PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

112
PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA Historia y desarrollo urbano Sergio Martínez Martínez Beatriz Arizaga Bolumburu

Transcript of PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Page 1: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

PAMPLONA ENLA EDAD MEDIA

Historia y

desarrollo urbano

Sergio Martínez Martínez

Beatriz Arizaga Bolumburu

Page 2: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es
Page 3: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Pamplona enla Edad Media

Historia y desarrollo urbano

Sergio Martínez MartínezBeatriz Arizaga Bolumburu

Page 4: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Autores: Sergio Martínez Martínez y Beatriz Arizaga BolumburuDiseño, maquetación y fotografía: Sergio Martínez MartínezEdita: B.A.B.Imprime: Tratamiento Gráfico del Documento, S.L. (Santander)ISBN: 978-84-617-8471-4

Page 5: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Índice

Introducción .................................................................................................................... 9

1. Pamplona y su entorno de la Prehistoria a la etapa musulmana ........................ 11

1.1 La Edad Antigua: la conquista romana del valle del Ebro .............................. 11

1.2 La Pompelo romana................................................................................................ 13

1.3 El Bajo Imperio y la etapa visigoda...................................................................... 20

1.4 La etapa musulmana ............................................................................................ 22

2. Pamplona en la Edad Media: evolución histórica y ordenamiento jurídico .... 27

2.1 Pamplona antes del siglo XI ................................................................................ 27

2.2 La Navarrería: pervivencia de la antigua ciudad .............................................. 27

2.3 El camino de Santiago: Burgo de San Cernin .................................................... 31

2.4 Año 1229: Concesión del fuero de Jaca al burgo de San Cernin ...................... 35

2.5 El burgo nuevo o Población de San Nicolás ...................................................... 38

2.6 Los conflictos: la Guerra de los barrios y la destrucción de la Navarrería .... 42

2.7 Pamplona entre el obispo y el rey ........................................................................ 47

2.8 Reconstrucción de la Navarrería y definitiva unión de los burgos ................ 51

5

Page 6: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

3. El urbanismo medieval de Pamplona ...................................................................... 57

3.1 El recinto urbano .................................................................................................... 57

3.1.1 La ciudad de la Navarrería...................................................................................... 59

3.1.2 El Burgo de San Cernin .......................................................................................... 65

3.1.3 La Población de San Nicolas .................................................................................. 69

3.2 El sistema defensivo................................................................................................ 71

3.2.1 El recinto de la Navarrería...................................................................................... 71

3.2.2 El recinto del Burgo ................................................................................................ 74

3.2.3 El recinto de San Nicolas ........................................................................................ 77

3.3 Los espacios religiosos............................................................................................ 78

3.3.1 La Catedral .............................................................................................................. 79

3.3.2 Iglesia de San Saturnino ........................................................................................ 81

3.3.3 Iglesia de San Lorenzo ............................................................................................ 82

3.3.4 Iglesia de San Nicolás ............................................................................................ 82

3.3.5 Los hospitales .......................................................................................................... 83

3.4 Los espacios privados ............................................................................................ 85

3.4.1 Manzanas y solares ................................................................................................ 86

3.4.2 La casa urbana o casa de villa ................................................................................ 88

3.5 El abastecimieno de agua ...................................................................................... 90

3.6 La tierra de nadie y las modificaciones posteriores a la Unión ...................... 93

3.7 Últimas aportaciones de la arqueología en Pamplona ...................................... 95

3.7.1 Barrio de Curriburbu .............................................................................................. 96

3.7.2 El convento de Santiago.......................................................................................... 96

3.7.3 Muralla en la Plaza del Castillo ............................................................................ 96

3.7.4 Torre medieval en Aldapa........................................................................................ 97

3.7.5 Cuatro necrópolis medievales .................................................................................. 97

3.7.6 Muralla medieval de la Población de San Nicolás.................................................. 98

3.7.7 Muralla y torre en Chapitela .................................................................................. 98

3.7.8 Portalapea ................................................................................................................ 99

6

Page 7: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

4. La Sociedad de la Pamplona medieval .................................................................. 101

4.1 El nacimiento de los municipios ........................................................................ 101

4.2 Los grupos sociales .............................................................................................. 103

4.3 Los cargos municipales ........................................................................................ 104

5. Bibliografía .................................................................................................................. 107

Page 8: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es
Page 9: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

9

Introducción

El desarrollo de la ciudad de Pamplona constituye uno de los casos más excepcionalesdentro del urbanismo medieval de la Península. Junto a la antigua ciudad fundada enépoca romana y profundamente alterada en épocas visigoda y musulmana, a partir del

siglo XII aparecieron dos burgos de francos, diferentes de la primitiva ciudad episcopal tantoen su estructura urbana como en el origen de sus habitantes. Por ello, la historia de Pamplonaen la Edad Media no es la historia de una sola ciudad, sino de tres: la antigua ciudad de rai-gambre romana (que tomaría el nombre de “Navarrería” por el origen mayoritario de sushabitantes); el Burgo de San Cernin (poblado fundamentalmente por vecinos de origen fran-cés); y la Población de San Nicolás (fundado poco más tarde que San Cernin y con poblaciónde origen mixto). Pero si diferentes eran en su población, también lo eran en la dedicación desus habitantes: mientras los burgos de francos eran fundamentalmente artesanos y comer-ciantes (en gran parte en respuesta a la importancia del Camino de Santiago), la Navarreríacontaba con un amplio contingente de población agrícola y vinculado a la catedral, siendomenos numerosos los comerciantes y artesanos.

En el capítulo 1 del presente estudio se analiza la historia de Pamplona desde sus origenromano, con especial atención a los interesantes y reveladores hallazgos arqueológicos de losúltimos años, que han aportado luz sobre muchos aspectos que permanecían en las sombras,tanto de aquella época como en las etapas visigoda y musulmana.

En el capítulo 2 se analiza el nacimiento de los burgos de Pamplona y sus diferentes orde-namientos jurídicos, que fueron de gran relevancia para conocer su diferente evolución a lolargo de la historia.

En el capítulo siguiente se estudia la estructura urbana de Pamplona en su conjunto y decada uno de los barrios en particular, con atención a aspectos como la trama urbana, las defen-sas, las edificaciones públicas, las viviendas privadas o el abastecimiento y la evacuación delas aguas.

Por último, en el capítulo 4 se analiza la sociedad pamplonesa en la Edad Media: el naci-miento de los diferentes municipios, los grupos sociales que conformaban cada uno de losburgos, y la estructura de los cargos municipales que los gobernaban.

En definitiva, este estudio, que forma parte de una amplia investigación acerca del urba-nismo medieval del norte peninsular, presenta una completa imagen de Pamplona en la EdadMedia, que nos permite acercarnos a una historia tan compleja como rica.

Page 10: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es
Page 11: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

11

A diferencia de otras ciudades del NortePeninsular –que en gran medida fueron cre-adas ex novo durante la Edad Media–Pamplona es una ciudad con una gran his-toria anterior al Medievo. Conocerla resultadel todo fundamental para comprender suestructura urbana y su desarrollo en épocamedieval.

1.1 La Edad Antigua: la conquista roma nadel Valle del EbroLas estructuras sociales y culturales delespacio navarro, como de toda la Península,sufrieron un cambio fundamental con laentrada en escena de los conquistadoresromanos. Sin ánimo de relatar con minucio-sidad el proceso de conquista, sí deben rese-ñarse algunos puntos de interés.Los ejércitos romanos comandados por

Escipión penetraron en la Península porAmpurias en el año 218 a.C. como forma decortar a los cartagineses de Aníbal la vía decomunicación que, a través de la costalevantina, les aprovisionaba en su guerracontra Roma. Una vez vencidos los cartagi-neses, los romanos permanecieron en elsolar ibérico y comenzaron un proceso deexpansión aprovechando las facilidadesnaturales para su penetración; el valle delEbro fue una de estas vías de expansión deRoma en la Península.Al tiempo que los romanos avanzaban

en sus conquistas se hacía necesario dotar alos terrenos sometidos de una administra-ción que permitiera su correcta explotacióneconómica. En el año 197 a.C. los territoriospeninsulares fueron divididos en HispaniaCiterior (la más cercana a la costa y a Italia)e Hispania Ulterior (en torno al valle del

Guadalquivir). El valle del Ebro quedó en -globado dentro de la Hispania Citerior.A partir del año 196 a.C. se vivió un

largo periodo de desordenes y revueltas enel valle del Ebro que obligó a los romanos aemplear todo su potencial para dominar alos pueblos indígenas. Este periodo de ines-tabilidad concluyó con la conquista de laciudad de Numancia a manos de CneoCornelio Escipión Emiliano en el 133 a.C.Tras la caída de Numancia comenzaron a

acudir a Hispania importantes contingentesde población de origen itálico, lo que provocóciertos conflictos sociales. Sin embargo, estastensiones se resolvieron finalmente hacia unaconvergencia de ambos grupos, especialmen-te cuando algunos importantes personajesromanos como Sertorio o Pompeyo se apoya-ron en la población hispana.Por lo que respecta concretamente a

Navarra, su territorio estaba ocupado porlos pueblos vascones, cuya primera cita enlas fuentes clásicas es relativamente tardía(año 76 a.C. de la mano de Tito Livio). Suslímites son imprecisos, pero llegaban desdeOiasso en la costa hasta el Ebro, e inclusomás al Sur. Por el Este el límite llegaba hastaJaca, Segia y Terracha, todos ellos fuera delactual territorio navarro. Por el Oeste loslímites son aún más imprecisos.Es en este primer tercio del siglo I a.C.

cuando tiene su nacimiento la ciudad dePamplona como núcleo urbano. Su funda-dor, según las fuentes relatan, fue el men-cionado Cneo Pompeyo el Magno.Pompeyo era miembro de una acaudala-

da familia aristocrática romana de origenrural. Su padre, Cneo Pompeyo Estrabón,fue el primero de su familia en ser miembro

1. Pamplona y su entorno de la edadantigua a la etapa musulmana

Page 12: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

del Senado. Pompeyo Magno tuvo desdepronto vocación militar y tuvo ocasión dedemostrar sus dotes en los muchos conflic-tos que tuvo que librar tanto en Italia comoen otros territorios dominados por Roma.Tras la marcha del general Lucio Cor -

nelio Sila a Oriente se produjo en Roma laascensión del régimen popular, contrario alas ideas conservadoras de Pompeyo y sufamilia. Junto con Craso y Metelo, Pompeyose sublevó contra los populares al mandode tres legiones. En la primavera del año 83a.C. Sila regresó a Italia y, tras varias victo-rias, retomó el poder en Roma, ganándosePompeyo el aprecio del dictador Sila.Tras la retirada de Sila de la vida política

en el año 79 a.C. volvieron los desórdenesen Italia e Hispania. Concretamente, enHispa nia se sublevó un general del bandopopular, Quinto Sertorio, quien no recono-cía la autoridad de Roma y resistía losintentos llevados a cabo por Metelo parasometerle.Los cónsules en aquel momento no qui-

sieron acudir a Hispania a someter aSertorio, pero Pompeyo se ofreció paracumplir la misión y llevó a la Península enel año 77 a.C. un ejército de 50.000 infantesy mil jinetes tras cruzar los Alpes y losPirineos.Sin embargo, las cosas comenzaron mal

para Pompeyo, que fue derrotado porSertorio junto al río Júcar, debiendo acudirMetelo a socorrerle para evitar la catástrofeen su ejército. Escaso de víveres, Pompeyodecidió concertar una alianza con el pueblode los vascones y retirarse a su territorioavanzado el año 75 a.C para descansar ypasar el invierno. Es en los primeros mesesdel año 74 a.C. cuando Pompeyo decidefundar la ciudad de Pompelo sobre un pobla-do vascón anterior que el romano decideamurallar y fortalecer. El geógrafo griegoEstrabón lo indica en su obra Geographia,libro III, cap. IV.10: «Después, por encima dela Jacetania, en dirección al Norte, está la

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

12

0 100 200 km.

HISPANIAULTERIOR

HISPANIACITERIOR

197 a.C.

0 100 200 km.

HISPANIAULTERIOR

HISPANIACITERIOR

154 a.C.

0 100 200 km.

HISPANIAULTERIOR

HISPANIACITERIOR

133 a.C.B. Arizaga y S. Martínez

AVANCE ROMANO ENTRE 197-133 A.C.

Page 13: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

nación de los vascones, que tiene por ciudadprincipal a Pompélon, como quien dice ‘laciudad de Pompéios’». De esta primeramención del topónimo “Pompelo” se hadeducido que el romano Pompeyo fuera sufundador, aunque en realidad no exista refe-rencia explícita a este hecho.Sin embargo, la vinculación del general

Pompeyo con la ciudad de Pompelonqueda atestiguada por una serie de eviden-cias, entre ellas la del escritor romanoSalustio, que es el que describe la mencio-nada invernada de Pompeyo en el territoriode los vascones. Además, en el valle deAranguren se han localizado dos proyecti-les de honda grabados con el nombre deSertorio, lo que indicaría -indirectamente-la intervención pompeyana en territoriopamplonés. Además las excavaciones lleva-das a cabo por María Ángeles Mezquiriz enla catedral de Pamplona proporcionaroncerámicas campanienses, lo que muestraque los indígenas que poblaban el espaciode Pamplona ya tenían contacto con loromanos de forma previa a la fundación dePompeyo1.Lo que pudiera constituir aquel primer

poblado de Pamplona es difícil de determi-nar. Armendáriz Martija2 sugiere que pro-bablemente los vascones no contasen conun núcleo urbano único, sino que pudierontener una serie de castro en el entorno dePamplona, uno de los cuales pudo ser elque potenciara Pompeyo. De hecho, comoseñala Ramírez Sádaba3, el nombre dePompelo se explica como un forma híbridaque añade al nombre del general romano elsustantivo indígena ilo/elo, que en vasco (otal vez, en ibérico) significaría precisamente“ciudad”.Indagar en estos primeros años de anda-

dura de Pamplona como ciudad romana enel siglo I a.C. es una tarea sumamente com-pleja, antes la escasez de referencias escritasy las pocas excavaciones arqueológicas rea-lizadas.

1.2 La Pompelo romana.La idea tradicional acerca de la Pamplo naromana era que se trataba de una ciudad deun tamaño e importancia no especialmentegrandes.Desde el punto de vista de la arqueolo-

gía, entre los años 1856 y 1944 se realizaronuna serie de prospecciones en el subsuelopamplonés que sacaron a la luz una serie deinteresantes hallazgos. Las excavaciones sellevaron a cabo bajo la dirección de laComisión de Monumentos Históricos yArtísticos, organismo que fue creado en1844 precisamente para salvaguardar elpatrimonio de Navarra4.

En 1856 se realizó una prospección a laaltura de los números 16 y 18 de la calleCuria. A poco más de metro y medio de pro-fundidad fue hallado un mosaico que repre-sentaba un muro con puertas. El mosaico fueextraído y trasladado al Ayun tamiento. Tassu limpieza se comprobó que contenía tam-bién el dibujo de un animal fantástico: uncaballo marino con parte de la cola mutilada.En la misma excavación fueron halladas dos

1. Pamplona y su entorno de la Prehistoria a la etapa musulmana

13

CNEO POMPEYO EL MAGNO (106-48 A.C.)

Page 14: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

monedas de Marco Aurelio, una de Cons -tant i no y varios fragmentos de mármollabrado. Medio siglo después, concretamenteen 1909, al procederse al adoquinado de lacalle Curia se halló un nuevo mosaico querepresentaba a Teseo y el Minotauro.El siguiente importante periodo de exca-

vaciones en el casco histórico de Pamplonase llevó a cabo de la mano de María Ánge-les Mezquíriz5.Según las excavaciones llevadas a cabo

por la profesora entre 1956 y 1973, la ciudadromana de Pamplona debía ocupar el entor-no de la catedral. El cardo máximo (de Nortea Sur) y el Decumano (de Este a Oeste) sedebían cruzar en la parte más alta de la ciu-dad, donde probablemente se encontrase el

foro. Las evidencias de calles rectilíneas,orientadas de norte a sur, paralelas a la calleDormitalería, permitieron a Mezquíriz supo-ner la existencia de un decumano (segura-mente el maximus) que nacería en el número6 de la calle Curia en dirección a la calleMayor. Según sus estudios, propuso unareconstrucción hipotética de la ciudad roma-na en base a un cuadrilátero de unos 500 x300 metros que coincidiría a grandes rasgoscon la Navarrería medieval. Al Norte y alEste su perímetro lo marcada el talud que caesobre el río Arga, al Sur la bajada de Labrit yel Oeste una línea menos evidente que atra-vesaría las cotas más altas de las calles car-men y Navarrería con la Chapitela y la aceraEste de la plaza del Castillo, enlazando con el

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

14

0 50 100 150 200 m.

B. Arizaga y S. Martínez

Río Arga

Extensión aproximadade la ciudad romana

La Pompelo romana según Mª. Á. Mezquíriz

Decumano Máximo

Cardo Máximo

Page 15: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

lado sur tras cruzar por la parte final de lacalle Estafeta.En el Arcedianato de la Catedral, Mez -

quíriz halló el mercado, un edificio rectan-gular de 20 x 15 metros. A este edificio seaccedía por el lado Oeste, a través de unaamplia entrada porticada de siete columnas(aunque sólo se hallaron las basas de cuatrode ellas) que daba acceso a un patio, tam-bién columnado, con cinco columnas en loslados Norte-Sur y cuatro en los lados Este-Oeste. Desde este patio se tenía acceso a lastiendas, una de las cuales aún conservabarestos del pavimento empedrado. En elOeste fueron encontradas también unaspiedras labradas preparadas para encajaruna tubería de plomo que debía abasteceruna fuente, imprescindible para dar servi-cio al mercado. Aunque se trata de un edifi-cio pequeño, su significación es grandepues al contar con función pública nos datestimonio del desarrollo de Pompelo comoentidad urbana. Mezquíriz lo fechó en elsiglo I d.C. Por otra parte, en el centro de la Catedral

existía una zona de carácter sagrado, condos fuentes en las que se hallaron monedasde bronce de los siglos IV y V d.C. En base a estos y otros hallazgos, los

investigadores dedujeron que la ciudad dePamplona no debió ser un núcleo de espe-cial importancia, señalando María ÁngelesMezquíriz que su tamaño no sobrepasaría,como se ha señalado, el de la Navarreríamedieval.Sin embargo estas concepciones resulta-

ron totalmente sobrepasadas con los hallaz-gos descubiertos en relación con las nume-rosas obras de remodelación del casco his-tórico de Pamplona desde el año 2001.Fundamentalmente, los nuevos hallaz-

gos se han obtenido por tres obras realiza-das en el casco urbano pamplonés:

1. La galería de servicios subterránea envarias calles del casco antiguo.

2. El parking subterráneo en la plaza delCastillo.

3. El parking frente a la iglesia de SanFermín de Aldapa.

Vamos a analizar cada uno de ellos dete-nidamente.

1) Galería de servicios subterránea.Calle Curia.En el año 2004 se realizaron una serie de

sondeos en la calle Curia, los cuales confir-maron lo que todos esperaban: en el subsue-lo existían importantes restos romanos y portanto era imposible construir en esta callelas conducciones subterráneas de serviciospara las calles peatonalizadas. El hallazgode abundantes restos de mosaicos confirma-ron la existencia en este espacio de unas ter-mas romanas. De este modo, también semodificaba la concepción original acerca dela calle Curia se correspondiera con el decu-mano máximo de la ciudad romana.Habitualmente esta vía romana es ta ba librede edificaciones y por ello se consideró queel decumano debía coincidir con la paralelacalle Navarrería, mientras que el cardomáximo correspondería con la transversalcalle Dormitalería.En el dicho año 2004 se realizaron quince

sondeos que sacaron a la luz que, tanto losmosaicos hallados en el siglo XIX como losactuales, correspondían a unas termas, pro-bablemente anteriores a las halladas poste-riormente en la plaza del Castillo.Estas termas pudieron estar en funciona-

miento en época altoimperial (siglos I y II,aunque probablemente continuaran en usohasta el siglo IV).De los quince sondeos (cada uno de ellos

de 3 x 2 metros de superficie aproximada-mente), cinco de ellos correspondieron condos estancias diferenciadas pero contiguas,en parte coincidentes con los hallazgos demediados del XIX: la estancia del laberintoy la estancia marina. Dado que los mosaicos

1. Pamplona y su entorno de la Prehistoria a la etapa musulmana

15

Page 16: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

estaban bajo los portales de entrada a lascasas, en un principio no se extrajeron yvolvieron a ser cubiertos por el pavimento.En 2008, por el contrario, fueron extraídos,al tiempo que se hallaba un nuevo datosobre las termas a la altura de los portales11-13: un muro circular de piedra quepodría ser el cierre del complejo termal. Enesta esquina se hallaron por la parte interioruna serie de mosaicos y por la parte exteriorun tramo enlosado que podía correspondercon una calle o con el acceso a las termas.

Calle Merced.En el momento de proceder a levantar la

calle para realizar las obras de construcciónde la galería de servicios en la calle Merced,de nuevo las obras hubieron de paralizarsepor el hallazgo de nuevos vestigios roma-nos, como ya se esperaba. En los portales 6-8 y 5-9 (y a unos 2,5 metros de profundidadaproximadamente) se hallaron restos deuna muralla que cerraba la ciudad romanaen época bajoimperial (siglos III y IV d.C.);junto a ella se localizaba una torre semicir-cular de ocho metros de radio.La muralla era de mampostería y contaba

con una anchura aproximada de 4,50 metros.La altura oscilaba entre los 0,80 y 1,10metros. Por lo que respecta a la torre, en suinterior era de piedras irregulares unidascon mortero y en su exterior contaba congrandes bloques de piedra mejor trabajados.

Para la cimentación de la muralla los roma-nos encontraron materiales reutilizados,entre ellos dos molduras, un capitel corintioy dos aras con inscripciones funerarias6.Mas interesante resultó, sin embargo, el

sistema constructivo que los romanos habíanempleado para afianzar la muralla. Al tratar-se de un barranco con terreno de poca con-sistencia, se empleó una cimentación propiade zonas pantanosas. El pilotaje de loscimientos estaba constituido por postes cir-culares de madera de roble (madera con unaresistencia notable a la putrefacción), de 15centímetros de diámetro y hasta 2,5 metrosde longitud. Estas estacas habían sido clava-das hasta encontrar suelo firme y luego habí-an sido cortadas por su parte superior, igua-lando su altura. Sobre estos postes verticalesse construía después un entramado de vigashorizontales, también de madera de roble,sobre el que se levantaba luego la base de lamuralla. Los postes se encontraron en muybuen estado de conservación, tanto por laresistencia del roble a la putrefacción comopor las condiciones del terreno: humedadconstante y ausencia de aire.

Calle Dormitalería.La dicha muralla romana de época

altoimperial en la calle Merced se continua-ba en el subsuelo de la calle Dormitalería.Aunque el estado de conservación era infe-rior al de la calle Merced, también pudieronrescatarse interesantes restos arqueológicos,entre ellos un fragmento de estela y otro deun ara, ambos con inscripciones de tipofunerario.Por otra parte, el hallazgo de varios res-

tos de pavimento en esta calle confirmaba elhecho de que pudiera tratarse del cardomáximo de la ciudad romana. Sin embargo,dado que en otros tramos anteriores de lacalle no se halló nada, los arqueólogos con-cluyeron que el trazado de la calleDormitalería y del cardo romano no coinci-dían exactamente, sino que el segundo se

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

16

CABALLO MARINO DE LA CALLE CURIA HALLADO

EN LAS EXCAVACIONES DE 1856

Page 17: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

desviaba hacia el Arcedianato, donde, dehecho, María Ángeles Mezquíriz ya habíaencontrado restos de pavimento en lasexcavaciones de 1956.

2) Termas de la Plaza del CastilloDurante el mes de septiembre de 2001 se

realizaron una serie de catas en la plaza delCastillo, como paso previo a la construccióndel parking subterráneo. Al realizarse estasexcavaciones se encontraron una serie derestos romanos: terra sigillata, una monedade época de Antonino Pío (siglo II d.C.), unsello utilizado para enviar o guardar docu-mentos, y algunos restos de muros. Estosprimeros restos anunciaban lo que iba adescubrirse posteriormente: un gran com-plejo termal del que no se tenía constancia

alguna y que por su localización y magni-tud iba a modificar sustancialmente la ideaque se tenía acerca de la ciudad dePamplona en época romana.En diciembre de 2001 aparecieron los pri-

meros restos de mosaico y ya en enero de2002 se hizo evidente la presencia en el sub-suelo de un complejo termal de grandesdimensiones (aproximadamente 2.000 me -tros cuadrados). El pavimento estaba a unoscuatro metros de profundidad y muy cerca-no al quiosco de la plaza. La aparición dealgunos restos, entre ellos una horquilla pararecogerse el pelo las mujeres, hizo pensarque se trataba de un complejo termal públi-co y no sólo de unas termas para la dotacióndel campamento militar.La localización de las termas supuso una

1. Pamplona y su entorno de la Prehistoria a la etapa musulmana

17

0 50 100 150 200 m.

B. Arizaga y S. Martínez

Río Arga

1

1

4

23

5

1 Muralla en las calles Mercedy Dormitalería

2 Mosaico de la calle Curia

3 Arco de acceso a las termasen la calle Compañía

4 Termas romanas en laplaza del Castillo

5 Vivienda de la calle Aldapa

Extensión aproximadade la ciudad romana

Hallazgos arqueológicos romanos en Pamplona

Page 18: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

18

1

2 3

4

5

Quiosco

Plaza del Castillo

1

2

3

4

5

6

7

8

Conducciones de agua

Depósito central

Palestra (vestuario)

Piscinas

Hipocausto

Taller óseo

Casa con pavimentos

Viviendas y otras estancias

TERMAS

6

7

8

0 5 10 15 20 m.

B. Arizaga y S. Martínez

Calle Chapitela

Carlos III

Calle San Nicolás

Restos romanos en la Plaza del Castillo

Page 19: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

gran sorpresa, pues se encontraban bastan-te alejadas de lo que se había consideradosiempre como el espacio de la ciudad roma-na, que ya anteriormente describimos. Entodo caso, esta localización no implica, defacto, que la ciudad romana tuviese un perí-metro mucho mayor, pues es posible quelas termas se localizasen en el exterior de laciudad. Lo que sí evidencian, por su tama-ño, es que la ciudad de Pamplona debíacontar con una entidad urbana bastantemayor de lo pensado hasta aquel momento.A pesar de que la parte más importante

de los hallazgos en la plaza del Castillocorrespondía a las termas, también fueronhallados otra serie de restos arqueológicosde época romana de gran valor. Uno deellos fue un taller de útiles óseos que per-mitió reconstruir la cadena de fabricaciónde diferentes utensilios de la vida diariaromana. También se encontró un tramo decalle pavimentada –que se corresponderíacon uno de los accesos al complejo termal–y un recinto rectangular que podía consti-tuir una estancia de una vivienda.

3) San Fermín de Aldapa.En el año 2004, como paso previo a la

construcción de un parking subterráneofrente a la basílica de San Fermín deAldapa, fue realizada una prospección paracuantificar los restos romanos que podíanencontrarse en el subsuelo. El consistoriotenía noticia de la existencia de dichos res-tos (en esta zona había excavado ya MaríaÁngeles Mezquíriz en 1977) y había destina-do una partida presupuestaria para la exca-vación previa a la construcción del parking. Las excavaciones sacaron a la luz impor-

tantes restos de construcciones y un hallaz-go de singular interés: un sello romano paramarcar productos con la inscripción: “L.CORNELI. CELSI”. Se estaba, por tanto,ante un objeto personal de uno de los pobla-dores de aquella Pamplona romana.Por lo que se refiere a las edificaciones, lo

más significativo fue el hallazgo de un granedificio del siglo I d.C. Al exterior contabacon una estructura porticada, mientras en elinterior se hallaron apoyos cuadrados de0,90 x 0,90 metros, que debían correspondercon la distribución interior del edificio.En conjunto, las excavaciones de S. Fermín

de Aldapa sacaron a la luz un gran númerode interesantes restos de época romana.Además del sello de época romana aparecie-ron también objetos de la vida doméstica, deadorno, de vestido y varias monedas de losemperadores Constatino I (307-337), Cons -tan tino II, Valentiniano I (364-375).A partir de todos estos hallazgos arqueo-

lógicos realizados entre mediados del sigloXIX y la actualidad y con el concurso tam-bién de las fuentes escritas podemosreconstruir la evolución de Pamplona enépoca romana.A mediados del siglo I d.C., según reco-

ge el autor romano Plinio el Viejo, Pom -paelo es una ciudad “estipendiaria”, depen-diente del Convento Caesaraugus tano(Naturalis Histo ria, III, 24). Las ciudadesestipendiarias eran el grupo más numerosoentre las ciudades hispanas del siglo I.Depen den del gobernador de la provinciadebiendo, además, soportar la presencia deuna guarnición romana, para lo cual abo-nan un tributo destinado al pago de la sol-dada: el Stipendium o el Vectigal. De media-dos del siglo I data una placa encontradacasualmente en los campos de Arre, y hoydesaparecida, en la que se habla de unpacto de hospitalidad otorgado en el año57: «Siendo cónsules Nerón Claudio CésarAugusto por segunda vez, y Lucio CassioMarcial, el 5 de diciembre la ciudad dePamplona renovó el pacto de hospitalidadcon Lucio Pompeyo Primiano, hijo deLucio, de la tribu Aniense, y con sus hijos ydescendientes»7.Como señala Ramírez Sádaba, podría

parecer sorprendente esta situación cuandootras ciudades vasconas, como Cascante o

1. Pamplona y su entorno de la Prehistoria a la etapa musulmana

19

Page 20: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Calahorra, tienen estatutos privilegiados.Sin embargo, se comprende fácilmente sitenemos en cuenta la situación política delmomento. Pompeyo, que es quien funda laciudad de Pompelo sobre el poblado vascónpreexistente, fue derrotado por César, yCésar pertenecía al partido de Sertorio. Endefinitiva, mientras Cascante y Calahorrason beneficiadas, Pompelo es “castigada”por pertenecer al bando perdedor8.Desde finales del siglo I d.C. comienza la

época de mayor esplendor de Pamplona,que se extenderá por todo el siglo II. En el año 119 se sabe que la situación jurí-

dica de la población ya no era la misma.Aquel año un magistrado romano se dirige alos duumviros pampelonenses, cargo sóloexistente en las ciudades privilegiadas, eneste caso concreto en un municipio. Aunqueno se conserva el documento explícito delascenso de Pamplona a la nueva categoría,éste se produciría por la concesión del dere-cho latino que prometió Vespasiano a todaHispania el año 70 d.C.

Estos documentos, junto con los hallaz-gos arqueológicos, nos informan de que lospamploneses adoptaron el modo de vida yla organización urbana de los romanos, tra-zando calles ordenadas y elaborando uncompleto sistema de cloacas para la evacua-ción de la aguas de la ciudad.Aunque no puede decirse que Pompelo

fuese una “gran ciudad romana”, sí quepuede afirmarse que en el siglo II d.C. teníauna dimensión considerable (probablemen-te más de 15 Ha.) según parecen indicar losúltimos hallazgos arqueológicos. Ademásde su importancia económica y administra-tiva, Pompelo tenía también una gran rele-vancia estratégica. Por la ciudad pasabandos grandes calzadas romanas: la que uníael Cantábrico con el Mediterráneo (de Irúna Tarragona) y la que unía el occidente deHispania (Astorga) con el litoral occidentalde la Galia (Burdeos).La ciudad debía dominar y controlar la

actividad comercial de un amplio entorno,si bien no es posible delimitar concretamen-te su territorium. Sí pueden, empero, seña-larse las ciudades que lo delimitaban: losAracelitani en la Barranca, Iturissa al pie deRoncesvalles, los Iluberitani en Lumbier yAndelo (Muruzábal de Andión) en el vallemedio del Arga9.

1.3 El Bajo Imperio y la etapa visigodaYa en las excavaciones llevadas a cabo en elArcedianato de la Catedral, Mª ÁngelesMezquíriz había encontrado abundantespartículas de carbón y trozos de estucoencima del pavimento. Dado que la cerámi-ca correspondía al siglo III d.C., incluso yaavanzado, Mezquíriz concluyó que la ciu-dad hubo de sufrir una destrucción violen-ta en el último tercio de dicho siglo. En lasexcavaciones de la catedral en los años1991-93 se encontraron, de nuevo, pruebasde esta destrucción violenta.Las más recientes excavaciones realiza-

das por el gabinete Trama han confirmado

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

20

0 5 10 15 20

Pamplona

B. Arizaga y S. Martínez

Calahorra

Río Ebro

Cascante

Facción pompeyana

Facción sertoriana

CONDICIÓN ESTIPENDIARIA DE POMPELO

Page 21: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

con rotundidad esta hipótesis. Como yaanteriormente fue señalado, en las callesMerced y Dormitalería fue hallado un lien-zo de muralla que todo parece indicar fuerealizado a finales del siglo III: en primerlugar, la construcción es muy tosca; y, sobretodo, se emplearon materiales reutilizados,algunos de ellos incluso muy recientes,como algunas piezas funerarias. Ante lanecesidad imperiosa de defender la ciudad,las piezas fueron extraídas de su lugar ori-ginal y se emplearon para la cimentación dela muralla. La necrópolis de la que se extra-jeron las piezas no debía estar muy lejos,posiblemente al final de la calle Dor -mitalería o la plaza de Santa María la Real,o incluso cerca del cementerio visigodo deArgaray, situado entre la plaza de Toros y lacalle Amaya.Tras la destrucción sufrida, la ciudad se

recuperó a partir del siglo IV: se constata laconstrucción de varias viviendas y se hanrecuperado monedas correspondientes aeste siglo.En el año 472 se produce otro hecho fun-

damental para el devenir de la ciudad nava-rra: procedente de Aquitania, el conde godoGauterico toma sucesivamente Pamplo na yZaragoza, haciéndose así los visigodos conel control de la provincia Tarraconense. Estehecho, además, constata la importancia quePamplona aún tenía como punto estratégicodel norte peninsular. De la presencia visigoda en Pamplona

han quedado dos restos fundamentales: lasnecrópolis de Argaray y del Palacio delCondestable. Vamos a analizar cada una deellas por separado.

1. Necrópolis de ArgarayEsta necrópolis se sitúa al sur de la ciu-

dad romana, cerca de la plaza de toros y dela puerta medieval de Tejería. Fue docu-mentada en primer lugar por Mª. ÁngelesMezquíriz en la calle Amaya, con una data-ción correspondiente a los siglos VI y VII.Por otra parte, la propia investigadorahabía encontrado en las excavaciones de lacatedral broches de cinturón y anillos queconfirmaban que la Pompelo de época roma-

1. Pamplona y su entorno de la Prehistoria a la etapa musulmana

21

MAR CANTÁBRICO

MAR MEDITERRÁNEO

Pompelo

Caesaraugusta

Asturica Augusta

ToletumSaguntum

Barcino

Tarraco

Emerita Augusta

Legio

Lucus Augusta

Bracara Augusta

0 50 100 km.

B. Arizaga y S. Martínez

CALZADAS ROMANAS QUE PASABAN POR LA CIUDAD DE POMPELO

Page 22: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

na había sido ocupada por los visigodos,manteniendo la misma función urbana,aunque variando su nombre: a partir deahora comienza a aparecer en los documen-tos como Pampilona, denominación de lacual deriva la forma actual de Pamplona.

2. Necrópolis del Palacio del CondestableCon motivo de la remodelación del

Palacio del Condestable en 2005 apareció ensu subsuelo un interesantísimo descubri-miento: una necrópolis visigoda con 153enterramientos repartidos entre el patio deledificio y otra serie de estancias de la zonaoeste.Muchas de las tumbas de esta necrópolis

aparecieron seccionadas o semidestruidaspor la construcciones realizadas encima deellas en los siglos XIII y XIV. Según los arque-ólogos, la necrópolis estuvo en uso en lossiglos VI y VIII, por tanto mucho antes deque se urbanizase el burgo de San Cernin.Del estudio de estas dos necrópolis pue-

den obtenerse una serie de conclusiones,siguiendo a Ramírez Sádaba:1) En primer lugar, nos confirma que los

visigodos se asentaron de forma permanen-te sobre la Pompelo romana (ahora llamadaPampilona). La ciudad, además, continuabasiendo un punto fuerte clave para la luchacontra los vascones que guerreaban demanera periódica.2) Los visigodos continuaron la práctica

romana de enterrar a los muertos fuera delos muros de la ciudad y siguiendo los prin-cipales caminos. La de Argaray se situabaen la salida Sur y la del Condestable en lasalida Oeste. Debían ser las dos puertasprincipales, pues comunicaban respectiva-mente con Muruzábal de Andión (Andelo) ycon Astorga (Asturica Augusta).3) El perímetro que señalan estas dos

necrópolis no contradice el señalado porMezquíriz: no se rebasaba la iglesia de SanCernin por el Oeste, ni el barranco de Labritpor el Sur.

4) Se documenta, además, por primeravez la sede episcopal pamplonesa.

1.4 La etapa musulmanaLa plaza del Castillo, que tantos hallazgosproporcionó para conocer mejor el pasadode la Pompelo romana, supuso tambiénuna sorpresa para el estudio de la etapamusulmana en Pamplona.En los primeros meses del año 2002 se

localizó a tres metros y medio bajo el pavi-mento y en el cuadrante situado entre laBajada de Javier y la avenida de Carlos IIIuna importante necrópolis de época musul-mana. Este lugar de enterramiento debióestar en uso entre los años 723 y 799 y es lamás importante de las localizadas en elnorte de España, y también la más antiguade las estudiadas.El área total ocupaba unos 4.000 metros

cuadrados, aunque no toda pudo ser estu-diada ya que parte de la misma se encontra-ba fuera de los límites de la excavación. Entotal, aparecieron 190 tumbas.Pronto se comprendió que la necrópolis

pertenecía a la época musulmana: los ente-rramientos estaban realizados directamentesobre la tierra; no había lápidas, estelas uotros elementos identificativos; los cadáve-res estaban envueltos en sábanas y coloca-dos de medio lado; y las fosas estabanorientadas al Sureste, es decir, a la Meca.Como es costumbre en el Islam, no aparecióajuar asociado a los cadáveres. Curiosoresultó el hallazgo de un enterramientoocupado por un perro, así como el descu-brimiento de tres fosas a poca distanciaunas de otras con cadáveres que presenta-ban evidencias de haber sufrido una muer-te violenta, los tres por flechas.De este hallazgo y del estudio de las

fuentes escritas podemos describir a gran-des rasgos el periodo musulmán en la ciu-dad de Pamplona.Los árabes comenzaron la invasión de la

Península Ibérica en el año 711 y pronto

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

22

Page 23: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

avanzaron por todo el territorio peninsular.En el año 713 (o como muy tarde en la pri-mavera del año 714) los invasores se encon-traban ya en Pamplona. Como plaza fuertey de gran valor estratégico los árabes tuvie-ron interés en dominarla rápidamente paracontinuar su avance hacia el territorio fran-cés. De hecho, los musulmanes –comanda-dos por Abd-al-Rahman al-Gafiqi, cruzaronPamplona y siguiendo la antigua vía roma-na penetraron en el reino franco hasta serderrotados en Poitiers en el año 732.Los carolingios, con Carlomagno a la

cabeza, hicieron el camino contrario obli-gando a los árabes a retroceder hasta laspuertas de Zaragoza, pero tras su fracasohubieron de sufrir el duro revés de Ron -cesvalles en el 778. Al margen de los hechos

concretos, lo que queda claro es quePamplona seguía siendo una pieza clavepara el dominio de toda aquella área en dis-puta. Carlomagno, en su retirada desdeZaragoza ordenó desmantelar las murallasy saquear la ciudad. Un pasaje de laCrónica del Príncipe de Viana, cuenta queen el año 778 Carlomagno “fizo derrocar losmuros [de Pamplona] porque los morosnon se podiesen otra vez con eilla alzar”.En esta época (siglos VII-VIII) se redacta

el De laude Pampilone, recogido en el Códicede Roda. En el se dice que Pamplona “noayuda a los herejes y resiste a los vascones”.Ello induce a pensar que los autores deltexto serían los carolingios, pues tanto losárabes como los vascones eran sus enemi-gos. El texto es totalmente hiperbólico, y

1. Pamplona y su entorno de la Prehistoria a la etapa musulmana

23

0 50 100 150 200 m.

B. Arizaga y S. Martínez

Río Arga

1

2

3

1 Maqbara musulmana de laPlaza del Castillo

2 Enterramientos del Palaciodel Condestable

3 Enterramientos de Argaray

Extensión aproximadade la ciudad visigoda y árabe

Pamplona en época visigoda y musulmana

Page 24: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

24

2

Quiosco

Plaza del Castillo

1

2

3

4

5

Cementerio musulmán

Pozos de agua

Tumbas dispersas

Mausoleo familiar

Restos de una canalización

15

4

3

0 5 10 15 20 m.

B. Arizaga y S. Martínez

Calle Chapitela

Carlos III

Calle San Nicolás

Hallazgos en la Plaza del Castillo (siglos V-IX)

Page 25: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

entre otras cosas señala que Pamplona esta-ba bordeada por una muralla con 67 torres;pero, al margen de la evidente exageración,queda de manifiesto su importancia militar,política y estratégica.En el año 781 la ciudad pasa de nuevo a

manos musulmanas. Esta campaña supusola destrucción de la ciudad y la implanta-ción de los árabes en el área navarra. Losclanes vascones, en torno a la familia Arista,se aliaron con los Musa, caudillos musul-manes de la ribera del Ebro. Fueron años decontinua confrontación en torno a Pamplo -na. En el 812 los francos intentaron denuevo tomar la ciudad pero fueron derrota-dos por los árabes.Hasta ahora se había pensado que la pre-

sencia musulmana en Pamplona podíahaber sido superficial o simplemente decarácter militar, pero los hallazgos de la

plaza del Castillo indican lo contrario.Dado que la proporción de cadáveres arro-ja un número similar de varones y mujeresy de población adulta e infantil se concluyeque el asentamiento no era solamente mili-tar, sino que la ocupación tenía un marcadocarácter “civil”. También indica que los ára-bes utilizaron la plaza del Castillo para susenterramientos por ser una zona abandona-da o degradada, pues se sabe que los mu -sulmanes buscaban suelo virgen donde rea-lizaran sus fosas. De todas maneras, no entodos los casos fue posible encontrar tierravirgen y algunas de las fosas se excavaronsobre las ruinas romanas preexistentes.Hasta comienzos del siglo XI Pamplona

va a sufrir un largo periodo de inestabili-dad, lo que motivó su despoblación. De suresurgimiento a partir de comienzo delsiglo XI va a surgir la Pamplona medieval.

1. Pamplona y su entorno de la Prehistoria a la etapa musulmana

25

Notas.

1. Ver Ramírez Sádaba, J.L.: “Pompelo romana”, en La Pamplona reencontrada. Pamplona, 2008, pp.

91-99.

2. Armendáriz Martija, J.: “Propuesta de identificación del Campamento de Invierno de Pompeyo

en territorio vascón”. Trabajos de Arqueología de Navarra, nº 18, 2005, pp. 41-64.

3. Ramírez Sádaba, J.L.: “Pompelo romana”, en La Pamplona reencontrada. Op. cit, p. 91.

4. Una buena síntesis de las excavaciones llevadas a cabo en Pamplona desde 1854 hasta la actuali-

dad puede verse en Ollo Casas, A.: “Excavaciones” en La Pamplona reencontrada. Op. cit, pp. 15-37.

5. Mezquíriz de Catalán, Mª. Á.: Pompaelo I, Pamplona, 1958. y Pompaelo II, Pamplona, 1978.

6. Unzu Urmeneta, M. y Velaza Frías, J.: Hallazgos en la calle de la Merced y asociados (Pamplona), La tie-

rra te sea leve. Arqueologia de la muerte en Navarra, Pamplona, 2008, 169-175.

7. Jimeno Jurio, J.Mª.: Historia de Pamplona. Síntesis de una evolución, Pamplona, 1975. p. 14.

8. Ramírez Sádaba, J.L.: “Pompelo romana”, en La Pamplona reencontrada. Op.cit., pp. 92.

9. Ramírez Sádaba, J.L.: “Pompelo romana”, en La Pamplona reencontrada. Op.cit., pp. 94.

Page 26: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es
Page 27: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

27

2.1 Pamplona antes del siglo XIDurante los siglos IX-X va a ir conformán-dose lentamente el reino de Pamplona,siendo en época de Sancho Garcés I (905-925) cuando se sientan las bases del defini-tivo control cristiano sobre este área. Entre905 y 920 este monarca aseguró los territo-rios del Deyo, desde Estella hasta las cerca-nías del Ebro; algo más tarde las mismasorillas del río y poco después también algu-nas áreas de la Rioja1.Esta expansión despertó el recelo de Abd

al-Rahman III y como consecuencia realizóuna campaña en el año 920, capitaneadapor él mismo, en la que infringió una seriaderrota a las tropas cristianas en Valde -junquera.En el año 923, una vez superado el

desastre de Valdejunquera, los monarcasOrdoño II de León y Sancho Garcés I dePamplona se lanzaron de nuevo a la con-quista de la Rioja. El resultado fue exitoso yese mismo año cayeron las plazas de Nájeray Viguera, por Ordoño y Sancho respectiva-mente.Al año siguiente, como represalia, Abd

al-Rahaman III dirigió una nueva campañade castigo contra los cristianos. El centro dela campaña fue Pamplona, que quedó arra-sada por el ataque musulmán. Durante elresto del siglo X los monarcas pamploneseshubieron de frenar sus ansias de conquistasy quedaron en gran medida sometidos alpoderío musulmán. Hay que esperar a lostiempos de Sancho III el Mayor (1004-1025)para que Pamplona comienza a resurgir desus ruinas y se configure de nuevo como unimportante núcleo urbano.

2.2 La Navarrería: pervivencia de la anti-gua ciudadProtegidos por el monarca Sancho III –queaprovechando la debilidad del califato cor-dobés llevó al reino navarro a su máximoapogeo– en los primeros años del siglo XIfueron agrupándose en el entorno de lacatedral una serie de pobladores formandoel núcleo que recibió el nombre deNavarrería “ciudad de los navarros” o, sim-plemente, Iruña, “la ciudad”.Tradicionalmente, y apoyándose en los

documentos del monasterio de Leyre, se hasostenido que tras la casi completa destruc-ción de la ciudad en el siglo X y no ofre-ciendo apenas seguridad por estar derrui-

2. Pamplona en la Edad Media:Evolución histórica yordenamiento jurídico

TORRE Y ÁBSIDE DEL MONASTERIO DE LEYRE

Page 28: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

das sus murallas, los obispos de Pamplonatuvieron que refugiarse en el cenobio deLeyre que les sirvió de residencia hasta quela sede de Pamplona fue restaurada porSancho III. Sin embargo, hoy se sabe quedichos documentos fueron manipulados enel siglo XII. ¿Cuál fue el motivo? Parece,según indica Irurita Lusarreta2, que amediados del siglo XII Leyre intentó inde-pendizarse del obispado de Pamplona,siguiendo el ejemplo del monasterio arago-nés de San Juan de la Peña. Éste pudo ser elmotivo de que se inventasen los documen-tos sobre la pretendida restauración de lasede pamplonesa en tiempos de Sancho III.Hoy parece claro que la diócesis dePamplona no desapareció a raíz de la inva-sión musulmana, aunque no habría quedespreciar la idea de que por razones deseguridad se buscasen puntualmente algu-nas sedes más seguras, como las fortalezasde Deio-Estella y Monjardín, o el mismomonasterio de Leyre. Ello, sin embargo,teniendo en cuenta que Pamplona era elcentro de la vida religiosa del reino. Demanera semejante, aún siendo Pamplona lacapital del reino, los reyes residieron tam-bién en otras sedes como Viguera, San Mi -llán o Nájera. De hecho, esta última pobla-ción logró un gran desarrollo urbano entiempos de este monarca. Los habitantes de aquel primitivo núcleo

eran labradores siervos del obispo y elcabildo catedralicio de Pamplona. En defi-nitiva, la modesta población se podía equi-parar como una villa campesina sometida alseñorío episcopal. El obispo no sólo tenía laposesión de las tierras, sino que tambiénejercía el señorío jurisdiccional, que en elresto del reino era ejercido mayoritariamen-te por señores laicos, los cuales disfrutabandel honor temporalmente, mientras que elobispo pamplonés lo tenía en feudo perpe-tuo. Este estatus existía en tiempos deSancho III pero podía provenir ya de tiem-pos del reinado de Sancho Abarca (970-994).

Según Martinena Ruiz3 este tipo de pobla-ción encaja con el modelo de civitas episcopa-lis, frecuente en Europa occidental, con unasuperficie reducida y cuyo perímetro urba-no coincidía con el de la antigua poblaciónromana que los obispos, señores de la ciu-dad, debían encargarse de restaurar y man-ten. En el caso de Pamplona, sin embargo,sabemos que las murallas habían sidoderruidas y muy poco de ellas debía quedaren el siglo XI, aunque es probable que la ciu-dad estuviese restringida al espacio ocupa-do por la urbe romana.A partir del año 1134, al restaurarse la

monarquía navarra en la persona de GarcíaRamírez el Restaurador, Pamplona pasará aser la sede del único prelado con residenciaen el reino. Sin embargo, el largo tiempovivido bajo el dominio del obispo va a hacermuy difícil la convivencia de ambos pode-res en la ciudad: el real y el episcopal. Dehecho, como señalan Lacarra y MartínDuque, «una buena parte de la historiapolí tica, administrativa y económica dePamplona en la Edad Media radicará en lalucha que han de mantener entre sí el rey yel obispo por alcanzar el dominio total de laciudad, y también en la actitud de los veci-nos de los distintos barrios de la misma porlograr las mayores ventajas al amparo deesta discrepancia de intereses»4.En el año 1083 fue designado para regir

la sede de Pamplona el obispo don Pedrode Andouque o de Roda, antiguo monje deSainte-Foy de Conques y luego de Saint-Pons de Thomières; al mismo tiempo,Raimundo, también francés, pasaba a regirla abadía de Leire. El vital don Pedroimplanta entre los canónigos de la catedralla regla de San Agustín, instituye los distin-tos cargos y oficios para el gobierno de lacasa, crea la escuela episcopal, se ocupa dela alberguería de la iglesia y, a partir de1100, comienza la construcción de una cate-dral en consonancia con los gustos que vanentrando en la Península a través del

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

28

Page 29: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Camino de Santiago. Se trata de un perso-naje muy activo e inquieto, que estará enpermanente contacto con otros importantescentros religiosos del momento: SaintSernin de Toulouse, cuyos canónigos leayu daron a constituir la canónica de Pam -plona; con el monasterio de Conques, con elestablece un pacto de hermandad en 1092;con Cluny, cuyos monjes ofrecían por éloraciones diarias; y con Santiago deCompostela, donde en el año 1105 consa-graría un altar dedicado a Santa Fe.Al instalarse en su nuevo sede, eran

prioritarias para el obispo dos cuestiones:en primer lugar, precisar y afirmar la juris-dicción episcopal sobre sus diocesanos; yconcretar sus derechos y jurisdicción sobrela ciudad de Pamplona. Los dos aspectosfueron recogidos en un privilegio otorgadopor el rey Sancho Ramírez en 1092. El reyconfirmó al obispo en la posesión de «la

villa de Pamplona, libre e ingenua, contodos sus términos». El señorío del obispose extendía por la ciudad y sus campos (tie-rras, viñas, huertas, molinos), pero la ciu-dad sólo comprendía la zona próxima a lacatedral –Iruña–, que pronto se conocerácomo “Navarrería”.Este pequeño núcleo urbano estaba habi-

tado por canónigos, servidores de la Iglesiay labradores. Como entidad «libre e inge-nua», la ciudad estaba exenta de las cargasque pesaban sobre la tierra por el dominioque sobre ella ejercía el rey, a pesar de locual sus gentes tenían ciertas obligacionescon el monarca, como seguirle en hueste yen cabalgada cuando así fuese ordenado.Además, en la ciudad podían vivir tambiénpersonas dependientes directamente del rey–infanzones– y también hombres libres, sinlas cargas que soportaban los de condiciónvillana, aunque debían ser poco numerosos.

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

29

MAR CANTÁBRICO

MAR MEDITERRÁNEO0 500 km.

B. Arízaga y S. Martínez

Pamplona

Santiago deCompostela

Monasterio de Cluny

Monasterio de Conques

Saint Sernin de Toulouse

PRINCIPALES CONTACTOS DE LA IGLESIA DE PAMPLONA EN TIEMPOS DEL OBISPO PEDRO DE RODA

Page 30: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

En todo caso, si bien los habitantes de laciudad eran «libres e ingenuos» respecto alrey, no lo eran en lo que respecta al obispo,a cuyo señorío estaban sujetos. Por tanto,su «libertad» no sería total, ni tampoco su«ingenuidad», dado que estarían sometidosa diversos gravámenes. Si aquellos indivi-duos cultivaban un predio del obispo tení-an limitaciones en el derecho de comercio yde disposición; y tampoco podían edificarhornos y molinos, sino utilizar los del pala-cio pagando las tasas correspondientes. Porotra parte, la merma de «ingenuidad» semanifestaba en la sujección a ciertas cargas,conocidas genéricamente como servicium yque comprendían el pago de un censo comoreconocimiento del dominio ajeno del pre-dio poseído, y el de realizar ciertas presta-ciones personales (facenderas, labores).

Aunque el rey tenía en la ciudad un clave-ro que percibía las rentas que le pertenecían,para que no abusara de su cargo se estable-ció que recibiría su nombramiento de manosdel obispo. Los ingresos que correspondíanal rey eran básicamente los de portazgo y elmercado de la ciudad. De los dos, el máslucrativo debía ser el de portazgo, por cuan-to Pamplona y Jaca eran los principales pun-tos de entrada de mercancías desde laEuropa cristiana a la Península. SanchoRamírez concedió al obispo 200 sueldos de laingresos obtenidos con el portazgo, cantidadque García Ramírez aumentó a 500 sueldos.El mercado, por su parte, era en aquelmomento de carácter muy local y se celebra-ba los martes de cada semana. Las multaspor las infracciones que se cometieran en elmercado se repartían entre la Iglesia y el

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

30

PORTADA NEOCLÁSICA DE LA CATEDRAL DE PAMPLONA

Page 31: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

señor del mercado, puesto por el rey. El mer-cado de la Nava rrería se encontraba en laexplanada del Chapitel, que coincidía conlas actuales pla za del Castillo, calle Cha -pitela y plaza Consistorial. Como señalaMartinena Ruiz5 cuando más adelante sefunde el burgo nuevo de San Nicolás, elChapitel quedará limitado por el lado oestepor la muralla de la nueva población. Entodo caso, en 1236, los vecinos de ambosbarrios acordaron compartir el disfrute deaquel espacio.Tanto en la ciudad como en el mercado,

los hombre de Santa María no podían serdetenidos sin autorización del obispo ytenían que ser juzgados en presencia delmismo. Los hombres del rey, por su parte,debían resarcir por lo que hicieran indebi-damente y no podían introducir en la ciu-dad ningún mal uso o costumbre.Así, en estos años Pamplona se constituía

como un señorío eclesiástico cuyos habitan-tes eran principalmente labradores depen-dientes directamente de su señor, es decir, dela Iglesia de Santa María. Dada su «ingenui-dad y libertad», los ciudadanos de Pamplo -na estaban exentos respecto al rey de todaslas cargas que pesaban sobre la propiedadno alodial. La iglesia de Pamplona, por suparte, gozaba de una protección especial dela corona. Ésta conservaba su jurisdicciónsobre el mercado y el portazgo, pero com-partía sus derechos con la Iglesia.

2.3 El camino de Santiago: Burgo de SanCernin.El obispo Pedro de Roda se esforzó duranteestos años en aumentar el vecindario de laciudad, instalando en ella sus propios labra-dos villanos, pero –como señalan Lacarra yMartín Duque– la villanía era el principalobstáculo con el que se enfrentaba para elaumento de la población. Por ello, decidió lacreación de un núcleo separado, cuyos habi-tantes no estuvieran sujetos a la opresiónservil6.

Esta decisión del obispo coincidió con laapertura hacia Europa de los reinos dePamplona, Aragón, y los de Castilla y Leóna través de una nueva vía de comunicacióny cultura: el Camino de Santiago. Por ello,conviene detenerse un momento a destacarlas principales características de este singu-lar camino medieval.Desde nuestra perspectiva actual tende-

mos frecuentemente a pensar que el gusto yel interés por los viajes es algo reciente, quizáreducido a los tres últimos siglos, en relacióncon los grandes viajes de exploración porAmérica, África y Oceanía. Sin embargo, larealidad es muy distinta; el viaje ha sido unaconstante en la humanidad que, desde susmás remotos orígenes, ha sentido la necesi-dad de desplazarse a otras zonas distintas ala propia con fines económicos, bélicos, cul-turales o puramente lúdicos. Bien podríadecirse que los seres humanos somos nóma-das por naturaleza, seres condicionados porel afán del conocimiento y el intercambiocon otros pueblos y culturas.En los últimos tiempos los viajes se han

popularizado y facilitado de manera muynotable. Por ello nos resulta difícil imaginarlo que podía significar un viaje en unmundo sin barcos a motor, sin coches, trenesni aviones. Ese era el panorama de los viajesen la Edad Media.El fin del Imperio romano puso término a

una etapa en la que las comunicaciones entrelas diversas partes del orbe romano eranrelativamente sencillas y cómodas gracias ala amplia red de calzadas, por un lado, y a laseguridad de los caminos, por otro. En laEdad Media, en cambio, los dos principalesproblemas del viajero eran, precisamente, lainseguridad de los caminos y la deficientecalidad de las vías de comunicación. Lamayor parte de las calzadas romanas siguie-ron utilizándose durante siglos después dehaber sido construidas, pero la falta de repa-raciones terminó por hacerlas incómodas. Enel medievo se plantearon y trazaron otras

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

31

Page 32: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

muchas calzadas, pero su calidad no fuecomparable a las grandes vías romanas.Por otra parte, la unidad cultural y políti-

ca del Imperio romano facilitó el control delas calzadas y la seguridad de los viajeros,aspectos estos que en una Europa divididaen multitud de pequeños reinos, condados,ducados y otros señoríos diversos resultabapoco menos que imposible.A pesar de los inconvenientes, el hombre

medieval viajó y lo hizo con frecuencia. Porlo general estamos acostumbrados a la ima-gen de los grandes viajes reales, nobiliares oeclesiásticos: personajes destacados acom-pañados en sus desplazamientos por grancantidad de iguales y sirvientes, encargadosestos últimos de proporcionar los mediosnecesarios para hacer el viaje lo más placen-tero posible7. Pero frente a esta imagen“exclusivista” de los grandes viajes, elmedievo fue una época de múltiples despla-zamientos, si bien mucho más modestos. Elhombre medieval se desplazó para buscarnuevas tierras de cultivo, para acudir a mer-cados y ferias en las que comprar y venderproductos, para asistir a determinadas cele-braciones y, lo que más nos interesa ahora,para peregrinar a escogidos lugares.El viaje que resume a la perfección el

carácter, la cultura y la personalidad del

hombre medieval es la peregrinación. Enpalabras de Luis Vázquez de Parga, “laperegrinación, desde un punto de vistageneral históricorreligioso, no es otra cosaque el viaje, emprendido individual o colec-tivamente, para visitar un lugar santo,donde se manifiesta de un modo particularla presencia de un poder sobrenatural.Considerada de esta manera, la encontra-mos desarrollada en casi todas las religio-nes, desde la prehistoria hasta los más ele-vados círculos religiosoculturales”8.En el cristianismo las peregrinaciones tie-

nen dos orígenes: la veneración de aquelloslugares en los que Jesucristo tuvo presenciacarnal, los Santos Lugares, y, por otra parte, elculto de los santos y sus reliquias.En el caso de las peregrinaciones a

Santiago de Compostela nos encontramos,obviamente, con el segundo origen. Elhallazgo, a mediados del siglo IX, de lossupuestos restos del apóstol Santiago enCompostela por Teodomiro –obispo de IriaFlavia– dio nacimiento a una corrientehumana, social, económica y cultural sinparangón en la Europa medieval9. El obispoTeodomiro informó inmediatamente delsuceso al rey Casto, el cual ordenó construiren aquel lugar una iglesia en honor delapóstol.

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

32

Roncesvalles

Pamplona

Puentela Reina

Estella

Nájera

Logroño

Santo Domingode la Calzada

Burgos

FrómistaSahagún

León

Astorga

Ponferrada

Cebreiro

Santiagode Compostela

0 50 100 km.

NB. Arizaga y S. Martínez

PRINCIPALES POBLACIONES EN EL CAMINO DE SANTIAGO (CAMINO FRANCÉS)

Page 33: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Poco a poco la noticia del hallazgo delsepulcro de Santiago comenzó a difundirsepor la Cristiandad, acudiendo a venerar lasreliquias gentes peninsulares y otras proce-dentes de más allá de los Pirineos, escasas alprincipio y muy numerosas con el paso delos años10. En el año 950 tenemos noticiadatada e individualizada de un extranjeroque se acerca hasta los confines de Galiciapara visitar los restos del apóstol: se trata deGotescalco, obispo del Puy (Aquitania).En sus primeros años de su existencia, no

parece que existiera una ruta clara de pere-grinación a Santiago de Compostela; al con-trario, cada peregrino utilizaría la ruta quemás fácil le resultara. Es probable que losprimeros itinerarios a Santiago discurrieranen su mayor parte al norte de la Cordillera

Cantábrica, por cuanto el territorio situadoal sur podía ser atacado en las frecuentesincursiones o razzias llevadas a cabo por losmusulmanes. Con el alejamiento del peligromusulmán hacia el sur, el camino seguidopor los peregrinos fue tomando una derivamás meridional, dejando el abrupto y difi-cultoso terreno norteño por las más accesi-bles tierras de la meseta. En un primermomento la ruta discurrió por el interior deÁlava para desembocar en Miranda de Ebroy dirigirse desde aquí a Burgos11. Será con lafigura de Sancho III el Mayor de Navarra(1004-1035) cuando el Camino de Santiagoadquiera su trazado más típico, atravesandolas tierras navarras para dirigirse a Nájera,por aquel entonces capital del reino deNavarra, y desde allí a Burgos12.

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

33

Camino jacobeo principal

Trazado antes de la reformade Sancho El Mayor

Ruta de la costa

Rutas interiores

Bilbao

Vitoria

Salvatierra

San Sebastián

San Juan de Luz

Pamplona

San Juande Pie dePuerto

Puerto de San Adrián

a Castro Urdiales

a Miranda de Ebro

a Burgos

a Jaca

a Le Puy

MAR CANTÁBRICO

La Pueblade Arganzón

Mondragón

Estella

Puente la Reina

Roncesvalles

Bayona

a Vezelaya Tours

Nájera Logroño

N0 5 10 15 20 km.

B. Arizaga y S. Martínez

DIFERENTES VÍAS DEL CAMINO DE SANTIAGO

Page 34: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Así pues, desde el siglo XI nos encontra-mos con que el Camino de Santiago –unaruta que por aquel entonces atraía ya a mul-titudes realmente numerosas provenientesde multiples lugares– modificó su trazadopara atravesar el territorio riojano.La importancia del camino de Santiago

en la España medieval fue extraordinaria.En un territorio en lucha contra el podermusulmán, la figura de Santiago vino aconstituirse en el estandarte de los cristianosfrente a los árabes, en la “refulgente áureacabeza de España” que dijo Beato deLiébana años antes de que los restos deSantiago fuesen encontrados en Composte -la13. Los monarcas no dejaron de aprove-char el valor icónico y simbólico de Santiagoy, por otro lado, comprendieron pronto lanecesidad de facilitar el tránsito de perso-nas, animales y mercancías hacia Santiagopor los indudables beneficios económicosque ese continuo movimiento producía.Uno de los hechos de mayor relevancia y

significación en este flujo humano del cami-no de Santiago fue el nacimiento y desarro-llo de múltiples núcleos urbanos. Las villasy ciudades se convirtieron en el lugar idó-neo para asistir a los peregrinos en diversosaspectos: aliviando en la medida de lo posi-ble las penalidades del viaje mediante lacreación de centros asistenciales (hospita-les); proporcionando los me dios para elsustento de los jacobitas (mercados, meso-nes, comercios); y ofreciendo el consueloespiritual para las almas de los peregrinos(ermitas, santuarios, iglesias)14. Algunasciudades que con anterioridad habían vivi-do un largo periodo de decadencia y aban-dono, se volvieron a poblar y resurgieroncomo centros organizadores de su espaciorural; otras surgieron de la nada con la solaintención de favorecer al propio caminoque las daba vida.Retornando de nuevo al momento del

nacimiento del burgo de San Cernin, elmonarca navarro Sancho Ramírez fue el

que comenzó la política de atracción depobladores ultrapirenaicos mediante laconcesión del fuero de Jaca (¿1063-1076?), ypoco después fomenta también la repobla-ción de Sangüesa y Estella. Concretamente,a esta última población navarra le entregael fuero de Jaca en 1090. En los mismosaños comienza a verse francos o extranjerosen Puente la Reina, y en 1095 Alfonso VIotorgaba fuero a los que acudieran a poblarLogroño, así extranjeros como españoles:tam de Francigenis, quam etiam de Ispanis. Resulta difícil establecer de manera exac-

ta la fecha en que se instalaron los primerosextranjeros en Pamplona, pero debió sermuy poco después de la confirmación deSancho Ramírez al obispo de la posesión dela ciudad. En todo caso la llamada a los nue-vos pobladores surtió efecto rápidamente yya en 1100 estaban agrupados en torno a laiglesia que se colocó bajo la advocación deSan Saturnino, empezando a ser conocido elbarrio con el nombre de Barrio Nuevo. Lanueva población se localizó enfrente de laNavarrería, ligeramente separada de ellapor la vaguada sobre la que está la actualcuesta de Santo Domingo. Este espacio delBurgo Nuevo era propiedad en parte de laIglesia de Pamplona y en parte del monaste-rio de Leire, lo que provocó algún conflictoentre el abad y el obispo.Para crear este nuevo burgo de francos

se entiende que el obispo Pedro debió con-tar con la autorización de Sancho Ramírez,aunque en realidad la primera regulaciónjurídica de la población no llegó hasta elaño 1129, cuando el monarca Alfonso elBatallador otorgó a los pobladores el fuerode Jaca. A diferencia de los pobladores dela Navarrería –labradores dependientes delobispo– los nuevos pobladores del Burgode San Cernin eran todos francos o extran-jeros. Sus actividades económicas y su esta-tuto jurídico era también diferenciado;debemos pensar que el obispo acogió a losfrancos con algún beneficio de «franqueza»

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

34

Page 35: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

similar a los que ya dis-frutaban algunas otraspoblaciones navarras porobra del rey. Pero, dehecho, no es hasta el año1129 cuando el monarcadecide entregar a los nue-vos pobladores el fuerode Jaca.

2.4 Año 1129: concesióndel fuero de Jaca al burgode San Cernin.Durante la Edad Mediafue muy habitual que losfueros otorgados a deter-minadas poblaciones fue-sen luego trasladados aotras villas y ciudades, enocasiones de forma com-pleta y en otros casos conmodificaciones. Así ocu-rrió con el fuero deLogroño o con el fuero deJaca, los cuales generaronextensas familias de fue-ros otorgados a numero-sas poblaciones. A conti-nuación, pasamos a anali-zar –por su trascendenciaen el desarrollo del burgode San Cernin y, en gene-ral, de la historia de Pamplona– el fuero deJaca otorgado a la ciudad navarra.En el momento de la concesión por parte

de Sancho Ramírez del fuero a Jaca, uno delos puntos más importantes era la anulaciónde la anterior condición «villana» de sushabitantes, estableciendo las condiciones enque los ciudadanos habrían de relacionarsecon la corona desde aquel momento. Por unlado, había que elevar a los «villanos» (rusti-ci) a la condición de «francos»; por otro,había que fijar los fundamentos con que seintegrarían los nuevos pobladores extranje-ros, los cuales se suponía que gozaban ya del

estatuto personal de «franqueza». Sinembargo, estas consideraciones tan impor-tantes en el fuero de Jaca no eran las mismasque se vivían cincuenta años después enotros núcleos urbanos, como San Cernin enPamplona, donde no había ciudadanos a losque liberar, ya que todos los pobladores eran«francos». En 1129 la franqueza ya no es enel reino una novedad, como en el momentode la concesión del fuero a Jaca, sino unasituación extendida y reconocida. Los habi-tantes del burgo nuevo de San Saturnino oSan Cernin, eran todos extranjeros, franci,atraídos por el obispo e instalados en sus

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

35

VISTA DE LA IGLESIA DE SAN CERNIN

Page 36: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

propias tierras. Además, había otra diferen-cia fundamental con Jaca: mientras ésta erauna villa regia, San Cernin estaba estableci-do en terrenos del obispo de Pamplona. Portanto, habría que saber cual era su situaciónde dependencia respecto del obispo, señorde la ciudad y dueño del solar, y en relacióncon el rey.A este respecto el fuero otorgado por

Alfonso el Batallador en 1129 no es espe-cialmente elocuente. Para que los nuevospobladores se asienten en la llanura de SanSaturnino, el monarca ordena que en susfaciendas y iuditios se rijan por los fuerosotorgados a los pobladores de Jaca. Y, aligual que los pobladores de Jaca, les conce-de que puedan pastar con sus ganados yhacer leñas en montes que son del rey y dela Iglesia de Santa María, hasta donde pue-dan alcanzar en un día.

En conjunto, los vecinos del burgo reciéncreado obtenían las franquezas de los deJaca, que en buena parte se asimilaban a lasde los infanzones. Sin embargo, no se lesconcedió la infanzonía. De hecho, ya en elfuero de Jaca se procuró que los infanzonesquedaran al margen del vecindario, prohi-biéndose a los francos que vendieran here-dades a iglesia o a infanzón. En San Cerninse toman todas las medidas necesarias paraque sólo habiten dentro de su recinto extran-jeros. El primer ejemplo similar lo encontra-mos en Estella, donde en 1090 se dispusoque ningún navarro o presbítero de fuerapudiera poblar en la villa sin la voluntad delrey y de todos los estelleses15. En Puente laReina en 1122 se prohíbe expresamente queningún infanzón pueble la villa16. EnSangüesa, en la misma fecha, se dice quenadie que tuviere heredad en el burgo viejo,

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

36

ARAGÓN

FRANCIA

Pamplona(1129)

Mar Cantábrico

San Sebastián (1180)

JACA (1063)

Ainsa

Alquézar

Montearagón

Huesca (1109)

Las Pedrosas

Asin

LuesiaUncastillo

NAVARRA

GUIPÚZCOA

Villafranca

Olite

TafallaSangüesa

Roncal

Roncesvalles

Larrasoaña

Estella(1090)

Puente la Reina

Oloron

B. Arizaga y S. Martínez

PRINCIPALES POBLACIONES QUE RECIBIERON EL FUERO DE JACAReelaborado a partir de Ubieto Arteta, A.: Aragón. Comunidad Histórica. Zaragoza, 1991, pp. 173-175.

Page 37: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

ni tampoco ningún infanzón, pueble en elburgo nuevo, que se hace exclusivamentepara los francos. Comple tando esta serie dedisposiciones, en 1129 se dice que en elburgo de San Cernin no pueble ningúnnavarro, aunque sea clérigo o infanzón (necnavarro, neque clerico, neque nullo infançone).En definitiva, de esta disposición se

deduce que la población extranjera debía serya numerosa, o que al menos estaba asegu-rada su llegada. Por otra parte, el hecho deque se prohíba la entrada de navarros es unamuestra clara de la intención del monarcade mantener separados a ambos gruposhumanos, cosa que hubiera sido imposiblesin esta disposición, pues los habitantes dela Navarrería habrían acudido a poblar elburgo de San Cernin para beneficiarse de suestatuto privilegiado. San Cernin es, desdesus inicios, un espacio separado, privilegia-do y exclusivista. El origen de sus poblado-res, su diferente estatuto jurídico, sus activi-dades económicas e incluso su lengua, sepa-raba a los habitantes de San Cernin de loslabradores de la Navarrería.Como anteriormente señalamos, para

evitar el contacto –incluso físico– entre elburgo de San Cernin y la Navarrería se esta-blece un espacio intermedio en la vaguadade Santo Domingo, prohibiendo edificarentre la iglesia de Santa Cecilia, al pie de laNavarrería, y la nueva población.En el fuero de 1129 se confirma la juris-

dicción sobre esta población a Santa Maríade Pamplona y al obispo de la sede, al tiem-po que se establece la igualdad jurídica detodos los nuevos pobladores: «Et nullohomine que populaverit cum vos, quod sic faciatquomodo feceritis unoquoque de vobis». Seinsiste, además, en que ni el obispo ni laiglesia podrán cambiar el domino que tie-nen sobre la población. Al tiempo, se señalael modo en que el obispo ejercerá su potes-tad sobre los del Burgo. La figura principalserá el almirante, puesto por el obispo, quedeberá ser vecino del burgo. Por su parte,

los pobladores elegirán tres hombres bue-nos entre sus vecinos y el obispo deberáescoger uno, que será alcalde.En el fuero de Jaca se daban grandes

facilidades para adquirir la propiedad debienes inmuebles y la exención de estos depagar «ullo malo cisso». Además, se introdu-ce en este fuero –por primera vez enEspaña– la prescripción de año y día, setiende a reducir como medio de prueba elduelo judicial y el vecino no podrá ser dete-nido si da fiadores idóneos.Por otra parte, una vez que los vecinos

del Burgo de San Cernin se organizan comoun municipio con un fuero propio, se hacenecesario regular también las relacionesque mantendrían con otros individuos deámbitos distintos, especialmente si estoseran también privilegiados. El fuero de Jacaestablece que ninguno de sus hombres«vadat ad iudicum nullo loco nisi intus Iacam».De este modo, introduce una norma protec-tora del hombre de la ciudad, fortaleciendoel estatuto jurídico de la ciudad. Esto gene-raría posteriormente conflictos con losnavarros no enfranquecidos. Los burgos defrancos –como San Cernin– tienen su pro-pia jurisdicción. El derecho propio es lamejor protección para las franquezas de susvecinos, al no poder ser obligados a despla-zarse fuera de su ciudad para responder auna demanda judicial de un tercero.En 1158 Sancho el Sabio confirmó a los

burgueses de San Cernin «totos vestros forosintegre sicut fuistis populatos ad forum de Iaka,ad sic quod nullus homo de toto mundo, rex autprinceps aut episcopus, miles aut vilanus, cleri-cus aut laicus aut qualiscumque hordinis sit,non traat vos de vestros foros». Además, lesvuelve a garantizar su autonomía jurídica yprocesal: «Et si habuerit vobiscum aliqua iudi-cia, habeat vobis iudicium secundum vestrumforum de Iaka. Et si non se voluerit mantenerede illo iudicio secundum vestrum forum etvoluerit vos foras leate de vestro foro, cadat desuo iudicio et pectet mihi mille solidos».

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

37

Page 38: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

2.5 El burgo nuevo o Población de SanNicolásUna vez completada la población de SanSaturnino, los nuevos pobladores francosque iban llegando, así como los navarros decondición no servil, se fueron estableciendoextramuros del Burgo en terrenos que eranpropiedad del arcediano de la Tabla de lacatedral. Muy probablemente este asenta-miento se produjera desde mediados delsiglo XII, pero es en 1174 cuando encontra-mos la primera noticia que nos lo confirma.En dicho año, se habla ya del Burgo veteroSancti Saturnini, lo que evidencia la existen-cia de un «burgo nuevo», que será nombra-do así en 1177, junto con la iglesia de SanNicolás. En aquella fecha, en la división delos bienes de la Catedral se incluyó entreellos el «dominium quoque Novi Burgi, cumredditibus suis, et ecclesiam Sancti Nicholaicum oblationibus suis».En realidad, como señala Martinena

Ruiz17 existen dos teorías acerca del origende la Población de San Nicolás. Una deellas es la anunciada, que considera que laPoblación surgió entre los años 1164 y 1177,es decir, más de medio siglo después que elvecino barrio de San Cernin; otra, menosverosímil, sostiene que el burgo nuevohabría nacido en los primeros años del sigloXII, con una diferencia de apenas diez añosrespecto al Burgo de San Cernin. Esta posi-bilidad se basa en un documento del archi-vo de la Catedral, que Goñi Gaztambide18

data en el año 1100, en el que el obispo donPedro de la Roda permutó una pieza en SanSaturnino por otra “que est in burgo novo”. Eltexto se presta a dos interpretaciones: la pri-mera, que parece la correcta, indicaría queambas piezas estaban en el burgo de SanCernin, que en aquel momento era nuevocon respecto a la Navarrería; y otra, que lapieza de San Saturnino estaba en el burgode San Cernin y la otra en otro burgo dis-tinto –el nuevo– que podría ser ya la pobla-ción de San Nicolás.

Por otra parte si, como señala MartinenaRuiz, el nacimiento de la Población se pro-dujo después de 1150, se entiende mejor laconfirmación del fuero de Alfonso elBatallador, otorgada por Sancho el Sabio alos del Burgo en los años 1155 y 1158.Martín Duque señala que el poblamientohubo de ser posterior a 1164, pues en es enel fuero de Laguardia de ese año cuando seintrodujo por primera vez el censo comogravamen que se debía pagar al adquirir unsolar en estas nuevas poblaciones.El carácter mixto de este nuevo barrio,

habitado tanto por extranjeros como pornavarros, se aprecia en su actitud políticaya que en la primera mitad del siglo XIII sushabitantes se pusieron del lado de los de laNavarrería contra los francos de SanCernin, mientras que en la guerra civil de1277 se unieron a los francos de San Cernincontra los navarros de la Ciudad. Este asentamiento de nuevos vecinos

extramuros del Burgo debió generar uncierto recelo en los burgueses de SanCernin. En el año 1180 los burgueses de SanCernin tomaron una serie de medidas con-tra los pobladores del Burgo que no fueranfrancos. Para ellas se apoyaron en el privile-gio de 1129 en el que se decía que en elBurgo no podrían habitar navarros, fuesenclérigos o infanzones, y decidieron expulsara todos los navarros, excepto a aquellos queellos quisieran y que estuvieran inscritos enuna carta que tenían los burgueses. A pesarde todo, y como forma de reforzar el poderde los francos dentro del Burgo, ni siquieraestos navarros escogidos podrían ser admi-tidos como testigos contra los burgueses, nilos burgueses los presentarían como testi-gos contra extraños. También se comprome-tían a no recibir como vecinos a navarrosque no fueran hijos de franca o de franco,no se les alquilarían casas para vivir, paracambiar monedas o para tintorerías, ni seles enseñarían determinados oficios, entreellos: “...corrieros, carniceros, sellarios, bardo-

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

38

Page 39: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

narios, frenarios, ferrarios, çapaterios, asterios,peletarios, campanerios, calderarios...”.Como modo de acentuar sus diferencias

y su estatuto privilegiado, los burgueses seaferraron en aquella época al uso de la len-gua occitánica, especie de lengua francaque utilizaban para sus intercambios tantolos francos de la ruta de Jaca a Estella, comolos mercaderes del Languedoc.Los pobladores de San Nicolás, por su

parte, gozaban de un aforamiento similar aldel Burgo, aunque al reconocer el señoríodel arcediano de la Tabla pagaban a éste uncenso anual de dos sueldos por solar. Susfueros fueron extendidos por Sancho elSabio a los pobladores de Villava en 1184 ya los de Alesves (Villafranca de Navarra) en

1191. En estos casos, al estar bajo señoríoreal, pagaban los dos sueldos al rey.En definitiva, en la segunda mitad del

siglo XII Pamplona había quedado configu-rada como una peculiar población divididaen tres núcleos urbanos cada uno de elloscon pobladores de distinta estirpe y ocupa-ción, y con fueros diferenciados. Por unlado, el Burgo de San Saturnino o San Cernin,habitado exclusivamente por burguesesfrancos; la Población de San Nicolás, integra-da por francos y navarros; y la antiguaCiudad, a la que ahora comienza a aplicárse-le el término de Navarrería, al estar habitadaen su mayor parte por navarros.Los tres núcleos, a pesar de sus diferen-

cias, era de señorío episcopal y, en parte,

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

39

VISTA DE LA IGLESIA DE SAN NICOLÁS

Page 40: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

también real. Sin permiso del rey y del obis-po, ninguna iglesia podía tener heredades otierras dentro del territorio de Pamplona,tanto en la ciudad como extramuros; el reyresidiría principalmente en Tudela y Este -lla, pues hasta aquel momento no disponíade casa en Pamplona.Por lo que se refiere a los estatutos jurí-

dicos, el más privilegiado era el del Burgode San Saturnino. Los francos podía com-prar heredades de villanos o de infanzones,con lo cual adquirían la condición de tierras«ingenuas» y por tanto libres de malos cen-sos, como dice el fuero de Jaca: ˝Et ubicum-

que aliquid comparare vel acaptare potueritis inIacam vel foras Iacam hereditatem de ullo homi-ne, abeatis eam liberam et ingenuam sine ulomalo cisso”. Apoyándose en este privilegioes posible, como indican Lacarra y MartínDuque, que muchos burgueses se fueranhaciendo con heredades de la vecindad,uniendo a sus profesiones de cambiadores,posaderos, artesanos y mercaderes, la depropietarios rurales. Esto, junto con laactuación de los bailes y merinos reales,contribuía a que la Navarrería –menos pri-vilegiada que los otros dos núcleos– sefuera despoblando progresivamente.

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

40

0 50 100 150 200 m.

B. Arizaga y S. Martínez

Reelaborado a partir de Martinena Ruiz: La Pamplona de los Burgos...

Burgo de San CerninFuero de Jaca desde 1129Población de origen franco

Ciudad de la NavarreríaFuero de Jaca desde 1189(Pagan un censo al obispo porsus casas)Población de origen navarro

Población de S. NicolásFuero de Jaca desde 1174?(Pagan un censo al arcedianode la Tabla de la Catedral)Población de origen mixto:franco y navarro

Barrios de Pamplona en en el siglo XII

Río Arga

Page 41: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

De hecho, el rey había pedido al obispo ylos canónigos con insistencia que la Ciudadse repoblase, pero estos señalaban que eranlos merinos y bailes reales con sus exaccio-nes los que oprimían a los vecinos y que, deno cesar, la despoblarían por completo. En1189 se llegó a un acuerdo por el cual el reySancho el Sabio suprimía para siempre laclavería real de la ciudad y de su territorio,con lo cual, ningún baile tendría ya facultadpara actuar allí. Y, más importante, decidióque los habitantes de la Navarrería se rigie-sen a partir de entonces in iudicis suis et cau-sis cum omnibus hominibus por las costum-bres y fueros que tenían los burgueses deSan Cernin. Únicamente debían pagar a laiglesia de Pamplona dos sueldos por cadadoce codos de las fachadas de sus casas,patios o huertos que dieran a la calle; sitenían menos de doce codos, pagarían enproporción. Al obispo corresponderían apartir de entonces todas las calonias o justi-cias, sin que los merinos del rey pudieranreclamar nada.A cambio de las concesiones hechas a los

vecinos de la Navarrería –desde entoncesregidos por el mismo estatuto privilegiadoque los de San Cernin y San Nicolás– el reyrecibió la cantidad de mil áureos, el pradode Acella Landa y un solar para ampliar lacasa que había adquirido de Íñigo Almo -ravid, pues –como señalamos– anterior-mente no poseía casa ni heredad enPamplona.El monarca, de esta forma, daba su apoyo

expreso a una población que hasta entonceshabía estado marginada frente a las otrasdos que conformaban Pamplona. Las trespoblaciones estarían regidas desde entoncespor el mismo ordenamiento jurídico: elfuero de Jaca, con pequeñas diferencias.El apoyo prestado a la Navarrería debió

surtir efecto rápidamente, pues es en estaépoca (concretamente de 1213 es la primeramención) cuando vemos surgir un nuevobarrio: el de San Miguel, adosado a la anti-

gua Ciudad. No debió tener este barrio undesarrollo especialmente notable y desapa-reció en 1276 con la destrucción de la Nava -rre ría, que luego analizaremos. Ni siquierasu localización es aún bien conocida. Portanto, durante buena parte de siglo XIII fue-ron cuatro las poblaciones de Pamplona.Habría que señalar, también, el naci-

miento de la judería, que se produjo dentrodel mismo periodo de expansión que esta-mos describiendo. A mediados del siglo XII,el obispo trataba de aumentar la poblaciónde sus dominios con judíos y el rey le auto-rizó para que instalase judíos en Pamplonay Huarte en 1154, con las mismas segurida-des que tenían los de Estella. Estos judíospodían proceder bien de tierras del rey o deotras. Durante los primeros siete años deresidencia estarían sujetos a uno dobledependencia del rey y del obispo; pasadosesos siete años, toda la calonia sería delobispo, así como el resto de derechos sobrelos mismos.El sucesor de Sancho el Sabio, Sancho

VII el Fuerte, continúo con la política deconcesión a la Ciudad de Pamplona y másen concreto al obispo, gracias a la ayudaeconómica que éste le prestó en la guerracontra Castilla y Aragón. En 1198 dio a laIglesia de Pamplona sus palacios en la ciu-dad, con su capilla, granero y bodega, ytambién las tierras de Cella Landa o Acella,que los vecinos de la Navarrería le habíanentregado a su padre sólo unos años antes,como indicamos. Daba a la Iglesia, además,los diezmos del peaje que correspondían alrey tanto en la ciudad como fuera de ella. Yse comprometía a no hacer fuerza ni violen-cia alguna contra los vecinos del BurgoViejo, del Nuevo y de la Navarrería, sinoque siempre serían mantenidos en sus bue-nos usos y fuero.Sin embargo, el germen de las durísimas

disputas que iban a protagonizar los barriosde Pamplona en el siglo XIII se había puestoen el año 1189. Sancho el Sabio no sólo había

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

41

Page 42: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

favorecido a los de la Navarrería con la con-cesión del fuero de Jaca, sino que tambiénrevocaba explícitamente algunos privilegiosde los de San Cernin. Así, el rey autorizóque todos los solares, huertos y viñas dentroo fuera de los muros de la ciudad pudieranser poblados hasta la barbacana del Burgode San Saturnino, anulando la prohibiciónde 1129 de no edificar desde Santa Ceciliahasta el muro del Burgo. Esto fue un semi-llero de continuas disputas entre los barrios,acentuadas además por la rivalidad que yamantenían desde tiempo atrás.¿Cuáles eran las causas de esta rivali-

dad? Siguiendo a Irurita Lusarreta pode-

mos aludir a las diferencias de ori-gen, condición e intereses, unidas ala convivencia en espacios muy pró-ximos, pero que no formaban unaunidad. Señala la autora que en todala Europa occidental se dejó sentir laincompatibilidad de las nuevas ten-dencias y necesidades de los burgue-ses –mercaderes y artesanos– y laorganización tradicional existente.Aquellos que se veían beneficiadosse aferraban a sus privilegios deforma inquebrantable, pues garanti-zaba sus intereses y por que eraindispensable para el mantenimien-to del orden social. Esta era la situa-ción de la Pamplona medieval: poruna parte los habitantes de laNavarrería y San Miguel, empeña-dos en defender el estado de cosasque existía antes de la llegada de losnuevos pobladores extranjeros, ypor otra parte, a estos pobladoresfrancos de San Cernin y San Nicolás,encarnado el espíritu de la burguesíay deseosos de libertades y privile-gios. A continuación vamos a anali-zar con detenimiento el conflictoentre los barrios que finalizó con ladestrucción de la Navarrería y delbarrio de San Miguel al poco de

haber sido creado.

2.6 Los conflictos: la Guerra de los Barriosy la destrucción de la Navarrería.De manera previa a la resolución violentade los conflictos entre los distintos barriosque componían Pamplona, se apreciadurante buena parte del siglo XIII un conti-nuo clima de animadversión y enfrenta-miento19.Durante el reinado de Sancho VII el

Fuerte comenzaron a hacerse patentes lasdesavenencias. Para evitarlas, en el año1213 intervinieron el monarca y el obispoDon Asparago para lograr un acuerdo. En

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

42

Río Arga

0 50 100 150 200 m.

B. Arizaga y S. Martínez

Iglesia deSanta Cecilia

Muro deSan Cernin

SAN CERNINSAN CERNIN

SAN NICOLÁSSAN NICOLÁS

NANAVVARRERÍAARRERÍA

Área enconflicto

ÁREA EN LA QUE NO ESTABA PERMITIDO CONSTRUIR POR EL

PRIVILEGIO DE ALFONSO I DE 1129

Page 43: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

él, los habitantes de los cuatro barrios secomprometieron a vivir en paz durante 20años, estableciendo una serie de normascontra aquellos que violasen la paz. Porejemplo, si alguno mataba a otro individuode otro barrio, debía pagar por ello mil suel-dos, tres cuartas partes de los cuales seríanpara el mantenimiento de las murallas delbarrio al que perteneciese el fallecido y laotra cuarta parte para el baile del mismobarrio. También se regulaba la ley del Taliónpara el que arrojase fuego de forma mali-ciosa de uno a otro barrio.Estas semillas no debieron caer en suelo

fértil porque sólo dos años más tarde elobispo D. Asparago debía intervenir denuevo para apaciguar a los barrios, prohi-biendo a los de la Navarrería y la Poblaciónconstruir defensas contra al Burgo de SanSaturnino, dando, además, plenas compe-tencias a los del Burgo para resistir en casode que aquellos llevasen a cabo dichasacciones.Otro hecho que nos indica la poca efecti-

vidad de la concordia de 1213 es que en 1222se llegaba a una nueva avenencia preparadapor el rey Sancho VII y el obispo D. Remigio,mucho más explícita que la anterior. En ella,los cuatro barrios prometen olvidar los odiosy rencores anteriores, jurando todos losmayores de siete años mantener esta paz einculcar a sus sucesores el respeto a lamisma. De hecho se comprometen a expul-sar de la ciudad al que pretendiese alterar laconcordia suscrita. Uno de los puntos funda-mentales de esta concordia es que se obliga alos de la Población a que sus construccionesmirando al Burgo fuesen de madera, y no depiedra, a partir de cierta altura –tres codos–y que estos muros no llevasen saeteras niventanas, evitando de este modo que estascasas pudieran servir como fortalezas en unahipotética lucha entre los barrios. De hecho,se prohibía a los de la Población cualquiertipo de defensa o fortaleza contra el murodel Burgo de San Cernin.

Aunque dirigida a mantener la paz y laconcordia entre los barrios, se aprecia quelas medidas de este acuerdo van dirigidasespecialmente a proteger a los del Burgo,pues, de hecho, nada se dice respecto a queestos hagan fortalezas contra la Navarreríao la Población. Era, quizá, una forma deremediar la disposición de su padre,Sancho el Sabio, cuando permitió a los de lanavarrería a construir entre Santa Cecilia yel muro del Burgo. De hecho, ya el monarcaSancho VII había mostrado su apoyo a losdel Barrio en 1214, cuando prohibió a los dela Navarrería y la Población de San Nicoláshacer «ullam clausuram preter illam que hodiefacta est scilicet murum vel turrim siue barba-canam uel ullam aliam fortalezam contra bur-gum uel contra homines de dicto burgo sanctiSaturnini», advirtiendo además de que encaso de intentar fortificarse contra los habi-tantes del Burgo, estos lo podrían impedircon todas sus fuerzas.En esta época la mayor concordia parece

establecerse entre los barrios de San Nicolásy la Navarrería, frente a los del Burgo. En elaño 1236 ambos barrios acordaron que elchapitel o mercado que estaba entre ambaspoblaciones fuese común y que, por tanto,«nenguna de las uillas non aya que demandarres en aquetz chapitels per si sens laltra»,cobrándose a partir de entonces los dere-chos del mercado a medias entre los dosbarrios. En todo caso, hay que entender quetal acuerdo surgió tras largos pleitos entreambos barrios, pues en el documento sedice: «porque daquí en auant demanda no con-tenta entre estas dos uilas non se puysca leuarsobre aquetz chapitels», lo que viene a indicarque antes las había habido.Pero, en general, todas estas concordias

servían de poco cuando las partes implica-das no hacían un verdadero esfuerzo por elmantenimiento de la paz. Así, en 1254 sedio una sentencia de corte que considerócontra derecho la construcción por parte delos del San Nicolás de un muro y un portal

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

43

Page 44: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

en terrenos que había sido otorgados a losdel Burgo para hacer mercado. Aunque losde la Población habían levantado el murocon el beneplácito del rey don Teobaldo,tuvieron que derruirlo en cumplimiento dela sentencia. Aún así, no acabaron las dis-putas entre ambos barrios pues los de SanCernin protestaron en 1256 porque los deSan Nicolás no habían prestado atención alas sentencia de 1254 y seguían construyen-do defensas frente al Burgo.¿Cómo eran las relaciones entre el Burgo

y la Ciudad? En general, tampoco muyamistosas. En el año 1254, y ante la protestapresentada por los del Burgo de San Cernin,el tribunal de Corte declaró que Sancho VIel Sabio no había obrado con justicia cuan-do permitió a los de la Navarrería a queconstruyesen entre Santa Cecilia y el murodel Burgo. Además, se insistía en que elderecho de vender pan y vino a los peregri-nos era exclusivo del Burgo, pues así leshabía sido concedido en el privilegio de1129.En definitiva, las disputas entre los

barrios eran permanentes y, de momento,no parcializadas, pues las alianzas entre laspoblaciones eran volátiles en función deunos u otros intereses. Sin embargo, huboun momento en que pareció que la paz per-manente podía lograrse. En 1266 se llegó aun acuerdo entre los doce jurados de SanCernin, los doce de la Navarrería, los docede San Nicolás y los seis de San Miguel,según el cual se comprometían a no inter-venir en las sentencias dadas por el Reycontra algunos de los barrios, por la espe-ranza de conseguir algún bien o de evitarposibles daños. No mucho después por unacuerdo entre Enrique I y el obispo, los cua-tro barrios de Pamplona pasaron a dominiodel rey, mediante el pago de 30.000 sueldospor parte de éste y otra serie de compensa-ciones. Luego se analizará con más detalleeste punto.En cualquier caso, vana esperanza la de

que la paz de 1266 fuera duradera. En 1275volvemos a ver a los barrios enfrentados, enesta ocasión el Burgo y la Población contrala Ciudad. El obispo D. Artmingot y DonPedro Sánchez de Montagut, señor deCascante y Gobernador de Navarra, orde-naban dejar libres algunos solares que que-daban entre los barrios y que no se usasencancelas hasta San Miguel. Los de laNavarrería incumplieron la decisión y losotros dos barrios se querellaron ante elGobernador, el cual, al estar ocupado en lasfronteras, delegó en el obispo para quesolucionase el problema.Los ánimos se caldeaban ese mismo año

con un nuevo desafío entre los barrios. Elgobernador Don Pedro Sánchez de Mon -tagut indicaba a los de la Navarrería y SanCernin que los ingenios de guerra quehabía colocado unos frente a otros los situa-sen donde hiciesen falta para defenderse delos castellanos. Los de la Navarrería senegaron y contestaron «que por nenguna resnon los toldrían de aqueyos logares or los avainparados». Ante el gesto altivo de los de laNavarrería, el gobernador no decidió casti-garles, sino permitir a los del Burgo y laPoblación que hiciesen exactamente lomismo. La guerra era ya imparable.En el estudio del conflicto que surgió a

continuación y que ha sido denominadocomo Guerra de la Navarrería –una guerracivil en sentido estricto– disponemos deuna fuente extraordinaria: el poema en ver-sos provenzales escrito por GuillermoAnelier, trovador tolosano, que fue testigo yparte en los hechos que narra20.Las causas del conflicto ya las hemos

visto de manera pormenorizada en las líne-as anteriores y se fundamentan en el inten-to de cada barrio de mantener sus prerroga-tivas y privilegios frente a sus vecinos. Aello había que sumar las diferencias cultu-rales y de origen de cada uno de los barrios,lo cual hacía aún más difícil la pacífica con-vivencia. Para que todo estallase sólo falta-

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

44

Page 45: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

45

ba que la mecha se encendiese, y eso ocu-rrió en 1274. En aquel año murió el rey denavarra Enrique I, dejando como heredera aDoña Juana, una niña de dos años, bajo latutela de su madre Doña Blanca. Los veci-nos reinos de Castilla y Aragón trataron deobtener ventaja de la situación y se apoya-ron en los navarros para sembrar aún másdisensiones. Don García Almoravid, señorde la Montaña, se puso del lado castellano,mientras don Pedro Sánchez de Montea -gudo, señor de Cascante, se apoyaba en elbando aragonés. La reina viuda DoñaBlanca dio su apoyo al segundo, nombrán-dole Gobernador del Reino. En el acta quese levantó parecen los concejos de diversasvillas navarras y también los concejos de elBurgo y la Población de Pamplona, pero nose dice nada de la Navarrería ni de SanMiguel. Por tanto, observamos que los de la

Navarrería mostraban su oposición al señorde Cascante; y sólo un año después se pro-ducía el incidente antes señalado por el cuallos de la Navarrería se negaban a retirar lasmáquinas de guerra que habían situadofrente a los del Burgo.Ante el estado de la situación, la reina se

retiró a Francia bajo la protección de suprimo Felipe III al Atrevido. El GobernadorDon Pedro pronto tuvo que se removidodel cargo pues los navarros deseaban quequien los mandase no estuviese involucra-do en uno de los bandos en conflicto.Aprovechando el desconcierto, los castella-nos entraron en Navarra y se apoderaronde Mendavia. Los navarros pidieron ayudaal Rey de Francia y éste envió a Eustaquiode Beaumarchais, que tampoco fue bienrecibido por los navarros. En cambio, sígozó del apoyo de los del Burgo y SanNicolás, por su ascendencia franca. Los dela Navarrería y San Miguel, en cambio, sepusieron del lado de Don García Amoravidy se prepararon para la lucha. El Goberna -dor, incapaz de aplacar el ánimo de los

navarros, pidió auxilio al Rey de Francia yéste envió en septiembre de 1276 un ejércitodirigido por el Conde de Artois, que pene-tró en España y puso sitio a la Navarrería.El sitio fue duro, pero los de la Navarreríase defendieron con valor hasta que Almo -ravid, viendo que no era posible continuarla resistencia, huyó durante la noche dejan-do a los navarros sin líder y sin apoyo. Aldía siguiente el ejército francés entró en laciudad. Aquí Anelier nos canta en supoema el saqueo, los robos y la destrucciónconsiguiente, incluyendo el incendio de lapoblaciones de la Navarrería y San Miguel.Ni siquiera la catedral fue respetada delsaqueo. «Nunca se vio a ningún hombrevengarse tan bien» señala el trovadorAnelier, en referencia al rey Felipe elAtrevido.Como consecuencia de la Guerra, la

Navarrería y el barrio de San Miguel que-daron completamente arrasados y despo-blados. De hecho, la reconstrucción de laciudad no se llevó a cabo hasta el año 1324,en que Carlos el Calvo dio un decreto per-mitiendo que fuese poblada de nuevo.Fue tal la violencia y la destrucción sufri-

dos por la Ciudad de la Navarrería, que elobispo de Pamplona envió una relación delos daños al Papa, al tiempo que pedía laexcomunión para los habitantes del Burgo yde la Población, y también para Eustaquiode Beaumarchais. Los de San Cernin y SanNicolás, por su parte, trataron de justificarsus actos apelando al Papa contra la senten-cia de excomunión solicitada por el obispo,afirmando que ellos sólo se había defendi-do de la actitud soberbia de la Navarrería.El cabildo de la catedral, siguiendo a suobispo, envió igualmente una relación alPapa de los agravios sufridos, quejándosede su penosa situación y de que ni el Rey deFrancia ni el Gobernador de Navarra aten-dieran sus reclamaciones.El rey de Francia decidió actuar en 1277

y pidió al Gobernador de Navarra un infor-

Page 46: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

46

Page 47: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

me sobre los daños que había sufrido elconcejo de Pamplona en la Guerra. Trasrecibir el informe el monarca estableciócinco disposiciones, cuatro favorables a losvencedores y sólo una a los vencidos. Elmonarca no estaba por la labor de ayudar alos derrotados.Por tanto, en los casi cincuenta años que

distan entre 1276 (destrucción de la Na -varrería) y 1324 (con su reconstrucción)Pamplona estuvo formado por sólo dosbarrios: el de San Cernin y el de SanNicolás.Acabada la guerra, los dos barrios deci-

den formalizar su unión militar para darpaso a una unión política: en 1287 ambosbarrios acordaron constituirse en un solomunicipio con diez jurados del Burgo ydiez de la Población y dos alcaldes. Podráverse más al respecto de esta unión en elapartado dedicado a la sociedad pamplone-sa medieval.En la unión de 1287 se regulan las edifi-

caciones de la Población que daban al valla-dar: podrían ser de quince codos, cuatro depiedra y las demás de tierra, pero sin balles-teras ni ventanas, salvo una para iluminarlos graneros. En todo caso, la unión no evitódel todo los conflictos que también el Burgoy la Población habían protagonizado a lolargo del siglo XIII.En 1314-1315 Luis Hutin daba órdenes

desde París para que se destruyesen lascasas de Miguel Motça, alcalde de la Corte,y otros habían levantado delante del murodel Burgo, en contra, por tanto, de lo esta-blecido en la anterior concordia. En 1344-1345 de nuevo se vivió un proceso presen-tado por los del Burgo contra varios vecinosde la Población por levantar sus viviendasmás de los quince codos autorizados, conventanas y ballesteras. Otro habían hechosus huertos en el valladar. Y se quejaban,también, de que la torre de la iglesia de SanNicolás se levantaba contra los privilegiosdel Burgo. Incluso el año siguiente, cuando

hubo que hacer renovación de jurados, losdiez de la Población se negaron a prestar eljuramento debido, pues creían que podíalesionar sus derechos. En 1358 el infanteDon Luis tuvo que ordenar a los de laPoblación que se reunieran con los delBurgo para elegir los nuevos jurados, con-minándoles a que fueran sin armas paraevitar escándalos.En todo caso, se trataba de discusiones

menores que no tenía ya la animadversiónde las protagonizadas en el siglo anterior.Carlos III, tras su visita a la ciudad para verde primera mano el motivo de las discordias,dictaminó en 1390 que se limpiara el valla-dar de la suciedad y estiércol acumulado;mandó que se cortasen los árboles y se tira-ran las paredes y edificios que habían sidolevantados en el mismo, y que se cerraran laspuertas de la Población que daban al valla-dar. Se permitía a los de la Población a cons-truir de piedra hasta cuatro codos y de yesoy madera hasta la altura que quisieran.También podrían abrir ventanas hacia elvalladar, correspondiendo la jurisdicción delmismo al Burgo, aunque sólo hasta dondecaen las aguas de la Población. Años mástarde, en 1408, delimitó ciertos términos encontienda entre el Burgo y la Población.

2.7. Pamplona entre el obispo y el rey.Los derechos del obispo sobre la ciudad dePamplona se deben en su mayor parte adonaciones y concesiones de los Reyes.Aunque el momento de la donación podríaser incluso anterior, es seguro que desde1087 la ciudad de Pamplona pertenece alObispo por donación real. En aquella fechaSancho Ramírez confirmaba la donación dePamplona al obispo, señalándose que laposesión arrancaba de tiempos de Sancho elMayor (1004-1035). Este texto, en el cual elRey fija la jurisdicción y atribuciones delObispo en su propia sede, señalando lasposesiones y rentas que constituyen ladonación del obispado, es al mismo tiempo

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

47

Page 48: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

el primer texto que nos permite conocer lasatribuciones que el Obispo tenía sobre laciudad y las relaciones recíprocas del Rey yel Obispo a propósito de la misma.Cuando se da el privilegio de 1087,

Pamplona no es más que una pequeña enti-dad con una serie de casas establecidas en elentorno de la catedral y poblado por los quepodrían ser llamados «ministeriales» delObispo (homines Sancte Marie), entre los quese incluyen tanto servidores de la Iglesiacomo labradores de que cultivarían las tierrasde la Iglesia. Tanto unos como otros dependí-an directamente de la jurisdicción delObispo, como señor de la ciudad. Por estosaños todavía no habían llegado pobladoresextranjeros, pero la ciudad disponía ya de unmercado incipiente. Éste se celebraba losmartes, y ese día no debía haber mercado enlos pueblos de las inmediaciones. Dado supequeño tamaño, se trataría de un mercadode abastecimiento de productos agrícolas,carne, leña y pescado para los habitantes dela ciudad. En este privilegio de 1087 tiende aequipararse la jurisdicción que el Rey y elObispo tenían sobre la ciudad y su mercado.Como la ciudad es del Obispo, el clavero delRey –administrador de las haciendas y rentasreales– sería nombrado y mudado por deci-sión del Obispo. Además, el Obispo cuidaríade que los funcionarios reales no se propasa-ran en sus actividades en la ciudad. En todocaso, la jurisdicción del mercado era del Rey,al cual correspondía también el manteni-miento del orden público.Hay que entender que la escasa dimen-

sión urbana de Pamplona en aquellosmomentos, así como su poca importanciaeconómica, no planteaban demasiados pro-blemas de jurisdicción. Algunos funciona-rios del Obispo bastarían para la percepciónde rentas y la administración de la ciudad;por su parte el «senior mercati» –un funcio-nario real– mantendría el orden y autoridadregia en el mercado, percibiendo losimpuestos y multas en el mismo.

Las cosas van a comenzar a cambiardesde comienzos del siglo XII, cuando a laciudad de Pamplona comiencen a llegarpobladores extranjeros atraídos por lasperspectivas económicas que suscitaba laruta jacobea. Estos «francos», din duda lla-mados por el propio obispo a establecerseen el entorno de la ciudad, elevarían elvolumen de las transacciones y pondrían enpeligro el sistema de gobierno establecidoen el privilegio de 1087. Los privilegios con-cedidos en ese año por Sancho Ramírez fue-ron confirmados por su hijo, Alfonso I, ypor el hijo de éste, García Ramírez. AlfonsoI el Batallador aumentó además las posesio-nes de la Iglesia al cederle el Burgo de SanSaturnino en su privilegio de 1129. Mástarde, los barrios de San Nicolás y SanMiguel pasaron también al poder delObispo, con lo cual su jurisdicción se exten-dió a toda la ciudad de Pamplona.La jurisdicción del Obispo sobre la ciu-

dad se manifestaba mediante una dobleintervención en el municipio: el nombra-miento del alcalde (elegido por el obispoentre tres «hombres buenos»); y la presen-cia de un delegado suyo, el almirante, quetenía como misión principal la de presidirlos juicios e imponer las caloñas. En todocaso, la jurisdicción del Obispo se extendíaúnicamente a la justicia media y baja, limi-tada a delitos cuyas penas no pasaban desesenta sueldos, y también a las cuestionesentre particulares. Los nobles debían serjuzgados por el Rey, y también al monarcacorrespondía la justicia alta, que compren-día las penas corporales y también las pecu-niarias superiores a sesenta sueldos.La relación de los habitantes de Pamplo -

na con la obispo no era igual en cada uno delos barrios. Los habitantes de la Navarreríaestaban obligados a pagar anualmente dossueldos por cada doce codos de tierra quetuviese su casa mirando a la calle, segúnordenó Sancho el Sabio en 1189. Los de SanNicolás pagaban un censo anual a Santa

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

48

Page 49: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

María por haberse levantado la poblaciónen terrenos del Arcediano de la Tabla de laCatedral. Sancho VII el Fuerte, por su parte, tam-

bién favoreció generosamente a la Iglesiade Pamplona. Entre otras acciones, paraagradecer algunas prestaciones que el obis-po le hizo, le cedió el diezmo del peaje queel rey percibía en Pamplona y entregó suspalacios en la Ciudad y la parcela deCellalanda, como ya hubo ocasión de veranteriormente.Estas relaciones entre los monarcas

navarros y los obispos de Pamplona, enprincipio amistosas, comenzaron a agriarsecon el advenimiento de la dinastía deChampaña al trono navarro. Como señala

Irurita Lusarreta, es probable que granparte de la culpa la tuviera el desconoci-miento de los usos y costumbres del paíspor parte de estos reyes extranjeros, reyesque, además, deseaban residir en Pamplonacomo capital que era del reino. Tambiéninfluyó que los obispos se mostrasen deci-didos a recuperar parte de las atribucionesperdidas con el paso de los años, entre otrascausas por las largas etapas en que la sedeestuvo sin ocupar. Y, por último, los bur-gueses de San Saturnino trataban de eludirla jurisdicción episcopal acercándose a lacorona, aunque sin someterse del todo.Con Teobaldo I la relación con los obispos

fue muy tirante. El obispo Pedro Ximénez deGazólaz compareció en 1245 ante el Papa

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

49

VISTA DEL CLAUSTRO DE LA CATEDRAL DE PAMPLONA

Page 50: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Inocencio IV para quejarse de los muchosatropellos que el rey realizaba. El obisporeclamaba la jurisdicción espiritual y la justi-cia de Pamplona, que el monarca trataba deusurpar. La Santa Sede dictaminó en favordel obispo y condenó repetidamente almonarca, sin ningún éxito.

Con su sucesor, Teobaldo II, se llegópronto a un acuerdo tanto en las demandasespirituales y temporales que afectaban a ladiócesis de Pamplona, como en los proble-mas específicos de la ciudad: el dominio,las posesiones y rentas de la ciudad dePamplona serían posesión a medias del reyy el obispo, salvo algunas excepciones. Perocuando todo estaba llamado al entendi-miento, el acuerdo quedó sin efectividad:algunos canónigos lo denunciaron ante elPapa y éste decidió anularlo. A pesar de losintentos del obispo Pedro Ximénez deGazólaz, triunfó la facción más reivindicati-va de la iglesia, frente a la parte más realis-ta que encarnaba él.Con el sucesor de Teobaldo II, Don

Enrique, la situación se complicó aún más.En un momento dado se llegó a una ave-nencia entre ambos, pero el Obispo la firmócoaccionado por el Rey y, muerto éste(1274), no tuvo validez. En la concordia seestablecía que la ciudad pertenecería al Rey,aunque percibiendo la Catedral los réditostemporales que le correspondían por razónde jurisdicción y dominio. Con el incendio y la destrucción de la

Navarrería en 1276 las relaciones se hicie-ron aún más tirantes, pues la iglesia dePamplona se había posicionado del lado delos perdedores. El rey poseía la ciudadcomo trofeo de conquista y, por su parte, laiglesia no podía demostrar sus derechossobre ella pues todos los privilegios habíansido destruido en el saqueo posterior a laguerra. Las peticiones de los obispos caye-ron en saco roto ante los monarcas y se sus-citó, de nuevo, la cuestión de a quién perte-necía la justicia en la ciudad. Tras muchas

discusiones y negociaciones se llegó en 1284a una avenencia entre el Obispo D. Miguely los Reyes Don Felipe y Doña Juana. Eneste acuerdo, el Obispo de Pamplonarenunció a sus derechos sobre Pamplona,creyendo favorecer así los intereses de laIglesia. Las causas para tal decisión sonvarias. Por un lado, los reyes deseabanposeer plenamente la capital de su Reino, lacual, además, había obtenido un gran desa-rrollo; por otro lado, los vecinos se negabana pagar los impuestos debidos por sus casasy por el uso de los hornos. Todo ello hacíamuy gravoso el mantenimiento de la ciu-dad, por lo cual el Obispo consideró que erapreferible entregar su jurisdicción al poderreal, reservándose la Iglesia algunos dere-chos. En la concordia se trata también deforma minuciosa el funcionamiento delrégimen municipal. Se ordenó que los alcal-des, almirantes y bailes de las cuatro villasfuesen puestos en común y que si tuvieranque ser removidos del cargo se hiciese con elconsentimiento de los Reyes y del Obispo enel Burgo de San Cernin; con el de los Reyesy el Arcediano de la Tabla en la Navarrería yla Población de San Nicolás; y con el de losReyes y Hospitalero en el burgo de SanMiguel. Al unirse ambos poderes, los alcal-des, almirantes y bailes debían prestar jura-mento al comenzar su cargo y cada año, unoen el palacio real y al siguiente en el delObispo.Esta avenencia fue suscrita en 1291 por

el Obispo D. Miguel Pérez de Legaria y losReyes Don Felipe y Doña Juana y confirma-da por el Papa Bonifacio VIII en 1296, perono se llevó a la práctica, entre otros motivospor las discrepancias con los vecinos que noestaban de acuerdo con el modo de gobier-no que se proponía instaurar. El Obispo y elCabildo continuaban deseando librarse delgobierno de la ciudad porque cada día lesresultaba más oneroso mantener sus dere-chos sobre la misma. Por ello suplicaban alPapa para que permitiese una nueva con-

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

50

Page 51: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

cordia con el rey Don Felipe. La anheladapermuta de la ciudad llegó, definitivamen-te, en 1319. Por este acuerdo, la Iglesiarenunciaba al poder temporal sobre los cua-tro barrios de Pamplona: censos de lascasas, lezda de peces y carne, rentas debaños y hornos; jurisdicción y mero y mixtoimperio sobre los barrios de Pamplona y loscastillos de Oro y Mojardín. La Iglesia sereservaba sus casas propias y los solares delas que estaban destruidas, sus huertos, pie-zas y viñas, pero sin jurisdicción temporal yalgunos terrenos junto a la catedral. En 1320Felipe el Largo dio orden al gobernador decumplimentar los acuerdos y en 1321 losprocuradores del obispo y los del cabildoentregaban a los comisarios del gobernadorla jurisdicción temporal sobre la ciudad21.Todavía el arcediano de la Tabla protestócontra esta concordia pues, siendo parteinteresada en el acuerdo, éste había sidohecho sin su consentimiento. Pero la recla-mación no prosperó. De este modo se poníafin a uno de los más largos enfrentamientosen la Pamplona medieval por el controlpolítico y jurídico de la ciudad. Los reina-dos siguientes –Carlos II y Carlos III– secaracterizaron por las buenas relacionesentre los reyes y los obispos.

2.8. Reconstrucción de la Navarrería ydefinitiva unión de los burgos.En la guerra de 1276 la Navarrería y elbarrio de San Miguel quedaron totalmentedestruidos, como ya tuvimos ocasión dever. La ciudad se saqueó y se incendió; lacatedral fue asaltada y muchos de sus docu-mentos se perdieron; se arrasaron las mura-llas, torres e iglesias. Sólo quedaron en piela catedral con algunos de sus edificios, elpalacio del rey (palacio de San Pedro) yalgunos otros pocos edificios. Puede quealgo de población quedase en las casasarruinadas, mientras otros buscarían refu-gio en otros barrios o en las aldeas de losalrededores.

Con el acuerdo suscrito en 1319 entre elrey Felipe el Largo y el obispado dePamplona, se estableció el compromiso derepoblar y reconstruir la Navarrería y elburgo de San Miguel. Al estar ya el dominiotemporal de la ciudad en manos del rey, noexistía para éste el peligro de que la repo-blación de la Navarrería supusiera unaextensión de la jurisdicción señorial delobispo. Ello favoreció que la repoblación seiniciase de forma inmediata. En 1323 yaestaban repartidos y tasados 148 solares.Los nuevos pobladores que acudieron a laNavarrería solicitaron del monarca que lesfuese entregado el Fuero de Jaca, la exen-ción de peajes en todo el reino durante diezaños y la exención de pagar el censo tasadopor las casas hasta que estuvieran termina-das, así como otra serie de privilegios. Elmonarca Carlos el Calvo accedió a todas laspeticiones, lo que ya es una muestra clarade que las relaciones se habían normalizadoy que los monarcas estaban comprometidoscon la reconstrucción de la ciudad. Elmonarca dio normas para el trazado de lascalles, estableciendo que por cada casapagarían de dos a seis sueldos, dependien-do de las calles o barrios; reguló la constitu-ción del concejo de la nueva ciudad; permi-tió a los vecinos cerrar de piedra su recinto;les otorgó un mercado semanal los sábadosen la plaza ante la puerta del castillo y dosferias al año de quince días de duración conlas mismas libertades y franquezas que lasde Estella y Tudela. El monarca dispondríaen la ciudad de judería, chapitel, carniceríabaños y hornos, y los vecinos se comprome-tían a moler y cocer en los molinos y hornosreales. Con la destrucción de la Navarrería, se

derruyó también el barrio de la Judería,anexo a ella. Se sabe que con la reconstruc-ción de la ciudad se procedió a reservar unaserie de solares para los judíos donde antesestaban: junto al huerto de la catedral y lacasa del arcediano de la Tabla. En todo caso,

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

51

Page 52: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

todavía en 1336 había muchos judíos que seresistían a vivir dentro de la Judería y quepreferían alquilar casas a los cristianos,viviendo mezclados con ellos.A pesar del buen clima reinante y de la

disminución de las tensiones y conflictosque habían caracterizado a Pamplona en elsiglo anterior, la definitiva unión de los bur-gos no terminaba de llegar, aun cuando susderechos se habían ido equiparando con elpaso del tiempo. Fu el monarca Carlos III elque se involucró de manera especial enlograrlo.En el año 1390 renacieron las viejas ren-

cillas entre San Cernin y San Nicolás por eltema del foso que separaba ambas pobla-ciones. El rey estudió en persona el lugar,como ya vimos anteriormente, y dictó órde-nes para rebajar la tensión y permitir la con-

vivencia pacífica. Dispuso también queambos barrios pagaran sus contribucionesconjuntamente y que siguiesen constituyen-do un único municipio, como se hacíadesde 1287. Sin embargo, poco después vol-vían las rivalidades, en esta ocasión por ladisputa entre los límites de las dos pobla-ciones. De nuevo se llegó a una concordia,estableciéndose con claridad los límitesterritoriales. Pero en 1422, con motivo de lavisita a Pamplona de Carlos III, se volvie-ron a plantear discusiones por razones depreeminencia de los jurados de los distintosmunicipios. El problema era claro para elrey: nunca se llegaría a la definitiva paz yavenencia mientras persistieran en elmismo espacio tres pueblos distintos consus alcaldes, jurados, rentas y términos pro-pios. De acuerdo con las Cortes, el monarca

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

52

SEPULCRO DE LOS REYES DE NAVARRA CARLOS III Y LEONOR. CATEDRAL DE PAMPLONA

Page 53: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

mandó que cada uno de los barrios dePamplona nombrase sus procuradores paraarreglar los conflictos y conseguir unir lastres jurisdicciones en un solo ayuntamientocon rentas, términos y aprovechamientoscomunes22. Los trabajos dieron resultado yel ocho de septiembre de 1423 se otorgó elPrivilegio de la Unión, con veintinuevecapítulos en los que se regula con claridadtodo lo relacionado con el gobierno y laadministración de la ciudad. A partir delPrivilegio, los jurados serían diez: cinco porel Burgo, tres por San Nicolás y dos por laNavarrería. La casa consistorial se edificaríaen el foso que estaba delante de la casaGalea (donde hoy está), ocupando un espa-cio central entre los tres burgos en un ámbi-to que siempre había sido de disputa y

nunca de entendimiento. Sólo habría unalcalde, nombrado por el rey entre treshombres elegidos por los jurados. El cargosería anual y cada año el alcalde debería serde un barrio distinto, comenzando por elBurgo y siguiendo por San Nicolás y laNavarrería. La ciudad tendría un sólo pen-dón. El rey convocó a la Cortes para que elPrivilegio fuese recibido como fuero y secomprometió a no deshacer nunca la unión.En el plazo de diez días, y por orden del rey,se arrancaron los mojones que separabanlas antiguas circunscripciones. De estemodo, cesaban definitivamente las intermi-nables luchas y disputas de los siglos pasa-dos para dar entrada a un nuevo periodo deunión y paz en Pamplona.

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

53

PLACA CONMEMORATIVA DEL PRIVILEGIO DE LA UNIÓN DE 1423 FRENTE AL AYUNTAMIENTO DE PAMPLONA

Page 54: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

54

Notas.

1. Cañada Juste, A.: La campaña musulmana de Pamplona: Año 924. Diputación Foral de Navarra-

Institución Príncipe de Viana, Pamplona, 1976. pp. 67-68.

2. Sobre la autenticidad de este documento ver Irurita Lusarreta, M. Á.: El municipio de Pamplona en

la Edad Media. Pamplona, 1959. pp. 15-18.

3. Martinena Ruiz, J.J.: “La Pamplona de los burgos medievales”, en La Pamplona reencontrada.

Ayuntamiento de Pamplona, 2008. p. 101.

4. Lacarra, J.Mª. y Martín Duque, Á.J.: Fueros de Navarra, I. Fueros derivados de Jaca, 2. Pamplona.

Diputación Foral de Navarra-Institución Príncipe de Viana, Pamplona, 1975. pp. 17-21.

5. Martinena Ruiz, J.J.: “La Pamplona de los burgos medievales”, en La Pamplona reencontrada. Op.

cit. p. 102.

6. Lacarra, J.Mª. y Martín Duque, Á.J.: Fueros de Navarra, I. Fueros derivados de Jaca, 2. Pamplona. Op.cit.

p. 21.

7. Un interesante estudio de los viajes medievales puede verse en Wade Labarge, M.: Viajeros medie-

vales. Los ricos y los insatisfechos. Nerea. Madrid, 1992.

8. Vázquez de Parga, L.: “La peregrinación y el culto a las reliquias en la antigüedad pagana y cris-

tiana”, en Vázquez de Parga, L., Lacarra, J.M. y Uría Ríu, J.: Las peregrinaciones a Santiago de

Compostela, tomo I, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1948. p. 9.

9. García Turza, J.: “Lo imaginario y lo real en la figura de Santiago”, en El Camino de Santiago y la

sociedad medieval. Colección Logroño, nº 25, Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Instituto

de Estudios Riojanos, Logroño, 2000, pp. 15-30.

10. Plötz, R.: “La proyección del culto jacobeo en Europa”, en Las peregrinaciones a Santiago de

Compostela y San Salvador de Oviedo en la Edad Media. Oviedo, 1993, pp. 57-71.

11. Ver Portilla, M.C.: Un ruta europea. Por Álava a Compostela. Del paso de San Adrián al Ebro.

Diputación Foral de Álava. Vitoria, 1991.

12. Martínez Martínez, S.: Nájera. Origen y desarrollo de una ciudad medieval. Nájera. Encuentros

Internacionales del Medievo, 2005.

13. López Alsina, F.: “Cabeza de oro refulgente de España: los orígenes del patrocinio jacobeo sobre

el reino astur”, en Las peregrinaciones a Santiago de Compostela y San Salvador... Op.cit. pp. 27-36.

14. Ver Passini, J.: El camino de Santiago. Itinerario y núcleos de población. Ministerio de Obras Públicas

y Transportes. Madrid, 1993.

15. Para profundizar en los aspectos jurídicos nos remitimos al completo y detalla trabajo de

Lacarra, J.Mª. y Martín Duque, Á.J.: Fueros de Navarra, I. Fueros derivados de Jaca, 2. Pamplona. Op.cit.

p. 24 y ss.

16. Lacarra, J.Mª. y Martín Duque, Á.J.: Fueros de Navarra, I. Estella-San Sebastián. Privilegios, núm. 2.

Diputación Foral de Navarra-Institución Príncipe de Viana, Pamplona, 1969.

17. A este respecto, ver Martinena Ruiz, J.J.: “La Pamplona de los burgos medievales”, en La

Pamplona reencontrada. Op. cit. p. 104.

18. Goñi Gastambide, J.: Los obispos de Pamplona del siglo XII. Instituto Español de Historia

Eclesiástica, Roma, 1965. pp. 179-180.

19. El tema del enfrentamiento entre lo barrios de Pamplona, bastante más complejo que lo que

nosotros hemos resumido en estas páginas, ha sido realizado fundamentalmente a partir de las

informaciones de Irurita Lusarreta, M. Á.: El municipio de Pamplona en la Edad Media. Op. cit. y

Lacarra, J.Mª. y Martín Duque, Á.J.: Fueros de Navarra, I. Fueros derivados de Jaca, 2. Pamplona. Op.cit.,

Page 55: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

2. Pamplona en la Edad Media: Evolución histórica y ordenamiento jurídico

55

a los cuales nos remitimos de manera general.

20. Michel, F.: Histoire de la guerre de Navarre en 1276 et 1277 par Guillaume Anelier de Toulouse, París,

1856.

21. Lacarra, J.Mª. y Martín Duque, Á.J.: Fueros de Navarra, I. Fueros derivados de Jaca, 2. Pamplona.

Op.cit., p. 44.

22. Ver Irurita Lusarreta, M. Á.: El municipio de Pamplona... Op.cit. p. 97.

Page 56: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es
Page 57: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

57

3.1 El recinto urbanoEl nacimiento de una villa o ciudad puededeberse a multitud de causas. Por lo gene-ral, la ciudad es el resultado de la voluntadcreadora de una determinada persona, quepuede ser un rey, un noble, un obispo, etc.Otras veces, las ciudades nacen de formaespontánea en torno a un camino, un puen-te o una iglesia. En otras ocasiones, las ciu-dades medievales son pervivencia de anti-guas ciudades romanas, debiendo adaptar-se los vecinos de la villa al plano urbanocreado siglos atrás, como en el caso dePamplona. En cualquiera de estos casos (ode otros que pueden plantearse) lo cierto esque la configuración física de las villasmedievales responde vivamente a la fun-ción desarrollada. Una ciudad comercial sedesarrollará por lógica de forma longitudi-nal a la vía principal de comunicación y enun lugar bien comunicado y de fácil acceso;una plaza fuerte, en cambio, se situará enun lugar alto y fácilmente defendible. Todoello da lugar a planos urbanos muy diver-sos con características propias.El problema viene cuan do se plantea la

duda de la fidelidad del plano actual con elmedieval. Hoy en día, cualquiera de las villasmedievales existentes presentan ciertos ele-mentos urbanos de aque lla época, comopuede ser un lienzo de la muralla, una puer-ta monumental o un castillo; pero, vistas enconjunto, su aspecto dista mucho del quetuvieron en época medieval: los edificios sonsustituidos a medida que las estructurasenvejecen y en ocasiones manzanas enterasson derribadas para construir en su lugar ins-talaciones municipales como pueden ser tea-tros o polideportivos. En casos excepcionales

(en general relacionados con grandes desgra-cias de origen natural o humano) el planourbano puede resultar por completo destrui-do o reformado. Pero lo normal es que cuan-do un edificio se derriba se construya otrosobre el mismo solar que ocupaba, mante-niéndose por tanto el plano original.En Pamplona contamos con ambas reali-

dades. Por un lado tenemos la ciudad de laNavarrería, desarrollada a partir de la anti-gua ciudad romana y destruida de formaviolenta en 1276. Por otro lado, contamoscon el Burgo de San Cernin y la Poblaciónde San Nicolás, cuyos recintos se mantuvie-ron en mucha mejor medida desde épocamedieval hasta la actualidad.Por tanto, a diferencia de otras villas y

ciudades medievales, que pueden estudiar-se de manera conjunta, en Pamplona esimprescindible proceder a un estudio sepa-rado de cada una de las poblaciones queconvivieron en la Edad Media.Daremos, de forma previa, unas notas

generales sobre el conjunto de la poblaciónpara centrarnos luego en cada uno de losnúcleos1.Como señalamos en el capítulo anterior,

en el siglo XI la ciudad de Pamplona se redu-cía a su núcleo original, esto es, el espacio dela Catedral y sus dependencias anexas, y lascasas que se desarrollaban alrededor, orde-nadas –probablemente– en torno al viejoparcelario de época romana. Se trataría deun ejemplo claro de lo que Pirenne denomi-naba como «cité», con extensión muy reduci-da y protegida por la vieja muralla romana,que los obispos se encargaban de mantener yreparar con el paso de los años2. De lo exis-tente en el interior de los muros es muy difí-

3. El urbanismo medievalde Pamplona

Page 58: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

cil hablar con seguridad. El espacio urbanodebía mantener la disposición de épocaromana, pero con la Guerra de la Navarreríade 1276 resultó completamente arrasado.Más adelante veremos hasta qué punto esheredero el actual plano del que la ciudadpudiera tener antes de 1276.Junto a la vieja Pamplona, ordenada en

torno a la Catedral, desde finales del siglo XIcomienza a surgir una nueva población defrancos no acogidos al derecho local3. Enmuchas villas y ciudades medievales losfrancos hubieron de asentarse en el exteriorde la población por la falta de espacio inte-rior, constituyendo así burgos extramurosque, por oposición con el ya existente, fue-ron llamados «burgos nuevos»4.Los francos llegados a Pamplona se asen-

taron en el llano alrededor del camino quellevaba a Barañáin, a cierta distancia de laCiudad y con una ligera caída hacia lapoblación preexistente. El espacio de sepa-ración, que a partir de 1423 lo sería deunión, lo constituía el barranco de SantoDomingo. Aunque está muy rellenado, esaún bien perceptible y descendía desde ladesde el nivel de la calle Mercaderes hacia elrío pasando por el Ayuntamiento. Estebarranco separaba físicamente la Ciudad yel Burgo nuevo y al tiempo ejercía de límiteentre dos poblaciones de orígenes bien dis-tintos. Realmente, como señala Martinena5,en este caso no habría que pensar en unafalta de espacio en la Navarrería, sino másbien en un choque de lenguas, mentalidadesy formas de vida, pero especialmente en una

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

58

Page 59: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

cuestión de ordenamientos jurídicos distin-tos. La Navarrería era un dominio similar aun señorío feudal de titularidad eclesiástica;los del Burgo, en cambio, eran francos, autó-nomos y dedicados fundamentalmente alcomercio.De la observación del plano del Burgo se

deduce claramente que fue trazado deacuerdo a un plan preconcebido, con unaordenación de los viales previa a la cons-trucción de las casas. El esquema básico dela población es un hexágono, con una callelongitudinal de Este a Oeste –la actual calleMayor– cortada por otra transversal deNorte a Sur: la calle Eslava, antigua Belena.En los extremos de la calle principal se abríados portales: Portalapea al Este y SanLorenzo al Este; en los extremos de la calleEslava, dos portales secundarios o poternas:Postigo de las Carnicerías al Norte y Puertade la Belena, al Sur. En esta estructura simé-trica en torno a la belena, se levantaron dosiglesias en los extremos de la calle Mayor:San Cernin al Este, junto a Portalapea, y SanLorenzo al Oeste, junto al portal homónimo.Al Norte de la calle principal existe otracalle –la antigua Pellejería del Burgo, hoycalle Joaquín Jarauta– que junto con lasotras dos divide el conjunto de San Cerninen seis manzanas. El Burgo de San Cernin serodeó de un fuerte muro, con fosos y doblemuralla, salvo en la parte que daba al ríodonde, por su fuerte pendiente, sólo seconstruyó un muro.A finales del siglo XIII se desarrolló un

pequeño barrio adosado al Burgo de SanCernin, y que se conoció como Pobla Novadel Mercat, cuyo trazado se conoce por unplano realizado cuando aquella parte de laciudad desapareció para construirse el con-vento de Carmelitas, hacia 1640. Más tardelo analizaremos con mayor detenimiento.Hacia mediados del siglo XII –sin que sea

sencillo determinar la fecha exacta, comotuvimos ocasión de ver– se establece laPoblación de San Nicolás, al Sur del Burgo

de San Cernin. La Población de San Nicolásadopta un trazado similar al de muchaspoblaciones del Norte peninsular: esto es,calles rectas cortadas por otras transversalesoriginando un plano en forma de damero.Sangüesa y Puente la Reina serían los ejem-plos más antiguos del reino de Navarra,junto con San Nicolás. En San Nicolás, porsu disposición en un llano, no hubo que rea-lizar las adaptaciones al terreno que se venen otros lugares.Tras la destrucción de la Navarrería, su

reconstrucción y el posterior privilegio de laUnión de 1423, el plano urbano de Pamplo naquedará configurado hasta los tiemposactuales, con ciertas modificaciones que vere-mos más tarde. Pasamos a analizar ahoracada una de las poblaciones por separado.

3.1.1 La ciudad de la NavarreríaEl principal problema a la hora de estudiarla evolución urbana de la Navarrería loconstituye su antiguo origen y, especialmen-te, su destrucción en 1276 durante la guerracon los burgos de San Cernin y San Nicolás.¿Qué queda en la actualidad de la antiguapoblación medieval previa a 1276? Es difícilsaberlo con seguridad. Por el poema deAnnelier, sabemos que la Ciudad fue com-pletamente arrasada, tanto que en ella podíacortarse la hierba, como nos dice el poeta deToulouse. Los primeros pasos en la reconstrucción

de la ciudad se dan en 1280, cuando el reydon Felipe estimó las súplicas de los inocen-tes a quienes se les habían usurpado susheredades tras la derrota, ordenando que lesfueran restituidas. Poco después, en 1291, sellevan a cabo conversaciones entre el rey y elobispo para comenzar a repoblar la desiertaciudad y restaurarla. Todas estas accionesdespertaban ciertos recelos en los habitantesdel Burgo y de la Población, temerosos deque la reconstrucción de la ciudad pudieravolver a generar problemas y enfrentamien-tos. Hay que recordar que desde 1287 los

3. El urbanismo medieval de Pamplona

59

Page 60: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

dos burgos habían estrechado sus vínculos.El obispo les hizo saber que las gestiones sedirigían «ut uilla Navarrerie popularetur etquod in maiore ecclesia beate Marie pampiloneore dicerentur».En el año 1303 se estableció un nuevo

pleito entre las dos poblaciones, de unaparte, y el obispo y cabildo, por otra, acercade la cesión de la jurisdicción a la corona.Los vecinos de los concejos unidos se dabanel título de ciudadanos, lo cual impugnaba elprocurador del cabildo: «...quod dicta univer-sitas ... non est, nec apellari consueuit, nec dici-tur uniuersitas ciuitatis et ciuium pampiloneni-sum apellari, cum non sint ciues nec de ciuitate,immo etiam ambitus murorum diuidit ipsos duosburgos a ciuitate nauarrerie, que sola ciuitas ape-llatur et consueuit et dicitur appellari ciuitas».También se alude a la marcha de los habitan-tes de la Navarrería: «Item quod uniuersitasburgorum sancti Saturnini et sancti Nicholai seupopulacionis expugnauerunt hostiliter ciuitatemnauarrerie et burgm sancti Michaelis, et hominesearundem ciuitatis et burgi, de dictis locis poeruiolentiam epelerunt et fugauerunt; qui sicexpulsi a tempore huius expulsionis citra fueruntet sunt dispersi per orbem» y a la destrucción yruina de la antigua ciudad: «Nauarreria etBurgis Sancti Michaelis destructa et inhabitasunt et fuerunt ex toto, per dictum tempus vigin-ti quinque annourum et plus, ita quod nullus ineis remanenserit, praeter sedem episcopalem».Tal era el estado de destrucción, que en 1308el rey ordena al cabildo que permitiese a loscanteros tomar piedras de las ruinas de laciudad para aprovecharlas en la construc-ción del castillo que se estaba edificando enaquellos momentos.En 1319 se observa en el rey la determi-

nación de acelerar la reconstrucción de laciudad, otorgándose cinco años más tarde elprivilegio que sancionaba definitivamentedicha reconstrucción. Las protestas de losdel Burgo no se hicieron esperar y trajeron acolación su viejo privilegio según el cual nose podía construir desde Santa Cecilia hasta

el muro del Burgo. Por lo que parece, en estaocasión sus peticiones no fueron atendidas.En el privilegio de reconstrucción de

1324 se señala el importe de los censos quedebían pagarse por cada codo, dividiéndoselas calles en diferentes categorías, comorecoge Martinena Ruiz6.Debían pagarse seis dineros por codo en

las siguientes calles:–«In calle directa de ecclesie sancti Prudencii,

in via per quam uadunt equi ad potandum usquead portalem de Galea». Parece existir un error,pues donde dice de la Galea debía decir delAbrevador. En tal caso, sería la Rúa de losPeregrinos, hoy Calle del Carmen.–«Calle de Hospitali Sancti Michaelis usque

ad Sancta Ceciliam». Se corresponde con laactual Navarrería, antigua Rúa de SanctaCecilia.–«Calle de portali Populationis usque ad

Sancta Maria, directa uia». Corresponde a lasactuales Curia y Mercaderes, conocida comoRúa Mayor de la Navarrería en épocamedieval.–«Calle a capite castri, quod uocatur uicus de

Areis, usque ad portam mediam castri ante eccle-siam Sancti Tirsi». Es la mitad norte de laEstafeta, antes conocida como Carpinteríade Zaga el castiello.La siguiente tarifa era de 4 dineros por

codo, y la pagarían las siguientes calles:–«Calle de uico de Areis, de ecclesie Sancti

Tirsii usque ad tailladam ante callem que uoca-tur uicus de Paradiso». Es el tramo sur deEstafeta.–«Calle media sub castro, que exit ad

Sanctam Ceciliam, et de Sancta Cecilica usquead uenelam trauessanam que ibit de porta mediacastri uersus domum archidiaconi mense». Setrata de la calle Calderería, que iba de SantaCecilia, en la esquina de la Navarrería yCuria actuales, hasta la Belena, actual baja-da de Javier.–«Platea uero que est inter castrum et

murum populatinis». Actual Plaza del Casti -llo y los terrenos del antiguo Chapitel.

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

60

Page 61: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

El resto de calles, que no se mencionan,pagaban una tarifa de 2 dineros de censoanual. En todo caso, se conocen por los con-tos posteriores.Martinena Ruiz realizó el análisis detalla-

do de cada uno de los viales urbanos de laspoblaciones de la Navarrería, San Cernin y

San Nicolás. Nosotros nos centraremos úni-camente en los aspectos generales del urba-nismo y en la descripción de algunos ele-mentos urbanos de especial significación.El punto de mayor interés es, sin duda,

el que señalábamos anteriormente: ¿se creóde nueva planta la trama urbana de la

3. El urbanismo medieval de Pamplona

61

Page 62: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Nava rrería, prescindiendo de la anterior, ose realizó la reconstrucción respetando elantiguo trazado de las calles? Tal como yahemos señalado, es probable que hasta laguerra de la Navarrería, la antigua ciudadepiscopal hubiese conservado en mayor omenor medida la estructura heredadadesde época romana, salvo el anexo delbarrio de San Miguel, que luego analizare-mos. Lo cierto es que la trama que hoypodemos ver delimitada por las callesTejería y Curia y perpendicularmente porDormitalería y Estafe ta se parece bastanteal tipo de ciudad romana. Las excavacionesde Mª Ángeles Mezquíriz demostraron quelos restos arqueológicos encontrados en elentorno de la Catedral seguían en sus víasuna dirección Norte-Sur, es decir, paralelasa las calles Dormitalería, Compañía,Calderería y Esta feta, que son las que secorresponden con el trazado llevado a caboa partir de 1324. Basándose en estos datos,la arqueóloga consideró la posibilidad delocalizar en esta zona el kardomáximo de laciudad, que se cruzaría con el decumanus enla plaza que se abre ante el atrio de laCatedral. El kardo se identificó en principiocon la calle Curia, aunque los recienteshallazgos arqueológicos, hacen pensar másbien en la paralela calle Navarrería.Sin embargo, la existencia de calles rectas

y paralelas no implica la correspondenciacon la ciudad romana, pues este tipo deordenación urbana es típica de los siglos XIIy XIII y podemos verla, sin ir más lejos, enlos barrios de San Cernin y San Nicolás,además de muchísimos otros ejemplos en elNorte Peninsular. Sin embargo, hay un datoque resulta significativo. Por lo que parece,en el año 1313 –y, por tanto, antes del privi-legio de reconstrucción de la Navarrería– elrey Luis Hutín ya había autorizado lareconstrucción de las casas del Cabildo, talcomo estaban antes de la guerra de losbarrios de 1276. Teniendo en cuenta el ele-vado número de casas que poseía el

Cabildo, puede pensarse que esta mercedreal de 1313 condicionó el posterior trazadode las calles y que, por ello, quizá no fuerantan diferentes de las anteriores a 1276. Portanto, con todas las reservas necesarias,podemos decir que el plano actual de laNavarrería responde en cierto modo al de laprimitiva población anterior a la destruc-ción de 1276 y, por ello, también a la origi-naria ciudad romana, al menos en su confi-guración de los siglos IV y V.

El Burgo de San MiguelYa vimos en su momento que el naci-

miento del Burgo de San Nicolás, en el cualse admitía a población de origen navarro,originó la despoblación de la Navarrería.Muchos de sus vecinos decidieron cambiarsu residencia para aprovecharse de las mejo-res condiciones jurídicas que les ofrecían elnuevo Burgo nacido en Pamplona.Para remediar la situación, el rey Sancho

el Sabio decidió otorgar un privilegio en1189 por el cual extendía el fuero de Jaca alos pobladores de la Navarrería, con la únicasalvedad de que sus casas deberían pagar ala Catedral un canon de dos sueldos porcada doce codos de fachada a la calle.Además, el rey suprimía para siempre laclavería real de la ciudad y de su territorio,con lo cual, ningún baile tendría ya facultadpara actuar allí. La arbitraria actuación delos funcionarios reales era, en opinión de lacatedral de Pamplona, otra de las causas dela despoblación7.En este mismo privilegio se concedía,

además, la autorización para que los de laNavarrería pudieran construir casas más alláde la iglesia de Santa Cecilia, en los terrenoslindantes con la barbacana del Burgo. Así, seautoriza a que ocupasen «omnes platee, orti,vinee, aree et quicquid non est populatum extramuros et intra muros ciuitatis usque ad barbaca-nam burgi sancti Saturnini»8. Se contravenía,de este modo, el privilegio de los de SanCernin de 1129. Según señala Martinena,

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

62

Page 63: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

estas construcciones entre Santa Cecilia y labarbacana del Burgo pudieron ser el origendel Burgo de San Miguel. Este barrio de efí-mera existencia –pues fue destruido en 1276y nunca más se reconstruyó– siempre se con-sideró un anexo de la Navarrería y su suertecorrió pareja a la de la Ciudad. En un docu-mento de 1193 –cuatro años después deentregarse el privilegio mencionado– sehabla de una casa localizada «in populationenova Sancte Cecilie», esto es, en la nuevapoblación de Santa Cecilia. Pasarán unosaños hasta que el barrio aparezca con ladenominación de San Miguel; será en 1213en la primera concordia suscrita entre lascuatro poblaciones de Pamplona.Tradicionalmente se había situado este

barrio a la derecha de la actual bajada deJavier, antigua Belena Travesana y, en oca-siones, también junto a la Judería. No es deesta opinión Martinena, a quien seguimosen su explicación.A través del análisis del parcelario urba-

no de la Navarrería, se observan dos espa-cios con configuraciones bien distintas. Porun lado, la parte Sur, de calles rectas y para-lelas como hemos tenido ocasión de descri-bir anteriormente. Por otro lado, la parteNorte de calles más estrechas e intrincadas,sin un plano regular. En base a esto,Martinena señala si no podría identificarseel actual espacio en torno a las calles delCarmen, Dos de mayo y Navarrería con eldesaparecido Burgo de San Miguel.La Navarrería y el Burgo de San Miguel

se defendían mediante la misma muralla,pero en un documento de 1213 se alude al«murum vetulum Sanct Cecilie». Por tanto, seentiende que la ciudad de la Navarrería sehabía ampliado y que persistía en pie elantiguo muro que protegía la iglesia deSanta Cecilia, como muestra del antiguoperímetro de la Ciudad.Los del Burgo de San Cernin siempre

vieron con malos ojos este núcleo surgidoante sus muros y en la guerra de 1276 fue

totalmente arrasado. Todavía en 1319 se citasu nombre pero en el privilegio de recons-trucción de 1324 se alude sólo a laNavarrería. A partir de la reconstrucción dela Navarrería en esta fecha, el nombre deBurgo de San Miguel ya no vuelve a apare-cer en documento alguno.En cuanto a su importancia dentro del

conjunto de los Burgos pamploneses, elBurgo de San Miguel funcionó siemprecomo un anexo de la Navarrería, vinculán-dose a ella no sólo físicamente –por elmuro– sino también por el origen y los inte-reses de sus pobladores. En la avenencia fir-mada en 1266 entre las cuatro poblaciones,los de San Miguel participaron con seisjurados, frente a los doce jurados de cadauna de las otras tres poblaciones. Ello nosindica que su importancia, tanto en tamañocomo en representatividad, no llegó almismo nivel que la de los otros tres burgosde Pamplona.

3. El urbanismo medieval de Pamplona

63

Page 64: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

La juderíaEn el año 1154 el monarca Sancho el Sabio

autorizó a la Iglesia para que pudiera admi-tir judíos en Pamplona y en otras poblacio-nes del Reino. En Pamplona, la judería seestableció en la Navarrería. Sus límites,siguiendo a Martinena Ruiz, eran la antiguabelena –actual bajada de Javier–, las calles dela Merced y Juan de Labrit, un tramo de laRonda del obispo Barbazán, el solar del pala-cio arzobispal y el tramo final de la calleDormitalería, donde se encontraba la cercadel huerto de los canónigos. Este perímetrocuadrangular se encontraba cercado en dosde sus lados por la propia muralla de laNavarrería, en la que se abrían los portalesde la “Fuente Vieja”, al final de la calleMerced, y el portal del Río, junto a lo quehoy es el palacio arzobispal. Por los otros doslados la judería contaba con su propia cerca,mandada construir por Carlos el Calvo hacia1325 para proteger a los judíos de los ataquesque pudieran sufrir de los navarros.Esta descripción que hemos dado es la de

la judería reconstruida a partir de 1324, puesla antigua judería fue destruida por comple-to en la guerra de 1276. Ya en el año 1280 elrey mandó que se atendiesen las quejas de losjudíos, por cuanto se habían visto afectadospor la destrucción de la Navarrería sin habertenido participación alguna en el conflicto.Como compensación se les dieron terrenospara reconstruir sus casas destruidas. Nosabemos si esta reconstrucción llegó a hacer-se ni de qué modo. Lo seguro es que en 1324Carlos el Calvo se reserva el derecho de teneruna judería en la Navarrería reconstruida. Eltrazado del nuevo barrio debió hacerse deforma veloz, pero no todos los judíos quisie-ron instalarse allí de forma inmediata. En1336 se sabe que algunos judíos preferíanvivir fuera de la judería alquilando viviendasa los cristianos. El gobernador Saladín deAngleura decidió acelerar la reconstrucciónde la judería dando orden a todos «que tomenplaças et las fagan (las casas) a fin de que la dicta

juderia sea acabada de fragoar et mas moradorespuedan hi venir». Los que a partir de la publi-cación de la orden se obstinasen en vivirfuera de la judería «seran encorridos de los bie-nes et los cuerpos a mercé de la seynnoria sinmercé ninguna». La prohibición se repitió añosdespués por la princesa gobernadora doñaLeonor.Sabemos que la judería ocupaba el

mismo espacio que la anterior a 1276 por elCompto del Rector de Baigorri, donde sedice «Platee qe sunt iuxta ortum ecclesie beateMarie Pampilone et domum Archidiaconimense, ubi ante destructionem navarrerie jude-ria esse consueverunt, per facienda de nouo ibi-dem juderia custoditur».La judería contaba con tres barrios: uno

«tenient al huerto de los canónigos», dondese encontraba la sinagoga; el barrio «deSuso» y el barrio de Cabo la Teillera,«tenient al portal de la Fuente Vieja». Entorno a la alcacería estaban la carnicería, lospuestos de mercado y las tiendas.

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

64

Page 65: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Tras la expulsión de los judíos, decretadapor los reyes Juan de Labrit y Catalina deFoix en 1498, la judería se integró en laNavarrería pasando a denominarse «BarrioNuevo». La sinagoga fue reconvertida enestudio y fundición de artillería, hasta sudemolición en 1542 para levantar el conven-to de la Merced.

3.1.2 El Burgo de San CerninA diferencia de la ciudad de la Nava rrería,que es heredera de la antigua ciudad roma-na y de las sucesivas transformaciones enépoca visigoda y musulmana, el Burgo deSan Cernin es una población nueva.Hacia finales del siglo XI, enfrente de la

antigua Pamplona surgió un núcleo formadopor pobladores francos que no se acogían alderecho local, sino que tenían su propia orde-nación jurídica. El asentamiento de estospobladores se produjo por dos motivos queseñala Martinena: por un lado, el auge de lasperegrinaciones a Santiago de Compostela,que propició el desarrollo de las villas y ciu-dades que se situaban sobre él, como ya tuvi-mos ocasión de analizar en el capítulo 3. Laotra causa fue la decidida política de atrac-ción e pobladores francos emprendida porSancho Ramírez (1076-1094) y continuadadespués Pedro I (1094-1104) y Alfonso I(1104-1134). Precisamente fue Alfonso I el quedecidió aforar a los francos residentes en SanCernin con el fuero de Jaca, que se convirtióen el modelo foral para un gran número denuevas poblaciones surgidas en aquel siglo.Este fuero ponía las condiciones necesariaspara el desarrollo de las actividades comer-ciales y mercantiles relacionadas con el modode vida de estos nuevos pobladores.En el caso concreto de San Cernin, junto

a la labor del rey tuvo también gran impor-tancia la participación del obispo Pedro deRoda (1083-1115) que colaboró activamenteen esta política repobladora.Ya hemos señalado anteriormente que

los francos se establecieron al otro lado del

barranco de Santo Domingo, en el caminohacia Barañáin. Y también hemos vistocómo la nueva población tomó una disposi-ción hexagonal, con el eje simétrico en labelena y con una vía principal en la actualcalle Mayor, la cual contaba con dos iglesiasen sus extremos: San Cernin y San Lorenzo.Pero ¿cómo llegó a plasmarse esta ordena-ción urbana? Sabemos que el fuero de Jacafue entregado en 1129, pero que la llegadade pobladores francos había comenzado yaa finales del siglo XI. En esos más de treintaaños, lo más probable es que los nuevospobladores se fueran asentando alrededorde la calle Mayor, que no es otro que la sali-da natural del camino de Santiago. Pero,como señala el profesor Ramírez Sádaba,este camino de Santiago, a la vez calleMayor del Burgo de San Cernin, coincide ensu trazado y dirección con el camino quedaba acceso a la antigua ciudad romana dePamplona. Si, como las actuales investiga-ciones arqueológicas parecen señalar, elantiguo Decumano máximo no coincidíacon la calle Curia, sino con la calleNavarrería, se observa claramente cómo lacalle Mayor podría ser el camino de entradaprincipal a la población romana. Además,como sabemos, los visigodos continuaron latradición romana de establecer sus cemente-rios en el borde de los caminos y eso es pre-cisamente lo que ocurre en Pamplona.Como se vio en el capítulo II las excavacio-nes arqueológicas han sacado a la luz dosnecrópolis visigodas en el palacio delCondestable (al pie del camino que condu-cía al Decumano máximo) y en Argaray,(siguiendo la dirección del Cardo máximo).Por tanto, es de suponer que los prime-

ros pobladores francos de Pamplona seasentasen en torno a la calle Mayor para darlugar, posteriormente, al ordenamientourbano en forma de hexágono que caracteri-zó al Burgo hasta la actualidad. Posible -mente esta ordenación se realizase con elotorgamiento del Fuero de Jaca en 1129.

3. El urbanismo medieval de Pamplona

65

Page 66: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

A pesar de que el eje simétrico lo marca labelena, el eje principal del Burgo es la calleMayor, en la cual se levantan las dos igle-sias: San Cernin, junto al portal de laPortalapea, y San Lorenzo, junto al portal deSan Llorente. Paralela a la calle Mayor sedibuja la calle Pellejería del Burgo, actualJoaquín Jarauta. En su conjunto, las trescalles delimitan seis manzanas bordeadasde otros viales interiores a la muralla:Carnicerías del Burgo, Pellejerías, Tecen -derías, Cuchillería y Burullerías. Entre estascalles y la muralla existían también manza-nas de viviendas, algunas dobles y otrassencillas.Los cantones, denominados belenas en

Pamplona, cumplían una importante fun-

ción urbana en las villas medievales, puesfacilitaban el tránsito dentro de las poblacio-nes al corta perpendicularmente a las calles.La descripción de Moret nos aclara perfecta-mente su denominación y función: «Venelasllamaban en lo antiguo en Pamplona, yahora velenas unas calles estrechas que cor-tan las calles anchas y largas para comodi-dad del tránsito de unas a otras y para evitarel rodeo. Y duran en San Saturnino y SanNicolás, recorriendo todo el grueso de la ciu-dad por la parte más llana de invadirse, for-madas con otra mayor utilidad para entrasúbita de enemigos atravesarse de amboscostados los ciudadanos en las estrechurasde ellas, que solían tener cadenas, y atajar laentrada en la mayor parte de la ciudad»9. La

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

66

Page 67: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

belena constituía, por lo que parece, el límiteparroquial entre San Cernin y San Lorenzo,si bien algunas casas a la izquierda de lasBelenas pertenecían a San Cernin.

La Pobla Nova del MercatVimos en el capítulo 3 que en el año 1180

los burgueses de San Cernin decidieronexpulsar del interior de su Burgo a lospobladores de origen navarro. Quizá fueraéste el origen de un barrio nacido hacia elNoroeste de San Cernin, compuesto funda-mentalmente por hortelanos y labradoresque los burgueses no querían asimilar a susituación privilegiada. Este barrio fue cono-cido primero como Puebla Nueva delMercado (Pobla Nova del Mercat) y poste-riormente como Barrio de las Burullerías, yfue levantado en parte del terreno donde secelebraba el mercado público.Como se aprecia, las rúas de esta parte

del Burgo son las únicas que cuentan connombres en lengua vasca: Zacudinda,Arrias Oranza, Urradinda, lo que muestrade forma clara el origen y la condición socialde sus habitantes.Contaba este barrio con una parte intra-

mural (que abarcaba la actual plaza de lasRecoletas y plazuela de la O) y otra extra-mural, fuera de la muralla del Burgo, que seexpandía por el campo de la Taconera, lugardonde se celebraba el mercado del Burgo.Estas casas extramurales, probablemente defactura muy modesta, desaparecieron porrazones defensivas en el siglo XVI.Probablemente haya que relacionar con

el establecimiento de este barrio de labrado-res navarros la creación de la parroquia deSan Lorenzo o San Llorente. Para empezar,este santo es de raigambre más hispánicaque San Cernin, advocación traída por losfrancos que conformaron el Burgo. Por otraparte, sólo así se explica la extraña presenciade dos parroquias en un solo núcleo urbano.Por último, hay que señalar que este barriode las Burullerías estuvo bajo el patrocinio

de San Lorenzo. Así pues, la existencia dedos parroquias se explicaría por la doblecondición social de los habitantes del burgo.La presencia de la parroquia de San Lorenzoconllevó algunos litigios en los siglos XIV yXV, por cuestiones de jurisdicción con laiglesia de San Saturnino, considerada laprincipal del Burgo y la segunda en impor-tancia de Pamplona, después de la Catedral.Señala Lacarra10, este barrio fue destrui-

do en el siglo XVI por razones militares. Asíocurrió en efecto con la parte del burgoextramural situada en terrenos del mercado,hacia las basílicas de San Lázaro y SanAntón, las cuales fueron también derruidaspara la construcción de la ciudadela. Sinembargo, la parte intramural del barrio nofue afectada por estos derribos y continuóen pie hasta la construcción del nuevo con-vento de los Carmelitas Descalzos, hacia1640. De hecho, la mejor información queconocemos de la disposición física de estebarrio es la que nos proporciona un planoque se conserva en el archivo de dicho con-vento. Este plano fue realizado con granminuciosidad, posiblemente con el fin dedeterminar y pagar las indemnizacionescorrespondientes por el derribo de las casaspara la construcción del convento.La presencia de esta Puebla Nueva del

Mercat nos sirve para comentar, siquierabrevemente, el fenómeno de los arrabalesen las villas y ciudades medievales. En elexterior de los muros que bordean y confi-guran la ciudad medieval se localizan unosespacios indisociables de la vida urbana: losarrabales. Los arrabales vienen a cumpliruna función de relación entre el núcleourbano y el término rural11.Al contrario del carácter privilegiado de

los recintos urbanos, los arrabales son, porlo común, espacios marginales: tanto por susituación excéntrica como por el tipo depoblación que acogen, normalmente losindividuos de menores recursos y más des-favorecidos. No obstante, los arrabales

3. El urbanismo medieval de Pamplona

67

Page 68: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

constituían también una especie de trampo-lín para estos grupos desfavorecidos que,desde su humilde condición, podían escalarposiciones para finalmente conseguir unlugar dentro de la comunidad ciudadana; laintensa actividad económica que acogían lopropiciaba. Otras veces, era el conjunto delarrabal el que terminaba por integrarsecompletamente en la villa gracias a su orga-nización como parroquia y a su integracióndentro de los muros.

Las razones para que nazca unarrabal son muy diversas, perofundamentalmente se puedenresumir en dos: la incapacidad dela villa para acoger a una crecientepoblación dentro de sus muros; yla existencia fuera de estos dealguna actividad económica derelieve (un mercado, una ferrería)o algún espacio religioso (un san-tuario o un monasterio) alrededordel cual se iban desarrollando lasviviendas.La forma de los arrabales es,

igualmente, muy variable, al noexistir un planeamiento previo delespacio en que se desarrollan.Pueden ser longitudinales, nuclea-res, dispersos, alrededor de unarroyo, etc. Su forma, en definiti-va, depende básicamente de ladisposición de las casas que loconforman. Lo mismo podemosdecir de los solares. Si en el inte-rior de la villa los solares son –almenos en principio– homogéneos,en los arrabales los solares máspequeños conviven con otros demayor tamaño, e incluso con gran-des parcelas pertenecientes amonasterios o familias nobles.Por lo que respecta a su locali-

zación, lo normal fue que los arra-bales se localizasen cerca de lasmurallas, sobremanera junto a las

puertas, donde el continuo paso de hom-bres, bestias y mercancías generaba unaintensa actividad mercantil de la que loshabitantes de los arrabales se podían apro-vechar; ello siempre bajo la vigilanciaférrea de las autoridades municipales queejercían un intenso control de todas las acti-vidades que se llevaban a cabo en los arra-bales, no fuera que lesionasen las prerroga-tivas propias de la ciudad. Por otra parte,para que los arrabales pudieran desarro-

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

68

Page 69: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

llarse las murallas debían contar con unafunción económica sustancial; si su únicamisión era la defensiva, resultaba difícilque un arrabal pudiera tener una mínimacontinuidad.El caso de la Pobla Nova del Mercat en

San Cernin es una mezcolanza de varias delas realidades que hemos explicado.Efectivamente, se trata de un espacio mar-ginal pues su población es de origen nava-rro en un Burgo de población franca, muycelosa, por otra parte, de sus prerrogativasy privilegios. Además, cuenta con unadoble realidad urbana: por un lado, unaparte intramural, defendida del exteriorjunto con el resto del Burgo; por otra parte,un espacio extramural, más relacionado conlas actividades propias del mercado en elque se asentaba. De hecho, aunque se tratade una población de labradores, hay queseñalar que el nombre de Burullerías es deprocedencia francesa y deriva del oficio dela «bourrellerie», que significa tejedor depaños12. La labor de los burulleros era másbasta que la de los tecenderos o «teyssen-ders», que trabajaban tejidos más finos. Portanto, podemos concluir que en esta partedel Burgo se realizaba el trabajo más bastodel proceso textil, quedando el trabajo másespecializado en el interior del Burgo.En conjunto, a diferencia de otras ciuda-

des y villas medievales, como por ejemploBilbao, hay que señalar que Pamplona nocreció durante la Edad Media a través deldesarrollo de arrabales, sino por sucesivaspolíticas de ordenación urbana. Primero, laantigua ciudad; posteriormente, el Burgo deSan Cernin; luego la población de SanNicolás. Y sólo de forma más tardía y testi-monial dos pequeños anexos urbanos: elBurgo de San Miguel, de existencia efímera, yla Puebla Nueva del Mercado. Tambiénhabría que añadir el barrio de Zurriburbu, alque nos referiremos en el último apartado deeste capítulo. Pero, por otro lado, tampocopodemos asociar el caso de Pamplona con

otros ejemplos de crecimiento ordenado,como el de Vitoria. Mientras en la capital ala-vesa las sucesivas ampliaciones se iban incor-porando al conjunto de la población (si biencada una de ellas con su propia parroquia),en Pamplo na las ampliaciones no suponen elcrecimiento del conjunto, sino la adición departes diferenciadas, no sólo por sus parro-quias, sino también por sus distintos estatu-tos jurídicos. A la tercera de estas poblacionesvamos a dedicar las siguientes líneas.

3.1.3.La Población de San NicolásEl tercer y último núcleo urbano de laPamplona medieval, si exceptuamos el efí-mero Burgo de San Miguel, fue la poblaciónde San Nicolás.No vamos a referirnos ahora a los oríge-

nes y ordenación jurídica de esta Población,sino a su estructura urbana. Sin Nicolásadoptó una planta muy habitual en las fun-daciones urbanas del norte peninsular y quese han relacionado con el modelo de las bas-tidas francesas. Se trata de un planta rectan-gular organizada en torno a una serie decalles paralelas (normalmente tres) cortadaspor otras secundarias para facilitar el paso yla defensa de la villa (los cantones o belenas).Ejemplos similares en el tiempo sonSangüesa y Puente la Reina en Navarra, ymultitud de villas en todo el norte peninsu-lar. Normalmente estos núcleos de nuevafundación debían adaptar su configuraciónal terreno en el que se asentaban, dandolugar a planos diferentes aunque con unaestructura básica similar. En el caso de SanNicolás no existían grandes condicionantestopográficos, pues se escogió un terrenollano justo enfrente del Burgo de San Cernin.En vez de las habituales tres calles se escogióun plano con dos viales paralelos: uno quecuenta con las actuales calles de San Antón yde la Zapatería (antiguas Rúa de la Zapateríay Ferrería y Rúa Mayor) y otro que cuentacon las actuales Tirajana y San Nicolás (anti-guas Torredonda y Tecenderías). Se dibujó

3. El urbanismo medieval de Pamplona

69

Page 70: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

también una pequeña calleja que salía a dara la cabecera de la iglesia de San Nicolás, laRúa Chica. Cortando este esquema de callesparalelas en sentido Este-Oeste se trazarondos calles perpendiculares: la actual calle deSan Miguel y la calle de Pozo Blanco yCome dias (antigua Carnicería). La iglesia deSan Nicolás se elevaba junto a la muralla,

abriéndose al cantón. Este cantón, por otraparte, coincidía perfectamente con el trazadode las Belenas del Burgo, aún cuando ambaspoblaciones se mantuvieron separadasdurante mucho tiempo por el espacio inter-medio del Fosado del Burgo, que más ade-lante comentaremos.

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

70

Page 71: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

3.2 El sistema defensivoNo se puede entender la ciudad medieval sinsus murallas; la muralla es parte de la ciudadmedieval como lo son las calles, las casas o elfuero. Torres Balbás lo expresó de formaejemplar: “La construcción de la cerca consa-graba una agrupación como urbana en con-traste con el carácter rural de las abiertasaldeas. Las partidas del Rey Sabio afirmaneste concepto al decir que ciudad es todapoblación amurallada... Su labra corría acargo de los vecinos de la ciudad y de los delas aldeas inmediatas que además de losbeneficios económicos que su proximidad lesreportaban encontraban refugio en ella encaso de peligro. Durante toda la Edad Mediaparte de las murallas destinábanse a conser-var y reparar los muros de la ciudad”13.La utilidad más evidente de la muralla es

la defensiva, pero contaban también conuna importante función económica (comolugar de cobro de los impuestos y tasas a losque tenía derecho la ciudad) y social (mar-cando la diferencia entre el interior urbanoprivilegiado y el exterior rural.Pero estas ventajas que otorgaba la mura-

lla a la ciudad durante la Edad Media, se tor-naron en impedimentos con el paso de losaños. Así fueron desapareciendo en la mayorparte de las ciudades y villas peninsulareslos recintos amurallados que un día lascaracterizaron. Sólo en aquellas villas quecontaban con amplios espacios en el interiorde los muros y que no crecieron excesiva-mente podemos contemplar hoy recintosamurallados en buen estado de conserva-ción; en las demás debemos conformarnoscon restos más o menos abundantes. Éste esel caso de Pamplona, donde los restos demuralla de época medieval son muy escasos,no así las fortificaciones de época moderna.

3.2.1 El recinto de la NavarreríaLa pervivencia o no de los muros romanosen la Navarrería medieval es un tema quesigue siendo controvertido. Según el

Príncipe de Viana14, Carlomagno «fizoderrocar los muros, porque los moros nonse podiesen otra vez con eilla alzar», peromás adelante hubo de cercarla «ca de nuevolos moros la habian fortificado de muy fuer-tes muros». Son datos confusos que no ayu-dan demasiado a conocer la evolución delos muros de la ciudad romana en aquellaépoca. En todo caso, en 1607 Sandovalanota el hallazgo de un ídolo de bronce en«una torre cuadrada, obra de romanos,como otras que se ven hoy día en la cercaantigua desta ciudad»15.

Un texto titulado «De laude Pampiloneepistola» y que Lacarra considera de épocavisigoda, da una visión exagerada de la ciu-dad de Pamplona, con un perímetro de mil«diestras» y un recinto amurallado protegi-do por 67 torres. Son datos obviamente exa-gerados, dado que, de ser así, Pamplonahubiese tenido en aquel momento la exten-sión que alcanzó en Época Moderna.En definitiva, resulta muy difícil estable-

cer la pervivencia o no de los muros roma-nos hasta época medieval. En cualquiercaso, si hubiesen pervivido, fueron derrui-dos totalmente durante la Guerra de laNavarrería de 1276, por lo que el estudio delas fortificaciones de la Navarrería debemoscomenzarlo a partir de aquella fatídicafecha.Mediante el privilegio de 1324, Carlos el

Calvo autoriza a los de la Navarrería a amu-rallar la nueva población que se estaba reed-ficando: «concedimus quod dicti populatores ethabitatores posint claudere et firmare ciuitatemmuro lapideo uel de alio modo meliori que potue-runt»16. Las obras no debieron ir muy rápi-das, pues en 1351 Carlos II recuerda la nece-sidad de que la ciudad se fortifique, y en1365 establece medidas especiales paraaportar fondos a las obras de fortificación«por el grant deseo et buena uoluntad queauemos que la nuestra Ciudad , el Burgo etla Poblacion de Pomplona sean reparadas etfortificadas de muros, torres, barbacanas et

3. El urbanismo medieval de Pamplona

71

Page 72: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

cauas, segunt pertnesce porque en tiempode necesidat las gentes de los dichos logaresa los enemigos meior puedan contrastar»17.Un año más tarde Carlos II señala cómo

los habitantes se habían «esforçado de forti-ficar el dicto logar segunt nustra ordenançaet ayan fecho dobladas obras et espendidomuy grandament de lo suyo propio en ladicta fortificacion; empero tantas son lasobras por fazer que buenament non puedencomplescer aqueillas qui son necessarias, niassi breuement como fazer conuernia...»18.En 1378 de nuevo Carlos II concede a lastres poblaciones el enfranquecimiento depeajes, leztas, pontajes, pesos y barcajes enatención a los muchos trabajos realizadospara fortificar la ciudad con torres, muros yfosos. Por aquella fecha la muralla ya debíaestar en condiciones de cumplir con sumisión defensiva. A partir del Privilegio dela Unión de 1423, los muros interiores (losde cada burgo) empezaron a perder impor-tancia frente al muro exterior, aunque toda-vía en el privilegio como en otros docu-mentos posteriores se alude aún a murospropios de cada una de las poblaciones. Yaen el siglo XVI el perfil característico de lamuralla medieval se fue transformando porel influjo de las nuevas técnicas militares deÉpoca Moderna.

Itinerario de la muralla.Reconstruir el itinerario de la muralla

medieval de la Navarrería no es una tareafácil. Seguimos en su descripción a Martine -na Ruiz.Comenzando por los Pala cios de San

Pedro iría por la actual cuesta del Palacio ylas traseras del mercado de Santo Domingo,hasta el portal en el Calleforte de laNavarrería. Desde allí continuaba por ellado Este de la actual plaza del Castillo paraunirse con la fortaleza construida en 1308,de la que luego hablaremos. Luego conti-nuaba por la calle Carpintería de Zaga elCastillo, hoy Estafe ta, donde algunas casas

debían apoyarse directamente en el muro.Al final de esta calle se abría el portal de laTejería y, en este punto, el muro giraba enángulo recto para continuar hasta la torrede la judería, donde hoy está el baluarte deLabrit. Hacia la mitad de este lienzo Sur seabría la puerta de la Fuente Vieja o de laJudería. Con otro ángulo recto la murallacorría desde el actual baluarte de Labritpara formar el frente de la Magdalena, delque aún se conserva algún resto en el paseode ronda. Este muro Este de la Navarrería(en el cual se integraban las dependenciascatedralicias) terminaba donde hoy selevanta el baluarte del Redín. En la mitad seabría el Postigo de los Canónigos y antes elportal del Río, en la Judería. En la torre dela Tesorería, luego baluarte del Redín, elmuro volvía a doblar en ángulo recto paraformar el lienzo norte, mirando haciaRochapea, para terminar de nuevo en elPalacio de San Pedro. En su conjunto, el recinto de la Navarre -

ría no debía ser muy fuerte ni estar muybien trazado, salvo en su lienzo Este, porservir de defensa exterior de Pamplona. Apartir del siglo XVI las reformas en el siste-ma defensivo modificaron notablemente laconfiguración del recinto medieval. Salvo elmuro Oeste, que fue derribado o que lascasas aprovecharon para apoyarse en él, elresto fue «encamisado» por la nueva mura-lla de piedra, conservándose bajo los terra-plenes. Es en la ronda de la catedral dondese observan hoy los únicos restos de aquelantiguo recinto.Por lo que respecta a las puertas y porta-

les, pueden identificarse los siguientes:-Portal del Abrevador. Se abría al final de

la rúa de los Peregrinos o de San Prudencio,más o menos donde hoy está el portal deFrancia.-Portal del Chapitel. Debía existir antes de

la guerra de la Navarrería, pero dado suemplazamiento frente al Burgo debió serespecialmente castigado durante el conflic-

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

72

Page 73: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

to y no se levantó de nuevo hasta casi unsiglo después.-Portal de la Tejería. Se encontraba en la

salida natural de la calle Carpintería de laZaga el Castillo. Fue reedificado en el sigloXVI y modificado a comienzos del XVIII,permaneciendo en pie hasta 1918.-Postigo de los Canónigos. Su primera

mención es de 1515, aunque podía existirmucho antes. Sería un portal para uso ycomodidad de los canónigos, cuyos aposen-tos se adosaban a la muralla en esta parte.-Portal del Río. Este portal se localizaba

en la Judería y por él se daba salida hacia elrío Arga y también hacia el «Cimiterio delos Judíos», situado fuera de los muros.-Portal de la Fuente Vieja. Viene su nombre

de una vieja fuente que existía aproximada-

mente donde hoy está el frontón de Labrit.Se abría en el muro Sur de la Judería.-Portal de la Judería. Este portal debía dar

acceso a la Judería desde el interior de laNavarrería, pues sabemos que los judíoscontaban con un muro interior para sepa-rarse de la población cristiana.También hay que señalar la existencia

del nombre «cairefort» o «calleforte» en lacalle Navarrería, en su parte más cercana alBurgo. Según parece, se trataba de un vestí-bulo fortificado interior a la propia muralla,existiendo otros similares en el Burgo juntoa San Cernin y San Lorenzo.

El castillo del ChapitelA comienzos del siglo XIV se inició la

construcción de un castillo real en terrenos

3. El urbanismo medieval de Pamplona

73

RESTOS DE LA MURALLA EN LA RONDA BARBAZÁN, Y TORREÓN DE LOS CANÓNIGOS

Page 74: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

del Chapitel, adosado al muro exterior de laarruinada Navarrería. En el año 1308 el reyLuis Hutín permitió que se tomasen piedrasde la derruida Navarrería para la construc-ción del castillo. Contaba con tres puertas:una hacia el convento de Predicadores; otrahacia Zurriburbu, seguramente haciaEstafeta; y la principal, «el portal maior»que debía dar a la explanada del Chapitel.El castillo se adosaba a la Navarrería, lin-dando con la calle Carpintería. Hasta 1496no estuvo permitido adosar las viviendas almuro del castillo.Tras la conquista de Pamplona en 1512

por el duque de Alba se observó que el cas-tillo tenía poca utilidad para la defensa dela ciudad al estar situado en su interior. En1513 comenzaron las obras del castillonuevo, mientras el viejo se destinaba a cár-cel. Poco a poco fue perdiendo importanciapara terminar desapareciendo en ese mis -mo siglo. Sobre su solar se levanta hoy laplaza del Castillo.

3.2.2. El recinto del Burgo.Como ya hemos señalado anteriormente, elBurgo de San Saturnino se rodeó de unamuralla doble en todo su perímetro, salvoen la parte Norte que daba al barranco,donde el muro era simple. Así, en un pleitode 1346 sobre ciertas construcciones quellevaron a cabo los de San Nicolás contra-viniendo los privilegios del Burgo, se dice:«aqueillos que se poblaron en el dicto burgo, enel comienço de su población cercaron el dictoburgo de doble muro siquiere enta laNavarreria, siquiere enta la poblation de santNichols, et siquiere enta el mercado, seguntparesce et lo auedes uisto, et enta sancta Graciaque es la quarta part, porque el logar era fuertet non se podia combater, por ailli non ouieroncuydado sinon de un muro»19. Por tanto, seocuparon de defender prioritariamente losfrentes Oeste (que miraba a la Taconera),Sur (hacia la población de San Nicolás y el«baladar» o foso) y el Este (hacia la

Navarrería), mientras el frente Norte que-daba salvaguardado por el río y el barran-co aún existente.En el caso de San Cernin, además del

interés defensivo contra algún enemigoexterior, hay que señalar el deseo de loshabitantes del Burgo de proteger su posi-ción privilegiada frente a las otras poblacio-nes de Pamplona.El recinto amurallado debía ser muy

fuerte acompañándose los muros con torresa intervalos, probablemente de planta cua-drada. Como señala Martinena, el hecho deque se señalen en ocasiones topónimoscomo «Torre redonda» en la población, o«Torres redondas» en el Hospital del Burgo,es indicio de que las torres cuadradas eranlo normal y las redondas lo excepcional.Además de los muros y las torres, los del

Burgo disponían de un foso bordeando lamuralla. De los fosos que bordeaban lapoblación el que más problemas trajo fue eldel frente Sur. Al asentarse allí la poblaciónde San Nicolás, el foso del recinto exterior delBurgo quedó convertido en un foso interiorde división y motivo continuo de discordias.

Itinerario de la muralla.Comenzando en la Portalapea, portal que

miraba a la Navarrería, la muralla co rría porla calle Jarauta para girar luego en direccióna la calle Nueva, la cual se levanta sobre elantiguo baladar o foso que separaba el Burgode la Población. Desde la Torre del Rey, seunía en perpendicular el muro interior delBurgo con el exterior de la ciudad. En estemuro debía existir un desagüe que daba sali-da a las aguas sucias y los desechos del fosointerior a la cava exterior de la ciudad. Luegoel muro continuaba por este lado Oeste hastala torre de San Lorenzo y su portal. Seguía elmuro en dirección Norte hasta la actual plazade las Recoletas, englobando parte de laPobla Nova del Mercat, hasta la puerta deSanta Engracia, donde giraba en ángulo rectopara formar el lienzo norte hasta el actual

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

74

Page 75: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

3. El urbanismo medieval de Pamplona

75

Museo de Navarra. Se abría a mitad el posti-go de las Carnicerías y la muralla era simple,como ha quedado dicho. Desde el museoseguía en dirección Sur para enlazar denuevo con el portal de Portalapea, junto a laiglesia de San Saturnino.Por lo que respecta a las puertas abiertas

en la muralla, la relación es la siguiente:–Portal del Burgo, del Chapitel o Portalapea.

Este portal se abría al exterior junto a laiglesia de San Saturnino, al final de la calleMayor del Burgo, y protegido por la cerca-na torre de la Galea. Durante la reedifica-ción de la Navarrería se le conoce simple-mente como Portal del Burgo, por lo queprobablemente fuera el único de San Cerninhacia el lado de la Navarrería. Junto al por-tal estaba el «Cayrefort» o vestíbulo interiorfortificado, que ya comentamos anterior-mente en el caso de la Navarrería. El arco dela puerta estaba flanqueado por dos torreo-nes redondos, con escalera de caracol en suinterior, y sobre la propia puerta había ochomatacanes. Esta magnífica puerta fue des-hecha poco después de la Guerra deIndependencia y en 1847 todavía quedabaalguna señal de su existencia.–Portal de San Lorenzo o San Llorente. Al

otro extremo de la calle Mayor, se levantabael portal de San Lorenzo, junto a la iglesia ycontando también con un Calleforte. El por-tal estaba defendido por la torre de SanLorenzo, de notable altura y que se mantu-vo en pie hasta 1901.–Portal de Santa Engracia o de Santa Clara.

Era el portal que daba acceso a la PoblaNova del Mercat. Se abría al extremo de lacalle de la Zacudinda, donde confluía enella la de Sanduandía. Estaba defendidatambién por una torre.–Poterna o Postigo de las Carnicerías. Las

poternas o postigos eran puertas secunda-rias, abiertas en el extremo de los cantoneso belenas, y no al final de las calles princi-pales. Al norte de las Belenas del Burgo seabría, pues, este portal que daba salida a los

del Burgo hacia el río, contando tambiéncon una torre para su defensa.–Portal de la Belena. La Belena del Burgo

se continuaba extramuros en dirección a lapoblación de San Nicolás, atravesando éstamediante la actual calle San Nicolás. Apesar de que se trataba de villas distintas,esta arteria comunicaba ambos burgosponiendo en común las poblaciones. Aun -que no existe constancia documental deesta puerta, se entiende que debía existir,pues en la parte de la Población existía unportal denominado Portal de la Belena queno hubiese tenido sentido de no existir unosemejante en el Burgo.

Fosado del Burgo.En su concepción inicial, el fosado o foso

del burgo fue simplemente uno de los fosos

TORREÓN DE LA ANTIGUA MURALLA DEL BURGODE SAN CERNIN, CONSERVADO EN UN CALLEJÓN

CERCA DEL ANTIGUO EMPLAZAMIENTO DE

PORTALAPEA

Page 76: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

que protegían el recinto amurallado delBurgo de San Saturnino. Cuando se originóla población de San Nicolás (poco despuésdel nacimiento del Burgo, como sabemos)este foso quedó como un punto de separa-ción entre ambas poblaciones y continuofoco de discordias. Ya en 1222 se produjeronproblemas «por que los de la dicta Pobla cionquerian fazer contra los del dicto burgo leuantarcasas et otras cosas et sobre contiendas que entreeillos ouo, fueron fechas quemas en la dictaPoblacion et entre eillos muertes et otros malesseguescidos».Tras este conflicto, que terminó con el

incendio de la Población, se ordenó que lascasas de San Nicolás que miraban hacia elfoso tuviesen un muro de basamento detres codos como máximo, de piedra o decemento, pudiendo edificar sobre éste úni-camente en madera, hasta un máximo dealtura de una lanza militar. Tampoco se per-mitía la construcción de puertas, huecos niventanas.Como consecuencia del acuerdo realiza-

do entre ambas poblaciones a partir de laGuerra de la Navarrería, las condiciones serelajaron un poco y se permitió en 1287 a losde la Población construir sobre un basamen-to de piedra de hasta cuatro codos, edificiosde tapia hasta un total máximo de 15 codosen altura, incluido el tejado. Además, seautoriza para que cada casa pudiera tenerhacia la parte del foso un hueco o ventana.Sin embargo, los acuerdos eran sistemá-

ticamente incumplidos, tanto por lo injustode las restricciones impuestas por los delBurgo como por la necesidad que tendríanlos de San Nicolás de construir en altura ydar salida a sus casas hacia esta parte de lapoblación. Así, numerosas casas fueronlevantadas hacia el fosado sin respetar elacuerdo establecido. Tal era la situación queen 1390 el propio Carlos III tuvo que reali-zar una visita para ver en persona cual erael motivo de las discordias y cual era elestado en que se encontraba el valadar,

como ya describimos en el capítulo anterior.Lo primera que mandó fue que el valadarfuese limpiado y sacada fuera toda la sucie-dad y el estiércol acumulados. En segundolugar se manda que sean talados los árbolesque crecían allí y que fueran derribadas lasconstrucciones allí existentes. En tercerlugar, se establece «que todas las puertas quesaillen enta el dicto baladar, de las casas de ladicta poblation, sean cerradas de piedra, si elmuro de la casa es de piedra, es assaber ata laaltura de quatro codos... et si la puerta es masalta que los dictos cuatro cobdos, que lo demássea cerrado de gisso et de fusta. Et que las dictaspuertas non sean mas abiertas dáqui en adelant,no otras fechas de nueuo». De gran interés es,también, el punto quinto donde se regulande nuevo las condiciones que debían reunirlas casas de la población que miraban albaladar. Carlos III dispone que sobre elbasamento de cuatro codos de piedrapudiese edificarse de madera y yeso tanalto como quisieran, pero sin ningún ele-mento defensivo: «sin fazer gramanchones,baillesteras, garitas nin otras cosas que perte-nezcan a fecho de fortaleza et de guerra». En elpunto sexto se permite «que los de la dictapoblation en lures edificios enta la part del dictobaladar, puedan fazer finestras necessarias etconuenibles para las casas, tales como pertenez-dra et a eillos bien uisto sera».En definitiva, a pesar de que las relacio-

nes entre el Burgo y San Nicolás se habíannormalizado, todavía en esta fecha cadaburgo luchaba por mantener sus privilegiosy evitar que en un posible conflicto poste-rior la población vecina pudiera estar enposición de ventaja.Como señala Martinena, se ha venido

diciendo que con el privilegio de la unión de1423 el conflicto por el foso desapareció yaquella zona fue rellenada para dar lugar ala actual calle Nueva. Sin embargo no fue asíy todavía a mediados del siglo XVI el anti-guo foso era un lugar ocupado por huertas,casas de mala construcción y desechos e

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

76

Page 77: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

inmundicias de las casas que daban a él. Poreso, en 1582 se ordenó rellenar e inutilizar elfoso para dejarlo como había estado antesde su construcción. Este fue el momentoverdadero de desaparición del foso y ungran paso en la urbanización de la ciudad yen la definitiva unión de ambos barrios.

3.2.3 El recinto de San Nicolás.A raíz de las disputas de 1222 que acabamosde comentar, se prohíbe a los vecinos de SanNicolás construir fortificaciones hacia laparte del Burgo «sino en los muros de en derre-dor del cerco de la Población que se cerrasen almeillor que podiessen». En 1253, empero,Teobaldo I permitió a los de la Poblaciónque levantasen sus casa como más les con-

viniese y que cerrasen toda la población conuna muralla. No tardaron mucho en cons-truirla, pues en 1254 ya hay una sentenciade corte declarando un contrafuero al Burgola construcción de la muralla.La muralla estaba constituida por muros

de piedra reforzados a intervalos por torrescuadrangulares, salvo la llamada «Redon -da». Contaba también con foso exterior y sereforzaba por la presencia de la iglesia deSan Nicolás sobre el propio trazado de losmuros.

Itinerario de la muralla.Comenzando en la esquina NO, en la

torre de María Delgada, contaba la murallaen su lado Oeste con el Portal del Mercado o

3. El urbanismo medieval de Pamplona

77

MATACANES DEFENSIVOS EN EL MURO NORTE DE LA IGLESIA DE SAN NICOLÁS

Page 78: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

de las Zapaterías; continuaba por la calle dela Ciudadela hasta la esquina del Paseo deSarasate, donde estaban las Torredondas.Doblaba aquí en ángulo recto para formar ellienzo sur; en este lienzo estaba el portal deSan Nicolás, junto a la iglesia. Seguía hastala esquina de la Plaza del Castillo donde seencontraba la torre y puerta de los Triperos,doblando la muralla para formar el lienzoEste, lindando con el Chapitel. Pudo haberun portal dando salida a las Tecenderías,aunque no se documenta. Sí está documen-tado, en cambio, un portal al final de la callede la Salinería, conocido como portal de laSalinería.Durante un tiempo se pensó que enla

parte norte de la Población de San Nicolásno existía muralla. Sin embargo, las recien-tes excavaciones arqueológicas han demos-trado su existencia, siguiendo el trazado queMartinena Ruiz señalaba en su estudio. Estecierre de la muralla por el Norte fue un con-tinuo punto de fricción con los del Burgo,pues consideraban que las defensas levanta-das por los de San Nicolás podían ser utili-zadas en su perjuicio. Por ello, trataron deimpedir por todos los medios que los de laPoblación pudieran edificar aquí en altura ocon materiales propios de construcción mili-tares, como ya tuvimos ocasión de describiranteriormente.En este trazado se abrían las siguientes

puertas:–Portal de la Zapatería, de María Delgada,

del Mercado o de la Traición. Se abría en elmuro Oeste, en la salida de la calle Zapa -tería. Cerca de esta puerta se levantaba elmonasterio de los franciscanos.–Portal de San Nicolás. Estaba junto a la

iglesia parroquial de la Población, al final dela Belena. Existía ya en 1276 pues se cita enel portal de Anneliers. Parece que fuera deeste portal existían algunas casas que hubie-ron de ser derruidas durante la Guerra delos Barrios. Desapareció la puerta a finalesdel siglo XVI al trazarse el nuevo recinto que

englobó los terrenos de la Taconera, abrién-dose un nuevo portal con el nombre de SanNicolás en la nueva muralla.–Portal de la Salinería. Daba salida a la

calle Salinería, hacia la Plaza Consistorial.Perdió su utilidad a partir del Privilegio dela Unión.–Portal de la Belena. Como hemos señala-

do, en la parte norte de la población existíaun muro que cerraba la villa. Este muro con-taba con un paso que permitía la comunica-ción con San Cernin, al igual que este burgocontaba también con un portal al final de subelena.

3.3 Los espacios religiososLas villas y ciudades medievales estabanconstituidas en su mayor parte por edificiosde pequeño tamaño y construidos conmateriales como el ladrillo, el sillarejo o lamadera. Sin embargo, sobre esa masa deedificios modestos había unos edificiosmonumentales que resaltaban por encimadel resto de edificaciones, tanto en volumeny calidad, como en contenido simbólico: losespacios de la espiritualidad.Los hombres y mujeres medievales fue-

ron seres profundamente creyentes, siendola religión una parte esencial de sus vidas.Por ello no es de extrañar que los edificiosdestinados a alojar el culto fuesen siemprelos de mayor dimensión y calidad construc-tiva. En poco lugares como en las iglesias ycatedrales se aprecia mejor la capacidad delas comunidades ciudadanas para unirse enun proyecto común. Frente a los edificiosciviles –endebles en la mayor parte de loscasos– los edificios religiosos estaban cons-truidos con materiales duraderos, funda-mentalmente piedra. Esto ha posibilitadoque hayan llegado hasta nuestros días en unaceptable estado de conservación.Pero los edificios religiosos no eran sólo

el lugar destinado a acoger el culto de laciudadanía; al contrario, cumplían con otraserie de funciones para los vecinos. Por su

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

78

Page 79: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

solidez, las iglesias y monasterios eranempleados frecuentemente como parte delrecinto defensivo, mostrando hacia el exte-rior rotundas paredes sin apenas vanos quehacían las veces de formidables fortalezas;así ocurría en Pamplona con algunas parro-quias localizadas directamente sobre lamuralla o junto a las puertas de los distintosburgos. Pero su valor simbólico también lesotorgaba un importante papel de represen-tación, siendo lugares de encuentro y, otrasveces, de desencuentro, pudiendo acogeren su seno a una u otra parcialidad nobiliaren las frecuentes luchas urbanas entre fami-lias banderizas.Las iglesias eran centros de oración y

piedad, pero también lugares donde loscristianos recibían su descanso eterno. Enun principio los enterramientos debieronllevarse a cabo dentro de las iglesias, pero elespacio interior pronto se quedó pequeño ylos cementerios se trasladaron al exterior.Entonces, sólo las familias poderosas y loseclesiásticos siguieron gozando del privile-gio de descansar en tierra “ad sanctos”.No fueron, en todo caso, las iglesias y

ermitas los únicos lugares sagrados de lasvillas. Muy pronto comenzaron a instalarseen ellas los conventos de las órdenes men-dicantes, las cuales unían a la función evan-gelizadora de las parroquias una másamplia función educativa.Por último, también existían en las villas

hospitales que cumplían una doble funciónde atención a las almas y los cuerpos, tantosobre los pobres como sobre los enfermos ylos numerosos peregrinos. Para el hombremedieval los pobres eran la personificaciónde Cristo y ayudando a aquellos se dignifi-caba, en último término, al hijo de Dios. Lascuantiosas limosnas que recibían son buenamuestra del fervor religioso de aquellos ciu-dadanos medievales y, también, de suintento de purgar con dinero los pecadoscometidos.

3.3.1 La CatedralLa Catedral de Pamplona es el edificio demayor valor histórico y artístico de la capi-tal navarra, resultado de una historia cons-tructiva larga y compleja, que pasamos arelatar someramente.En el año 1084 ascendió al episcopado de

Pamplona el obispo Pedro de Roda, el cualhallando la iglesia en muy mal estado hizoreformar totalmente el edificio. Las obrasdebieron realizarse entre 1100 y 1127, enestilo románico. Como consecuencia de laGuerra de la Navarrería de 1276, la catedralsufrió el saqueo de los vencedores, quedebieron causar daños importantes al tem-plo. Bien por esta causa o por algún defectoen la construcción, el templo románico sehundió el 1 de julio de 1390, salvándoseúnicamente la fachada y la cillería.La primera piedra del nuevo edificio gó t i -

co se puso en 1394, con algunas paralizacio-nes de las obras ya desde los primeros años.Hacia mediados del siglo XIV se habían con-cluido las naves, pero entre 1439 y 1472 seproduce una paralización total de los traba-jos. En este último año se reanudan las obras,comenzando a colocarse las cubiertas. En1488 parece que la catedral estaba, si no con-clusa, al menos en una situación digna parala celebración de los oficios. Las obras deornamentación continuaron en los primerosaños del siglo XVI, terminándose totalmentela construcción en 1525.

La fachada románicaDe la primitiva fábrica románica lo único

que se conservó en el posterior templo góticofue la fachada de los pies. Se mantuvo hasta1783, en que se derribó para levantar la actualportada neoclásica, diseñada por VenturaRodríguez. Antes de demoler la vieja fachadarománica, Ventura Rodríguez levantó unplano de la planta, por lo que se sabe quecontaba con doble puerta abocinada, de tresarquivoltas, y dos torres cuadradas flanque-andola. Una de las torres, la de las campanas,

3. El urbanismo medieval de Pamplona

79

Page 80: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

80

Page 81: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

debía ser de mayor altura. La actual fachadacuenta con un gran pórtico aguantado porcuatro pares de columnas que sostienen elfrontón. Sobre el frontón se levanta un pañocon un rosetón y sobre él otro frontón rema-tado por una cruz. Las torres que flanqueanla fachada son robustas hasta la altura de lanave central para abrirse luego vanos flan-queados por columnas corintias. Luego sesuperpone un cilindro con óculos y un rema-te en forma de campanilla.

La iglesiaCuenta con planta de cruz latina, con

nave central y crucero a la misma altura, dosnaves laterales y girola, más bajas, y dosseries de capillas paralelas a la nave central.Las bóvedas son de crucería sencilla, máscomplejas las del crucero y las del presbite-rio. Las ventanas son ojivales con vidrierasdel siglo XVI algunas y otras más modernas.La imagen de Santa María la Real se encuen-tra en el presbiterio y al fondo del ábside sehalla la sillería del coro, realizada en torno alaño 1540. En medio de la nave centra está elmausoleo de los reyes de navarra Carlos IIIy su esposa Leonor, realizado entre 1413 y1419 por Joahn Lome.

El claustroExistió en la catedral un antiguo claustro

románico, del que sólo han quedado unoscapiteles. Se mantuvo en pie de forma par-cial hasta la primera mitad del siglo XIX.Por su parte el claustro gótico se consi-

deró tradicionalmente como obra del obis-po Barbazán, aunque se ha demostrado quees anterior. Comenzó a construirse hacia elaño 1280 y se terminó en los últimos añosdel obispo Barbazán (1318-1355). Entre 1492y 1507 (en tiempos del obispo AntoniottoPallvacini) se añadieron algunos elementosdecorativos.El claustro tiene forma cuadrada y las

crujías se cubren con tramos de bóveda decrucería. Se comunica con el templo a través

de una puerta ajimezada, con una figura dela Virgen del Amparo, talla gótica del s. XIV.

CilleríaEs el único resto que se conserva de la

antigua catedral románica, después de lareconstrucción de la primitiva fachada en elsiglo XVIII. Se trata de una sala rectangularmuy estrecha y elevada, que contaba anti-guamente con dos niveles.

Capilla BarbazanaEs uno de los elementos más antiguos de

la catedral, tras la cillería. Se comenzó antesde la llegada del obispo Arnalt de Barbazán(hacia 1280), pero su concluyó dentro de suobispado (1318-1355). Se diseñó como salacapitular, pero acabó dedicada a capillafuneraria del propio obispo. La bóveda secubre con crucería estrellada de ocho puntas.

RefectorioSe inició algo más tarde que la capilla

barbazana, pero se terminó al mismo tiem-po. Cuenta con una única nave rectangularcubierta por tramos de crucería simple, conun rosetón en el lienzo que la cierra.

3.3.2 Iglesia de San Saturnino.Una tradición establece la fundación de laiglesia de San Saturnino en tiempos muyantiguos. El Príncipe de Viana en suCrónica, al hablar del Burgo, dice que éste«había sido despoblado donde entoncesestaba una basílica de Sant Cernin, la qualfue fecha de antiguos tiempos, donde eldicho Sant Cernin predicó»20. Aunque noaporta fechas, esto retraería la fundaciónhasta el siglo IV. Según esta tradición, laiglesia de San Cernin podría ser inclusomás antigua que la catedral, disputando aésta la primacía sobre la ciudad.Según Albizu, lo más probable es que la

iglesia se edificase entre 1180 y 1200 comouna fábrica románica en lo que hoy secorresponde con el coro y capilla del Cristo.

3. El urbanismo medieval de Pamplona

81

Page 82: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Sin embargo, un documento de 1107 apun-ta que el obispo don Pedro hacía donacióna su mayoral de una pieza en Jaçain, junto ala iglesia de San Saturnino de Pamplona21.Por tanto, o la iglesia existía previamente–como dice la Crónica del Príncipe deViana– o bien la iglesia románica se edificóanteriormente. De hecho, es normal que lospobladores de Sant Cernin contasen conuna iglesia parroquial desde los primerostiempos de su asentamiento.En el poema de Anneliers de 1276 se

citan como dos puntos clave de la defensade Sant Cernin «la torr de la campana» y «latorr ques apres la campana pendens». Semencionan a continuación de la torre Galea,lo que las podría identificar con las torresde la iglesia de Sant Cernin.Como resultado del conflicto, la iglesia

debió resultar muy afectada, lo que motivóla construcción de un nuevo templo, elactual. Su fecha de construcción puededatarse en el último cuarto del siglo XIII.Dados sus orígenes defensivos, esta igle-

sia ha tenido siempre carácter de fortaleza,especialmente por sus torres que estuvieronalmenadas hasta el siglo XVIII. En la torredel Norte, que se levanta sobre el pórtico dela calle Mayor, estaba la campana oficial dela ciudad para los actos civiles; en la otratorre, llamada del Reloj, estuvo el primerreloj público de Pamplona, que comenzó afuncionar en 1499.Además de las torres, destaca también el

pórtico con bellas tallas góticos como las deSantiago peregrino y San Saturnino. El inte-rior del templo es de nave única con bóve-da sexpartita, cabecera poligonal, capillasentre los contrafuertes y coro elevado.Cuenta, además, con una capilla barrocaadosada en el lugar que ocupó, hasta elsiglo XVII, el claustro.

3.3.3. Iglesia de San Lorenzo.El origen de esta iglesia parroquial está enrelación con el nacimiento del barrio de la

Pobla Nova del Mercat, como ya señalamosen su momento. En el año 1180 los burgue-ses de San Cernin decidieron expulsar delinterior de su Burgo a los pobladores de ori-gen navarro, evitando así asimilarles a suposición privilegiada. De hecho, los delBurgo tomaron como patrón a un santo deorigen francés, mientras los navarros prefi-rieron adoptar un santo más de más rai-gambre hispana como San Lorenzo.Su fundación puede establecerse a me -

dia dos del siglo XIII. En 1276 el poema deAnneliers menciona una torre delante de laiglesia de San Lorenzo, que podía ser la pro-pia torre de la parroquia; también se men-ciona el portal que existía junto a la iglesia,al final de la calle Mayor del Burgo.Tras la Guerra de la Navarrería, la iglesia

debió sufrir serios desperfectos y desdecomienzos del siglo XIV se acometieronobras de restauración. Esta iglesia gótica per-maneció en pie hasta los primeros años delsiglo XIX, cuando se hundió, para reedificar-se a continuación.Los claustros y capillas de la parte sur

fueron derribados a finales del siglo XVIIIpara construir la capilla de San Fermín. Latorre, que pasaba de los 40 metros de alturay era parte integrante del sistema defensivo,fue demolida en 1901, tras haber sido rebaja-da en un tercio de su altura a mediados delsiglo XIX, por un bombardeo del generalO’Donnell.La presencia de dos parroquias en los

extremos de la calle principal (San Cernin ySan Lorenzo) es semejante a la de otras pobla-ciones medievales como Salvatierra o Vitoria.

3.3.4. Iglesia de San Nicolás.La iglesia de San Nicolás debió nacer alpoco tiempo de la creación del BurgoNuevo, como necesidad de sus pobladorespara la asistencia a los oficios religiosos. En1177 es mencionada explícitamente.En 1222, los del Burgo y la Población

mantuvieron un serio conflicto que llevó a

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

82

Page 83: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

los de San Nicolás a refugiarse en el interiorde su parroquia, la cual fue quemada porlos del Burgo con los feligreses dentro. Estaterrible destrucción hizo necesaria la cons-trucción de un nuevo templo a partir de1231. Fue construida adosada a la murallaexterior de la Población y formando partedel recinto defensivo como una de sus pie-zas fundamentales. De hecho, en la guerrade 1276 fue uno de los puntos fuertes de ladefensa de la Población. A mediados delsiglo XIV se fortificó aún más, construyén-dose una torre monumental que, aunquedesmochada en parte, todavía subsiste. Losdel Burgo se quejaron de su construcción,pero el pleito seguido les fue desfavorable.En el siglo XVI fueron realizadas algunas

obras de rebaje de las defensas, pues se consi-

deraba que hacían daño al Castillo. Todavíase conservan ocho matacanes sobre la puertaque se abre a la plazuela, donde estaba locali-zado el cementerio de la parroquia. El interiordel templo cuenta con ejemplos de diversasfases del estilo gótico. Al protogótico corres-ponde el trazado general; del gótico del sigloXIV son las cubiertas de crucería de la navecentral, del crucero y del presbiterio. En elexterior los elementos góticos están práctica-mente todos ocultos por los añadidos deÁngel Goicoechea en el siglo XIX, que otorgóa la iglesia su aspecto característico actual.

3.3.5. Los hospitales.Antes de relacionar los hospitales existentesen Pamplona, conviene recordar las palabrascon las que Aymeric Picaud cerraba su Liber

3. El urbanismo medieval de Pamplona

83

IGLESIA DE SAN LORENZO, CON LA CAPILLA DE SAN FERMÍN EN PRIMER TÉRMINO

Page 84: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Peregrinationis, primera guía del Camino deSantiago, escrita a mediados del siglo XII:«Todo el mundo debe recibir con caridad yrespeto a los peregrinos, ricos o pobres, quevuelven o se dirigen al solar de Santiago,pues todo el que los reciba y hospede conesmero, tendrá como huésped, no sólo aSantiago, sino también al mismo Señor,según sus palabras en el evangelio: “El que avosotros recibe, a Mí me recibe”. Hubo anta-ño muchos que incurrieron en la ira de Diospor haberse negado a acoger a los pobres ylos peregrinos de Santiago [...]. Por lo que sedebe saber que los peregrinos de Santiago,pobres o ricos, tienen derecho a la hospitali-dad y a una acogida respetuosa»22.Durante la Edad Media e incluso duran-

te mucho tiempo después, la hospitalidadfue un derecho de los peregrinos, cosa queentendieron tanto los peregrinos como losque ofrecían la hospitalidad. Si en un prin-cipio el Camino a Santiago fue una rutapeligrosa y arriesgada, a lo largo del tiempolos centros asistenciales fueron en claroaumento hasta llegar a constituir una nutri-da red de alojamientos (hospitales y alber-guerías) especialmente dedicadas al cuida-do de los peregrinos. A finales de la EdadMedia existían al menos seis hospitales enLogroño, cuatro en Nájera, 32 en Burgos, 17en León ó 25 en Astorga; y prácticamente encualquier localidad del Camino, por peque-ña que fuese, existía algún tipo de edificiopara tal menester. Junto a la red asistencialde carácter público debió coexistir una grancantidad de establecimientos privados que,aunque mal conocidos, debieron cumplirun papel fundamental. En todo caso, locaracterístico y mayoritario en el Caminode Santiago fue la asistencia pública, funda-mentalmente a través de los hospitales, loscuales venían a cumplir dos objetivos:alberguería de peregrinos y viajeros y cen-tros sanitarios en sentido estricto23.La primera red de hospitales de peregri-

nos en el Camino de Santiago se estableció

en el siglo XI, al socaire de la ampliación delnúmero de viajeros y de la creación de unared de caminos estables. Al finalizar dichacenturia la ruta clásica (el camino “francés”en sus variantes navarra y aragonesa) con-taba con hospitales en las principales locali-dades: Jaca (1084), Pamplona (1087), Estella(1090), Nájera (1052), Santo Domingo de laCalzada (finales del siglo XI), Burgos (1085),Frómista (1066), Carrión, Sahagún, León(1096), Foncebadón (1103), Villafranca delBierzo, El Cebrero, Portomarín y, obvia-mente, Santiago de Compostela. Esta pri-mera cobertura hospitalaria era incompleta,pero suponía un enorme salto adelante enla fijación y promoción del Camino, pueslos peregrinos encontraban en los hospita-les un referente físico y psicológico en elque aliviar las calamidades y sufrimientosdel largo viaje. En esta etapa, la mayor partede los hospitales fueron regentados pormonasterios benedictinos vinculados aCluny y ofrecían una asistencia material,sanitaria y espiritual bastante completa.Entre 1100 y 1250 vemos desarrollarse la

segunda fase de creación de hospitales; enestos años el protagonismo va a pasar de losbenedictinos a órdenes de mayor rigorevangélico, como los cistercienses, los pre-mostratenses y, sobre todo, los canónigosregulares de San Agustín. De esta épocapodemos citar los hospitales de San Juan deOrtega (1138), Santa María de Villalbura(1178), Burgos o San Isidoro de León (1148).Junto a estas órdenes reformadas aparecenlas Órdenes Militares, que con su perfil reli-gioso, asistencial y defensivo encajabanperfectamente con las necesidades presen-tes en el Camino de Santiago.Por último, entre 1250 y 1500 asistimos a

una nueva fase en el desarrollo de la hospi-talidad jacobita que tendrá como elementodiferenciador el que la principal responsa-bilidad en la atención a los peregrinosdependerá ahora de instituciones laicas,especialmente los concejos urbanos contro-

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

84

Page 85: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

lados por las oligarquias locales dirigentes.En las ciudades, sobre todo después delsiglo XIII, la pobreza y la marginación seconvierten en un problema frecuente quelas autoridades locales deben resolver; deahí que no sea extraño que la atención a losperegrinos quedase englobada dentro deesta nueva política asistencial. Ademáspara los ricos locales la hospitalidad erauna ocasión inmejorable para dejar cons-tancia de su generosidad y su riqueza.Sería un tema demasiado largo la des-

cripción de todos y cada uno de los hospita-les presentes en la Pamplona medieval, perocitaremos los presentes en cada una de laspoblaciones. En la Navarrería, MartinenaRuiz señala la Hospitalería de la Catedral, elHospital del Sacramento en Santa Catalina,el Hospital de San Martín, en la Rúa de laCalderería, y el hospital de la Magdalena,junto al puente homónimo sobre el Arga. EnSan Nicolás se cita el hospital de San Miguel,en el cruce entre las Tecenderías y la Belena.Por último, en San Cernin se documenta elhospital de San Cernin, enfrente de la parro-quia, el hospital de Sancti Spiritus, junto a lapuerta de San Llorente, y el hospital deLabradores y Pobla Nova del Mercat, en elextremo Oeste de este barrio.

3. 4 Los espacios privadosA diferencia de los espacios públicos quehemos estado analizando, el espacio priva-do es, en esencia, el espacio de habitación:el lugar ocupado privativamente por cadafamilia de la villa. A pesar de ello podíanexistir excepciones, dado que algunas vi -viendas podían tener un carácter “semipú-blico”, como ocurría con los locales comer-ciales: espacios privados pero abiertos yocupados ocasionalmente por el público.Como dijimos anteriormente, en nume-

rosas ciudades medievales se ha mantenidohasta el presente el plano urbano. Es lo quesuele denominarse la Ley de persistencia delplano: las edificaciones cambian, son derrui-

das y vueltas a construir, pero la estructuraurbana se mantiene inalterada. De estemodo, frente a la continuidad del planourbano nos encontramos con escasísimosrestos de edificaciones medievales en laactualidad, y las pocas que sobreviven sue-len estar profundamente modificadas. Laexistencia de viviendas medievales ennuestras villas históricas es algo anecdótico;con suerte, en algunas ciudades se conservaalgún ejemplo aislado de casas del sigloXVI en adelante, siendo realmente raros losejemplos anteriores.Es el caso de Pamplona, donde los edifi-

cios que mejor han pervivido hasta nuestra

3. El urbanismo medieval de Pamplona

85

MANZANAS SIMPLES Y DOBLES EN

LAS VILLAS MEDIEVALES

Page 86: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

época han sido los religiosos, por su carác-ter monumental y comunitario. En cambio,las casas particulares han sido totalmentemodificadas, desapareciendo los vestigiosde viviendas populares medievales.

3.4.1 Manzanas y solaresDel entrecruzamiento de calles y cantones yde la disposición de las plazas y plazuelasnace la estructura de las manzanas o conjun-to de viviendas unidas por medianeras. En lamayor parte de las villas medievales –dadosu origen planificado– la forma de las man-zanas tiende a lo cuadrangular; además, pue-des ser simples, formadas por una sola hilerade casas, o dobles: dos hileras de casas quecontraponen sus zagueras. Si la manzana esdoble el espacio entre las traseras de las casastiende a estrecharse progresivamente hastaquedar convertido en muchos casos en unestrecho y oscuro pasillo que recibe el nom-bre de servidumbre de luces, servidumbre deaguas, cárcava o albañal, paralelo a la calle yperpendicular a los cantones.En Pamplona encontramos muy diver-

sos ejemplos de esta realidad, y ello debidoprincipalmente a las diferentes fases de cre-cimiento de la ciudad y al carácter ordena-do o no del urbanismo. Tanto en la Na -varrería como en San Nicolás, la mayorparte de las manzanas son dobles y deforma cuadrangular; en cambio, en SanCernin las manzanas tienen forma trapezoi-dal para adecuarse al esquema hexagonalseguido en su configuración urbana. Entodo caso, la adaptación al terreno o la pre-sencia de determinados impedimentos diolugar también a manzanas sencillas o deforma irregular. Las manzanas sencillasaparecen sobre todo en las zonas de contac-to con la muralla, dado que contra el murono era habitual colocar la fachada sino latrasera de la vivienda. Así se aprecia tantoen San Cernin como en San Nicolás en elentorno del fosado del Burgo.De la división de los manzanas en parce-

las edificables nacen los solares; el solar, portanto, es en esencia el lugar destinado a edi-ficar una vivienda.Dada la existencia de un planeamiento

previo en la creación de la mayor parte delas villas medievales, los solares contabancon una cierta homogeneidad. Es conocidoel documento fundacional de Villarreal deUrrechua en Guipúzcoa en el año 1373 en elque se menciona una medida por solarmáxima de 6 x 8 brazas (aproximadamente10 x 14 metros)24; también es muy citada lamención en el fuero de Laguar dia25 de quelos solares debían tener un tamaño de “XIIestatos de casas III longo et III in amplo”, esdecir, 24 x 8 metros, resultando una su -perficie de 192 m2; pero más elocuente aúnes un documento de la villa riojana deSanto Domingo de la Calzada del año 1162-1169. En él, Pedro, abad de Santo Domingode la Calzada, entrega un terreno para elengrandecimiento de la villa siendo el res-ponsable del planeamiento urbano un talmaestro Garsión, el cual dividió los solares“cum sua pertica”, encargándose el señor deCidamón de “proiecit sortes”. Por tanto,Garsión mediante una pértiga o medida,reparte los solares de forma homogéneaentre los nuevos vecinos, mientras el señorde Cidamón “echa las suertes” para deter-minar los solares que corresponden a cadacual26.Esta debió ser una práctica habitual en la

mayor parte de las villas de nueva creación:el reparto justo y homogéneo de los solares,dada la condición igualitaria de los vecinos. Pero esta igualdad inicial duraba, por lo

general, poco tiempo. Con el paso de losaños unos vecinos terminaban por acumu-lar más riqueza que otros y eran frecuenteslas compras de solares adyacentes parapoder aumentar el tamaño de las viviendas.El caso contrario también podía darse: veci-nos empobrecidos se veían obligados a ven-der parte de su solar, aprovechándose otrosvecinos para construir sus viviendas sobre

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

86

Page 87: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

solar y medio. La división en horizontal delos solares, una altura para cada vecino, eraun caso menos frecuente.Pero el solar también podía cambiar su

morfología sin el concurso de compras oventas. En un primer momento, las vivien-das no ocupaban la totalidad del solar: porel contrario, la parte trasera solía reservarsecomo lugar destinado a acoger un huerto ouna cuadra. Se trata de un “espacio verde”dentro de la villa que nos recuerda laimportante relación que mantuvieron losvecinos de las villas medievales con las pro-ducciones agrícolas, así como la importan-cia que tenía el poseer un pequeño espacioproductivo que aligeraba en cierto modo ladependencia respecto al mercado. Sinembargo, la presión demográfica era un ele-mento poderoso en las villas medievalesque prosperaban, y estos espacios vacíos enel interior de las villas eran demasiadovaliosos como para permanecer desocupa-dos por mucho tiempo.Si la necesidad de espacio era muy

imperiosa, el espacio libre en las traseras delas casas terminaba por verse reducido a sumínima expresión, conformando las ante-riormente citadas servidumbres de luces ode aguas; aunque su función básica erapermitir la aireación de las viviendas, sufinalidad terminó siendo la de lugar al queverter las aguas sucias, convirtiéndose enfocos de suciedad, malos olores o inclusoinfecciones. En Pamplona son apreciablesaún estos espacios traseros libres en lossolares, especialmente en San Cernin y laNavarrería, mientras que en San Nicoláslos solares fueron ocupados en mayormedida, reduciendo los patios traseros a sumínima expresión.El aumento de las casas en profundidad

dio lugar a las características casas de villao “de alforja” de la Edad Media, con facha-da muy estrecha y gran profundidad. Elesquema de vivienda en las villas medieva-les era bastante estricto; por ejemplo, a

pesar de las posibilidades que ofrecían lossolares situados en las esquinas de las man-zanas, estos nunca daban lugar a casa dedos fachadas sino que el esquema de la casade alforja se mantenía prácticamente inalte-rable, salvo quizá la apertura de algún vanomenor en la fachada que daba al cantón.Otro elemento de suma importancia en

esta configuración edilicia de las villasmedievales, como el caso de Pamplona, esel muro medianero. En las casas urbanas deépoca romana existía en principio un espa-cio de separación entre las viviendas que seconocía como ambitus y que tenía unadimensión aproximada de metro y medio(75 cm. en cada solar adyacente)27. El objeti-vo del ambitus era doble: favorecía la airea-

3. El urbanismo medieval de Pamplona

87

DIVERSOS TIPOS DE SOLARES MEDIEVALES

Page 88: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

ción de las viviendas y, más importante aún,dificultaba la propagación del fuego en casode incendio. Sin embargo, a medida que lapresión demográfica aumentaba, este espa-cio fue desapareciendo y el ambitus dio pasoal paries communis o muro medianero, comúna dos casas contiguas. Este muro común, típi-co de las villas medievales, tuvo dos conse-cuencias muy notables: en primer lugar,favoreció la propagación de los incendiossobre todo cuando estaba realizado enmadera, aspecto contra el que lucharonarduamente las autoridades municipales;por otro lado, dado su carácter común, elmuro medianero terminó por convertirse enun elemento “fosilizador” del plano urbano,dado que raramente era derribado, sino quese reutilizaba en las sucesivas reformas oincluso en las ampliaciones, manteniéndoseen ocasiones como muro interior.El resultado final del proceso de reduc-

ción y ampliación de los solares es una mul-tiplicidad de ejemplos prácticos, tanto enanchura de fachadas como en fondos edifica-dos. Se trata, no obstante, de un análisis com-plicado teniendo en cuenta las muchas modi-ficaciones que los solares han sufrido a lolargo de los siglos.

3.4.2 La casa urbana o “casa de villa”Después de haber estudiado los solares, tocaahora adentrarse en las edificaciones quesobre ellos se levantan: las casas urbanas. Lacasa urbana difiere claramente de la casarural: en primer lugar, dispone de un espaciomás reducido, dado que debe limitarse alsolar correspondiente; en segundo lugar,tiene casas a ambos lados, con lo cual sólotiene una fachada al exterior y una trasera quenormalmente se abre al mencionado albañal oservidumbre de luces (salvo que la manzanasea simple). Por ello, la casa urbana –al adap-tarse a los solares estrechos y contiguos delparcelario medieval– es igualmente profunday estrecha, dado que es sólo en profundidad yaltura hacia donde puede expandirse.

Por lo que respecta a la altura, no existeen principio regulación alguna que limite elcrecimiento, salvo la derivada de la propiaresistencia de los materiales y la pericia delos constructores. Lo normal fue que lascasas constasen de dos alturas más un sobra-do bajo el tejado; de todos modos las casasde tres alturas tampoco fueron raras28.Los materiales empleados en la construc-

ción de las villas medievales del norte penin-sular debían reunir tres características fun-damentales: ser abundantes; estar cerca dellugar donde debían emplearse y no ser exce-sivamente costosos. El material que mejorreunía esas tres condiciones era la madera. Elroble era muy apreciado por su gran resis-tencia a la putrefacción, mientras el haya sebuscaba sobre todo por su ligereza y facili-dad de trabajo.Dada la facilidad para la obtención de la

madera, la mayoría de las casas se construí-an con este material lo cual tenía sus venta-jas pero también sus inconvenientes: elmenor incendio que se produjese en cual-quiera de estas casas podía provocar enpocos minutos un incendio voraz que aso-lara toda la villa, como de hecho ocurría fre-cuentemente.Ello impulsó a los concejos a regular más

el uso de materiales en las construcciones,recomendando el empleo de materialesignífugos como la piedra o el ladrillo.Además, existía otro problema: aunque lasreservas de madera en los montes erantodavía muy abundantes, a lo largo delsiglo XV se levantan voces de alarma seña-lando la progresiva degeneración de losmontes y la escasez de buenos árboles; aúnsiendo el material más abundante, la made-ra comenzó a perder su carácter “popular”para convertirse en un material apreciado.Desde mediados del siglo XV comienzan

a introducirse en las villas del Norte penin-sular nuevos materiales de construcción,como la piedra, que hasta aquel entonceshabía sido de uso casi exclusivo para las

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

88

Page 89: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

3. El urbanismo medieval de Pamplona

89

ESTRUCTURA DE UNA “CASA DE VILLA” MEDIEVAL

Page 90: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

casas fuertes de los nobles. El ladrillo tam-bién hace su aparición, sobre todo en losarreglos de algunas casas-torre. Y, por últi-mo, aparece también el “verganazo”, técni-ca consistente en cerrar las paredes de lascasas con ramas trenzadas (generalmentede avellano) que se recubrían luego conbarro por ambas caras; el verganazo no seutilizó sólo para los cierres exteriores sinoque se empleó igualmente en las divisionesinternas de las viviendas, evitando la pro-pagación del fuego de una estancia a otraen caso de incendio.La utilización de la piedra y el ladrillo en

las casas tuvo otra consecuencia derivada: elaumento en la altura de las edificaciones. Alobligar las ordenanzas a los vecinos a cons-truir sus casas en “cal y canto” y a separarlas viviendas con muros medianeros de pie-dra, estos deciden amortizar sus obras edifi-cando mayor número de pisos en cada solar(lo cual, por otra parte, se ve favorecido porla mayor resistencia de estos materialesfrente a la madera).En el caso de Pamplona contamos con

referencias bastante explícitas a los materia-les empleados en la construcción de algunasde las casas, especialmente en relación alconflicto que mantuvieron el Burgo y laPoblación por el tema del fosado que lasdividía. Tras el conflicto de 1222 que terminócon el incendio de la Población, se ordenóque las casas de San Nicolás que mirabanhacia el foso tuviesen un muro de basamen-to de tres codos como máximo, de piedra ode cemento, pudiendo edificar sobre ésteúnicamente en madera, hasta un máximo dealtura de una lanza militar. Tampoco se per-mitía la construcción de puertas, huecos niventanas. Se aprecia, por tanto, un interés delos del Burgo por evitar la construcción conmateriales duros en la Población, para impe-dir que los de San Nicolás pudiesen utilizarsus viviendas como elementos defensivos.Por lo que respecta a las cubiertas, la

documentación medieval no es especial-

mente elocuente. En principio debieron rea-lizarse completamente en madera, cubrién-dose con paja y barro para favorecer la esco-rrentía; desde mediados del siglo XV debiógeneralizarse el uso de la teja de barro sobreun entramado de madera.

3.5 El abastecimiento de aguaDentro de los aspectos “públicos” de las villasmedievales, uno que cobra especial importan-cia para la vida de la comunidad es el abaste-cimiento y evacuación de las aguas29.Debemos tener en cuenta que, en algunoscasos como Pamplona, las villas alcanzabanun cierto desarrollo urbano que podía dificul-tar el imprescindible abastecimiento de aguapara las más diversas labores, teniendo encuenta, además, que muchos de los oficiosque se desarrollaban en las villas necesitanimperiosamente del concurso del agua. Comoseñala Alegría Suescun30, «El agua, en cual-quiera de sus formas presenciales (lluvias,manantiales, ríos, torrentes, lagunas, etc.) esun factor determinante de la naturaleza de losespacios. No cabe duda que la riqueza hídri-ca de los núcleos urbanos de Navarra ha sidouna de las bases en las que se ha asentado suactual geografía, política, enmarcada funda-mentalmente por las cuencas y cauces fluvia-les. El agua es, por tanto, un rasgo esencial delpoblamiento».Los ríos, en muchas ocasiones dan forma

al núcleo urbano, enmarcando claramentesus límites. En la mayor parte de las villasnavarras el poblamiento se asentó enpequeñas elevaciones del terreno cercanas ameandros de los ríos: de este modo se ase-guraban el suministro de agua al tiempoque se protegían de las frecuentes y peli-grosas riadas.El primitivo núcleo de Pamplona origi-

nado a partir de la ciudad romana dePompeyo, se localiza en una terraza fluvialsobre el río Arga, a 435 metros de altitud.Con posterioridad la ciudad se expandiópor ambas márgenes del río, con burgos y

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

90

Page 91: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

arrabales, como los de la Magdalena, SanPedro, Rochapea o San Cernin.También destacable en el caso de

Pamplona es la presencia de profundosmeandros que describen los ríos Arga,Sadar y Elorz a su paso por la ciudad, asícomo las zonas aluviales, los barrancos y laalta disposición de la capa freática en elsubsuelo de Pamplona, lo que permite unacaptación sencilla de las aguas por fuentes ypozos.El primero de los núcleos pamploneses

en recibir las aguas del Arga es la Navarre -ría, bordeada por el río en dos de sus cuatrocostados. El Burgo de San Cernin se asentóen una llanura sobre el Arga, separado de laNavarrería por el barranco de SantoDomingo. San Nicolás también se asentó enllano, pero sin acceso directo al río Arga.Alrededor del río Arga se localizaban

gran número de molinos harineros y trape-ros, cuya relación realizó Alegría Suescun31.

Molinos harineros.Dentro del área de influencia de la

Navarrería se encontraban los molinos hari-neros de Iturriapurria, Santa María Magdal -e na, Molino del Vergel, Molino junto alMonasterio de San Pedro de Ribas, Molinode Rochapea y Molino de Maurumilio. Enel tramo del Burgo de San Cernin se docu-mentan los de Zumadia, de Artica enSandua, Biurdana y Barañáin.

Molinos traperos.Dentro del callejero de la Pamplona

medieval encontramos referencias a los ofi-cios relacionados con el trabajo textil. En SanCernin encontramos las rúas de Burullerías(trabajadores de paños bastos) y Tecende -rías; por otra parte, en el sector de la PoblaNova del Mercat se localizaba la calle«Zacuninda» o «Rúa de los sacos», en refe-rencia a dicha ocupación textil.Por su parte, en San Nicolás existía tam-

bién una «Tecendería» –actual calle de SanNicolás– que cortaba con la calle «Sederías».

Para la realización de estos trabajos eranecesario el concurso de servicios hidráuli-cos para el batanado de los paños.En el tramo de la Navarrería, encontra-

mos el molino de García Marra o Caparroso,y en el tramo de San Cernin se documentanlos molinos de Mazón y Miluce.

Baños.Tradicionalmente los pamploneses han

utilizado diversas riberas del Arga paratomar baños. En época medieval parece quelas zonas que se aprovecharon fueron las deCaparroso y Santo Domingo (Mañueta). Losgrupos privilegiados podían contar conagua caliente en sus propias casas –aunqueno hay documentación expresa hasta 1356–mientras que el resto de la población debíaacudir para ese menester a los baños públi-cos. En la Pamplona medieval se documen-tan al menos tres «casas de baños públicos».

El suministro de aguaEl aporte de agua para la población, el

ganado y las actividades agrícolas y manu-factureras parece que estuvo asegurado a lolargo de la Edad Media. Como señalaAlegría Suescun, los vecinos de Pamplonacontaban con varias ventajas para ello: la cer-canía al río Arga, que con sus meandros bor-deaba por completo la ciudad. De hecho,varios de los portales de la muralla conducí-an directamente a puntos de abastecimientode agua: el Portal de la Fuente Vieja, en lamuralla exterior de la judería, se emplazabaante una fuente extramuros; el Portal del Río,también en la judería, hacia la playa deCaparroso; el Postigo de los Canónigos, en laparte trasera de las dependencias de la cate-dral; El Portal del Abrevador, al final de la Rúade los Peregrinos; el Portal de la Galea, en SanCernin, que daba acceso al barranco deSanto Domingo; y el Postigo de las Carnicerías,al final de las Belenas de San Cernin, endirección al Arga.

3. El urbanismo medieval de Pamplona

91

Page 92: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

La segunda de las ventajas para el sumi-nistro de agua era la disposición de la capafreática en el subsuelo, que permitía captaragua con facilidad mediante la excavación yconstrucción de pozos.En tercer lugar, la alta pluviosidad de la

capital navarra permitía tomar agua en alji-bes, depósitos y lagunas naturales. Dehecho, la ciudad de Pamplona estaba ytodavía está horadada por gran cantidad depozos en sótanos, bodegas y bajos de edifi-cios del casco antiguo.

La evacuación de las aguas.En general, en las ciudades medievales se

observa un cierto desinterés por parte de lasautoridades municipales a la hora de regularel abastecimiento de agua para la población.Por el contrario, la evacuación de las aguas sísuscitaba mayor interés tanto en los vecinoscomo en las autoridades. Si el abastecimien-to era un asunto privado, la evacuación erauna necesidad común. De hecho, en el casode Pamplona el tema de la evacuación de lasaguas era de suma importancia. Para la eva-cuación se utilizaba, en primer lugar, la pro-pia orografía del terreno, que permitía laescorrentía de las aguas; por otra parte, eltrazado rectilíneo y ordenado de las callesfacilitaba que las aguas corriesen por los via-les buscando puntos más bajos desde loscuales se dirigieran las aguas al exterior de lapoblación. El punto clave era el barranco deSanto Domingo, situado entre las tres pobla-ciones y con caída natural hacia el río Arga.Era de gran importancia para la salubridadde la ciudad mantener en buen estado lasconducciones de agua por las calles de la ciu-dad, para evitar que estas se cegasen y elagua se estancara. De hecho, en algunosespacios intermedios entre los barrios, comoel fosado del Burgo entre San Cernin y SanNicolás, se sabe que los vecinos lo utilizabanpara verter las aguas de cloacas y desagües,al tiempo que arrojaban allí diversos desper-dicios. Como sabemos, en la visita de 1390 el

propio Carlos III mandó que el valadar fueselimpiado y sacada fuera toda la suciedad y elestiércol acumulados.Por último, hay que hacer mención a las

privadas y necesarias, documentadas enSan Nicolás y que daban directamente alespacio del fosado del Burgo, lo cual gene-raba conflictos con los de San Cernin. Lasprivadas y necesarias eran habitáculosvolados sobre la calle que existían en algu-nas viviendas construidos en madera o encal y canto y en los que los habitantes de lascasas vertían el agua utilizada y los resi-duos orgánicos, todo lo cual caía directa-mente a los cantones. La suciedad que talpráctica provocaba movía a los concejos aregular su utilización, bien cerrándolashasta la línea de la calle, bien situándolasdentro de las viviendas y no en su exterior.Como se aprecia, tal medida no iba encami-nada precisamente a atajar el problema sinoa convertirlo en algo particular de cadavecino.

Los puentes.Por lo que se refiere a los puentes, su

importancia era fundamental en una ciu-dad bordeada por un curso fluvial tan cau-daloso como el Arga. En la Edad Media fue-ron frecuentes dos maneras de salvar losríos: mediante puentes o mediante barca-

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

92

PRIVADA ABIERTA Y CERRADA

B. Arizaga y S. Martínez

Page 93: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

zas. En Pamplona se optó por la primera delas posibilidades, existiendo cinco puentesque salvaban las aguas del Arga: Magda -lena, San Pedro, Nuevo-Rochapea, SantaEngracia y Miluce. Sólo se documenta unpaso de barcas, a mediados del siglo XV enla parte final del barranco de SantoDomingo y comunicando en la orilla opues-ta con el barrio de Juslarrocha.

3.6 La tierra de nadie y las modificacionesposteriores al Privilegio de la UniónA lo largo de este capítulo hemos tenido oca-sión de ver el desarrollo urbano de las trespoblaciones que conformaron la Pam plo namedieval: el Burgo de San Cernin, laPoblación de San Nicolás y la Ciudad de laNavarrería, con su anexo de San Miguel.Ahora vamos a ocuparnos de algunos espa-cios que no pertenecieron a ninguno de losburgos y que fueron frecuente motivo dedisputa. Ya hemos analizado anteriormente

el espacio del valadar o fosado del Burgo,por su importancia en el trazado de la mura-lla entre San Cernin y San Nicolás; ahora nosocuparemos sobre todo del espacio delChapitel, punto de unión y desunión entrelas tres entidades urbanas. Y, por último,analizaremos las modificaciones urbanasposteriores al Privilegio de la Unión de 1423.El Chapitel fue un espacio abierto entre

las tres poblaciones. Limitaba al Oeste conlos muros del Burgo y San Nicolás, al Estecon la Navarrería y los muros del castillolevantado a partir de 1308; al Sur, con la igle-sia de los Predicadores de Santiago; y, alNorte, no tenía un límite claro, pues se ibaestrechando en dirección al río siguiendo eldesnivel del barranco de Santo Domingo.Durante la Edad Media este lugar servía

como plaza de mercado y contratación, espe-cialmente de los de la Navarrería, ya que elBurgo tenía su propio mercado en el espacioen que se levantó la Pobla Nova del Mercat.

3. El urbanismo medieval de Pamplona

93

PUENTE MEDIEVAL DE LA MAGDALENA, SOBRE EL RÍO ARGA

Page 94: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Por el lado de la Navarrería, la tierra denadie del Chapitel comenzaba en la actualesquina de Curia y Navarrería, hasta dondellegaba en el siglo XII la primitiva muralla. Apartir del nacimiento del Burgo de SanCernin, el Chapitel comenzó a tomar uncarácter polémico. Por ello, Alfonso I elBatallador se cuidó de proteger este espaciofrente a las edificaciones, prohibiendo a losde la Ciudad a que construyesen casas entreSanta Cecilia y el muro del Burgo. Hoy, entodo caso, se considera que este privilegioabusivo pudo ser una interpolación posteriorde los del Burgo para proteger sus interesesurbanos frente a los de las otras poblaciones. Pero el verdadero punto de inicio del con-

flicto fue la concesión hecha por Sancho elSabio en 1189 para que los de la Navarre ríapudieran construir en este espacio antesvedado, otorgándoles de hecho su propie-dad. Como señalamos en el capítulo III estofue causa de las mayores discordias y enfren-tamientos en la Pamplo na medieval. El suce-sor de Sancho VI, Sancho VII el Fuerte, siguióuna política totalmente contraria: no sólofacultó a los del Burgo para derribar la torrede la Sal que los de la Navarrería habíanconstruido en este espacio, sino que declaróque las plazas existentes entre Santa Cecilia yla barbacana del Burgo serían en lo sucesivoposesión común de San Cernin y SanNicolás, con exclusión de la Navarrería.Pero pronto cambiaron las cosas con la

llega al trono navarro de los Teobaldos. En1236 vemos como los de la Navarrería y losde San Nicolás llegan a un acuerdo paracompartir los terrenos del Chapitel sin teneren cuenta a los del Burgo. En los añossiguientes las construcciones realizadas en elChapitel seguían en pie a pesar de las conti-nuas reclamaciones de los de San Cernin.Con la avenencia suscrita en 1266 pudieronhaber acabado las discusiones, pero la pazno duró mucho y poco después vemos ya alos burgos divididos en dos bandos: por unlado la Navarrería y San Miguel, y por el

otro el Burgo y San Nicolás. Todavía antesdel conflicto de 1276 se insistía a los de laNavarrería para que derribasen las casaslevantadas en el Chapitel, a lo cual se nega-ron abiertamente.Tras la destrucción de la Navarrería en

1276 los terrenos del Chapitel perdieron valorestratégico, pues dejaron de ser un punto cen-tral entre las poblaciones. Sin embargo, encuanto comenzó la reconstrucción de laNavarrería, este espacio volvió a ser punto dediscordia y de nuevo los del Burgo trajeron acolación sus privilegios para tratar de evitar laconstrucción más allá de Santa Cecilia. Entodo caso, desde que comienza la repoblaciónde la Navarrería en el siglo XIV los terrenos seconsideran propios de la Navarrería, con locual dejan de ser “tierra de nadie” y, por ello,punto de conflicto.Una vez realizada la unión de los barrios

se fueron construyendo una serie de edifica-ciones que dividieron en tres el espacio delChapitel a lo largo del siglo XVI. De estemodo nacieron la Plaza de Abajo, hoy deSanto Domingo, en la trasera del Ayunta -miento y el almudí; la Plaza Consistorial,del Chapitel o de la Fruta, en la fachada delAyuntamiento; y la plaza del Castillo, lamayor en extensión. Tradicionalmente se pensó que la unión

de los burgos medievales conllevó la destruc-ción de las murallas interiores de cada uno deellos, pero hoy sabemos que no fue así. ElPrivilegio de la Unión prohibió construirnuevas murallas, pero no ordenó derribar lasexistentes. Por tanto, aunque se fueron pro-duciendo derribos puntuales, no se acometióla labor general de derribar las murallas exis-tentes en el interior de la población. Por suparte, los muros que cerraban la poblaciónhacia el exterior permanecieron en serviciohasta finales del siglo XVI.De hecho, en el privilegio de la unión se

manda «que de las renta comunes de todanuestra dicha muy noble ciudat unida, secedan las expensas necesarias... en el ayno

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

94

Page 95: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

que el tesorero sera del dicho Burgo sehayan a expender et distribuir en la fortifi-cación del dicho Burgo, et en el ayno quesera de la dicha Poblacion, en la fortifica-cion de la dicha Poblacion, et en l’ayno queel dicho Tesorero sera de la dichaNavarreria, en la fortificación de la dichaNavarreria».Es con la construcción del recinto amura-

llado de Época Moderna cuando la ciudadva a cambiar notablemente su fisonomíaurbana, derribándose numerosos muros ytorres para la construcción del nuevo recin-to de mayor perímetro. A lo largo de lossiglos los viejos muros medievales fueronderribándose por la pérdida de su utilidad.Hoy en día, el resto más evidente de lamuralla medieval se encuentra en la parteEste de la Navarreria, en las dependenciascatedralicias de la Barbazana, en el Paseo deRonda llamado Ronda de Barbazán. Más importancia tuvo para la integración

de los tres burgos la edificación en la “tierrade nadie”, que acabamos de comentar, ysobre todo la construcción de la Jurería oCasa Consistorial, como indica el Privilegiode la Unión. Ya indicamos en el capítulo 3 laimportancia simbólica del lugar escogidopara su construcción, en un punto interme-dio entre los tres burgos y sobre los terrenosque anteriormente había sido de discusión ydisputa. Como complemento a la construc-ción de la Jurería en terrenos de nadie (y portanto desprotegidos) debió empezarse alevantar el muro que cerraba la poblacióndesde el baluarte extremo del Burgo (dondehoy está el Museo de Navarra) hasta elPalacio de San Pedro de la Navarrería. Suconstrucción comenzó a finales del siglo XVy debía estar en funcionamiento en elmomento de la conquista del reino en 1512.También se realizaron obras que pusie-

ron en relación al Burgo y la Población,como las construcción del edificio de lasAudiencias Reales o casa del Real Consejo.Ésta se levantó en el antiguo fosado del

Burgo invadiendo algunas casas de laPoblación. Su construcción se inició despuésde 1541.Más importancia para la unión urbanísti-

ca de los burgos tuvo la construcción de lanueva fortaleza en los terrenos de la actualDiputación y Archivo. Este traslado de la for-taleza supuso la pérdida de utilidad del anti-guo castillo y su posterior abandono, y derri-bo transformándose aquel espacio en la Plazadel Castillo, cuya configuración urbana selogra hacia 1570-75. La ampliación de la calleSalinería fuera del límite de la Población yhacia la Navarrería originó la creación de losdos espacios anteriormente señalados: laPlaza del Castillo y la Plaza Consistorial.

3.7 Últimas aportaciones de la arqueologíaen PamplonaEn el estudio de la ciudad romana dePamplona señalamos la importancia queha tenido para el estudio de su configura-

3. El urbanismo medieval de Pamplona

95

EL AYUNTAMIENTO SE LEVANTA EN EL LUGAR

QUE PUNTO DE FRICCIÓN ENTRE LOS TRES

BARRIOS DE PAMPLONA

Page 96: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

ción urbana las recientes excavaciones lle-vadas a cabo en la capital navarra; lomismo puede decirse en el caso de los bur-gos medievales. A continuación vamos areferirnos a una serie de hallazgos arqueo-lógicos recientes que han aportado intere-santes datos para el conocimiento de laPamplona medieval34.

3.7.1 Barrio de CurriburbuEl barrio de Curriburbu o Zurriburbu semenciona en el poema de Guillermo deAnneliers en relación con la guerra de 1276,señalándose que estaba próximo al portal dela Tripería de la Población. Varias fueron laslocalizaciones que se buscaron para estetopónimo, identificándolo algunos con unacalle y otros con un barrio. Martinena seña-laba en 1974 que «más que en una calle pro-piamente dicha, habría que pensar en unbarrio formado por casas más o menos dise-minadas, que se extendería desde la Car -pintería hasta el muro de la Población, ocu-pando una parte de la actual plaza delCastillo». Este barrio fue destruido conmotivo de la fortificación de la ciudad en1365-67.Las recientes excavaciones en la plaza del

Castillo han venido a dar la razón aMartinena en su hipótesis. A comienzos del2002, durante las excavaciones en la plazadel Castillo los arqueólogos hallaron partede la trama del barrio, ordenado en torno aun eje conformado por una calle empedra-da. De este vial se localizaron dos tramos:uno de 25 metros y otro de 10. La anchuramedia era de 3 metros. Bordeando la calle selocalizaron viviendas muy sencillas, algu-nas de las cuales estaban seccionadas por elmuro del que enseguida hablaremos. Dadoel desnivel existente en este sector de la ciu-dad (por la presencia del foso de la murallade la Población de San Nicolás) se empleóuna cimentación con estacas de madera,similar a la que describimos para el caso dela muralla romana en la calle Merced.

3.7.2 El convento de SantiagoEn el siglo XI se construyó un monasteriodedicado a Santiago, en el lugar que hoyocupa el Palacio de Navarra, aunque algu-nos de sus edificios anexos llegarían hasta elactual palacio de Sarasate. En 1242 se insta-laron en él los dominicos y aprovecharonpara realizar algunas reformas. En lasrecientes excavaciones de la plaza delCastillo fueron confirmados varios datosque se tenían sobre el convento: se localiza-ron las cimentaciones de la basílica de plan-ta cuadrada, una estancia de planta rectan-gular situada entre el muro exterior del con-vento y el claustro, y también una necrópo-lis en el propio claustro, de la que más tardehablaremos.El convento tenía una ubicación estraté-

gica, lo que hizo que se mantuviera en piedespués de la guerra de los burgos hasta1514, cuando fue ordenado su derribo parapermitir la construcción del nuevo castillode Fernando el Católico.

3.7.3 Muralla en la plaza del CastilloA comienzos de 2002, durante las obras pre-vias a la construcción del parking en laplaza del Castillo, fueron hallados los restosmedievales más llamativos y de mayoresdimensiones de los últimos años: un lienzode muralla con una torre cuadrada adosada.Parte de esta muralla puede contemplarsedesde la primera planta del parking a pocosmetros de la entrada situada en la avenidade Carlos III.El muro cuenta con una anchura de 3,90

metros y una longitud de 120, en direcciónNorte-Sur, cortando en dos la plaza delCastillo. Adosada al muro apareció tambiénuna torre con muros de 3,5 metros de grosory una dimensión total de 8,5 x 12 metros. Laaltura máxima de los muros y la torre alcan-zaba los 2 metros, lo que indicaba que enalgún momento habían sido desmontadospara reutilizarse en otra construcción.La principal sorpresa de este hallazgo fue

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

96

Page 97: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

el hecho de que nadie, hasta aquel momen-to, había supuesto la existencia de un murode esas características en aquel lugar, por loque su descubrimiento generó todo tipo dehipótesis. En principio se pensó que pudie-ra ser de origen romano; también se especu-ló con su posible pertenencia al periodo visi-godo, mientras otros consideraban quedebía ser el muro de la Población SanNicolás. Algunas de estas hipótesis se con-tradicen rápidamente, pues, por ejemplo, niel muro se corresponde con la dimensión dela Población de San Nicolás, ni parece lógicoque la torre se situase mirando hacia el inte-rior de la villa, y no hacia su exterior.Aunque hay alguna duda, se considera

que el muro fue construido después de laguerra de la Navarrería y que pertenecía almuro de defensa del convento de Santiago.Este monasterio, que sirvió como fortalezaen los siglos XIII y XIV fue semiderruido y

luego aprovechado por Fernando el Católi -co para erigir el castillo de Santiago en 1513.

3.7.4 PortalapeaDurante la construcción de las escaleras porlas que se accede a la calle de Santo Domingodesde la calle San Saturnino aparecieron unsótano con muros de ladrillo y una puertacon arco y muros de sillería. Por lo que pare-ce, estos restos pertenecen a la puerta medie-val de Portalapea, dentro del recinto defensi-vo del Burgo de San Cernin. Recien tementeeste hallazgo se completó con la restauraciónde la belena de Portalapea, donde fueronencontrados va rios arcos y muros que hanquedado a la vista.

3.7.5 Torre medieval en AldapaDos años después del hallazgo de la mura-lla en la plaza del Castillo, fue encontradaotra torre medieval junto a la basílica de San

3. El urbanismo medieval de Pamplona

97

BELENA DE PORTALAPEA CON BOLAÑOS DE PIEDRA DE LA GUERRA DE 1276

Foto: Sergio Martínez

Page 98: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Fermín de Aldapa. En este caso, la torre noera cuadrangular, sino semicircular, con 10metros de diámetro y muros con anchura de2,40 metros. Sólo se conservaban los cimien-tos, con una altura de 2 metros (8 hiladas depiedras). El muro contaba con dos lienzosde piedra de sillería y un relleno interior depiedra menuda, cantos rodados y fragmen-tos de ladrillos y tejas. Probable men te elmuro perteneciera al nuevo recinto amura-llado de la Navarrería levantado con poste-rioridad a la guerra de 1276.A partir de sus características constructi-

vas se comprobó que se trataba de una bes-torre: planta semicircular, interior hueco yabertura hacia el interior del recinto amura-llado. El uso de estas bestorres se generalizóen los siglos XIII y XIV.

3.7.6 Cuatro necrópolis medievales–Cementerio en la Plaza de Castillo (Con ven tode Santiago)En noviembre de 2001 las excavaciones

arqueológicas descubrieron a poco más deun metro de profundidad una necrópolisperteneciente al convento de Santiago y uti-lizada entre los siglos XI y XVI. La necrópo-lis ocupaba una galería perimetral que rode-aba una zona ajardinada. La parte ocupadapor los enterramientos tenía apenas dosmetros de anchura, con las tumbas ordena-das en tres filas ocupando todo el espacio.En total, fueron contabilizados más demedio centenar de enterramientos. Seencontraron varios enterramientos de niñosy también algunos acompañados de unaviera, probable relación con el peregrinaje aSantiago de Compostela.

–Cementerio en San Fermín de Aldapa (Igle -sia de San Pedro)Durante las excavaciones en el entorno

de San Fermín de Aldapa fue hallada unanueva necrópolis asociada a la antigua igle-sia de San Pedro, precursora de la necrópo-lis actual. Se descubrieron 20 enterramien-

tos. Probablemente, este cementerio dejó deutilizarse tras la destrucción de la Navarre -ría, en 1276, trasladándose luego los ente-rramientos a la Catedral.

–Cementerio en la Plaza de San Nicolás.Como paso previo a la instalación de

unos contenedores de basura soterrados enla plaza de San Nicolás, fue autorizada porla Dirección General de Cultura del Gobier -no de Navarra una excavación arqueológicajunto a la iglesia de San Nicolás. Los traba-jos, comenzados en 2002, sacaron a la luzuna necrópolis asociada a la iglesia, queestuvo en uso hasta comienzos del sigloXIX. El templo estuvo en uso desde el sigloXII, pero fue quemado en 1222 y reconstrui-do en 1231. De esta fecha datan los primerosenterramientos hallados en la excavación,con un total de 106 tumbas apiñadas en ape-nas 45 metros cuadrados.

–Cementerio de Santa María la Real.En agosto de 2008 los arqueólogos halla-

ron un centenar de enterramientos asociadoal cementerio de Santa María la Real, situa-do alrededor de la Catedral y que estuvo enfuncionamiento hasta comienzos del sigloXIX.

3.7.7 Muralla medieval de la Población deSan NicolásAprovechando los trabajos de mejora urba-na realizados en el barrio de San Nicolás, sellevaron a cabo entre 2005 y 2006 una seriede trabajos arqueológicos encaminados aencontrar restos de la muralla de laPoblación de San Nicolás. Los arqueólogosse basaron en el estudio de Martinena paralocalizar los restos de muralla, siguiendo elitinerario señalado por él y que hemos reco-gido en la parte destinada al itinerario de lamuralla de la Población. Uno de los prime-ros hallazgos se realizó en la calle Ciudade -la: una serie de cimientos de una estructura

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

98

Page 99: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

defensiva en ángulo recto, probablementeuna torre o uno de los portales.En todo caso, los mejores restos se encon-

traron en la calle Nueva, sacándose a la luzrestos de muros frente a los portales de lacalle. El alzado de los muros superaba entodos los casos los dos metros de altura y suanchura media era de 1,50 metros. También fueron hallados restos de la

muralla medieval en la intersección de lascalles Nueva y Taconera. Este muro pertene-cía a la nueva muralla realizada a partir delPrivilegio de la Unión de 1423 para unir losrecintos de San Cernin y San Nicolás y cons-

tituían la continuación de otros muros loca-lizados diez años antes, en 1997, al construirel aparcamiento del Rincón de la Aduana.

3.7.8 Muralla y torre en ChapitelaA la altura de los portales 19-16 de la calleChapitela fue encontrada en septiembre de1996 una estructura de grandes sillares queatravesaba la calle transversalmente y otrade planta semicircular con 3 metros de diá-metro. Los restos correspondían con uncubo y un lienzo de muralla, que debieronser derruidos en el siglo XVIII para la cons-trucción de la mineta.

3. El urbanismo medieval de Pamplona

99

Notas.

1. La mayor parte de las informaciones urbanísticas han sido recogidas del magnífico trabajo de

Martinena Ruiz, J.J.: La Pamplona de los burgos y su evolución urbana. Siglos XII-XVI. Diputación Foral

de Navarra. Pamplona, 1975, y también de su participación en la obra colectiva La Pamplona reen-

contrada: Martinena Ruiz, J.J.: “La Pamplona de los burgos medievales”, en La Pamplona reencontra-

da. Ayuntamiento de Pamplona, 2008.

2. Pirenne, H.: Las ciudades de la Edad Media. Alianza Editorial, Madrid, 1972. p. 47.

3. Vázquez de Parga, L., Lacarra, J.M. y Uría Ríu, J.: Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, tomo

I, parte 3ª. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1948, p. 470.

4. Pirenne, H.: Las ciudades... Op.cit. p. 94.

5. Martinena Ruiz, J.J.: “La Pamplona de los burgos medievales”, en La Pamplona reencontrada. Op.

cit. p. 103.

6. Martinena Ruiz, J.J.: La Pamplona de los burgos... Op. cit. pp. 78-79.

7. Lacarra, J.Mª. y Martín Duque, Á.J.: Fueros de Navarra, I. Fueros derivados de Jaca, 2. Pamplona.

Diputación Foral de Navarra-Institución Príncipe de Viana, Pamplona, 1975. pp. 29-30.

8. Archivo Municipal de Pamplona, caja 3, número 3.

9. Moret, J. y Alesón, F.: Annales del Reyno de Navarra. Biblioteca de la Gran Enciclopedia Vasca,

Bilbao, 1969 (facs. de la Ed. de 1766). Libro X, capítulo VI, III.

10. Lacarra, J.M.: “El desarrollo urbano de las ciudades de Navarra y Aragón en la Edad Media”,

en Pirineos, Zaragoza, enero-junio 1950, num. 15-16, pp. 5-34.

11. Linazasoro, J.I.: Permanencias... Op. cit. pp. 85 y ss.

12. Núñez de Cepeda, M.: Los antiguos gremios y cofradías de Pamplona. Imp. Diocesana, Pamplona,

1948. p. 57.

13. Torres Balbás, L.: Resumen del urbanismo en España. Instituto de Estudios de la Administración

Local, Madrid, 1968, p. 138.

Page 100: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

100

14. Yanguas y Miranda, J.: Crónica de los Reyes de Navarra. Escrita por D. Carlos «Príncipe de Vana».

Pamplona, 1843. Lib. I, cap. V.

15. Sandoval, P.: Catálogo de los obispos que ha tenido la Santa Iglesia de Pamplona. Pamplona, 1614. fol. 3.

16. Archivo General de Navarra, caj. 6, num. 30. Citado en Martinena Ruiz, J.J.: La Pamplona de los bur-

gos... Op. cit. p. 166.

17. Archivo Municipal de Pamplona, caj. 18, num. 141. Citado en Martinena Ruiz, J.J.: La Pamplona de

los burgos... p. 166.

18. Id. Ibid.

19. Archivo Municipal de Pamplona, caja 16, num. 112. Citado en Martinena Ruiz, J.J.: La Pamplona

de los burgos... Op. cit. p. 260.

20. Yanguas y Miranda, J.: Crónica de los Reyes de Navarra. Escrita por D. Carlos «Príncipe de Vana».

Pamplona, 1843. Lib. II, cap. VIII.

21. Martinena Ruiz, J.J.: La Pamplona de los burgos... Op. cit. p. 227.

22. Ver Bravo Lozano, M.: Guía del peregrino medieval (“Codex Calistinus”). Sahagún, 1989, pp. 87-88.

23. Sobre la hospitalidad en el Camino de Santiago ver el artículo de Martínez García, L.: “La hos-

pitalidad y el hospedaje en el Camino de Santiago”, en El Camino de Santiago y la sociedad medieval.

Colección Logroño, nº 25, Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Instituto de Estudios

Riojanos, Logroño, 2000. pp.97-110, así como el clásico y completo estudio de Uría Ríu, J.: “La hospita-

lidad con los peregrinos y el hospedaje”, en Vázquez de Parga, L., Lacarra, J.M. y Uría Ríu, J.: Las pere-

grinaciones a Santiago... Op.cit. pp. 281-399.

24. Ver Arizaga Bolumburu, B.: Urbanística medieval (Guipúzcoa), San Sebastián, 1990.

25. Sobre el fuero de Laguardia ver Martínez Díez, G.: Álava medieval. Diputación Foral de Álava,

Vitoria, 1974, pp. 219-222 y González Mínguez, C.: “Los fueros de las villas medievales de la Rioja

alavesa: su contexto histórico”, en Rioja alavesa. Actas de las Primeras Jornadas de Estudios Históricos de

la Rioja Alavesa -espacio, sociedad y economía-. García Fernández, E. (Coord). Diputación Foral de

Álava, Vitoria, 2002. pp. 124-126.

26. Cartularios (I, II y III) de Santo Domingo de la Calzada. Edición de A. Ubieto Arteta, Zaragoza, 1978,

pp. 47-48.

27. Linazasoro, J.I.: Permanencias y arquitectura urbana. Gustavo Gili, Barcelona, 1978. p. 99-103.

28. Sobre la arquitectura popular ver Arizaga Bolumburu, B.: “Medievo y mundo urbano”, en Los

vascos a través de la Historia. Comportamientos, mentalidades y vida cotidiana. Caja de Guipúzcoa, San

Sebastián, 1989. pp.97-122.

29. Las informaciones principales de este apartado han sido tomadas de Arizaga Bolumburu, B.: “El

agua en la documentación urbana del Nordeste peninsular”. El agua en las ciudades castellanas durante

la Edad Media. Fuentes para su estudio. Universidad de Valladolid, Valladolid, 1998. pp. 71-96.

30. Ver Alegría Suescun, D.: Agua y ciudad. Aprovechamientos hidráulicos urbanos en Navarra (siglos XII-

XIV). Gobierno de Navarra, Pamplona, 2005.

31. Alegría Suescun, D.: Agua y ciudad... Op.cit. pp. 160-169.

32. Alegría Suescun, D.: Agua y ciudad... Op.cit. pp. 176.

33. Martinena Ruiz, J.J.: La Pamplona de los burgos... Op. cit. pp. 68-69.

34. Ver VV.AA.: La Pamplona reencontrada. Ayuntamiento de Pamplona, 2008.

Page 101: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

101

4.1. El nacimiento de los municipiosEn palabras de Font Ríus, el municipio es"la comunidad de asiento local organizadajurídico-públicamente para cumplimientode los fines que interesan a todos, autóno-ma, dentro de un poder político superior"1.Como señala Irurita Lusarreta "los munici-pios medievales son corporaciones con per-sonalidad jurídica, emanadas de la conce-sión de derechos por parte de quien losdetentaba: el Feudalismo y la Iglesia"2. Enrealidad, el origen de los municipios en laEuropa occidental está en relación convarias causas, entre ellas: el establecimientoy el mantenimiento de la paz en la ciudad yel principio de asociación y la necesidad deposeer un sistema de impuestos3.En el caso de Pamplona resulta difícil

seguir el surgimiento del municipio pamplo-nés, dadas las vicisitudes que siguió la ciu-dad entre el final de la etapa romana y elnacimiento de los burgos medievales. Comoseñala Irurita Lusarreta, probablementefuera la necesidad de reclutar pobladores loque impulsó a Alfonso I a conceder en 1129los privilegios y libertades que legalizaron lasituación jurídica de los nuevos habitantesde San Cernin, al tiempo que atrajeron amuchos nuevos pobladores más4.Es con la concesión del fuero de Jaca en

esta fecha cuando se ponen las bases de laorganización municipal del burgo de SanCernin, cuando se indica: "Et quod populato-res istos non sint districtos neque faciant direc-tum nisi per admiratum quem miserit episco-pus. Et admiratum quod sit vicinum de istapopulatione. Et populatores istos quod eliganttres bonos homines suos vicinos et episcopusaccipiat unum et ille sit alcaldus".

El nuevo barrio recién formado quedabajo la dependencia del Obispo, al igualque sus antecesores habían hecho con elbarrio de la Navarrería. Es por esto que es elobispo el encargado de elegir alcalde deentre los tres hombres que presentan losvecinos, al igual que elige un almirantepara representar a la autoridad episcopal

4. La Sociedad de la Pamplonamedieval

0 2 km.

B. Arizaga y S. Martínez

Reelaborado a partir de Irurita, M.Á.:El municipio de Pamplona...

MAGDALENA

TEJERÍA

LA TEJA

Navarrería

JuderíaChapitel

MOREA

CHANTREA

EZCABA

ARANCEDI

LEZCAIRU

CRUZ BLANCA

ARGARAY

BELOSOBAJO

TÉRMINO DE LA NAVARRERÍA

Page 102: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

ante el concejo. Más adelante, ya con eldominio de la ciudad en manos del Obispo,cuando en 1324 se concede el privilegio dereedificación y repoblación de la Navarre -ría, se legisla que sea el Gobernador delReino el que elija al alcalde de entre laterna presentada por los jurados.Por tanto, el municipio de San Cernin

nace a partir de la concesión del fuero deJaca en 1129. No resulta tan sencillo seguirel nacimiento del municipio de la Nava -rrería. En el comienzo de la Edad Media laciudad fue asolada en varias ocasionestanto por francos como por musulmanes.Tradicionalmente se pensó que la ciudadquedara prácticamente despoblada, perolas últimas excavaciones en el entorno dela plaza del Castillo nos han revelado quela ciudad musulmana de Pamplona debiótener una entidad y una permanencia bas-tante mayor de lo pensado hasta ahora.El caso es que cuando los árabes fueron

alejados de la ciudad, un grupo de pobla-ción cristiana fue asentándose en el entor-

no de la Catedral, favorecidopor reyes como Sancho elMayor o Sancho Ramírez.Puede que en estos momentosla ciudad de Pamplona tuvieseya algún tipo de organizaciónmunicipal –aun estando some-tida a los Obispos– pero la faltade documentos es tal, que resul-ta muy difícil aventurar nada aeste respecto. Debemos esperara 1189 para encontrar un primerdocumento alusivo al tema,aunque nos informe de maneraindirecta. En aquel año, en elprivilegio concedido porSancho VI el Sabio para repo-blar la Navarrería se otorgaba alos habitantes de ésta "ut cumomnibus hominibus, quod habentburgenses de Burgo sanctiSaturnini pampilone". Si los veci-

nos de San Cernin se gobernaban por unmunicipio, lo mismo correspondía a los dela Navarrería. Quedaba también clara ladependencia del Obispo, pues en el mismodocumento se dice que todas las multasserían para éste, sin que el Rey pudieraparticipar en modo alguno de ellas.Con la guerra civil de 1276 –ya descrita

en el capítulo III– el municipio de laNavarrería desapareció, pero al reedificar-se el barrio, Carlos el Calvo le concedió,junto con el fuero de Jaca y otros privile-gios, que tuviese alcalde y doce jurados ynotario o notarios públicos según lo nece-sitasen.En el caso de San Nicolás, este barrio se

formó en terrenos pertenecientes alArcediano de Tabla de la Catedral, por loque sus habitantes debían pagar a ésta unacantidad en concepto de censo por suscasas. De nuevo, como en el caso de laNavarrería, es una información indirecta laque nos indica el nacimiento de la organi-zación municipal en San Nicolás. En el año

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

102

0 2 km.

B. Arizaga y S. Martínez

Reelaborado a partir deIrurita, M.Á.: El municipiode Pamplona...

SAN JUAN

SAN JORGE ROCHAPEA

San Cernín

SANTA LUCÍA CRUZ DE BARCACIO

ERMITAGAÑA

BIURDANA

BERICHITOSLANDAVEN

MOLINONUEVO

SAN MACARIO

SOLCHATE

SANDUCELAY

LA BURDA

TRINITARIOS

TÉRMINO DE SAN CERNIN

Page 103: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

1184 Sancho el Sabio concedió a Villava efuero de San Nicolás de Pamplona, lo queindica que esta última debía contar conuna organización avanzada.En 1287 los barrios de San Cernin y San

Nicolás se unieron para formar un solomunicipio. En esta avenencia, realizadapor los diez jurados de San Cernin y losdiez de San Nicolás, se reguló el funciona-miento del nuevo municipio. Ambos con-cejos acordaron tener un concejo, unacomunidad y veinte jurados, que seríanelegidos anualmente, diez del Burgo y diezde la Población, entre los "hombres bue-nos". Al frente de ellos habría dos alcaldes,uno por San Cernin y otro por San Nicolás.Al concluir su año de gobierno, los veintejurados debían a sus sucesores sin atendera amistades o enemistades. Acordarontambién que todas las ventas del comúnfuesen de la villa, menos la de la cera que

los habitantes de San Nicolás debí-an pagar anualmente a la Iglesia deSanta María en concepto de censopor sus casas. Todas las rentas quepor algún motivo se adquiriesendebían ser entregadas por los jura-dos al consejo de hombres buenos.Gracias a los privilegios concedi-

dos por los monarcas, los vecinosde los distintos barrios disfrutaronde una serie de ventajas frente a loshabitantes del mundo rural circun-dante. Agrupados en torno a unamunicipalidad y con un derechopropio, los vecinos se esforzaronpor mantener sus importantes ven-tajas.

4. 2 Los grupos socialesEl estudio de la sociedad pamplo-nesa medieval cuenta con algunasdificultades de partida. En la mayorparte de las ciudades medievales,mediante la carta de población seotorgaban una serie de derechos y

obligaciones comunes para todos los veci-nos, dentro de una igualdad inicial detodos los pobladores. En Pamplona, encambio, convivieron en el mismo espaciotres nú cleos de población con ordenamien-tos jurídicos diferenciados y con gruposétnicos de diverso origen, lo que impidedescribir al conjunto de la sociedad pam-plonesa como un todo.La población de la Navarrería, de ori-

gen navarro, era mayoritariamente de tiporural, agrícola. El grueso de sus habitantesse dedicaba al cultivo de las tierras, y enmenor medida a actividades artesanas. Eltérmino municipal era bastante extenso,como se deduce de las viñas entregadas alObispo y Cabildo Catedral a cambio de lajurisdicción que ejercía sobre la ciudad5.Los oficios que más aparecen en la

documentación son los derivados del tra-bajo agrícola: molineros, cuberos, tejedo-

4. La sociedad de la Pamplona medieval

103

0 2 km.

B. Arizaga y S. Martínez

Reelaborado a partir de Irurita, M.Á.: El municipio de Pamplona...

San Nicolás

TACONERA

ROSALÍA

ABEJERAS

GOROAVE

ITURRAMA

DONAPEA

AZPILAGAÑA

SADAR

TÉRMINO DE SAN NICOLÁS

Page 104: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

res, basteros y carniceros. Estos últimoseran numerosos, pues en la Navarrería seencontraba la carnicería del Rey. Poseía elrey igualmente en la Navarrería el chapitelo mercado de cereales, donde tenían laobligación de venderlos todos los agricul-tores, hasta que en el año 1355 Carlos IIpermitió a los prelados, órdenes, clérigos,caballeros, infanzones, ruanos y francos desu Reino que pudieran vender el trigodonde quisieran.Otros oficios muy presentes en la

Navarrería eran los tejeros (por la presen-cia de una tejería junto a la puerta de laFuente Vieja) y los cordeleros, especial-mente en el «foso de los cordeleros», juntoa la muralla y cerca de la catedral.Habría que señalar también al grupo de

población que vivía en torno al palacio delRey, desempeñando cargos de tipo admi-nistrativo, como peajeros, porteros reales,escribanos y pregoneros. Y también al con-junto de los religiosos relacionados con laCatedral y sus distintas dependencias.Por lo que se refiere al Burgo de San

Cernin, eran casi totalmente de origenfranco y relacionados con actividades arte-sanales y comerciales. Se abastecían parasus producciones tanto de los mercadoslocales como de productos llegados delextranjero, pues los comerciantes delBurgo frecuentaban los mercados de lospuertos del Cantábrico. Por el libro delpeaje se sabe que al Burgo llegaban gran-des cantidades de paños, pieles, ganado,metales y especiería. El mercado del Burgose celebraba a la salida de la población, enel espacio de la Taconera. Además de losmercaderes, en el Burgo había tambiéngran cantidad de artesanos.Los habitantes de la Población de San

Nicolás compartían a grandes rasgos elmodo de vida de los del Burgo, aunque suorigen poblacional era mixto: franco ynavarro. En los documentos abundan lasreferencias a mercaderes y artesanos, espe-

cialmente los merceros y zapateros. En elsiglo XIV los zapateros constituían unacofradía muy numerosa y pujante en laPoblación.No fue ésta la única cofradía presente

en Pamplona. Una de las más antiguas delBurgo fue la de Santa Catalina, quecomienzos del siglo XIV contaba con grannúmero de fincas rústicas y urbanas, y cui-daba del hospital del mismo nombre.Los cardadores de lana también tuvie-

ron gran fuerza en Pamplona, contado condos cofradías, una en San Nicolás y otra enSan Cernin. Estas cofradías tenían comoobjetivo principal defender los derechosde sus miembros, evitar la competencia yvelar por la calidad del producto. Por otraparte, solían contar con una importanteactividad asistencial, tanto hacia susmiembros como para el conjunto de lapoblación necesitada.Dentro de la burguesía presente en los

tres barrios de Pamplona, habría que dis-tinguir entres dos grupos: la burguesíaalta, en la que se reclutaban los jurados yjueces, y otra inferior a la que perteneceríael conjunto de la población. Por otra parte,Irurita señala también la existencia de los«probi homines»: burgueses especialmentericos y poderosos, a los que se confiabanmisiones de especial importancia en losconsejos, los cargos importantes de losmunicipios y la recaudación de impuestos.De entre las familias burguesas que alcan-zaron especial relieve en la Pamplonamedieval se pueden citar las de Cruzat,Karitat y Jurdán en el Burgo; Mutiloa yMurde en la Navarrería; y Undiano,Echalaz y Rosas en San Nicolás.

4. 3 Los cargos municipales

AlcaldesCada uno de los municipios que confor-

maban la Pamplona medieval estaba presi-dido por un alcalde. El de San Cernin era

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

104

Page 105: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

nombrado por el Obispo de entre unaterna presentada por los vecinos, comoseñalaba el Privilegio de Alfonso I elBatallador de 1129. Cuando posteriormen-te Pamplona pasó a jurisdicción real fue elGobernador el encargo de elegir el alcalde,también de entre una terna.Las atribuciones del alcalde eran, en

primer lugar, presidir la corporaciónmunicipal, al frente de los jurados de sumunicipio. También le correspondía laadministración de justicia, a excepción delas causas criminales que eran jurisdiccióndel almirante. Otra atribución era la defigurar como testigo, en unión de dos jura-dos, en las ventas por embargo.Con la definitiva unión de los tres

municipios en 1423, se estableció que sólohabría un alcalde, nombrado por el reyentre tres hombres elegidos por los jura-dos. El cargo sería anual y cada año elalcalde debería ser de un barrio distinto,comenzando por el Burgo y siguiendo porSan Nicolás y la Navarrería.

JuradosEl número de jurados presentes en los

municipios pamploneses medievales nofue constante a lo largo de los años. Acomienzos del siglo XIII se escogían doceen la Navarrería, San Cernin y San Nicolásy sólo seis en San Miguel. Cuando en 1287se unieron en uno solo los municipios deSan Cernin y San Nicolás se modificó elnúmero de jurados, estableciéndose enveinte, diez por cada barrio, como ante-riormente señalamos. Se escogían dentrode la categoría de los «bons omnes»; elcargo era anual y los nuevos jurados erannombrados por los salientes. Para evitar lapresencia de la mismas personas en elcargo de jurados de forma repetida, seestableció que los que hubiesen sido esco-

gidos como jurados no pudieran ser reele-gidos hasta siete años después. Con launión se estableció también que los alcal-des fueran dos: uno designado por elBurgo y otro por la Población, y dos tam-bién los almirantes.Entre las misiones que tenían encomen-

dadas los jurados estaban las de:-Vigilancia de los mercados y ferias, y

abastecimiento de los vecinos.-Administración de justicia, aunque

sólo de forma secundaria, pues eran losencargados de aprehender a los malhecho-res y entregarlos al almirante.-Recibir las treguas que establecían

entre los vecinos.Conjuntamente con los alcaldes, los

jurados se encargaban también de mante-ner la paz y el orden en sus respectivosmunicipios.

AlmiranteAdemás del alcalde y los jurados, en los

municipios de San Cernin y la Poblaciónexistía la figura del almirante, que ostenta-ba la representación del poder superior: laIglesia, primero; y el Rey, después. En laNavarrería y San Miguel desempeñaba susfunciones el preboste.En un principio, el almirante era el

encargado de administrar la justicia (comoregulaba el privilegio de Alfonso I de1129), pero pronto sus atribuciones fueronrecortadas para ser un simple ejecutor delas sentencias pronunciadas por el alcalde.Cuando la ciudad pasó al Rey, fue éste elencargado de nombrar al almirante, quesiguió dependiendo de las autoridadeslocales.Otro cargo existente en la vida munici-

pal era el baile, que se encargaba de cobrode los impuestos y rentas del Obispo y delRey en la ciudad.

4. La sociedad de la Pamplona medieval

105

Page 106: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

106

Notas.

1. Font Ríus, J.Mª.: “Orígenes del Régimen municipal de Cataluña”, en Anuario de Historia del Derecho

Español, vol XVI, 1945, pp. 389-529 y XVII, 1946, pp. 229-585.

2. Ver Irurita Lusarreta, M. Á.: El municipio de Pamplona en la Edad Media. Pamplona, 1959. p. 55.

3. Pirenne, H.: Les villes et les institutions urbaines: L’origine des constitutions urbaines au Moyen Age.

París-Bruselas, 1939, vol. I., pp. 84-85.

4. Las informaciones recogidas en este punto y los siguientes han sido elaboradas fundamental-

mente a partir del estudio de Irurita Lusarreta, M. Á.: El municipio de Pamplona... Op.cit. p. 55 y ss, al

cual nos remitimos de forma general.

5. Ver Irurita Lusarreta, M. Á.: El municipio de Pamplona... Op.cit. p. 88.

Page 107: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

107

• Albizu, J.: San Cernin. Reseña histórico-artística. Ed. Aramburu, Pamplona, 1930.

• Albizu, J.: “El Barrio de las Pellejerías”, en Príncpe de Viana, 1945, pp. 647-686.

• Albizu, J.: “Antecedentes históricos de la Santa Iglesia Catedral, de la imagen de SantaMaría y del palacio episcopal de Pamplona”, en Príncipe de Viana, 1947, pp. 527-574.

• Albizu, J.: Catálogo general del archivo de la Parroquia de San Saturnino. Ed. Aramburu,Pamplona, 1950.

• Ansoleaga, F.: “Cementerio franco de Pamplona”. Boletín de la Comisión de Monumentos deNavarra, año 1916.

• Arazuri, J.J.: Pamplona antaño. Ed. Gómez, Pamplona, 1965.

• Arazuri, J.J.: Pamplona, calles y barrios. Pamplona, 1979.

• Arízaga Bolumburu, B.: “La vida cotidiana en el País Vasco en la Baja Edad Media˝, enEstudios de Historia Local, San Sebastián, 1988, pp. 109-124.

• Arízaga Bolumburu, B.: “Medievo y mundo urbano”, en Los vascos a través de la historia, SanSebastián, 1989, pp. 92-122.

• Arízaga Bolumburu, B.: “Permanencias urbanísticas en las villas medievales”, en Ondare-15, Cuaderno de Artes Plásticas y Monumentales, Eusko Ikaskuntza, San Sebastián, 1989, pp.29-50.

• Arízaga Bolumburu, B.: Urbanística medieval (Guipúzcoa), San Sebastián, 1990.

• Arízaga Bolumburu, B.: ˝La vida urbana en el País Vasco en la época bajomedieval˝, en ElPueblo Vasco en el Renacimiento: 1491-1521, Bilbao, 1994, pp. 33-53.

• Arízaga Bolumburu, B.: “La recuperación del paisaje urbano medieval: propuesta meto-dológica”, en La ciudad medieval, J.A. Bonachía (Coord.), Valladolid, 1996, pp. 13-33.

• Arízaga Bolumburu, B.: “El agua en la documentación urbana del nordeste peninsular”, enEl agua en las ciudades castellanas durante la Edad Media. Fuentes para su estudio, Val Valdieso,M.I. del (Coord.), Valladolid, 1998, pp. 71-96.

• Arízaga Bolumburu, B.: La imagen de la ciudad medieval: la recuperación del paisaje urbano,Universidad de Cantabria, 2002.

• Arízaga Bolumburu, B. y Martínez Martínez, S.: Atlas de villas medievales de Vasconia.Bizkaia. Eusko-Ikaskuntza, Bilbao, 2006.

• Armendáriz Martija, J.: “Propuesta de identificación del Campamento de Invierno de

5. Bibliografía

Page 108: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Pompeyo en territorio vascón”. Trabajos de Arqueología de Navarra, nº 18, 2005, pp. 41-64.

• Bravo Lozano, M.: Guía del peregrino medieval (“Codex Calistinus”), Sahagún, 1989.

• Cañada Juste, A.: La campaña musulmana de Pamplona: año 924. Diputación Foral deNavarra, Pamplona, 1976.

• Carrasco, J.: “Paisajes urbanos y mercado inmobiliario en la Pamplona de los burgos (1320-1412), en Mercado inmobiliario y paisajes urabnos en el occidente europeo, siglos XI-XV. XXXIIISemana de Estudios Medievales, Estella, 2006. pp. 471-565.

• Cartularios (I, II y III) de Santo Domingo de la Calzada. Edición de A. Ubieto Arteta, Zaragoza,1978.

• Chueca Goitia, F.: Breve historia del urbanismo. Alianza Editorial, Madrid, 1968.

• Ciérbide Martinena, R. y Ramos, E.: Documentación medieval del Archivo Municipal dePamplona (1129-1356). Sociedad de Estudios Vascos. San Sebastián, 1998.

• Ciérbide Martinena, R. y Ramos, E.: Documentación medieval del Archivo Municipal dePamplona (1357-1512). Sociedad de Estudios Vascos. San Sebastián, 2000.

• Cipolla, C.M.: Before de Industrial Revolution: European Society and Economy, 1000-1700,Methuen, Londres, 1981.

• De Miguel Ibáñez, M. P.: “La maqbara de la Plaza del Castillo. Avance del estudio osteo-arqueológico”. Actas del congreso “VIlles et campagnes de Tarraconaise et d’al-Andalus (VI-XIsiêcles): la transition. Zaragoza, 2006. Toulouse-Le-Mirail, 2007, pp. 183-197.

• Doussinague, J.M.: “La Guerra de la Navarrería”, en Príncipe de Viana, 1945.

• Ennen, E.: Storia della cittá médievale, Roma-Bari, 1975.

• Faro Carballa, J.A., García-Barberena, M., Unzu Urmeneta, M.: “La presencia islámica enPamplona”. Actas del congreso “VIlles et campagnes de Tarraconaise et d’al-Andalus (VI-XI siê-cles): la transition. Zaragoza, 2006. Toulouse-Le-Mirail, 2007, pp. 97-138.

• Floristán Sámanes, A. y Martín Duque, A.J. (Drs): Gran Atlas de Navarra. t.II. Historia.Pamplona, Caja de Ahorros de Navarra, 1986.

• Font Ríus, J.Mª.: “Orígenes del Régimen municipal de Cataluña”, en Anuario de Historia delDerecho Español, vol XVI, 1945, pp. 389-529 y XVII, 1946, pp. 229-585.

• Fossier, R.: La infancia de Europa, Tomo II, Nueva Clío, Barcelona, 1984.

• García de Cortázar, J.Á.: La sociedad rural en la España Medieval, Madrid, 1988.

• García de Cortázar, J.Á.: Del Cantábrico al Duero. Trece estudios sobre organización del espacioen los siglos VIII a XIII. J.Á. García de Cortázar (Ed), Santander, 1999.

• García de Cortázar, J.Á., Arízaga, B., Ríos Rodríguez, M.L. y Val Valdivieso, M.I.del:Vizcaya en la Edad Media: evolución demográfica, económica, social y política de la comunidad viz-caína medieval, San Sebastián, 1985. 4 vols.

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

108

Page 109: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

• García Fernández, E.: Laguardia en la Baja Edad Media (1350-1516), Vitoria, 1985.

• García Fernández, E., López López de Ullibarri, F. y Díaz de Durana Ortiz de Urbina, J.R.:Labastida en la Edad Media: poblamiento y organización político-administrativa (s. X-XIII).Diputación Foral de Álava, 1990.

• García Fernández, J.L. e Iglesias Rouco, L.S.: La plaza en la ciudad. Blume, Madrid, 1986.

• García Turza, J.: “Lo imaginario y lo real en la figura de Santiago”, en El Camino de Santiago yla sociedad medieval. Colección Logroño, nº 25, Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 2000, pp.15-30.

• Goñi Gaztambide, J.: “La fecha de construcción y consagración de la catedral románica dePamplona”, en Príncipe de Viana, 1949, pp. 385-395.

• Goñi Gaztambide, J.: Los obispos de Pamplona del siglo XII. Instituto Español de HistoriaEclesiástica, Roma, 1965. pp. 136-358.

• Goñi Gaztambide, J.: “Los obispos de Pamplona del siglo XIII”, en Príncipe de Viana, 1957,pp. 41-237.

• Goñi Gaztambide, J.: “Los obispos de Pamplona del siglo XIV”, en Príncipe de Viana, 1962,pp. 5-194 y 309-400.

• Goñi Gaztambide, J.: “Los obispos de Pamplona del siglo XV y los navarros en los conci-lios de Constanza y Basilea”, en Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, VII,Zaragoza, 1962, pp. 358-547.

• Idoate Iragui, F.: “Las fortifiaciones de Pamplona a partir de la conquista de Navarra”, enPríncipe de Viana, 1954, pp. 57-154.

• Ilarregui, P.: La Guerra Civil de Pamplona, Poema escrito en versos provenzales por G. Aneliers deTolosa de Francia e ilustrado con prólogo y notas por... Imp. de Longás y Ripa, Pamplona, 1847.

• Irurita Lusarreta, Mª. Á.: El municipio de Pamplona en la Edad Media. Ayuntamiento dePamplona, 1959.

• Jimeno Aranguren, R. y Martínez Arce, Mª. D.: Historia de Pamplona: desde los orígenes hastanuestros días. Txertoa, San Sebastián, 1998.

• Jimeno Jurio, J. Mª.: Jimeno Jurio, J.Mª.: Historia de Pamplona. Síntesis de una evolución,Pamplona, 1975.

• Lacarra, J. Mª. “El desarrollo urbano de las ciudades de Navarra y Aragón en la EdadMedia”, en Pirineos, Zaragoza, enero-junio, 1950, núm. 15-16, pp.5-34.

• Lacarra, J. Mª. y Martín Duque, Á.: Fueros derivados de Jaca. vol. 2. Pamplona. DiputaciónForal de Navarra, Pamplona, 1975.

• Linazasoro, J.I.: Permanencias y arquitectura urbana. Gustavo Gili, Barcelona, 1978.

• López, Robert S.: La revolución comercial en la Europa medieval. El Albir, Barcelona, 1981.

5. Bibliografía

109

Page 110: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

• López Alsina, F.: “Cabeza de oro refulgente de España: los orígenes del patrocinio jacobeosobre el reino astur”, en Las peregrinaciones a Santiago de Compostela y San Salvador de Oviedo enla Edad Media. Oviedo, 1993, pp. 27-36.

• Madoz, P.: Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España (16 tomos). tomo XII,Madrid, 1849.

• Maluquer de Motes, J.: El yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio Crítico-I.Diputación Foral de Navarra, Institución Príncipe de Viana, Pamplona, 1954.

• Martinena Ruiz, J.J.: La Pamplona de los burgos y su evolución urbana. SIglos XII-XVI.Diputación Foral de Navarra, Pamplona, 1975.

• Martinena Ruiz, J.J.: La Ciudadela de Pamplona. Cuatro siglos de una fortaleza inexpugnable.Ayuntamiento de Pamplona, 1987.

• Martinena Ruiz, J.J.: “Reseña histórica de la evolución urbana de Pamplona”. Rev. Príncipede Viana, núm. 207, Pamplona, 1996. pp. 143-176.

• Martinena Ruiz, J.J.: “La Pamplona de los burgos medievales”. En VV.AA. La Pamplonareencontrada. Ayuntamiento de Pamplona, 2008. pp. 101-111.

• Martínez García, L.: “La hospitalidad y el hospedaje en el Camino de Santiago”, en ElCamino de Santiago y la sociedad medieval. Colección Logroño, nº 25, Consejo Superior deInvestigaciones Científicas-Instituto de Estudios Riojanos, Logroño, 2000.

• Martínez Martínez, S.: “La mínima expresión del fenómeno urbano. Las villas vizcaínas deLanestosa, Villaro, Guerricáiz y Rigoitia”, en Edades. Revista de Historia. Vol. 7, Santander,2000, pp. 39-40.

• Martínez Martínez, S.: Nájera. Origen y desarrollo de una ciudad medieval. Nájera. EncuentrosInternacionales del Medievo, 2005.

• Mezquiriz de Catalán, Mª. Á.: La excavación estratigráfica de Pompaelo. Institución Príncipede Viana, Pamplona, 1958.

• Mezquiriz de Catalán, Mª. Á.: “Necrópolis visigodo de Pamplona”. Príncipe de Viana, 98-99, 1965, pp. 107-132.

• Mezquiriz de Catalán, Mª. Á.: “Algunas aportaciones al urbanismo de Pompaelo”.Symposium de ciudades augusteas. Zaragoza, 1976. vol. 2, 189-195.

• Mezquiriz de Catalán, Mª. Á.: Pompaelo II. Pamplona, 1978.

• Michel, F.: Histoire de la guerre de Navarre en 1276 et 1277 par Guillaume Anelier de Toulouse,París, 1856.

• Molho, M. y Arnal Purroy, M.L.: El Fuero de Jaca. El Justicia de Aragón, Zaragoza, 2003.

• Moret, J. y Alesón, F.: Annales del Reyno de Navarra. Biblioteca de la Gran EnciclopediaVasca, Bilbao, 1969 (facs. de la Ed. de 1766).

• Núñez de Cepeda, M.: Los antiguos gremios y cofradías de Pamplona. Imp. Diocesana,

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

110

Page 111: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

Pamplona, 1948.

• Ollo Casas, A.: “Excavaciones”, en VV.AA. La Pamplona reencontrada. Ayuntamiento dePamplona, 2008. pp. 15-87.

• Passini, J.: El camino de Santiago. Itinerario y núcleos de población. Ministerio de ObrasPúblicas y Transportes, Madrid, 1993.

• Pirenne, H.: Les villes et les institutions urbaines: L’origine des constitutions urbaines au MoyenAge. París-Bruselas, 1939.

• Pirenne, H.: Las ciudades de la Edad Media. Alianza Editorial, Madrid, 1972.

• Plötz, R.: “La proyección del culto jacobeo en Europa”, en Las peregrinaciones a Santiago deCompostela y San Salvador de Oviedo en la Edad Media. Oviedo, 1993, pp. 57-71.

• Portilla, M.C.: Una ruta europea. Por Álava a Compostela. Del paso de San Adrián al Ebro,Vitoria, 1991.

• Ramírez Sádaba, J.L.: “Navarra: los colectivos sociales en la antigüedad”, en Grupos Socialesen Navarra. Relaciones y derechos a lo largo de la historia. Ponencias del V Congreso de Historiade Navarra, Pamplona, 2002, vol. III, 21-53.

• Ramírez Sádaba, J.L.: “Pompelo romana”, en VV.AA. La Pamplona reencontrada.Ayuntamiento de Pamplona, 2008.pp. 91-100.

• Rossi, A.: La arquitectura de la ciudad. Gustavo Gili, Barcelona, 1977.

• Ruiz de la Peña, J.I.: “El desarrollo urbano de la periferia norteña castellano-leonesa en laEdad Media (siglos XII-XIV)”, AEM, 19 (1989), pp. 169-186.

• Sáenz Pascual, R.: La pintura gótica en Álava. Una contribución a su estudio, Vitoria, 1997.

• Sandoval, Fr. P. d.: Catálogo de los obispos que ha tenido la Santa Iglesia de Pamplona. Imp. deNicolás de Asiain, Pamplona, 1614.

• San Vicente, I.: “La época romana”, en Historia de Álava. Madrid, 2003. pp. 67-85.

• Silva y Berasategui, S.: Iconografía gótica en Álava. Temas iconográficos de la escultura monu-mental, Vitoria, 1987.

• Torres Balbás, L.: Resumen del urbanismo en España. Instituto de Estudios de laAdministración Local, Madrid, 1968.

• Ubieto, A.: “La fecha de construcción del claustro románico de la Catedral de Pamplona”,en Príncipe de Viana, 1950, pp. 77-83.

• Ubieto, A.: Aragón. Comunidad Histórica. Zaragoza, 1991.

• Unzu Urmeneta, M. y Velaza Frías, J.: “Hallazgos de la calle de la Merced y asociados(Pamplona)”. La tierra te sea leve. Arqueología de la muerte en Navarra, Pamplona, 2008, pp.169-175.

5. Bibliografía

111

Page 112: PAMPLONA EN LA EDAD MEDIA - unican.es

• Urabayen, L.: Los puentes de Pamplona. Ed. Libe, Pamplona, 1951.

• Urabayen, L.: Biografía de Pamplona. Pamplona, 1952.

• Uranga, J.J.: “La población de la Navarrería de Pamplona en 1350”. Rev. Príncipe de Viana,núm. 46-47, Pamplona, 1952, pp. 67-106.

• Val Valdivieso, M.I. del (Coord.): El agua en las ciudades castellanas durante la Edad Media.Fuentes para su estudio, Valladolid, 1998.

• Vázquez de Parga, L., Lacarra, J.M. y Uría Ríu, J.: Las peregrinaciones a Santiago de Compos -tela. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1948.

• VV.AA.: Atlas de Euskal Herria. Geografía-Economía-Historia-Arte. Erein. San Sebastián, 1984.

• VV.AA.: Geografía de España. Tomo 5. Planeta. Barcelona, 1990, pp. 266-176.

• VV.AA.: Atlas de España. Tomo II. El País-Aguilar. Madrid, 1993.

• VV.AA.: Geografía de España. Instituto Gallach, Barcelona, 1997, pp. 1645-1663.

• VV.AA.: Plaza del Castillo: una lección de democracia frente a la destrucción de 2000 años dePatrimonio. Pamplona-Iruña (2000-2003). Pamiela, Pamplona, 2003.

• VV.AA. La Pamplona reencontrada. Ayuntamiento de Pamplona, 2008.

• Wade Labarge, M.: Viajeros medievales. Los ricos y los insatisfechos. Nerea, Madrid, 1992.

• Yanguas y Miranda, J.: Crónica de los Reyes de Navarra. Escrita por D. Carlos «Príncipe deViana», Imp. de Teodoro Ochoa, Pamplona, 1843.

• Yanguas y Miranda, J.: Diccionario de las palabras anticuadas que contienen los documentos exis-tenes en los archivos de Navarra. Imp. Erasun, Pamplona, 1854.

Martínez Martínez, Sergio; Arizaga Bolumburu, Beatriz

112