralde la iniciacin cristiana en nuestra Iglesia particular estexpresada especialmente en el c. 5 del Directorio Pastoralpara los Sacramentos de la Iniciacin Cristiana, promulgadoel 5 de marzo de 2003. Es necesario volver sobre esoscontenidos, as como los del presente documento, leyndolosa la luz de las orientaciones dadas por la Iglesia en el Ritual dela Iniciacin Cristiana de Adultos.

    38. Con el trmino iniciacin o reiniciacin entendemos laentrada en un proceso gradual y progresivo (realizado poretapas) por el que la persona es atrada por Dios paraalcanzar la madurez cristiana. El proceso es diverso segn setrate de un no bautizado, para quien ser una iniciacin en elpleno sentido de la palabra; o de alguien que ya ha sidobautizado, para quien se aplica el proceso de reiniciacincristiana.

    39. La catequesis de iniciacin o de reiniciacin se colocaentre el primer anuncio misionero (kerigma) y la accinpastoral, "pone los cimientos del edificio espiritual delcristiano" (DGC 67). Es una formacin orgnica y sistemtica,bsica y esencial. Es ms que una enseanza y no se reduce alo meramente circunstancial. Es un proceso que lleva a laaceptacin del ser cristiano y de la pertenencia a la Iglesia y aexpresar dicha aceptacin en el compromiso en medio de lasociedad; sigue un camino en el que se abandona algo de lavida pasada, para comenzar a vivir algo nuevo (Cf. DGC 67-68). Exige un itinerario para iniciar en la vida cristiana a losadultos as como a los nios y a los jvenes. Ese itinerario

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  • asume y actualiza el carcter catecumenal de la catequesis delos primeros siglos de la Iglesia.[6]

    40. En el II Snodo encontramos la insistencia en unapastoral con sentido catecumenal. Dado que en nuestrosambientes el problema de bautizados no evangelizados esagudo, urge continuar con este enfoque referido directamentea la catequesis y as buscar que el catequizando vayarecorriendo distintas etapas en su experiencia de discpulo deJess, etapas marcadas por la renovacin de su vida yexpresadas a travs de smbolos o celebraciones, a la maneracomo el RICA lo va indicando para el proceso que debenseguir los catecmenos[7].

    41. La catequesis de iniciacin o de reiniciacin cristianaes un perodo transitorio: tiene su principio y su fin. Lo que espermanente es la maduracin de la fe, que se lleva a cabo atravs de la catequesis permanente y otras formas de accinpastoral como el estudio de la Sagrada Escritura, la lecturaorante de la Biblia ("lectio divina"); la interpretacin cristianade los acontecimientos (indispensable para la doctrina socialde la Iglesia y su vocacin misionera), la catequesis litrgica,las iniciativas de formacin espiritual, la profundizacinsistemtica del mensaje cristiano (Cf. DGC 71) y el estudio dela teologa, que desarrolla la inteligencia de la fe.

    2. Catequesis, educacin para la vidacomunitaria

    42. La experiencia de la vida en Cristo impulsada por lacatequesis se proyecta espontneamente en un compromisocomunitario a ejemplo de Jess que, con su enseanza, pusolas bases de la comunidad de los creyentes y de la comunidadapostlica, como nuevo estilo de participar en latransformacin de la sociedad y en la construccin del Reino.

    43. Segn los Evangelios, en una y otra, la intencin delMaestro era educar a sus discpulos para ir hacia los alejados,para la vida fraterna, para la oracin en comn, para el

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  • perdn mutuo, para el amor fraterno. Si la catequesispromueve esta mentalidad y favorece esta prctica de vidacomunitaria, estar cumpliendo la razn de su ser en laIglesia.

    44. Esta dimensin comunitaria del aprendizajecatequstico adquiere una particular importancia en nuestroambiente, a veces deformado por una concepcinindividualista de la vida cristiana y en el que, en el campo deltrato social aumenta el fenmeno de despersonalizacin ymasificacin (ECUCIM 3241-3244).

    3. Catequesis, iniciacin a la misin de laIglesia

    45. La evangelizacin de las culturas en la Ciudad deMxico requiere la colaboracin de discpulos de Jesucristosuficientemente capacitados. Su participacin en la vidaprofesional, social, cultural, econmica y poltica es requeridacomo fermento de renovacin para la sociedad. Por su partela Iglesia, para cumplir su misin evangelizadora dentro de ellamisma requiere tambin de laicos, con su gran diversidad devocaciones, pero con una formacin orgnica y sistemtica.Desde los primeros tiempos de la comunidad del resucitado latransmisin de lo que Jess haba dicho y hecho, de lo quehaba dejado para realizar en memoria suya, se convierte encontenido de enseanza para que la comunidad y sus pastorescumplan el mandato misionero.

    46. La catequesis ayudar a que el catequizando vayaadquiriendo conocimientos, virtudes y habilidades para que yadesde el mismo aprendizaje catequstico los vaya poniendo enprctica, como viene sealado en el texto de Lc. 10, 1-20: iren el nombre de Jess y correr su misma suerte; riesgo porser enviados como ovejas entre lobos; riesgo de serrechazados; aceptacin del ofrecimiento de hospitalidad; conespritu de pobreza; compartir el mensaje del Reino (paz ysalud).

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  • 4. Perfil y formacin del catequista

    47. En la reciente X Asamblea Diocesana hemosreflexionado detenidamente acerca del perfil del catequista;por ahora tengamos en cuenta lo ms sobresaliente con elpropsito de que, a travs de diversos medios, habr quevolver sobre el tema, una y otra vez, para ahondar ms sobreel ser del catequista, entendido como el discpulo de Jess quequiere ayudar al hermano en el crecimiento de su fe a travsde un proceso orgnico.

    48. Ser catequista es una vocacin: se es catequista porun llamado de Dios para el servicio de la Iglesia. Esta vocacinbrota del sacramento del Bautismo y es robustecida por laConfirmacin (DGC 231).

    49. El catequista recibe de la comunidad y del pastor,"primer responsable de la catequesis", el envo para ejercer unministerio en nombre de la Iglesia y al servicio de su misinevangelizadora. Si el catequista valora lo especfico de suvocacin y servicio y vive el sentido de pertenencia a laIglesia, asumir su misin y se preocupar por cultivarla.

    50. El catequista es el cristiano que comparte con otraspersonas su experiencia de fe en Cristo muerto y resucitado,con el compromiso de una continua formacin espiritual,doctrinal y pedaggica.

    51. Como miembro de la comunidad el catequista lleva acabo la iniciacin de los catecmenos y catequizandos (Cf.RICA) en la vida comunitaria de la Iglesia, de tal manera que"sean introducidos en la vida de fe, de liturgia y de caridad delpueblo de Dios" (AG 14), al mismo tiempo que aprenden acooperar activamente en la evangelizacin y edificacin de laIglesia" (Ib.) y en "las luchas por la justicia y la construccin dela paz" (CT 29).

    52. El perfil ideal del catequista viene presentado comouna persona dotada de equilibrio psicolgico, madurez deacuerdo a su edad y capacidad para saber relacionarsenormalmente con las dems personas. Sabe escuchar al otro,

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  • aceptar de buen grado sus puntos de vista e integrarse altrabajo de grupo. Posee una justa autoestima, espritu deresponsabilidad y sensibilidad social que le permiten descubrirlas necesidades ajenas e interesarse por su solucin. Procuraser buen comunicador y crear a su alrededor un clima deconfianza.

    53. Desde el punto de vista cristiano, el catequista es unprofeta, un maestro y un testigo. Profeta, porque su servicioespecfico es anunciar la Palabra, presentando el misterio deCristo de modo situado. Es un maestro, porque ensea elcamino de la fe y los signos bblicos y experienciales a travsde los cuales Dios se revela. Es testigo, porque no habla decosas que sabe de memoria, sino de su propia experiencia delmisterio de Cristo (EN 46). Comunica la fe de la Iglesia y nosus opiniones personales[8].

    54. La formacin del catequista comprende variasdimensiones: la ms profunda hace referencia al ser delcatequista; despus est lo que el catequista debe saber paradesempear bien su tarea; finalmente viene la dimensin delsaber hacer, ya que la catequesis es un acto de comunicacin(DGC 238) y de pedagoga.

    55. Algunos aspectos fundamentales a tomarse en cuentaen la formacin del catequista son los siguientes: cuidar que elejercicio de la catequesis alimente la fe del catequista,hacindole crecer como discpulo; fomente su espiritualidad ysu conciencia apostlica. Para ello el catequista ha de conocery vivir el proyecto de evangelizacin concreto de sta Iglesiadiocesana y el de su comunidad, a fin de sintonizar con elproyecto evangelizador de nuestra Iglesia particular (DGC239).

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  • III. Por una pastoral catequtica

    1. Destinatarios e interlocutores de la pastoralcatequtica

    56. Durante su ministerio terreno Jess anuncia el Reinode Dios destinado a todos los pueblos y es la encomienda quedeja a sus discpulos; de ah que los destinatarios de la pastoralcatequtica son todas las gentes.

    57. La Iglesia arquidiocesana se inserta en esta tradicinmisionera de hacer llegar el Evangelio a todos los ambientes ypersonas de la ciudad, con la colaboracin de los bautizados,especialmente de los catequistas.

    58. Los destinatarios de la pastoral catequtica sondiversos segn se les considere desde la ptica de quien seorienta hacia la fe (catecumenado), del desarrollo de la febautismal (fundamentacin y profundizacin), del desarrollofsico y psquico (por edades), de la situacin socio-cultural(por categoras). Por lo mismo es de gran importancia quecomo Iglesia Arquidiocesana nos comprometamos a abrirnuevos espacios de pastoral catequstica incluyente, parasuperar el reducir la catequesis a la preparacin previa a lossacramentos.

    59. En nuestro contexto evangelizador insistiremosorgnicamente para que la catequesis de adultos se conviertaen el prototipo de toda catequesis y la referente necesariapara todas las dems expresiones de catequesis. As, desde elII Snodo, el trabajo pastoral en la Arquidicesis ha pensadoparticularmente en los alejados del influjo del Evangelio, endonde los adultos y los jvenes constituyen un sector muyamplio. Adems, el Proceso Evangelizador Arquidiocesano deinspiracin catecumenal, aplica de manera mucho ms claralas orientaciones del RICA, ayudando a ubicar la relacinentre la evangelizacin en un sentido amplio y la catequesisen su relacin con las diferentes etapas de dicho proceso.Finalmente no debemos olvidar que la atencin a los adultos

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  • es una urgencia pastoral que no podemos postergar, por elpapel que stos desempean en la sociedad, en la cultura y enla vida de la misma Iglesia.

    60. Sabiendo que la situacin de alejamiento del Evangeliose aplica a todos los sectores de la poblacin, los jvenes y lasfamilias tambin son destinatarios prioritarios del traboevangelizador y catequtico. Para ello bsquense mtodos ysubsidios que con lenguaje y smbolos adaptados a losambientes de la ciudad hagan posible la evangelizacin deestos sectores (Cf. DGC 189 y ss).

    61. La catequesis hacia los pobres y necesitados implicainsistir en los pasos previos de promocin humana bsica ytestimonio de la comunidad eclesial, de modo que el servicioofrecido para educar su fe sea ms creble y aceptable. Paramuchos de estos hermanos la actitud de parte de los agentesevangelizadores har que surja o se renueve en ellos una"bsqueda religiosa" (ChL 4c) y se vuelvan a colocar en unacondicin de "simpatizantes" (RICA 12. 111).

    62. En los ltimos tiempos la sociedad ha ido adquiriendouna mayor conciencia para atender a las personas concapacidades diferentes o personas que sufren algunadiscapacidad que los limita a participar en los diferentesambientes de la vida diaria. La Iglesia debe hacer sentir su voza travs de una catequesis adecuada a este sector (Cf. DIPSIC125).

    63. En estas diversas situaciones es de tenerse muy encuenta la gradualidad del proceso evangelizador, de tal maneraque la catequesis ofrecida a cada grupo o personacorresponda a la etapa segn el camino recorrido; as lacatequesis permanente se tendr una vez que se ha aseguradola catequesis de iniciacin o reiniciacin; del mismo modo lacatequesis especial se dar a quienes corresponda, pero sinsuplir las etapas fundamentales previas.

    64. Un especial inters, en nuestros ambientes dealejamiento del Evangelio tendr la catequesis kerigmtica conel fin de afianzar y ahondar los contenidos del primer anuncio;

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  • de sta manera, para la mayora de los cristianos esa ser lapuerta para un camino de formacin propiamentecatequstica. Nuestra situacin de nueva evangelizacin haceque "el primer anuncio y una catequesis fundante constituyanuna opcin prioritaria" (DGC 58c).

    65. Hay que recordar asimismo que "el hecho de que lacatequesis, en un primer momento, asuma estas tareasmisioneras, no dispensa a una Iglesia particular de promoveruna intervencin institucionalizada del primer anuncio, comola actuacin ms directa del mandato misionero de Jess. Larenovacin catequtica debe cimentarse sobre estaevangelizacin misionera previa" (DGC 62). Es por ello quehabremos de intensificar la prctica ya iniciada de promoveren nuestras comunidades periodos de "accin misioneraintensiva" (Cf. MP 169).

    66. As pues, dado que los ambientes son tan variadoscomo variadas son las realidades de la Arquidicesis, invito atodos los agentes de pastoral para que en su programacinevangelizadora sean integrados dichos ambientes en los quedebemos hacer presencia con una catequesis dosificada ydiversificada, segn la realidad del destinatario.

    2. Agentes de la pastoral catequtica

    67. Las comunidades de los tiempos apostlicos sonsiempre un punto de referencia en el quehacer evangelizador.Su sentido de oracin en comn, la prctica de la dimensincomunitaria de los bienes materiales, su empeo misionero,su fidelidad en conservar la tradicin recibida, su organizacinen diversos servicios y ministerios inspiran las actitudes yacciones de los agentes de pastoral catequtica hoy da.

    68. El obispo, como cabeza de la accin pastoral en laDicesis ejerce su responsabilidad sobre la catequesisfundamentalmente a travs de los presbteros, coordinndolose impulsndolos en esta labor. Cuida de que las estructurastengan siempre un sentido pastoral. Destina los medios

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  • econmicos pertinentes y promueve la realizacin y difusinde subsidios. En el cumplimiento de su ministerio proftico sevale de documentos oportunos, de la predicacin desde suctedra, de su presencia en las comunidades y deintervenciones en los medios de comunicacin social.

    69. Los presbteros, colaboradores de los obispos en latarea pastoral, son los primeros responsables del desarrollo dela catequesis en sus respectivas comunidades: convocandoagentes idneos para la catequesis, cuidando de su formacin,siguiendo de cerca su apostolado, programando y evaluandocon ellos su trabajo, integrando su actividad en el conjunto delprograma de pastoral comunitaria. Siendo el Espritu Santoquien da testimonio en nosotros, el testimonio del pastor esesperado y requerido como el primer medio de evangelizacin(Cf. DGC 224. 225).

    70. Uno de las recursos catequsticos ms a su alcance yms amplio en cuanto a posibilidades y que debe saberaprovechar creativamente es la homila en la celebracineucarstica.

    71. Los diconos, como colaboradores de los sacerdotesen el ministerio de la evangelizacin, participan tambin de lasactividades que le competen al presbtero de animacin,coordinacin y formacin de los catequistas. Este es uno delos campos privilegiados del ministerio diaconal.

    72. Por su misma consagracin los miembros de la vidaconsagrada son ya testimonio vivo del Reino en cuyaconstruccin colaboran. Por su formacin y experienciatienen una funcin particular en la catequesis, sobre todocomo formadores de catequistas y animadores decomunidades no siempre cercanas a las estructuras ordinariasde evangelizacin. Una mayor coordinacin entre estasexperiencias, las parroquias y la dicesis har ms fructuosa lamisin evangelizadora.

    73. Los catequistas ocupan un lugar preponderante en elproceso de la educacin de la fe y hacia la fe en cuanto que

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  • con su presencia y actividad acompaan al catequizando en sucamino hacia la madurez en Cristo.

    3. Estructuras al servicio de la pastoralcatequtica

    74. Para que la obra de Jess pudiera perpetuarse en eltiempo, desde los orgenes apostlicos, se fue viendonecesaria la creacin de diversas estructuras; en este contextolas iglesias particulares adquirieron importancia y significacinante las culturas en las que estaban inmersas.

    75. Especialmente a partir del II Snodo, la Iglesiaarquidiocesana ha tomado conciencia del valor de susestructuras en su "nuevo y vigoroso proyecto misionero". Paraque la catequesis logre su objetivo, necesita contar conestructuras eficazmente coordinadas que garanticen unapastoral de conjunto.

    76. Desde la ptica territorial, tanto la Vicara como susdecanatos y parroquias deben promover una coordinacindinmica y orgnica de sus actividades y recursos para que lacatequesis se convierta en fuerza renovadora de los diversosambientes presentes en dichas circunscripciones.

    77. Las Vicaras funcionales y sectoriales, por suresponsabilidad de coordinacin y subsidiariedad a nivelarquidiocesano, estn llamadas a colaborar, desde sucompetencia, para presentar la imagen actual de lo que se valogrando del proceso misionero e insertar dinmicamente enl programas catequsticos, de acuerdo a la etapa en que seencuentra cada uno de sus mbitos particulares.

    78. Los Secretariados y Comisiones Arquidiocesanas, ensu papel de responsabilidad especializada segn el campo queles compete, ofrezcan su asesora para conocer lo mejorposible la problemtica de sus realidades y, mediantepropuestas y subsidios, presenten caminos para que lapastoral catequtica logre su objetivo.

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  • 79. Especial empeo se espera de las Comisiones que porsu finalidad tocan ms directamente ciertos mbitos culturalescomo son Centros de Estudios Superiores, Medios deComunicacin, ambientes artsticos y del comercio etc., demodo que a travs del dilogo con estos sectores se vayancreando espacios para que laicos capacitados hagan presenciaen ellos del mensaje evanglico.

    80. Particularmente la Vicara de Pastoral, encoordinacin con los organismos apropiados, elaborar uninstrumento que en el campo de la pastoral catequstica dcontinuidad al trabajo iniciado por el subsidio "Hacia unManual Operativo para la Pastoral Parroquial".

    Conclusin81. Con este Documento he querido presentar las

    orientaciones que, bajo la inspiracin del Espritu Santo,hemos reflexionado como Iglesia diocesana, especialmentedesde la X Asamblea, para proseguir el plan pastoral en laArquidicesis, teniendo en cuenta que ya se han ido dandopasos concretos en los que hemos trabajado con entusiasmo yafianzan la esperanza de que, colaborando todos conmentalidad sinodal, veamos actualizada una etapa ms de larealizacin del proyecto salvador de Dios.

    82. Bajo la mirada materna de Mara, estrella de laevangelizacin, iniciamos este nuevo ao pastoral ofreciendonuestro servicio a la misin que el Seor Jess nos haencomendado.

    15 de enero de 2005,

    Peregrinacin Anual Arquidiocesana a la Baslica de SantaMara de Guadalupe.

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  • Notas1. "Evangelizar al hombre significa tambin evangelizar su cultura, sutica y sus valores, sus ideales de justicia y verdad. De ah que lanueva evangelizacin consiste precisamente en transformar lacultura desde dentro, enriquecindola con los valores cristianos quederivan de la fe y haciendo que el mensaje de Cristo penetre en lasconciencias de los pueblos". SNODO DE LOS OBISPOS. ASAMBLEAESPECIAL PARA AMRICA, Instrumentum Laboris, n. 9.2. JUAN PABLO II, 4 Visita a Mxico Homila en la Baslica deGuadalupe (23 de enero de 1999) n. 4. Cf. J. L., GUERRERO, Flory canto del nacimiento de Mxico, Ed. Clavera, Mxico 1990, 11;El Nican Mopohua, un intento de exgesis, Ed. UPM, Mxico 1996,456.3. "La visin no slo seala una de las etapas iniciales mssignificativas de la evangelizacin de Amrica Latina. Ella indicatambin el verdadero principio formal de toda nueva evangelizacincristiana, la cual habla de encarnacin total de la fe en el espacio yen el tiempo, en el lenguaje, en los smbolos culturales y en la carnede los nuevos pueblos. Y es significativo el hecho de que justamenteMara es la protagonista de esta mediacin cultural; ella pareceentregar a Cristo al nuevo continente". A., AMATO, La encarnaciny la inculturacin, p. 186. Un comentario en el mismo sentido lorefiere el Papa JUAN PABLO II, 4 Visita a Mxico, Angelus Domini(24 de enero de 1999) n. 4.4. CT 18d; SD 33; 41;49.5. Discurso a la III Conferencia General del EpiscopadoLatinoamericano, Puebla, Mxico, 28-01-1979.6. El kerigma o primer anuncio se dirige a los no creyentes y a losque, de hecho, viven en la indiferencia religiosa. Esta etapakerigmtica es previa a la catequesis: ella "asume la funcin deanunciar el Evangelio y llamar a la conversin" (DGC 61). Por suparte "La catequesis hace madurar esta conversin inicial, educandoen la fe al convertido e incorporndolo a la comunidad cristiana"(Id.). Sin embargo, la catequesis ha de tener siempre una dimensinkerigmtica (DGC 52).7. Un ejemplo de esto lo tenemos en el mtodo de reiniciacincristiana "Camino de Emas".8. CELAM: La catequesis en Amrica Latina, Bogot, 1999, n.187-188.

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