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Bol. San. Veg. Plagas, 13: 311-325, 1987 Protección de los olmos contra insectos vectores de la grafiosis J. A. PAJARES , M. a J. ARÉVALO En este estudio seevalúa y contrasta la eficacia de tres tratamientos con insec- ticidas (Metoxicloro y Clorpirifos) para proteger las ramillas de los olmos contra las posibles mordeduras, en árboles sanos, de insectos que hayan estado en contac- to con olmos afectados por la enfermedad. La determinación de los niveles de Metoxicloro y Clorpirifos se realiza por cro- matografía de gases y detector específico de compuestos clorados y fosforados. La aplicación, en una sola ocasión, de una solución ocuosa de Metaxicloro al 1% produce un depósito medio inicial de 1,35 /tg/mm 2 y protege las ramillas del olmo, lo suficientemente, durante un período de por lo menos 72 días. La adición de Clorpirifos, al mismo tratamiento arriba descrito, no incremen- ta la protección dada a estas ramillas. Lacantidad media inicial de clorpirifos de- positado sobre las ramillas, fue de 0,13 ¿ig/mm 2 y esta cantidad se degradó fuer- temente en las semanas siguientes. La fumigación de 0,2% de Metoxicloro, cuatro veces en un período de 72 días, produjo un depósito medio por debajo de 0,14 jug/mm 2 y no protegió las copas del olmo suficientemente. PALABRAS CLAVE: Ulmus spp, Scolytus spp, vectores, grafiosis, protección, ali- mentación en ramillas, Metoxicloro, Clorpirifos. J. A. PAJARES, Departamento de Maderas, I.N.I.A., Madrid. M. a J. ARÉVA- LO, Subdirección General de Sanidad Vegetal, Madrid. INTRODUCCIÓN Desde que hizo su aparición en Europa, a principios de siglo (1918), la grafiosis de los olmos ha demostrado ser una de las enferme- dades forestales más devastadoras que se co- nocen; extendida por tres continentes, desde California a través de Norteamérica y Euro- pa hasta Irán, ha provocado la muerte de de- cenas de millones de olmos. La enfermedad está causada porel hongo patógeno Ceratocystis ulmi (Buism.) Moreau, que invade el xilema funcional del árbol y des- truye sus vasos interrumpiendo el transporte hídrico, lo que conduce a la muerte del vege- tal. El hongo, mal adaptado para una disper- sión eólica, es propagado por diversas espe- cies de insectos coleópteros de la familia Scoly- tidae. Estas especies, en España principalmente Scolytus scolytus ¥., S. multistriatus Marsh y S. kirschii Skal, son insectos floéfagos que úni- camente son capaces de colonizar el floema de los olmos moribundos o recién muertos o abatidos, sobre el cual se reproducen (Fig. 1). Sin embargo, en el curso de su dispersión en busca de este material hospedador pueden practicar unas mordeduras de alimentación en las horcaduras de las ramillas en los árbo- les sanos, con lo que recuperan las reservas hidricas y energéticas consumidas durante el vuelo; si los insectos han emergido proceden- tes de olmos muertos por grafiosis, transpor- tarán en su cuerpo esporas del hongo que se-

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Bol. San. Veg. Plagas, 13: 311-325, 1987

Protección de los olmos contra insectos vectoresde la grafiosis

J. A. PAJARES , M. a J. ARÉVALO

En este estudio se evalúa y contrasta la eficacia de tres tratamientos con insec-ticidas (Metoxicloro y Clorpirifos) para proteger las ramillas de los olmos contralas posibles mordeduras, en árboles sanos, de insectos que hayan estado en contac-to con olmos afectados por la enfermedad.

La determinación de los niveles de Metoxicloro y Clorpirifos se realiza por cro-matografía de gases y detector específico de compuestos clorados y fosforados.

La aplicación, en una sola ocasión, de una solución ocuosa de Metaxicloro al1% produce un depósito medio inicial de 1,35 /tg/mm2 y protege las ramillas delolmo, lo suficientemente, durante un período de por lo menos 72 días.

La adición de Clorpirifos, al mismo tratamiento arriba descrito, no incremen-ta la protección dada a estas ramillas. La cantidad media inicial de clorpirifos de-positado sobre las ramillas, fue de 0,13 ¿ig/mm2 y esta cantidad se degradó fuer-temente en las semanas siguientes.

La fumigación de 0,2% de Metoxicloro, cuatro veces en un período de 72 días,produjo un depósito medio por debajo de 0,14 jug/mm2 y no protegió las copasdel olmo suficientemente.

PALABRAS CLAVE: Ulmus spp, Scolytus spp, vectores, grafiosis, protección, ali-mentación en ramillas, Metoxicloro, Clorpirifos.

J. A. PAJARES, Departamento de Maderas, I.N.I.A., Madrid. M.a J. ARÉVA-LO, Subdirección General de Sanidad Vegetal, Madrid.

INTRODUCCIÓN

Desde que hizo su aparición en Europa, aprincipios de siglo (1918), la grafiosis de losolmos ha demostrado ser una de las enferme-dades forestales más devastadoras que se co-nocen; extendida por tres continentes, desdeCalifornia a través de Norteamérica y Euro-pa hasta Irán, ha provocado la muerte de de-cenas de millones de olmos.

La enfermedad está causada por el hongopatógeno Ceratocystis ulmi (Buism.) Moreau,que invade el xilema funcional del árbol y des-truye sus vasos interrumpiendo el transportehídrico, lo que conduce a la muerte del vege-tal. El hongo, mal adaptado para una disper-sión eólica, es propagado por diversas espe-

cies de insectos coleópteros de la familia Scoly-tidae.

Estas especies, en España principalmenteScolytus scolytus ¥., S. multistriatus Marsh yS. kirschii Skal, son insectos floéfagos que úni-camente son capaces de colonizar el floemade los olmos moribundos o recién muertos oabatidos, sobre el cual se reproducen (Fig. 1).Sin embargo, en el curso de su dispersión enbusca de este material hospedador puedenpracticar unas mordeduras de alimentaciónen las horcaduras de las ramillas en los árbo-les sanos, con lo que recuperan las reservashidricas y energéticas consumidas durante elvuelo; si los insectos han emergido proceden-tes de olmos muertos por grafiosis, transpor-tarán en su cuerpo esporas del hongo que se-

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Fig. 1. — Escolitidos en troncos de olmo

rán depositadas en estas mordeduras, permi-tiendo la introducción y extensión del pató-geno en el interior del xilema de los olmos sa-nos.

La aparición de cepas agresivas del hongo,extremadamente patógenas, a fines de la dé-cada de los sesenta en Europa, las razas nor-teamericana o NAN y euroasiática o EAN, re-crudeció la epidemia y la muerte de los ol-mos se elevó acusadamente en toda Europa(GIBES y BRASIER, 1973). En España la presen-cia de la cepa no agresiva de C. ulmi desdela década de los treinta no había revestido ex-cesiva importancia; por el contrario, la intro-ducción y expansión de la raza agresiva NANdesde 1980 (MUÑOZy RUPÉREZ, 1980) ha provo-cado en pocos años la muerte de millares deolmos, diezmando gran número de nuestrasolmedas y amenaza con destruir la casi tota-lidad de los olmos peninsulares (ROBREDO.

1980) (Fig. 2).

Desde que la grafiosis se convirtió en unproblema de proporciones epidémicas, hanvenido sucediéndose multitud de esfuerzos en-caminados a contener la enfermedad que evi-dencian que todo programa de control debe

Fig, 2. —Olmos muertos por grafiosis agresiva

estar basado en la realización de un estrictosaneamiento del material de olmo suscepti-ble de ser colonizado por los escolitidos vec-tores que reduzca notablemente el nivel de suspoblaciones (FAIRHURST, 1980). El tratamien-to con insecticidas representa un método com-plementario del saneamiento que trata de pre-venir la alimentación de los escolitidos sobrelas horcaduras en las ramillas de los olmos sa-nos. Después de que el uso del DDT fueseabandonado a finales de los sesenta, diferen-tes estudios en Europa y Norteamérica han en-contrado que el Metoxicloro resulta el insec-ticida más adecuado para proteger los olmos

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frente a esta alimentación (GARGER et al.,1973; CuTHBERTeí al., 1973; SCOTTy WALKER,

1975; BARGER, 1976). Su efecto tóxico sobrelos insectos se une a una acción repelente queimpide que estos practiquen sus mordedurasy reúne, además, buenas características me-dioambientales: posee baja toxicidad paraaves y mamíferos (5-7 g/kg), no se acumulaen los tejidos grasos y se degrada fácilmenteen metabolismos no tóxicos; sin embargo, re-sulta letal para la fauna acuícola y es necesa-rio tomar precauciones cuando se aplica enlugares próximos a habitats acuáticos (PEA-COCK, 1973).

En un estudio realizado en U.S.A. se ob-servó que otro insecticida, el Clorpirifos, po-seía una alta toxicidad y provocaba una fuertemortalidad, pero, sin embargo, su efecto enla prevención de la alimentación resultó in-suficiente, puesto que muchos insectos pudie-ron realizar antes de morir mordeduras quealcanzaron el xilema, lo que hace pensar enla posibilidad de reunir las características demayor mortalidad del Clorpirifos y mayor pre-vención en la alimentación del Metoxicloroen una formulación mixta de ambos insecti-cidas (LANIER et al., 1984).

En nuestro país, diversos Servicios Nacio-nales y de las Comunidades Autónomas vie-nen realizando en los últimos años tratamien-tos protectores sobre los olmos mediante la fu-migación en sucesivas aplicaciones de una so-lución de Metoxicloro en agua con una con-centración próxima al 0,2%, pero cuya efec-tividad no ha sido aún estimada.

El objetivo de este estudio es evaluar y con-trastar la eficacia en la protección otorgadaa las ramillas de este tipo de tratamiento, asícomo de dos nuevos tratamientos: la aplica-ción en una sola ocasión de una solución acuo-sa de Metoxicloro al 1 % o de una mezcla deMetoxicloro al 1 % + Cloropirifos al 0,25%.

MATERIALES Y MÉTODOS

Tratamientos y toma de muestras

La experiencia fue desarrollada en una pe-queña olmeda localizada en Puerta de Hie-rro (Madrid) durante la primavera y veranode 1986. El 19 de mayo fueron seleccionadosdos grupos similares de aproximadamente 20olmos cada uno, que fueron tratados separa-damente.

El primer grupo de árboles fue pulveriza-do con 5001. de una solución de Metoxicloroen agua a una concentración del 1 %, aplica-da desde un equipo autónomo montado so-bre un camión y provisto de un cañón en cu-ya boca una serie de boquillas lanzan el líqui-do impulsado por una bomba que alcanza al-turas de 20-25 m. El segundo grupo fue tra-tado de forma similar, con 500 1. de una so-lución acuosa de Metoxicloro al 1 % + Clor-pirifos al 0,25 (Fig. 3).

Paralelamente, el Servicio de Medio Am-biente de la Comunidad de Madrid había rea-lizado, el 9 de mayo, un tratamiento protec-tor sobre una olmeda próxima mediante lapulverización de Metoxicloro al 0,2% en aguacon el mismo método de aplicación, que fuerepetido nuevamente en tres ocasiones, el 9de junio, el 8 de julio y el 28 de julio.

La toma de muestras se llevó a cabo cadaveintitrés días, en cuatro ocasiones diferentes,los días 20 de mayo, 13 de junio, 7 de julioy 1 de agosto. El muestreo se realizó de la si-guiente forma: mediante una plataforma hi-dráulica de brazo articulado basada en unLand-Rover se procedió en dichas fechas a re-coger 40 ramillas en cada uno de los cuatrogrupos de árboles a considerar: testigos tra-tados con 1 % de Metoxicloro, con 1 % de Me-toxicloro + 0,25% de Clorpirifos y con 0,2%de Metoxicloro.

Las ramillas cortadas medían 35 cm. de

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Fig. 3.—Aplicación de los tratamientos con insectivida sobre la copa de los olmos

longitud y fueron colectadas en diferentes par-tes de la copa de los árboles, a alturas com-prendidas entre los tres y ocho metros; segui-damente, fueron conservadas en congelador( — 20 °C) hasta su posterior utilización.

Análisis químico

Las muestras que contenían Metoxiclorofueron analizadas en un cromatógrafo de gas(Perkin-Elmer, mod. F. 17) equipado con undetector de captura de electrones Ni 63. Seusó una columna de vidrio de 2 mm. X 1/4pulgada de diámetro exterior y 2 mm. de diá-metro interior, rellena con una fase estacio-

naria compuesta por 3% de SE-30 sobre unsoporte de cromosorb w en 100/120 mallas.Como gas portador se usó Argón-Metano conun flujo de 40 ml/minuto. Las temperaturasde trabajo fueron: inyección, 225°; columna,205°, y detector, 225°.

Para el análisis de los residuos de Clorpiri-fos se usó un detector F.P.D. (Mod. Tracor)con columna de vidrio rellena de 5% DC-200sobre cromosorb con flujo de Nitrógeno co-mo gas portador y aire e Hidrógeno como ga-ses de combustión. Las temperaturas emplea-das fueron: inyección, 200°; columna, 190°,y detector, 200°.

Para realizar el análisis químico se toma-ron 14 ramillas por cada tratamiento y oca-

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sión; de cada una de ellas se tomaron, me-diante un tubo aguzado, cuatro muestras cir-culares (6 mm2) de la corteza en las zonasadyacentes a las horcaduras, que fueron di-sueltas y agitadas en 5-10 mi. de hexano na-nogrado durante 25 minutos. Las disolucio-nes con las muestras fueron mantenidas enuna cámara a 5 °C durante varios días hastaque fueron analizadas. Cuando fue necesario,las muestras fueron diluidas en mayor canti-dad de hexano para llevar la cantidad de Me-toxicloro inyectado dentro del rango linear deldetector.

Después de cada cinco inyecciones se inyec-taron diluciones patrón de Metoxicloro y laconcentración de este producto en las mues-tras fue determinada mediante la compara-ción de las alturas de los picos de las mues-tras con las de los picos en los patrones. Nofueron realizados estudios de calibración, sibien, CUTHBERT et al., (1973), siguiendo unmétodo similar, obtuvieron una recuperacióndel Metoxicloro variable entre el 80 y el 133%.En el caso del Clorpirifos se procedió de for-ma similar. Todos los análisis fueron reali-zados por el Laboratorio de Residuos de Pro-ductos Fitosanitarios de la Subdirección de Sa-nidad Vegetal,

Bioensayo: para evaluar la protección otor-gada a las ramillas se realizó el siguiente bioen-sayo: para cada tratamiento y ocasión se to-maron 20 ramillas, que fueron troceadas con-venientemente y cuyos bordes de corte se se-llaron con cera para impedir que los insectosmordiesen allí.

Las ramillas troceadas fueron depositadasen placas Petri en cada una de las cuales sehabían introducido 20 ejemplares de ambossexos de S. multtstnatus recién emergidos.Seguidamente, las placas Petri fueron deja-das en semioscuridad en el interior de una cá-mara a 25 °C y 70% HR durante veinticua-tro horas; después de este tiempo se registró

el número de insectos muertos y el número demordeduras practicadas que alcanzaron el xi-lema. El número de insectos empleados porcada tratamiento y fecha fue de 90, lo quearroja un total de 1.440 ejemplares ensaya-dos (Fig. 4).

Fig. 4. —Bioensayo de los distintos tratamientos coninsecticidas

RESULTADOS

Cantidad y persistencia de los depósitos

En la estimación de los depósitos de insec-ticida presentes sobre las ramillas en cadamuestreo (Cuadro 1), las cantidades de Me-toxicloro obtenidas para los tratamientos conMetoxicloro al 1 % y con Metoxicloro al 1 %+ Clorpirifos al 0,25% fueron consideradasconjuntamente. Los depósitos iniciales de es-ta sustancia logrados para ambos tratamien-tos un día después de su aplicación alcanza-ron un valor medio de 1,35 ¿tg/mm2 de su-perficie de corteza y la variación entre los di-ferentes depósitos fue relativamente baja, conuna diferencia entre la cantidad más alta yla más baja obtenidas de 1,5 xT Los muéstreosrealizados cada veinticuatro días revelaron quese produjo una degradación del Metoxicloro

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Insecticidas

Metoxicloro 1 % A . . .

Cloropirifos 0,25% A .

Metoxicloro 0,2% (*)

A = Tratamiento efectuado el 19 mayo (T).(*) = Tratamiento aplicado cuatro veces, los días 9 de mayo (T), 9 de junio (T1), 8 de julio (T") y 28 de julio (T'").

que fue sucesivamente durante estos períodosdel 19,6, 17,8 y 13,2%, de manera que al ca-bo de setenta y dos días de la aplicación deltratamiento, el valor medio de los depósitospresentes fue de 0,77 fig/mm2, el 57,3% dela cantidad inicialmente depositada (Fig. 5).

El análisis de los depósitos de Cloropirifosen las muestras del tratamiento con Metoxi-cloro al 1% + Clorpirifos al 0,25% arrojóuna cantidad inicial de esta sustancia sobrelas ramillas de los olmos de 0,136 /tg/mm2

(diferencia entre los depósitos más altos y másbajos igual a 1,3 x), mientras que después delos primeros veinticuatro días esta cantidadse degradó en un 82,8%, para ir disminuyen-do paulatinamente en porcentajes del 29,9 y61,5 durante los períodos sucesivos y presen-tar al cabo de doce días un depósito final ape-nas apreciable de 0,006 ¿tg/mm2, lo que re-presenta el 4,6% del depósito inicial y supo-ne una gran degradación para este insectici-da, particularmente durante las primeras se-manas (Fig. 6).

El tratamiento con Metoxicloro al 0,2%realizado por los Servicios de la Comunidadde Madrid fue aplicado por primera vez el 9de mayo y las primeras muestras fueron to-madas el 21 de mayo, por lo que no podemos

saber cual fue la cantidad inicialmente depo-sitada. Los depósitos presentes en las ramillasonce días después alcanzaron un valor mediode 0,075 fig/mm2 (1,6 x~de diferencia entrelos valores más alto y más bajo) y fueron dis-minuyendo en una proporción desconocidahasta que el tratamiento fue repetido nueva-mente el 9 de junio; las muestras recogidascuatro días más tarde arrojaron un valor me-dio de 0,085 ¡ig/mm2 (depósito más alto —depósito más bajo = 2X) y un nuevo mues-treo realizado veinticuatro días después del an-terior, el 7 de julio, sin que mediara ningúnnuevo tratamiento, obtuvo un depósito me-dio de 0,05 pig/mm2, lo que representa unadegradación del 41,1 % a lo largo de este tiem-po. Durante el siguiente período se efectua-ron dos nuevos tratamientos el 8 y 28 de julioy las próximas muestras recogidas el 1 de agos-to, cuatro días después del último tratamien-to, indicaron una cantidad media de Meto-xicloro sobre las ramillas de 0,132 /tg/mm2,con una diferencia entre los depósitos mayo-res y menores de 2,5 xT

Debido a las diferencias en las fechas deaplicación de los tratamientos y en las tomasde muestras no podemos conocer con exacti-tud cuál fue la secuencia de las cantidades me-

Cuadro 1.—Depósitos medios de insecticida detectados sobre las horcaduras de las ramillas

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dias de Metoxicloro presentes sobre las rami-llas, pero basándonos en los valores detecta-dos y tomando como referencia la recta de de-gradación obtenida para los registros entre el13 de junio y 7 de julio, podemos reconstruircon cierta probabilidad cuáles fueron los de-pósitos existentes durante todo el período(Fig. 6); si comparamos estos depósitos con losobtenidos en la aplicación del Metoxicloro al1 % (Fig. 5) podemos observar que éstos últi-mos fueron muy superiores a lo largo de todoel estudio, si bien las cantidades totales deinsecticida aplicadas sobre los árboles enambos tipos de tratamiento tuvieron que sermuy similares, toda vez que la formulaciónal 0,2% fue repetida en cuatro ocasiones.

Prevención de la alimentación ymortalidad

En los resultados del bioensayo fueron eva-luados dos aspectos diferentes; por un lado seregistró, a las veinticuatro horas, el númerode mordeduras practicadas que habían alcan-zado el xilema de las ramillas, puesto que exis-te una prevención de la infección si el tama-ño de la mordedura no es suficiente, al me-nos de 3 mm. de longitud según AL AZAWI yNORRIS(1959), y por otro se consideró la mor-talidad de individuos causada por el trata-miento. De estos dos parámetros, el primerorepresenta la única medida realmente signi-ficativa de la eficacia del insecticida en tér-minos del control en la propagación de la en-fermedad, mientras que la mortalidad es unaútil medida complementaria que nos da ideade la toxicidad del tratamiento, pero poseeciertas limitaciones como las que supone el he-cho de que un insecto pueda realizar antes demorir una alimentación suficiente para per-mitir la infección de la ramilla con esporasde C. ulmi, un efecto que ha sido observado

frecuentemente y hace que ambas medidas nose correlacionen bien en muchas ocasiones(ScoTTy WALKER, 1975; LAMER et al., 1984).

Estos parámetros son presentados en el Cua-dro 2 junto con la proporción deducida delnúmero de mordeduras realizadas por cadainsecto. Si representamos el valor que tomaeste índice en las diversas fechas de estudiopara todos los tratamientos (Fig. 7A) pode-mos observar que mientras en los testigos seprodujo una alimentación más o menos igualdurante todo el período, aproximadamente0,7 mordeduras por cada insecto, ambos tra-tamientos de Metoxicloro al 1 %, con o sin laadición de Clorpirifos al 0,25%, otorgaron si-milar protección y la alimentación fue casi to-talmente evitada, con proporciones de alimen-tación por insecto comprendidas entre 0,00y 0,03, según las fechas. El tratamiento conMetoxicloro al 0,2% registró unos resultadosmás variables y en conjunto obtuvo unas ca-racterísticas intermedias entre las de los tes-tigos y los tratamientos con Metoxicloro al1 %, bastante más próximas a los primeros,lo que significa solamente una ligera mejoraen la protección sobre la situación de éstos.

La representación de los resultados de lamortalidad (Fig. 7B) obtuvo una Figura pa-recida, inversa en este caso, correlacionándosebien con los resultados de la alimentación. Lamortalidad en los testigos fue uniforme y os-ciló entre los valores del 12-15%, mientras quenuevamente ambos tratamientos con Metoxi-cloro al 1 % fueron igualmente eficaces, pro-vocando, generalmente, el ciento por cientode muertes, excepto el 7 de julio (98,9%) enel caso del Metoxicloro-1% y el 13 de junio(98,7%) y 1 de agosto (98,9%) en el caso enque llevaba añadido Clorpirifos-0,25%. Eltratamiento con Metoxicloro al 0,2% confir-mó su relativa eficacia, al producir una mor-talidad intermedia, variable entre el 40-50%,excepto para la última fecha, 1 de agosto,

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Fig. 7. —Resultados del bioensayo

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cuando se incrementó hasta el 70%, lo cualse correspondió con una disminución en pro-porción análoga registrada en el número dealimentaciones practicadas (Fig. 7A).

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

En el análisis de un tratamiento con insec-ticida, los parámetros significativos son los quese refieren a la cantidad y variación de los de-pósitos logrados, su persistencia y la capaci-dad del insecticida para evitar la alimenta-ción sobre las ramillas. Los resultados ante-riores muestran claramente que el Metoxicloro(1,1,1, -tricloro-2,2-bis [p-metoxifenil] -etileno)es un insecticida que otorga una adecuadaprotección a las ramillas para prevenir la ali-mentación de los escolftidos, además de reu-nir las ventajas de poseer una suficiente per-sistencia y una baja toxicidad ambiental, ex-cepto para la fauna acuícola.

Ambos tratamientos con Metoxicloro al 1 %fueron realizados mediante un equipo autó-nomo lanzador de nube basado en tierra conel que se aplicó una cantidad media de 20-25litros por cada árbol (entre 5 y 12 m. de altu-ra); ello condujo a la formación de depósitosde insecticida sobre las ramillas de un valormedio de 1,35 /¿g/mm2 de corteza que fue-ron suficientes para evitar las mordeduras dealimentación a lo largo de al menos dos me-ses y medio. El Metoxicloro depositado man-tuvo una persistencia relativamente alta du-rante el período de estudio y su degradaciónal cabo de setenta y dos días redujo en unaprogresión descendente la cantidad inicial enun 42 %, un valor que resulta del mismo or-den que las cifras de 50 al 66% de degrada-ción en un período de cinco meses registra-das por otros autores (CuTHBERTeí ai, 1973).

La adición de Clorpirifos al 10,25% no re-presentó ninguna mejora en las característi-

cas de mortalidad y prevención con respectoa las obtenidas por el tratamiento realizadocon Metoxicloro al 1 % exclusivamente, el cualmantuvo a lo largo de diez semanas una mor-talidad y protección frente a la alimentaciónmuy próximas al ciento por ciento (Fig. 7).Los excelentes resultados obtenidos por el Me-toxicloro unido a la rápida degradación quesufre el Clorpirifos durante los primeros días(Fig. 6), como le sucede a otros insecticidasorganofosforados, hacen desaconsejable su in-clusión en el tratamiento, toda vez que pre-senta mayores riesgos medioambientales.

El seguimiento de los tratamientos con Me-toxicloro al 0,2%, realizados por los Serviciosde la Comunidad de Madrid, indicó que losdepósitos obtenidos sobre las ramillas a lo lar-go de un período de diez semanas, en el quese aplicó un tratamiento, en cuatro ocasionesfueron muy bajos y netamente inferiores (en-tre 18 y 6 veces) a los logrados por un únicotratamiento con Metoxicloro al 1 % aplicadoal principio del período (Fig. 5). Como con-secuencia, la protección otorgada por este tra-tamiento resultó insuficiente y los parámetrosde mortalidad y prevención de la alimenta-ción obtuvieron valores más próximos a los re-gistrados para los testigos que a los de nues-tros tratamientos, aunque la cantidad totalde Metoxicloro aplicada durante todo el pe-ríodo fue muy similar en ambos casos. Asípues, un tratamiento con Metoxicloro al 0,2%aplicado mensualmente no resulta eficaz pa-ra proteger adecuadamente los olmos sanosde la alimentación de los escolftidos y presen-ta, sin embargo, un coste mucho más eleva-do, al menos cuatro veces mayor, que el quesupone un único tratamiento con Metoxiclo-ro al 1%.

En los resultados obtenidos se observa quela tasa de protección frente a la alimentacióny el porcentaje de mortalidad fueron direc-tamente proporcionales a las cantidades de

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Metoxicloro depositadas sobre las ramillas. Sirepresentamos en sendos gráficos los valoresde ambos parámetros correspondientes a losdistintos depósitos de insecticida (Fig. 8) se ob-tiene una sucesión de puntos a los que se pue-de ajustar una curva de tipo exponencial quepuede servir como curva de predicción a partirde la cual podemos deducir cuales serán losporcentajes de protección y mortalidad espe-rables para una determinada cantidad de Me-toxicloro depositada.

Así, en la Fig. 8A, la curva nos indica quecon depósitos de 0,12 y 0,3 /ig/mm2 son pre-visibles unas tasas de protección del 60 y 85%,respectivamente, mientras que para lograruna protección eficaz, superior al 95%, se re-quieren depósitos mayores de 0,5 /ig/mm2.En un estudio similar, BARGER(1984) obtuvopredicciones de protección del 50, 90 y 99%para depósitos de Metoxicloro de 0,124, 0,306y 0,504 /ig/mm2 respectivamente, lo que re-presenta unos valores muy próximos a los ob-tenidos en nuestro estudio. La curva de mor-talidad en la Fig. 8B resulta muy parecida ala anterior e indica mortalidades del 60 y 86%para depósitos de 0,1 y 0,3 /ig/mm2 y se al-canza una mortalidad del 95% con cantida-des superiores a 0,52 ¡ig/'mm2.

Por tanto, el tratamiento con Metoxicloroal 1 % mantuvo cantidades de insecticida enlas ramillas suficientes para conseguir su pro-tección durante todo el período de estudio(diez semanas) y no parece necesario realizartratamientos con dosis mayores, toda vez queen otros estudios los depósitos obtenidos y lastasas de protección alcanzadas con aplicacio-nes de Metoxicloro al 2% y 4% fueron com-parables a los logrados con su formulación al1 %, mientras que la adición de sustancias ad-herentes a la mezcla no produjo ninguna me-jora significativa en los resultados (BARGER

op. cit.).Para que el tratamiento protector con in-

secticida resulte eficaz deberá lograr una com-pleta y uniforme recubrición de la copa, concantidades suficientes que aseguren su protec-ción durante un período de doce a quince se-manas. Diversos estudios han demostrado quecubrir adecuadamente la copa de los olmosresulta extremadamente difícil y en muchasocasiones los depósitos alcanzados en la par-te alta de la copa mediante aplicaciones ba-sadas en tierra fueron la mitad de los obteni-dos en las partes media y baja, mientras quesi la aplicación se realizó desde un helicópte-ro los resultados fueron inversos (CUTHBERT et.al, 1973; ScoTTy WALKER, 1975). Es, pues,una cuestión de vital importancia el procedera la realización del tratamiento de una ma-nera muy cuidadosa con un equipo adecua-do que asegure una distribución uniforme delinsecticida por todo el árbol, particularmen-te en las partes altas donde el riesgo de mor-deduras es superior.

El crecimiento de nuevas ramillas y brotesque se produce a lo largo de la estación re-presenta otro factor de considerable impor-tancia. Si el tratamiento es realizado antes dela foliación, los nuevos tejidos producidos des-pués de la fumigación se encontrarán despro-tegidos, lo cual puede conducir al fracaso enel control pretendido, toda vez que el Meto-xicloro es un insecticida de contacto que pro-duce un efecto repelente sobre los escolítidos,los cuales se verán estimulados a seguir en mo-vimiento hasta encontrar superficies no tra-tadas.

Así pues, es necesario la realización de dostratamientos con una formulación de Meto-xicloro al 1 %: el primero de ellos deberá seraplicado inmediatamente antes de la folia-ción, alrededor de mediados del mes de abril,cuando aún no se ha producido la emergen-cia de la primera generación de escolítidos.Este tratamiento mantendrá protegidos los ár-boles durante, al menos, tres meses, hasta la

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Depósitos de MetoxicloroFig. 8. —Porcentaje de protección y mortalidad en relación a los depósitos de metoxicloro en ramillas

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aplicación del 2.° tratamiento, que deberáefectuarse durante las primeras semanas delmes de julio y cuya protección se extenderáhasta el final del período de vuelo de los in-sectos, en el mes de octubre.

En cualquier caso, el tratamiento de los ol-mos con Metoxicloro no puede ser considera-do como una medida suficiente por sí sola pa-ra lograr el control de la propagación de lagrafiosis. Las dificultades que se derivan dela obtención de una completa cubierta de lacopa, en la cual todas las ramillas resulten

protegidas con una cantidad de insecticida su-ficiente, hacen imprescindible el manteni-miento de niveles lo más bajo posibles en laspoblaciones de los escolítidos circundantes, locual solamente puede lograrse con un exhaus-tivo saneamiento que elimine el material apro-piado para su reproducción. En este sentido,y según nuestros resultados, el tratamiento conMetoxicloro en las dosis y frecuencia aquíaconsejadas puede constituir un eficaz méto-do complementario del saneamiento en el con-trol de la grafiosis.

ABSTRACT

PAJARES, J. A. y AREVALO, M.a J., 1987: Protección de los olmos contra insectosde la grafiosis. Bol. San. Veg. Plagas, 13(3): 311-325.

In this study it was evaluated the efectiveness of three treatments with insecti-cide to protect elm trees against twig-crotch feeding by bark beetles vectors of Dutchelm disease, the spraying on elm Crowns with a water emulsion at 1 % Methoxych-lor resulted in the initial formation of an average deposit of 1,35 mg/mm2 andprotected elm twigs sufficiently during a period of at lest 72 days.

The addition of 0,25% Chlorpyrifos to the same teatment as used above didnot increase the protection given to the elm twigs. The initial average amount ofChlorpyrifos deposited on twigs was of 0,13 Mg/mm2 and this quantity degradedsharply in the next weeks.

The spraying of 0,2% Methoxychlor four times over a period of 72 days result-ed in an average deposit of the product smaller than 0,14 Mg/mm2 durign thesame period and it did not protect the elm crowns sufficiently.Key words: Ulmus spp., Scolytus spp., elm trees

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