Porque no lee el mexicano
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INFORÁTICA PARA LOS NEGOCIOS
ALUNA : KAREN ESTEFANÍA RUBIO CRUZINFORMÁTICA PARA LOS NEGOCIOS
¿POR QUÉ NO LEE EL MEXICANO?
ALUMNA: KAREN ESTEFANÍA RUBIO CRUZ
¿POR QUÉ NO LEE EL MEXICANO?
Sabemos que la lectura forma criterio y eleva el nivel cultural de un país, entonces ¿por qué no lee el mexicano? ¿Será cuestión de educación, falta de recursos económicos, tiempo o simplemente desidia?
En México se vende anualmente un libro por habitante, de los cuales el 30% son libros de texto de secundaria y el resto –de lo que se vende desde la industria editorial en buena medida–, se destina a bibliotecas que nadie conoce
Los libros, periódicos y revistas son un medio para transmitir la cultura, y el ritmo acelerado de vida limita nuestro tiempo y transforma nuestra actitud hacia la lectura, ocasionando que los escasos lectores de placer que tenemos disminuyan poco a poco.
Así, la lectura pragmática tiende a desaparecer y se sustituye por el radio o la televisión o el internet.
Dichos medios tienen la ventaja de proporcionarnos información mientras hacemos otras actividades, como por ejemplo correr y escuchar las noticias matutinas. Ventaja que resulta muy práctica en nuestros días.
Lo cierto es que los libros siguen estando lejos del alcance de la mayoría de la población. Según la Cámara Nacional de la Industria Editorial, en 2004 un libro en promedio costaba 49 pesos, equivalente al 4% aproximadamente del salario mínimo general.
la gente con poder adquisitivo para comprar libros en realidad lee poco, porque está más interesada en hacer dinero que en leer.
El problema no es gastar más, sino mejor
Los estudiantes, por su parte, prefieren resolver asuntos académicos o amorosos, y aquellos que, en su lucha por sobrevivir, prefieren en sus tiempos libres una ocupación menos cansada intelectualmente hablando, como ver televisión o jugar video juegos. No existe equilibrio ni la sana costumbre de leer.
Hay mucho que hacer como país para volver a fomentar el hábito de la buena lectura, ya que en la década de los años 30 teníamos la industria más importante en lengua española y actualmente nuestro país lee muy poco. El reto es atraer a nuevos lectores y persuadirlos de la riqueza de la lectura.