El automovilismo: una forma de vida.

Un deporte destacado, una razón para vivir, un sentimiento, que se ve reflejado en la mirada de cada piloto al subirse a su maquina, es para la mayoría de la gente que no es aficionada, muy terriblemente arriesgado por todo lo que conlleva realizarlo. El hecho de superar velocidades fabulosas aclarece todas las perspectivas de la gente que va a presenciar este deporte polémico.

El claro amanecer por las montañas de un domingo, anuncia un nuevo comienzo de este deporte sobre la tibia y radiante pista.

Por ejemplo, el clima, la temperatura, el día, son factores muy importantes a la hora de desarrollar esta pasión que para todos fascina. Él sonido grave de los motores, llena de vida la inmensidad de cada corazón que los escucha. Y el tan volátil combustible, expone su olor único al mezclarse con gases del medio ambiente.

Si se toman las medidas de seguridad correctas, es muy difícil que en un accidente pase algo a mayores. Estos detalles lo hacen muy seguro, sin embargo, nadie está exento de fallas.

Por ende, el deporte es como la natación, adonde individualmente tiene que darse lo mejor. Este se va convirtiendo en un tipo de trabajo a medida que pasa el tiempo y lo soporta y sostiene el gran compañerismo que se ve reflejado cuando se afianza la hermandad al momento de partir. ¿Por qué critican tanto el automovilismo? Es una pregunta que puede tener varias respuestas según el punto de vista desde el cual se lo vea, y los sentidos y percepciones que cada uno tiene.

En fin, como dijo el famoso corredor Juan María Traverso: ‘Nadie que lleva en la sangre y contiene en el este deporte quiere salir lastimado, por lo cual, recurrirán a todas las medida más eficaces que se puedan´.

La buena comunicación que se tiene entre los mismos corredores hace un apoyo mutuo y único en la visión de cada ayudante. Así, por mas que algo salga mal, hay un porcentaje positivo de que nada pase a mayores y todo finalice sanamente bien.