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50 CUADERNOS DE PEDAGOGA. N389 ABRIL 2009 } N IDENTIFICADOR: 389.013

Las funciones de orientacin estn adquiriendo un creciente protagonismo en

los sistemas educativos de la Unin Europea. Su evolucin es parecida a la de

otros servicios psicopedaggicos: desde un modelo clnico, centrado en el diagnstico y tratamiento de unos pocos alumnos con alguna problemtica muy especfica, se ha

evolucionado hacia un modelo sistmico que abarca el conjunto de la comunidad

educativa a lo largo de toda la escolaridad. El nfasis, por tanto, se pone en

intervenciones ms globales centradas en el contexto escolar, en la prctica docente

y en el asesoramiento familiar.Este Tema del Mes discurre por estas

nuevas coordenadas y muestra los retos, perfiles, roles y competencias de los

orientadores del presente-futuro. Todo ello aderezado con propuestas y

experiencias, tanto en Primaria como en Secundaria, relativas a aspectos tan

diversos como la tutora, la educacin afectivo-sexual o el uso de las Tecnologas

de la Informacin y la Comunicacin. Las personas que aqu escriben

pertenecen a la Confederacin de Organizaciones de Psicopedagoga y

Orientacin de Espaa, que cuenta con 22 sedes territoriales y 8.000 afiliados.

Orienta

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Cada vez se observa con ms nitidez la importancia de los Servicios de Orientacin para la mejora de la calidad del sistema educativo. Son la pieza clave para detectar a tiempo cualquier problemtica educativa o personal. El nuevo papel de los orien-

tadores debe ser ms ambicioso que en la actualidad; debe di-rigirse a la formacin y al asesoramiento del profesorado tanto a nivel individual como a nivel colectivo y no tanto a las interven-ciones clnicas centradas en unos pocos alumnos. La nueva di-mensin de la orientacin debe abarcar a toda la Comunidad educativa, es decir, a la totalidad de los alumnos (no slo a los que presentan necesidades especficas de apoyo educativo), de los profesores y de las familias. Y, adems, debe ser para toda la vida, no circunscrita a determinadas etapas educativas.

La formacin inicial que en la actualidad se imparte al profe-sorado resulta insuficiente. Los cambios sociales operados en las ltimas dcadas, que han conducido hacia una sociedad globalizada, con acceso a numerosas y diversas fuentes de in-formacin y con constantes movimientos migratorios en las po-blaciones, han dado lugar a unos nuevos contextos educativos a los que los profesores deben hacer frente.

Segn Xavier Antich, Espaa vive, con relacin a la formacin del profesorado, un retraso secular. El modelo decimonnico de formacin acadmica en distintas materias y contenidos no va acompaado de una capacitacin pedaggica que permita la eficaz adecuacin de estos contenidos a las diversas fases del aprendizaje. Frente a las 6.400 horas de formacin del profeso-rado de Primaria, en Finlandia, en Espaa apenas se alcanzan las 2.000. Frente a las 1.400 que debe cumplir un profesor de Secundaria, en Espaa se realizan 130. Jos Gimeno Sacristn opina que debera seleccionarse mejor a los candidatos a ejer-cer la docencia y que sus formadores deberan poseer una pre-paracin y experiencia adecuadas, ya que ste es un dficit histrico.

En el caso de Finlandia su sistema educativo goza de una alta consideracin social y el gasto en este mbito es de un 6,24% de su PIB; existe una gran descentralizacin administrativa que se complementa con una gran autonoma de los centros; la ra-

tio profesor/alumno es baja; existe un tratamiento de la diver-sidad por intereses; se tiene un gran respeto y estima hacia los docentes, probado por la fuerte formacin que stos reciben y por el hecho de que a los ms competentes se les sita en los primeros cursos de Primaria; los centros estn dotados de en-fermeras peditricas, de psiclogos y trabajadores sociales y se da una orientacin escolar efectiva.

El Presidente de la Conferencia de Rectores de las Universi-dades Espaolas, Angel Gabilondo, plantea la necesidad de una formacin pedaggico-psicolgica en forma de competencias docentes, para atender la compleja realidad de las aulas con-temporneas. Es importante una formacin rigurosa en psico-loga evolutiva y del aprendizaje, que ofrezca recursos didcticos motivadores y de atencin a la diversidad.

El ltimo informe del Consejo Escolar del Estado resalta que el profesorado es la clave para mejorar la calidad del sistema educativo. Por esta razn, su formacin debe responder a dos exigencias bsicas: cientfica y psicopedaggica. Considera fun-damental el desarrollo de planes de evaluacin diagnstica y una formacin permanente del profesorado, adaptada a las nuevas necesidades profesionales. La formacin en la didctica es precisa para aplicar las competencias bsicas en el aula. La programacin y la elaboracin de los criterios de evaluacin deben considerarse ejes prioritarios, y potenciar siempre el in-tercambio de experiencias, la autonoma pedaggica, organi-zativa y de gestin, y la formacin en centros. Asimismo, insta a las Administraciones a organizar un Programa de apoyo a todo el profesorado novel, a travs de maestros tutores que deberan ser convenientemente incentivados.

COORDINACIN: JUAN ANTONIO PLANAS DOMINGOPresidente de la Confederacin de Organizaciones de Psicopedagoga y Orientacin de Espaa. Presidente de la Asociacin Aragonesa de Psico pedagoga.

Miembro del Consejo Social de la Universidad de Zaragoza. Jefe del Dpto. de Orientacin del IES Tiempos Modernos, de Zaragoza.

Correo-e: japlanas@unizar.es

Una nueva formacin del profesorado

cin educativa

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Por tanto, es necesario un cambio profundo en la metodolo-ga docente, en la orientacin educativa, en la formacin inicial y permanente del profesorado, en los currculums educativos y en los espacios y tiempos escolares.

Dar respuesta a nuevos retos

A partir del prximo curso se van a poner en marcha las titu-laciones de Grado de Maestro de Educacin Infantil, de Maes-tro de Educacin Primaria y de Profesor de Educacin Secun-daria. La formacin inicial de los maestros ser de estudios de grado de 240 ECTS, es decir, cuatro aos de duracin como mnimo, ya que no es posible cursar ms de 60 crditos anuales. En cuanto a la formacin inicial del profesorado de Educacin Secundaria despus de realizar un ttulo de grado en cualquier especialidad se cursar un Mster de 60 ECTS. El gran cambio es que el futuro profesorado deber realizar unas prcticas en los centros educativos. Para ello se seleccionarn determinados centros y profesores para que sean los tutores de dichos alum-nos. En estos msteres se plantean seis grandes mdulos:

- Contexto en el que se desarrolla la labor docente.- Procesos de enseanza-aprendizaje.- Interaccin-convivencia en el aula.- Diseo y gestin de los procesos de aprendizaje (por reas

o bloques).- Especfico de cada especialidad.- Prcticum. El profesorado va a necesitar una formacin que d respues-

ta a los nuevos retos educativos. No es lo mismo dar clase a un grupo homogneo que a otro heterogneo, con diferentes ca-

pacidades y rendimiento, tanto por debajo como por encima del nivel considerado como estndar. Deber atender a problemticas que antes se desconocan, como los alumnos dis-ruptivos, la desmotivacin, el dficit de aten-

cin, la hiperactividad, las ludopatas, la anorexia, la bulimia, el bullying o la cibera-diccin. Tambin precisarn formacin en temas tales como: materiales especficos para trabajar en esa diversidad, agrupa-

mientos flexibles, nuevas tecnologas aplicadas a la educacin, eva-luacin, mejora de la tutora,

medidas para mejorar la con-vivencia en la comunidad edu-

cativa, etc. Por otro lado, una

de las piezas funda-mentales que no se estn teniendo en

cuenta, tal como man-tienen especialistas co-

mo Rafael Bisquerra, es la Educacin Emocional. Tanto los alumnos

como los profesores deben tener una slida formacin en este mbito. Gran parte del malestar

docente y de los problemas de convivencia se deben a que no se estn gestionando adecuadamente los con-

flictos tanto personales como relacionales. La competencia emocional debe ser previa al resto de competencias docentes o investigadoras. Si un profesor no tiene habilidades sociales y no posee recursos para dinamizar un grupo, llevar a cabo una entrevista o resolver un conflicto de convivencia, todo su bagaje intelectual y cientfico le va a servir de bien poco. Por ello, este tipo de formacin sera preferible que la impartiesen personas con formacin y experiencia psicopedaggica

Coincidimos con los planteamientos realizados por parte de profesores de reconocido prestigio como Joaqun Gairn Sa-lln o Mario Martn Bris que otorgan ms relevancia a los as-pectos psicopedaggicos y a la experiencia prctica. Lo que es indudable es que un asunto tan primordial para la mejora de la calidad del sistema educativo, no puede caer en el error de perpetuar el anterior CAP. Si la formacin se convierte de nuevo en algo terico, alejado de la prctica diaria, volvere-mos a fracasar. El futuro profesorado necesitar de experiencias directas y ejemplificaciones concretas de la compleja tarea de ensear.

Por mi experiencia directa de varios aos de trabajo como maestro y como orientador en Equipos y Departamentos de Orientacin he observado que el profesorado posee una buena formacin disciplinar, pero conocimientos muy escasos para dinamizar grupos o resolver conflictos, por lo que la mayor par-te de los conocimientos tericos les sirven de bien poco cuando se encuentran con aulas muy heterogneas y alumnado muy dispar en sus intereses y capacidades. Con demasiada frecuen-cia he observado que profesores con muy buenas aptitudes han abandonado una profesin preciosa porque nadie se ha ocupa-do de facilitarles estrategias para enfrentarse a complejas situa-ciones educativas, y que la mayora de ellos han aplicado tcti-cas educativas de ensayo y error.

DANIEL MONTERO GALN

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Si los que disean la normativa preguntaran a los profesores noveles se encontraran con una respuesta masiva: lo que ne-cesitan verdaderamente es una formacin prctica en actividades motivantes para el alumnado, materiales para la atencin a la diversidad, evaluacin, didctica, tcnicas de resolucin de con-flictos, estrategias para llevar a cabo una entrevista o una din-mica grupal. Si la futura formacin se basa, como hasta ahora, en prescripciones tericas alejadas de la prctica, estaremos de nuevo defraudando al profesorado y perpetuando los males de nuestro sistema educativo. Es difcil que personas que no estn trabajando directamente en los centros educativos puedan ofre-cen esta formacin tan prctica.

En ese sentido el planteamiento que hacemos desde la Con-federacin de Organizaciones de Psicopedagoga y Orientacin de Espaa (COPOE) es que se puede aprovechar la formacin psicopedaggica y la experiencia docente de los orientadores para coadyuvar en la formacin inicial y permanente del profe-sorado. Hay que rentabilizar los efectivos actuales y ampliar su nmero para poder hacer realmente vlida la formacin. Hay que tener en cuenta que los orientadores pertenecemos por oposicin al cuerpo de profesores de Educacin Secundaria, im partimos tambin docencia, estamos a tiempo completo en los centros educativos en contacto directo con el alumnado, sus familias y el profesorado, e incluso una buena parte del colec-tivo lleva aos realizando formacin en los centros de profesores y recursos o en instituciones sin nimo de lucro dedicadas a la formacin. Un buen profesional de la orientacin es un dinami-zador pedaggico que puede contribuir a la mejora organizati-va de los centros.

La COPOE propone, tanto al Ministerio de Educacin como a las distintas universidades y comunidades autnomas, que tengan en cuenta a los orientadores para formar a los futuros tutores de prcticas (profesores que ya estn en ejercicio) y a los profesores aspirantes. Los orientadores, adems de forma-cin psicopedaggica y didctica, disponemos de flexibilidad horaria debido a las pocas horas lectivas que tenemos asigna-das. Si se potenciara la presencia de dos o tres orientadores en los institutos y algunos ms en los equipos de orientacin psi-copedaggica, uno de ellos podra dedicarse a la formacin de los futuros tutores y a colaborar en la formacin de los aspiran-tes a profesores.

Una de las posibles frmulas que proponemos es destinar a los orientadores que han aprobado las oposiciones en la ltima convocatoria, o a los interinos que empiezan a trabajar de re-

fuerzo, a algn Departamento de Orientacin o a determinados Equipos de Orientacin Educativa y Psicopedaggica (E.O.E.P.), de manera que durante un curso tendran la ocasin de formar-se en la compleja tarea de la orientacin, pero adems permiti-ra que otro orientador destinara parte de su tiempo a la forma-cin del profesorado tanto inicial, como permanente e incluso a la formacin de los profesores tutores de las prcticas.

Est claro que si realmente las autoridades educativas espa-olas apuestan por mejorar la situacin actual, debern prever formar bien al profesorado e invertir en recursos humanos para que pueda llevarse a cabo con eficacia este propsito. Desde la humildad, pero tambin desde el convencimiento de que los orientadores podemos contribuir a este importante fin, la CO-POE brinda de los responsables de la formacin del profesora-do estas propuestas y su potencial humano.

X Bisquerra Alzina, R. (2002): La prctica de la Orientacin y la Tutora. Barcelona: Praxis

X Galve Manzano, J. L. y Ayala Flores, C. L. (2002): Orientacin y accin tutorial: de la teora a la prctica. Madrid: CEPE

X Lled Becerra, A. (2007): La Orientacin educativa desde la prc-tica. Sevilla: Fundacin ECOEM.

X Planas Domingo, J. A. (2008): Las nuevas perspectivas de la Orientacin. En: Revista Espaola de Orientacin y Psicopedagoga, vol. 19, n 1 (editada por UNED y FEOP).

X Planas Domingo, J. A. (2008): La nueva Orientacin en el Sistema Educativo En lvarez, M. y Bisquerra, R. (coord.): Manual de Orientacin y Tutora. Barcelona: Wolters Kluwer.

X Riart i Vendrell, J. (2007): Puntos clave en la intervencin psico-lgica dentro del campo educativo. Barcelona: Collegi Oficial de Psicolegs de Catalunya e ISEP.

X Soler Nages, J. L. (Coord.) (2008): Actas del III Encuentro Nacional de Orientadores. Asociacin Aragonesa de Psicopedagoga. Zara-goza: Mira Editores.

para saber ms

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