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Libro de un médico que viajó por el Esequibo y la Guayana venezolanos.

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  • I-,------I Elas Toro1 ---

    DELlMITACION DE VENEZUELA CON GUAYANA BRITANICA

    'Por las Sh/asd C;CJayal)a

    DESDE EL ATLANTlCO HASTA LA SIERRA DE PA"'MA,.

    POR LOS RIOS OMiIMA, AMACURCl, DEMERARA, ESEQUIBO, MASSARUNI,

    CUYUNI, ACARABISI y VENAMO

    DEDICADA AL SEOR GENERAL CIPRIANO CASTRO

    CARACAS

    TIP. HEI1RE'.RA IRtGOYEN & CA.

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    Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis ngel Arango del Banco de la Repblica,ColombiaEste Libro Fue Digitalizado Por La Biblioteca Luis ngel Arango Del Banco De la Repblica,Colombia

  • Por las Shfas ** d '(tayal)l

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  • Delimitacin

    DE

    Venezuela con Guayana Britnica

    Por las sh/asd~ (i(Jayal)a

    DESDE EL ATLANTICO HASTA LA SIERRA DE PAHIMA,

    POR lOS ROS BARIMA, AMACURO, DEMERARA, ESEQUIBO, 'IIASSARUNI.

    CUYUNI, ACARABISI y VE NAMU

    POR EL

    Doctor Elas Toro

    CARACAS

    TIP. HERHERA IRIGOYEN & CA.

    19a5

    n"N:O Dr: lA R[?UBUC~8IBLlOTE:...I, Li.J!S-t>NC:L ARANGO

    CATALOCACIONEste Libro fue Editado por la Biblioteca Luis ngel Arango del Banco de la Repblica,Colombia

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  • ~ESEA HIS/IlO~GA

    DE A DISGUSION DE IMIlJ1ES

    EN/IlI~E

    VENEZUEA y A GUAYANA B~lj1AN ;GA

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  • 1-1 Parliamantary Paper. Mayo 11 th. 1840. The Argory, vol. 30,N 9 758.

    III[

    IiI1 _

    RESE:8t A.HISTORIOA.

    DE LA

    DISCUSION DE LIMITES ENTRE VENEZUELA Y LA GUAYANA BlUTANICA

    ~~N virtud .:le una convencin firmada en L?n-it~ dres el L) de agoKto de 1814, entre Su MaJes-tad Britnica y el Soberano de los Pases R~~os, que-daron sometidos al dominio y soberana brit:.nica losantiguo~ establecimientos holandeses de Demerara, Ese-quibo y Berbice.

    En 1840 el vizconde Palmerston, insinuacinde :MI'. Light, Gobernador de la, Guayana Britnica,sobre la conveniencia de un arreglo con los Gobiernosdel Brasil, Venezuela y Holanda (lue definiera exac-tamente los lmites de la Guayana Inglesa, dictaba alGobierno Colonial las instrucciones siguientes:

    (*) Que se levante un mapa de la GuayanaBritnica, conforme los lmites descritos por R.Shomburgk, acompafiando dicho mapa una memoriadescriptiva minuciosa. de los rasgos naturales que de-

    11

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  • I"OR LAS Sti:I,VAS

    finen y constituyen los lmites cuestionados; y que los Gobiernos de Brasil, Venezuela y Holanda sepasen copias de aquel mapa y memoria, como exposi-

    cin de la pretensin britnicu. Que entre tanto seenven comisionados ingleses ;t fijar linderos en elterreno, (t fin de marcar con postes permanentes la lneafronteriza reclamada as por Inglaterra. Entonces to-car cada nno de los tres Gobiernos antedichos,aducir cualquiera objecin que tuviese que presentarcontra estos lmites, con exposicin de los fundamentosen que la apoyasen, y el Gobierno de Su :Majestadles dar las contestaciones que le pareciesen propias yjustas.)) (')

    Pero con mucha anterioridad estas deelaraciones, elao de 1822, (") el :Ministro de Relaciones Exterioresde la Gran Colombia, comunicaba Sil Plenipotenciarioen Londres, el honorable seor.r. R. Re"cnga, ins-trucciones especiales sobre la materia, llamndole laatencin hacia la eircunstancia de que los ingleses envirtud del convenio de 1814 posean los antiguosestablecimientos holandeses, eonstituy{.ndose por tantoen vecinos fronterizo)05nuestro,,;. Refirindose muy par-ticularmente al artculo segundo del Tratado sobreLmites, inyit(tbalo tratar sobre la fij,lci{n de la lneadivisoria de uno y otro territorio, advirtindole quc loseolonos de Demerara haban usurpado una gran por-cin de tierras sobre el ro Esequibo, pertenecientes Venezuela.

    Desgraciadamente el seor Revenga, quien ocu-paban numerosas importantes. cllestiones de orden

    (1) Parliamentary Paper. May. 11 th. 1840." Official history of tbeBoundary,. vol. VII.

    (2) Anales Diplomticos de Colombia, 1870.

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  • DIE OUAYANA I-- ---- ---------.-.--.--- ..---.----- ---------/--/

    de discutir !misin en 1

    i

    fInanciero, no tuvo oportunidad favorablela cuestin de lmites durante sn honrosaInglaterra.

    Fiel las instrucciones recibidas, el Gobernadorde Demerara comision sir R. Shomburgk para des-lindar y sealar lo.~lmites entre Veru:zuela y /,a G1la-vana Britnica. Misin cumplida con exceso de celo,extralimitan do sus funciones, por aquel comisionado;como se ver por el extracto de su informe presentado las autoridades coloniales.

    (*) ((Tan pronto como la salud general (le losexpedicionarios lo permiti, part con rumbo hacia laboca del ro Barima, con el prop(sito de examinar estaparte del ro y erigir dos postes: uno en la punta deBarima y otro en la margen derecha del ro Amacuro,como testimonios de los derechos de Su :MajeRtad. estos lmite15 Occidentales de :-;u Colonia de la Gua-yana Britnica.

    ( El. poste marca que erig en la Roca delro Barima, como prueba quejllstifica lo:.; derechos deSu Majestad hasta ei5epunto, es, militarmente conside-rado, de un gran valor para las posesione:,; de la GranBretaa. La peculiar configuracin de la Boea deNavos, la nica entre las del Orinoeo que puede dal'paso embarcaciones de mayor tonelaje, da la ('itadapunta de Barima, el dominio y vigilancia de esta granentrada al ro Orinoco.5-'~ Los derechos aducidos por Shomlmrgk en su jn-forme al Gobernador de Demcrara, para esta extremapretensin britnica, fueron: la ocupaein por los

    ('" 1 Britah blue booka, vol. VI. Report and Lettera of Sir RobertShomburgk.

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    I--------1--1II

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  • POR. LAS St
  • DE etJAYAltA.,-l-------~-I-

    I Aunque el derecho de Vcnezuela sobre GuayanaI

    deba establecerse hasta las ribera.q del ro Esequibo, nopretende el Gobierno de la Repblica que se haga valer

    Ij en toda su extensin, porque desea allanar por su parte1 todos los obstculos para su pronto arreglo, y claro! es que el Gobierno ingls no conyendra en ceder sus

    Iestablecimientos del'pomarn y ~lOlOCO. As pues Re

    . podr dirigir el curso de la negociacin, eediendo por

    I grados hasta convenir en que los lmites entre Venezue-. la y la Guayana Brit:nica queden fijados en los puntosI siguientes: el ro )Ioroco hasta :-iUS cabeceras enI las montaflas de Imataca; la fila mis alta de psta;.;

    Isiguiendo hacia el Sur encontrar el caiio Tupuro;

    , las aguas de ste hasta entrar en el Cuyuu; continuan-

    1

    , do por la orilla septentrional de este ro hai5taSil desem-bocadura sobre el ro Esequibo y la margen izquierda

    I de este ro hacia el Sur, hasta Sil confluencia con elI Rupununi, en que concluye esta lnea.)I De estas instrucciones privadas y de la l'epresenta-,. cin del Doctor A. Fortique, datan los primeros pasos

    en esta tan larga y debatida cuestin.I Al efecto, y con fecha [) de oetuhre de 1841 comu-

    nica nuestro Ministro en Londres al Secretario Princi-pal de Estado y de Relaeiones Exteriores de Ingla-terra, la sorpresa con que fueron recibidos en Vene-zuela los actos de dominio y posesi(n ~jereido8 por elcomisionado Shomburgk y la no contestacin delGobierno Britnico la proposicin de Veneznelade nombrar Plenipotenciarios para la fijacin de dichoslmites.

    A la segunda instancia del :Ministro Fortique elConde Aberdeen contest, que las marcas fronterizasplantadas por Shomburgk en ciertos puntos de la regin

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  • -- ---'-- --- ..---.----------------/--que estudiaba, deban considerarse nicamente comomedida preliminar, susceptible de futura discusin entrelos Gobiernos de la Gran Bretaa y Venezuela; querespecto al deseo expresado por esta ltima de celebrarun tratado como paso preliminar al deslinde en eues-till, l se permita observar que tal medida debams bien seguir que preceder la operacin delestudio.

    En las notas subsiguientes pasadas por nuestroPlenipotenciario en Londres se haca hincapi sobreel hecho de que el comisionado Shomburgk, traspasandoquizs los trminos de su dutorizacin, haba fijadoen un pUllto de la boca del Orinoco varios postes conlas iniciales de Su l\L~estad y enarbolado en dicholugar, con aparato de fuerza armada, el pabellnbritnico, perpetrando otros actos de dominio y de..un peno.

    ee Si el hecho solo de fijar seales en el territorio dela Heplblica, deca el seor Fortique, es una violacinabierta de sus derechos, queda la consideracin delGobierno de Su Majestad su penetracin y deli-cadeza, medir la impresin que habr producido enVellezuela el saber que dichas seales han sidoacompaadas de todos los signos de verdadera po-sesin .

    y as no duda que obtendr, del Gobierno de suMajestad la reparacin del agravio hecho al decoro dela Rep bEca, mandando que se remuevan las marcasque de tan desagradable manera han alterado la tran-quilidad pblica.

    Nuestro Plenipotenciario, adems de lo expuestose refera ms especialmente, en una de sus notas alGobierno Britnico, cierto prrafo del oficio del

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  • DK GUAYANA

    Cnsul ingls en:Caracas, concebido en los siguientestrminos:

    El Gobernador de la Guayana Britnica hasido facuItado para resistir cualquiera a~resin sobrelos territorios cercanos la frontera que han estadohasta ahora ocupados por tribus independientes. Pala-bras que necesitan explieacin, prosigue el seor For-tique; porque el Gobierno de Venezuela no ha podidopersuadirse que el de Su )Iajestad haya querido esta-blecer un principio de proteccin respecto de los ind-genas 'que habitan fuera de la frontera inglesa yque por este mero hecho ocupan territorio yenezolano; que se pretenda reconocer en las trilJlls salvajes lapersonalidad que el dcreeho de g('nt('~ no atribuye sillo las naciones constituidfls eu soeicdad poItiea; nien fin, que se intente por ('ste medio de defraudar Venezuela de los derecho~ qne cn ..:\m(.rica se han reco-nocido siempre los deseubridorf's.

    Xo habicndo obteniao nuestro }finil"tro ('(Hltesta-cin inmediata los puntos enunciado;.:, por parte de laCancillera Britnica, imdsti() nucvamente sobre lanecesidad de celebrar un Tratado (\(' Lmih>s, qued~finiera 108 derechos territoriales de ambos pa~(>', .yrenov la demanda, ya de manera m(:s tcrminante ycategrica, de que fueran removidar-;las marear-; puestascontra todo derecho en Rarima y otros plintos del terri-torio venezolano.

    Obtlvose al fin conte~taein preei'a del Secretariode Estado de rnglatcrra, bajo los "iguientes t(rminos:

    (*) El infrascrito (cOIHle Aberdecn) informaatentamente al seior Fortique que, con el fin de satis-

    _! : __OffiC:lhi8~rY~_~_OI. VII., plig.17.I fl

    --

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  • I--,------- ------- -------I facer los deseos del Gobierno de Venezuela, el Go-I bierno de su Majestad Britnica enviar al Gobernador

    Idel la Guayana inglesa instrucciones con la orden dequitar los postes que han sido colocados por Shomburgk

    1

    I cerca del Orinoco.)), Pero el infrascrito juzga de su deber declarar ter-I minantemente al seor Fortique que, aunque con el finI de poner trmino la inquietud que parece reinar en

    V cnezuela en cuanto al objeto del deslinde del seorShomburgk, el infrascrito ha consentido en acceder las repetidas representaciones del seor Fortique en estea.sunto, no ha de entenderse que el Gobierno de Su Ma-jestad abal!done ninguna porcin de los derechos de laGran Bretaa sobre el territorio que fu anteriormenteposedo por los holandeses en Guayana.)) .

    En 9 de marzo de 1842 MI'. Light, Gobernador dela Guayana BritCmica, escrilJa )1r. O' Leary, CnsulBritnico en Caracas, informndole, para satisfaccindel Gobierno de Venezuela, que habla recibido instruc-ciones del Secretario de Estado Colonial, para removerlas marcas colocadas por Shomburgk en Barima yotros puntos, no dudando que cste paso sera recibidopor Venezuela como demostracin de cordial amistadpor parte del Gobierno de Su Majestad.

    Despu6s de este incidente, en que claramente de-mostraba. el Gobierno Brit:inico no tener tales indiscu-tibles derechos sobre los ros Barima y Amacuro,insisti el seor Fortiquc, con nuevo vigor, sobre lanegociacin de un tratado de lmites~ ardientemente de-seado por Venezuela, por ser 68te el mqjor procedi-miento para evitar complicaciones en lo sucesivo.En tal virtud inici formalmente la negociacin en

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  • HE ODAYANA

    su extensa nota de 31 de enero de 1844,en la cual ex-pona los derechos todos de la Repblica.

    Son tan importantes las notas cruzadas entreambos Ministros, como los primeros documentos oficia-les vertidos en este largo proceso y encaminados alarreglo diplomtico de la cuestin en sus orp;enes, queharemos una breve insercin de los puntos culminantestocados por nuestro MiniRtro y la refutacin ellos delSecretario de Estado Ingls.

    (') ee Nadie ha negado Espaa, (leca el seorFortique, el derecho de primera ocupante y descubri-dora del :Kuevo Jlundo. Todas las nacione:-, ya tcita,ya expresamente, 10 han reconocido, y sera larga innecesaria la enumeracin de los actos que lo comprue-ban. Sentado esto, conviene recordar que flI precisa-mente en las costas sobre que versa la cuestin dondeColn por primercl vez divis el Continente A..mcri-cano: que fu en ellas dOJl(leAlonso de Ojeda prin-cipi el descubrimient.o y conquista de Venezuela: quefu ste el terreno cuya gobernacin cedi el EmperadorCarlos Y Diego de Ordaz (2) y el (Iue muy prin-

    (1, Ofllcial history of the boundary between Venezuela and BritshGuiana. Vol. VII. pa~. 19. (Traduccin l.

    (2) En efecto, el afio de 1530,cuando ya haba comenzado el Goberna-dor Cedefio SllS conquistas de la isla de Trinidad, regresaba Castilladon Diego de Ordaz, Caballero dE' la Orden de Santiago, despu, de la con-quista y pacificacin de Mxico, servicios que le merecieron del Rey el hbitode Santiago y la conquista. y gobernacin de las tierras comprendidas entrela desembocadura del Orinoco y el cabo de La Vela. Despachado as elComendador Ordaz, con el titulo de Adelantado y Capitn General de losterritorios que fuera conquistando; con autorizacin de erigir cuatro for-talezas en los sitios de la costa que juzga.re ms conveniente, y ccn laslibertades yexenc;ones que la sazn se daba los conquistadores, bienequipado y municionado, con tres grandes naves, se di la vela del puertodo Sanlucar li principios del dio 1531.

    Despus de una navegacin feliz arrih la Boca de J>ragos en el GolfoTriste, entrAndose luego por el Orinoco, cuyos raudales remont hasta Ca-bruta.-Nota del Autor.

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  • POR. LA.S SKL V AS

    -1--------- ------! CIpIOSdel siglo dcimo sexto exploraron con grande

    esfuerzo el mismo Ordaz, Herrera, Ortal, Cedeo yotros; y conviene asimismo recordar que al descubri-miento sigui poco despus la ocupacin, el nimodecidido de retenerla, la fundacin de pueblos, el envode misioneros v la civilizacin de los indios apoyada

    " ,

    sobre el Evangelio; de manera que en 1579 ya losenemigos de Espaa encontraron poblaciones que arrui-nar y sacerdotes que perseguir; pues la guerra quealternati vamentc divida las naciones de Europa sehaca sentir con estrago en aquellas l~janas tierras,donde las invasiones, ataques incendios eran frecuen-tes; y el mismo derecho que nadie poda disputar Es-paa, excitaha un tiempo la envidia y la venganza.

    Pero no deben atribuirse exclusivamente laguerra los sufrimientos de la Guayana Espaola, porquela t~lTnadel oro que se supona existir en esta comarca,sus ricas maderas, su tabaco y la facilidad de con vertiren esela \"()s los naturales, despertaron tambin lacodicia y fueron varias las expediciones que se hicieron;bastando por ahora citar entre otras la muy clebre deSir ,ralter H.aleigh, en que fu segunda vez destruidala ciudad de Santo Toms, sin dejar tras s otro vesti-gio. Sirve, no obstante, su triste recuerdo para probarhasta con el testimonio de un antiguo viajero ingls,que los espaiioles posean entonces el Orinoco y todassus inmediaciones; que ocupaban ya los ros Barima,:\IOlOCO y Pomarn; que su dominacin se extendahasta el Esequibo, y que segn el documento que seencontr en poder del Gobernador Antonio Berro, sehaba vuelto t tomar ~.;olemne posesin de aquellastierras, en nombre del Rey de Espaa, el 23 de abrilde15H:~.

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  • Da fiRlAYIdIJtr.

    Si todava se qUi8Iera otro testimonio ms inta-chable para prueba de la posesin exclusiva de losespafoles en estas tierras, antes del tratado de Miinster,podra afadirse el de Juan de Laet, holands y miem-bro de la universidad de Leyden, quien por este mismotiempo se propuso escribir las proezas de sus compa-triotas en la Amrica del Sur. Escribi tambin las de108ingleses y los espafoles; y si atribuye los holan-deses la ocupacin de algunos puntos sobre el Ama-zonas, est de acuerdo con Sir \Valter Raleigh, encuanto al Orinoco, Moroco y Pomarn, que los espafo-les ocupaban.

    Se ha hecho mencin del tratado de .Miinster,porque todo el mundo sabe que en l se estipul (*)expresamente que lo que hasta all posean las partescontratantes fuese retenido, sin que pudiera ninguna deellas aspirar (t territorios ocupados por la otra, y as esque, no poseyendo los holandeses en Guayana puntoalguno, por lo menos del otro lado del Ei"e

  • I!-1-------------I la Amrica Meridional, "'/ se obligan auxiliarse yi socorrerse hasta quedar en pacfico goce de sus domi-

    l nios, extendindose la obligacin por parte de Portu-

    gal desde el Amazonas hasta las mrgenes del Orinoco,de una y otra banda.

    Existe tambin una Real Cdula (1768) que esta-blece los lmites de la Guayana Espaola y los dilatapor el Medioda hasta el Amazonas, llevndolos por elOriente hasta el Ocano Atlntico. No es de creerseque los Reyes de Espafa y todos sus Ministros se equi-vocaran en materia tan grave; ni que quisieran tam-poco aparecer nnte las naciones atribuyndose territoriosque no le pertenecan.

    Dice Martens: (*) Las conquistas que los holan-deses hicieron en las Indias y en Amrica durante lalarga guerra de su revolucin contra la Espaa, fueronhasta sobre los portugueses, sbditos entonccsde la Coronade Espaa. La paz de l\liinster no quit, pues, nada Espaa cuando estipul que cada una de las partes con-tratantes conservaran sus posesiones en las IndiasOrientales y Occidentales.

    Sea de esto lo que fuere, no puede negarse que elEsequibo ha sido considerado como la lnea divisoria delas dos posesiones; bien por la dificultad de atravesado,siendo tan caudaloso que hizo los naturales llamarlohermano del Orinoco; bien porque los reyes de Espaaen la imposibilidad de vigilar tan dilatada costa, secontrajeron particularmente la parte que media entreel Esequibo y el Orinoco, sin renunciar por ello al de-recho que le corresponda.

    La Guayana Holandesa, dice la Condarnine;

    (1Il) Curso Diplomtico, VIII, pg. 183.

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  • comienza en el ro Marawine y termina en el Esequibo:para la Guayana Espafiola queda el pas compren-dido entre el Esequibo, donde termina la ColoniaHolandesa, y el OrinQco.

    Norie, gegrafo ingls, autor del derrotero de laCosta de Guayana, asegura lo mismo. Sus palabrasmerecen copiarse: La Guayana Britnica se extiendedesde el Corawine hacia el Noroeste hasta el Esequibo.Esta era la verdadera extensin de la Colonia arregladaentre los espafioles y holandeses por el tratado deMtinster en 1648, y que nunca desde entonces ha sidorevocado. Y Bellin, cuya imparcialidad instruccinno puede sin injusticia ponerse en duda; Ingenierode la Marina y del Depsito de Planos, Censor Real dela Academia de Marinos y de la Sociedad Real deLondres, hablando de esta materi~l se ve en la necesi-dad de hacer una declaracin que, en boca de un escritorextranjero, viene muy al caso. Dice que, da el nombrede Guayana Holandesa la parte que los holandesesocupaban y posean cuand'o escribi, sin pretender de-~idir sobre la legitimidad de su posesin, y sin perjudi-car los derechos que los franceses y espaoles, susvecinos, puedan tener sobre el mismo pas; doode se havisto lo::;holandeses aumentarse y extenderse, paso paso, adelantando establecimientos lo m~lSlejos que lesha sido posible.))

    Innumerables son las citas que pudieran hacersepara acreditar con la autoridad de lo;.;:sabios que se hanocupado en el asunto, que el tcneno comprendidoentre el Esequibo y el Orinoco ha sido considerado enel mundo como propiedad exclusiva de la Espaia. Mas,se observar que ha-"lta se ha omitido, y de intento,recurrir los escritores espaoles, que son la fuente

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    !J.

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  • II,

    iI--.-.---~---'----I--

    ms abundante de textos favorables Venezuela; porqueel que suscribe, como dijo al principio, se ha propuestoslo hacer' ligeras observaciones, y le ha parecidom~jor dejar hablar por ahora los escritores extraos,adems de que no ignora que, establecido el derecho deEspaa como primera ocupante y lo estipulado en eltratado de )liinster, es al Gobierno de Su Majestad quien correspondera desempear la difcil empresa depersuadir que los holandeses poseyeron legtimamente, que Espaa aprob SIlS usurpaciones: pero en vez deello encontramos en la historia que tan atrs como en1l>96, habiendo pretendido atravesar el Esequibo, fueronlanzados inmediatamente por los espaoles y obligadost retirarse hacia sus cabeceras; donde tampoco puededecirse que los consintieron, porque todava mediadosy fines del siglo pasado, y muy particularmente en Po-marn y ~Joroco, los inquietaban y atacaban y tratabande expulsar como intrusos violadores de un pactoexpreso. (').

    y no se diga que estas hostilidades procedan deautorida

  • , __ 1Jl_E_8_U
  • POR LAS 8ZLV.ll"

    carta del Mayor V ouchenrolder, hlands que la formpor orden de la Comisin de Colonias y posesiones dela Repblica de Batavia, y que tambin se la dedic;de modo que nO es el t~stimonio de Humboldt,sino el de un comisionado holands, el que en realidadha servido de norte al Gobernador de Demerara, quiensin duda es excusable en su buen deseo de dar la mayorextensin posible al pas cuya gobernacin se le haconfiado: Depons terminantemente declara que {(losholandeses, en violacin de los tratados primordia-les, haban avanzado postes sobre el tenitorio espaol.

    Adems de lo expuesto, la Gran Bretafia, sucesorade los dominios holandeses, se comprometi en Utrecht,por un Tratado pblico (1713) auxiliar la Espafia,cuanto estnviere de su parte, en el restablecimiento delos antiguos lmites de sus comarcas americanas, segnexistan en tiempos del Rey Catlico Carlos II; Y losmismos holandeses reconocieron la justicia que envolvaeste compromiso, cuando instruidos de l, ratificaron elafio siguiente y en el propio lugar el tratado de Miins-ter. Singular contraste haran estos documentos conla pretensin de disputar Espaa su sucesora, laRepblica de Venezuela, los terrenos inmediatos alOrinoco, si la pretensin viniese de parte de cualquierade los soberanos solemnemente comprometidos enUtrecht. Por fortuna no ha llegado este caso, y proba-blemente no llegar nunca, pues se trata slo de fijar enpaz y conciliacin la lnea divisoria de los dos Estadosamigos, para quienes la preservacin de la buena inte-ligencia es el objeto principal, que ciertamente valemucho ms que la tierra inculta y estril que ocasionamuna disputa.

    :l\fas al trazar esta lnea debe tenerse en vista el-------------1--

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  • It 8UAYANA

    porvenir y escoger aquellos puntos que ofrezcan unadivisin que remueva todo motivo ulterior de desave-nencia. No hay duda de que el Esequibo es el roformado al intento por la naturaleza; y pues nada casinada ocupan hoy los colonos britnicos entre l y elOrinoco, estando sus plantaciones del otro lado, unarreglo hajo esta hase llenara el ohjeto, y asegurara la Gran Bretai'ia aun los ms remotos derechos quepudieran corresponderle como sucesora de la Holanda.

    A esta nutrida y luminosa nota de nuestro Minis-tro en Londres, que bajo bases tan patriticas y justasplanteaba la cuestin discutida, contest el Ministro deEstado ingls con otra no menos extensa cuyo texto,tendente refutar la anterior, reivindicaba para Ingla-terra sus pretendidos derechos sobre los ros Esequibo,Moroco y an ms all.

    Consideraba Lord Aberdeen la nota de nuestroMinistro como una buena exposicin del derecho deVenezuela; pero le aseguraba que tal exposicin, sus-citada por el deseo de promover un arreglo amistoso dela cuestin, haba sido vista con sorpresa por el Gobiernode su Majestad.

    ((El hecho de que el Continente Americano, decaLord Aberdeen (*) fu descubierto y en gran parteocupado primitivamente por sbditos de Espafa, esciertamente indiscutible; pero ninguna relacin directatiene con el negocio en discusin. El seor Fortiqueda entender que hasta 1648, fecha del Tratado deMiinster, ninguna porcin de la costa al Oeste del Ese-quibo haba sido ocupada por los holandeses, y que sustentativas para pasar este ro haban resultado fallidas;

    (* omcial history ofboondary, vol.VII, pg. 'lt'l.

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  • POR LAR SKLVA.

    y si esto fuera verdad sera de una importancia capital'en la cuestin.

    Pero debe observarse que este hecho est muylejos de ser cierto. Segn lo ex puesto por el mismoJ. de Laet, los holandeses navegaban desde 1580 el roOrinoco, con el objeto de establecerse en los puntos queno estuviesen ocupados por los espaoles; y en 1581los Estados Generales concedieron ciertos indivi-,duos el privilegio exclusivo de comerciar con aquellosestablecimientos.

    Dcese tambin que al fin del mismo siglo existaen l\li(ldelburg una compaf.a de comerciantes quetraficaban en el ro Barima. De todos modos es ciertoque en 1621, un cuerpo de comerciantes, bajo el ttulode Compafia de la lndia Occidental, obtuvo de losEstados Genera les el pri vilegio de hacer excl nsivamen teel comerc-io con la Amrica. y de gobernar nuevascolonias que pudiesen adquirir, reservndose dichosEstados el nombramlentD de los Gobernadores; yHartsink, el historiador nus verdico de la Guayana,asienta ms de una vez que el lmite de las pose-siones de est.a Compaa Occidental era el ro Orinoco.

    Por el Tratado de Miinster se convino en lG48 enque la Corona de Espaa y los Estados Generales con-tinuaran en posesin de todos los puntos en Asia, Af'ricay Amrica que en aquella fecha estuviesen ocupandocualesquiera de las dos partes, incluyndose con especia-lidad los establecimientos de la Compaa de la IndiaOccidental. En comprobaein del hecho de que aquellosestablecimientos se extendan hasta el Orinoco, puedeverse un documento en que la Compaiia ue la IndiaOccidental donaba al Conde Fernando Casimiro de

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  • 29

    Da &UAy .a.

    Hanau (') una porcin de tierras de sus posesionesen la costa de Am~rica y en que se menciona elOrinoco como el lmite occidental de dichas posesiones.

    En 16.57 los holandeses levantaron los fuertes deNueva Zelandia y Nueva l\fiddelhurg sobre el Pomarny el Moroco.

    En el primero de stos fu donde en un at..'lque en1797 por los espafloles, fueron estos derrotados com ple-tamente por la guarnicin, compuesta de holandeses ingleses, y obligados refugiarse en sus botes con pr-dida de muchas vidas. (').

    En 1674 la Compaa de la India Occidental,creada en 1621, (3) qued di~uelta; pero se form yautoriz una nueva Compaa, 1imitmloselc el derechode hacer comercio exclusivo una parte del Africa,la isla de Cllrazao y las colonias del Esequibu yPomarn, extendindose la ltima, corno ya se ha dicho,hasta el Orinoco.

    (1) En el volumen Conftdential Subjects, pg. 121, bajo el ttuloClaims by the Dutch-to all the coa8t, encontramos que, en efecto, en1669-the Dntch West India Company conceded to the German Connt ofHanan a pice of land sltuated on the wild coast of Amrica, between tb",river Oronoque and the river of the Amazons; lo cual en nuestro sentirnada prueba en favor de los derechos de Inglaterra, pues en este mismodocumento, que se hace referencia, algunas lneas ms abajo, encontra-mosla siguiente salvedad: Bllt it does not a.~.~ertan exelusive Dutch right toeolonise that eoaat.-N. del A.

    (21 En Loc-cit. Uonl1dential Subjects, pg. 84, dice Lpez de laPuente: que en 1790una expedicin de rebeldes, en n(mero de 12.000 ms menos, se present atacar principalmente los holandea6s, quienes tu-vieron que pagar una gran suma de dinero par" poder permanecer en susestablecimientos.-N. del A.

    (3; Pero pareca ignorar Lord Aberdeen. que 6 ai'os antes de lacreacin de dicha Compaa, es decir en 1615, mandaba la Corona deEspaRa rdenes terminantes su Gobernador en Venezuela para disolver ytomar posesin de 10R establecimientos holandeses am fundados, y tomartodas las medidas necesarias para extirpar ni enemigo, de todos los puntos__J--.::~hubiera posedo en dichos territorios.-Loc-cit, p. 80.-N. del A.

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  • I-------------,-30

    Continuando Lord Aberdeen en el examen de lasautoridades que cree confirmarn sus datos, dice que enla Historia de la Amrica del Sur por Bolt, publicada mediados del siglo pasado, se describe la Guayana

    . Holandesa como extendindose desde la Boca del Orino-co al grado 99 hasta el Morajuana los 620' de latitudNorte; que en un mapa de aquella costa publicadoen 1783 por Taden; se fija el ro Orinoco como ellmite occidental de los holandeses, segn la pretensinde stos; y que en una carta ms reciente publicadapor Feffereys, en 1798, se describe el ro Barima comodivisorio de las tierras holandesas y espafiolas.

    Ninguna duda, pues, puede existir de que no sloera reclamada por los holandeses la Boca del ro Ori-noco, como el lmite occidental de sus posesiones, sinoque desde muy al principio la ocuparon militarmente ymantuvieron la posesin.

    Existen documentos de la Compaa de la IndiaOccidental en que se ve que los Directores recomenda-ban al Comandante de Pomarn que mantuviese enbuen estado el fuerte Barima. El Coronel Moody en-contr los restos de estas fortificaciones, cuando en 1807ocuparon los ingleses la costa y . se preparaban mandar alguna fuerza Angostura, para destruir loscorsarios que asolaban las costas de la Guayana Holan-desa, y tambin para forticar de nuevo aquel punto.El seor Shomburgk encontr vestigios del fuerte y delcultivo de los terrenos inmediatos, cuando estuvo endesempeo de Sil comisin.

    Crea Lord Aberdcen, despus de lo expuesto,que era innecesario agregar ms nada para demostrar,cuin errneo es el aserto de que el Esequibo se hatenido como la lnea divisoria entre los dos pases, y

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  • DI: 8UAYAJlA

    que el territorio entre aquel ro y el Orinoco ha sidoconsiderado por el mundo como propiedad exclusiva dela Espatla.

    Asersiones son stas, dice Lord Aberdeen, en que el infraescrito est autorizado para dudar si tendr no el sefior Fortique el apoyo de sus mismos con- ciudadanos, visto que en los mapas de las provincias deVenezuela publicados por un oficial de la Repblica cuatro atlos h, el extremo lmite reclamado por Venezuela del lado oriental es el Moroco; y cierta- mente que juzgar por las exageradas pretensiones que sobre otros puntos se encuentran en esta obra, el autor no est inclinado pecar de generoso respecto de la Colonia britnica vecina.

    Si el infraescrito estuviera dispuesto obrar en el espritu de la nota del seBor Fortique, claro es, por lo que se ha expuesto, que debera reclamar por parte(e de la Gran Bretafia, como legtima sucesora de laHolanda, toda la costa desde el Orinoco hasta el Ese- quibo; y tal reclamo, prescindiendo de toda cuestin de derecho, sera la verdad mucho menos perjudi- cial Venezuela que lo es para la Gran Bretafia la pretensin del sefior Fortique, por cuanto Venezuela(e no tiene ningn establecimiento en el territorio en cuestin, y la admisin reconocimiento del Esequibo como lmite de la Repblica, envolvera desde luego la e~trega por parte de la Gran Bretafia, de una mitad,ms menos de la Colonia. de Demerara, inclusas la punta Cartabo y la isla de Kykoveral, donde los holandeses fundaron su primer establecimiento en el Mazaruni; las misiones de Bartica Grove y muchas

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  • POR Y.AS 81tLVAS

    IImente en la cost~lArabisi, hasta 50 millas de laII capital.

    Agregaba Lord Abcrdeen, en su contestacin nuestro :Ministro, que su opinin era. que las negocia-ciones no se facilitaban presentando reclamos que no sepensaba sostener seriamente, y declaraba desde luego lasconcesiones que de su derecho estaba dispuesta hacerla Gran Bretaa, por su amistosa consideracin haciaVenezllela, y por 'su deseo de evitar todo motivo degraves diferencias entre los dos pases. Persuadido,pues, de que el objeto ms importante para los interesesde Venezuela es la posesin exclusiva del Orinoco, elGobierno de su Majestad est pronto ceder la Rep-blica una parte de la costa suficiente para asegurarle ellibre dominio de la boca de st,e, su ro principal impedir que est al mando de ninguna potencia extran-jera, Con esta mira y en la persuacin de que hace Venezuela una concesin de la mayor importancia, elGobierno de Su :Majestad est dispuesto prescindir desu derecho sobre el Amacuro, como el lmite occidentaldel territorio britnico y considerar la boca del' roGuain como trmino de las posesiones de Su Majestadpor el lado (le la costa.

    Consentir. adems que se fije el lmite en el inte-rior {ra.mndo una lnca dcsde la boca del Moroco alpunto en que se une el 1,10Baram.a con el Guaini:de all por el Bararna, aguas arr1'ba,ha,sta el Aunam.a,por el cual se ascender hasta el rugar en que estearro.lJo se ac(;}'cams al Acarabisi,o bajando por d?'choAcarabi.~i hasta su c01ifluenc'l:acon el Cuyun?:,' se-guirI; par este 'lt1no ro aguas ar1"iba hasta llegari las tierra,~altas in'liwdiaG'ione,~del monte Roraima,

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  • (1 J Lnea Aberdeen.\2) Parllamantary Papera, 19 setiembre, 1836.

    n& OU.l.VA:OA I-1-------

    en que se dividen las aguas que fluyen. al li.-sequiho Ide las que corren hacia el ro Branco. ('). i

    La Gran Bretaa est, pues, dispuesta ceder i IVenezuela todo el territorio que se encuentra entrela lnea ya mencionada y el ro Amacuro, y la cadenade montaf1us en que tiene su nacimiento, (t condicinde que el Gobierno de Venezuela se comprometa noenajenar ninguna parte de dicho territorio t ningunaPotencia extranjera, y condici6n tambi6n de que lastribus de indios que actualmente residen en (>1 seanprotegidas contra todo maltrato y opresi6n,

    La muert~ inesperada de nuestro )Iinistro enLondres, suspendi desgraeiadamente estas negociacio-nes, que en tan buen camino iban de arreglar la clIesti(mfavorablemente Venezuela.

    ~o obstante,,logr nuestro Mini:4l'o Fortiqlle hacerreconocer por la Gran Bretaia la superioridad de losttulos de Venezuela desde el ro ~Ioroco hasta elOrinoco en la lnea propuesta por Lord Aberdeen, locual cra aceptar implcitamentp las posiciones (le 18i3G,cuando el Gobernador de Demerara n opinaba que elro Pomarn, al OeHtedel Eseguibo, podra tomarse ('OIHOlmite de la colonia inglesa.

    Como esta lnea de Aberdeen, desposea Yene-zuela del terreno compremlido entre el Pomarn y elEsequibo, no fu aceptada sino con eiertaH modifieacio-nes, que nunca llegaron ser consideradas por el 00-bierno de Su Majestad, por la muerte de nue.,:tro)Iinis-tro en Londres.

    El afio de 1850, ante el rumor de (lue Inglaterraintentaba apoderarse de la Guayana venezolana, se le-

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  • POR LAS' RKl.VA8

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    34 I

    I-1------------------ --- -------vant indignado el espritu pblico, formndose mee-tings y sociedades patriticas, para rechazar la usurpa-cin. Y el Gobierno su vez comunic las autori-dades de Guayana, rdenes de ponerla en estado dedefensa.

    Advertida Inglaterra de la excitacin que reinabaen Venezuela y temiendo la posibilidad de actos hosti-les por parte de las autoridades de Guayana; comunicinstrucciones especiales al Vicealmirante de las fuerzasnavales en las Indias Occidentales, para el caso en queVenezuela intentase fortificar el territorio en discu-sin; mientras que por rgano de s. Encargado deN egocios en Caracas contradeca el rumor popular,declarando que Inglaterra no tena nimo ni prop-sito de ocupar ni usurpar porcin alguna del territoriodisputado; pero que tampoco vera con indiferencianinguna agresin por parte de Venezuela.

    Como desde 1848 abra Venezuela el largo perodode sus revoluciones armadas, data de este ao de 1850 elstatu qua de la cuestin.

    Fu 26 aos despus, en 1876, que volvi Ve-nezue1a dar notaciones de querer renovar la dis-cusin, nombrando al Doctor J. M. de Rojas, MinistroResidcnte en Londres.

    Con toda actividad inters procedi el seor deRojas promover el trmino de la negociacin iniciadapor el seor Fortique, insinuando qne Venezuela estabadispuesta iiaceptar la lnea de Aberdeen, ofrecida espon-tneamente treinta y seis aos antes.

    Lord Granville, :Ministro de Estado, la sazn,rehus aceptar, sin exponer razones, y propuso otralnea que se alejaba considerablemente de toda p~sib ili-dad de aceptacin por parte de Venezuela.

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  • _1 D_X_lI_DA_T_AM_A I__I

    Por tanto el Gobierno de la Repblica resolvi noasentir dicha proposicin, y cesar en toda gestin de

    avenimiento entre las partes., Perdido el lapso de tiempo de 1841 1844 Y el

    ms largo todava de 1877 1881, tiempo que dur lamisin del seriar de Rojas, aprovechbase en tanto lacolonia de Demerara para avanzar sigilosamente misio-nes colonizadoras sobre el Orinoco y Caron; proyectvas de comunicaciones y envi expedicionarios lasregiones mineras de Venezuela, presentndose al fin, la entrada del Orinoco, dos buques ingleses, uno deguerra y otro mercante, provistos de enseres y tilestelegrficos.

    El serior Simn Camacho, Ministro Residente deVenezuela en 'Vashington, impuso de esto al Gobiernode los Estados rnidos.

    De esta poca datan los primeros pasos dadospor Yenezuela para someter la cuestin un arbitra-mento.

    Pero antes de que la idea de un arbitramentoentrara en vas de desarrollo, las cuestiones pendientesentre ambos pases, volvieron entrar, por iniciativa deInglaterra, en camino de un bien inspira

  • -------------------------1---

    firmara, se admiti un artculo, concebido en los siguien-tes trminos:

    ( Si entre los Estados Unidos de Venezuela y elHeino Unido de la Gran Bretaa Irlanda 8urgiere al- guna diferencia que no pueda ajustarse por los medios( ordinarios de la negociacin amistosa, las dos partes( contratantes se comprometen someter tales diferen- cias al juicio arbitral de una tercera potencia, de varias potencias amigas de ambas, sin recurrir la guerra, y que el resultado de dicho arbitramento sea obligatorio para los dos Gobiernos. (Art. XV).

    Pero el poco sobre\"ino un cambio en el GabineteBritnico, surgiendo al Despacho de Relaciones Exte-riores Lord Salisbury, , quien tocaba sellar la negocia-cin casi concluida, entre Lord GranvilIe y nuestrol\Iinistro, neg:ndose aceptar la clusula sobre arbitra-mento, en 8U nota de 27 de julio de 188"), que decaas: (*).

    (d] Oobiel'1lo de Su l\L~jestad no puede con venir( en el asentimiento dado por sus predecesores al artcu-( lo general de arbitramento propuesto por V cnezuela, ni en la ille!u"in en 61 de materias que no sean((las pn)\'cniente.; de la interpretacin alegada viola-( cin de ehc particular tratado. Obligarse referir( ii arbitramento todas las disputas y controversias, es cosa que no tend'a antecedentes en los tratados( concluidos por la Gran Bretaa. Podran originarse cnestior\C8, como las que envolviesen el ttulo de la Corona Britnica territorios otros derechos de soberana, que el Gobierno de Su Majestad no po- dra obligarse de antemano ti referir arbitramento.

    \) Official history, prrafo 49,pg. 120, Vol. VII.III

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  • __ 1 __ . D_II_ou_ _y ._ , __

    III

    En vano replic6 nuestro Ministro, que: no lepareca que el nuevo Gabinete pudiera revocar por sslo, un artculo que el anterior haba prestado formalasentimiento, ponindolo como fuera de su alcance;mucho ms despus de haber declarado en la Cmarade los Pares que respetara las prendas dadas por elGobierno precedente.

    Pero mientras los dos Gobiernos, en Londres,discutan la frmula, por tercera vez, de llegar unad\'enimiento amistoso, se presentaba en la Roca delOrinoco, el vapor Lady Longden, de orden del Gober-nador de la Guayana Britnica, con oficiales ingleses,civiles y de la marina de Guerra; remont el. ro sinprctico, (> internndoRe lugares que siempre habanpertenecido Venezuela, colocaron postes y carteles,declarando en fuerza de vigencia leyes Britnicas;cambians de estos incidentes quedaron en suspensolas relaciones diplomticas de ambos pases, con la re-tirada definitiva de Venezuela del )[inistro Britnico,el 14 de marzo de 1887.

    E14 de diciembre de 188H el Gobierno de Deme-rara tomaba posesin formal de la Boca grande delOrinoco; fundaba una estacin de poliea en la punta de:Harima, declarndola puerto britnico de la colonia; detodo lo eual protest tambin Venezuela, como lo habaheeho en 1887 y 1888, ellO de diciembre de 1899,protesta que fu oportunamente eomunicada al Gobiernode los Estados Unidos, por rgano de su Legacinen Caracas.

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    POR. LAS 8ItLVA~

    Aquel Gobierno consider atentamente la comu-nicacin aludida y autoriz MI'. White para confe-renciar con Lord Salisbury sobre la reanudacin de lasrelaciones diplomticas entre la Gran Bretafa y Ve-zuela, siempre sobre la base de retornar al statu quode 1850 ..

    Lord Salisbury contest comunicando que, se ha-llaba en ese momento en relaciones con el :Ministro deVenezuela en Pars, autorizado por su Gobierno pararenovar las relaciones diplomticas.

    Dicho Ministro nuestro era el Doctor ModestoUrban~ja, quien, antes de recibir la respuesta deVenezncla ( las proposiciones de Lord Salisbury, ful'lustituido por el Doctor Lucio Pulido, que lleg Londres con credenciales de Plenipotenciario ad hoey Enviado Extraordinario de la Repblica, con el en-cargo principal de anudar las relaciones con el Gobiernoingls, favor de la interposicin oficiosa de los Es-tados Unidos, poniendo como condicin sine qua non,para el restablecimiento de aqullas, el arbitramento paradecidir la litis.

    Esto no fu lceptado; y el Doctor Pulido regres Caracas, d~jando la cuestin en el mismo estado y sus-pendidas las relaciones.

    Siempre fiel su deseo, Venezuela, de reanudarsus relaciones con Inglaterra, para llegar por estemedio, algn avenimiento, nombr por ltimo alseBor Toms :Michelena, Agente Confidencial de laRepblica, para tratar con el Gobierno de Su :MajestadBritnica.

    H aqu las bases presentadas por el seor ~Eche-lena Lord Rosehey en su Pro mdmoria:

    ((Primera:-H..establecidas que sean las relaciones

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  • IIIIII1I

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    i 39:

    DE (fI1AYAIU

    oficiales entre los dos pases, previa la ratificacin deeste convenio preliminar por los respectivos Gobiernos,cada uno de ellos nombrar uno ms deleg3ldos conplenas facultades para la celebracin de un tratado delmites, basado en el examen concienzudo y detenidoque ellos hagan de los documentos, ttulos y ante-cedentes que legitimen las respectivas pretensiones,siendo adems convenido que la decisin de los puntosdudosos, ia demarcacin de una lnea fronteriza enque no pudieren llegar acordarse los delegados, sesometern la decisin definitiva inapelable de unrbitro juri.'1 que, llegado el caso, ser nombrado decomn acuerdo por uno y otro Gobierno.

    Segunda :-El Gobierno de Venezuela, COIl la.mirade establecer bajo un pie de la mayor cordialidadlas relaciones con el Gobierno de Sil .Majestad Brit-nica, proceder la celebracin de un nuevo Tratado deComercio, derogando el impuesto adicional del 30por ciento, y reemplazndolo con otro dc duracindefinitiva, cual el propuesto por Lord Granville en1884.

    Tercera :-Las reclamaciones que tengan dere-cho los sbditos de Su :Majcstad Britniea y lo;; ciuda-danos de la Repblica dc Venezuela eontra el uno {el otro Gobierno, serin materia,. de un examen de unacomisin nombrada ud lwr, corn'iniendo ell ello Ve-nezuela en este caso especial, pues e,.;ti. atribuido eljuicio y sentencia de las reclamaciolles extranjeras, pordecreto de la Repblica, la Alta Corte Federal, y seconsignar por tanto que para reclamaeione;; futurasse acepta por parte de la Gran Bretaa aquella dis-posicin.

    Cuarta :-S8 har constar en el COII venio pre-

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  • ]'OR I.AS BICI.VAS

    limina"r, que tanto el Gobierno de"Su Majestad Brit-nica como el de Venezuela reconocen y declaran comostatu quo, de la cuestin de lmites el que exista enel ao 1850, cuando el Hont>rable Sir B. 'Vilson,Encargado de Negocios de Inglaterra en Caracas, hizola declaracin formal, en nombre y de orden expresadel Gobierno de Su :l\fajestad Britnica, de que no seocupara ninguna parte del territorio en disputa, exi-giendo la misma declaratoria de parte del Gobierno deVenezuela, como fu obtenida. Este statu quo se man-tendr hasta la celebracin del tratado de lmites quese menciona en la base primera.

    ((Quinta :-El convenio que se formula sobre lasbases aqu propuestas, y que ser firmado por el AgenteConfidencial de Venezuela, en uso de los Poderes deque est investido, y por la persona debidamcnte au-torizada por el Gobierno de Su Majestad Brit~nica,ser tambin inmediatamente sometido la ratifica-cin directa de ambos Gobiernos y, efectuado el canje,quedarn ipso facto restablecidas las relaciones diplom-ticas entre ambos pascs.

    La contestacin del "Ministro ingls slo se refiri la primera y cuarta proposicin del sefior Michelena,abstenindose de contestar las otras tres. Deca ensntesis que, pesar .de que el deseo reiterado deVenezuela admita la posibilidad de reanudar las rela-ciones diplomticas con la Gran Bretaa, la circunstan-cia de hacerse referencia al arhitraje entre los dos Gobier-nos en caso de diferencia, reduca el tratado la forma enque repetidas veces haba sido negado por el Gobiernode Su .Majestad.

    Que respecto la base 4~ del sefior .Michelena,proponiendo los dos Gobiernos que reconociesen y---------"---------

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  • DI: GU4y"K4

    declarasen como statu qua de la cuestin de lmitesel mismo que existi en 1850, el Gobierno de SuMajestad estimaba como imposible retroceder al estadode cosas de aquella poca, desocupanDo lo que por mu-chos afios haba formado parte integrante de la GuayanaBritnica; derechos que no podan ser abandonadospor el Gobierno Britnico, el cual no consentira quedurante el progreso de las negociaciones, quedase envigencia otro statu quo que el existente la sazn.

    Propuso Lord Rosebey una modificacin lasbases ll;t y 4l;t del seor Michelena, proposicinque menoscababa ms an el derecho de Vellezuelay que fu terminantemente rechazada por nues-tro Agente Confi

  • POR LAS F;ItLVAS

    de los derechos de Venezuela. Que ellos no eran sinomedidas necesarias de administracin de un territorio,que el Gobierno de su Majestad consideraba indisputable-mente como una porcin de la Guayana Britnica, sobrela cual no poda admitir reclamacin alguna deVenezuela.

    Con su rplica de 6 de octubre sell el seorMichelena la discusin, protestando en los siguientestrminos, contra las injusticias de la Gran Bretaa:

    ((Cumplo con el ms estricto deber, en nombre del( Gobierno de V enezuela, de elevar la protesta ms solemne contra los procederes de la colonia de la Gua- yana Britnica, que constituyen una invasin del terri- torio de la Repblica, y contra la declaratoria que con-(/.tiene la nota de S. E., de que cl Gobierno de Su :Majestad considera esa parte del territorio como componente de la Guayana Britlnica y no admite sobre l reclamo al- guno de Venezuela. Heproduzco, en apoyo de esta protesta, toda la argumentacin contenida en mi nota,(( S. E. de 2$)de setiembre ltimo y la que ha hecho valer( Venezuela en las diversas ocasiones en que ha levan-( tado eRta misma protesta.

    l( Terminar declinando sobre el Gohierno de Su( Majestad Britnica toda la responsabilidad de los( hechos que pueda ocasionar en el porvenir la necesi- dad en que se coloca Venezuela de oponerse,( por cuantos medios le sea da.ble, al despojo de una( parte de Sll territorio, ya que desechndose su justa solicitud de poner trmino esta violenta situacin, ocurriendo un juicio de rbitros, se desconocen sus derechos y se la sita en el penoso, pero forzado caso,( de proveer su legtima defensa.

    Aqu termina la ltima negociacin intentada di--- ------.- -.--- - .-----.---------

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  • rectamente por Venzuela, en su litigio de lmites con laGuayana Britnica.

    El arbitraje, tantas veces propuesto Inglaterrapor Venezuela y negado por aqulla, fu definitiva-mente aceptado, por la mediacin del Presidente de laRepblica Norteamericana, como diferencia internacio-nal susceptible de aplicrsele el concepto poltico de laDoctrina de Monroe.

    El Tribunal Arbitral se reuni en Pars el 3 deoctubre de' 1899, fallando en definitiva la prolongadalitis, segn el siguiente Laudo:

    LAeDO

    El Tribunal de Arhitramento, despus de conside-rar plenamente el Tratado de .ArbitnUe y los procedi-mientos preliminareH, dicta su Sentencia, determinandola lnea limtrofe entre el territorio de Su _MajestadBritnica y el de los Estados Unidos de Venezuela,como SIgue:

    Partiendo de Punta Plava la lnea de lmites,;correr- en recta direecill, hasta el ro Barima, en suunin con el ro l\fururuma; por el medio de la corrientede este ltimo hasta sus fuentes y de este punto hastala desembocadura del ro Haiwa en el Amaeuro;siguiendo el medio de la C'orriente de ste, hasta sufuente en la sierra de Imataea y correr en direccinSudoeste por el espoln mayor de la sierra, hasta su :punto ms alto frente ti las cabeceras del Barima ; de aqu Iseguir hacia el Sureste por la fila de Imataca, ha.

  • POR Y.A9 SEL VA8

    por el medio de la corriente de ste hasta su fuente msocidental y en lnea recta hasta la cima del monteRoraima.

    Desde este monte continuar hasta las fuentes delCotinga y por el medio de su corriente hasta su con-fluencia con el Tacut, y siguiendo la mitad de la co-rriente de este ltimo hasta sus cabeceras, y de all'en lnea recta hasta el punto ms occidental de losMontes Akaray y por la fila de stos hasta la fuentedel Corentino, llamado ro Cutari.

    Queda establecido que esta lnea de delimita-cin, fijada por esta Sentencia, quedar sometida todacuestin que actualmente exista que pueda existirentre el Gobierno de Su :Majestad Britnica y laRepblica del Brasil entre esta ltima Repblica y lade los Estados Unidos de Venezuela.

    Los Arbitros al fijar esta lnea consideran y deci-den que en tiempos de paz los ros Amacuro y Ba-rima estarn abiertos la navegacin de buquesmercantes de todas las naciones, sujetos las naturales yjustas ordenanzas y al pago de faro y otros derechos,siempre que los cargados por la Repblica de Vene-zuela y el Gobierno de la Colonia de Guayana Bri-tnica, en lo relativo al paso de buques lo largo delas porciones de estos ro:,;, sean cargados la misma ratade los dems buques de Venezuela y la Guayana Brit-nica, que no i'Jern ms elevados que los comunes cualquiera otra naciIl.

    Se establece tambin, que ni la Repblica de Vene-zuela ni la Colonia de Guayana Britnica cargarn nin-gn derecho aduanero respectivamente, so~)re mercan-cas de trnsito por esta parte de estos ros, pudiendo !ilo

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  • Jt GUAVANA

    cobrar derechos por aqullas que se introduzcan territorio de Venezuela de Guayana Br.itnica.

    Hecho en Pars por duplicado en 3 de octubrede 1899.

    Firmados :

    F. de Jfartens.

    Russell of Killowen.

    R. He'Un Collins .

    .JIelvill llTe8ton Fuller.

    David J. Brewer.

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  • \-1------- --- -------------------I

    iI

    II!

    PRIMER VIAJE

    CAPITCLO PRDIERO

    SUMARIO

    Salida de laComi8i6n.-De Trinidad tl.Georgetown.-Punta Playa.-Primercampamento.-El ro Barima. -Condiciones agrcolaa.-Fauna ornito-l6gica.-El Amaouro.-8egundocampamento.-Mr. Mc. Turck.- Indiosgnaraull08.-SU etnologa y lingiiistica.-Htl.bitos, fisIOloga,medio 80cial,defo\-maoiones y caracteres de esto8 indgenas.-Remontada del Ama-curo.-Tercer csmpamento.-Csscada Cuyurara.-Un boa constric-tor.-Disputa de Umites.-Gudil'o al agua.-Insubordinaci6n ti. bordo.

    "'1I ~ J. da cinco de noviembre del ao 1900, lass "'i . ,." ~ 5 p. m. zarpo de La bumra con rumbo al rI-nidad, la pequefia caonera General Crespo, de nuestraArmada Nacional, llevando su bordo la Comisintcnica venezolana, nombrada por el Gobierno de laRepblica para fijar, de concierto con la Britnica, lalnea divisoria de Venezuela con la Guayana inglesa, enejecucin del Laudo dictado por el Tribunal Arbitralreunido en Pars el a de Octubre de 18H8.

    Cinco ingcnieros, bajo la direccin t6cnica delseor Doctor Felipe Aguerreverc, Ingeniero en Jefe,un Abogado, un }ldico y un 1lltrpretc-Sccretariocomponan dicha agrupacin eicntfica.

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  • POR LAS SEL V A !!oI-1-----Despus de casi una centuria. de controversias y

    litigios, en que Venezuela, sin ceder un punto de loque estimaba su derecho, no omiti esfuerzos para lle-gar la soluci6n de ese problema, que involucraba laintegridad nacional v el decoro de la Patria, bamos

    " .ratificar en el terreno mismo, motivo de la contienda, elderecho que nos asista; si no en su totalidad, al menosen lo referente la posesin absoluta de nuestra granarteria fluvial, padre de nuestras aguas, vasto Orinoco.

    Todo era estmulo en nuestros nimos para arros-trar las penalidades y peligros de esta lejana expedi-cin: la magnitud de nuestro cometido; el sentimientode la Patria, tanto m{isquerida cuanto ms amenazada;la perspectiva misma de las regiones ignotas que bamos atravesar, especie de Arglide americana, que la imagi-nacin ambiciosa y soadora de los conquistadores habahecho legendariamente fabulosa; el Dorado inexhausto,el ureo palacio del cacique :Manoa, el Lago encantadode Parima, el personaje casi mitolgico de Amalivac,misterioso habitador de las selvas del Sipapo, fantasasque la realidad de las cosas ha desvanecido; pero queprendiendo en el alma de acero del conquistador lachispa de la codicia ignara, fu acicate de inauditas proe-zas, de inconcebibles resistencias, de grandes sacrificiosy de enormes crmenes, en la magna obra de la coloni-zacin de Amrica.

    En esta vasta labor civilizadora todo fu grand!;,hasta el crimen; j que no en vano, y sin desgarrar supropia entraa, infunde un pueblo, en otro mundo yen otra raza, la esencia de 'su sr, su propia sangre, elriqusimo venero de su hermosa lengua y todo el acervode su vasta civilizacin, considerada en aquel- momentohistrico!

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  • Ole 9UAY.ANA

    ---------- .. ---- ----------- ----Pobre Espafla! Si ya el sol que no se pona en

    tus dominios, te alumbra apena..'lencerrada en tus mu-rallas, y llevando en tu propio seno la simiente de tusnegros infortunios, quedar siempre, como monumentoimperecedero de tu antiguo esplendor y podero, el vastoContinente Americano. Y si vapores de sangre y lla-maradas de lejanos incendios enrojecen los crepsculos 't" Iradiantes de nuestra zona, digamos como el poeta: Crimenfueron del tiempo y no de Espai'ia.

    La Comisin venezolana de lmites con Colombia,encargada de fijar los linderos meridionales entre ambasRepblicas, y que iba rendir la segunda jornada desus trabajos, hizo itinerario comn con nosotros hastala isla de Trinidad, donde se separ para remontar elOrinoco hasta el Arauca, mientras nosotros seguamosrumbo hacia Georgetown, sitio elegido para la reuninde ambas comisiones.

    Nuestra instalacin bordo del trasporte que nosconduca no fu en manera algnna confortable.

    Eran adems muy poco tranquilizadoras paranuestros nimos las deplorables condicione;.; de S\I ma-quinaria, que la vez que impulsaba los mholoH, hadafuncionar la..'lbombas, para achicar la bodega, inundadapor una va de agua en la popa.

    La marcha del buque, no muy vertiginosa, aun ensus buenos tiempos, resenta.."lc naturalmente de aquelestado, hasta el punto de no avanzar ms de seis I ochonudos.

    Veinticuatro horas despufs de nuestra salida de LaGuaira, arribamos Margarita, dando fondo, por breveshoras, en la ensenada de Porlamar, situada en la extre-midad ms oriental de aquella isla. Entramos susaguas por el canal martimo formado al ~ orte por la

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  • __ I P_OR J,"_"_8"_,L_VA_8 I--citada isla y al Sur por los islotes desiertos de Coche yCubagua, ambos de formacin madreprica, ricos enfosftos calcercos y clebre el segundo por haber sidoall donde se cant la primera misa en Sur Amrica.Famosas, fueron siempre, por su riqueza en perlas, lasaguas que circunvalan por el Sur, hasta 10 millas de'la costa, la isla de Margarita; pero el primitivo sistemade pesquera, llamado de arrastra y casi exclusivamenteempleado, ha disminuido sensiblemente la produccin.

    Antes del descubrimiento los indios saban esti-mar la perla, y la manera con que la obtenan erabuceando el paraje martimo, en cuyo fondo yaca elmolusco.

    Los espaoles, desde su arribo al mar Caribe ycostas de l\Iargarit.a, se dieron cuenta de su existenciapor una india que vieron adornado el cuello con hilos sartas de perlas, las que obtuvieron en cambio decascabeles, trozos de porcelana pintada y otras ba-ratijas.

    Las especies que la contienen son: la Avcula Ta-rna.~'1:anay la flfelea,qrina rnar,qartfera, que se distin-guen entre s, porque la. primera tiene apndices ali-formes en los 1imbos de insercin y porque la segundaes ms rica en el producto.

    En la explotacin se seleccionan dos grupos: lasperlaR grandes y medianas, para formar lotes, y la msmenuda, llamada 'mostacilla, que se obtiene pudriendoen barrile;;; el molusco, previamente despqjado de suconcha. Cuando la putrefiwcin es completa, el simplelavado arrastra la mostacilla, aislada ya del cuerpo dela ostra.

    La proximidad de esta isla al continente y laespecial disposicin de su sistema orogl:fico, con sus ma- ,

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  • I J)It gUATANA-,-_--------------1-

    yores alturas hacia el litoral y suS lneas de mayor pen-diente hacia el centro, inducen aceptar como cierta lateora de Codazzi, que habla de una cuarta cordillera,submarina y paralela la costa, cuyas cumbres seran108 citados islotes de Coche y Cubagua y las serranasms altas de Margarita.

    Siguiendo siempre rumbo franco al Este nos acer-camos un tanto la costa, paralelamente las pennsu-las de Araya y Paria, costa alta y de bastante fondo;y el da siete en la tarde nos encontrbamos frente alpromontorio de Paria, extremidad terminal de la Pe-nnsula del mismo nombre, casi la altura de lasllamadas bocas de Trinidad. Estas son una serie decanales 6 brazos de mar, en nmero de cuatro, dis-puestas de occidente . oriente y que ponen en comu-nicacin las aguas del Golfo Triste con las dpl OcanoAtlntico.

    Trabajos pluwnicos de d.isgregacin geolgiea,por la accin combinada d.el desgaste de las aguas,en su batir constante, han debid.o presidir la for-macin de esta costa irregular, sembrada de islotes yarrecifes.

    Nuestra navegaclOn, hasta entonces bonancible,turbse en extremo al nivel de la boca de Dragos,la mayor y ms occidental de las cuatro citad.as,limitada al oriente por el islote de Chacachacare y aloccidente por el pico del )Iorro, que forma el lmiteoriental de la Pennsula de Paria.

    La proximidad del enorme caudal de aguas, que porsus ocho hocas arroja el Orinoeo al Ocano; la accinde corrientes marinas contrapuestas y la misma consti-tucin fsica de aquel litoral, mantienen en perpetua Iagitacin aquellas agua,S, hasta el extremo de que. el I

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    BANCO DE LA REPUBLlCAJlBLIOTEcA LUIS-ANC:l ARANGO

    CATALOGACIONEste Libro fue Editado por la Biblioteca Luis ngel Arango del Banco de la Repblica,Colombia

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  • rOR LAS &BLVA8

    derrotero habitual, a~n para buques de gran calado,no es la boca de Drag08, la ms amplia y de msfondo, sino la segunda, de menor dimensin, pero bienabrigada y de suficientes aguas.

    Por fin, despus de cinco horas de tumbos ybandazos en aquel agitado paraje, entrbamos en elGolfo de Paria, tres nudos de la costa oriental deTrinidad.

    En la capital de esta antigua antilla espaola yhoy inglesa, permanecimos tres das, renovando nues-tras provisiones, al trmino de los cuales nos reem-barcamos rumbo la Guayana Britnica.

    Era esta la primera vez que el trasporte quenos conduca iba surcar aquellas aguas. Su naturaly ms corto derrotero habra sido atravesar de Norte Sur el Golfo Triste; pero con alguna razn temanuestro Capitn,-expcrto marino margaritefo, peropoco conocedor de aquellas aguas-exponer el barco, desuyo no muy slido, las contingencias de encallaren uno de los innumerables bancos de arena que ladesembocadura del Orinoco forma en esas aguas, suertede barreras opuestas por el soberbio ro al caudal inva-sor del Ocano.

    y en efecto, encallar habra sido perderse. Paracualquier otro buque una barada, como dicen nuestrosmarinos, en bancos de arena limo, es un accidentede poca monta; para el nuestro habra sido cuestin devida muerte.

    La quilla de nuestro barco estaba en tal estado,que el ms ligero choque, aun en fondos blandos,abrira nuevas vas de agua, que las bombas no alcan-zaran dominar.

    Fu, pues, muy prudente la determinacin to--1------- ----- -- -------.------------

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  • CAMPAMENTO MURURUMA

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  • Q4YANA

    lI!NIt'Ia po!" el Capitn: ,.eferir }()@ emltates de lIDmar grueso y des01tbir't0; los san08" pel~ee de unel1cal~.

    Tom, ptte@,ntle8tto buque niln\)o al N. E.; eoateel litoral setntrional de la isla de Tl'iri-idad, luego el9l'iental y abrin

  • Cmara de Comercio, un Inst~tuto de minas y bosques.y otras varias asociaciones industriales.

    De antemano sabamos que las autoridades' deDemerara se preparahan recibirnos; pero no obstante,fuimos agradablemente sorprendidos por las muestrasde marcada distincin y exquisita cortesa de que fuimosobjeto.

    X nestro buque, al entrar en guas del ro Deme-rara, salud al puerto disparando sus caones, saludo quefu contestado por la artillera de tierra.

    Pocos instantes despus de fondeados recibamos bordo nuestro Cnsul y tres delegaciones oficiales:del Gobernador, de la Polica y de la Comisin Brit-lica de lmites.

    Fijada la hora de las 10 a. m. del da siguiente para.ser recihidos oficialmente por el Gobernador de la Co-lonia, yolvimos bordo para desembarcar inmediata-mente por el muelle principal, donde nos esperaban losdelegados oficiales que deban conducirnos la casa deGobierno. Durante nuestro desembarque la artillerade tierra nos 'saludaba con sus disparos, mientras unaCompaa de la Guardia de Honor, presidida por laBanda .Marcial, nos haca honores y sonaban los acentosde nuestro Himno Nacional.

    De los muelles pasamos los coches que no!condu-jeron presencia del Gobernador, Sir Cavendish Bol,donde despus de los saludos y ceremonias de estilo,las' partes esencialmente tcnicas de ambas comisionespusironse de acuerdo sobre la manera de iniciar lostrabajos.

    De regreso al Towcr Hotel,)) donde nos hablamosI alojado, recibamos la invitacin al banquete con que_1------------ _

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  • el Gobernador nos obsequiaba, donde, adems de losmiembros de Ambas Comisiones, estaba representado todolo que de ms alto relieve poltico y social haba en laColonia.

    En los jardines prximos una orquesta ejecutaba intervalos, durante la comida, trozos especialmenteescogidos de nuestros aires nacionales, que nos hacanms grato el recuerdo de la Patria y ms sensible laausencia de nuestros lejanos hogares.

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  • _1 1

    CAPITULO SEGUNDO

    '~RJ.os das despus zarpamos de Georgfltown,~U rumbo Punta Playa, punto inicial de nues-tra lnea fronteriza, en las riberas del Atlntico, ydonde deban comenzar los trabajos de ambas Co-misiones.

    En este trayecto corrimos de nuevo el riesgo deencallar. Calaba nuestro buque once pies sean cincobrazas, en lenguaje marino, y la altura de la boca del

    II ro Guaima, punto de referencia importante para

    1orientarse Punta Playa, existe un banco que demora

    j al N. E. de dicha boca y de slo dos brazas de fondo.I Descuido impericia del prctico que tomamosI en Georgetown, quien no queriendo alejarse de la costaI por no perder de vista sus referencias, entr el buqueI en pleno banco, con slo tres brazas de fondo, afor-1 tunadamente de lama. Advirti al Capit(m el grave; riesgo que corramos, la circunstancia de que la hlice,I revolviendo el fondo cenagoso, d~jaba tras de s una I1 ----------------5-7- ----------.----- -\----

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  • POR LAS SELVAS I'- --.--------""-"-----" ...-"--- ----"--"-""---------""-"--------~ ~

    estela de revuelto fango, que, aun en medio del colorsucio amarillento de aquellas aguas, resaltaba visi-blement.

    Fu, pues, necesario abandonar sin prdida detiempo aquellas ag'uas peligrosas, haciendo rumbo untanto mar afuera; y as qued conjurado por segundavez el peligro.

    Prximos ya Punta Playa divisamos algunosnudos de nosotros un pequeo velero que, ciertadistancia de la costa y al divisarnos, detuvo sumarcha. X os acqrcamos "l."y ~a la Baridie,pequeo balandro donde nos esperaba :Mr. Mc.Turck, Jefe de la Comisin Britnica. Algunashoras despus atracaba nuestra banda de estribo~'aquella embarcacin y se trasbordaban ella. el Doc-tor F. Aguerrevere y los dos primeros ingerderosde nuestra Comisin, para fijar, de acuerdo con los inge-nieros ingleses, la posicin astronmica de aquel puntode partida de la lnea limtrofe.

    Como el trabajo era esencialmente tcnico y lascondiciones de aquella costa desierta y pantanosa hacanembarazoso intil el desembarque de toda la" Comi-sin, el resto de ella sigui hacia la boca del roBarima, el cual debamos remontar hasta el cao Mol'a-juana, por cuya va deban regresar reunirse de nuevocon nosotros, los ingenieros desembarcados en PuntaPlaya.

    Llegados la boca del Barima detuvmonos allalgunas horas, mientras uno de nuestros ingenieros,el Doctor Oso, levantaba un plano y valoraba el preciode la casa, Estacin de polica, construida en la margenderecha de dicha boca, por el Gobierno ingls.

    Para alcanzar la boca del ro Barima, salimos de

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  • Punta Playa con rumbo N. E. Y el perfil de aquelloslitorales, bajos y ,corridos, de aquella costa constante-mente inundada por las aguas de las mareas, fu de-sarrolInuose sucesivamente nuestros ojos: la puntaMocomoco, Sabaneta, cuya altura se extiende el bancode su nombre, de seis leguas de longitud y de 15 piesde fondo; uno de los tantos bancos formados por la bocagrande de Orinoro.

    Terminados laR trabajos en la boca de Barima,remontamos este ro por espacio de 4;., millas, hasta suunin con el cao ~Iorajuana.

    Hasta 120 millas de su curso es navegable esterio, para buques de mayor calado. Su anchura mediaes de 200 metros y su profundidad de 80 40 pies.

    Sus riberas, tupidas ?e corpulentos mangles, soncenago,;as, y por la coloracin de sus aguas, es de losros llamados de aguas negras, considerados como exen-tos de plaga.

    Este ro contribuye por el Sur la formacin dela isla Barima, limitada al Norte y Occidente por elOcano Atlntico y al Oriente por el Cao )Iorajuana.Tiene de "Xarte Sur 28 kilmetros y 25 de Este Oeste.

    El terreno que la forma es todo de aluvin, ane-gadizo y tan bajo, que no se eleva medio metro sobre elnivel de las aguas que la circunvalan.

    Muy rico en humus, como todos los terrenos deformacin anloga, es el de esta isla; pero para adap-tarla la agricultura sera necesario establecer un buensistema de drenaje, que secara lo ms posible el subsuelo; esperar que la obra lenta del tiempo, acumulandoelementos de yuxtaposicin y acarreo, levante su nivel.

    Su vegetacin actual no es variada pero s exu be-

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  • 1'CS 1,48 81
  • CAMPAMENTO .Jll:URURUMA

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  • j}a., eJ;l la ribera.derecha de aquel mencionado ro, el Ge-neral Oreapo, cumplida ya su misin de trasportarJ;lOS has.taaquel sitio, se despidi disparando sus ca-fiOOffi y se alej leJ;ltamente, aguas abajo del Barima;mientras nosotros, por lo avanzado de la hora, ins-WbaI.nos activamente nuestro primer campamento,donde permaneceramos cerca de un mes; pero caanya las sombras de la noche, y sin poder armar nuestrastiendas, ni formarnos idea cabal de la topografa de aquelsitio, (jormimos en un rancho de indgenas bastantecapaz que all exista.

    A la mafiana siguiente los peones prepararon el cam-pamento ;e,rigindose tres tiendas de lona, una de lascuales sirvi de depsito almacn para nuestras pro-VISIOnes.

    Una familia de indgenas all prxima, cuya chozanos sirvi de albergue la primera noche, haba taladoel bosque en una extensin como de 80 varas cuadradas,sembrndola de yucas y de ocumos, base alimenticia deaquellos moradores.

    Las condiciones de salubridad de nuestro campa-mento eran deplorables. Las aguas de las mareas quepor dos veces al da inundaban estos sitios, nos obli-gaban hacer canales que encauzaran dichas aguas;recurso que no tenamos por cierto, para combatir laexcesiva humedad atmosfrica, que nos obligaba secardiariamente al sol vestidos y camas, que amanecansiempre mojadas.

    Nuestras camas de campaa muy prcticas y ma-nuales, adolecan del defecto de ser muy bajas parala excesiva humedad de aquel suelo, de cuya superficiedistaban apenas una cuarta, y aunque, para precavernosun tanto de aqulla, colocbamos debajo hojas secas de

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    temiches y manacos, nada. vala esto, pues trav~ deuna espesa capa de esta hojarasca seca, se abran pasoretofos de recin nacidas plantas, con flores diminutas,de modo que no era falso decir que dormamos sobrelecho de flores.

    No obstante esto la salud general de los comisiona-dos era satisfactoria.

    El porvenir agrcola de estas regiones, pesar desu gran fertilidad, tiene que resentirse del nivel excesi-vamente bajo de estas tierras, que no se elevan O,m 30por encima de las aguas que la circundan. Circunstan-cia que, no obstante la poderosa vegetabilidad de ellas,que la haran adecuada los ms exticos ejemplares dela flora terrestre, dificulta en grado sumo las laboresagrcolas, requiriendo como tarea previa, el drenajedel terreno, 10 que al mismo tiempo servira paradar curso apropiado las aguas de las mareas, que,como ya hemos dicho, inundan dos veces al da estascomarcas.

    Adems de esta circunstancia, hay otra, no menosimportante, que da cuenta de lo exiguo de aquella flora:la pobreza excesiva falta completa de fosfatos calcreosen estos terrenos.

    Intimas son las relaciones que existen entre laatmsfera y los seres vivientes; pero mucho ms estre-cha es la conexin que stos tienen con la tierra;pues si despus de la muerte confiamos sta los ele-mentos de que estamos constituidos, puede decirse queesto no es ms que una restitucin. La planta noasimila almacena sino lo que la tierra le suminis-tra; y el animal no vive sino expensas de lo que directa indirectaUlente le da la planta.

    El vegetal viene ser as el intermediario entre

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  • ',,_ --1Dtt QUAYANA

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    la tierra y el animal, y es en virtud de l que el Ihierro, por ejemplo, se convierte en uno de los prin-cipales elementos constitutivos de nuestra sangre. Elhombre, pues, vive del suelo, del mismo modo que layuca la papa.

    Las plantas, como que estn fijas ep el suelo, sonlos seres que ms necesidad tienen de hacer una buenaeleccin de terreno; pues todo s};, ya sea vegetal, yaanimal, exige para vivir, de cierto medio tclricoadecuado.

    En una palabra, los animales y las plantas no sonsino el reflejo de las diversas sustancias que componenla corteza slida de nuestro planeta; y es perfeetamentecientfico creer que en otros planetas, cuya composieinsica sea diferente, la organizacin de sus habitantes seaigualmente diferente.

    En esta regin de G-uayana la tierra es muy pobreen calcreo: fosfatos, sulfato:3 y carbonatos de cal, porlo que las aguas de estos terrenos contienen muy pocoestas sustancias y por ende las plantas. En conclieio-nes de medio tales, se observa en 10:'\ indios de estaregin fenmenos que demuestran que tan hijo de latierra es el hombre como la planta. Estos fenmenosson: consolidacin muy lenta de las fractura."l, gran fre-cuencia de la caries dentaria y lentitud en la osificacinnormal.

    Tan bien comprenden estos indiofoila necesidad quetienen de calcreo, que algunos han sido sorprenJiJoscomiendo la cal de las paredes. '

    Palmaria es la influencia del terreno en la marchade la civilizacin; los terrenos cale[reos, de acarreo yfrtiles son generalmente su punto de partida y consti-t~yen su medio favorable. I

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  • I'OR LAS 8ltLVA8

    Hay terreno ms civilizador que el terren.o .carbo-nfe:r:o? Puede decirse, con toda verdad, que la riquezade un pas se mide por el nm,ero de toneladas de carbnque explota.

    Fu en los terrenos calcreos de la poca miocenaque vivi el hombre terciario, nodiferen.ciado an delos animales por el leng~aje articulado. La m.ayo:rparte de las pi~dras de n,uestros mOn1,lOlentosson ex-tradas de los terren~s cretceo y jursico, cuyos yaci-mentos superficiales dieron al hombre losprimerDsutensilios y armas talladas en slice.

    El cultivo actual es, pues, rudimentario~ no slo porlas circunstancias enumeradas, cuanto por la genial in-dolencia del indio para las labores agrcolas.

    El ro Barima, pesar de extender su curso porregiones completamente planas es muy profundo. Sumayor curso es de Occidente , Oriente; pero desde sunacimientD en la sierra de Imataca, hasta la gran in-flexin que lo desva en la direccin indicada, es deOriente , Occidente.

    Su hoya hidrogrfica circunscribe la del Ama-curo, que le es paralelo; y en sus riberas toman naci-miento cada paso, callOS derivaciones del mismoro, que formando riachuelos secundarios de aguasnegras y estancadas, slo movidas por el fl~jo y reflujode las mareas, terminan poco trecho de su nacimiento,formando pantanos cinegas, se internan ms yms, segn el declive del terreno, comunicando conotros ros las aguas del Barima, ya directamente yapor intermedio de otro cao, como pasa con el l\io-ra.Juana.

    Algunas chozas de indg'enas se levantan derecha jzquierda de este ro, dando acceso dichas habitacio-

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    ns peqlle1ias "\'fasd' agua., creadas favor de suavespen'dientes, qne permiten fa entrada las curi3.ras, 6nico"\'ehfculo que la onstitucin fsica de estas comarcaspermite sUsoffioradores.

    En las primeras 45 millas de' su curso, contar desu desembocadura, merecen especial mencin dos deestos caf'os. E'l Mururuma, que nace en la riberaizquierda, de slo 12 kil6metros de curso, cuya im-portancia se debe que sn:desem bocadura en el Ba-rima es el seg~ndo punto geogrfico de nuestrafrontera y el cafto Morajuana, 5 millas del primero,en la ribera derecha; doblemente notable, no por elcaudal de sus aguas, ni por la pureza de sus lin-fas; sino por haber dado su nombre al estableci-miento ingl~s situado en su desembocadura, y porquepone en comunicacin las aguas del Barima con las delGuaini.

    La aldea de Morawauna es de reciente creacin;tiene apenas ocho aos de existencia, no obstante lo cualcuenta ya cuatrocientos habitantes, dos iglesias, cat-lica y protestante, oficina de correos, estacin de poli-ca, hospital, boticas y bodegas bien surtidas.

    Su incipiente comercio est en manos de chinosque, cruzndose con los indios del lugar, han dado na-cimiento un producto tnico muy interesante, vigorosoy de grandes cualidades de adaptacin su mediofsico. En sus caracteres anatmicos predomina el ele-mento monglico amarillo y aceptando la filiacintnica establecida: por \Virchow para la raza indgenainmigrada Amrica, podra llamarse este productode cruzamiento entre dos razas de origen comn, mo-dificada la una por condiciones d'e medio diferente, pro-aucto de rectificacin ?

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    . Los notables estudios sobre craneologa americanahechos pOI' el citado profes'or Wircho-w, demueltranevidentemente que la raza roja americana no' es autc-tona del continente; que la poblacin. primitiva deAmrica perteneci razas de los otros continentes; quelas poblaciones de la costa occidental de Amricarevelan la existencia de remotas inmigracione.s asiti-

    . cas, y que el crneo de 10$ peruanos induce creerque estas tribus indgenas procedan de las Islas Filipinas de la Indo-China.

    Los ms hermosos tipos de crneos americanos sonbraquiceflicos, en tanto que los europeos del mismo~ipo son dolicoceflicos. _

    La precoz existencia de esta aldehuela; los mediosde vida con. que ya cuenta, su aspecto topogl;fico, consus callejuelas angostas, pero rectas y limpias; sus habi-taciones confortables y en todo adecuadas las con-diciones fsicas de su s~elo y de su atmsfera, rodeadasde palmeras de numerosas variedades, ponen de relieveesa concepcin particularista que tiene de la vida elanglo-s~~jn, de su modo de instalarse que, aunquesea por breves horas, domina por completo el terrenoque cubre su tienda y se haee su dueo y seor.

    Facultad predominante de esta ra.zaque le confieresu gran cualidad de adaptacin todos los medios,constituyndola en la raza mejor colonizadora y ab-sorbente del planeta.

    Rica por su abundancia y variedad es la faunaornitolgica de estas regiones. N ubes de guacamayasen perpetuo bullicio pueblan estas riberas, multicoloreslas unas, amarillas y de manto azul las otras, como

    t ~ristocrtica8 damas de una corte selvtica; - jnfinitI ~ variedad de pericos y loros se aba~n en handadas sobre--1'---

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