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¿Heridas en el alma?EMDR, la técnica que sana el pasadoLas experiencias doLorosas que has vivido a Lo Largo de La vida dejan en tu cerebro una hueLLa de La que ni siquiera eres consciente. sin embargo, ese doLor puede activarse automática e inconscientemente en diferentes situaciones deL presente. La terapia emdr es La más indicada para sanar Las heridas emocionaLes deL pasado

por amalia del pozo riaza, sexóloga y técnico emdr (Eye Movement Desensitization and Reprocessing)

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Corazón, riñones, pulmones… cual-quier órgano puede lesionarse ten-gamos consciencia de ello o no. Lo mismo que el cerebro: aunque no lo sepamos conscientemente, es sus-ceptible de resultar dañado, incluso desde los primeros instantes de vida: un embarazo complicado, un parto

difícil, unos días en la incubadora aislado, una madre de-primida que no puede atender con suficiente cariño, un padre que no abraza a su bebe porque no sabe hacerlo… Numerosas situaciones como estas pueden ir provocando “heridas” en nuestro cerebro. Y sobre estas, en el transcurso de la vida, sucederse otras que irremediablemente van tam-bién dejando huella: una ruptura dolorosa, un accidente, una enfermedad grave, la muerte de un ser querido con el que no teníamos buenas relaciones, fracasos económicos, la pérdida de un bebé…En el ámbito de la Psicología, el trauma se refiere a la herida psicológica provocada por una determinada situa-ción. Normalmente se asocia a los problemas derivados de sucesos de gran impacto emocional, como una guerra, un accidente, un abuso, un asalto, una inundación, etcé-tera, pero hechos aparentemente de menor importancia, por ejemplo la desprotección, la humillación, el cambio de roles en la familia, la falta de afecto en la infancia o el abandono, también se vinculan a la aparición del trauma. Y es que la importancia o magnitud de la causa que lo desencadena no determina el grado de daño que el trauma produce. Ambos tipos pueden ser igual de devastadores, ya que sus consecuencias van a depender de cada persona, de su historia y su entorno afectivo, del momento en que se haya producido y de su reiteración a lo largo del tiempo. El trauma, tenga el origen que tenga, afecta de tal manera a la salud y a la sensación de seguridad y de bienestar de la persona que esta puede llegar a desarrollar creencias falsas y destructivas de sí misma y del mundo que le rodea.

A menor edad, mayor riesgoDurante los primeros seis años de vida, los niños desarrollan el apego emocional. Pero ¿tan importante es el apego? La respuesta es rotundamente sí. El apego se basa en la com-prensión y el respeto por las necesidades naturales del niño: contacto físico, muestras de cariño, sentirse acompañado, entendimiento de sus miedos y tensiones, y saber que sus demandas son legítimas y bien recibidas. Así se genera una buena autoestima, una buena base emocional en él. Cuando este apego es seguro y se demuestra cariño, protección y atención, el niño desarrollará un concepto de sí mismo positivo y un sentimiento de confianza. En sus relaciones, las personas seguras tienden a ser cálidas, estables y con relaciones íntimas satisfactorias, y personalmente tienden a ser más positivas, integradas y con perspectivas coherentes de sí mismas. Sienten que valen, que son importantes, que son queridas, que son útiles, que hacen lo que pueden y se

sienten seguras. Por el contrario, cuando el niño aprende a “soportar” sin quejarse, cuando llora pidiendo alimento, brazos, caricias o estar acompañado y no respondemos de forma coherente, le transmitimos inseguridad, sentimiento de que no es respetado y que no tiene derecho a sentirse bien. Entonces buscará a lo largo de su vida otras formas de cubrir esas necesidades, dando lugar lamentablemente a trastornos mentales y sociales, pues sus creencias serán que no vale nada, que no es importante, que es culpable, torpe y que solo merece cosas malas.

La importancia de educarcon límites y normasLa labor de padres y educadores es ayudarle a desarrollar una imagen fuerte y sana de sí mismo, que aprenda que es valorado y no ignorado. La frustración es la base de las inseguridades, y lleva a que se busque la satisfacción de manera peligrosa incluso en años posteriores, cuando se es adulto. Tampoco es cuestión de malcriarle ni tratarle como si fuera de mantequilla; los límites no son incompatibles con una crianza respetuosa, es más, son necesarios. Los padres han de estar atentos y construir un universo físico y emocional que transmita esos límites de forma coherente, clara y amorosa. Sin ellos, el niño se siente perdido, no comprende que las relaciones humanas se basan en el respeto mutuo y cada vez será más compli-cado que sea capaz de desarrollar relaciones en armonía y no con imposición. Sobre la base de un apego seguro y una correcta autoestima, cualquier golpe que nos dé la vida tendrá un impacto mucho menor que sobre la de un apego inseguro.

El cerebro también se sanaA pesar de la existencia del trauma, hay una buena noticia: el cerebro tiende a la salud como el resto del cuerpo. El cerebro emocional posee mecanismos naturales de auto-curación, es decir, capacidades innatas, comparables a otros mecanismos de autocuración como la cicatrización de una herida o la eliminación de una infección, que llevan a la persona a recuperar el equilibrio y el bienestar. Pero no siempre sucede que un cólico nefrítico sana solo o que un herida emocional se procese sola. A veces hay que ayudar al cerebro porque él solo no puede hacerlo. Las terapias que pasan por trabajar con las sensaciones en el cuerpo se aprovechan de estos mecanismos de reprocesamiento natural y cada vez son más los estudios que avalan que el dolor emocional se refleja en el cuerpo y es ahí desde donde se debe trabajar. David Servan-Schreider, en su libro Curación emocional (Ed. Debolsillo) cuenta que, por fortuna, el cerebro se enfrenta a las experiencias perturbadoras mediante un proceso semejante al de la digestión. Ante un evento que deje una impresión negativa en nuestra consciencia, el cerebro puede que lo procese, lo digiera y no deje rastro, pero en otras ocasiones no será así y perdurará en nuestro

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organismo en forma de ansiedad, estrés, sentimientos de culpa, rabia o miedo, condiciones muy nocivas que hacen realmente difícil nuestro día a día.

Las heridas de hoy son el cúmulo del pasadoEn ocasiones vemos a personas que, tras separarse de su pareja de solo un año o pocos meses, caen en una pro-funda depresión de la que no pueden salir. Lo que suele ocurrir es que la separación ha sido el detonante para que se activen otras heridas emocionales que el cerebro tenía guardadas y sin digerir, heridas de las que la persona no es consciente, y por eso no entiende cómo, después de una corta relación de pareja, el dolor de la ruptura es tan desproporcionado. Las experiencias negativas que permanecen sin digerir adecuadamente dejan un residuo emocional que acaba gobernando nuestra vida cotidiana y nos lleva a vivir con desánimo, tristes, desganados, ansiosos, perdidos, insatisfe-chos, con sensación de soledad, de falta de amor… Pero no nos equivoquemos, las heridas que se van sumando a lo largo de la vida se activan en el presente aunque hayan ocurrido hace 20 años, esa es la razón por la cual un día, sin que ocurra nada que justifique un gran malestar, hace que nuestro cuerpo reaccione y sienta, por ejemplo, un ataque de pánico.¿A que sí entiendes que cuando hace 15 años te rompiste el fémur a raíz de caerte de la moto y no fuiste al médico, por esa razón en el presente cojees y te duela al apoyar esa pierna? Sin embargo, te cuesta mucho comprender que si te abandonaron tus padres porque no pudieron hacerlo mejor y no fuiste al psicólogo, esa herida de abandono y rechazo sigue estando ahí haciéndote daño cada vez que sucede una situación que tenga que ver con aquel hecho.

Desensibilizar emociones La terapia EMDR (del inglés Eye Movement Desensitiza-tion and Reprocessing, que se traduce como Estimulación y Reprocesamiento a través del Movimiento de Ojos) fue descubierto y desarrollado en 1987 por la doctora Francine Shapiro. Observó, por casualidad, que los movimientos ocu-lares, en ciertas condiciones, pueden reducir la intensidad de los pensamientos perturbantes. Esto fue el principio del desarrollo de este método terapéutico que utiliza la estimu-lación bilateral (visual, auditiva o kinestésica) para procesar recuerdos traumáticos, cambiar creencias autolimitantes y desensibilizar emociones y sensaciones negativas. EMDR incluye un conjunto de procedimientos que favorecen la función “digestiva” del cerebro, a la que los neurobiólogos llaman “procesamiento de información”. En el interior del cerebro se encuentra el cerebro emo-cional, un verdadero cerebro en el cerebro que controla todo lo que rige el bienestar psicológico. Si los desórdenes emocionales son consecuencia de disfunciones en el cere-

bro emocional, experiencias dolorosas vividas en el pasado sin relación con el presente pero que se hallan impresas de manera imborrable, la EMDR utiliza métodos que pasan por el cuerpo y tienen una influencia directa sobre ese cerebro emocional, en vez de utilizar el enfoque del lenguaje y la razón, poco permeables a dichas experiencias dolorosas del pasado.La terapia EMDR activa ese mecanismo de reproce-samiento e integración de las heridas emocionales. En ciertas circunstancias puede desbordarse, ya sea porque el traumatismo es demasiado fuerte o porque la persona es especialmente vulnerable en el momento en que este se produce, sobre todo en el caso de los niños. En esos casos el suceso doloroso se convierte en traumático; lo ocurrido, en vez de ser digerido, se bloquea y se almacena en un sistema de neuronas que cuenta con vida propia. La persona no se da cuenta de que eso está sucediendo, pero el sistema se convierte en un paquete de información no tratada y disfuncional que en cualquier momento se puede activar y provocar que se sienta deprimida, angustiada, ansiosa,

La terapia EMDR exige un profesional capaci-tado y certificado por el EMDR Institute para su implementación. La web www.emdr-es.org faci-lita un listado. En la actualidad existen más de 50.000 terapeutas entrenados en la utilización

de este abordaje terapéutico. En España han sido entrenados unos 1.400, de los cuales más de

600 están incluidos en esta página web.

Dónde encontrar un terapeuta EMDR

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agresiva, con problemas constantes en las relaciones de pareja, con hechos perturbadores que se repiten en cada trabajo, con fracasos de vida…

La solución terapéuticaEl primer paso es hacer una historia de la vida del paciente y entender, por una parte, qué está ocurriendo para que en el presente se encuentre con sensaciones tan perturbadoras y, en segundo lugar, cuáles son las memorias dañadas que se están activando en el presente: quizás un duelo no resuelto de su padre hace cinco años, un accidente de coche en el pasado, situaciones de cuando era un niño... todo suma.Una vez confeccionado este mapa emocional y saber que está pasando, la EMDR evoca el recuerdo traumático y estimula el sistema adaptativo de procesamiento de la in-formación que hasta ese momento la persona no había logrado digerir. Para ello se sirve de la estimulación bilateral (visual, auditiva o kinestésica), que hace que el paciente mueva los ojos de un lado a otro, o bien, mediante unos cascos, se obliga a la persona a escuchar pequeños sonidos

alternantes, o se dan pequeños golpes en las rodillas asi-mismo de forma alternantiva, derecha e izquierda. ¿Qué se consigue con ello? Para explicarlo hay que remitirse al sueño REM. Por la noche, mientras dormimos, el cuerpo repara muchas cosas, entre ellas, aquellas que nos molestaron durante el día. Esto lo hace el cerebro. Si te enfadaste con tu marido, te duermes, y al día siguiente la ira desapareció. Eso lo consigue el cerebro de forma natural durante la fase REM del sueño, a través de movimientos oculares de los que no somos conscientes. Esos movimientos oculares activan el sistema de autocuración emocional, y la EMDR lo que hace es reproducir ese sistema innato para procesar lo que el cerebro solo no puede.A través de diferentes estudios, se ha demostrado su efectivi-dad en el dolor crónico, los duelos, las fobias, las adicciones y diferentes trastornos (por ansiedad, de la alimentación, de estrés postraumático, disociativos, somatomorfos, de conducta, obsesivo compulsivo…). Además, es una terapia avalada por la Organización Mundial de la Salud y las guías clínicas internacionales para el tratamiento del trauma.

CuRaCIón EMoCIonaL, de David Servan-Schreiber. Editorial: Debolsillo. Páginas: 304.Precio: 7,95 e.

SuPERa tu PaSaDo, de Francine Shapiro. Editorial: Kairos. Páginas: 496. Precio: 19,50 e.

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