Perspectivas del Sector Empresarial

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DESARROLLO RURAL: SITUACIÓN ACTUAL, PROPUESTAS Y ACCIONES No.3 noviembre 2012/febrero 2013 GENERANDO FUTURO

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Desarrollo rural: situación actual, propuestas y accionesNo.3 noviembre 2012/febrero 2013

G e n e r a n d o F u t u r o

Consejo de Redacción: Raúl Alas, Phillip Chicola, Joseph Cole

Coordinación editorial y diseño: UNICE

Edificio Cámara de Industria, Nivel 9, Ruta 6, 9-21, Zona 4, Guatemala, C.A. 01004Teléfono: (502) 2201-0000www.cacif.org.gt

Se autoriza la reproducción total o parcial de los contenidos de esta publicación, siempre que se cite expresamente su origen.

No.3 noviembre 2012/febrero 2013

Desarrollo Rural: Situación actual, propuestas y accionesPág. 1

Análisis actual de la situación rural en GuatemalaPág. 2

¿Cómo cerrar la brecha urbano-rural?Pág. 5

Los emprendimientos productivos: un modelo de desarrollo rural integral, incluyente y sostenible.Pág. 8

/CACIF.noticias

T/CACIFnoticias

Desarrollo rural: situación actual, propuestas y acciones

disponer de la información precisa que nos permita identificar esas sendas de oportunidad que comentamos y enfocar nuestra atención en las variables que es preciso trabajar, para cam-biar la dinámica socioeconómica en el interior del país.

El primer tema es un Análisis actual de la si-tuación rural de Guatemala, en el que se reali-za una radiografía de las condiciones de la rura-lidad del país, para determinar los principales signos sensibles que urge atender y las brechas que prevalecen entre lo urbano y rural, que inexorablemente tienen que ver con la pobre-za, la desnutrición y la falta de una adecuada formación educativa, las cuales impactan direc-tamente en los bajos niveles de productividad.

Por lo tanto, en aras de superar esta compleja situación que afecta a muchas personas y pasar del contexto de las generalidades a los esfuer-zos concretos, se propone el tema ¿Cómo cerrar la brecha urbano-rural?, en el que se sugiere una serie coherente de políticas públicas con visión de largo plazo enfocadas a potenciar la productividad de los trabajadores y empresas rurales, a generar excedentes en las economías campesinas para sacarlas de la producción de subsistencia, y a propiciar las condiciones que faciliten el emprendimiento y la tecnificación.

Y para cerrar esta edición, incluimos el tema Los emprendimientos productivos: Un mo-delo de desarrollo rural integral, incluyente y sostenible, que según explica el autor, es un modelo efectivo que viene impulsando desde hace varios años el Sector Empresarial en alian-za con actores nacionales e internacionales, y que ayudan a reducir la pobreza y la desnutri-ción, pues constituyen un mecanismo extraor-dinario de promoción social de las personas y contribuyen a mejorar sustancialmente su ca-lidad de vida, a través de más y mejores ingre-sos. Por ello, enumera varios casos visibles de emprendedores rurales que son un ejemplo de la funcionalidad del modelo.

Este tema no puede depender de una ley o de iniciativas que puedan tener un marcado interés ideológico

El Desarrollo Rural es sumamente importante para el Sector Empresarial como un medio que genere oportunidades de superación a más guatemalte-cos, pues es un instrumento poderoso para superar la pobreza, favorecer el empleo formal y atraer la inversión, que tanto necesita nuestro país.

Está claro que este tema no puede depender de una ley o de iniciativas que puedan tener un marcado interés ideológico, sino de políti-cas públicas, que favorezcan el empleo formal, decente y seguro, a través del impulso a la reac-tivación económica y social del área rural y del respeto al Estado de Derecho, necesarios para dar certeza a la inversión y la competitividad.

Por eso, resulta interesante saber que se ha abierto un espacio de diálogo para construir el desarrollo rural que demanda la sociedad gua-temalteca y que, si se hace bien, beneficiará a miles de familias en el interior del país. Pero este punto de encuentro, precisa de un escena-rio previo de gobernabilidad y de mesura en el debate, pues resulta difícil ponerse de acuerdo en un contexto de polarización y antagonismo.

En este sentido, el Sector Empresarial valora que se hable ahora con sentido de urgencia res-pecto a las potencialidades que hay en el área rural, pero es decisivo que el tema no se ins-trumentalice en función de intereses mezqui-nos de unos cuantos, sino que se canalicen las mejores ideas para provecho de un importante segmento de la población.

En otras palabras, es necesario identificar las áreas sensibles de desarrollo, plantear inicia-tivas que tengan efectos favorables en forma sostenida y exponer los resultados conocidos de casos exitosos de superación en Guatemala, que sirvan de base para replicar los modelos que hayan funcionado bien desde su implemen-tación en el área rural.

Por lo tanto, en esta tercera edición de Pers-pectivas del Sector Empresarial queremos

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La definición de ruralidad depende de la cantidad de personas que viven en un espacio común. La ruralidad deja de existir cuando una comunidad crece en población en torno a un casco territorial para convertirse en población urbana. Algunas veces la ruralidad está asociada a población en extrema pobreza. De hecho, en el caso de Guate-mala hay una relación entre pobreza y ruralidad.

No obstante, cuando un pueblo alcanza cierto nivel de tamaño poblacional tampoco significa que sus habitantes dejen de ser pobres. Hay po-breza urbana también, la cual muchas veces es dejada de lado, pero también debe ser tratada.Esta introducción sirve para concluir de manera inmediata que el desarrollo no puede dividirse en desarrollo rural o urbano, el desarrollo es sim-plemente transversal a toda la sociedad.

Definitivamente, la focalización de los esfuerzos de un Gobierno tiene que ir direccionado a los segmentos más atrasados en materia de indica-dores sociales, pero sin dejar de tomar en cuenta el resto de la población.

Guatemala, en la última estimación del 2008, se cal-culó que un 54% de la población vive en la ruralidad.

La gráfica 1 es elocuente en mostrar el avance de la urbanización del país en los últimos años, particularmente a partir de 1970 que fue cuan-do se aceleró la velocidad de urbanización en el país. La tendencia es clara y evidente, algunos cálculos muestran que para el año 2025 o a más tardar 2030, el 75% de la población del país será urbana. Este hecho es importante recalcarlo a la luz de la importancia que se le ha dado por parte del Gobierno al tema del Desarrollo Rural. El futuro de Guatemala, y un futuro no muy lar-go en el tiempo, estará en ciudades o poblacio-nes urbanas. Lo que nos debería llevar a pensar como país, ¿qué tipo de ciudades queremos que nuestros habitantes tengan? Para ello se debe priorizar inversión pública, pero el aumento de planificación de ordenamiento territorial a nivel municipal es la directriz que guiará la inversión en esas nuevas ciudades, particularmente en el

análisis actual De la situación rural De GuatemalaPaulo de León*

tema prestación de servicios públicos así como privados.

Cuando uno revisa y compara con otros países rápidamente salta una constatación. La urbani-zación es un proceso que tarde o temprano lle-ga y que no se necesita de ninguna prospección muy elaborada para llegar a concluir que en Gua-temala sucederá lo mismo. La gráfica 2 muestra en qué año había un 54% de población urbana en cada uno de los países de América Latina.

De acuerdo a esos datos, es evidente que Gua-temala va rezagada en la región y casi de última en la fila. Chile logró esa urbanización en 1940, Costa Rica en 1983 y hasta Nicaragua en 1988. Este atraso es algo positivo, ya que nos da ese horizonte de planeación y de preparación para lo que se viene y que no pase lo que pasó en varios países de América Latina en donde la urbaniza-ción se dio sin dicha preparación y se han creado ciudades estilo asentamientos.

No hay duda entonces que al mismo tiempo que se trabaja en el tema rural, debemos de hacerlo en lo urbano, ya que el concepto de desarrollo es integral. Pero no sólo eso es también subjetivo,

El desarrollo no puede dividirse en rural o urbano, es simplemente transversal a toda la sociedad.

La urbanización es un proceso que tarde o temprano llega y en Guatemala sucederá lo mismo.

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Fuente: Banco Mundial

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análisis actual De la situación rural De Guatemala

El concepto de desarrollo para el padre de familia es diferente que para la generación siguiente.

Según las encuestas de PEA, hay cerca de 3 millones de personas con edad de trabajar en el área rural.

ya que el desarrollo trata con los deseos de las personas, los cuales cambian con el tiempo y con las generaciones. Los hijos de las familias rurales son más anuentes a emigrar y a diferenciarse del estilo de vida de sus padres, lo cual es evidente a nivel mundial. Por lo tanto, el concepto de de-sarrollo para el padre de familia es diferente que para la generación siguiente.

Dicho lo anterior, es importante recalcar que hay una gran diferencia entre lo urbano y lo rural en materia de indicadores socio-económicos en Guatemala. A continuación nombraremos algu-nos de ellos:

La pobreza en Guatemala es cercana al 50% de la población, de la cual un 70% vive en la rurali-dad y el 30% restante en la parte urbana.

El Índice de Desarrollo Humano que calcula el PNUD muestra que en el año 2006, la población urbana tenía un índice de 0.75 versus un 0.64 en el área rural. Ambos indicadores son bajos, un ni-vel aceptable es de 0.9. La buena noticia es que la brecha entre urbano y rural del 2006 fue de 17% mientras que la misma en 1989 era de 34%, es decir, se redujo a la mitad mostrando los avances.

En materia de alfabetismo también hay avan-ces, en 1989 la tasa para los mayores de 15 años era de 79% en lo urbano y 48% en lo rural; en el 2006, fue de 86% y 62%, respectivamente; mientras que para los menores fue de 95% y 81%, respectivamente. Los avances son eviden-tes y queda poco para erradicar el analfabetismo.En escolaridad pasa algo similar, en el año 2006 los años promedio para jóvenes fue 7.6 años en el área urbana y 4.5 años en el área rural. La brecha fue de 68%. Esos mismos indicadores para el año 1989 fueron de 6.6 y 2.9, respectivamente, para una bre-cha de 127%; es decir, se recortó a la mitad.

Según las encuestas de Población Económica-mente Activa (PEA), hay cerca de 3 millones de personas con edad de trabajar en el área rural, las cuales se sitúan en un 56% en el sector agro, 15% en Comercio, 12% en industria, 5% en cons-trucción; cifras que contrastan con la población urbana en donde tan sólo un 33% está en el sec-tor agrícola. Al estudiar el fenómeno de la infor-malidad también se observan diferencias. En los cascos urbanos, un 59% radica en la informali-dad, mientras que en el área rural un 85%.

Para el caso de los salarios, las mismas encuestas

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Fuente: Banco Mundial

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reconocen que en lo rural un 67% de la población tiene salarios por debajo del mínimo, pero hay un hecho muy relevante a considerar, casi la mitad de estos son trabajos no remunerados, ya que son hijos de campesinos que trabajan sin cobrar.

Otras métricas muestran que en el tema rural hay exclusión en diversos temas, como acceso a ser-vicios públicos como carreteras, agua potable, electricidad, internet, entre otros.

En fin, la brecha también persiste en el tema sa-lud con indicadores que si bien han mejorado todavía reflejan distancia.

Es evidente entonces que la brecha persiste en-tre lo urbano y lo rural. El tema central es que no existen políticas públicas enmarcadas dentro de una Estrategia Nacional de Desarrollo, que no es otra cosa que una Estrategia de Crecimiento o de Reducción de Pobreza, porque dicha estrategia no está consensuada en el país. Esta inexistencia explica entonces que cada nuevo Gobierno lleva su receta hecha a su medida y no responde a una

directriz de largo plazo. Ha habido intentos para lograr consensos y visio-nes de largo plazo, pero no han podido trascender. Por lo tanto, es momento que la sociedad civil jun-to al Gobierno se sienten a diseñar y ponerse de acuerdo en esa visión que termine en la creación de la Estrategia Nacional de Desarrollo. Un plan de largo plazo, que no importando quién sea el gobernante, los objetivos y metas están explícitas.

Es importante entonces, reconocer que si bien la brecha entre lo rural y urbano justifica que se debe de poner atención a la ruralidad, el concep-to de desarrollo nos recuerda que es integral y que si bien es necesario focalizar esfuerzos en lo rural porque allí está el atraso, no se puede olvi-dar la parte urbana del país. La tendencia es evi-dente y va o va, porque las personas deciden por cuenta propia aglomerarse y emigrar del campo a los cascos urbanos.

(*) Analista Senior y socio fundador de Central American Business Inte-

lligence (CABI). Ingeniero; Master en Macroeconomía.

No existen políticas públicas enmarcadas en una Estrategia Nacional de Desarrollo.

Si bien es necesario focalizar esfuerzos en lo rural porque allí está el atraso, no se puede olvidar la parte urbana del país.

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¿cómo cerrar la BrecHa urBano-rural?Mario A. García Lara*

Guatemala es un país de contrastes y múltiples facetas, muchos de ellos hermosos y de incom-parable riqueza estética y cultural. Sin embargo, otros muchos de esos contrastes y facetas dan cuenta de un país fracturado, dividido, desarti-culado. Una de las brechas más dramáticas es la que existe entre la realidad urbana y la rural, la cual se revela con solo observar unos pocos (y significativos) indicadores. Guatemala es el se-gundo país menos urbanizado de América; las zonas rurales e indígenas son las que presentan los mayores índices de pobreza: 38% de la po-blación indígena rural subsiste con menos de un dólar al día; los índices de desnutrición crónica son muchísimo mayores en el área rural; la diver-sidad ambiental y cultural, está mal aprovecha-da y es poco entendida. Esta situación ha estado presente desde hace años y sigue vigente.

Actualmente la mayor parte de la población eco-nómicamente activa está ocupada en el sector agropecuario: aproximadamente el 39% de la población ocupada está dedicada a actividades agrícolas o ganaderas, superando al porcentaje de población guatemalteca dedicada a los servi-cios y a la industria manufacturera, tal como se aprecia en la gráfica 1.

Sin embargo, como se aprecia en dicha gráfica, ese 39% de la población aporta únicamente el 13% del PIB, lo que quiere decir que las activi-dades agropecuarias (centradas en el área rural) tienen un grado muy bajo de productividad y, por tanto, no son capaces de proveer a los habitantes del área rural de los medios suficientes para te-ner una vida digna.

La baja productividad laboral en el área rural se evidencia con las cifras que reporta la más re-ciente encuesta de empleo –ENEI 2012– publi-cada por el Instituto Nacional de Estadística (INE): el ingreso laboral mensual promedio en el área rural estaba entre Q1,055 y Q1,379, que ni siquiera representa la mitad del promedio del área metropolitana, que se ubicaba entre Q2,511 y Q2,768; de manera similar, el ingreso prome-dio mensual de un trabajador agrícola era de Q746 (el más bajo de cualquier rama de activi-

Población Ocupada-P.O.-

(% por ramas de actividad)

Fuente: INE, Encuesta de Empleo e Ingresos –ENEI- 2011

Producto Interno Bruto –PIB-

(% por ramas de actividad)

Fuente: BANGUAT, cuentas nacionales 2011

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dad), contrastando con el ingreso promedio de Q4,728 que alcanzaba un trabajador promedio en la rama de la información y comunicaciones.

Por si todo lo anterior fuera poco, la atención que el Estado dedica al desarrollo del área rural se ve perjudicada por la dispersión de esfuerzos (existen más de 50 entidades estatales involu-cradas en políticas del área rural), por la escasa coordinación entre las entidades y acciones pú-blicas relacionadas con el desarrollo rural, y por la ausencia de una política de largo plazo impul-sada de forma coherente por el aparato estatal.

En síntesis: la situación en el área rural guate-malteca puede caracterizarse por dos aspectos –la pobreza y la falta de productividad-, y por un agravante –la disfuncionalidad del Estado en materia de desarrollo rural-. Ambos aspectos, pobreza e improductividad, son las dos caras de la misma medalla: en el área rural hay muchas personas trabajando, pero generando menor cantidad de producción que en el área urbana. Como indicamos, según la ENEI, el 39% de la po-blación ocupada se ubica en actividades agrope-cuarias pero, según las cuentas nacionales, estas actividades representan solamente el 13% del PIB. Muchos trabajadores producen pocos bie-nes y servicios (baja productividad), y muchas familias generan pocos ingresos (pobreza).

¿Qué puede hacerse para revertir esta reali-dad? De acuerdo con diversos análisis disponi-bles, lo que se requiere para lograr el desarro-llo rural son esfuerzos concretos en dos áreas. Por un lado, un conjunto coherente de políticas públicas de largo plazo orientadas a aumentar la productividad de trabajadores y empresas rura-les; a generar excedentes en las economías cam-pesinas para sacarlas de la producción de sub-sistencia; y a propiciar la participación de los ciudadanos en los mercados y en la vida políti-ca y social. Por otro lado, se requiere estructurar una institucionalidad pública coordinada y bien fiscalizada que diseñe e implemente las políticas de desarrollo rural.

En efecto, las políticas públicas que deben im-pulsarse para lograr el desarrollo rural deben contar con soporte técnico que respalde su efec-tividad y orientarse hacia el sostenido incremen-to de la productividad a fin de avanzar hacia una producción excedentaria y no de mera subsisten-cia; no deben cerrarse a una ruralidad exclusiva-mente dedicada a la agricultura, sino aprovechar el potencial de múltiples sectores; deben, ade-más, incorporar como elemento esencial para la consecución de buenos resultados, la participa-ción activa de todos los actores de cada ámbito donde éstas se implementen, ya sea el comunita-rio, municipal, departamental o regional; y, por último, deben implementarse sostenidamente y

orientarse hacia objetivos de corto, mediano y largo plazo.

En concreto, el Desarrollo Rural del país requie-re de políticas que favorezcan:

• La diversificación de actividades producti-vas. Para reducir los niveles de pobreza en el país es necesaria la diversificación de las ac-tividades económicas rurales vinculando los diferentes sectores económicos que existen en los espacios territoriales, de tal forma que localmente se incremente a un nivel óptimo el valor agregado de los productos.

• La generación de empleos. Es importante promover la creación de organizaciones pro-ductivas en el segmento de las economías campesinas, que trasciendan la producción de subsistencia, así como el desarrollo de mi-cro, pequeñas y medianas empresas, aumen-tando la oportunidad de empleos diversos para la población del área rural.

• La provisión de Servicios Financieros. Un adecuado marco para el desarrollo rural debe-ría promover el acceso a servicios financieros para actividades productivas rurales e incen-tivar la inversión privada y pública en el área rural, así como el acceso al crédito de distin-tas fuentes. En la actualidad, son los ahorros la fuente de financiamiento para las activida-des productivas del área rural. Los mecanis-

Las políticas públicas que se impulsen deben contar con soporte técnico y orientarse hacia el sostenido incremento de la producti-vidad.

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mos de acceso a créditos desde el Estado no han logrado aminorar este problema. Tempo-ralmente las remesas han suplido la ausencia de fuentes de capital para el área rural, pero no es una solución viable y sostenible en el largo plazo. El crecimiento económico única-mente se logrará poniendo a disposición de las personas del área rural los recursos fi-nancieros y la capacitación técnica necesa-ria para emprender actividades diversas que permitan elevar su productividad. Cuando las actividades de los pequeños empresarios ru-rales son rentables, la demanda por servicios financieros aumenta y con ello el mercado de finanzas rurales crece.

• La dotación de infraestructura física que acerque y comunique a los ciudadanos y pro-ductores rurales a los centros de producción, distribución, consumo, asistencia técnica, servicios de salud y educación, entre otros. Además, dotación de servicios de agua y sa-neamiento a las comunidades rurales. Todo ello, con énfasis en los segmentos de mayor incidencia de pobreza en el área rural.

• La participación de la ciudadanía a nivel lo-cal en diseño de estrategias vinculadas a cada área geográfica. Distintas áreas geográficas en el país tienen diferentes potencialidades. Pro-cesos colaborativos desde lo local permiten la identificación de los sectores económicos con potencial de crecimiento. Estos procesos

deben ser dinámicos, sostenidos e incluir a todos los miembros de cada lugar donde se busque impulsar el desarrollo. El Sistema de Consejos de Desarrollo puede ser el medio idóneo para el diseño de estrategias de desa-rrollo, ya que cada nivel de éste coincide con los niveles en los cuales surge y se desarrolla cada sector económico en el área rural. El rol de cada Consejo y el marco legal para el ejer-cicio democrático del poder ciudadano y el desarrollo de políticas incluyentes y con perti-nencia social, cultural y ambiental son deter-minantes para el desarrollo de las economías locales y de la competitividad. Al participar todos los sectores de cada localidad mejora además la gobernabilidad y las relaciones so-ciales, así como la auditoria social que permi-te reorientar políticas que, aunque sean acer-tadas en una localidad puedan tener efectos adversos en otras.

Por otra parte, simultáneamente con la imple-mentación de políticas como las indicadas, es me-nester fortalecer la capacidad institucional del Estado. Es necesario que exista una estrecha coor-dinación entre las entidades del sector público in-volucradas en el desarrollo rural, de tal manera de sistematizar las acciones de dichas instituciones, coordinar a éstas con otras entidades públicas y privadas, garantizar el adecuado financiamiento de las políticas a implementar y, además, garan-tizar la adecuada fiscalización y evaluación de los resultados de las acciones de cada institución y del Estado en su conjunto. La participación activa de todos los sectores en la implementación de políticas de desarrollo contribuye a mejorar la gobernabilidad y la calidad de las instituciones, elevando así el potencial de crecimiento econó-mico y de combate a la pobreza.

En síntesis, un conjunto de acciones viables que favorezcan el desarrollo rural en el país debe enfo-carse, por un lado, en propiciar políticas públicas de largo plazo que mejoren la productividad, la in-versión y la participación ciudadana en el área ru-ral; y, por otro, en propiciar una mejora en el des-empeño de las instituciones públicas encargadas del desarrollo rural, mediante su adecuada coor-dinación y fiscalización. Ahora bien, conviene to-mar en cuenta que el tema del desarrollo rural es un proceso social cuyo éxito no reposa sólo sobre el Estado sino también sobre una convergencia de esfuerzos por parte de los sectores organizados de la sociedad, conscientes de que el bien común en este campo requiere de perseverancia y de so-luciones técnicas, cuyos objetivos sean realistas y congruentes con las finanzas y capacidades insti-tucionales con las que contamos hoy.

(*) Director Ejecutivo de la Fundación 2020. Licenciado en Economía

por la Universidad Rafael Landívar y Máster en Política Económica

por la Universidad de Illinois (Urbana-Champaign).

Con la imple-mentación de las políticas indicadas, es menester fortalecer la capacidad institucional del Estado.

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En Guatemala existe suficiente bibliografía, es-trategias, estudios, análisis, documentación, múltiples proyectos formulados, un sinnúmero de experiencias, logros y fracasos en relación a modelos de desarrollo rural para la reducción de pobreza.

Se han invertido millones de dólares en progra-mas y proyectos en múltiples modalidades, la mayoría de las veces dispersos para que impac-ten en la escala que el país necesita para revertir la pobreza y que aporten a la construcción de una política pública en alianza con el sector pro-ductivo, generador de empleo e ingresos para las familias rurales.

La mayoría de estas experiencias no incorporan varios elementos esenciales, como la regla bási-ca de no producir sin un mercado asegurado, o producir sin tomar en cuenta los requerimientos y gustos de quienes consumen los productos, las condiciones que piden los compradores, así co-mo las exigencias y regulaciones fitosanitarias y ambientales de cada región o país, entre otros.

Tampoco toman en cuenta que la realidad de pobreza rural actual, agravada por la casi nula inversión del Estado en infraestructura (riego, centros de acopio, caminos, cuartos fríos, equi-pamientos) para potenciar la capacidad produc-tiva rentable rural1, ocasiona que el sector priva-do y comercial no pueda invertir en territorios rurales y generar el empleo que el sector rural necesita con urgencia, y evitar que se presenten situaciones de caos y de ingobernabilidad, como ya está comenzando a suceder, por presiones de la pobreza y la falta de desarrollo en las comu-nidades.

Otro factor determinante en el diseño de polí-

ticas y programas para el desarrollo económico con pequeños productores es tomar en cuenta las características de la tenencia de la tierra, la mayoría son micro propiedades que a través de cooperativas y asociaciones les permitan pro-ducir asociativamente y realizar economías de escala, contar (con el apoyo del Estado) con in-fraestructura productiva y de transformación y acceso a financiamiento. Los pequeños produc-tores y productoras pueden acceder a oportuni-dades de mercado para la generación de ingresos excedentarios insertados en encadenamientos productivos formales2.

AGEXPORT contribuye al desarrollo rural in-tegral de Guatemala a través de su División de Desarrollo y su Programa de Encadenamientos Empresariales. En los últimos 6 años, en alian-za con la cooperación internacional de USAID, DANIDA, el FIDA y las organizaciones de peque-ños productores, ha desarrollado más de 150 encadenamientos productivos, apoyando a que estas organizaciones se especialicen en producir y comercializar sus productos con la tecnología de punta y con capacidad para administrar el manejo y administración de sus negocios; gene-rando más de 25,000 empleos con familias en pobreza y pobreza extrema; logrando ventas por más de US$ 35 millones en múltiples sectores productivos, desde las artesanías, la producción agrícola no tradicional, diferenciada, producción orgánica, hacia los mercados más exigentes, en donde existe un claro aporte del sector privado para invertir en estos territorios rurales, cuando se cuenta con accesibilidad y los pequeños pro-ductores cuentan con infraestructura productiva.

Un aporte determinante para reducir pobreza y reactivar las economías en los territorios es la generación de empleos e ingresos. Sin embar-

Los pequeños productores pueden ac-ceder a opor-tunidades de mercado insertados en encadena-mientos pro-ductivos.

AGEXPORT contribuye al desarrollo rural integral de Guatemala a través de su Programa de Encadena-mientos Em-presariales.

los emprenDimientos proDuctivos:un moDelo De Desarrollo rural inteGral, incluyente y sosteniBle

2 EstopermitiríaquepuedantributaryrevertirelapoyodelEstadoeninfraestructura,generandoimpuestosydinamizandoelflujodelaeconomíalocal,regionalynacional.

1 SielEstadosóloinvierteenprogramasasistencialesyparaautosufi-cienciaalimentaria,nolograráquelapoblacióngenereingresospararomperelcírculodelapobreza.

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Iván Buitrón*

Un aporte determinante para reducir la pobreza y reactivar las economías es la generación de empleos e ingresos.

go, hay que reconocer que todavía los modelos productivos exitosos en territorios en pobreza, con resultados e indicadores claros de éxito, son pocos en relación a la necesidad y magnitud de la pobreza rural. La falta de empleo e ingre-sos para las familias rurales sigue siendo uno de los principales problemas estructurales de la pobreza. Esta situación tiene consecuencias directas en variables determinantes del desa-rrollo como:

• Seguridad Alimentaria: El problema de se-guridad alimentaria en Guatemala no se de-be a la falta de alimentos, sino a la falta de capacidad adquisitiva de la población rural. El modelo de encadenamientos productivos puede revertir esta situación porque se en-foca directamente en aspectos claves como la diversificación productiva, problemas de productividad, capacidad de administración y manejo organizacional, y sostenibilidad ambiental. El modelo se sustenta en la cons-trucción de alianzas y son más exitosas si és-tas son Público-Privadas.

• Acceso a servicios básicos (Educación y Sa-lud): Ante el denominador común de la incapa-cidad del Estado para proveer estos servicios, la mayoría de la población rural, que está en situación de pobreza, carece de educación y, por lo tanto, del conocimiento necesario para cuidar de aspectos elementales del desarrollo como la nutrición, indicadores básicos de sa-lud, ambiente y desarrollo humano. Reportes reiterados del Banco Mundial demuestran cla-ramente que esta situación encarece e impide el desarrollo nacional, ya que los gastos en en-fermedades ocasionadas por estos problemas significan miles de millones de inversión de los gobiernos en hospitales, medicinas y en re-construcción del tejido social. Esto se traduce en menos inversión para el crecimiento econó-mico y la posibilidad de contar con facilidades e incentivos para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, base del desarrollo eco-nómico de América Latina. Los modelos de de-sarrollo empresarial se orientan a revertir esta situación al generar capacidad adquisitiva en la población.

los emprenDimientos proDuctivos:un moDelo De Desarrollo rural inteGral, incluyente y sosteniBle

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• Poca capacidad de generación de empre-sarialidad rural para generar empleo e in-gresos, y mantenerse de forma competitiva y sostenible en los mercados dinámicos. En nuestros países existe una amplia base de asociatividad de pequeños y medianos productores rurales, un factor muy positivo y esencial para el desarrollo económico. Sin embargo, la gran lección aprendida es que esta asociatividad fue construida en la mayo-ría de los casos sin incorporar el tema de de-sarrollo económico y comercial, factores de-terminantes para superar este círculo vicioso de la pobreza rural, es decir, sin una visión práctica de construcción y fomento efectivo para el desarrollo de la capacidad empresa-rial de las MIPYMES asociativas rurales.

Guatemala tiene la ventaja competitiva al con-tar con una permanente demanda de productos agrícolas, agroindustriales y de manufacturas diversas, cuenta con mercados asegurados y una ubicación geográfica privilegiada. El tra-bajar en alianza directa con productores y pro-ductoras nos ha demostrado en cada uno de los encadenamientos de negocios que la gente está esperando una oportunidad, para demostrar sus capacidades, su potencial y de que pueden ser buenos empresarios rurales si acceden a cono-cimientos, tecnologías, relaciones y cuentan con socios estratégicos adecuados.

En la implementación de modelos de desarrollo empresarial intervienen un sinnúmero de varia-

bles sociales, culturales, psicológicas y económi-cas que en conjunto, con el acceso a conocimien-tos técnicos específicos, desarrollan una serie de capacidades de manejo empresarial con el fin de lograr MIPYMES exitosas que generan empleo, ingresos; que incorporan a pequeños producto-res como proveedores; que funcionan formal-mente pagando sus impuestos y aportando al desarrollo nacional, dinamizando las economías en los territorios, contribuyen a la reducción de pobreza y a lograr una mejor calidad de vida pa-ra las familias rurales.

Un modelo empresarial lo entendemos para el caso que nos ocupa, como la “forma de hacer negocios” mediante la cual una MIPYME genera su sustento, esto es, genera empleo, ingresos a pequeños productores en territorios en pobreza y cumple con las metas establecidas en su plan de negocios. El modelo empresarial indica explí-citamente cómo la empresa asociativa genera excedentes mediante su posicionamiento en la cadena de valor.

A continuación, presentamos algunos ejem-plos relevantes de experiencias exitosas, cu-yos diseños y metodologías pueden ser repli-cadas y adaptadas a los contextos de nuestro país. Estos modelos comparten denominadores comunes como el desarrollo de alianzas público-privadas, financiamiento de cooperación exter-na, inversiones de empresas en MIPYMES aso-ciativas de agricultores.

La gente espera una oportunidad, para demostrar sus capacidades, su potencial y de que pueden ser buenos empresarios rurales.

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El modelo se sustenta en la construcción de alianzas y son más exitosas si éstas son Público-Privadas.

Situación: En el año 2005 los productores de flo-res de San Juan Sacatepéquez fueron afectados por una crisis de plagas y enfermedades lo cual les limitó su crecimiento, por lo que la mayoría abandonaron el cultivo para dedicarse a la fabri-cación de muebles. Esa necesidad conjunta fue el inicio de la Asociación de Floricultores San-juaneros, S. A. (ASOFLORSA).

Diagnóstico: Cuando ASOFLORSA se acercó a AGEXPORT, se realizó un diagnóstico y se iden-tificó la necesidad de comercializar de manera más eficiente el producto. La situación de manejo administrativo era incipiente, las técnicas de pro-ducción eran deficientes, las variedades muy vie-jas y, por lo tanto, sus rendimientos muy bajos, lo cual no permitía cubrir la demanda del mercado, así como de la calidad exigida debido al escaso conocimiento de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs) y Buenas Prácticas de Manufactura (BPMs).

Resultados del encadenamiento productivo: Se les brindaron capacitaciones en temas finan-cieros, administrativos y contables. En el área de producción, se les dio asistencia técnica en rosas y se diversificó la producción introduciendo los crisantemos, lo que les permitió, al término de dos años de duración del encadenamiento, me-jorar las técnicas del cultivo y de la producción, reduciendo costos y aumentando las ganancias, producto también de la asistencia en mejoras de su infraestructura productiva (invernaderos).

Se creó la Marca Tikoj (que en cakchiquel sig-nifica cuidar las siembras, sembrador o sembra-

díos), y luego de obtener su licencia de exporta-ción, empiezan a vender su producción de rosas en el mercado informal, nacional y a los merca-dos de Honduras, El Salvador y el sur de México. Se adquieren entonces cuatro licencias de varie-dades demandadas por el mercado, empiezan a producir y comercializar más volumen con los socios y no socios de ASOFLORSA.

“Cuando empecé a trabajar para ellos, creía que sólo las grandes empresas exportadoras podían cultivar así. Ahora, cuando veo estos campos y cómo están organizados para cubrir las deman-das de las fechas más importantes del año (día del cariño, de la madre y el 1º de noviembre) no dejo de asombrarme” dice Nazario Sapón Pax, técnico de la Asociación.

ASOFLORSA vivió una evolución en diferentes aspectos. Uno de ellos, logró ventas directas que no había hecho previo al encadenamiento: US$ 76,310.00 (Q 595,218.00), luego sumaron 4,000 mts² de infraestructura productiva (inver-naderos) con capacidad para cultivar más de 13 mil plantas de rosas injertadas con variedades mejoradas. Ahora su capacidad de producción es de 25,000 flores mensuales, cuentan ya con un centro de acopio, un cuarto frío de 16 mts² con capacidad para 1,000 bunches de rosas y 1,000 bunches de crisantemos, un área de post cosecha completamente equipada y ofre-cen empleo directo a 80 personas, 50 hombres y 30 mujeres, en donde cada socio, debido a la mejoría de su producción, emplea en promedio 2 personas en sus parcelas.

asoFlorsa

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Ampliaron sus cono-cimientos sobre los mercados de exportación, gracias a su participación en ferias y misiones comerciales.

Situación: Se ubica en el caserío Pasac, Aldea Xejuyup, en Nahualá, departamento de Sololá y está formada por 246 productores, 177 de ellos son hombres y 69 son mujeres, pertenecientes a las etnias quiché y cakchiquel.

Diagnóstico: En COCASNAH, el Programa reali-zó el diagnóstico respectivo y se encontró a una organización trabajadora y comprometida con la producción y comercialización de café orgánico certificado. Sin embargo, tenía serias debilida-des: el beneficio húmedo no funcionaba adecua-damente, comprometiendo la calidad del café; el personal no contaba con los conocimientos pa-ra operar la maquinaria y equipo; sus procesos administrativos, financieros y contables, eran deficientes, desconocían sus obligaciones tribu-tarias; pese a haber obtenido las certificaciones, los conocimientos técnicos para manejar el cul-tivo acorde a los requerimientos del mercado or-gánico eran mínimos, desconocían los procesos de catación y análisis de producto para determi-nar la calidad; y además, no contaban con una imagen comercial que los identificara a nivel nacional e internacional.

Resultados del encadenamiento productivo: Se facilitaron capacitaciones sobre procesos administrativos, contables y financieros que for-talecieron a la Cooperativa y a los diferentes co-mités. Se les apoyó con el desarrollo del plan de inversión de la Prima de Comercio Justo, una pá-

gina web que les permite dar a conocer a la orga-nización y sus productos. Asimismo, se les creó la imagen empresarial que incluyó mejoramiento del logo de la Cooperativa, trifoliares, diseño de la marca Café Santa Catalina, empaques e im-presión de etiquetas para la promoción del café tostado y molido del Proyecto de Café Femenino. Recibieron asistencia técnica productiva para café orgánico, comercio justo y café femenino.

La maquinaria del beneficio húmedo recibió mantenimiento y empezó a funcionar dando co-mo primer resultado la reducción del costo de beneficiado de Q 25.00 a Q 12.00 por quintal pergamino. Ampliaron sus conocimientos sobre las dinámicas de los mercados de exportación, gracias a su participación en ferias y misiones comerciales.

“Me atrevo a decir que nos fortalecieron respe-tándonos como personas y como productores, pues no vinieron a imponer una receta, sino res-pondieron a nuestras necesidades. Además, no crearon paternalismo sino que nos enseñaron a ser autosostenibles. Como dice el dicho, no están regalándonos el pescado, sino que nos están en-señando a pescar y a vender ese pescado”, dice don Juan.

Para la cosecha 2011-2012, la Cooperativa Na-hualá, R.L. exportó directamente y por primera vez en 40 años, un contenedor de café.

cooperativa naHualá

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cooperativa De mujeres 4 pinosSituación: La cooperativa tiene sus orígenes en el año 2005. Un grupo de 35 mujeres que estaban produciendo hortalizas en pequeñas parcelas vivían momentos de an-gustia, porque tenían muchos obstáculos para vender sus productos, sufrían situaciones de violencia y abandono, no contaban con recursos y acceso a tierra para producir.

Diagnóstico: Cuando el Programa de Encadenamientos Empresariales de AGEXPORT y la Cooperativa 4 Pinos rea-lizaron una alianza para apoyar a las mujeres, el grupo no estaba legalmente inscrito y sus necesidades eran mu-chas. La Cooperativa 4 Pinos facilitó el acercamiento del grupo de señoras a AGEXPORT y para el año 2010, Tulio García, Director de 4 Pinos, los convenció de aceptar las hortalizas de las productoras y es aquí donde la situación de las señoras empieza a cambiar.

Al realizar el diagnóstico del grupo, se encontró que la ma-yoría eran madres solteras o viudas analfabetas, con difi-cultades para encontrar trabajo en la agricultura, un área dominada por hombres. Por eso, muchas debían migrar a otras áreas del país para conseguir trabajo, en su mayoría como empleadas domésticas. Pero a su vez encontró un grupo disciplinado y participativo, y sobre todo, con una visión de trabajo en equipo que les permitía fijarse metas y alcanzarlas.

Para el año 2010 eran 170 señoras de varias comunida-des que juntas cultivaban en 40 hectáreas: ejote francés, arveja china, arveja dulce, arveja en grano, suchini y mini zanahorias. La Cooperativa 4 Pinos y AGEXPORT las apo-yaron para convertirse en una Cooperativa y empezaron a recibir capacitaciones en gestión empresarial, así como asistencia técnica especializada para la implementación del paquete tecnológico que exige el mercado de expor-tación, así como acompañamiento en Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs). También fueron capacitadas y sensibi-lizadas en temas de género y gestión ambiental, para la conservación de los recursos naturales y cuidado del me-dio ambiente.

Dentro del componente comercial, se les diseñó la imagen empresarial y comercial, y algunas de las señoras parti-ciparon en giras técnicas de campo que les permitió co-nocer nuevas tecnologías de producción e intercambiar experiencias con otras organizaciones como BEJO y Finca

Experimental Cooperativa 4 Pinos. Asimismo, participaron en la feria de productos agrícolas AGRITRADE, en Antigua Guatemala, y en la feria comercial Fresh Summit de la Produce Marketing Association (PMA), en Atlanta, Estados Unidos, ambas en el año 2011.

Como requisito para ingresar a la Cooperativa, se estable-ció que todas debían aprender a leer y escribir. Doña Pie-dad, por ejemplo, está terminando 6º grado de primaria y estudiando computación, todo esto con el apoyo de la Cooperativa 4 Pinos. “Porque hay que llevar los registros desde que se siembra la semilla, qué fertilizantes utilicé, cuándo los utilicé. No puedo fallar”, dice doña Piedad.

Los resultados en números reflejan el éxito del ejercicio: 352 mujeres asociadas, 235 hectáreas cultivadas, reduje-ron su rechazo a un 5% y fueron la primera cooperativa de mujeres en Latinoamérica en obtener la certificación GlobalGap, V4, gracias a lo cual reciben Q 0.25 adicionales por libra de producto.

En conjunto están generando 500 puestos de trabajo en el área. Sólo doña Piedad contrató a 7 personas que la asisten con su producción. Según los últimos datos dis-ponibles, facturaron US$ 300,000.00 (equivalentes a Q 2,340,000.00). El aporte de contrapartida de la Coo-perativa Mujeres 4 Pinos fue de US$ 277,100.00, sobrepa-sando la proyección de US$ 123,864.00 por concepto de mano de obra.

Pero son otros logros, quizá menos visibles, los que han dejado una huella imborrable en la vida de estas señoras. Todas las capacitaciones, tanto las técnicas como las de carácter social, las empoderaron, no sólo en relación a su capacidad como agricultoras, sino en relación a su valor como personas y como mujeres.

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Situación: La Asociación para el Desarrollo In-tegral Buenos Aires (ADIBA) ubicada en el case-río San Francisco, aldea Los Encuentros, Sololá, comienza con unos pocos agricultores indepen-dientes que sembraban papa y maíz, cultivos con los que apenas generaban ingresos suficientes para alimentarse.

Entonces, Arístides Romero, un profesor que vi-vía y trabajaba en el caserío, les comentó sobre la oportunidad de producir y vender arveja dulce a las empresas exportadoras. Sin embargo, sin experiencia ni apoyo técnico, los resultados fue-ron desastrosos.

AGEXPORT entonces facilitó con el encadena-miento la primera capacitación formal de Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs) y Buenas Prácticas de Manufactura (BPMs), lo que les permitió acceder a las certificaciones GlobalGAP y TESCO, y ahora cuentan con mayor demanda y mejores precios que los que se consiguen en el mercado local, esto ha hecho que más personas se sumen a la Asociación.

Encadenamientos Empresariales facilitó a los miembros de la Junta Directiva, capacitaciones en temas de empresarialidad, liderazgo, función de juntas directivas y controles básicos de una PYME rural, también se establecieron instrumen-tos gerenciales y administrativos, manuales con-tables y organizacionales, así como controles de producción y ventas.

El apoyo en el área de producción se enfocó en asistencia técnica y manejo de cultivos, para lo cual un ingeniero agrónomo asesoró a 120 so-cios para producir con los estándares de calidad que requiere el comprador, alcanzando mayores rendimientos, lo cual se tradujo en ventas que ascendieron a US$ 505,878.00 (Q 3,945,848.4).

“Aquí vienen otras empresas a pedirnos que sembremos tal o cual cantidad de arveja, porque

estamos certificados, pero nosotros no podemos, porque tenemos un compromiso con SIESA, que nos garantiza el precio y el mercado. Tenemos una meta de cuánto vamos a entregar y la cum-plimos. La empresa nos cumple con los pagos, porque eso es lo que buscamos, y nosotros les cumplimos a ellos”, dice don Juan Tuy, presiden-te de la Junta Directiva de ADIBA.

Representantes de la Junta Directiva viajaron en el año 2009 a la Feria Fresh Summit PMA reali-zada en Anaheim, California, Estados Unidos, y en el año 2010, a la Feria Alimentaria en México, Distrito Federal. La participación, facilitada por Encadenamientos Empresariales, les permitió conocer nuevas opciones comerciales en toda la cadena de valor, los avances del mercado y re-cibir información actualizada de especialistas y profesionales en productos procesados, deman-das de los mercados, variedades, calidad y nor-mas de inocuidad.

“Antes sólo sembrábamos milpa, pero era sólo para nuestro sustento, no podíamos venderlas”, dice Nazario Tum Cuc, encargado de créditos de la Asociación.

“No sé si los compañeros todavía se acuer-dan, pero algunos sólo teníamos una bicicle-ta, nuestras casas eran de adobe, los niños no iban a la escuela. Ahora, tenemos nuestros ca-rros, las casas son de block, repelladas, y los niños están estudiando”, dice don Juan.

(*) Gerente de la División de Desarrollo, Asociación Guatemalteca

de Exportadores (AGEXPORT). Programa de Encadenamientos Em-

presariales.

Facilitó a sus directivos, capacitacio-nes en em-presarialidad, liderazgo, función direc-tiva y contro-les básicos de una PYME rural.

aDiBa

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G e n e r a n d o F u t u r o

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