Portafolios Artísiticas

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JARDIN DE NIÑOS PORTAFOLIO DE EXPRESIÓN Y APRECIACIÓN ARTÍSTICA “Caperucita Roja y el Lobo Feroz” Maestra María de los Ángeles Gurrola Gamboa Septiembre 2011

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JARDIN DE NIÑOS

PORTAFOLIO DE EXPRESIÓN Y APRECIACIÓN ARTÍSTICA

“Caperucita Roja y el Lobo Feroz”

Maestra María de los Ángeles Gurrola Gamboa Septiembre 2011

•  Este mes en la clase de Expresión y Apreciación Artística trabajamos distintas estrategias, una de ellas es la dramatización de cuentos.

•  Para lograr nuestro objetivo, se siguió el siguiente procedimiento:

•  Se leyó a los estudiantes los cuentos de “Caperucita Roja” y el de “Los 3 cerditos y el lobo feroz”.

•  Después de escucharlos, los niños cambiaron algunos detalles de la historia e inventaron la suya.

“CAPERUCITA ROJA”

Se dibujó cada parte del cuento en el pizarrón para que ellos pudieran leerlo (seguir la historia).

Luego escogieron a los estudiantes que darían vida a los personajes de cada cuento para después disfrazarse y

empezar a dramatizarlo.

Había una vez en un país muy

lejano una niña llamada

Caperucita Roja que andaba

juntando florecitas en el

bosque.

En eso, su mamá le habló para pedirle que llevara una canasta llena de panecillos a su abuelita que estaba enferma y le dijo que tuviera cuidado con el Lobo y que si le hablaba no le hiciera caso.

Se fue caminando por el bosque, y se encontró al lobo. El lobo le dijo que se fuera por el otro camino. Caperucita desobedeció a su mamá y se fue por el camino que le dijo el lobo.

El lobo se fue corriendo a la casa de la abuelita y tocó la puerta.

La abuelita pensó que era Caperucita y le dijo —¡Pásale! En eso el lobo agarró a la abuelita y la metió en el ropero.

El lobo se puso la ropa de la abuelita y se acostó en la cama para esperar a Caperucita Roja.

Llegó Caperucita a la casa de la abuelita y tocó la puerta.

El lobo fingiendo su voz le dijo —¡Pásale!

Y el lobo le contestó: — ¡Son para miraaaaarte mejoooooor! Caperucita dijo: —Abuelita ¿Por qué tienes esa nariz tan grande? El lobo contestó: — ¡Es para oleeeeerte mejooooooor! Caperucita dijo a su abuelita: — ¿Por qué tienes esas orejas tan grandes? El lobo le dijo:— ¡Son para escucharte mejor! Caperucita le dijo a su abuelita — ¿Por qué tienes esas manos tan grandes? El lobo contestó: — ¡Son para acariciarte mejoooor! Caperucita volvió a decir: —Pero abuelita ¿Por qué tienes esa bocota tan grande? El lobo gritó: — ¡Es para comerte mejooooooor!

Caperucita le entregó la canasta que le había dado su mamá y en eso miró los ojos de la abuelita, que era el lobo, y le preguntó: —Abuelita, ¿por qué tienes esos ojos tan grandes?

El lobo se levantó y empezó a corretear a Caperucita Roja. Caperucita corrió y gritó — ¡Auxilioooooo, auxiliooooo!

El cazador llegó a salvar a Caperucita y le dijo al lobo —¡No te comas a Caperucita!

  El lobo le contestó: —¡No me hagas nada cazador, ya voy a ser un lobo bueno!

Y fue a sacar a la abuelita del ropero.

El lobo cambió y se convirtió en el lobo bueno. Ahora era el lobo que ayudaba a toda la gente. Decidieron invitar a jugar a todos los niños del pueblo.

Se divirtieron mucho, jugaron a la ronda y vivieron muy felices para siempre.

“LOS 3 COCHINITOS Y EL LOBO FEROZ”

Se dibujó cada parte del cuento en el pizarrón para que ellos pudieran leerlo (seguir la historia).

Érase una vez en un país muy lejano, habitaba un lobo que decidió hacerle un pastel a su abuelita por su cumpleaños. El lobo traía un poco de gripa y le daba comezón en la nariz lo que le hacía estornudar. Mientras preparaba el pastel se dio cuenta que no tenía azúcar y decidió ir a pedir una tacita de azúcar a su vecino.

Tocó la puerta del cerdito que había hecho su casa de paja, y no le abrieron. Le empezó a dar comezón

en la nariz y dio un gran estornudo. ¡Cuál fue su sorpresa que se desbarató la casita!

El cerdito se salió de la casa y se fue a la casa del otro cerdito que la había construido con palitos de madera.

Se fue el lobo a la siguiente casa a pedir azúcar para el pastel de su abuelita. Tocó la puerta y los cerditos

le dijeron que se fuera. Al lobo le empezó a picar la nariz hasta que estornudó

muy fuerte, tanto que desbarató la otra casita.

Salieron corriendo los dos cerditos a la casa del otro cerdito que había hecho la casa de ladrillo. Llegó el lobo a pedir su tacita de

azúcar y tocó y tocó y nadie le abrió. Los tres cerditos le

dijeron que se fuera.

El lobo mejor decidió ir a comprar azúcar en el súper.

El lobo después de comprar la azúcar se fue a su casa a terminar de preparar el pastel.

Al terminar el pastel, decidió invitar a todos a la fiesta de su abuelita. Invitó a los tres cochinitos, al vendedor del súper, a los abuelos, y a todos los niños.

Todos los invitados se pusieron a bailar.

Después la abuela partió el pastel y lo repartió a todos

Comieron pastel. Después se acabó la fiesta y cada quien se fue a dormir a su casita.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.