PASCUA 2020 - Diócesis de Alajuela · 2020. 5. 30. · Animador: Cristo, nuestra Pascua, ha sido...

1 EQUIPO DIOCESANO DE EDICIÓN DE MATERIALES (EDEM) DIÓCESIS DE ALAJUELA

PASCUA 2020

“CON EL ESPÍRITU SANTO, EN MEDIO DEL PUEBLO SIEMPRE ESTÁ MARÍA” (EG 284)

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PRESENTACIÓN

INTRODUCCIÓN A LOS MATERIALES DIOCESANOS DE CUARESMA PASCUA 2020

En este año en que celebramos el centenario de la creación de la Provincia Eclesiástica de Costa Rica, el 16 de febrero de 1921, por el Papa Benedicto XV, adquiere particular significación el año litúrgico. Fue creada entonces, nuestra amada Diócesis de Alajuela, junto con la arquidiócesis de San José y el Vicariato Apostólico de Limón.

Junto al tiempo cronológico, la liturgia nos lleva a recorrer, en un año, los acontecimientos más importantes de la vida de Cristo. Es un camino con una viva dinámica, marcado por los tiempos fuertes, verdaderas cumbres que dan relieve a nuestro caminar: son los acontecimientos centrales de la Encarnación y la Pasión y Resurrección del Señor. Ellos nos despiertan y levantan, nos mantienen activos en el camino y abiertos a vivir lo que proponen, aportan novedad y creatividad a nuestro caminar.

Nos disponemos a vivir la Pascua de nuestro Señor, precedida por el tiempo de Cuaresma que nos permitirá aclimatarnos y disponernos para vivir ese misterio tan central en nuestra fe y, con ello, profundizar nuestro proyecto de vida cristiano que inició con el bautismo y que, en este tiempo, profundizaremos.

La Cuaresma nos hace sentir la necesidad que tenemos de renovarnos, de purificar nuestra vida de tantas cosas que la deterioran, de convertirnos, reencaminando nuestros pasos torcidos, de reencontrarnos con nuestra realidad limitada de tal forma que nos lance a aspirar a la plenitud que solo Dios puede darnos.

La Pascua es la respuesta de Dios que no se hace esperar y que desborda nuestras expectativas. En verdad la grandeza de su amor nos desconcierta y sobrecoge pues llega al extremo de ofrecerse a cargar con el mal que no nos deja vivir, muriendo en cruz, para redimirnos, rescatarnos, unirnos a Cristo para que podamos resucitar con Él, saciarnos del manantial abundante de Vida que brota de su entrega amorosa. Qué mayor testimonio de amor que se convierte, para los que le seguimos, en un imperativo fuerte y radical de amar y que vivimos de manera cumbre en la Eucaristía.

Cuanto agradecemos, entonces, este cuaderno que nuevamente nos regala el Equipo Diocesano de Edición de Materiales (EDEM) para dinamizar la vivencia de estos tiempos litúrgicos. Lo ilumina la frase bíblica que fundamenta el mandato misionero: “Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo…” (Mt 28,29) y también uno los capítulo de Evangelii Gaudium del Papa Francisco titulado Evangelizadores con Espíritu” (EG 259-288). Encontraremos en él diversas propuestas, todas ellas oportunas para vivir a fondo este tiempo. Tarea nuestra es acomodarlas a nuestros respectivos contextos familiares y comunitarios, en nuestra Diaconía o Parroquia.

Acojamos la manifestación de nuestro Dios en este año tan significativo. Vivámoslo con intensidad, como tiempo de gracia y de salvación, para que se grabe en nosotros como memoria del Amor de Dios y testimonio misionero para los que no sienten su cercanía y su luz. María desde el Pilar, la que acogió el plan de Dios en el momento cumbre de la historia nos enseñe a abrirle de par en par nuestra vida en este año bendito, en este tiempo fuerte de Cuaresma – Pascua que vamos a vivir.

Mons. Bartolomé Buigues Oller

Obispo diocesano.

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I SEMANA DE PASCUA (12 - 18 abril 2020)

Via Lucis

LA FUERZA DE LA RESURRECCIÓN

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu San to. Amén.

INTRODUCCIÓN

“…Algunas personas no se entregan a la misión, pues creen que nada puede cambiar y entonces para

ellos es inútil esforzarse. Piensan así: «¿Para qué me voy a privar de mis comodidades y placeres si no voy a ver ningún resultado importante?». Con esa actitud se vuelve imposible ser misioneros. Tal actitud es precisamente una excusa maligna para quedarse encerrados en la comodidad, la flojera, la tristeza

insatisfecha, el vacío egoísta. Se trata de una actitud autodestructiva porque «el hombre no puede vivir sin esperanza: su vida, condenada a la insignificancia, se volvería insoportable». Si pensamos que las cosas no van a cambiar, recordemos que Jesucristo ha triunfado sobre el pecado y la muerte y está

lleno de poder. Jesucristo verdaderamente vive. De otro modo, «si Cristo no resucitó, nuestra predicación está vacía» (1 Co 15,14). El Evangelio nos relata que cuando los primeros discípulos salieron a predicar, «el Señor colaboraba con ellos y confirmaba la Palabra» (Mc 16,20). Eso también

sucede hoy. Se nos invita a descubrirlo, a vivirlo. Cristo resucitado y glorioso es la fuente profunda de nuestra esperanza, y no nos faltará su ayuda para cumplir la misión que nos encomienda.” (Crf. EG 275)

Hermanos, dispongámonos a recorrer las páginas bíblicas que presentan el testimonio de la comunidad de los primeros cristianos en la resurrección de Jesús, para que así como ellos, nosotros hoy, demos testimonio del Cristo Glorioso ante el mundo y el mundo crea en El.

Se entona un canto pascual.

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Primera estación EL SEPULCRO VACÍO

Animador: El Señor resucitó. Aleluya!.

Todos: Y vive entre nosotros. Aleluya!

Todos cantan: Aleluya, aleluya (3) el Señor Resucitó!

Animador: Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.

Celebremos, entonces, nuestra Pascua.


Lector: “El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo

han puesto».” (Jn 20,1 –2). Palabra del Señor… Gloria a ti, Señor Jesús.

HIMNO

Cristianos, ofrezcamos al Cordero pascual nuestro sacrificio de alabanza. El Cordero ha redimido las ovejas: Cristo, el inocente, reconcilió a los pecadores con el Padre. La muerte y la vida se enfrentaron en un duelo admirable: el Rey de la vida estuvo muerto, y ahora vive. Dinos, María Magdalena, ¿qué viste en el camino? He visto el sepulcro del Cristo viviente y la gloria del Señor resucitado. He visto a los ángeles, testigos del milagro, he visto el sudario y las vestiduras. Ha resucitado Cristo, mi esperanza, y precederá a los discípulos en Galilea. Sabemos que Cristo resucitó realmente; Tú, Rey victorioso, ten piedad de nosotros.


Segunda estación JESÚS SE APARECE A MARIA MAGDALENA




Animador: Cristo ha resucitado,

y con su claridad ilumina a los rescatados con su sangre.


Lector: “María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecea y otro a los pies del lugar

donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?». María respondió: «Porque se han llevado el cuerpo de mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: «Mujer, ¿por qué

lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo». Jesús le dijo: «¡María!». Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: «¡Raboní!», es decir, «¡Maestro!». Jesús le dijo: «No me retengas, porque todavía no

he subido al padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes”». María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él

le había dicho esas palabras.” (Jn 20, 11-18). Palabra del Señor… Gloria a ti, Señor Jesús.

HIMNO

Estaba al alba María, llamándole con sus lágrimas. Vino la Gloria del Padre y amaneció el primer día. Envuelto en la blanca túnica de su propia luz divina -la sábana de la muerte dejada en tumba vacía-, Jesús, alzado, reinaba; pero ello no lo veía. Estaba al alba María, la fiel esposa que aguarda. Mueva el Espíritu al aura en el jardín de la vida. Las flores huelan la pascua de la carne sin mancilla, y quede quieta la esposa sin preguntas ni fatiga. ¡Ya está delante el esposo, venido de la colina! Estaba al alba María, porque era la enamorada. Amén.


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Tercera estación JESÚS ENVÍA A LOS DISCÍPULOS SU ESPÍRITU




Animador: Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos;

yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.


Lector: “Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también

los envío a ustedes». Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: «Reciban el Espíritu Santo».” (Jn 20,

21-22)

Palabra del Señor… Gloria a ti, Señor Jesús.

HIMNO

Cristo el Señor, como la primavera, como una nueva aurora, resucitó. Cristo, nuestra Pascua, es nuestro rescate, nuestra salvación. Es grano en la tierra, muerto y florecido, tierno pan de amor. Se rompió el sepulcro, se movió la roca, y el fruto brotó. Dueño de la muerte, en el árbol grita su resurrección. Humilde en la tierra, Señor de los cielos, su cielo nos dio. Ábranse de gozo las puertas del Hombre que al hombre salvó. Gloria para siempre al Cordero humilde que nos remidió. Amén


Cuarta estación

JESÚS CONFIERE A LOS DISCÍPULOS EL PODER DE PERDONAR PECADOS




Animador: Celebremos, entonces, nuestra Pascua.

Yo soy la luz del mundo dice el Señor; quien me sigue tendrá la luz de la vida.


Lector: Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que

ustedes se los retengan.” (Jn 20, 23)


HIMNO

Que doblen las campanas jubilosas y proclamen el triunfo del amor, y llenen nuestras almas de aleluyas, de gozo y esperanza en el Señor. Los sellos de la muerte han sido rotos, la vida para siempre es libertad, ni la muerte ni el mal son para el hombre su destino, su última verdad. Derrotados la muerte y el pecado, es de Dios toda historia y su final; esperen con confianza su venida; no teman, con ustedes él está. Volverán encrespadas tempestades para hundir su fe y su verdad, pero es más fuerte que el mal y que su embate el poder del Señor, que los salvará. Aleluyas cantemos a Dios Padre, aleluyas al Hijo salvador, su Espíritu corone la alegría que su amor derramó en el corazón. Amén.


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Quinta estación JESÚS CONFIRMA LA FE DE TOMÁS




Animador: Ahora crees, Tomás, porque me has visto.

¡Felices los que creen sin haber visto!, dice el Señor.


Lector: “Tomás, uno de los doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto al Señor!». Él les respondió: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no creeré». Ocho

días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi

costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe.» Tomás respondió: «¡Señor mío y Dios mío».”

(Jn 20, 24-28). Palabra del Señor… Gloria a ti, Señor Jesús.

HIMNO

Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia de la Pascua. Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables unión con nueva alianza. Lucharon vida y muerte en singular batalla, y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta. Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa. Amén.


Sexta estación JESUS SE APARECE EN TIBERÍADES




Animador: Éste es el día que hizo el Señor:

alegrémonos y regocijémonos en él.


Lector: “Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea,

los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos, simón Pedro les dijo: «Voy a pescar». Ellos le respondieron: «Vamos también nosotros». Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él Jesús les dijo:

«Muchachos, ¿tienen algo para comer?». Ellos respondieron: «No». Él les dijo: «Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán». Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: «Es el Señor!». Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor,

se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.” (Jn 21,1-7)


HIMNO

Hoy rompe la clausura del surco empedernido el grano en él hundido por nuestra mano dura; y hoy da su flor primera la rama sin pecado del árbol mutilado por nuestra mano fiera. Hoy triunfa el buen Cordero que, en esta tierra impía, se dio con alegría por el rebaño entero; y hoy junta su extraviada majada y la conduce al sitio en que reluce la luz resucitada. Hoy surge, viva y fuerte, segura y vencedora, la Vida que hasta ahora yacía en honda muerte; y hoy alza del olvido sin fondo y de la nada al alma rescatada y al mundo redimido. Amén.


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Sétima estación JESÚS CONFIRMA EN LA FE A PEDRO




Animador: Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te quiero.


Lector: “Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?».

Él le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos». Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le respondió: «Sí, Señor, sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas». Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me

quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo

sabes todo; sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas».” (Jn 21, 15-17)


HIMNO

En Pascua real, no ya en la sombra, la verdadera Pascua del Señor; la sangre del pasado es sólo un signo, la mera imagen una gran unción. En verdad, tú, Jesús, nos protegiste con tus sangrientas manos paternales; envolviendo en tus alas nuestras almas, la verdadera alianza tú sellaste. Y, en tu triunfo, llevaste a nuestra carne reconciliada con tu Padre eterno; y, desde arriba, vienes a llevarnos a la danza festiva de tu cielo. Oh gozo universal, Dios se hizo hombre para unir a los hombres con su Dios; se rompen las cadenas del infierno, y en los labios renace la canción. Cristo, Rey eterno, te pedimos que guardes con tus manos a tu Iglesia, que protejas y ayudes a tu pueblo y que venzas con él a las tinieblas. Amén.


COCLUSIÓN

“La resurrección de Jesús no es algo del pasado; sino que entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable. Es cierto que muchas veces parece que Dios no

existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tenaz e invencible. Habrá muchas cosas

negras, pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse. Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que

parecía irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo.” (Cfr. EG 276)

Que el recuerdo de la resurrección que se nos ofrece sirva como estímulo para anunciar en nuestras vidas diariamente

que nuestro Dios es un Dios de vivos y no de muertos, y que el Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal

y nos lleve a la vida eterna. Amén.

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II SEMANA DE PASCUA (19 - 25 abril 2020)

Celebración pascual en Pequeña Comunidad

JESÚS MARCHA VICTORIOSO EN LA HISTORIA

I. AMBIENTACIÓN:

1. Se coloca al centro del lugar de reunión una una imagen de Jesús Resucitado o un Cirio Pascual. 2. En algún lugar tener unas 2 láminas (papel periódico en blanco) y marcadores.

3. Biblia. 4. copias de la “Oración de la Comunidad” (ANEXO 1)

II. DESARROLLO DEL ENCUENTRO .

1. Se da la bienvenida a los participantes.

2. Oración:

Dios Omnipotente y eterno, que en la Pascua de tu Hijo has ofrecido a los hombres el pacto de reconciliación y de la paz,

concédenos ser testigos en la vida del ministerio que celebramos en la fe. Por Cristo, nuestro Señor. Amén

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3. Se lee el Evangelio Jn 20, 19-31

"Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes.» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz esté con ustedes. Como el Padre me envió, también yo los envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.» Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz esté con ustedes.» Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.» Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.» Le dice Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.» Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre."

4. Reflexión o Meditación:

a. ¿Qué decía la Palabra que hemos leído? Con palabras propias, los presentes trantan de

recordar y de reconstruir el texto leído. b. ¿Qué le llamó la atención del texto?. c. ¿Qué compromisos me invita a asumir esta Palabra?

5. Reflexión del animador:

Primera parte PRIMER ENCUENTRO CON LA COMUNIDAD REUNIDA

Los discípulos están encerrados por el miedo. Los discípulos están reunidos en “COMUNIDAD”, para buscar el significado de lo que habían vivido; igual hoy la COMUNIDAD se reúne como condición esencial para vivir la fe y la fraternidad entre los miembros de una Iglesia que vive en comunión. El Papa Francisco nos recuerda que el Señor actúa misteriosamente y nunca nos abandona porque la presencia del Resucitado provoca un florecer de nuevo en la Iglesia e ilumina las oscuridades actuales que la enturbian (EG278).

“Jesús se puso en medio de ellos” con esta ubicación Jesús quiere mostrarles a ellos y a nosotros que lo tenemos a Él, vivo, Él es el centro de nuestra vida cristiana y en torno a él es como debe caminar nuestra Iglesia diocesana. Es Jesús Resucitado quien viene a dar nueva vida a las dificultades que asechan a nuestra Iglesia para transformarlas (EG 177).

Jesús les da la paz el don fundamental del Resucitado es la paz. Tres veces se repite en este evangelio (Jn 20, 19.21.26). Jesús cumple la promesa (Jn14, 27) de dar la paz que el mundo no puede dar. Jesús ha vencido al mundo y ese es el fundamento de la paz que Él

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ofrece. Con esta paz Jesús ofrece seguridad, confianza y serenidad en medio de las aflicciones del mundo y en medio de los desafíos que afronta nuestra Iglesia al llegar al centenario (Jn 16, 33; EG 177).

Jesús les muestra las llagas de sus manos y el costado dando un fundamento sólido a su palabra. El Crucificado es ahora el Resucitado, es una expresión amor de victoria del triunfo de pasar de la muerte a la vida. Del costado salió sangre y agua, su herida permanece como prueba que Él es la fuente de agua viva, esa vida que nos hace nacer de nuevo con el Espíritu Santo. Es reconocer que es el Espíritu Santo quien ha guiado a nuestra Diócesis durante estos cien años y que es Él de quien brota el agua viva para renovarla, para darle nueva vida con su resurrección y hacer crecer el Reino de Dios (EG 178).

“Los discípulos se alegraron de ver al Señor” la alegría pascual había sido una promesa de Jesús antes de su muerte “ Estaréis tristes pero vuestra tristeza se convertirá en gozo…Vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar”( Jn 16, 20.22). Cuando los discípulos ven a Jesús la promesa se convierte en realidad. El Resucitado es la fuente indestructible de paz y de alegría, se convierte en la fuente de vida y alegría en cada uno cuando se pasa de situaciones de angustia y muerte a experimentar la paz y la alegría.

Segunda parte:

JESÚS ENVÍA AL MUNDO A LA COMUNIDAD

En este texto Jesús crea la Comunidad (la Iglesia) y nace siendo misionera “Como el Padre me ha enviado, os envío yo también”. Para que la misión sea posible, los discípulos son revestidos del Espíritu Santo que los hace hombres nuevos (recreados por el mismo Espíritu que les infundió en la creación) para entrar a vivir en comunión con Dios y con la Iglesia. Todo discípulo debe llevar por todo el mundo la Palabra y en su persona ser testimonio de Cristo, para hacerlo conocer y acoger por todos; ofreciéndose de la misma manera que Él se ofreció al mundo. Así toda COMUNIDAD está llamada a medirse en este criterio de testimonio y misión, viviendo y teniendo como referencia el modelo de amor de Jesús que entregó su vida en la Cruz para darnos la salvación a todos.

La Iglesia (Comunidad) se construye en torno a Cristo. Jesús nos presenta la pedagogía de los que no creen hasta no ver y constatar los hechos a través de la persona de Tomás quien no estaba cuando el Señor se aparece a la Comunidad. El Señor acepta el desafío de Tomás, mediante el contacto con sus llagas lo conduce a la fe. Para esto, se pone al frente de Él y habla con Él, además, le habla con las mismas palabras que dijo Tomás ante los discípulos. El gesto de Jesús lo hace salir de su aislamiento, recordar posiblemente las palabras de Jesús en la última cena y Tomás junto a Jesús y a toda la Comunidad reconoce el camino de resurrección de Jesús, que ha dado su vida para dar nueva vida o ser fuente de vida a todos, y que Jesús ha entrado en posesión de la gloria divina junto al Padre. Y es cuando pasa de ser el discípulo incrédulo al discípulo de una fe profunda. En torno a Jesús el discípulo que no estaba en la primera aparición, en la segunda aparición está. Estos signos representan un itinerario de fe que nuestra Iglesia de Alajuela ha anunciado durante estos cien años. La Iglesia que nos sigue anunciando en estos tiempos, que por medio de la fe podemos creer en Jesús, creer que es verdad que nos ama, que vive, que es capaz de intervenir misteriosamente, que no nos abandona, que saca bien del mal con su poder y con su infinita creatividad Él marcha victorioso en la historia de salvación de cada uno de nosotros (EG 178).

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8. Signo

Reunida la Comunidad alrededor de la imagen de Jesús Resucitado o bien del Cirio Pascual se hace las siguientes preguntas y las respuestas que se vayan

dando se anotan en el papel periódico. Estas constataciones serán entregadas al coordinador de diaconía o sector para que las lleve al Consejo de Pastoral Parroquial y este consejo puede

incluso hacerlo llegar al Consejo de Pastoral Diocesano en la persona del Vicario diocesano de Pastoral.

a. ¿Hoy, qué temores u oscuridades, impiden el crecimiento de las experiencias de comunión en torno a Cristo Resucitado, en la Comunidad Eclesial de Base (CEBs), la Parroquia, la Diócesis?

b. ¿En qué hechos concretos se manifiesta hoy Jesús Resucitado como fuerza evangelizadora en la CEBs, en la Parroquia, en la Diócesis?

9. El animador comparte algunas ideas de los número 277 y 278 de la Evangelii Gaudium:

“EN LAS DIFICULTADES CREER QUE JESÚS REUSUCITÓ”

“También aparecen constantemente nuevas dificultades, la experiencia del fracaso, las pequeñeces humanas que tanto duelen. Todos sabemos por experiencia que a veces una tarea no brinda las satisfacciones que desearíamos, los frutos son reducidos y los cambios son lentos, y uno tiene la tentación de cansarse. Sin embargo, no es lo mismo cuando uno, por cansancio, baja momentáneamente los brazos que cuando los baja definitivamente dominado por un descontento crónico, por una acedia que le seca el alma. Puede suceder que el corazón se canse de luchar porque en definitiva se busca a sí mismo en un carrerismo sediento de reconocimientos, aplausos, premios, puestos; entonces, uno no baja los brazos, pero ya no tiene garra, le falta resurrección. Así, el Evangelio, que es el mensaje más hermoso que tiene este mundo, queda sepultado debajo de muchas excusas.” (EG 277)

“La fe es también creerle a Él, creer que es verdad que nos ama, que vive, que es capaz de intervenir misteriosamente, que no nos abandona, que saca bien del mal con su poder y con su infinita creatividad. Es creer que Él marcha victorioso en la historia «en unión con los suyos, los llamados, los elegidos y los fieles» (Ap 17,14). Creámosle al Evangelio que dice que el Reino de Dios ya está presente en el mundo, y está desarrollándose aquí y allá, de diversas maneras: como la semilla pequeña que puede llegar a convertirse en un gran árbol (cf. Mt 13,31-32), como el puñado de levadura, que fermenta una gran masa (cf. Mt 13,33), y como la buena semilla que crece en medio de la cizaña (cf. Mt 13,24-30), y siempre puede sorprendernos gratamente. Ahí está, viene otra vez, lucha por florecer de nuevo. La resurrección de Cristo provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo; y aunque se los corte, vuelven a surgir, porque la resurrección del Señor ya ha penetrado la trama oculta de esta historia, porque Jesús no ha resucitado en vano. ¡No nos quedemos al margen de esa marcha de la esperanza viva!” (EG 277)

8. Todos hacen peticiones espontáneas por necesidades concreas de la comunidad.

9. Todos hacen juntos la “ORACIÓN DE LA COMUNIDAD” (ANEXO 1)

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III SEMANA DE PASCUA (26 abril – 2 mayo 2020)

QUE EL SEÑOR HAGA FECUNDOS NUESTROS ESFUERZOS

Encuentro en Diaconía

AMBIENTACIÓN:

1. Antes de empezar el encuentro se prepara el lugar de la

reunión.

2. Se dispone con anterioridad todo material que sea necesario:

Hojas pequeñas de papel y lápices. De ser posible, preparar un refrigerio para compartir al final del encuentro. (optativo).

3. Se colocan sillas en círculo y al centro un camino y junto a al

camino se colocan unas vendas que simbolizan aquello que nos impide ver. De ser posible que haya una venda para cada participante.

4. Se escoge con antelación a un participante que leerá el Evangelio de Lucas 24, 13-35.

DESARROLLO DEL ENCUENTRO:

1. Se da la bienvenida.

2. Quien preside la actividad da una motivación a los participantes, teniendo presente el siguiente texto:

LA ACCIÓN MISTERIOSA DEL RESUCITADO Y DE SU ESPÍRITU

El evangelizador debe creer al Evangelio cuando nos dice que el Reino de Dios ya está presente en el mundo y que se desarrolla como la pequeña semilla que va creciendo hasta convertirse en árbol frondoso, como la levadura que va fermentando la masa, como la buena semilla que va creciendo en medio de la cizaña. No obstante, es cierto que no siempre podemos ver esos brotes, pero la fe debe asegurarnos que, aunque nuestra tarea no parezca conseguir resultados visibles, ningún esfuerzo por la causa del Evangelio resultará a fin de cuentas en vano. Es la actitud del que actúa como si todo dependiera de él, pero al mismo tiempo confía en que los resultados dependen en último término de Dios, es “ser misteriosamente fecundos” (EG 280)

Por eso, el Papa nos exhorta diciendo: “El Espíritu Santo obra como quiere, cuando quiere y donde quiere; nosotros nos entregamos, pero sin pretender ver resultados llamativos. Sólo sabemos que nuestra entrega es necesaria. Aprendamos a descansar en la ternura de los brazos del Padre en medio de la entrega creativa y generosa. Sigamos adelante, démoslo todo, pero dejemos que sea Él quien haga fecundos nuestros esfuerzos como a Él le parezca”. (EG 279)

Por eso, para mantener vivo el ardor misionero, es preciso la oración y la fe en la acción del Espíritu. Si intentamos medir los resultados de la evangelización con criterios de los proyectos empresariales, si estamos pendientes constantemente de los números y las estadísticas, si pensamos que, en el fondo, todo depende de nuestras fuerzas, no será raro que nos sintamos desanimados ante la tarea que nos supera. Por eso el Papa nos propone una actitud diferente, que es fruto de la fe, no de las previsiones humanas: “no hay mayor libertad que la de dejarse llevar por el Espíritu, renunciar a calcularlo y controlarlo todo, y permitir que Él nos ilumine, nos guíe, nos oriente, nos impulse hacia donde Él quiera. Él sabe bien lo que hace falta en cada época y en cada momento”. (EG 280)

13 4. Se hace un canto o invocación al Espíritu Santo, como preparación al encuentro.

5. Los presentes, hasta donde recuerden, hacen una memoria histórica del caminar como diaconía (comunidad), y luego responden a la pregunta ¿Dónde hemos visto la mano de Dios en esa historia

de la comunidad?

6. Luego teniendo presente las realidades actuales de la diaconía (comunidad), los signos que vemos

en el momento que nos toca vivir, respondemos ¿Qué esfuerzos nos pide Dios hacer hoy como comunidad?

7. Se pide a los participantes anotar su nombre en un papel y lo colocan en el camino.

8. Se pide a los participantes que tomen una venda y la amarren cubriendo sus ojos.

9. El animador dice: Desde la Palabra descubramos la actuación concreta que el Señor espera de nosotros.

La persona designada previamente lee despacio el Evangelio de Lucas 24, 13-35:

“Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: ¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino? Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días? Él les preguntó: ¿Qué? Ellos le contestaron: Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves, hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no le vieron. Entonces Jesús les dijo: ¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria? Y comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante, pero ellos le apremiaron diciendo: Quédate con nosotros porque atardece y el día va de caída. Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.

En este momento se pide que en silencio y actitud de oración, se quiten las vendas.

Cuando todos lo hayan hecho, se continúa la lectura hasta finalizar.

Pero él desapareció. Ellos comentaron: ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras? Y levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once con sus compañeros, que estaban diciendo: Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón. Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

14 10. El animador hace una reflexión y puede hacerse ayudar por del siguiente texto:

Jesús se acerca y camina junto con los discípulos, pero éstos no lo reconocen. Seguramente y muchas veces a nosotros y a tantos hombres y mujeres de nuestras comunidades, nos pasa lo mismo; situaciones duras, contradictorias, sueños frustrados no nos dejan descubrir la presencia de Jesús que está ahí, caminando a nuestro lado, dispuesto a darle sentido y esperanza a nuestras penas y decepciones. Jesús pregunta, interpela, los deja hablar, escucha. Se sitúa al mismo nivel en el que están ellos y con la luz de la palabra, esa que es capaz de encender la esperanza en la oscuridad del corazón de los discípulos, los va conduciendo y los atrae hacia su experiencia de resurrección. Jesús no sólo comparte, el camino, la casa de ellos sino también su mesa. Y es en el gesto del don de sí, de su generosidad, del amor extremo donde los peregrinos lo reconocen. Con una nueva fuerza, transformados, salen a recorrer el camino inverso, regresan a la comunidad de la que se habían alejado, y a la que le habían perdido el gusto. Cada día podemos vivir esta relación tan estrecha entre el pan de la Palabra y el pan Eucarístico, alimento para la fe, para el amor. Cada día podemos encontrar en alguien que se hace cercano, que se nos da, que se hace compañero de camino y de vida, al Jesús que nos abre los ojos y nos hace arder el corazón.

11. Preguntas para animar y compartir:

Miramos nuestro interior: • ¿Qué descubro hoy en este encuentro con Él en su Evangelio?:

• Le pregunto: ¿Qué esperas de mí hoy, en mi situación actual? • ¿Qué decepciones, qué sueños frustrados guardo en mi corazón? • ¿He vivido situaciones que me han hecho alejarme de la comunidad como los peregrinos de

Emaús? ¿Quiénes como Jesús, han aparecido en el camino y me han acompañado?

Compartimos en grupo: • ¿Qué actitudes de cercanía, tendremos con los hermanos de nuestra diaconía?

• ¿Qué gestos tendremos que implementar para acercar la Palabra y la Eucaristía a nuestros hermanos para que su corazón arda?

¿Qué gestos y actitudes manifiestan nuestra apertura y acogida cuando hay hermanos que

regresan o se acercan a la comunidad?

12. Se finaliza con una oración espontánea.

13. Se hace un canto de envío misionero. Puede ser el canto “Discípulos y Misioneros” (ANEXO 2 )

14. Hacen todos juntos la siguiente oración:

“Señor, quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado” “Quédate con nosotros, Señor, acompáñanos aunque no siempre hayamos sabido reconocerte. Quédate con nosotros, porque en torno a nosotros se van haciendo densas las sombras, y tú eres la luz; en nuestros corazones se insinúa la desesperanza, y tú los haces arder con la certeza de la Pascua… Quédate con nosotros, Señor, cuando en torno a nuestra fe católica surgen las nieblas de la duda, del cansancio o de la dificultad… Quédate en nuestras familias, ilumínalas en sus dudas, sostenlas en sus dificultades, consuélalas en sus sufrimientos y en la fatiga de cada día… Quédate con los pobres y humildes, con los indígenas y afroamericanos, que no siempre han encontrado espacios y apoyo para expresar la riqueza de su cultura y la sabiduría de su identidad… Quédate, Señor, con nuestros niños y nuestros jóvenes…protégelos de tantas insidias que atentan contra su inocencia y contra sus legítimas esperanzas… ¡Oh buen Pastor, quédate con nuestros ancianos y con nuestros enfermos! ¡Fortalece a todos en su fe para que sean tus discípulos y misioneros!”

15. Ágape Fraterno.

15

IV SEMANA DE PASCUA (3 - 9 mayo 2020)

LLAMADOS A BUSCAR EL BIEN DE LOS DEMÁS

Encuentro parroquial de promoción vocacional

AMBIENTACIÓN: En lugar del encuentro se prepara un altar con una imagen

de Jesús (Jesús de la Divina Misericordia, Resucitado, Buen Pastor) puede colocarse 4 ovejas y frente a cada una de ellas un letrero con una de las siguientes frases:

Familias y Matrimonios.

Religiosos y religiosas.

Sacerdotes.

Fieles Laicos.

MATERIALES:

Imagen de Jesús.

4 Ovejas.

4 Letreros con las frases arriba indicadas.

4 velas.

Papelitos para cada uno de los participantes (cuatro

para cada uno).

Lapiceros.

Un jarrón

DESARROLLO DEL ENCUENTRO:

1. Bienvenida: se invita a los participantes a que tengan un espacio para saludarse, que elijan a uno de los miembros participantes que tenga poca relación y tenga la experiencia de encontrarse y preguntar cómo les ha ido.

2. Se hace una oración espontánea, invocando al Espíritu Santo, para disponerse a la escucha de la

Palabra de Dios y se lee Jn 10,1-10:

“En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: Les aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante. (Jn 10,1-10)

16 3. Se hace el Salmo 23 de forma responsorial o bien cantado:

R/. El Señor es mi Pastoral., nada me falta.

Yahvé es mi pastor, nada me falta. Por prados de fresca hierba me apacienta.

hacia las aguas de reposo me conduce, y me das nuevas fuerzas. R/.

Me guía por senderos de justicia, en honor de su nombre.

aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan. R/.

Tú me preparas una mesa

frente a mis adversarios; me unges la cabeza con óleo, rebosante está mi copa. R/.

Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida;

mi morada será la casa del Señor a lo largo de los días. R/.

4. En parejas se pide que respondan a la pregunta: ¿Qué es vocación?

5. Luego todos se reúnen y se escucha las diversas respuestas a la pregunta anterior y quien anima la

actividad, recordando que todo llamado y vocación tiene el mismo valor en la Iglesia, hará un

cierre, con el siguiente texto:

“También hoy Jesús vive y camina en nuestras realidades de la vida ordinaria para acercarse a todos, comenzando por los últimos, y curarnos de nuestros males y enfermedades. Me dirijo ahora a aquellos que están bien dispuestos a ponerse a la escucha de la voz de Cristo que resuena en la Iglesia, para comprender cuál es la propia vocación. Los invito a escuchar y seguir a Jesús, a dejaros transformar interiormente por sus palabras que «son espíritu y vida» (Jn 6,63). María, Madre de Jesús y Madre nuestra, nos repite también a nosotros: «Hagan lo que él les diga» (Jn 2,5). Les hará bien participar con confianza en un camino comunitario que sepa despertar en ustedes y en torno a ustedes las mejores energías. La vocación es un fruto que madura en el campo bien cultivado del amor recíproco que se hace servicio mutuo, en el contexto de una auténtica vida eclesial. Ninguna vocación nace por sí misma o vive por sí misma. La vocación surge del corazón de Dios y brota en la tierra buena del pueblo fiel, en la experiencia del amor fraterno. ¿Acaso no dijo Jesús: «En esto conocerán todos que son discípulos míos: si se aman unos a otros» (Jn 13,35)?... Dispongamos por tanto nuestro corazón a ser «terreno bueno» para escuchar, acoger y vivir la Palabra y dar así fruto. Cuanto más nos unamos a Jesús con la oración, la Sagrada Escritura, la Eucaristía, los Sacramentos celebrados y vividos en la Iglesia, con la fraternidad vivida, tanto más crecerá en nosotros la alegría de colaborar con Dios al servicio del Reino de misericordia y de verdad, de justicia y de paz. Y la cosecha será abundante y en la medida de la gracia que sabremos acoger con docilidad en nosotros.”

(Cfr. Mensaje del Papa Francisco, en la Jornada de Oración por las Vocaciones 2014)

17 6. Espacio de Oración:

a. Uno de los participantes lee lo siguiente:

Hay una forma de oración que nos estimula particularmente a la entrega evangelizadora y nos motiva a buscar el bien de los demás: es la intercesión. Miremos por un momento el interior de un gran evangelizador como san Pablo, para percibir cómo era su oración. Esa oración estaba llena

de seres humanos: «En todas mis oraciones siempre pido con alegría por todos vosotros [...] porque os llevo dentro de mi corazón» (Flp 1,4.7). Así descubrimos que interceder no nos aparta de la verdadera contemplación, porque la

contemplación que deja fuera a los demás es un engaño.” (EG 281).

b. Haga el animador una reflexión sobre la importancia de la oración, en la vida de la Iglesia y

de la oración por la promoción vocacional.

c. Se hace o escucha un canto vocacional.

d. Se divide el grupo en cuatro, se les asigna un tema para leer, reflexión y al final redactan una oración por el estilo vocacional que les correspondió. ANEXO 3

e. Se reúnen todos en un mismo lugar y cada grupo sigue la siguiente dinámica:

Uno enciende una vela sobre el altar.

Otro hace la oración que elaboraron.

Los miembros del grupo colocan los papelitos con los nombres en el jarrón.

Se hacen algunos estribillos de un canto vocacional (Alma misionera).

f. Se concluye con la oración por las vocaciones de la Diócesis de Alajuela:

Jesús, Buen Pastor, que por medio de tu Palabra nos invitas a rogar

al dueño de la mies para que envíe operarios a ella, porque “la

mies es mucha y los obreros pocos”, te pedimos escuches nuestra

humilde oración.

Conscientes de esta necesidad en nuestra Diócesis de Alajuela, te

suplicamos que derrames tu Espíritu Santo sobre nuestras familias

y suscita del seno de ellas vocaciones a tu seguimiento fiel

en la vida sacerdotal, religiosa y misionera.

Que la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Nuestra

Señora del Pilar, bendiga con abundancia a quienes desean

responder generosamente a tu llamada.

Amén.

g. Se reza un Padre Nuestro y un Ave María.

7. Al finalizar la actividad se le pide a cada integrante que tome a la suerte un papel del jarrón,

para que ore durante la semana por esa persona o familia.

18

Hora Santa

Semana del Buen Pastor

1. Canto para exponer.

2. Silencio.

3. Oración de gratitud, por la llamada a la Vida y a la Santidad. A partir del siguiente texto:

Para ser santos no es necesario ser obispos, sacerdotes, religiosas o religiosos. Muchas veces tenemos la tentación de pensar que la santidad está reservada solo a quienes tienen

la posibilidad de tomar distancia de las ocupaciones ordinarias, para dedicar mucho tiempo a la oración. No es así. Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor

y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra.

¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con

alegría tu entrega.

¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la

Iglesia.

¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez

y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos.

¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús.

¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales.

Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad. Deja que todo esté abierto a

Dios y para ello opta por él, elige a Dios una y otra vez. No te desalientes, porque tienes la fuerza del Espíritu Santo para que sea posible, y la santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu Santo en tu vida (cf. Ga 5,22-23). (Gaudete et Exultate 14 y 15).

4. Silencio.

5. Oración al Espíritu Santo.

6. Canto al Espíritu.

7. Espacio de Oración:

a. Encontrados con la Alegría del Amor que nos lleva a Anunciar la Palabra:

Se lee de San Pablo a Timoteo: “Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra

buena. Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.”

Oración guiada:

¿Qué es para mí ser Evangelio?

¿Dónde y cuándo estoy llamado a anunciarlo?

¿He sentido miedo de anunciar a Jesús? Pido su fortaleza y gracia.

Silencio.

Canto: El Profeta. (2 estribillos y el coro) Se presenta una Biblia.

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b. Encontrados por la Alegría del Amor que nos lleva a vivir la Caridad:

Se lee de san Pablo a los Corintios: Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.

Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no

tengo amor, no me sirve para nada.

Oración guiada:

Desde mi vocación y mi historia ¿cómo me llama a Amar Dios?

¿Cómo estoy amando?

¿Dónde y a quién debo amar? ¿lo estoy haciendo? ¿Qué debo enmendar?

Silencio.

Canto: Con vosotros está y no le conocéis (completa). Se presenta El Corazón.

c. Encontrados por la Alegría del Amor que nos lleva a orar unos por otros:

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en

camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no,

volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros

el reino de Dios.

Oración guiada:

¿Quién me enseñó y me llevó a Jesús?

Momento para agradecer y pedir por ellos, en silencio.

¿Quiénes en mi comunidad hoy sirven a los más necesitados y

alejados del Amor de Dios?

¿Es mi hogar, mi familia y mi vida un lugar de encuentro con el Amor de Dios?

Momento para orar por la misión y vida de las vocaciones. Se

invita a orar por las vocaciones específicas, empezando por la personal, en silencio.

Se coloca una canasta con velas frente al altar y se invita a cada participante que orando por su propia vocación y por la de los demás la encienda y la coloque alrededor del Santísimo.

Canto: Alma Misionera (completa). Mientras que todos los participantes colocan la vela.

Se termina con la oración por las vocaciones de la Diócesis de Alajuela.

8. Oración de Cierre.

9. Canto para Bendecir y reservar. 10. Ave María por las vocaciones. 11. Despedida.

20

V SEMANA DE PASCUA (10 - 16 mayo 2020)

MARÍA, LA MADRE DE LA EVANGELIZACIÓN

Santo Rosario Pascual I. AMBIENTACIÓN Y MATERIALES:

1. En el lugar de reunión se elabora un altar acorde al momento.

2. Se prepara con anticipación algunos materiales: Cruz con manto blanco, algunas piedras para elaborar un camino, estampas de advocaciones marianas ANEXO 4.

II. DESARROLLO DEL ROSARIO: 1. Hacemos la Señal de la Cruz.

2. Se invita libremente a que los participantes hagan sus ofrecimientos.

3. Acto de contrición: Oh Jesús mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy. Y me pesa de todo corazón por haber ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no

volver a pecar y confío en tu infinita Misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de alcanzar la vida eterna. Amén.

4. En cada misterio:

a. Se anuncia el misterio correspondiente.

b. Se elabora el signo.

c. Un Padre Nuestro:

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a

los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.

d. Diez Ave María: Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las

mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

e. Gloria: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre por los

siglos de los siglos.

f. Jaculatoria: “María madre del Resucitado. R/ Llévanos hacia el camino, la verdad y la vida.”

g. Un canto. 5. Al finalizar el rosario:

a. Un Padre Nuestro, tres Aves Marías y la Salve por las intenciones del Santo Padre el Papa. b. Gloria al Padre…Recitamos la Salve.

c. Las Letanías. d. Oración Final y Bendición.

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Primer misterio de Gloria “LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR”

Signo: Cruz con un manto blanco “En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: No perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias si no, os lo había dicho, y me voy a prepararos sitio. Cuando vaya y os prepare sitio volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.” (Jn 14, 1-4) Breve pausa. Meditación Padre Nuestro…, Diez Ave María… y Gloria… Jaculatoria: “María madre del Resucitado. R/ Llévanos hacia el camino, la verdad y la vida.”

Segundo misterio de Gloria “LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR A LOS CIELOS”

Signo: algunos participantes forman un camino con piedras, hacia la Cruz con el manto blanco

“Tomás le dice: Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo podemos

saber el camino? Jesús le responde: Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis

visto. Felipe le dice: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús le replica: Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú:

«Muéstranos al Padre?» ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme:

yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Se los lo aseguro: el que cree en mí, también el hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.” (Jn 14, 5-12)

Breve pausa. Meditación

Padre Nuestro, Diez Ave María y Gloria Jaculatoria: “María madre del Resucitado. R/ Llévanos hacia el

camino, la verdad y la vida.”

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Tercer misterio de Gloria “LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO”

Reflexión: EG284. Con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María. Ella reunía a los discípulos para invocarlo (Hch1,14), y así hizo posible la explosión misionera que se produjo en Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de comprender el

espíritu de la nueva evangelización.


Signo: Rezar el Padre elevando las manos.

Diez Ave María y Gloria.

Jaculatoria: “María madre del Resucitado. R/ Llévanos hacia el camino, la verdad y la vida.”

Cuarto misterio de Gloria “LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN CUERPO Y ALMA AL CIELO”

Signo: Poner en el altar una vela celeste, o bien con una cinta celeste.

“En la cruz, cuando Cristo sufría en su carne el dramático encuentro entre el pecado del mundo y la misericordia divina, pudo ver a sus pies la consoladora presencia de la Madre y del amigo. En ese crucial instante,

antes de dar por consumada la obra que el Padre le había encargado, Jesús le dijo a María: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego le dijo al amigo amado: «Ahí tienes a tu madre» (Jn 19,26-27). Jesús nos dejaba a su

madre como madre nuestra. Al pie de la cruz, en la hora suprema de la nueva creación, Cristo nos lleva a María. Él nos lleva a ella, porque no quiere que caminemos sin una madre, y el pueblo lee en esa imagen

materna todos los misterios del Evangelio. Ella, que lo engendró con tanta fe, también acompaña «al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús» (Ap 12,17).

La íntima conexión entre María, la Iglesia y cada fiel, en cuanto que, de diversas maneras, engendran a Cristo, ha sido bellamente expresada por el beato Isaac de Stella: «En las Escrituras divinamente inspiradas, lo que se

entiende en general de la Iglesia, virgen y madre, se entiende en particular de la Virgen María [...] También se puede decir que cada alma fiel es esposa del Verbo de Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y madre

fecunda [...] Cristo permaneció nueve meses en el seno de María; permanecerá en el tabernáculo de la fe de la Iglesia hasta la consumación

de los siglos; y en el conocimiento y en el amor del alma fiel por los siglos de los siglos».” (Cfr. EG 285)


Padre Nuestro, Diez Ave María y Gloria

Jaculatoria: “María madre del Resucitado. R/ llévanos hacia el camino, la verdad y la vida.”

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Quinto misterio de Gloria “LA CORONACIÓN DE NUESTRA SEÑORA COMO REINA”

Signo: Se coloca en el altar estampas de algunas advocaciones Marianas. ANEXO 3

“María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de

Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura. Ella es la esclava del Padre que se estremece en la alabanza. Ella es la amiga siempre atenta para que no falte el vino en nuestras vidas. Ella es la del

corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas. Como madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Ella es la misionera que se

acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la

cercanía del amor de Dios. A través de las distintas advocaciones marianas, ligadas generalmente a los santuarios, comparte las historias de cada pueblo que ha recibido el Evangelio, y entra a formar parte de su

identidad histórica. En los santuarios marianos, puede percibirse cómo María reúne a su alrededor a los hijos que peregrinan con mucho esfuerzo para mirarla y dejarse mirar por ella. Allí encuentran la fuerza de Dios

para sobrellevar los sufrimientos y cansancios de la vida. Como a san Juan Diego, María les da la caricia de su consuelo maternal y les dice al

oído: «No se turbe tu corazón [...] ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?».” (Cfr. EG 286)


Padre Nuestro, Diez Ave María y Gloria

Jaculatoria: “María madre del Resucitado. R/ Llévanos hacia el camino, la verdad y la vida.”

Por las intenciones del Santo Padre, rezaremos un Padre Nuestro, tres Ave María y una Salve:

Padre Nuestro, que estás en el cielo...

Dios te salve María, Hija de Dios Padre, auméntanos la virtud de la fe, llena eres de gracia…

Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, auméntanos la virtud de la esperanza, llena eres de gracia…

Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, auméntanos la virtud

de la caridad, llena eres de gracia…

La Salve

Dios te salve Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti

llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea pues!, Señora y abogada nuestra: vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús: fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh

piadosa, oh dulce Virgen María!. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Gloria al Padre...

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Las Letanías

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad

Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad Señor, ten piedad. Señor, ten piedad Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos Dios, Padre celestial.

Ten misericordia de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del mundo. Dios, Espíritu Santo. Trinidad santa, un solo Dios.

Santa María. Ruega por nosotros. Santa Madre de Dios. Santa Virgen de las Vírgenes.

Madre de Cristo. Madre de la Iglesia. Madre de la Divina Gracia.

Madre purísima. Madre castísima. Madre y Virgen.

Madre sin mancha. Madre inmaculada. Madre amable.

Madre admirable. Madre del buen consejo. Madre del Creador.

Madre del Salvador. Virgen prudentísima. Virgen digna de veneración.

Virgen poderosa. Virgen acogedora. Virgen fiel.

Ideal de santidad. Trono de sabiduría. Causa de nuestra alegría.

Templo del Espíritu Santo. Obra maestra de la gracia. Modelo de entrega a Dios.

Rosa escogida.

Fuerte como la torre de David. Hermosa como torre de marfil. Casa de oro.

Arca de la Nueva Alianza. Puerta del cielo. Estrella de la mañana.

Salud de los enfermos. Refugio de los pecadores. Consoladora de los afligidos.

Auxilio de los cristianos. Reina de los Ángeles. Reina de los Patriarcas.

Reina de los Profetas. Reina de los Apóstoles. Reina de los Mártires.

Reina de los confesores. Reina de las Vírgenes. Reina de todos los Santos.

Reina concebida sin pecado original. Reina llevada al cielo. Reina del Santo Rosario.

Reina de la Familia. Reina de la paz.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas el pecado del

mundo. Ten piedad de nosotros.

Ruega por nosotros santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oraciones Finales:

Te Suplicamos, ¡Oh Dios Omnipotente!, que asistáis con tu divino favor a los que hemos rezado el rosario de la Virgen María, para que así contemplado estos sagrados misterios en la vida, merezcamos recibir el fruto de ellos en el cielo. Amen.

Bajo tu amparo nos acogemos santa Madre de Dios, no deseches las suplicamos que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.

Bendición Final:

Dulce Madre no te alejes, tu vista de nosotros no apartes, ven con nosotros a todas partes y nunca solos

nos dejes. Ya que nos proteges tanto como verdadera Madre, haz que nos bendiga el Padre, el Hijo

y el Espíritu Santo. Amén.

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VI SEMANA DE PASCUA (17 - 23 mayo 2020)

MARÍA LA ESTRELLA DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

Descubriendo y llegando a los “alejados”

INDICACIONES GENERALES

1. Los agentes o responsables de esta actividad han de mantener una reunión previa para la debida organización y

distribución de responsabilidades y han de tener muy presente el siguiente número de la Evangelii Gaudium que ha de inspirar la actividad:

“A la Madre del Evangelio viviente le pedimos que interceda para que esta invitación a una nueva etapa evangelizadora sea acogida por toda la comunidad eclesial. Ella es la mujer de fe, que vive y camina en la fe, y «su excepcional peregrinación de la fe representa un punto de referencia constante para la Iglesia». Ella se dejó conducir por el Espíritu, en un itinerario de fe, hacia un destino de servicio y fecundidad. Nos-otros hoy fijamos en ella la mirada, para que nos ayude a anunciar a todos el mensaje de salvación, y para que los nuevos discípulos se conviertan en agentes evangelizadores. En esta peregrinación evangelizadora no faltan las etapas de aridez, ocultamiento, y hasta cierta fatiga, como la que vivió María en los años de Nazaret, mientras Jesús crecía: «Éste es el comienzo del Evangelio, o sea de la buena y agradable nueva. No es difícil, pues, notar en este inicio una particular fatiga del corazón, unida a una especie de “noche de la fe” —usando una expresión de san Juan de la Cruz—, como un “velo” a través del cual hay que acercarse al Invisible y vivir en intimidad con el misterio. Pues de este modo María, durante muchos años, permaneció en intimidad con el misterio de su Hijo, y avanzaba en su itinerario de fe».” (EG 287)

2. Esta actividad consiste en elegir de nuestra comunidad

parroquial o de nuestra diaconía, algún sector vulnerable, que necesita un acercamiento más urgente, esto por razones sociales o pastorales, inmigrantes, víctimas de la

drogadicción, pobreza, indiferencia religiosa, etc…)

3. Será fundamental visitar el sector con anterioridad, elegir un

punto de reunión y entregar invitaciones. ANEXO 5.

4. También sería muy importante organizar un pequeño ágape

para el final de la actividad.

26 DESARROLLO DE LA ACTIVIDAD:

1. Acogida de los participantes y ubicación en el lugar.

2. Palabras de bienvenida y motivación.

La alegría del Señor resucitado se manifiesta en medio de la comunidad reunida en su nombre entorno a su Palabra, pero ante todo en el encuentro fraterno con el hermano. Nos alegramos muchísimo por la presencia de todos ustedes en esta celebración, porque ustedes han respondido al

llamado del Señor y hoy estamos todos juntos reunidos como hermanos. Dispongamos nuestro corazón para este encuentro con el Señor resucitado, de la mano de nuestra madre María, estrella de la Evangelización, ella será quien nos muestre camino para seguir a su hijo

con fidelidad.

3. Entronización de una Imagen de la Virgen María:

a. Se hace un canto mariano.

b. Se introduce una imagen de la virgen María junto con una biblia y entre dos velas encendidas. c. Todo se coloca en un lugar visible.

4. Invocación del Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu creador y renueva la faz de la tierra.

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar siempre de tu consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

5. Se hace un canto al Espíritu Santo.

6. La comunidad se sienta para escuchar la Palabra de Dios que se va a proclamar.

7. Monición al Evangelio

Hermanos, tengamos el oído abierto y el corazón dispuesto para escuchar la Palabra de Dios. Es

Jesús mismo, el resucitado, quien nos hablará y nos dará las pautas para vivir en este mundo como auténticos discípulos suyos.

8. Proclamación del Evangelio según San Juan (14,15-21)

Se recomienda que este texto sea proclamado desde la Biblia que fue introducida al principio de la celebración y no desde este documento, esto para resaltar la importancia que posee la biblia en medio de la comunidad cristiana.

9. “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si me aman, guardarán mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que les dé otro Defensor que esté

siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo ve ni lo conoce; ustedes, en cambio, lo conocen porque vive con ustedes y está con ustedes. No los dejaré desamparados, volveré. Dentro de

poco el mundo no me verá, pero ustedes me verán, y vivirán, porque yo sigo viviendo. Entonces sabrán que yo estoy con mi Padre, ustedes conmigo y yo con ustedes. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me

ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él. Palabra del Señor

10. Reflexión del Evangelio – Reflexión individual

Se entrega a los participantes el evangelio Juan 14,15-21y unas preguntas para reflexionar a la

luz de la Palabra de Dios. Una vez que hayan reflexionado, se abre un espacio para que puedan compartir su reflexión. ANEXO 6

27

11. Reflexión del Animador.

La Palabra de Dios nos presenta elementos claves en el seguimiento de Jesús, como discípulos suyos, llamados por

Él a ser en el mundo testigos de su Evangelio. La Palabra es clara y no existe otro camino, el camino es el amor.

Pero la palabra amor, encierra en sí un gran significado y la Palabra de Dios nos indica que, para amar a Jesús, es necesario guardar sus mandamientos, porque el amor no

es una palabra pronunciada, el amor es, ante todo, manifestación en obras. Cristo quiere que le manifestemos amor con obras, con hechos concretos, no con palabras,

pues las palabras al fin y al cabo se las puede llevar el viento.

Aquí es necesario recordar cuales son los mandamientos de Jesús, obviamente Él, que es la palabra de Yahveh echa carne, continúa la obra de su Padre, manifestada por

medio de Moisés y los profetas, esto quiere decir que en Él, continúan vigentes los mandamientos dados por Dios a su pueblo Israel, por medio de las tablas de la ley, más sin

embargo, Jesús nos da los mismos mandamientos pero resumidos y fortalecidos en una ley superior.

Pero dejemos que sea Él mismo quien nos lo exprese:

“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a este: Amarás a tu

prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la ley y los profetas” (Mt 22, 37-40) Así que la clave dada por Jesús una vez más el amor, amor a Dios,

ante todo, amor al prójimo y amor a uno mismo. Por esta razón, san Agustín decía: “ama y haz lo que quieras”, porque el amor no permitirá dañar a Dios, al prójimo y a

uno mismo y el amor nunca se equivoca, ni se desvía del camino del Señor.

La virgen María, será para nosotros el ejemplo más claro de seguimiento al Señor. En ella encontramos la inspiración para decir sí a Jesús, pues ella nos ha demostrado que

cuando se ama, es posible ser fiel al mandato del Señor con alegría, ella es la mujer de fe, la que “se dejó conducir por el Espíritu, en un itinerario de fe, hacia un

itinerario de servicio y fecundidad” (EG 287), ella es la perfecta discípula de Jesús, la que vivió en fidelidad su amor aún al pie de la cruz y la que supo esperar la

promesa del Espíritu Santo, alentando a sus hermanos en todo momento.

Por eso, pongamos hoy nuestra mirada en la madre, ella

intercede por nosotros desde el cielo, entiende nuestros sufrimientos, porque es una como nosotros y con su ayuda podremos permanecer fieles al Señor en el amor

confiando siempre en sus promesas.

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12. Peticiones

Se invita a los participantes a poner en las manos de Dios las intenciones personales, con estas u otras palabras:

Presentemos, hermanos, nuestras peticiones al Señor, por mediación de nuestra madre santísima, confiados en la promesa de su Espíritu Santo. A cada intención vamos a responder:

POR INTERCESIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, ESCÚCHANOS, SEÑOR.

13. Padre nuestro

Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que él conceda grandes bienes a la Iglesia y decimos: Padre nuestro…

14. Oración a María.

Virgen y Madre María, tú que, movida por el Espíritu,

acogiste al Verbo de la vida en la profundidad de tu humilde fe, totalmente entregada al Eterno, ayúdanos a decir nuestro «sí» ante la urgencia, más imperiosa que nunca, de hacer

resonar la Buena Noticia de Jesús.

Tú, llena de la presencia de Cristo, llevaste la alegría a Juan el Bautista, haciéndolo exultar en el seno de su madre.

Tú, estremecida de gozo, cantaste las maravillas del Señor.

Tú, que estuviste plantada ante la cruz con una fe

inquebrantable y recibiste el alegre consuelo de la resurrección, recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu para que naciera la Iglesia evangelizadora.

Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte. Danos

la santa audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todos el don de la belleza que no se apaga.

Tú, Virgen de la escucha y la contemplación, madre del amor, esposa de las bodas eternas, intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo, para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el Reino.

Estrella de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz.

Madre del Evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños, ruega por nosotros. Amén. Aleluya.

15. Saludo de Paz: Mientras se realiza el saludo de paz, puede realizarse un canto apropiado.

16. Oración final

Que venga en nuestra ayuda, Señor, la poderosa intercesión de la virgen María; así nos veremos libres de todo peligro y gozaremos de tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

17. Ágape

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SOLEMNIDAD DE LAS ASCENSIÓN DEL SEÑOR (24 mayo 2020)

CAMINANDO HACIA LOS DEMÁS

Uso de diversos medios de comunicación para llevar un Evangelio I. AMBIENTACIÓN.

1. En algún lugar visible para todos los participantes se elabora un altar a la Sagrada Escritura con un cartel que diga

“LA HISTORIA DE LAS HISTORIAS”.

2. Como mantel usamos varias noticias de

periódico recortadas y pegadas previamente.

II. DESARROLLO DEL ENCUENTRO.

1. Recibimiento y Bienvenida.

2. Motivación.

El animador realiza una breve motivación

inicial iluminado por las palabras del Papa Francisco en su mensaje para la Jornada de las comunicaciones sociales

de este año:

Quiero dedicar el Mensaje de este año al tema de la narración, porque creo que

para no perdernos necesitamos respirar la verdad de las buenas historias: historias que construyan, no que destruyan; historias

que ayuden a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos. En medio de la confusión de las voces y de los mensajes

que nos rodean, necesitamos una narración humana, que nos hable de nosotros y de la belleza que poseemos. Una narración que

sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido vivo; que

revele el entretejido de los hilos con los que estamos unidos unos con otros. Pero mientras que las historias utilizadas

con fines instrumentales y de poder tienen una vida breve, una buena historia es capaz de trascender los límites del espacio y del tiempo. A distancia de siglos sigue siendo actual,

porque alimenta la vida. (Mensaje del Santo Padre Francisco para la 54 Jornada Mundial de las

comunicaciones sociales para que puedas contar y grabar en la memoria (cf. Ex 10,2) la vida se hace

historia. (Para una mayor comprensión, el animador puede leer el Mensaje completo ANEXO 7 )

¿Recordamos alguna frase o alguna historia así: de esas que cruzan los siglos y son siempre actuales?

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3. Oración:

a. Realizamos un canto y una invocación al Espíritu Santo. Después proclamamos el texto del Evangelio de la Ascensión

“En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les

dijo: Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros

todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28, 16-20)

b. Después de una breve reflexión en silencio, les compartimos el ANEXO 8, Con las

Bienaventuranzas del Evangelizador y las vamos proclamando a varias voces.

4. Leemos una o varias veces el número 288 de El Gozo del Evangelio: “María sabe reconocer las huellas del Espíritu”:

“Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos

que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes. Mirándola descubrimos que la misma que alababa a

Dios porque «derribó de su trono a los poderosos» y «despidió vacíos a los ricos» (Lc 1,52.53) es la que pone calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia. Es también la que conserva

cuidadosamente «todas las cosas meditándolas en su corazón» (Lc 2,19). María sabe reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles. Es contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida cotidiana de cada uno y de todos. Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y también es

nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás «sin demora» (Lc 1,39). Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización. Le rogamos que con su oración maternal

nos ayude para que la Iglesia llegue a ser una casa para muchos, una madre para todos los pueblos, y haga posible el nacimiento de un mundo nuevo.” (EG 288)

Lo comentamos y le sacamos provecho; especialmente a las frases “marcadas”.

5. Construcción en Grupos:

a. Formamos al menos 4 grupos y los motivamos diciendo que cada día a nuestro celular llegan frases que realmente evangelizan y que nos mueven, los compartimos en los chats, los llamamos

“memes”, los buscamos como frases motivadoras, etc…

b. Ahora, en grupos, vamos a buscar construir uno de esos, y lo hacemos basados en una de las 4

frases que entresacamos del texto anterior.

c. Cada grupo recibe una de estas 4 frases:

La humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes.

No necesitamos maltratar a otros para sentirnos importantes.

Reconocer a Dios en los grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles.

La Iglesia llegue es una casa para muchos y una madre para todos los pueblos.

31

d. Cada grupo deberá crear una imagen, o replantar la frase, o agregarle dibujos de los “emoticones” del celular, o tomarle lo que llamamos un “pantallazo” para ampliarla y mejorarla, o a grabarla lo más bonito posible en un audio de Whats App.

e. Cuando todos los grupos la tienen lista las comparten…y se comprometen a enviarla a las personas amigos y familiares durante la semana y a notar que reacciones causa entre los demás…

6. Terminamos este momento escuchando las palabras del papa Francisco:

La Biblia es la gran historia de amor entre Dios y la humanidad. En el centro está Jesús: su historia

lleva al cumplimiento el amor de Dios por el hombre y, al mismo tiempo, la historia de amor del hombre por Dios. El hombre será llamado así, de generación en generación, a contar y a grabar en su memoria los episodios más significativos de esta Historia de historias, los que puedan comunicar el

sentido de lo sucedido. Por lo tanto, la humanidad se merece relatos que estén a su altura, a esa altura vertiginosa y fascinante a la que Jesús la elevó.

7. Hacemos o escuchamos algún comentario final.

8. Oración Final.

Es el Resucitado quien nos dice, con una potencia que nos llena de inmensa confianza y de firmísima

esperanza: «Yo hago nuevas todas las cosas» (Ap 21,5). Con María avanzamos confiados hacia esta promesa, y le decimos:

Oh María, mujer y madre, tú tejiste en tu seno la Palabra divina,

tú narraste con tu vida las obras magníficas de Dios.

Escucha nuestras historias, guárdalas en tu corazón

y haz tuyas esas historias que nadie quiere escuchar.

Enséñanos a reconocer el hilo bueno que guía la historia.

Mira el cúmulo de nudos en que se ha enredado nuestra vida,

paralizando nuestra memoria.

Tus manos delicadas pueden deshacer cualquier nudo.

Mujer del Espíritu, madre de la confianza,

inspíranos también a nosotros.

Ayúdanos a construir historias de paz, historias de futuro.

Y muéstranos el camino para recorrerlas juntos.

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SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS (30 de mayo 2020)

Eucaristía y Envío de Agentes de Pastoral

EVANGELIZADORES CON ESPÍRITU

“Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: La paz esté con ustedes.

Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: La Paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo.

Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos.” (Jn 20, 19-23)

PARA REALIZARSE DESPUÉS DE LA HOMILÍA.

1. MONICIÓN AL RITO DE ENVÍO DE LOS AGENTES DE PASTORAL

Queridos hermanos, el Espíritu Santo es quien suscita en la Iglesia los diversos dones y servicios, por esta razón viviremos ahora el envío de nuestros agentes pastorales, pidiendo al Señor la gracia de su Espíritu para cada uno de ellos, para que puedan desempeñar su misión evangelizadora con amor y alegría. Vivamos este momento con especial agradecimiento al Señor.

2. LLAMADA DE LOS AGENTES DE PASTORAL

Quien preside invita a los agentes de pastoral a acercarse para recibir el envío, con estas o parecidas palabras:

Acérquense los agentes de Pastoral que serán enviados hoy a la misión evangelizadora.

Los agentes de Pastoral se acercan donde se encuentra el que preside. 3. EXHORTACIÓN

Queridos hermanos:

Dios, nuestro Padre, reveló y realizó su designio de salvar al mundo por medio de su Hijo hecho hombre, Jesucristo, quien confió a la Iglesia la misión de anunciar su Evangelio a todos los hombres.

Ustedes, que no actúan en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia que los envía, tienen una misión muy importante que cumplir: ser testigos del mensaje de Jesús. De diversas formas darán testimonio de la fe ante los miembros de la comunidad. No olviden en

ningún momento que se trata, sobre todo, de llevarlos al encuentro personal con Jesús, que Él es el protagonista de la actuación de cada uno de ustedes. Por eso no olviden escucharlo y madurarlo primero en sus corazones, dóciles al Espíritu del Señor.

Que sus vidas sean testimonio de Jesucristo y de su mensaje en el seno de la Iglesia que es siempre el punto de referencia de toda acción que ustedes realicen, porque toda ella tiende a edificarla como «Pueblo de Dios, cuerpo de Cristo y comunión en el mismo Espíritu».

Se entrega una vela a los participantes y se pide que la enciendan del cirio pascual.

33 4. PROFESIÓN DE FE Y COMPROMISO:

Antes de recibir la misión, es necesario que profesen públicamente la fe; que expresen ante la Iglesia reunida su disponibilidad a la tarea que se les encomienda y la aceptación del compromiso que

asumen, por eso les pregunto:

¿Creen en Dios Padre todopoderoso, creador del

cielo y de la tierra?

R/. Sí, creo.

¿Creen en Jesucristo su único Hijo, nuestro Señor, que

nació de Santa María Virgen, proclamó con obras admirables el Evangelio de Dios, murió, fue sepultado,

resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?

R/. Sí, creo.

¿Creen en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia

católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la

vida eterna?

R/. Sí, creo.

¿Están dispuestos a realizar su tarea viviendo la fe

con sinceridad de corazón y proclamándola de palabra y de obra, según el Evangelio y la Tradición de la Iglesia?

R/. Sí, estoy dispuesto/a

¿Se preocuparán mejor de su formación y

preparación y acudirán con asiduidad a las reuniones

organizadas para ello en la Parroquia?

R/. Sí, lo haré.

¿Prometen, con la ayuda del Espíritu Santo,

perseverar en la tarea a pasar de las dificultades, realizarla con diligencia según su capacidad y buscar en todo el bien de la Iglesia y de aquellos que se les

encomiendan?

R/. Sí, prometo.

5. ORACIÓN EN SILENCIO

Quien preside invita a la comunidad a orar en silencio por los agentes de pastoral.

34 6. BENDICIÓN DE LOS AGENTES

Todos somos testigos de las disposiciones de estas personas que se ofrecen a servir a la comunidad a través de distintas acciones.

Pero, aunque el Espíritu está pronto, la carne es débil. Oremos, pues, al Señor que derrame su luz sobre ellos. Yo, como su Párroco y Pastor, los envío en nombre del Señor para que transmitan el Evangelio a

todos los que se acerque a ustedes. Por Jesucristo nuestro Señor. 7. ORACIÓN UNIVERSAL DE LOS FIELES

Oremos, hermanos, a Dios por las necesidades de la Iglesia y del mundo, por nosotros y, de modo

especial, por quienes se dedican a la tarea de evangelizar.

1. Para que los agentes de pastoral, en comunión con el Papa, el Obispo y los sacerdotes, sean auténticos portavoces de la Iglesia, de cuya experiencia de fe les viene su certeza, ROGUEMOS AL SEÑOR.

2. Para que los que actúan en nombre de la Iglesia, se vean apoyados por la estima, la colaboración y la oración de toda la comunidad, ROGUEMOS AL SEÑOR.

3. Para que sean fieles servidores del Evangelio y sepan transmitirlo intacto y vivo, de un modo

comprensible y persuasivo, ROGUEMOS AL SEÑOR.

4. Para que den testimonio de la Palabra con la santidad de su vida, en la oración, la meditación

y la participación frecuente en los sacramentos, ROGUEMOS AL SEÑOR.

5. Para que se entreguen sin reservas a su ministerio, con amor, dedicación y alegría cada vez mayores, ROGUEMOS AL SEÑOR

6. Para que nuestra comunidad, con el testimonio de su vida y con la oración, se acerque cada día más a Dios, ROGUEMOS AL SEÑOR.

Bendice Señor a estos hermanos nuestros, elegidos para ejercer diversos ministerios en la parroquia. Ayúdales a meditar asiduamente tu Palabra, para que se dejen penetrar por su

enseñanza y la anuncien fielmente a sus hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.

35

CELEBRACIÓN DIOCESANA DE PENTECOSTÉS

Domingo 31 de mayo de 2020

“DIVERSIDAD DE CARISMAS; PERO UN SOLO ESPÍRITU”

(I Cor 12,4)

Los Organismos sinodales de Servicio pastoral

A 20 Años del Segundo Sínodo Diocesano de Alajuela

Año diocesano de la Comunión con énfasis en experiencias sinodales y Año del Centenario.

“Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es

el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra en todos. A cada cual se le

otorga la manifestación del Espíritu para provecho común.” (I Cor 12,4-7)

CONVOCADOS: En principio, todos los Consejos de Pastoral Parroquial. LUGAR: A definir.

PROGRAMA

9:00 am. Bienvenida y cantos de animación.

9:30 am Presentación por parroquias y vicarías.

10:00 am Refrigerio.

10:30 am Tema: “DIVERSIDAD DE CARISMAS; PERO UN SOLO ESPÍRITU” (I Cor 12,4)

Los Organismos sinodales de Servicio pastoral

A 20 Años del Segundo Sínodo Diocesano de Alajuela

12:00 m. Almuerzo.

1:00 pm Cantos de animación.

1:30 pm Eucaristía y Envío.

3:00 pm Despedida.

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ANEXO 1

ORACIÓN DE LA COMUNIDAD

Lector: Señor, tú nos has llamado a vivir en grupo y quieres que edifiquemos una

comunidad en la que todos se sientan queridos, seguros y útiles.

Todos: Nos quieres en comunión con los otros, no

para estar mejor ni para ser más fuertes, sino para que seamos nosotros mismos.

Lector: La comunidad es fuerte, si espera.

Todos: La comunidad es verdadera, si ama.

Lector: La comunidad es auténtica si comparte lo que tiene y lo que es.

Todos: La comunidad es santa, si cada uno de los que la formamos, es santo.

Lector: Ser comunidad de discípulos de Jesús de Nazaret:

Todos: Es existir para los demás, es encontrarse

con los otros, es rezar con ellos y por ellos, es dar muestra de nuestra propia

esperanza.

Lector: Sólo así podremos acercarnos a quienes no recibieron la FE y ponerlos en tus manos.

Todos: Sólo así podremos sostener la ESPERANZA, en aquellos que a duras

penas la conservan.

Lector: Gracias, SEÑOR, porque tú nos has llamado a vivir en comunidad.

Todos: Gracias, SEÑOR, porque quieres que construyamos comunidades que sean

hogares de vida auténticamente fraterna y espacios de discernimiento y exigencia.

Lector: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Todos: Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

ORACIÓN DE LA COMUNIDAD

Lector: Señor, tú nos has llamado a vivir en

grupo y quieres que edifiquemos una comunidad en la que todos se sientan queridos, seguros y útiles.

Todos: Nos quieres en comunión con los otros, no para estar mejor ni para ser más

fuertes, sino para que seamos nosotros mismos.

Lector: La comunidad es fuerte, si espera.

Todos: La comunidad es verdadera, si ama.

Lector: La comunidad es auténtica si comparte lo que tiene y lo que es.

Todos: La comunidad es santa, si cada uno de

los que la formamos, es santo.

Lector: Ser comunidad de discípulos de Jesús de

Nazaret:

Todos: Es existir para los demás, es encontrarse

con los otros, es rezar con ellos y por ellos, es dar muestra de nuestra propia

esperanza.

Lector: Sólo así podremos acercarnos a quienes no recibieron la FE y ponerlos en tus

manos.

Todos: Sólo así podremos sostener la

ESPERANZA, en aquellos que a duras penas la conservan.

Lector: Gracias, SEÑOR, porque tú nos has llamado a vivir en comunidad.

Todos: Gracias, SEÑOR, porque quieres que

construyamos comunidades que sean hogares de vida auténticamente fraterna y espacios de discernimiento

y exigencia.

Lector: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu

Santo.

Todos: Como era en un principio, ahora y

siempre por los siglos de los siglos. Amén

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ANEXO 2

DISCÍPULOS Y MISIONEROS

DISCÍPULOS Y MISIONEROS DE JESUCRISTO, PARA QUE NUESTROS PUEBLOS EN ÉL TENGAN VIDA. EN ÉL TENGAN VIDA. Nuestra tierra y la familia nos llaman a restaurar, vivenciando entre nosotros el amor en la unidad. Llamados a ser uno como la Santa Trinidad, Para que haya fe en toda la humanidad. Por las aguas del bautismo hemos sido consagrados, hombres y mujeres

para ser enviados.

DISCÍPULOS Y MISIONEROS

DISCÍPULOS Y MISIONEROS DE JESUCRISTO, PARA QUE NUESTROS PUEBLOS EN ÉL TENGAN VIDA. EN ÉL TENGAN VIDA. Nuestra tierra y la familia nos llaman a restaurar, vivenciando entre nosotros el amor en la unidad. Llamados a ser uno como la Santa Trinidad, Para que haya fe en toda la humanidad. Por las aguas del bautismo hemos sido consagrados, hombres y mujeres

para ser enviados.

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ANEXO 3

Grupo 1: FAMILIA Y MATRIMONIO.

La verdadera alegría que se disfruta en familia no es algo superficial, no viene de las cosas, de las circunstancias favorables… la verdadera alegría viene de la armonía profunda entre las personas, que todos experimentan en su corazón y que nos hace sentir la belleza de estar juntos, de sostenerse

mutuamente en el camino de la vida. En el fondo de este sentimiento de alegría profunda está la presencia de Dios, la presencia de Dios en la familia, está su amor acogedor, misericordioso, respetuoso hacia todos. Y sobre todo, un amor paciente: la paciencia es una virtud de Dios y nos enseña, en familia, a tener este

amor paciente, el uno por el otro. Tener paciencia entre nosotros. Amor paciente. Sólo Dios sabe crear la armonía de las diferencias. Si falta el amor de Dios, también la familia pierde la armonía, prevalecen los individualismos, y se apaga la alegría. Por el contrario, la familia que vive la alegría de la fe la comunica

espontáneamente, es sal de la tierra y luz del mundo, es levadura para toda la sociedad. (Homilía del Papa Francisco en la peregrinación de las Familias del Mundo, 2013).

Entre todos redactan una oración por las familias y matrimonios de la comunidad y cada uno en un

papel en blanco escribe el nombre de un matrimonio o de una familia.

Grupo 2: RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS.

«Donde hay religiosos hay alegría». Estamos llamados a experimentar y demostrar que Dios es capaz de colmar nuestros corazones y hacernos felices, sin necesidad de buscar nuestra felicidad en otro lado; que la auténtica fraternidad vivida en nuestras comunidades alimenta nuestra alegría; que nuestra entrega total al

servicio de la Iglesia, las familias, los jóvenes, los ancianos, los pobres, nos realiza como personas y da plenitud a nuestra vida. (Carta Apostólica del Papa Francisco, a todos los Consagrados, 2014)

Entre todos redactan una oración por los religiosos y religiosas y cada uno en un papel en blanco

escribe el nombre de un religioso o religiosa que conozca.

Grupo 3: SACERDOTES

La actividad ministerial debe ser una manifestación de la caridad de Cristo, de la que el presbítero sabrá expresar actitudes y conductas hasta la donación total de sí mismo al rebaño que le ha sido confiado.

Estará especialmente cerca de los que sufren, los pequeños, los niños, las personas que pasan dificultades, los marginados y los pobres, a todos llevará el amor y la misericordia del Buen Pastor. (Directorio para el Ministerio y la Vida de los Presbíteros, 54).

Entre todos redactan una oración por los sacerdotes y seminaristas y cada uno en un papel en blanco

escribe el nombre de un sacerdote o un seminarista que conozca.

Grupo 4: FIELES LAICOS.

Nuestra vida no es pura casualidad ni mera lucha por sobrevivir, sino que cada uno de nosotros es una historia amada por Dios. El haber «encontrado gracia ante Dios» significa que el Creador aprecia la

belleza única de nuestro ser y tiene un designio extraordinario para nuestra vida… La fuerza para tener valor en el presente nos viene de la convicción de que la gracia de Dios está con nosotros: valor para llevar adelante lo que Dios nos pide aquí y ahora, en cada ámbito de nuestra vida; valor para abrazar la

vocación que Dios nos muestra; valor para vivir nuestra fe sin ocultarla o rebajarla. (Mensaje del Papa Francisco para la JMJ 2019)

Entre todos redactan una oración por los fieles laicos y cada uno en un papel en blanco escribe el

nombre de algún laico comprometido que conozca.

39

ANEXO 4

41

ANEXO 5

Estimada familia.

Nuestra parroquia tiene el agrado de invitarles a una actividad que tendremos en esta comunidad, con motivo de la alegría de la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Esta actividad se realizará el día _____ de _________ de 2020, a las ____: ______, en ________________________________

___________________________________________________. Esperamos contar con su valiosa presencia. ¡CRISTO HA RESUCITADO! ¡VERDADERAMENTE HA RESUCITADO EL SEÑOR! ¡¡ALELUYA!!

Estimada familia.



Estimada familia.



42

ANEXO 6

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si me aman, guardarán mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que les dé otro Defensor que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo ve ni lo conoce; ustedes, en cambio, lo conocen porque vive con ustedes y está con ustedes. No los dejaré desamparados, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero ustedes me verán, y vivirán, porque yo sigo viviendo. Entonces sabrán que yo estoy con mi Padre, ustedes conmigo y yo con ustedes. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él. Palabra del Señor.

¿Has sentido alguna vez en tu vida la presencia del Señor, que no te desampara? ¿Sabes que hoy Jesús te llama a dejarte amar por Él cumpliendo sus mandamientos?





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ANEXO 7

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA 54 JORNADA MUNDIAL

DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES Para que puedas contar y grabar en la memoria (cf. Ex 10,2)

La vida se hace historia

Quiero dedicar el Mensaje de este año al tema de la narración, porque creo que para no perdernos necesitamos respirar la verdad de las buenas historias: historias que construyan, no que destruyan; historias que ayuden a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos. En medio de la confusión

de las voces y de los mensajes que nos rodean, necesitamos una narración humana, que nos hable de nosotros y de la belleza que poseemos. Una narración que sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido vivo; que revele el entretejido de los hilos con los

que estamos unidos unos con otros.

1. Tejer historias

El hombre es un ser narrador. Desde la infancia tenemos hambre de historias como tenemos hambre de alimentos. Ya sean en forma de cuentos, de novelas, de películas, de canciones, de noticias…, las

historias influyen en nuestra vida, aunque no seamos conscientes de ello. A menudo decidimos lo que está bien o mal hacer basándonos en los personajes y en las historias que hemos asimilado. Los relatos nos enseñan; plasman nuestras convicciones y nuestros comportamientos; nos pueden ayudar a entender

y a decir quiénes somos. El hombre no es solamente el único ser que necesita vestirse para cubrir su vulnerabilidad (cf. Gn 3,21), sino que también es el único ser que necesita “revestirse” de historias para custodiar su propia vida. No tejemos sólo ropas, sino también relatos: de hecho, la capacidad humana de “tejer” implica tanto a

los tejidos como a los textos. Las historias de cada época tienen un “telar” común: la estructura prevé “héroes”, también actuales, que para llevar a cabo un sueño se enfrentan a situaciones difíciles, luchan contra el mal empujados por una fuerza que les da valentía, la del amor. Sumergiéndonos en las

historias, podemos encontrar motivaciones heroicas para enfrentar los retos de la vida. El hombre es un ser narrador porque es un ser en realización, que se descubre y se enriquece en las tramas de sus días. Pero, desde el principio, nuestro relato se ve amenazado: en la historia serpentea el

mal.

2. No todas las historias son buenas

«El día en que comáis de él, […] seréis como Dios» (cf. Gn 3,5). La tentación de la serpiente introduce en la trama de la historia un nudo difícil de deshacer. “Si posees, te convertirás, alcanzarás...”, susurra

todavía hoy quien se sirve del llamado storytelling con fines instrumentales. Cuántas historias nos narcotizan, convenciéndonos de que necesitamos continuamente tener, poseer, consumir para ser felices. Casi no nos damos cuenta de cómo nos volvemos ávidos de chismes y de habladurías, de cuánta

violencia y falsedad consumimos. A menudo, en los telares de la comunicación, en lugar de relatos constructivos, que son un aglutinante de los lazos sociales y del tejido cultural, se fabrican historias destructivas y provocadoras, que desgastan y rompen los hilos frágiles de la convivencia. Recopilando

información no contrastada, repitiendo discursos triviales y falsamente persuasivos, hostigando con proclamas de odio, no se teje la historia humana, sino que se despoja al hombre de la dignidad. Pero mientras que las historias utilizadas con fines instrumentales y de poder tienen una vida breve, una

buena historia es capaz de trascender los límites del espacio y del tiempo. A distancia de siglos sigue siendo actual, porque alimenta la vida. En una época en la que la falsificación es cada vez más sofisticada y alcanza niveles exponenciales (el deepfake), necesitamos sabiduría para recibir y crear

relatos bellos, verdaderos y buenos. Necesitamos valor para rechazar los que son falsos y malvados. Necesitamos paciencia y discernimiento para redescubrir historias que nos ayuden a no perder el hilo entre las muchas laceraciones de hoy; historias que saquen a la luz la verdad de lo que somos, incluso

en la heroicidad ignorada de la vida cotidiana.

44 3. La Historia de las historias La Sagrada Escritura es una Historia de historias. ¡Cuántas vivencias, pueblos, personas nos presenta!

Nos muestra desde el principio a un Dios que es creador y narrador al mismo tiempo. En efecto, pronuncia su Palabra y las cosas existen (cf. Gn 1). A través de su narración Dios llama a las cosas a la vida y, como colofón, crea al hombre y a la mujer como sus interlocutores libres, generadores de

historia junto a Él. En un salmo, la criatura le dice al Creador: «Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias porque son admirables tus obras […], no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra» (139,13-

15). No nacemos realizados, sino que necesitamos constantemente ser “tejidos” y “bordados”. La vida nos fue dada para invitarnos a seguir tejiendo esa “obra admirable” que somos. En este sentido, la Biblia es la gran historia de amor entre Dios y la humanidad. En el centro está Jesús:

su historia lleva al cumplimiento el amor de Dios por el hombre y, al mismo tiempo, la historia de amor del hombre por Dios. El hombre será llamado así, de generación en generación, a contar y a grabar en su memoria los episodios más significativos de esta Historia de historias, los que puedan comunicar el

sentido de lo sucedido. El título de este Mensaje está tomado del libro del Éxodo, relato bíblico fundamental, en el que Dios interviene en la historia de su pueblo. De hecho, cuando los hijos de Israel estaban esclavizados

clamaron a Dios, Él los escuchó y rememoró: «Dios se acordó de su alianza con Abrahán, Isaac y Jacob. Dios se fijó en los hijos de Israel y se les apareció» (Ex 2, 24-25). De la memoria de Dios brota la liberación de la opresión, que tiene lugar a través de signos y prodigios. Es entonces cuando el Señor revela a Moisés el sentido de todos estos signos: «Para que puedas contar [y grabar en la memoria] de

tus hijos y nietos […] los signos que realicé en medio de ellos. Así sabréis que yo soy el Señor» (Ex 10,2). La experiencia del Éxodo nos enseña que el conocimiento de Dios se transmite sobre todo contando, de generación en generación, cómo Él sigue haciéndose presente. El Dios de la vida se

comunica contando la vida. El mismo Jesús hablaba de Dios no con discursos abstractos, sino con parábolas, narraciones breves, tomadas de la vida cotidiana. Aquí la vida se hace historia y luego, para el que la escucha, la historia

se hace vida: esa narración entra en la vida de quien la escucha y la transforma. No es casualidad que también los Evangelios sean relatos. Mientras nos informan sobre Jesús, nos “performan”[1] a Jesús, nos conforman a Él: el Evangelio pide al lector que participe en la misma fe

para compartir la misma vida. El Evangelio de Juan nos dice que el Narrador por excelencia —el Verbo, la Palabra— se hizo narración: «El Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado» (cf. Jn 1,18). He usado el término “contado” porque el original exeghésato puede traducirse sea como

“revelado” que como “contado”. Dios se ha entretejido personalmente en nuestra humanidad, dándonos así una nueva forma de tejer nuestras historias.

4. Una historia que se renueva La historia de Cristo no es patrimonio del pasado, es nuestra historia, siempre actual. Nos muestra que a

Dios le importa tanto el hombre, nuestra carne, nuestra historia, hasta el punto de hacerse hombre, carne e historia. También nos dice que no hay historias humanas insignificantes o pequeñas. Después de que Dios se hizo historia, toda historia humana es, de alguna manera, historia divina. En la historia de

cada hombre, el Padre vuelve a ver la historia de su Hijo que bajó a la tierra. Toda historia humana tiene una dignidad que no puede suprimirse. Por lo tanto, la humanidad se merece relatos que estén a su altura, a esa altura vertiginosa y fascinante a la que Jesús la elevó.

Escribía san Pablo: «Sois carta de Cristo […] escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de corazones de carne» (2 Co 3,3). El Espíritu Santo, el amor de Dios, escribe en nosotros. Y, al escribir dentro, graba en nosotros el bien, nos lo recuerda. Re-

cordar significa efectivamente llevar al corazón, “escribir” en el corazón. Por obra del Espíritu Santo cada historia, incluso la más olvidada, incluso la que parece estar escrita con los renglones más torcidos, puede volverse inspirada, puede renacer como una obra maestra, convirtiéndose en un apéndice del

http://www.vatican.va/content/francesco/es/messages/communications/documents/papa-francesco_20200124_messaggio-comunicazioni-sociali.html#_ftn1

45 Evangelio. Como las Confesiones de Agustín. Como El Relato del Peregrino de Ignacio. Como la Historia de un alma de Teresita del Niño Jesús. Como Los Novios, como Los Hermanos Karamazov. Como tantas innumerables historias que han escenificado admirablemente el encuentro entre la libertad de Dios y la

del hombre. Cada uno de nosotros conoce diferentes historias que huelen a Evangelio, que han dado testimonio del Amor que transforma la vida. Estas historias requieren que se las comparta, se las cuente y se las haga vivir en todas las épocas, con todos los lenguajes y por todos los medios.

5. Una historia que nos renueva

En todo gran relato entra en juego el nuestro. Mientras leemos la Escritura, las historias de los santos, y también esos textos que han sabido leer el alma del hombre y sacar a la luz su belleza, el Espíritu Santo es libre de escribir en nuestro corazón, renovando en nosotros la memoria de lo que somos a los

ojos de Dios. Cuando rememoramos el amor que nos creó y nos salvó, cuando ponemos amor en nuestras historias diarias, cuando tejemos de misericordia las tramas de nuestros días, entonces pasamos página. Ya no estamos anudados a los recuerdos y a las tristezas, enlazados a una memoria enferma

que nos aprisiona el corazón, sino que abriéndonos a los demás, nos abrimos a la visión misma del Narrador. Contarle a Dios nuestra historia nunca es inútil; aunque la crónica de los acontecimientos permanezca inalterada, cambian el sentido y la perspectiva. Contarse al Señor es entrar en su mirada

de amor compasivo hacia nosotros y hacia los demás. A Él podemos narrarle las historias que vivimos, llevarle a las personas, confiarle las situaciones. Con Él podemos anudar el tejido de la vida, remendando los rotos y los jirones. ¡Cuánto lo necesitamos todos! Con la mirada del Narrador —el único que tiene el punto de vista final— nos acercamos luego a los

protagonistas, a nuestros hermanos y hermanas, actores a nuestro lado de la historia de hoy. Sí, porque nadie es un extra en el escenario del mundo y la historia de cada uno está abierta a la posibilidad de cambiar. Incluso cuando contamos el mal podemos aprender a dejar espacio a la redención, podemos

reconocer en medio del mal el dinamismo del bien y hacerle sitio. No se trata, pues, de seguir la lógica del storytelling, ni de hacer o hacerse publicidad, sino de rememorar lo que somos a los ojos de Dios, de dar testimonio de lo que el Espíritu escribe en los

corazones, de revelar a cada uno que su historia contiene obras maravillosas. Para ello, nos encomendamos a una mujer que tejió la humanidad de Dios en su seno y —dice el Evangelio— entretejió todo lo que le sucedía. La Virgen María lo guardaba todo, meditándolo en su corazón

(cf. Lc 2,19). Pidamos ayuda a aquella que supo deshacer los nudos de la vida con la fuerza suave del amor: Oh María, mujer y madre, tú tejiste en tu seno la Palabra divina, tú narraste con tu vida las obras

magníficas de Dios. Escucha nuestras historias, guárdalas en tu corazón y haz tuyas esas historias que nadie quiere escuchar. Enséñanos a reconocer el hilo bueno que guía la historia. Mira el cúmulo de nudos en que se ha enredado nuestra vida, paralizando nuestra memoria. Tus manos delicadas pueden deshacer cualquier

nudo. Mujer del Espíritu, madre de la confianza, inspíranos también a nosotros. Ayúdanos a construir historias de paz, historias de futuro. Y muéstranos el camino para recorrerlas juntos. Roma, junto a San Juan de Letrán, 24 de enero de 2020, fiesta de san Francisco de Sales.

Papa Francisco

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ANEXO 8

LAS BIENAVENTURANZAS

DEL EVANGELIZADOR (De una de las Cartas Semanales de

Mons. Carlos Osorio, Arzobispo de Madrid.)

1. Bienaventurados los que evangelizan

teniendo una vida de profunda

comunión eclesial.

2. Bienaventurados los evangelizadores que mantienen la fidelidad a los signos

de la presencia y de la acción del

Espíritu en los pueblos y en las culturas en las que anuncian el Evangelio, con

respecto, diálogo, discernimiento y actitud caritativa.

3. Bienaventurados los que en la

evangelización mantienen la

preocupación porque la Palabra de verdad llegue al corazón de todos y se

vuelva vida.

4. Bienaventurados los que hacen con su

mensaje un aporte positivo en la construcción y edificación de la

comunidad cristiana.

5. Bienaventurados los que al Evangelizar muestran el amor preferencial y la

solicitud por los pobres y necesitados.

6. Bienaventurados los que asumen que en

el anuncio del Evangelio la santidad del evangelizador es esencial para hacerlo

creíble.

7. Bienaventurados los que asumen que la

evangelización ha de hacerse desde la misericordia, la firmeza, la paciencia, y

la alegría.

8. Bienaventurados los Evangelizadores

que anuncian a Jesucristo siempre fiel y su fidelidad crea comunión y hace

brotar fuerza apostólica.

LAS BIENAVENTURANZAS DEL

EVANGELIZADOR (De una de las Cartas Semanales de

Mons. Carlos Osorio, Arzobispo de Madrid.)

1. Bienaventurados los que evangelizan

teniendo una vida de profunda

comunión eclesial.

2. Bienaventurados los evangelizadores que mantienen la fidelidad a los signos

de la presencia y de la acción del

Espíritu en los pueblos y en las culturas en las que anuncian el Evangelio, con

respecto, diálogo, discernimiento y actitud caritativa.

3. Bienaventurados los que en la

evangelización mantienen la

preocupación porque la Palabra de verdad llegue al corazón de todos y se

vuelva vida.

4. Bienaventurados los que hacen con su

mensaje un aporte positivo en la construcción y edificación de la

comunidad cristiana.

5. Bienaventurados los que al Evangelizar muestran el amor preferencial y la

solicitud por los pobres y necesitados.

6. Bienaventurados los que asumen que en

el anuncio del Evangelio la santidad del evangelizador es esencial para hacerlo

creíble.

7. Bienaventurados los que asumen que la

evangelización ha de hacerse desde la misericordia, la firmeza, la paciencia, y

la alegría.

8. Bienaventurados los Evangelizadores

que anuncian a Jesucristo siempre fiel y su fidelidad crea comunión y hace

brotar fuerza apostólica.

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PASCUA 2020

“CON EL ESPÍRITU SANTO, EN MEDIO DEL PUEBLO SIEMPRE ESTÁ MARÍA” (EG 284)

Página

PRESENTACIÓN. 2

I SEMANA DE PASCUA (12 - 18 abril 2020) LA FUERZA DE LA RESURRECCIÓN: Via Lucis. 3

II SEMANA DE PASCUA (19 - 25 abril 2020) JESÚS MARCHA VICTORIOSO EN LA HISTORIA:

Celebración pascual en Pequeña Comunidad. 8

III SEMANA DE PASCUA (26 abril – 2 mayo 2020) QUE EL SEÑOR HAGA FECUNDOS NUESTROS ESFUERZOS:

Encuentro en Diaconía. 12

IV SEMANA DE PASCUA (3 - 9 mayo 2020)

LLAMADOS A BUSCAR EL BIEN DE LOS DEMÁS: Encuentro parroquial de promoción vocacional. 15

HORA SANTA: Semana del Buen Pastor. 18 V SEMANA DE PASCUA (10 - 16 mayo 2020)

MARÍA, LA MADRE DE LA EVANGELIZACIÓN: Santo Rosario Pascual. 20

VI SEMANA DE PASCUA (17 - 23 mayo 2020) MARÍA LA ESTRELLA DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN:

Descubriendo y llegando a los “alejados” 25

SOLEMNIDAD DE LAS ASCENSIÓN DEL SEÑOR (24 mayo 2020)

CAMINANDO HACIA LOS DEMÁS: Uso de diversos medios de comunicación para llevar un Evangelio. 29

CELEBRACIÓN PARROQUIAL DE PENTECOSTÉS (30 de mayo 2020) EVANGELIZADORES CON ESPÍRITU: Eucaristía y Envío de Agentes de Pastoral. 32

PENTECOSTÉS DIOCESANO (31 de mayo 2020) 35 ANEXOS. 36

48

“El Espíritu Santo

infunde la fuerza

para anunciar

la novedad

del Evangelio

con audacia,

en voz alta

y en todo

tiempo y lugar,

incluso a

contracorriente.”

(EG 259)

PASCUA 2020 - Diócesis de Alajuela · 2020. 5. 30. · Animador: Cristo, nuestra Pascua, ha sido...

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