poemas de Eusebio jiménez Aguilera

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POEMAS DE Eusebio Jiménez Aguilera DE PROFESION "RECOVERO" Y POETA POR DEVOCION PUEBLA DE CAZALLA 1.979 a 1.984

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Poemas de Eusebio

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POEMAS DE

Eusebio Jiménez Aguilera

DE PROFESION "RECOVERO" Y POETA POR DEVOCION

PUEBLA DE CAZALLA 1.979 a 1.984

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Eusebio Jiménez Aguilera (De 61 años de edad)

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BIOGRAFIA DE EUSEBIO JIMENEZ AGUILERA

Recuerdo de mi vida. Nací en el molino del término de Rute (Córdoba); era un molino de harina que tenían mis pa-dres en el río Oz. El nacimiento del río, a unos quinientos metros, con agua muy buena. Cuando yo tenía cinco años de edad admiraba a todos los animales y en particular a los gatos que me llamaban todas las mañanas, y recuerdo de dos cabras, una se llamaba "Machuna" y la otra "Monillo", y se alimenta-ban del romero y de álamos y habas, y daban una l'eche muy buena. Entonces empezaron las fábricas de electricidad y ésta acabó con los molinos de agua. En el año 1929 se vendió el molino y nos vinimos a un cortijo que compró mi abuelo en el término de La Lantejuela que le costó veintiséis mil duros. Se llamaba el cortijo "Matacorona"; tenía catorce bestias y cien-to catorce aranzadas de tierra, y una yegua que tenía recuerdo que me dio un patada en la frente porque mis hermanos me mandaron que le diera. A los catorce días nos vinimos a la Puebía de Cazalla por haberse vendido el cortijo, y me gustaba hacer de todo lo que mis hermanos hacían, guardar animales y luego cuando fui mayor a todos los trabajos del campo; en-tonces me pusieron un maestro ambulante que fue el que me enseñó algo a leer y escribir, hasta que tuve treinta y un años que me casé y soy padre de tres hijos. Por no llevarme bien con la mujer nos separamos y me dediqué a la poesía. Siempre he tenido un gran deseo de recitar pero mi señora no me de-jaba. Yo le puse unos olivos, se los crié y luego como estaban en su propiedad se los puse a elegir que si quería más a los olivos o a mí, y por eso le saqué este verso que dice:

Por saber si me querías yo te puse un olivar. Tú elegiste los olivos, tú a mí no me quiere na, y eso sirve de testigo.

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Desde que llegó la hora de la fantasía, la que no va en cueros es porque va vestía, y desde que llegó la hora de la verdad, la que no va palante es porque va para atrás, y desde que llegó la hora de ir para el lao, por eso a todos nos gusta el bacalao. Esa niña que va ahí cómo se taconea, que parece que va caminando por lo alto de una azotea. El retumblo de una campana es suficiente para dominar el mundo una semana o miles de años. Esa niña que va ahí con la cabeza levanté que parece que ha llegao del Peñón de Gibraltar. Cargaíta de ilusiones, que tú te viste una vez, pero nunca se sabe dónde uno puede caer. Qué bonita es la vida cuando hay una libertad, para poder decir todo lo que se siente y más. Vamos a dejar el egoísmo del dinero, que con menos también vamos a tener bastante y también nos puede sobrar. Me gusta ver reír a las mujeres, pero que sea de verdad, que es cuando el hombre se encuentra en su mayor felicidad.

Cuánta pena me da de ver tantos calvos que hay y tantas enfermedades que acarrean las alimentaciones y las bebidas. Por qué no procedemos a una mejora de todos los alimentos que nos van perjudicando la salud a nosotros y a nuestros hijos también. ¿Por qué tienen que ser como nosotros? ¿Por qué no les podemos mejorar la vida a nuestros hijos? ¡Qué pena me da de ver sufrir a la humanidad, con el cáncer, con la artrosis y los calvos, que son causa de las alimentaciones que no son adecuadas a las necesidades de nuestros organis-mos y por eso nos producen tantas enfermedades para amar-garle la vida a toda la humanidad! ¿Por qué no la mejoramos teniendo una alimentación más adecuada a las necesidades de nuestro organismo? Podíamos mejorar mucho el bienestar de fa humanidad; vamos a ser buenos todos para que todos viva-mos en una felicidad inmensa que puede ser nuestra gloria y nuestra prudencia.

Qué penita me da a mí de ver a las personas correr sabiendo donde tenemos que ir a lo mejor para no volver.

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Tengo que dejar mi familia por el bien de la humanidad en que ellos van incluidos en este bien estar.

Doy gracias a Dios por haberme concedido esta gracia divina que saco pan en cualquiera esquina.

Entre lo que me quitan y lo que vendo cada día tengo menos de lo que yo tengo.

Lo que son las mujeres con los gustitos y los quereles lo que nos hacen pasar a todo ros que tenemos que ganar el pan.

Pobrecitas las mujeres qué lástima le tengo yo a toda la que engaña a su marido que no tiene perdón de Dios.

Cuántos faroles tiene la plaza de Andalucía para que la vean la gente lo mismo de noche que de día.

Qué importante se encuentran algunos porque han podido conseguir que les pague el Gobierno mientras se encuentran aquí.

Campo, campito mío, campo de mi corazón, qué poquitas flores tiene tanto como te quiero yo.

Por saber si me querías yo te puse un olivar, tú elegistes los olivos, tú no me quieres ná. y eso sirve de testigo.

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Tú me querías cazar como si fuera un ratón pero soy un cordobés que no se deja engañar por una mala mujer.

Déjame de escandalera que yo te pueda decir lo mucho que corren tus penas cuando pasas por aquí.

Y se le está viendo el plumero a las mujeres en general que las costumbres que tienen no son las adecuás.

Esa niña que va ahí con los pelitos rizaos que parece una reina por lo alto de los tejaos.

Cuando te vi de venir por lo alto del cerrillo me pareciste una tormenta cargaita de azulillos.

Campanero, campanero, que me sacaste del hoyo más grande del mundo entero y nunca me olvidaré porque lo hiciste con muy buena voluntad.

La alegría de mi casa se parece a la de Puerto Real, que todas las mujeres que pasan echan pacá una mirá.

Desde que te vi venir por aquel láo del río me pareciste una flor de un espino bravío.

A fa vera de mi cortina yo me puse a pensar con una burra mojina que yo tenía por detrás.

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El caminito que lleváis yo no lo quisiera pasar, porque entra un sinvivir y también un malestar.

Qué penita me da a mí de tantos corazones que a mí me han ofendido y ahora vienen para que los perdone.

No me amarres con cadena que yo me pueda escapar que puede ser que algún día tú de buena no tengas ná.

Cuánto me alegraría yo de que no tuviera tantos sufrimientos la humanidad

Soy un tonto peláo que cuando no voy derecho es porque voy ladeao.

Déjame de pensar, que contigo tengo bastante y tú lo sabes demás.

Cuando salgo cantando la imaginación me va diciendo toíto lo que yo voy pensando.

Mientras más doy menos me queda pero más tranquilo voy por la verea.

Si me tratas con cariño nunca te olvidaré te querré como a un niño como cuando es un bebé.

Párate, niña bonita. Que yo te vea, que eres lo más bonito que se pasea.

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Las membranas del cerebro se me lavan cuando lloro y por eso yo las tengo como los chorors del oro.

Por la carreterita voy y por la carreterita vengo y de día me entretengo en visitar a mis amistades que es lo mejor que yo tengo.

Tan contento como yo estaba cuando me decías adiós ahora se lo dices a mi compañero y a mí me dices que no.

Doy gracias a Dios y a la Divina Providencia por cumplir 59 años con la mayor inteligencia de vida.

Qué me gustan las risas de las mujeres que parecen flores cuando ellas quieren.

Ese pájaro que va ahí, qué bonito va volando que parece una perdiz cuando ya se va alejando.

Los consejos que me diste de qué poquito me han servio, ya no quiero más consejos. aunque me muera de frío.

Serrana mía. pídeme lo que quiera que yo te lo pueda comprar, y nunca me pidas lo que nunca te pueda dar.

El que no sabe presumir de otra cosa presume de su dinero, que para él es lo mejor del mundo entero.

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Te fuiste y me dejaste en la peor ocasión, y nunca quiero recordar las penitas que he pasao yo.

Yo no quiero honores ni tampoco quiero dinero, lo único que quiero es el bienestar del mundo entero.

Todo aquel que se enriquece a costa de los demás es un ladrón de primera calidad.

Hermana mía de mi alma, por qué me dejas de hablar, si te estoy sacando del infierno que tanto te ha hecho pasar.

Por culpa de mi mujer me veo llorando por todas partes, buscando el cariño de mi hijo que me l'o ha quitado la muy tunante.

Cuando me levanto y me pongo mi chaqueta me voy a la cochera y saco mi furgoneta y me parece que voy tocando mi pandereta.

Lo que más vale en este mundo es ser sincero y fiel, para que todos vayan diciendo lo bueno que uno es.

Con montañas de ilusiones tú te viste una vez, pero nunca se sabe donde uno se puede caer.

Esa niña que va ahí con la falda colora que parece una amapola en medio de un trigal.

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Esa niña que va ahí con la cintura apretá que se parece a mi burra cuando iba apareja.

Esa niña que va ahí con la bolsa al lao que parece que va comiendo bacalao.

Por corriendo que tú vayas yo te tengo que coger, porque puede ser que otro día no vaya a volver.

Esa piecesita que llevas al lao que te puede venir más larga que diez arrobas de bacalao.

Yo admiro las arañas, porque se comen los insectos que sacan la sangresita, de nuestro cuerpo.

Yo quiero recordar hasta del vientre de mi madre yo sentí ya de tronar, y eso sería que se peería.

Cuando voy al monte me pongo a considerar que todos Ing pinos que veo tienen que llegarse a cortar.

Cuando te vi de venir, por aquel monte florido me pareciste una gitana, cuando no tiene maro.

Cuando te miro la cara, cuánta gana me da de besarte los labios y poderte yo estruja.

Cuando te veo de venir, con esa cara tan bonita, que me pareces tú a mí la virgen de la mezquita

El niño de las monjas, no sé porqué será, yo quiero ser su amigo, y no quiero que se enfade por ná.

Esas tetitas que tiene, de qué poco te han servio, no criaste a mi hijo, y tampoco a dominao a tu marío

Cuántas brujas veo yo por la mañana temprano, que van a ver si pueden engañar hasta sus propios hermanos.

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Ese mosquito que viene qué bonito viene volando, que viene tocando el violín cuando ya se va acercando.

Una ni ña lavando en un lebrillo por debajo se veía unos pelillos, y eso sería que el vestí° que llevaba no se los taparía.

Qué mala cabeza tienen las mujeres en general, que van derramando dinero por dondequiera que van.

Lo que una mujer me quita otra me lo da, y por eso en la vida nunca hay que pelear.

De tu arroyo bebo yo agua pura,y para mi como tú ro hay ninguna.

No te asome a esa ventana que estoy viendo de venir que vienes de mala gana para hacerme a mí de sufrir.

La bruja me quiere secuestrar, pero yo quiero caer en sus manos porque me tengo que acordar de !o mucho que yo he pasado.

No se ría más de mí, porque puede ser más desgraciaíto que la torcía de un candil después de estar quemaíto.

Una niña en el monte a mí me decía súbeme en esa rama que yo antes ahí me subía.

No me llames carpintero porque yo le vaya hacer una cuna sin dinero para mecer a su bebé.

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Con lo grande que tú eres tú me debieras de dar siquiera unos zapatos para que fuera a su igual.

No me mires de reojo porque yo te quiero de verdad, porque en la vida nunca se sabe hasta dónde se puede llegar.

No me llames por soleares que yo te pueda decir lo mucho que corren tus males cuando pasas por aquí.

Qué bonitas son las golondrinas que parecen flores en las esquinas.

Qué bonitos son los vencejos, que parece que vienen a Jarnos consejos.

Este amiguito Manolín que lo veo más doblao que un violín, porque no sabe alimentarse para poder vivir.

Esa niña que va ahí con el candil encendío que parece que viene del cortijo del río.

Esa niña que va ahí con los pelos relíao que parece que se ha caído de lo alto de un tejao.

Qué bonitas son las palomas, que parecen flores por lo alto de las lomas.

Qué bonitas son las perdices, que se encuentran en el campo muy felices.

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Qué bonito es el gorrión, que salta y brinca como un cabrón.

Esa novia que está ahí ella sola está pensando a ver cómo lo va a torear, si tirarle la capa por delante o echársela por detrás.

A mí no me gusta los toros para que los maten, me gustan mucho más con papas y con tomates.

Le voy a decir un verso que le saqué a Manolín, el guarda de la ganadería de Benítez Cubero por dolerle el estómago.

Qué bonita te veo yo y que con buena voluntad ayudándole a tu padre para ganar el pan.

Camionero, camionero, qué penita me da a mi de veros andar tantos kilómetros para poder vivir.

Un basurero no es pagado con ná, va recogiendo basura para ganar un jornal.

Qué bonita es la vida cuando hay una conformidad, de no querer mucho más de lo que vamos a precisar.

Cuando te vi de venir por aquel jardín de flores que me pareciste a mí la virgen de los Dolores.

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Yo te vi un día pensando qué es lo más bonito que hay cuando el tiempo va pasando.

Qué me gustaba el relleno que tú me hacías cuando estábamos nosotros en una buena armonía.

Toíto lo que tenía lo di por criar a mi hijito y ahora que los tengo criados me abandonan un poquito.

Coigada como las farolas la bruja tenía que estar para que estos hombres la dejaran en paz.

Yo quisiera ser un chinito para rodar por todas partes y ver este mundo bonito que está lleno de tunantes.

Aquí estoy yo, compañero, para decir la verdad, que tanta falta os hace para que no os pase na.

No me tires chinitos por la ventana porque te estoy viendo de malas ganas.

Qué bonita es la vida cuando hay una libertad para poder decir todo lo que siento y más.

Déjame de vivir tranquilo, que ya no quiero correr más, que ya bastante he corrido.

Cinco cañitos tiene la fuente de la plaza de Andalucía para que la vea la gente lo mismo de noche que de día.

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Las mujeres parecen flores cuando se pasean por aquí, y nosotros nos recreamos viendo su propio jardín.

Son ustedes unos policías con respeto y serenidad, que llevan la gracia de Andalucía que en el mundo no hay quien la pueda igualar.

Si todas las mujeres fueran como Lola para reconocer sus errores entonces todo en la vida serían flores.

Esa niña que va ahí con el vestido colorao que me gusta mucho más que las papas con bacalao.

Qué bonito está el campo lleno de flores por todas partes que parece un jardín de lo más importante.

Qué lástima me da a mi de todo el que se ríe de la verdad, porque luego viene el castigo y no hay tiempo de perdonar.

Me tiras las pelotas por la bardilla porque quiere que te coja las pantorrillas.

Con ese cabello tan largo y esa pestaña risá que vas derramando alegría por dondequiera que va.

Por culpa de mi mujer y de don Manuel Zizaña mis hijos me quieren pegar por tener esa mala compaña.

Te llevaste mis hijitos y las fotos también, pero siempre los tengo presentes y nunca los . Olvidaré.

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Qué bonito está este Ayuntamiento, que parece de pedernal lo mismo por fuera que por dentro.

Este amiguito Garván no sé lo que le ha pasao, que toda la fama que me dio ahora me la ha quitado.

Cuánto me alegro yo de que esté contento Galván con ese coche que ha comprao para celebrar la Navidad.

Regaito de jazmines tengo mi patio yo, para que lo vea mi serrana que es la mejor flor que sale por la mañana.

Si eres celosa, celosa, a mí no me hagas más sufrir, tú te vas con quien quieras, que yo me apañaré sin tí.

Hay que buscar un nivel para que las mujeres no se suban muy alto porque también se pueden caer.

Los que dicen fas mujeres estos hombres que tenemos al lado son chulillos y enamorados.

No me quieras ahora cuando antes me aborreciste y ya no hay tiempo de ganar lo que tú perdiste.

Algunas mujeres son como las gallinas que precisan un pollito en cada esquina.

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No quiero mujeres que me dominen mejor quiero yo tres pares de calcetines.

Qué lástima le tengo yo a los hombres dominaos, que lo ponen las mujeres que parecen bacalao.

Esta serrana mía se amontona y se va, pensando que va por la gloria y se la ha dejado atrás.

Cuánto me alegro yo que presumas de vuestra riqueza, pero nunca es el mejor cazador aquel que lleva la mejor pieza.

Las plantitas de este año qué bonitas las veo yo, porque lleva la alegría dentro de su corazón.

Lo mejor que hay es una buena vara para que los quereles r unca se vayan.

A mí me dijo mi abuela que no me hiciera caso de nada de lo que me dijera.

Qué me gusta estar tendido, tendido de verdad, con una buena hembra para poder conversar.

Tengo que llorar toitos los días porque del llanto y las penas sale la poesía.

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Qué bonita es la alborea cuando los pájaros cantan y echan a volar para celebrar el nuevo día que le espera para buscar la comía. Y ya sale el sol que no ha habido nadie que lo pueda hacer mejor y da en nuestras tierras de Andalucía que es lo más bonito de esta patria mía.

Todos los males que posee la humanidad lo quisiera yo tener para que ellos vivieran en paz.

Por el caminito que voy yo me quisiera volver para no tener que hacer otro camino para saber de tu querer.

El hombre para casarse ajusta las cuentas alegres y luego cuando se casa las repasa y no las entiende.

A mis amiguitos les digo que cuando no puedan estar en su casa. que se vengan aquí conmigo.

Yo nunca creía que en esta vida existía tanta hipocresía.

Por culpa de una morena, yo estoy pagando una dura condena.

Esa niña que va ahí con los zapatos coloraos que parece una perdiz por medio de un sembrao.

Una niña en el monte a mí me decía súbeme en aquella rama que yo antes me subía para que debajo le viera lo que ella tenía.

No me llames carpintero porque yo te voy a hacer una cuna sin dinero para mecer a tu querer.

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Eres más bruto que un cerro y más bestia que un animal pero tienes buen corazón y a nadie le hace mal.

Los peítos que te tiras qué bien perfumados van, parece que tienes dentro un jazmín y un rosal.

Pobrecito Cuvala, cuántos paseítos da para ganarse la papa y poderse alimentar.

Qué penita me da a mí de ver a tantas personas que no ven ni con un candil cuando ellas están solas.

Qué lástima le tengo yo a los hombres aparejados que lo ponen las mujeres y luego le dan de lado, como a mí.

Pobrecitos los hombres Cuando los veo de sufrir con esas mujeres que tienen al lado hasta que se van a morir.

(Dios mediante estos versos seguirán saliendo y se irán publicando.)

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Eusebio Jiménez Aguilera, 1.984

Primera edición: Abril, 1.985

Depósito legal SE. 34 - 1.985

ISBN: 398 - 3772 - O

Impreso en Gráficas Gálvez C/. Mesones, 46 Puebla de Cazalla - Printed in Spain

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Precio: 200 Ptas.