Pueblos indigenas en riesgo de desaparecer

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1 Kofán Están asentados en Nariño y Putumayo. Según el Plan de Vida del Pueblo Kofán, realizado por sus autoridades tradicionales, la comunidad cuenta con 1.143 personas. El pueblo Kofán se remonta a épocas anteriores a la conquista, donde varios grupos indígenas prehispánicos como los Mocoa, Pasto y Sucumbíos (de probable filiación Kofán), participaban en extensas redes de comercio de productos selváticos. Sin embargo, sólo se tuvo noticia de los Kofán hasta finales del Siglo XVI. El territorio donde este pueblo habita en el Putumayo representa un fortín estratégico para los grupos armados ilegales. Debido a ello, entre 2003 y 2008 se reportaron 50.711 personas desplazadas en la región del Bajo Putumayo. Siona Se nombran a sí mismos KatuchaPai o “gente del río de la caña brava”. Viven al sur de la Amazonía y en Putumayo. Su población se estima en 1.829 personas, según el Censo Dane de 2005. El pueblo indígena Siona desarrolló un modo de vida de convivencia con los seres de la tierra – airu (animales, plantas, aire, agua, viento y los dueños y guardianes de los lugares sagrados). Airu es el hábitat natural, el lugar del cual obtienen todos los elementos esenciales para garantizar su subsistencia y desarrollo cultural. El pueblo Siona históricamente ha vivido duros procesos para lograr la protección de sus territorios, con lo cual hoy son más claras las problemáticas de pérdida de su cultura, disminución demográfica, desnutrición, pobreza, contaminación y detrimento del medio ambiente, entre otros. Betoye Habitan a orillas del río Cravo, en el Municipio de Tame, Arauca. Aunque no conservan su lengua original, hablan un español particular denominado Español Betoyo, en el que permanecen ciertas estructuras gramaticales del sustrato Betoye. Su población se estima en 800 personas. En este grupo indígena, la autoridad la tiene el capitán, generalmente el hombre más anciano del grupo. El Pueblo Betoye ha estado históricamente expuesto a la violencia política y social. Los Betoye han sufrido diversas formas de amenaza debido a la presencia de actores armados ilegales en su zona de asentamiento, que los han dejado en medio de las confrontaciones armadas. Esto ha tenido impactos negativos en su cohesión familiar, comunitaria y su supervivencia como pueblo. Sicuani Los Sikuani son conocidos también como los “kive”, palabra que significa gente. Gran parte de su población vive en Venezuela, donde se les conoce con el nombre de jive. En Colombia habitan en los departamentos de Casanare, Guaviare, Vaupés, Vichada Arauca, Meta y Guainía. Su población está estimada en 23.006 personas. Su condición nómada les permitió resistir a los intentos de reducción por parte de los conquistadores, así como a las incursiones caribe. Sin embargo, se vieron afectados por el comercio de esclavos practicado por los portugueses en el rio Orinoco y sus afluentes, y más adelante por las guahibadas o cacerías de indígenas incentivadas por los primeros fundadores de los hatos ganaderos de la región.

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Listado y descripcion de los pueblos indigenas en colombia en riesgo de desaparecer a causa del conflicto armado colombiano

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Kofán    Están  asentados  en  Nariño  y  Putumayo.  Según  el  Plan  de  Vida  del  Pueblo  Kofán,  realizado  por  sus  autoridades  tradicionales,  la  comunidad  cuenta  con  1.143  personas.  El  pueblo  Kofán  se  remonta  a  épocas  anteriores  a   la  conquista,  donde  varios  grupos   indígenas  prehispánicos  como  los  Mocoa,  Pasto  y  Sucumbíos  (de  probable  filiación  Kofán),  participaban  en  extensas   redes   de   comercio   de  productos   selváticos.   Sin   embargo,   sólo   se   tuvo  noticia   de   los  Kofán  hasta  finales  del  Siglo  XVI.    El  territorio  donde  este  pueblo  habita  en  el  Putumayo  representa  un  fortín  estratégico  para  los  grupos   armados   ilegales.   Debido   a   ello,   entre   2003   y   2008   se   reportaron   50.711   personas  desplazadas  en  la  región  del  Bajo  Putumayo.      

Siona    Se   nombran   a   sí   mismos   Katucha-­‐Pai   o   “gente   del   río   de   la   caña   brava”.   Viven   al   sur   de   la  Amazonía  y  en  Putumayo.    Su  población  se  estima  en  1.829  personas,  según  el  Censo  Dane  de  2005.  El  pueblo   indígena  Siona  desarrolló  un  modo  de  vida  de  convivencia  con   los   seres  de   la  tierra   –   airu   (animales,   plantas,   aire,   agua,   viento   y   los   dueños   y   guardianes   de   los   lugares  sagrados).  Airu  es  el  hábitat  natural,  el   lugar  del  cual  obtienen  todos   los  elementos  esenciales  para   garantizar   su   subsistencia   y   desarrollo   cultural.   El   pueblo   Siona   históricamente   ha   vivido  duros  procesos  para   lograr   la  protección  de   sus   territorios,   con   lo   cual  hoy   son  más   claras   las  problemáticas   de   pérdida   de   su   cultura,   disminución   demográfica,   desnutrición,   pobreza,  contaminación  y  detrimento  del  medio  ambiente,  entre  otros.      

Betoye    Habitan  a  orillas  del  río  Cravo,  en  el  Municipio  de  Tame,  Arauca.  Aunque  no  conservan  su  lengua  original,   hablan   un   español   particular   denominado   Español   Betoyo,   en   el   que   permanecen  ciertas  estructuras  gramaticales  del  sustrato  Betoye.    Su  población  se  estima  en  800  personas.  En  este  grupo   indígena,   la  autoridad   la   tiene  el  capitán,  generalmente  el  hombre  más  anciano  del  grupo.  El  Pueblo  Betoye  ha  estado  históricamente  expuesto  a   la  violencia  política  y  social.  Los  Betoye  han  sufrido  diversas  formas  de  amenaza  debido  a  la  presencia  de  actores  armados  ilegales  en  su  zona  de  asentamiento,  que   los  han  dejado  en  medio  de   las   confrontaciones  armadas.  Esto  ha  tenido  impactos  negativos  en  su  cohesión  familiar,  comunitaria  y  su  supervivencia  como  pueblo.      

Sicuani    Los  Sikuani  son  conocidos  también  como  los  “kive”,  palabra  que  significa  gente.    Gran  parte  de  su  población  vive  en  Venezuela,  donde  se  les  conoce  con  el  nombre  de  jive.  En  Colombia  habitan  en  los  departamentos  de  Casanare,  Guaviare,  Vaupés,  Vichada  Arauca,  Meta  y  Guainía.      Su  población  está  estimada  en  23.006  personas.  Su  condición  nómada  les  permitió  resistir  a  los  intentos  de   reducción  por  parte  de   los   conquistadores,   así   como  a   las   incursiones   caribe.     Sin  embargo,  se  vieron  afectados  por  el  comercio  de  esclavos  practicado  por  los  portugueses  en  el  rio   Orinoco   y   sus   afluentes,   y   más   adelante   por   las   guahibadas   o   cacerías   de   indígenas  incentivadas  por  los  primeros  fundadores  de  los  hatos  ganaderos  de  la  región.      

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El  territorio  donde  habita  esta  comunidad  tiene  una  ubicación  privilegiada  para  la  instalación  de  corredores  de  movilidad  para  el  tráfico  de  armas,  insumos  y  derivados  de  la  producción  de  coca.  Entre  2003  y  2008,  fueron  asesinados  un  total  de  9  indígenas  pertenecientes  a  esta  etnia.          

Nukak  Makú    Comparten   su   territorio   con   otros   pueblos   del   Resguardo   de   Vaupés.   Viven   en   el   noroeste  Amazónico.  Su  población  se  estima  en  400  habitantes.    Hasta  1995,  la  comunidad  Nukak  era  el  pueblo  nómada  más  móvil  de  Sudamérica;  sin  embargo,  hoy  en  día,    a  pesar  de  que  su  movilidad  se  encuentra  reducida,  mantienen  desplazamientos  por  el  bosque  para  aprovechar  recursos,  y  para  visitar  parientes  y  amigos.    En   los   últimos   20   años   la   situación   de   derechos   humanos   de   los   indígenas   Nukak   Makú   ha  estado   relacionada   con   el   contacto   frecuente   con   otras   poblaciones,   las   disputas   territoriales  entre  los  grupos  armados  ilegales,  la  economía  de  la  coca  y  la  demanda  de  su  mano  de  obra.  En  razón  de  esto,  han  sufrido  desplazamientos  forzados,  que  han  conducido  a  su  vez  a  la  reducción  de   su   movilidad,   la   modificación   de   sus   hábitos   y   prácticas   cotidianas,   la   interrupción   de   la  transmisión   de   los   conocimientos   tradicionales   y   un   grave   descenso   demográfico   debido   a   la  transmisión  de  enfermedades.    

Guayabero    Se  ubican  en  los  departamentos  de  Guaviare  y  Meta.  Su  población  se  estima  en  1.118  personas.  Dentro   de   su   cosmovisión,   el   mundo   se   estructura   en   niveles   ocupados   por   los   humanos,  espíritus  y  seres  mitológicos.    El   control   del   río   Guaviare   y   de   sus   territorios   aledaños   se   ha   convertido   en   una   de   las  principales   causas  de  disputa  entre   los  grupos  armados   ilegales  en   los  municipios  de  San   José  del   Guaviare,   Mapiripán   y   Puerto   Concordia.   En   este   contexto,   los   resguardos   de   la   etnia  Guayabero,   al   estar   ubicados   en   las   riberas   del   río,   se   encuentran   en   el   centro   de   los  enfrentamientos.      

 U´wa    Los  U´wa  no  son  un  grupo  homogéneo.  Algunos  sectores,  en  particular   los  que  se  ubican  en  el  río   Blanco   (riowa),   han   adaptado   estilos   similares   de   vida   a   los   campesinos.     La   reducción  sistemática  de  sus   territorios   tradicionales  ha  sido  uno  de   los   factores  de  mayor   impacto  para  sus   comunidades,   así   como  el   principal   punto   de   sus   demandas.     La  mayoría   de   su   población  habita   en   los   departamentos   de   Boyacá,   Casanare,   Santander   y   Norte   de   Santander.     Su  población  se  estima  en  7.013  personas.    Los  U´wa  se  han  visto  afectados  por  la  presencia  de  grupos  armados  ilegales  en  su  territorio,  así  como   por   las   exploraciones   mineras.   Durante   el   período   2003–2008,   el   Observatorio   del  Programa   Presidencial   de   DH   y   DIH   registró   el   homicidio   de   3   integrantes   de   la   comunidad  indígena   U’wa.   Entre   1998   y   2001   se   reportaron   10   homicidios   de   integrantes   de   esta  comunidad.    

 

Páez-­‐Nasa    

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 Los  Nasa  están  localizados  en  su  mayoría  al  sur  de  los  Andes,  en  la  región  de  Tierradentro,  entre  los  departamentos  de  Cauca  y  Huila.  Habitan  además  en  el  Tolima,  Putumayo,  Meta  y  Caquetá.  Se   considera   el   segundo   pueblo   indígena   en   cuanto   al   tamaño   de   su   población.   Son  aproximadamente  138.501  personas.    A  pesar   de   su   fuerte   resistencia   contra   los   conquistadores,   a   partir   de   la   segunda   década   del  siglo   XVII   se   establecieron   las   encomiendas   y   las   misiones   en   el   territorio   indígena.   Desde  entonces  los  Nasa  han  emprendido  múltiples  luchas  por  su  territorio,  compartido  con  los  pijao,  guambiano  y  guanaca.  La   región  del   norte   de  Cauca   se   ha   configurado  en   los   últimos   tiempos   como  una  de   las  más  críticas   del   departamento   en   lo   que   respecta   a   la   confrontación   armada   y   a   la   situación   de  derechos  humanos  de  sus  habitantes.    Los  Nasa  o  Páez  han  vivido  constantes  violaciones  a  los  derechos  humanos  e  infracciones  al  DIH,  entre  las  que  se  cuentan  masacres,  asesinatos  selectivos,  amenazas  y  desapariciones.        

Coreguaje      Están  localizados  al  suroeste  de  la  Amazonía  a  lo  largo  del  río  Orteguaza,  en  los  departamentos  de  Caquetá  y  Putumayo.  Son  aproximadamente  1.321  personas.    La   situación   de   derechos   humanos   del   pueblo   Coreguaje   se   relaciona   con   la   ubicación   de   sus  comunidades  en  zonas  que   los  grupos  armados   irregulares  han  considerado  como  estratégicas  en   el   marco   de   la   confrontación   armada.   Las   poblaciones   más   afectadas   se   ubican   en   los  municipios  de  Milán  y  Solano,  pues  sus  asentamientos  se  encuentran  cerca  de  las  riberas  de  los  ríos  Orteguaza,  Caquetá  y  Peneya,  utilizados  para  la  movilización  de  insumos  para  la  producción  de  base  de  coca,  de  combatientes  y  armas  hacia  el  departamento  de  Putumayo.        

Pijao    Los   Pijao   habitan   la   región   del   Suroccidente   del   Tolima,   especialmente   los   municipios   de  Coyaima,   Natagaima,   Ortega,   Río   Blanco   y   San   Antonio.   También   se   han   asentado  recientemente   en   San   Vicente   del   Caguán,   en   el   departamento   del   Caquetá.   Son  aproximadamente  17  mil  aborígenes  Pijao.    Las  tribus  Pijao  opusieron  dura  resistencia  a  la  conquista  española,  razón  por  lo  cual  se  declaró  en  su  contra  una  guerra  de  exterminio  que  duró  alrededor  de  60  años.    Esta  etnia  ha  sido  víctima  directa  del  desplazamiento  forzado,  fenómeno  que  en  el  caso  de  los  Pijao   se   ha   dado   con   mucha   fuerza   desde   los   años   noventa,   por   la   multiplicidad   de   grupos  armados   ilegales   presentes   en   la   zona   del   suroccidente   tolimense.   Esta   situación   llevó   al  asentamiento  de  esta  etnia  en  otros  lugares  del  país,  e  incluso  a  la  existencia  de  un  cabildo  Pijao  conformado  por  desplazados  en  Bogotá  desde  1999.    La   Comisión   Interamericana   de   Derechos   Humanos,   en   diciembre   de   2003,   otorgó   medidas  cautelares  a  favor  de  las  comunidades  indígenas  Pijao.        

WIWA    

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El  pueblo  Wiwa,  compuesto  por  13.627  personas  es  una  de   las  cuatro  comunidades   indígenas  que   habitan   la   Sierra  Nevada   de   Santa  Marta,   junto   con   los   Kogui,   Kankuamo   y   Arhuaco.   Los  Wiwa  están  asentados  en  la  vertiente  suroriental  y  norte  de  la  Sierra.    Su  modo  de  vida  está  regido  según  el  principio  espiritual  de  la  existencia  de  la  Ley  de  Origen,  por  lo  cual  mantienen  una  relación  sensible  con  la  tierra.  Damana  es  su  lengua  nativa,  pertenece  a  la  rama  lingüística  Chibcha.    La   coyuntura   actual   del   pueblo   Wiwa   está   dada   por   la   resistencia   a   la   presencia   de   grupos  armados   ilegales   y   a   las   multinacionales   que,   sin   consulta   previa,   exploran   su   territorio   para  llevar  a   cabo  proyectos  que  van  en  detrimento  de   su  cultura  y  estabilidad   territorial.   Cuentan  con  medidas  cautelares  de  la  Comisión  Interamericana  de  Derechos  Humanos.        

KANKUAMO    El   pueblo   Kankuamo,   compuesto   por   12.714   personas,   junto   con   las   comunidades   indígenas  Kogui,   Arhuaco   y  Wiwa,   habita   en   la   Sierra  Nevada   de   Santa  Marta,   en   su   vertiente   oriental.  Algunos  indígenas  kankuamos  están  asentados  en  el  Resguardo  de  Valledupar.  Su   ubicación   geográfica   fue   un   atractivo   para   las   instituciones   españolas,   lo   cual   implicó  relaciones   de   poder   y   culturales   desiguales.   Ello   dio   como   resultado,   desde   el   Siglo   XIX,   el  debilitamiento  de  usos  y  costumbres  (por  ejemplo  el  vestido  tradicional  y  su  lengua  casi  extinta).    Entre  1995  y  2008,  el  pueblo  Kankuamo   fue  víctima  de   la  confrontación  armada  en  el  país,   lo  que  dejó  190  indígenas  asesinados  y    400  familias  desarraigadas  de  su  territorio  y  forzadas  a  huir  hacia   centros   urbanos   y   otras   áreas   de   la   Sierra.   Cuentan   con   medidas   provisionales   de  protección  de  la  Corte  Interamericana  de  Derechos  Humanos.    

ARHUACO  La  comunidad  indígena  Arhuaca  habita  la  vertiente  occidental  y  suroriental  de  la  Sierra  Nevada  de  Santa  Marta  (junto  con  los  pueblos  Kogui,  Kankuamo  y  Wiwa).  Son  22.134  personas.  Ante   los   procesos   de   colonización,   el   pueblo   Arhuaco   optó,   con   miras   a   preservar   su  espiritualidad  como  método  de  resistencia,  por  recluirse  y  encontrar  refugio  en   las  partes  más  altas  de  la  Sierra  Nevada.  Sin  embargo,  el  contacto  con  la  arremetida  española  produjo  ciertos  cambios  culturales  significativos  en  sus  formas  de  convivir  y  relacionarse  entre  sí.      Después   de   sus   vecinos   los   Kankuamos,   la   comunidad   Arhuaca   es   el   pueblo   indígena   más  abatido  por   el   conflicto   armado.   Entre   el   año   2003   y   2008,   12   arhuacos   fueron   asesinados,   2  desaparecidos  y  2,509  fueron  víctimas  del  desplazamiento  forzado.      

KOGUI    Habitan  en  la  cuesta  norte  y  sur  de  la  Sierra  Nevada  de  Santa  Marta;  territorio  que  comparten  con  el  pueblo  Arhuaco,  Kankuamo  y  Wiwa.  Se  estima  que  hay  9,111  personas.  Los  Kogui  son  la  comunidad   más   tradicional   y   con   menor   contacto   con   el   resto   de   sociedad   que   existe   en   la  Sierra  Nevada  de  Santa  Marta.      El  pueblo  Kogui  ha  logrado  mantenerse  fiel  a  su  cultura,  a  pesar  de  las  constantes  represiones  y  amenazas   tanto   de   actores   armados   ilegales   como   del   capitalismo   occidental   que   intenta  homogeneizarlos.  La  presencia  de  cultivos  ilícitos  ha  exacerbado  la  violencia  en  el  territorio  sagrado  de  los  Kogui  y  demás  comunidades  indígenas  con  las  que  comparte  la  Sierra.      

WAYÚU  

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El  pueblo  Wayúu  está  compuesto  por  270.413  personas  que  habitan  en  el  departamento  de  la  Guajira  -­‐alta,  media  y  baja  y  en  el  estado  de  Zulia  en  Venezuela.    Previo   al   contacto   con   los   españoles,   los   Wayúu   tenían   altos   grados   de   nomadismo.   Al  desarrollarse   los   procesos   de   colonización,   el   pueblo   indígena   adoptó   el   pastoreo,  posteriormente  el  comercio  y  se  asentaba  por  largos  periodos  en  un  solo  lugar.  La  cultura  wayúu  es  una  de  las  más  fuertes  actualmente  en  el  territorio  colombiano.    La  coyuntura  actual  del  pueblo  Wayúu  se  caracteriza  por   la  escasez  de  agua,   la  explotación  de  sus   recursos  naturales  desde   la  década  de   los  80,   (explotación  petrolera,  minas  de  carbón  del  Cerrejón  y  el  puerto  marítimo  de  la  Alta  Guajira),  y  la  afectación  debido  a  la  lucha  por  el  control  territorial  con  actores  armados  ilegales.      

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EMBERÁ-­‐KATÍO  El   pueblo   Emberá-­‐Katío   se   encuentra   ubicado   en   diferentes   lugares   de   los   departamentos   de  Antioquia,  Córdoba,  Chocó,  Caldas  y  Putumayo.  Actualmente  hay  38.259  personas  que  se    auto-­‐reconocen  como  Emberá  katío.  En   la   época   prehispánica,   los   pueblos   Emberá   (Katío,   Chamí,   Dodibá   y   Eperara   Siapidara)  convivían  en  un  espacio  común,  con  una  lengua,  cosmología  y  rasgos  culturales  semejantes.  Sin  embargo,   los   procesos   de   colonización   y   el   contacto   con   otras   culturas,   indígenas,   blancos   o  negros,  fragmentaron  dicha  comunidad.  Desde   el   año   1998   esta   etnia   ha   sido   víctima   de   un   alto   número   de   homicidios,   112   entre   el  2000  y  2002.  En  2001,  ante  la  gravedad  de  las  circunstancias,  la  CIDH  dictó  medidas  cautelares  con  el  objetivo  de  proteger  a  la  comunidad.      

EMBERÁ-­‐DOBIDÁ    Las  37.327  personas  que  se  auto-­‐reconocen  como  Emberá-­‐Dobidá  se  encuentran  distribuidas  en  los  departamentos  del  Chocó,  Risaralda  y  Caldas.    En   la   época   prehispánica,   los   pueblos   Emberá   (Katío,   Chamí,   Dodibá   y   Eperara   Siapidara)  convivían  en  un  espacio  común,  con  una  lengua,  cosmología  y  rasgos  culturales  semejantes.  Sin  embargo,   los   procesos   de   colonización   y   el   contacto   con   otras   culturas,   indígenas,   blancos   o  negros,  fragmentaron  dicha  comunidad.  El   contexto   de   conflicto   armado   en   sus   territorios   ha   puesto   a   esta   comunidad   indígena   en  riesgo   de   extinción   física   y   cultural.   9   comunidades   Emberá-­‐Dobidá,   donde   habitaban  aproximadamente  1.000  personas,  están  totalmente  desiertas  y  35   indígenas  de   la  comunidad  Indicina  en  el  río  Ancozó  están  desplazados  en  Puerto  Meluk.      

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EMBERÁ-­‐CHAMÍ  29.094   personas     se   autoreconocen   como   Emberá   Chamí.   Esta   comunidad   se   encuentra  asentada   en   los   departamentos   de   Risaralda,   Caldas   y   Antioquia.   Otras   personas   están  localizadas  en  los  asentamientos  en  Quindío,  Valle  del  Cauca  y  en  Caquetá.  El   pueblo   Emberá   (que   era   en   la   época   prehispánica   una   sola   comunidad)   fue   fraccionado  debido   a   los   procesos   de   la   conquista   y   colonia,   dinámicas   comprendidas   por   misiones  evangélicas   y   reclamos   de   tierra,   haciendo   que   las   comunidades   se   dispersaran   en   disímiles  territorios  con  distintos  modos  de  desarrollo.    Actualmente,  el  pueblo  Emberá-­‐Chamí  se  encuentra  flagelado  por  el  conflicto  armado  del  país.  Existe   presencia   de   grupos   armados   ilegales   en   los   departamentos   donde   residen,   lo   que   ha  generado  desplazamiento   forzado,   altas   tasas  de  homicidios,  masacres,   amenazas   y   combates  en  su  territorio.      

WOUNAAN  Los   Wounaan,   término   que   significa   gente,   son   una   comunidad   indígena   que   habita   en   los  departamentos  de  Chocó,  Valle  del  Cauca  y  Bogotá.  En  dichas  zonas  habitan  aproximadamente  9.066  personas.  Previo  a  la  conquista,  el  Urabá  chocoano  (o  Darién)  estaba  habitado  por  indígenas,  pescadores  y  cazadores   sedentarios   de   las   comunidades   Kunas,   Emberas   y  Wounaans.   Sin   embargo,   en   el  siglo  XV,   los  procesos  de   colonización  obligaron  a  estos  pueblos  a  dispersarse  a   lo   largo  de   la  región  Pacífico  colombiana  y  panameña  y  a  transformar  sus  modos  de  interactuar  con  distintas  comunidades  y  con  la  naturaleza.    Los  indígenas  Wounaan  se  enfrentan  a  su  posible  extinción  cultural,  debido  a  la  afectación  que  sufren  por  el  conflicto  armado  y  la  pérdida  de  su  cultura  tradicional  y  formas  de  interacción.      

AWÁ  Las   25.813   personas   que   se   reconocen   como   Awa   Kuaiker   habitan   en   los   departamentos   de  Nariño,  Putumayo  y  Amazonas.    Todas   las   comunidades   indígenas   de   la   costa   pacífica   de   Nariño   fueron   denominadas   por   los  españoles   como  Barbacoas;   sin   embargo,   el   pueblo  Awá   se   dividía   en   cuatro   grupos   según   el  territorio  habitado:  Sindaguas,  Telembíes,  Barbacoas  e  Iscuandés.    La  presencia  de   grupos  armados   ilegales   y   el   narcotráfico  en   su   territorio  ha   generado  que  el  pueblo  Awá  deba  desplazarse,  para  preservar  sus  vidas,  y  que  sean  despojados  de  sus  parcelas.  Los   indígenas  que  han  decido  quedarse  han  sido   forzados  a   trabajar  para   los  grupos  armados,  perdiendo  por  completo  su  agricultura  itinerante  y  en  general  su  base  económica.      HITNU      El  pueblo  Hitnú  está  asentado  en  los  municipios  de  Arauca  y  Puerto  Rondón,  Arauca.  Se  estima  que  la  comunidad  está  compuesta  por  441  personas.  Previo  a  la  evangelización,  los  Hitnú  aplicaban  sus  conocimientos  astronómicos  en  el  manejo  del  medio  ambiente,  es  decir,  predecían  fenómenos  naturales  que  condicionaban  los  ciclos  reproductivos  de  los  animales.  Debido  al  desplazamiento  forzado  al  que  ha  estado  sometida  la  comunidad,  el  70%  de  la  población  Hitnú  está  en  graves  condiciones  de  desnutrición  y  salud.      INGA      

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El  pueblo  Inga  está  compuesto  por  15.450  indígenas.  La  mayoría  de  ellos  habita  en  el  departamento  de  Putumayo.  Sin  embargo,  pueden  encontrarse  miembros  de  la  comunidad  Inga  en  Nariño,  en  el  Cauca  y  en  zonas  urbanas  de  Bogotá  y  Cali.  Son  reconocidos  principalmente  por  su  habilidad  para  las  artesanías,  sus  conocimientos  chamánicos,  poderes  curativos  y  alto  nomadismo.      El  pueblo  Inga  está  enfrentado  a  diversas  presiones  por  los  derechos  territoriales,  tanto  por  la  propiedad  como  por  su  explotación.  Del  mismo  modo,  la  presencia  de  grupos  armados  al  margen  de  la  ley  y  la  consolidación  y  expansión  de  cultivos  ilícitos  ha  puesto  a  los  indígenas,  especialmente  a  la  población  joven,  en  alta  vulnerabilidad.        KAMENTSÁ    El  pueblo  Kamentsá,  conformado  por  4,879  personas  está  asentado  principalmente  en  el  Valle  de  Sibundoy  y  en  dos  resguardos  en  Mocoa,  Putumayo,  en  el  Valle  de  Cauca  y  Nariño.    Desde  los  años  70,  los  Kamentsá  iniciaron  procesos  de  fortalecimiento  educativo  y  cultural  con  el  objetivo  de  preservar  y  aumentar  sus  procesos  organizativos  propios.    Debido  a  su  localización  geográfica,  en  el  Alto  Putumayo,  los  Kamentsá  han  sido  afectados  por  los  movimientos  de  grupos  armados  ilegales  y  narcotraficantes,  por  lo  cual  han  sido  víctimas  de  hostigamientos  y  desplazamiento  forzado.        KICHWA    Actualmente  la  comunidad  indígena  está  compuesta  por  481  personas.  El  pueblo  Kichwa  está  asentado  en  el  bajo  Putumayo,  específicamente  en  Puerto  Leguízamo  (Putumayo),  Valle  del  Cauca  y  Antioquia.    Se  ha  debatido  acerca  de  las  raíces  del  pueblo  Kichwa,  atribuyéndoles  ascendencia  peruana,  pre-­‐inca,  inca  o  de  la  colonia,  que  llegó  a  Colombia  debido  a  procesos  migracionales.  Sin  embargo,  la  tradición  Kichwa  establece  que  su  origen  es  ecuatoriano.    Por  su  reducido  número  de  habitantes,  los  Kichwa  están  en  riesgo  de  extinción,  especialmente  por  su  exposición  a  la  violencia  y  la  pérdida  de  territorios.      KUIVA    El  pueblo  Kuiva,  compuesto  por  769  personas,  está  asentado  en  los  departamentos  de  Casanare  y  Arauca.  Desde  el  siglo  XIX  hasta  mediados  del  siglo  XX,  esta  etnia  fue  víctima  de  asesinatos  masivos  en  lo  que  se  conoció  como  la  práctica  de  cacería  de  indígenas.  Desde  los  años  60,  la  evangelización  generó  una  serie  de  presiones  sobre  los  Kuiva,  y  en  años  más  recientes,  la  presencia  de  actores  armados  ilegales  y  cultivos  ilícitos.  El  pueblo  indígena  Kuiva  está  enfrentado  a  desafíos  de  salubridad,  educación,  control  territorial  y  acceso  a  programas  de  subsistencia.        CHIMILA      El  pueblo  Chimila  habita  en  el  municipio  de  San  Ángel,  en  las  llanuras  centrales  de  los  Departamentos  de  Magdalena  y  Cesar.  Su  población  está  conformada  por  910  personas.    

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Hasta  antes  de  la  colonización  por  parte  de  la  Corona  Española,  el  pueblo  Chimila    estaba  distribuido  en  una  vasta  porción  de  la  región  Caribe,  sin  embargo  ahora  se  encuentran  reducidos  a  un  territorio  marginal.    A  finales  de  2007,  417  indígenas  chimila  fueron  desplazados  por  amenazas.          COCONUCO    El  pueblo  Coconuco  se  localiza  en  la  zona  central  del  departamento  del  Cauca.  Parte  del  territorio  se  halla  dentro  de  las  inmediaciones  del  Parque  Natural  Puracé.  En  la  actualidad  existen  más  de  16.492  coconucos,  que  no  conservan  su  lengua  nativa,  excepto  en  algunos  nombres  de  plantas  y  lugares  geográficos.    El  aumento  de  personas  desplazadas,  especialmente  en  los  años  2007  y  2008,  se  puede  atribuir  a  la  creciente  presencia  de  grupos  post-­‐desmovilización,  que  tratan  de  establecerse  en  áreas  privilegiadas  por  su  posición  geográfica  y  por  los  cultivos  ilícitos  que  se  registran  en  el  departamento.      YANACONAS    Su  población    estimada  corresponde    a  33.253  indígenas.  La  población  Yanacona  vive  al  sureste  del  departamento  del  Cauca,  en  el  Macizo  Colombiano,  y  en  el  Huila.    De  acuerdo  con  su  cosmovisión,  el  universo  se  divide  en  tres  mundos:  el  mundo  de  abajo  donde  viven  los  “tapujos”;  el  mundo  intermedio,  donde  viven  las  personas,  plantas  y  animales;  y  el  mundo  de  arriba,  que  corresponde  a  Dios  y  a  los  santos.    El  desplazamiento  masivo  y  el  asesinato  de  líderes  ha  generado  la  ruptura  de  tradiciones  culturales  y  familiares  de  la  etnia  Yanacona,  en  la  medida  en  que  han  venido  debilitando  el  tejido  social  y  afectado  la  transmisión  y  continuidad  de  las  prácticas  culturales  de  esta  etnia.      CUNA      El  pueblo  Tule,  también  llamado  Cuna,  pertenece  a  la  familia  lingüística  Chibcha.  En  Colombia  este  pueblo  vive  en  la  región  del  Darién,  en  el  Urabá  antioqueño  y  chocoano.  La  mayor  parte  de  su  población  vive  en  Panamá,  en  la  comarca  Cuna  Yala  de  San  Blas  y  en  el  bajo  río  Bayano.  Al  pueblo  Tule  no  sólo  se  le  conoce  por  su  organización  social  y  el  ejercicio  democrático  de  la  autoridad  y  gobierno,  sino  también  por  el  papel  civilizador  que  les  otorga  a  las  mujeres,  quienes  además  de  ser  consideradas  proveedoras  y  transformadoras  de  los  alimentos,  son  transformadoras  de  los  seres  humanos,  concibiéndolos  y  haciéndolos  verdaderos  hombres.      Históricamente,  el  Urabá  se  presenta  como  una  zona  geoestratégica  relevante,  por  su  condición  de  puerto  y  su  cercanía  con  sistemas  montañosos.  Estas  características  la  han  erigido  como  una  región  clave  para  los  grupos  armados  ilegales,  los  cuales  desde  sus  orígenes  han  buscado  asentarse  en  esta  zona.          EPERARA  SIAPIDAARA      El  pueblo  Eperara  Siapidaara  está  distribuido  a  lo  largo  de  la  Costa  Pacífica  sur,  en  el  departamento  del  Cauca,  Valle  del  Cauca  y  Nariño.    Su  población  estimada  es  de  3.853  personas.    

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Los  Eperara  Siapidaara  se  reconocen  como  parte  de  la  gran  familia  Embera.  Sin  embargo  este  pueblo  presenta  una  dinámica  cultural  y  adaptación  territorial  propia  que  se  interpreta  desde  su  cosmovisión  Sia.    Esta  comunidad  indígena  ha  sido  afectada  por  el  homicidio  de  sus  miembros  y  el  desplazamiento  forzado.        GUAMBIANO    La  mayor  parte  de  su  población  vive  en  los  departamentos  del  Cauca  y  Huila.  Su  población  se  calcula  en  20.782  indígenas,  de  los  cuales  77%  vive  en  el  Resguardo  de  Guambía  en  Silva,  Cauca.  Como  resultado  de  la  lucha  histórica  de  sus  caciques  se  les  otorgaron  varios  resguardos  coloniales  que  aún  siguen  ocupando.  Durante  el  Siglo  XX  la  recuperación  de  sus  territorios  se  ha  convertido  en  el  centro  de  sus  demandas  y  luchas.    Entre  2003  y  2008,  se  desplazaron  1.817  indígenas  de  los  9  municipios  que  componen  la  región  habitada  por  la  etnia  Guambiano.    El  municipio  más  afectado  de  la  región  fue  Toribio  con  1.275  desplazados  indígenas.      TOTORÓ        Los  Totoró  se  localizan  en  la  zona  oriental  del  departamento  del  Cauca,  jurisdicción  del  municipio  de  Totoró.  En  el  resguardo  de  origen  colonial  habitan  6.289  personas.  Su  lengua  sólo  es  practicada  actualmente  por  algunos  habitantes,  sobre  todo  por  los  abuelos  y  adultos.  El  pueblo  Totoró,  en  conjunto  con  las  demás  comunidades  indígenas  del  Cauca,  se  enfrentó  a  los  españoles  para  proteger  sus  territorios  y  sus  culturas,  pero  su  resistencia  fue  superada  y  se  vio  obligado  a  retirarse.  Durante  el  periodo  de  la  Independencia,  este  territorio  adquirió  la  condición  de  municipio  y  se  consolidaron  los  actuales  resguardos  indígenas    En  los  últimos  años  la  situación  de  derechos  humanos  de  los  indígenas  Totoró  ha  estado  relacionada  con  las  disputas  territoriales  entre  los  grupos  armados  ilegales,  la  economía  de  la  coca  y  la  demanda  de  su  mano  de  obra.      WITOTOS      Los  witoto  habitan  la  zona  sur  de  la  Amazonía  colombiana,  departamentos  del  Amazonas,  Putumayo  y  Caquetá.  También  habitan  indígenas  Uitoto  en  el  Perú.  Su  población  en  Colombia  se  estima  en  7.343  personas.  La  difícil  navegación  por  los  ríos  en  sus  territorios  los  mantuvo  relativamente  alejados  hasta  finales  del  siglo  XIX,  cuando  comenzó  el  auge  extractivo  de  la  quina  y  el  caucho.  Como  resultado  del  conflicto  colombo-­‐peruano,  este  grupo  se  dispersó,  refugiándose  en  puntos  estratégicos  de  la  Amazonía  colombiana.    La  comunidad  indígena  Witoto  ha  vivido  una  historia  de  despojo,  violación  de  derechos  y  explotación.        YUKO      

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Los  Yuko  viven  al  noreste  del  departamento  del  Cesar,  cerca  de  la  frontera  venezolana,    así  como  en  Venezuela,  donde  se  concentra  la  mayor  parte  de  su  población.  En  Colombia  habitan  4.761  personas,    En  épocas  prehispánicas,  su  territorio  se  extendía  desde  el  Valle  del  Cesar  hasta  el  Lago  de  Maracaibo.    A  partir  del  siglo  XVI  algunos  Yuko  se  vieron  obligados  a  emigrar  hacia  la  Sierra  y  a  establecerse  en  las  misiones  capuchinas,  mientras  los  demás  emprendieron  un  largo  proceso  de  resistencia  que  se  mantiene  hasta  la  actualidad.    La  presencia  de  actores  armados  ilegales  en  sus  territorios  ha  imposibilitado  el  libre  desarrollo  de  las  actividades  tradicionales  del  pueblo  Yukpa,  que  está  compuesto  básicamente  por  cazadores,  recolectores  y  agricultores,  todas  labores  que  requieren  una  amplia  movilidad,  la  cual  se  ve  obstaculizada  y  restringida  por  la  situación  de  tensiones  políticas  y  sociales.        ZENU      La  población  estimada  alcanza  las  233.052  personas.  Este  pueblo  se  localiza  en  los  resguardos  de  San  Andrés  de  Sotavento  (departamento  de  Córdoba)  y  en  el  Volado  (en  el  Urabá  Antioqueño).  Hay  numerosos  asentamientos  en  los  departamentos  de  Córdoba,  Sucre,  Antioquia  y  Bolívar.    La  cultura  zenú  se  destacaba  por  su  excelente  manejo  de  la  ingeniería  hidráulica,  como  lo  evidencia  un  sistema  eficiente  de  canales  que  por  casi  dos  mil  años  llegó  a  cubrir  600.000  hectáreas.    La  principal  problemática  considerada  por  el  pueblo  Zenú  es  la  pérdida  de  su  lengua.  Por  otro  lado,  el  hacinamiento  territorial,  consecuencia  del  despojo  de  tierras  causado  por  años,  no  les  permite  el  desempeño  adecuado  de  la  agricultura  propia  y  actividades  culturales.