PALIQUE XVII Riqueza y pobreza Como la anuncie, continuo hoy tratando la cuestin de La virtud de dinero que deje planteada en mis anteriores paliques. Quedamos en que, considerando el dinero como una sntesis donde cabe todo lo que posee algn valor en la tierra, yo me espantaba de que no hubiera nadie que predicase que hay algn merito en ser pobre. Estoy sentado, no tengo mas remedio, para ser consecuente conmigo mismo, que espantarme tambin ante este absurdo y abominable Sistema Social que nos rige. Se funda nuestra actual sociedad en la explotacin de todos por unos pocos, sin beneficio real para nadie. Millones y millones de hombres en todos los puntos del planeta trabajan y sudan y se privan de todo, hasta de los mas elemental, para engordar a una docena de privilegiados en cada pas, que ni siquiera se dan cuenta del privilegio que disfrutan. Y yo me distingo de la mayor parte de los que tratan con un sentido humano y liberal esta cuestin, en que, lejos de renegar y maldecir de los que gozan del absurdo privilegio de que todo es la sombra mientras a los dems todos les falta, lejos, repito, de echar pestes contra estos privilegiados, les alabo y les aplaudo por ello, y hasta confieso sin rubor que si me viera en el duro trance de tener que apechugar con un cargamento de millones, no los soltaba despus aunque llovieran sobre mi todos los sermones y diatribas de la Tierra. S, yo creo que hacen muy bien los ricos en arramblar con todo lo que puedan al amparo de una sociedad que lo consciente y hasta lo premia. No es malo, !qu ha de ser!, tener muchos millones. Ya he dicho que lo nico malo, lo nico criminal, es ser pobre. El dilema es este: o se es pobre, o se es rico; o se es explotado o se es explotador; o se se es cordero o se es lobo. La eleccin no es dudosa, al menos para m. Spase bien, que entre dos papeles, el de cordero indefenso y resignado y el de lobo, elijo sin vacilar este ltimo: me declaro lobo, y lobos sern,-si ha de depender de m- !mis hijos y mis nietos! Pero el hecho de que yo no diga nada contra los ricos ni contra los lobos, no significa, como pensar alguien, que yo est conforme con el actual sistema social, que consagra todas sus actividades a la defensa del rico contra el pobre. No es por sentimentalismo, por pura compasin del pobre, que debemos tratar de renovar lo existente y poner en su lugar otra cosa. Es por egosmo, es por la conveniencia de todos, es por amor a la salud y a la esttica del mundo, que debemos suprimir a los pobres, ya que de estos procede toda la suciedad, toda la peste, toda la maldad esparcida sobre el globo. Nos pasamos la vida fabricando escuelas para extinguir la ignorancia; dictando leyes y ms leyes sanitarias para extinguir las enfermedades; estableciendo y sosteniendo crceles y tribunales y pagando un costossimo ejrcito de funcionarios-jueces, fiscales, policas, alcaldes, verdugos- para extinguir los crmenes... Y sin embargo, cada da los males combatidos aparecen ms numerosos, ms fieros; y la brutalidad, y la enfermedad, y el crimen se reparten, invencibles, el imperio del mundo. Y es que, con respecto a los males sociales enumerados, procedemos de la misma manera que ciertos mdicos malos con respecto a las dolencias orgnicas. Se le queja uno a ciertos mdicos de que se le ha empezado a cubrir el cuerpo de tumores, y el mdico sale recetando en seguida emplastos y lavatorios para cada tumor, como si la enfermedad radicase en la piel y no en la sangre. Y la sociedad hace igual. Escuelas por aqu, sanidad por all, crceles y tribunales y esbirros y verdugos por todas partes para combatir la ignorancia, las enfermedades, los crmenes, sin tener en cuenta que todas esas cosas no son ms que sntomas, tumores, manifestaciones de un virus infeccioso que radica, no en la superficie, sino en la esencia, en la sangre, en la mdula misma del organismo social. ?Qu virus es ese? Lo ver y lo sabr el que tenga suerte de or con atencin mi prximo palique. Canales, Nemesio