Quijote Torres Lacassy

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TEMA: CRÍTICA Y RIDICULIZACIÓN POR PARTE DE CERVANTES EN LA NOVELA…

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TEMA:

CRÍTICA Y RIDICULIZACIÓN POR PARTE DE

CERVANTES EN LA NOVELA…

Miguel de Cervantes escribe Don Quijote de la Mancha, considerada la primera novela moderna,

con el propósito de hacer crítica a todas las novelas de caballería que estaban de moda en la época, que

eran absurdas y extravagantes, alejadas de la realidad…

En el capítulo XXIII (1615) tomó a tres de los personajes principales del Romancero viejo español y los ridiculiza,

ironizando la historia.

En este Don Quijote cuenta lo que

supuestamente vivió al bajar a la cueva de

Montesinos, famosa por creerse embrujada.

Supuestamente, porque en realidad lo que ve es parte de un sueño, en el

que cae apenas entra allí…

Según su relato, había un palacio de cristal del cual se abrieron dos

puertas por donde salió Montesinos, diciendo que lo estaban esperando para que los ayudara a liberase de la maldición bajo la

que los tenía Merlín.

Montesinos es en el Romancero un joven y

fuerte caballero que por sus increíbles hazañas en

el campo de batalla protagoniza varios de los

romances.

Sin embargo la descripción de Don Quijote es muy diferente:

“…un vulnerable anciano, vestido con un capuz de

bayeta morada, que por el suelo le arrastraba; ceñíale los

hombros y los pechos una beca de colegial, de raso

verde, cubríale la cabeza una gorra milanesa negra, y la

barba, canísima, le pasaba la cintura; no traía arma alguna, sino un rosario de cuentas en

la mano, mayores que medianas nueces, y los dieces

asimismo como huevos medianos de avestruz…”

También aparece en este capítulo Belerma, aquel personaje creado por juglares y romanceristas del siglo XVI para designar a la dama ideal, tanto por su belleza como por sus virtudes.

Por el contario la versión que se da de ella en el Quijote es la siguiente:

“Su turbante era mayor dos veces que el mayor de alguna de las otras, era cejijunta, y la nariz algo chata; la boca grande, pero colorados los labios; los dientes que tal vez los descubría, mostraban ser ralos y no bien puestos, aunque eran blancos como unas peladas almendras…”

Así mismo se burla de otro de los personajes del Romancero viejo, Durandarte, pero con mucho menos detalle.

No conforme con haber criticado a los personajes, Cervantes ridiculiza la historia, absurda totalmente, pues decía que al morir Durandarte pedía a Montesinos que llevara su corazón a Belerma, y este último, a pesar de haber que recorrido una gran distancia a caballo con el corazón, sin ningún tipo de refrigeración existente en la época, se lo entrega a Belerma en perfecto estado, y ella lo conserva de esta manera por siempre.

Para burlarse entonces Cervantes pone las siguientes palabras

en boca de Montesinos:“…eché un poco de sal en vuestro corazón, porque no oliese

mal, y fuese, si no fresco, a lo menos amojamado, a al presencia de la señora Belerma”

Más tarde es Don Quijote quien dice que Belerma tenía en sus manos un lienzo delgado con un corazón de carne momia, seco y amojamado.

En su sueño, no logra liberar ni a su dama ni a otros prisioneros de la cueva. Igualmente, la misión que se ha impuesto a sí mismo de restaurar la caballería en el mundo no está destinada a triunfar. Por lo menos inconscientemente, se empieza a dar cuenta de ello.

Este capítulo predispone al lector a imaginar la próxima ruina del personaje.