Prueba

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Tantas puertas iguales dan sueño y aburrimiento o si no una curiosidad tremenda. E ntonces inventé un juego para no quedarme dormido. Cerraba los ojos y caminaba cie go hasta una puerta. La abría y al abrirla abría también los ojos. El juego era adivin ar si el enfermo era hombre o mujer y si era quebrado o no. Los enfermos eran ca si todos viejos o señoras con guagua y yo les decía disculpe y cerraba otra vez la p uerta. Resulta que en el número 15 había un niño como yo y estaba solo y me convidó a entrar. Y era el Casimiro. ¿Qué te pasa? le pregunté. Estoy en Observación me dijo. © 1974, MARCELA PAZ Inscripción N" 43.371. Santiago de Chile Derechos de edición reservados para todos l os países por © Editorial Universitaria, S.A. María Luisa Santander 0447. Fax: 56-2-2099455 Tantas puertas iguales dan sueño y aburrimiento o si no una curiosidad tremenda. E ntonces inventé un juego para no quedarme dormido. Cerraba los ojos y caminaba cie go hasta una puerta. La abría y al abrirla abría también los ojos. El juego era adivin ar si el enfermo era hombre o mujer y si era quebrado o no. Los enfermos eran ca si todos viejos o señoras con guagua y yo les decía disculpe y cerraba otra vez la p uerta. Resulta que en el número 15 había un niño como yo y estaba solo y me convidó a entrar. Y era el Casimiro. ¿Qué te pasa? le pregunté. Estoy en Observación me dijo. Santiago de Chile Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada, puede ser reproduci da, transmitida o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o el ectrónicos, incluidas las fotocopias, sin permiso escrito del editor. ISBN 956-11-0354-K Código interno: 006201-3 Texto compuesto con matrices Photon Perpetua 12/14 Se terminó de imprimir esta EDICIÓN en los talleres de Editorial Universitaria

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Tantas puertas iguales dan sueño y aburrimiento o si no una curiosidad tremenda. Entonces inventé un juego para no quedarme dormido. Cerraba los ojos y caminaba ciego hasta una puerta. La abría y al abrirla abría también los ojos. El juego era adivinar si el enfermo era hombre o mujer y si era quebrado o no. Los enfermos eran casi todos viejos o señoras con guagua y yo les decía disculpe y cerraba otra vez la puerta.Resulta que en el número 15 había un niño como yo y estaba solo y me convidó a entrar. Y era el Casimiro.�¿Qué te pasa? �le pregunté.�Estoy en Observación �me dijo.© 1974, MARCELA PAZInscripción N" 43.371. Santiago de Chile Derechos de edición reservados para todos los países por© Editorial Universitaria, S.A.María Luisa Santander 0447. Fax: 56-2-2099455

Tantas puertas iguales dan sueño y aburrimiento o si no una curiosidad tremenda. Entonces inventé un juego para no quedarme dormido. Cerraba los ojos y caminaba ciego hasta una puerta. La abría y al abrirla abría también los ojos. El juego era adivinar si el enfermo era hombre o mujer y si era quebrado o no. Los enfermos eran casi todos viejos o señoras con guagua y yo les decía disculpe y cerraba otra vez la puerta.Resulta que en el número 15 había un niño como yo y estaba solo y me convidó a entrar. Y era el Casimiro.�¿Qué te pasa? �le pregunté.�Estoy en Observación �me dijo.

Santiago de ChileNinguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o electrónicos, incluidas las fotocopias, sin permiso escrito del editor.ISBN 956-11-0354-K Código interno: 006201-3Texto compuesto con matrices Photon Perpetua 12/14Se terminó de imprimir esta EDICIÓN en los talleres de Editorial Universitaria