Propuestas mujer v web
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Propuestas Día de la Mujer Andrés Velasco
Aquí presentamos una serie de propuestas que significarán avances para las mujeres. Nos
vamos a ocupar de favorecer el empleo femenino y de mejorar sus condiciones laborales,
porque el acceso de las mujeres al trabajo decente y estable es la mejor forma de sacar a las
familias de la pobreza. También vamos a impulsar una ley de cuotas, para mejorar su
participación en la política, y vamos a exigir a las empresas que incorporen políticas activas de
igualdad de género, partiendo por las empresas del Estado y siguiendo por las empresas en
las que participamos todos los chilenos a través de las AFP.
Asimismo, impulsaremos una mayor libertad de las mujeres en el ejercicio de sus derechos
reproductivos y sexuales, y una Fiscalía Antidiscriminación que persiga y sanciones las
arbitrariedades, incluyendo la discriminación de género. Y vamos a preocuparnos
especialmente de mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades, porque con barrios más
amables, más seguros, mejor iluminados y dotados de áreas verdes y servicios de calidad,
vamos a entregar una vida más tranquila y segura a las mujeres y niñas de todo Chile.
I. Empleo femenino y pobreza
Hoy tenemos cifras de cesantía que es justo celebrar. Pero esas cifras ocultan una realidad
más compleja: de los diez millones y medio de chilenos en condiciones de trabajar, solo siete
millones tienen trabajo. Y aquellos que no aparecen las estadísticas de empleo son
fundamentalmente mujeres y jóvenes. Mujeres jefas de hogar, madres solteras con hijos
pequeños, mujeres con baja escolaridad, con poca experiencia laboral, y sin acceso a cuidado
infantil cerca de su hogar, que ni siquiera están en condiciones de salir a buscar un trabajo
estable o de calidad. De las chilenas más pobres, solo dos de cada diez tienen trabajo.
Vamos a hacernos cargo de esa realidad, porque es la mejor forma de combatir y
derrotar efectivamente la pobreza. Y vamos a hacerlo de múltiples formas, a través de
una política estatal activa pro-empleo, que duplicará en tres años la inversión pública
destinada a estimular la generación de puestos de trabajo (de 0,3 a 0,6 del PIB). ¿Qué
propongo en concreto?
Subsidio al trabajo de mujeres
Vamos a ampliar y mejorar la cobertura del subsidio al empleo femenino que existe hoy, para
que cuente con el mismo diseño que el subsidio al empleo joven que creamos en 2009. Eso
permitirá estimular la oferta y demanda de trabajo femenino, incrementando de modo
potente la tasa de empleo de las mujeres chilenas, especialmente las más pobres, y
combatiendo los bajos salarios y la informalidad.
Capacitación para mujeres que no tienen trabajo
Vamos a reformar a fondo el sistema nacional de capacitación, sustituyendo la actual
franquicia tributaria por programas de apoyo directo centrados principalmente en personas
vulnerables desempleadas o inactivas. Eso incluye un programa masivo de capacitación para
el trabajo diseñado para quienes nunca han trabajado o que no han tenido empleo por un
largo tiempo, y que va a permitir, principalmente, que las mujeres desocupadas, inactivas o
que trabajan de manera informal, que en general pertenecen a los quintiles más pobres,
accedan a programas de capacitación de calidad y mejoren efectivamente su posibilidad de
encontrar un trabajo.
Adaptabilidad pactada y jornadas parciales
Una de las formas de estimular el empleo femenino es evitando que las mujeres tengan que
optar obligatoriamente por el trabajo o la familia. Vamos a hacerlo facilitando el uso de
jornadas parciales de trabajo y eximiendo a ciertos grupos del requisito de que la jornada de
trabajo a tiempo parcial sea continua (por ejemplo, que puedan trabajar algunas horas en la
mañana y otras en la tarde). Además, debemos permitir la adaptabilidad de los horarios,
turnos y jornadas de trabajo mediante la negociación entre el sindicato y el empleador, tal
como fue propuesto en el Consejo Asesor para el Trabajo y Equidad (Comisión Meller) y
sugerido también por la comisión transversal coordinada por Andrea Repetto.
Más acceso a la educación preescolar
Estoy convencido que la mejor inversión para un país es la educación de sus niños y niñas. Y
cuanto antes mejor. Porque es bueno para el niño y porque también es bueno para sus
familias. Pese a los esfuerzos que hicimos en el gobierno anterior, hay dos tercios de mujeres
que no tienen acceso al cuidado infantil. Vamos a retomar la política de expansión acelerada
de la educación preescolar –salas cuna y jardines infantiles–, orientada especialmente a las
familias más pobres. Y, paralelamente, vamos a coordinar mejor la disponibilidad y horarios
de estos establecimientos con las jornadas de trabajo, facilitando así que más mujeres puedan
salir a trabajar con la tranquilidad de que sus hijos estarán seguros y bien cuidados.
Derecho a sala cuna garantizado
La actual obligación de que las empresas que contratan más de 19 mujeres financien la sala
cuna, contemplada en el artículo 203 del Código de Trabajo, desincentiva el empleo femenino.
Vamos a reemplazarla por un sistema que sea financiado directamente por las empresas (sin
importar cuántas mujeres emplean) y el Estado, y que sirva a todas las mujeres que trabajan.
Así garantizaremos el derecho a sala cuna para todas las madres que trabajan, sin importar el
tamaño de la empresa o cuántas mujeres emplea. Y una cosa muy importante: porque el
cuidado de la familia es una tarea de a dos, y no solo de las mujeres, este nuevo sistema debe
dar derecho a los hombres. Debemos impulsar políticas que permitan también a los hombres
para compatibilizar el trabajo remunerado con la vida personal y familiar.
Mejor información para encontrar empleo
Crearemos un Sistema Nacional de Información de Oportunidades de Empleo que incluya
vacantes disponibles, tendencias del mercado de trabajo, sectores en que se crean empleos y
qué requisitos deben cumplir quienes desean postular a esos empleos, diseminando esta
información mediante las redes sociales y las nuevas tecnologías de información, con especial
foco en las mujeres y los jóvenes.
Trabajadoras de casa particular
Vamos a ratificar el Convenio 189 de la OIT, y enviar un proyecto de ley al Congreso que
equipare las jornadas de las trabajadoras de casa particular con las de las demás. Ellas
representan el 12% de las mujeres ocupadas, muchas veces con jornadas y condiciones
laborales que no se condicen con una sociedad moderna, y que claramente no colaboran a
mejorar la calidad del empleo.
II. Discriminación y derechos reproductivos
Fiscalía antidiscriminación
En Chile hemos dado pasos en pro de la igualdad, pero pese a ello todavía se discrimina a
muchas personas de una manera inaceptable. Se discrimina a los jóvenes, a los pobres, a los
mapuches, y a las personas de regiones. También a los gays, a los discapacitados, a los que se
visten o piensan distinto. Y una de las formas más extendidas de discriminación afecta a las
mujeres que trabajan, y que muchas veces ganan menos que sus colegas hombres aunque
ocupen el mismo puesto o hagan el mismo trabajo. Esa práctica es inaceptable. Para combatir
todas estas arbitrariedades e injusticias vamos a crear una Fiscalía Antidiscriminación, que
defienda a los ciudadanos, resguarde sus derechos ante la justicia y enfrente las prácticas
discriminatorias, tanto persiguiendo a quienes las cometen como promoviendo políticas que
eviten que estas conductas ocurran.
Interrupción del embarazo
Son muchas las mujeres chilenas que son sometidas actualmente a un sufrimiento innecesario
porque la legislación actual las obliga a llevar a término un embarazo inviable. Debemos
legislar para permitir la interrupción del embarazo cuando este ponga en riesgo la vida de la
madre, o cuando el feto es inviable. Y también tenemos que otorgar a las mujeres la
posibilidad de interrumpir un embarazo cuando este es producto de una violación. Es
incomprensible que el Senado haya rechazado la idea de legislar al respecto, y nuestro
compromiso es volver a colocar esta iniciativa en el debate legislativo e impulsarla con fuerza.
Protección de salud
Otra discriminación inaceptable es la que sufren muchas mujeres que han optado por una
Isapre, y que ven cómo el sistema las castiga solo por su condición de mujer. Vamos a cambiar
la concepción de la cobertura de salud, porque consideramos que es parte de un sistema de
protección social basado en la equidad y solidaridad y no como un mero seguro privado. Para
esto, vamos a impulsar un Seguro Universal Solidario, que consiste en un plan único para
todos los chilenos, independiente de su ingreso. Este sistema, que operará a través de un
fondo solidario financiado con las cotizaciones individuales y aportes del Estado y un fondo de
compensación por riesgo, nos permitirá terminar con vicios como el rechazo a la afiliación, las
preexistencias y la discriminación que sufren las mujeres, y también otros grupos como los
adultos mayores, al momento de buscar una cobertura de salud adecuadas a sus requisitos y
posibilidades.
III. Mujeres y poder
Necesitamos más mujeres en el Congreso y en los niveles directivos del Estado. No solo
porque nos parece justo, sino porque está demostrado empíricamente que, cuando hay
mujeres en cargos de decisión, se ponen en práctica políticas públicas que son buenas para las
personas y la sociedad en su conjunto.
Ley de cuotas y participación política
El gobierno anunció un proyecto para incentivar económicamente, a través de la ley de
financiamiento electoral de campañas, a los partidos políticos que impulsen más candidaturas
de mujeres. Es sin duda un paso adelante, pero claramente insuficiente. Hoy tenemos apenas
un 14 por ciento de parlamentarias, un 13 por ciento de alcaldesas y un 25 por ciento de
concejalas. Un informe de Comunidad Mujer nos recordó hace unos días que no hay país en el
mundo que haya cambiado ese panorama solamente entregándole más dinero a las
candidatas que consigan más votos o a los partidos que aumenten el número de sus
postulantes mujeres. Nuestra propuesta considera además una ley de cuotas, para que al
momento de ir a votar, en todos los cargos de elección popular, los chilenos tengan en su
papeleta más posibilidades de hacerlo por una mujer.
Más mujeres en directorios y gerencias
No solo la política está en deuda respecto del rol que entrega a las mujeres, también ocurre lo
mismo con las empresas. Vamos a impulsar una norma para que la SVS exija a las sociedades y
emisores inscritos en el Registro de Valores que, al momento de indicar en su sitio web y
memoria anual el número de trabajadores que tienen, detallen el porcentaje o la proporción
de cuántos son hombres y cuántas mujeres en cada uno de los estamentos: trabajadores,
técnicos y profesionales, ejecutivos y directores. También exigiremos a las empresas listadas
en bolsa, y en cuya propiedad participamos todos los chilenos a través de nuestras AFPs, que
detallen las políticas y acciones que impulsan para promover la igualdad de género, tal como
hoy lo hacen con sus actividades de I+D, su información financiera o las relaciones con sus
proveedores.
Mujeres en empresas del Estado
El Estado debe dar el ejemplo a la hora de incorporar mujeres en cargos de responsabilidad.
Los beneficios son innegables. No es casualidad que la única empresa estatal que año a año
aparece entre las mejores empresas para trabajar, BancoEstado Microempresas, tenga una
mujer, Soledad Ovando, como gerente general. No es casualidad que la empresa ferroviaria
más exitosa de nuestro país, que es el Metro de Valparaíso, tenga a una mujer, Marisa Kausel,
como gerente general. No puede ser que en Codelco, la empresa de todos los chilenos, haya
nueve hombres en el directorio y ninguna mujer. Lo mismo sucede en Banco Estado, en Enap,
en Enami. En el gobierno anterior nombramos a 29 mujeres en cargos de directores o
gerentes generales de las empresas públicas. Mi compromiso es que, cuando sea presidente,
habrá directoras mujeres en todas las empresas del Estado.
IV. Calidad de vida para las familias
Ciudades más amables y seguras
Para muchas personas, caminar desde su casa al paradero -o al revés- sigue siendo fuente de
angustia y preocupación. Son decenas de miles las personas, principalmente mujeres y niñas,
que cada noche deben transitar por calles y pasajes oscuros y solitarios, exponiéndose al
riesgo de sufrir un asalto, un lanzazo o incluso un agarrón. Para solucionar este problema
necesitamos mejores leyes y más presencia policial, pero no basta con eso. También vamos a
enfrentar la inseguridad construyendo barrios más amables y seguros, con calles y veredas
pavimentadas y bien iluminadas, con plazas y parques bien mantenidos e instalaciones para el
deporte y la recreación. Y vamos a preocuparnos de hacerlo sobre todo en los sectores más
abandonados de nuestras ciudades, donde viven las personas de menores ingresos y donde
por muchos años nos dedicamos a construir casas y departamentos sin poner la atención
necesaria a la calidad de las viviendas y a su ubicación.
Potenciar la vida de barrio
Al mismo tiempo, vamos a potenciar los barrios como unidad de cohesión comunitaria, donde
se forjen valores como identidad y pertenencia. Hoy casi no existen políticas, planificación u
organización formal para los barrios. Necesitamos una política específica, que coordine
acciones público-privadas de manera que los vecinos puedan acceder a espacios públicos,
servicios y equipamiento necesario a menos de 15 minutos de distancia de sus hogares.
Porque con mejores barrios no solo vamos a tener mejores servicios e infraestructura.
También podemos construir una sociedad más solidaria, con personas que se conozcan y se
vinculen mejor, lo que sin duda nos permitirá tener una vida más amable y tranquila.