Introducción:

Constitución de los doce apóstoles, complot contra Jesús.

Judas fue elegido desde la primera hora para ser uno de los apóstoles. Al insertar su nombre en la lista de los apóstoles, el apóstol Lucas escribe “Judas Iscariote que se convirtió en el traidor” (Lucas 6:16). Por lo tanto, Judas no había nacido traidor y no lo era en el momento de ser elegido por Jesús; ¡Llego a serlo!

Para hablar de Judas y de todo lo que no debemos valorar de él, nos enfocaremos en tres puntos:La traición, el amor al dinero y el no creer en la misericordia de Dios.

Que es la traición? Traicionar es defraudar. Es cuando una persona confía en otra y esta actúa de forma contraria a lo que se esperaba. Hay un quebranto de fidelidad o lealtad.

Ejemplos de traición de hoy para nosotros puede ser que un hombre y una mujer se unen en matrimonio y uno de los dos se traiciona yéndose con otra persona.

-Una traición a Dios es que un pastor o un líder en vez de apacentar a las ovejas, solo apaciente sus intereses personales.

-Traicionamos cuando somos de una casa de oración y luego salimos a otros lugares a desprestigiarla

-Una traición que podemos ver en las escrituras es la que Dalila tendió sobre Sansón al enamorarlo para que en algún momento él le revelara el secreto de donde provenía su fuerza y entregarle la información a los filisteos para que pudieran derribarlo.

-La traición de Judas fue revelar a los perseguidores de Jesús, donde podrían capturarlo sin que sus seguidores intervinieran. Podemos verlo en Marcos 14:11 “Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo. Ellos al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba la oportunidad para entregarle”

Nosotros hoy en día traicionamos a nuestro Dios negándole, burlándonos, pecando y no obedeciendo sus mandamientos. Porque el confía en nosotros y nos cela desde el momento que nosotros hacemos un compromiso real y verdadero con él.

También traicionamos a Dios No hablando la verdad de su palabra, siendo que ellas son fieles y verdaderas y si le quitamos o agregamos no es de cualquier cosa, es palabra del Señor

Muchas veces traicionamos a las personas haciéndoles creer cosas que no son, porque nos creen personas de confianza y que no les fallaremos. Maquinamos cosas con tal de favorecer nuestra conveniencia y no la de las demás personas. Sabiendo que cualquier cosa que hagamos en contra de nuestro hermanos es como si se lo hiciéramos a Dios, como lo dice en su palabra “De cierto os digo que en cuando lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hiciste” Mateo 26:40

Traicionamos divulgando las cosas de nuestros hermanos cuando con confianza han hablado con nosotros en momento de aflicción

Somos desleales a nuestros padres diciendo muchas veces decimos que iremos o haremos cosas que están lejos de lo que realmente tenemos en nuestro pensamiento.

Traicionamos a Dios cuando faltamos a los compromisos que asumimos con él. Cuando empeñamos nuestra palabra delante del Padre y no cumplimos. Cuando hacemos promesas, cuando nos comprometemos con algo en la obra y no la realizamos (sin justificación, porque Dios sabe todo y aun cuando hay impedimentos para cumplir las cosas).

Amor al dineroNombrar juan 12 (ladrón)Otro error o pecado que cometió Judas al entregar a Jesús fue su amor al dinero. En Mateo 26:15 indica “Y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os entregare? Y ellos dijeron le asignaron treinta piezas de plata.

Nosotros cristianos no podemos querer alabar o buscar a dos señores, en mateo 6:24 dice ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Los cristianos debemos tener la fiel convicción de que Dios día a día nos sustentara, que nos ayudara tanto espiritualmente como económicamente. O pensamos que si Judas le hubiese manifestado a Jesus alguna necesidad material él se la negaría?

Siempre entonamos la alabanza “Jehová es mi pastor, nada me faltará” pero cuantos realmente creemos que es así?

No podemos querer más las cosas materiales que hemos obtenido a lo largo de nuestra vida o por el sacrificio de nuestro trabajo, porque es ahí donde adoramos a este dios material al cual vemos y nos ofrece prosperidad terrenal. Solamente debemos alabar y servir al Dios de los cielos quien nos ofrece estar con nosotros hasta la consumación de los siglos y nos ofrece la vida eterna, este Dios que no vemos, pero que sentimos.

En su palabra hay un texto que nos enseña que “todo es posible para el que cree” Marcos 9:23, pero en ninguna parte indica que todo es posible para el que tiene dinero.

Nosotros debemos confiar en las promesas que Dios nos entrega, que él es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Debemos despojarnos de las cosas para ir en pos de él. Como por ejemplo, como lo hizo el profeta Eliseo, que era de una familia acomodada y al sentir el llamamiento del Señor solo fue a su casa a convidar una cena de despedida y luego se acercó a Elías para seguirle y trabajar con él para la obra de Dios.

Pero no fue así el caso del joven rico cuando le pregunta a Jesús ¿Qué bien hare para tener la vida eterna? Le dice cumple mis mandamientos y que se despojara de sus bienes darlo a los pobres y seguidle… pero el joven se fue triste porque era mucho lo que el poseía.

Lo anterior, no quiere decir que nosotros no debamos esperar que todo llegue de la nada, porque Dios nos dice que debemos ganarnos el pan con el sudor de nuestro rostro, pero tampoco tenemos que desesperarnos y ambicionar

Debemos confiar que Dios estará por siempre y para siempre, para ir es pos de buscar el Su reino y justicia y todo lo demás que sea necesario para nuestras vida él lo dará.

Judas amó el dinero superando lo que podía haber amado a Jesús, lo demuestra el haber aceptado esas 30 piezas de plata al entregar sangre inocente.

Dudar de la misericordia del Señor

Usted cree que Dios perdona?

El Mayor error de Judas fue haber dudado de la misericordia del Señor, el no haber pensado que si el realmente se arrepentía del acto que había cometido, Dios en su infinito amor y misericordia podría tener compasión de él y perdonadle.

En su palabra indica que Judas se suicidó, esto se encuentra mateo 27:5 “Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió y fue y se ahorcó”.

Asi como nosotros no estamos llamados hacer juicio de los pecados nuestros ni de los demás, Judas tampoco lo hizo, el en su propia sabiduría enjuicio su vida y el con sus manos se la quitó. Nuevamente defraudando Dios, ya que el es el único que da la vida y también la quita.

Por eso nosotros hoy debemos limpiarnos y arrepentirnos de nuestros pecado, Dios es un Dios de perdón, que no quiere que ninguna alma se pierda.

Jesús cuando estuvo en la tierra y le llevaron a la mujer que fue encontrada en adulterio la perdonó, después de que nadie se atrevió a lanzar la primera piedra, pero que le dijo “VETE Y NO LO HAGAS MÁS”

Porque el arrepentimiento es uno, y no es lo mismo que el remordimiento. El remordimiento nos viene a la mente cada cierto tiempo, pero estamos propensos a volver a cometer el mismo delito y lo más importante el remordimiento NO SALVA. En cambio el arrepentimiento es pedirle perdón a Dios y no volver a caer jamás en iniquidad y este si nos da la posibilidad de irnos con el Señor. Porque el evangelio es un llamado al arrepentimiento.

La diferencia entre Judas y Pedro fue el arrepentimiento, Judas lo traiciono y Pedro lo negó, pero Pedro se arrepintió y siguió en pos de él. En cambio Judas en las escrituras no dice que se arrepintió de lo que hizo contra el hijo de Dios, solo dice que se arrepintió de haber recibido las treinta piezas de plata.

Su palabra dice en Lucas 1:50 que su misericordia es de generación en generación a los que le temen.

También dice en tito 3:5 que nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el espíritu santo.

Conclusión:

Hermanos hoy que estamos a días de cenar con el Señor, miremos nuestra condición de vida nuevamente, si hemos pecado contra nuestro hermano si hemos traicionado como lo hizo Judas arrepintámonos, pidamos perdón. Sigamos el segundo mandamiento más importante de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Si tenemos algún apego, como el amor al dinero, si estamos anteponiendo cosas vanas antes que a Dios, despojémonos y vamos en pos de nuestro Dios. Y así podremos cumplir el primer mandamiento de amar a Dios por sobre todas las cosas.

Y nunca dudemos de la misericordia de Dios, porque ella se renueva día a día a favor de nuestra vida, porque por su santa y divina misericordia hoy estamos en este lugar.