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Plan [h] a ñ o 1 n r o 1 r e v i st a d e e c o n o m í a - f c e - u b a Golpe a golpe, verso a verso p.15 Por una vuelta al reino de este mundo p.3 El golpe y la FCE p.11 Entrevista a D. Heymann p.7 ¿Universidad? p.5

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Plan [h]a ñ o 1 n r o 1

revista de economía - fce - uba

Golpe a golpe, verso a verso p.15

Por una vuelta al reino de este mundo p.3

El golpe y la FCE p.11

Entrevista a D. Heymann p.7

¿Universidad? p.5

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E d i t o r i a l

La política de lafacultad está patas paraarriba. La experiencia delos dos últimos añosdemuestra que las for-mas de procurar uncambio en la facultad sechocan con obstáculosinsalvables. Se partió de laconcepción errónea de queuna vez recuperado el centrode estudiantes sería posible cons-truir un movimiento estudiantil vasto ycombativo, participativo. Tras esta qui-mera, y con un ímpetu tan admirablecomo quijotesco, se luchó contra molinosde viento cada vez más grandes. Bajo elobjetivo único de echar a la franja mora-da, la fuerza militante jugó todas susfichas a una apuesta que lamentablemen-te no podía ganar; el proceso condujo a laprincipal agrupación opositora a un totalaislamiento, al punto de que los golpesrecibidos no generaron ningún tipo dereacción entre el estudiantado, reflejo delgrado de indiferencia alcanzado.Considerando que la crisis política de la

facultad no puede ser enten-dida sólo como un produc-

to de la brutalidad mora-da, es necesario encararun proceso de reflexiónacerca de la absolutainexistencia de una

necesidad concreta,efectiva, por parte de los

estudiantes, de tener unespacio de participación y

representación. El centro de estu-diantes, como institución formal, tieneque ser la expresión de un movimiento, lamanifestación de un espíritu colectivo.Ha de ser la forma institucional y necesa-ria que adopta un contenido político eintelectual. La forma como reflejo de uncontenido.

La consecuencia que se despren-de de nuestro diagnóstico es sencilla: esnecesario conformar un espacio específi-camente estudiantil de índole cultural ypolítico. Apostamos a construir una usinade ideas y debates, de proyectos y posibi-lidades. Cuando este espacio esté madu-ro, sólidamente afianzado, arraigado

Las últimas elecciones de Centro y Consejo fueron la más burda expresión de lapeor faceta que tiene la política de la facultad, haciendo evidentes el patoterismo y la vio-lencia reinantes. El escrutinio dejó en claro que la lucha por el poder, dentro de esta ins-tituciòn, se resuelve en términos del potencial de los aparatos partidarios por dominar elproceso y modificar los resultados según sus intereses. Como grupo autoconvocado deestudiantes habíamos decidido ayudar a fiscalizar las elecciones; la inutilidad del inten-to resultó evidente. El asco que sentimos todos los presentes, y la impotencia frente a losucedido, nos impulsaron a reunirnos y reflexionar sobre lo que había pasado. Dichareflexión devino en una serie de acuerdos básicos, sobre los cuales surgimos como elgrupo que hoy somos, El Germen. La presente editorial es la base de nuestros lineamien-tos, y esta revista una materialización de los mismos.

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entre los estudiantes, su propia lógicainterna lo llevará a demandar el espaciode poder que llamamos centro de estu-diantes. (A este respecto, quede claro queno renunciamos a dar una lucha por larecuperación de un centro institucional-mente reconocido y de carácter democrá-tico.)

Como hemos dicho, nuestra lectu-ra de la realidad nos lleva a replantearlas formas convencionales de construc-ción política. Así, proponemosconstituir un espacio cimenta-do en actividades concretasdonde la discusión seaparte de una praxis coti-diana, de modo queacción y reflexión seanuna totalidad que noreconozca un determi-nismo en ningún polo. Si,como creemos, las condi-ciones de existencia de unmovimiento estudiantil dentrode la carrera de economía no puedenser otras que el movimiento mismo, lapraxis (es decir la relación entre ambospolos) ha de ser el punto de partida. Eneste marco, nos hemos propuesto la reali-zación de una serie de actividades, algu-nas de las cuales ya han tomado formasconcretas, que comiencen a dar vida a unverdadero espacio participativo. Dichasactividades, al día de hoy, son: el lanza-miento de esta revista, la organización decharlas, un ciclo de presentación de tesi-nas, grupos de estudio, seminarios, ciclode cine... Cada proyecto pensado y lleva-do a cabo, autónomamente, por aquellosdirectamente interesados, y paralelamen-

te, una reunión -digamos mensual- depuesta en común de cada una de las acti-vidades. Un espacio abierto de debate,con vistas a devenir en un movimientopolítico-estudiantil de vasto alcance.Queremos destacar que nuestros mediosson, al mismo tiempo, un fin en sí mismo,puesto que nos indigna la falta de unaactitud crítica frente a los conocimientosque recibimos. La apuesta es doble: gene-rar un espacio cultural y académico que

mejore el nivel de nuestra casa deestudios y articular dicho

espacio con objetivos políti-cos concretos. En definiti-va, constituir una identi-dad colectiva en torno ala cual se erija unacomunidad estudiantilque reconozca sus

inquietudes y necesida-des, y se disponga a com-

prometerse por ellas.En este marco, la presente

revista apunta a llenar la, hastahoy, vergonzosa falta de un espacio dedebate estudiantil, tanto académicocomo político. Una carrera que no sepiensa a sí misma es, sin más, una carre-ra que no piensa, que no crea, que nocuestiona. Un ámbito de pensamiento queno reflexiona es la negación de su razónde ser, un muerto caminando. Habiendoescrito esta revista embarramos la can-cha, pateamos la pelota y preguntamos¿hay alguien del otro lado?

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Nuestra propuesta es sencilla: reflexionarsobre la capacidad de pensar la realidad argentina en elmarco de la Carrera de Economía de la FCE. Para elloabordamos dos planos, el académico y el institucional.

IComencemos por analizar la ciencia econó-

mica, tal como se nos enseña. Todos sabemosque, en esta casa, domina la corriente neo-clásica, por ende a ella debemos dirigirnos.Tratemos el problema basándonos en lasdificultades intrínsecas de esta disciplinapara resolver los interrogantes que nosllaman, dejando a un lado cuestionesextrínsecas tales como la calidad de nues-tra instrucción. Si podemos demostrar quela economía neoclásica es, necesariamente,incapaz de brindarnos el conocimiento que busca-mos, entonces el mayor problema estará resuelto.

Como sabemos, los neoclásicos centran el estu-dio de la economía en la esfera del mercado; reconocenla existencia de la producción y de factores institucio-nales, pero no como variables verdaderamente relevan-tes. Suponen que el desarrollo del sistema se rige por

leyes universales1, de modo tal que sus directrices sonindependientes de elementos histórico-estructurales.En este planteo, cuestiones tales como el desarrollo delas fuerzas productivas, las relaciones sociales y lascondiciones específicas del intercambio en una etapadeterminada son secundarios: pueden afectar a lasvariables que gobiernan al sistema, pero de modo algu-

no a sus ecuaciones fundamentales2. Así, la historia seesfuma del centro de interés de esta disciplina, relegadaal frío plano de “fuente estadística”, cuya única funciónes la de permitir cuantificar (es decir, cliomería, o “eco-

nometría retrospectiva”).Ahora bien, seamos justos con ellos y, respe-

tando su metodología, apelemos al sentido común. Elmío, cuando menos, sostiene fervientemente diferenciasestructurales entre la Argentina de los ’60 y la de hoy:desindustrialización, denacionalización, deuda exter-

na, desempleo, sectores estratégicos en manos forá-neas… Obviamente, quien no esté familiariza-

do con la doctrina neoclásica podría llegar asostener (hereje él) que no sólo hubo uncambio cuantitativo en las variables, sinoque las ecuaciones mismas cambiaron.Pero la economía que nos enseñan seempeña en medir todo con la misma vara,

siguiendo leyes fundamentales, modelos deaplicación universal.

En resumen, las generalizaciones abstracto-universales de la Escuela Neoclásica pierden de vista

el carácter dinámico de su objeto, y con ello el objetomismo.

Es por esto que hay que poder captar la evolu-ción histórica de nuestro objeto, sus etapas, y las dife-rencias que se presentan dentro de cada una de ellas,las leyes particulares que las rigen, sus variables fun-damentales y su evolución necesaria. Asimismo, captarla diferencia estructural entre sus unidades, su interre-lación (ya sea a través de teorías desarrollistas, de ladependencia, del imperialismo, de la lucha de clases,etc.). Siguiendo estos preceptos encontramos dos enfo-ques sobresalientes. Por un lado, Marx y Schumpeter,puesto que ambos se centraron en los mecanismos eco-nómicos internos específicos que mueven a una econo-mía capitalista y le imponen una dirección. Por otrolado, experiencias tercermundistas, como por ejemplola CEPAL, dedicadas a confeccionar modelos simples y

“Se cuenta con frecuencia la anécdota de aquel alumno que interrumpió a su profesor en medio deuna clase de Teoría Económica y le dijo: « me sabe mal cortarle así, pero en el mundo real…» a loque el profesor sin dejarle concluir respondió herido (¡herido!) «Señor Waldorf, debe usted recor-dar que el mundo real constituye un caso particular y, por consiguiente, no necesitamos tenerlo encuenta »”

R. McKenzie y G. Tullock (citado por Mochón y Beker)

§“A los economistas que no se ocupen principalmente, de modo directo o indirecto, de las operacio-nes de economías reales que ellos deseen transformar, mejorar o proteger del empeoramiento esmejor clasificarlos como subespecie de los filósofos o matemáticos, a menos que opten por ocupar elespacio que en nuestra sociedad secular ha dejado vacío el declive de la teología”

Eric Hobswbawm

Por una vueltaal reino de este mundo

1 Estas leyes universales no son otra cosa que los modelos de aplicabilidad universal que nos enseñan en cada clase, modelos que jamás tienen ref-erencia a nada que no sea la racionalidad de los agentes.2 Esta crítica se funda en los escritos de Maurice Dobb.

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3 Eric Hobsbawm, Sobre la Historia, Ed. Crítica, Barcelona, 1998.4 A excepción del Plan Fénix, que nada tiene que ver con los contenidos que se nos imparten ni con los estudiantes, que nunca fuimos invitadosa participar; se trata del aporte de un grupo de profesores, de ningún modo de la institución como tal.5 Recordemos que dicha reforma llegó a tal punto de barbarie que, originalmente, se proponía la unificación de las únicas dos materias de histo-ria de nuestra carrera, a la vez que sostenía la necesidad de volverla optativa. Al fin y al cabo, ¿para qué necesita un estudiante de cienciassociales, por ejemplo de economía, saber de historia? Las grandes empresas, que sí fueron consultadas, tampoco vieron aquí ningún problema.6 Obviamente, al decir nuestra incluimos a la totalidad de los profesores. Respecto a los ex alumnos que no mantienen una relación regular conesta casa, nuestra postura aún no está definida.

abstractos que se ajusten a realidades concretas, esdecir, modelos circunscriptos a contextos históricosespecíficos. En resumen, teorías del cambio endógeno o

modelos abstractos pero de realidades concretas.3

Todo esto nos lleva a una conclusión: nadapodremos decir de la realidad argentina si olvidamos laetapa mundial presente, el rol que ocupamos en ella yla etapa que hoy por hoy parece querer quedar atrás.Es imposible afirmar que el futuro inmediato serámejor que el pasado reciente, pero es igualmente impo-sible afirmar que el quiebre del modelo se resume en unsimple ajuste cuantitativo de las variables fundamenta-les. Hasta aquí lo académico.

IIEn el plano institucional, encontramos una

FCE disociada de la Realidad Argentina. La segunda noencuentra en esta casa de estudios aportes para su des-

arrollo4, la primera no concibe la situación nacionalcomo objeto de estudio ninguna de sus carreras.

Sumemos a esto la relación entre el estudiantey la Facultad. Nueva Escisión. El estudiante -al igualque la mayoría de los profesores- no tiene posibilidadalguna de participar ni en la elaboración de conoci-miento ni en las decisiones que conciernen a su carrera.Recordemos la reforma del ’97, elaborada a puer-tas cerradas por nuestra tan querida democra-

cia calificada de docentes concursados5, asícomo el fraude en las elecciones de centrode estudiantes.

Tenemos entonces una interesan-te tríada de elementos indiferentes: losalumnos y la facultad, la facultad y laArgentina, la Argentina y los estudiantes.

Nuestra explicación de este escena-rio es la siguiente: la facultad se nos presenta,en tanto alumnos, como un ente externo, en el cual nonos vemos reflejados a nosotros mismos. Estudiamos enla FCE, pero no formamos parte de ella más que comomeros consumidores de conocimiento ajeno. Así, losestudiantes no logran apropiarse de la carrera, razónpor la cual tampoco se reconocen en los contenidos aellos impartidos. Si esta no fuese la situación, si enten-

diésemos que la carrera debe ser nuestra6, entraríamosen plena contradicción con una serie de teorías y pos-turas ideológicas que no nos pertenecen, ni nos repre-sentan, ni tampoco nos sirven. Todo esto lleva a cues-tionar el rol de sumisión al que nos vemos relegados losestudiantes, que en tanto siervos de decisiones ajenascarecemos de libertad, en sus dos acepciones: una

colectiva y otra individual. La primera entendidacomo la libre determinación de los pueblos, su sobera-nía e independencia. La segunda en referencia a ciertosderechos y obligaciones adquiridos. Obviamente, nopuede existir libertad individual en un marco de escla-vitud colectiva. Volviendo sobre lo que nos lleva a escri-bir, esto significa que no es posible concebir un estu-diantado libre en un marco institucional profundamen-te antidemocrático que solo le reconoce obligaciones.

Si asumimos que los alumnos no se encuentrana si mismos en la facultad, que debería ser el vínculomaterial que medie su relación intelectual con el país,vemos que la reconciliación del estudiante con la reali-dad nacional solo es posible a través de su previa recon-ciliación con la Facultad, más específicamente con sucarrera. Nadie se libera sólo, la libertad individual abs-tracta es sólo una mentira del individualismo más inge-nuo. Al fin y al cabo sería libre de qué, si ni siquieradecide qué, por qué ni para qué estudia.

ConclusionesNuestras conclusiones son dos, sencillas y con-

cretas.Primero, debemos luchar por una carrera dis-

tinta, que no se cierre en modelos vacíos que nada nosdicen sobre nuestra realidad, sobre nuestro país,

sobre la materialidad de nuestro pueblo.Segundo, debemos luchar por nuestra

libertad individual, es decir, por nuestraautodeterminación colectiva. A este res-pecto, la solución propuesta es la crea-ción de una Junta de la Carrera deEconomía –tal como existe en Filosofía y

Letras o en Sociales-, donde los tres claus-tros sean democráticamente elegidos. Dicha

Junta ha de tener el monopolio de decidir reso-lutivamente sobre cualquier tipo de reforma académi-ca, de inclusión de nuevos temarios y materias que sur-gen en la ciencia económica, como también de estable-cer las pautas de cursada, promoción y designación deprofesores, ayudantes e investigadores.

La conclusión es, en realidad, una sola: única-mente la emancipación colectiva de la carrera de eco-nomía de las burocracias anti-intelectuales de la facul-tad permitirá la conformación de estudiantes verdade-ramente libres al servicio de su propia realidad nacio-nal.

Mora

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Una pregunta debería inquietar las mentesde todos y cuantos pertenecemos a la comunidaduniversitaria: ¿cuál es el papel que juega hoy la uni-versidad pública en el devenir del país? ¿Cómo inter-viene su actividad en el proceso de crisis que atra-viesa nuestro pueblo?

La sociedad argentina ha venido dandomuestras de querer despertar de su larga siesta;parece haber decidido dejar a un lado la pasividad yla aprobación acrítica y silenciosa, para iniciar unarduo camino vestida de overall. Es cierto que nosigue un comportamiento lineal ni monótono, y queel andar implica instancias de retroceso, pero esinnegable que ya no mira para otro lado y que pre-tende emprender la búsqueda de nuevos horizontes.Para dar cuenta de la descentralización geográfica yheterogeneidad expresiva de esta nueva etapa demovilización social basta mencionar algunos de losacontecimientos vividos de un par de años a estaparte, tales como el 19, 20 y 27 de diciembre del 2001y la conformación de asambleas populares; el pro-fundo rechazo a la tentativa de retorno del mene-mismo y, más cercano en el tiempo, el repudio alrégimen juarista en Santiago del Estero (al margende la suerte que corra la intervención). Pero ade-más, en lo que hace a manifestaciones de largo alien-to, pueden destacarse entre otras la masiva partici-pación en organizaciones sociales, las redes de come-dores populares y la acción de trabajadores retor-nando a sus fuentes de empleo a partir de las fábri-cas recuperadas; en el plano de la actividad artísti-ca, con Teatro por la Identidad y numerosas pro-ducciones cinematográficas, que con destacable cali-dad reflejan la inquietud de un pueblo por indagaren las causas de la situación presente, y las sensacio-nes y sensibilidades que ésta despierta. Queda claroentonces que, si bien está lejos de reconocerse la

nueva forma que ha de adquirir el sujeto colectivo,la exploración de alternativas y senderos se ha ini-ciado, y que su rumbo depende de las posibilidadesy obstáculos que han de presentarse. Es en este con-texto, el de una ciudadanía materialmente pauperi-zada poniéndose de pie, en que la universidad des-arrolla su labor. Pero a propósito, “...resulta impe-rioso rediscutir la idea de universidad. Aclararpara qué sirve esta institución a la sociedad”2. Eneste sentido, y de cara a la dinámica social vigente,son numerosos los proyectos de intervención prove-nientes de las distintas unidades académicas de laUBA3. Ahora, deberíamos pensar cómo se insertanestos proyectos en la realidad nacional, cuál es supotencialidad en el marco de la Universidad quetenemos hoy y finalmente si responden a una idea deUniversidad. Para tratar estos problemas concreta-mente haremos referencia a la situación en nuestrafacultad.

En septiembre de 2001 se lanza “Hacia elPlan Fénix: una estrategia de reconstrucción de laeconomía argentina para el desarrollo con equidad”.Este trabajo, que involucró e involucra a los másrenombrados profesores de la facultad –una partede los cuales venía realizando críticas al modelo conanterioridad, pero de manera inorgánica y discoor-dinada-, es presentado como un proyecto institucio-nal, lo que resulta de vital importancia consideran-do que dicha institucionalidad lo llevó a tener lugarrápidamente en las mesas de debate público sobre elrumbo económico del país y dando lugar a la difu-sión de un discurso diferente.

Sin embargo, el Plan Fenix como expresiónde una idea de Universidad manifiesta la inmadurezen la discusión de este tema. La universidad tienepor esencia la conjunción de la investigación y ladocencia, y la vida académica cobra sentido en el

“Si conseguimos volver a la idea de que la educación pertenece a la esfera delser y no a la del tener, podremos revertir la tendencia actual que busca conver-tir a la educación superior en un sector más del mercado de bienes y servicios.Una buena universidad es la que ejerce una influencia cultural decisiva en supaís”.

Dr. Guillermo Jaim Etcheverry, actual rector de la UBA1.

¿ U n i v e r s i d a d ?

1 “En la era del dinero”, pp.44, revista Encrucijadas, año 1, N°12, octubre de 2001.2 G. J. Etcheverry, ibidem.3 Al respecto, no puede omitirse la mención de los “Proyectos de Urgencia Social”, en el marco de la programación científicaUBACyT 2004-2007. En la presentación de los mismos “...debía constar la interacción con los actores sociales involucrados, porejemplo: autoridades locales, ONG´s, asociaciones profesionales, empresariales o sindicales. Por otro lado, se valoraría espe-cialmente su carácter inter o transdisciplinario”. Ver www.uba.ar.

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intercambio entre los tres claustros, docentes, estu-diantes y graduados. En la facultad, indiferente aestos principios, los dos primeros transitan caminosparalelos4. Mientras los profesores del Fenix discu-ten las medidas para resucitar al país, en las aulas sesigue impartiendo la ortodoxia neoclásica, ajena einútil frente a los problemas que nos presenta la rea-lidad día a día. En el seno de nuestra casa de altosestudios, la creación de un ámbito genuino de discu-sión, donde se haga a los alumnos parte, donde seincentive la creatividad y el pensamiento autónomo,sigue pendiente. En la medida en que la formaciónacadémica siga dirigida a producir técnicos sincapacidad de análisis crítico, en la medida que elestudiantado sea disociado de la producción deconocimiento, en la medida que no se defina el lugarque debe ocupar la Universidad Pública, cualquieriniciativa será no sólo vacua de contenido real y decapacidad transformadora, sino también ajena eimpropia al espíritu universitario.

Ahora bien, no sería justo achacar sólo a lavoluntad del claustro docente las deficiencias obser-vadas. En primer lugar, las condiciones laborales dela gran mayoría de dicho claustro resultan inacepta-bles: La UBA no sólo se caracteriza por ser los sala-rios de sus docentes más bajos que en cualquier otrauniversidad pública, sino por ser además el trabajogratuito la regla, y el hecho de que sólo goce de esta-bilidad en su cargo una fracción mínima de losdocentes debido a la inexistencia de concursos5.

En segundo término, desde los estudiantespoco se ha hecho para contribuir a la construcciónde una facultad distinta. En este sentido, merece lla-marse la atención sobre algunas situaciones, cuyocomún denominador es la apatía generalizada. Porun lado, en el plano académico, la perspectiva limi-tada en lo que hace al conocimiento: la preocupaciónúnica suele remitir a promocionar la materia, lo queredunda en una recepción ausente de juicio respectode los contenidos, lo que nos convierte en sujetosincapaces de cuestionar y comprender los fenómenoseconómicos que pretendemos estar estudiando. Porel otro, en el plano político-gremial, la autista indi-ferencia frente a la ilegítima conducción del centrode estudiantes y ante los reiterados golpes y amena-zas sufridas por compañeros de carrera (en estecaso, militantes de la agrupación tnt) y, como corre-

lato, la falta de discusión respecto de las problemáti-cas específicas de la carrera y del país en general.

Concluyendo, “...las universidades debenusar su autonomía para cooperar, asumiendo elpapel que les toca de ejercer el pensamiento crítico ycontribuir a definir un proyecto de país incluyen-te”6. Para que nuestra facultad en particular se dis-ponga a realizar esa tarea, es condición necesaria laparticipación activa de los distintos claustros, con-formando un ámbito de debate -ausente hasta elmomento- que nos permita verdaderamente hablarde una comunidad universitaria. “De cómo transite-mos por la riesgosa cornisa que supone enfrentar lanecesidad de modernizar a la universidad sin adhe-rir ciegamente a los criterios eficientistas del mer-cantilismo predominante o a consignas vacías designificado, sin compartir el desprestigio suicida delo público al que nos quieren sumar (...) y, sobretodo, sin dejarnos tentar por las expresiones huecasy grandilocuentes, hoy tan en boga, depende no sóloel destino de la educación superior argentina, sinotambién la supervivencia de nuestra amenazadacultura”7. En tanto ciudadanos de la vida académi-ca, en tanto estudiantes, con la reforma de 1918como antecedente histórico, es hora que demos nues-tra materia más importante: el compromiso. Lareforma a tratarse este año no es más que el primerpaso.

Zuremolke & el Mariscal

4 En este caso haciendo referencia solamente al plano académico, dejando de lado el desinterés y pasividad que se observó –excep-tuando casos particulares- por parte de los profesores en cuanto a la situación que vive el claustro estudiantil en lo que a repre-sentación gremial refiere.5 No desarrollaremos acá la inestabilidad que sufren algunos docentes en particular por motivos ideológico-políticos, como es elcaso del Dr. Levín, porque este problema merece ser tratado en detalle por la gravedad e implicancias del caso.6 Dr. José Luis Coraggio, entonces rector de la Universidad de Gral.Sarmiento; “Con amigos así...”, pp. 64, RevistaEncrucijadas, año 1, N°12, octubre de 2001.7 G. J. Etcheverry, ibidem.

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-Actualmente se está discutiendo sobre una posiblereforma de la carrera de economía. ¿Impulsaríaalgún cambio en la currícula?

Esa es una discusión sempiterna.Yo honestamente creo que el diseñode la currícula es un tema en elcual se discute mucho y producepoco. La carrera es lo que ustedestienen en las clases. PonerHistoria del PensamientoEconómico al final o al principioes una discusión eterna. Me acuer-do de un curso de historia que yo tuve; era una deesas perlas que había por ahí. Lo ponías al principioo al final y era buenísimo.

- Pero la carrera de economía está estructurada enbase a una lógica neoclásica: micro, macro, creci-miento, dinero, etc. ¿Eso no relega a otras escue-las de pensamiento a una estructura ajena a sumetodología y/o a las unidades finales de cadamateria, en el mejor de los casos?

Yo honestamente no tengo un drama particular conla currícula. Sé que hay un a discusión sobre si darlos cursos por fenómeno o por escuela. Yo la currícu-la por escuela no la veo, por varias razones.

En primer lugar, es un tema de adaptaciónsobre el lenguaje. Yo entiendo que es fundamentalleer a Smith, Ricardo, Marx, Marshall, Jevons, JohStuart Mill, Keynes... En algún momento. Pero si yotengo que invertir en adaptarme a la terminología deun profesor escocés de filosofía moral del siglo XVIII,luego al lenguaje de un profesor de la universidad de

Cambridge de los años 20 y 30 y después a un tipoque hace teoría del equilibrio general en los años 50,

me parece que tenés que pedalearmucho para llegar al mismo lugar.Es equivalente a decir que no hayfísico que no deba haber leído aGalileo en el original. Lo leés cuan-do tenés ganas y es divertidísimo,pero te va a costar entenderlo. Escierto que no es lo mismo en econo-mía. Pero los originales son pesa-dos. Son raros, porque el tipo toda-vía no tiene el pensamiento esque-

matizado; aunque reconozco que en algún momentohay que independizarse de los libros de texto.

En segundo lugar, hay una cuestión un pocomás filosófica. Para mí, la enseñanza de economía estratar de entender fenómenos, no la enseñanza dedoctrinas. Es decir, es una manera de entender, ana-lizar, comprender, actuar sobre, modificar…Todo loque vos quieras… Cosas, hechos, fenómenos, proce-sos. Las doctrinas son cosas que se arman parahacer eso. Me parece que en el enfoque por escuelavas a tener que armar el rompecabezas, después dehaber estudiado doctrinas que se refieren a los mis-mos hechos. No es la manera en la cual hacés máseficazmente la comprensión del fenómeno.

En tercer lugar, el riesgo de terminar y decir:che, ¿cuál te gustó más? Neoclásicos II. ¿Y vos quésos? Neoclásico II (risas). Eso de definirse comoricardiano, sraffiano, nuevo clásico, etc. Es llevarloa un terreno donde uno simplemente dice, yo soy éstoo aquello. Y el tema básico que es entender cómo fun-ciona la cosa se pierde.

D i á l o g o s :Daniel Heymann

¿Por qué esta sección?

Se avecina una reforma en el plan de estudios de las carreras de esta facultad y noqueremos quedar afuera de la discusión. En las reformas del pasado, los estudiantes tuvi-mos nula o escasa participación y cuando la hubo no fue escuchada. Actualmente, el espa-cio de debate es inexistente y más aún entre docentes y alumnos. Creemos que el diálogopuede ser enriquecedor –sobre todo cuando es abierto a la diferencia- y servir como basepara que no vuelva a ocurrir lo mismo en el futuro. Por eso, a través de esta sección bus-camos instaurar un espacio -hasta ahora vacío- e intervenir en el debate. El profesorDaniel Heymann, titular de Macroeconomía II y Tópicos de Macroeconomía en nuestrafacultad*, será quien exponga sus ideas en esta primera entrega.

*Licenciado en Economía y Física (UBA). Doctor en Economía (Universidad de California). Coordinador Area deAnálisis Macroeconómico, CEPAL. Profesor titular de Macroeconomía II y Tópicos de Macroeconomía (UBA).

“Para mí, la enseñanza deeconomía es tratar deentender fenómenos, no laenseñanaza de doctrinas. Esdecir, es una manera deentender, analizar, com-prender, actuar sobre,modificar…”

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Además, cada profesor tiene una culturalimitada... Si le preguntás, ¿che qué dice fulanito?Te dice yo hablo de neoricardianos o de expectativasracionales, no me pregunten de otros o te tira unavulgata, que es peor. En un cierto punto, cuando lacosa se plantea como debate entre escuelas, corre elriesgo de transformarse en un pensamiento dogmáti-co, por más que se presente como crítico.

De todos modos, yo reconozco que si habla-mos de teoría del capital, por ejemplo, hay quehablar de Sraffa, de transformación de valores enprecios, de los austríacos, de la función de produc-ción agregada, de la teoría del equilibrio general.Punto. Pero en cuanto a la currícula, los cambiospueden ser más a nivel micro que macro: “Think glo-bally, act locally”. Hay mucho interés en el alumna-do, surgen preguntas... desde allí pueden darse loscambios. Los que estudian economía en Argentina,son tipos con motivación, si no estudiarían adminis-tración.

- El resultado de la ausencia deun espacio que explique los pro-blemas de la realidad latinoame-ricana, nos lleva a sentir que loque estudiamos no nos permite entender nuestrocontexto.

¡Hablen! ¡Pregunten!

¡Stop! Cuando estoy hablando de entender estoyhablando de un proceso que lleva hacia planteartelas preguntas pertinentes para poder empezar ainvestigar las respuestas. Yo empecé a estudiar eco-nomía con esa hipótesis absolutamente simplista.Todo el mundo hablaba de economía. Entoncesvamos a la facultad de económicas a que me lo expli-quen. Todavía ahora, yo sigo remando tratando deentender. Que me digas “no entiendo bien a la econo-mía argentina”, te digo: ¡bienvenido al club! (risas)¡Somos muchos!

Más problemático que eso es decir: “yo meubico desde la perspectiva fulanita”. ¡No me impor-ta la perspectiva que te mueve! Aportame un cachitode conocimiento. No te digo que me expliques cómoson las cosas. Me preocupa que la educación doctri-naria corra el riesgo de cristalizar opiniones.

La postura que tienen ustedes es la posiciónde un economista en su vida profesional, si tiene unpoquito de apertura mental. El riesgo de cualquiertipo es cerrarse. Es legítimo preguntarse, dentro delabanico de teorías que andan dando vueltas por ahí,qué es lo que me están diciendo sobre éste tema queme preocupa. Y ver qué es lo que funciona mejor. Eldiálogo potencial compatible con las restricciones

humanas (que son de uno y del tipo que está adelan-te) se da en el momento en el cual vos discutís algo.Después, es cierto que en algún momento hay algunaespecie de marco general. Que alguien te enseñe teo-ría marxista en serio. Pero la verdad, cuando llegael momento de los papeles queremos saber cómo se dael crecimiento económico, el desarrollo económico,por qué se dan las fluctuaciones, por qué las empre-sas hacen esto o aquello. Eso es el núcleo básico.

- El tema es que prácticamente todas las materiasse basan en el mainstream...

El mainstream es el mainstream y por algo lo es. Mecuesta ver la enseñanza de economía alternativa,que no tenga el núcleo de ésto. No para criticarlosolamente. Hay que saberlo, porque es lo que se hace.Hay mucha producción, razonablemente útil, dentrode muchas cosas malas. Pero uno se alimenta deésto. Tenés que tener la mente abierta cualquiera sea

lo que tengas delante, incluso elpensamiento crítico, porque haymucha crítica vulgar también.

No creo que ésto pueda redu-cirse a un debate doctrinario.

Hay mucho de interacción en el aula. Buena parte dela enseñanza está allí. Cuando funciona, es una acti-vidad cooperativa, incluso cuando implica la crítica.En general, cuando te hacen una pregunta en clasete sirve, te esfuerzan a pensar.

- Dado que no existen canales para difundir esacrítica ¿Estarías de acuerdo con algún tipo de eva-luación institucionalizada de los alumnos hacia losdocentes?

En las universidades más calificadas del mundo exis-ten. Son públicas, pero no taxativas porque ojo conel tipo que se saca la mala nota…

-Muchos licenciados deciden seguir estudiandoafuera. ¿Qué significa esto?

Es un proceso muy regular. Mucha gente muy capazse va a estudiar. Ojalá vuelvan. Que no suceda es unproblema muy grave. Una de nuestras funciones enlas facultades es ayudar a esa gente a que puedaestudiar afuera, que hagan su carrera académica yempiecen a producir conocimiento en serio, con laidea de que a la larga se pueda tener una profesiónmás calificada aquí.

- ¿Qué ventajas tiene realizar un posgrado en elexterior?

Esa experiencia es importante. Hay que reconocerlas cosas como son. Hacer el doctorado acá tiene

“Me preocupa que la educa-ción doctrinaria corra el ries-go de cristalizar opiniones”

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características bastante distintas que allá. Allá estáscinco años full time, tenés a los tipos que escriben lospapers con acceso directo -sin intermediarios- ypodés interactuar con ellos. Que ellos estudien afue-ra te dice que todavía hay gente de mucho nivel en laUBA (dentro de la diversidad). Aunque no creo quesea el único criterio, si no podés mandar a nadie, esun problema.

-¿Por qué en la facultad no se recomiendan traba-jos producidos en la Argentina?

Sobre la Argentina no vayas a buscar lo que dice elmaestro. Faltan interpretaciones generales. En los60 y 70, hubo producciones muy ricas, como las deDíaz Alejandro, Canitrott, Diéguez, etc. Pero ya esliteratura de esa época. Actualmente, no hay traba-jos de ese calibre. En parte es algo sociológico. Nohay suficiente gente trabajando con dedicaciónexclusiva. Y el problema está en la Argentina, no essólo de la Universidad. Hace faltagente para poder charlar cara acara; en los pasillos se aprendemucho. Esa es la gran diferenciacon las universidades del exterior.Además, realizar un trabajo deinvestigación de largo aliento sehace difícil en nuestro país.

- Nosotros sentimos que en lafacultad hay una falta de interac-ción con la realidad. No encontramos el nexo entrelos contenidos que se estudian en clase y la econo-mía argentina...

Es importante estudiar aquello que se puede apren-der en una clase y también, observar por la ventanay ver qué pasa en el mundo. La riqueza de las obser-vaciones es fenomenal; gran parte del trabajo queuno hace, parte de allí. Hay que abstraer una partede la realidad y estudiar, parte por parte. Es impor-tante aprender el uso de la abstracción y de modelos.Hay que suspender la credulidad, pero también elescepticismo. Al utilizar un modelo debemos saberhasta qué punto es capaz de representar hechos.Hay gente que se cree todo, aunque las contradiccio-nes se observen cotidianamente...

- ¿Cual es la inserciòn laboral de los nuevos eco-nomistas?

Es difícil la inserción en el mercado laboral paracualquier profesional y no profesional. Con respectoa los economistas, depende cuál sea el objetivo decada uno. Para quienes quieran escribir artículosgenerales sobre el sistema económico, no tienen espa-cio. Quienes tuvieron un modo de razonamiento eco-nómico, han tenido un lugar razonablemente amplio.

Igualmente hay que encontrarse el lugar, un poco esla “ley de Say”.

UN POCO DE MACRO

- El país parece estar encarando cambios significa-tivos en varios frentes. ¿Cree que verdaderamen-te estamos viviendo una transformación del mode-lo económico?

Todo está asociado con enormes cambios de compor-tamiento. Una de las cosas más impresionantes queha pasado la Argentina es la crisis de un sistema, deun modo de comportamiento, y de un régimen con-tractual: el tipo de cambio fijo, asociado con contra-tos en dólares. Todos los sectores (público, privado,bancario) prometían que iban a “devolver dólares”,lo cual exigía que el nivel de ingreso en dólares fueramás o menos constante. Eso no ocurrió y ese conjun-

to de promesas se fue al demonio.Era un sistema que en su forma deorganización más elemental estabaen problemas. Recordemos quellegó a fallar hasta el mecanismode transacciones básico.

Es como si vos hubierasabierto la tapa de una economía ydicho: mirá este aparatito que fun-

ciona en todos lados, acá resulta que puede no fun-cionar. Estás en un sistema en el cual directamente tecortan el acceso al medio de pago y después mágica-mente se recompone.

La recomposición tiene que ver con la res-tricción intertemporal de presupuesto. La economíapasó de 9000 dólares per cápita a 3000. Cuando sepasó a 3000 dólares per cápita se hizo bolsa el siste-ma contractual, lo que contrajo aun más la econo-mía y perjudicó inmensamente a los grupos de meno-res ingresos. Este es uno de los aprendizajes que dejala crisis: son muy jorobadas para los que están másabajo, porque son los que menos tienen para prote-gerse.

Creo que lo que pasó fue que el sistema se lasarregló para evitar la terminal explosión de la hipe-rinflación por varias razones. En parte, por un cam-bio en el comportamiento privado: en la “híper”cuando aumentaban los precios uno iba a comprarmás y ahora donde había un aumento se comprabamenos. Eso creo que dio un margen unos meses. Fuefundamental.

-¿Qué fue lo que determinó ese cambio de com-portamiento?

“Es legítimo preguntarse,dentro del abanico de teorí-as que andan dando vueltaspor ahí, qué es lo que meestán diciendo sobre esto. Yver qué es lo que funcionamejor”

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La experiencia de la estabilidad de precios fue un ele-mento, no te quepa la menor duda. Además, está lamemoria de la “híper”, y todos sabemos lo destructi-vo que fue. De alguna manera el sistema políticotenía claro que si venía la “híper” era el final, poreso uno de los objetivos del gobierno era evitarla.

Fenómenos como la generación de superávitprimario del gobierno en medio de la profundísimacrisis, y la restricción de la oferta monetaria fueroncruciales. La política económica fue dirigida a evi-tar la“híper” sea como sea.

Por último, el enorme superávit de la balan-za comercial. De faltar dólares te empezaron asobrar, porque la recesión había reducido las impor-taciones. Eso generó que el tipo de cambio en algúnmomento se achatara.

Por otro lado, el consumo había caído tantoque el poder de compra de laexportaciones, o de los dólares queestaban por ahí, en términos debienes internos era enorme.Entonces en el momento en queaquellos tipos que sacaban losrecursos al 10 % del producto per-dieron un cachito de miedo (por-que el tipo de cambio dejó desubir) y dijeron “gastemos unpoquito” la economía rebotó. Enalgún sentido hubo un mecanismode rebote implícito en la gran caída y ahora lo quetuvimos fue una afirmación de eso. De una economíaque viene de muy abajo y que tiene un potencial derecuperación. Pero esto tiene un límite si no se pien-sa en el mediano plazo, en términos de demandas fis-cales, pobreza, modelo productivo e inserción de laeconomía en el mundo.

- Y deuda...

No te quepa la menor duda. La deuda te limita, lapregunta es “hasta donde puede y debe uno pagar,mucho, poquito, nada”. Y ahí uno tiene que pensaren términos de costo- beneficio. Tener una economíadonde uno paga, cumple y no lo embroman y trans-mitir certidumbre sobre el sendero fiscal en que unoestá, ayuda a la inversión. O sea, que tener un esque-ma razonablemente específico que te deje tu deudaatrás, vale.

Creo que es un error decir que los pesos quese pagan no se destinan a gasto social, porque pre-supone que el mismo peso gastado lo tendrías paragasto social si no pagaras. Es más difícil que una eco-nomía en default crezca, porque te podés encontrarcon que lo que no pagás tampoco lo tenés.

-¿Cual es la magnitud del esfuerzo fiscal que supo-ne el pago de la deuda?

El 3% del producto es 15% de la recaudación, lo queen cualquier lugar del mundo es mucha plata. LaArgentina recauda 20 % del producto. Algunos com-paran con el superávit de 4,5% de Brasil, pero ésterecauda más del 30% del PBI. El 4,5 de Brasil es 15% de la recaudación. En realidad, el ingreso del sec-tor público no es el producto, sino la recaudación.

Si uno va más allá de lo factible, volvemos aljueguito ese de que se promete lo que no se puede. Sise promete lo que no se puede hay dos posibilidades.O te creen lo que prometiste, y en ese caso te caes enel futuro y es otro planchazo más, que difícilmentetolere la Argentina. O no te creen desde el principioy ahí tampoco va a haber inversión de nuevo.

También una idea es ponerse una cuota fac-tible y pagar todos los meses paraque te dejen tranquilo. No fijarsemás en el riesgo país, no salir apedir prestado afuera, y pagarigualmente. Tener la plata reser-vada, y tomártelo como que estáspagando la cuota a este club inter-nacional, creo que es lo mejor.

Por eso creo que vale la penaapoyarme sobre un esquema queparece factible de alguna manera,

no prometas mucho más allá y no te metas en uncallejón sin salida.

- ¿Por qué decís que parece factible?

Porque el superávit del 5% está siendo factible, aun-que sin dudas es una meta dificultosa. Hay dos cues-tiones que tienen que ver con los derechos de expor-tación, el precio de la soja y el tipo de cambio real.Por un lado, aumenta la recaudación en términos dederechos de exportación, pero en dólares significa unmonto menor. Hay siempre un trade-off. Tenemos unsuperávit primario costoso.

El compromiso debe ser contingente en tér-minos del producto, es difícil decir la cuantía. Notenemos el modelo preciso de crecimiento, hay quereconocer la incertidumbre. Por eso, el compromisodebe ser consistente con la capacidad de pago.

ENTREVISTA:Leandro CacioniLorena DrewesEvelin Goldstein

“La experiencia de la esta-bilidad de precios determi-nó un cambio de comporta-miento: en la híper cuandoaumentaban los precios unoiba a comprar más y ahoradonde había un aumento secompraba menos”

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El golpe y la FCE: antes, durante y después“El economista debe ser un filósofo y un reformador social”

LA UNIVERSIDAD REFORMISTA: ASCENSO Y OCASO

Alejandro Rofman: Luego del ’55 la universidad seorganizó bajo los principios de la reforma, que tení-an como criterio central la designación de los profe-sores por concurso de antecedentes. Esto nuncahabía sido posible en la universidad argentina, endonde los profesores eran designados a dedo por losconsejos directivos o el decano. Se instrumentaronlas cátedras paralelas, experiencia que luego del ‘83se hizo en muy limitada proporción, que permitíanque, ante la disconformidad, los estudiantes propu-sieran que se abriese una cátedra con la misma legiti-midad que la oficial, a objeto de poder escuchar otravoz, o tener otro método de aprendizaje. Por prime-ra vez se hicieron elecciones abiertas dentro de lostres estamentos universitarios: profesores, graduadosy estudiantes, y accedieron a funciones del consejodirectivo.

Los egresados jóvenes tenían la posibilidad dehacer cursos de docencia libre: de adscribirse comodocentes ad honorem y hacer un aprendizaje de dosaños dando clases compartiendo la cátedra con elprofesor titular. Se implementaron convenios ymuchos alumnos acudieron a Chile, a EEUU yEuropa a especializarse; con el compromiso de quecuando terminaran su maestría o su doctorado vol-vieran acá.

Esta estructura permitía dos cuestiones muyimportantes: en primer lugar el ir poblando las cáte-dras con jóvenes egresados de la casa con una sólidapreparación académica en universidades tanto deAmérica Latina como de EEUU o Europa. En segun-do lugar, crear nuevas carreras. La carrera deEconomía se creó aquí en Buenos Aires a fines de los’50 y fueron los delegados estudiantiles quienes arma-ron el plan de estudios, sin experiencia previa perotratando, en un proceso muy abierto de discusión enel claustro estudiantil, de llevar todas las nuevasorientaciones metodológicas, propositivas y de prin-cipios teóricos a las cátedras.

Durante la época del Onganiato, pese a que laUniversidad estuvo intervenida, se pudo seguir tra-bajando. Por supuesto sin el espíritu de antes, pero almenos la mayoría de los profesores pudo seguirdando sus clases y no tuvo limitaciones para expresarsus ideas.

La etapa que comienza en el ’73 está marcadapor el predominio dentro de la universidad de laJuventud Universitaria Peronista. Esto abre otromodelo de gestión universitaria que tiene algunospuntos de contacto con lo anterior: se abre un espa-cio muy rico en creación teórica y trabajo de los estu-diantes. Tiene otro perfil porque carece de la legiti-midad democrática del período anterior (hasta el 66),pero es todavía mucho más rica en creación colectiva,en búsqueda de nuevas ideas en lo que fue la explo-sión en América Latina a fines de los ’60 y principiosde los ’70: toda una revolución de ideas y de políticas,que trasciende los marcos normales, y entra a tenerfuerte presencia en la facultad. Todos los estudiantes,los trotskistas, los camporistas, los Montoneros esta-ban todo el día en la facultad, porque la facultad erael lugar de la militancia, actividad que tenía un valoraltísimo: el aporte de los estudiantes en las luchas tanintensas de aquella época que nunca más existieron.

Eso se cortó bruscamente de una manerainsólita para todos nosotros, que habíamos hecho dela universidad nuestro lugar de vida, en octubre del‘74 con la famosa “Misión Ottalagano”. El ‘74 fue unantecedente del ’76: fue la primera limpieza ideológi-ca de la universidad; desaparecieron todas las formasdemocráticas. El interregno entre octubre del ‘74 ymarzo del ‘76 fue un período de aprendizaje paraquienes reprimían la voluntad popular. Con el golpemilitar la posibilidad de expresarse se cierra definiti-vamente.

EL MIEDO Y LA DESTRUCCIÓN CONSUMADOS

Saúl Keifman: El gran cambio que empieza en la uni-versidad se produjo antes del golpe. Cuando yo

La derecha sostiene que recordar el proceso es inconducente. “Es abrir heridas”. Con motivo del 28ºaniversario del comienzo de la última dictadura - la dictadura-, se organizó una conferencia en la que se con-vocó a tres profesores que vivieron distintas épocas de la Universidad para que relataran los cambios que seprodujeron y entender cómo se vio afectada. Alejandro Rofman, Saúl Keifman y Andrés Musacchio acep-taron la invitación y nos contaron el antes, el durante y el después de la dictadura en Córdoba 2122. La char-la, que comenzó con las exposiciones de los invitados, fue dirigiéndose naturalmente, como guiada por lamano invisible, hacia temas como la profesión del economista, la posición de la carrera dentro de la facultad,la política en los estudiantes y en los profesores (con la mirada de todos los presentes puesta siempre en laanunciada reforma de plan de estudios), y terminó con una propuesta de acción, con un compromiso. Paseny vean cómo en dos horas la negación de la memoria quedó, una vez más, refutada.

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entré, en marzo de 1976, gran parte del trabajorepresivo ya estaba hecho, aunque por supuesto des-pués se fue acentuando: uno se enteraba de profeso-res que caían presos, u otros que eran cesanteados.

En cuanto a las aulas se había creado unclima en donde la discusión abierta era muy difícil, loque por supuesto no está aislado de lo que pasó en elresto del país. Muchos alumnos decían “no, de políti-ca no queremos hablar”. No había discusiones en loscursos, había muy poca participación de los estu-diantes, las materias se dictaban de un modo bastan-te tradicional, es decir, se dictaban.

La carrera dejó de ser plural: hubo algunosprofesores de muy buen nivel que quedaron, porsupuesto todos de formación neoclásica (algunos noeran neoclásicos pero se volvieron); que convivíancon profesores muy mediocres. Había materias quedirectamente no se podían cursar.

Sin embargo lo que sí se perdió en la dictadu-ra, y que no se recuperó, fueron algunas cuestionesinstitucionales que son importantes: los concursos,las cátedras libres.

Se mantuvo el Instituto, pero con muy pocosinvestigadores de dedicación exclusiva. Y esta es unade las debilidades que tenemos en la carrera que nopudo ser superada: es imposible pensar el una carre-ra de Economía si no hay un núcleo permanente deprofesores con dedicación exclusiva que se dedique ala investigación. Lo que nos falta es una renovación,tenemos una gran dificultad para reclutar profesoresinvestigadores que se dediquen al trabajo académico.

Otra cosa que se destruyó con la dictadura esel pensamiento propio. La UBA tiene una gran tradi-ción de un pensamiento económico que sobre todo sededicó a analizar la problemática argentina y latino-americana. Tenemos la idea de que no podemos pen-sar por nosotros mismos, que la ciencia y la verdadno la podemos alcanzar: hay que ir a buscarlas alexterior. Pero las problemáticas no son las mismas,los problemas del desarrollo están muy mal entendi-dos en los centros académicos del mundo desarrolla-do porque ese no es su problema. Esta debilidad queseñalaba de la universidad pública, es sin duda unaherencia de la dictadura que no fue superada por lademocracia, es una de las grandes deudas.

También se ha perdido la creatividad, la efer-vescencia política, el debate, la motivación; en losalumnos, y también de los graduados. En los alumnosno veo motivación, quizás tenga que ver con que haymucho desempleo, entonces la cuestión de la salidalaboral es algo que angustia mucho, pero ahí hay unproblema... Demasiada preocupación por la nota.Qué entra en el examen, qué no. Es algo que real-mente nosotros no preguntábamos. No preguntába-mos eso.

LA DEMOCRACIA: ESPACIOS RECUPERADOS Y DEUDAS

PENDIENTES

Andrés Musacchio: Cuando yo entré a la facultad, ladictadura ya se había ido. Entré en ese momento degran efervescencia política que fue el periodo de finde la dictadura, impulso que duró dos o tres años másde una manera clara. Encontrábamos en la vida coti-diana algunas rémoras de la dictadura, nos seguían,o había soplones en la rotonda, pero no pasaba nada,ya no era peligroso. Cuando ese impulso terminó, seprodujo una gran desmovilización. La lucha estu-diantil se transformó en una escalera hacia la políti-ca más vulgar: cómo escalar posiciones hacia lacámara de diputados. Eso lleva a que se pierda porcompleto el contenido de las luchas estudiantiles.

La desmovilización tiene como contracarauna carrera que ha sido encauzada hacia una hiperprofesionalización para adaptarla a la salida laboral,principalmente al mercado financiero que es la fuen-te laboral principal desde la reforma financiera del’77. Parece ser el gran agujero negro que se chupa atodos los economistas. Esta híper profesionalizaciónesconde una falta de reflexión muy profunda sobrenuestra propia disciplina.

Uno de los elementos centrales que nos haneliminado con la dictadura es el conflicto: en los tra-bajos anteriores al ’76 me encuentro que la literaturalo tiene como tema principal. Por otro lado, los eco-nomistas de mi generación logramos inicialmente unsentido crítico que hoy noto que falta en buena partede los profesionales y, esto es lo que más me alarma,falta también en los estudiantes. Uno les puede con-tar cualquier historia en clase que les da lo mismo.Toman nota y reproducen. Eso es un problema grave,que se agrava también con un nivel docente que se haido achatando. Ahora ya no por falta de libertad,sino por falta de recursos.

Yo viví esa primera apertura postdemocráticaen donde ingresaron todos estos profesores heterodo-xos. Teníamos también prefijado el camino neoclási-co en casi todos los cursos, pero lográbamos encon-trar algún curso en el cual escapar un poco a la visióntradicional: logré armar así buena parte de mi carre-ra. Pero claro, esto se puede hacer cuando uno entradesde la crítica. Yo sabía antes de empezar mas omenos qué era lo que quería. Y ese sentido crítico quese ha perdido es el que también lleva a que uno nisiquiera se extrañe por este tipo de cosas porque nosabe bien qué es lo que está buscando.

§

LA ACADEMIA Y EL MERCADO

-¿Cómo creen que puede conciliarse una carreraprofesionalizada con un buen contenido teórico, sies que existe una buena conciliación entre las dospartes?

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S.K.: Los de la carrera de Economía somos una mino-ría en una facultad donde las carreras mayoritariasson por su naturaleza carreras profesionales. Pero laeconomía no lo es; la economía pretende ser una cien-cia. El papel de los economistas es entonces confuso,porque también tiene mucho que ver con la política.Esto tiene que tener que ver con una buena carrera.Y es imposible tener una buena carrera científica siuno no tiene un núcleo de científicos.

Aunque la carrera por su naturaleza es aca-démica, científica, no todos los economistas tienenque ser economistas académicos, pero a mí me preo-cupa que la mayoría de los economistas no lo sean.Esto es terrible porque cuando los economistas noson académicos empiezan a trabajar para interesesespeciales. Por ejemplo, el poder del sector financie-ro: dudo de cuál es el grado de seriedad científica quepueden tener muchos de los economistas que traba-jan para bancos internacionales. El doctor Riveradice: “la verdad que los economistas se parecen cadavez más a los abogados”. Y sí, los economistas nosparecemos a los abogados, porque defendemos alinterés que paga. Eso es terrible, eso va en contra dela naturaleza de esta profesión, que en su origen erala Economía Política. Cuando yo ingresé esta carrerase llamaba “Licenciatura en Economía Política”.Vino el golpe, le cambiaron el nombre y le sacaron“política”, y quedó así. “Acá no se enseña a hacerpolítica”. La Economía Política es una reflexiónsobre la sociedad, el economista en esa reflexión seespecializa en un aspecto, pero no lo puede disociardel resto de la sociedad. Olivera una vez dijo: “Eleconomista debe ser un filósofo y un reformadorsocial”. Fijáte qué alejados estamos hoy en día deeso. Esta disciplina perdió todo papel crítico quetenía en un pasado no muy lejano. La época a la queAlejandro se refirió era una época en la que la econo-mía jugaba un papel mucho más crítico. Entonces loque claramente tiene que predominar es lo otro.Porque si predomina el aspecto profesional, entoncesahí terminamos siendo abogados. Un abogado res-ponde al cliente que mejor paga.

A.M.: El problema me parece que es la híper profe-sionalización: esa economía extremadamente mate-mática en donde se pierde de vista el problema, endonde, según Friedman, “hoy nos interesa la segundaderivada y mañana tal vez la tercera, no importa dequé, el tema es la tercera derivada”. Yo creo que esolejos de profesionalizarnos, nos ha desprofesionaliza-do: hemos perdido la sustancia de la profesión.

Varios colegas han manejado el país a suantojo a partir de representar ciertos intereses escon-didos detrás de esa híper profesionalización, y que noestá mal que existan. Todos los economistas tenemosnuestra posición en la sociedad, ninguno habla comocientífico puro. Pero la supuesta cientifización se usa

para ocultar esos intereses. Decir: “Acá no hay inte-reses. Esto es la ciencia económica. Todo lo demás esuna chantada” es la chantada que nos han vendidoalgunos economistas de los últimos treinta años. Meparece que lo que tenemos que hacer es ir hacia unaeconomía mucho más rigurosa en los problemas quese plantean, y no en el virtuosismo de resolver pro-blemas intrascendentes.

§

EL CLAUSTRO DOCENTE

-Se habló de rupturas que no tuvieron vuelta atrásdurante la democracia, como la falta de un espíri-tu crítico, la falta de un debate nacional, de con-cursos...¿Qué rol les parece que tuvo el claustrodocente en la continuidad de esas políticas?

A.R.: Te contesto brevemente con una confesión:desde hace cinco años que no hay reunión de claustrode profesores de economía. No hay discusión, no hayintercambio; eso deteriora los vínculos. No pido ungran debate: esto que estamos discutiendo ahora, dis-cutirlo entre profesores, cómo vamos a enfocar lacarrera... La facultad ha retrocedido notoriamenteen su capacidad de crear un claustro docente activo,vivo, interesado, comprometido, coordinado. Lotuvimos. Cuando yo entré en esta casa teníamos reu-niones una vez por mes...

S.K.: Yo creo que los docentes hacen lo que pueden.La falta de apoyo, de recursos, de reuniones. Haymuchos profesores que no cobran. Muchísimos.Están enseñando en las sedes y no tienen ningunacátedra que los ampare. Esto se agravó con la refor-ma del ’97.El problema de que somos una minoría, y hay un pro-blema de coordinación. En esto los estudiantes nospueden ayudar mucho, en recrear un espacio de lacarrera, que tiene que ser un espacio de docentes yestudiantes que traten de trabajar de manera colecti-va para mejorar la carrera. Hay recursos que podrí-an usarse mucho mejor, hay muchas cosas que sepodrían hacer y no se hacen. No les crean cuando lesdigan que no hay plata.

§

EL CORTO PLAZO

-Así como se comentó que ocurría durante la dic-tadura, hay materias completas que en la actuali-dad no cuentan ni con un solo profesor idóneo. Yoquería saber qué les recomiendan a los estudiantespara tratar de contrarrestar esto en el corto plazo,más allá de que responde a un gran problemaestructural.

S.K.: A mí me parece que hay muchos mecanismosque se pueden instrumentar. Las encuestas que los

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grupos estudiantiles están haciendo tendrían que serinstitucionalizadas por el Departamento deEconomía. Con respecto a la masividad, el problemano es sólo de esta facultad, ni de la UBA. La solucióntradicional, que se usa en otras facultades y funcionamuy bien, es la división entre las clases teóricas y lasprácticas. Para eso no necesitás muchos buenos pro-fesores y comisiones en donde se dé el debate. Porejemplo, Medicina de noche está vacía ¿por qué noutilizarla?. Lo peor es creer que otra cosa no se puedehacer porque no hay recursos, porque no hay lugar...

A.M: Pero además hay que patalear, hay que enfren-tarse.

§

“LENTO, PERO VIENE”. EL LARGO PLAZO.- Cuando fue la reforma del ’97 ustedes comenta-ron que el plan se les presentó cuando ya estabahecho, ¿creen que en esta próxima reforma sepueda dar algo distinto?

A.R.: Yo me acuerdo que los estudiantes se acorda-ron un poco tarde. Como viene, hay que tener ya unaidea clara de hacia dónde nos queremos dirigir.Valdría la pena que este grupo de animosos estudian-tes que han cubierto esta sala y no creí que estuvieratan llena, desde ya se lo pusiese como objetivo a cum-plir.

S.K.: Muchas de las pérdidas fueron posibles porqueno tenemos una voz. No tenemos una institucionali-dad propia y eso tiene que ver mucho con nuestraindividualidad. Hay que pensar en un espacio en elque podamos encontrarnos los que estamos interesa-dos en esta carrera: crear un ámbito que tenga quever con la carrera de Economía, los claustros docen-tes y estudiantiles. Yo creo que el plan de estudios esuna oportunidad muy importante para institucionali-zar una voz que participe, pero que no se quede sola-mente ahí, porque el plan es importante, pero acáhay cosas mucho más graves. El punto crucial es quesi no tenemos una entidad, aquellos que nos preocu-pamos por la carrera poco podemos hacer: lo quefalta es la presión de esa entidad, un ámbito de dis-cusión de los problemas, que presione y que actúe.Por nuestro lado los profesores vamos a tratar dehacer algo; ustedes los alumnos tienen que presionarcomo estudiantes.

A.R.: Nuestra carrera no está organizada comootras. En Filosofía y Letras, donde historiadores,filósofos, licenciados en Letras tienen un objetivo encomún, cada carrera tiene una estructura participa-tiva, tiene el claustro de profesores con representan-tes de estudiantes y graduados. En esta facultadsomos evidentemente una minoría, nuestro perfil esdistinto: es un buen momento para exigir la organiza-

ción de la carrera. Con respecto al plan de estudios, tiene que

tener algo que ver con lo que sucede en la Argentinao lo que pretendemos que suceda: construyamos uninstrumento de aprendizaje que tenga que ver con lasrespuestas a las demandas de la sociedad. Entonces,como dice Benedetti, “lento pero viene”, podamosconstruir entre todos un marco de educación.Cuando aparezca finalmente el debate sobre el plande estudios todos nos tenemos que poner a debatir. Ysi no nos dejan, empujemos la puerta para entrar.

§

EL CENTRO DE ESTUDIANTES

-Yo quería saber qué opinión les merece a los pro-fesores el tema de la falta de democracia en laselecciones, el desfile de patovicas que tuvimos a finde año.

S.K: A mí me parece un escándalo, la facultad esSantiago del Estero: hubo dos fraudes. No uno, dos.

A.M: Yo vi cómo se construía un centro de estudian-tes en la post-democracia con dos características: aespaldas de los alumnos, pero también sin la partici-pación de los alumnos: era un ida y vuelta. Es un sis-tema que se construyó de manera perversa, pensandoen la cámara de diputados. El actor principal, y meparece que este tipo de reuniones puede ser un indi-cio de un cambio saludable, es el estudiante, quetiene que sacar a quien no lo representa, y tomar larepresentación de los sectores propios.

§

LA ORGANIZACIÒN POLÌTICA

(intervenciones del pùblico)

- Una necesidad muy fuerte que se está percibien-do en los últimos años es la de tener una actividadconjunta entre docentes y estudiantes. Creo queuna de las pérdidas más fuertes es de una organi-zación política, porque no podemos hablar dedocentes si no hay presupuesto para esos docentes,y no podemos hablar de estudiantes que estudien,si tienen que trabajar todo el día para venir a launiversidad.

- Yo creo que muchos de los docentes no participanporque es una sociedad que es muy individualista.Hay una gran diferencia en la voluntad por ense-ñar que tienen los docentes del principio de lademocracia con los que estaban de periodos ante-riores.

- Más allá de los problemas del programa de estu-dios y qué sé yo, la discusión tiene que ir haciacómo se recuperan esos espacios de acción políti-ca, tanto desde el claustro de docentes como el deestudiantes.

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“Nuestra Facultad se rige por principios democráticos que sonnormas predispuestas por el estatuto universitario dictado

hace mas de cuatro décadas. Hace escaso tiempo tuvimos elec-ciones de los claustros de graduados y de alumnos lo que llevó

a una renovación de los miembros del consejo directivo.”

El estatuto fue dictado hace cuatro décadas,pero ¿se puede decir sir ruborizarse que nuestraFacultad se rige por principios democráticos? De losdocentes en actividad tiene derecho a voto cerca de un...20%!!! Debido a la falta de concursos el voto en el claus-tro docente es solo privilegio de unos pocos afortunados.Entretanto, el claustro estudiantil, que puede consolarsecon la elección de autoridades de la Facultad de manerarazonablemente democrática, se vió sometida al procesoeleccionario más turbio que recuerde la UBA en la desig-nación de la conducción gremial de los estudiantes. Deeste modo, quedando el ejercicio de la democracia bas-tante restringido en la facultad, pareciera una falta derespeto hacia docentes y alumnos jactarse de dichos prin-cipios sin hacer referencia a su situación.

“Es, por tanto, un buen momento para afirmar nuestra con-vicción en los mecanismos participativos y democráticos que

rigen la vida universitaria y momento también oportunopara anunciar algunos proyectos que hacen a la vida de nues-tra facultad, pero que sin duda alcanzan el interés general.”

Si la convicción es tal, los alumnos de la carrerade economía tendríamos a bien que se nos brinde lugar enla discusión de las cuestiones que a nuestra carrera refie-ran –como ser una reforma del plan curricular-, ya quela misma no cuenta con representación alguna en el con-sejo, al tiempo que posee especificidades ineludibles conrespecto a las carreras de mayoritaria representación.

“Es sabido que las carreras universitarias deben evolucionaracompañando a un mundo sometido a rápidas y drásticas

modificaciones, es por ello que debemos aprestarnos a cambioscurriculares en las distintas disciplinas que se estudian en

nuestra facultad.”

Es sabido que el sentido común es de uso cientí-fico en nuestra Facultad, pero nosotros estamos conven-cidos de que no siempre es una buena guía. Es cierto queen carreras de carácter técnico, los cambios legales o for-males deben ser acompañados por cambios en los conte-nidos de las carreras. Sin embargo, el desarrollo cientí-

fico, que hace al corazón de una universidad, no deberíadejarse sorprender por las luminarias de lo manifiesto, ydebería, mediante la promoción del conocimiento crítico,ser capaz de interpretar, explicar, criticar esos cambios yno solo acompañarlos.

“La economía internacional cada día más interrelacionadanos obliga a pensar en la situación regional, y así nuestra vin-culación con los países del MERCOSUR deberá merecer espe-

cial atención.”

Lamentamos disentir, incluso cuando comparta-mos la conclusión. La vinculación de nuestro país con losdel MERCOSUR, y con los de TODA América Latina,debió ser siempre objeto de especial atención, ya que conellos no nos vincula la contingencia de un tratado comer-cial, sino que nos hermanan siglos de sujeción, problemassimilares, miserias compartidas, y lazos culturales engeneral. Que estas cuestiones fundamentales se borrarande la currícula es consecuencia directa de la dictaduramilitar que acabó no solo con la vida de miles de perso-nas, sino con el conocimiento crítico, la producción teó-rica propia y cualquier otra fuente de pensamiento liga-do a la realidad concreta de la población argentina y lati-noamericana.

“Enfoques, antes llevados a un segundo plano de la formaciónprofesional, comienzan a considerarse imprescindibles. Hoy

resulta un imperativo el aceptar la importancia de la forma-ción ética y moral de nuestros graduados. Esta formación quees de gran importancia en todo ser humano adquiere enormerelevancia en las profesiones vinculadas con los negocios, la

administración y la economía, tan ligadas todas ellas al bien-estar de la población.”

Ante tal afirmación caben dos preguntas y una sugeren-cia.Preguntas: -¿Antes no era importante?

-¿Era necesario que haya fraudes enempresas norteamericanas o italianas para llamar laatención sobre la ética y la moral, cuando en Argentinanos encontramos con que tanto los grandes grupos eco-nómicos locales como la burguesía internacional viven decontratos con el Estado, privatizaciones y distintos nego-ciados en los que históricamente aparecen coimas – IBM-Banco Nación -, o resultan irregularidades – Correo-Macri -, fraudes, etc?Sugerencia: Consideramos que resultaría imposible

Golpe a golpe, verso a verso

1 La Gaceta de Económicas, Publicación de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Año 4, Número 41, pp. 3.

El siguiente artículo expresa el profundo disenso y la irritación que nos ha suscitado la edito-rial del último número de la Gaceta de Económicas1, firmada por el Decano Carlos Degrossi.Queremos resaltar que siendo la Gaceta una publicación institucional, nosotros, los estudiantes,como parte de dicha institución, no nos sentimos para nada identificados con los preceptos queexpresa el decano, y consideramos que sus opiniones se encuentran realmente alejadas del espírituuniversitario, la vida académica y la realidad por la que transita la facultad hoy en día.

Para dar cuenta de esta afirmación citaremos y comentaremos uno por uno los párrafos dedicha editorial. Veamos:

Page 18: Plan [h] - El Germen FCE|UBA · cambio cuantitativo en las variables, sino que las ecuaciones mismas cambiaron. Pero la economía que nos enseæan se empeæa en medir todo con la

el dictado con seriedad de tales materias en la medidaque el CECE siga estando ocupado por un grupo de indi-viduos que retienen sus instalaciones haciendo uso de laviolencia, las amenazas, los fraudes electorales, etc, etc,etc. Ningún alumno de económicas estará en condicionesde escuchar sesiones discursivas sobre moral cuando suvoluntad no puede manifestarse en las urnas debido aque el CECE lo administra el más fuerte, el más fraudu-lento, el que está dispuesto a llevar barras bravas a lafacultad para amedrentar a la oposición. Es cierto quecentro de estudiantes es autónomo y no forma parte delámbito institucional, pero tampoco las autoridades de lafacultad pueden mirar para otro lado cuando en sus pro-pias narices ven que la legalidad y legitimidad se encuen-tran atropelladas por la violencia, cuando una de las par-tes detenta el monopolio y la voluntad de violencia, cuan-do el discenso es acallado a palos.

“La idea de que la economía es una herramienta adecuada sisirve al hombre y por ende a la humanidad, deberá ser uno de

los preceptos a privilegiar.”

En la reforma anterior, ¿que se suponía que era?En buena hora se piensa en privilegiar estos preceptos,ya que en la última década el discurso de la ortodoxianeoclásica, auspiciante de los recortes presupuestarios alservicio de la estabilidad macroeconómica, tuvieron difu-sión casi exclusiva en nuestra casa de estudios.

“La solidaridad y el bien común junto con la concepción de unestado activo y eficiente al servicio de la sociedad, deberán ser

objetivos principales a inculcar en nuestro estudiantes.”

Sería bueno preguntar ¿Por qué recién ahora?¿No sería apropiado mirar para atrás, donde se observa-rá que se vienen impartiendo principios antitéticos conlos enunciados , y realizar alguna especie de autocrítica?Si no, la facultad, su orientación, sus objetivos, cam-biando al vaivén de la coyuntura política, serán funcio-nales a la reproducción de las situaciones vigentes e inca-paces de observar la realidad con ojos críticos aportandoa la construcción del país desde el conocimiento científi-co profundo.

En segundo término no podemos dejar de llamarla atención sobre el verbo utilizado para referir a la ense-ñanza de dichos objetivos: inculcar. En primer término,en una Facultad no debería inculcarse nada, ya que deun ámbito de desarrollo del pensamiento se trata. Ensegundo término, y relacionado con lo que expusimosanteriormente, si los contenidos se inculcan, y no repo-san sobre saber científico alguno, no solo no se respeta laesencia universitaria, sino que además queda la comuni-dad académica a la merced de dictámenes sujetos a cual-quier cambio de corriente basados en no más que opinio-nes.

“Además, y en consonancia con la época actual, en la cual sehan vencido las barreras espacio-temporales para acopiar

información y conocimiento, hemos comenzado a dictar asig-naturas que se internan en el aprender a aprender y el apren-

der a pensar. Buscamos con estas materias sumar a los resulta-dos de la acumulación informativa-cognitiva de nuestrosegresados la capacidad de reflexionar y acumular nuevos

conocimientos con la mayor perfección posible.”

Teniendo en cuenta que se considera que elconocimiento se acopia, ante el dictado de materias paraaprender a pensar, debemos preguntar, ¿qué se hace enel resto de las materias?, ¿de qué se tratan los cursos uni-versitarios en los que no se aprende a pensar?, ¿es el pen-samiento algo que se puede aprender en una materia?

“La lista temática parece un catálogo de los temas que laArgentina debe revisar para consolidar nuestra democracia,

con justicia, solidaridad y equidad.”

Simplemente queremos remarcar que considera-mos que estas labores deben empezar por casa, por nues-tra Facultad.

“Esperamos que la producción de estos contenidos se convier-tan además en una importante producción de libros, conferen-cias, videos, CD, cursos presenciales, cursos en la modalidad de

educación a distancia, tanto destinados a nuestros alumnos,como al público interesado en general, así como a las instancias

gubernamentales que buscan asociarse al conocimiento quegenera la facultad.”

“ Si conseguimos volver a la idea de que la edu-cación pertenece a la esfera del ser y no a la del tener,podremos revertir la tendencia actual que busca conver-tir a la educación superior en un sector más del mercadode bienes y servicios. Una buena universidad es la que

ejerce una influencia cultural decisiva en su país”2.

“Para garantizar el mantenimiento y mejoramiento de lacalidad académica, pondremos en marcha los proyectos ten-

dientes a perfeccionar la evaluación de la calidad institucionaly de la enseñanza que brindamos”

Parece irrespetuoso plantear el perfecciona-miento docente cuando hay un 80% de los mismos noconcursados. Esta situación no solo posibilita que acce-dan al dictado de materias profesores realmente desas-trosos, sino que decenas de profesores calificados ante lasituación de inestabilidad laboral no pueden ejercer sutarea con dedicación y excelencia.

“Por último, debemos anunciar que nuestro Consejo Directivoacaba de aprobar el llamado a concursos de proyectos arquitec-

tónicos para la construcción de un nuevo edificio...”

Muestra una luz al final del camino que el conse-jo conozca la palabra concurso. Así esperamos que estaexcelente idea se traslade a la forma de designación dedocentes en la facultad, que a nuestro juicio resulta másurgente que el decoro arquitectónico de la facultad.

“Por todo ello, como dice el título de este editorial ha llegado lahora de la acción”

Señor decano, los estudiantes, esta vez, nos conside-raremos invitados.

Zuremolke

2 “En la era del dinero”, pp.44, revista Encrucijadas, año 1, N°12, octubre de 2001.

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corriéndose alfondoquehay

lugar...

Plan[h] es un proyecto pensado para crecer incluyendo aquienes, como nosotros, crean tener algo para decircomo alumnos de la FCE. Si éste es tu caso, o simple-mente querés comunicarnos tus impresiones, te invita-mos a hacerlo:

[email protected]

meikin`it priti: freakout & silenxio