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Era un jardín que parecía enorme, en donde la lluvia lo mojaba todo. Yo detrás de la ventana observaba las gotas caer y mi nariz se llenaba de olor a tierra mojada, todo parecía un sueño o un momento de ensoñación, el jardín parecía enorme, siempre verde, siempre lleno de plantas y flores. Los pájaros me despertaban con su trinar y yo me colocaba en la ventana para observar.

Este es el primer recuerdo que conservo de mi infancia, per-tenece a la casa de mi abuela materna. Nací el 4 de octubre de 1982, a la 1:00 de la mañana en la Ciudad de México, en el Hospital Manuel Gea González, en la delegación Tlalpan. Actualmente (2019) tengo 36 años y vivo en la colonia Roma Sur, en el número 111 de la calle de Tehuantepec. Estudié la carrera de Artes Visuales en la FAD-UNAM y en la misma realicé la maestría (2010–2012). Desde 2013 soy docente de la ENPEG «La Esmeralda» y desde 2016 soy Coordinadora Académica.

Existen dos hechos que fueron determinantes para realizar esta serie: haber estudiado artes visuales con la pre-misa de ser un espíritu libre; y, por otro lado, mi búsqueda en medios más cercanos a lo íntimo y familiar.

En ese trayecto de vida me he mudado en 19 oca-siones. Entre los lugares en que he vivido están las colonias Tlalcoligia, Doctores, Narvarte, Del Valle, Santa Úrsula Coapa, Roma Norte, Centro, Peralvillo, entre otras; tam-bién viví una corta temporada en el estado de Puebla. Estas

Pensar, dibujar, habitar: 19 casas 1 autobiografía

María Teresa Olmedo ZavalaDocente en la Escuela Nacional de Pintura,

Escultura y Grabado La Esmeralda, INBAL. Estudiante del Doctorado en Artes de la Facultad de Artes y Diseño

de la Universidad Nacional Autónoma de México con la investigación: Pensar, dibujar, habitar. Gráfica sobre la poética del habitar, bajo la dirección de la Dra. Blanca

Gutiérrez Galindo.

olmedo.teresa@gmail.com

Cómo citar: Olmedo Zavala, María Teresa. “Pensar, dibujar, habitar: 19 Casas 1 Autobiografía”. H-ART. Revista de historia, teoría y crítica de arte, nº 6 (2019). 261-268.

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mudanzas constantes y esta permanente movilidad me han llevado a preguntarme por mi estar-en-el-mundo, y el modo en que los recuerdos-imágenes determinan lo que el día de hoy soy. Estas vivencias solo pueden ser analizadas como detonan-tes de la obra a partir de ideas como el espacio existencial, el cual permite un acer-camiento a las arquitecturas que vivimos. Pero desde la generación de recuerdos brindados desde lo autobiográfico, cada espacio en el cual se vive tiene sentido a partir de una experiencia fenomenológica en él; el espacio tiene sentido cuando lo recreamos en imaginaciones, recuerdos o imágenes, y nuestra sensación cor-poral vuelve al tener detonantes del pasado. Cada una de estas experiencias tiene sentido cuando las articulamos en formas reconocibles que dan al trayecto vital la posibilidad de articularse en conceptos-imagen.

En cada una de estas casas comparto memoria con muchos Algunos ya no están, otros ya partieron, pero algunos continúan nutriendo nuevos espacios con la intención de hacer recuerdos, de crear lazos y de conformar una vida más cer-cana a cuidar lo que crece y a construir propiamente. Cada lugar en que he vivido y que viviré contribuyen a la suma de toda esta existencia. Esto es el centro de esta investigación: lo que en gran medida busca es entender cómo estas imágenes y las prácticas sensibles en los espacios permiten representar, determinan y deben hacer al sujeto responsable de su ser en el mundo.

El proyecto 19 casas 1 autobiografía es el aporte práctico a mi investigación doctoral. Está integrada por 114 piezas divididas en cuatro bloques conceptua-les: espacio, tiempo, archivo e iconografía recurrente. En todas ellas, el quid es la producción que se centra en las posibilidades plásticas y visuales del concepto de espacio existencial como reflejo de los espacios en que se ha vivido y cómo estos espacios son reconstruidos a partir de la memoria autobiográfica. En cada uno de estos nodos la paleta clara y la austeridad de recursos formales es una constante que permite tomar postura sobre la no gestualidad y la no autorreferencialidad de la obra; la transparencia o cercanía cromática dotan a las piezas de una sensación de desvanecimiento, que se puede asociar al olvido de los recuerdos.

La existencia no es más que el vivir en un espacio-tiempo que, queriendo o no, refleja el habitar humano. Esta cartografía busca mostrar la propia existencia como el estudio del ser-en-el-mundo, donde lo único meramente humano es el hogar del cual todos partimos. En palabras de Heidegger: «los mortales abrigan y cuidan las cosas que crecen y erigen propiamente las que no crecen”1.

La producción presentada está realizada en diferentes técnicas del tex-til, como bordado de relleno y de cruz, felting y telar de marco; con todos estos recursos se creó una alegoría del pasado para evidenciar la existencia a partir de reflexionar sobre el habitar, la memoria y el lenguaje. Para ello se utilizaron como ejes constitutivos de la representación los mapas, la tipografía-lenguaje y 1 . Martin Heidegger, Conferencias y artículos

(Barcelona, Serbal, 1994), 114.

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la fotografía de archivo; cada uno de ellos fue tomado como recurso en diferen-tes momentos de la producción pues, si bien todos de algún modo pueden estar presentes en las piezas, su intención como centro discursivo se fue descubriendo conforme la creación de estas obras fue avanzando.

El período de realización de estas piezas, si bien corresponde en teoría a la obtención de la beca de Jóvenes Creadores del FONCA, en la práctica inició antes; en muchos casos se trata de work in progress, pues varias de ellas son poten-cialmente desdoblables en otras posibilidades creativas o en procesos que no ter-minan más que al final de la narración vital de quien las esta creando.

El sustento conceptual del cual partí para sus creación se centra en cinco textos fundamentales: Autobiografías visuales de Anna María Guasch (2009); Construir, pensar, habitar de Martín Heidegger (1994); Los marcos sociales de la memoria de Maurice Halbwachs (2004); Nuevos caminos de la arquitectura de Christian Norberg-Schulz (1980) y La poética del espacio de Gastón Bachelard (2016). En cada uno de ellos encontré conceptos como la autobiografía, el cons-truir propiamente, cuidar y proteger lo que crece, ser-en-el-mundo, la memoria colectiva, el espacio existencia y la poética del espacio; estos fueron los detonado-res creativos y del pensamiento que me llevaron a concluir que la única manera de entender el espacio es a través de la experiencia que se tiene dentro de él. A partir de cada uno de estos autores recupero conceptos como espacio existencia (Norberg-Schulz y Bachelard), autobiografía (Guasch y Halbwachs) y ser-en-el-mundo (Heidegger). Serán estos nodos lo que me lleven a tomar decisiones formales como la elipsis, el vacío, la repetición y la cartografía como un modo de apropiarme del espacio perceptible o vivido y reconstruir. Es partir de formas cercanas al mapa, al esquema y al bosquejo a partir de medios tan diversos como el dibujo o el textil.

Esta serie de obras fue elaborada en medios textiles; partiendo de estas ideas se realizó una investigación que evidenció las posibilidades del textil y las implicaciones que tiene dentro de la creación artística partiendo de un archivo autorreferencial, entendiendo que esto permite concebir una imaginación geo-gráfica; esta concepción permitió realizar imágenes donde el espacio y el tiempo se enriquecieron a partir de la idea de autobiografía visual. De este modo el espa-cio existencial y la autobiografía se conectan con ideas como el tercer espacio, la memoria colectiva y la construcción poética. Estos conceptos permitieron desa-rrollar la producción como una forma de acercamiento al textil, que se volvió un medio y una herramienta fundamental, pues su doble naturaleza permite estable-cer una postura crítica a partir de la tensión entre su forma privada-subjetiva-su-misa y su potencial público-social-subversivo.

Esta serie está organizada en bloques de construcción conceptuales que resultaron en cuatro líneas principales de trabajo: el espacio, el tiempo, desde

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Imagen 1. Teresa Olmedo. Longitud, latitud, altitud. 2017. Bordado en punto de cruz sobre papel Fabriano. 20 × 20 cm. 4 piezas. Permiso otorgado por Teresa Olmedo.

Imagen 2. Teresa Olmedo. Espacio hilvanado. 2017. Bordado en hilván sobre papel Fabriano. 20 × 20 cm. 3 piezas. Permiso otorgado por Teresa Olmedo.

Imagen 3. Teresa Olmedo. Cartografía existencial: Tiempo I–XX. Bordado a mano. 32x28cm. 20 piezas. Permiso otorgado por Teresa Olmedo.

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Imagen 4. Teresa Olmedo. Frontis existencial I y II. Bordado a mano. 32 × 28 cm. 2 piezas. Permiso otorgado por Teresa Olmedo.

Imagen 5. Teresa Olmedo. Espacio interno. Felting. 20 × 20 cm. 6 piezas. Permiso otorgado por Teresa Olmedo.

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Imagen 6. Teresa Olmedo. Detenida en el tiempo I, II, III, IV y V. Telar de marco. 80x40cm, 40 × 90 cm. 5 piezas. Permiso otorgado por Teresa Olmedo.

Imagen 7. Teresa Olmedo. Viviendas de 8 cm. Bordado sobre lino. 8 cm de diámetro. 4 piezas. Permiso otorgado por Teresa Olmedo.

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Imagen 8. Teresa Olmedo. Chontales 37. Bordado sobre lino. 25 cm de diámetro. Permiso otorgado por la autora Teresa Olmedo.

Imagen 9. Teresa Olmedo. Habitat bucólico. Felting. 20 × 15 cm. Permiso otorgado por la autora Teresa Olmedo.

Imagen 10. Teresa Olmedo. Primer espacio interno. Felting. 20 × 20cm. 3 piezas. Permiso otorgado por la autora Teresa Olmedo.

archivo (dividido en recuerdos y fachadas) y por último la iconografía recurrente. De estos nodos, las tres primeras tienen en común la idea del índice como estrate-gia de producción, pues hacen evidente su presencia a partir de su relación con el objeto al que se refieren: “los índices basan su significación en una relación física con sus referentes. Son señales o huellas de una cauda particular, y dicha casa es aquello a lo que se refieren, el objeto que significan”2. De este modo, la utilización de cada elemento formal no busca la representación mimética y fidedigna de las imágenes reales ni pretende crear una recreación de la memoria a manera de déjà vu; lo que intenta es ser un indicio de algo, una especie de iceberg en donde el registro visual actúa como muestra de un contenido más amplio.

Algunos aspectos formales que comparten todas las piezas, o la mayo-ría, es la recurrencia sobre los lugares en que viví, la elección del formato y la

2 . Rosalind Krauss, La originalidad de las Vanguardia y otros mitos modernos (Madrid, Alianza, 2006), 212.

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paleta cromática. En el caso de los dos últimos (formato y paleta), estas eleccio-nes corresponden a la necesidad de depurar visualmente los elementos y dotar de cierta sensación de “trasparencia” o vacuidad; con ello se pretende que sea una especie de alegoría del olvido, es decir, los tonos son tan cercanos y poco varian-tes que intentan generar la percepción de que están desapareciendo en el fondo donde están registrados. Así mismo, el color blanco y sus cercanías cromáticas son tradicionalmente en occidente vinculadas con la pureza, la tranquilidad y la limpieza, además visualmente generan la sensación de amplitud y luminosidad. En cuanto al formato, todas las piezas son de dimensiones pequeñas, en primer lugar por la condición de intimidad de las imágenes que se reitera por la utiliza-ción de formatos pequeños (la mayoría de las piezas no rebasan los 30 cm); otro aspecto fue la naturaleza de la técnica (bordado, telar), que requiere una gran cantidad de tiempo para concretarse.

Esto me permitió determinar que una de las preocupaciones centrales de esta serie se situaba en cómo el archivo y el bordado son recursos que permiten mostrar o evidenciar el espacio existencial a partir de tomar como ejes conceptua-les la autobiografía y la memoria. Cabe mencionar que en lo técnico–formal se puede ver que existe una clara tendencia a lo textil, lo cual ha favorecido profun-damente el concepto que manejo en la serie completa: al hablar desde lo personal, lo que se expone es claramente político y la creación íntima del textil lo detona de modo contundente.

Espero que la obra que presento cumpla su cometido: llevar al espectador a reflexionar sobre el modo en que ha habitado en el mundo, sobre el modo en que construye sus recuerdos y, sobretodo, que cuestione su existencia como vital para la humanidad.

BibliografíaBachelard, Gastón. La poética del espacio. Ciudad de México: Fondo de

Cultura Económica. 2016.Guasch, Anna María. Autobiografías visuales. Del archivo al índice. Madrid:

Siruela. 2009.Halbwachs, Maurice. Los marcos sociales de la memoria. Caracas:

Anthropos–Universidad de la Concepción. 2004.Heidegger, Martin. Conferencias y artículos. Barcelona: Serbal. 1994.Krauss, Rosalind E. La originalidad de las Vanguardia y otros mitos moder-

nos. Madrid: Alianza. 2006.Norberg-Schulz, C. Nuevos caminos de la arquitectura. Existencia, Espacio y

Arquitectura. Barcelona: Editorial Blume. 1980.