Predicamos a Cristo Crucificado

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iStockphoto Regresar Tabla de contenido de esta edición. Envié esta página a un amigo. Predicamos a Cristo crucificado: retórica en el servicio a Jesucristo ¿Cómo se define la retórica responsable al servicio de Cristo? Por Deborah M. Gill Como predicadores contemporáneos usamos las herramientas de la retórica para comunicar la Palabra de Dios con claridad y eficacia a nuestros oyentes. Al hacerlo, sin embargo, corremos el riesgo de confiar en nuestra propia sabiduría y poder en lugar de confiar en la sabiduría y el poder de Dios. ¿Cómo pueden las palabras de Pablo en 1 Corintios 1:18--2:16 ayudarnos a evitar este riesgo y mantener centrada en Jesucristo la atención de los oyentes? Después de todo, la gente a menudo usa la retórica en el lenguaje popular como una descripción de la comunicación destinada sólo para impresionar, o el habla que carece de sinceridad o contenido significativo. La retórica vacía se refiere a la ostentosidad, al lenguaje extravagante y grandilocuente, es decir, la palabrería. ¿Sostenemos aquí la comunicación sin escrúpulos y coercitiva en el servicio a Cristo? ¡Por supuesto que no! Tal uso engañoso del lenguaje para manipular a la gente no es el sentido original del término. ¿QUÉ ES LARETÓRICA? Aunque el término para muchos tiene una connotación negativa, la retórica se refiere al arte de la persuasión, estudiado como una antigua disciplina ya en el quinto siglo antes de Cristo. Muchos consideran a Platón y Aristóteles como los padres de la retórica moderna. Aristóteles definió la retórica como “el arte de descubrir todos los medios disponibles de persuasión en una situación dada”. En términos generales, la retórica es comunicación; y más específicamente, es “el uso de los símbolos en la comunicación” para “comprender a los demás, para participar y relacionarnos con ellos”. Estas tres actividades son prerrequisitos para la persuasión en la predicación: la comprensión, la participación, y la relación con los demás. La doctora Joy Qualls, catedrática asistente de retórica y comunicación en la Universidad Evangel, nos recuerda: “Los seres humanos son los únicos miembros de la Creación que tienen el poder de crear parte considerable de su realidad a través del uso de símbolos. ... Cuando cambiamos los símbolos que usamos para enmarcar un evento, se altera nuestra experiencia.” Qualls continúa: “Dios no usó pensamientos o acciones para crear el mundo. La Biblia dice que Dios ‘dijo’, y se hizo; y comentó en cada parte de la creación. Como seres creados a la imagen de Dios, yo diría que Dios nos ha dado el uso simbólico del lenguaje para usar la retórica. Dios es la máxima autoridad en la retórica, e interactuamos con Él cuando participamos en el proceso de creación y comprensión de símbolos.” 1 LARETÓRICAEN LAS ESCRITURAS Y EN LAHISTORIADE LAIGLESIA La retórica, pues, consiste en todo lo que incumbe convencer a los oyentes. A diferencia de nuestra cultura contemporánea, que está basada en texto — los textos y mensajes de texto están siempre presentes en esta era del Internet--, las culturas del mundo bíblico eran culturas orales. Los textos bíblicos originales, tanto en hebreo como en griego, contienen muchos recursos retóricos destinados para el oído, tales como el ritmo, la rima, la aliteración, etc. Con una tasa de alfabetización de cinco a veinte por ciento en la época romana, y con textos escritos muy caros para producir, todos los pueblos antiguos (ya sea alfabetizados o analfabetos) preferían la palabra hablada a la escrita. No es de extrañar que Jesús dijera tantas veces en los Evangelios y en el libro de Apocalipsis, no “El que tenga ojos, que vea”, sino: “El que tenga oídos, que oiga”. El Nuevo Testamento muestra con cuánta seriedad los fundadores de la Iglesia consideraban la Gran Comisión como un compromiso de convencer. Los sermones de Jesús y los discursos en Hechos no sólo revelan pruebas de la retórica, sino también, debido a que los autores de los documentos del Nuevo Testamento los destinaban a los líderes de la iglesia para que los leyeran en alta voz — por lo general a un grupo —, también contienen los mismos elementos de la persuasión verbal. En su nuevo libro de retórica del Nuevo Testamento, Ben Witherington explica: “más que la manera tradicional de la escritura de epístolas, las tradiciones orales de expresión dieron forma a la literatura epistolar del Nuevo Testamento”. 2 Por ejemplo, Pablo escribió sus cartas del Nuevo Testamento como discursos para representantes designados por el apóstol, tales como Timoteo, Tito o Febe, para que las leyeran en forma retóricamente eficaz a un público en particular. La educación de Pablo, tanto como fariseo y como romano, lo calificaba para presentar discursos retóricos y cartas compuestas de alocuciones retóricas. Desde el uso de las reglas de la retórica, Witherington explica que está claro que todos los escritores del Nuevo Testamento eran bien instruidos; en términos de educación estaban entre el cinco al diez por ciento más alto de la sociedad del primer siglo. El estudio histórico de Averil Cameron sobre el cristianismo y la retórica, 3 demuestra cómo el pequeño grupo marginado de seguidores de Cristo, cuya religión exigía devoción exclusiva a Cristo, no sólo sobrevivió, sino que también prevaleció sobre la cultura pluralista de Roma. Mientras que los antiguos escritores cristianos atribuyen toda la gloria de este crecimiento a Dios, también es evidente la eficacia de su retórica. Ellos predicaron poderosamente la verdad, y Dios usó eso para dar libertad a los cautivos. Los predicadores patrísticos consideraban que los autores del Nuevo Testamento eran sus mentores en las artes retóricas. Desde la historia de la iglesia primitiva hasta la Edad Media, aunque la contextualización también contribuyó a la comunicación, el discurso cristiano continuó en el curso de su trayectoria original, basado en la retórica grecorromana. Muchos reformadores (por ejemplo, Melanchthon) fueron retóricos. Witherington argumenta que hoy hay un lugar para la retórica. “La retórica moderna de la predicación haría bien en aprender mucho de la antigua predicación de retórica.” 4 Search EJ Online GO Haga su pedido del CD Paraclete Incluye todos los 29 años de la ahora agotada revista Paraclete [El Paracleto].Una excelente fuente de temas y asuntos pentecostales. Contiene artículos sobre temas teológicos tocante la obra y el ministerio del Espíritu Santo. Una fuente indispensable de material para sermones y para el estudio bíblico con un índice por Tema/Autor totalmente buscable. En inglés solamente. Ordene Advance CD Agotadas desde hace mucho tiempo pero recordadas con afecto, las revistas Advance [Avance] y Pulpit [El púlpito] bendijeron a miles de ministros. Ahora el archivo entero de Advance/Pulpit casi 40 años de información, inspiración, ayudas, e historia está disponible para usted en CD separados. En inglés solamente. Principal En esta edición Archivos Suscripciones Contáctenos Tienda La edición impresa (disponible sólo en inglés) ofrece más que la edición en la red. Subscríbase ya para recibir los beneficios. (1 año - $24; 2 años - $42, añada $10 al año fuera de Estados Unidos.) O llame gratis al: 1-800-641-4310 Haga aquí su pedido de los números atrasados En inglés sólamente. converted by Web2PDFConvert.com

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Nuestro mensaje innegociable: Jesucristo crucificado

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Predicamos a Cristo crucificado: retórica en el servicio a Jesucristo¿Cómo se define la retórica responsable al servicio de Cristo?Por Deborah M. Gill

Como predicadores contemporáneos usamos lasherramientas de la retórica para comunicar laPalabra de Dios con claridad y eficacia a nuestrosoyentes. Al hacerlo, sin embargo, corremos elriesgo de confiar en nuestra propia sabiduría ypoder en lugar de confiar en la sabiduría y elpoder de Dios. ¿Cómo pueden las palabras dePablo en 1 Corintios 1:18--2:16 ayudarnos aevitar este riesgo y mantener centrada enJesucristo la atención de los oyentes? Después detodo, la gente a menudo usa la retórica en ellenguaje popular como una descripción de lacomunicación destinada sólo para impresionar, oel habla que carece de sinceridad o contenidosignificativo. La retórica vacía se refiere a laostentosidad, al lenguaje extravagante y grandilocuente, es decir, la palabrería.

¿Sostenemos aquí la comunicación sin escrúpulos y coercitiva en el servicio a C risto? ¡Por supuesto queno! Tal uso engañoso del lenguaje para manipular a la gente no es el sentido original del término.

¿QUÉ ES LA RETÓRICA?

Aunque el término para muchos tiene una connotación negativa, la retórica se refiere al arte de lapersuasión, estudiado como una antigua disciplina ya en el quinto siglo antes de Cristo. Muchosconsideran a Platón y Aristóteles como los padres de la retórica moderna. Aristóteles definió la retóricacomo “el arte de descubrir todos los medios disponibles de persuasión en una situación dada”.

En términos generales, la retórica es comunicación; y más específicamente, es “el uso de los símbolos enla comunicación” para “comprender a los demás, para participar y relacionarnos con ellos”. Estas tresactividades son prerrequisitos para la persuasión en la predicación: la comprensión, la participación, y larelación con los demás.

La doctora Joy Qualls, catedrática asistente de retórica y comunicación en la Universidad Evangel, nosrecuerda: “Los seres humanos son los únicos miembros de la C reación que tienen el poder de crear parteconsiderable de su realidad a través del uso de símbolos. ... Cuando cambiamos los símbolos que usamospara enmarcar un evento, se altera nuestra experiencia.” Qualls continúa: “Dios no usó pensamientos oacciones para crear el mundo. La Biblia dice que Dios ‘dijo’, y se hizo; y comentó en cada parte de lacreación. Como seres creados a la imagen de Dios, yo diría que Dios nos ha dado el uso simbólico dellenguaje para usar la retórica. Dios es la máxima autoridad en la retórica, e interactuamos con Él cuandoparticipamos en el proceso de creación y comprensión de símbolos.”1

LA RETÓRICA EN LAS ESCRITURAS Y EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

La retórica, pues, consiste en todo lo que incumbe convencer a los oyentes. A diferencia de nuestracultura contemporánea, que está basada en texto — los textos y mensajes de texto están siemprepresentes en esta era del Internet--, las culturas del mundo bíblico eran culturas orales. Los textosbíblicos originales, tanto en hebreo como en griego, contienen muchos recursos retóricos destinados parael oído, tales como el ritmo, la rima, la aliteración, etc. Con una tasa de alfabetización de cinco a veintepor ciento en la época romana, y con textos escritos muy caros para producir, todos los pueblos antiguos(ya sea alfabetizados o analfabetos) preferían la palabra hablada a la escrita. No es de extrañar que Jesúsdijera tantas veces en los Evangelios y en el libro de Apocalipsis, no “El que tenga ojos, que vea”, sino: “Elque tenga oídos, que oiga”.

El Nuevo Testamento muestra con cuánta seriedad los fundadores de la Iglesia consideraban la GranComisión como un compromiso de convencer. Los sermones de Jesús y los discursos en Hechos no sólorevelan pruebas de la retórica, sino también, debido a que los autores de los documentos del NuevoTestamento los destinaban a los líderes de la iglesia para que los leyeran en alta voz — por lo general aun grupo —, también contienen los mismos elementos de la persuasión verbal. En su nuevo libro deretórica del Nuevo Testamento, Ben Witherington explica: “más que la manera tradicional de la escriturade epístolas, las tradiciones orales de expresión dieron forma a la literatura epistolar del NuevoTestamento”.2 Por ejemplo, Pablo escribió sus cartas del Nuevo Testamento como discursos pararepresentantes designados por el apóstol, tales como Timoteo, Tito o Febe, para que las leyeran en formaretóricamente eficaz a un público en particular. La educación de Pablo, tanto como fariseo y como romano,lo calificaba para presentar discursos retóricos y cartas compuestas de alocuciones retóricas. Desde eluso de las reglas de la retórica, Witherington explica que está claro que todos los escritores del NuevoTestamento eran bien instruidos; en términos de educación estaban entre el cinco al diez por ciento másalto de la sociedad del primer siglo.

El estudio histórico de Averil Cameron sobre el cristianismo y la retórica,3 demuestra cómo el pequeñogrupo marginado de seguidores de Cristo, cuya religión exigía devoción exclusiva a C risto, no sólosobrevivió, sino que también prevaleció sobre la cultura pluralista de Roma. Mientras que los antiguosescritores cristianos atribuyen toda la gloria de este crecimiento a Dios, también es evidente la eficacia desu retórica. Ellos predicaron poderosamente la verdad, y Dios usó eso para dar libertad a los cautivos.

Los predicadores patrísticos consideraban que los autores del Nuevo Testamento eran sus mentores en lasartes retóricas. Desde la historia de la iglesia primitiva hasta la Edad Media, aunque la contextualizacióntambién contribuyó a la comunicación, el discurso cristiano continuó en el curso de su trayectoria original,basado en la retórica grecorromana. Muchos reformadores (por ejemplo, Melanchthon) fueron retóricos.Witherington argumenta que hoy hay un lugar para la retórica. “La retórica moderna de la predicaciónharía bien en aprender mucho de la antigua predicación de retórica.”4

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¿EL CASO DE PABLO CONTRA LA RETÓRICA?

Al comparar la narración de Lucas de los Hechos 17–18 con la confesión de Pablo en 1 Corintios 1-2,algunas personas argumentan que Pablo hizo un cambio de paradigma en su predicación — rechazando laretórica — y citan 1 Corintios 1:18 — 2:16 como la defensa de Pablo de su nuevo punto de vista. Dicenque cuando Pablo estaba en Atenas en el Areópago, predicó con la elocuencia y sabiduría de los griegos.Después de haber tenido muy poco éxito usando los métodos clásicos de comunicación, sin embargo,Pablo cambió su enfoque en Corinto (según ellos), y que de ahí en adelante el apóstol abandonó losenfoques de oratoria para una demostración del Espíritu y de poder (compárese 1 Corintios 2:1–5).5 Elpropósito previsto del argumento es que debemos hacer lo mismo: rechazar la retórica y valernos en sulugar de la unción.

Esto argumento de lo uno u lo otro, sin embargo, no se basa en la verdad. Por el contrario, las Escriturascontienen pruebas que demuestran que mientras el apóstol Pablo estuvo en Atenas y en Corinto (ydespués) predicaba de ambas formas: hacía buen uso de la retórica y daba mucho lugar al Espíritu.

Del relato histórico de Lucas note primeramente que el uso de Pablo de la retórica en Atenas noera como un reemplazo de la predicación poderosa y la obra del Espíritu. En lugar de citar poetaspaganos, Pablo citó las Escrituras y declaró con poder el evangelio. Por otra parte, era un milagrotener cualquier éxito entre el público del Areópago; los aristocráticos atenienses que seconvirtieron a la fe son prueba de que el poder del Espíritu estaba activo en esa comunicacióncomo un elemento muy esencial.En segundo lugar, el uso que hizo Pablo de la retórica en Atenas no era como sustituto o negaciónde lo sobrenatural. El mensaje de Pablo en el Areópago no implicó ningún compromiso teológico. Apesar de que sabía que iba a ser una ofensa para sus oyentes sofisticados, Pablo declaró conaudacia —incluso en ese contexto intelectual de filósofos — la mayor demostración del poder deDios: la resurrección de Cristo.En tercer lugar, incluso en Corinto (y después), el apóstol siguió utilizando la retórica. El testimoniodel apóstol de su predicación inicial en Corinto (1 Corintios 2:1–15, el pasaje citado como pruebadel rechazo de Pablo de la retórica) está lleno de retórica. “Pablo aquí desaprueba de la meraretórica, pero su propia escritura, incluso 1 Corintios, muestra un amplio conocimiento y uso de lasformas retóricas.”6 “Pablo sabía el lugar debido de la argumentación persuasiva en la proclamaciónde Cristo: en Corinto había ‘discutido’ en la sinagoga semana tras semana, persuadiendo tanto ajudíos como a griegos (Hechos 18:4). Pero él personalmente descartaba la eficacia del discursopersuasivo nada más para producir fe en Jesús y el conocimiento transformador de Dios” (énfasisañadido).7 Al poner las epístolas paulinas en orden cronológico se ve el uso continuo que hacíaPablo de la retórica y los recursos retóricos mucho tiempo después de su ministerio en Atenas.Pablo nunca rechazó la retórica como mala; pero sabía que no era suficiente. Él era uncomunicador que usaba ambas formas, demostrando en la práctica que la predicación merecenuestros mejores esfuerzos, pero exige la participación sobrenatural de Dios.

Entonces, ¿cuál es el propósito de 1 Corintios 1:18 — 2:16? Todo el pasaje es un argumento a favor de lasuperioridad de la verdadera sabiduría comparada con la falsa, es decir, la sabiduría de Dios contrastadacon la sabiduría de este mundo. Pablo identifica algunas de las características y limitaciones de lasabiduría del mundo (es decir, la forma humana de tratar de llegar a Dios): suena elocuente; pareceplausible (los judíos buscan una señal, y los griegos la sabiduría); pero es vacía e ineficaz; y pone enpeligro el mensaje de la C ruz. La sabiduría de Dios, sin embargo, se ve en el mensaje de la C ruz (1:16–25); el método de Dios (1:26–31); y el ministerio del Espíritu (2:1–16). La crucifixión y la humildadcontradicen la sabiduría cultural; sin embargo, el Espíritu Santo “explica las realidades espirituales conpalabras que enseña el Espíritu”.

EL CASO DE PABLO A FAVOR DE LA RETÓRICA

Primera a los Corintios 1:18 — 2:16, por lo tanto, no es el caso de Pablo en contra del uso de la retórica.Pero podemos ver en 1 Corintios 9:19–23 el fuerte argumento del apóstol a favor de la retórica al serviciode Cristo. Si la retórica incluye todo lo que implica convencer a un público, entonces vemos que Pabloestaba muy entregado a la retórica. El objetivo de la predicación es infinitamente y eternamenteimportante, ya que “lo que está en juego no es simplemente el fracaso o el éxito de la persuasiónhumana, sino el destino eterno de la persona”.8 La filosofía fundamental de Pablo en el ministerio eradescubrir los métodos que combinan la mayor integridad con el mayor impacto.9 En 1 Corintios 9:19–23vemos los grandes esfuerzos que Pablo estaba dispuesto a hacer para convencer a sus oyentes a queaceptaran a C risto. Su retórica no se limitaba a las palabras y la lógica, sino que él se valía de todos losmedios. El uso por el apóstol del adverbio, π?ντως, en su declaración de propósito: “para que por todoslos medios posibles de gane/salve a algunos”, nos recuerda la definición de la retórica de Aristóteles:“descubriendo todos los medios [a disposición] para persuadir.” La retórica de Pablo trascendía las meraspalabras; al igual que la del Salvador, toda la vida del apóstol era un testimonio de encarnación.

En el período clásico, la gente entendía la retórica como el arte de hablar en forma efectiva y persuasiva,y cuando esos discursos se documentaban, la retórica abarcaba la escritura persuasiva. Hoy se entiendemás ampliamente la retórica, cosa que no se limita al discurso escrito y hablado. La retórica incluyesímbolos no discursivos o no verbales. La retórica puede ser: discursos, ensayos, conversaciones, poesía,novelas, historias, revistas de historietas, y sitios web; pero la retórica también pueden ser programas detelevisión, películas, arte, arquitectura, obras de teatro, música, danza, anuncios, etc. La lista esinterminable. Podemos considerar una variedad de medios de comunicación como retórica, y podemosemplear este medio retóricamente en el servicio a C risto.

En un tiempo, el “Modelo de transmisión” explicaba el proceso de la retórica como: un “emisor” quetrasmitía mensajes a un “receptor” [E > R]. Este modelo incompleto veía la comunicación como unproceso de un solo sentido en el que el orador es activo y los oyentes son pasivos. Alguien más tardemejoró este modelo añadiendo la retroalimentación del Receptor al Emisor, reconociendo la presencia de“ruido” que afecta la transmisión y la recepción de la comunicación en ambos sentidos. El “modeloretórico” de hoy es mucho más complejo: reconoce también los diferentes contextos del emisor y losvarios contextos de los receptores en un auditorio, y que la interacción entre ellos es una continua vueltaen círculo. ¿Qué podemos aprender de esta nueva comprensión de la retórica? La comunicación delevangelio no tiene que ver sólo con la “transmisión” del predicador. Es un gran lugar para empezar, peroes mucho más que la transmisión.

Los editores diseñaron esta revista de Enriquecimiento sobre la predicación en torno a lo que Aristótelesllamó “las tres pruebas de la retórica”: logos, ethos y pathos. Para el predicador de hoy podríamosformular estos antiguos conceptos griegos como tres Cs: (1) contenido: la organización de los argumentospara demostrar su verdad; (2) credibilidad: la efectividad del mensaje en función de la credibilidad delorador; y (3) conexión: la pertinencia emocional y relacional de la comunicación, ya que los oyentes seconvencen por lo que sienten en su interior. Estas tres pruebas son excelentes medios de persuasión.¿Cuál, de todos los medios posibles de la retórica, está usted incorporando en el servicio a C risto?

EL USO RESPONSABLE DE LA RETÓRICA

La retórica es poderosa. Aunque usualmente se considera la retórica eficaz como admirable y deseable,en nuestro tiempo la retórica vacía se ha convertido en un terrible desvío. A principios de 1693 WilliamPenn señaló el deslizamiento hacia ese sentido peyorativo, cuando algunos de sus contemporáneosestaban “usando la verdad y la belleza de la retórica con fines inicuos”.

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La comunicación persuasiva tiene un gran poder, por lo cual se la usa para muchos propósitos. Lapropaganda nazi, gran parte de la publicidad norteamericana, y muchos políticos y asesores políticos sonculpables de hacer a Dios el blanco de sus propósitos de comunicación que no lo glorifican, pero ¿significaeso que la persuasión sea mala? No.

¿Cómo se define la retórica responsable al servicio de Cristo? Reconoce que la comunicación es dada porDios, parte de la imagen de Dios en nosotros, y trata de comprender a los demás, e influir en ellos enformas cariñosas que agradan a nuestro C reador. Reconoce que las buenas nuevas son en todo acerca deJesús, y trata de poner en relieve la C ruz, sin comprometer su alto precio para Cristo o para nosotros,como sus discípulos.

La retórica responsable en la predicación reconoce la importancia de su objetivo final: la salvación eternay la completa transformación de almas para la gloria de Dios; está dispuesta a descubrir y emplear todoslos medios a su alcance para persuadir; sin embargo, humildemente reconoce la absoluta necesidad de lademostración del Espíritu y de poder para convencer. Por lo tanto, el predicador cuida el contenido: sacala verdad de Dios de las Escrituras; el predicador se conecta con el público: lleva la verdad a suscorazones; y el predicador es cuidadoso en su vida: para ser testigo verosímil de la Palabra de Dios.

San Agustín, obispo de Hipona, nacido en el año 354 d.C . en el África romana (Argelia actual), antes de suconversión a C risto fue un destacado profesor de retórica. Cuando se le preguntó si los cristianos podíanusar la teoría retórica en la proclamación del evangelio, él contestó: “Sí. Se podría y se debería usar lateoría retórica para proclamar el evangelio.” Él dijo: “Un buen orador cristiano debe imitar a lospredicadores de la Biblia, ya que tienen un estilo de predicación muy eficaz.” En el año 386, escribió en Ladoctrina cristiana, que aplicaba a la predicación la retórica de C icerón. En esa obra Agustín explica susideales para un cristiano retórico.

¿Cuál es el uso responsable de la retórica en el púlpito? Agustín nos desafía a cada uno de nosotros a queseamos:

defensores de la fe,enemigos del error, yexpositores de las Escrituras.

DEBORAH M. GILL, Ph.D., profesora de estudios bíblicos y expositivos delSeminario Teológico de las Asambleas de Dios, Springfie ld, Missouriwww.AGTS.edu /faculty/Gill.htm l

NOTAS1. Entrevista con la Dra. Joy Qualls, profesora asistente de retórica y comunicación, Evangel University,jueves, 10 de mayo del 2012, Springfield, Missouri.

2. Ben Witherington, III, New Testament Rhetoric: An Introduction Guide to the Art of Persuasion in and ofthe New Testament [Retórica del Nuevo Testamento] (Eugene, Oregon: Wipf & Stock, 2011), 4. Véansetambién los capítulos 1, 2, y 5.

3. Averil Cameron, Christianity and the Rhetoric of Empire [El cristianismo y el imperio retórico] (LosAngeles: University of California, 1991).

4. Witherington, 239.

5. Hace más de 50 años, con celo misionero, Barclay presentó este punto de vista: William Barclay, TheLetters to the Corinthians [Las cartas a los corintios], ed. rev. The Daily Study Bible Series (Philadelphia:Westminster, 1954), 23–25; y más recientemente Joseph Pathrapankal se vale de la misma perspectivasobre este pasaje para argumentar en favor del pluralismo religioso: Joseph Pathrapankal, “FromAreopagus to Corinth” [“Del Areópago a Corinto”] (Hechos 17:22–31; 1 Corintios 2:1–5), Mission Studies[Estudios sobre misiones] (2006) 23.1: 61–80.

6. C raig S. Keener, The IVP Bible Background Commentary: New Testament, edición electrónica (DownersGrove: InterVarsity Press, 1993).

7. David Prior, The Message of 1 Corinthians: Life in the Church [El mensaje de 1 Corintios: la vida en laiglesia]. Serie “The Bible Speaks Today”, Serie del NT ed. John R.W. Stott, edición electrónica (DownersGrove, Illinois: InterVarsity Press, 1985), 41.

8. Ibíd., 159.

9. Ibíd., 160.

Enrichment Journal1445 Boonville Ave., Springfie ld, MO 65802

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