"Quiero dar testimonio de estos tiempos"

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8 Domingo, 8 de junio de 2014 Literatura de Colombia. ¿Por qué? “Mi primera referencia de Armenia fue la poeta Bibiana Bernal y llegué allí casi de visita. Encontré una ciudad pequeña y amable inmersa en un paisaje exuberante y con posibilidades enormes. Creo que el futuro deseable para Colombia sería fortalecer sus ciudades intermedias y abandonar la macrocefalia. De esta manera estaríamos hablando no solo de una estrategia para una ocupación territorial más eficiente sino para ofrecer mejores condi- ciones de vida a más ciudadanos”. ¿Cuándo nace en usted su ser de escritor? “Me recuerdo escribiendo y nunca he dejado de hacerlo. Desde pequeño he encontrado en la poesía una guía para entender el asombro de la vida y una denuncia a tantas iniquidades. Como es natural, escribía poesía, sin que por ello pretendiera convertirme en poeta. Mi decisión de ser escritor se dio simultáneamente a la necesidad de encontrar nuevas expresiones creativas”. ¿Por qué la elección del cuento breve? “Uno de los hechos que más han marcado mi ejercicio de escritor fue el haber estudiado Guión de Cine en Barcelona. Entre otras cosas porque aprendí que se debe ser avaro con la información para permitir a quien lee o quien ve, completar la historia con sus recuerdos y por lo tanto, obligar al público a participar de la trama. Encontrar el microrrelato fue para mí una revelación, porque hallé ese puente entre poesía y narrativa que, sin saberlo, estaba buscando desde hacía tanto tiempo. Para mí, el microrrelato responde a una necesidad de trasmi- E scritor y arquitecto. Un autor que se nutre de múltiples disciplinas. Felipe Orozco Orozco estudió arquitectura influenciado por Umberto Eco, cuando leyó en su libro La estructura ausente, que el arquitecto para construir debe ser psicólogo, ingeniero, sociólogo y econo- mista, por lo que está condenado a ser el último humanista. Esa palabra, “humanismo”, salpicó sus rebeldías y búsquedas de adolescente, dice. Está convencido de que “la arquitectura y el urba- nismo, desde la reflexión inteligente, pueden resolver muchos interrogantes y aportar soluciones en cuanto a la descomposición social y el colapso ecológico en que nos encontramos”. Cree “en la capacidad trans- formadora de una arquitectura que desde el ejercicio empresarial responsable, concibe cualquier transfor- mación de la realidad como una nueva oportunidad para cambiar positivamente el entorno, sea cual fuere la escala en que se efectué esa intervención”. En este campo ha trabajado en oficinas en París y Barcelona. Ha participado en proyectos en Japón, China, Italia y Alemania. Su favorito es el Marugame Hirai Museum, en Marugame. Además, desde su despacho en Barcelona ha participado en proyectos de vivienda y urbanismo en España, un país en el que ha vivido más de la mitad de su vida. En los últimos diez años se ha dedicado a la promo- ción de la Innovación Empresarial”. En contraste, luego de permanecer en Europa, ahora vive en Armenia, una ciudad intermedia Felipe Orozco Orozco “Quiero dar testimonio de estos tiempos” Su apuesta ha sido por el relato breve. El viaje, la paradoja, la contradicción del ser humano, ciertas violencias, la soledad, hacen parte de sus temáticas. I BEATRIZ MESA MEJÍA tir una idea de manera contundente, contando con la complicidad del lector”. ¿Cuáles son las características del cuento breve? “Hago eco a las palabras de Fernando Valls, cuando dice que “el microrrelato es la quintaescencia de las cualida- des del cuento moderno: intensidad, tensión, máxima economía de medios”. A las que yo agregaría, pasión y contenido. Contrario a lo que muchos opinan, considero que escribir un buen cuento breve es más difícil que escri- bir uno largo. La precariedad te exige ser muy preciso y cada palabra aumenta su peso específico hasta constituir- se en un eslabón tan importante como la misma cadena. Para hablar de las diferencias con la novela, podría decir a manera de metáfora, que una bofetada no dura más de un segundo. No puede darse en cámara lenta por- que se convertiría en una caricia. Yo pretendo con el texto breve, despertar en el lector, sus propias contradic- ciones. Sin embargo, lo que más me atrae del microrre- lato no es lo que dice sino lo que oculta. Un cuento breve es un hecho inconcluso que esconde una trama que sólo es decodificada a través de la participación del lector. Y he aquí otra cercanía con la poesía, que requiere de una lectura poética, de una complicidad que reescriba el texto en otros términos. En realidad, un microrrelato no cuenta una historia. La insinúa y el lector la hace suya”. ¿Cuáles son sus maestros literarios? “Sin duda alguna, el Marcel Schwob de Vidas imagina- rias, de quien bebieron todos los maestros a comienzos

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Entrevista a Felipe Orozco Orozco, jurado del VI Concurso Nacional de Cuento, en Generación de El Colombiano

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8 Domingo, 8 de junio de 2014

Literatura

de Colombia. ¿Por qué? “Mi primera referencia de Armenia fue la poeta Bibiana Bernal y llegué allí casi de visita. Encontré una ciudad pequeña y amable inmersa en un paisaje exuberante y con posibilidades enormes. Creo que el futuro deseable para Colombia sería fortalecer sus ciudades intermedias y abandonar la macrocefalia. De esta manera estaríamos hablando no solo de una estrategia para una ocupación territorial más eficiente sino para ofrecer mejores condi-ciones de vida a más ciudadanos”.

¿Cuándo nace en usted su ser de escritor? “Me recuerdo escribiendo y nunca he dejado de hacerlo. Desde pequeño he encontrado en la poesía una guía para entender el asombro de la vida y una denuncia a tantas iniquidades. Como es natural, escribía poesía, sin que por ello pretendiera convertirme en poeta. Mi decisión de ser escritor se dio simultáneamente a la necesidad de encontrar nuevas expresiones creativas”.

¿Por qué la elección del cuento breve? “Uno de los hechos que más han marcado mi ejercicio de escritor fue el haber estudiado Guión de Cine en Barcelona. Entre otras cosas porque aprendí que se debe ser avaro con la información para permitir a quien lee o quien ve, completar la historia con sus recuerdos y por lo tanto, obligar al público a participar de la trama. Encontrar el microrrelato fue para mí una revelación, porque hallé ese puente entre poesía y narrativa que, sin saberlo, estaba buscando desde hacía tanto tiempo. Para mí, el microrrelato responde a una necesidad de trasmi-

Escritor y arquitecto. Un autor que se nutre de múltiples disciplinas. Felipe Orozco Orozco estudió arquitectura influenciado

por Umberto Eco, cuando leyó en su libro La estructura ausente, que el arquitecto para construir debe ser psicólogo, ingeniero, sociólogo y econo-mista, por lo que está condenado a ser el último humanista. Esa palabra, “humanismo”, salpicó sus rebeldías y búsquedas de adolescente, dice.

Está convencido de que “la arquitectura y el urba-nismo, desde la reflexión inteligente, pueden resolver muchos interrogantes y aportar soluciones en cuanto a la descomposición social y el colapso ecológico en que nos encontramos”. Cree “en la capacidad trans-formadora de una arquitectura que desde el ejercicio empresarial responsable, concibe cualquier transfor-mación de la realidad como una nueva oportunidad para cambiar positivamente el entorno, sea cual fuere la escala en que se efectué esa intervención”.

En este campo ha trabajado en oficinas en París y Barcelona. Ha participado en proyectos en Japón, China, Italia y Alemania. Su favorito es el Marugame Hirai Museum, en Marugame. Además, desde su despacho en Barcelona ha participado en proyectos de vivienda y urbanismo en España, un país en el que ha vivido más de la mitad de su vida. En los últimos diez años se ha dedicado a la promo-ción de la Innovación Empresarial”.

En contraste, luego de permanecer en Europa, ahora vive en Armenia, una ciudad intermedia

Felipe Orozco Orozco

“Quiero dar testimonio de estos tiempos”Su apuesta ha sido por el relato breve. El viaje, la paradoja, la contradicción del ser

humano, ciertas violencias, la soledad, hacen parte de sus temáticas. I BEATRIZ MESA MEJÍA

tir una idea de manera contundente, contando con la complicidad del lector”.

¿Cuáles son las características del cuento breve? “Hago eco a las palabras de Fernando Valls, cuando dice que “el microrrelato es la quintaescencia de las cualida-des del cuento moderno: intensidad, tensión, máxima economía de medios”. A las que yo agregaría, pasión y contenido. Contrario a lo que muchos opinan, considero que escribir un buen cuento breve es más difícil que escri-bir uno largo. La precariedad te exige ser muy preciso y cada palabra aumenta su peso específico hasta constituir-se en un eslabón tan importante como la misma cadena.

Para hablar de las diferencias con la novela, podría decir a manera de metáfora, que una bofetada no dura más de un segundo. No puede darse en cámara lenta por-que se convertiría en una caricia. Yo pretendo con el texto breve, despertar en el lector, sus propias contradic-ciones. Sin embargo, lo que más me atrae del microrre-lato no es lo que dice sino lo que oculta. Un cuento breve es un hecho inconcluso que esconde una trama que sólo es decodificada a través de la participación del lector. Y he aquí otra cercanía con la poesía, que requiere de una lectura poética, de una complicidad que reescriba el texto en otros términos.

En realidad, un microrrelato no cuenta una historia. La insinúa y el lector la hace suya”.

¿Cuáles son sus maestros literarios? “Sin duda alguna, el Marcel Schwob de Vidas imagina-rias, de quien bebieron todos los maestros a comienzos

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9GENERACIÓN, una publicación de el COLOMBIANO

del siglo XX; el Ítalo Calvino de Ciudades invisibles, el Henry Michaux de Otros lugares y el Juan Rulfo en cual-quiera de sus manifestaciones. Debo mencionar también a los poetas que he leído como Pessoa, Kavafis, Szymborska, Vilariño, Lorca, Juarroz, Valente, Brecht y que constituyen una legión de fraternales fantasmas”.

¿Por qué el cuento breve es un género propicio para estos tiempos? “Se ha hablado mucho de la imposición de la brevedad, gracias a los nuevos medios de comunicación virtual, y al parecer dicho medio es el responsable del auge en la producción y el masivo intercambio de este tipo de lite-ratura. Pero yo creo que una cosa es el medio y otra el mensaje. Cuando se inventó la radio y al fin se lograba el sueño para muchos de trasmitir los conciertos de música clásica, hubo quien augurara que la gente deven-dría culta. Y no fue así. Por supuesto existe una nueva comunicación influida por el chat y el Twitter, pero pre-fiero hablar de la inmediatez de la experiencia estética. La relación del hombre contemporáneo con el tiempo es otra y deviene cada día más vertiginosa. Y aunque Allan Poe ya hablaba de ello, la actualidad le ofrece nuevas alas a esos planteamientos.

Creo además, que el microrrelato será el género carac-terístico del siglo XXI por el carácter episódico de la vida contemporánea. A lo largo del día vivimos muchos retazos de historias gracias al cine o a la televisión. Para poner un ejemplo musical, de la Quinta de Beethoven solo recordamos dos compases, y sin embargo hace parte de nuestro acervo cultural. Así, la vida contemporánea es fragmentaria. Una sucesión, coherente o no, de retazos que forman una colorida colcha.

Publicó hace poco Seré breve. Contiene una selección de cuentos hecha como filigrana, el libro posibilita conocer sus intereses: el viaje, el abismo, la oscuridad y la sombra... ¿Cree que en sus páginas están aquellas temáticas que lo constituyen a usted como escritor? “Mi primer libro de microrrelatos es más que nada, una experimentación y una propuesta. Plantea varios caminos en los que además de obsesiones personales, también hay concesiones hechas con mucho cariño a la literatura. Es un compendio a la medida de mis ansias y conflictos, pero en general constituye un retrato de lo que observamos todos desde diversos puntos de vista. Por eso, el lector puede sentir empatía con el relato aunque nuestras conclusiones sean diferentes. Un libro debe ser como un iceberg que no muestra aquello que de verdad lo sustenta”.

Sus microrrelatos tienen una idea fuerte y una estruc-tura redonda, que posibilita que el lector se extienda sobre ella, la enriquezca con su propia experiencia y la complete. “Exactamente. Un buen relato no pretende ago-tar una idea porque eso es imposible, sea cual sea la extensión del relato, pero sí puede dejar esos puntos suspensivos que lleven al lector a reedificar su propia percepción del hecho narrado. Es allí donde la litera-tura cumple su papel de lazarillo en medio de la oscuridad”.

¿Cómo logra aquello de lo que habla-ba el escritor Juan Manuel Roca en el prólogo: ser el arquero y el arco, la flecha y el disparo. “Una bellísima metáfora del gran poeta antioqueño, donde describe con acerta-das palabras el hecho de que la idea es una experiencia previa a la lectura. Ya está instalada en la imaginación del lector y el milagro que realiza la historia es sacarla a flote y dotarla de contenido. Y recuerdo también el extraordinario epílogo del arquitecto bogotano Carlos Mario Yori, cuando dice que “para vivir la vida no basta, simplemente, con estar vivos” para ahondar en esa exten-sión de la experiencia vital que propone la literatura”.

Hay algo melancólico en sus relatos, violencia conte-nida, humor negro y finales muy sorpresivos. “Creo que toda literatura es autobiográfica. Y no tengo otra pretensión como escritor, que aquella de dejar testi-monio de estos tiempos que nos han tocado en suerte. Existe la melancolía por vivir tiempos tan oscuros cuan-do la tecnología nos podría ofrecer un bienestar inédito en la historia. El humor negro proviene justamente de la necesidad de conciliar tantas paradojas.

¿Qué recomendaciones hace a la organización del Concurso Nacional de Cuento de Generación? “Creo firmemente, a pesar de muchas opiniones pesimis-tas, que gracias a la tecnología y especialmente a internet, nunca en la historia de la humanidad se había escrito tanto y nunca existieron tantas posibilidades de conocer obras notables aunque marginales. Propondría, con el mayor respeto, involucrar las redes sociales en la promo-ción del concurso y elevar la convocatoria a nivel inter-nacional. Si se me permite llevar el agua a mi molino,

podría ser de cuento hiperbreve o microrrelato, pues este país no cuenta con un concurso de este tipo, que tenga carácter periódico. Y nunca mejor dicho. Existe un interés creciente en este género especialmente en España, México y Argentina. Y en Colombia también. Prueba de ello es la generosa invitación que me ha hecho para este julio, el Festival de Poesía de Medellín para hablar de “Poesía y microrrelato”.

Aunque huye de los recetarios, ¿se atrevería a tra-zar algunas líneas a seguir para aquellos que ape-nas comienzan a incursionar en el cuento breve? “Tratar de imponer alguna norma para la elaboración de una obra literaria es pretensioso e inútil, pero existen dos cosas que desde mi punto de vista, debe contener un buen relato. Una es la certeza. En el guión de cine exis-te lo que se llama el “Pacto ficcional”. Puedes proponer cualquier situación por extraña que parezca, pero debe ser tan coherente con los hechos narrados, que estos sean creíbles dentro del relato. Otro es el asombro. El relato debe suscitar en el lector una asociación nueva, bella, de manera que cambie la percepción del lector previa a la lectura. El escritor debe tratar cada palabra como el milagro de una semilla que sembrada en la página, prometa algún fruto prohibido” I

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