“Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él ...
Por Cristo, con Él y en Él
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GRUPO MISIONERO: “PADRE ENRIQUE AMEZCUA MEDINA”
2011
Por Cristo, con Él
y en Él… Boletín No. 5
C O R C N O V I E M B R E 2 0 1 1
Contenido Editorial
Especial
o José Sánchez del Rio
• Recorrido Histórico de la
Misión
o Chiapas 2009
Carisma
o Los Ángeles
Algo para Compartir
o Medios de
Evangelización
Experiencia Misionera
o Conociendo al Beato
José Sánchez del Rio
Entretenimiento
o El lago
Agenda
Colaboradores
Pbro. José Sánchez Ramírez C.O.R.C.
Silvia Tovar Zavala
Miriam Valdez García
Irma Servín Silva
Eduardo Rojo Nava
Ma. Estela Ruiz Rivera
2
Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Por Cristo, con Él y en Él…
José Luis Sánchez del Río fue un adolescente, de 14 años, que tenía no solo en
alta estima su fe, sino lo más valioso que podía apreciar, incluso que su propia
vida. Era más importante su salvación eterna que su salvación humana, porque
tenía una visión sobrenatural de su vida y de su misión.
Con su forma de vida atraía a más personas, sobre todo a niños, adolescentes y
jóvenes, que querían ser como él.
Para nosotros, llamados a ser discípulos y misioneros como nos pide el documento
de Aparecida, José Luis Sánchez del Río es un ejemplo de vida, para que
sepamos valorar nuestra fe y le demos el lugar que corresponde en todo lo que
somos y hacemos. Si no la valoramos no podremos darla a conocer. Si no nos
sentimos orgullosos y felices de creer no podremos transmitirla con alegría a
nuestros hermanos y ellos no la aceptarán si ven que nosotros no la valoramos
como tal.
Así fue como el P. Enrique se sintió profundamente impactado, tanto que le llevó a
entregarse a Cristo y ser un verdadero apóstol de Cristo Rey y Santa María de
Guadalupe, según proclamaba siempre el beato, incluso hasta morir.
Le pedimos al Beato José Sánchez del Río que nos ayude a imitarlo en nuestra
vida, para que seamos verdaderos misioneros donde quiera que nos
encontremos.
Proclamemos con alegría nuestra fe.
Que el Señor los bendiga.
P. José Sánchez Ramírez.
Director Espiritual
Editorial
Happy holidays from our family to yours!
“Por Cristo, con Él y en Él, a
Ti, Dios Padre Omnipotente,
en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda
gloria”
Contenido
• Editorial
• Especial
• Recorrido Histórico de la
Misión
Carisma
Algo para Compartir
Experiencia Misionera
Entretenimiento
Agenda
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Beato José Sánchez del Río
Adolescente de 14 años
Nacimiento y ambiente familiar
Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Mich. Hijo legítimo del señor Macario Sánchez Sánchez y de la señora
María del Río, quienes engendraron y educaron cristianamente a sus hijos: Macario, Miguel, José y María Luisa. Los
Sánchez del Río eran reconocidos como una de las familias principales del lugar, muy católicos y de rancio
abolengo.
Fue bautizado en la Parroquia de Santiago Apóstol, el 3 de abril de 1913, sus padrinos fueron José E. Ramírez y
Angelina Ramírez.
Hacía varios años que los Sánchez habían llegado de España y se habían acriollado en Sahuayo y los del Río eran de
los importantes de Jiquilpan. Macario, el padre, era recto y noble, de convicciones firmes, se había convertido en un
próspero ganadero y poseía un rancho en la sierra al sur de Jiquilpan llamado “El Moral”. Doña Mariquita, como
cariñosamente la llamaban todos, era de corazón bondadoso y gran generosidad, se dedicaba a las labores del
hogar y a la educación de sus hijos, como la mayoría de las mujeres en esa época.
Infancia.
Recibió el sacramento de la confirmación con ocasión de una visita que hizo a la Parroquia de Santiago Apóstol en
Sahuayo el Excmo. Sr. Dr. D. Ignacio Plasencia, obispo de Tehuantepec, durante los días 12, 13 y 14 de octubre de
1917. José tenía cuatro años y medio de edad y fue su padrino José del Río.
Vivió los primeros años de su vida de manera sencilla y tranquila, natural, como la de tantos niños de su edad, jugaba
a las canicas, era un niño sano, de carácter agradable, inquieto y travieso, amable y muy sencillo, muy obediente y
cariñoso con sus padres. Desde muy pequeño iba a la parroquia acompañado de su mamá y asistía al catecismo y a
misa todos los domingos. Inició su instrucción primaria en Sahuayo, distinguiéndose por su bondad.
Debido a la inseguridad que en ese tiempo se suscitó por lo convulsionado del país, la familia Sánchez del Río cambió
su lugar de residencia a Guadalajara, siendo José todavía niño y continuó sus estudios primarios en Guadalajara.
Aproximadamente a la edad de nueve años hizo su primera comunión. Tenía una piedad natural, era muy grande su
devoción a la Santísima Virgen de Guadalupe y rezaba con gusto el santo rosario.
Especial
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Adolescencia.
Al estallar la cristiada sus dos hermanos mayores, Macario y Miguel, se alistaron en las filas de defensa de la libertad
religiosa, bajo el mando del Gral. Ignacio Sánchez Ramírez que comandaba las fuerzas cristeras de la región de
Sahuayo. José no tenía todavía la edad suficiente para seguir el camino de sus hermanos mayores, pero con gran
empeño estuvo solicitando que se le admitiera, a pesar de los consejos paternos que le hacían ver la poca utilidad
que podían tener para la causa las acciones de un niño de poco más de trece años.
En Guadalajara y toda la región, el celo cristiano del Lic. Anacleto González Flores, activo miembro y líder de la
A.C.J.M., jefe y guía de la Unión Popular, inflamaba a la juventud tapatía en fervor y deseos de entrega por
defender la fe. Su cruel asesinato ocurrido el 1° de abril de 1927 fue motivo de gran duelo para todo el pueblo que a
pesar de la represión y las amenazas se volcó a las calles para tributarle póstumo homenaje y para acompañarlo
hasta su última morada.
Este hecho doloroso afianzó a José en su anhelo de dar su vida por defender la fe que le habían inculcado sus
padres y durante una peregrinación que hizo a la tumba de Anacleto, pidió por su intercesión la gracia del martirio.
A partir de ese momento su resolución fue firme y con más insistencia se propuso solicitar su admisión en las filas
cristeras.
Al verlo tan resuelto, su madre se oponía a sus intentos porque lo veía todavía muy pequeño, pero José le respondió
con gran sencillez: “Mamá, nunca como ahora es tan fácil ganarnos el cielo”. De nada valieron las razones que le
daban para que desistiera de su empeño y siguió escribiendo para solicitar su admisión a algunos jefes cristeros.
Nada logró hacer mella en él, al contrario, parecía que cada dificultad que le presentaban le daba más tenacidad
para insistir en su deseo. Hasta que venció al amor paterno y le dieron la bendición.
Cristero.
Ante la negativa del Gral. cristero de la región de Sahuayo, en el verano de 1927, con ayuda de sus tías María y
Magdalena, hermanas de su padre, emprendió el camino a Cotija para entrevistarse con el Gral. cristero Prudencio
Mendoza y hacerle su petición de viva voz. Providencialmente Dios le concedió un amigo que buscaba el mismo
ideal, J. Trinidad Flores Espinosa, y en medio de mil peripecias juntos hicieron el viaje, logrando pasar los tres retenes
antes de llegar al cuartel general, aunque en cada uno los vigilantes trataron de disuadirlos de sus propósitos
diciéndoles que era mejor que se devolvieran porque para el movimiento no servirían por su juventud, que iban a ser
un estorbo y que no aguantarían las vicisitudes.
El Gral. Mendoza los escuchó y les dijo que su edad no era todavía suficiente para optar por ese tipo de vida que
era muy duro. Entonces José contestó que si no tenía fuerzas suficientes para cargar el fusil, ayudaría a los soldados
quitándoles las espuelas, engrasando las armas, preparando la comida, pues sabía cocer y freír los frijoles, y también
ayudaría a cuidar los caballos. Viendo la firmeza de su resolución y la sinceridad en su ofrecimiento, el Gral.
Mendoza los admitió y los puso a las órdenes del jefe cristero Rubén Guízar Morfín que estaba al frente de las fuerzas
que operaban por el rumbo de Cotija.
A partir de ese momento la ocupación de José fue servir y lo hizo siempre con una actitud de caridad y
disponibilidad admirable que muy pronto se ganó la simpatía y la estima de todos. A pesar de su corta edad eran
notables su fervor religioso y su intrepidez, por lo que una vez cumplidas las condiciones establecidas, aceptaron que
se quedara al servicio de la causa.
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
En un enfrentamiento que tuvieron las tropas cristeras con las federales del Gral. Tranquilino Mendoza, el 6 de febrero
de 1928 al sur de la población de Cotija, casi lograron tomar prisionero al jefe cristero Guízar Morfín porque le
mataron el caballo, pero José bajándose rápidamente del suyo en un acto heroico se lo ofreció diciéndole: “Mi
general, tome usted mi caballo y sálvese, usted es más necesario y hace más falta a la causa que yo”. El Gral. pudo
escapar, pero las tropas federales hicieron prisioneros a José Sánchez del Río y a un indito llamado Lorenzo. Los
llevaron maniatados hasta Cotija en medio de golpes e injurias, “Vamos a ver que tan hombrecito eres”. José no
dejó escapar ni un quejido y rezaba para fortalecer su espíritu y poder sobreponerse a las humillaciones y tormentos.
El viernes 10 de febrero, cerca de las seis de la tarde, sacaron a José de la parroquia y lo trasladaron al Mesón del
Refugio, situado por la calle Santiago frente a la parroquia, lo habían convertido en cuartel, ahí le anunciaron la
cercanía de su muerte. De inmediato José pidió papel y tinta para escribir a su tía María agradeciéndole su apoyo y
ayuda incondicional en la realización de su ideal y pidiéndole que le dijera a su tía Magdalena que le llevara esa
misma noche la comunión como viático: “Sahuayo, 10 de febrero de 1928. Sra. María Sánchez de Olmedo. Muy
querida tía: Estoy sentenciado a muerte. A las 8 y media se llegará el momento que tanto, que tanto he deseado. Te
doy las gracias de todos los favores que me hiciste, tú y Magdalena. No me encuentro capaz de escribir a mi
mamacita, si me haces el favor de escribirle a mi mamá y a María S. Dile a Magdalena que conseguí con el teniente
que permitiera verla por último. Yo creo que no se me negará a venir. Salúdame a todos y tú recibe, como siempre y
por último, el corazón de tu sobrino que mucho te quiere y verte desea. ¡Cristo vive, Cristo reina, Cristo impera! ¡Viva
Cristo Rey y Santa María de Guadalupe! José Sánchez del Río que murió en defensa de su fe. No dejen de venir.
Adiós”.
Y por fin llegó la hora del martirio. Cerca de las once de la noche le desollaron los pies con un cuchillo, lo sacaron
del mesón y lo obligaron caminar a golpes por la calle de Constitución que en ese tiempo quedaba derecho al
cementerio municipal. Los verdugos querían hacerlo apostatar a fuerza de crueldad inhumana, pero no lo lograron.
Sus labios sólo se abrieron para gritar vivas a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe. Los vecinos escuchaban con
infinita pena los gritos llenos de valor y fervor cristiano que José lanzaba en medio de la noche: “¡Viva Cristo Rey!”.
Ya en el panteón viendo su fe y fortaleza que nos se amilanaba ante el tormento, el jefe de la escolta que presidía la
ejecución ordenó a los soldados que apuñalaran el delgado cuerpo del adolescente para evitar que se escucharan
los disparos en el pueblo. A cada puñalada José gritaba con más fuerza: “¡Viva Cristo Rey!”.
Luego el jefe de la escolta dirigiéndose a la víctima le preguntó por crueldad si quería enviarle algún mensaje a su
padre. A lo que José respondió indoblegable: “¡Que nos veremos en el cielo! ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Santa María de
Guadalupe!”. En ese mismo momento para acallar aquellos gritos que lo enfurecían, él mismo sacó su pistola y le
disparó en la cabeza. José cayó bañado en sangre, ahogando así el último grito de su jaculatoria ritual para la
muerte. Eran las once y media de la noche del viernes 10 de febrero de 1928. Su cuerpo quedó sepultado sin ataúd
y sin mortaja, recibió directamente las paleadas de tierra.
Tiempo después sus restos mortales fueron exhumados y trasladados a la cripta de los mártires del templo del
Sagrado Corazón y en 1996 nuevamente fueron trasladados a la Parroquia de Santiago Apóstol, donde
actualmente se encuentran entrando por la puerta principal al lado izquierdo a un costado de baptisterio, donde
estuvo preso los días precedentes a su martirio.
Colaboración: Ma. Estela Ruiz Rivera
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Recorrido Histórico de la Misión
Chiapas 2009
Esta misión realmente fue histórica, fue una gran y excelente misión, ponerse al servicio de los demás y tener
presente a la Santísima Virgen María fortaleció de una manera increíble esta misión. ¡Tenemos que llevar 2
camiones, hagamos invitación a muchos jóvenes! fue la gran encomienda, y yo los voy a acompañar; era la
primera vez que el Padre Pepe nos acompañaba. Tenemos que hacer un buen planteamiento que permita que
las personas interesadas vivan auténticamente la misión, debemos vivir una motivación y esta planeación
debemos realizarla al empezar el año con los siguientes cuestionamientos: ¿Qué es un misionero y que requisitos
debe cubrir? ¿Cómo debemos estructurar un equipo de trabajo? y por último ¿Cómo armar equipos de trabajo
sobre las siguientes áreas: catequesis, evangelización, liturgia y desarrollo social?
Para esto ya teníamos un manual que se adaptaba de acuerdo al ciclo litúrgico A, B o C y había que darlo a
conocer con tiempo. Ahora teníamos que trabajar profundamente sobre la importancia de dar a conocer el
Catecismo de la Iglesia Católica y ahondar en temas como Sacramentos, oraciones como el Credo, necesitamos
de personas capacitas en esta área y cómo impartirla, fue como buscamos apoyo en las Religiosas de Cristo
Crucificado. Sobre liturgia, que quienes iban a participar no siguieran simplemente un manual sino que conocieran
aspectos importantes sobre signos litúrgicos, cantos y oraciones, esta parte la cubrió el Padre Pepe y le ayudó
César un seminarista que en esta ocasión nos acompañó. Tener un pequeño curso de Biblia, en donde
conociéramos las partes de la biblia y saber que es un libro que cada parte tiene un mensaje, en este
conocimiento nos ayudó el Hno. Salvador Torre. La importancia de la oración y como es que debemos hacerla, la
preparó el Padre Pepe.
Y nos pusimos a trabajar buscando nuevos misioneros, y la respuesta fue impactante eran 60 personas interesadas
y la mayoría eran jóvenes, había religiosas, un seminarista, un sacerdote y varias familias , el ver cómo iban
acomodándose las cosas fue gracias a la Providencia Divina, las reuniones de preparación iniciaban con una
dinámica de integración y permitió que todos estuviéramos perfectamente involucrados, y los días sábados el
seminario donde nos reuníamos a las preparaciones tenía una gran vida, se sentía un ambiente muy cordial y se
contagiaba el espíritu misionero desde que empezaron las preparaciones. Tuvimos además un curso de Liderazgo
a la manera de Cristo, impartido por el señor Juan Antonio.
Algo que caracterizó a esta misión fue tener como encomienda el rezar el Ángellus para fortalecerla, podíamos
hacerlo en 3 horarios: al medio día, a las 6 de mañana o a las 6 de la tarde y si lo queríamos rezar en todos los
horarios, así que no había pretexto para hacerla. La presencia de las religiosas fue verdaderamente importante.
Tenemos que sentirnos un grupo con identidad y para esto buscamos unas playeras que pasmaran en el logotipo
¡Ay de mí si no predico el evangelio! fue la cita bíblica que tenía impresa junto con la cruz de Jerusalén y la
presencia de la familia y el color verde limón para no perdernos.
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Asistimos a la misión las siguientes personas: Padre Pepe y Seminarista César, Familia Nieto Hernández (Víctor, Luz
Ma. y Lucecita), Fam. Rojo Valdez (Miriam, Eduardo, Daira y Jesrael), Fam. Ruiz Tovar (Oscar, Silvia, Oscarín, Ángel,
Chivis y Edgar), Fam. Barajas (Don Gonzalo Arreguín, Luis Arturo y Mafer), Fam. Torres (Yedani, Gaby y Sagrario),
Fam. Pérez ( Kelvin y Claudia), Miguel Ángel Feregrino papá e hijo, Hnas. Religiosas ( Madre Conchita, Cristy y
Clara), Karina Arce, Claudia Alonso, Susana Arvizu, Diego Asebey, Hugo Enrique Barrios, Luis Enrique Cabral, Elia
Edith Gómez, Andrea Gómez, Priscilla Ibarra, Ana Karen, Víctor Jasso, Rodrigo Hernández, Avelina Landaverde,
Graciela Meléndez, Tania Lizárrraga, Silvia Vargas, Juan Pablo Mendoza, César Mendoza, Andrea Carolina
Morales, Juan Antonio Pérez, Aranza Portillo, Andrea Lozano, Ana Cristina Villalobos, Nadia Dalila Barrón, José Ma.
Sebastián Saldaña, Fernanda Lozano, Hampton, Arturo y Carlos, Susana Pérez y Pedro.
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Las comunidades que visitamos estuvieron
realmente atendidas y creció la amistad entre la
comunidad de Querétaro y Chiapas. Se visitaron
más de 25 comunidades, nuevamente vivimos en
forma intensa la semana santa. Tener el auxilio de la
Virgen María fue algo extraordinario, pues el E.
Santo se manifestó en todo el Edén.
Nos recibió nuevamente el Padre Jerónimo, ahora
estaba como su vicario el Padre Juan Francisco
Abonce, quienes nos recibieron muy cordialmente y
el Padre Jerónimo nos pidió continuar con la misión,
no desfallecer.
El día que nos reunimos por última vez veníamos
felices de compartir, el Espíritu Santo se manifestó
con gran intensidad y tuvimos un pequeño percance
con uno de los autobuses, las hermanas religiosas
comentaron, la misión aún no termina más bien va
comenzando teníamos que retomar el rosario y rezar
las cuentas cuantas veces más fuera necesario, o
sea siempre. Después de varias horas de espera
sabíamos que nos tendríamos que quedar algunos
porque no teníamos respuesta de los choferes, así
fue como regresó solo una parte de los misioneros y
otra parte nos dirigimos a Veracruz en busca de un
transporte, ahí nuevamente vivimos la solidaridad y
el compañerismo, nadie se quejó ni por hambre, ni
por falta de descanso, ni por la incertidumbre de
cómo regresar, estábamos en manos de Dios y su
madre nos acompañó siempre.
Esto nos hizo reflexionar y profundizar sobre qué es lo
que sigue a la misión. La misión implica todo, un estilo
de vida, una forma radical de pensar de llevar el
evangelio a todos los rincones, no podemos solo ser
misioneros cuando partimos a Chiapas o a un lugar
lejano, tenemos que serlo todo el tiempo.
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Junto con este pensamiento comenzó a surgir la idea de darle forma al movimiento seglar, ya no estaría
formado solo por adultos y adolescentes, tendría que abarcar mucho más. Empezamos así a estructurar
un organigrama que permitiera tener formación y diferentes formas de apostolado, viviendo con el
carisma de operarios y que tiene su gran profundidad en el sentido misionero desde todas las edades:
niños, adolescentes, jóvenes, adultos sabiendo que los operarios seglares somos misioneros y como parte
de la iglesia, debemos ayudar a extender el Reino de Cristo, construyendo el templo vivo. Por eso esta
misión fue extraordinaria, fue un gran parteaguas en donde tomamos más en serio el papel que tenemos
como iglesia y como parte de la Confraternidad de los Operarios del Reino de Cristo. Agradeciendo al
Padre Pepe la gran entrega que ha tenido en su acompañamiento a este grupo Beato José Sánchez del
Río y el nacimiento a este grupo misionero que es tan importante y que nos permite planear el sentido
misionero de todos los demás grupos que lo conforman. Dios bendiga esta misión y a todos los que
participamos de ella, a nuestro directa o indirectamente. Al Padre Enrique Amezcua que tuvo una gran
visión, al Padre Pepe que nos ha orientado en este caminar, y a nosotros que nos toca en este momento
poner las primeras piedras de este cimiento para que sea firme.
Colaboración: Silvia Tovar Zavala
.
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Algo para compartir
Medios de Evangelización
(Parte IV)
A la búsqueda de los medios adecuados.
La evidente importancia del contenido no debe hacer olvidar la importancia de los métodos y medio de la
evangelización, porque las maneras de evangelizar cambian según las diversas circunstancias de tiempo, lugar y
cultura, conservando la fidelidad al contenido.
El testimonio de vida.
Lo primero es el ser y luego el cómo ser. Y el ser en este caso se encuentra en el propio yo que se manifiesta en el
comportamiento, he ahí la importancia del testimonio:
Nuestro comportamiento, si hemos de hablar sobre cristianismo, debe ser de un autentico y verdadero cristiano, una
vida que en verdad se ordene hacia Dios, sin que en ello existan lagunas o <<tiempos menos cristianos>> como
acontece con aquellos que tras de ser cristianos en los momentos de actos de piedad, luego en sus actividades
comerciales o industriales o políticas actúan como no cristianos, como interrumpiendo la trayectoria de su vida espiritual
con apartados de intereses materiales que se oponen a aquella.
Un ejemplo de vida debe ser el testimonio, no sólo por lo que mira a nuestras relaciones con Dios, sino también con el
prójimo, pero inclinarnos a amar al prójimo plagado de defectos, no es fácil y por ello muchas veces preferimos
concretar nuestra religiosidad en una relación hombre-Dios, que dista mucho de ser un auténtico comportamiento
cristiano. El hombre de mundo de hoy, que es también objetivo de la evangelización pide ejemplo antes que palabra,
modo de vida antes que doctrina.
Una predicación viva
No es superfluo subrayar la importancia y necesidad de la predicación: “Pero ¿cómo invocarán a Aquél en quien no
han creído? ¿Y cómo creerán sin haber oído de El? ¿Y cómo oirán si nadie les predica?..Luego la fe viene de la
audición, y la audición por la palabra de Cristo” Esta ley enunciada un día por San Pablo conserva hoy todo su vigor.
La función de los sacramentos
La evangelización despliega de este modo toda su riqueza cuando realiza la unión más íntima, o mejor, una
intercomunicación jamás interrumpida, entre la Palabra y los sacramentos.
La finalidad de la evangelización es precisamente la de educar en la fe de tal manera que conduzca a cada cristiano a
vivir los sacramentos como verdaderos sacramentos de fe.
Colaboración: Irma Servín Silva
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Lema
Carisma
Los Ángeles
Los Ángeles no se ven, como espíritus que son; pero hemos querido
que estén simbolizados en vigor de los tallos que en forma de alas
arrancan con las espigas. Gran veneración tiene nuestra
confraternidad a los Santos Ángeles. Ellos son el mejor Mensaje de
Dios que nos dan luz y armonía, y nos enseñan con su servicio a
estar colgados siempre del querer del Padre: "Bendecid al Señor,
Ángeles suyos, poderosos Ejecutores de sus órdenes, prontos a
cumplir su Palabra". (Salmo 103, y 20). Los Ángeles coronan y elevan
a la ROSA, protegen como a la espiga al Sacerdote, adoran
continuamente al Cordero.
Colaboración: Eduardo Rojo Nava
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Experiencia Misionera
La Palabra de Dios
Cordero Inmolado con su Costado
abierto, forma un todo con la Cruz de
Jerusalem y el Libro que es la Sagrada
Escritura, la Palabra de Dios: desde el
anonadamiento, desde la Cruz, se
abren los secretos de la Palabra de
Dios revelada en plenitud por
Jesucristo. La palabra de Dios es para
el Operario del Reino de Cristo la luz
en su caminar, el criterio en su
proceder, la Voluntad de Dios
manifestada, ya que hemos sido
constituidos servidores del REINO, que
se anuncia por la Palabra, se nutre
por la Eucaristía, y se experimenta en
la vida del Espíritu.
Carisma
Silvia Tovar Zavala: Conociendo al Beato José Sánchez del río.
Hace aproximadamente 7 años nos empezamos a reunir en el Seminario un grupo de personas entre ellas niños,
adolescentes, jóvenes y adultos, para estructurar la formación de líderes de laicos comprometidos con el carisma de
los Operarios del Reino de Cristo, el primer motivo fue organizar entre todos el primer Congreso Eucarístico
Guadalupano “Que seamos Uno”, el cual daría inicio a un movimiento de seglares. De este Congreso nació el grupo
Beato José Sánchez del Río, nombre que dio el Padre Javier Gutiérrez por ser de edad similar a los chicos que lo
conformaban y precisamente este nombre ya que el día 20 de Noviembre del 2005 había sido beatificado en la
ciudad de Guadalajara, Jalisco.
El Padre Javier se hacía a la idea que este grupo tenía que ser un grupo líder y que los chicos que estuvieran que
estar en el debían ser comprometidos y emprendedores, dando testimonio como este jovencito que a la edad de
14 años muere como mártir en la guerra cristera defendiendo su fe, tomando como estandarte la bandera de
México y gritando hasta el extremo ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!
En este Congreso conocimos a Sor María de Jesús, de la Congregación de las Siervas de María y encargada de las
aspirantes. Ella con gran sabiduría nos orientó para estructurar un programa que ayudara a los chicos a descubrir sus
talentos, a ponerlos al servicio de los demás, con la espiritualidad propia de los Operarios del Reino de Cristo y que a
través de este programa ellos puedan descubrir su vocación, sabiendo que la vocación de todo ser humano es
llegar a la santidad, ¿pero por dónde vamos a empezar? Esta era una pregunta clave, Sor María con mucha visión
nos dijo, lo primero que tenemos que hacer es que ellos se identifiquen con el Beato José Sánchez del Río,
necesitamos ir a Sahuayo pues creo que para el día 10 de febrero, con motivo de su aniversario de su martirio, va a
haber una exposición cristera por parte de los Caballeros de Colón, y conociendo su historia en este momento
histórico tan importante va a tener un gran impacto en quienes vayamos. Así fue como organizamos el sábado 11
de febrero de 2006 la peregrinación a Sahuayo en busca de identidad.
Al Padre Antonio Gómez, párroco de la Sma. Trinidad le emocionó sobremanera esta peregrinación y nos brindó
apoyo para ir a la ciudad de Sahuayo, Mich., ya que él es oriundo de ese lugar, y con la ayuda de su sobrina Blanca
Patricia Gómez, nos acompañó y elaboró un recorrido para conocer un poco sobre la historia de José Sánchez del
Río, cuya tierra natal es la misma. Hicimos una invitación abierta en la Parroquia de la Sma. Trinidad y acudimos las
siguientes personas: Dulce, Oscar, Daira, Carlos, Ángel, Gustavo, Silvia Ruiz, Edgar, Francisco, Silvia, Juan, Edgar,
Jesrael, Sor María de Jesús con todas sus aspirantes, Miriam y Eduardo, Carolina y Gustavo, Ma. Elisa Zavala,
Carmelita y Daniel Ruiz, Silvia Ruiz L., Oscar y Silvia y unos chicos de Bolaños, una familia de la Parroquia de
Arboledas, fue un gran grupo.
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Conocer la historia de José Luis Sánchez del Río, fue algo extraordinario, a toda mi familia este hecho nos marcó,
vivimos un momento histórico extraordinario a partir de esta peregrinación. Descubrir todos los valores que estaban
implícitos en esta vida de un pequeño adolescente nos motivó a trabajar por los adolescentes. Comprendo que las
cosas no son por casualidad, sino providentes, la edad de mis hijos eran en relación justamente cercana a la de
Joselito como le llamaban en Sahuayo, y mi esposo Oscar y yo comprendimos que teníamos que un gran
compromiso. Para mí en especial la formación de este grupo fue verdaderamente importante, comenzamos a vivir y
a conocer la espiritualidad de la Confraternidad y a medida que avanzabamos nos enamoramos de su carisma, he
comprendido que la vocación de nuestros hijos sí puede encausarse de una forma especial si tenemos un ejemplo a
seguir, en este caso el adolescente José Luis Sánchez del Río, el valor con que vivió los momentos difíciles de la
guerra cristera y la convicción tan firme que tuvo de su fe me ayudaron mucho en una de las etapas más dificiles
del desarrollo de mis hijos, la adolescencia en donde ellos siempre estuvieron ocupados en tantas actividades y
forjaron valores tan importantes como la búsqueda de la verdad, la justicia, la esperanza, la solidaridad, el trabajo,
la perseverancia, la tenacidad, el compromiso, la amistad, el amor a Cristo y la sinceridad, entre otras. Me
encantaría que muchos papás se dieran la oportunidad de vivir momentos como los he vivido con mis hijos, le doy
gracias a Dios por esta bendición que me ha otorgado, siempre la guardaré como un tesoro en mi corazón.
Colaboración: Ma. Estela Ruiz Rivera
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Entretenimiento
El Lago
El lago no es sólo un gran charco de agua. Hay otros elementos
diversos y "personales" integrados en comunidad: la montaña,
los árboles y arbustos, pájaros, patos, insectos... y más adentro,
en lo profundo, los peces. En toda comunidad/lago se
encuentran algunos de estos elementos.
Los ARBOLES: miran al lago de lejitos, se nutren de él pero no se
mojan... Son los que ven actuar al grupo pero miran de afuera, no se
animan a meterse mucho pues no sienten, no ven o no quieren
compartir el compromiso misionero. No obstante, algunos colaboran
con apoyo logístico para que el lago sea lo que debe ser.
Los PAJAROS: sobrevuelan la superficie, alegran con su canto, dan vida al
paisaje. Pero también desde afuera. Dependen mucho del mundo exterior. Y si
el lago no les ofrece todo lo que pretenden, vuelan a otro, y así, migratorios,
más bien se sirven del lago de lo que procuran servirlo.
Los PATOS: si bien en la superficie la mayor parte del tiempo, sólo se meten
zambulléndose para alimentarse. Y son de temporadas...
Los TABANOS: ¡qué molestos! Son los aguafiestas. Siempre zumbando alrededor. No saben
alimentarse sin molestar. Opacan alegrías, sobre acentúan las tensiones, ponen los nervios "de
punta", y cuando se posan sobre alguno, pican con dolor y hasta con posterior infección.
Menos mal que duran poco, y si sopla un poco de viento fresco, no molestan más.
Los PECES: viven metidos en silenciosa convivencia, se mueven con libertad, son los dueños
del lago, están como en su casa. Pocos los ven, aunque muchos saben de su presencia. Se
nutren entre ellos y en su ambiente, y son también alimento para otros. No son tal vez muy
astutos, pero sí útiles y mansos en su mayoría.
Cerca del lago, siempre está la MONTAÑA. Es el signo de la Espiritualidad del grupo
misionero, eell eennccuueennttrroo ddeell hhoommbbrree ccoonn DDiiooss.. EEss llaa pprreesseenncciiaa ddee DDiiooss,, vviivvaa yy ffiirrmmee..
Colaboración: Miriam Valdez García
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Grupo misionero: “Padre Enrique Amezcua Medina” 2011 Volumen 1, número 5
Agenda Seglar CORC
Directorio
Director Espiritual: Pbro.
José Sánchez Ramírez
C.O.R.C.
Querétaro, Qro.
Teléfono:
(442) 213 48 69
Correo electrónico:
A punto de morir le
preguntaron ¿Qué les
mandas decir a tus
padres?: “¡Que nos
veremos en el cielo! ¡Viva
Cristo Rey! ¡Viva Santa
María de Guadalupe!”
Beato José Sánchez del Río
Noviembre-Diciembre 2011 Fecha Evento Lugar Horario
13 Celebración de la Luz 1ª
Comunión
Mujeres
Independientes
9:00
17 Cumpleaños del Pbro.
Esteban Alcocer
González
Director General CORC
Oremos por sus necesidades
Espirituales y Materiales
20 Aniversario del martirio
del Beato José Sánchez
del Río
Oremos por los miembros
del grupo para que Dios los
consolide y crezcan en su
amor.
20 Festividad de Jesucristo
Rey del Universo
27 Primer Domingo de
Adviento
2 Retiro de Adviento
Pbro. Adrian Rodríguez
Ramírez CORC
Casa “Pater
Noster”
Inicia
16:00
Misa
19:00
8 Ordenaciones de
Diáconos y sacerdotes
CORC
Santuario de la V Aparición
Guadalupana
12 Virgen de Guadalupe
Reunión del Grupo Misionero
Sábados a las 7:00 pm
Seminario Mayor del Sagrado Corazón
(Priv. Circunvalación s/n. Jardines de Querétaro
“Cristo venga a nosotros tu Reino,
Por Cristo, con Él y en él”…
Colaboración: Miriam Valdez García