Pedagogía Corporal Para La Prevención Del Cáncer de Estómago - Páncreas.

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UNA PEDAGOGÍA CORPORAL PARA LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER DE ESTÓMAGO Y PÁNCREAS. Carlos Geovanni Varela Vega. Instituto de Investigaciones Jagüey. Unidad de Estudios Superiores Tultitlán. Los cánceres de estómago y páncreas se encuentran entre los que mayor índice de mortalidad entre los distintos tipos de esta enfermedad, en el caso del de estómago, aunque en decremento sigue teniendo una incidencia importante en nuestro país, el de páncreas por su parte va en aumento y es característico de los países ricos 1 . Han sido poco fructíferos los avances de las diferentes disciplinas para enfrentar este problema de salud pública, pues no existen tratamientos efectivos para lograr la curación de los pacientes y los que existen suelen ser agresivos a tal punto que generan un deterioro importante en los cuerpos y la vida afectiva - familiar. Las mismas carencias se expresan en los diagnósticos, los cuales se realizan cuando la enfermedad ya se encuentra en las etapas finales, lo que implica que cuando se declara la enfermedad, ya tiene cinco o más años de avance 2 . Debido a esto nos hemos dado a la tarea de estudiar estas enfermedades a partir de una metodología que nos permita dar lectura al proceso de construcción de la enfermedad, a partir de historias de vida a personas que padezcan o hayan padecido estos tumores. Estamos reconstruyendo la trayectoria vital de las personas y con ella, las rutas que han seguido sus emociones, la forma en que se han construido sus cuerpos y sus vínculos con la geografía, su cultura sociedad y su tiempo histórico. Esta aproximación nos ha permitido delinear las ideas y reflexiones que a continuación presentamos, surgidas de las entrevistas realizadas, tienen como objetivo abrir una discusión desde la pedagogía de lo corporal con miras a la prevención de estos cánceres. 1 Arias, Samuel. Inequidad y cáncer: una revisión conceptual 2 Subirat, Ledis & Guillén, Dunia. Algunas consideraciones actuales sobre el Cáncer Gástrico

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Se muestra una reflexión sobre los ejes en que podría guiarse una propuesta de prevención desde la pedagogía corporal para personas con cáncer de estómago páncreas, a partir de los hallazgos de investigaciones basadas en historias de vida.

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UNA PEDAGOGÍA CORPORAL PARA LA PREVENCIÓN DEL CÁNCER DE

ESTÓMAGO Y PÁNCREAS.

Carlos Geovanni Varela Vega.

Instituto de Investigaciones Jagüey.

Unidad de Estudios Superiores Tultitlán.

Los cánceres de estómago y páncreas se encuentran entre los que mayor índice de

mortalidad entre los distintos tipos de esta enfermedad, en el caso del de estómago, aunque

en decremento sigue teniendo una incidencia importante en nuestro país, el de páncreas por

su parte va en aumento y es característico de los países ricos1. Han sido poco fructíferos los

avances de las diferentes disciplinas para enfrentar este problema de salud pública, pues no

existen tratamientos efectivos para lograr la curación de los pacientes y los que existen

suelen ser agresivos a tal punto que generan un deterioro importante en los cuerpos y la

vida afectiva - familiar. Las mismas carencias se expresan en los diagnósticos, los cuales se

realizan cuando la enfermedad ya se encuentra en las etapas finales, lo que implica que

cuando se declara la enfermedad, ya tiene cinco o más años de avance2.

Debido a esto nos hemos dado a la tarea de estudiar estas enfermedades a partir de una

metodología que nos permita dar lectura al proceso de construcción de la enfermedad, a

partir de historias de vida a personas que padezcan o hayan padecido estos tumores.

Estamos reconstruyendo la trayectoria vital de las personas y con ella, las rutas que han

seguido sus emociones, la forma en que se han construido sus cuerpos y sus vínculos con la

geografía, su cultura – sociedad y su tiempo histórico. Esta aproximación nos ha permitido

delinear las ideas y reflexiones que a continuación presentamos, surgidas de las entrevistas

realizadas, tienen como objetivo abrir una discusión desde la pedagogía de lo corporal con

miras a la prevención de estos cánceres.

1 Arias, Samuel. Inequidad y cáncer: una revisión conceptual

2 Subirat, Ledis & Guillén, Dunia. Algunas consideraciones actuales sobre el Cáncer Gástrico

La ponencia está dividida en dos partes: En la primera mostramos un poco de los resultados

obtenidos de las entrevistas a pacientes con estas enfermedades, interpretados desde la

lógica de la construcción corporal de estas personas, lo que denominamos una Pedagogía

para Enfermar, en la que consideramos tres aspectos: la marginación y su relación

particularmente con la pobre nutrición; las emociones y sentimientos que dominaron la vida

de estas personas y; finalmente, el papel específico de la angustia en el desarrollo de estos

tipos de cáncer.

Un segundo apartado desarrolla algunas propuestas derivadas de los testimonios, ha sido

denominado, Pedagogía para la Prevención y se enfoca en tres aspectos: la importancia de

la alimentación y las formas de alimentarse durante el proceso de crecimiento; la

importancia de los principios de identidad y cooperación; finalmente, la importancia de

educar en la cultura del hacer, del construir.

UNA PEDAGOGÍA PARA ENFERMAR

Vida de angelitos.

Se dice que algunas personas viven como angelitos: encuéraditos y sin comer. No es broma,

sino una realidad que los pacientes con cáncer de estómago y páncreas relatan; la pobreza

es un común denominador en su infancia, y en varios de los casos, a lo largo de la vida. De

esto derivaron una serie de carencias en cuanto a la adquisición de bienes materiales,

servicios educativos y, sobre todo, carencias nutricionales.

“No, mi mamá era de muchas cosas capeadas, y cosas fritas, sopas, […] Diario eran

sopas, yo creo que si buscaba más que alimentarnos, llenarnos no, o se pues éramos

muchos, […] tenía que ver la manera de que le alcanzara para todos.”3

Al tiempo, la comida perdió valor como un elemento capaz de mantener la armonía de

la vida al interior, su formación no contemplaba su importancia en el cultivo de la salud,

fue un aspecto secundario a las responsabilidades relacionadas a la crianza de los

hermanos y el cumplimiento de las tareas domésticas.

3 Testimonio de Consuelo.

El resultado, mujeres que de adultas pasaban grandes períodos de tiempo sin comer,

cuando lo hacían era común que comieran poco o que consumieran productos de pobre

valor nutricional, como dulces, papas, galletas o garnachas, café y refresco.

De miedos, enojos, culpas y resentimientos.

Vivimos en una cultura en la cual es fácil que sea aceptada la socialización de la violencia

pero no la del afecto. Los ejemplos son variados, citaremos sólo dos: es más sencillo que

una pareja se permita discutir, gritarse delante de sus hijos, a que se permita darse un beso

en el que sus lenguas se toquen; es también más común que los medios de comunicación,

expongan asesinatos o torturas que personas en situaciones afectivas o sexuales en las que

se muestre el cuerpo desnudo. Algo arraigado en Occidente en sus tradiciones, mitos o en el

discurso religioso. Esto se ha traducido en estilos de vida que impregnan la cotidianidad de

las familias, la violencia aparece como un método común de crianza, es toda una forma de

convivencia, mientras que el afecto y las caricias, suscitan culpas, e ideas de pecado.

“…si llegaba y no encontraba la casa limpia y que, o sea que se hayan dado señas

que ella no estuvo en todo el día, nos pegaba […] Y entonces como le dije así, o sea

como le contesté delante del familiar, me agarró y me volteó una cachetada así, que

me baño toda en sangre, toda, toda me bañó en sangre”4.

En cambio, no aparecen en estas familias, abrazos, palabras de cariño o caricias. Lo que

hay tiene que ver con las formas de incorporar ésta violencia, así como la falta de contacto

corporal. Las emociones de miedo y tristeza son las primeras que surgieron en ellas, y

comenzaron a dominar poco a poco la condición vital de éstas mujeres.

El dominio de estas emociones se expresaba en el estómago y paulatinamente fue

rompiendo la red de cooperación de los órganos internos, las sintomatologías aparecieron a

edades tempranas como expresión de un cuerpo que buscaba recursos para defenderse en

entornos sociales y familiares que ponían su vida en riesgo.

4 Testimonio de Hortensia.

“Había mucha agresión. […] me daba mucho miedo, entre más se peleaban me daba

más miedo […] Padecí de muchas ronchas […] Me empezaban a dar comezón y me

salían y se me hacían así como un piquete grandote, y así como llegaban se iban […]

duró mucho tiempo”5.

Durante la adolescencia estos sentimientos se convirtieron en reclamos, enojos y

resentimientos; el carácter de las entrevistadas se hizo hostil, se describen como

malhumoradas, explosivas o de carácter difícil. La mayoría en algún momento tuvieron

problemas de la vesícula, órgano que es afectado comúnmente por la ira; ésta, por lo

regular relacionada a los tratos que habían recibido de la madre principalmente, aunque

también se involucraba con los tíos y hermanos.

Hasta que la angustia nos enferme.

Los hermanos comparten la sangre pero no a los padres, no son hijos de las mismas

personas. La experiencia de paternidad, así como la de ser hijo están en estrecha relación

con el lugar que se ocupa entre los hermanos o el momento de la vida de los padres en el

que se nació.

Las mujeres entrevistadas son ejemplo de lo anterior, ocuparon los primeros lugares entre

los hermanos; nacidas en familias con condiciones económicas adversas y numerosas,

tuvieron que incorporarse rápidamente a las responsabilidades del hogar, desde los seis o

siete años se convirtieron en las cuidadoras de sus hermanos más pequeños. Ante ésta

situación, la angustia se volvió un fantasma que rondaría por sus vidas cotidianamente y se

apropiaría de su cuerpo, convirtiéndose en un estilo de vida.

“a mí me paraba a las cinco de la mañana al molino, con mi bote de veinte kilos de…

de masa, si lo aguantaba que bueno, si no lo aguantaba pues te friegas y lo aguantas;

y llegaba yo a las seis de la mañana y me ponía a hacer las tortillas, para las ocho de

5 Testimonio de Consuelo.

la mañana yo ya tenía que dejar un chiquihuite de tortillas para que mis hermanos

comieran en el transcurso del día [y] mamá me lo sentenciaba desde que se salía de

la casa – si algo le pasa a tu hermano vengo y te mato”6.

“Los llevábamos a la escuela, los bañábamos, los arreglábamos, y ellos no […]de

hecho pues nosotros fuimos más solitarios, más de… de guiarnos por nosotros

mismos, con mis hermanos no […] A nosotros ni siquiera cepillo de dientes, y ellos o

sea todo eso, o sea si fue mucha la diferencia, mucha. Entre los grandes y los que

fueron más chicos.”7

Las entrevistadas desde niñas se vieron invadidas por un sentimiento de preocupación que

se manifestaba en su estómago, también lo hacía como taquicardias o dolores de cabeza. El

sentimiento las acompañaría hasta la adultez y en ocasiones llegaba al punto de expresarse

como angustia, un miedo profundo ante situaciones que creyeron que podían suceder. Se

trata de una forma de sentir que viven como parte de su personalidad, no lo manifiestan

como algo sentido, sino como una característica inherente a sí mismas, dicen por ejemplo:

“Soy muy preocupona”, “siempre he sido muy aprehensiva” o “todo me preocupa, desde

siempre, no lo puedo cambiar”.

UNA PEDAGOGÍA PARA LA PREVENCIÓN8.

Nutrir un órgano.

El tracto digestivo permite la incorporación de los alimentos, es el contacto con la comida

que cruza nuestro espacio y se vuelve parte de nosotros sin ser nosotros. Una forma de

comer, una noción de lo adecuado para comer, de lo sabroso o incluso los tiempos están

presentes en los grupos humanos, estamos hablando de una cultura que se encuentra

6 Señora Hortensia.

7 Señora Consuelo.

8 Para adentrarse en el tema de Pedagogía corporal, se sugiere la obra de Durán, Norma. El cuerpo, un espacio

pedagógico

presente en la comida, en sus sabores, presentaciones e ingredientes. Lo cual quiere decir

que alimentarse es una forma de ser cruzado por la cultura, de significarla y encarnarla9.

Eso nos indica la emergencia del desarrollo de una cultura para vivir que incluya a la

comida como una de sus dimensiones básicas; la alimentación de una persona es un

elemento central en la lógica de prevenir un padecimiento como el cáncer de estómago o

páncreas. Sin embargo, las entrevistas realizadas revelan que habrá que considerar al

órgano, su movimiento, su espíritu, su sabor y su emoción10

. En otras palabras:

El estómago es el órgano que define el sentir, es el punto de llegada de todas las emociones;

establece el grado de sensibilidad de un sujeto, por eso se puede decir que alguien no tiene

estómago para algo o que se hizo un nudo en el estómago. Es el órgano del equilibrio

emocional, da la templanza, una capacidad para captar los sucesos de la vida en su justa

dimensión. Un estómago débil se hace presa fácil de las emociones, se inflama de ellas o es

incapaz de procesarlas.

Éste espíritu de la templanza que habita el estómago se construye en las relaciones

intersubjetivas, en el contacto con los otros, especialmente con los padres, pues son ellos

quienes forman al individuo buscando un equilibrio entre la exigencia y el afecto.

El páncreas por otro lado, no recibe ni contiene a los alimentos, pero participa en su

elaboración, aporta los elementos necesarios para poder digerirlos, es, dicho en otras

palabras el órgano de la percepción, aquel que “da sentido” (interpreta), una significación a

lo recibido por medio de la sensación; se trata de un órgano ligado al pensamiento, que da

9 Al respecto puede consultar el texto coordinado por Sergio, López. Diabetes Mellitus. Entre la ciencia y la

vida cotiana. Y Vargas, Luis & Casillas, Leticia. Comer, beber, cuerpo y cosmovisión, un viaje de ida y

vuelta.

10 La teoría de los cinco elementos, empelada por la medicina tradicional china es un marco de referencia que

nos permite la interpretación que mostramos a continuación. Para conocerla a detalle el elector puede revisar

el libro del Instituto Latinoamericano de Medicina Tradicional China. Fundamentos de acupuntura y

moxibustión. Has escrito con respecto a los órganos y su correlación con las emociones, así como su

importancia en el entendimiento de la vida cotidiana o el desarrollo del espíritu: López, Sergio. El cuerpo

humano y sus vericuetos; Durán, Norma. Cuerpo, Intuición y Razón; Campos, Juan. El problema

epistemológico de lo corporal.

los elementos para analizar lo que llega al cuerpo permitiendo la estrategia y la planeación

de los actos humanos. Cuando está sano hay pensamientos claros y si se combina con un

estómago fuerte la persona tiene temple para ver la realidad y mantiene los pies firmes en la

tierra para poder decidir lo que hará y hacerlo. Mejor aún, mantiene una armonía con sus

músculos y con su boca, de tal modo que convierte todo en acciones congruentes a lo que

dice.

Consumir alimentos naturales, además de sólidos desde los primeros meses permiten

fortalecer el estómago, así como masticar poco la comida cuando se es niño o adolescente;

evitar los alimentos refinados conserva la fortaleza del páncreas, mientras que evitando el

exceso de ácidos el estómago se conserva fuerte. Si a eso se le suma la creación de espacios

para compartir y cocinar los alimentos en el hogar, además de hacerlo en un clima de

alegría o gratitud, estos órganos realizan un trabajo libres de emociones que interfieran su

proceso de absorción de nutrientes.

El retorno a la identidad.

La identidad vincula al individuo con los otros, le da un papel en un grupo, un sentido a su

vida dentro de una comunidad, una comunión. Esto se ajusta con un principio que rige la

vida en todas sus expresiones, el principio de cooperación11

.

El cáncer es un ejemplo de la pérdida del principio de cooperación, ilustra la disolución de

la identidad de un grupo de células que mutan proliferando e invadiendo el tejido del que

eran parte, si bien es un mecanismo de preservación, es un recurso que pone en riesgo la

comunidad que es el ser viviente. Asistimos a la posible ruptura de su sentido de existencia

como parte de una red de cooperación que permite el cultivo de la vida12

.

11

La idea de la identidad más próxima a lo que explicamos puede ampliarla en Varela, Francisco. El

fenómeno de La vida.

12 La vida como principio fundamental al momento de entender los procesos corporales, así como la

construcción de enfermedades y las propuestas para alcanzar al salud ha sido propuesta en los trabajos de

López Ramos sobre lo psicosomático; en la lista de referencias de éste texto se incluyen algunos textos

recientes e ilustrativos de lo que decimos.

Esa condición del interior del cuerpo está presente también en las familias de los

entrevistados. Lo que significa que ésta pedagogía de lo corporal de la que venimos

hablando requiere que uno de sus ejes sea la recuperación del principio de la cooperación

que se ha perdido en la sociedad moderna. Educar bajo el principio de pensar en términos

de nosotros como humanidad, como nación, como comunidad o familia es una posibilidad

que puede abrirse a través del conocimiento de los órganos. Hacerse una consciencia de

ellos como una red de cooperación puede darle otro rumbo al vacío existencial de los

individuos cuando pierden el sentido de pertenencia. Darle su lugar a los órganos, conocer

el sitio en el que se encuentran es un paso inicial en la pedagogía corporal para poder

comprender a partir de las sensaciones la comunicación interior.

En el caso del páncreas y el estómago, la pérdida de la capacidad de sentir los mensajes del

órgano tiene que ver con el hecho de que se encuentran acallados por altas dosis de grasas,

productos refinados, medicamentos y dulces. Otro elemento es la ansiedad producida

cuando la racionalidad se desborda en las personas, no poder dejar de pensar en el futuro,

adelantarse a los hechos se vuelve un hábito que embota a estos órganos. La meditación

zen, las artes marciales, el ejercicio físico con fines de crecimiento personal o el desarrollo

de un talento artístico son vías para progresar de la racionalidad a la razón, permitiendo que

el cuerpo vuelva a ser escuchado, lo que implica que se da la recuperación de la comunión

corporal. De modo que son elementos que bien pueden ser incorporados a la formación de

los seres humanos, aunque un primer paso sería permitir (paradójicamente) la necesidad

que los niños manifiestan a ratos para mantenerse tranquilos y en silencio, ese espacio

consigo mismos, con su comunidad interior.

Pensamiento y acción.

Es justo la acción, el movimiento de un ser humano uno de los elementos más importantes

para la aparición y la riqueza del pensamiento, es esta capacidad para moverse por nuevos

escenarios, su deseo de búsqueda y exploración lo que permite que se formen una serie de

representaciones de la realidad. Y es el pensamiento quien da la posibilidad de replantear,

de planificar, de diseñar la ruta de nuevas acciones. Es un ciclo dinámico que pone en

marcha al organismo humano como unidad13

.

El movimiento es posible gracias a la actividad de los órganos internos, el hígado da fuerza

a los tendones, el riñón fuerza a los huesos, los pulmones elasticidad a la piel, el corazón

comunica todo a través de los vasos sanguíneos, mientras que el páncreas y estómago dan

el tono muscular necesario. Esta armonía permite el movimiento del ser humano, su ruptura

altera los ciclos de movimiento interior y exterior, lo que tiene sus implicaciones en la

claridad o riqueza de los pensamientos que una persona produce.

Un cerebro que se mueve al margen del cuerpo produce fantasías, dudas, obsesiones,

suposiciones, incertidumbres y, como se ejemplifica en los pacientes entrevistados:

angustia. Se convierte en una masa que genera ideas sin acciones, pues el movimiento

corporal está inhibido. La vida se puede hacer cómoda, estática, rutinaria o sedentaria, el

hecho es que alguien no se mueve, lo que favorecerá la aparición de la enfermedad. Ya que

la angustia generará acidez en el cuerpo, exceso de calor, falta de apetito, aceleración del

ritmo cardiaco y el metabolismo.

Una pedagogía corporal estaría enfocada en promover el movimiento, la actividad

constante a través de formar en terminar lo que se inicia, en el ejercicio de la voluntad para

mantener una disciplina en alguna actividad cotidiana. O en todo caso, en el aterrizaje de

ideas o proyectos en acciones concretas. Es importante la capacidad de formar en la visión

de largo plazo que permita entender el flujo de las acciones cotidianas. Se dijo que

actividades como la meditación podían ayudar a acallar a la racionalidad y convertirse en

actividades frecuentes de una persona, en este punto habrá que decir que ninguna de estas

actividades o las propuestas para nutrir a un órgano tienen sentido si no se realizan en la

vida diaria. Hacer, o si se quiere pensar y hacer, es un principio de prevención para las

enfermedades en general, para el cáncer de estómago – páncreas en particular14

. Por lo

menos así lo dejan ver las pacientes entrevistadas que siguen vivas contra los pronósticos

médicos, en ellas hay algo en común: quieren vivir porque aún piensan que tienen cosas por

hacer y aún más importante, las hacen.

13

Varela, Francisco. Op cit. 14

López, Sergio. Lo corporal y lo psicosomático VII. Reflexiones y aproximaciones.

A MANERA DE CONCLUSIÓN.

Lo hasta este momento adelantado en la investigación que nos encontramos realizando nos

permite reflexionar sobre una pedagogía corporal para la prevención del cáncer de

estómago y páncreas basada en tres aspectos fundamentales: 1) la nutrición de los órganos

mediante los alimentos, las emociones y las relaciones intersubjetivas; 2) la formación

desde el sentido de cooperación o identidad y finalmente 3) la acción, el hacer como un

principio que permite que el movimiento de los órganos se mantenga en una armonía,

favoreciendo el alargar una vida de calidad con un crecimiento como ser humano desde el

trabajo o el cultivo de la vida en su interior, en el espacio corporal.

REFERENCIAS.

1. Arias, Samuel. (2009) Inequidad y cáncer: una revisión conceptual. En: Facultad

Nacional de Salud Pública. Colombia. Vol. 27, núm. 3. Pp. 341-348. Disponible en:

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12016344012

2. Campos, Juan. (2011) El problema epistemológico de lo corporal. México:

CEAPAC.

3. Chávez, Miguel. (2002) Historia del páncreas y de la evolución de los conceptos y

la clasificación de pancreatitis. En: Gastroenterología. Perú. Vol.2. Núm. 3.

4. Duch, Lluis. (2002). Antropología de la vida cotidiana. España: Trotta.

5. Durán, Norma. (2004) Cuerpo, intuición y razón. México: CEAPAC.

6. López Sergio. (2011) Lo corporal y lo psicosomático. Aproximaciones y reflexiones

VII. México: CEAPAC

7. López Sergio (coordinador) (2008). Diabetes mellitus. Entre la ciencia y la vida

cotidiana. México: CEAPAC.

8. López, Sergio. (2006) El cuerpo humano y sus vericuetos. México: Porrúa.

9. López, Sergio. (2006). Órganos, emociones y vida cotidiana. México: Los Reyes.

10. Moritz, Andrea. (2005) El cáncer no es una enfermedad. España: Obelisco.

11. Solidoro, Andrés. (2010) Pobreza, inequidad y cáncer. En: Acta Médica Peruana.

Perú. Vol. 27, núm. 3. Pp. 204-206 Disponible en:

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=96618997009

12. Subirat, Ledis & Guillén, Dunia. (2011) Algunas consideraciones actuales sobre el

Cáncer Gástrico. En: Archivo Médico de Camagüey. Cuba. vol. 15, núm. 2. pp.

400-411. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=211118853019

13. Varela, Francisco. (2000) El Fenómeno de La Vida. Chile: Dolmen ediciones.

14. Vargas, Luis & Casillas, Leticia. (2008) Comer, beber, cuerpo y cosmovisión, un

viaje de ida y vuelta. En: Anales de Antropología. Núm. 42. Pp. 87-115.