Plaza de la Santa Veracruz

Recorrido por el Centro Histórico de la Ciudad de México

María Alejandra Contreras/Junio 2012

La Plaza de la Santa Veracruz

A espaldas de la Alameda Central, se encuentra este pequeño oasis aislado del bullicio, gracias a su hundimiento respecto al nivel de la banqueta.

Lugar que emana serenidad a través de sus áreas verdes y fuentes, de su geometría y de los recintos que alberga: las parroquias de la Santa Veracruz y la de San Juan de Dios, y los museos Franz Mayer y el Nacional de la Estampa.

Justo en el centro nace un corredor que termina en la calle Pensador Mexicano.

La parroquia de Santa Veracruz

Fue edificada en 1586, demolida dos siglos después y construida posteriormente en 1764; alberga las imágenes del Cristo de los Siete Velos, la Virgen de los Remedios así como los restos del brillante escultor español Manuel Tolsá Sarrió.

A decir de los expertos en arquitectura, es uno de los mejores ejemplos del estilo churrigueresco en la Ciudad de México, aunque otros especialistas se inclinan en llamarlo barroco mexicano.

La parroquia de San Juan de Dios

Inició su construcción en 1604 y concluyó en 1729, a cargo de Miguel Custodio Durán. La fachada del templo está compuesta por un monumental nicho. Tiene muros recubiertos al estilo mudéjar y una torre de cuatro cuerpos ubicada al lado izquierdo. Aquí se venera a San Antonio de Padua, último recurso de las solteras para encontrar marido.

En 1923 la entonces Dirección de Monumentos Históricos (actual Instituto Nacional de Bellas Artes) declaró las parroquias de la Santa Veracruz y de San Juan de Dios como patrimonio nacional.

El Museo Franz Mayer Localizado en un edificio de la segunda mitad del siglo XVIII, alberga la principal

colección de artes decorativas de México y presenta exposiciones temporales de diseño contemporáneo y fotografía.

El edificio es un lugar lleno de historia, por cuatro siglos funcionó como institución hospitalaria, destacando como el primer hospital de América de la Orden de San Juan de Dios. En los últimos cuarenta años sufrió modificaciones de diversa índole que alteraron su cuerpo arquitectónico, para darle nuevas funciones; fue en la década de 1980 cuando se tuvo un interés particular por rescatarlo y convertirlo en museo.

En el claustro alto se encuentra la biblioteca Rogerio Casas Alatriste H. abierta al público y en especial a investigadores. Cuenta con más de 14 mil volúmenes entre los que destacan libros antiguos y raros, documentos históricos y 800 ediciones de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.

El Museo Nacional de la Estampa

Abrió sus puertas el 17 de diciembre de 1986. El MUNAE desde su creación, se ha ocupado de atender el estudio y reflexión acerca de los procesos de estampación, entendiéndolos como una parte fundamental dentro del desarrollo artístico cultural de la sociedad en su conjunto.