¿Qué entendemos por cultura?

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¿Qué entendemos por cultura? Hoy vamos a hablar de cultura, sobre cultura. Sabéis que es un concepto importantísimo para la antropóloga, para el antropólogo. Como antropólogos, trabajamos con la cultura, trabajamos sobre la cultura, trabajamos en la cultura. Aunque no tengamos por qué utilizar, explícitamente, el término "cultura". Y es importante. Es importante porque, si entendemos que la antropología es el estudio del ser humano como ser social y como ser cultural que es, la palabra ya lo dice todo. La idea de sociedad es importante y la idea de cultura es muy importante también. Hoy nos centraremos en la idea de cultura. ¿Qué problema tiene la idea


de cultura? Muchísimos problemas. Uno de los primeros es la polisemia del término "cultura". Esto sucede especialmente con los términos de uso corriente en la calle. "Cultura" puede significar cosas muy diferentes, como pasa con otros conceptos o términos que utilizamos en la antropología. Tanto es así que hay antropólogos y antropólogas con muy buen nombre que, quizá, algún día pensaban: "Mejor sería pasar del término 'cultura', olvidarnos de este término y buscar otras alternativas". Es una idea a la que se suele acudir si los conceptos dan problemas. Se ha dicho lo mismo de la idea de religión, de la idea de familia, de la idea de etnia, por ejemplo.


Incluso de identidad. En principio, creo que hay que conservar el concepto de "cultura", solo que actualizarlo. Actualizarlo y, sobre todo, saber cómo lo utilizamos, para utilizarlo de manera correcta o útil para nosotros. El filósofo Gilles Deleuze, campeón del posmodernismo y de mucho más, daba mucha importancia a los conceptos. Definía la filosofía, básicamente, como construcción de conceptos, de conceptos nuevos, por ejemplo. Y eso sucede también con las demás disciplinas de las ciencias sociales y humanas. Los conceptos son importantísimos. Y no solo la necesidad de inventarnos conceptos, sino de actualizar aquellos que usamos, para que no devengan


meros fósiles conceptuales, que no sean útiles. Y esto sucede con "cultura" muy especialmente. Aquí he escrito algunas frases. Son frases de esas que podemos escuchar normalmente. Las escuchamos en coloquios, en conversaciones de sobremesa... A veces, podemos decir: "Felipe es un hombre sin cultura". Y entendemos lo que queremos decir. O decimos: "Las culturas del mundo son muy variadas". Perfecto. También decimos: "El ser humano es incomprensible sin la cultura". Obviamente. Somos seres bioculturales. Eso lo sabemos. No somos solo un trozo de carne. "Hay que subvencionar la cultura". Nos quejamos de que hay que tener más dinero para el teatro, la música, la literatura, etc. Claro que sí.


También hablamos de "la cultura de la droga". Los informativos lo saben bien. O decimos, también... Hoy sabemos, antes no lo sabíamos, que muchos animales, muchos no humanos, también poseen cultura. ¿Cuál es el problema? Como podéis observar, utilizamos siempre el mismo término. "Cultura", "cultura", "cultura", "cultura", "cultura". Pero no el mismo concepto. Es distinguir el término del concepto, el término de la conceptualización. Aquí es donde está la trampa. La antropóloga tiene que saber esto. Debe conocer cuándo usa "cultura" en un sentido o en otro sentido. Porque, si no, hay problemas de tergiversación, o de no llegar donde queremos,


cuando hacemos nuestros discursos teóricos. Me parece imprescindible, al menos, distinguir entre tres dimensiones diferentes del término "cultura" y, por lo tanto, tres conceptualizaciones diferentes. La primera de ellas la denomino humanista. Una idea humanista de cultura. Es cuando decimos: "Hay que subvencionar la cultura". Cuando he escrito estas frases, algunas son contradictorias. Decimos que hay que subvencionar la cultura y hablamos de la cultura de la droga. Se dan patadas. En la dimensión humanista, hablamos de esta idea de cultura. Es Shakespeare, es Tolstói, es Dante, es la literatura, es Beethoven. Es esta idea alemana de bildung. Es cuando la equiparamos a formación.


Cuando se define la cultura de esta manera, es aquello que dices: "El cultivo de las facultades más nobles, del espíritu, etc.", cosas de ese estilo. Está bien. Es una manera de utilizar el término "cultura", pero no el más propio antropológico ni el que nos sirve más. ¿Por qué? Porque es una idea de cultura que es canónica. Hay cosas que se consideran cultura y otras que no. Antes, nadie se interesaba por los cómics, desde el punto de vista de producción cultural. Ni por las novelas rosas ni por músicas populares actuales, porque no llegaban al canon de lo que se considera cultura. Se habla de baja cultura, de alta cultura... Es jerarquizador.


Y es, normalmente, como se utiliza en los medios de comunicación. Y está bien. Pero no es la idea más propia antropológica. Hay una segunda acepción o una segunda dimensión que es más propia antropológica. Es cuando hacemos corresponder la idea de cultura a un colectivo. Un grupo, colectivo, a un ethnos. Es la idea de culturas en plural, que ya la encontramos con Franz Boas. De hecho, nos viene de Herder, que hablaba de la cultura del pueblo. Es esta idea de entender grupos diferenciados por su cultura. Es cuando hablamos de la cultura del neolítico, o cuando hablamos de la cultura americana, etcétera. Es esta idea. Es propiamente antropológica,


la utilizamos, pero es muy fácil de tergiversar y, sobre todo, de instrumentalizar ideológicamente. Es la idea de las culturas nacionales. Que nadie pueda decir qué significa cuando hablamos de cultura italiana, cultura alemana... ¿Qué significa esto? Nadie lo podrá definir. Nadie. Y hay algo importante que debemos tener en cuenta respecto a los conceptos que utilizamos. Por ejemplo, cuando hablamos de cultura popular, decimos que es sinónimo de cultura tradicional. Muchas veces se dice esto, por ejemplo. Decimos: "Los ingleses distinguen entre folk music y popular music". Cuando hablamos en las lenguas románicas, no distinguimos. Y es lo mismo


popular que tradicional. Sí y no. Porque cuando hablamos de cultura popular, por ejemplo, hay que entenderla dentro de este eje semántico. Hay cultura popular. Hay cultura culta y cultura que es popular en ese sentido. Cuando hablamos de cultura, de tradición, música tradicional, nos estamos moviendo dentro de este ámbito, del ethnos. De la idea de cultura como algo que pertenece a todo un colectivo, un colectivo que comparte determinados atributos culturales. Por tanto, no es exactamente lo mismo y hay que saber de lo que hablamos. Hay una tercera acepción de "cultura" que tampoco es fácil de definir. Es la facultad. La facultad que tenemos los seres humanos. En esta idea, la humanista, podemos ligar cultura a formación y, por lo tanto, a clase social. Aquí, la ligamos a grupo, colectivo.


Y, en este caso, al individuo. Es cuando decimos: "El ser humano es incomprensible sin la cultura". Es la facultad de los seres humanos, como la facultad del lenguaje, tenemos la facultad de culturizar, culturizamos. ¿Qué significa? Nos sirve como interface para poderme desenvolver con todo lo que me rodea. Me hace entender todo mi mundo. Me hace hacer cosas en el mundo que me rodea. Es cuando decimos: "Cultura es the hallway of life". Es la manera total de cómo vivir. Es todo lo que hacemos, todo en lo que creemos, etcétera. Cultura es todo. Cultura no es tan solo Dante, no es tan solo Shakespeare. Es cómo desayuno, cómo me visto, cómo gesticulo. Todo esto es cultura también.


Es, en ese sentido, propiamente antropológico. Son los dos sentidos propiamente antropológicos. El ligado a ethnos y entendido como facultad, por ejemplo. En ese sentido, se entiende que la cultura son acciones, son productos y son ideas. Todo esto, en conjunto, es lo que hace cultura y que culturicemos. Hablamos de cultura material, por ejemplo, como las mesas, las sillas. Hablamos de las ideas. Qué idea tengo cuando hago una mesa. Y las acciones. Qué hago con una mesa. Me sirvo de ella para comer, para trabajar, para mostrar cosas. Todo esto es cultura. Por lo tanto, cultura es importante en ese sentido.


Me gusta ejemplificarlo. Cojamos un árbol, por ejemplo. Un árbol es un árbol. Nadie habla de cultura al hablar de un árbol, así como así. Pero el hecho de apropiarnos del árbol, al apropiarnos de un árbol, estamos culturizando. A un árbol le puedo poner un nombre. Esto es cultura. Puedo buscar sombra bajo un árbol. Esto es cultura. Puedo coger un árbol, hacerlo trocitos y de la madera, hacer leña para el fuego en invierno. Esto es cultura. Es cultura cuando hago una silla o un mueble a partir de la madera que he cortado. Esto es cultura. Es cultura, por ejemplo, cuando planto un árbol, por razones ornamentales o, sencillamente, para diferenciar


mi parcela de la del vecino. Pongo unos arbolitos. Todo eso es cultura. Y es lo que hay que entender en ese sentido. Antes decía... Es difícil que los antropólogos hallemos la definición de cultura. Al menos, no nos pondríamos de acuerdo. Me gusta recordar el libro que se publicó a mediados del siglo XX, de Kluckhohn y Kroeber, donde recogieron y analizaron diferentes definiciones de cultura. Eran 160 o 162 diferentes definiciones de cultura. No nos poníamos de acuerdo. En cambio, todos los antropólogos y antropólogas coincidiríamos en las características de la cultura. Por ejemplo, que la cultura sea compartida o compartible.


Compartimos cultura, nos entendemos. De ahí que tengamos esta idea relacionada con ethnos. Es compartible. La cultura también es asimilable por enculturación. Es cuando decimos... Obviamente, la cultura no la pasamos por la vía genética, sino que la pasamos por enculturación. Así, vamos asimilando. La cultura es simbólica. Es de los rasgos más importantes de la cultura, tal y como la practicamos los humanos. Que las cosas no son importantes por lo que son sino por lo que representan. Es lo que queremos decir con esto. La cultura es adaptativa. Se adapta, es elástica. Se adapta en el medio,


se adapta en la situación que sea. La cultura es integrada. Cuando hablamos de cultura, no hablamos de elementos sueltos, sino que todo está interrelacionado. Y el ejemplo que me gusta poner es comparar un bar de un barrio de clase alta de un bar, un local, de un barrio de clase trabajadora. Ahí vemos que hay muchas diferencias. No tan solo un elemento. Cómo habla la gente, lo que consume, si la gente se toca o no se toca, lo que la gente lleva puesto, la decoración del local... Vemos que hay diferencias. A eso nos referimos cuando decimos que la cultura es algo integrado. Y es importante. A veces, decimos: "Esto nos viene de la noche de los tiempos". La cultura es dinámica, nunca estática. Siempre va cambiando. En uno u otro aspecto, la cultura siempre va cambiando.


Por último, otra característica es que es totalizante. Lo que decía. Todo lo que hacemos, todo en lo que creemos, lo que decimos... Todo esto es cultura. Es una diferencia fundamental que nos distingue de la visión humanista de cultura, en la que no todo es cultura porque hay unos valores canónicos. Todo eso es cultura y así lo entendemos los antropólogos y antropólogas. Cuando hablo de cultura, también me gusta usar un par de conceptos. Sería, por ejemplo, la idea de los imperativos culturales. Recordemos que cuando culturizamos, no siempre sabemos lo que hacemos. Es como cuando hablamos. No somos conscientes


de la frase tal y como la usamos, con el verbo, el adverbio y tal. Y lo mismo sucede con la cultura. No somos conscientes siempre. Y, en ocasiones, tenemos los llamados imperativos culturales. Es lo que se tiene tan interiorizado, tan arraigado en el cuerpo, que no se nos ocurre otra alternativa plausible a esto. Todas las culturas y sociedades tienen sus imperativos culturales de mayor o menor intensidad. Por ejemplo, el pudor corporal. No todas las sociedades entienden el pudor corporal de la misma manera. Uno se tapa ciertas partes del cuerpo, otro se tapa otras partes o ninguna parte del cuerpo... Pero lo tenemos tan interiorizado que se percibe como instintivo. No lo es, es cultural. Otro ejemplo donde se puede ver claramente es con la antropofagia o canibalismo.


Está claro que nos repugna comer carne humana y, generalmente, no lo hacemos nunca. Pero, a veces, hay quien lo hace y sale en el periódico alguien que se ha comido a su amigo o a su familiar o lo que sea. Nos escandalizamos y decimos que es un acto contra natura. No. No es contra natura, es un acto contra cultura. La antropofagia sabemos que existe. Y no tan solo con la finalidad de alimentarse, sino, especialmente, la antropofagia existe en el mundo como antropofagia ritual, comerte a tus seres queridos, a los muertos. Algo que puede ser más cariñoso, incorporar los restos de tu ser querido más que enterrarlo


y dejarlo para los gusanos. Son diferentes ontologías y maneras de ver las cosas. Así que, los imperativos culturales son importantes y, especialmente, los contactos interculturales. Hay que tenerlos en cuenta. Hay otra cosa que quería destacar, aunque sea de manera muy corta. Tened presente el peligro que hay con esta dimensión, la segunda dimensión de cultura que antes os he puesto. La idea de relacionarla con ethnos, con un grupo o colectivo. Es cuando hablamos de identidades culturales, identidades de culturas nacionales, por ejemplo. Es una manera muy ideologizada de entender la cultura. Me gusta entender las cosas de manera diferente en ese sentido. Una manera de intentar superar esta idea de cultura


es a partir de la idea de los entramados culturales. Entender culturalmente a una persona, no por la cultura nacional a la cual ella se dice que pertenece, sino por los entramados culturales de los que participa. Es muy fácil de entender. Cojamos a dos personas del mismo país, de una misma ciudad. Ella se llama Serafina y él se llama Tomás, por ejemplo. Ella es mujer y él hombre. Ellos comparten muchos entramados culturales. Hablan la misma lengua, el mismo espacio urbano, el mismo país... Todo eso lo comparten. Se entienden cuando hablan de eso. Es su cultura en ese sentido. Pero, a partir de ahí, también pertenecen a otros entramados culturales. Ella es mujer, él es hombre.


Hay también una cultura masculina y hay culturas femeninas. O la profesión. Ella es médica y él es músico, por ejemplo. Obviamente, Serafina, como médica, puede hablar con otros médicos de culturas muy diferentes: de Sudáfrica, de América, de Australia... Hablan y saben qué es lo que dicen. Tomás ni se enteraría, porque no es médico, es músico. En cambio, Tomás pertenece al entramado cultural del mundo de la música. Y él sabrá quién es Pavarotti, quién es Montserrat Caballé, sabrá dónde está La Scala, etc., cosa que Serafina ni idea. Y así con muchos más entramados culturales. Todos los que queramos.


Digamos que no hay personas que sean culturalmente idénticas, no hay personas culturalmente idénticas. Y no lo son, sencillamente, porque nadie comparte exactamente los mismos entramados culturales. Lo que hace la ideología es dar mucha más importancia de la que se merece a uno de esos entramados culturales. Puede ser la lengua, el sentimiento nacional... Se le da mucha más importancia, ignorando la importancia de los otros entramados culturales. Es uno de los peligros que hay del uso de "cultura" en la segunda acepción del término. Para concluir, me parece importante que tengamos presentes estas tres diferentes acepciones y que, de acuerdo con ello,


hagamos nuestros discursos y trabajemos con la cultura sabiendo exactamente qué queremos decir cuando utilizamos el término con el concepto que va asociado de "cultura". Gracias por la atención.

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