Poemas de · Web viewpero a la vez como le cuido tendrán que ver. No solo yerba come el pillín:...
-
Upload
vuongxuyen -
Category
Documents
-
view
220 -
download
0
Transcript of Poemas de · Web viewpero a la vez como le cuido tendrán que ver. No solo yerba come el pillín:...
Poemas de
Un libro para mis nietos
Editado por Dennis C. Villanueva DíazDistrito Escolar de Cabo Rojo
Notas de Cesáreo Rosa-Nieves
La primera edición de Un libro para mis nietos se hizo en Bayamón en 1928. El
poemario se divide en las siguientes secciones: Versos sencillos, Cantos escolares,
Siemprevivas y Apéndice. Recoge una variedad de motivos para niños y para grandes,
pero siempre pensando profundamente en los niños. Aquel que una vez fue maestro,
eternamente será maestro.
Los poemas incluidos en Versos sencillos y Cantos escolares se dividen en dos
categorías principales: temas infantiles para ser leídos por adultos y temas escritos para
ser interpretados por los niños. Cabe señalar que a los versos incluidos en Cantos
escolares les puso melodía el célebre compositor Braulio Dueño Colón. La parte que
corresponde a Siemprevivas está recogida también en el poemario Patria, de 1903. Son
semblanzas de hombres y mujeres ilustres de Puerto Rico, como Lola Rodríguez de Tió,
Federico Degetau, Manuel Fernández Juncos, José de Diego, Luis Muñoz Rivera,
Salvador Brau y José Celso Barbosa, entre otros. La última parte del libro, Apéndice,
está constituida por curiosidades pedagógicas en versos, sobre el uso de las letras de
escritura dudosa, en donde el autor, entre bromas y veras, borda su lección de preceptor
de escuela.
El ingreso
Aquí está la escuela
que desde mañana
yo frecuentaré.
Aquí está la escuela
que ha de redimirme.
¡Qué bonita es!
Mi ajuar
Para mis estudios
ya estoy aviado.
Una libretita
papá me ha comprado;
un “Libro primero”
que dice primores,
y un juego de lápices
de todos colores.
Mi conducta
Cual si mi padre fuera,
respetaré al maestro;
y así en horas de clase
como en las de recreo,
seré como un hermano
para mis compañeros.
¡Qué gozo!
¡Qué gozo ir a la escuela!
¡Qué bueno es estudiar!
¡Ya escribo como un sabio
mesa, papá y mamá!
¡Ya sé lo que es un nombre!
¡Ya sé lo que es plural!
Mi premio
Porque hice mi trabajo
como ninguno,
mi libreta hoy se adorna
con los cien puntos;
y al saberlo, admirada
de mis progresos,
me dio un beso mi madre…
¡Pero qué beso!
Soñando
El día que me porto
bien en la escuela
sueño toda la noche
cosas muy buenas.
¡Y qué intranquilo
me revuelvo en la cama
si malo he sido!
La chiringa
Dame la chiringa
Para encampanarla,
Que yo te la presto
Cuando esté bien alta.
¡Mira cómo sube!
¡Mira cómo cambia!
¡Qué chiringa buena!
¡Da gusto mirarla!
El aseo
Si quieres que a todos
tu presencia agrade,
sé limpio en tu cuerpo
y limpio en tu traje.
La muñeca
Tiene una hermosa muñeca
mi hermanita Soledad,
que cierra y abre los ojos
y dice “mamá” y “papá”.
Ella le pone un vestido
y en la cabeza un gran lazo,
y la lleva de paseo
bien cogida de la mano.
Luego la duerme y la acuesta
en una cuna muy linda,
lo mismo que hace una madre
que quiere mucho a su hijita.
El nido
Cuando en la campiña
hacia un árbol miro
y en su verde copa
descubro algún nido,
pienso que los padres
de los pichoncitos,
si al volver encuentran
el nido vacío,
sentirán la pena
que los padres míos,
si algún ser aleve
les roba sus hijos.
Un nido es sagrado…
¡Yo no toco un nido!
La tierra
Yo vuelvo con cariño
mis ojos a la tierra,
porque es la que sostiene
del hombre la existencia.
La tierra da los frutos
que el cuerpo me sustentan,
el traje que me viste,
la casa que me alberga.
Por ella vive todo
lo que mi ser deleita;
el árbol con su sombra,
con su verdor la vega,
las aves con su canto,
las flores con su esencia…
¡Yo vuelvo con cariño
mis ojos a la tierra!
Mi
cabrito
Es mi cabrito
muy retozón.
Él corre y salta
como no hay dos.
Lo pego a un carro
que le compré,
y lo conduce
requetebién,
cargando arena
para un sendero
que desde casa
me lleva al huerto.
Le doy trabajo;
pero a la vez
como le cuido
tendrán que ver.
No solo yerba
come el pillín:
le doy batatas,
le doy maíz,
y cuando el tuno
quiere beber,
se da un hartazgo
de agua de miel.
Mi padre
Yo quiero mucho a mi padre,
que en el campo de la vida
no cesa de combatir
por mamá y mis hermanitos
y por mí.
Él nos procura el sustento,
el abrigo y el hogar;
él fomenta en nuestras almas
el amor a la verdad,
y nos profesa un cariño
al que solo es comparable
el de mamá.
Mi maestra
Mi maestra es mi orgullo,
mi maestra es tan buena,
que todas mis diabluras
las sufre con paciencia.
Ella es como una madre
por cariñosa y tierna.
¡Qué dulces sus palabras
cuando a leer me enseña!
¡Cómo goza, si aprendo
alguna frase nueva!
¡Saber leer! ¿Hay cosa
que igualarse pueda?
Por esto solamente
merece mi maestra
mi afecto más profundo,
mi gratitud eterna.
¡Mi maestra es muy buena!
¡Mi maestra es mi orgullo!
La escuela
La escuela es un nido,
y son los maestros
las aves adultas
que llenas de celos
dan a los pichones
abrigo y sustento.
Unos, los implumes,
son los niños tiernos,
esos chiquitines
del grado primero.
Luego vienen otros
chicos más traviesos:
unos pichoncitos
más fuertes y diestros
que de suaves plumas
se van revistiendo,
y dentro del nido
alargan sus cuellos
para ver el mundo
de sorpresa llenos.
Los que se gradúan,
los que llevan dentro
un mundo de afanes
y un mundo de ensueños,
son esos pichones
de plumas cubiertos,
de cuerpos ya duros
y de ágiles remos
que el nido abandonan
y emprenden el vuelo.
La tierruca
Es el móvil Oceano
gran espejo
donde luce como adorno sin igual
el terruño borincano,
que es reflejo
del perdido paraíso terrenal.
*
Son de fáciles pendientes
sus colinas,
y en sus valles, de riquísimo verdor,
van cantando bellas fuentes
cristalinas
como flautas que bendicen al Creador.
Primavera sus mejores
atributos
muestra siempre generosa en Borinquén.
*
En los campos siempre hay flores,
siempre hay frutos:
¡Es Borinquen la mansión de todo bien!
*
Aquí nace el puro ambiente
que respiro,
y se asienta la morada en que nací,
y ese sol resplandeciente
que yo admiro,
aquí nace, aquí brilla, y muere aquí.
*
De mis padres fue la cuna,
y ella encierra
las más santas afecciones de mi ser.
¡Yo no cambio por ninguna
esta tierra
donde tuve el privilegio de nacer!
Es el móvil Oceano
gran espejo
donde luce como adorno sin igual
el terruño borincano,
que es reflejo
del perdido paraíso terrenal.
No importa que aferrado a mi bandera
pueda la muerte recibir,
que dar la vida en aras de la patria,
eso no es muerte… ¡Eso es vivir!
(fragmento de Himno regional)
La vuelta a la escuela
Cual bandada de palomas
que regresan del vergel,
ya volvemos a las escuela
anhelantes de saber.
Ellas vuelven tras el grano
que las ha de sustentar,
y nosotros tras la idea,
que es el grano intelectual.
Saludemos nuestra escuela
con cariño y gratitud,
que ella guarda el faro hermoso
que la mente baña en luz.
Ni un momento la olvidamos
en los meses de solaz…
¡Nunca olvida la paloma
Su querido palomar!
Lola Rodríguez de Tió
(Semblanza)
Por ambiente mefítico amagado
un ruiseñor de mi vergel querido,
tendió las alas y formó su nido
de Cuba libre en el solar amado.
¡Es Lola, la de vuelo arrebatado!
¡Es la gentil Dolores, que ha vertido
su pensar, al diamante parecido,
de Fray Luis en el molde cincelado!
¡Ved de la patria el llanto de amargura
al alejarse mi gentil paisana
a los rudos embates de la ola!
El triste llanto por su ausencia aún dura…
¡Y allá, en el suelo de la Antilla hermana,
es el orgullo de Borinquen, Lola!
C, Q, K, Z
Los sonidos ca, co, cu,
con c los has de escribir:
k en las voces extranjeras,
q en los sonidos que, qui.
Tiene la c otro sonido
en ce, ci, linguodental;
y si un vocablo termina
en z, cual feliz, paz,
al dar nacimiento a otro
y al formarse su plural,
la z se cambia en c:
de feliz, felicidad,
de paz, pacificación,
y de voz, vociferar.
M
Antes de b y p, pondrás
en todo vocablo, m
y en las siguientes palabras
en que precede a la n:
indemnización, alumno,
himno, amnistía, omnipotente,
calumnia, autumnal, gimnasia,
insomnio, crimno, solemne,
ómnibus, columna, omnímodo,
damnificar y omnisciente.
R
Cuando en medio de dicción,
estando entre dos vocales,
es fuerte, sin excepción
duplicada la r pon,
como en arroz y corrales.
Suena fuerte una r sola
en cualquier otro lugar,
como resina, abrogar,
ráfaga, ramo y robóla.
Y
La y se debe emplear
con su sonido vocal,
haciendo de conjunción;
o cuando en fin de dicción,
de un diptongo o de un triptongo
siendo la letra final,
en ella no ha de cargar
la mayor pronunciación.
Se usa como consonante
en tiempo de un verbo que
no tenga en infinitivo
sonido de ll ni y,
como de roer, royera,
y cayendo de caer.