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Domingo 15 de Enero 2012 - Los Piadosos Pablo de Tebas y Juan el de la Choza
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Domingo 15 de Enero - 2012
““DDoommiinnggoo 2299ºº ddee PPeenntteeccoossttééss -- 1122ºº ddee MMaatteeoo””
Tono 6º - Eotina 9ª
La Conmemoración de nuestros Piadosos Padres
PPAABBLLOO de Tebas (341 d.C.), y JJUUAANN el que vivía en una choza, (siglo V d.C.)
VVÍÍSSPPEERRAASS MMAAYYOORREESS Después de la “Bendición Inicial…”, el Lector o él que
preside: “Venid Adoremos… y el Salmo Vespertino”
seguido por la “Gran Letanía de la Paz.” Y al canto de
“Oh Señor, clamo a Ti,...” serán retenidos Diez Stíjos y
serán cantadas Seis Estijéras del Tono Sexto del Oc-
toijós, Dos Prosómios del Piadoso Pablo, Dos
Prosómios del Piadoso Juan, el ‘Gloria’ para él También
y el ‘Ahora’ del Tono Sexto de la Resurrección.
A. Tono Sexto -Octoijós-
10- Sácame de la prisión y daré gracias a
Tu Nombre.
¡Oh Cristo!, Tú, que posees la vic-
toria sobre el Hades, el Libre entre los
muertos y que brotas la vida de Tu Pro-
pia Luz; ascendiste a la Cruz para le-
vantar contigo a los que yacían en las ti-
nieblas de la muerte. Tú, oh Salvador Po-
deroso, ten piedad de nosotros.
9- Porque los justos esperan que me concedas
Tu Favor.
Hoy, Cristo pisoteó la Muerte, re-
sucitó como había dicho y concedió la
alegría al mundo; para que todos noso-
tros, con las alabanzas, exclamemos así
diciendo: “Oh Fuente de vida, Luz inac-
cesible y Poderoso Salvador, ten piedad
de nosotros”.
8- Desde lo más profundo Te invoco, Señor:
¡Señor oye mi voz!
¡Oh Señor!, Tú que estás en toda la
Creación, ¿Adonde huyamos de Ti, no-
sotros los pecadores?; ¿Al Cielo?, pues
allí moras; ¿Al Hades?, pues en ella pi-
soteas la Muerte; ¿A lo profundo del
mar?, pues allí está Tu Diestra. Por lo tan-
to, en Ti nos refugiamos y ante Ti nos
prosternamos suplicando y diciendo:
“Tú, que resucitaste de entre los muertos,
ten piedad de nosotros”.
7- Estén Tus Oídos atentos al clamor de
mi plegaria.
De Tu Cruz nos enorgullecemos, oh
Cristo y Tu Resurrección alabamos y glo-
rificamos; porque Tú eres nuestro Dios y
a ninguno otro conocemos.
6- Si tienes en cuenta las culpas, Señor,
¿Quién, podrá resistir? Pero en Ti se encuentra el
perdón, para que seas Temido.
Bendecimos al Señor en todo tiempo
y Su Resurrección alabamos. Porque, por
nosotros, Él soportó la crucifixión y ani-
quiló la Muerte con la muerte.
5- Mi alma espera en el Señor, y yo confío en
Su Palabra; mi alma espera al Señor.
Gloria a Tu Poder oh Señor, porque
destruiste al que tenía el poder de la
muerte y, por Tu Cruz, nos renovaste
concediéndonos la vida y la incorrupti-
bilidad.
B. Tono Segundo -Piadoso Pablo-
4- Más que el centinela a la aurora;
Más que el centinela a la aurora, aguarde
Israel al Señor.
Cuando, con inteligencia, ignoraste
las preocupaciones de la vida y avanzaste
en las fatigas ascéticas; entonces, con ins-
piración divina, jubiloso, buscaste al de-
siertos intransitables, ¡Oh Padre!; y te ar-
diste enamoradote de la Compasión del
Señor. Por esto, habías apartado los dese-
os practicando las virtudes honorables y
viviendo como un ángel.
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3- Alábenlo con platillos sonoros; alábenlo con
platillos vibrantes. ¡Que todos los seres vivientes
alaben al Señor!
Cuando te apartaste de toda aso-
ciación humana, desde tu juventud, ¡Oh
Padre Pablo!; alcanzaste en primer lugar
lo máximo del desierto, superando a todo
asceta; y te manifestaste rechazando, en
absoluto, todo lo necesario para la vida.
Por esto, al encontrarte Antonio por ins-
piración divina, como a un tesoro oculto,
te reveló al mundo.
C. Tono Segundo -Piadoso Juan-
2- ¡Alaben al Señor, todas las naciones,
glorifíquenlo, todos los pueblos!
Cuando, por inspiración divina, ju-
biloso escapaste huyendo de los encantos
del mundo, preferiste entonces el camino
estrecho, abrumador y muy abrupto so-
bro el camino vasto. Por esto habías de-
venido en una escuela para las almas;
siendo revestido del hábito divino, al
huirte y desnudarte de todos los deseos,
¡oh bienaventurado de Dios!
1- Porque es inquebrantable Su Amor por nosotros, Y
Su Fidelidad permanece para siempre.
¡Oh Padre! Tú habías pensado en
una vida extraña; anduviste, pues, por un
sendero extraño y te ardiste con el amor a
Cristo; habiéndote complacido en Su
Humildad Indescriptible. Habías perma-
necido a las puertas de la casa paterna,
soportando la flaqueza y las angustias.
Por esto te habías llenado de los dones y
heredaste la riqueza eterna que está en
los Cielos.
Gloria… - Tono Segundo -Piadoso Juan-
Cuando negaste al mundo y lo que
hay en el mundo, ¡oh Piadoso! llevaste al
Evangelio y, evangélicamente, seguiste
sus enseñanzas; y cuando permaneciste
en la choza como si estuvieses en un pa-
raíso místico, mataste al dragón el homi-
cida del hombre, por la dureza de las pe-
nurias de tu cuerpo. Y siendo ahora habi-
tante de los Cielos, ¡oh bienaventurado
Juan!, suplica para nosotros la gran mise-
ricordia.
Ahora… Amén. - Tono Sexto -Octoijós-
¿Quién no Te bendice, oh Virgen
Santísima y, quién no alaba Tu Alumbra-
miento sin dolores de parto? Porque, el
Hijo Unigénito que brilla del Padre fuera
de los tiempos, Él Mismo vino encarnán-
dose inefablemente de Ti, oh Inmaculada.
Pues, Aquél que es Dios por naturaleza,
por causa nuestra, se ha devenido en
Hombre de naturaleza también, no divi-
dido en dos personas; sino una Persona
en dos naturalezas, sin mezcla ni confu-
sión. Suplícale, pues a Él, oh Hono-
rabilísima Bendita, por la salvación de
nuestras almas.
EEll IIssooddóónn
La Entrada con el incensario y el canto de
“Esplendorosa luz de la Santa Gloria...”
--PPrrookkíímmeennoonn-- Tono Sexto
¡Reina el Señor, revestido de majestad! Que se repite tras cada Stíjo:
(Stíjo 1ª) El Señor se ha revestido, se ha ceñido
de poder. ‚¡Reina el Señor…!‛
(Stíjo 2ª) El mundo está firmemente estable-
cido, no se moverá jamás. ‚¡Reina el
Señor…!‛
(Stíjo 3ª) La Santidad embellece Tu Casa a lo
largo de los tiempos.
¡Reina el Señor,
Coro 2º: Revestido de majestad!
LLaa EEkkttaannííaa “La Súplica Ferviente”
Y después de “Haznos dignos, Señor…” y “Com-
pletemos nuestras súplicas vespertinas…” y
después de la exclamación del sacerdote: “Bendito y
Glorificado sea el Poder de Tu Reino…”
LLaass AAppoossttííjjaass
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Tono Sexto -Octoijós-
Los Ángeles en los cielos alaban Tu
Resurrección, oh Cristo Salvador. Haznos
dignos a nosotros también, los que esta-
mos en la tierra, de glorificarte con cora-
zones puros.
¡Reina el Señor, vestido de majestad! El Señor, se ha
revestido, se ha ceñido de poder.
Como eres el Dios Poderoso, Tú
habías abolido las puertas de bronce del
Hades, quebrantaste sus cerrojos y levan-
taste al género humano caído. Por eso, al
unísono Te exclamamos: “Tú, Que resuci-
taste de entre los muertos, oh Señor, glo-
ria a Ti”.
El mundo está firmemente establecido;
¡No se moverá jamás!
Queriendo rescatarnos de la Muerte
antigua, Cristo fue clavado en la Cruz y
puesto en un sepulcro. Que, buscándolo,
cuando las mujeres portadoras del
bálsamo, Lo vieron así, con lágrimas so-
llozas dijeron: “¡Ay de nosotras, oh Señor
y Salvador de todos! ¿Cómo aceptaste
morar en un sepulcro? Y, si así lo quisiste,
¿Cómo fuiste hurtado, cómo fuiste trasla-
dado? y ¿Qué lugar escondió Tu Cuerpo
revestido de vida? ¡Revélate, pues, a no-
sotras como lo habías prometido, oh So-
berano, y cesa nuestras lágrimas y lamen-
tos!” Y mientras lloraban, ¡he aquí! un
Ángel exclamó hacia ellas diciéndoles:
“Cesen su llanto y digan a los Apóstoles
que el Señor había resucitado, conce-
diendo al mundo el perdón y la gran mi-
sericordia”.
La santidad embellece Tu Casa a lo largo de
los tiempos.
Oh Cristo, así como lo quisiste, Tu
habías sido crucificado; cautivaste la
Muerte con Tu Sepultura y, siendo Dios,
resucitaste al tercer día con gloria; conce-
diendo al mundo vida sin fin y gran mi-
sericordia.
Gloria… - Tono Sexto -Piadoso Juan-
¡Piadoso Padre!, en toda la tierra
apareció el tenor de tus rectificaciones,
por esto recibiste, en los Cielos, la re-
compensa de tu fatigas. Venciste, pues
legiones de los demonios y alcanzaste el
rango de los Ángeles, a quienes, sin ta-
cha, asemejaste su conducta. Y teniendo
favores ante Cristo Dios, suplica por la
paz a nuestras almas.
Ahora… Amén. - Tono Sexto -Octoijós-
¡Oh Inmaculadísima! Cristo, el Se-
ñor, mi Creador y Redentor, había venido
brillando de Tu vientre, revistiéndose de
mí, y liberó a Adán de la maldición anti-
gua. Por lo tanto, como eres verdadera-
mente Madre de Dios y Virgen, no cesa-
mos de exclamarte con la salutación del
Ángel: “¡Salve! Soberana, Defensora, Pro-
tección y Salvación de nuestras almas”.
El que preside: La Oración del Justo Simeón
“Ahora, Señor, puedes, según Tu
Palabra, dejar que Tu siervo se vaya en
paz; porque han visto mis ojos Tu Salva-
ción, que has preparado a la vista de to-
dos los pueblos, luz de revelación a las
naciones y gloria de Tu pueblo Israel.”
Lector: En presencia del señor Obispo:
“Por muchos años de vida, Monseñor”
Sino directamente:
“Santo Dios,... hasta el Padrenuestro” Y la exclamación del Sacerdote
“Porque Tuyo es el Reino, el Poder...”
LLooss TTrrooppaarriiooss
1- Tono Sexto -Octoijós-
Los poderes celestiales aparecieron
sobre Tu Sepulcro; los guardias quedaron
como muertos; María se plantó en el Se-
pulcro buscando tu Cuerpo purísimo:
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sometiste al Hades sin ser tentado por él;
y encontraste a la Virgen otorgándole la
vida. ¡Oh Resucitado de entre los muer-
tos, Señor, gloria a Ti!
2 -Pablo de Tebas- Tono Tercero1
Inspirado por el Espíritu, fuiste
el primero en habitar el desierto, en
emulación del celoso Elías, como a
semejanza de los Ángeles, y fuiste
conocido en el mundo, gracias a san
Antonio. Ruega a Cristo Dios nues-
tro, ¡oh piadoso Pablo!, que nos con-
ceda Su Gran Misericordia.
Gloria…
3 -Juan el de la choza- Tono Cuatro2
Cuando, con fervor, desde la infancia
anhelaste al Señor; dejaste al mundo y a
los encantos que están en el mundo, y te
consagraste virtuosamente al ascetismo; y
armaste la choza a la puerta de la casa de
tus padres y aplastaste, ¡oh bienaventu-
radísimo Juan! las trampas de los demo-
nios. Por esto, merecidamente, Cristo te
1 Traducido del Ingles, sino el común para los piado-
sos - Tono Primero: Apareciste como habitante
del desierto, un ángel en el cuerpo y hacedor de
los milagros; y por los ayunos, vigilias y ora-
ciones recibiste los dones celestiales. Por lo tan-
to, sanas a los enfermos y las almas de aquéllos
que se apresuran a ti, oh nuestro Padre revesti-
do de Dios Pablo. ¡Gloria a Quien Te ha dado el
poder; gloria a Quien te ha coronado y gloria a
Quien, por medio tuyo, obra las curaciones pa-
ra todos!
2 Esté del Menéon, sino el Tropario común - Tono Oc-
tavo: Con los arroyos de tus lágrimas, fructifi-
caste el desierto infecundo; y con los suspiros
desde los profundos, con tus esfuerzos, diste
frutos cien veces más. Te has devenido en astro
del universo, resplandeciendo por los milagros;
¡oh nuestro piadoso padre Juan! Intercede
pues, ante Cristo Dios, que salve nuestras al-
mas.
había honrado.
Ahora… Amén.
4 -De la Soberana- Tono Cuatro3
El misterio, oculto desde los siglos y
desconocido por los ángeles, por ti ha si-
do revelado, oh Madre de Dios, a los que
habitamos en la tierra: ¡Dios, al encarnar
en una unión sin mezcla, y al aceptar vo-
luntariamente por nosotros la Cruz —por
medio de la cual resucitó al primer crea-
do—, Él ha salvado de la muerte nuestras
almas!
AAppóólliissiiss
El común de todos los domingos
LLOOSS MMAAIITTIINNEESS
Después de la Bendición Inicial, el “Santo Dios,...”
“Santísima Trinidad,...” hasta el ‚Padrenuestro‛, y
después de la exclamación del sacerdote: “Porque tuyo es
el Reino, el Poder y la Gloria;...”; Coro: “Salva, Oh
Señor, a Tu pueblo…” y lo que sigue hasta la exclama-
ción del sacerdote: “Porque Tú eres un Dios Misericor-
dioso y Amas de la humanidad,…” “Gloria a la San-
tísima Trinidad…” ‚Los Seis Salmos Matutinos‛ y
“La Gran Letanía de la Paz” el coro canta:
Tono Sexto
Dios el Señor, se nos ha manifestado. Ben-
dito el que viene en el Nombre del Señor. Se repite tras de cada uno de los siguientes Stíjos
-- Den gracias al Señor e invoquen Su
Santo Nombre. ‚Dios el Señor...‛
3 Se canta este Theotókion en caso cantamos el Tropa-
rio en Tono Cuatro. Pero si se canta el común en el
Tono Octavo, entonces será cantado el siguiente
Theotókion en el Tono Octavo: Oh Tú, que por
nosotros naciste de la Virgen y soportaste la
crucifixión, oh Bondadoso, que por tu muerte
sometiste a la muerte y como Dios has revelado
la Resurrección: no descuides a los que con tus
manos has formado; muestra tu amor a noso-
tros, oh Piadoso; acepta a la que te dio a luz, a
la Madre de Dios, cual intercesora por nosotros;
y salva, oh Salvador, a tu agobiado pueblo.
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-- Todas las naciones me rodearon, pero
en el Nombre del Señor las he vencido. ‚Dios el Señor...‛
-- Esta es la Obra del Señor y es una mara-
villa a nuestros ojos. ‚Dios el Señor...‛
TTrrooppaarriiooss Como en las Vísperas - Ver Página Anterior
1- Tono Sexto -Octoijós-
2- Tono Tercero / Primero -Pablo de Tebas- Gloria
3- Tono Cuatro / Octavo -Juan el de la choza- Ahora… Amén.
4- Tono Cuatro / Octavo -De la Soberana- Después de la Pequeña Letanía y la exclamación del
Sacerdote: “Porque Tuyo es el Poder, y Tuyos son
el Reino, la Fuerza y la Gloria…”
LLaass KKaattííssmmaattaass
Tono Sexto -Octoijós-
EEssttiijjoollóóggiiaa PPrriimmeerraa -- KKaattííssmmaattaa PPrriimmeerraa
Mientras el sepulcro estaba abierto y
el Hades gimiendo, María exclamó hacia
los Apóstoles escondidos diciéndoles:
“Salgan, oh obreros de la viña y anuncien
la palabra de la Resurrección, exclaman-
do: el Señor había resucitado, concedien-
do al mundo gran misericordia”.
Gloria...
Llorando, María Magdalena había
parado ante Tu Sepulcro, ¡oh Señor!; y
creyendo que eres el hortelano, Te ex-
clamó diciendo: “¿En donde ocultaste a la
Vida Eterna? ¿Dónde pusiste al que está
sentado sobre el trono querúbico?”. Y a
los guardias que Lo custodiaban y que se
habían devenido como muertos por el
miedo, exclamó diciendo: “Me Den a mi
Señor o exclamen conmigo diciendo: Tú,
que fuiste contado entre los muertos y a
los muertos resucitaste, ¡gloria a Ti!”
Ahora... Amén.
Gedeón había anticipado y prefigu-
ró Tu Concepción; y David explicó Tu
Alumbramiento, ¡oh Agraciada Madre de
Dios! Porque el Verbo descendió en Tu
Vientre, así como las lluvias sobre el
vellón. Y sin simiente, Tú ¡Oh Tierra San-
ta!, Brotaste a Cristo Dios nuestro, una
Salvación para el mundo.
EEssttiijjoollóóggiiaa SSeegguunnddaa -- KKaattííssmmaattaa SSeegguunnddaa
Mientras la Vida había sido puesta
en un sepulcro, los sellos situados sobre
la piedra y los soldados custodiando a
Cristo como a un rey que duerme; el Se-
ñor resucitó, aniquilando invisiblemente
a Sus enemigos.
Gloria...
Jonás había anticipado y prefiguró
Tu sepulcro; y Simeón explicó Tu divina
Resurrección, ¡oh Señor Inmortal! Porque,
como Muerto, yaciste en el sepulcro, Tú
que destruiste las puertas del Hades; y
por el poder de Tu Soberanía resucitaste
¡oh Cristo nuestro Dios!, Libre de la co-
rrupción y Salvación del mundo, e ilumi-
naste a los que están en las tinieblas.
Ahora... Amén.
¡Oh Virgen Madre de Dios!, ruega a
Tu Hijo, Cristo nuestro Dios; Quien, vo-
luntariamente, fue clavado en la Cruz re-
sucitó de entre los muertos, que salve a
nuestras almas.
LLaass EEvvllooggiittaarriiaass
‚¡Bendito eres Tú, Señor, enséñame Tus
Mandamientos!‛
La compañía de los Ángeles se
asombró al verte, Oh Salvador, contado
entre los muertos; destruyendo el poder
de la Muerte, levantando contigo a Adán
y liberándonos a todos del infierno.
‚¡Bendito eres Tú, Señor,...!‛
El Ángel radiante que estaba cerca
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del sepulcro, habló a las portadoras del
bálsamo, diciendo: “¿Por qué mezclan los
perfumes con lagrimas de tristeza, dis-
cípulas? ¡Contemplen el sepulcro y re-
gocíjense, porque el Salvador resucitó del
sepulcro levantándose!”
‚¡Bendito eres Tú, Señor,...!‛
Muy de madrugada, apresuradas,
las portadoras del bálsamo fueron a Tu
Sepulcro lamentando. Pero el Ángel se
presentó ante ellas diciéndoles: “El tiem-
po de lamentaciones ha pasado y cesado,
pues no lloren, sino anuncien a los Após-
toles la Resurrección”.
‚¡Bendito eres Tú, Señor,...!‛
Las mujeres portadoras del bálsamo
vinieron a Tu Sepulcro con los bálsamos,
Oh Salvador, y escucharon al Ángel que
entonando les dijo “¿por qué cuentan al
Vivo entre los muertos? Pues como Dios,
Él había resucitado del sepulcro levantán-
dose”.
Gloria…
Adoramos al Padre, a Su Hijo y a Su
Espíritu Santo, Santa Trinidad en una
Esencia, exclamando con los Serafines
“¡Santo, Santo, Santo eres Tú, Señor!”.
Ahora…Amén.
¡Oh Virgen! Tú diste a luz al Dador
de la vida, salvaste a Adán del pecado y
otorgaste a Eva la alegría en lugar del pe-
sar. Pero, el Dios y Hombre encarnado de
Ti, los ha guiado hacia la vida de la cual
habían sido expulsados.
Aleluya, Aleluya, Aleluya, Gloria a Ti, Oh Dios. (Tres veces)
¡Dios Nuestro y Esperanza nuestra, Gloria a Ti!
Después de La Pequeña Letanía y de la exclamación
del Sacerdote: “Porque Tu Nombre es Bendito y
Glorificado;…”
EEll IIppaakkooíí - Tono Sexto
Por Tu voluntaria muerte vivifica-
dora, ¡oh Cristo!, aboliste las puertas del
Hades siendo Dios y nos abriste el Paraí-
so antiguo; y por Tu Resurrección de en-
tre los muertos, salvaste de la corrupción
a nuestra vida.
EEll AAnnáávvtteemmii - Tono Sexto
AAnnttííffoonnaa PPrriimmeerraa
Hacia el cielo, a Ti elevo mis ojos,
¡oh Verbo!; compadécete, pues, de mí,
para que en Ti viva.
¡Ten piedad de nosotros desprecia-
dos, oh Verbo! y prepáranos, para que
seamos vasijas útiles elegidas.
Gloria... Ahora... Amén.
El Espíritu Santo es la causa de sal-
vación de todos; pues si su soplo se pro-
paga en alguno, siendo merecedor, lo
elevará de inmediato de las cosas terrena-
les, lo aleteará y lo hará crecer alistándolo
en lo celestial.
AAnnttííffoonnaa SSeegguunnddaa
Si el Señor no estuviera en nosotros,
ninguno de nosotros podría mantenerse
firme en la lucha contra el enemigo. Por
ello, los vencedores recibirán la exalta-
ción de la victoria. ¡Oh Verbo!, no dejes que mi alma
sea cortada como un pájaro, por los dien-
tes de los enemigos. Pero, ¡ay de mí!,
¿cómo podré escaparme de ellos, estando
atrapado por el amor al pecado?
Gloria... Ahora... Amén.
Por el Espíritu Santo, todos se deifi-
can, y en Él está la felicidad, la compren-
sión, la paz y la bendición; porque, en
hecho, Él es igual al Padre y al Verbo. AAnnttííffoonnaa TTeerrcceerraa
Los que confían en el Señor, son te-
midos por los enemigos y admirados por
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todos. Porque ellos miran hacia lo alto.
¡Oh Salvador!, la compañía de los
justos Te había adquirido por Protector,
por esto no extiende sus manos a las ini-
quidades.
Gloria... Ahora... Amén.
El Espíritu Santo tiene poder sobre
todos; pues, ante Él se prosternan los
principales de los ejércitos celestiales y
toda alma terrenal.
EEll PPrrookkíímmeennoonn - Tono Sexto
Reafirma Tu Poder, Señor, y ven a
salvarnos. (Dos Veces)
(Stíjo) ¡Escucha, Pastor de Israel! Y se repite
Reafirma Tu Poder, Señor, y ven a
salvarnos.
EEll EEvvaannggeelliioo MMaattuuttiinnoo
Sacerdote ó Diácono: Roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote: Porque Tú eres Santo, Dios nues-
tro, y en los santos moras y descansas, y a Ti
Te glorificamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre, y por los siglos de los si-
glos.
Coro: Amén. E intercala - Toda alma, que alabe al Señor. (Dos veces)
- Que alabe al Señor,
- Toda Alma.
Sacerdote: Para que seamos dignos de escu-
char el santo Evangelio, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Sacerdote: Sabiduría. Estemos de pie. Escu-
chemos el santo Evangelio.
Sacerdote: La Paz sea con todos vosotros.
Coro: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio según
san Juan.
Coro: Gloria a ti, Señor, gloria a Ti.
Sacerdote: Atendamos. Y desde el altar lee la Eotina Novena [Juan 20: 19-31]
Cuando llegó la noche de aquel
mismo día, el primero de la semana, y es-
tando cerradas las puertas de la casa
donde se hallaban reunidos los discípulos
por miedo a los judíos, se presentó Jesús
en medio de ellos y les dijo: “¡La paz sea
con ustedes!” Dicho esto, les mostró las
manos y el costado. Los discípulos se lle-
naron de gozo al ver al Señor, el cual les
repitió: “¡La paz con ustedes! Como el
Padre me envió, así los envío también a
ustedes.” Dichas estas palabras, sopló so-
bre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu
Santo. A quienes perdonen sus pecados,
les serán liberados, y a quienes se los re-
tengan, les ser{n retenidos.” Tom{s, uno
de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba
con ellos cuando vino Jesús. Le dijeron
después los otros discípulos: “Hemos vis-
to al Seño.” Mas él les respondió: “Si no
veo en Sus manos la señal de los clavos y
no meto mi dedo en el agujero de los cla-
vos, y mi mano en la llaga de Su costado,
no creeré.” Ocho días después, estaban
otra vez los discípulos reunidos y Tomás
con ellos; vino Jesús estando cerradas las
puertas, y se puso en medio y dijo: “¡La
paz con ustedes!” Luego dijo a Tom{s:
“Acerca aquí tu dedo y examina Mis ma-
nos; luego trae tu mano y métela en Mi
costado, y no seas incrédulo, sino creyen-
te.” Respondió Tom{s y Le dijo: “Señor
mío y Dios mío.” Jesús replicó: “Porque
Me has visto has creído. Bienaventurados
aquellos que sin haberme visto han creí-
do.” Muchas otras señales hizo también
Jesús en presencia de Sus discípulos, que
no están escritas en este libro. Pero éstas
se han escrito para que crean que Jesús es
el Cristo, el Hijo de Dios, y para que cre-
yendo tengan vida en Su Nombre.
Coro: ¡Gloria a ti, Señor, gloria a Ti!
Habiendo visto la Resurrección de
Cristo, adoremos al Santo Señor Jesús, el
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Único Exento del pecado. Ante Tu Cruz,
Cristo, nos prosternamos y Tu Santa Re-
surrección alabamos y glorificamos. Por-
que Tu eres nuestro Dios y otro que a Ti
no conocemos, y aclamamos Tu Nombre.
Fieles todos vengan prosternémonos
ante la Santa Resurrección de Cristo;
pues, he aquí, por la Cruz vino la alegría
al mundo. Bendigamos siempre al Señor
y cantemos Su Resurrección; porque so-
portando la crucifixión por nosotros, Él
había destruido la Muerte por la muerte.
Salmo 50
¡Ten piedad de mí, oh Dios, por Tu
Bondad, por Tu Gran Compasión, borra
mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi cul-
pa y purifícame de mi pecado! Porque yo
reconozco mis faltas y mi pecado está
siempre ante mí. Contra Ti, contra Ti solo
pequé e hice lo que es malo a Tus Ojos.
Por eso, será justa Tu Sentencia y Tu Jui-
cio será irreprochable; yo soy culpable
desde que nací; pecador me concibió mi
madre. Tú amas la sinceridad del corazón
y me enseñas la sabiduría en mi interior.
Purifícame con el hisopo y quedaré lim-
pio; lávame, y quedaré más blanco que la
nieve. Anúnciame el gozo y la alegría:
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta tu vista de mis pecados y borra
todas mis culpas. Crea en mí, Dios mío,
un corazón puro, y renueva la firmeza de
mi espíritu. No me arrojes lejos de tu pre-
sencia ni retires de mí tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
que tu espíritu generoso me sostenga: yo
enseñaré tu camino a los impíos y los pe-
cadores volverán a ti. ¡Líbrame de la
muerte, Dios, salvador mío, y mi lengua
anunciará tu justicia! Abre mis labios, Se-
ñor, y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco
un holocausto, no lo aceptas: mi sacrificio
es un espíritu contrito, tú no desprecias el
corazón contrito y humillado. Trata bien
a Sión por tu bondad; reconstruye los
muros de Jerusalén, Entonces aceptarás
los sacrificios rituales --las oblaciones y
los holocaustos-- y se ofrecerán novillos
en tu altar.
Gloria... - Tono Segundo
Por las intercesiones y las súplicas
de los Apóstoles, ¡Oh Piadoso! Borra la
multitud de nuestros pecados y trans-
gresiones.
Ahora... Amén.
Por las intercesiones y las súplicas
de la Madre de Dios, ¡Oh Piadoso!, borra
la multitud de nuestros pecados y trans-
gresiones.
Mismo Tono
¡Ten piedad de mí, oh Dios, por Tu
Bondad, por Tu gran Compasión, borra
mis faltas! Jesús había resucitado del
sepulcro, según había predicho, y nos
otorgó vida eterna y gran misericordia. Sacerdote o Diácono:
“Salva, Señor a Tu pueblo…”
Coro: Señor, ten piedad. (Tres veces)
Alternadas cuatro veces.
Sacerdote: “Por la misericordia, las clemencias y el
amor a la humanidad…”
LLooss CCáánnoonneess Del Tono de la Resurrección, del la Cruz de la Soberana
y de los Santos Celebrados (si lo hay)
KKoonnttáákkiioonn -- ÍÍkkooss -- SSiinnaaxxáárriioonn
-Kontákion-
Cristo Dios, el Dador de la vida,
había concedido la resurrección a toda la
Creación humana; resucitando, con Su
Mano Vivificadora, a todos los muertos,
Domingo 15 de Enero 2012 - Los Piadosos Pablo de Tebas y Juan el de la Choza
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de las tenebrosas cavernas abismales.
Porque Él es verdaderamente el Salvador,
la Resurrección de todos, Su vida y Su
Dios.
-Íkos-
¡Oh Cristo Dador de la vida y Exen-
to de la muerte! Nosotros los fieles, ala-
bamos y nos prosternamos ante Tu Cruz
y Sepultura. Porque, siendo el Dios Pode-
roso, Tú habías encadenado al Hades,
aboliste sus puertas, destruiste el poder
de la Muerte y levantaste contigo a los
muertos. Por lo tanto, nosotros los terre-
nales, con ansias, Te glorificamos; Tú, que
resucitaste levantando, desbarataste el
poder de la Muerte corruptora de todos,
levantaste contigo a los que creen en Ti,
salvaste al mundo de los colmillos de las
serpientes y nos liberaste del engaño del
enemigo, siendo el Omnipotente. Pues,
con devoción alabamos Tu Resurrección, con la cual nos has salvado, siendo Dios.
Kontákion --PPiiaaddoossoo JJuuaann-- Tono Segundo
¡Oh Sabio Juan! Cuando anhelaste la
humildad a semejanza de Cristo, dejaste
la fortuna de tus padres, seguiste a Cristo
nuestro Dios, llevando al Evangelio en
tus manos, intercediendo sin cesar por
todos nosotros.
Kontákion --PPiiaaddoossoo PPaabblloo-- Tono Tercero
¡Oh rayo inextinguible del Sol espiri-
tual! Con los himnos, nos reunimos hoy,
para alabarte; porque tú habías brillado
sobre aquellos que están en la oscuridad
de la ignorancia, llevando a todos los
hombres hacia lo alto; ¡oh san Pablo,
adorno de Tebas y fundaciones firmes de
los ascetas y los padres!4
--SSiinnaaxxáárriioonn--
4 Traducido del Inglés.
En este día el decimoquinto del mes
de Enero, la Santa Iglesia conmemora a
nuestros Santos y Piadosos Padres: Pablo
de Tebas, quien desde temprana edad
dejó Tebas al cercano desierto a semejan-
za del Profeta Elías, y gracias a San Anto-
nio “El Grande” nos llegó su relato, dur-
mió en el Señor año 341 de Cristo; y Juan
que dejando la riqueza de la casa paterna,
vivió la extrema pobreza, en una choza a
la puerta de sus padres sin hacerse cono-
cer; éste vivió y durmió en el Señor en el
siglo quinto de Cristo. Por sus intercesio-
nes y las de la Soberana Madre de Dios,
Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad
de nosotros y sálvanos. Amén.
LLaass KKaattaavvaassííaass
Nótese que a partir de este día 15 serán cantadas las
Katavasías de la fiesta de la Presentación del Señor
en el Templo. “La Candelaria”
- Tono Tercero -
PPrriimmeerraa:: El sol brilló con sus rayos, anti-
guamente, sobre la tierra seca en medio
del profundo. Porque el agua, en ambos
lados, se puso firme como una pared, pa-
ra que el pueblo cruzara a pie en su pro-
fundo, cantando melodías aceptables a
Dios, exclamando: “Alabemos al Señor,
porque con gloria, Él ha sido glorificado.”
TTeerrcceerraa:: ¡Oh Señor!, la fundación firme
de aquéllos que pusieron su confianza en
Ti, afirma la Iglesia que Tú has adquirido
con Tu Sangre Preciosa.
CCuuaarrttaa:: Tu Virtud, Oh Cristo, ha cubier-
to los cielos, porque cuando salió el Arca
de Tu Santificación, que es Tu Madre Ex-
enta de la corrupción, Te apareciste en el
Templo de Tu gloria como un Niño en los
brazos, y toda la creación se llenó de Tu
Alabanza.
QQuuiinnttaa:: Cuando Isaías, en una figura-
Domingo 15 de Enero 2012 - Los Piadosos Pablo de Tebas y Juan el de la Choza
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ción, vio a Dios en un trono, alzado en
triunfo, rodeado por los Ángeles de glo-
ria, exclamó: “Ay de mi, yo miserable,
Porque anticipé y vi un Dios encarnado,
Él es la Luz que no conoce atardecer y
Soberano de la paz.”
SSeexxttaa:: Habiendo visto con sus ojos la
salvación que vino a los pueblos, el an-
ciano (Simeón), exclamó hacia Ti diciendo:
“Oh Cristo, Tú eres mi Dios que vienes
del Seno de Dios.”
SSééppttiimmaa:: ¡Verbo de Dios!, que en medio
del fuego rociaste a los Jóvenes que
hablaban de las cosas divino, y moraste
en la Virgen Inmaculada; con piedad Te
alabamos y cantamos: “Bendito eres Tú,
Dios de nuestros padres.”
OOccttaavvaa::
¡Alabemos, bendigamos y adoremos al Señor!
Los Jóvenes, campeones de la ado-
ración a Dios, estando de pie juntos en el
insoportable fuego, sin ser dañados por
las llamas en absoluto; Cantaron un him-
no divino diciendo: “Todas las obras del
Señor, bendecid al Señor y exaltadle aún
más, por todos los siglos.”
Diácono o Sacerdote:
A la Madre de Dios, Madre de la Luz, con
himnos honrémosle engrandeciendo.
LLaass MMaaggnniiffiiccaacciioonneess Cántico de María (Lucas 1: 46b-55)
- Magnifica mi alma la Grandeza del Se-
ñor y mi espíritu se alegra en Dios mi Sal-
vador. Y sigue con Tú, Que eres más Venerable que los
Querubines e incomparablemente más Glo-
riosa que los Serafines; Tú que sin corrup-
ción has dado a luz al Verbo Dios; verdade-
ramente eres la Madre de Dios, Te magnifi-
camos.
Se repite detrás de cada uno de los siguientes versículos:
- Porque ha puesto los ojos en la pe-
queñez de su esclava, por eso desde ahora
todas las generaciones me llamarán Bien
aventurada.
- Porque ha hecho en mi favor cosas
grandes el Poderoso, Santo es Su Nombre y
Su Misericordia alcanza de generación en
generación a los que Le temen.
- Desplegó la fuerza de Su Brazo, dis-
persó a los de corazón altanero.
- Derribó a los poderosos de sus tronos y
exaltó a los humildes. A los hambrientos
colmó de bienes y despidió a los ricos con
las manos vacías.
- Acogió a Israel, Su siervo, acordándose
de la misericordia -como había anunciado a
nuestros padres- en favor de Abrahán y de
su linaje por los siglos.
KKaattaavvaassííaa NNoovveennaa
Magnifiquemos, oh fieles, al Hijo
Primogénito, Verbo Eterno del Padre y el
Primogénito de la Madre que no conoció
hombre alguno. Porque en la sombra y la
letra de la ley hemos visto una figura:
“Cada varón que abre un seno materno
será llamado: Consagrado a Dios.”
Después de la Pequeña Letanía Y la exclamación del
Sacerdote: “Porque a Ti alaban todas las
Potestades Celestiales…”
- ¡Santo es el Señor, nuestro Dios! (Dos veces)
- ¡Glorifiquen al Señor nuestro Dios!
¡Adórenlo ante el estrado de Sus Pies!
Porque el Señor, nuestro Dios,
- Santo es.
EExxaappoosstteelláárriioonn
Eotina Novena -- Tono Segundo
Cuando entraste, ¡oh Soberano!, es-
tando las puertas cerradas de inmediato
llenaste a Tus Apóstoles del Espíritu San-
to, soplando sobre ellos con la paz; y les
ordenaste: “Retengan los pecados y suél-
Domingo 15 de Enero 2012 - Los Piadosos Pablo de Tebas y Juan el de la Choza
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tenlos”. Y ocho días después, mostraste a
Tomás Tus manos y costado. Pues, con él,
Te exclamamos: “Tú eres el Señor y
Dios”.
Para la Madre de Dios
¡Oh Novia de Dios Virgen Santísi-
ma! Cuando viste a Tu Hijo resucitando
del sepulcro al tercer día, apartaste de Ti
toda angustia que, como madre has so-
portado viéndolo sufriendo. Te llenaste,
pues, de júbilo y junto a los discípulos,
comenzaste a alabarle glorificándolo. Sal-
va, pues, ahora a aquellos que predican
exclamando que Tú eres la Madre de
Dios.
EEll AAíínnooss “Las Alabanzas”
Serán retenidos Ocho Stíjos y serán cantadas las Ocho
Estijéras del Tono Sexto de la Resurrección.
Tono Sexto
¡Que todos los seres vivientes alaben
al Señor! Alaben al Señor desde el cielo,
alábenlo en las alturas. A Ti, oh Dios, Te
corresponde un canto de alabanza.
Alábenlo, todos Sus Ángeles, alábenlo
todos Sus Ejércitos. A Ti, oh Dios, Te co-
rresponde un canto de alabanza.
8- Esta Gloria es para todos sus justos.
Tu Cruz, oh Señor, es vida y re-
surrección para Tu pueblo; y nosotros,
confiando en Ella, Te albamos, oh nuestro
Resucitado Dios, ten piedad de nosotros.
7- Alaben a Dios en Su Santuario;
Alábenlo en Su Poderoso Firmamento.
Tu Sepultura, había abierto el Paraí-
so al género humano, oh Soberano. Y
habiendo sido salvados por Ella de la co-
rrupción, Te albamos, oh nuestro Resuci-
tado Dios, ten piedad de nosotros.
6- Alábenlo por Sus grandes Proezas;
Alábenlo por Su inmensa Grandeza.
Junto al Padre y al Espíritu Santo,
alabemos, a Cristo quien resucitó de entre
los muertos; y exclamémosle: “Tú eres
nuestra vida y nuestra resurrección, ten
piedad de nosotros”.
5- Alábenlo con toques de trompeta;
Alábenlo con el arpa y la cítara.
Te habías resucitado del sepulcro al
tercer día, oh Cristo, según está escrito; y
levantaste contigo, a nuestros primeros
padres. Por esto, el género humano Te
glorifica y alaba Tu Resurrección.
4- Alábenlo con tambores y danzas;
Alábenlo con laúdes y flautas.
¡Grande y terrible es el misterio de
Tu Resurrección, oh Señor! Porque, así
como el novio sale de su cámara nupcial,
así saliste del sepulcro. Y por la muerte
habías aniquilado a la Muerte, para re-
dimir a Adán y liberarlo. Por lo tanto, los
Ángeles en el cielo se regocijan y la gente
sobre la tierra glorifica Tu Compasión
que has manifestado hacia nosotros, Tú
que amas a la humanidad.
3- Alábenlo con platillos sonoros;
Alábenlo con platillos vibrantes.
¡Que Todos los seres vivientes alaben al Señor!
¿Dónde están los sellos, oh judíos
transgresores? y ¿Dónde está la plata que
habían dado a los soldados? El Tesoro no
fue hurtado, sino por Su Poder resucitó
levantándose; y ustedes habían sido
avergonzados por haber negado a Cristo
el Señor de la gloria; Quien sufrió, fue se-
pultado y resucitó de entre los muertos.
¡Prosternémonos, pues, ante Él!
2- ¡Levántate, Señor Dios, alza Tu Mano,
no te olvides de los pobres!
¡Oh judíos! ¿Cómo les fue hurtado el
Sepultado, mientras que el sepulcro esta-
ba sellado, marcado por ustedes, y sobre
el cual habían puesto los guardias? ¡El
Rey ha salido mientras las puertas esta-
ban cerradas! Muéstrenlo como muerto a
Domingo 15 de Enero 2012 - Los Piadosos Pablo de Tebas y Juan el de la Choza
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nosotros, o más bien adórenle como Dios
y canten junto a nosotros diciendo: “¡Glo-
ria a Tu Cruz y a Tu Resurrección, oh Se-
ñor!”
1- Te doy gracias, Señor, de todo corazón y
proclamaré todas Tus Maravillas.
Llevando bálsamo y buscando ungir
Tu Cuerpo Purísimo, oh Señor; las porta-
doras del bálsamo, sollozas, habían lle-
gado a Tu Sepulcro recibidor de la Vida.
Y encontraron un Ángel resplandeciente
sentado sobre la piedra, que les habló di-
ciendo: “¿Por qué lloran al que, de Su
Costado, brotó la vida al mundo? ¿Por
qué buscan al Inmortal como muerto, en
un sepulcro? Apresúrense y anuncien a
Sus discípulos, el gran júbilo de Su Resu-
rrección gloriosa.” Ilumínanos, por ella,
oh Salvador, y concédenos el perdón y la
gran misericordia.
Gloria… Eotina - Tono Quinto
En la plenitud de los tiempos, cuan-
do llegó la noche de aquél primer día de
la semana; paraste, oh Cristo, en medio
de Tus amados, y por un milagro les
afirmaste el Milagro de Tu Resurrección,
pues entraste, estando las puertas cerra-
das. Llenaste de alegría a los discípulos,
les diste el Espíritu Santo y les otorgaste
el poder de perdonar los pecados. Y no
dejaste que Tomás se ahogara en el abis-
mo de la incredulidad. Por lo tanto, Te
suplicamos, ¡oh Compasivo Señor!,
concédanos, a nosotros también, el cono-
cimiento de la verdad y el perdón de los
pecados.
Ahora... Amén. -Soberana-
Tú excedes todas las bendiciones, oh
Virgen Madre de Dios. Porque el infierno
ha sido cautivado por Él que nació de Ti;
Adán ha sido llamado nuevamente; la
maldición desapareció; Eva está liberada;
La muerte es vencida y nosotros vivifica-
dos. Por esto alabemos exclamando:
“Bendito eres Tú, Cristo nuestro Dios,
porque así Te complaciste, gloria a Ti”.
LLaa GGrraann DDooxxoollooggííaa
--TTrrooppaarriioo- Tono Cuarto
Hoy surgió la salvación para el
mundo; alabemos, pues, al que resucitó
del sepulcro, la primicia de nuestra vida.
Porque destruyendo la muerte por la
muerte, nos otorgó la victoria y la gran
misericordia.
LLAA DDIIVVIINNAA LLIITTUURRGGIIAA
AAnnttííffoonnaass
1- Por las intercesiones de la Madre de
Dios, Oh Salvador, sálvanos. (Tres Veces)
2- Sálvanos, oh Hijo de Dios, Tú que resuci-
taste de entre los muertos, a nosotros que
Te cantamos: Aleluya. (Dos veces)
Gloria… Ahora… Amén.
“Oh Verbo de Dios, Hijo Unigénito…”
3- Tropario de la Resurrección
Tono Sexto -Octoijós-
Los poderes celestiales aparecieron
sobre Tu Sepulcro; los guardias quedaron
como muertos; María se plantó en el Se-
pulcro buscando tu Cuerpo purísimo:
sometiste al Hades sin ser tentado por él;
y encontraste a la Virgen otorgándole la
vida. ¡Oh Resucitado de entre los muer-
tos, Señor, gloria a Ti!
EEll IIssooddóónn
Venid, adoremos y postrémonos delante de
Cristo, nuestro Rey y nuestro Dios.
Sálvanos, oh Hijo de Dios, Que resucitaste
de entre los muertos, a nosotros que Te
cantamos: Aleluya.
LLooss TTrrooppaarriiooss DDeessppuuééss ddeell IIssooddóónn::
(Búsquelos con sus alternativos eenn ppáággiinnaa 44)
Domingo 15 de Enero 2012 - Los Piadosos Pablo de Tebas y Juan el de la Choza
13
1- Tono Sexto -Resurrección-
2- Tono Tercero / Primero -Pablo de Tebas- 3- Tono Cuatro / Octavo -Juan el de la choza-
4- Del Santo/a Patrono/a del Templo
5- Tono Primero -Kontákion de la Presentación-
¡Oh Cristo Dios!, Tú que por Tu Na-
cimiento santificaste el vientre virginal y
bendijiste, como es digno, las manos de
Simeón; y ahora nos alcanzaste y nos sal-
vaste. Conserva en la paz a Tu rebaño
durante las guerras y afirma a los (Reyes)
Gobernantes que amaste, Porque eres el
Único Amante de la humanidad.
EEll TTrriissaaggiioo
“Santo Dios, Santo Poderoso, Santo...”
LLaass LLeeccttuurraass SSaaggrraaddaass
EEll PPrrookkíímmeennoonn -- Tono Sexto
¡Salva, Señor, a Tu pueblo y bendice a Tu
herencia!
(Stíjo) Yo Te invoco, Señor, Tú eres mi Roca,
no Te quedes callado.
LLaa EEppííssttoollaa
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los
Colosenses [Colosenses 3: 4-11]
Hermanos, cuando se manifieste
Cristo, que es nuestra vida, entonces us-
tedes también aparecerán con él, llenos
de gloria. Por lo tanto, hagan morir en
sus miembros todo lo que es terrenal: la
lujuria, la impureza, la pasión desorde-
nada, los malos deseos y también la ava-
ricia, que es una forma de idolatría. Estas
cosas provocan la ira de Dios. Ustedes
mismos se comportaban así en otro tiem-
po, viviendo desordenadamente. Pero
ahora es necesario que acaben con la ira,
el rencor, la maldad, las injurias y las
conversaciones groseras. Tampoco se en-
gañen los unos a los otros. Porque uste-
des se despojaron del hombre viejo y de
sus obras y se revistieron del hombre
nuevo, aquel que avanza hacia el cono-
cimiento perfecto, renovándose constan-
temente según la imagen de su Creador.
Por eso, ya no hay pagano ni judío, cir-
cunciso ni incircunciso, bárbaro ni extran-
jero, esclavo ni hombre libre, sino sólo
Cristo, que es todo y está en todos.
EEll EEvvaannggeelliioo
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas
[Lucas 17: 12-19]
En aquel tiempo Al entrar Jesús en
un pueblo, salieron a Su encuentro diez
hombres leprosos, que se pararon a dis-
tancia y, levantando la voz dijeron:
“¡Jesús, Maestro, ten compasión de noso-
tros!” Al verlos, les dijo: “Vayan y mués-
trense a los sacerdotes.” Y sucedió que,
mientras iban, quedaron limpios. Uno de
ellos, viéndose curado, se volvió glorifi-
cando a Dios en alta voz; y postrándose
rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba
gracias; y éste era un samaritano. Tomó la
palabra Jesús y dijo: “¿No quedaron lim-
pios los diez? Los otros nueve, ¿dónde
están? ¿No ha habido quien volviera a
dar gloria a Dios sino este extranjero?” Y
le dijo: “Lev{ntate y anda; tu fe te ha sal-
vado.”
YY eell rreessttoo ddee llaa DDiivviinnaa LLiittuurrggiiaa ddee
SSaann JJuuaann CCrriissóóssttoommoo
Verdaderamente es digno el cele-
brarte, Oh Madre de Dios, para Siempre
Bienaventurada y exenta del pecado, la
Madre de nuestro Dios. Y seguimos con
Tú que eres más Venerable que los
Querubines e incomparablemente, más
Gloriosa que los Serafines; Tú que sin co-
rrupción has dado a luz al Verbo Dios;
verdaderamente eres la Madre de Dios,
Te magnificamos.