Quiero Ser Cualquier Cosa Columna Rodriguez Elizondo 190215

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24 LATERCERA Domingo 19 de abril de 2015 Nacional M e gustan los polemistas que no disimulan lo que apoyan o lo que combaten. Uno puede expresar su desacuerdo con ellos sin entrar a in- terpretarlos. Son catones de verdad No me gustan los pole- mistas que cultivan la odiosidad y se llenan de adjetivos descalificati- vos..., pero genéricos. Es- tos dejan al intérprete la función de definir lo que apoyan o lo que combaten. Son catones con póliza de seguro. Lo digo porque acabo de toparme con el ataque in- directo (obviamente) de uno de los segundos y me entretiene asumirlo. Me refiero a Alfredo Jocelyn- Holt (AJ-H) y a su columna en La Tercera del 18.04.15, sobre las elecciones en la Facultad de Derecho. Invocando su oficio de historiador, el columnista parte diciendo: “Los deca- nos son caudillos de turno y bajo ese esquema se ani- dan camarillas y facciones, importando cero las con- vicciones”. Agrega que “en ambientes así cunden los COLUMNA José Rodríguez Elizondo Ex diplomático y escritor YO QUIERO SER CUALQUIER COSA tránsfugas”. Bajando a terreno ese primer lote de generalida- des y dicterios, digo que conocí a AJ-H cuando de- fendimos de consuno la le- galidad del decanato de Roberto Nahum. Sucede que ni entonces ni ahora me sentí defen- diendo a un “caudillo de turno”, en el marco de una “camarilla” y con convic- ción “cero”. Si al lector le interesa esta minucia, ex- presé claramente mis ra- zones de fondo en colum- na de La Tercera del 13.06.2010. Con ese episodio como referente histórico, “tráns- fugas” serían, para AJ-H, quienes ya no están en la “camarilla” de Nahum. A la inversa, “leales” serían quienes permanecen en ese espacio y hoy apoyan la candidatura del profesor Pablo Ruiz-Tagle, que es el candidato de Nahum. Por cierto, es una manera enrevesada de decir a quién deberíamos apoyar los profesores de la facul- tad si tuviéremos la sabi- duría de los historiadores. Luego vienen tres desca- lificaciones de soslayo. Se- gún AJ-H, en cuanto histo- riador le preocupa mucho: - “Que alguien haya sido Mapu y luego comulgue con nacionalistas duros”. - “Haber apoyado la dic- tadura y ayudado a exone- rar a académicos (por ejemplo, siendo fiscal)”. - “El haberse exiliado en la RDA y devenir en cual- quier cosa”. Según la primera descali- ficación, estaría mal que los ex Mapu “comulguen” con los “nacionalistas du- ros”. Salvo que estemos ante una tesis esotérica, esto revela que los estudios historiográficos han llega- do a un detallismo que los chilenos de a pie no sospe- chábamos. ¿Por qué sería malo que exista diálogo académico o de cualquier tipo entre ex mapucistas y “nacionalistas duros”? ¿Cuál es el marco político que legitima el diálogo académico? ¿No sería me- jor, para no dejar esto en el aire, decir a qué ex mapu- cistas y nacionalistas se alude”. La segunda descalifica- ción es “haber apoyado la dictadura y ayudado a exonerar a académicos (por ejemplo, siendo fis- cal)”. Confieso que aquí es- toy de acuerdo. Y mal po- dría no estarlo cuando fui uno de esos académicos exonerados. Pero, como no me he estacionado en el pasado, acepto la posibili- dad de que incluso ese ar- quetipo haya evoluciona- do hacia la democracia. Por eso, deploro que AJ-H no diga dónde o con quién están esos dictatorialistas del pasado y si siguen sien- do lo que fueron. Por ejemplo, ese “fiscal” que tampoco nombra. Y así llego a la tercera descalificación que me atañe en lo personal. Fuera de mi esposa Maricruz, re- ciente candidata a decana, no conozco otros profeso- res de mi facultad que se hayan exiliado en la ex RDA. Por eso, asumo con sorpresa la revelación de que para el historiador AJ- H ese exilio específico nos impediría “devenir en cualquier cosa”. Me intriga saber por qué otros colegas del exilio -somos varios- califican para ser lo que son, sólo por haber recibido asilo en otro país. Me sobrecoge pensar que vivimos en el único punto geográfico del mundo que inhabilita a los retornados para ser cual- quier cosa. Me reconforta comprobar que, contra- riando a AJ-H, algún espa- cio había, en Chile, para que pudiéramos ser algo. Agrego que muy heterodo- xos deben ser los historia- dores alemanes al no la- mentar que hoy los gobier- ne Angela Merkel, quien vivió, precisamente, en la ex RDA. En definitiva, para AJ-H nuestro sistema universi- tario habría actuado con- tra la Historia al recono- cerme como profesor titu- lar. O al permitir que el 23% del claustro votara para decana por mi esposa. Tal vez por eso asegura que nuestra facultad y la pro- pia Universidad de Chile han “perdido el norte”, con candidatos a decano o rector que no poseen “sol- vencia intelectual y acadé- mica”. Comprendan ahora los lectores por qué prefiero los catones de verdad. Esos que dicen claramente con quién y contra quién es- tán, sin descalificaciones genéricas, sin comprome- ter a sus colegas de espe- cialidad y sin identificar como “los buenos” sólo a quienes los acompañan en su odiosidad.b

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  • 24 LATERCERA Domingo 19 de abril de 2015

    Nacional

    Me gustan los polemistas que no disimulan lo que apoyan o lo que combaten. Uno puede expresar su desacuerdo con ellos sin entrar a in-terpretarlos. Son catones de verdad

    No me gustan los pole-mistas que cultivan la odiosidad y se llenan de adjetivos descalificati-vos..., pero genricos. Es-tos dejan al intrprete la funcin de definir lo que apoyan o lo que combaten. Son catones con pliza de seguro.

    Lo digo porque acabo de toparme con el ataque in-directo (obviamente) de uno de los segundos y me entretiene asumirlo. Me refiero a Alfredo Jocelyn-Holt (AJ-H) y a su columna en LLa Tercera del 18.04.15, sobre las elecciones en la Facultad de Derecho.

    Invocando su oficio de historiador, el columnista parte diciendo: Los deca-nos son caudillos de turno y bajo ese esquema se ani-dan camarillas y facciones, importando cero las con-vicciones. Agrega que en ambientes as cunden los

    COLUMNA

    Jos Rodrguez Elizondo

    Ex diplomtico y escritor

    YO QUIERO SER CUALQUIER COSA

    trnsfugas. Bajando a terreno ese

    primer lote de generalida-des y dicterios, digo que conoc a AJ-H cuando de-fendimos de consuno la le-galidad del decanato de Roberto Nahum.

    Sucede que ni entonces ni ahora me sent defen-diendo a un caudillo de turno, en el marco de una camarilla y con convic-cin cero. Si al lector le interesa esta minucia, ex-pres claramente mis ra-zones de fondo en colum-na de LLa Tercera del 13.06.2010.

    Con ese episodio como referente histrico, trns-fugas seran, para AJ-H, quienes ya no estn en la camarilla de Nahum. A la inversa, leales seran quienes permanecen en ese espacio y hoy apoyan la candidatura del profesor Pablo Ruiz-Tagle, que es el candidato de Nahum.

    Por cierto, es una manera enrevesada de decir a quin deberamos apoyar los profesores de la facul-tad si tuviremos la sabi-dura de los historiadores.

    Luego vienen tres desca-lificaciones de soslayo. Se-

    gn AJ-H, en cuanto histo-riador le preocupa mucho:

    - Que alguien haya sido Mapu y luego comulgue con nacionalistas duros.

    - Haber apoyado la dic-tadura y ayudado a exone-rar a acadmicos (por ejemplo, siendo fiscal).

    - El haberse exiliado en la RDA y devenir en cual-quier cosa.

    Segn la primera descali-ficacin, estara mal que los ex Mapu comulguen con los nacionalistas du-ros. Salvo que estemos ante una tesis esotrica, esto revela que los estudios historiogrficos han llega-do a un detallismo que los chilenos de a pie no sospe-

    chbamos. Por qu sera malo que exista dilogo acadmico o de cualquier tipo entre ex mapucistas y nacionalistas duros? Cul es el marco poltico que legitima el dilogo acadmico? No sera me-jor, para no dejar esto en el aire, decir a qu ex mapu-cistas y nacionalistas se alude.

    La segunda descalifica-cin es haber apoyado la dictadura y ayudado a exonerar a acadmicos (por ejemplo, siendo fis-cal). Confieso que aqu es-toy de acuerdo. Y mal po-dra no estarlo cuando fui uno de esos acadmicos exonerados. Pero, como

    no me he estacionado en el pasado, acepto la posibili-dad de que incluso ese ar-quetipo haya evoluciona-do hacia la democracia. Por eso, deploro que AJ-H no diga dnde o con quin estn esos dictatorialistas del pasado y si siguen sien-do lo que fueron. Por ejemplo, ese fiscal que tampoco nombra.

    Y as llego a la tercera descalificacin que me atae en lo personal. Fuera de mi esposa Maricruz, re-ciente candidata a decana, no conozco otros profeso-res de mi facultad que se hayan exiliado en la ex RDA. Por eso, asumo con sorpresa la revelacin de que para el historiador AJ-H ese exilio especfico nos impedira devenir en cualquier cosa.

    Me intriga saber por qu otros colegas del exilio -somos varios- califican para ser lo que son, slo por haber recibido asilo en otro pas. Me sobrecoge pensar que vivimos en el nico punto geogrfico del mundo que inhabilita a los retornados para ser cual-quier cosa. Me reconforta comprobar que, contra-

    riando a AJ-H, algn espa-cio haba, en Chile, para que pudiramos ser algo. Agrego que muy heterodo-xos deben ser los historia-dores alemanes al no la-mentar que hoy los gobier-ne Angela Merkel, quien vivi, precisamente, en la ex RDA.

    En definitiva, para AJ-H nuestro sistema universi-tario habra actuado con-tra la Historia al recono-cerme como profesor titu-lar. O al permitir que el 23% del claustro votara para decana por mi esposa. Tal vez por eso asegura que nuestra facultad y la pro-pia Universidad de Chile han perdido el norte, con candidatos a decano o rector que no poseen sol-vencia intelectual y acad-mica.

    Comprendan ahora los lectores por qu prefiero los catones de verdad. Esos que dicen claramente con quin y contra quin es-tn, sin descalificaciones genricas, sin comprome-ter a sus colegas de espe-cialidad y sin identificar como los buenos slo a quienes los acompaan en su odiosidad.b