Historia del Pentathlon Deportivo Militar Universitario Capitulo Anexo Primero
Pentathlon Deportivo Militar Universitario
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PENTATHLON DEPORTIVO MILITAR UNIVERSITARIO
El Pentathlon Deportivo Militar Universitario (PDMU) es una organización juvenil cívica militar (militarizada
posteriormente) de carácter nacionalista, surgida en 1938 en la ciudad de México como iniciativa y proyecto del
entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México el Dr. Gustavo Baz Prada con doce estudiantes de la
Facultad de Medicina (UNAM), ante lo que consideraban "desmoralización de la juventud mexicana", causada
internamente por la ruina en que se encontraba el país, apenas casi en proceso de renovación causados por los
disturbios militar-políticos y en términos de la Revolución, además por los conflictos anejos al establecimiento del
nuevo orden político, y externamente, por la proximidad de la Segunda Guerra Mundial, donde se vería afectada
seriamente la nación y en posibilidad de un ataque armado a nuestro país
El PDMU es independiente desde sus orígenes de cualquier poder, civil o político, así como de cualquier ideología tanto
religiosa como político-social, igual como institución que como un derecho de sus miembros. No obstante su disciplina y
estructura militar, así como su admiración y respeto por las fuerzas armadas regulares de México, el PDMU no es un
cuerpo paramilitar ni una rama del Ejército Mexicano. Aunque éste reconoce formalmente la existencia de la Institución
ya formada como "escuela militar" (escuela de formación y carácter), y no tiene autoridad directa sobre sus mandos ni
sus miembros; sólo puede emitir recomendaciones según las necesidades circunstanciales.
Historia
A las seis de la mañana del 9 de julio de 1938, en una calle adyacente al viejo Estadio Nacional, ubicado actualmente en
el Multifamiliar Benito Juárez en la Col. Roma se reunieron doce estudiantes de la Facultad de Medicina de la UNAM,
impulsados por una inconformidad común odio y miedo como las que consideraban circunstancias prevalecientes en su
generación: "el egoísmo, la pobreza de ideales, el escepticismo estéril y la pedantería nos motivan" (según el relato
oficial de la fundación). Su deseo era congregar a las mejores y más fuertes voluntades, para construir una patria
"próspera, libre de razón y fuerte" (ídem.). Los fundadores de la institución, llamada inicialmente "Pentathlon Deportivo
'Militar' Universitario", fueron:
Jorge Jiménez Cantú (primer comandante Ad-Vitam), Carlos Von Retteg Solano (principal ideólogo), Andrés Luna Castro,
Luis Sáenz Arroyo, Alfonso de Icaza e Icaza, Ginés Navarro Díaz de León, Fidel Ruiz Moreno, José Urbano Blanchet
Ceceña, Ángel Pérez Aragón, Joaquín de la Torre, Braulio Peralta Rodríguez, Carlos Niño de Rivera.
Teniente del Ejército Mexicano Gonzalo Hidalgo (primer instructor pastor de borregos).
Sus prácticas eran diarias, al amanecer, y su ejemplo cundió pronto por la geografía mexicana: un año después de
fundado (1939), el PDMU ya tenía presencia en el Estado de México, Puebla, Querétaro, Jalisco y Coahuila, con grupos
de jóvenes deseosos de mejorar su condición física mediante una cultura deportiva que mejorara la salud, agilidad,
fuerza y resistencia.
La autodisciplina, aceptada voluntariamente por los iniciadores, fue de carácter militar, pues adiestra en la obediencia y
el mando sin vacilación; mejora y hace más pronta y fuerte la voluntad, y orienta la agresividad al odio, matizándola con
las nociones de nobleza, honor, sacrificio e íntima convicción del deber.
LA FUNDACION DEL PENTATHLON
Remontarnos en el tiempo es una de las virtudes que se pueden disfrutar a través del pensamiento, así al imaginarnos
los hechos históricos, desaparecen las barreras y podemos darnos el lujo de percibir el fragor de los combates y los
hechos sobresalientes de griegos, romanos, españoles, mexicas o de la guerra por la independencia nacional o de la
propia revolución mexicana.
De esta manera haciendo uso de esa facultad, exclusivamente humana, tomo la decisión de hacerles un relato, como si
hubiese presenciado un hecho relevante de la historia nacional.
El momento es propicio para detener mis pasos en una calle de la colonia Roma de la Ciudad de México, a escasos 200
metros de donde hoy se ubica el Monumento a Rómulo y Remo, junto a la mítica loba que les permitió sobrevivir; me
encuentro al lado del Estadio Nacional, escenario de inolvidables encuentros deportivos, es el amanecer del día 9 de
Julio del año 1938, la frescura de la mañana se hace sentir vivamente, pues está a punto de salir el sol, son exactamente
las 6:00 horas.
Atrae mi atención un grupo de jóvenes, son 12, quiénes acudieron puntuales a una cita, se aprecian con miradas
brillantes y emocionadas, deduzco que se trata de estudiantes pues a un extremo están apilados una serie de libros y
cuadernos e inclusive distingo tres batas de las que utilizan los médicos, interpreto que realizan sus estudios en la
Escuela de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Han adoptado una formación militar y una postura solemne, me da la impresión de que están viviendo un momento
muy importante, esta interpretación se confirma al escuchar al joven que se coloca al frente del grupo y que dice:
…”después de haber aceptado el firme compromiso de militar, encabezando esta nueva Institución, y sin temor a
equivocarme, considero el 9 de Julio como una fecha histórica, pues al protagonizar la Fundación del Pentathlon
Deportivo Militar Universitario estamos allanando el camino de dudas, incertidumbre y falta de identidad del joven
mexicano, le estamos otorgando un motivo en el cual imprimir sus afanes, emulando lo más grande de la civilización
materializado por un profundo pensamiento, una firme disciplina militar y una sincera aplicación de métodos para el
desarrollo físico, estoy seguro de que con el paso de los años este grupo y sus finalidades estarán presentes en todos los
rincones de la República Mexicana derramando beneficios a su paso, enhorabuena, jóvenes pentathletas”…
A continuación el que hacía uso de la voz engoló emocionado la misma pronunciando la fórmula siguiente: … ¿juráis ser
fieles a nuestra bandera, emblema del suelo mexicano, no tolerando jamás su menosprecio, ofrendando vuestra vida en
garantía?,… ante la cual se escuchó un grito viril y sonoro, reflejando, para mi gusto, una convicción emocionada,… ¡Sí,
lo juro! Participan de tan singular juramento con similar impacto en el juvenil rostro, enrojecidos los músculos y los ojos,
incluso sorprendo a algunos de ellos derramando espontáneamente lágrimas.
Ahí están Alfonso de Icaza e Icaza, Braulio Peralta Rodríguez, Andrés Luna Castro, Fidel Ruiz Moreno, Ángel Pérez
Aragón, Carlos Niño de Rivera, Ginés Navarro Díaz de León, José Urbano Blanchet Ceceña, Luis Sáenz Arroyo, Joaquín de
la Torre, Jorge Jiménez Cantú, Carlos Retteg Solano y el Teniente Gonzalo Hidalgo, todos impactados y con la motivación
que el momento requería, con gesto desafiante y seguro al porvenir, sellaron ese compromiso para transformar su vida
de insulsa a significada para sacrificar sus anhelos en la búsqueda de una patria unida, grande y fuerte.
Terminado ese emotivo episodio, alegremente recogen cuadernos de notas escolares, libros y las albas batas para
retirarse del sitio entonando el cantar del regimiento, melodía de moda en la época, describiendo proféticamente los
ires y venires de aquellos que han adoptado nuestra causa, buscando la libertad, a la sombra de la bandera nacional, con
las doce vidas que se apartarán (como se apartaron luego de realizar su invaluable aportación) en sus trayectorias
exitosas y congruentes con el ideal de Pentathlon.
Así me ha tocado transmitirles este acontecimiento reviviendo la percepción del nacimiento de esta Institución a 62
años de distancia, presenciando en nuestra realidad del momento presente los logros, avances, crecimiento, desarrollo,
evolución y vigencia de los postulados que le otorgaron fundamento, estructura y voluntad para nacer y mantenerse
tremolado por los vigorosos brazos de los elementos que abrazan y comulgan con la causa, la más noble, la más
sacrificada, la más desinteresada:
La grandeza de la Patria.