Platón
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LA MÍMESIS EN PLATÓN
La mímesis representa dentro de la filosofía platónica un punto de apoyo para entender el
mensaje de que el arte no es más que una simple representación de los hechos y fenómenos
reales de la vida. A partir de dicho punto se resaltan dos aspectos fundamentales: el valor del
artesano en la vida cotidiana de los griegos y el del demiurgo que implanta en los seres humanos
la idea misma.
¿Hasta qué punto el filósofo defiende dicha tesis y menoscaba la vida del artista?
Probablemente el artista no representa para Platón un sujeto en que vive y expresa una
degradación o simulacro de la realidad, sino más bien un individuo que conlleva un peligro en
nuestro camino al conocimiento de la verdad.
“ἀλλ᾽ οὖν δὴ� ὅμως γε μιμήσεται, οὐκ εἰδὼ�ς περὶ� ἑκάστου ὅπῃ πονηρὸ�ν ἢχρηστόν: ἀλλ᾽, ὡς
ἔοικεν, οἷον φαίνεται καλὸ�ν εἶναι τοῖς πολλοῖς τε καὶ�μηδὲ�ν εἰδόσιν, τοῦτο μιμήσεται."1
De esta forma encontramos que el conocimiento de los artistas se relaciona con el del vulgo en
general ya que no llegan a entender la verdad de una manera exacta, sino sólo mediante
representaciones.
MÍMESIS COMO MEDIO DE APRENDIZAJE
Aristófanes hace referencia a la mímesis como a una cualidad a la cual el ser humano puede
dirigirse en caso de poseer virtud alguna por naturaleza, no minimizando el valor de dicho acto
de imitación como Platón lo expone.
“ἀνδρεῖα δ᾽ ἢν ποιῇ τις, ἐν τῷ σώματι
ἔνεσθ᾽ ὑπάρχον τοῦθ᾽. ἃ δ᾽ οὐ κεκτήμεθα,
μίμησις ἤδη ταῦτα συνθηρεύεται.”2
1 Pl., Rep., 602 b.2 Ar., Th., 156.
La evolución de dicho concepto delata su significado posterior donde la palabra mímesis
adquiere cierto valor que antes no tenía, ya que el comediógrafo la utiliza como medio para
llegar a la virtud.
Erick Havelock3 se ha preguntado cuál es el significado más común en la República sobre
mimesis, o al que se refiere Platón directamente. Dicha pregunta ha generado una ambivalencia
ya que señala Havelock que en el libro III el filósofo se refiere a la educación de los guardianes
de la ciudad mediante mímesis, con esta acepción se acercaría más a la definición implícita que
nos da Aristófanes en su comedia, es decir, que la mímesis sea un instrumento de aprendizaje y
no un simple medio para la producción de simulacros artísticos.
Pero no simplificaría la cuestión en lo absoluto, al contrario, crea un abismo entre la mimesis
como algo fidedigno o como un verdadero peligro.
EL LENGUAJE
Uno de los pasajes más interesantes del Cratilo es cuando Sócrates hace referencia a las artes
miméticas y la forma en que estas se integran en el lenguaje, pues el lenguaje es un instrumento
muy útil para conocer las cosas.
A partir de esta afirmación entendemos que el lenguaje significa dentro de la tradición platónica
el ejercicio más genuino de mímesis, de modo que es gracias a él y a las artes que de él surgen
de modo natural que entendemos la realidad de una manera muy distinta, pues a diferencia de
las artes visuales o musicales, es por medio del lenguaje que se desarrollan paradigmas poéticos
a los cuales nos ceñimos.
Pero la contradicción surge cuando en el libro X de la República atendemos la discusión que
emana sobre el valor de los poetas, y de la poesía como tal. Pues en este punto de los diálogos
platónicos la supuesta nocividad que podría devenir de los géneros literarios épicos y
dramáticos afecta nuestra percepción de dicho arte. 4
Es con la poesía que nos enfrentamos a un Platón muy distinto en cuanto a sus requerimientos
miméticos. Para la República puede resultar perniciosa la labor del escultor y del artista, y
3 V. “But this only complicates still further the mystery of the ambivalence of mimesis. Why should Plato, not content with applying the same word both to the creation and to the performance of the poem, also apply it to the learning act achieved by a pupil.”4 Aunque Jaeger dice “El aspecto de la poesía cambia, desde el punto de vista de Platón, según que analice su valor como norma de conducta o conocimiento de la verdad absoluta. Lo segundo ocurre en la disquisición final sobre la poesía en el libro X de la República, en la que sólo la considera como un reflejo de otra imagen refleja.”
también la del músico, porque sólo nos envía una representación sesgada de la realidad, pero es
con el poeta cuando Platón se encara y de una manera más obcecada rebaja dicho arte.
A pesar de que Homero sea su poeta favorito, y a quien leyó y se aprendió sus versos desde la
infancia, cede ante la importancia que emana de la república y afirma que no es sano que la
gente lo lea y lo conozca. Duro ataque al lenguaje, cuando se intenta disimular su lanza en
contra de la poesía.
APOLOGÍA DE LA IMITACIÓN
En el libro II Platón dice lo siguiente:
“οὐκοῦν μείζονά τε αὖ τὴ�ν πόλιν δεῖ ποιεῖν…, οἷον οἵ τε θηρευταὶ� πάντες οἵ τε μιμηταί, πολλοὶ� μὲ�ν οἱ περὶ� τὰ� σχήματά τε καὶ� χρώματα, πολλοὶ� δὲ� οἱ περὶ� μουσικήν, ποιηταί τε καὶ� τούτων ὑπηρέται,
ῥαψῳδοί, ὑποκριταί, χορευταί, ἐργολάβοι, σκευῶν τε παντοδαπῶν δημιουργοί, τῶν τε ἄλλων”5
La mímesis juega un papel fundamental para llenar a la ciudad con lujos artísticos, y es gracias
a ella que se podrán disfrutar de las artes, pues ella de cierta forma las crea. Los seres humanos
no estamos aptos para generar productos artísticos de otra forma que no sea la imitación.
Οὐκοῦν τὸ� μέγιστον αὐτῷ κακὸ�ν ὑπάρξει μοχθηρῷ ὄντι τὴ�ν ψυχὴ�ν καὶ� λελωβημένῳ διὰ� τὴ�ν μίμησιν τοῦ
δεσπότου καὶ� δύναμιν6
A pesar de defender la imitación en Gorgias encontramos que más bien dicho acto puede
generar un alma perversa y malvada, es por eso que la mímesis de acuerdo con Platón sí tiene
un valor muy fuerte para generar, para producir, un valor creativo. No importa que el objetivo
de dicho arte tenga fines benéficos, estéticos o perversos, más bien lo que se toma en cuenta es
la posición creativa.
De dicha aseveración, se puede preguntar, ¿por qué si Platón niega la exactitud de la mímesis le
atañe este tipo de cualidades poéticas (creativas) con las cuales está implícita la idea de
generación?, y es que Platón no da respuesta cabal a dicha pregunta. En ambos diálogos se ve
una malversación del término, o más bien una anfibología. No responde exactamente, a pesar de
que se use el mismo vocablo, o aproximadamente a la idea que se mantiene en la República.
5 Pl., Rep., 2 373b.6 Pl., Grg, 511a.
Pareciera que por una parte se debe considerar a la imitación como un arte peligroso que puede
generar una confusión y un distanciamiento de la verdad, pero por otro lado como un
instrumento letal para formar productos malos o benéficos, como el alma del hombre que se
describe en el fragmento anterior.
Sin embargo, se utiliza un adjetivo que es “λελωβημένῳ”, el cual significa, corrupto, desviado,
torcido, y al hacer referencia al alma, se entiende aquí que la voracidad de la mímesis puede
detentar en una torcedura siniestra de la pysché.
La apología pues, se centra más bien en defender el carácter efectivo de la mímesis antes que
mostrarla como un aparato para llegar de manera trascendente a la verdad y llevando a cabo, en
este proceso, un acto de virtud: es la mímesis con la que los seres humanos creamos, cualquier
tipo de cosa, pero es a partir de ella que surge el quehacer humano.
LA MÍMESIS COMO FORMA DE EDUCACIÓN
Jaeger nos advierte que es a partir de la poesía que en tiempos más remotos se educaba al
pueblo. La mímesis como reflejo de la verdad e instrumento de la poesía determinó hasta cierto
punto la paideia griega de los primeros años. Es por eso que Platón arremete contra la poesía,
pues ve en ella una alteración exacerbada de los dioses, los poeta son los que de una manera u
otra tratan de explicar algo pero omitiendo muchas partes y describiendo torcidamente las
figuras celestiales.
¿Cómo podría ser posible entonces que confiemos en un arte tan persuasiva como la poesía y
que dura más en la mente y en la idiosincrasia del niño que cualquier otra arte? La poesía es por
lo tanto una mera contribución efectiva pero errónea, muchas veces, de lo que se debe enseñar.
La labor del pedagogo consistiría en develar el canon común de la verdad, para que se le
enseñara, quizás a través de la poesía o de la música, al niño la verdadera naturaleza de las
cosas.