Origen Profético de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Presentado por el Pr. Luis Eguiluz.

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Profético de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Presentado por el Pr. Luis Eguiluz

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Origen Profético de la Iglesia Adventista

del Séptimo Día

Presentado por elPr. Luis Eguiluz

Origen Profético de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

Hoy en día hay una impresionante cantidad de iglesias y grupos de diferentes denominaciones, todas ellas se hacen llamar la iglesia verdadera. La razón por la que muchas iglesias están apareciendo día tras día, es por cierta inconformidad con las religiones tradicionales o por que quieren hacerse una religión de acuerdo a su gusto y antojo personal.

Las iglesias presentan una suerte de “menú” para los feligreses que participan de sus cultos y para los nuevos adherentes.

Muchas iglesias hoy por hoy están introduciendo las prácticas, costumbres y actividades seculares dentro de la programación litúrgica, con el pretexto de atraer así más gente y a los jóvenes.

Origen Profético de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

Podríamos preguntarnos aquí: Es la iglesia Adventista una iglesia más de las iglesias evangélicas o protestantes?Es una denominación más?Es una iglesia evangélica sabática?Qué la hace diferente de las demás?Por qué tendríamos que unirnos a ella entre tantas que hay?

Ante todas estas interrogantes, un Adventista querrá tener una respuesta a estas preguntas y demostrar con base el surgimiento de su iglesia y la fe que profesa tener.

Aún peor, se ve asediado por movimientos disidentes y seudo-reformistas que aparecen dentro de las filas de la misma iglesia.

Origen Profético de la Iglesia Adventista del Séptimo Día

Por estas razones es importante que tengamos bien claro cual es nuestro origen, nuestras raíces, nuestros principios y nuestras doctrinas.

En esta oportunidad nos centraremos en lo que se refiere a nuestro origen profético y para esto nos remitiremos a la Biblia.

Comenzaremos nuestra búsqueda de estas raíces o de nuestro origen en el Antiguo Testamento primero. El pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, Israel.

DIOS SIEMPRE TUVO UN PUEBLO

A través de toda la Biblia encontramos la evidencia de que Dios siempre tuvo un pueblo escogido. Desde el Génesis al Apocalipsis esta idea es resaltante y es un motivo central en los planes de Dios

La primera mención de una promesa la encontramos en la experiencia del Edén, cuando Adán y Eva después del pecado están en la presencia de Dios.

Allí Dios les presenta un mensaje de esperanza conocido como el proto-evangelio (Gen. 3:15), hace referencia a la simiente escogida como el Mesías que vendría del pueblo de Dios, representada por la mujer.

DIOS SIEMPRE TUVO UN PUEBLO

Más adelante, en los tiempos de Noé, el “arca” simbolizó la iglesia de Dios. Los que abandonan el mundo y sus placeres, para ingresar a la “iglesia de Dios” y encontrar seguridad y salvación de la destrucción inminente (Gen. 6:18).1

De manera más explicita encontramos en la experiencia de Abraham la bendición de un pueblo escogido. “Y haré de ti una gran nación. Te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás una bendición… y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Gen. 12:2,3.

Este pueblo tendría que pasar por dificultades y también esto se profetizó. “Tu descendencia morará en tierra extraña y será oprimida cuatrocientos años. Pero yo castigaré a la nación a la que sirvan. Saldrán con riqueza” (Gen. 15:13,14)

SURGIMIENTO PROFETICO DE ISRAEL

Dos libros históricos muestran el derrotero del pueblo de Dios, el Génesis y el Éxodo, uno marca el principio y el otro la salida, para mostrar el origen del primer pueblo de Dios tal como la agenda divina lo indicaba.

Génesis: Leemos lo siguiente: “Ten por cierto que tus descendientes serán peregrinos en tierra ajena, y serán esclavos y oprimidos por 400 años. Pero yo castigaré a la nación a quién servirán. Después saldrán con riqueza”. Gen 15: 13,14Éxodo alude al Génesis, mencionando que, “pasados los 430 años, en el mismo día, salieron de Egipto todos los ejércitos del Señor” Ex. 12: 41.De esta manera vemos que el cronograma divino presenta la primera profecía con fecha exacta para el origen del pueblo de Dios.

EN LA FECHA EXACTA

El texto menciona claramente, “Pasados 430 años. Ese mismo día”, salieron de Egipto para enrumbarse a Canaán, la tierra prometida. Para algunos estudiosos existe una contradicción cronológica entre los dos textos (Gen. 15:13 y Ex. 12:41), pues es una menciona 400 años y en el otro 430 años.

Sin embargo, se debe tener en cuenta las palabras de Pablo, “Esto, pues, digo: La Ley que vino 430 años después, no abroga el pacto previamente confirmado por Dios, para invalidar la promesa” Gal. 3:17.

Mostrando que la ley de Dios (dados en Sinaí) no anula o abroga el pacto hecho con Abraham cuando lo llamó a salir de Ur de los Caldeos (Gén. 12).Por lo tanto, Moisés considera los 430 años desde que Abraham salió de Ur hasta el día del Exodo.2

CONCLUSION

En consecuencia, Dios había profetizado siglos antes, el surgimiento de su pueblo, el cual sería oprimido, esclavizado, humillado (Ex. 1:13), pero al final sería libertado, no por mano humana sino por acción divina (Ex. 14:30:31)

Sin lugar a dudas, el pueblo de Israel tiene un origen profético. Es por ello que a través de la historia, el pueblo israelita, se sentía seguro y orgullosos de ser el pueblo de Dios.

No por fábulas, ni historietas, sino por su origen profético en la Biblia, la Palabra de Dios. Y aunque esclavos se atrevieron a increparle a Jesús, “Descendientes de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos” (Jn 8:33) , poseedores de una identidad profética sin igual.

SURGIMIENTO PROFETICO DEL PUEBLO DE DIOS EN EL TIEMPO DEL FIN:

IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA

Dos libros proféticos se encuentran, Daniel y Apocalipsis, la profecía y la revelación, para mostrar el último pueblo de Dios tal como lo indicaba la “agenda divina”.

Juan, el discípulo amado, dice, la voz que oí del cielo me hablo otra vez, y me dijo: “Ve toma el librito abierto de la mano del ángel que está en pie sobre el mar y la tierra” (Apoc. 10:8).

Daniel, el varón muy amado de Dios, dice “Pero tú Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia aumentará” (Dan. 12:4)

SURGIMIENTO PROFETICO DEL PUEBLO DE DIOS EN EL TIEMPO DEL FIN:

IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA

Es interesante notar que en Daniel encontramos un libro cerrado hasta el tiempo del fin, y en Apocalipsis encontramos un libro que esta abierto en el tiempo del fin.

Claramente el tiempo del fin, es dado inmedia-tamente después del cumplimiento de la profecía más grande con fecha exacta en la Biblia (Dan. 8:14), pues cuando Daniel no entendía se le dice “entiende que la visión es para el tiempo del fin”, es decir la visión de los 2300 días, pues es la que calza más exactamente.3

Pero, podemos preguntarnos, ¿Cuándo es el tiempo del fin? Daniel nos da la respuesta, “Y el respondió: Hasta 2300 tardes y mañanas. Entonces el santuario será purificado. Mientras yo contemplaba la visión, y trataba de entenderla […] Pero él me dijo: “Hijo de Adán, entiende que la visión es para el tiempo del fin” (Dan. 8:14-17)

SURGIMIENTO PROFETICO DEL PUEBLO DE DIOS EN EL TIEMPO DEL FIN:

IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA

En profecía, las tardes y mañanasa, o días completos, deben ser entendidos simbólicamente, un día representa un año (ej. Nm. 14:34; Ez. 4:4-6)4, es decir 2300 años.

En consecuencia, la fecha para la culminación de los 2300 años, “de forma sistemática, los autores historicistas han situado el cumplimiento de los 2300 días entre 1843 y 1847”.6

Pero surge otra pregunta importante, si son 2300 años literales, ¿Cuándo tienen su inicio? Para ello es imprescindible estudiar las “setenta semanas” de Daniel 9, pues son parte de las “2300 tardes y mañanas” (Dan. 9:24-27). Los exegetas conservadores coinciden en forma generalizada que la mejor fecha para el inicio de la profecía es 457/458 a.C.5

SURGIMIENTO PROFETICO DEL PUEBLO DE DIOS EN EL TIEMPO DEL FIN:

IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA

EL SERMON APOCALIPTICO DE JESUS

A Jesús le preguntaron, “Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?” (Mat. 24:3). Después de darle algunas señales generales (24:4-28), les presentas señales específicas (24:29-31), después de la persecución.

Después de ello “Y entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre, y todas las naciones de la tierra se lamentarán; y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo, con gran poder y grande majestad” (Mat. 24:30).

Tres señales astronómicas que son mencionadas por el mismo Cristo como eventos antes de Su advenimiento: (1) persecución, (2) “el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor” y (3) “las estrellas caerán del cielo”.

EL SERMON APOCALIPTICO DE JESUS

Al confrontar el texto anterior con Apocalipsis 6:12-16 “Miré cuando él abrió el sexto sello. Se produjo un gran terremoto, el sol se ennegreció como un saco de silicio, la luna se volvió toda como sangre, y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera echa sus higos cuando es sacudida por fuertes vientos […] Y decían a los montes y a las peñas: “caed sobre nosotros, y escondednos de la vista de Aquel que está sentado en el trono y de la ira del Cordero”.

Una simple lectura nos muestra que los dos pasajes bíblicos son más que similares. Por la historia, conocemos que los eventos descritos en el libro de Apocalipsis tuvieron su cumplimiento como sigue: (1) el terremoto de Lisboa en 1755, (2) el eclipse del 19 de mayo de 1780, y (3) la lluvia de meteoritos el 13 de noviembre de 18337.

GUILLERMO MILLER Y LA PROFECIA

Hablar del surgimiento del pueblo adventista sin mencionar a Miller es no reconocer como Dios guió a su pueblo. Guillermo Miller (1782-1849) es sin duda, la figura cumbre del adventismo.8 En 1818 llegó a la conclusión que el cumplimiento de las 2300 tardes y mañanas, y la purificación del santuario se darían unos 25 años más tarde.9

Para Miller, la “purificación del santuario” se refería más explícitamente a la “purificación de la tierra”, es decir, el fin del mundo (Mat. 24:3), y sería purificado con fuego alrededor de 1843. Era en esa fecha aproximadamente cuando Jesús volvería por segunda vez.

Lo que pocos saben, es que Miller, inicialmente no daba una fecha clara respecto a la “venida de Jesús”, ya que siempre decía: “por el año 1843”. Fue más bien por presión a sus seguidores que se animó a dar una fecha “exacta”, en algún momento de ese año judío, que él calculó corría desde el 21 de marzo de 1843 hasta el 21 de marzo de 1844.10

GUILLERMO MILLER Y LA PROFECIA

Sin embargo, fue Samuel S. Snow quien convencido, por sus estudios intensivos sobre el tabernáculo mosaico y de los tipos de los festivales judíos, sugirió a Guillermo Miller que Cristo volvería en ocasión al Día de Expiación judía (de los caraítas), en el séptimo mes del año, esto sería en el otoño en vez de primavera de 1844. Es decir el 22 de octubre. Miller y otros dirigentes del movimiento aceptaron esta postura recién el 16 de octubre de 1844, días antes.11

Llegado el 22 de octubre de 1844, la experiencia del movimiento adventista fue “dulce como la miel, pero después […] fue amargo” (Apoc. 10:10). Dulce por el mensaje precioso y la gran acogida que tuvo, y amargo por el “gran chasco” de no haber visto el regreso de Jesús.

DIOS GUIO AL MOVIMIENTO ADVENTISTA

Algunos podrían sonreír al leer la historia del movimiento adventista, pero Jesús mismo dijo: “De aquel día y de la hora nadie sabe” (Mat. 24:36; Marc. 13:32), de la venida de Jesús. No obstante, cuando un sincero lector confronta el sermón apocalíptico de Jesús y las señales astronómicas (Mat. 24:29-31) con las catástrofes del sexto sello (Apoc. 12:12-17), no puede dejar de sorprenderse y notar que está hablando del mismo acontecimiento profético.12

DIOS GUIO AL MOVIMIENTO ADVENTISTA

Sin embargo, “Dios se propuso probar a su pueblo. Su mano cubrió el error cometido en el cálculo de los períodos proféticos. Los adventistas no descubrieron el error, ni fue descubierto tampoco por los más sabios de sus adversarios. Estos decían: “Vuestro cálculo de los períodos proféticos es correcto. Algún gran acontecimiento está a punto de realizarse; pero no es lo que predice Miller; es la conversión del mundo y no el segundo advenimiento de Cristo.”13

Guillermo Miller, entendió que Cristo vendría a purificar el santuario (la tierra para Miller), después de las 2300 tardes y mañanas, es decir, el 22 de octubre de 1844, ese sería el día del segundo advenimiento.

Todo estaba profetizado y dirigido por Dios. No importa lo que pensemos acerca del futuro de la iglesia, hay Uno que “hace todas las cosas nuevas según el designio de su voluntad” (Efe. 1:11).14

EN LA FECHA EXACTA

El mismo día señalado por Dios, el 22 de octubre de 1844, nació el pueblo de Dios del tiempo del fin, al finalizar las 2300 tardes y mañanas o años. Como es sabido, esa fecha marca una etapa nueva en la historia de la humanidad. Cristo inicia su ministerio sumo sacerdotal en el santuario celestial (Heb. 8:2; 9:23,24 cf. Ex. 25:9,40; Lev. 16)

Apocalipsis 10 es sin duda el comienzo de la historia adventista. Despuésdel sexto sello (Apoc. 6:12-17), y su cumplimiento respectivamente, el 22 de octubre de 1844 es el día de nacimiento de un pueblo con un origen profético, una misión, “Y me dijo: es necesario que otra vez profetices a muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes” (Apoc. 10:11), y un mensaje relevante ¡Reveren- ciad a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio! Adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apoc. 14:7), el juicio investigador, en el marco del santuario celestial.

EN LA FECHA EXACTA

CONCLUSION

La última profecía con fecha exacta es la del pueblo Adventista del Séptimo Día y su origen profético. No hay otra profecía más con fecha exacta para el surgimiento de un pueblo de Dios. Al cumplimiento de la profecía de las 2300 tardes y mañanas, ese mismo día, el 22 de octubre de 1844, Cristo dio origen a Su pueblo, que “Guarda los mandamientos de Jesús, y tiene el Testimonio de Jesús” (Apoc. 14:12), y es contra ella que Satán se opone (Apoc. 12:17), con el pueblo remanente de Dios.Salen de Babilonia, para ser parte del Israel Espiritual, de la tinieblas a su luz admirable (1 Ped. 2:9).

CONCLUSION GENERAL

Israel como pueblo de Dios, tuvo un origen profético muy claro, es de suponer que el pueblo de Dios en el tiempo del fin, debe tener un origen similar. Es por ello que, al analizar este asunto a la luz de la Biblia, es notable esta realidad.El mismo día, tal como Dios lo había dicho, levantó un pueblo para el tiempo del fin. Ese pueblo es el pueblo Adventista del Séptimo Día. El 22 de octubre de 1844 no debe ser visto como un “chasco”, sino como el inicio del ministerio Sumo Sacerdotal de Cristo en el Santuario Celestial, y el día del nacimiento del pueblo de Dios.

CONCLUSION GENERAL

Dios sacó a Israel de Egipto, para llevarlos a la Canaán terrenal, el mismo día que estaba profetizado. Así, Dios sacó a los Adventistas de Babilonia, para llevarlos a la Canaán celestial, el mismo día en que fue profetizado.Es impresionante el símil de los dos pueblos de Dios, que “guardan los mandamientos de Dios y tienen el Testimonio de Jesús” (Apoc. 14:12), son pueblos para bendición a otras naciones con el evangelio eterno.

BIBLIOGRAFIA

Pr. Heyseen Cordero Malavi, autor.

1Brian Jones, La iglesia: Novia regia de Jesús (Buenos Aires: ACES, 1996), 18.

2“La profecía que dice que la cuarta generación de los que habían entrado en Egipto saldría de allí (Gén. 15: 16), y su cumplimiento registrado (Exo. 6: 16-20), hacen imposible cualquier otra explicación del período de los 430 años”. Véase Francis, Nichol, ed., “Éxodo”, Comentario bíblico Adventista del Séptimo Día. 7 vols. Traducido por Victor E. Ampuero Matta (Berrien Springs: Pacific Press Publishing Association, 1980), 1:568.

3George R. Knight, La visión apocalíptica y la neutralización del adventismo: ¿Estamos borrando nuestra relevancia? (Buenos Aires: ACES, 2010), 34.

4Asociación Ministerial de los Adventistas del Séptimo Día, Creencias de los Adventistas del Séptimo Día (Buenos Aires: ACES, 2007), 359.

5George R. Knight, 77.

6Ibid.

7Enoch de Oliveira¸ La mano de Dios al timón (Buenos Aires: ACES, 1986), 24-25.

8Miguel Ángel Núñez, La verdad progresiva. Desarrollo histórico de la teología adventista (Lima: Fortaleza Ediciones, 2007), 19.

9Richard W. Schwarz y Floyd Greenleaf, Potadores de luz. Historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: ACES, 2002), 30.

10Ibid, 41.

11George Knight, 40.

12Elena G. de White, El conflicto de los siglos (Buenos Aires: ACES, 2005), 382.

13Ibid, 423.

14Ty Gibson, Si hay apostasía en la iglesia, ¿Debemos abandonar el barco? (Bogotá: APIA, 1998), 11.