Paper - Nuevas Perspectivas Del Proceso de Informacion - De Vega

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Nuevas perspectivas del procesamiento de información Manuel de Vega* Universidad de La Laguna La psicología cognitiva es una de las áreas más pujantes de la psicología actual. Durante los últimos 25 años especialmente, se ha delimitado como un área de estudios —como un paradigma, dicen algunos—, que ha aportado una enorme cantidad de datos experimen- tales, de modelos, de concepciones teóricas sobre cuestiones que hasta ahora se consideraban mentalistas en un sentido peyorativo. Creo que esta nueva rama de la psicología ha sido extraordinaria- mente fructífera. Pese a las críticas que se han hecho a la psicología cognitiva podemos asegurar que nunca se ha sabido tanto como hoy día, sobre los mecanismos de la mente humana. Queda esto dicho por delante, pues a continuación voy a establecer algunas de esas posibles críticas, especialmente dirigidas a la psicología de procesamiento de información. Dichas críticas son limitadas, no pretenden derruir un viejo edificio para construir algo nuevo. No me atrevería a hacer eso porque creo que el edificio todavía está en bastante buen estado. Pero merece la pena hacer una serie de reflexio- nes críticas, y explorar sus consecuencias teóricas. El título de la conferencia es intencionalmente ambiguo. Mencionar las «nuevas perspectivas» en psicología del procesamiento de informa- ción, supone dar paso a gran número de alternativas. Algunas de éstas pueden ser coyunturales, y otras no nos interesa tratarlas en el presente contexto. De modo que realizaré una selección sobre aquellas perspec- * Dirección del autor: Departamento de Psicología General, Sección de Psicología, Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de La Laguna, Tenerife. Estudios de Psicología n.. 22 - 1981

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  • Nuevas perspectivasdel procesamiento deinformacin

    Manuel de Vega*Universidad de La Laguna

    La psicologa cognitiva es una de las reas ms pujantes de lapsicologa actual. Durante los ltimos 25 aos especialmente, se hadelimitado como un rea de estudios como un paradigma, dicenalgunos, que ha aportado una enorme cantidad de datos experimen-tales, de modelos, de concepciones tericas sobre cuestiones que hastaahora se consideraban mentalistas en un sentido peyorativo.

    Creo que esta nueva rama de la psicologa ha sido extraordinaria-mente fructfera. Pese a las crticas que se han hecho a la psicologacognitiva podemos asegurar que nunca se ha sabido tanto como hoyda, sobre los mecanismos de la mente humana.

    Queda esto dicho por delante, pues a continuacin voy a estableceralgunas de esas posibles crticas, especialmente dirigidas a la psicologade procesamiento de informacin. Dichas crticas son limitadas, nopretenden derruir un viejo edificio para construir algo nuevo. No meatrevera a hacer eso porque creo que el edificio todava est enbastante buen estado. Pero merece la pena hacer una serie de reflexio-nes crticas, y explorar sus consecuencias tericas.

    El ttulo de la conferencia es intencionalmente ambiguo. Mencionarlas nuevas perspectivas en psicologa del procesamiento de informa-cin, supone dar paso a gran nmero de alternativas. Algunas de staspueden ser coyunturales, y otras no nos interesa tratarlas en el presentecontexto. De modo que realizar una seleccin sobre aquellas perspec-

    * Direccin del autor: Departamento de Psicologa General, Seccin de Psicologa, Facultad deFilosofa y Letras. Universidad de La Laguna, Tenerife.

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  • Estudiostivas sobre las que he reflexionado ms activamente. Los temasseleccionados y el modo en que sern tratados encierran un carcterpolmico, que reconozco plenamente.

    Primeramente voy a empezar por lo que podramos llamar unacrtica a las analogas formales. La mente es un sistema complejo queconstituye un verdadero desafo para el conocimiento. Una de lasmayores dificultades de la ciencia en general, es la comprensin de losprocesos mentales. Quiz la mente humana est ms diseada pararesolver problemas de tipo ambiental o para enfrentarse a fenmenosde tipo fsico, o en todo caso para enfrentarse a la naturaleza. Sinembargo, difcilmente podemos entender nuestros propios mecanismosmentales, tal como sealaba el filsofo Locke: el .

    entendimiento comoel ojo, aunque nos hace ver y percibir todas las cosas no tiene noticiade s mismo...

    No hay nada ms difcil para un sistema cognitivo que entendersea s mismo, puesto que est condicionado por una serie de restriccionesque, para el propio sistema cognitivo, son difciles de apreciar.

    Este prembulo sirve para establecer un hecho; dadas las dificultadesinherentes en el estudio de los procesos mentales la psicologa (y, engeneral, todos los que se han ocupado del estudio de la mente) hasacudido a analogas. Cuando un dominio de fenmenos es difcil yconfuso para nuestra comprensin, una solucin 'lcita es estableceralgn tipo de analoga entre ese dominio de fenmenos y otro dominioque conocemos mejor.

    Esto es fundamentalmente un recurso metafrico en la ciencia. Lasmetforas no son nicamente figuras retricas que tengan un valorexpresivo en literatura. Se utilizan tambin por derecho propio comoinstrumento de conocimiento en la ciencia; en este sentido, se puedeafirmar que en todas las ciencias ha habido anlisis metafricos de larealidad.

    A comienzos de siglo, cuando se estudiaba por primera vez lanaturaleza del tomo, como los datos eran escasos y contradictorios,los primeros modelos del tomo fueron metafricos. Se considerabaque el tomo era una especie de sistema solar en miniatura. Evidente-mente, a medida que avanza el conocimiento sobre la materia, sobre laestructura del tomo, esa metfora inicial se pierde. Hoy ya nadiepiensa en el tomo de este modo, pues se ha visto que el tomo tieneuna estructura particular y unas fuerzas determinadas, etc., de modoque aquella metfora inicial se ha perdido. Pero en su momento fueinteresante y en alguna medida hizo avanzar el conocimiento.

    En el caso de los procesos psquicos en general, quiz es donde msmetforas existen, porque los datos son especialmente confusos einestables. En psicologa, a lo largo de los tiempos ha habido variasmetforas para analizar la mente. Se ha comparado hace miles de ariosla mente a una tbula rasa, una especie de pizarra en blanco que va

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  • Estudiosrellenndose de smbolos a partir de la experiencia individual. Setrataba de una metfora tecnolgica (relativa a una tecnologa muyantigua, la de escribir sobre una superficie...), pero que obtuvo un xitoconsiderable, hasta el punto que gran parte de las investigacionesactuales sobre memoria tienen resonancias de esta metfora.

    Otros han comparado la mente humana a un canal de comunica-cin, como el profesor Tous, que se basa fundamentalmente en estetipo de analoga, al considerar la mente como un canal que recibeinformacin y la transmite. Es, pues, otra metfora tecnolgica msmoderna.

    Pero evidentemente la metfora ms importante, la ltima, y sinduda la ms rica es la del ordenador: el supuesto de que la mentehumana y el ordenador se pueden describir en un lenguaje comn.Puesto que la mente es una entidad confusa y oscura para el investiga-dor, se acude a un dominio de conocimiento donde hay una termino-loga precisa, y donde los conceptos estn bien establecidos; el dominiode los ordenadores. Consecuentemente trasladamos todo ese sistemaconceptual para describir la mente.

    La analoga, es muy directa por otra parte, porque en un sentidomuy real, la mente es un sistema de procesamiento de informacin, demodo que no es una metfora lejana o superficial. El problema estribaen que atribuimos a ese sistema de procesamiento de informacinparticular, que es la mente humana, propiedades de un sistema deprocesamiento artificial, el ordenador digital. Ah es donde empieza ahaber una metfora excesiva.

    Efectivamente, la analoga mente-ordenador tiene algunas limitacio-nes. Por ejemplo, yo creo que la mente humana y el ordenador sonsistemas de procesamiento pero que tienen en principio destrezasdiferentes. Los ordenadores digitales actuales son muy diestros en laresolucin de problemas bien definidos, normalmente en un lenguajede tipo simblico. En cambio, no son sistemas de procesamientoambiental. Un ordenador recibe estmulos y genera respuestas sloen un sentido muy metafrico de los trminos estmulo y respuesta.Los ricos patrones de estimulacin del ambiente fsico o social soninaccesibles a los ordenadores ms inteligentes; stos se limitan aprocesar expresiones simblicas, que el operador humano introduce atravs de una terminal. Comprense las destrezas formales del ordena-dor, con el procesamiento humano. La mente es un procesadorespecializado fundamentalmente en informacin ambiental, y, portanto, en una informacin muy ambigua. La informacin que nosotrosprocesamos en una situacin ambiental (por ejemplo, una situacin deinteraccin social), no se limita a la codificacin de expresionessimblicas, articuladas segn un cdigo concreto. En principio lainformacin del ambiente es ilimitada. As, la informacin visual querecibimos es extraordinariamente rica; miramos a nuestro alrededor yhay muchas posibles perspectivas, muchas propiedades y objetos en los

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  • Estudiosque fijarnos, etc. Sin embargo, nuestro procesamiento del ambientevisual es muy selectivo, recogemos la informacin que nos interesa endeterminados momentos, que corresponde a las demandas de nuestrospropios procesos mentales. En otro orden de cosas, en el ambientesocial hay toda una serie de cdigos ambiguos que no son fciles deespecificar en un lenguaje formal: cuando entendemos una conversa-cin no slo comprendemos frases literales, sino tambin como diceel profesor F. Valle un contexto (v. gr.: informacin visual queacompae al mensaje), y aplicamos de modo constructivo nuestrospropios modelos mentales o esquemas del mundo (v. gr.: nuestroconocimiento situacional, nuestras ideas previas sobre las intenciones yrasgos del interlocutor, etc.).

    Los sistemas de procesamiento artificiales (y con esto tambin merefiero a los programas de Inteligencia Artificial y de Simulacinactuales), estn ms especializados en problemas bien definidos. Losprogramas de Inteligencia Artificial, por ejemplo, resuelven bien tareasde razonamiento silogstico que apenas demandan la aplicacin mec-nica de reglas formales. Pero no se ajustan a las sutilezas del razona-miento prctico que exige inferencias temticas basadas en el conoci-miento del mundo. Los programas de JA generan respuestas a pregun-tas concretas sobre ciertos dominios pero no hacen preguntas a su vezal interlocutor humano, ni le interpelan activamente preguntndolecmo se siente?, ni hacen notar sus necesidades. Es decir, que losprogramas de IA son, en principio, mucho ms receptivos y pasivosque los hablantes humanos.

    Otra dificultad, quiz la ms esencial de todas en la analogamente-ordenador, estriba en la insuficiencia del lenguaje de procesa-miento de informacin para enfrentarse a los problemas de la concien-cia. Sobre el tema de la conciencia no voy a extenderme mucho. Slodeseo enfatizar que la conciencia est ah, no es una mera elucubracinmetafsica. La conciencia tiene una entidad psicolgica y lo que es msimportante, tiene una funcionalidad en el sistema cognitivo queconviene resaltar.

    Los psiclogos cognitivos no estaban interesados en principio en laconciencia. Se trataba de una entidad molesta, que tiene mucho dementalista, que nos enfrenta con un tipo de subsistema autnomo, conuna especie de homnculo, o fantasma dentro de la mquina. Ellenguaje de procesamiento es apto para construir modelos mecanicistasen que todos los componentes estn interconectados funcionalmentesegn funciones precisas. La conciencia supone una fuente de indeter-minacin, al menos aparente; es difcil de encajar en un sistemamecanicista y por eso los psiclogos cognitivos no estaban interesadosen la conciencia. Sin embargo, la propia psicologa cognitiva en suevolucin interna se ha topado una y otra vez con la conciencia.

    Cuando se estudian procesos atencionales es inevitable_ reconocerque la atencin coincide fundamentalmente con el foco de la conciencia,

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  • Estudios 7que somos conscientes justamente de aquello a lo que dirigimos nuestraatencin. Otros aseguran que hay procesos controlados o conscientesque exigen esfuerzo mental, y gasto de recursos atencionales, enoposicin a los procesos automticos habitualmente inconscientes. Enotro orden de cosas, los esquemas que articulan nuestro conocimientodel mundo no solamente se dirigen a fenmenos externos del mundofsico y social, sino tambin al conocimiento de s mismo. El autocon-cepto, cuyo desarrollo se inicia a temprana edad, incluye esquemas talescomo el del sexo, o de dominancia-sumisin (Markus, 1977; Bem,1981). La conciencia tiene, por tanto, una dimensin conceptual.

    En algunos experimentos se ha comprobado que cuando los sujetosprocesan textos en relacin a s mismos, el recuerdo es superior a lalectura impersonal de los mismos textos (Bower y Gilligan, 1979). Portanto, el autoconcepto tiene una funcionalidad, al menos como organi-zador de la experiencia mnmica.

    Especial inters tienen los estudios sobre ciegos videntes. Se tratade individuos que, a causa de una lesin cortical, tienen una experienciavisual nula; no ven en absoluto cuando un estmulo se proyecta sobrela hemirretina del rea daada. Pero esos mismos sujetos, cuando se lesinsta a que adivinen algunas cualidades del estmulo (localizacin,forma, etc.), responden con gran precisin a esos detalles. La naturalezadel fenmeno est sometida a debate (v. gr.: Natsoulas, 1982), peroparece que en estos sujetos estn disociadas ciertas funciones delprocesamiento visual automticas, que permanecen intactas, de laexperiencia perceptiva consciente que est alterada.

    Un fenmeno anlogo tiene lugar en algunos casos de amnesia.Cuando los sujetos afectados de este sndrome reciben listas de palabrasy, posteriormente, se les presentan stas de nuevo, no las reconocen.Sin embargo, si se les pide que nombren palabras libremente, mencio-nan las del aprendizaje con tanta frecuencia como los sujetos normales(Baddeley, 1982; Jacoby y Witherspoon, 1982). De nuevo hay unaacusada disociacin entre los mecanismos automticos de recuperacin,que funcionan adecuadamente, y los mecanismos de evaluacin cons-ciente, deteriorados en el amnsico, que permiten el reconocimiento.

    El balance de todo esto nos permite concluir que la conciencia tieneuna funcionalidad en el procesamiento humano de informacin. Ejercefunciones de control atencional, contribuye a la estructuracin delautoconcepto, mediatiza el recuerdo y el reconocimiento y hasta laexperiencia visual. Los fenmenos de la conciencia no son traduciblesal lenguaje de los ordenadores, de modo que la analoga es limitada (deVega, 1982). La mente y el ordenador son sistemas de procesamiento,pero con peculiaridades substanciales.

    La segunda parte de mi anlisis se dirige a otra analoga formal: laque establece un isoformismo entre la mente y los sistemas lgicos omatemticos. La analoga tiene profundas races histricas que no me

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  • Estudiossiento capaz de desentraar. A mi juicio, existen creencias racionalistasmuy arraigadas en la cultura occidental, que conducen a pensar en lamente como un dispositivo racional. Consecuentemente, los procesospsquicos se ajustan a las prescripciones lgicas o matemticas, puesstas representan el mximo exponente de la racionalidad humana.

    Quiere esto decir que, cuando una persona razona sobre el mundo,utilizar probablemente los mismos principios del silogismo aristotli-co; o bien, que cuando realiza predicciones sobre acontecimientosutiliza una especie de estadstica intuitiva (v. gr.: ecuaciones matemti-cas de Bayes), o, en fin, que los conceptos humanos se acomodan a unaestructura de tipo lgico, siendo entidades bien definidas?

    Los principales argumentos crticos contra el logicismo se apoyanen la revisin desapasionada de los datos empricos, que manifiestanrepetidamente que los procesos mentales humanos no se acomodan alos patrones normativos de la lgica o de las matemticas (De Vega,1981).

    Los conceptos, o categoras naturales del hombre de la calle, no sonbien definidos. El concepto juego no se puede caracterizar como unconjunto de atributos criteriales; lo mismo ocurre con los conceptosmueble o mamfero, cuyos miembros no comparten apenas ningnatributo. Por el contrario, los atributos se distribuyen probabilstica-mente entre los miembros segn un principio de parecido familiar. Lapertenencia a las categoras no es una cuestin de todo o nada, sino degrado; hay miembros ms tpicos o representativos que otros (v. gr.:vaca es mejor miembro de la categora mamfero que murcilago)(Rosch, 1978).

    En los estudios sobre prediccin de sucesos, los sujetos no seacomodan a las frmulas bayesianas de probabilidad. Las personas, auncuando tienen cierta sensibilidad hacia los datos base cuantitativos, nopueden considerarse estadsticos intuitivos en absoluto. Cuando prede-cimos sucesos, no tenemos en cuenta la probabilidad previa del suceso,sino el grado en que la evidencia disponible es representativa del suceso(heurstico de representatividad). Por ejemplo, si un da llego a mi casay me encuentro la puerta abierta, lo ms probable es que piense queme han robado (la puerta abierta es representativa del esquema derobo); sin embargo, si acudimos a los tericos de la probabilidad o alas frmulas bayesianas, veramos que esta conclusin es incorrecta enprincipio, porque hay que tener en cuenta la probabilidad previa de queen mi barrio roben (seguramente bastante baja), con lo cual laprobabilidad final de que en mi casa hayan robado es relativamente bajaa pesar de la evidencia de la puerta abierta. Adems del heurstico derepresentatividad, tambin nos guiamos por el heurstico de accesibili-dad. Por ejemplo, si acabo de hablar hace diez minutos con una personaa la que le han robado, eso va a influir mucho en la estimacin subjetivade la probabilidad de que me hayan robado a m tambin. Esto no tienenada que ver con cmputos estadsticos, sino con el peso especial que

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  • Estudiosle doy a una informacin reciente, que es muy accesible en mi memoria.En suma, la prediccin depende de mecanismos psicolgicos (heursti-cos) que nada tienen que ver con las prescripciones normativas(Kahneman el al., 1982).

    Los ejemplos de incongruencias empricas respecto a las tesislogicistas podran multiplicarse. El razonamiento deductivo del hom-bre de la calle se aleja sistemticamente de las prescripciones delsilogismo o de la lgica proposicional (Evans, 1982). El sujeto en elrazonamiento prctico se apoya en su conocimiento temtico, enconvenciones lingsticas (no lgicas) y en heursticos o reglas deandar por casa (De Vega, 1984).

    En suma, el logicismo no ofrece unas bases realistas para estudiarla mente humana. Naturalmente, siempre queda la posibilidad demantener la racionalidad a ultranza, asegurando que las personas tienenuna competencia lgica incuestionable pero, a veces, distorsionada porfactores de actuacin. La distincin competencia/actuacin proporcionauna explicacin ms o menos convincente. Por ejemplo, las personasdispondran de reglas silogsticas perfectamente lgicas; pero en laactuacin, es decir, en la aplicacin particular de las competenciaslgicas, surgen una especie de ruidos psquicos. Las limitaciones dela memoria, los estados emocionales o afectivos, las convencionessociales o lingsticas, los lmites de la atencin..., impiden que nuestracompetencia racional se manifieste plenamente. Este tipo de explicacintiene un defecto fatal, no es falseable. Cualesquiera que sean los datosobtenidos, siempre se puede decir que hay una competencia racionalsubyacente. Algunos defensores de la competencia han llegado aafirmarlo muy claro: nada en la literatura existente sobre el razona-miento cognitivo o cualquier resultado futuro de los planteamientosexperimentales humanos podra tener serias implicaciones Para laracionalidad humana, en el sentido de establecer una competenciadefectuosa (Cohen, 1981, pg. 330). Este tipo de posicin dogmticano parece especialmente interesante desde el punto de vista cientfico.Es lo que algunos filsofos de la ciencia llaman un mecanismo deinmunizacin que resta validez a la teora, al no ser sus proposicionesfalseables.

    Abandonando ya las posiciones crticas, vamos a explorar la nocinde la mente como sistema biolgico. Nadie discute, en principio, quela mente es un producto de la evolucin filogentica. Pero lasconsecuencias psicolgicas que se pueden extraer de la concepcindarwiniana son muy dispares. La psicologa conductista, al considerarel parentesco biolgico que tienen las especies, establece una hiptesisfixista. Si todas las especies tienen un tronco comn, entonces hay quebuscar leyes de la conducta universales o interespecficas. La hiptesisfixista fue elaborada expresamente por Thorndike y asumida por elconductismo. La investigacin se orientar hacia la bsqueda deprincipios universales de la conducta a partir de algunas especies

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  • o Estudiosestrella, como la rata y la paloma. Una vez aislados los principios,stos sern transferibles a la conducta humana.

    Esta interpretacin, en mi opinin, sita un nfasis equivocadosobre un aspecto de la evolucin, la comunidad de origen de lasespecies. En efecto, stas comparten algunos rasgos, pero tambin handesarrollado rasgos adoptativos especializados (tanto morfolgicoscomo conductuales y cognitivos). Parece, por tanto, ms sensatoinvestigar las peculiaridades psquicas, especialmente de nuestra especie.

    A dnde nos puede llevar una perspectiva biologista? Quiz nomuy lejos, en algunas direcciones. Por ejemplo, sera interesanteestudiar la historia filogentica de la mente humana. De dndeproceden esas destrezas mentales humanas que, al parecer, disfrutamosen exclusiva? Por qu aprendemos el lenguaje? Por qu tenemos unsistema conceptual tan articulado sobre la realidad? Cmo somoscapaces de hacer cmputos tan complejos? En qu consiste nuestracapacidad de generar cultura? Lo ideal sera estudiar la historiafilogentica de ciertos ragos cognitivos elementales, pero aqu noshallamos ante dificultades insuperables: no hay datos. No es posiblerecoger datos sobre la conducta y los procesos mentales de nuestrosascendientes ya extinguidos. Los paleontlogos disponen de restosfsiles a partir de los cuales pueden reconstruir rasgos anatmicos, perono existen conductas fsiles para elaborar una paleopsicologa.

    A pesar de todo, hay algn intento, como el de Jerison (1973), quepretendi trazar la historia filogentica del procesamiento de informa-cin utilizando como dato base en sus anlisis la capacidad craneana yla forma del crneo. Los moldes endocraneanos de especies extinguidasy actuales permiten obtener el tamao relativo de ciertas estructurascerebrales e inferir los mecanismos de procesamiento. No obstante, setrata de una tarea imposible, porque la relacin entre estructuraanatmica y conducta es muy dbil, si es que existe alguna.

    El anlisis filogentico de la mente y de la conducta tambin se haintentado comparando especies actuales (mtodo cuasi-filogentico).Pero las insuficiencias son obvias, las especies actuales no son ascen-dientes unas de otras.

    Abandonando la pretensin de trazar la historia filogentica derasgos mentales, todava es til la perspectiva biologista. Se puedepostular como hiptesis que la mente humana tiene un diseo bsico yque, por tanto, hay unas ciertas caractersticas que le son especficas.Dicho de otro modo, se puede esperar que haya ciertos universales enel conocimiento humano. Vamos a explorar esta idea. La bsqueda deuniversales cognitivos tiene dos fuentes de datos principales. En primerlugar, los estudios transculturales, que al detectar en mbitos culturalesdispares unos principios psicolgicos anlogos apoyaran una hiptesisbiologista, en el sentido de que hay unos universales cognitivos. Ensegundo lugar, el estudio ontogentico de ciertos rasgos mentales,

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  • Estudiosparticularmente, los estudios del desarrollo temprano. Las investigacio-nes recientes con bebs indican que stos adquieren una serie dedestrezas cognitivas antes del ario de vida. La aparicin temprana deesos rasgos nos anuncia que son fruto de la maduracin biolgica,puesto que el nio preverbal apenas ha recibido influencias culturalesdel ambiente social.

    Veamos algunos ejemplos. Los nios de pocas semanas de vidatienen una tendencia muy acusada a orientarse visualmente hacia losrostros humanos. Para el recin nacido, el rostro humano no es unobjeto cualquiera, sino que tiene una saliencia especial. Adems, hayuna tendencia a establecer conexiones intermodales entre la voz y elrostro, de modo que cuando el nio escucha una voz humana, buscaun rostro a su alrededor. ESto nos indica que hay unas predisposicioneso sesgos que priman el conocimiento social. El beb no procesa todala informacin con la misma intensidad, no es neutro como unordenador de propsito general; por el contrario, est dirigido pordeterminantes biolgicos hacia aspectos sociales (Lamb y Sherrod, 1981).

    Los datos transculturales son tambin sugestivos. Por ejemplo, lacategorizacin de los colores es universal, pese a las diferenciaslingsticas. Berln y Kay (1969), estudiaron la categorizacin cromticaen 40 comunidades lingsticas que se diferenciaban en el nmero detrminos empleados para el color. Pese a esas diferencias hubo unaconvergencia generalizada al ,sealar los colores focales o prototpicos(v. gr.: el rojo puro, el azul, etc.).

    Tambin las categoras de objetos tienen un carcter universal, talcomo se pone de manifiesto en los estudios transculturales de Berln(1978). Por ejemplo, las taxonomas botnicas de las culturas mayas deIberoamrica poseen la misma organizacin jerrquica que la taxono-ma cientfica; las categoras bsicas o genricas tienen especial salienciay dentro de cada categora hay una gradacin de tipicidad, tal comoocurre en las categoras naturales del hombre occidental. La universa-lidad de las categoras no reside, por supuesto, en los contenidos, queresponden en cada caso a las peculiaridades del medio fsico y cultural.En cambio, es patente en el terreno de los principios psicolgicosresponsables de la gnesis y organizacin de las categoras.

    Son raras las investigaciones transculturales que se dirijan a labsqueda de universales cognitivos, con la excepcin de las que hemosmencionado y los estudios piagetianos que buscan invarianzas en eldesarrollo cognitivo. Sin embargo, pese a la ausencia de datos, anpodran sugerirse otros principios bsicos. Los heursticos observadosen la prediccin y la causalidad del hombre de la calle (v. gr.:representatividad, accesibilidad), son tan generales y persistentes, cual-quiera que sea el nivel educativo de los sujetos, que probablemente sepodran observar en todas las culturas si se diseara una investigacinadecuada. Hay algunos indicios indirectos de ello; por ejemplo, lacausalidad mgica de los primitivos, se basa en el principio de similitud

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  • 12 Estudioscausa-efecto que utiliza el individuo occidental en sus atribuciones intuitivas (Nisbett y Ross, 1980; De Vega, 1984).

    El sesgo confirmatorio, probablemente, es otra tendencia universal.Se dice que los cientficos tienden a confirmar sus hiptesis y teoras,y ello ha sido criticado por algunos filsofos como Popper, que diceque lo que hay que hacer no es confirmar, sino disconfirmar; aseguraque el mejor criterio es la falseabilidad o vulnerabilidad de lospresupuestos tericos. Sin embargo, creo que el sesgo confirmatoriono es una mera convencin cientfica, sino que es una tendencia generalpsicolgicamente muy arraigada. La comparte el hombre de la calle yhasta los nios cuando resuelven problemas (Karmiloff-Smith e Inhel-der, 1974). Me atrevo a sugerir que esto es una tendencia general quenos encontraramos si lo estudisemos en otras culturas ajenas a lanuestra.

    En resumen, la nocin de que hay unos principios bsicos de origenbiolgico que gobiernan el procesamiento humano de informacines defensible. No obstante, hay que contrastarla empricamente, hayque disear programas de investigacin transcultural, ahora queestamos a tiempo, antes de que desaparezcan las llamadas culturasprimitivas a causa de la intensa aculturacin. La orientacin delinvestigador debe dirigirse a la constatacin de principios universales,sugeridos previamente por los fenmenos de desarrollo temprano, opor los sesgos o tendencias irracionales que de modo persistentedetecta la psicologa cognitiva actual.

    Llegado este punto, podemos preguntarnos qu funciones biolgi-cas satisface el sistema cognitivo humano con sus principios y sesgosuniversales. Se puede asegurar que la mente garantiza la adaptacindentro de un determinado nicho ecolgico. Esta respuesta es algoinsatisfactoria; los monos, los tigres o los lagartos, en efecto, se adaptana sus respectivos ecosistemas. Pero la especie humana no se limita aadaptarse, ocupando un determinado nicho ecolgico. De hecho seadapta a ecosistemas muy variados, y modifica activamente su ambientealejndolo sensiblemente del ecosistema ' natural (v. gr.: el mediourbano). Nos enfrentamos a un hecho bsico que ha sido tratado aquen das pasados (v. gr.: por el profesor Seoane), el fenmeno cultural.

    La capacidad de generar artefactos culturales, y de transmisincultural de informacin son recursos especficos de nuestra especie, sinduda, relacionados con la configuracin particular de nuestro sistemacognitivo. Cules son las relaciones particulares entre los procesoscognitivos y la cultura?

    Habitualmente se considera la cultura como una variable indepen-diente de la cognicin. Esta fue la posicin de los psiclogos soviticos,Vigotsky y Luna; el pensamiento, en general, es un producto sociohis-trico, de modo que el componente causal bsico que determina lasestructuras y los procesos mentales, es la cultura. Luna (1976) es el

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    nico dentro de esta perspectiva sociohistrica sovitica que ha reali-zado un estudio emprico para apoyar estas afirmaciones. Su investiga-cin, que sigui las directrices de Vigotsky, se remonta a los aos 30en la repblica sovitica de Uzbequistn, cuya poblacin era musulma-na. Se trat de estudiar los procesos mentales en los campesinosmusulmanes antes y despus de la aplicacin de ciertos cambios socialesderivados de la revolucin sovitica. Luda utiliz un mtodo deentrevistas clnicas para estudiar los procesos de razonamiento, deresolucin de problemas, las categoras, etc.; y se encuentra objetiva-mente que hay un cambio sistemtico en los procesos de pensamiento,en el sentido de una mejora sustancial en la coherencia del pensamiento;una mayor abstraccin en las categoras mentales y en la percepcin eincluso, mayor grado de autoconciencia. Detengmonos en este ltimopunto. En opinin de Luda, la conciencia sera un subproductoderivado del cambio social. Cuando a los sujetos prerrevolucionariosse les preguntaba sobre s mismos, daban respuestas totalmente inco-herentes porque al parecer no tenan un autoconcepto. Sus respuestasdescriban objetos y propiedades (por ejemplo, tengo tres vacas y unacasa), de modo que el concepto de s mismo estaba ligado a objetos,no a cualidades psicolgicas o morales. En cambio, despus de larevolucin y de la aplicacin de activos procesos de intervencineducativa, los sujetos adquieren un autoconcepto ms articulado.

    La aportacin de Luda es muy importante, pero a mi modo de verdiscutible. Se ha primado excesivamente el carcter causal de losprocesos sociohistricos sobre el conocimiento y hay defectos metodo-lgicos, no habindose controlado variables relevantes. Por ejemplo, lamayor parte de las pruebas que Luda pasaba a los sujetos, requeranimplcitamente una educacin formal. Cmo el sujeto puede abstraerqu distintas piezas de forma redonda se pueden describir comocrculos, si no se le ha enseado el concepto de crculo en la escuela?Si se concluye, como hizo Luda, que el sujeto es incapaz de abstraer elcrculo, se trata de un exceso interpretativo. De igual modo se observaun control inadecuado en el estudio de la autoconciencia. Es posibleque en la cultura musulmana haya cierto pudor a hablar de uno mismo,en cuyo caso el autoconcepto de los campesinos no habra sidorealmente evaluado, por no controlarse componentes motivacionales ode carcter social. En los estudios transculturales hay que evitar laingenuidad del etnocentrismo; es preciso conocer con detalle lasconvenciones culturales para poder obtener datos significativos. Luda,pese al mrito de su investigacin, no parece haber hecho justicia a larealidad de una cultura musulmana secular, con sus propios cdigossociales y mentales.

    Otras investigaciones ms modernas establecen una relacin entreprcticas de crianza y estilos cognitivos. Las prcticas de crianza, eincluso la estructura misma del ambiente determinaran ciertos rasgoscognitivos de la comunidad. Los estudios ecolgicos de Berry (1975),muestran que las culturas nmadas (por ejemplo, los cazadores-recolec-

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    tores), tienen un estilo de conocimiento ms independiente de campoque las culturas sedentarias. Es decir, que sus individuos, son msanalticos, menos holistas, ms diferenciados cognitivamente que losmiembros de grupos sedentarios.

    Por ltimo, otra lnea de trabajo ha sido desarrollada por Scribnery Cole (1981), cuyo planteamiento inicial es, en mi opinin, correcto.No estudian las relaciones entre cultura y conocimiento como un todo,porque la cultura no es una entidad indiferenciada que lo explica todo,y los procesos mentales son tambin heterogneos. La cultura es unsistema de normas sociales, un sistema de valores, de creencias, unconjunto de artefactos tecnolgicos y mentales (por ejemplo, lasdestrezas del clculo matemtico). La estrategia correcta es tratar deespecificar qu aspectos de la cultura influyen en qu aspectos delconocimiento. Scribner y Cole emplean esta estrategia analtica, alinvestigar el efecto de la alfabetizacin. En qu medida influye el quelas personas sepan leer y escribir en su forma de recordar, de pensar,de razonar y de hablar? Parten de un estudio bastante bien controlado,porque acuden a una tribu de Liberia (los Vai), que posee una formade escritura silbica autctona. Su transmisin y su uso se realiza en elmbito familiar sin ningn tipo de escolarizacin. De modo que los Vaisaben escribir y leer, pero no han recibido todo el bagaje de educacinformal que se recibe en la escuela (por ejemplo, clculo matemtico, losconceptos algebraicos, la forma de estructurar taxonmicamente elreino animal..., etc.). De este modo, la lectura y la escritura quedandisociadas del influjo de la escolarizacin.

    Los efectos de la escritura Vai no son tan sustanciales como seesperaba. No hay grandes diferencias cognitivas entre los Vai letradose iletrados. La nica diferencia estara en que los Vai letrados soncapaces de estructurar mejor la informacin para contarla a los dems;es decir, tienen ms destrezas narrativas. La escritura fuerza a uno deser ms analtico y a estructurar mejor la informacin para contarla;mientras que una cultura puramente verbal, quiz est guiada muchoms por la informacin presente en el contexto y mucho menos por lasnarraciones diferidas.

    Quisiera sintetizar brevemente las alternativas que hemos tratado.He hablado de la mente humana como un sistema biolgico, con unaserie de principios incorporados, y tambin he enfatizado la importan-cia de los factores culturales, que inciden en los procesos cognitivos.Ahora bien, sin duda, el objetivo fundamental muy lejos de alcan-zarse en la actualidad sera integrar en un panorama coherentebiologa, cultura y procesamiento de informacin. Los intentos desntesis ya existen, como es el caso de la sociobiologa. Lumsden yWilson (1981) establecen un puente entre biologa y cultura, pero conun fuerte reduccionismo biolgico, difcilmente aceptable. Llegan amagnificar el gen como responsable ltimo de la diferenciacin culturalen los distintos grupos humanos.

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  • Estudios IfVoy a trazar un escenario integrador con una perspectiva ms

    psicolgica. La gnesis y la transmisin cultural son el productodiacrnico (e inevitable) de la actividad de un sistema cognitivo conunas determinadas propiedades fruto de la evolucin biolgica. Lafilognesis ha producido diversas soluciones adaptativas en los sistemasde procesamiento de los animales. Algunas especies, para enfrentarse alambiente, y el ambiente siempre es algo problemtico e incierto, hansido dotadas de un bagaje conductual prcticamente preprogramado;por ejemplo, los insectos, y algunas otras especies con un sistemanervioso muy simple, tienen como recurso adaptativo una serie depatrones fijos de accin que se desencadenan automticamente anteciertas pautas. Parecen disponer de un software biolgico y, conse-cuentemente, muy poca capacidad de aprendiz -aje. Un invento de laevolucin fue la capacidad de aprendizaje. Algunas especies han sidoprivilegiadas con una capacidad de autoprogramacin y, consecuente-mente, con mayor flexibilidad conductual. Los vertebrados en general,y sobre todo los primates, tienen unas enormes capacidades deaprendizaje, aun cuando tambin disponen de un repertorio de patronesfijos de accin. El aprendizaje supone una disponibilidad general paraaprender pautas de respuesta nuevas ante situaciones nuevas. Elloimplica diferencias individuales en los individuos de la misma especie.Segn sea su historia biogrfica o su experiencia, pueden llegar adiversificar sus destrezas. Pero la capacidad de aprendizaje es unrecurso adaptativo que se limita a los individuos; en general, stos nose benefician de la experiencia y el aprendizaje ajenos (con la excepcinde los fenmenos protoculturales de algunos primates y algunospjaros). El tercer descubrimiento revolucionario de la evolucin es lacapacidad de gnesis y transmisin cultural, que actualmente es exclu-siva de la especie humana.

    Qu requisitos debe reunir una especie, tales que la llevannecesariamente a construir y transmitir artefactos culturales? Cmosera el diseo cognitivo de una especie cultural? Probablemente, elorigen de nuestra capacidad cultural sea un conjunto bastante hetero-gnero de rasgos especializados, tales como las destrezas visomotricesresponsables en gran medida de la gnesis de artefactos, o el desarrolloneurolgico responsable de la capacidad articulatoria de nuestro apara-to fonador. Sin embargo, prefiero pensar en principios ms generales,en particular dos:

    a) Una especie cultural requiere un sistema de representacionesmentales extraordinariamente avanzado. El horizonte cognitivo o launweit de una especie cultural debe abarcar millares de patronessensoriales (objetos), esquemas cognitivos de personas, situaciones ysucesos recurrentes en el medio, representaciones espaciales, etc. Estoes un requisito y no una simple explicacin a posteriori. Una especieque genera y transmite cultura debe poseer representaciones funciona-les que permitan simular estados posibles del mundo, slo as sepodrn disear artefactos y soluciones nuevas. Adems, la cultura

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  • Estudiosproduce un enriquecimiento del medio (incrementa el nmero deobjetos y funciones significativas) y los individuos deben poseer unacapacidad representacional adecuada para asimilar y hacer uso de losartefactos.

    b) Una especie cultural supone un sistema cognitivo cooperativo.El individuo de especies preculturales aprende de su propia experienciay no transmite su conocimiento de su aprendizaje. La comunicacinritualizada segn cdigos de origen gentico o los fenmenos detransmisin protocultural de los macacos japoneses no tienen granentidad. En cambio, en las especies culturales los individuos aprendende su experiencia y de la experiencia acumulada de los dems; elaprendizaje es supraindividual y se propaga de generacin en genera-cin. Incluso la gensis de artefactos trasciende el ciclo vital de losindividuos y tiene un carcter cooperativo (v. gr.: la invencin de laescritura, que se extiende en una amplia rea geogrfica a lo largo devarios miles de arios). Las caractersticas de diseo de un sistema deprocesamiento cooperativo son mltiples e incluyen rasgos motivacio-nales y afectivos (v. gr.: vnculos de apego), fenmeno de aprendizajevicario y destrezas especializadas de tipo indicativo-referencia!.

    He ofrecido argumentos crticos que ponen de manifiesto lainadecuacin de las principales directrices interpretativas de la actualpsicologa cognitiva. Lo que he denominado analogas formales sirvende elementos de vertebracin terica de los datos psicolgicos, peropor otra parte sus debilidades son patentes. En contrapartida, heexplorado la posibilidad de mostrar otros marcos interpretativos msnaturalistas, que sustituyan a los metapostulados formales. Aunque losdatos empricos son escasos y asistemticos, parece plausible la bsque-da de unos universales cognitivos de- origen biolgico. Por otra parte,el fenmeno cultural debe integrarse en un nico marco interpretativo,recogiendo su origen biolgico y tratndolo como un productodiacrnico del procesamiento humano de informacin y que respondea las peculiaridades del sistema cognitivo.

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