Pirotecnia Militar de Sevilla (1850)

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DE SEVILLA. J. M. GEOFRJN, TIPÖGRÄFÖ UONORARIO DE LA REALXAMARA DES. M., CALLE DE ÖLAVIDE KUMEROS 4 Y 5. 185©.

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DE SEVILLA.

J. M. GEOFRJN, TIPÖGRÄFÖ UONORARIO DE LA REALXAMARA D E S . M.,

CALLE D E Ö L A V I D E KUMEROS 4 Y 5.

185©.

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D E S C R J P C I O

DE LA

DE STILLA.

F ^ > SAU*:- ,

J. M. Geofriu, tipógrafo honorario de la Real Cámara de 8. CALLE D E OLAVIDE N U M E R O S 4 Y 5.

I860.

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&m<S>&3&®3№& S S ^ a ^ ^ donde se construyen las cápsulas y chimeneas para los fu­

siles á pistón de todo el Ejército, y se enseñan á elaborar cuantos fuegos artificiales usa el cuerpo de Artillería, se halla establecida en Sevilla en el

local denominado la Enramadilla, donde tiene el espresado Cuerpo su Escuela Práctica.

Esta Fábrica principió á edificarse de nueva planta en 18 de Enero de 184­7, habiendo durado su construcción algo menos de dos años.

El edificio principal, que es un rectángulo, consta de un primer piso de 56 pies de ancho y 231 de largo, en el que están colocadas las oficinas de Dirección y Contabilidad, el taller para hacer las cápsulas; la fragua y cilindros de laminar; la máquina de vapor con sus calderas; el horno donde se recuece el cobre y la sala destinada para Museo.

El piso alto lo ocupa el espacioso taller para la construcción de chimeneas; es de 56 pies de ancho y 151 de largo, con dos salas para su examen y almacenado.

Todo el edificio tiene de altura 56 pies y es de un orden estre­

madamente sencillo.

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Por la parte posterior y perpendicular á él hay un cobertizo ó tinglado, que sirve para la confección del fulminato y todas las ope­raciones químicas, que se ofrecen en el Establecimiento.

Paralelo al edificio principal y á 42 pies de distancia están si­tuados pequeños edificios, que por la ligereza de su construcción se les ha dado el nombre de barracas.

Son siete: una de 29 pies de ancho, 45 de largo y 24 de alto; es la única de manipostería. Las otras seis, que tienen 20 pies de ancho, 29 de largo y 20 de alto, son de cañas, apoyadas en un ar­mazón de madera y tejadas ligeramente. Entre unas y otras y el edificio principal corren macizos de tierra de 16 pies de ancho, que por su figura y objeto llevan el nombre de espaldones; sirviendo en efecto para que la esplosion de una barraca no se propague á las inmediatas.

La 4. a de estas, que es la mayor, sirve para cargar las cápsulas; la 2. a para el empaste; la 3 . a para el graneo; la 4. a para hacer la mezcla; la 5. a para secar la pasta; la 6. a para almacenar cápsulas,y la 7. a para varios usos, que accidentalmente puedan ofrecerse de al­gún peligro.

En el punto mas retirado de esta parte de la Fábrica se encuen­tra el repuesto ó polvorin, destinado á guardar y conservar la pól­vora, tanto la fulminante, como la ordinaria que se emplea en los fuegos artificiales. Es un octágono de 8 pies de radio, con su cerca y estacada. En lo interior hay estantes á su alrededor capaces de con­tener 21 quintales de pólvora en cajones ó barriles, y el piso es de madera formando un enrejado con polvo de carbón por debajo : así es que en su interior se conserva una temperatura constante, sin es-perimentar la pólvora los escesos del calor del estío, ni los fríos hú­medos del invierno.

A corta distancia se ha construido un pozo, donde se han colo­cado dos cuerpos de bomba para apagar incendios, conduciendo el agua por medio de tubos de gutta-percha á los sitios donde fuese ne­cesario; por cuya razón se han situado en el centro de las barracas, que son los sitios mas espuestos á estas desgracias.

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Á espaldas del cobertizo, y en un espacio de igual estension, es­tán cinco almacenes para custodiar los cobres, aceros, ácidos y de-mas efectos de la Fábrica.

Por la parte anterior del edificio principal hasta la verja está todo el terreno cubierto de arbolado y entre ellos el laboratorio de fuegos artificiales, que hace algunos años estaba construido; un co­bertizo para hacer las operaciones espuestas, que puedan ofrecerse en el laboratorio, con un gran espaldón interpuesto entre este y aquel, como medio de precaución; el cuerpo de guardia, la carbonera y otro local distribuido en un pabellón para oficiales, el cuartel para los alumnos de la Pirotecnia, una grande habitación para poner la ropa los operarios, la cuadra y la cochera para los carros de la Fábrica.

Una gran cerca de 780 varas de periferia, 19 pies de alto y 2 de grueso, almenada y con garitas en sus ángulos, cierra lodo este espa­cio : formando la fachada una verja de hierro colado, apoyada en dos torreones, que forman la entrada y sirven para garitas, y entre los que está la puerta, que es de hierro batido con un escudo de las armas reales encima.

El costo de todos los edificios ha sido de 1.726,568 rs. 18 mrs. Las máquinas que trabajan en el Establecimiento se han traido

de Bélgica, hechas por el fabricante Mr. Luis Falipe, y ajustadas en Liejaen el año de 1846 en 512,558 rs. por los oficiales del Cuerpo, que en aquella época viajaban por el Estrangero.

Las cápsulas pueden hacerse de diferentes materias; pero la adoptada como mas conveniente por reunir mejores cualidades es el cobre. Este se recibe en planchas muy puro, cortándose en bandas en una máquina de tigera. Pasan después á los cilindros laminado­res, que las dejan del grueso requerido. Se forman paquetes de cada cinco y ponen en un horno en cajas rectangulares de hierro fun­dido, hasta que adquieran el color rojo blanco; se echan después en agua fría, se desatan , enderezan y colocan por lechos en artezas re­vestidas de plomo, cubriéndolas con agua acidulada. Así permane­cen por espacio de mas de doce horas, y desoxidándolas con arena se secan finalmente con aserrín.

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- 6 -Limpias y preparadas de este modo, se llevan á la máquina para

cortarlas en estrellas, colocándolas después en cilindros de chapa de hierro para quitarles las rebabas.

Así dispuestas se emplean en los embutidores, donde por un in­genioso mecanismo sale completamente formada la cápsula. Una es­pecie de cedazo de hierro con movimiento de vá-y-ven, quita las re­babas, que puedan sacar de la máquina; en seguida se colocan en un cilindro de madera y mezcladas con un poco de aserrín, dan vuelta por espacio de algunas horas, hasta que adquieren un bello pulimento.

En la primera barraca se efectúa la carga. Se reduce á poner las cápsulas que vienen del pulimeniador en chapitas de hierro, que tie­nen 56 agujeros. Se colocan debajo de una artecita en que se halla la pólvora fulminante, y por un movimiento de vá-y-ven se distribu­ye á cada una la parte esacta de carga que le corresponde. En segui­da sufren una presión de 16,000 libras en la prensa hidráulica, y barnizándolas se dejan uno ó dos días para secar, y queda concluido este interesante artificio.

El fulminato se elabora en el cobertizo que hemos mencionado. Redúcese á echar en matraces mercurio y ácido nítrico: esponerlo á fuego lento para que se active la incorporación y verterlo en grandes retortas donde hay alcohol á 36.° Verificada entonces completamente la reacción, el fulminato se precipita, y el gas nitroso y éteres pasan á liquidarse á unas vasijas de barro.

El fulminato bien lavado se mezcla con la tercera parte de sali­tre; y en la segunda barraca, bajo muelas de madera por espacio de tres horas se verifica la completa incorporación.

Esta mezcla estendida en mesas por capas delgadas, se seca, y después pasa al graneador que está en la tercera barraca. El graneo se efectúa por medio de tres cedazos unos sobre otros. En el 1.°, que tiene su cubierta, se coloca la pasta con un cuerpo duro, que es de madera forrado de baqueta, y por un movimiento de rotación se rom­pe aquella con este, pasando el polvo y el grano de la magnitud con­veniente por los agujeros que tiene la piel de las dimensiones re­queridas: el grano se queda en el 2.° cedazo que está por bajo, y

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el polvo atraviesa el fondo de este, que es de una tela de seda bastante tupida, depositándose en el último, cuyo fondo es de piel sin aguje­rear: allí se recoje para unirlo á los empastes subcesivos.

Para darle el movimiento de rotación se fijan los cedazos en una cruceta de hierro, la cual movida circularmente por un escéntrico, le dá el movimiento indicado. Esta pólvora graneada por segunda vez en los mismos tamices pasa á la barraca de la carga á colocarse en la artecita de que ya heñios hecho mención.

El operario después de haber colocado los tamices se retira detrás del espaldón de seguridad para desde allí hacer andar ó parar la máquina: siendo esta operación tan espuesta, que nadie debe estar en la barraca durante ella, ni aun pasar por sus inmediaciones, para lo que se coloca una bandera encarnada al estremo de un asta du­rante la operación.

Las cápsulas se prueban de tres modos diferentes: el que parece mas natural es el de colocarlas en la chimenea de un fusil á pistón, y viendo si detonan cierto número de ellas escogidas entre gran cantidad. Otro es ponerlas en una chimenea que está colocada de­bajo de un cuerpo que pesa 17 onzas y desciende de una altura de pié y medio, y ver si detonan. Y finalmente ensayándolas en el pistolete de Louwel, que tiene una forma exterior como de pistola, y solo se diferencia en que su recámara es maciza atravesada por un orificio que dá paso al fuego.

En las pruebas que se hicieron con las primeras cápsulas cons­truidas en esta Fábrica; y á las que asistieron varios Gefes de Infan-tería de los Cuerpos de la Guarnición, nombrados por el Exmo. Sr. Capitán General de la Provincia, ninguna faltó de detonar; aun las que se pusieron en agua por espacio de cinco minutos.

La Fábrica construye al año 24 millones de cápsulas, y puede llegar hasta los 50, sino hay ninguna rotura en las máquinas, y se esfuerzan algún tanto los trabajos.

En el colgadizo- donde se hace el fulminato, hay ademas un alam­bique para destilar el alcohol á los grados que se deseen, hasta lle­gar á los 42, y otro para los éteres que se extraen del líquido

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— 8 contenido en las vasijas de barro, que antes hemos dicho, y el cual pasando a una cuba donde se echa cal, esta absorve el ácido en esceso, formando el nitrato de cal y el líquido restante pasa á el alambique, donde destilándose, se obtiene el éter nítrico á 52°, que mezclándolo en cierta proporción con el alcohol, economiza este en la confección delfuminato, y aun actívala operación. Estos dos alam­biques son calentados por el vapor sobrante de las calderas.

El único motor es una máquina de vapor de mediana presión con la fuerza de seis caballos, y aunque puede trabajar hasta con cuatro atmósferas, es muy suficiente la de dos y media á tres, para dar impulso á todas las máquinas. En este mismo local hay una sier­ra circular movida por el vapor.

En las sala inmediata hay dos fraguas comunes con fuelles ci­lindricos y de aire continuo; un berviquis, el horno para recocer las chimeneas, y una máquina de cilindros para poner las barras que han de servir para las chimeneas al grueso debido, si alguna no lo estuviese.

AI otro estremo del edificio está el Museo, donde se han reunido ejemplares de todos los artificios, que se construyen en la Fábrica en sus diversos estados de elavoracion, ingredientes de que se com­ponen y cantidad de cada uno que entra en su composición; con los útiles que se necesitan para confeccionarlos, y varios modelos de los que de ellos se usan en otras Naciones. También en este local se colocará la selecta Biblioteca que hay acopiada, la cual se aumenta cada día con las obras interesantes, que se publican en los ramos pertenecientes al Establecimiento.

Ya hemos dicho que toda la parte superior del edificio princi­pal la ocupa el taller de chimeneas. Estas, como se sabe, son unos apéndices que se ponen al lado del cañón, ocupando el sitio y ha­ciendo las funciones de la antigua cazoleta. Sobre ella se coloca la capsulita, y golpeando encima el pié de gato ó martillo, se comu­nica el fuego á la carga por el taladro que la atraviesa.

Estas piecesitas (aunque pequeñas) sufren gran porción de ope­raciones, y cada una en máquinas diferentes.

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Escogidas las barras redondas de acero fundido de once milíme­tros de espesor, se ponen rojas en la fragua, y en máquina apropó-sito se comprimen entre un punzón y una matriz,' que les dá la pri­mera forma: en seguida se cortan con tijeras que tiene la misma máquina, y se ponen á recocer en un horno 2,000 á la vez. Pasan después á un tambor de hierro, que con sus vueltas y choques repeti­dos las desoxida. Una máquina preparada al efecto fresa la parte que ha de ser roscada; y esta se hace á mano. Otra máquina forma la base de la rosca, y una tercera las corta todas de una misma longitud.

La base de la chimenea se centra, ó marca el ánima, por medio de un torno, que tiene una broca y un cilindro conductor hueco; y en seguida se ensancha esta ánima formando un pequeño cono. In­mediatamente después se tornea el cuerpo de ella, cortando con má­quina de corredera dos lados de su base, afianzándola entre dos co-ginetes y poniéndola en contacto con dos sierras circulares, que cortan los lados referidos.

Taladrada por medio de tornos verticales, se concluye el cono de la base y el de la boca; porque es de advertir, que el hueco in­terior de la chimenea son dos conos truncados de diferente longi­tud, unidos por su base menor.

El esmerilado se hace en los mismos tornos que han servido para tornearlas, dándole alguna presión con un trozo de madera de no­gal, que tenga esmeril y aceite.

Concluida esta operación se lavan con jabón, y templan sobre plan* chas de hierro agujereadas. Se esmerilan y lavan segunda vez, y final­mente se colocan sobre planchas de hierro batido bien planas y que se hayan enrojecido anteriormente: aquí adquieren el pavón y temple.

Las chimeneas se prueban de tiempo en tiempo, y sobre todo cuando se recibe acero nuevo, colocándolos en- un fusil de percu­sión, haciéndolas sufrir mil ó mas disparos y viendo si se deterioran.

El costo de todos los edificios y máquinas, con la economía que proporciona la elaboración de las cápsulas y chimeneas hechas en esta Fábrica, en menos de seis años se ha estinguido el capital invertido y queda á beneficio déla Nación.

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El edificio que sirve para enseñar á confeccionar todos los mistos que se usan en el Cuerpo, data desde el año de 1827. Es un rec­tángulo de 50 pies de ancho, 100 de largo y 25 de alto, de solo un piso, y en él está establecida la Escuela Central de Pirotecnia, cuyo objeto es enseñar á sargentos, cabos ó artilleros venidos de los Regimientos, ó Brigadas Montadas y de Montaña á elaborar todos los diferentes fuegos artificiales.

Como sea tan conocida la confección de las espoletas, lanza-fuegos, estopines, carcasas, polladas, petardos, hachas de contraviento, balas de iluminación, estopines incendiarios, camisas y faginas embreadas, y cohetes de todas dimensiones, no nos detendremos á especificarlos: mas siendo nueva la construcción de los estopines á fricción, daremos de ello una ligera idea.

Un tubo hueco, cuya justa dimensión la adquiere pasándolo re­petidas veces por la hilera, se corta en trozos pequeños, del largo que está marcado para cada estopín.

Á uno de los estreñios de estos tubitos se adapta una planchita de cobre, que recibe el misto fulminante. Estas planchitas tienen hen­diduras transversales para aumentar el rozamiento. En ellas se coloca ademas el frictor, que se reduce á una fagita de latón doblada so­bre sí misma para dejar un anillo, donde se fija el tira-frictor; y sobre los dos estremos, en los que se han abierto agujeios, también para aumentar el rozamiento, se dobla la referida planchita y queda sujeto el frictor. Á estos dobleces se les dá una presión de 110 li­bras. Encima se les ponen unas vueltas de hilo de lana para fijar el lacre, que se coloca con un pincel.

El tubo se llena de polvorín, dejándole un ánima, y cargándolo como se hace con los cohetes. En la cabeza se coloca el misto fulmi­nante, que se compone de clorato de potasa y sulfuro de antimonio con una corta porción de polvorín. Bien mezclados estos ingredien­tes y humedeciéndolos con alcohol y una poquita de goma, para evitar la exposición de su manejo, se dá con un pincelitoen la plan­cha por la parte que tiene las hendiduras, y en el frictor por la que tiene los agujeros, y con solo la fricción que proporciona la coló-

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cacion antes dicha, basta para que se inflame y comunique el fuego á la carga.

El chorro de fuego que se desprende del estopín, alcanza hasta 72 pulgadas en línea vertical, y 41 en sentido horizontal: es decir, que ha dado fuego á una poca de pólvora colocada á estas distancias; y cuando la pólvora se pone en sacos, ha llegado á atravesar cuatro telas de lanilla dando fuego á la carga. -

También se han tenido algunos estopines sumergidos en agua por sus cabezas hasta 24 horas, y después han dado fuego sin faltar uno.

En fin, para completar este útil establecimiento se han mandado colocar las máquinas necesarias para la construcción de las cápsulas de caza, que se venderán al público, y las que sean precisas para la-miuar el cobre de nuestras minas de Rio-Tinto, en planchas propias para la construcción de las cápsulas de guerra y caza, y con tres hornos para afinar y preparar el cobre. De este modo se aprove­charán los escelentes cobres que produce nuestra Península, que­dando estos capitales en la Nación y libertándonos de depender del Extrangero en un artículo, que de no tomarse esta medida, haría consistir la ecsistencia del Ejército de la declaración de una guerra extrangera; y el costo que tendrán los edificios y máquinas ya dichas se compensará en pocos años con los ahorros que traerá consigo el planteamiento de tan útil idea, aprovechándose ademas el cobre que se desperdicia en las diferentes operaciones de los talleres.

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LÁMINA PRIMERA.

P l a n o g e n e r a l d e l E s t a b l e c i m i e n t o .

EXPLICACIÓN DEL PLANO.

A.—Cobertizo para hacer el fulminato. B.—Laboratorio de ensayos y análisis químicos. C.—Cuba para estraer el éter nítrico. D.—Barraca para cargar, prensar y barnizar cápsulas, d.—División donde está la probeta y los estantes para

secar. E.—Molino para la mezcla. F.—Barraca para granear la pólvora, a.—ídem para el empaste,

a'.—ídem para secar la pasta. a' 7.—ídem para almacenar las cápsulas cargadas.

a 7 / / .—ídem para diferentes usos que tengan peligro, n, n, n.—Espaldones.

G.—Gran taller para cortar bandas, laminar, cortar estrellas y embutir cápsulas,

g.—Fragua doble. H.—Taller de forjar, tornear, laminar acero y taladrar. T.—Torno. h.—Horno de recocer chimeneas. Y.—Sierra circular, i.—Calderas de vapor. R.—Chimenea. b.—Cuarto donde está colocada la bomba, y por

donde pasan los tubos de comunicación entre las calderas y la máquina.

J.—Máquina de vapor de la fuerza de 6 caballos.

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K.—Taller de abrillantar, recocer, limpiar y lavar las bandas.

hJ.—Horno de recocer el cobre, e.—Escalera para subir al taller de chimeneas. L.—Almacén provisional. M.—Museo de modelos de pirotecnia y de máquinas,

m, m, m.—Almacenes de efectos. O.—Bomba de apagar incendios. P.—Polvorín. 1.—Dirección. %—Detall. 3.— Entrada á la Fábrica. •4.—Cuarto de los Porteros. 5.—Oficinas del Oficial 1.° y Pagador. 6.—Comisaría. 7.—Entrada para las oficinas de contabilidad. Q.—Carbonera para 4,000 quintales de carbón de

piedra. S.—Cuadra.

S ;.—Sala para guardar la ropa los operarios. PA—Bomba para riego. T.-—Taller de estopines á fricción.

A'.—Taller para fuegos artificiales. By.—Clase de aritmética, geometría y pirotecnia. C.—Depósito provisional de artificios elaborados. D ;.—ídem de ingredientes para fuegos artificiales. G ;.—Taller de pintura para encerados. EL—Bomba. FA—Guarda-ropa para los artilleros. V.—Espaldón. X.—Hornillas para los mistos. Z.—Tinglado para operaciones peligrosas.

HA—Cuerpo de guardia. G ; /.—Glorietas.

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8.—Garitas. 9.—Muralla almenada.

10, 10.—Garitas en forma de castillo. 11.—Entrada al Establecimiento.

12, 15, 14, 15.—Espacios donde han de colocarse los cilindros la­minadores.

LÁMINA SEGUNDA.

Representa la vista de la Fábrica por el lado estertor de la verja, tomada desde el camino de Alcalá.

LÁMINA TERCERA.

Fachada del edificio principal, vista desde el costado N.

LÁMINA CUARTA.

Vista del interior de la Fábrica, tomada desde el lado S.

LÁMINA QUINTA.

Otra vista interior de la Fábrica, tomada desde el lado E.

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