¿Quieres Ser Cusco o Cajamarca?

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A18. EL COMERCIO MARTES 6 DE MAYO DEL 2014

OPINIÓN

ma con Chile ha sido central para nuestra política exterior; sin embargo, en caso de que la mediterraneidad de Bolivia pase por un corredor entre Chile y el Perú (la opción más real), queda pendiente el te-ma del triángulo terrestre que debe ser solucionado antes de cualquier tipo de

cesión de soberanía por parte de Chile. Además, deberá de considerarse la posible fractura de la articulación entre Tacna y Arica, los derechos del Perú producto del Tratado de 1929 y su Protoco-lo Complementario (por ejemplo, en materia de libre tránsito de personas, mercaderías y arma-mentos), los ambiciosos planes en integración energética entre ambos países, así como la posibi-lidad de ver desarrollarse una triple frontera que puede ser fuente de contrabando, tal y como su-cede en la frontera entre el Perú y Bolivia, o en la triple frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil.

Otra salida podría ser que Chile decida ceder territorio soberano más al sur que no requiera el consentimiento del Perú, dividiendo su propio territorio en dos, pero esto parece aun más re-moto. Ahora, teniendo en cuenta que el comer-cio de Bolivia sigue dependiendo en gran parte del puerto de Arica, tal y como sucedió incluso a lo largo del siglo XIX cuando tenía acceso al mar, Chile podría proponer una solución similar a lo acordado entre el Perú y Bolivia en relación con el puerto de Ilo. Con la presentación de la de-manda, esta no es una solución para el Gobierno Boliviano.

Señalar que nuestro país no será un obstáculo a la aspiración de salida al mar de Bolivia no de-bería signifi car que tendrá, necesariamente, una opinión favorable si Chile acuerda ceder territo-rio que antes fue peruano a Bolivia. Hará falta un acuerdo previo entre el Perú y Chile. No es un te-ma de nacionalismo, son simplemente intereses.

- HUGO GUERRA -Periodista

- ÓSCAR VIDARTE A. -Internacionalista de la PUCP

EDITORIAL

“El caso de Cajamarca, además, es particularmente grave porque el gobierno regional presidido por el señor Gregorio Santos no está trabajando para construir las condiciones para que la inversión privada siga generando desarrollo y aumente la velocidad con la que la pobreza se reduce. De hecho, parece trabajar en lo contrario”. Editorial de El Comercio ¿De Cajamarca al Perú? / 20 de mayo del 2013

HUMOR PROFANO

EL FALLO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL LOS INTERESES DEL PERÚ

EL TÁBANO

¿Quieres ser Cusco o Cajamarca?

Cosas

Las regiones que promueven la inversión avanzan y las que no lo hacen se atrasan.

A yer informamos acerca de una no-ticia que les da buenas razones a los cusqueños para pensar que, efec-tivamente, viven en el ombligo del mundo: según un estudio del Insti-

tuto Peruano de Economía (IPE), si Cusco fuese una nación independiente, habría sido el país que más creció en todo el planeta en los últimos cinco años. En el último lustro, registró un creci-miento acumulado del PBI real de 59%, mayor que el 54% de China, el país estrella en lo que to-ca a desarrollo económico en el mundo.

Este crecimiento se explica, fundamental-mente, gracias a la expansión de los sectores minería e hidrocarburos, construcción y servi-cios, y ha tenido un correlato importante en la reducción de la pobreza monetaria: en el 2008 el 58,4% de cusqueños eran pobres, mientras que para el 2013 solo el 18,8% de la población se en-contraba en esta situación.

Esta expansión ha sido posibilitada por un gobierno regional que, si bien dista mucho de ser un ejemplo de efi ciencia (sus resultados en salud, educación y provisión de infraestructu-

ra están por debajo de la media nacional y el año pasado su presidente regional Jorge Acurio Tito fue inhabilitado después de que el Poder Judicial lo condenó por los delitos de peculado y negocia-ción incompatible), ha tratado de ser cuidadoso en lo que toca a recibir bien a quienes quieren in-vertir su capital en Cusco.

A estas alturas y con tanta evi-dencia sobre la mesa, ya no debe-ría ser novedad para nadie que el crecimiento económico genera-do por el mercado sea el princi-pal motor de la superación de la pobreza en Cusco y en el resto del país. Nuestro columnista Richard Webb, en su artículo de ayer, contaba que cuatro quintos del impresionante aumento de los ingresos familia-res entre el 2007 y el 2013 se deben a una mayor capacidad productiva y solo un quinto se explica por las transferencias de los programas sociales del gobierno. Así, principalmente gracias al de-sarrollo del mercado en este período, el ingreso de las familias que se encuentran dentro del 10% más pobre del país se elevó en 53% (mientras

que el de aquellas que se ubican en el 10% más ri-co lo hizo en 6%).

Las buenas nuevas que llegan desde Cusco, la-mentablemente, no llegan también desde Caja-marca. Mientras el país crece, esta región, por el contrario, se encuentra sumida en una recesión desde hace dos años. De acuerdo con un informe

que publicó la semana pasada el INEI, Cajamarca se ha convertido en la región del Perú donde existe más miseria, teniendo a un 59% de su población bajo la línea de po-breza. El empleo urbano, además, decreció en 5% entre el 2008 y el

2013, según el IPE.La historia de Cajamarca es conocida. A pesar

de que muchos de sus habitantes viven, literal-mente, sobre montañas de minerales precio-sos, el gobierno regional presidido por Gregorio Santos declaró una feroz guerra a la inversión privada y cuya batalla insignia fue la que enca-bezó contra el proyecto Conga. Y la inestabi-lidad generada terminó afectando el resto de inversiones. Por poner algunos ejemplos, se-

gún el presidente de la Cámara de Comercio y Producción de Cajamarca, Jorge Vergara, entre noviembre del 2011 (cuando empezaron las primeras movilizaciones masivas lideradas por Santos) y julio del 2013, los ingresos diarios de los taxistas cayeron entre 40% y 60%, el consu-mo en hoteles y restaurantes disminuyó en 50%, y las ventas de los comercios registraron reduc-ciones de hasta 80%.

Una región le abrió los brazos a la inversión y se convirtió en líder mundial del crecimiento. Otra prefi rió espantarla y hoy es la más pobre del país. Los presidentes del resto de regiones tienen que tomar una decisión: ¿quieren que su futuro sea como el de Cusco o como el de Cajamarca? Asimismo, en las próximas elecciones, los ciuda-danos también tendrán que decidir por qué tipo de candidato votar para las presidencias regio-nales, ¿por los que tengan un mensaje como el de Gregorio Santos o por quienes propongan atraer inversión? Tras conocer los resultados de la ges-tión del presidente regional de Cajamarca, solo una cosa explicaría que un ciudadano vote por un candidato como Santos: masoquismo.

L as cosas que Nadine le dijo a “Cosas” dejaron mal parado a Cosito y además confi rmaron, entre otras cosas, que ella decide muchas cosas (cosa que sospe-chábamos). Prensa y oposición ataca-

ron, y la cosa es que ahora el gobierno se queja de que a Nadine se le acosa.

¿Pero por qué fastidia tanto la entrevista a Na-dine?

Algunos parecen molestos porque el medio pe-riodístico involucrado es, digamos, algo fi rirí-fara-rá. Discrepamos y más bien saludamos el progreso del nacionalismo, que ha pasado del papel lija del desaparecido pasquín “Ollanta” al cuché mate de sociales.

Otros critican el afán de fi guración de Heredia: ¿qué sino refregarnos el “todo-pasa-por-mí” bus-caría Nadine al atribuirse autorías de hechos histó-ricos como la rebelión de Ollanta en Locumba? Por lo demás, parece que estamos ante un caso serio de

P reocupa por amenazante la denuncia formulada por el ofi cialismo contra tres ma-gistrados del Tribunal Cons-titucional (TC), quienes, a

través de un fallo histórico, han enmen-dado los excesos del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).

Gerardo Eto, Carlos Mesía y Ernesto Álva-rez suscribieron, efectivamente, una senten-cia que dispone nombrar a Mateo Castañeda Segovia como fi scal supremo y ordena al CNM que expida el título y le tome juramento en el plazo de diez días; y que se anule el nombra-miento de las fi scales supremas Zoraida Áva-los y Nora Miraval.

El fundamento de su fallo es inobjetable. Castañeda recurrió ante el TC ‘por salto’ (for-ma extraordinaria pero admisible) para que el CNM obedeciera sentencias anteriores que cuestionaban el nombramiento de las fi scales mencionadas y ordenaban que la elección del fi scal supremo se hiciera justamente entre Cas-tañeda y César Hinostroza. Frente al incum-plimiento, se aplicó el artículo 59 del Código de Procedimientos Constitucionales según el cual, cuando un órgano público es rebelde a cumplir un mandato constitucional, el juez constitucional está obligado a sustituir la sen-tencia a las tareas de ese órgano público y sub-sanar el defecto en resolución ampliatoria (lo que en derecho se denomina ‘ultima ratio’).

Con este fallo no se afecta ni avasalla al CNM, pues nadie niega su autonomía pa-ra nombrar a jueces y fi scales según ley; pero cuando sus resoluciones resultan violatorias del debido proceso y los derechos fundamenta-les de las personas es el TC el llamado a corregir los excesos e impedir la impunidad que, como

en esta ocasión, se plasma con rebeldía y contumacia. Lo mismo ocurre con la Corte Suprema, a la cual se le puede exi-gir nuevas sentencias; y el propio Parla-mento está obligado a acatar controles externos como acaba de verse en el caso de la megacomisión, cuyos excesos han

sido frenados por el Poder Judicial.El fallo, entonces, tiene que cumplirse. Y un

eventual recurso de aclaración deberá resol-verse por los magistrados que hicieron el fallo, sin los magistrados que votaron en contra y sin interferir el proceso de ejecución de la senten-cia. Por eso preocupa que el presidente Óscar Urviola no defi enda como corresponde los fue-ros de su colegiado y que, más bien, esté abrien-do la peligrosa posibilidad de que el Congreso empiece a controlar y mediatizar las decisiones del TC.

Entre tanto, es muy grave que se aliente un escándalo seudojurídico mientras se permite la recomposición cuestionable de la Junta de Fiscales Supremos (que comenzó con la hos-tilización y salida de Gladys Echaíz); y que se mantenga en el cargo a un fi scal supremo cu-ya legitimidad es polémica. “Sobre su elección penden muchas sombras de dudas y sospechas. No olvidemos que es cuestionado por no haber intervenido en Áncash y vale recordar que tie-nen una acusación constitucional pendiente de resolución en el Congreso”, ha dicho, por ejem-plo, el congresista Mesías Guevara.

De modo que hoy debe decidirse qué se quiere: ¿fortalecer el control constitucional y democrático de las instituciones republicanas respaldando a los magistrados Eto, Mesía y Ál-varez o amparar la manipulación política que destruiría al TC y facultaría la existencia de po-deres oscuros en el Ministerio Público?

L a demanda de Bolivia contra Chile ante la Corte Internacio-nal de Justicia de La Haya es un tema estrictamente bilateral; sin embargo, tal y como soli-

citaron Ecuador y Colombia tratándose del diferendo marítimo que nuestro país tuvo con Chile ante el mismo órgano jurisdiccio-nal, el Perú ha solicitado conocer el contenido de la memoria presentada por Bolivia. Esto no sig-nifi ca ninguna intromisión en el proceso entre nuestros dos países vecinos, sino tener en consi-deración los alcances del pedido boliviano y la afectación que pudiera existir contra nuestros intereses.

Si bien el artículo primero del Protocolo Com-plementario al Tratado de Lima de 1929 impide a Chile ceder territorio de Arica a un tercer país sin el consentimiento del Perú (“Los gobiernos del Perú y de Chile no podrán, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la tota-lidad o parte de los territorios que, en conformi-dad al Tratado de esta misma fecha, quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán, sin ese re-quisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas internacionales”), antes de preocupar-nos por este tema, primero debe existir volun-tad en Chile por realizar una cesión de territorio soberano a Bolivia. Este tema compete estricta-mente a las autoridades chilenas, pero parece bastante lejano de la realidad.

Solucionar el problema de la mediterranei-dad de Bolivia resulta importante para nuestro país para lograr cierta estabilidad en una región limítrofe; pero si llegara a darse un acuerdo en-tre Bolivia y Chile, tal y como lo solicita el país al-tiplánico, habría que preguntarse los términos del mismo.

Ciertamente, fi nalizar la problemática maríti-

HISTORIAS OPUESTASUna región le abrió los brazos a la inversión

y se convirtió en líder mundial del crecimiento.

La otra no.

- MARIO MOLINA - - ROGELIO -

necesidad de reconocimiento, pues, según nues-tras fuentes, Nadine también habría revelado que ella le indicó a Mancosito Cápac dónde fundar el Imperio Incaico.

Y no faltan quienes sostienen que la campaña anti-Nadine representa puro machismo. La propia primera dama fue muy clara al respecto: preten-den que “mi rol sea regar las plantitas de Palacio”, dijo con rencor. En todo caso, ahora entendemos por qué Nadine convierte a los primeros ministros en plantas ornamentales (a las que además, se-gún propia confesión, no le interesa regar). Ven-ganza de género, le dicen algunos.

Contra los poderes ocultos El problema boliviano

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