Paget, Lazersferld y otros_ Trendencias de la investigación en ciencias sociales

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Jean Piaget, Paul F. Lazarsfeld, W. J. M. Mackenzie y otros Tendencias de la investigación en las ciencias sociales Versión espaííola de Pilar CastriIlo Alianza/ Unesco

Transcript of Paget, Lazersferld y otros_ Trendencias de la investigación en ciencias sociales

  • Jean Piaget, Paul F. Lazarsfeld, W. J. M. Mackenzie y otros

    Tendencias de la investigacin en las ciencias sociales

    Versin espaola de

    Pilar CastriIlo

    Alianza/ Unesco

  • Tendencias de la investigacin en las ciencias sociales

  • Alianza Universidad

  • Los textos incluidos en este volumen constituyen captulos de la obra Tendcmces principales de la recherche &ns les sciemes sociales et humines - Pwtie I: Scierzces socides, publicada por la Unesco en 1970

    @ Unesco, 1970 @ FA. cast.: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1973

    Calle Miln, 38; %!? 200 0045

    Depsito legal: M. 3743 - 1973 Papel fabricado por Torras Hostench, S. A. Impreso en Eosgraf, S. A., Dolores, 9. Madrid Printed in Spain

    ISBN 84-206-2045-9

  • INDICE

    Nota del editor ........................................................ Prefacio, por Ren Maheu, director general de la Unesco ......

    Advertencia, por Samy Friedman .................................

    Presentacin, por Jean Piaget .......................................

    Introduccin: L a situacin de las ciencias del hombre dentro del sistema de las ciencias, por Jean Piaget .................. Clasificacin en disciplinas sociales y ciencias humanas, 44. Las no- tas dominantes de la historia de las ciencias nomotticas, 53. Particu- laridades y fundamentos epistemolgicos de las ciencias del hom- bre, 63. Los mtodos de experimentacin y el anlisis de los datos fcticos, 77. Ciencias del hombre y grandes corrientes filosficas o ideolgicas, 89. Las ciencias del hombre, las de la naturaleza y el sis- tema de las ciencias, 96. Principales orientaciones tericas: previsin y explicacin, 106. Especializaciones e integraciones: investigacin fun- damental y aplicaciones, 113.

    Captulo 1. L a psicologia, por Jean Piaget .................. Psicologa cientfica y psicologa filosfica, 122. El empirismo sin es- tructuralismo y la necesidad de explicacin en psicologa, 128. La ten- dencia organicista y las relaciones entre la psicologa y la biologa, 135. La tendencia fisicalista y los diferentes niveles de percepcin, 141.

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  • 8 Indice

    Las tendencias psicosociolgicas y las interacciones entre lo general y lo social, 146. Las investigaciones psicoanalticas de la especificidad mental, 155. La especificidad del comportamiento y las estructuras de la memoria, 160. El estructuralismo psicogentico (animal y nio) y las teoras de la inteligencia, 169. Los modelos abstractos, 176. Re- laciones de la psicologa con otras ciencias, 184. Las aplicaciones de la psicologa. Investigaciones fundamentales y psicologa aplica- da, 191.

    Captulo 2. Problemas generales de la inuestigacin interdis- ciplinaria y mecanismos comunes, por Jean Piaget ......... Situacin de los problemas, 199. Estructuras y reglas (o normas), 216. Funcionamiento y valores, 237. Las significaciones y sus sistemas, 262. Conclusin: el sujeto de conocimiento y las ciencias humanas, 276.

    199

    Captulo 3. La sociologa, por Paul Lazarsfeld .................. 283 Prlogo, 283. Introduccin, 286. La aportacin conceptual del an- lisis de encuestas a la sociologa general, 291. Macrosociologa, 309. En busca de una teora, 330. Variaciones nacionales en las actividades sociol6gicas, 380. La sociologa y las dems ciencias sociales, 400.

    La ciencia poltica, por W. J. M. Mackenzie ... Introduccin, 439. El alcance de la ciencia poltica, 441. Ecologa de la ciencia poltica, 462. Investigaciones en curso, 469. Conclusio- nes, 522.

    Captulo 4. 439

    Captulo 5. La ciencia econmica .............................. 529 Introduccin, 529. La evolucin de la ciencia econmica y su puesto entre las ciencias del hombre, 531. El pensamiento econmico: rnode- los y mtodos, 563. Algunos de los principales problemas planteados hoy en da en la ciencia econmica, 599. Conclusin, 632.

  • NOTA DEL EDITOR

    Este libro se compone de una seleccin de los trabajos incluidos en el primer volumen (nico hasta ahora aparecido) de la obra colec- tiva de la Unesco Tendances principales de la recherche dans les sciences sociales et huinaines dedicado a las ciencias sociales (tenin- dose previsto que el segundo volumen se ocupe de las disciplinas encuadradas en las ciencias humanas).

    D e la parte de presentacin de la edicin original se han conser- vado el Prefacio, de Ren Maheu; la Advertencia, de Samy Friedman, y la Introduccin, de Jean Piaget. De la seccin prime- ra, los captulos escritos por Paul F. Lazarsfeld, W. J. M. Mackenzie, Jean Piaget y el dedicado a la ciencia econmica; por razones de es- pacio se ha excluido el captulo sobre demografa de Jean Bourgeois- Pichat y por no autorizarlo su autor el trabajo sobre lingstica de Roman Jakobson. De las secciones segunda (Dimensions interdisci- plinaires de la recherche) y tercera (Politique scientifique et duelop- pement de la recherche dans les sciences sociales) no se reproduce ms que el captulo escrito por Piaget y dedicado a los problemas generales de la investigacin interdisciplinaria.

    Constituye, en cambio, una novedad respecto a la edicin francesa el prlogo de Jean Piaget insertado en la pgina 40, que ha servido de presentacin para la publicacin en forma de libro independiente de los trabajos incluidos en el presente volumen de los que aqu es

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  • 10 Nota del editor

    autor, Esta incorporacin ha hecho aconsejable la reproduccin con paginacin seguida de los tres trabajos de Jean Piaget; conviene ad- vertir, sin embargo, que en la edicin original figuran, respectiva- mente, como introduccin a la obra entera, como captulo primero de la seccin primera y como captulo primero de la seccin segunda.

    Tambin es nuevo el prlogo de Lazarsfeld al captulo dedicado a la sociologa. El lector debe tener siempre presente la eliminacin en esta edi-

    cin castellana de los trabajos arriba citados -los dedicados a de- mografa, lingstica, dimensin interdisciplinaria de la investigacin (modelos y mtodos matemticos, investigacin orientada, investiga- cin trans-cultural) y poltica cientfica y desarrollo de la investiga- cin en las ciencias sociales (organizacin y conocimiento de la in- vestigacin)-, ya que son frecuentes las alusiones a estos temas a lo largo de la obra, especialmente en el Prefacio, de Ren Maheu, y la Advertencia, de Samy Friedman. Tambin debe recordar que la ordenacin de los textos es diferente en la edicin espaola en virtud de las supresiones y de la incorporacin del prlogo de Jean Piaget.

  • PREFACIO *

    Cuando, a finales de 1962, la Conferencia general de la Unesco, reunida en su duodcima sesin, decidi inscribir en el programa de la Organizacin de los dos aos siguientes el examen de las bases sobre las cuales podra emprenderse un estudio de las principales tendencias de la investigacin en las ciencias sociales y humanas, proyectaba la construccin de un conjunto dentro del cual el estudio de las tendencias en las ciencias exactas y naturales, llevado a cabo bajo la direccin de M. Pierre Auger en 1959 y 1960 en respuesta a una demanda del Consejo econmico y social2, constituta la pri- mera parte.

    ->- Como se indica en la precedente Nota del editor, la edicin francesa de Tendances principales de la recherche dans les sciencies sociales et humaines. Premiere partie: Sciences sociales (Mouton/Unesco, 1970) comprende, adems de los artculos incorporados a esta edicin castellana, los siguientes trabajos: La dmographie, por Jean Bourgeois-Pichat ; La linguistique, por Roman Ja- kobson; Modeles et mthodes mathmatiques, por Raymond Boudon; La recher- che oriente, vor Pierre de Bie; Recherche trnns-culturelle, trans-socitale et trans- national, por^Stein Rokkan, y Organisation et financement de la recherche, por Eric Trist. [N. del E.]

    1 Resolucin 12C 3.43. 2 Tendances actuelles de la recherche scientifique, de Pierre Auger, consul-

    tante especial, ONU y Unesco, junio 1961. 11

  • 12 Ren Maheu

    La Conferencia general, al recordar la importancia de este ltimo estudio y al tratar de la contribucin que la investigacin en ciencias sociales y humanas aporta tambin al progreso econmico y social, estaba recalcando el inters que tena poner de relieve las tenden- cias ms importantes que se manifiestan en ellas en nuestros das.

    Creo que el volumen que es presentado hoy al pblico dar testi- monio de este inters. Constituye la primera parte del Estudio inter- nacional de la investigacin en el dominio de las ciencias sociales y humanas, cuya norma fue definitivamente adoptada por la Confe- rencia general en su decimotercera sesin, en 1964 3. Los trabajos correspondientes a esta primera parte se emprendieron a partir del ao 1965, en colaboracin con las instituciones y organizaciones nacionales e internacionales competentes, tanto gubernamentales como no gubernamentales, con la cooperacin de un comit de asesora- miento y otros consejeros y expertos en diferentes disciplinas per- tenecientes a diversas escuelas de pensamiento y representantes de las diferentes orientaciones culturales e idolgicas del mundo contem- porneo.

    De acuerdo con las directrices establecidas por la Conferencia general, esta investigacin se ocupa de algunas disciplinas impor- tantes que apuntan a un conocimiento de tipo nomottico: sociolo- ga, ciencia poltica, antropologa social y cultural 4, psicologa, ciencia econmica, demografa y lingstica. La segunda parte del proyecto, puesto en marcha en 1967, est actualmente en curso de ejecucin; tiene por objeto poner de relieve las tendencias principales de la investigacin correspondientes a las ciencias jurdicas, a las histricas, a la arqueologa y a la prehistoria, al estudio de las expresiones ar- tsticas y literarias y a la filosofa; adems, se tocarn en las con- clusiones de los diferentes captulos especializados y se recogern de nuevo en un captulo de sntesis algunas cuestiones de orden terico y prctico, de importancia especialmente para el desarrollo de la cooperacin interdisciplinaria y de la contribucin del estudio del hombre al progreso de las sociedades y a la comprensin internacio- nal: algunos tipos de investigacin convergente, como los que se refieren al estudio de las culturas y las civilizaciones, sern objeto de un examen preliminar con vistas a preparar el terreno para trabajos

    3 Resolucin 13C 3.244. 4 La elaboracin del captulo relativo a las tendencias principales de la in-

    vestigacin en el dominio de la antropologa social y cultural, que haba sido em- pezada en la primera parte del Estudio, ser terminada en la segunda parte. Este captulo ser incluido en el volumen en que se expondrn los resultados de la segunda parte.

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    ms extensos. Los resultados de esta segunda parte sern presentados en un segundo volumen, cuya publicacin est prevista para 1972.

    Se concibi la empresa de tal manera que su resultado fuera una obra acerca de las principales tendemias de la investigacin, y no acerca de los resultados obtenidos por la investigacin ni tampoco acerca del estado de las investigaciones en curso. En otras palabras, se trataba de poner de relieve -para decirlo con las palabras con- tundentes de algunos de los especialistas consultados- los caminos por los que pueden ir las ciencias de maana (Claude Lvi-Strauss), la ciencia en devenir. .. la ciencia que se est haciendo (Jean Piaget). En cuanto a aquellos a quienes va destinado el Estudio, no slo se ha tenido presente al pblico culto y a los mismos investigadores con sus asociaciones profesionales, sino tambin aquellas instituciones nacionales e internacionales que se ocupan de organizar y financiar la investigacin cientfica. Se encontrarn tambin en esta obra, junto a consideraciones referentes a las direcciones y mtodos, una serie de reflexiones sobre algunas necesidades sociales que son objeto de in- vestigaciones interdisciplinarias aplicadas u orientadas, principalmente sobre la organizacin de la enseanza y la investigacin, los modos de financiacin de la investigacin y las agrupaciones de aquellas insti- tuciones que se consideran ms apropiadas para asegurar el progreso de las ciencias sociales y humanas y para superar las crisis que atra- viesan actualmente, en numerosos pases, la enseanza y la investi- gacin en este dominio.

    Teniendo en cuenta la diversidad de estos objetivos, se han se- guido varios mtodos de trabajo y, en particular, varios mtodos de colaboracin con los especialistas y los organismos competentes. Estos mtodos, diferentes, pero paralelos, se pueden reducir a tres categoras principales :

    colaboracin con especialistas llamados a asegurar con sus contribuciones personales, dentro de un espritu de universalidad, la unidad de presentacin de las cuestiones cientficas de que se trata en los diferentes captulos;

    colaboracin con organismos nacionales o regionales, as como con algunos especialistas, llamados unos y otros a aportar, con sus contribuciones y comentarios crticos, una documentacin apro- piada acerca de los diferentes niveles de desarrollo cientfico y de los diferentes dominios de inters cientfico;

    coordinacin de estos dos mtodos complementarios por la Secretara de la Unesco, responsable de la planificacin general del proyecto y de su puesta en prctica.

    a)

    b)

    c)

    En enero de 1965, la Secretara puso en marcha un plan de

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    rastreo de la documentacin necesaria y emprendi una consulta, a travs de un cuestionario, de unos 150 especialistas de diferentes disciplinas y de 500 organismos nacionales o regionales, juntas, fun- daciones, institutos y centros de investigacin, universidades, aso- ciaciones profesionales, etc., cuyas actividades se ejercen, de un modo total o parcial, en los dominios abarcados por la primera parte del Estadio. Adems, fueron invitadas a aportar sugerencias, opinio- nes y crticas, con el fin de precisar los detalles de la ejecucin y la concepcin misma del proyecto, doce organizaciones internacionales no gubernamentales y todas las Comisiones nacionales de la Unesco. La Secretara les debe un considerable nmero de proposiciones y de informaciones que se han tenido en cuenta a la hora de redactar los diferentes captulos. Por ltimo, este trabajo de sntesis se ha apoyado en la aportacin insustituible de numerosos especialistas, a quienes se ha acudido para que esclarecieran o analizaran con detalle, en una serie de estudios relativamente breves, algunos aspectos particulares de la actividad cientfica -investigaciones recientes o incluso in- ditas, cuestiones planteadas en la frontera entre varias disciplinas, etctera- sobre los que haba sido difcil reunir una informacin y un anlisis adecuados sin su ayuda. La mayora de estas contri- buciones han sido ya objeto de publicaciones diferentes, y casi todas han aparecido en un volumen colectivo o en la Revue internatiorzale des sciencies sociales 6.

    La elaboracin de los diferentes captulos fue llevada a cabo por un Colegio de asesores constituido en marzo de 1965, despus de las tomas de contacto indispensables y de las consultas a las Comisiones nacionales de la Unesco que estaban interesadas. Los miembros de1 Colegio tenan la tarea, dentro de sus respectivos dominios de com- petencia, de dar consejos especializados a la Secretara y a los re- dactores de las contribuciones requeridas para la ejecucin de la empresa. Al mismo tiempo, la mayora de ellos eran directamente responsables o co-responsables de la elaboracin de los diferentes captulos, y juntos formaban un Comit de redaccin para el con- junto de esta primera parte del Estudio. Haban aceptado formar parte del Colegio: MM. P. Auger, profesor de la Facultad de Ciencias de la Uni-

    versidad de Pars, autor del estudio realizado anteriormente bajo los

    5 Les sciences sociales: problkmes et orientations, Moutonflnesco, La Haye/Pars, 1968, 507 pp.

    6 International Social Science Journal, vol. XIX, 1967, nm. 1, uLinguistics and Communication; vol. XX, 1968, nm. 2, Multidisciplinary Problem- Focused Research.

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    auspicios de la Unesco acerca de las tendencias principales de la investigacin en las ciencias exactas y naturales;

    P. de Bie, profesor de la Universidad de Lovaina; R. Boudon, profesor de la Sorbona; P. N. Fedoseev, vicepresidente de la Academia de Ciencias de Ea

    URSS, ayudado por M. V. S. Semenov, del Instituto de Filosofa de la Academia de Ciencias de la URSS;

    R. Jakobson, profesor de la Universidad de Harvard y del Massachusetts Institute of Technology; O. Lange, miembro de la Academia de Ciencias polaca, ayudado

    por MM. W. Brus, T. Kowalik, e 1. Sach, quienes, despus del fa- llecimiento de O. Lange, ocurrido en 1965, asumieron la responsa- bilidad de una versin preparatoria del captulo relativo a la ciencia econmica, cuya terminacin y elaboracin definitiva son obra de la Secretara;

    P. F. Lazarsfeld, profesor de la Universidad Columbia de Nueva York;

    C. Lvi-Strauss, profesor del Colegio de Francia, que, a causa de sus trabajos personales, tuvo que ceder su puesto en el Colegio a P. Mercier, director de estudios de la Ecole Pratique des Hautes Etudes de Pars; W. J. M. Mackenzie, profesor de la Universidad de Manchester; P. C. Mahalanobis, director del Indian Statistical Institute, sus-

    tituido, por ltimo, por J. Bourgeois-Pichat, director del Instituto Nacional de Estudios Demogrficos de Pars;

    J. Piaget, profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Ginebra;

    S. Rokkan, profesor de la Universidad de Bergen; E. L. Trist, miembro del Human Resource Centre, Tavistock

    Institute of Human Relations de Londres y profesor de la Univer- sidad de California (Los Angeles).

    Los miembros del Colegio formaban, junto con otros 13 especia- listas, un amplio organismo asesor, constituido con objeto de asegu- rar la representacin de diferentes escuelas de pensamiento, as como tambin de importantes orientaciones culturales e ideolgicas del mundo contemporneo. Procedentes de dieciocho pases de Africa, Amrica, Asia y Europa, los miembros de este organismo represen- taban las disciplinas cientficas siguientes: demografa, psicologa, lingstica, antropologa social y cultural, sociologa, ciencia poltica, ciencia econmica, historia, derecho y filosofa. Lo mismo que a todos los colaboradores, se les ha tenido regularmente al corriente del desarrollo de la elaboracin de la primera parte del Estudio, y

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    han recibido toda la documentacin preparatoria y los proyectos de captulo para poder hacer comentarios y observaciones crticas.

    Que todos los sabios eminentes que, por distintos conceptos, han querido responder a la llamada de la Unesco y poner su competencia, experiencia y talento al servicio del Estudio, sean por ello agradeci- dos sincera y cordialmente. Que los autores de los distintos captulos, que, a pesar de la importancia de sus trabajos personales y del peso de sus obligaciones profesionales, han prestado su tiempo y energa a esta empresa comn, encuentren aqu la expresin del profundo agradecimiento de la Organizacin. Si la presente obra logra presen- tar en forma relativamente condensada, en campos tan complejos de investigacin, una serie de enfoques coordinados, en los que una amplia informacin es dominada por un espritu de sntesis lcido y objetivo, dirigido al futuro y preocupado por servir al hombre, se debe, ante todo, a su autoridad cientfica, a su culto por la verdad, a su dedicacin a la vida del espritu y a la cooperacin internacional.

    Como ya he dicho, corresponda a la Secretara de la Unesco or- ganizar y coordinar este amplio conjunto de trabajos y procurar las condiciones ms propicias para una buena convergencia entre las distintas inspiraciones. La tarea de la Secretara de una organizacin internacional es, por esencia, colectiva y annima y su virtud el reco- gimiento, y yo me atrevera a decir que incluso la abnegacin. Sin embargo, quin podra creer que una empresa como sta podra ser lograda sin que los hombres que tienen la responsabilidad de su puesta en marcha dedicaran a ella todos los recursos de su inteligen- cia y de su corazn, sin que, por encima de la imparcialidad que es su norma, no dejaran de algn modo su huella personal? No sera justo silenciar este papel personal, a la vez inevitable y necesario, ya que sin estilo no hay obra viva.

    As es como en el umbral de esta obra quiero rendir tributo, en primer lugar, a la memoria de Julian Hochfeld, director adjunto del Departamento de Ciencias Sociales, el cual, hasta su desaparicin prematura en julio de 1966, gui las primeras consultas y vel por la planificacin del Estudio y el establecimiento de los dispositivos de ejecucin: la claridad de sus conceptos de conjunto, la virtud comunicativa de su entusiasmo, sus dotes de director y organizador, han dado a este proyecto, por el que l trabaj sin tener nada en cuenta, el impulso inicial indispensable y el estilo intelectual que haban de mantenerse a travs de los reajustes posteriores. Despus, bajo la autoridad de Andr Bertrand, director del Departamento, desaparecido a su vez en 1968 al final de una terrible enfermedad, fue en Samy Friedman en quien recay la pesada carga de llevar a buen trmino la empresa, de cumplir y de llevar ms lejos an la

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    inspiracin inicial, de reclutar nuevos colaboradores, de coordinar sus esfuerzos, de cuidar de la elaboracin definitiva de los manuscritos. A l se debe la Advertencia, rica en observaciones estimulantes, que podr leerse a continuacin. Aprovecho esta ocasin para agradecerle cuanto ha aportado al Estudio.

    Es preciso aventurar algunas reflexiones de conjunto acerca de la naturaleza y la vocacin de las ciencias sociales y humanas - d e las ciencias del hombre-, cuyas orientaciones han sido aqu pues- tas de manifiesto, confrontadas y examinadas? No lo creo. Este vo- lumen, junto con el que le va a seguir, hablar por s mismo, y sera aventurado ir ms lejos, en lo que se refiere a conclusiones generales, de lo que un arepago de eminentes especialistas crey que deba hacerlo, y sera ms vano y arriesgado todava indicar a estas ciencias cul va a ser su futuro. Me dedicar ms modestamente y, sin duda, ms tilmente tambin, a situar el presente Estudio en el marco general en que se inserta; o sea, en primer lugar, a comparar su estilo intelectual y metodolgico con el del Etude sur les tendances de la recherche dans les sciences exactes et naturelles que le ha pre- cedido; a continuacin, a exponer las razones que han motivado su divisin en dos partes relacionadas y, sin embargo, distintas, y finalmente, a sealar la significacin que encierra desde el punto de vista de los intereses de la Unesco, que son los de la vida interna- cional y los del desarrollo del hombre.

    Si bien era evidente que el Etude sur les tendances de la recherche dans les sciences exactes et naturelles deba servir de precedente y de punto de referencia de la presente obra, los trabajos y consultas preparatorios llevados a cabo en 1963 y 1964 confirmaron que las ciencias sociales y humanas, en las que la diversidad de escuelas de pensamiento y de posturas culturales e ideolgicas viene a sumarse a la variedad, y aun a la rivalidad de disciplinas y de puntos de vista epistemolgicos, no podran dar lugar a un estudio completamente paralelo. Ante la complejidad de un dominio cuya amplitud no poda ser truncada sin arbitrariedad y sin deterioro, la prudencia exiga que al menos se procediera por etapas, sin perder de vista el conjunto. Ante las divergencias existentes en cuanto a las concepciones funda- mentales, hiptesis de trabajo y motivaciones, y ante las controver- sias a que a menudo da lugar la interpretacin general de los resul- tados de la investigacin, convena reflejar en medio de la diversidad de SUS aspectos importantes el ejercicio efectivo de la actividad cien- tfica en estas materias, ligada siempre -cualquiera que sea el al- cance objetivo y universal de algunos resultados- a una situacin social, a un momento histrico. Con todo, pareca que dentro del amplio conjunto de ciencias sociales y humanas haba algunas dis- Tendencias de la in-wtigacicn 2

  • 18 Ren Maheu

    ciplinas cuya metodologa no variaba mucho de un pas a otro, cuyo objeto propio, en general, no suscitaba polmicas, y que se dedica- ban a poner de relieve, al menos en ciertos sectores aislables mediante el pensamiento, las leyes objetivas que rigen los fenmenos humanos, principalmente los fenmenos sociales.

    A la luz de estas conclusiones, la Conferencia general reconoci, en su decimotercera sesin, que era preferible dividir el Estudio en dos partes y separar en el tiempo su puesta en marcha. Decidi que, en el dominio constituido por algunas disciplinas nomotticas, de las que dio una lista ilustrativa, el proyecto deba ponerse en marcha a partir de 1965-1966, mientras que estos dos aos seran aprovecha- dos para preparar la redaccin, que se hara a partir de 1967, de la segunda parte, que deba ocuparse de las disciplinas de tipo hist- rico, jurdico, filosfico, artstico y literario.

    Por consiguiente, esta divisin del Estudio en dos partes y este espaciamiento de los trabajos en dos momentos de tiempo no respon- den solamente a una preocupacin de tipo prctico, impuesta por la extensin del dominio que deba de abarcarse, acudiendo a una gama de colaboraciones lo ms internacional posible. Pero tampoco se basan, vuelvo a insistir, en una distincin entre ciencias sociales y ciencias humanas, que se considera, en general, cada vez ms artificial. Reflejan cierta dualidad de estilo en el modo de proceder de las ciencias del hombre en su conjunto, dualidad que, sin duda, en grados diversos y con distinta intensidad, est presente en cada una de ellas, pero que, de un modo amplio, puede fundamentar leg- timamente una reparticin de las disciplinas en dos familias, siem- pre que no se olvide la diversidad que reina dentro de una y otra, ni sus mutuas afinidades, ni los mltiples caminos abiertos a la coope- racin cientfica, ni menos an la tendencia natural de todo proceder cientfico slidamente fundamentado a proyectarse en un modelo de cualquier conocimiento del hombre.

    Una primera parte del amplio dominio de las ciencias que tien- den al conocimiento del hombre, de su vida social y de su existencia individual est constituido por un conjunto de disciplinas -las que son objeto del presente volumen- que tratan de extraer leyes y que apelan al ideal de un saber tan objetivo, tan seguro, tan inde- pendiente de las opiniones, actitudes y situaciones humanas como e1 de las ciencias de la naturaleza. En otros sectores de la actividad cientfica -a los que debe dedicarse un segundo volumen- pre- dominan la referencia al orden de los valores, de las normas y de los fines, la exigencia de la reflexin y la preocupacin por la libre determinacin del hombre por s mismo tanto en el plano de las comunidades como en el de los individuos, sin separarse por eso del

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    esfuerzo hacia un conocimiento riguroso y objetivamente fundado; pues lo que all se propone a la actividad del pensamiento es menos la unanimidad por lo que se refiere a la adhesin a un cuerpo de verdades acumulativas y vlidas universalmente, que la comprensin mutua, la interpenetracin y, en ltimo trmino, la convergencia de puntos de vista y de opciones, bajo la sumisin a la verdad, por en- cima de diferencias y divergencias. De este modo, pareca razonable abordar en ltimo lugar aquellas ciencias del hombre cuyo ideal de saber y de verdad es el ms difcil de formular y que permanecen profundamente vinculados a la existencia particular de los seres humanos y de los grupos, con sus expresiones creadoras y con las elecciones fundamentales a que se comprometen.

    Tenemos, pues, dos series, paralelas si se quiere, diferentes sin duda alguna y cuyas diferencias era preciso respetar, pero sobre todo complementarias, y finalmente interdependientes. El ejercicio con- creto de esta interdependencia es la colaboracin interdisciplinaria, que culmina en la investigacin multidisciplinaria y se encarna en el trabajo en equipo: base indispensable del conocimiento del hombre, pero, a la vez, idea cuya generalidad abstracta ejerce una peligrosa seduccin y de la que se corre el riesgo de no hacer ms que un uso verbal y estril, en caso de que sus fundamentos y modalidades no se pongan de relieve con toda claridad, en contacto con los problemas concretos ofrecidos a la investigacin, y teniendo en cuenta los fac- tores institucionales, financieros, humanos, de los que depende efec- tivamente su desarrollo, su fecundidad, su capacidad de innovacin y de creacin.

    Si es verdad que la investigacin es cada vez menos concebible sin un grado elevado de especializacin, la contrapartida natural y necesaria de esta evolucin es el recurso a una cooperacin interdis- ciplinaria estrecha. Una cooperacin de este tipo viene exigida, en primer lugar, por la renovacin de las condiciones intelectuales del trabajo cientfico en nuestra poca: todo contribuye a hacer saltar los tabiques heredados de una edad del saber ya superada; dentro de cada disciplina, se impone la necesidad de recurrir a las hipte- sis, a los mtodos, a los esquemas de inteleccin, a los resultados de disciplinas vecinas, e incluso de aquellas que todava ayer se consi- deraba que eran las ms lejanas y extraas. Pero, con bastante fre- cuencia, no se ha respondido a esta llamada a no ser al azar de las necesidades de la investigacin o de las casualidades de la ocasin, sin una percepcin de conjunto suficientemente amplia, sin una continuidad suficiente, sin una mutua apertura de espritu por parte de los seguidores de estos diferentes mtodos y, sobre todo, sin una elaboracin, una explicitacin adecuada de los fundamentos en los

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    que puede apoyarse la combinacin de stos. Trazar un mapa -desde luego provisional y siempre sujeto a revisin- de los puntos fuer- tes y dbiles de la cooperacin interdisciplinaria y de su subsuelo, identificar los sectores a los que deberan dirigirse en primer lugar la reflexin de los investigadores y el esfuerzo de las instituciones, ste es uno de los resultados ms significativos que debera de se- guirse de un modo natural de un estudio como ste.

    Pero hay ms, ya que la evolucin iniciada en nuestros das en el estilo epistemolgico de las investigaciones es indisociable de la evo- lucin de las situaciones y problemas humanos de que se ocupan estas investigaciones. Sin duda, el carcter multidimensional del fenmeno humano es de siempre; pero no siempre se ha impuesto a la ciencia de manera tan imperativa. Si el estudio del hombre toma un aspecto nuevo es, sobre todo, porque forma parte integrante de un mundo en completa mutacin, al que intenta aportar los elemen- tos de un saber autntico, los medios para llegar a una toma de conciencia informada y los fundamentos para unas opciones refle- xionadas. En su aplicacin a los aspectos, ayer todava desconocidos O inadvertidos, de la existencia de los individuos, de la vida de las colectividades, del devenir de las culturas, es donde las investigacio- nes revelan sus tendencias ms vivas y ms fecundas.

    La ciencia y la tcnica han creado condiciones de vida completa- mente nuevas, han abierto posibilidades inauditas, han suscitado problemas sin precedentes. D e este modo, el horizonte de la expe- riencia humana se ha ampliado considerablemente. Al mismo tiempo, el desarrollo de los medios de expresin y de comunicacin ha pro- vocado un verdadero cambio en la escala de aprehensin de lo exis- tente: haciendo vivir a cada uno en la proximidad y hasta en la contemporaneidad del acontecimiento, da a la vida individual, social y cultural una nueva dimensin que tiende a igualar la misma del presente del mundo, amenazando as la calidad de la preciada con- ciencia1 personal. Dicho de un modo ms general, el progreso del conocimiento sobrepasa los poderes del espritu individual, y. la ela- baracin del saber, as como la tarea permanente de su unificacin, exigen que el entendimiento humano sea reemplazado por mqui- nas de su invencin; la ciencia, que transforma la concepcin nor- mal del universo y abre paso a nuevas ideas generales acerca del hombre, se integra cada vez con ms dificultad en la cultura general, a no ser en formas degradadas. El comps y la amplitud de los cambios actuales que afectan a

    la vida de todos los seres humanos dan una agudeza nueva al sentido del carcter transitorio del presente, a la necesidad de una interpre- tacin dinmica de la historia que se hace y de una interpretacin

  • Prefacio 21

    razonada del futuro, bases necesarias para una accin bien adaptada al servicio del hombre y de sus valores.

    Por ltimo, la afirmacin generalizada del principio democrtico reclama nuevas formas de organizacin poltica y de vida comunita- ria. La estructura del mundo se ha transformado profundamente con el acceso de casi todas las naciones a la independencia poltica y con el establecimiento de nuevas relaciones entre ellas a todos los ni- veles: por ello la humanidad, presente a s misma en su totalidad, va tomando progresivamente la medida de su diversidad interna y des- cubriendo una nueva nocin y una nueva exigencia de universalidad, fundadas en el respeto y la comprensin recprocas dentro de una voluntad de dilogo y de mutuo enriquecimiento. Estando dotado de los medios de poder, el hombre sabe que en adelante lleva en s mismo su propia destruccin, si se descubriera incapaz de concebir e instaurar, a escala planetaria, un orden viable, favorable al pro- greso y conforme con una idea comn de justicia.

    Esta situacin propone, qu digo?, impone a las ciencias so- ciales y humanas nuevas y ms ambiciosas tareas, poniendo a su dis- posicin unos medios de investigacin ms poderosos, una informa- cin ms extensa y un aparato conceptual reforzado. En compensacin, acenta la dificultad de sus problemas, agrava algunas de sus incer- tidumbres, compromete la capacidad del hombre de disponer de su saber, requiere un permanente esfuerzo para reconquistar la unidad de la vida del espritu. Haciendo frente a esta situacin global, apli- cndose a los temas de investigacin que reflejan sus aspectos im- portantes, es como las disciplinas dedicadas al conocimiento del hom- bre pueden, dentro de una mutua cooperacin, asumir su papel de procedimientos intelectuales verdaderamente modernos y fecundos.

    Al mismo tiempo, se impone universalmente con el mayor grado de urgencia un deber comn: hacer desaparecer de la faz del pla- neta la miseria, la explotacin, la ignorancia, el estancamiento, la humillacin, que son patrimonio de las masas humanas desfavorecidas por la historia. Sin un esfuerzo deliberado por parte de todos los hombres, con todo su ser, esas masas corren el riesgo de ser reducidas a la condicin sin esperanza de una subhumanidad por el movimien- to cada vez ms rpido de esta historia que se convierte en fatalidad: escndalo para la mente y el corazn, condenacin de toda posibilidad de entendimiento sincero entre los pueblos, o sea de paz, negacin de la humanidad misma.

    La contribucin que pueden y deben aportar las ciencias humanas y sociales a la tarea que incumbe a la generacin presente, y que es, en la ms amplia y elevada acepcin del trmino, la del desarrollo: desarrollo econmico y social de las colectividades y desarrollo del

  • $22 Ren Maheu

    .hombre mismo es de una importancia primordial, por poco que cum- plan con su doble papel, que es, por una parte, el de aportar ele- mentos de informacin rigurosamente controlados y tcnicas de accin eficaces adaptadas a estructuras econmicas, sociales y cul- turales y de situaciones histricas convenientemente analizadas, y por otra parte, la de iluminar las opciones humanas y fundamentar me- jor la comprensin, el respeto y el sentido de solidaridad entre los hombres. Doble funcin que no puede satisfacer ninguna disciplina por separado, sino que requiere la ms amplia cooperacin entre todas ellas. Doble ambicin, mediante la cual asumen su responsabili- dad como formas y modos de proceder diversos, pero teniendo en comn un mismo esfuerzo por conocer un mismo pensamiento y un mismo desvelo.

    Creo que esto no equivale a pedir a las ciencias sociales y hu- manas que renuncien a su vocacin primordigl, que es la de perseguir una verdad, la del hombre, sin tener que subordinar nunca esta' bsqueda del conocimiento, esta exigencia de la comprensin a la preocupacin por la utilidad inmediata, y todava menos a la de fundar un catecismo. Es trivial recordar que la utilidad de una pro- posicin terica a menudo slo se descubre despus, en presencia de problemas que eran imprevisibles hasta entonces, y que la verdad especulativa puede revelarse fuente inagotable de inspiraciones ticas que no corresponde a la ciencia misma poner de relieve, determinar ni adelantar. Queda todava el hecho de que las ciencias que contribu- yen al conocimiento del hombre dan lugar a aplicaciones y permiten ajustar mejor a lo real las tcnicas de la accin; y tambin que apor- tan enxeanzax, que sus resultados, y todava ms sus procedimientos, tienen una virtud que podramos calificar de pedaggica. Hacen vol- verse al hombre hacia s mismo, le invitan a interrogarse en tr- minos concretos y sin ninguna benevolencia sobre s mismo, sobre su destino, sobre los caminos de realizacin concreta de su ser, dentro de las condiciones de la realidad, a igual distancia de la resignacin pasiva ante un destino indescifrable y de la evasiva hacia el sueo de una libertad sin asidero en lo real.

    Estas dos funciones naturales del conocimiento se complemen- tan y se equilibran entre s; su complementariedad hasta en las opo- siciones que constituyen la vida de las ciencias sociales y humanas es el slido terreno en que puede establecerse uno para resolver el viejo conflicto, siempre renaciente, entre su vocacin terica desin- teresada y el constante llamamiento que les dirige la prctica. Pues la prctica no se reduce a un conjunto de procedimientos o de rece- tas: es tambin ampliacin de las perspectivas de lo posible y deter- minacin de los objetivos de eleccin, y por ello a la vez aceptacin

  • Prefacio 23

    del devenir y de la diferencia y emancipacin mediante elaboracin de fines; en resumen, afirmacin y reconocimiento del hombre en s y en otro, lo que postula y construye a la vez la universalidad. Y para la ciencia, la prctica es la condicin para un dilogo fecundo entre el espritu y la realidad humana. El hombre de hoy, convertido tanto de hecho como de derecho en dueo de su destino por los instru- mentos de un poder sin precedente sobre la naturaleza y al mismo tiempo desprovisto de los medios para determinarse interiormente conforme a lo humano ante este mundo indito, abundante, impre- visible, alienante demasiado a menudo, que, cada vez ms, es su obra, necesita algo ms que humanismo de encargo, simple frmula hueca, verbal y sin consecuencias. Necesita los medios eficaces y verdadera- mente fundamentados para una autntica humanizacin de las rela- ciones entre individuos dentro de las sociedades, entre pueblos dentro de un orden humano. Tal es el humanismo del que las ciencias sociales y humanas son,

    al menos en potencia, la garanta e incluso la fuente esencial. Pero slo pueden serlo todas juntas y en solidaridad unas con otras, ya que, repitmoslo una vez ms, ninguna de ellas podra bastar por s sola. Ms an: dir incluso que ellas slo pueden cumplir esta ele- vada misin si se apoyan en las ciencias exactas y en las ciencias de la naturaleza, unidas a ellas y cooperando con ellas en el edificio zinico de una ciencia a la que la aprehensin de su significacin y de su alcance no debe tener el efecto de frenar ni de desviar de su bsqueda de la verdad, sino de enriquecer y equilibrar, llenndola de conciencia.

    Las dos mayores responsabilidades de la Unesco en lo referente a la ciencia son, por una parte, contribuir al avance del saber, faci- litar el impulso de la actividad cientfica tanto en los pases avanza- dos como en los pases en vas de desarrollo y promover los inter- cambios cientficos en el plano internacional, y, por otra parte, procurar que la intensificacin y universalizacin de la investigacin contribuyan al mejoramiento de las condiciones de existencia de los pueblos, al crecimiento de la comprensin mutua entre las na- ciones y a la profundizacin de la conciencia de la humanidad en el hombre. Estoy seguro de que la serie de estudios dedicados a las prin- cipales tendencias de la investigacin no slo satisface estas dos exi- gencias, sino que tambin constituye la mejor demostracin de su carcter complementario y pone de manifiesto la necesidad de unir- las en una accin consagrada al progreso humano.

    REN MAHEU Director general de la Unesco

  • ADVERTENCiA Samy Friedman

    Dentro del marco operacional e institucional que acaba de ser descrito en las pginas anteriores, el Estudio internacional de las prin- cipales tendencias de la investigacin en las ciencias sociales com- prende tres partes. Despus de esta Advertencia, cuya intencin es dar una visin de conjunto del estudio emprendido, y de la Introduc- cin, que se propone situar las ciencias sociales dentro del sistema de las ciencias, en una primera seccin se hace un anlisis vertical, por decirlo as, de las principales tendencias de la investigacin de las disciplinas contenidas : sociologa, ciencia poltica, psicologa, ciencia econmica, demografa y lingstica. Una segunda seccin trata de las dimensiones interdisciplinarias y multidisciplinarias de la in- vestigacin, en el plano horizontal, de algunas de las caractersticas comunes a las ciencias examinadas. En la seccin tercera se conside- ran las ciencias sociales desde otro punto de vista distinto, a saber: el de la organizacin y financiacin de la enseanza y de la inves- tigacin. Esta seccin desemboca en una serie de conclusiones rela- tivas a la poltica cientfica latente o manifiesta en relacin con el desarrollo de la investigacin en las ciencias sociales.

    No trataremos de ocultar ni la insuficiencia de este plan ni tam- poco lo que pueda tener de arbitrario. Las disciplinas seleccionadas son, desde luego, importantes, pero hay otras que tambin lo son. La antropologa social y cultural debera, en principio, figurar entre las disciplinas escogidas, pero, a pesar de los esfuerzos realizados, el captulo referente a esta ciencia no ha podido ser terminado a

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  • 26 Samy Friedman

    tiempo y ser incluido, por tanto, en la segunda parte del estudio. Tambin podran haberse incluido aqu otras disciplinas como la cri- minologa o la geografa humana. Pero ha habido que limitarse al plan trazado por la Conferencia general de la Unesco, con la esperan- za de que algn da pueda ser continuado y ampliado este estudio. Por otra parte, las disciplinas seleccionadas han sido tratadas como si fueran entidades distintas, cuando dichas disciplinas tienden a ramificarse cada vez ms y cuando hay, para limitarnos nicamente al ejemplo de la sociologa, tantas sociologas como dominios de estudio: sociologa mdica, sociologa electoral, sociologa de los pe- queos grupos, sociologa del comportamiento, sociologa del trabajo, sociologa militar, sociologa religiosa, etc. No obstante, hemos pre- ferido limitarnos a examinar las grandes tendencias que predomi- nan en las ciencias sociales y a hacer ver con algn detalle los con- tactos que se estn desarrollando entre unas y otras y que amenazan con borrar las fronteras tradicionales que parecan, hasta hace rela- tivamente poco, tan claramente determinadas. Ante todo, esta obra no es un survey, un anlisis sistemtico de las principales tenden- cias establecidas sobre la base de una investigacin general de las direcciones que toma la investigacin en el mundo y de sus progre- sos significativos. En este sentido, se distingue claramente del estudio realizado por Pierre Auger sobre las tendencias actuales de la in- vestigacin cientfica l. Una investigacin de este tipo es lo que se intent hacer en un principio y las abundantes consultas a las que nos hemos referido fueron hechas con este propsito. Pero al final no ha habido ms remedio que reconocer que, salvo algunas excep- ciones, las respuestas obtenidas a partir de un cuestionario han sido demasiado incompletas y escasas como para permitir hacernos una idea de conjunto. Esta investigacin ha sido, pues, abandonada, espera- mos que slo de manera provisional y de comn acuerdo con los miembros del Colegio de consultantes. Los distintos captulos de la obra se presentan entonces como ensayos escritos con ayuda de la informacin ms amplia de que disponan sus autores, pero sin pretensin alguna de universalidad*. Por lo que esta obra colectiva

    1 Tendances actuelles de la recherche scientifique. Etude sur les tendances principales de la recherche dans le domaine des sciences exactes et naturelles, la dif fusion des connaissances scientifiques et leur application 2 des fines pacifi- ques, de Pierre Auger, consultante especial, ONU y Unesco, 1961, Nueva York y Pars.

    N o se ha intentado, por ejemplo, unificar la distinta terminologa empleada en esta obra: ciencias sociales, ciencias humanas, ciencias del hombre, ciencias del comportamiento, etc., que depende de tradiciones intelectuales diferentes o simplemente de diferentes usos lingsticos y que los autores han empleado a su antojo con toda libertad.

  • Advertencia 27

    tiene, pese a las precauciones que se han tomado, las ventajas, pero tambi$n los inconvenientes de las obras de este tipo. La personali- dad de los autores y la diversidad de sus intereses cientficos han marcado profundamente la manera de concebir los diferentes cap- tulos. Dentro de cada uno de ellos, la lnea seguida es, con frecuen- cia, completamente personal. Unos, como Paul Lazarsfeld, se han dedicado a destacar los acontecimientos ms caractersticos de una evolucin. Otros, como Piaget, han tratado de poner de relieve las lneas generales que siguen los distintos sistemas cientficos o, como Mackenzie, se han visto atrados por la historia de un desarrollo intelectual aprehendido objetivamente desde fuera.

    A los esfuerzos de unos y de otros se debe una obra cuyas limi- taciones, de las que somos bien conscientes, son debidas, en parte, al marco que le haba sido sealado, y en parte, a las diferentes con- cepciones de sus autores, pero que debemos de considerar ms bien como complementarias que como opuestas, ya que por encima, ya, adems, de una profesionalizacin cada vez mayor, ilustran tambin algunas de las corrientes predominantes en las ciencias sociales. Todos ellos, a la vez que describen las principales tendencias de la inves- tigacin, han puesto de manifiesto, tanto desde el punto de vista metodolgico como conceptual, la profunda influencia que estn teniendo en el conjunto de las ciencias sociales los esfuerzos que se estn realizando por llegar a un acercamiento y a menudo a una in- tegracin de todas ellas. A lo largo de los distintos captulos iremos viendo aparecer algunas de las orientaciones caracterfsticas del con- junto de las ciencias sociales contemporneas. Y as, en primer lugar, podemos observar, en el nivel conceptual, un progreso continuo de lo interdisciplinario sobre lo multidisciplinario, al ser examinados cada vez ms los mismos fenmenos por tcnicas de integracin en lugar de ser analizados separadamente con ayuda de tcnicas autno- mas y yuxtapuestas, por decirlo as. Este proceso se ha visto favore- cido, sin duda alguna, tanto por el resquebrajamiento de viejas disciplinas y por la interpenetracin cada vez mayor de unas en otras, de la que resultan nuevas combinaciones, tales como la socio- loga poltica, la antropologa poltica, el comportamiento econmico, etctera, como por el empleo, cada vez mayor, del lenguaje matem- tico en todas las ciencias sociales. Por lo que se refiere a la organi- zacin cientfica, estas ciencias han alcanzado pocas veces el nivel de big science, y en el aspecto financiero no lo han alcanzado nunca, pero hay en ellas una tendencia en este sentido. Para ver esto, basta prestar atencin al desarrollo de la investigacin en equipo, al empleo cada vez ms frecuente de equipos cientficos, que son a menudo bastante caros, y en la creacin de bancos de datos, todos

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    ellos ejemplos tambin de la internacionalizacin de las ciencias so- ciales. Y as se estn bosquejando ya nuevas agrupaciones entre dis- tintas ciencias, se estn familiarizando con un lenguaje comn a todas ellas, y un mismo estado de nimo est presente en todas ellas; todo lo cual significa una garanta segura de progreso en un dominio de importancia primordial para el futuro de nuestras sociedades, al que esperamos que esta obra suponga una contribucin.

    Es al profesor Jean Piaget a quien ha correspondido examinar, en la introduccin de este volumen, la situacin de las ciencias del hombre dentro del sistema de las ciencias. Ya de entrada, el autor se niega a ponerse a la defensiva y a refutar las objeciones de aquellos que se resisten a mirar a las ciencias sociales como verdaderas cien- cias. Por el contrario, separa claramente las ciencias nomotticas, por una parte, de las ciencias histricas, jurdicas y disciplinas filosfi- cas, por otra.

    Nomotticas lo son todas las ciencias sociales, desde el momen- to en que todas ellas persiguen leyes, ya se trate de relaciones cuanti- tativas relativamente constantes y expresables en un lenguaje mate- mtico, ya de hechos generales, de relaciones ordinales o estructu- rales, traducibles al lenguaje ordinario o al lenguaje formalizado de la lgica. Caracterizndose unas veces, como en el caso de la psico- loga, por el empleo de mtodos de experimentacin estricta, de produccin y de modificacin de fenmenos con vistas a su observa- cin, y otras, como ocurre con la sociologa y la economa, por m- todos de experimentacin, en sentido amplio, con observacin sis- temtica de los hechos y verificacin estadstica, todas ellas se diferencian de las ciencias histricas que estn menos interesadas en formular leyes que en distinguir los rasgos caractersticos de deter- minados acontecimientos particulares. La expresin leyes de la his- toria es bien una metfora, bien el reconocimiento de efectivas regularidades sociolgicas, econmicas, polticas o de otro tipo, en cuyo caso stas entran dentro del dominio de las ciencias nomot- ticas. Distintas tambin de las ciencias jurdicas, que se dedican al estudio de las normas y de las disciplinas filosficas que se ocupan de la coordinacin general de los valores humanos, es decir, de una concepcin del mundo, las ciencias sociales aparecen como una cate- gora especfica. Especificidad que se ve reforzada por el hecho de prestarse a una colaboracin, intercambios e imitaciones de las cien- cias naturales y de que son las nicas capaces de esto, debido a la naturaleza causal de sus explicaciones. La tesis central del autor es la del logro de la objetividad cientfica, y por parte de las ciencias sociales, mediante la descentralizacin del sujeto cognoscente por

  • Advertencia 29

    respecto al objeto analizado, a pesar de la aparente dependencia en que estas ciencias se encuentran del hombre sujeto y a la vez obje- to. Jean Piaget llega incluso a sostener la imposibilidad de una cla- sificacin lineal de las ciencias a la manera de Augusto Comte. Desde su punto de vista, el orden al que se ajustan las ciencias es circular. Sin que esto tenga nada de vicioso, se ordenan en una espiral sin fin, en la que las ciencias sociales ocupan una posicin privilegiada, ya que son las ciencias del sujeto que hace las dems ciencias, de las que no pueden ser separadas sin caer en una simplificacin abusiva.

    El anlisis de las caractersticas esenciales de las ciencias socia- les, de su metodologa y de su clasificacin se lleva a cabo en un ele- vado nivel de abstraccin. Dicho anlisis abre nuevas perspectivas en cuanto a la consideracin de las nociones de estructura y estruc- turacin, mediante las cuales, individuos y sociedades traducen las leyes de sus actividades, pero que no pueden ser comprendidas sin conocer previamente su gnesis; perspectivas que invitan a su vez a hacer una confrontacin con los trabajos de los etnlogos modernos y principalmente con Lvi-Strauss. Del mismo modo, cuando el autor aborda el problema de las escuelas dentro de las mismas dis- ciplinas y cuando analiza algunas tendencias que aspiran a una integracin ms completa que aquella de la que dan testimonio las coordinaciones intra o interdisciplinarias espontneas, a menudo para criticarlas, se est refiriendo, al menos de manera implcita, a tentativas tericas bien conocidas, como, por ejemplo, la de T. Parsons, un eco de la cual resuena en otros captulos de esta obra3.

    La primera parte de esta obra, dedicada al examen de las diferen- tes ciencias sociales, se abre con un captulo de Paul Lazarsfeld sobre la sociologid. Situada a la cabeza de las ciencias sociales, qu es, en- tonces, la sociologa? Segn una tradicin firmemente enraizada en la historia y que desde Saint-Simon y Qutelet ha conseguido impo- ner su supremaca, la sociologa sera la reina de las ciencias sociales. Pero no deja de ser curioso que, de un socilogo que ocupa preci- samente la ctedra Qutelet en la Universidad de Columbia, haya salido la afirmacin, llena de humildad cientfica, de que la socio- loga es una ciencia residual, que ha sido creada bien para completar otros estudios del hombre, emprendidos a lo largo de la historia por la filosofa de la historia o por la filosofa poltica, bien con vistas a explicar otros fenmenos que otras ciencias sociales, como la eco- noma, dejaban a un lado a medida que se iban desarrollando. La sociologa, para decirlo con una ocurrencia bien conocida, sera en-

    3 Vase en especial el captulo Sociologa, por P. F. Lazarsfeld.

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    tonces la ciencia de la que se ocupan los socilogos, si bien es verdad que su objeto es cambiante y que su papel consiste en

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    lgicas dentro de proposiciones niacrosociolgicas, que a su vez llevan a esquemas de explicacin lineales, como en el caso de Inkeles; estratgicos, como eii el de Moore, o dialcticos, como en el de Smelser, segn la manera como se presenten las variables comparadas.

    La tercera tendencia del pensamiento sociolgico que se analiza es la bsqueda de teorias. No cabe duda de que, en general, en las ciencias sociales no hay ninguna teora, entendida en el sentido en que se emplea este trmino en las ciencias exactas, es decir, en el de una hiptesis expresada a menudo en lenguaje matemtico y sujeta a verificacin emprica. En este dominio, los procesos de clasifica- cin, la formulacin rigurosa de problemas, los intentos de interpre- tacin, ocupan el lugar de aqulla. Esta ausencia de teora se re- fleja en la nocin de teora de alcance medio de R. K. Merton, que invita a hacer un uso del anlisis que permite ir ms all de la simple recogida de datos y alcanzar la interpretacin sistemtica, pero evi- tando caer en la especulacin abusiva. El marxismo, en cambio, po- dra aparecer como una teora de la sociedad global. Posee, efectiva- mente, sus conceptos bsicos (clases, modos de produccin), su m- todo (el anlisis dialctico), que es de aplicacin general. El autor hace ver cmo la sociologa concreta, dejando a los partidos el monopolio de la formulacin terica, trata de establecer una corre- lacin entre la teora y los datos de observacin. El empirismo pe- netra en la URSS y pases vecinos, donde se realizan estudios sobre la actitud de los trabajadores ante el trabajo, la personalidad, el tiempo libre, las aspiraciones de los jvenes, los pequeos grupos, dominio en el que la investigacin est todava empezando, pero en el que se empieza a conceder atencin al papel mediador de estos grupos entre la sociedad global y el individuo, etc. No es impen- sable que la sociologa concreta pueda ser capaz de hacer una con- tribucin importante a la planificacin, tanto a nivel de concepcin como de ejecucin, lo que le dara una importancia considerable. Sobre esta base est empezando a esbozarse un acercamiento entre los socilogos de los pases del Este y los de los pases del Oeste, concediendo los primeros un mayor inters a la investigacin em- prica y tomando los segundos una mayor conciencia de los marcos tericos de la investigacin y de la conveniente sistematizacin de los datos de la investigacin. En la relacin con este anlisis debe considerarse el inters que dedica el autor a otros dos intentos de abarcar la sociedad como un todo: la teora crtica de Adorno y de la escuela de Francfort y la dialctica sociolgica de Gurvich, cuyo trabajo evoca claramente las qattern variables de Parsons.

    Analizando otra teora, el funcionalismo, definido ya por Durk- heim, recogido por los antroplogos ingleses y por numerosos soci-

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    logos modernos (Parsons, Davies, Bourricaud), pasando por la distin- cin, ya clsica, que hace Merton entre funciones manifiestas y la- tentes, el autor se muestra ms bien severo; encuentra sus formula- ciones tan generales que realmente no parecen dar una explicacin de los descubrimientos empricos. Sin embargo, aade con un cierto humor que no podemos vivir ni con ni sin funcionalismo, y dedica su atencin a algunas tendencias recienres que permitiran atribuir una nueva significacin a la teora. El autor aborda tambin los pro- blemas del conflicto que llevan a los conceptos de disfuncin y ano- mia, tan lejanos del funcionalismo tradicional que giraba en torno al equilibrio y al conservadurismo, para pasar a examinar la nocin de sistemas a los que han dado lugar y una de cuyas consecuencias ms importantes ha sido el haber puesto de relieve la naturaleza de los procesos mismos. Sigue analizando las nociones de mecanis- mos funcionales (Goode) y de reciprocidad (Gouldner), que llevan al funcionalismo, por su extensin y su dinmica, a acercarse ms a la teora general de los sistemas. En cambio, y contrariamente a lo que sucede en antropologa y en lingstica, el estructuralismo ape- nas ha tenido todava influencia sobre la sociologa.

    Jean Piaget, en su Introduccin, ya haba sealado la influencia que podan ejercer las posiciones ideolgicas o filosficas del cient- fico sobre la investigacin. Haba insistido en las limitaciones que podan acarrear la sujecin del cientfico a una filosofa cualquiera, empirista o dialctica. Paul Lazarsfeld hace tambin una serie de consideraciones paralelas en relacin con los efectos que tienen las variaciones del carcter nacional sobre la sociologa: variaciones de contenido, cuando las condiciones sociales impulsan al estudio de problemas de estudio de inters actual (el sistema de castas en la India, las migraciones internas en Italia) o, por el contrario, apar- tan de ciertos temas que se consideran de poco inters (discrimina- cin, minoras en los Pases Bajos, revolucin en los Estados Unidos), variaciones culturales, como, por ejemplo, cuando la aversin cul- tural de los holandeses hacia las grandes teoras abstractas les lleva a preferir las teoras de alcance medio, o cuando los indios vuelven a su antigua filosofa; pero tambin variaciones accidenta- les ocasionadas por el papel de una personalidad excepcional (Zna- nicki en Polonia) o por la creacin de una nueva institucin des- tinada a transformar el ejercicio de la sociologa (la Facultad Latino- americana de Ciencias Sociales en Chile, el Grupo de Investigaciones Sociolgicas en Budapest ). El autor concluye con un examen de las relaciones existentes

    entre la sociologa y las dems ciencias sociales, con especid refe-

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    rencia al empleo que se hace en esas ciencias de los conceptos y mtodos sociolgicos. As, por ejemplo, la tcnica de encuestas se ha extendido a la antropologa (Stoetzel y el estudio del Giri japo- ns), a la economa para estudiar la propensin al ahorro y a la in- versin, a las migraciones obreras, etc., a la psicologa social para determinar las caractersticas de la vida en sociedad, a la ciencia poltica para evaluar la complejidad de las estructuras de opinin. Las teoras de la medida han tenido importancia tambin fuera de la sociologa. Y a la inversa, los modelos econmicos han influido en los comienzos de la sociologa matemtica, y el autor seala tam- bin cmo los recientes progresos de la psicologa social suponen una contribucin eficaz al anlisis sociolgico al introducir conceptos tan fecundos como la estima de uno mismo: la disonancia y la es- pecializacin.

    Como la sociologa, con la que guarda relaciones evidentes, la ciencia poltica, examinada por W. J. M. Mackenzie, es tambin una ciencia residual que ha ido desprendindose gradualmente de la proto-historia, y en la que la aplicacin del mtodo cientfico y la interpretacin de los datos resultan difciles, y las conclusiones de- penden a menudo del medio. Ciencia dividida lo mismo que el mun- do poltico, pero que trata, no obstante, de alcanzar la universalidad de sus conceptos y de sus mtodos. Con algunos matices y reservas, el autor adopta como concepto central de su anlisis el estudio del Estado y de las instituciones polticas emprendido en un territorio determinado y en relacin con un sistema cultural dado. Por lo que se refiere a su investigacin, la ciencia poltica es, en primer lugar, descriptiva, pero utiliza los casos particulares para elevarse a con- cepciones tericas generales que se formulan en el lenguaje de las variates. Tambin es normativa desde el momento en que se ocupa de normas y de dar consejos a gobernantes y gobernados acerca de la conducta poltica que deben seguir. Por ltimo, es, en cierto modo, nomottica, en la medida en que trata de poner de relieve una serie de constantes y en que hace posible cierto grado de pre- visin. Podramos preguntarnos si este concepto del estudio del Estado, considerado como focal, no evocara tal vez un sistema cerra- do que dejara fuera las relaciones internacionales y la administra- cin pblica, y que adems tendra la desventaja de considerar la poltica desde el punto de vista de los gobernantes. Sin tratar de reducir la ciencia poltica a la sociologa, a pesar de las tentaciones que se sienten a hacerlo, no sera posible considerar la poltica como un subsistema de la sociedad global (lo cual llevara al anlisis de las relaciones e interacciones entre distintos subsistemas) y hacer ms claros los conceptos de estratificacin y de poder poltico? W. J. M. Tendencias de la investigacin, 3

  • 34 Samy Friedman

    Mackenzie es, desde luego, consciente de estas posibilidades, ya que, aunque tambin l se queda con el concepto central del Estado y de las instituciones polticas como idea directriz de su exposicin, hace ver que el estudio de la poltica contina ms all de este lmite, a todos los niveles, en todas las sociedades, organizaciones y grupos. Con lo cual reintegra a su puesto el estudio de las relaciones inter- nacionales y de la administracin pblica. Llama la atencin sobre las relaciones existentes entre la ciencia poltica y el estudio de los pequeos grupos, de la microsociologa, de la sociolingstica, de la antropologa y de la macrosociologa, que dan lugar a un constante intercambio entre esta ciencia y las dems ciencias sociales.

    La parte central del captulo est dedicada a una sistematizacin puramente formal de la investigacin en curso, centrada sobre los conceptos de poder, fuerza, influencia y autoridad, es decir, sobre las condiciones necesarias para la existencia de cualquier Estado, de- mocrtico o autoritario, desarrollado o subdesarrollado, as como al estudio de los Estados constitucionales, es decir, al estudio de los sistemas polticos, de las instituciones y de la participacin poltica, haciendo hincapi en el estudio de las prcticas electorales y de los procesos legislativos en relacin con las instituciones econmicas y sociales. As, pues, a pesar de sus dificultades y debilidades, la ciencia poltica est en estrecho contacto con las dems ciencias sociales, y nada de cuanto ocurre en estas ciencias le resulta extrao, lo cual lleva al autor a mirar hacia atrs y a hacer una serie de reflexiones acerca de lo que podra ser la ciencia poltica si la estudiara desde el punto de vista de los procesos de decisin. Estos podran constituir un concepto central mejor que el que constituyen los conceptos de autoridad legtima, de poder, de sistema poltico, ya que permitira establecer nuevas conexiones con las dems ciencias sociales, prin- cipalmente con la economa y la psicologa, sin hablar de la sociolo- ga, lo cual, desde el punto de vista metdico, podra dar lugar a teoras generales.

    Sera interesante comparar este captulo, como sugiere el propio autor, con el volumen colectivo La science politique contemparaine publicado por la Unesco en 1950. Considerado en relacin con este manejable punto de referencia, el progreso realizado en numerosos pases es muy considerable y permite presumir un futuro favorable.

    Habiendo estado durante mucho tiempo asociada a la filosofa, la psicologja, analizada por Jean Piaget, no ha encontrado un objeto de estudio especfico hasta hace relativamente poco. Ni los proble- mas ni los campos de investigacin separan a estas dos disciplinas, ya que tanto psiclogos como filsofos se ocupan legtimamente del comportamiento, del desarrollo y de las estructuras. La nica dife-

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    rencia se debe al distanciamiento del yo: all donde el psiclogo pretende nicamente formular hiptesis que puedan ser verificadas por cualquiera, proporcionando con sus tcnicas bien diferenciadas los instrumentos e control, el filsofo est en la idea de que se conoce a s mismo por medio de un conjunto de intuiciones que se suponen primitivas y que son previas a todo conocimiento psicol- gico. Pero, aunque ya se ha conseguido esta liberacin de la psi- cologa y ya se ha establecido su independencia, podramos pregun- tarnos si el propio psiclogo ha logrado liberarse siempre de sus presupuestos filosficos. El hecho de que haya todava dentro de la disciplina escuelas de pensamiento divergentes, sobre las que Jean Piaget llama la atencin ya en la Introduccin al presente volumen, parece indicar la persistencia de una serie de lazos filosficos, que tal vez estn implcitos tambin en la misma manera de abordar este captulo. Jean Piaget ha discutido esto en otro sitio4 (para l la reflexin filosfica sirve para proponer problemas, pero no basta para resolverlos), y tal vez hubiera sido intil volver de nuevo al tema en un estudio situado por completo en el terreno cientfico.

    Comoquiera que sea, el autor hace un penetrante estudio de las principales tendencias de la psicologa contempornea desde el punto de vista de las diferentcs interpretaciones propuestas. Seala los l- mites de la tendencia organicista, que trata de relacionar los pro- cesos mentales y el comportamiento con los procesos fisiolgicos, cuando es imposible reducir la vida mental a la vida orgnica. La inteligencia no surge completamente hecha, como algo contenido en el organismo, sino que se va formando poco a poco, por reconstruc- ciones graduales sucesivas. Del mismo modo, queda descartada la tentacin de relacionar procesos mentales y procesos fsicos (Fechner). Efectivamente, sus recientes trabajos sobre la percepcin y la inte- ligencia muestran que las formas de equiribrio en cuestin estn ms cerca de un sistema de regulacin que de una balanza de fuerzas. Las relaciones entre lo mental y lo social llevan al autor a destacar la importancia de la psicologa social, de la que tambin se trata en otro captulo ya mencionado , y a rechazar al mismo tiempo cual- quier intento de reducir una a la otra, siendo las relaciones exis- tentes entre ellas relaciones de interdependencia y de parentesco, ms bien que de dependencia. Finalmente, respecto al comportamien- to, aprendizaje y memoria, hace ver que todos estos temas son inse- parables, por estar gobernados por el desarrollo del individuo. El mtodo adoptado por el autor es el del estructuralismo psicolgico,

    4 Vase el Postfacio de la segunda edicin de Sagesse et illusions de la pbilo- sophie. (Sabidura e ilusiones de la filosofa, ed. Pennsula.)

    5 Vase la parte correspondiente del captulo Sociologa.

  • 36 Samy Friehan

    lo que le da la oportunidad de reformular sus clebres ideas acerca de la teora de la inteligencia. Al papel desempeado por la madu- racin nerviosa, por el medio social, por la experiencia en el desarro- llo de la inteligencia, se aade un papel de coordinacin, de equi- libracin, que se expresa mediante las ya familiares estructuras de grupos, redes, anillos, etc. Estas son naturales y van constituyndose espontneamente en el transcurso de las operaciones mismas, refi- rindose a los objetos, al espacio, al tiempo, a la causalidad. El an- lisis de las tendencias modernas de la psicologa, basado en las in- terpretaciones propuestas, adquiere as una gran fuerza. Este destaca las numerosas conexiones existentes entre la psicologa y las dems ciencias sociales, y tambin entre aqulla y algunas de las ciencias naturales, como, por ejemplo, la biologa. Pero no por ello se han pasado por alto los notables progresos conseguidos en nuevos secto- res de la psicologa cientfica, aunque la falta de espacio ha impedido desgraciadamente a Jean Piaget tratar las investigaciones modernas sobre las motivaciones, la neuropsicologa, la psicolingstica, con toda la amplitud con que hubiera podido hacerlo. Tambin est im- plcitamente reconocida la posicin estratgica, por decirlo as, ocu- pada por la psicologa dentro del sistema de las ciencias, con relacin a las ciencias naturales y sociales, ya discutida en el captulo intro- ductorio, y, se podra aadir, tambin con relacin al desarrollo de las artes; lo cual supondra tender un nuevo puente entre la pri- mera y la segunda parte del Estudio sobre las principales tendencias de la investigacin en las ciencias sociales y humanas. El captulo dedicado a la economa reclama la indulgencia y sim-

    pata del lector, dadas las circunstancias tan adversas que conflu- yeron en la elaboracin del mismo. Encargado en un principio el profesor O. Lange, de la Universidad de Varsovia, ste mora poco despus, aunque no sin haber trazado las lneas generales del mismo con ayuda de tres de sus discpulos, MM. Brus, Kowalik y Sach. La obra fue continuada por stos, los cuales prepararon un proyecto de captulo que, siguiendo el procedimiento empleado a lo largo de toda la ejecucin del Estudio, fue sometido a amplias consultas. Por razones contigentes e independientes de su voluntad, MM. Brus, Kowalik y Sach no fueron capaces de sacar partido de dichas con- sultas y de llevar a feliz trmino su empresa. Esta fue, pues, reanu- dada una vez ms y la Secretara de la Unesco se esforz en preparar la versin final, sobre la base del captulo preparado por ellos y uti- lizando todos los elementos de informacin a su disposicin. Se ha tenido, por supuesto, la preocupacin constante de respetar las ideas directrices que inspiraron la concepcin del trabajo, pero tampoco se ignoran los peligros inherentes a una operacin de remate de este

  • Advertencia 37

    tipo. Por lo cual el lector deber atribuir el mrito de cualquier inters que pueda encontrar en este trabajo a quienes lo inspiraron, dejando a la Secretara la responsabilidad de las imperfecciones y errores que hayan podido cometerse, a pesar de todos sus esfuerzos.

    El captulo comienza con una breve recapitulacin de las prin- cipales tendencias -histrica, marxista, marginalista- que han marcado la economa moderna. Las perspectivas de acercamiento entre las distintas escuelas son objeto de hiptesis que han tratado de ser formuladas con precisin, pero no ha sido posible pasar por alto la actual situacin conflictiva, resultado de preferencias ideol- gicas de las que todava no es posible escapar. En este sentido, se ha llamado la atencin sobre el uso cada vez mayor, tanto en el Este como en el Oeste, de mtodos que ya han dado muestras de su validez, tales como el anlisis input-output, los estudios econo- mtricos de mercado, la investigacin operacional, etc. En este mismo orden de ideas, se ha insistido en el empleo generalizado de concep- tos precisos que prestan un gran servicio a la ciencia econmica como tiles herramientas de investigacin: renta nacional, inversin, ahorro, progresos tcnicos, etc.

    Se han dedicado especiales esfuerzos a describir el desarrollo del pensamiento econmico, por lo que se refiere a las manifestacio- nes concretas de la actividad econmica, su aspecto praxeolgico, y a hacer ver la economa moderna como una ciencia social que tam- bin utiliza el lenguaje de las variates, y hace una serie de elec- ciones en un contexto social histrico cambiante en busca de aquellos compromisos necesarios que constituyen las condiciones de dispo- sicin, empleo y aumento de los recursos disponibles. La estructura del captulo se apoya en el examen de las nociones de crecimiento, riqueza y distribucin, cuyas combinaciones e interacciones llevan al concepto de planificacin. En otras palabras, ms bien que analizar las divisiones tradicionales de la economa, moneda, dinero en circu- lacin, etc., lo que se ha querido hacer es mostrar cmo, dentro de un marco analtico cuyo uso se est generalizando cada vez ms, han ido evolucionando, en constante relacin unas con otras, las teoras del funcionamiento de la economa, del crecimiento y del desarrollo socio-econmico. D e este modo se han intentado identificar los prin- cipales problemas que se le presentan hoy a la economa. Y, en primer lugar, el problema que se desprende del anlisis de la natu- raleza y las causas de la riqueza de las naciones es el de los fac- tores y condiciones del desarrollo econmico, cuya importancia es primordial tanto para los pases desarrollados como para los otros, que tambin tienen que afrontar las cuestiones de la tasa de cre- cimiento y de aumento de recursos. El problema se afronta desde

  • 38 Samy Friedman

    una perspectiva dinmica dentro del contexto de la sociedad global. Los problemas de distribucin, en principio limitados a un anlisis de los determinantes de la remuneracin por unidad de factores de produccin, est siendo ampliado ahora hasta incluir los sistemas polticos e institucionales. Finalmente, la aceptacin gradual de la planificacin es la consecuencia directa de los cambios ocurridos en los sistemas polticos y sociales despus de lo que Myrdal ha llamado el interludio del laissez faire.

    Como consecuencia de las vicisitudes por las que ha pasado, no tendra nada de extrao que el captulo sobre la economa fuera parcial en el sentido de incompleto, si no lo es ya en su inspiracin inicial, y esto se debe sobre todo a que ha sido deliberadamente orientado hacia problemas que se consideran esenciales para el futuro. Su mayor novedad estriba quiz en la insistencia puesta en situar la economa dentro del sistema de las ciencias sociales y en destacar sus relaciones estrechas e indispensables no slo ron la ciberntica, la teora de las decisiones y los mtodos matemticos, sino tambin Con el conjunto de la sociologa, la ciencia poltica, la psicologa, la demografa y hasta la antropologa social y cultural.

    El ltimo captulo est consagrado a las dimensiones interdisci- plinarias de la investigacin. Los captulos anteriores se haban ocu- pado de algunas de las principales disciplinas de las ciencias sociales, poniendo de manifiesto los numerosos lazos que se extienden entre unas y otras de aquellas ramas, as como, en cierta medida, entre stas y las ciencias exactas y naturales. Se trata ahora de abordar el anlisis de estas interconexiones en s mismas y de explorar dos campos privilegiados donde las tendencias interdisciplinarias han demostrado tener aplicaciones particularmente prometedoras. Este anlisis pone de manifiesto esa caracterstica de las ciencias sociales modernas que las empuja a unir sus esfuerzos para afrontar el examen de problemas abordados simultneamente desde diferentes ngulos y con ayuda de mtodos convergentes.

    Tales son los problemas generales de la inuestigacin interdisci- plinaria y de los mecanismos comunes que Jean Piaget aborda en un captulo de gran inters epistemolgico. El autor parte de la constatacin de que -dadas la jerarqua de disciplinas y la filiacin de fenmenos que entraan constantemente problemas de reduccin- la investigacin interdisciplinaria en el terreno de las ciencias natu- rales viene impuesta, digmoslo as, por la naturaleza de las cosas: situacin completamente distinta a la de las ciencias sociales, donde, en primer lugar, no parece posible establecer un orden jerrquico entre las diversas disciplinas, y en segundo lugar, el encasilamiento c

  • Advertencia 39

    rentes sigue haciendo muy penosa la tarea de establecer unos contac- tos altamente deseables. Situndose a un alto nivel de abstraccin, Jean Piaget sugiere que en las ciencias humanas, igual que en la biologa, existen nociones fundamentales y convergentes: estructuras o formas de organizacin, funciones, fuentes de valores cualitati- vos o energticos y significaciones, cuyo anlisis ocupa una posicin central en este captulo. El progreso del enfoque interdisciplinario estar entonces en funcin del empleo de estas nociones por parte de las diversas ciencias, pues es precisamente en torno a estas rea- lidades comunes donde se agrupan o reagrupan los problemas inter- disciplinarios.

    Se ha expresado cierto escepticismo -y con razn- acerca de que aquellos especialistas de las ciencias sociales cuyo inters se centra no tanto en cuestiones de meta-metodologa como en los problemas que plantea la investigacin emprica concreta compartan ntegramente el punto de vista que acabamos de sealar. No slo podrn dudar de la significacin que se les debe atribuir a esas nociones en la medida en que estn divorciadas de un contexto expe- rimental, sino tambin argirn seguramente que su labor intelectual discurre en direccin inversa a la que acabamos de describir: para estos especialistas, el enfoque interdisciplinario parte de un nivel de abstraccin mucho ms bajo. O expresando lo mismo de un modo ms preciso: dichos especialistas ven en la abstraccin la consecuen- cia y el resultado de la investigacin emprica concreta.

    Por otra parte, se podra argir que un mismo fenmeno concreto -la familia, por ejemplo- puede interesar simultneamente a varias disciplinas (sociologa, psicologa, economa, demografa, etc.) cuyos resultados y hallazgos se yuxtaponen y adicionan en primer lugar, antes de prestarse a una abstraccin y a una conceptualizacin que hagan posible y necesaria una integracin ulterior. Quiz convenga, sin embargo, distinguir a este respecto entre el punto de vista emulti- disciplinario -al cual pertenecen los enfoques concretos- y la investigacin propiamente interdisciplinaria que exige el nivel de abstraccin al cual se remonta Piaget, pues aqu no se trata ya de simple colaboracin, sino de la bsqueda de mecanismos comunes.

    H e aqu el escenario para un debate apasionante que -as al menos lo esperamos- proseguir despus de la publicacin de esta obra y cuyos resultados y desarrollo acaso tengan consecuencias incalculables para la investigacin interdisciplinaria. Consecuencias que, tal vez, vengan a establecer, en oposicin al progreso vertical por reduccin, que en lneas generales parece ser el propio de las ciencias exactas y naturales, una nocin circular del progreso inter- disciplinario en las ciencias sociales.

  • PRESENTACION

    Las tres partes que constituyen la primera de este libro * forman un todo, pese a que son reproduccin de tres captulos separados y correspondientes a las rbricas Introduccin, Captulo III y Captulo VII del vasto estudio publicado por la Unesco: Tendan- ces principales de la recherche dans les sciences sociales et humaines. Premiere partie: Sciences sociales (Mouton/Unesco, 1970).

    Las tres forman un todo porque se trata en cada una de ellas de una reflexin esencialmente epistemolgica dirigida, de una parte, a caracterizar esa especie particular del conocimiento que es comn a las diferentes ciencias del hombre y, de otra, a comprender stas en funcin de una tendencia que nosotros creemos que es general -o est llamada a serlo algzn da- y que denominariamos eestruc- turalismo gentico (considerando, por lo dems, que este modo de interpretacin se est aplicando a partir de los anlisis biolgicos, tan importantes, de hecho o en potencia, para todas las ciencias del

    I hombre). Tanto si se trata de la situacin de estas ciencias del hom- bre en el sistema de las ciencias (Introduccin), como de los meca- nismos comunes que se reflejan en las investigaciones interdiscipli- narias (Captulo 2) o incluso de la psicologa en s misma (Cap- tulo l), se volvern a encontrar estas mismas preocupaciones, no siendo la psicologb sino un ejemplo entre otros muchos posibles de

    *- Vase la Nota del editor, pgs. 9-10. 40

  • Presentacin 41

    lo que es el modo de conocimiento comn a todas las ciencias; de l se tratar en las Secciones I y II.

    Ahora bien, para hacernos entender interesa precisar desde ahora una pequea cuestin de terminologa, que con razn puede parecer secundaria, pero que podra ser fuente de equivocos si no se hiciera mencin de ella. Por razones cuya pertinencia no es necesario en- carecer, la Unesco ha dado como subttulo del grueso volumen del que forman parte nuestros estudios Primera Parte: ciencias sociales, aun cuando la psicologa comporta, naturalmente, otras dimensiones que no son colectivas. Por otro lado, la Segunda Parte del estudio llevar como ttulo Ciencias humanas y tratar de las disciplinas jurdicas, histricas, filosficas, etc. Adems, ni que decir tiene que el trmino ciencias no podra presentar la misma significacin en estas dos obras. La obra que nos ocupa, y que se refiere a la sociolo- gia, la ciencia econmica, la lingstica, etc., as como a la psicologa, slo versa en realidad sobre las ciencias que pueden llamarse no- motticas, porque buscan y descubren leyes en un sentido an- logo (salvando todas las distancias) al de las ciencias de la natura- leza, mientras que el caso es muy distinto cuando se trata de las ramas que la Unesco agrupa bajo el nombre de ciencias humanas (y que casi todas son tambin sociales). Si formulamos estas observa- ciones no lo hacemos, ni mucho menos, para dar a entender ciertas reservas o defender una posicin personal: la razn es que al haber redactado nuestros captulos mucho antes de que la Unesco hubiese escogido una terminologa definitiva, no estableceremos en las p- ginas que siguen distincin alguna entre las caractersticas socialex y humanas de lo que denominaremos en general ciencias del hom- bre, sino que reservaremos de un modo constante y exclusivo este trmino de ciencias para las disciplinas nomotticas (dicho con otras palabras, a las que la Unesco, sin duda huyendo de esta designacin un poco pesada, ha terminado por designar con el nombre de SO- cidles).

    Una vez dicho esto, las pginas siguientes estarn continuamente inspiradas por un cierto estructuralismo, desarrollado sobre todo des- pus de escribir aqullas (vase nuestro pequeo Que sais-je, Le structuralisme, 4." ed., 1970, P. U. F.), y que nos parece comztn a las ciencias del hombre y a aquellas que a menudo se ha calificado de exactas y naturales. En los terrenos lgico-matemtico y fsico- qumico se trata esencialmente de estructuras operatorias, pero siem- pre solidarias de un constrwtivismo fuera del cual aqullas pierden su significacin explicativa. Desde el plano de la biologa y en todas las ciencias del hombre, las estructuras comportan adems un carc- ter de autorregulacin en el sentido ciberntico del trmino, y hemos

  • 42 Jean Piaget

    adquirido el hbito de designar este estudio de las estructuras auto- reguladoras con el trmino estructuralismo gentico. En su obra Marxisme et sciences humaines (Gallimard, 1971), el fallecido L. Goldmann declara: Hemos.. . definido el mtodo positivo en las ciencias humanas, y ms concretamente el mtodo marxista, con ayuda de un trmino ... (que hemos tomado de Jean Piaget), el de estructu- ralismo gentico (pg. 246). Nos gustaria nicamente hacer obser- var, al adoptar este enfoque, que si existe efectivamente un paren- tesco entre los mtodos constructivistas, dialcticos y estructuralistas, en tanto que no se disocien las estructuras de su funcionamiento y de su gnesis, es que el carcter positivo que se puede encontrar en ciertas formas de dialctica recurre de un modo explcito o implhito a procesos de autorregulacin en la medida en que son constitutivos de cualquier desarrollo formador, y que estas regulaciones se hallan a su vez emparentadas con el autorreglaje que caracteriza a toda la actividad operatoria del sujeto humano, tanto en sus construcciones lgico-matemticas como en sus modelos explicativos o causales.

    Cuando hablamos de estructuras, en el sentido ms general del trmino (matemtico, etc.), nuestra definicin seguir, sin embar- go, ostentando un carcter limitativo, en el sentido de que no reco- brar ninguna forma esttica. En efecto, atribuiremos a esta no- cin los tres caracteres siguientes: una estructura comporta, en primer lugar, leyes de totalidades distintas de las de sus elementos y que permiten incluso hacer abstraccin completa de tales elementos; en segundo lugar, estas propiedades de conjunto son leyes de transfor- macin, en contraposicin a las leyes formales; en tercer lugar, toda estructura comporta un autorreglaje en el doble sentido de que sus composiciones no conducen ms all de sus fronteras y de que no recurre a nada que sea exterior a las mismas (lo que no le impide poder subdividirse en subestructuras herederas de sus propiedades, aun cuando cada una presente sus propios caracteres limitativos). En su estado de acabado final (en contraposicin con sus eventuales es- tados de formacin o de construccin) una estructura constituye, pues, an sistema cerrado (aun cuando, a su vez, pueda integrarse a ttulo de subestructura en nuevas estructuras ms amplias), y es ese carc- ter cerrado el que le garantiza su autonoma y sus poderes intrnse- cos. Cuando Lazarsfeld (pgina 138 de la obra citada de la Unesco) dice: A veces se tiene la impresin de que en el espiritu de Piaget todo lo que constituye un llamamiento a los modelos matemticos pertenece por definicin al movimiento estructuralista, se equivoca acerca de nuestro pensamiento l: en el terreno matemtico nos cree-

    1 Este autor hace observar adems el hecho de que nuestro nico ejemplo de estructuralismo sociolgico est tomado de Parsons. Pero nosotros no creemos

  • Presentacin 43

    mos fieles al espritu de Bourbaki, cuyo estructuralismo es altamente especifico ', y a ulteriores investiggciones sobre las categoras en el sentido de McLane, Eilenberg, etc.

    Una ltima observacin. En la seccin I de este libro el lector encontrar una defensa de la idea de que no existe en absoluto jerar- qua en las ciencias del hombre, a dilerencia de las ciencias de la naturaleza, donde se disciernen disciplinas parciales (subordinacin de la qumica a la fsica, o de la biologia a la fsico-qumica, etc.). En su bello captulo sobre la lingiistica (captulo VI de la obra de la Unesco) R. Jakobson sostiene una opinin contraria y ve natural- mente en su propia disciplina la ciencia clave que asegura el paso de la iilformacin biolgica (cdigo del ADN) a las ciencias humanas, todas las cuales vendran dominadas de un modo o de otro por la lingstica. Pero este argumento no es convincente, y ello por dos razones. La primera es que, como ha demostrado Chomsky, el len- guaje est subordinado a la inteligencia o a su lgica, y no a la in- versa, como lo crea el positivismo contemporneo. Por importante que sea para nosotros la psicolingiiistica, sobre todo en sus dimen- siones psicogenticas, hay que excluir la subordinacin de la psico- logia de las funciones cognoscitivas a la lingstica. En segundo lugar, el cdigo gentico del ADN es un sistema de significados, no de sig- nificantes (sduo, naturalmente, para el bilogo, en tanto en cuanto sujeto de conocimiento), y la informacin que transmite se refiere a un tal sistema. Decir que la teora de la informacin constituye en este caso un instrumento interdisciplinario fundamental (lo que, por otra parte, no conduce a un imperialismo necesario) no equivale en forma alguna a atribuir estos poderes a la lingiistica en s misma, puesto que informncin y lenguaje estn muy lejos de ser sinnimos. Nos mantenemos, pues, ms fieles que nunca a nuestro modelo de una clasificacin circular, y no lineal, de las ciencias.

    Jean Piaget Febrero de 1971.

    que exista ninguna frontera entre la antropologa cultural y la sociologa: nues- tra referencia sociolgica esencial es, pues, naturalmente, la obra de Lvi-Strauss.

    2 Lichnerowicz caracteriza las estructuras matemticas por medio de sus pro- piedades de puestas en correspondencia (morfismos), de producto cartesiano y de conjunto de partes. Algunas de las estructuras de que nos servimos en al psicologa de la inteligencia no comportan estos conjuntos de partes, sino composiciones de carc