PROGRAMACIÓN DE LOS EPAVs - maristasac.org · Se presentan secuencialmente los pasos que el equipo...

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1 EPAVs EQUIPOS MARISTAS DE PASTORAL VOCACIONAL PROGRAMACIÓN DE LOS EPAVs "Metodología para aplicarse en el ámbito de las comunidades cristianas" PROVINCIA MARISTA DE AMÉRICA CENTRAL COMISIÓN PROVINCIAL DE PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL

Transcript of PROGRAMACIÓN DE LOS EPAVs - maristasac.org · Se presentan secuencialmente los pasos que el equipo...

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EPAVs EQUIPOS MARISTAS DE PASTORAL VOCACIONAL

PROGRAMACIÓN DE LOS EPAVs "Metodología para aplicarse en el ámbito de las comunidades cristianas"

PROVINCIA MARISTA DE AMÉRICA CENTRAL COMISIÓN PROVINCIAL DE PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONAL

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NDICE

Presentación 3

Paso 1: Definición del proyecto 5

Paso 2: Los destinatarios 8

Paso 3: Colecta de datos 14

Paso 4: Propuesta general de objetivos 17

Paso 5: Principios de acción 18

Paso 6: Distribución de los objetivos 21

Paso 7: Formulación de los programas 28

Paso 8: Integración del proyecto 29

Paso 9: Revisión del proyecto 30

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PRESENTACIÓN

Presentamos una guía para la programación de los Equipos de Pastoral Vocacional (EPAVs), buscando un formato lógico, lo más simple posible, y en coherencia con el modelo de pastoral que impulsamos provincialmente.

1 No abordamos la justificación y

formación de los equipos ya que esto está disponible en el recurso titulado “Formación de los EPAVs”, trabajado también por esta Comisión. En esta ocasión, básicamente queremos conseguir tres metas:

a) Que todos los colaboradores puedan comprender sencillamente su contenido.

b) Que el equipo responsable pueda acceder a la metodología

c) Que este los diversos sectores de pastoral encuentren y fomenten su dimensión vocacional. Continuamente nos referiremos al "equipo". Por ello se entiende el grupo de personas que realiza la programación y la acción pastoral a favor de las vocaciones. Este equipo al que también identificamos en nuestra Provincia como “sector de pastoral vocacional”, puede enriquecerse con personas-enlace de los demás sectores de pastoral de la obra. Las modalidades pueden ser varias. Para la programación, al menos, parecería importante que hubiese esta participación de forma que se logre más fácilmente la tercera de las metas arriba citadas. Se presentan secuencialmente los pasos que el equipo ha de dar en la elaboración del proyecto de pastoral vocacional. Si la necesidad no pide otra cosa, conviene respetar los mismos tal como se presentan en este texto. Se supone siempre la presencia de un animador o responsable del equipo que ha estudiado la metodología, de modo que esté capacitado para proponerla a los demás. Hemos puesto como subtítulo "Metodología para aplicarse en el ámbito de las comunidades cristianas" porque, consideramos que es aplicable incluso más allá de la pastoral vocacional. Consideramos diversos niveles de la comunidad cristiana:

una diócesis,

una congregación religiosa,

una parroquia,

una comunidad religiosa local,

un colegio,

un movimiento apostólico,

una comunidad juvenil.

Se pondrán ejemplos de cada una de estas estructuras pastorales. Evidentemente el grado de complejidad será distinto, pero la metodología será la misma. Al final de cada capítulo se presentan los esquemas correspondientes. En el capítulo noveno se ofrecen instrucciones más precisas para la presentación del proyecto. Es conveniente dedicar el tiempo suficiente para su elaboración, porque el éxito de un proyecto no reside solamente en su correcta formulación, sino en la acogida que le brinde la comunidad. De esta manera se perfilan tres características que marcan la calidad de la programación:

La formulación. Es el planteamiento mismo que hace la programación, que sea lógica y coherente, que responda a la realidad, que proponga pasos estratégicos o graduales, que represente un verdadero acuerdo del grupo.

La claridad. Necesita expresarse de tal manera que se haga comprensible para todos. Si el modo de expresar los conceptos requiere una explicación, perderá fuerza.

1 Adaptación para los Equipos Maristas de Pastoral Vocacional de la obra: Pastoral Vocacional, Metodología para aplicarse en el ámbito de las

comunidades cristianas. Lavaniegos G., Emilio. Sacerdotes Operarios Diocesanos. México, 2011. (2ª edición)

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La acogida. Es necesario que la programación se difunda en el ámbito donde se va a poner en práctica. Por ello hay que dedicar tiempo a su continua presentación a las personas que puedan estar interesadas en el proyecto.

En un principio la programación de la pastoral vocacional puede elaborarse separadamente. Incluso conviene hacerlo así, porque habitualmente se encarga de ello un equipo específico. Pero la tendencia deberá ser a incorporarse en la programación ordinaria de las obras apostólicas. El modo de esta inserción en todo el apostolado no se da al modo de un elemento añadido al conjunto, sino el de un factor que se entreteje con la pastoral de conjunto y puede llegar a estructurarla, porque el cuidado de las vocaciones está en el corazón de toda acción pastoral. La pastoral de la Iglesia se puede explicar como cuidado de cada una de las personas que la forman. No nos queda sino alentar a los agentes vocacionales que comienzan a elaborar su programación. ¡Vale la pena programar! Quizá es el tiempo mejor aprovechado, porque multiplica las posibilidades de nuestra acción pastoral.

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PASO 1: Definición del proyecto Comenzamos nuestra andadura con una distinción fundamental: ¿Qué es un proyecto y qué es un programa?

[En este momento es importante despertar la conciencia del equipo de que se le está pidiendo una decisión y un compromiso. Las personas asumen un compromiso cuando se saben vinculados a una comunidad y a su proyecto. Puede ser conveniente, incluso, facilitar un espacio de retiro para que con mayor libertad asuman ese compromiso. En todo caso es importante hacer consciente al equipo del valor y el sentido de la programación, afrontando las dificultades y prejuicios que muchas personas suelen tener en torno a la programación. Se puede facilitar la comunicación preguntando: ¿Cuáles son las ventajas y las dificultades que has experimentado al programar la actividad pastoral? Y provocar un momento de comunicación en el que salgan a la luz sus temores y sus esperanzas.]

■ Un proyecto. Es la decisión de un grupo de señalar modelos para el futuro. Toda acción conjunta parte de una decisión grupal. Exige dos elementos que entran en juego dinámicamente:

- Un análisis de la realidad. Algún modo de garantizar una aproximación suficiente a la realidad. Esta aproximación nunca podrá ser exhaustiva, pero sí debe suscitar un mayor conocimiento de las condiciones objetivas en las que el equipo va a desarrollar su acción pastoral.

- La implementación práctica de esa decisión. Se trata de poner medios concretos que, efectivamente, hagan que la programación sea practicable. Si no se señalan medios, la programación pierde su credibilidad.

[Por ejemplo, podemos hablar del proyecto de la pastoral de los enfermos en la Parroquia, o del proyecto de la pastoral juvenil en el Colegio. Estos dos proyectos implican acciones dirigidas a toda la comunidad parroquial o educativa, y una previsión de lo que esperamos alcanzar en uno, tres y seis años.] ■ Un programa. Es una parte del proyecto que está referida a un nivel de acción y a unos plazos determinados. El proyecto incluye varios programas, porque debe tender al cultivo de todos los niveles de acción y los tres plazos (sugiere el autor: un año, tres y seis). [Siguiendo los mismos ejemplos, podemos pensar en el programa de visita y censo de los enfermos para desarrollarlo en este curso; o en el programa de catequesis para adolescentes en la secundaria para un año. Cada uno de estos programas es sólo una parte de un proyecto más amplio, que les da sentido.] Ahora vamos a hacer la distinción entre los diversos niveles de la pastoral vocacional: Existen cuatro niveles de acción pastoral vocacional. Una programación debe incluir los cuatro niveles porque se implican entre sí. Estos niveles son: a) Ejecución. Cuando la acción se dirige al fomento, formación o sostenimiento de las vocaciones. Son acciones a nivel de ejecución, por ejemplo, una convivencia vocacional para jóvenes, un preseminario, una tanda de ejercicios espirituales para religioso/as, una actividad vocacional con formandos, una campaña de promoción vocacional. Todas estas acciones pretenden cuidar las vocaciones directamente, ayudando a las personas a tomar conciencia del llamado de Dios o a vivirlo mejor, por eso pertenecen a la ejecución. Las vocaciones se parecen a las plantas. Si reciben la atención que es debida, se fortalecen; pero si se las descuida, se debilitan.

Si este nivel se trabaja, tienden a surgir y a renovarse las vocaciones. Si este nivel se descuida, no surgen vocaciones y las que hay tienden a perderse.

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b) Animación. Cuando la acción se dirige al fomento, formación o sostenimiento de los agentes de pastoral vocacional. Son acciones a nivel de animación: una campaña para suscitar equipos de pastoral vocacional, un encuentro de agentes vocacionales para su formación, una convivencia de maestros para sensibilizarlos sobre su papel en la promoción de las vocaciones, un encuentro para padres de familia en el que se les insiste sobre la importancia de que colaboren en la formación de sus hijos. Estas son acciones de animación porque pretenden animar a los agentes vocacionales en su acción específica a favor de las vocaciones. El nivel de la animación pretende detectar personas que asuman una responsabilidad en la acción pastoral, convocarlas o formarlas para que la puedan desempeñar de la mejor manera. Es imposible desarrollar una verdadera acción a favor de las vocaciones sin preocuparse de conseguir agentes que realicen dicha acción pastoral:

Si este nivel se trabaja, tienden a multiplicarse los agentes vocacionales y los ámbitos en los cuales se realiza la acción vocacional. Si este nivel se descuida, se limita el número de los agentes vocacionales y se estrechan los ámbitos en los cuales se realiza la acción vocacional.

c) Asesoría. Cuando la acción se dirige a aquellas personas que coordinan a diversos agentes vocacionales. Son acciones a nivel de asesoría: una convivencia de coordinadores de la pastoral vocacional; una asamblea de pastoral vocacional; una reunión de responsables de la pastoral vocacional en los colegios o parroquias (siempre que tengan equipos de pastoral vocacional en cada colegio o parroquia). Estas son acciones de asesoría porque atienden las necesidades de quienes animan a otros en su acción vocacional. También corresponden a este nivel las acciones que pretenden crear o fortalecer las estructuras pastorales y los medios y materiales para la acción pastoral, como elaborar materiales, diseñar programas, adquirir medios, implementar locales, etc. La acción pastoral será duradera en la medida en que se establezcan estructuras y tradiciones que le den estabilidad. Estas estructuras son fundamentales en nuestro caso porque se siguen procesos complejos, que llevan tiempo y exigen cierta calidad pedagógica.

Si se trabaja este nivel, se va adquiriendo mayor claridad sobre la estructuración de la pastoral vocacional en las comunidades locales y surgen iniciativas de comunicación entre los responsables de la pastoral vocacional en las diversas comunidades. Si se descuida este nivel, surge la confusión sobre cómo se implementa la pastoral vocacional en las comunidades locales. Cada comunidad local tiende a aislarse en su acción vocacional.

d) Mentalización. Es la acción que se dirige a los últimos responsables de la pastoral vocacional, a quienes la coordinan desde los

principios. Son acciones de mentalización las siguientes: envío de informes sobre las actividades vocacionales a los superiores; formación del coordinador general de la pastoral vocacional, formación de los superiores generales, provinciales y locales sobre pastoral vocacional; sensibilización de los párrocos en torno a la pastoral vocacional…

Si se trabaja este nivel, se tiende a cultivar un lenguaje común en torno a la vocación y se establecen líneas comunes de acción entre las diversas etapas del proceso vocacional. Si se descuida este nivel se tiende a establecer un conflicto entre autoridad y agentes de pastoral vocacional, y se comprende la pastoral vocacional desde puntos de vista contradictorios.

Dependiendo de la magnitud del proyecto se desarrollarán más o menos los diversos niveles. Por ejemplo, si se trata de programar la pastoral vocacional de una diócesis o una congregación religiosa, los niveles más desarrollados serán la asesoría y la mentalización. Pero si se programa una parroquia o un colegio, los niveles más desarrollados serán los de animación y ejecución. Sin embargo, todos los niveles deberán estar presentes en cualquier programación. Por último, conviene distinguir tres plazos de programación. No hay una verdadera programación si no se tienen perspectivas suficientemente amplias del modelo que se quiere perfilar para el futuro, y esto sólo se consigue proyectando los objetivos a largo plazo (el modelo de futuro que perfilamos) y relacionando el largo plazo con las condiciones objetivas de la acción pastoral en el corto plazo (perspectiva de realidad en el momento presente). De esta manera la programación es un ejercicio grupal que consiste en proponer un futuro mejor, pero cotejándolo continuamente con el

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presente: mirar al ideal, pero contando con los condicionamientos objetivos de la realidad. Se establece así un juego dialéctico entre lo que quisiéramos conseguir y lo que podemos hacer. Ideal y realidad son los dos polos de referencia del proyecto. Hemos establecido el largo plazo a seis años porque es un período suficiente para que se mire con objetividad el modelo que se quiere conseguir. El largo plazo se desliga de los condicionamientos actuales, establece un ideal al que tendemos como grupo. Además suele ser ese el período de duración de los organismos de gobierno en las instituciones eclesiales y por ello de las expectativas a las cuales estamos acostumbrados. No es correcto hacer depender el largo plazo de la duración en el cargo de quien programa, porque la utilidad del largo plazo va más allá de las personas que están actualmente como responsables de la acción pastoral. El sentido de programar a largo plazo es trazar perspectivas, describir un modelo, compartir una utopía, dibujar al mismo tiempo una mística del grupo. El largo plazo no se detalla, porque más bien consiste en un boceto o perfil genérico de lo que esperamos conseguir. En el ámbito empresarial se suele proyectar a más largo plazo, por ejemplo, 15 o 30 años. En el ámbito urbanístico se trazan expectativas aún a más largo plazo, 40 o 50 años. El corto plazo es de un año. Se refiere a lo que es posible poner en práctica con los recursos con que contamos en la actualidad. Este plazo ofrece una perspectiva de realidad. La pregunta que nos lleva al largo plazo es: ¿Qué quisiéramos hacer? Pero la pregunta que nos lleva al corto plazo es: ¿qué podemos hacer realmente? La programación a corto plazo nos exige afrontar la realidad, aceptar los límites que nos impone y dar pasos eficaces en medio de ella. El corto plazo se detalla con precisión, porque se va a poner en práctica inmediatamente. Es frecuente que en el corto plazo se reduzcan notablemente las expectativas, porque se perciben con más claridad los límites que la realidad impone. El mediano plazo establece un punto intermedio entre el ideal y la realidad inmediata. Es importante formular el mediano plazo porque lleva al equipo a vislumbrar lo que poco a poco irá consiguiendo. El mediano plazo es como el resultado del diálogo entre el ideal y la realidad. Programar en el mediano plazo provoca la toma de conciencia de las capacidades del equipo y muestra que realmente podemos y debemos caminar más allá de los límites actuales. Ir consiguiendo estos objetivos despierta el optimismo y la confianza en que será posible avanzar hacia el modelo que constituye el alma de la programación. El proyecto incluye así doce programas, representados en el siguiente cuadro:

Corto plazo ↓

Mediano plazo ↓

Largo plazo ↓

Mentalización. Mentalización. Mentalización.

Asesoría. Asesoría. Asesoría.

Animación. Animación. Animación.

Ejecución. Ejecución. Ejecución.

Trabajando con el equipo

Terminada esta introducción, conviene verificar que los conceptos han sido comprendidos con claridad. Para eso pueden servir las siguientes preguntas:

¿Cuál es la distinción entre proyecto y programa? ¿Cuántos programas tiene ordinariamente un proyecto?

¿Cómo se define cada uno de los niveles de la acción pastoral vocacional? ¿Qué ocurre cuando cada uno de estos niveles se cuida o se descuida?

¿Cómo se justifica la programación a tres plazos? ¿Cómo se define el corto, el mediano y el largo plazo?

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PASO 2: Los destinarios

Comenzamos la elaboración de la programación a través del análisis de la realidad. Los destinatarios son aquellas personas a las que se dirige la acción pastoral vocacional…

ya sea para que vivan mejor su vocación (nivel ejecución)

o para que colaboren como agentes de pastoral vocacional (nivel animación)

o para que se organice mejor la pastoral vocacional adquiera estructuras y desarrolle ministerios (nivel asesoría)

o para que sea asumida por los últimos responsables (nivel mentalización). El equipo dedicará un tiempo largo a la contemplación de la realidad de los destinatarios. Para ello necesita una motivación adecuada, que enlaza con lo más profundo de la propia vida de fe y del servicio pastoral. Conviene incluir a todos los destinatarios y describirlos lo más objetivamente que se pueda, considerando su situación socio-cultural religiosa, ambiental vocacional etc. Todo lo que se considere importante para la acción que queremos desarrollar. Es útil anotar en una tarjeta (u hoja) cada grupo de destinatarios con su descripción, de modo que después se puedan clasificar por secciones, o por niveles de acción. Es mejor que se hagan muchas tarjetas, porque la calidad de la programación dependerá en buena medida de la profundidad de este primer análisis. Con frecuencia hay que optar por privilegiar a algunos destinatarios

2, por ejemplo, los jóvenes

con inquietudes vocacionales, o los que están en el último año de la secundaria, porque tienen una necesidad vocacional especial En la misma tarjeta se enuncian sus necesidades vocacionales. Debe tratarse siempre de lo específicamente vocacional. Te preguntas ¿qué necesita para que pueda avanzar en la conciencia y vivencia de su propia vocación y/o en su responsabilidad en la pastoral vocacional? Las necesidades de los destinatarios pueden ser semejantes entre sí. Ahora se trata sólo de describir esas necesidades, más adelante se verá el modo de atenderlas. Es conveniente que esta descripción de los destinatarios sea elaborada por todos los miembros del equipo, de modo que para ellos este análisis signifique y motive un contacto mayor con la realidad. Al conocer la realidad de las personas con quienes trabajamos, nos conocemos mejor a nosotros mismos. Esta es una parte laboriosa del trabajo, pero constituye el telón de fondo de la actuación vocacional del equipo. Hay que advertir que el conocimiento que podamos tener de la realidad nunca es exhaustivo. Siempre

2 En el itinerario formativo e implementador del Nuevo modelo pastoral (específicamente en sus fichas de planificación), es probable que el sector

de PV haya visto únicamente a los jóvenes como destinatarios. Tenemos aquí el reto de ampliar la mirada para ser coherente con nuestro presupuesto: una pastoral vocacional abierta a todos y en todas sus dimensiones.

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consistirá en una aproximación. Lo que sí es importante es que se haga un esfuerzo en este sentido. Por otro lado, las limitaciones de la realidad siempre existirán y siempre impondrán un rango de ineficacia a lo que se ha programado. Puede ser útil consignar una lista de los destinatarios que con más frecuencia aparecen en las programaciones de pastoral vocacional. Lo hacemos en referencia a los ámbitos que se han señalado anteriormente

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1.Para una diócesis

Ejecución ■ Jóvenes en general, ■ Jóvenes que participan en grupos apostólicos. ■ Jóvenes sin inquietudes vocacionales. ■ Jóvenes con inquietudes vocacionales. ■ Candidatos al diaconado permanente. ■ Adultos, sacerdotes, religiosos o laicos.

Animación ■ Posibles miembros del equipo vocacional. ■ Adultos con experiencia en el apostolado. ■ Religiosas de las comunidades locales. ■ Seminaristas enviados a la pastoral vocacional ■ Catequistas, maestros, animadores juveniles.

Asesoría ■ Coordinadores de centros vocacionales. ■ Responsables de la educación en la fe. ■ Delegados de pastoral vocacional de los decanatos.

Mentalización ■ El obispo y los superiores mayores. ■ El coordinador diocesano para la pastoral vocacional. ■ Los párrocos y los superiores locales. ■ Directores de colegios. ■ Directores de grupos apostólicos y obras sociales.

La Iglesia siempre ha sido muy respetuosa con las tradiciones de las congregaciones religiosas. Por ello en los documentos oficiales se habla siempre de la diócesis y de la parroquia, pero previendo la correspondiente adaptación a la congregación religiosa y a la comunidad religiosa local. Nosotros hemos querido especificar aún más el ámbito de las comunidades de vida consagrada, porque con frecuencia programan su pastoral vocacional.

2. Para una congregación religiosa o instituto secular.

Ejecución ■ Jóvenes de nuestras obras apostólicas, ■ Jóvenes interesados por la Congregación. ■ Jóvenes con otras inquietudes vocacionales. ■ Religiosos o religiosas de la Congregación. ■ Laicos que colaboran en las obras apostólicas.

Animación ■ Posibles miembros de los equipos vocacionales locales. ■ Adultos con experiencia en el apostolado. ■ Religiosos o religiosas de las comunidades locales. ■ Formandos de la Congregación. ■ Agentes de pastoral de las obras apostólicas.

Asesoría ■ Animadores vocacionales locales y regionales, ■ Coordinadores de educación en la fe. ■ Miembros de la oficina de vocaciones.

Mentalización ■ Los superiores generales y provinciales y sus consejos. ■ Los párrocos y los superiores locales. ■ Directores de colegios y otras obras apostólicas. ■ Directores de grupos apostólicos y obras sociales.

3 Explicamos nuevamente aquí que, aunque nuestros ámbitos habituales de pastoral o colaboración vocacional no son todos los que a continuación

se explicitarán, serán señalados para ayudarnos en nuestra comprensión de esta tarea llamada por naturaleza a ser complementaria, y a la vez crecer en criterios formales de interpretación.

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La parroquia es el espacio más natural para favorecer el surgimiento de las vocaciones. Afirma el II Congreso mundial de vocaciones que la función del centro diocesano es ayudar y coordinar la animación vocacional que hay que llevar a cabo en toda la diócesis y en cada parroquia, e insiste: sin ocupar el puesto que corresponde a la comunidad parroquial, que es el centro primario de animación de todas las vocaciones. Se valora y respeta la función propia de la parroquia porque es donde efectivamente se reúne una comunidad cristiana y donde surgen las vocaciones. La parroquia se define a su vez como una comunidad de comunidades. Esto es importante, porque lo que se diga de la parroquia debe poder decirse también de las comunidades que la forman, las cuales suelen ser de distintos tipos.

3. Para una parroquia

Ejecución ■ Jóvenes que existen en el territorio parroquial. ■ Jóvenes que manifiestan inquietudes vocacionales. ■ Jóvenes de los colegios católicos y grupos apostólicos. ■ Jóvenes que participan en acciones voluntarias. ■ Toda la comunidad parroquial.

Animación ■ El equipo de pastoral vocacional de la parroquia. ■ Otros posibles miembros del equipo. ■ Quienes ejercen un servicio pastoral en la parroquia. ■ Los empleados de la parroquia. ■ Las religiosas y religiosos que existen en la parroquia.

Asesoría ■ Los coordinadores de servicios pastorales. ■ Los coordinadores de la pastoral juvenil.

Mentalización ■ El párroco y sus vicarios. ■ Los miembros del consejo de pastoral parroquial. ■ Los miembros del consejo económico.

La comunidad religiosa local se equipara a la parroquia, es decir, es una comunidad perteneciente a una parroquia, que actúa en el nivel local. Cada comunidad religiosa local debe desarrollar su propio plan de pastoral vocacional. La coordinación provincial o general de pastoral vocacional no debe sustituir a las comunidades locales en su responsabilidad, porque las vocaciones surgen precisamente del contacto con los religiosos o religiosas que trabajan en una obra apostólica.

4. Una comunidad religiosa local.

Ejecución ■ Jóvenes que frecuentan la casa religiosa. ■ Niños y jóvenes en proceso de iniciación cristiana. ■ Jóvenes que participan en la comunidad apostólica. ■ Laicos que trabajan o colaboran en la obra apostólica. ■ Todos los destinatarios de la acción pastoral.

Animación ■ El equipo de pastoral vocacional. ■ Otros posibles miembros del equipo. ■ Quienes ejercen un servicio pastoral. ■ Los empleados. ■ Los familiares de los destinatarios de la actividad.

Asesoría ■ El centro diocesano de vocaciones. ■ El equipo parroquial de pastoral vocacional. ■ Los coordinadores de sección en el apostolado.

Mentalización ■ El superior o superiora local. ■ El animador vocacional de la comunidad. ■ El párroco o capellanes de la comunidad. ■ Los directores de obras apostólicas.

El colegio nos interesa especialmente porque en él se reúnen los niños y jóvenes, destinatarios naturales y más inmediatos de la pastoral vocacional, y porque el cuidado de la vocación de los alumnos es un objetivo prioritario de todo colegio. Algunos de los

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destinatarios, que aparecerán en la lista, también existen en los colegios públicos, pero aquí nos referiremos muy específicamente al colegio católico. También se puede hacer la pastoral vocacional, cuando hay la apertura correspondiente, en los colegios públicos. El colegio es un ámbito privilegiado para este tipo de actividad pastoral. Es importante considerarlo como una comunidad. No sólo como comunidad educativa, sino principalmente como comunidad cristiana. En el seno de esta comunidad se desarrollan diversos ministerios y servicios. Conviene observar muy de cerca el desarrollo de los ministerios vocacionales, los cuales estarán muy unidos a la educación en la fe.

5. Para un colegio católico.

Ejecución ■ Todos los alumnos y alumnas del Colegio. ■ Los alumnos de los últimos cursos de cada etapa, ■ Alumnos que participan en actividades apostólicas. ■ Alumnos que tienen que tomar decisiones vocacionales. ■ Toda la comunidad educativa.

Animación ■ Todos los maestros y personal de intendencia. ■ Los maestros de educación en la fe, ■ Los padres de familia. • Las religiosas o religiosos del Colegio. ■ Algunos alumnos.

Asesoría ■ El equipo ■ Los coordinadores de sección.

Mentalización ■ El director o directora del colegio. ■ El coordinador del equipo vocacional. ■ Los sacerdotes que colaboran en el colegio. ■ Los coordinadores de sección. ■ El comité de padres de familia.

Los movimientos y grupos apostólicos son una fuente importante de vocaciones. En ellos también se puede implementar la pastoral vocacional. El proyecto que se haga, deberá integrarse adecuadamente con los procesos de conversión y de iniciación en la fe que ellos cultivan. Hay que decir que la iniciación cristiana no está completa si las personas no adquieren conciencia de un llamado de Dios, que es lo mismo que decir un modo concreto de seguir a Jesucristo. Aunque cada movimiento apostólico viene marcado por un carisma muy concreto y por un estilo pastoral que se ha ido cultivando, en todos ellos es posible incorporar la pastoral vocacional. Poco a poco hay que ir consiguiendo que las vocaciones surjan en el movimiento como producto de acciones programadas convenientemente, garantizando sobre todo el sentido vocacional de la vida de cada uno de sus miembros. La acción vocacional del movimiento se extiende fácilmente a sus familias.

6. Para un movimiento o grupo apostólico.

Ejecución ■ Los destinatarios de la actividad del grupo. ■ Especialmente los jóvenes en edad de decidir. ■ Pero también los que tienen que releer su vocación. ■ Las familias de los miembros del movimiento. ■ Las comunidades parroquiales en las cuales está inserto el movimiento y se deben beneficiar de su acción.

Animación ■ Los animadores de la acción pastoral. ■ Todos los que prestan un servicio en el movimiento. ■ Especialmente los que tienen más tiempo en él.

Asesoría ■ Los coordinadores a nivel local y sus equipos. ■ Los coordinadores de sectores y sus equipos.

Mentalización ■ Los dirigentes del movimiento y sus equipos. ■ Los momentos de asamblea o de reunión general. ■ Los sacerdotes u obispos asesores.

Las comunidades o movimientos juveniles son un ámbito privilegiado para la pastoral vocacional Lo ideal es que en su misma estructura educativa esté contemplada la maduración vocacional de sus miembros.

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Al elaborar con ellos la programación de la pastoral vocacional se descubrirá que, al ser jóvenes, todos tienen delante el reto de tomar conciencia de su vocación y de responder a ella. Es interesante observar cómo se ha ido configurando en este tipo de ámbitos el ministerio de los jóvenes como agentes vocacionales, sobre todo en su faceta de proclamación del kerigma vocacional. Tienen una capacidad especial para desarrollarlo porque hablan el mismo lenguaje de los jóvenes. Aquí también vale el principio de que los jóvenes son los primeros evangelizadores de los jóvenes.

7. Para una comunidad juvenil.

Ejecución ■ Jóvenes miembros de la comunidad. ■ Hermanos, amigos y parientes de ellos. ■ Jóvenes que se aproximan por primera vez. ■ Las familias de los miembros del grupo.

Animación ■ Animadores juveniles. ■ Asesores de la pastoral juvenil.

Asesoría ■ Los coordinadores parroquiales o locales de la pastoral juvenil.

Mentalización ■ El párroco o el director de la obra apostólica. ■ Los sacerdotes asesores. ■ Los coordinadores de la comunidad juvenil.

Antes de realizar este ejercicio es fundamental que entre los miembros del equipo, sea por ser parte del mismo, sea por invitación circunstancial, se encuentren representantes de los diversos sectores de pastoral de la obra. Se solicita una presentación general del documento provincial “Contágiate de Vida” y en particular del capítulo relativo a la dimensión vocacional de cada sector. Si esta presencia no puede lograrse, pudiera buscarse la forma de que en reuniones previas de cada sector, se hubiese hecho un análisis y diagnóstico como el que se está proponiendo –dirigido por alguno de los miembros del EPAV, por ejemplo-.

Análisis de los destinatarios (formato)

Nombre del grupo

__Ejecución, Pertenecen al nivel: __Animación,

__Asesoría, __Mentalización.

Situación económica» cultural, académica, social

Situación religiosa o espiritual

Situación vocacional ¿Qué necesita para vivir mejor su propia vocación o para comprometerse en la pastoral vocacional?

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Análisis de los destinatarios (ejemplo)

Nombre del grupo Profesores de preparatoria

Pertenecen al nivel: ___Ejecución. _X_Animación. ___Asesoría. ___Mentalización.

Situación económica» cultural, académica, social

Todos tienen una licenciatura. En general, un nivel cultural más bien elevado Su situación económica es buena, pero con limitaciones. Algunos tienen dos turnos de trabajo en dos colegios diferentes. Algunos trabajan sólo por horas, y por ello se limitan a dar sus clases.

Situación religiosa o Espiritual

La mayoría se definen como católicos, pero muchos de ellos no participan en la comunidad cristiana. Hay niveles diversos de conciencia de la fe, Algunos no establecen un nexo entre su trabajo, su profesión y su vida cristiana.

Necesidades vocacionales Profundizar en su fe y su vocación, Conocer el contenido de su vocación laical, de su profesión y de las formas de vida que marcan su existencia. Abrirse a un concepto más amplio de vocación, que puedan aplicar a todos los alumnos. Identificarse como agentes de pastoral vocacional.

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PASO 3: Colecta de datos Ahora el equipo pone su atención en la misma actividad pastoral; sobre los datos que proceden de la realidad que se quiere programar. Seguramente ya se está haciendo algo por el fomento, cuidado y sostenimiento de las vocaciones. Si se pone atención a lo que ya se está haciendo, probablemente quedaremos sorprendidos de que se hace más de lo que pensábamos. Es importante dar continuidad a lo que se hace y al mismo tiempo programar de acuerdo a las posibilidades reales. Estos elementos previos serán una página importante del proyecto. Los elementos previos se analizan en dos momentos: ■ Colecta de datos. (Véase la tabla-formato). Se trata de recabar los datos de la acción pastoral que ya se está realizando en el ámbito pastoral del que se trate. ¿Qué estamos haciendo a favor de las vocaciones? Responder con la mayor precisión posible sobre lugares, tiempos, personas, funcionamiento. Proponemos el uso de una tarjeta (u hoja) para cada actividad, de modo que conste un análisis pormenorizado de lo que ya se hace. Habitualmente el equipo se sorprende al percatarse de que efectivamente se realizan actividades, aunque sean sencillas o parezcan irrelevantes. Es conveniente que no deje de valorarse nada de lo que ya se viene haciendo. ■ Diagnóstico. Hechos el análisis de los destinatarios y la colecta de datos, el diagnóstico es la conclusión general que se saca en torno a la actividad pastoral. Proviene del análisis de la realidad iluminada por la teoría que hemos estudiado sobre la vocación y la pastoral vocacional. (Modelo de Pastoral, Documento “Formación de los Equipos de Pastoral Vocacional”, Documento “Contágiate de vida”, Módulo 4 del Diplomado de Planificación y gestión pastoral sobre Pastoral Vocacional, etc.).

Colecta de datos (formato) ¿Qué estamos haciendo? Describan las actividades específicamente vocacionales que se realizan siguiendo este esquema:

Actividad Una descripción breve de cada una de las actividades, de modo que todos comprendan en qué consiste.

Responsable Se dice con claridad a quién corresponde hacer esa actividad.

Funcionamiento Es un juicio sobre la eficacia de cada actividad; no sólo expresa si funciona o no, también matiza en qué medida ocurre esto.

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Colecta de datos (ejemplo) ¿Qué estamos haciendo? Describan las actividades específicamente vocacionales que se realizan siguiendo este esquema:

Actividad Una descripción breve de cada una de las actividades, de modo que todos comprendan en qué consiste.

Oración por las vocaciones al final de las reuniones de grupos y de las celebraciones.

Responsable Se dice con claridad a quién corresponde hacer esa actividad.

Quien dirige la reunión o quien preside la celebración.

Funcionamiento Es un juicio sobre la eficacia de cada actividad; no sólo expresa si funciona o no, también matiza en qué medida ocurre esto.

Se realiza la oración con asiduidad y con interés, pero muchas veces se hace de forma mecánica, repetitiva. Se pide por las vocaciones consagradas pero pocas veces se hace oración la propia vocación.

Es útil que el diagnóstico se redacte brevemente, así como hacen los doctores, que en un breve enunciado describen la situación del paciente. ¿Cuál es la situación de nuestra pastoral vocacional? AI ver reflejada por escrito y brevemente la situación de la comunidad todos nos hacemos más conscientes de las exigencias que nos está planteando la realidad pastoral. En la página siguiente se facilita una tabla-formato y un ejemplo.

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Diagnóstico (formato)

Hagan una breve descripción de la situación actual de la pastoral vocacional en la comunidad, semejante a la que hace un médico para reportar el estado de salud de su paciente. Se puede comenzar con dos o tres palabras, un sustantivo con sus calificativos, que expresen esta situación y luego explicar más detalladamente las razones por las que se han elegido.

Diagnóstico (ejemplo):

Hagan una breve descripción de la situación actual de la pastoral vocacional en la comunidad, semejante a la que hace un médico para reportar el estado de salud de su paciente. Se puede comenzar con dos o tres palabras, un sustantivo con sus calificativos, que expresen esta situación y luego explicar más detalladamente las razones por las que se han elegido.

Pastoral vocacional anémica Hemos elegido la palabra anémica porque nuestra pastoral vocacional carece de los elementos fundamentales que le darían fortaleza. Es una acción débil y pobre:

■ Se reduce a momentos litúrgicos o a breves oraciones por las vocaciones, pero no desarrollamos una verdadera catequesis vocacional.

■ Se limita a personas mayores, prácticamente no incide en la vida de los jóvenes.

■ Nos faltan agentes vocacionales suficientes, depende de la buena voluntad de dos o tres personas.

■ Es una acción lateral, que con mucha facilidad pasa a un segundo plano o se olvida. Queda en ocasiones simplemente como parte de los "avisos parroquiales".

■ No estamos representados de manera estable en el centro diocesano de pastoral vocacional porque suelen ir personas diferentes, que no dan continuidad a esa presencia.

■ Nos pasan desapercibidos acontecimientos vocacionales de la diócesis a los que deberíamos poner más atención.

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PASO 4: Propuesta general de objetivos Este es un momento intenso para compartir los sueños con los miembros del equipo. Puede ser conveniente rodearlo de oración y crear un clima de ilusión en el grupo. Respondemos a la pregunta: ¿Qué deberíamos hacer? A la luz del diagnóstico de la realidad, escribir cuantos objetivos se nos ocurran de cara a la acción pastoral vocacional. En este momento no tiene importancia si los objetivos que se proponen son demasiado ideales. Lo más importante es compartir el proyecto, ilusionarse con el futuro. Hemos definido el proyecto como la decisión grupal de perfilar un modelo para el futuro. Por medio de la propuesta de objetivos se perfila ese modelo que soñamos y que también hemos profundizado local, nacional y provincialmente. Los objetivos expresan acciones que pueden ser evaluadas. Se pueden redactar de dos maneras:

- Modelo prospectivo: Se redactan en presente, como si ya se estuviera cumpliendo ese objetivo. Intentamos situarnos en el futuro, en el plazo que se ha fijado. Se señala la conducta que se pretende que realicen los destinatarios. Por ejemplo: "Los alumnos expresan sus inquietudes vocacionales".

- Modelo clásico: Se redactan en infinitivo, situándose en el tiempo presente, y señalando más bien la acción pedagógica que se quiere realizar. Por ejemplo: "Facilitar que los alumnos expresen sus inquietudes vocacionales".

En todo caso conviene que los objetivos se redacten brevemente, de modo que sean muy fácilmente comprensibles para todos. Evítense objetivos largos, con frases subordinadas. Se trata más bien de frases simples que señalen con claridad algo que se quiere conseguir. La estructura más simple es la de un sujeto, un verbo y un complemento directo. Los objetivos se escriben aleatoriamente, según se le vaya ocurriendo en el grupo. Deben sobrar objetivos. Según se acumulan el grupo va adquiriendo la convicción de que tienen mucho qué hacer, de que hay un verdadero proyecto. Las emociones que surgen en este trabajo son un factor importante de la programación porque son motivadoras para todos. Un grupo que se ha atrevido a soñar su futuro en voz alta, ya tiene un proyecto. Lo que queda es darle forma, sistematizarlo, aterrizado en la realidad. Todo esto se hará posteriormente. Para la formulación de los objetivos proponemos el siguiente modelo. Si los miembros del equipo tienen dificultades para redactar puede nombrarse un redactor. Propuesta general de objetivos (formato)

Propuesta general de objetivos (formato)

Sujeto:

Verbo:

Complemento directo:

Propuesta general de objetivos (ejemplo)

Sujeto: Los diferentes sectores pastorales

Verbo: participan

Complemento directo: de la acción vocacional.

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PASO 5: Principios de acción La propuesta general de objetivos ha dejado el ambiente caldeado. Da la impresión de que tenemos muchas cosas que hacer, pero no se sabe exactamente por dónde empezar. Antes de seguir trabajando con los objetivos es necesario facilitar un momento amplio de diálogo con el fin de establecer unos principios de acción o estrategias. Éstos ayudarán a poner un poco de orden, sobre todo a decidir qué va primero y qué va después en la programación. Los principios de acción constituyen las opciones concretas del equipo en relación a su acción pastoral. Se llaman así porque establecen un acuerdo grupal a la hora de actuar. También se llaman estrategias porque se parecen a lo que hace un general cuando quiere aprovechar a su ejército para conseguir más rápidamente un fin. Conviene que se exprese la justificación de las estrategias para que todos puedan entender su razón de ser. Dicho brevemente, los principios de acción son los acuerdos de un grupo que unifican su acción y consiguen un estilo pastoral. Para nuestro fin pueden existir tres tipos de principios de acción: ■ Prioridades. Establecen lo que es más conveniente realizar en un primer momento de acuerdo a las circunstancias, para conseguir el fin. Se puede priorizar un nivel de acción pastoral o un tipo de acción. Un ejemplo del primer caso: "Privilegiaremos la formación de los agentes vocacionales para que después ellos puedan ejecutar las actividades directas". Otro ejemplo: "Para poder implementar el proyecto es necesario contar con el apoyo y participación de superiores y directivos". ■ Estilos pastorales. Expresan el acuerdo del grupo de realizar las actividades pastorales de un modo determinado. Suponen que se comprende la trascendencia de los modos de hacer. Por ejemplo: "Privilegiaremos el trabajo en equipo para mostrar que todos buscamos el mismo fin y para presentar un modelo de Iglesia-comunidad a los jóvenes". Otro ejemplo: "Daremos gran importancia a las experiencias de servicio como oportunidades de contacto con la comunidad cristiana de referencia y con lo que da Sentido a sus vidas.” ■ Secuencias. Establecen una relación de subordinación entre los objetivos, es decir, qué va primero y qué va después, para garantizar un proceso pedagógico. Por ejemplo: "Antes de realizar actividades vocacionales facilitaremos la profundización de los animadores en su propia vocación, para que puedan proponer la catequesis o cualquier otra iniciativa con convicción". Otro ejemplo: "Primeramente presentaremos la vocación de forma genérica, cuando esto se haya comprendido bien, pasaremos a las vocaciones específicas, con el fin de que los jóvenes se abran al cuestionamiento de su propia vocación". Es importante que estos principios sean formulados por todo el equipo y sean asimilados por todos los colaboradores, porque constituyen la raíz de la acción común, el acuerdo fundamental a la hora de actuar. Son los compromisos del grupo que, aunque pueden ser revisados y reformulados, deben ser respetados. Por ello deben quedar por escrito. A la hora de trabajar con el equipo, los objetivos que han sido redactados quedan de lado. Podemos decir que se dejan "dormir". Están en el trasfondo para que se puedan elaborar los principios de acción, pero no se hace aún una discusión sobre los objetivos. El equipo propone principios o estrategias y los discute, afinando su redacción, para plasmarlos después en una sola página. No deben ser muchos para que de verdad marquen un modo de actuar. Sin embargo debe llegarse a un verdadero acuerdo en el equipo. A la hora de presentarlos a otros colaboradores que no participaron en la programación, es conveniente que todos ellos los comprendan y los asuman, de modo que intencionalmente adopten un modo de actuar. Puede ser útil presentar una lista de principios para la programación de la Pastoral Vocacional. Se derivan de las Normas presentadas por la Sagrada Congregación de la Educación Católica. Los Maristas, igualmente consideramos en adición otros documentos institucionales (Enfoque evangelizador de nuestras obras, Nuevo modelo de Pastoral, Evangelizadores entre los jóvenes, Contágiate de vida, etc…).

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Principios de programación de la Pastoral vocacional Antes de proponer iniciativas, conviene tener claros algunos principios con los que juega la programación de la pastoral vocacional. Se derivan de la metodología de la programación y a la vez de la naturaleza de los procesos vocacionales que tiene por objeto:

1. Partir de las necesidades vocacionales reales, de quienes atendemos ordinariamente, y de los que aún no hemos llegado. Es fundamental atender las necesidades vocacionales reales de los destinatarios, en cualquiera de los niveles de acción que se han señalado. Conviene analizar con detenimiento cuál es la situación vocacional de los destinatarios y colocarse al nivel de sus necesidades. Con mucha frecuencia ofertamos un planteamiento vocacional que no es aceptable para los candidatos porque está fuera de su momento de fe y de su campo de percepción (edad, intereses, circunstancias sociales, etc). Este principio es válido tanto para la comunidad religiosa como para los colaboradores y para los jóvenes.

2. Procurar la formación de una cultura vocacional. El punto central de atención ha de ser constituir una comunidad vocacional. De modo que se pretende atender la vocación de todos, y crear consecuentemente el ambiente vocacional adecuado. Esto frente a planteamientos excluyentes o privatizadores.

3. Atender a la vez las vocaciones específicas. No descuidar la pastoral de las vocaciones específicas y de las vocaciones para la Congregación. La propuesta vocacional para todos es la primera exigencia de cara a las vocaciones de especial consagración. Esto supone la audacia de llamar y la perseverancia de mantener procesos vocacionales específicos.

4. Priorizar la vida vocacional de los agentes. La pastoral vocacional no se hace fundamentalmente desde la técnica, sino desde la vida de fe y la vida vocacional. No se trata de hacer procesos técnicamente impecables (algo muy difícil de conseguir), cuanto de hacer procesos que partan de un verdadero testimonio de los valores vocacionales. Hay que partir de la convicción de que la propia vocación es un don que enriquece a todos. En esta misma línea, siempre es primero la vocación de los agentes que la de los candidatos.

5. La oración como actividad fundamental. La oración ocupa en la pastoral vocacional un puesto preeminente. Toda actividad vocacional debe conducir a la oración y encontrar en la oración su identidad más profunda. Partimos de la convicción de que es Dios quien llama y de que el diálogo permanente con el Señor es el corazón de cualquier planteamiento vocacional. La oración no consiste sólo en pedir por las vocaciones. Incluye la meditación orante de la Palabra, sobre todo en su contenido vocacional, la devoción eucarística y sobre todo la oración vocacional, es decir, la que nutre la propia vocación. El recurso a María, Madre de las vocaciones debe ser algo natural para todos, y muy en especial para nosotros, maristas. Como san Marcelino Champagnat acudimos a ella con palabras y gestos de súplica confiada.

6. Cultivar procesos. La pastoral vocacional supone el cuidado de procesos que en la mayoría de las ocasiones son lentos y complejos. El punto central no es la opción vocacional, posible resultado del proceso, sino el proceso mismo. De modo que a las personas se ofrezca el camino o itinerario de crecimiento personal y vocacional que inicia con la toma de conciencia de la vocación y culmina con una opción libre y consciente.

7. Apertura eclesial. Respetar la dimensión eclesial de los procesos vocacionales. De manera que la acción que hacemos en la propia casa a favor de las vocaciones lleve la impronta innegable de la pertenencia a la Iglesia particular, de la presentación de la diversidad de vocaciones y de su complementariedad.

8. Implicar a toda la comunidad. El proyecto de pastoral vocacional, si se quiere que mueva a la participación de todos, deberá incluir a todos en su elaboración, de modo que cualquiera de los colaboradores sepa dar razón de la pertinencia de las acciones y de los objetivos. Esto supone un esfuerzo de formación de los agentes y sobre todo la actitud de hacerlos partícipes y responsables de la acción pastoral.

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Para la redacción de los principios de acción con el equipo puede servir este formato:

Principios de acción o estrategias (formato) Son los acuerdos del equipo que unifican su acción. Establecen prioridades, estilos pastorales o secuencias pedagógicas.

+ + + + + + +

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PASO 6: Distribución de los objetivos Es el momento de continuar el trabajo sobre los objetivos que se han redactado. Sí antes se hizo una lluvia de ideas más o menos caótica, ahora corresponde dar orden a esas ideas, iluminados por los principios de acción. Esto se puede hacer en un espacio grande, por ejemplo, sobre un pizarrón o proyectando, recopilando lo que antes se escribió respecto a los objetivos. Conviene estar atentos por si hay que redactar nuevamente algún objetivo o añadir otros nuevos. Primeramente los objetivos se van leyendo en voz alta y se distribuyen entre los cuatro niveles, a saber, ejecución, animación, asesoría y mentalización. La distribución en niveles facilitará posteriormente la elaboración de los programas. No importa si alguno de estos niveles queda vacío o escaso; en su momento se podrán añadir otros objetivos. Hay que verificar que correspondan verdaderamente a un nivel. Para ello conviene recordar lo que ya estudiamos:

■ Mentalización: la acción se dirige a los últimos responsables de la pastoral vocacional.

■ Asesoría: la acción se refiere a la formación de las estructuras pastorales y a la elaboración de materiales vocacionales comunes.

■ Animación: la acción pretende la convocatoria y formación de los agentes de pastoral vocacional

■ Ejecución: la acción se dirige a los últimos destinatarios de la pastoral vocacional, quienes conocen su vocación o profundizan en ella.

Para hacer este trabajo, se va leyendo en voz alta cada objetivo dando oportunidad a que los miembros del equipo opinen sobre el nivel en el que hay que colocarlos. Cuando haya un acuerdo, se van colocando juntos, según corresponda. En un segundo momento se distribuyen en tres plazos porque esto ayuda a visualizar la capacidad real de alcanzar lo que nos proponemos. Es más práctico ir haciendo el trabajo nivel por nivel de modo que se concentre la atención del equipo en torno a objetivos que están relacionados entre sí. Es recomendable comenzar por el nivel de la animación, es decir, el que corresponde a los agentes. Antes de proceder, conviene recordar cuál es el sentido de los tres plazos, según se explicó en el primer capítulo, de modo que los miembros del equipo tengan un criterio objetivo para clasificarlos:

■ Los objetivos a largo plazo expresan el sentido global de la acción pastoral y dan sentido a las actividades. Ayudan a fijar un rumbo, para que el grupo vaya adonde quiere ir y no a donde lo lleven las circunstancias. Señalan hacía el ideal. Facilitan la continuidad del proyecto.

■ Los objetivos a mediano plazo expresan aquellas acciones que de momento no se pueden conseguir pero mediatizan los objetivos a largo plazo. Algunos de estos objetivos pasarán al corto plazo cuando se haga la revisión del proyecto.

■ Los objetivos a corto plazo expresan las acciones que efectiva e inmediatamente se pueden poner en práctica porque contamos actualmente con los recursos para realizarlas.

Según se van distribuyendo los objetivos por los niveles y los plazos, se van formando líneas de programación, que unen tres objetivos similares, uno en cada plazo. Conviene establecer unas cuantas líneas de programación porque éstas serán como la columna vertebral del proyecto. En cada uno de los niveles habrá que diseñar tres o cuatro líneas de programación, cada una con objetivos en los tres plazos. Al distribuir los objetivos muchos de ellos resultarán parecidos. El equipo deberá discutir nuevamente los objetivos. Algunos se fundirán en uno solo; otros serán eliminados; otros más se redactarán ahora para completar las líneas de programación. Es normal que una programación no lo consiga todo, que se eliminen muchas iniciativas que fueron expresadas, porque la programación tiende a centrarse en lo esencial. Este trabajo parece laborioso, pero a la larga es productivo. Cuando, al final del año, se revise el proyecto, las líneas de programación se irán recorriendo, según se vayan consiguiendo los objetivos, de modo que lo que estaba en el largo plazo pueda pasar al mediano y lo que estaba en el mediano plazo pueda pasar al corto. En la página siguiente aparece el esquema para la distribución de objetivos en el pizarrón (y luego ejemplos de líneas de programación en ámbitos maristas más específicos, aunque la obra original contempla más). Los objetivos así distribuidos serán una de las páginas más valiosas del proyecto y una de las más utilizadas a la hora de explicar el proyecto y de involucrar en él a más personas.

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ESQUEMA PARA DISTRIBUIR OBJETIVOS

CORTO PLAZO – 1 AÑO MEDIANO PLAZO – 3 AÑOS LARGO PLAZO – 6 AÑOS

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EJEMPLO DE LÍNEAS DE PROGRAMACIÓN PARA UNA CONGREGACIÓN RELIGIOSA

CORTO PLAZO – 1 AÑO MEDIANO PLAZO – 3 AÑOS LARGO PLAZO – 6 AÑOS

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Los superiores mayores y sus consejos conocen el plan de pastoral vocacional. Los superiores locales reciben la visita de las coordinadoras de pastoral vocacional

Los superiores mayores y sus consejos hacen aportaciones al plan. Los superiores locales ponen más atención al nombrar al animador local

Los superiores y sus consejos nombran equipos vocacionales. Los superiores locales se comprometen en la pastoral vocacional

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s) Se insiste en la importancia del

acompañamiento vocacional. El coordinador comienza a trabajar en equipo con Los animadores locales

Se coleccionan y mejoran los materiales de acompañamiento. Los animadores locales se constituyen en consejo de pastoral vocacional

La Congregación cuenta con procesos probados de acompañamiento. Los animadores locales están dispuestas a asumir la coordinación

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Se comienza a involucrar a laicos en la pastoral vocacional. Se ofrece formación a algunos animadores vocacionales

Los animadores locales comienzan a convocar equipos de laicos. Se continúa la formación de los animadores vocacionales.

Los equipos locales se hacen responsables de las actividades vocacionales. Los animadores desarrollan diversos ministerios vocacionales

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V) Algunos eventos vocacionales se

realizan en las comunidades locales. Algunos jóvenes comienzan a recibir orientación vocacional.

Las comunidades locales se abren a la presencia de los jóvenes. La animación vocacional se realiza por medio de entrevistas y grupos.

Las comunidades locales organizan actividades vocacionales. La animación vocacional se realiza sistemáticamente.

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EJEMPLO DE LÍNEAS DE PROGRAMACIÓN PARA UNA COMUNIDAD RELIGIOSA LOCAL

CORTO PLAZO – 1 AÑO MEDIANO PLAZO – 3 AÑOS LARGO PLAZO – 6 AÑOS

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El superior se encuentra con el animador vocacional cada mes. En la obra apostólica se permiten las acciones vocacionales

El superior asume y firma el plan local de pastoral vocacional. La obra apostólica cuenta con un plan de pastoral vocacional.

El superior es el primer animador vocacional. En la programación de la obra apostólica se incluye la pastoral vocacional.

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Asiste una representante al centro diocesano de vocaciones. La comunidad comienza a vocacionalizar la obra apostólica

La comunidad se vincula establemente al centro diocesano de vocaciones. Se toman iniciativas vocacionales en la obra apostólica.

Se garantiza la participación estable en el centro diocesano de vocaciones. La pastoral vocacional se realiza establemente en la obra apostólica.

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Se llama a colaborar a algunos laicos en la pastoral vocacional local. Se selecciona bien a la persona que será animadora vocacional

Se constituye el equipo local de pastoral vocacional. El animador vocacional se prepara convenientemente

El equipo local de pastoral vocacional se renueva. El animador vocacional ofrece formación al equipo.

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La comunidad se sensibiliza sobre el cuidado de la vocación de Los hermanos Se comienza a cuidar la vocación de todo el personal de la obra

El cuidado de la vocación de Los hermanos es una realidad. El personal identifica mejor su propia vocación

Los hermanos se saben acompañados en su proceso vocacional. El personal de la obra apostólica asume su papel en la pastoral vocacional.

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EJEMPLO DE LÍNEAS DE PROGRAMACIÓN PARA UN COLEGIO

CORTO PLAZO – 1 AÑO MEDIANO PLAZO – 3 AÑOS LARGO PLAZO – 6 AÑOS

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El animador vocacional dialoga continuamente con la dirección. La mesa directiva recibe con frecuencia mensajes vocacionales.

El animador prepara el plan de pastoral vocacional con la dirección. La mesa directiva manifiesta interés por la pastoral vocacional en el Colegio.

La dirección promueve la pastoral vocacional en el Colegio. La mesa directiva apoya decididamente la pastoral vocacional.

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s) Se comienzan a realizar actividades

vocacionales en el Colegio. El departamento de pastoral incorpora una sección vocacional.

Se implementa la catequesis vocacional en la clase de educación en la fe. El departamento de pastoral asume la orientación vocacional del Colegio.

Se realiza sistemáticamente la catequesis vocacional en el Colegio. Se realiza una orientación vocacional con un fuerte sello pastoral.

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V)

Se sensibiliza a la comunidad educativa sobre el valor de la vocación. Algunos maestros se interesan en la pastoral vocacional y reciben formación.

Se invita a algunos maestros, padres de familia y alumnos al equipo vocacional. Todos los maestros de educación en la fe desarrollan su función vocacional.

Se constituye un equipo vocacional estable en el Colegio. Todos los maestros del Colegio valoran su papel vocacional y lo practican.

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V) Se mejora el servicio de orientación

vocacional para los últimos cursos. La comunidad educativa conoce mejor la vocación religiosa.

La catequesis y la orientación vocacional llega a todos los alumnos. La comunidad educativa anhela el surgimiento de vocaciones religiosas.

Todos los alumnos reciben la catequesis y orientación vocacional adecuada. La comunidad educativa apoya a las vocaciones religiosas.

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EJEMPLO DE LÍNEAS DE PROGRAMACIÓN PARA UN MOVIMIENTO APOSTÓLICO

CORTO PLAZO – 1 AÑO MEDIANO PLAZO – 3 AÑOS LARGO PLAZO – 6 AÑOS

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.V) Los dirigentes del Movimiento reciben

el kerigma vocacional. Los asesores reconocen la necesidad de hacer pastoral vocacional en el Movimiento.

Los dirigentes del Movimiento dialogan sobre la importancia de las vocaciones. Los asesores aportan elementos para la pastoral vocacional del Movimiento.

Los dirigentes del Movimiento deciden desarrollar la pastoral vocacional. Los asesores ofrecen acompañamiento vocacional.

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s) Comienzan a surgir personas

interesadas en la pastoral vocacional. Se envían algunos materiales vocacionales a todos los miembros.

Se crea un departamento vocacional en el Movimiento. Se revisa el material de formación para incluir la dimensión vocacional.

En todas las secciones existe un responsa pastoral vocacional. Se cuenta con materiales en los que está bien atendida la dimensión vocacional

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V)

Se trabaja con la vocación de los animadores y asesores. Se sensibiliza vocacionalmente a los padres de familia.

Los animadores juveniles viven con más claridad su vocación. Algunos padres de familia participan en el equipo vocacional.

Los animadores juveniles se convierten en agentes vocacionales. Los padres de familia acompañan la vocación de sus hijos.

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V) Algunos miembros del Movimiento

participan en actividades vocacionales. Se propicia en el Movimiento el conocimiento de las diversas vocaciones.

Se inserta el anuncio del kerigma vocacional en las actividades del Movimiento. Algunos de los miembros del grupo comienzan a cuestionar su vocación.

El kerigma vocacional es parte de la mística y actividad del Movimiento. El mismo movimiento acompaña la vocación de los candidatos a la vida consagrada.

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EJEMPLO DE LÍNEAS DE PROGRAMACIÓN PARA UNA COMUNIDAD JUVENIL

CORTO PLAZO – 1 AÑO MEDIANO PLAZO – 3 AÑOS LARGO PLAZO – 6 AÑOS

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Los asesores, sacerdotes, religiosos o laicos, ofrecen su testimonio vocacional. Los coordinadores de grupo se sensibilizan vocacionalmente.

Los asesores apoyan la preparación de la catequesis vocacional. Los coordinadores de grupo se cuestionan sobre su vocación.

Los asesores promueven decididamente las vocaciones en el grupo. Los coordinadores de grupo fomentan la conciencia vocacional de todos.

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s) Se perfila el contenido de las primeras

catequesis vocacionales. El tema vocacional comienza a ser parte de la vida del grupo.

Las catequesis vocacionales se amplían y se programan. El tema vocacional se convierte en algo central para el grupo.

La catequesis vocacional es parte de la programación ordinaria. El tema vocacional se incorpora a los estatutos del grupo.

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V)

Un pequeño equipo comienza a trabajar el tema vocacional. Los animadores juveniles reciben el kerigma vocacional.

Se constituye el equipo vocacional del grupo juvenil. Los animadores juveniles anuncian el kerigma vocacional.

El equipo vocacional realiza una actividad intensa entre los jóvenes. Los animadores juveniles acompañan a otros jóvenes.

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V) Las familias de los jóvenes escuchan

hablar del valor de la vocación. Los muchachos del grupo juvenil observan testimonios vocacionales.

Las familias de los jóvenes se abren al llamado de Dios y oran por las vocaciones. Los muchachos del grupo juvenil reciben el kerigma vocacional.

Las familias de los jóvenes los acompañan en su proceso vocacional. Los muchachos del grupo juvenil se cuestionan sobre su vocación

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PASO 7: Formulación de programas

Los programas de actividades contienen las acciones que concretan la realización del proyecto. Se refieren a un nivel de la acción pastoral. El proyecto incluye cuatro programas, uno para cada nivel (mentalización, asesoría, animación, ejecución). Cada programa a su vez incluye los tres plazos (corto, mediano y largo), de modo que se puede decir que son doce programas. Conviene elaborarlos sintéticamente y de modo similar para que se puedan colocar en un cuadro de conjunto. Para formular cada uno de los programas, se recomienda utilizar las tablas correspondientes, que aparecerán en este mismo capítulo. Lógicamente, las actividades a corto plazo se detallan más en lo referente a lugares, tiempos y recursos. Las actividades que corresponden al largo plazo simplemente se enuncian como una meta que todos queremos alcanzar; formularlas nos ayuda a ver esa meta con más claridad. Estas actividades se parecen mucho a los objetivos que se plantearon para el largo plazo. Es probable que aparezcan actividades-tipo, que se van a repetir todos los años. Éstas se colocan en el corto plazo cuando se vea posible su realización. Si no es así, se colocan en el mediano o el largo plazo. Es conveniente reconocer que algunas de estas actividades aún no las podemos realizar. En las tablas aparecen los siguientes elementos:

- Destinatarios. Simplemente se enuncian, porque ya los hemos descrito con sus necesidades.

- Actividades. Son las acciones concretas por medio de las cuales se pretende atender las necesidades y al mismo tiempo cubrir los objetivos.

- Lugares. Conviene determinar con claridad los lugares geográficos o locales donde se pretende realizar la acción para que se dispongan adecuadamente.

- Tiempos. Es la calendarización de las actividades. Debe ser coherente con los objetivos y los principios de acción.

- Recursos. Son los medios que servirán para realizar las actividades. Recursos humanos, económicos e instrumentales. Deben perfilarse lo más posible para que se facilite la realización de las actividades.

A continuación se presenta una tabla que debe adaptarse y rellenarse según el nivel y el plazo correspondiente. Deberían resultar doce tablas, fruto de la combinación de niveles y plazos, recordando que las cuatro tablas que hacen referencia al largo plazo posiblemente queden sólo en actividades y no hagan referencia a detalles específicos.

NIVEL: MENTALIZACIÓN ASESORÍA ANIMACIÓN EJECUCIÓN - PLAZO: CORTO MEDIANO LARGO

Actividades Lugares, tiempos, recursos

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PASO 8: Integración del proyecto La integración del proyecto consiste en armonizar los cuatro programas de un modo coherente, afinando los detalles. Se reúnen todos los datos de los programas en una sola tabla, de modo que se puedan comparar las actividades que corresponden a cada nivel y a cada plazo. Se hacen los ajustes convenientes, tanto en el contenido de las actividades como en su redacción dentro del cuadro, También conviene ajustar, en el corto plazo, las actividades, lugares, tiempos y recursos de los distintos programas, de modo que se puedan realizar sin interferir unos con otros. Es importante que el proyecto no sólo se integre en sí mismo, conjuntando los cuatro programas, sino también con el proyecto general o la pastoral de conjunto, de modo que se hagan los ajustes pertinentes para que las actividades que estamos planificando no sean incompatibles con las del nivel general. La presentación del proyecto incluye los siguientes elementos:

Introducción,

Carta de presentación del último responsable.

Análisis de los destinatarios.

Colecta de datos.

Diagnóstico.

Principios de acción

Objetivos distribuidos por niveles y plazos.

Programas de actividades. A la hora de exponer el proyecto, ya sea a los superiores, que son los últimos responsables de la pastoral vocacional, o a los colaboradores (por ejemplo, padres de familia y maestros en un colegio), hay que hacerlo con entusiasmo, intentando ganar a las personas para una programación que de alguna manera los compromete a todos. No se presenta todo el trabajo que ha implicado su formulación, sino que se hace de manera simple y esquemática, de modo que las personas se entusiasmen con lo que se quiere conseguir y descubran caminos de participación en el mismo. Esta puede ser una de las actividades más importantes, que incide sobre todo en los niveles de mentalización, asesoría y animación: dar a conocer el proyecto para que más personas se involucren en él. Continuamente hay que exponer el proyecto porque la pastoral vocacional es un asunto de toda la comunidad, la cual irá conociendo el proyecto poco a poco. Quizá un día se le puede exponer sólo la colecta de datos, o los principios de acción, o sólo uno de los programas, el del nivel que más interese a ese grupo de personas, provocando en ellos una reflexión similar a la que ha hecho el equipo durante la elaboración del proyecto. La eficacia de un proyecto de pastoral vocacional depende de la profundidad y claridad con que es conocido por todos los que, directa o indirectamente, están implicados en su realización. Conviene pedir una carta de presentación del proyecto al último responsable de la Institución, de modo que aparezca respaldado oficialmente. No estamos hablando sólo de una comisión, sino de algo trascendente para la comunidad cristiana. Por eso se requiere este aval oficial.

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PASO 9: Revisión del proyecto Es fundamental que el proyecto, ya en vías de realización, sea objeto de sucesivas revisiones, para que se vaya perfilando mejor y al mismo tiempo se vaya actualizando. El proyecto es un material para usarse y corregirse continuamente. Por ello no debe permanecer guardado en el archivo, sino pasar de mano en mano para que se ponga en práctica. Se parece a los planos que el arquitecto pone en manos de los albañiles. El plano termina arrugado, manchado, corregido, con muchas anotaciones, porque efectivamente se está realizando la obra. Conviene hacer tres tipos de revisiones: Revisión ordinaria. En las reuniones del equipo nos remitimos al proyecto, sobre todo en el corto plazo, e incluso hacemos los ajustes pertinentes. Es útil poner esos ajustes por escrito, incluso sobre un original impreso, para que no se olviden las correcciones. Estos detalles, asentados con cuidado, ya preparan la actualización anual del proyecto. Actualización anual Después de un año, se han cumplido algunos de los objetivos a corto plazo, quizá otros aún no se cumplen. Conviene actualizar el proyecto para que algunos de los objetivos que estaban a mediano plazo se bajen al corto plazo y algunos del corto plazo, los que no se han cumplido satisfactoriamente, se repitan. Los elementos que se rehacen en la actualización anual son:

■ Los objetivos distribuidos por niveles y plazos. Es ilustrativo comparar las hojas de objetivos de un año a otro. Al hacerlo se está evaluando la evolución del proyecto y se comprueba que el proyecto mismo es una realidad viva y cambiante.

■ Los programas de actividades. Siempre habrá las actividades que hemos llamado "tipo", y se repiten año tras año, pero es fundamental que se note un cambio, que se maticen de alguna manera. Esto hace que todos perciban los avances. La gente es sensible a los avances de un proyecto, en la medida en que los perciben, el proyecto tendrá credibilidad. La actualización anual exige una reunión formal del equipo cada año para programar. A poco que se vaya avanzando en su puesta en práctica, las reuniones serán percibidas con alegría, subrayando el gozo de perfilar un modelo para el futuro. Las actualizaciones anuales se anexan al proyecto y sirven para preparar su reformulación. Reformulación. El proyecto debe reformularse cada cuatro o cinco años de modo total. El motivo de esta reformulación es que des-pués de unos años se supone que la realidad ha cambiado, si no sustancialmente, sí en puntos que afectan a la actividad pastoral.

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ANOTACIONES

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