Protoimpresión y estados de conciencia en el autismo infantil

download Protoimpresión y estados de conciencia en el autismo infantil

of 12

Transcript of Protoimpresión y estados de conciencia en el autismo infantil

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    1/12

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    2/12

    1

    Protoimpresin y estados de conciencia

    en el autismo infantil

    Dr. Marcel Arvea DaminDr. Marcel Arvea DaminDr. Marcel Arvea DaminDr. Marcel Arvea Damin

    IIII

    El yocomienza a emerger y constituirse en el mundo a partir del advenimiento del otro.La falta de representacin del s mismocomo un yo, propia del modo del serautista,

    implica en primera instancia el desconocimiento del otrocomo un t; en este sentido, mu-cha razn tiene Martin Buber al decir que el Yo y el T, ms all de su carcter pronominal,no slo configuran una sola y nica palabra, sino ambas son, en su unidad fundamental, Pa-labra Primordial. [Buber:1994/7ss]

    Buber argument que no es posible la identidad del yosin la alteridad del t. Convienetener siempre en mente la advertencia del propio Buber respecto a la constitucin de la iden-tidad infantil: nias y nios primero dicen t, luego pronuncian yo. [Buber:1992/104]

    Si el yoes constituido y se constituye a partir del advenimiento del otro, la concienciaeclosiona justo en la relacin intersubjetiva porque necesariamente requiere de la apercep-cin del s mismocomo un yo,y de la percepcin analgica de la alteridad del otrocomo unt.

    El salto dialcticola trascendencia consiste en invertir el sentido inmanente y anal-gico del yo;en este caso, la presentacin y representacin del sertrasciende en la apresenta-cin del yo(autoconciencia del yo) y en la presentacin del otrocomo un t(conciencia dealteridad). Cuando el serpronuncia el tes porque el yose ha reconocido diferente y se-mejante a la identidad del otroy del s mismo: el yoha iniciando su gesta y odisea.

    La Palabra Primordial YoT posee una dialctica hacia el perfeccionamiento como sen-tido y trascendencia. No slo el advenimiento del tconstituye al yo, sino lo dicho del De-cir del yo[Lvinas:1995], Decir de la Palabra Primordial, introduce al seren el habla, enel mundo, en el lenguaje, en la comunicacin e intercomunicacin humana.

    El ser humano habla. Hablamos despiertos y en sueos. Hablamos continuamente; hablamosincluso cuando no pronunciamos palabra alguna y cuando slo escuchamos o leemos; habla-mos tambin cuando ni escuchamos o leemos sino que efectuamos un trabajo o nos entrega-mos al ocio. Siempre hablamos de algn modo, pues el hablar es natural para nosotros. Estehablar no se origina siquiera en una voluntad particular. Suele decirse que el hombre posee elhabla por naturaleza. La enseanza tradicional postula que el hombre, a diferencia de las plan-tas y del animal, es el ser viviente capaz de habla. Esta frase no quiere decir solamente que elhombre, adems de otras facultades, posee tambin la de hablar. Quiere decir, que solamenteel habla capacita al hombre ser aquel ser viviente que, en tanto que hombre, es. El hombre eshombre en tanto que hablante. [Heidegger: 1990/1]

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    3/12

    2

    La nia y el nio con autismo no carecen estrictamente de lenguaje ni de habla. Simple-mente lenguaje y habla no desarrollan conforme a la convencin social porque ambos care-cen de intencionalidad comunicativa; por esta razn resultan desconcertantes e incomprensi-bles las conductas sin intentos compensatorios.

    Lenguaje y habla existen pero carecen de intencionalidad comunicativa.

    IIIIIIII

    La palabra ssignific durante largo tiempo que quera quesu padre le subiera en hombros. Esto tena un origen defini-do. Su padre, tratando a ensearle a decir sy no, le pre-gunt una vez: Quieres que te suba en hombros? Don[Donald] expres su acuerdo repitiendo literalmente la pre-gunta de forma ecollica. Su padre le dijo: Si quieres que lohaga dime s; si no quieres dime no. Don dijo sal sercuestionado, desde entonces spas a significar que desea-ba que su padre le subiera en hombros.

    Leo KannerLeo KannerLeo KannerLeo Kanner

    La protoimpresin en nias y nios con autismo est anclada y esttica en su limitadacapacidad de desplazamiento. La fijacin de la protoimpresin del modo del serautista essiempre permanente y vigente en su perseverar. Esta es la causa por la cual las cosas y los su-cesos son referidos conforme a la primera palabra que acompa el acto. [Ferrari:2000/18]

    Las palabras del nio o nia con autismo no poseen significados precisos sino refieren, omejor dicho reflejan, la palabra adherida a la situacin.

    Al ver un sartn exclama invariablemente: Pedro-comedor. La madre recordaba que estaparticular asociacin se haba iniciado cuando su hijo tena dos aos y a ella, por casualidad, sele cay un sartn mientras le estaba recitando la rima infantil Pedro-comedor, comedor de ca-labazas. [Kanner:2004/44]

    La protoimpresin carece de sentido axiolgico pues no existe referencia simblica ca-paz de desplegar juicios de valor [yo]. La sinonimia y homonimia, tan difciles de concebirpara el pensamiento del modo del ser autista, requieren de referentes simblicos capaces deelaborar significados y significaciones de cada palabra en situaciones y contextos particulares,todo ello sin considerar su diferencia o similitud fontica o semntica. De alguna manera elpensamiento autista privilegia la evidencia primera sobre una experiencia que, como tal, su-pone un proceso incesante que nace de la permanente relacin que mantiene con la memo-ria.

    El caso es que la experiencia y la memoria del modo del serautista no coinciden, o me-jor dicho, la memoria no permite la integracin de la experiencia y el pensamiento del mododel serautista tiene grandes dificultades para relacionar significado, significante y significacin.

    La fijacin o anclaje de la palabra a la protoimpresin dificulta la relacin entre pensa-miento, memoria, experiencia. La supremaca perseverante de la protoimpresin, protoim-presin troquelada de manera fija en la memoria, impide que el yose constituya como epi-centro consciente de la memoria y experiencia, del lenguaje y pensamiento.

    Siempre que la esttica de la protoimpresin es amenazada, la angustia comanda el mo-do del serautista. La fijacin obsesiva a la evidencia primera y la obstinada negativa para re-lacionar pensamiento, memoria, experiencia y atencin, hacen que la niez con autismo nau-

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    4/12

    3

    frague en una realidad de simblicos incomprensibles, indescifrables y agresivos al deseo in-manente de su propia imperturbabilidad.

    Debido a que cualquier atentado contra la protoimpresin es simblico y niega lo real,la angustia es el modus vivendi del modo del ser autista. La angustia es la respuesta a unmundo indescifrable e incomprensible y el modo del serautista se refugia en la seguridad quele concede la inmutabilidad e imperturbabilidad del conatus.1

    IIIIIIIIIIII

    La imitacin es producto de la relacin intersubjetiva existente entre el yoy el otroca-paz de originar el mundo simblico que puede separar y escindir lo real de lo imaginario. Enla imitacin infantil existe un t imitado y un yoimitador, que en su intercambio reducen laesttica y alteran la repeticin mecanizada propia y caracterstica del modo del serautista.

    La imitacin es por lo tanto una relacin de dos identidades que mutuamente se consti-tuyen una a la otra y cuya direccin y sentido se desarrolla de la inmanencia a la trascenden-cia. La imitacin separa al tdel yointegrndoles como percepcin y apercepcin; gracias a

    la imitacin, la identidad y alteridad adquieren intencionalidad y trascendencia.An cuando la nia o el nio con autismo sea capaz de repetir una accin (ecopraxia),se trata en realidad de un movimiento reflejo muy diferentes a la imitacin: la imitacin escreativa e improvisa para no ser reflejo fiel del otro; dicho movimiento permite separar loigualde lo semejante, lo mismodel otro, en pocas palabras: el tdel yo.

    La importancia de la imitacin en el proceso del desarrollo humano es incuestionable;en buena medida el aprendizaje tiene como referente primario la imitacin. Imitamos todo,lo aprendemos y adquirimos con ciertas modificaciones y cambios propios de las relacionesparticulares respecto a la voluntad, memoria y experiencia. Piaget consider fundamental laimitacin para el desarrollo del pensamiento simblico [Piaget:1996]; sin embargo, poco sa-bemos de la intencionalidad que anima la imitacin.

    La imitacin es un acto volitivo y espontneo que nace en la niez y contina a lo largode la vida. Dicho acto volitivo es muy pobre en el modo del serautista y lo es a tal gradoque no hay imitacin sino reflejo de la accin, un eco de movimiento o ecopraxia. No extra-a que el autismo haya sido considerado por algunos especialistas como un impedimento enla accin y funcin ejecutiva; el inters, la curiosidad, el deseo, la imitacin y en general todocomportamiento que implique una intencionalidad trascendente, todo movimiento ajeno aldeseo de inmanencia del conatus, es muy pobre y deficitaria en nias y nios con autismo.

    Es por ello que la imitacin se constituye como uno de los puntos centrales de la educa-cin y la terapia, pues ella nias y nios con autismo pueden distinguir con claridad la sepa-racin y diferencias del yo respecto al otro.

    La imitacin no nicamente incorpora al yoa la relacin intersubjetiva sino adems escapaz de representar, sin importar distancia y tiempo, le existencia de un otrono presente

    que se ajusta a la accin y situacin. En consecuencia, puede decirse que la imitacin es laactividad analgica donde el yopercibe y se apercibe singular y comn, en similitud y dife-rencia respecto al t.

    1 El conatus essendide Spinoza explica con claridad el deseo de perseverancia del seren su ser.Proposicin VIProposicin VIProposicin VIProposicin VI. Cada cosa, en cuanto est en ella, se esfuerza por perseverar en su ser.Proposicin VIIProposicin VIIProposicin VIIProposicin VII. El esfuerzo con que cada cosa se afana por perseverar en su ser, no es sino la esencia actual dela cosa misma. 1111

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    5/12

    4

    IVIVIVIV

    Se enfada cuando el sol se pone. Se irrita porque la luna nosiempre aparece en el cielo cuando es de noche.

    Leo KannerLeo KannerLeo KannerLeo Kanner

    La psicologa ha creado una confusin difcil de esclarecer al asociar la angustia autistacon otros estados de conciencia segn el sntoma. El anlisis serio de la angustia autista debediferenciar, de origen, como condicin primera y necesaria, su separacin e independenciacon respecto a fobias, miedo o ansiedad.

    El nio o nia con autismo, por ejemplo, puede expresar una fobia sin por ello sufrirangustia. Equiparar dos conductas diferentes a partir de su expresin sintomtica significa di-ferenciar e identificar el modo del sera partir de semejanzas y no de diferencias. Lo cierto yevidente es que la psicologa y psiquiatra han abordado el estudio de la angustia autista olvi-dando que se trata de un estado de conciencia propio de la condicin humana. [Manno-ni:1984/56]

    La fobia autista apela ms a una sensacin displacentera que al estado de angustia pro-piamente dicho. Las fobias autistas, a diferencia de las no autistas, tienen muy poco de cultu-ral o social, guardando siempre una estrecha relacin con la sensacin y la sensorialidad. 2

    Lo mismo puede decirse de la ansiedad y el miedo, ambos obedecen a factores particu-lares que el modo del serautista manifiesta en su trato y relacin con el mundo. Con todo, elmundo natural y social que sirve de escenario al desarrollo inmanente y regresivo del cona-tus, es profundamente agresivo y variable en su impacto sobre el modo delser; a esto se de-be la diversidad y extravagancia de las fobias autistas.

    Lo importante a definir ahora es que la angustia del modo del serautista nace precisa-mente cuando el principio de invariabilidad, igualdad e imperturbabilidad del conatusha sidofracturado. 3

    VVVV

    El modo del serautista vive bajo angustia en un mundo simblico que no logra com-prender.

    La angustia como sufrimiento de la condicin humana es siempre apabullante; no sinrazn Wallon sostuvo que la angustia es lo opuesto al placer. [Wallon:1991/116] La angustiaen el modo del serautista se revela a partir de la intromisin agresiva del mundo simblicosobre la evidencia fctica de lo real. Esto quiere decir que la angustia autista es producto de larelacin simblica y comunicativa del grupo social. Como siempre, es prudente recordar que

    el mundo del modo del serautista es un mundo de objetos, no de sujetos; el apego a la obje-tividad y el rechazo a la intersubjetividad hace suponer que la angustia del conatusse desa-

    2 Las fobias autistas estn asociadas en trminos generales a sensaciones (texturas, olores, sonidos, sabores, espacios, luces,etc.) y estn ntimamente relacionadas con el nivel de recepcin y decodificacin del organismo. Es por esta razn que lasfobias autistas difieren tanto de las fobias no autistas; las fobias no autistas, adems de poder involucrar diferentes canalessensoriales, encuentran especialmente fundamento en la cultura y el grupo social.3 El deseo de inmutabilidad [sameness] es inflexible y fue distinguido por Kanner como uno de los principales signos pa-tognmicos del modo del serautista. Este deseo de invariabilidad e inmutabilidad que les hace inflexibles e intolerantes frenapoderosamente el desarrollo de la persona porque le ubica en el extremo opuesto de la compensacin, habituacin y adap-tacin. [Brauner E y F: 1981/31]

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    6/12

    5

    rrolla en relacin a un mundo ajeno e independiente del modo del serautista; sin embargo,dicho mundo funciona y se comprende nicamente como escenario del conatus.

    A pesar que el mundo social adquiere relevancia en la aparicin de la angustia autista, laevidencia demuestra que dichos estados aluden a una experiencia interna, psquica y somticaque obstaculiza y atenta contra el movimiento endgeno del serhacia su inmanencia y mis-midad. La angustia del modo del serautista se concentra e instala como punto vaco entre lo

    real y simblico, como el abismo que separa las antpodas.Puede considerarse entonces que la angustia autista es una experiencia que responde al

    caos y a la desorganizacin. La experiencia de caos en este caso equivale al quiebre catastrfi-co de un orden inmutable e imperturbable registrado por la protoimpresin en la memoria.

    La angustia del caos es catastrfica porque lo simblico de la realidad contradice la evi-dencia de lo real. La angustia autista se convierte en un movimiento intrnseco y necesario delmodo del serante la prdida del orden inalterable troquelado por la protoimpresin; el mo-vimiento, an cuando pueda ser agresivo o autoagresivo, es siempre defensivo. La angustiaautista detona impredeciblemente ante lo incomprensible de un mundo simblico que fractu-ra el orden, instaura el caos y permanece ajeno a su deseo de imperturbabilidad. La angustiaautista nace ante la prdida del orden fijo de la protoimpresin congelada en la memoria; es

    la intromisin de lo simblico en lo real y por eso mismo la angustia autista es catica.Cuando la inmutabilidad e imperturbabilidad del orden autista se quiebra ante el caos,nios y nias con autismo intentan desesperadamente reestablecer el orden perdido. Si el in-tento falla o es frustrado, la angustia comanda al modo del sery el conatusencierra y prote-ge al s mismoen el movimiento perpetuo de su propia mismidad.

    Es importante consignar que Leo Kanner no pudo descubrir la angustia autista como unestado de conciencia separado del cuadro autstico; equiparndola y confundindola con elmiedo, la ansiedad, la impaciencia o la frustracin; todas por igual. Ciertamente dichos esta-dos de la conciencia comparten sintomatologa con la angustia, especialmente el miedo y laansiedad, pero esta semejanza no significa igualdad. En consecuencia, es oportuno distinguirlas diferencias de fondo conforme al fin y origen de estos particulares estados de conciencia

    tan limitativos para nias y nios con autismo.El miedo autista, por el contrario, no guarda relacin con la prdida del orden pero estigualmente anclado a la protoimpresin; por lo general, el miedo guarda una estrecha rela-cin con algn evento traumtico registrado en la memoria y presente en el tiempo comoacto presente. Es cierto que el miedo autista se observa en raras y espordicas ocasiones, perocuando acontece fcilmente alcanza niveles de horror, terror y pnico. 4

    La ansiedad autista, a diferencia del miedo y de la angustia, responde a una situacin noprevista e indita a la cual el modo del serautista no puede responder. 5

    La diferencia estriba fundamentalmente en que la angustia autista nace cuando el ordende la protoimpresin y el deseo de inmanencia se rompen y no pueden ser nuevamente res-tablecidos.

    4 Conoc a un hermoso nio con autismo que se aterrorizaba ante los focos porque en alguna ocasin una bombilla elctricaestall muy cerca de l con gran estruendo, resplandor y sobresalto. Ante esta situacin tan nica en la vida del nio, horro-rizado, se neg por mucho tiempo a entrar en cualquier habitacin que tuviese focos. La reaccin del nio para afrontar elmiedo consisti simplemente en cubrirse los ojos con sus manos y permanecer as por horas, encapsulado, lo ms lejos posi-ble de las bombillas elctricas. Cuando intentamos bajar sus manos para habituarlo al foco de su miedo, el miedo se con-virti en pnico y horror. Lo terrible del miedo del modo del serautista es que difcilmente admite habituacin Quin podr-a habituarse ante el terror? El miedo de este nio surgi de una experiencia traumtica e indita que la protoimpresin delmodo del serautista hizo extensiva y universal a cualquier otra situacin donde el foco del miedo apareciera en escena.5 Este comportamiento lo he observado muchas veces en nios y nias con autismo cuando entran en relacin con animales.En otro nio con autismo la ansiedad ante un gato, un perro, un pez o un ave, por ejemplo, es evidente: va y viene, aletea,exclama eufrico diversas onomatopeyas, se acerca y retira, sin poder resolver o definir una accin o una respuesta ante laansiedad que produce un evento indito.

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    7/12

    6

    El miedo al cambio y a lo incompleto parece ser el factor principal en la explicacin de la re-petitividad montona, y en la resultante limitacin en la variedad de las actividades espont-neas. Una situacin, una actuacin, una frase, no se considera completa si no est construidaexactamente con los mismos elementos que estaban presentes en el momento en que el niose enfrent con ella por primera vez. Si el ms pequeo elemento se altera o se quita a la si-tuacin total, ya no es la misma y, por lo tanto, no es aceptada como tal, o es rechazada con

    impaciencia, incluso con una reaccin de profunda frustracin. [Kanner:2004/127]

    Cuando el modo del ser autista es impedido para restaurar el orden inmutable de laprotoimpresin, cuando la experiencia de restitucin y restauracin del orden repetitivo falla,cuando el deseo es alterado y el caos persiste, la angustia autista manifiesta todo su furor ydescontrol. Si nias o nios con autismo son frustrados o incapaces de establecer el ordenperdido, de satisfacer su deseo, es comn observar que en el paroxismo de su angustia recu-rran lastimosamente a la autoagresin.

    Para el modo del serautista el caos simplemente es intolerable.

    VIVIVIVI

    Creo que la intensidad de la angustia de los nios autistas essimilar a la que provoca la muerte inminente.

    E. RodriguE. RodriguE. RodriguE. Rodrigu

    Este paroxismo de la angustia obsesiva del modo del serautista se observa especialmen-te ante la prdida o falta de los objetos o prendas fetiches. La prdida de dichos fetiches signi-fica para muchas nias y nios con autismo una ruptura catastrfica y catica sobre el puntofijo que sostiene el orden del mundo. Es por esta razn que la prdida o extravo de los obje-tos fetiches generalmente produce una crisis generalizada que concluye y deriva fcilmente en

    autoagresin; la angustia obsesiva del modo del serautista, en el paroxismo de su frustracin,detona en agresin contra el s mismo.Tal como se ha dicho, la angustiaautista es la experiencia catastrfica de acceso a un

    mundo simblico catico, sobre el orden inmutable e imperturbable de lo real. 6Es importante distinguir que ni la ansiedad, ni el miedo, ni las fobias autistas concluyen

    en autoagresin. El nio o nia con autismo bajo angustia recurre a la autoagresin comoltimo recurso para salvaguardar el orden fijo de la protoimpresin ante la ataxia simblicadel caos.

    VIIVIIVIIVII

    En el modo del serautista la multiplicacin y concatenacin de las experiencias no lo-gran acumularse y trascender en aprendizaje; no logran integrarse, extenderse ni generalizarse

    6 Leo Kanner describi el aspecto de la siguiente manera: (...) Hay una marcada limitacin en la variedad de sus actividadesespontneas. Su conducta est gobernada por un deseo ansiosamente obsesivo por mantener una igualdad que nadie, excep-to el propio nio, puede en raras ocasiones romper. Los cambios de rutina, de disposicin del mobiliario, del modelo, delorden en que son realizados los actos de cada da, pueden llevarle a la desesperacin. (...) La insistencia en la igualdad lleva varios de estos nios a molestarse mucho ante la visin de cualquier objeto roto o incompleto. Empleaban gran parte delda exigiendo, no slo la igualdad en trminos de la peticin, sino tambin en la secuencia de los acontecimientos. (...) Cual-quier otra actividad tena que completarse desde el principio hasta el final, de la manera en que se haba hincado original-mente. [Kanner:2004/125127]

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    8/12

    7

    a contextos o situaciones particulares, excepcionales o diferentes. La fijacin de la protoim-presin a la memoria (mnemotaxia)en algunas ocasiones es tan poderosa que todo acto pos-terior se convierte en acto mecnico y reflejo. Reflejo fijo de una evidencia primera que vivecongelada en la memoria; y reflejo fijo en el acto de una evidencia que mantiene una limita-da relacin con el aprendizaje y la experiencia. 7

    El pensamiento del modo del serautista es altamente selectivo y aprende rpidamente a

    constituir rituales y rutinas para evitar o evadir cualquier posible situacin catica y angustian-te. Muchas nias y nios con autismo, por ejemplo, poseen un mutismo selectivo que hacesuponer que el pensamiento simblico nace, segn lo descrito, de la relacin intersubjetiva,pero dicha relacin intersubjetiva no puede trascender a la relacin social. Esta fijacin de laprotoimpresin a la memoria determinar que lenguaje y pensamiento se desarrollen autsti-camente conforme a la vivencia primera o protoimpresin, nunca conforme a su relacin conla experiencia. Por decirlo de otra manera: existe una fijacin mnmica a la evidencia primera(mnemotaxia) que expresa una marcada dificultad para establecer relaciones simblicas con-forme a la experiencia; relaciones simblicas que son materia prima de la relacin intersubje-tiva y por lo tanto del aprendizaje.

    De hecho, la fijacin autista genera tambin experiencia, sin embargo, la experiencia del

    modo del serautista est igualmente fija y congelada en la vivencia primera: para el mododel serautista nada escapa del mundo real. Todo es indito, inslito, nico y original. No hayni se ha desarrollado la conciencia de identidad.

    Lo simblico la realidad es avasalladora para el modo del serautista, el intercambiosimblico de la relacin intersubjetiva produce angustia y el serse repliega y se asla en la se-guridad que le concede la soledad y el silencio de su inmanente mismidad.

    VIIIVIIIVIIIVIII

    La protoimpresin autista niega la experiencia y frustra el aprendizaje.

    Este deseo obsesivo del serde permanecer en su ser, este deseo de imperturbabilidadpropio y singular del modo del serautista, este conatus,expresa un perverso y evidente des-inters contra toda situacin de aprendizaje que no redunde en la tautologa e inmanenciadel ser consigo mismo, especialmente contra todo aquello que involucre o implique algntipo de relacin simblica o intersubjetiva. Es manifiesta la falta de curiosidad, la abulia y elrechazo de todo aquello que no corresponda al deseo inmanente del conatus.8

    La fijacin a la vivencia primera registrada en la memoria autista la protoimpresin,no permite desarrollar nuevas relaciones de pensamiento entre el acto de aprender de laexperiencia, y el acto de recordar de la memoria.

    La memoria de los nios era fenomenal. Despus de un lapso de varios das, podan reordenarun montn de bloques con precisin, de la misma manera desorganizada, con el mismo color

    de cada bloque boca arriba, con cada dibujo o letra de la cara superior de cada bloque miran-

    7 En Evolucin y modificacin de la conducta, Konrand Lorenz, consider que el trmino mnemotaxia, acuado porKhn, es el correcto para determinar ciertas conductas repetitivas que el ser vivo ha aprendido literalmente de memoria.Cada uno de los elementos de una actividad se encuentran ordenados uno con respecto al otro en una memoria detenida;cualquier fractura del orden produce caos. En el caso del autismo este aspecto es central pues la fijacin de la protoimpresina la memoria es tambin refleja. Los dibujos de muchos nios y nias con autismo expresan este troquelamiento de la pro-toimpresin en la memoria. En algunos casos la realidad es representada con una fidelidad increble.8 Por esta razn el mejor material de trabajo para nias y nios con autismo son los objetos que causan curiosidad o algntipo de apego a la sensacin, incluyendo el propio cuerpo. El aprendizaje a partir de los muecos o prendas fetiche, porejemplo, es una excelente opcin para el trabajo educativo y teraputico; las caricias y cosquillas, hacerles girar, son excelen-tes formas para promover la interaccin intersubjetiva y comunicativa para nias y nios con autismo.

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    9/12

    8

    do en la misma direccin que antes. La ausencia de un bloque o la presencia de uno ms, eraadvertida de inmediato, y haba una imperativa demanda para que se repusiera el que faltaba.Si alguien quitaba un bloque, el nio luchaba por recuperarlo, y se enfureca hasta que lo re-cobraba: entonces, rpidamente, ms tranquilo, retornaba al modelo y volva a colocar elbloque. [Kanner:2004/126]

    La experiencia es as negada por la protoimpresin, el pensamiento se detiene en lamemoria y el aprendizaje es frustrado porque la experiencia no puede significar el acto. Contodo, es evidente que la estructuracin del pensamiento del modo del serautista sigue otrasvas y es susceptible de desarrollo, especialmente cuando la angustia no interfiere en el acto.

    Es comn escuchar en el ambiente teraputico y educativo que el aprendizaje de nias ynios con autismo est condicionado a la modificacin de la conducta, especialmente enaquellos casos en que existe conducta desafiante, disruptiva o saboteadora de cualquier acti-vidad o acto de aprendizaje. Sin embargo, la educacin y terapia de nias y nios con autis-mo no debe centrar inicialmente su atencin en la modificacin de la conducta sino en la su-presin de la angustia. La angustia es el detonador que desencadena, en gran medida, buenaparte de las conductas que impiden el aprendizaje y la integracin social de nias y nios conautismo. Esto implica reconocer que el aprendizaje y el desarrollo infantil de la niez con au-tismo debe necesariamente gestarse conforme a la creacin y fomento de un clima de seguri-dad y confianza que evite el error y el fracaso 9; diseando cada actividad, especialmente laprimera, a partir de un orden preciso y metdico, ritual y rutinario, que pueda brindarle se-guridad a una niez que vive bajo angustia de todo cuanto le rodea.

    Gracias a la precisin y puntualidad tautolgica del modo del ser autista, es posibleaprovechar la fijacin a la memoria de la evidencia primera para incorporar nuevos elemen-tos a la protoimpresin, de esta manera es posible desarrollar el aprendizaje dentro de unesquema de seguridad y confianza, lo que en trminos teraputicos y pedaggicos implicareconocer una lgica particular y connatural al modo del ser autista y, al mismo tiempo,permite superar cualquier estado de angustia que es, segn lo referido, el impedimento pri-mero y principal que debemos evitar en el aprendizaje y desarrollo del modo del serautista.

    No podemos sino subrayar la pobre predictibilidad de la conciencia de nias y nioscon autismo; en consecuencia, la tarea principal de la terapia y educacin debe consistir ycentrarse en promocionar el pensamiento simblico a partir del establecimiento de nuevasrelaciones de causalidad que no afecten el orden inmutable de la protoimpresin; evitando laangustia e integrando posteriormente otros elementos en un clima de seguridad y confianza;intentando siempre que la atencin, la experiencia y la memoria coincidan con el habla, ellenguaje y la comunicacin.

    IXIXIXIX

    La gravedad o profundidad del autismo es inversamente proporcional a la capacidadque tienen nias y nios de establecer relaciones simblicas con el otro.El modo del serautista manifiesta una oposicin contra cualquier tipo de representacin

    (sea esta de valor, de asociacin, de generalizacin, etc.) porque simplemente no desea per-

    9 Debido a la pobre tolerancia a la frustracin, el nio o nia con autismo no puede desarrollar sus aprendizajes en trminosnegativos; experiencia de aprendizaje que nace del ensayoerror en la niez no autista. La pobre tolerancia a la frustracines uno de los mltiples crculos viciosos del autismo que sabotean el aprendizaje, y que agregados a las ecolalias, estereoti-pias, rutinas y rituales, y toda clase de conductas bizarras, cancelan la experiencia del aprendizaje en perjuicio del desarrollo.Cuando la experiencia produce angustia, el modo del ser autista cancela el aprendizaje. Cabe decir adems que la pobretolerancia a la frustracin produce progresivamente el incremento de la angustia.

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    10/12

    9

    cibir al s mismoconcebirsea s mismo, como una autonoma significante en relacin conotras autonomas significadoras. Esta oposicin del modo del ser autista por integrarse almundo simblico intersubjetivo, social y comunicativo de la relacin humana, condicionade manera profunda y vitalicia el desarrollo de la persona con autismo. 10

    Debido a que la intersubjetividad est en entredicho en el modo del serautista, la socia-lizacin, la comunicacin y el lenguaje pierden fuerza simblica. El pensamiento no coincide

    con el lenguaje porque el yono se percibe a s mismo, no se apercibe, como epicentro dereflexin y habla, de lenguaje y comunicacin.

    No se trata en consecuencia de conductas antisociales, alteraciones en el habla y pensa-miento o impedimentos en el desarrollo de la comunicacin, las cuales, en todo caso, seranexpresiones sintomticas de un ncleo indiviso an no descubierto. Se trata de una pobrezasimblica e imaginaria de una ceguera mental [BaronCohen, Bolton:1998/73][Happ:1998/69], que subyace al sntoma y la conducta.

    El autismo es el imperio del eterno retorno de lo mismo [Nietzsche]: el autismo es elinfinito horrible, el infinito malo.[Lvinas:2005b/31] [Lvinas:2000/109]

    XXXX

    El pensamiento autista expresa una evidente dificultad para elaborar y desarrollar cual-quier tipo de representacin simblica, especialmente aquellas que apelan a relaciones asocia-tivas y cualitativas (semejanzas, diferencias, generalizaciones, etc.) [Mesibov:1995/26-29].

    Esta dificultad para elaborar representaciones y metarrepresentaciones de tipo simblicoobedece a la ataxia del yo como referente constitutivo y significante del pensamiento y lacomunicacin. La ausencia simblica dificulta cualquier tipo de representacin pues el nicoreferente posible capaz de simbolizar el yo, no ha podido ser elaborado ni constituido,estructurado ni integrado como una identidad consciente de s mismaidentidad consciente de s mismaidentidad consciente de s mismaidentidad consciente de s misma.

    En el modo del serautista ni el yoni la realidadhan sido constituidos de acuerdo a la

    relacin social e intersubjetiva; por esta razn el serse fija inflexiblemente en la evidencia delo real, la evidencia objetiva y concreta est all, implcita en lo real, y el modo del serautis-ta, ante el agobio simblico que implica la intersubjetividad, se atrinchera en el s mismo, ne-gando cualquier tipo de representacin y apelando, como recurso de salvacin, a la vivenciaprimera troquelada por la protoimpresin en la memoria.

    El pensamiento autista orbita cclicamente en la trayectoria de una protoimpresin est-tica y fija, negando cualquier integracin entre atencin, memoria y experiencia, funcionessuperiores del pensamiento que desencadenan el desarrollo de la conciencia humana.

    Los objetos no son agrupados ni reconocidos por asociacin conforme a cualidades oatributos interdependientes (an cuando as parezca), sino por un orden fijo e invariable sur-gido de la protoimpresin. El ordenamiento autista posee una lgica particular y es subsidia-rio de la vivencia primera troquelada por la protoimpresin en la memoria. Las asociacionesdel modo del serautista son secuenciales y repetitivas; cualquier alteracin al orden troquela-do por la protoimpresin en la memoria rompe el crculo cerrado de la mismidad y la inma-nencia.

    Las personas que mantienen relaciones educativas o teraputicas con nias y nios conautismo deben considerar esta dificultad primaria y contribuir para que puedan extender y

    10 La conducta desafiante y opositora es muy frecuente en el modo del serautista. El nio o nia con autismo rechaza cual-quier intromisin de tipo simblico que afecte o altere el crculo cerrado de su inmanencia e imperturbabilidad ( conatus). Escomn observar que al fracasar la conducta desafiante y opositora del nio o nia con autismo, acometa agresivamentecontra s mismo. El nio o nia con autismo aprende rpidamente que la autoagresin es un recurso efectivo que cancela larelacin intersubjetiva y le permite restaurar la imperturbabilidad concntrica del conatus.

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    11/12

    10

    ampliar el ordenamiento cerrado y tautolgico de su pensamiento en asociaciones abiertas yexpansivas fruto de la comunicacin e intercomunicacin humana.

    Las actividades cerradas y rutinarias deben abrirse poco a poco para aceptar y establecerdiferentes tipos de relaciones de orden, de generalizacin, de tamao, de forma, producto dela asociacin simblica existente entre semejanzas y diferencias. Es necesario tener en conside-racin que la nia y nio con autismo responden a la mecnica del conatussin considerar la

    significacin ni el significado particular de la asociacin correspondiente.La relacin entonces es mecnica y responde a un orden y secuencia particular e inflexi-

    ble. Pongo por ejemplo a un nio con autismo que tiene ante a s fichas geomtricas de dife-rentes formas, colores, tamaos y texturas. Cuando el nio con autismo descubre una secuen-cia entre las fichas (secuencia que no necesariamente responde a las caractersticas cualitativasde las figuras [color, tamao, forma o textura], sino a su presentacin primera), repetir demanera indefinida el ordenamiento secuencial segn la estructura mental troquelada por laprotoimpresin en la memoria. Por tanto, su voluntad no desea establecer ningn otro tipode asociacin o de relacin puesto que hacerlo implicara una actitud valorativa surgida decriterios convencionales de ordenamiento o agrupamiento, criterios simblicos elaborados apartir de las relaciones de semejanzas y diferencias que establece el yo. Toda diferencia,

    igualdad o similitud es la correspondencia asociativa que el yorealiza entre los elementos ysus partes. El yose convierte hasta entonces en el significante, el significado y el significador.En el ejemplo referido, el nio con autismo reconoce que cada ficha es nica y autno-

    ma y no existen cualidades equiparables ni relaciones posibles entre los diversos elementosconstituyentes de la totalidad (el todo de la parte). La relacin e integracin entre las totali-dades de las partes (el todo), no es percibida constituida porque dicha percepcin su-pondra la comprensin del todo como unidad; es decir, referira a la integracin de la totali-dad de las partes conforme un simblico constituyente, que podra, a su vez, integrar y orde-nar la totalidad de las partes conforme a un orden segn sus cualidades y similitudes (por co-lor, tamao, textura, forma).

    Para el modo del serautista la parte es, en s misma, un todo independiente de la totali-

    dad que le contiene. La parte es el todo y todo est en la parte. Debido a que no hay co-herencia ni referencia simblica que otorgue unidad a las partes conforme a la integracinperceptual de la totalidad, la unicidad de la parte se presenta ante su atencin como un todoautnomo e independiente de sus colindancias, vecindades, fronteras y lmites.

    La niez con autismo fija su atencin de embudo en el girar de la rueda sin percibir elauto de juguete... En este caso, el automvil la totalidad, es un agregado de la rueda laparte subsidiaria. El todo subsumido y devorado por la fraccin...

    Como escribi el gran Quevedo:

    rase un hombre a una nariz pegado. [Quevedo:1981/546] 11

    Autor: Marcel Arvea DaminMarcel Arvea DaminMarcel Arvea DaminMarcel Arvea Damin.

    Fragmento del libro: Autismo. Autismo infantil y desarrollohumano.Captulo Cuarto. Fenomenologa del autismo infantil. Par-grafos 53-62. Pgs. 208-224. Editorial La Mano. 2006.Mxico.

    11 Este clebre endecaslabo del gran poeta Francisco de Quevedo posee una evidente connotacin autista y ejemplifica unaatencin altamente selectiva (y por lo tanto excluyente); atencin en tubo, centrada y concntrica de la parte sobre el todo.

  • 7/31/2019 Protoimpresin y estados de conciencia en el autismo infantil

    12/12

    11

    Bibliografa.Bibliografa.Bibliografa.Bibliografa.

    BaronBaronBaronBaronCohen, BoltonCohen, BoltonCohen, BoltonCohen, Bolton Patrick.Patrick.Patrick.Patrick. 1998. Autismo. Alianza.Bettelheim, Bruno.Bettelheim, Bruno.Bettelheim, Bruno.Bettelheim, Bruno. 2001. La fortaleza vaca. Autismo infantil y el nacimiento del yo. Piads.Brauner A y F.Brauner A y F.Brauner A y F.Brauner A y F. 1981. Vivir con un nio autstico. Piads.Buber Martin.Buber Martin.Buber Martin.Buber Martin. 1992. Qu es el hombre? Fondo de Cultura Econmica.Buber Martin.Buber Martin.Buber Martin.Buber Martin. 1994. Yo y T. Ediciones Nueva Visin.Ferrari Pierre.Ferrari Pierre.Ferrari Pierre.Ferrari Pierre. 2000. El autismo Infantil. Biblioteca Nueva.Happ Francesca.Happ Francesca.Happ Francesca.Happ Francesca. 1998. Introduccin al autismo. Alianza.Heidegger Martin.Heidegger Martin.Heidegger Martin.Heidegger Martin. 1990 El habla. Ediciones del Serbal.Kanner Leo.Kanner Leo.Kanner Leo.Kanner Leo. 2004. Trastornos autistas del contacto afectivo. Editorial La Mano.Lvinas Emmanuel.Lvinas Emmanuel.Lvinas Emmanuel.Lvinas Emmanuel. 1995. Totalidad e Infinito. Sgueme.Lvinas Emmanuel.Lvinas Emmanuel.Lvinas Emmanuel.Lvinas Emmanuel. 1995a. De otro modo que ser, o ms all de la esencia. Sgueme.Lvinas Emmanuel.Lvinas Emmanuel.Lvinas Emmanuel.Lvinas Emmanuel. 1995. De Dios que viene a la Idea. Caparrs.Lorenz Konrand.Lorenz Konrand.Lorenz Konrand.Lorenz Konrand. 1974. Evolucin y modificacin de la conducta. Siglo XXI.Mannoni Pierre.Mannoni Pierre.Mannoni Pierre.Mannoni Pierre. 1984. El miedo. Fondo de Cultura Econmica.Mesibov Gary.Mesibov Gary.Mesibov Gary.Mesibov Gary. 1995. Un puente hacia la cultura del autismo. Investiga, Automatiza y Disea.Piaget, Jean.Piaget, Jean.Piaget, Jean.Piaget, Jean. 1996. La formacin del smbolo en el nio. Fondo de Cultura Econmica.Quevedo Francisco.Quevedo Francisco.Quevedo Francisco.Quevedo Francisco. 1981. Poesa Completa. Alianza.

    Spinoza Baruch.Spinoza Baruch.Spinoza Baruch.Spinoza Baruch. 1983. tica. Universidad Nacional Autnoma de Mxico. UNAM.Wallon Henri.Wallon Henri.Wallon Henri.Wallon Henri. 1991. La vida mental. Crtica.