Planificar La Motivacion

© Xesco Espar 2011 Curso Motivación AdE – 2ª lección-

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PLANIFICACION DE LA MOTIVACIÓN

Podríamos definir la planificación como la preparación o secuenciación,

por adelantado de los objetivos, de los contenidos o de las tareas que vamos

a realizar durante la temporada.

Tener método es importante, tenemos metodologías para la preparación

física, para la preparación táctica, para la preparación técnica. La

preparación psicológica, la preparación emocional o la preparación de la

motivación no deberían ser diferentes.

Es importante, tan importante como en el resto de las planificaciones, es

tener claro cuáles serán las directrices en cualquiera que sea el momento de

la temporada en que nos encontramos; ya sea, antes de empezar temporada,

durante la temporada, incluso después de finalizar la temporada.

Si realmente conseguimos tener una planificación de la preparación,

vamos a salir ganando mucho. De entrada, podremos monitorizar el estado

anímico del equipo. Además, tendremos la sensación de que lo hacemos, lo

cual nos va a dar seguridad…por el contrario ¡no perdón!, también

podremos intervenir deliberadamente en nosotros para conseguir que el



jugador exprese su máximo potencial y no dejaremos el rendimiento del

equipo a expensas del azar o del entorno del momento. Incluso, seremos

capaces de cambiar en una media aparte, absolutamente, el rumbo del

partido.

¡Imagínate entrar en la media parte dentro de un vestuario, donde el equipo

está hundido y va perdiendo, y ser capaz de hacerle salir diferente!

Todo esto son cosas que podemos conseguir si realmente nuestra actuación

sobre la motivación está regida por unas pautas básicas;

¿Es esto lo que normalmente hacemos? Creo que no.

Lo que hacemos normalmente que es utilizar algunas frases que sabemos

que actúan como resorte de los jugadores y limitarnos a repetirlas en

algunos momento determinados.

Miremoslo desde otro prisma. ¿Cuál sería el precio a pagar de no tener

una programación del estado emoiconal?

De entrada, lo que es prácticamente seguro es, que el estado anímico de los

jugadores va a ir a expensas de los resultados del equipo o bien del entorno



que tengan los jugadores y de las influencias que este entorno ejerza sobre

ellos: managers, novias, padres, amigos, hermanos, otros jugadores, etc.

Más importante que esto, es que los jugadores no expresarán todo el

potencial que valen, diríamos que su rendimiento estará ponderado por su

valía emocional. Ya dije, que la motivación es un factor que pondera en el

entrenamiento y en el partido la actuación del…del jugador. Es un factor

que va de 0,5 a 1,3, es decir, si el jugador no está a su nivel óptimo de

motivación, que diríamos es el nivel 1, al multiplicar por un número menor

que 1, en realidad estamos dividiendo; con lo cual, todo el valor que atesora

el jugador es ponderado hacia abajo por ese factor multiplicador que es, su

estado emocional de ese momento.

Por esto es tan importante, ser capaz de actuar instantáneamente sobre el

jugador y generarle esa energía para que no sólo rinda al 1, es decir al

100% , sino si puede un poco más.

Son frecuentes los momentos en que el jugador está esperando a que

nosotros actuemos; cuando el equipo no va bien, cuando los jugadores

están cansados, cuando venimos de una racha negativa de resultados, de

algún partido importante que hemos perdido o cuando ha pasado alguna



circunstancia en el entorno del equipo. El jugador está esperando que

nosotros ejerzamos nuestro papel de líder.

En esos momentos puntuales, en los que los jugadores están, especialmente

en disposición de escucharnos, y que están esperando que nosotros

actuemos, es importante saber qué decir en cada momento.

Nuestra planificación debe incorporar guías y estrategias metodológicas par

intervenir en diferentes momentos del año.

Concretamente, voy a repasar los 6 momentos más sensibles, que creo, que

es importante destacar.

Estos momentos oportunos para incidir sobre los jugadores son:

- evidentemente, al ficharlos,

- al principio de temporada,

- antes y después de los entrenamientos,

- antes y después de los partidos;

- por supuesto, durante los entrenamientos y durante los partidos,

- en momentos puntuales en que haya que hacer alguna acción

individual, y

- al final de la temporada.



Es importante, no sólo tener las consignas básicas claras sino, a ser

posible preparar por escrito, todas las charlas y todas las cosas que

queramos hacer con los jugadores.

Pensad, que el hecho de prepararlo por escrito, no solamente nos permite,

en ese momento y en ese año, realizar las tareas que queremos hacer, sino

poco a poco, igual que hacemos con el resto de ejercicios va a servir como

una base de datos para nuestras actuaciones futuras.

Es interesante también, escribir lar charlas de motivación previas al partido

porque nuevamente, para otras temporadas, o para otros equipos que

entrenemos o para otros momentos, podremos revisarlas; quizá no volver a

usarlas exactamente pero si tener clara la estructura y, sobre todo, si no han

funcionado sabremos qué corregir y dónde corregir.

Vamos a ver ahora, algunos consejos para nuestra intervención en cada

uno, de los momentos que hemos comentado.



Al fichar un jugador

En la selección de los jugadores del equipo, el criterio de motivación

intrínseca y de autodisciplina es igual de importante que el del talento que

tenga o que podamos analizar en el jugador.

Si un jugador, está motivado de por sí para venir a entrenar, para entregarse,

para rendir no sólo su máximo, sino ser capaz de contagiar entusiasmo a los

demás compañeros, ese jugador tiene un valor añadido, que hará que su

potencial siempre se manifieste al máximo.

En cambio, quizá un jugador más talentoso, pero que veamos que ya

depende mucho de la motivación extrínseca, que es fácilmente

influenciable por el entorno, aunque valga un poco más que otro jugador,

su rendimiento real normalmente estará por debajo. Y lo que genere hacia

el grupo también debe valorarse.

Esto suele llevar a otro problema y es que al no ser un jugador que se

esfuerza, el resto de los compañeros tienden a enfadarse con él si realmente,

los demás son de los que se esfuerzan.



La autodisciplina, igualmente es otro valor muy buscado a la hora de fichar

a un jugador. Piensa que nosotros con los jugadores estamos dos, quizá tres

horas y los equipos profesionales quizá cinco horas con él, pero después el

resto del día el jugador está solo. No sólo no está bajo nuestra influencia,

sino que ¡está bajo la influencia de su entorno! En vacaciones, en verano,

los fines de semana después del partido… El jugador necesita una

autodisciplina importante para seguir sabiéndose jugador el resto del

tiempo, aunque no esté con nosotros.

Una buena herramienta para detectar a los jugadores este tipo de

pensamiento que tienen es, utilizar un pequeño cuestionario que se le puede

pasar o que incluso tú, cuando hablas con él, puedes llevar las preguntas

mentalmente aprendidas, para conocer exactamente cómo se motiva al

jugador y por qué razón juega él al deporte.

Normalmente, cuando fichamos a un jugador, él ya está motivado, así que

mucho de nuestro trabajo debería ser, intentar no desmotivarlo. En ese

momento es fácil preguntarle los motivos que le hacen practicar, y por qué

motivos él o por qué razones él rendiría al 100%. Puedes usar como

ejemplo, uno de los otros archivos de la lección, donde se detallan una serie

de preguntas interesantes a hacer al jugador para conocerlo mejor.



Sus razones, no las nuestras, son las que le van a motivar. Ésta es una idea

que, a menudo, surge en todo este tema.

A principio de temporada

El inicio de la temporada o bien durante la pretemporada, también es un

momento en que el jugador está más relajado, no existe la presión de la

competición, ni de los partidos de liga y seguramente, el jugador puede

contestar con más tranquilidad a una serie de cuestiones.

Es un buen momento, en primer lugar, para definir objetivos

individualmente para cada jugador. Podemos hacer un balance del año

anterior, ver los puntos en los que todavía debería mejorar, y en ese

contexto pactar con él una serie de objetivos en los que debería mejorar, ya

sean defensivos, ya sean ofensivos, ya sean un de un elemento técnico, por

supuesto siempre, de elementos físicos y también ¿por qué no? de

elementos psicológicos.

Sin embargo, no es solamente los objetivos psicológicos los que se deben,

pactar individualmente con los jugadores para que aumente su motivación;

el hecho de que, el resto de los objetivos físicos, técnicos y tácticos estén



bien definidos, también van a servir como una gran fuente de motivación

para el jugador, durante toda la temporada.

Recordemos que dijimos, que la necesidad de crecimiento, la necesidad

y el deseo de mejora día a día es uno de los factores que también suelen

motivar a los jugadores, sobre a todo, a los adultos.

Igualmente, y tras una buena preparación con tus ayudantes, es

importante delante del equipo definir los objetivos como equipo. Definir

objetivos, generales y específicos bien parcializados. El objetivo puede ser:

ocupar un lugar determinado en el campeonato, o mejor dicho, crear un

equipo que se merezca ocupar ese lugar, porque sino estaríamos

confundiendo objetivo con resultado.

En lugar de “ganar la liga” o “mantenerse en la categoría”, creo que es

mucho mejor y da mucho más enfoque hacia el equipo, decir que el

objetivo es crear un equipo que se merezca ganar la liga o crear un equipo

que se merezca estar en esta categoría durante muchos más años . Eso sería

definir los objetivos como equipo.

Dentro de este capítulo, también podríamos enmarcar el explicar la

competición, el analizar los partidos difíciles, el apuntar cuáles son los



momentos en que el equipo debe estar más en forma, contra quién nos

jugamos los objetivos (de la liga o mentenernos), explicar bien la

pretemporada, tener claro que al final de la pretemporada, todos lo

jugadores deben conocer no sólo bien sus posiciones y las tareas para cada

sistema que hay en cada posición, sino algunas extras como las colindantes

por si falla algún jugador. Sería deseable que cada jugador pudiese jugar,

por lo menos, en dos lugares del equipo.

En ambos casos, tanto en los objetivos individuales como en los

objetivos de equipo es importante, establecer metas u objetivos a corto

plazo. Así como, las metas anuales pueden ser más intrépidas, es muy

importante que dividir este largo camino en unas 5 ó 6 etapas, cada una de

las cuales esté a un alcance más fácil que el objetivo global.

Es decir, cuando ya hemos dividido en las 6 etapas ó 5 ó 4, depende de

cada objetivo, veremos como la primera no es difícil de conseguir, la

segunda tampoco es difícil de conseguir y la tercera es, hoy difícil de

conseguir, pero si conseguimos las dos primeras, es una consecuencia

lógica y será más fácil de conseguir.



La motivación durante los entrenamientos

Motivar correctamente a los jugadores durante los entrenamientos, es

mucho más importante de lo que la gente cree.

De hecho es la clave para tener un rendimiento estable durante el año.

El rendimiento de los jugadores en los partidos, solemos decir, que juega

como se entrena. Entonces, si queremos que los jugadores estén motivados

y trabajen fuerte el día del partido, todo ese hábito hay que generarlo en el

entrenamiento.

Si nosotros somos capaces de, motivar cada día a los jugadores para que se

empleen a tope, ese hábito que adquirirán diariamente, luego en el partido

será mucho más fácil porque ésa va a ser la base, sobre la que el

rendimiento del jugador se va a instalar. Ése va a ser el rendimiento

mínimo. Por tanto, ser capaz de tener al jugador concentrado y motivado

durante el entrenamiento, supone la primera base para que después, el día

del partido, como mínimo esté a ese nivel.

Para ello, vamos a distinguir qué podemos hacer antes del entrenamiento,

durante del entrenamiento y después del entrenamiento.



Antes del entrenamiento, aparte de preparar concienzudamente el

entrenamiento, si puede ser, deberíamos memorizarlo. Si los memorizamos,

la transición entre los ejercicios es mucho más rápida; además otra cosa

importante es colocar los dorsales con el nombre de los jugadores encima

del gráfico de cada uno de los ejercicios, porque de esta manera, la

aplicación del ejercicio es mucho más rápida y no se pierde tanto tiempo, y

la intensidad del entrenamiento aumenta.

Antes de empezar el entrenamiento, debemos reunir a los jugadores en

algún punto del campo, hacer un círculo y hacer dos cosas: explicar el

entrenamiento, cuáles van a ser los ejercicios principales, y por qué vamos

a utilizar esos ejercicios; y también es momento para, comentar si hay que

dar alguna información.

Otra cosa importante es, destacar cómo este entrenamiento nos acerca

hacia nuestros objetivos. Es una manera, de darle mucha importancia al

entrenamiento, por ejemplo, aunque sea un entrenamiento de fuerza o de

pesas, es importante remarcar que este entrenamiento nos permitirá ser más

fuertes, para desbordar al adversario o para evitar ser desbordados; si es un

entrenamiento de resistencia, pues nos permitirá jugar los últimos minutos

del partido con la misma intensidad con la que jugamos los primeros; si es



un entrenamiento de técnica, nos permitirá tener más opciones tácticas

cuando después estemos en el campo; si es un entrenamiento de táctica, nos

permitirá tener mucha mayor complicidad en el juego y saber lo que van

hacer todos los compañeros, a la hora de desarrollar una acción táctica, una

jugada o un esquema de juego, y esto, nos permitirá jugar mucho más

rápido, ya que seremos capaces de anticiparnos a lo que hacen los

compañeros, por haber trabajado bien tácticamente.

Así que estos dos puntos son básicos: explicar el entrenamiento y resaltar

cómo esta sesión de entrenamiento nos va acercar hacia nuestros objetivos.

Durante el entrenamiento, hay varios aspectos a destacar: por un lado el

feedback, es decir, cómo hablamos a los jugadores y cómo hacemos

referencia a su actuación.

Es importante señalar, que los jugadores esperan esto de nosotros.

Cuando un jugador hace bien una cosa, espera que se le diga; cuando hace

mal una cosa, no hace falta insistirle demasiado tampoco, porque él ya se

da cuenta, pero también está esperando que le demos, sino una riña, sí un

comentario acerca de cómo puede hacerlo mejor.



Así que, es importante en cada entrenamiento dar siempre feedback. Yo

te diría que, tendríamos que estar dando del orden de, por lo menos, de

dirigirnos por lo menos dos veces a cada jugador durante el entrenamiento,

una de las cuales fuese para felicitarlo por algo que ha hecho.

El hacerle darse cuenta, de que está haciendo bien las cosas, es una

manera también, de hacerle ganar confianza. La confianza se genera

cuando el jugador, se da cuenta de que hace bien las cosas; y los jugadores

muchas veces durante el entrenamiento, se limitan a hacer las cosas sin

realmente, hacer una mínima evaluación de lo que hacen; por esto, es

importante nuestra actitud a la hora de dar el feedback.

Una técnica interesante, es la que llamamos “técnica del sándwich” a la

hora de dar una corrección. A veces, sobre todo si insistimos mucho en un

jugador acerca de sus defectos o de las cosas que puede mejorar, es posible

que el jugador se canse de oír nuestras críticas; así que para esto, la

psicología del deporte inventó lo que se llama “la técnica del sándwich”,

para evitar que el jugador bloquee la comunicación por su parte y no quiera

escucharnos, o solamente nos escuche pero sin prestarnos demasiada

atención.



En esta técnica la corrección del comportamiento o de la técnica que les

queramos dar, debe ir entre dos situaciones de alabanza; como si fuese una

hamburguesa, por arriba pan, luego la hamburguesa que sería la corrección

y por debajo pan. Y el pan, significa que tenemos que empezar a dirigirnos

hacia él con una cosa que haya hecho bien, para que no piense que ya le

estamos corrigiéndole como siempre; a continuación, le daríamos la

indicación de una manera positiva y al finalmente, para que no se fuese

pensando en que sólo hacemos que corregirlo, le daríamos otra alabanza

como, por ejemplo pues, que le felicitamos porque está trabajando bien,

una frase de ánimo para que siga trabajando o ¡venga ya… que ya lo has

hecho bien en otras ocasiones!

Al final del entrenamiento también hay que reunir al equipo, como al

principio, y a hacer una minievaluación de la sesión.

En general, dar feedback sobre las actuaciones, sobre cómo se han

desarrollado los ejercicios, sobre lo que ha ido bien, lo que ha ido mal. Es

muy importante aquí, reconocer las buenas actuaciones; si alguien ha

tenido un entrenamiento especialmente valioso; otra forma también, de

hacer sentirse importante a los jugadores es en las situaciones donde hace

bien las cosas, decirlo en público delante de todos los demás.



Si tuviésemos que corregir alguna cosa o reñir algún jugador es mucho

mejor al principio, sobre todo, llamarlo a él aparte y mientra los jugadores

acaban de hacer los estiramientos finales hablar con él para, de alguna

manera, corregir esa situación.

Para motivar a los jugadores en los partidos, es relativamente fácil ya

que todo el mundo tiene ganas de jugar.

Pensemos que si hemos hecho un buen trabajo durante la semana, es más

fácil que el jugador ya venga con todas las ideas claras sobre lo que tiene

que hacer; entonces, la motivación es un aspecto importante, pero pasa a un

papel secundario; si el juego está bien planteado, el jugador tiene fácil

seguir el sistema de juego.

Por eso, para que la motivación en el partido sea realmente alta, cuanto

más claras sean las instrucciones que les hayamos dado durante la semana,

más fácil va a ser que el jugador pueda rendir al máximo.

Aparte de esto, es importante preparar la charla de preparación del

partido un par de horas antes de reunirnos con los jugadores. En ella,

deberemos destacar además de los aspectos tácticos como comenté antes, la

importancia del partido, ¿cómo este partido nos va acercar a los objetivos?;



si es un partido fácil a priori, podemos comentarles ¿cómo creen ellos que

van a salir los jugadores del otro equipo cuando jueguen con nosotros?, que

a lo mejor es importante para el “gol average”, que a lo mejor es importante

para que sea un entrenamiento duro que nos sirva para mejorar o para que

juegue todo el mundo.

En cambio, si es un partido difícil, a veces, tendremos que valorar, quizá es

más importante bajar el nerviosismo y dar confianza, hacer enfocar en el

plan de partido para que los jugadores no estén nerviosos.

Insisto, en que nada sustituye la preparación del partido. Si queremos

tener un equipo ganador, motivarlos es importante pero, sobre todo lo

importante, es que jueguen bien; que sepan en cada momento lo que hay

que hacer, que hayamos hecho correctamente el trabajo durante la semana

y ese día solamente tengamos que repasar algunas cosas.

Si el partido va mal en la media parte, normalmente lo que da mal

resultado es dirigirnos directamente hacia el espíritu del equipo, hacia la

actitud o hacia los valores que durante la pretemporada hayamos

determinado que son los valores de nuestro equipo.



Nuevamente si jugamos mal, la importancia de tener el plan de partido

bien escrito es que, podemos darnos cuenta de en qué casos estamos

fallando. Me acuerdo un caso, donde un ejecutivo me preguntaba cómo

podía hacer él para motivar a sus trabajadores; le dije que “para que los

trabajadores, para que los jugadores hagan algo tiene que ser tan fácil

hacerlo como no hacerlo. Si no lo hacen, es porque no saben hacerlo”.

Entonces, todas las consignas tácticas que les demos van a facilitar la

motivación y, sobre todo, la concentración. Cuanto más claro esté el plan

de partido, mucho más fácil va a ser que el jugador salga motivado a

cumplirlo; y desde el otro punto, desde la otra cara de la moneda estaría, un

equipo que sale muy motivado, muy motivado pero que, a lo mejor, no

tiene muy claro cuál es plan de partido. Sería como, ir poniéndole gasolina

a un coche sin saber cuál sería la destinación final, nos cansaríamos de dar

vueltas, se gastaría la gasolina, pero no llegaríamos al sitio.

Hay momentos puntuales en los que también, es importante dar una

pequeña cuña para reforzar la motivación.

Puede ser, que todo vaya muy bien, que los resultados se vayan

consiguiendo; entonces, el peligro es que se instale la autocomplacencia y

la motivación por rendir, y por esforzarse y por trabajar vaya hacia abajo.



Cuando todo va bien, es importante que como entrenadores, reconozcamos

el esfuerzo que han hecho los jugadores en ese punto, y que ese esfuerzo es

el que nos ha llevado hasta allí, mucho más que el talento. De esta manera,

si nosotros enfocamos en que hay que seguir trabajando duro, los jugadores

tendrán más difícil caer en la autocomplacencia.

Puede pasar lo contrario, y es que realmente todo salga mal, y en ese caso,

tenemos que hacer un análisis profundo de nuestro esquema táctico. Si

conviene reconocer nuestros errores como entrenadores hagámoslo! pero,

démonos cuenta que nunca el error es solamente táctico o solamente de

motivación psicológica o de actitud, siempre hay parte de las dos cosas. En

parte es responsabilidad nuestra y en parte de los jugadores. En ese caso,

deberíamos que redefinir los objetivos, ver cuál es el siguiente objetivo a

alcanzar e insistir en el planteamiento táctico como objetivo, e implicar a

todos los jugadores, otra vez, para remontar la situación, y pedirles o

exigirles su parte de responsabilidad desde el punto de vista, tanto de la

concentración como de la actitud.

El final de temporada, es un momento que normalmente, suele pasar

desapercibido; pero pensemos una cosa: desde que acaba la temporada

hasta que nos volvemos a reunir, vamos a estar sin ver a los jugadores.

Entonces, es muy importante que ellos se vayan de vacaciones, con la idea



exacta de lo que ha ocurrido durante el año y de lo que vamos a encontrar

al año siguiente.

Por eso, en primer lugar, una de las prácticas más importantes que puede

hacer uno como entrenador es, al final del último partido de competición, y

cuando digo al final significa dentro de 2 horas siguientes a que se acabe el

partido, es muy importante sentarnos solos, durante por lo menos 1 hora, y

escribir todas las sensaciones que tenemos es ese momento.

En ese momento, si hemos conseguido los objetivos, ¡perfecto! y ¡vamos

a celebrarlo!

Pero si no los hemos conseguido, en ese momento sabemos exactamente

¿por qué ha ocurrido?, ¿por qué no los hemos conseguido? Y en cambio

dentro de 4 ó 5 horas, esas ideas que en ese momento tenemos tan vivas, se

habrán esfumado ya, y nuestro análisis será mucho más en frío, pero no

será tan certero.

También por supuesto, hay que hacer ese análisis al día siguiente, junto con

tus ayudantes, pero es muy importante que después del último partido, si no

hemos conseguido los objetivos, escribamos en una hoja todas las



sensaciones y todas las razones por las que creemos que no lo hemos

conseguido; porque esto, no nos puede volver a ocurrir al año siguiente.

¿Qué comportamientos hemos tolerado y permitido que no deberíamos

haber hecho?, ¿en qué momentos de la temporada nuestra actuación no ha

sido todo lo comprometida que debía haber sido?, ¿cómo podemos mejorar

el año que viene?, ¿qué cosas no podemos permitir que ocurran el año que

viene?, ¿qué cosas tenemos que añadir nosotros a nuestra planificación del

año que viene para que eso no vuelva a ocurrir?

Todo esto es muy importante, hacerlo justo inmediatamente cuando acaba

la temporada.

Lo mismo que lo es para el entrenador, debería ser para los jugadores. Es

difícil proponérselo, sobre todo, si el partido no ha ido bien; pero sí es una

cosa que puede salir como para hacerlo el día siguiente.

Siempre es muy importante que, nuestras consideraciones como

entrenador, nuestras reflexiones que hayamos hecho, las compartamos con

los líderes del equipo, posiblemente, durante la semana siguiente. Que le

hagamos partícipes de cómo hemos visto nosotros la temporada, de cómo



la han visto ellos y de, que empecemos a coger el compromiso de que el

año siguiente, esas cosas no pueden ocurrir.

Y éste, debería ser uno de los mensajes que nosotros lancemos en el

trabajo de pretemporada al año siguiente, cuando nos volvamos a encontrar

con el equipo.

También, en el trabajo de verano que les demos a los jugadores, podemos

incluir la lectura de algún libro que nosotros veamos interesante, la

bibliografía de algún deportista, algún libro de motivación, algún libro de

autoayuda, que creamos que pueda hacer que los jugadores, en esa

reflexión que pueden hacer durante el verano, puedan venir con un nivel de

compromiso, de motivación y de preparación psicológica, puedan venir con

un nivel superior.

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