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1 Año IV – No. 43; Abril - 2013 Tlaxcala, México Rafael García Sánchez.- Director 23 de abril, día mundial del libro y el Derecho de Autor. Ramón López Velarde Frida Kahlo, ó el Imperativo de vivir Manuel González R. Efectos de un Papa latinoamericano Luis Ignacio Lujano ¡Que vivan los locos! Evaristo Velasco “Luna Silvestre”, de Octavio Paz Rafael García.

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Año IV – No. 43;

Abril - 2013

Tlaxcala, México

Rafael García Sánchez.- Director

23 de abril, día mundial del libro y el Derecho de Autor.

Ramón López Velarde

Frida Kahlo,

ó el Imperativo de vivir

Manuel González R.

Efectos de un Papa

latinoamericano

Luis Ignacio Lujano

¡Que vivan los locos!

Evaristo Velasco

“Luna Silvestre”, de Octavio Paz

Rafael García.

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EDITORIAL

Siempre resulta interesante, y por qué no decirlo, emocionante, trabajar con documentos

originales. Sean cédulas, ordenanzas, libros, planos, códices, litografías, bandos,

fotografías, cartas, ediciones príncipe, poemarios, diarios personales, correspondencia

oficial y/o personal, etcétera.

Por alguna determinada razón (entiéndase suerte, facilidad, empeño, coincidencia,

dedicación, ó como se pudiera citar) en Quórum hemos podido trabajar afortunadamente,

con esa ‘forma’ de documentar una gran cantidad de trabajos que, consideramos, han sido

de importancia y, sobre todo, de aportación, para la literatura y para la historia de Tlaxcala.

Este número no es la excepción. Así, incluimos -por fortuna- aportaciones que conllevan en

los contenidos esa ‘forma’ de documentar los artículos que enriquecen en su conjunto esta

propuesta en general.

La temática medular que destaca en este número, es “Tlaxcala en la Historia, su pasado y

Futuro” desde el punto de vista de nuestro célebre personaje y benemérito, Don Miguel Lira

y Ortega. Incluimos, pues, como artículo inicial del tema “Miguel Lira y Ortega, en la voz de

Ignacio Manuel Altamirano”. De hecho, es una breve colaboración diseñada y destinada

especialmente para los lectores del interior de la república y más allá de las fronteras

nacionales; puesto que los tlaxcaltecas conocen en su justa dimensión (supongo), o al

menos en parte, la valiosa aportación histórica de Miguel Lira y Ortega, abuelo del poeta

Miguel N. Lira, ambos, declarados Beneméritos de Tlaxcala, por el Congreso Local.

Por último, una breve muestra de excelente poesía es la que incluimos en este número, con

apenas unas cuantas pinceladas de Ramón López Velarde y Octavio Paz. Esperamos que

la propuesta en general sea del agrado de nuestros amables lectores, y que compartan esta

edición, como cada mes, con sus amistades y familiares para que a su vez, ellos pudieran

hacer lo mismo.

Rafael García Sánchez

Director

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RAFAEL GARCÍA SÁNCHEZ DIRECTOR

Imagen tomada de “Bodas de oro.. Aura”; Foto: Rafael García / Quórum.

No. 43

ABRIL – 2013

Cómo te recobré, Poesía,

en el límite preciso entre una estrella y otra;

equidistante y perfecta,

cabellera de luz, cuerpo de plata.

Cómo volviste a ser, Poesía,

en la frontera exacta de la luz y la sombra;

cómo volviste a mí, Poesía

tan casta en tu desnudez, vestida de pudores.

Luna Silvestre Octavio Paz

Quórum, presencia e imagen con ideas, es una revista electrónica, mensual, cultural; editada por Ediciones Maxixcatzin. Los números de certificados: de licitud, de contenido, de título, y de reserva, así como el nombre y características gráficas: en trámite. Los derechos de reproducción de las fotografías, los textos, y el contenido gráfico están reservados por Ediciones Maxixcatzin. Dirección: Privada Vicente Guerrero No. 2, fraccionamiento Insurgentes, Santa María Acuitlapilco; C.P. 90110, Tlaxcala, Tlax. Tel. (01-246) 46-805-55. No es permitida la reproducción de cualquier material (fotográfico y/o literario) incluido en esta revista electrónica, sin el permiso correspondiente por escrito.

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Miguel Lira y Ortega, en la voz de Ignacio Manuel Altamirano

RAFAEL GARCÍA SÁNCHEZ

[email protected]

Un avance importante, en las

comunicaciones ferroviarias, entre

Apizaco y Puebla fue el culminado

el día 16 de septiembre de 1869,

fecha en que se inaugura el ramal

entre estas dos comunidades. Es

obvio suponer el gran impacto que

tuvo tan importante acto entre los

vecinos de todos los pueblos

cercanos a la vía del ferrocarril; ver

la descomunal maquina de acero,

rugiendo potente a gran velocidad,

debió ser todo un suceso. Por otra

parte, el honor de inaugurar esa

importante vía de comunicación

recayó en la persona del

Presidente de la república

mexicana en turno, es decir al

estadista don Benito Juárez.

Desde luego que el Benemérito se

hizo acompañar de importantes

personajes de su flamante equipo

de trabajo, (lo que actualmente

pudiera entenderse -en cierta

El Benemérito tlaxcalteca Miguel Lira y Ortega; fotografía cortesía Rev. Rubén García Badillo / Quórum.

forma- como Gabinete) de entre quienes destaca la regia figura del Maestro Ignacio Manuel Altamirano.

Seguramente Juárez traía no solamente tan alta investidura consigo, sino además toda una serie de presiones, relacionadas

por las inconformidades que en algunos casos había generado el trazo de la ruta férrea. Bien sabía Juárez, que al llegar a

Puebla habría de afrontar algunas situaciones no tan gratas, derivadas de los tensos momentos políticos que el país vivía; y

sobre todo, como se cita, el descontento de importantes empresarios y hacendados.

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Al gobernante tlaxcalteca en ese momento, Don Miguel

Lira y Ortega, correspondió dar la bienvenida a tan

importante caravana. Fue un hecho histórico importante

para el actual municipio sarapero, del que en la

actualidad, lamentablemente no se conserva ni por

equivocación al menos una pálida placa de mármol,

azulejo, bronce ó al menos barro. Creo que nuestro ilustre

tlaxcalteca Lira y Ortega, bien merece, en Chiautempan,

un reconocimiento permanente, que siempre será poco,

para la estatura histórica del probo republicano.

Así, una vez que detiene su marcha la flamante

locomotora y por consiguiente el convoy férreo,

corresponde al Benemérito Lira y Ortega hacer acto de

presencia y abordar el carro presidencial, de acuerdo al

protocolo, y trabajo de logística trazado previamente. De

acuerdo a las crónicas de la época, fue evidente el gusto

para don Benito Juárez el poder estrechar la mano del

gobernante tlaxcalteca, quien da la bienvenida al

Presidente a territorio tlaxcalteca, al igual que a los

distinguidos acompañantes de la comitiva presidencial.

La breve y espléndida crónica de tan importante

momento, es la que nos transmite el Maestro Altamirano,

en los siguientes términos: “Es el gobernador el tipo más

perfecto del hombre del campo en su más sencilla y

buena expresión: se retratan en su semblante la honradez

más acrisolada, la serenidad de una conciencia pura y la

firmeza de principios de un alma republicana por

organización; sin pretensiones, sin altivez, modesto como

debe ser un funcionario demócrata; este hombre recuerda

por su aspecto la figura del inmortal Guerrero, y

remontándonos más allá, la figura de aquellos

republicanos de los antiguos tiempos que dejaban el

arado por venir a gobernar un pueblo. En obsequio de la

verdad, el Presidente y los ministros parecen tener en tan

alta estima las virtudes de un magistrado tan sencillo, que

le recibieron con las muestras del más grande afecto y

respeto. El no trajo discursos; comprendió con buen

sentido que los discursos para un viajero son fatigosos,

y se contentó con dar la enhorabuena en términos

lacónicos, pero expresivos, por la gran mejora que iba a

quedar establecida con la vía férrea; luego se despidió,

bajó del vagón y fue a confundirse entre la

muchedumbre tlaxcalteca, que le hizo un lugarcito como

a cualquier hijo de Adán”.

La aguda visión de Altamirano, en torno al ciudadano

ejemplar, y al gobernante probo, honesto y vertical que

fue Lira y Ortega, fue acertada: con apenas unos

minutos de verlo y escucharlo, Altamirano pudo apreciar

las grandes cualidades y “la firmeza de principios” que el

Benemérito tlaxcalteca transmitía en todo momento.

Afortunadamente nuestro gobernante Lira y Ortega

nunca escribió una sola página, un solo párrafo, una

sola línea, que ofendiera a ciudadanos de otras

latitudes. Conocedor de la historia del pueblo mexicano,

siempre se condujo de manera responsable, respetuosa,

sencilla y humilde como bien lo retrata Altamirano

(escritor vertical), transmitiendo con ello el tradicional y

noble aprecio de los tlaxcaltecas para con los visitantes.

Su proceder como servidor público siempre estuvo

marcado por la nobleza y por el auténtico servicio a su

pueblo, “sin pretensiones, sin altivez, modesto como

debe ser un funcionario demócrata”. La humildad que le

caracterizaba, en más de dos ocasiones lo orilló a

declinar designaciones importantes que, por su vocación

plena de servicio al pueblo, le hicieron sostener, aceptar

y llevar a excelentes resultados.

Incluso, cuando la legislatura local emite el decreto el 29

de julio de 1868 “en gratitud a los eminentes servicios

prestados por el C. Miguel Lira y Ortega en la

reconquista de la Independencia de la República,

atacado por la Intervención y el Imperio que pretendían

establecer, se le declara Benemérito del Estado”, Lira y

Ortega lo consideró un alto reconocimiento inmerecido a

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su persona, al escribir “protesto que la muy honrosa

distinción que me habéis concedido la estimo altamente

superior a los servicios que creí de mi deber prestar a la

Patria. Estaban recompensados ya con la satisfacción de

haber presenciado el triunfo de la República y mis

ambiciones cumplidas con verme restituido al seno de mi

familia. Pero supuesto que vosotros habéis querido

honrarme más de lo que merezco, acepto esta distinción

como una prueba de la bondad característica del pueblo

tlaxcalteca, ofreciendo que de ese título haré uso

únicamente para estimular a mis hijos, a que se consagren

al servicio de la Patria; él será la más rica herencia que

puedo legarles a mi muerte”.

La voz prudente, sensata, firme y valiosa del Coronel Lira y

Ortega, ha sido de las más nobles y ejemplares que en

Tlaxcala hemos tenido hasta hoy. De sus impresionantes

logros para el pueblo tlaxcalteca habremos de hablar en

próxima colaboración, con la intención de presentar a los

adolescentes y jóvenes en primer término, la enorme

importancia que ha tenido Tlaxcala en la Historia de

México, generada por hombres como Miguel Lira y Ortega,

como José Miguel Guridi y Alcocer, como los Xicoténcatl,

los Arrieta y los Maxixcatzin. Es, hasta donde sea posible

en nosotros los ciudadanos orgullosos de nuestra tierra, la

obligación de transmitir estos ejemplos que han dado

relieve y brillo a esta pequeña gran porción de patria

mexicana.

Tenemos ejemplos de célebres mexicanos, hombres y

mujeres, que son necesarios traer e incluir en los

cuadernos de educación básica; dejar de lado la

indiferencia y la apatía para avocarnos a conocer los

legados que tenemos, hoy, de personajes como Miguel Lira

y Ortega, de quien, lamentablemente sabemos poco;

incluso, es probable que algunos tlaxcaltecas desconozcan

en dónde está sepultado, situación que realmente sería

triste, sobre todo en los profesionistas que tienen la

obligación de transmitir los conocimientos a los alumnos de

educación básica.

De Lira y Ortega, como bien apunta su biógrafo Salvador

Cruz (un historiador profesional, afortunadamente), “su

nombre flamea a los aires de los Cuatro Señoríos como

espejo de fe republicana, de desinterés en el ejercicio

del poder, de honradez ciudadana hasta la prueba de

ser peregrino en su Patria, de firmeza inconmovible en

los principios demócratas”. Cierto: a partir del 27 de

marzo de 1882, la figura de Lira y Ortega nace para la

eternidad. Su cuerpo encuentra sepultura en el Panteón

de Ocotlán al día siguiente, el 28. Así, Lira y Ortega

retorna a su tierra, a la que dejó su trabajo, verticalidad,

su cariño y amor por el bienestar de un pueblo en el que

dejó sus más grandes aspiraciones e ilusiones.

Fotografía inédita (hasta hoy), del Presiente Benito Juárez; Obsequiada por él mismo, al Benemérito Miguel Lira y Ortega, gobernador tlaxcalteca; al arribar el Presidente de México, en

tren, al municipio de Chiautempan, en septiembre de 1869, como parte de la inauguración del ramal ferroviario Apizaco-Puebla.

Todo este material histórico de Lira y Ortega, es decir: el archivo del Benemérito Miguel Lira y Ortega, fue conservado cuidadosamente por el nieto Miguel N. Lira. Como es sabido, ese acervo histórico está a resguardo actualmente del presbítero. Rubén García Badillo, en su calidad de albacea; que amablemente continúa trabajando conjuntamente para difundir etapas históricas del estado de Tlaxcala, poniendo a disposición documentos de elevado, significativo y evidente valor histórico para el estado de Tlaxcala, y para México.

Esta pequeña gran fotografía, de apenas 5.8 x 10.2 cms., será incluida y presentada por primera vez, como parte de la exposición “Tlaxcala en la historia, su pasado y futuro; por Miguel Lira y Ortega”, que abarca 99 documentos originales, de la 2da mitad del siglo XIX; todo ello, en el Museo Miguel N. Lira; ciudad de Tlaxcala; a partir del mes de mayo-2013.

Q

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AVANCE

“Tlaxcala en la Historia, su pasado y futuro. Por Miguel Lira y Ortega”

MUSEO MIGUEL N. LIRA

A partir del viernes 3 de mayo, y hasta el

miércoles 26 de junio (7 semanas y 3 días),

se tiene contemplado presentar en el

Museo Miguel N. Lira la exposición arriba

citada. Ésta exposición consiste en

conjuntar una serie de documentos,

(originales todos) de la 2da mitad del siglo

XIX; todos ellos están relacionados con el

Benemérito tlaxcalteca Miguel Lira y

Ortega, abuelo del ilustre poeta tlaxcalteca

Miguel N. Lira.

Lo anterior, derivado de reunión de trabajo

establecida con el presbítero Rubén García

Badillo, resguardante de los documentos

del Coronel Miguel Lira y Ortega, que ha

mostrado plena disposición para que se

lleve a cabo esta primera e inédita

exposición, con el afán de recordar la gran

estatura histórica del prócer tlaxcalteca.

Carta de Porfirio Díaz a Miguel Lira y Ortega; México, 21 de Noviembre de 1877

Porfirio Díaz. Foto: Internet.

Entre los documentos y/o elementos históricos que se habrán de

exponer, se pueden mencionar:

--6 periódicos. Relacionados todos con Miguel Lira y Ortega. En los

dos primeros, de 1872 y de 1873, encontramos noticias de la

época; en los siguientes 4 (1882, 1889, 1901 y 1903) encontramos

crónicas que enaltecen la aportación histórica de Lira y Ortega,

durante su participación en diversas épocas de la historia de

Tlaxcala);

--1 fotografía original del Benemérito Miguel Lira y Ortega;

--1 fotografía original, del Presidente Benito Juárez (5.8x10.2 cms);

--El bastón que Benito Juárez obsequiara al Coronel Miguel Lira y

Ortega;

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--20 cartas enviadas por Porfirio Díaz, algunas en

su calidad de Presidente de la república; abarcan

diferentes fechas, enviadas en su mayoría desde

Guadalupe Hidalgo, desde Ciudad de México, y

desde Tacubaya;

--Diversos documentos relacionados con la

administración estatal y nacional;

--30 historias (al menos) de las “municipalidades”

de Tlaxcala (una por cada mpio. que corresponden

al Diccionario Histórico y Geográfico autoría de

Lira y Ortega; cada “historia” es un documento de

2, 3, 4, 5, 6 ó más páginas);

--etcétera;

Lo anterior, nos puede arrojar un total de 99

documentos, que –necesariamente– requieren un

cuidadoso trabajo museográfico para su

exposición. La intención de esta colección es

mostrar la riqueza histórica tlaxcalteca producida

por el Benemérito Miguel Lira y Ortega; y por esa

razón se han contemplado casi dos meses, para

que un mayor número de visitantes y estudiantes

conozcan el valioso acervo histórico a exponer.

Reverso de comunicación enviada al Sr. Gobernador Miguel Lira y Ortega, en 1877.

Porfirio Díaz. Foto: Internet.

Es importante remarcar que después del fallecimiento del

Benemérito Miguel Lira y Ortega, en la ciudad de Puebla, en

1882 (es decir: hace 131 años), es la primera vez que este

conjunto de documentos, destacando las 20 cartas, será

expuesto en el Museo que lleva el nombre de su nieto:

Miguel N. Lira, Benemérito también. De ahí la importancia de

esta exposición que viene siendo preparada con acuciosidad

y plena responsabilidad conjunta.

De esta forma habremos de conocer a través de esta

exposición, situaciones históricas suscitadas en la 2da mitad

del siglo XIX; con personajes que fueron actores principales

a nivel estatal y nacional.

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Con todo este caudal histórico de

primer nivel, epistolar en este caso, con

seguridad tendremos oportunidad de

integrar un documento que, dada la

efervescente época en que se

desarrollan hechos, para la república

mexicana, será de total y valiosa

aportación para la historia de Tlaxcala.

Así, se podrán documentar ensayos

serios (sin afanes protagónicos, y sin

inventar la historia del siglo XIX... en el

2013), que seguramente coadyuvarán

a enriquecer acervos literarios. Esto,

solamente como un avance del acervo

generado por el Benemérito tlaxcalteca

Miguel Lira y Ortega, a quien el Estado

pudiera impulsar al sitio histórico que,

por ley, le corresponde.

“Huamantla (Tlax.) Febrero 27 1867. Carta de Porfirio

Díaz a Miguel Lira y Ortega / Quórum

Q

“Ignoro todavía de dónde salieron las instituciones a las que debo Pedro Páramo. Fue como si alguien me lo dictara. De pronto, a

media calle, se me ocurría una idea y la anotaba en papelitos verdes y azules. Cuando escribí Pedro Páramo solo pensé en sali r

de una gran ansiedad. Porque para escribir se sufre en serio”

Juan Rulfo

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Próximamente…

--Municipalidades y pueblos tlaxcaltecas.

--Personajes, gobernantes; sus luchas e ideales

--Miguel Lira y Ortega, Benemérito tlaxcalteca.

--Documentos históricos, originales e inéditos.

30 HISTORIAS, es un referente, un punto de partida nada más.

En realidad son más, muchas historias más, de las municipalidades

que conformaban poco después de mediados del siglo XIX, la

geografía tlaxcalteca. Además, se conjuntan documentos –todos

originales- que relatan hechos históricos clave, en el acontecer de

Tlaxcala antes, durante, y después de la Independencia de México.

Correspondencia epistolar de significativo valor histórico que por

primera vez habrá de ser expuesta al público en general, desde el

Museo Miguel N. Lira. Personajes como José Miguel Guridi y

Alcocer, Guillermo Valle, Mariano Sánchez, Porfirio Díaz, Ignacio

Manuel Altamirano, Benito Juárez, por citar solamente algunos,

con su actuación histórica conformaron día a día la historia de

Tlaxcala de la segunda mitad del siglo XIX.

20 cartas escritas por Porfirio Díaz, destinadas al Coronel Miguel

Lira y Ortega, son apenas una parte de los contenidos que a partir

de mayo habrán de ser expuestas en el Museo citado.

Por otra parte, el valioso acervo que Miguel Lira y Ortega (abuelo

del poeta tlaxcalteca Miguel N. Lira) conformó, relacionado con

todas y cada una de las municipalidades tlaxcaltecas de aquella

época, también se pretende incluir en esta magna exposición –

literalmente- histórica, con el afán de que los actuales municipios

conozcan parte de los inicios de su conformación, y quiénes eran

los actores políticos y sociales de aquella época.

Por lo que se refiere a los documentos de las Municipalidades que

se habrán de presentar, podemos relacionar, a manera de avance,

los nombres de las comunidades de las que poseemos

documentación histórica:

SAN PABLO DEL MONTE, HUAMANLTA, ZACATELCO, SAN

JERONIMO ZACUALPAN, TEPEYANCO, SAN MATEO HUEXOYUCA,

SANTIAGO TETLA, SAN BERNARDINO CONTLA, CALPULALPAN,

SANTA CRUZ TLAXCALA, CHIAUTEMPAN, TETLANOCAN, SAN

MATEO TEPETITLA, SAN NICOLAS TEPETITLA, XALTOCAN,

NATIVITAS, SAN JUAN TOTOLAC, SANTIAGO MICHAC

(HUAMANTLA),

En cuanto a temas más concretos, se tienen contemplados

considerar algunos de medular importancia en el

desarrollo de la historia de Tlaxcala, tales como: MINISTROS

E IMPERIOS, EJÉRCITO IMPERIAL MEXICANO, MARIANO

SÁNCHEZ, ANTONIO CARVAJAL, CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE

TLAXCALA (79 artículos y 4 transitorio); LÍMITES Y MAPAS,

ETCÉTERA.

Así, después de 131 años (ó más) de haberse reunido tan

importante y valioso acervo, es como ahora se presentan por

primera vez, en un solo espacio, y durante dos meses,

verdaderas joyas de la historia de Tlaxcala. Lo anterior, ha sido

posible gracias a la amable disposición que ha mostrado el

resguardante de tan importante acervo documental, el

presbítero Rubén García Badillo que, conociendo nuestro

trabajo y dedicación, desde hace varios años, por la historia de

Tlaxcala, por la trayectoria artística y cultural de Miguel N. Lira, y

por los personajes y las etapas de la magnífica historia de

Tlaxcala, es como se ha logrado concretar esta importante y

extraordinaria colección a exponer en el Museo Citado.

Seguiremos informando, al respecto.

Q Crónica: Rafael García Sánchez.- Quórum/Director

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CUMBRE LATINOAMERICANA DE PERIODISMO EN MÉXICO 2013

“La Libertad de Expresión en las Américas”

A partir del 1ro de mayo y hasta el día 4, se habrá de desarrollar en la capital del Estado de México, y en el municipio de Almoloya

de Juárez, la Cumbre Latinoamericana de Periodismo. Compañeros Nacionales de Periodistas y Editores A.C. (CONAPE), viene

desplegando intenso trabajo de organización y logística para recibir a los periodistas agremiados, procedentes de diferentes países

y, desde luego, de muy diversos puntos geográficos de la república mexicana.

Se tiene contemplado, del 2 al 4 de mayo, llevar a cabo diversas actividades: ponencias, conferencias, talleres, reuniones, mesas de

trabajo de diferentes medios periodísticos de América, con la finalidad de consolidar los mecanismos de comunicación, trabajo y

difusión de los informes generados; para ello, se contará con la presencia de expertos que, sobre la materia habrán de compar tir sus

vivencias, experiencias; los logros obtenidos así como las dificultades que el gremio afronta, para cumplir con puntualidad y decoro

la actividad periodística.

De igual forma se tiene agendado celebrar el segundo aniversario de la fundación de CONAPE, precisamente en Almoloya de

Juárez, municipio del Estado de México, en 2011. Como es evidente, la agrupación periodística, a dos años de su creación, ha

crecido de manera significativa, consolidando día a día sus acciones profesionales en beneficio de la sociedad mexicana y de varios

países, en los que tiene presencia, por conducto de importantes despachos periodísticos y agencias informativas.

Así, CONAPE cumple de manera responsable y permanente con la sociedad en general. Se espera que con el trabajo a desarrollar

en esta Cumbre Latinoamericana “La libertad de la expresión en las Américas”, la propuesta profesional se fortalezca, y siga en la

ruta de crecimiento que, desde sus inicios ha tenido. Enhorabuena por nuestro Presidente, Lic. Raúl González Nova, quien además

lleva la importante y pesada responsabilidad de establecer vínculos profesionales para el buen desempeño de esta actividad, tan

necesaria e importante en la cotidianeidad de la historia de México.

Q

“Al filo del agua fue redactada mientras yo escuchaba insistentemente el Réquiem de Gabriel Urbano Fauré. Me gusta esa música

fúnebre, debido quizá a una predestinación mortal. Algunos pasajes en prosa siguen la cadencia de los cantos gregorianos que se

cantaban para las misas de difuntos en las iglesias”

Agustín Yáñez

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Luna Silvestre Octavio Paz

ENTRE JÓVENES POETAS…

En 1931, Octavio Paz de 17 años, inicia su primer

libro de poesías. Para 1933 (de 19 años) con toda

la emoción de buscarle publicidad a esa primera

obra, presenta el borrador de su primer poemario

“Luna Silvestre”, a Miguel N. Lira, de 28 años de

edad, editor, tipógrafo y también poeta; una vez

concluidas las formalidades técnicas y laborales,

Paz le deja los borradores de esa obra, misma que

con el correr de los años, habría de tomar relevante

importancia, dada la trayectoria de escritor, literato y

poeta que habría de alcanzar en 1990, con su

máximo galardón: el Premio Nobel de Literatura.

Dichos borradores son conservados de manera

definitiva por Miguel N. Lira, al igual que los demás

borradores de otros escritores que buscaron la

edición de sus obras con el tipógrafo tlaxcalteca.

A 80 años de esa primera edición, hoy presentamos algunos

documentos del borrador que hemos comentado. Lo anterior es

posible por la amable deferencia del albacea Rubén García

Badillo para la revista Quórum, que nos ha proporcionado los

archivos necesarios de esta obra, y que hemos incluido como

parte de la relación de libros que comentamos en este número

43, uniéndonos con ello a la celebración internacional del 23 de

abril en que se conmemora el día internacional del libro y de los

Derechos de Autor.

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(Ciudad de México, 1914-id., 1998) Escritor mexicano. Nieto de escritor (Ireneo Paz), los intereses literarios de Octavio Paz se manifestaron de manera muy precoz, y publicó sus primeros trabajos en diversas revistas literarias. Estudió en las facultades de Leyes y Filosofía y Letras de la Universidad Nacional. En 1936 Octavio Paz se trasladó a España para combatir en el bando republicano en la guerra civil, y participó en la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Al regresar a México fue uno de los fundadores de Taller (1938) y El Hijo Pródigo. Amplió sus estudios en Estados Unidos en 1944-1945, y concluida la Segunda Guerra Mundial, recibió una beca de la fundación Guggenheim, para, más tarde, ingresar en el Servicio Exterior mexicano. En 1955 fundó el grupo poético Poesía en Voz Alta, y posteriormente inició una colaboración en la Revista Mexicana de Literatura y en El Corno Emplumado. En las publicaciones de esta época defendió las posiciones experimentales del arte contemporáneo. Cerró su actividad diplomática en 1968, cuando renunció como protesta contra la política del gobierno mexicano ante el movimiento democrático estudiantil. Durante sus años de servicio Octavio Paz residió en París, donde trabó amistad con André Breton, también viajó por diversos países europeos y asiáticos (en 1962 fue nombrado embaj.de México en la India. Poeta, narrador, ensayista, traductor, editor y gran impulsor de las letras mexicanas, Paz se mantuvo siempre en el centro de la discusión artística, política y social del país. Su poesía se adentró en los terrenos del erotismo, la experimentación formal y la reflexión sobre el destino del hombre.

Detalle; borrador original de “Luna Silvestre”, de Octavio Paz; col. part. García Badillo / Quórum

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/paz_octavio.htm

Detalle; borrador original de “Luna Silvestre”, de Octavio Paz; col. part. García Badillo / Quórum

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¡QUE VIVAN LOS LOCOS!

EVARISTO VELASCO ÁLVAREZ

[email protected]

En varias ocasiones y de repetidas

personalidades, he leído acusaciones contra algunos

de los personajes que han dejado huella de su

existencia en el mundo, de que están perturbados de

sus facultades mentales, puesto que son diferentes a la

mayoría de los que habitamos este mundo, llamado La

Tierra. De locos, paranoicos, dementes, perturbados,

inadaptados, revoltosos, problemáticos, indeseables, y

muchas otras lindezas, llegando a creer que eran una

amenaza para la sociedad.

Pongamos el caso de Albert Einstein, quien

era un niño problema a quien se acusaba de loco, pues

vivía pensando en cosas “del demonio”, pues los

demás no lo entendían, ni le querían entender. Porque

pensar, confrontar las ideas que eran consideradas

como reales, leyes, legítimas, etc., y hacerle caso a ese

loco, con sus ideas de la relatividad, representaba un

grave problema, pues había que razonar… y es tan

latoso y problemático hacerlo…

Y qué decir de Galileo Galilei, quien se

enfrentó a la iglesia católica al asegurar que “LA

TIERRA GIRA ALREDEDOR DEL SOL”, mientras que

aquellos sostenían que la Tierra era el centro del

universo (¿?). A quien quisieron pasar a la horca,

porque la “SANTA” (¿?) inquisición decía que esas

ideas eran influenciadas por el demonio y que Galileo

debía firmar un documento en donde se establecía que

el diablo le había estado hablando al oído, y que

después de firmar, desde la puerta de salida del

edificio, Galileo pronunció las palabras que la historia

registra como de un rebelde: “Y SIN EMBARGO LA

TIERRA SE MUEVE”.

Así mismo le sucede a Jesús el Nazareno,

quien se enfrenta a los doctores de la Ley, y que corre

a latigazos a los mercaderes del Templo, y que se

atrevió a caminar sobre las aguas, a curar a los

leprosos, a los ciegos, a los inválidos; que

transformaba el agua en vino, que revivía a los muertos

y que desafió a los poderosos, y se atrevió a morir por

sus ideales. Un hombre al que llamaron loco,

inadaptado, esquizofrénico, epiléptico, orate, y muchas

cosas más.

Don Miguel Hidalgo sufrió en más de una

ocasión el ataque de los soberbios que le acusaron de

enemigo del progreso y del orden, y que lo enviaron a

Dolores, en el estado de Guanajuato, para que

estuviera alejado del Colegio de San Nicolás, en

Morelia, donde había sido maestro y poco faltó para

que fuera el rector. Lo vituperaron de tal manera que

fue degradado por los jerarcas de la iglesia católica.

Estando en el campo de batalla, un enviado del

arzobispo Abad y Queipo, representante de Roma en

México, le entregó en propia mano un comunicado del

Papa que le exigía renunciar al ejército insurgente y

retirarse de inmediato, para presentarse ante el

arzobispo. Hidalgo le preguntó al enviado: “¿Y hacia

dónde queda Roma, donde vive el Papa?

El enviado señaló un punto en el horizonte,

a lo que el cura Hidalgo ordenó a sus tropas: “¡Apunten

hacia allá!”, y en tres ocasiones dispararon sus armas

los soldados insurgentes. El enviado, considerando

loco a Hidalgo le dijo: “¿Cree usted que las balas le

llegarán al Papa? A lo que Hidalgo replicó, rompiendo

el comunicado y tirando los restos al suelo: “Pues

entonces a mí tampoco me llegó nada”, y dando la

media vuelta, dejó a su interlocutor perplejo, solo y sin

saber qué hacer.

Son muchos los ejemplos que pudiéramos

dejar claros en este espacio, pero el espacio mismo no

es tan grande para soportarlo, así que mejor

concentrémonos en dejar de ser uno más en el mundo

e intentemos ser diferentes, ser locos, ser orates, ser

inadaptados, ser paranoicos, pero progresistas,

pensando y anteponiendo a la patria por delante de

nuestras aspiraciones. Hagamos pues ¡Que viva

México!

Q

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16

DOMINGO ARENAS EN EL CAMPO DE BATALLA

FABIÁN ZAMORA ROSAS

[email protected]

Para los primeros días de noviembre de 1914 era

previsible que Domingo Arenas se levantara en armas

contra el carrancismo. El coronel Porfirio del Castillo

refirió su primera impresión sobre el cuartelazo, que

finalmente estalló en la ciudad de Tlaxcala, el 12 de

noviembre de ese año:

“Estaba yo formulando la relación de unos depósitos

que iba a concentrar a la Tesorería y que debía firmar

el gobernador, cuando escuché tropel de caballo y un

grito de ¡Viva Zapata! Es un borracho me dije, pero dos

minutos después siguieron carreras y muchos gritos de

Viva Zapata, muera Carranza ¡El Cuartelazo! grité…”1

Con el cuartelazo, Domingo Arenas se hizo del control

de la ciudad de Tlaxcala. Otros contingentes que

resguardaban las principales poblaciones, como el de

Antonio Mora en Calpulalpan, sucesivamente se fueron

adhiriendo a la rebelión,2 por lo que Arenas se hizo del

control de prácticamente todo el Estado.

Los rebeldes esperaban la reacción Carrancista, y tal

vez por considerar que la ciudad de Tlaxcala no ofrecía

condiciones para una adecuada defensa, o tal vez para

no exponer a la capital a los estragos de la batalla, se

hicieron fuertes en la cercana Panotla y en San Lucas

Cuauhtelulpan. En esos puntos se libró la encarnizada

batalla, el 19 de noviembre, estando las fuerzas

constitucionalistas comandadas por el general Alejo

González, al frente de la brigada “Regionales de

Coahuila”.

Benito Zamora, de las fuerzas de Arenas, refirió en

sus memorias:

“…se libró la primera batalla campal, que fue muy

reñida por ambas partes quedando al fin por parte de

las tropas del General Alejo G. González y adversa

para las nuestras…”

“…por orden del C. General Domingo Arenas estuve

defendiendo el cerro de San Lucas Cuauhtelulpan

que está a inmediaciones de la ciudad de Tlaxcala,

luchando con solo 75 hombres y deteniendo al

enemigo en superior número, no dejándole avanzar

sino hasta que el resto de la columna había

abandonado el pueblo de Panotla a las 7:50 de la

tarde y por serme imposible seguir defendiendo el

cerro que tenía a mi custodia, tomando el rumbo de

Nativitas pasando por la estación del Ferrocarril

Interoceánico, donde me vi obligado a trabar fuerte

tiroteo en la noche con el enemigo que se encontraba

posesionado de dicha estación quitándole cuatro

caballos y 23 carabinas máuser.”3

El parte oficial de la batalla que Cesareo Castro,

comandante militar de Puebla, rindió al gobierno

Carrancista dice:

1 Castillo, Porfirio del, PUEBLA Y TLAXCALA EN LOS DÍAS DE LA REVOLUCIÓN, México, 1953, p. 171.

2 MEMORIAS DEL GENERAL BENITO ZAMORA BRAVO, mecano escrito, inédito. 3 Idem.

Page 17: Quórum-43.pdf

17

“Se ha rechazado enemigo en San Nicolás Panotla

haciéndole 300 muertos y gran cantidad de heridos

recogiéndoles cuatro ametralladoras, tres fusiles Roexer

un cañón cuarenta y cinco cajas de parque, doscientos

caballos e incalculable número de armas. Combate

comenzó once treinta am y terminó seis tarde estando

reñidísimo huyendo enemigo rumbo Tlaxcala a la

desvandada (sic.). Además se les recogieron al enemigo

diez cofres de cañón.”

El hecho de armas le valió a Castro una felicitación del

Gobierno Carrancista, pero algunas de las cifras que se

aprecian en el parte parecen exageradas, especialmente

la referente a las bajas de los rebeldes. Porfirio del Castillo

refirió que Arenas sufrió muchas bajas, sin aportar

mayores datos. Los documentos oficiales no mencionan el

número de los efectivos con los que contaba Arenas, pero

el autor citado afirma que el 12 de noviembre se rebeló

íntegramente la Brigada “Xicohténcatl” y que ésta contaba,

dos meses antes, con mil quinientos efectivos “bien

montados y bien pertrechados”.4 En un cálculo

conservador se puede suponer que Arenas contaría con

poco más de mil hombres, para los cuales, trescientas

bajas parece demasiado, aunque la batalla de Panotla

haya sido descrita por ambas partes como muy reñida.

Del Castillo afirma también que tras la acción de Panotla,

Arenas dejó abandonado su archivo,5 lo cual no se pone

en duda, pero no ha sido posible localizar ninguno de esos

documentos. El lugar más viable para hallarlo parecería el

Archivo Histórico de la SEDENA, pues es posible que,

como ocurrió con otros archivos y documentos de los

rebeldes, los carrancistas lo remitieran a la superioridad, y

ésta lo anexara a algún expediente.

Pero, el archivo de Arenas no se encuentra en los

expedientes personales de los combatientes, ni en

el expediente de la Plaza de Puebla, ni en el de

Tlaxcala, ni en el de la Plaza de México, y los

documentos oficiales tampoco refieren su existencia.

Por testimonios, el que esto escribe, tuvo noticia

hace varios años, de que Arenas ordenó enterrar su

archivo antes de desalojar sus posiciones, sin que

hasta ahora haya sido posible una búsqueda

adecuada de ese tesoro documental.

Ciertamente, Arenas se rebeló contra el carrancismo

con la bandera de Zapata y del Plan de Ayala, pero

si bien, acató el Plan en lo referente a la tierra, es

muy dudoso que se haya sujetado al liderazgo de

Zapata. Para Arenas el Caudillo del Sur debió ser un

apoyo moral más que un jefe militar. Esto último

toma mayor fuerza si se toma en cuenta que, tras la

Batalla de Panotla, Arenas fue nombrado

Comandante Militar del Estado de Tlaxcala por el

Gobierno de la Convención,6 esto quiere decir que

Arenas no recibía órdenes de Zapata, sino del

Secretario de Guerra de la Convención.

Así, en Tlaxcala en noviembre de 1914, no surgió un

movimiento zapatista, sino un movimiento particular

de nuestra región, hecho según necesidades

particulares, e independiente de otros grupos

revolucionarios. Si bien, el Arenismo tuvo que

integrarse a dinámicas nacionales que lo hicieron

pasar por zapatista o convencionista, esto no quiere

decir que haya estado sujeto o condicionado, por el

contrario, para ambos, Arenas debió ser un aliado y

no un subalterno.

Q

4 Castillo, Porfirio del, Op. Cit. p. 152-157 y 177.

5 Ibídem p. 177. 6 Expediente de la Plaza de Tlaxcala correspondiente al año 1915, Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional.

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18

PUEBLA

Próximamente…

en portada: Domingo Arenas, revolucionario tlaxcalteca.

“Si en México hubiese más lectores, habría más librerías que puestos de tacos. Pero no sucede así porque la gente tiene que

comer y es su principal ocupación. Después de tener tantos problemas no se quiere pensar demasiado, y antes que un libro se

compran un caset, un disco, van al cine y ven telenovelas, porque no les obliga un esfuerzo mayor de comprensión y el libro s í hace

reflexionar”.

Juan Grijalbo

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19

TERMÓMETRO POLÍTICO

EFECTOS DE UN PAPA LATINOAMERICANO

POR: LUIS IGNACIO LUJANO RIVERA

[email protected]

Durante el Cónclave (con llave) para elegir al Papa,

como nuevo líder de la Iglesia Católica, se mencionaba

que los cardenales europeos tendrían ventaja. Los

números señalaban que Italia, a pesar de haber

perdido miles de feligreses y tener un poco porcentaje

de fieles católicos, mantenían una cantidad superior y

desproporcional de cardenales, frente a los países

latinoamericanos con millones de católicos, como lo es

Brasil y México que encabezan la lista de seguidores a

San Pedro.

De acuerdo al periódico El Economista, quien basa sus

cifras en la agencia Reuters, con datos de Statistical

Yearbook of the Church 2010, América del Norte

registra 85 millones de católicos, de los cuales 15 son

de Canadá y 70 de los USA; Centro y Sudamérica 501

millones de fieles, de los cuales se destacan Brasil con

163 millones y México con 100 millones de católicos;

Argentina se respalda con 38 millones de feligreses.

Europa cuenta con 285 (millones de) católicos, de los

cuales Italia representó 58 millones; seguido de Francia

con 47 y España con 43. Asia tiene 127 millones,

dentro de los cuales son 77 de Filipinas. África cuenta

con 186 millones, liderado por la República del Congo

con 38 millones. Mientras que Oceanía, en Australia

tiene 9 millones; y Medio Oriente con 3 millones.

De lo anterior se deduce que si por número de

simpatizantes fuera, le hubiese correspondido desde

hace años a Brasil tener un Papa y luego de ello, el

Papa sería mexicano; pero no, el elegido fue Argentino.

La mayoría de estos líderes religiosos han sido

europeos. Por lo que resulta histórico que a los 2013

años del nacimiento de Jesucristo, ahora se haya

elegido a un Papa Latinoamericano.

¿Cuál podría ser algún criterio para elegir a un Papa?

Quizá su estancia de vida en el Vaticano; su cercanía

con el Papa en funciones; hablar muchos idiomas; ser

sencillo; tener comunicación divina; ser un excelente

conciliador; ser un buen político; conseguir el voto de

los cardenales; haber hecho campaña por años para

ser Papa; ser un experto en finanzas para manejar

adecuadamente los recursos del Banco del Vaticano;

prometer más feligreses; ofertar el incrementar los

ingresos de la Iglesia; copiar la forma de ser de Juan

Pablo II; ser más simpático; tener muchos millones de

seguidores…?

Podrían ser inacabables los requisitos para integrar un

perfil perfecto para un Papa, pero el hecho es que el

proceso de selección es secreto, hacer jurar sobre la

Biblia a los cardenales que no revelarán la forma de

elegir al sucesor de San Pedro.

Pero para estudiar los efectos que pudieran

presentarse a la llegada del nuevo Pontífice, estimo

que deben considerarse: El efecto local, donde se dice

que el cardenal de Argentina, ahora Papa Francisco I,

no tenía buenas relaciones con la Presidenta de la

República de Argentina; un país con una severa crisis

económica, en donde la Presidenta tendrá que

recomponer su relación, como medio de subsistencia

política y aprovechar la nueva condición, para que

mejoren las finanzas argentinas. El efecto que pudiera

presentarse en Latinoamérica, sin duda que será el de

ganar mayor número de fieles y confirmar a aquellos

que estuvieran migrando a otras religiones y con ello,

aumentar los ingresos del Vaticano.

El efecto en México es muy significativo y mucho más

rentable políticamente lo será, si el Presidente Enrique

Peña Nieto logra convencer al Sumo Pontífice de visitar

México, que es un país que cada que lo visita un Papa,

se vuelca en comedimientos; y el efecto internacional,

en primer lugar se verá reflejado desde su primer misa

el día 19 de marzo, al reunir la presencia de líderes

políticos de todo el mundo; los ojos de todos los

católicos estarán puestos en dicho evento y se notará

la renovación de sangre nueva, con un Papa más joven

que al parecer pretende destacar como su perfil, a un

Papa sencillo y cercano a la gente que desea escribir

su propia historia con letras de oro.

Q

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20

IRREVERENTE

MIGUEL ARCADIO CRUZ RUÍZ

Tuve que ser tu amigo para acercarme a ti / Y desde entonces te respiro.

Tuvo que haber pasado el tiempo en la distancia, / para vivir este suceso impredecible, para conocer de este amorío enmascarado, emboscado, oculto, / por el que vivo bajo sospecha.

¿Qué tan cerca estoy de ti? / cuando platicas / ¿qué tan cerca yo te siento? / cuando me dices de tus cosas, esas que te inquietan y molestan / y por supuesto me molestan, las que regresan a la memoria, / cuando por cierto te conocí.

Te veo a los ojos, siempre te veo a los ojos, / y no te encuentro como te quiero, amiga mía.

Repudio siquiera intentar decirte / y sólo pienso aguardar hasta siempre, quizá hasta ese momento en que tus labios de carne, de frescura, de deseo, de beso, / se abran de nueva cuenta, para platicarme de otros tantos amoríos, / cuando me atreva a morderlos como en el sueño.

¿Cuánto tiempo habré de aguardar? no lo sé, / porque de seguir siendo tú amigo, habré de faltarte al respeto, / y desde entonces seré un desconocido, seré traidor, apresurado para aprisionarte toda, / buscando desnudarte, hasta el corazón, y en un desatino, / respiraré ese aliento tan tuyo, / tan respirado por otros, por aquellos que me contaste y / de nueva cuenta faltaré a ese respeto.

¿A qué llevó intimidar? / ¿a qué se debió que me contaras esos cuentos? ¿fue acaso la rutina? / ¿fue acaso el tocamiento accidental de nuestras manos? Enrarecido en un conflicto de ideas, / agitado me apresto a la reflexión, y aprisa me retracto, total somos amigos, / bastará decirte, perdóname.

Pero si estuvieras sumisa en una pausa de amor, / indubitable sería el signo para seguirte faltando al respeto, amiga mía, nada más mía.

México, Distrito Federal, septiembre 1971

Pintura expuesta en Huamantla, Tlaxcala. Foto: Rafael García S / Quórum

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21

PENDULO POLITICO REFLEXIONES 12 -013:

POR EMILIANO CARRILLO CARRASCO

“NO HAY MEJOR POLÍTICA SOCIAL QUE UNA ACERTADA POLÍTICA ECONÓMICA” FAUSTO CANTU PEÑA.

Es la institución política por excelencia en tanto columna

vertebral del estado que tiene el monopolio de la

violencia, pero en México el precepto teórico hace años

fue superado por la terca situación. La sociedad requiere

meter al orden constitucional, impregnado de un

garantismo social que permita recomponer las variables

sociales ante los gobernados y gobernantes. Las políticas

desde 1982 en el adelgazamiento draconiano del Estado

para favorecer en primer lugar a socios y amigos. Y ante

la advertencia de que tal rumbo ensancharía las franjas

de pobres, juraba que eso se combatiría con una buena

política social, porque “Ésa es otra”.

Es ilusorio, por lo menos ahora, esperar que se

establezcan convergencias entre dos de los grandes

brazos del quehacer público, entre la política económica,

concentradora ilimitada de la riqueza, y la social que

atiende los estropicios que produce el poder financiero

concentrado . La propuesta por el PT a la Ley General de

Desarrollo Social, que pretende cambiar el enfoque

asistencialista de la política, al obligar al gobierno a incluir

programas de capacitación y formación en las

comunidades como forma de superación de la pobreza.

Al carácter moral y ético de la obligación gubernamental,

Peña Nieto no agregó el de tipo económico, pues como

bien apunta el principal dueño de México, Carlos Slim,

ensanchar el mercado interno es una necesidad para que

el crecimiento tenga sustento propio, nacional. Y la

pobreza en todas sus variantes lo obstruye hasta hacerlo

mediocre, como en las últimas tres décadas que alcanzó

2% anual y con un incremento demográfico superior.

La necesidad de romper los monopolios existentes en el

sector agroalimentario por la gran concentración en

granos. El reto es que de los 7.4 millones de pobres, 3

millones presentan carencias en salud, educación y

vivienda; hay 4 millones más que suman a las anteriores,

la falta de seguridad social y servicios y 430 mil, además

de las mencionadas, tampoco tienen acceso a la

alimentación. La desnutrición. De más 7.4 millones de

mexicanos subsisten “en pobreza extrema y carencia

alimentaria” y que ambos fenómenos socioeconómicos

son “verdaderamente lacerantes”, los padecen por igual

habitantes de zonas rurales y urbanas, y para su gobierno

“atender la pobreza (extrema) no es una opción, es una

obligación ética y moral”.

Alinear la cruzada con el Programa Hambre Cero de la

Organización de las Naciones Unidas; conformar un

consejo para la supervisión y vigilancia de los resultados e

invitar a éste al sector privado; cruzar 70 programas

sociales de la Federación, los estados y los municipios;

fortalecer las capacidades de desarrollo de las

comunidades rurales y urbanas; así como la creación de

brigadas para alfabetizar y apoyar programas productivos;

todo ello está muy bien pero no constituye garantía alguna

de que se remontará el tradicional carácter asistencialista

de los programas antecesores y menos aún de que el

clientelismo no haga como siempre su aporte en votos y

“guardaditos” para las campañas electorales.

Historia económica:” Una de las académicas fundadoras

de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM, fue la

PÉNDULO POLÍTICO http://www.razonesdeser.com/vernota.asp?notaid=94634.

Page 22: Quórum-43.pdf

22

Dra. En Economía, Florence Thalman, egresada de la

London School of Economices (LSE), considerada

entonces la mejor escuela de Economía Política del

mundo moderno. Thalman fue esposa del General Emilio

Lozoya, chihuahuense, ambos padres de Emilio Lozoya

Thalman, miembro de los Toficos, el grupo de los niños

ricos y poderosos de la ENE, liderados por Carlos Salinas

de Gortari y en donde participaban entre otros Manuel

Camacho Solís, José Francisco Ruiz Massieu, Alberto

Anaya, Guillermo Ortiz y Hugo Andrés Araujo.

La Teoría del Estructuralismo Económico de la CEPAL del

argentino Raúl Prebisch, que empezó a ser la

preponderante en el Gobierno Federal que evolucionaba

hacia un Capitalismo de Estado para ello se importaba la

Matriz de Insumo Producto de Wassily Leontieff, Premio

Nobel de Economía 1973 (otro de mis maestros en NYC),

Teotonio Dos Santos traería a la N la visión brasileña y

empezaba a escribir sobre el Capitalismo Financiero,

después profundizaba Rudolf Hilferding, hoy consolidada

en las ideas pragmáticas de Lula y Rouseff, Celso Furtado

ahondaba más aun en la condicionante brasileña que

planteaba las teorías del Sub-imperialismo, de los

Estados Unidos .

Los grupos trotskistas, maoístas (como Orive, maestro de

Carlos Salinas), los comunistas del PCUS estalinista, las

ideas del Eurocomunismo, que se oficializó en marzo de

1977, reciente descubierto mar de agua subterráneo,

localizado a 2,000 metros de profundidad y que le vuelve

a dar viabilidad a la gran metrópoli azteca), que trajo a

México el Arquitecto Sordo en el Instituto de Ingeniería.

El ideólogo francés, Charles Bettelheim, Profesor de

Economía Política en la ÉcolePratique des Hautes Études

de la Universidad de la Sorbona, quien impresionaba por

su erudición e impactaba en Adolfo Orive Berlinger, hoy

diputado federal del Partido del Trabajo de Alberto Anaya-

Raúl Salinas de Gortari, de donde salieron grupos de

choque lumpenizados como Antorcha Campesina, ó los

maoístas de Línea de Masas de Orive que infiltraron al

sindicato minero y con tácticas guerrilleras pararon

fabricas, minas, transporte, etc., dichas empresas del

Estado terminaron en manos de Carlos Salinas de Gortari;

o bien como el Peje Rojo AMLOVE, que por dos

ocasiones estuvo a punto de ganar la Presidencia de la

República, siendo el máximo representante del populismo

lumpen izado.

Horacio Flores de la Peña, lo mantuvieron fuera de

México por ser un acérrimo enemigo del naciente

Neoliberalismo, mientras la clase política y empresarial

estaban asustados del giro de los economistas de la ENE

y pensaron entonces en crear un centro paralelo y

contrario a la UNAM, de ahí nace el huevo de la serpiente,

el ITAM (Instituto Tecnológico Autónomo de México),

fundado el 29 de marzo de 1946 por la Asociación

Mexicana de Cultura que reunía a un destacado grupo de

banqueros, industriales y comerciantes, liderados por el

franco-español Don Raúl Baillères, quien trabajaba

entonces para Casa Lacaud, en la agencia del Chase

Manhattan Bank y como representante del Equitable Trust

Co., de Nueva York. Durante este primer periodo,

Bailleres fundó una casa exportadora de plata, oro y otros

metales preciosos.

En la mexicanización minera de Adolfo López Mateos, se

quedaría con Industrias Peñoles de Torreón y desde

entonces la familia Bailleres ha estado involucrada con

actividades empresariales muy cercanas a la familia Bush,

a tal grado que los Bush le otorgaron a su hijo Alberto, el

rancho Chaparrosa a unas 30 millas al sur de San

Antonio, uno de los ranchos históricos en la difícil relación

de Texas con México, ahí descansaron las tropas

mexicanas antes de la toma de El Álamo. Peñoles fue una

de las cuatro empresas mexicanas denunciadas en

Estados Unidos, nunca en México, como fachada de la

CIA en el escandaloso caso de ENRON, las otras fueron

Industrial Minera México (antes ASARCO de los

Guggenheim), Vitro y CEMEX. Alberto Bailleres, es

egresado de La Academia Militar Culver en Indiana, en

1957, obtuvo el título de Licenciado en Economía con

Magna Cum Laude en el ITAM

Q

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23

FRIDA KAHLO Ó EL IMPERATIVO DE VIVIR (*)

Por: MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ

(*) publicado en:

Alcance al número 18 de Huytlale Tomo II. Tlaxcala, 1954; Director: Miguel N. Lira; pp.7-25

“…. éstas cosas son parte de ese tesoro que he guardado con lo que me queda y me quedará siempre de niña”

FRIDA

En dos extremos se movió su vida.

Entre esos dos extremos deseo escribir lo que a ella se refiere y de lo que fui testigo, pues la vi camino del cementerio,

seguidos sus despojos mortales por solemne procesión, bajo una lluvia tenue, como que la lluvia lavaba el escándalo

político que había provocado Diego Rivera; así la vi por última vez, mejor dicho, de ese modo la adiviné por definitiva

ocasión, camino del fuego que en cenizas convertiría su cuerpo mutilado y dolorido.

Y si ese fue el fin, el principio lo tengo presente cuando

cierta ocasión la encontré en la escalera central de la

Escuela Preparatoria. Entonces era una niña que

desbordaba la alegría de vivir. Una pregunta

intrascendente fue el pretexto para que nos detuviéramos

en ese lugar impropio para las charlas, pero que a

nosotros fue propicio para que naciera la amistad. Pues

bien, entre el Colegio de San Ildefonso y su muerte están

los dos extremos de Frida que me servirán para enmarcar

una existencia que se movió de norte a sur, esto es, de la

razón al sentimiento, del dolor a la voluntad, de la salud a

la entrega cotidiana, que era entrega exigida por la

enfermedad. Y como resultado final, un ejemplo de lo que

puede el imperativo del vivir y de lo que engendra el

sufrimiento.

Fueron las arcadas de San Ildefonso donde recogimos las

inquietudes juveniles. Insensiblemente nos fuimos

constituyendo en grupo, unido por los efectos y por el

modo rebelde de encarar estudios, problemas e

inclinaciones. Como sucedía con un buen número de

nuestra generación, nosotros, “Los Cachuchas”, éramos

originarios de las provincias. La vorágine revolucionaria

había arrojado hasta la ciudad capital a nuestras familias.

Autorretrato. Frida Kahlo. Imagen: internet

Y como fue corriente en los estudiantes de la época, fuimos estudiantes pobres, con exigencia tal, que nuestra

situación lindaba con la miseria. Las afinidades fueron las aglutinantes de la amistad; y las diferencias en los

caracteres sólo sirvieron para complementar a nueve gentes, que acabaron por tener en común la tendencia

anarquista de ir contra el poderoso y de sublevarse ante la injusticia.

Page 24: Quórum-43.pdf

24

Claro que no fuimos apósteles sino simples rebeldes

que nos acostumbramos a mirar el éxito en la vida

como una contingencia que no merecía el sacrificio de

nuestra ambición.

Ácratas y despreocupados, hallamos en el mundo de

las letras y del espíritu el solo mundo posible. Literatos

y oradores por inclinación, y afinados por el ejercicio,

empezamos en aquellos días, para acabar en nuestros

tiempos, a formar el único tesoro que hemos logrado,

esto es, el tesoro de nuestras bibliotecas particulares.

Nos conformamos con envidiar a los que murieron en la

gesta y por deturpar a los que alcanzaron el poder,

pues siempre nos pareció que se abría un hondo

abismo entre los ideales y los sacrificios, entre la

realidad y los principios, hondura sensible por cuanto la

realidad era mácula y el ideal linfa de limpieza. Por lo

demás, la libertad, nuestra insobornable libertad, nos

preservó de cometer el pecado de la adulación; y nos

ayudó a entender que todo lo que piensan los hombres,

cualesquiera que sean las filiaciones, merece

acatamiento. Nada de lo que es humano nos fue ajeno,

y este giro que en otros se queda en la categoría de

frase, en nosotros se instituyó como segunda

naturaleza, que a su vez nos apartó de los sectarismos.

“Los Cachuchas” fuimos nueve, conviene a saber:

Alejando Gómez Arias, Miguel N. Lira, Manuel

González Ramírez, José Gómez Robleda, Agustín Lira,

Alfonso Villa, Jesús Ríos y Valles, Carmen Jaime y

Frida Kahlo.

De ellos, el universal por excelencia, Gómez Arias; el

provinciano hasta la exageración, Miguel N. Lira; la

sabiduría que acumula datos científicos, siempre

estuvo a cargo de Gómez Robleda; el sentido

práctico que los llevó al campo de las matemáticas

para después aplicarlas al aprovechamiento

municipal del agua, correspondía a Agustín Lira y a

Alfonso Villa; Ríos y Valles gravitaba entre Gómez

Arias y Frida; mientras que Carmen Jaime iniciaba su

conocimiento del español del Siglo de Oro, base

autentica del idioma balbuciente y raro que ahora le

es peculiar; González Ramírez no fue mejor ni peor

que los demás “Cachuchas”. Y todos ellos, cuando

estuvieron unidos, parecían una gavilla que

merodeaba entre el bien y el mal, con la exagerada

preocupación de cubrirse las retiradas.

* * *

El grupo se movía en un ambiente de extraordinaria

efervescencia. La Revolución, que había triunfado en

lo militar, no se consolidaba ideológicamente. En la

Universidad de México soplaban aires perturbadores,

en cuanto que el positivismo perdía adeptos, pero no

los ganaba en proporción acelerada el Nuevo

Régimen no obstante que las ideas del movimiento

social íbanse filtrando en la Casa de Estudios. Lo que

no tenía discusión era el ambiente de tolerancia que

se respiraba por aquella época.

Antonio Caso era el representante de un catolicismo

laico que se extendió en nuestro medio hacia el

primer decenio del siglo actual, pero que pecaba

contra la ortodoxia, aunque solía preparar epígonos

tan ultramontanos, como en esos días lo fueron

Lombardo Toledano y Gómez Morín, Moisés Sáenz,

de religión protestante, había sacado a la juventud

del gimnasio y el salón de esgrima a fin de llevarla a

los campos deportivos en donde se remozaron, bajo

la interpretación norteamericana, las olimpiadas de

origen griego. Isaac Ochoterena esforzábase por que

los alumnos tomaran contacto directo con la

naturaleza, y porque el laboratorio sustituyera al

cenáculo literario, así como que el análisis fuera el

método toral de los estudios preparatorianos.

Frida Kahlo. Imagen Internet

Page 25: Quórum-43.pdf

25

Sotero Prieto era implacable

matemático, ateo, guía, auténtico de

los que con el curso de los años se

convertirían en técnicos que

acabaron con la conseja de que de

la Universidad únicamente salían

profesionistas de superfluas letras. Y

Francisco Rivas, “Papa Rivas”, el

rabino humanista que dictaba las

raíces griegas y latinas en ambiente

de cordial camaradería. O lo que fue

igual: catolicismo, protestantismo,

naturalismo, ateísmo y judaísmo

estaban representados con ellos

eximios, maestros, que nos llevaron

al convencimiento de que pensar y

profesar una religión no es causa de

delito ni razón para el vituperio.

Manuel González Ramírez, a la izquierda. Foto: cortesía Alejandro González Prieto.

Asimismo debe recordarse que después del colapso

zarista de la primera guerra mundial, había surgido

Rusia bajo la inspiración de Lenin y Trostky, que de

Europa obtuvieron la doctrina marxista, el sentido de la

lucha de clases, la necesidad de la democracia y la

idea de que la U. R. S. S. significaba un mundo distinto

al mundo occidental, carcomido y próximo a

desaparecer. Se vivía la etapa de la posguerra, pródiga

en la reorganización de varios pueblos sobre bases

constitucionales, que socializaban a la propiedad, y a

las masas productoras concedían derechos hasta

entonces inusitados, como eran garantías para

proteger al trabajo.

Por el planeta corrían los principios del socialismo, sin

temores de que destruyera a las instituciones o a los

sistemas de occidente, sin miedo de que inoculara a

los espíritus para perjuicio de las tradiciones; y eran la

música y la novelística rusas, sobre todo la última, la

que ejercían influencia sobre las conciencias

revolucionarias. No fueron los abstrusos capítulos de

Marx en los que abrevó mi generación, sino en las

páginas de Gorki, Andreiev, Dostoyewsky, de tal modo

que nos formamos la firme opinión de que el

transformador social no podía ser verdugo, victimario ni

déspota, antes bien perseguido y apóstol, héroe de la

libertad, y generoso adalid de las masas explotadas.

Tal romanticismo social se robusteció con el

nacionalismo mexicano que por entonces comenzara a

surgir. No nada más en la aplicación de la Carta

Política de 1917 y las leyes revolucionarias, ni

solamente en la extraordinaria cruzada educativa del

ministro José Vasconcelos bajo el gobierno de Álvaro

Obregón, sino fundamentalmente, porque nuestra

poesía, novela y el muralismo se desbordaron con

plenitud.

Ramón López Velarde y Francisco González León

ensalzando a la provincia, en giros de sorprendente

intimidad; Mariano Azuela que transcribió, en páginas

de breves pero vigorosas pinceladas, a la Revolución

Mexicana; y José Clemente Orozco, Diego Rivera y

David Alfaro Siqueiros, (con señalada actividad los dos

primeros), que hicieron de las paredes de escuelas y

edificios públicos escenarios de un realismo nacional o

de símbolos, que si bien nos eran peculiares, por ser

humanos, acabaron y fueron reconocidos como de

valor universal.

Estas fueron las impresiones que nos cercaban en la

adolescencia y la juventud. Estos fueron los elementos

que nos ayudaron a comprender dentro de México el

nuevo estado de cosas, y en el mundo, que el mundo

se debatía con tremendos problemas sociales.

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Cuestiones en donde la libertad y la democracia dejaban

de ser palabras de teorizantes, para convertirse en los

objetivos que trataron de destruir el fascismo italiano,

Hitler y más tarde el sátrapa José Stalin. Siempre

sentimos la proximidad de la segunda guerra mundial y

aunque, es evidente pensarlo, nunca vaticinamos

cuándo y en qué lugar se desencadenaría, tampoco

supusimos que la conflagración iba a desarrollarse con

la alianza del capitalismo y el comunismo, ni que el

triunfo de esa guerra serviría para fortalecer

desorbitadamente al fascismo norteamericano y al

imperialismo soviético, hasta colocarlos en contrapuesta

e irreductible oposición.

En el caso de Frida no cabe hacer la crónica de una

predestinada, pues además de la pobreza del recurso,

se alteraría la verdad. Frida fue en su niñez,

adolescencia y años juveniles, sana como el agua que

brota del manantial, sin disimulos, con la conciencia de

que en sí misma existían ternura y voluntad. La ruta de

los tranvías eléctricos entre México y Coyoacán, que

cotidianamente la cruzó, no hizo de ella una

contemplativa, pese a que el Pedregal, el Ajusco, el

Cerro de la Estrella, los volcanes de la Sierra Nevada, y

los interminables potreros que entonces se extendían

por la calzada de Tlalpan, eran propicios para el intento.

Al contrario, para sí misma, para su persona concentró

la atención, y de ello dio muestras cuando a un triángulo

comenzó a descomponerlo para el fin de diseñar su

autorretrato. Más tarde, ese triángulo dibujado con sus

rasgos fisonómicos, le sirvió de firma, en la inteligencia

de que esta práctica la convirtió en ejercicio constante,

sin sospechar que por ese camino llegaría al dominio de

la técnica y de la composición pictórica; claro está que

todo resultó sin precipitaciones, conforme pasaban los

meses.

También Frida inclinábase a la literatura epistolar que

cruzaba entre sus parientes y que practicó hasta la

muerte. Si en la conversación era ágil e incisiva, en sus

recados y cartas quedaba a descubierto, ajena a las

recámaras que la vida le fue imponiendo. Se la pueda

seguir en esas cartas y recados. Primero, ingenua e

infantil; al fin, despreocupada en el lenguaje, abierta al

dolor como la llaga expuesta que se duele al contacto

del aire, pero insobornablemente tierna.

Primero, dirigiéndose a la señora Kahlo, casi

diariamente, hacia el mediodía, para avisarle que Don

Guillermo –Herr Kahlo, como llamábalo en una

deliciosa combinación de reverencia y camaradería-

la había dejado al cuidado del estudio fotográfico.

Ahora bien, tamaña responsabilidad la obligaba a

tomar los pinceles para retocar algunas placas

fotográficas, que en cuanto a la epístola familiar la

concluía haciendo honor a la gula mínima de solicitar

unos centavos para comprar nieve o golosinas, o de

que le mandase la señora Kahlo el abrigo para

resistir el frío de la tarde.

En tanto no llegó el dolor, Frida abordaba los

tranvías eléctricos en marcha, trepaba las escaleras,

corría con agilidad, movíase con esa venturosa

sencillez con que los cuerpos sanos crecen y viven.

Participaba de todas las inquietudes de “Los

Cachuchas”, y de las mudanzas que el mundo y

México iban realizando; pero los pinceles para el

retoque fotográfico, el ejercicio de diseñar el

autorretrato, y la interpretación peculiar que daba a

sus lecturas, la distinguían del grupo. Y así se formó,

hasta que en 1925 tuvo lugar el accidente. El camión

en que viajaba fue alcanzado por un tranvía

eléctrico. Ella resultó una de las víctimas, por cuanto

alguna de las varillas del herraje le atravesó las

entrañas, a la manera del alfiler que fija del endeble

cuerpo de la mariposa de museo. Fue milagro que

Frida sobreviviera al choque; mas a partir de ese

momento, en su propia persona, comenzó la lucha

entre la cirugía y el imperativo deseo de vivir. La

pintura, por supuesto, iba a ser la expresión de tan

exigente imperativo.

Frida llegó a reunir en su recámara los símbolos que

le eran propios. Fue el lecho, con el dosel

característico del siglo XVIII, clima fiel a su modo de

pintar, pues por semana y meses se acostumbró a

estar inmovilizada, mirando siempre hacia arriba, sin

otro movimiento que el de su brazo derecho.

Por eso, en el remate del dosel, puso un espejo que

la retrataba, al mismo tiempo que producía el

esqueleto que adquiriera, para no olvidar la

constante obsesión de la muerte. De ahí que resulte

sorprendente que Frida no se diera a interpretar a la

muerte a la manera de José Guadalupe Posada,

sino al dolor, y de éste, al dolor que cobra su tributo

en la sangre.

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27

Sobre la cama, ponía el caballete de trabajo,

ingenioso artificio que don Guillermo Kahlo había

ideado –Herr Kahlo, que ahora era motivo de callada

admiración de la hija, porque tanto como Frida, sufría

estoicamente una dilatada enfermedad- y que

consistía en un tablero que soportaba a la tela, un

espejo para reproducir el modelo, y los lugares

propios para ingredientes y pinceles. Si es posible

decirlo, el tablero se movía al gusto de la pintora,

porque en verdad no podía llamarse movimiento,

cambiarlo en medio grado, cada vez que Frida se

rendía al cansancio del brazo y, sobre todo, de los

ojos, que necesitaban ver por horas desde la difícil

posición de estar acostada.

En la cama, la mujer colocó las fotografías de muchos

momentos de su existencia, así como de los seres

queridos. Por supuesto que no faltó Isolda, la sobrina

bien amada, que en sus afectos sustituyó a la hija,

que hubiese querido concebir pero que el accidente le

arrebató, como la despojó de la salud. Quienes

entraban a la recámara de Frida, impresionábanse

con los “judas”, esos enormes muñecos de cartón,

toscos, rudimentariamente manufacturados por

nuestro pueblo, para que nuestro pueblo los truene

durante el sábado de gloria, en recuerdo del castigo

que Judas se propinó a sí mismo por haber

traicionado al Maestro. Algunos de esos muñecos

estaban de pié, ocupando todo el espacio del muro;

otros colgaban del techo, como si al verlos fueran un

principio de delirium tremens, como si la técnica, las

inclinaciones y la vida toda de Diego, aplastaran al

espíritu sutil de Frida Kahlo.

Y sin embargo quedaba capacidad para lo íntimo. No

solo en el retrato que hizo de Herr Kahlo, con la

leyenda que pregonaba al caballero enfermo de por

vida de la garganta, pero que soportó en silencio al

dolor; ni nada más con la tela que la reprodujo a ella

en compañía de su médico; antes bien, lo suyo se

hallaba oculto en un ropero, bajo el sigilo de la

madera, y fue su casa de muñecas, con las figurillas

de cristal, pequeñitas, estupenda y graciosamente

hechas; de los muebles también de cristal, que eran

de acabado perfecto, pertenecientes a aquél

micromundo, que pocos conocieron en Frida, pero

que indudablemente tubo existencia y fue cultivado

con pundoroso silencio, porque era débil, trabajado

en miniatura, con la perfección increíble con que

encontramos a las flores silvestres.

El 22 de mayo de 1927 Frida escribió a Miguel N. Lira

uno de sus acostumbrados recados: “Hermanito: Desde

hoy lunes otra vez estoy en Coyoacán, y me dará

mucho gusto volverlos a ver. Tu retrato está casi

terminado, así es que el miércoles los espero, como

siempre. Por favor dile a los muchachos”. La epístola

tenía un valor especial pues fue escrita al retornar a la

casa paterna, después del accidente, después de

haber sufrido siete operaciones en el pie, en la pierna,

en el brazo y en el vientre, después de estar envuelta

de cuerpo entero en una capa de yeso, y cuando su

vocación de pintora se había abierto paso.

El retrato de Lira “casi” estaba concluido. Uno de sus

primeros pensamientos los dedicó a “Los Cachuchas”,

y esperaba verlos de nueva cuenta. En relación con su

presencia de ánimo, la anunciaba con estos renglones:

“Sigo mala del espinazo y estoy que me lleva la

recién…. casada. No te imaginas de veras cómo sufro

con esto. Bueno. Pues no hay más remedio que

aguantarme ¿no crees?”. Y de acuerdo con su práctica,

se dibujó a sí misma con torpes rasgos, de cuyos ojos

salían lágrimas desesperadamente gruesas, para que

dieran la idea del sufrimiento propio, así como

arrancaran una sonrisa a los amigos predilectos.

Había pintado ya en los largos y difíciles meses de su

estancia en el Hospital. Y pintando los retratos de Alicia

Galant (abril de 1926) y de Ludmila (julio del mismo

año). Hacia diciembre de 1926 tenía concluidos los

retratos de sus hermanas Adriana y Cristiana; dos

meses antes comenzó el retrato de Miguel N. Lira.

Todo lo cual quiere decir que Frida había rebasado la

etapa más dura de su vocación, pues del tedio, la

inmovilidad y el dolor, tuvo que saltar al ejercicio

pictórico, mediante el heroico recurso de darle trabajo a

su brazo derecho, la única extremidad que se salvara

de la hecatombe. El caballete se adaptó a sus penosas

condiciones. Que por lo que respecta a ella, la

expresión de pintora era balbuciente, elemental, puesto

que únicamente manejaba el color negro como se

puede ver en las telas de Alicia Galant, Ludmila y

Adriana Kahlo. Si acaso en el retrato de Cristina

comenzó a combinar el negro con los blancos, dando

realce a los blancos con perjuicio del conjunto.

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Sólo en el retrato de Miguel N. Lira entró de lleno al

uso y combinación de los colores, pues junto al

negro de su entonces preferencia, manejó el rojo y

el oro con discreción y maestría. Una maestría que

fue anuncio de la producción posterior.

A Frida le hubiese herido considerarla inválida. No lo

fue durante los siguientes veinte años de su vida.

Ella, que vistiera a la usanza pequeño burguesa de

la ciudad, tuvo que ocultar la pierna lisiada con el

amplio ropaje de las mujeres tehuanas: fue un

acierto por la intención, y por el aspecto que

adquirió.

Los años habían desbandado a “Los Cachuchas”,

pues salvo la íntima relación que conservaran

Alejandro Gómez Arias, Miguel N. Lira y González

Ramírez, los demás tomaron caminos diferentes. A

las veces solía yo encontrar a los antiguos

compañeros. De tarde en tarde Frida y yo nos

veíamos, prestos a las confidencias y a los

comentarios sápidos. Fue la época de su

matrimonio con Diego Rivera, y cuando el pintor

llevó a Frida a la calidad de figura de sus murales,

ya que la reprodujo en la Secretaría de Educación

Pública repartiendo armas a los obreros y

campesinos, y en el Palacio Nacional enseñando

doctrinas marxistas.

Frida Kahlo. Foto: Internet.

Corrían los tiempos en que ella afinaba el uso de

colores y perfeccionaba la interpretación de su

retrato. Recibió en la casa de Coyoacán el exiliado

León Trostky, cuando Diego arregló su refugio en el

país. Frida caminó por el mundo. Un buen día me

llamó para requerir mis servicios profesionales, ya

que necesitaba divorciarse del pintor guanajuatense.

Arreglé la disolución del vínculo y supe bien la pena

que le causó la separación. Se perdió en un limbo

rayano en la desesperación. Meses después hizo

viaje rumbo a San Francisco, en donde volvió a

unirse con Rivera. De vuelta a México, otra ocasión,

Frida recurrió a mí para obtener el amparo de la

Justicia Federal en favor de Diego, que andaba en

dificultades políticas.

Mis servicios profesionales me dieron la oportunidad

de reanudar con Frida un trato que duró hasta su

muerte. Por eso puedo decir que en mayo de 1946

comenzó en Nueva York el calvario que habíala de

conducir hasta el fin. Ahí tuvo la primera operación de

la espina dorsal, la doble operación dolorosa que sirvió

para injertarle un pedazo de su pelvis en una de sus

vértebras. Pero no obstante los sufrimientos no perdió

el buen humor, ya que escribió a Cristina estas breves

líneas: “Estoy en una cama más dura que las piedras

del pedregal…. En cuanto sepa yo el diagnóstico

completo de Wilson y me decida yo a la sacada del

Lipiodol te aviso para que en cuanto me reponga pele

gallo para Coyoacán, pues aquí no me voy a aguantar

mucho. Hay un calor de la trompada”.

¡Qué fácil es hablar de dolor cuando no es el propio!

¡Pero qué patético resulta contemplar, siquiera, el

sufrimiento de un ser querido! Sepan todos los demás

que durante horas y horas Frida quedaba colgada, con

los pies atados a unas pesas para el objeto de evitar la

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parálisis, y para que así se separaran sus vértebras,

propensas a unirse patológicamente. Sepan, también,

que la cirugía hizo estragos, en su cuerpo, y que la

morfina acabó por ser impotente para aplacarle las

dolencias. Y sepan, por último, que entre tanta

angustia, Frida llevó al cabo su obra personal y

atormentada.

A tan tremendo testimonio humano del duro oficio de

vivir, es difícil de encontrarle paralelo. Los eruditos

podrán hablar y discernir acerca de sus cuadros. Yo

aludo, simplemente, a las “dos Fridas”, por parecerme

el representativo de su producción y de su intimidad.

Los eruditos pontificarán sobre el surrealismo de la

pintora. Yo entiendo que siempre trabajó con

alegorías. En su caso se dio plenamente la dialéctica

de los contrarios. Pero además, no fue el instinto sino

la razón la que llevó a colocar el rostro de Diego en

actitud fetal, dentro de un claustro materno. Tampoco

fue el hedonismo, antes bien el sufrimiento, que la

apartó de las figuras geométricas de líneas rectas,

para dibujar, en cambio, la filigrana vital y caprichosa

de venas y arterias. Razón y dolor la definieron, por

encima del instinto y del placer. El sentimiento quedó

subyacente.

Ahora bien, en las “Dos Fridas” no hay yuxtaposición

sino interacción. Aparentemente una es la mujer

sana, y otra la que tiene que perder la sangre. Los

rostros son parecidos, las actitudes las mismas, y

para completar, las manos de una y otra figura se

aprietan efusivamente. Tan sólo los senos de las

“Fridas” aparecen diferentes: una, que cubre el

corazón; la otra que lo tiene a luz y que derrama la

linfa esencial. Ahí, lo visible reposa sobre un fondo

invisible. Ahí, lo tangible es el atuendo de mujer

tehuana, o lo que es lo mismo, Diego Rivera y, por

extensión, lo monumental y tosco, a la manera de los

“judas” que todos podían ver al penetrar en su

recámara, y su enfermedad que nadie ignoraba. Lo

curioso es que en esa “Frida”, la pintora incurrió en

paradoja, ya que puso a la vista lo que es oculto, y nos

enseñó el tejido de los canales sanguíneos, con una

penetración que nadie más que ella hubiera podido

explicar.

La otra “Frida” es lo impalpable, por la salud que goza,

por la familiar expresión que nada dice, que nada

siente, y que nada piensa, a menos que recordemos

que bajo sigilo de su ropero, Frida formó un

micromundo de cristal, vedado para la curiosidad de los

demás, gracioso y perfecto, con esa increíble

perfección con que encontramos a las flores silvestres.

Pues bien, sobre esa “Frida” invisible, se levantó la otra

palpable y visible, purificada de abstracciones, con el

ánimo de perdurar y de salvarse de todos los

contratiempos. Fue aquella, la Frida que se aferró al

deseo de vivir, y fue la que sostuvo al dolorido cuerpo

con fortaleza excepcional.

Las intervenciones quirúrgicas se repitieron. A todas,

menos una las sorteó con admirable presencia.

Únicamente la que produjo la mutilación de la pierna la

doblegó. El descenso fue rápido, sin que pudiera

recuperar la esperanza. Próxima a su fin, nuestra

conversación cayó en el tema de la muerte. No era

comprometido hablar de Ella, porque Frida no la temía;

si acaso, me dijo, le preocupaba bajar a la tierra en

posición yacente. Mucho había sufrido en los

hospitales en esa postura, para que todavía se la

condenara a pagar en tal forma el ineludible tributo.

Había recomendado que la incineraran y a debida

oportunidad, su deseo se cumplió. Ahora, de Frida

Kahlo, no quedan sino sus cenizas, marmaja muda,

opaca representación, de una mujer que supo cumplir

la elevada tarea de haber nacido.

Q

REFRANES:

“Dios nos libre del hombre de un solo libro”.

“Leer y no entender es como no leer”.

“Leña, libros, vino y amigos: los más antiguos”.

“Libros, caminos y días dan sabiduría”.

“Los libros son maestros que no riñen, amigos que dan y no nos piden”.

“Escribe un libro, engendra un hijo y siembra un árbol, y no morirás del todo”.

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TLAXCALA

En enero de 1952 se terminó de imprimir

esta obra en la Imprenta Universitaria de la

Ciudad de México, todo, bajo la dirección

de Wilberto Cantón. En esta obra

tenazmente integrada, recopilada y

prologada por Elena Molina Ortega se

conjuntan 90 prosas, todas, autoría del

poeta zacatecano Ramón López Velarde.

En el último párrafo de su prólogo, Elena

Molina Ortega escribe:

“Para poner punto final digo que las prosas

que presento, con la fecha de su primera

publicación, de que tengo conocimiento, no

se encuentran coleccionadas en las Obras

Completas de Ramón López Velarde,

edición Nueva España, 1944, y las cuales

he recogido de las revistas y periódicos

siguientes: “Nosotros” (Aguascalientes,

Ags.); “El Regional”, (Guadalajara, Jal.); “La

Nación”, (México, D.F.), “El Eco de San

Luis” (San Luís Potosí); “Revista de

Revistas” (México, D.F.); “El Nacional

Bisemanal” (México, D.F.); “Vida Moderna”

(México, D.F.); “Pegaso” (México, D.F.);

“El Universal” (México, D.F.); “El Nacional” (México, D.F.); “Armas y Letras” (Monterrey, N.L.) todas ellas publicadas en un lapso

comprendido entre 1909 y 1948 y revisados tales periódicos en las hemerotecas públicas de México y de algunos estados, y

principalmente en bibliotecas particulares cuyos propietarios desinteresadamente, me han permitido visitarlos para completar,

hasta donde me ha sido posible, la prosa, que casi se desconoce del poeta zacatecano”.

En el Prólogo, la autora detalla las peripecias que hubo de afrontar para poder recopilar este material que a partir de 1952 nos ha

puesto en charola de plata. Hace, también, un interesante análisis de la vida del poeta como escritor y prosista. Reflexiona en

torno a los dos amores que en el poeta de Jerez, Zacatecas, habrían de dejar su indisoluble huella femenina; explica, a su

parecer, el parecer de López Velarde en cuanto a los dos libros que publicó: La Sangre Devota, y Zozobra.

“El don de Febrero y otras prosas” es un libro emblemático, que necesariamente resulta importante presentar en este mes de

abril, para conmemorar el día 23 de abril, el Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor.

Q

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“Santo Niño de la suave patria, ¡Sálvanos!”

RAFAEL GARCÍA SÁNCHEZ

[email protected]

pup,hm,

“¡Qué mexicano tan mexicano este poeta!”. Así

inicia Emma Godoy una breve reflexión en torno a

la personalidad poética de Ramón López Velarde.

“Quienes todavía se quedaron –continúa Godoy–

en la moda del arte nacionalista deberían levantar

un monumento a López Velarde. Y ese

monumento sería una verdadera lección para los

que piensan que deben darse a sí mismos la orden

expresa de hacer nacionalismo. Han confundido la

idea, porque, uno es crear la obra con espíritu

nacional y otra confeccionar la obra con motivos

mexicanos. Lo primero es auténtico; lo segundo, lo

artificial”.

Plantea la escritora la mirada plena y directa del

bardo de Jerez hacia lo mexicano, no como una

musa ajena a lo mexicano, sino como una

necesidad plena y auténtica por enaltecer lo

mexicano. “No es un deber –escribe Emma Godoy-

hacer obra mexicana.

“Ramón López Velarde”, ca 1975-1980; Rogelio Naranjo; tinta china,”;

Museo del Estanquillo; Cd. de México. Foto RGS / Quórum.

Es un deber ser mexicano. Lo demás adviene por añadidura. Es decir, que no hemos de plegarnos a un molde de

fuera, sino dejar que fluya espontáneamente el mensaje desde dentro. No creo que los chinos se hayan propuesto

hacer arte chino. Cuando lo hace un chino, sale chino”.

“Mujer que recogiste los primeros frutos de mi pasión, ¡con qué alegría como una santa esposa te vería llegar a mis

floridos jazmineros! Al mirarte venir, los placenteros cantares del amor desgranaría, colgada en la risueña galería, la

jaula de canarios vocingleros… Si a mis abismos de tristeza bajan, y si al conjuro de tu labio, cuajas de botones las

rústicas macetas, Te aspiraré con gozo temerario, como se aspira un devocionario, un perfume de místicas violetas”

Ramón López Velarde.

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33

Por su parte, Guadalupe Dueñas, escribe tras el paño triste de la lluvia amarga, un sentimiento impregnado de olorosa

fragancia poética de violetas vivas: “Ramón López Velarde, noble juglar, señor y príncipe, en esta tarde de lluvia he

venido a tu sepulcro, con un ramo de violetas cortadas en el alba. Estoy aquí, vestida de negro, con el luto de Agueda

y Fuensanta. De la plomiza eternidad me separa tu lápida, y la impotente amargura de estarte velada, como la llovizna

y el viento. Te he traído esta ofrenda, porque aunque lo ignoras, tomé parte en algún profano sueño de tu atávica

continencia. He venido a buscar tus palabras remotas, tu ilusorio fantasma, para poder gritar las cinco letras de tu

nombre, que he dibujado en mí, con un dibujo de escarcha.

¡Cenobita Frustrado!, ¡Galán de provincia!, ¿qué no daría yo por escucharte tras la reja de un viejo balcón, enjoyado

con rústicos tiestos floridos, y oír tu voz, sobre la penumbra inválida de los jardines de tu pueblo? ¡Verte pasar a la

hora del Ángelus, con tus imaginarias hormigas, con tus arañas lúbricas y tus salmos israelitas!

Lugareño genial, plañidero devoto, que amasaste el

amor y el espanto y el placer y la muerte.

Paganismo cristiano, bíblico señor, ¡quién fuera

Agueda y Ruth y Sara y Rebeca y Mireya, y tu musa

Fuensanta, que en los claros domingos la llamabas

diáfana y bella y olorosa a fragancia!

Imagino que la invitarías a recorrer los atrios de los

templos, el altar del santuario, los retablos del

viacrucis humosos de incienso, y sin tocarse las

manos, recorrían los jardines en esa primavera que

le tocó vivir y que yo envidio, porque si me hubiesen

dado a escoger mi tiempo, y mi ración de amor

sobre la tierra, de todos los infieles habitadores del

mundo, a ti te escogería, a ti únicamente.

Me gustas así teñido de cuaresmas anacrónicas, de

silicios y de incendios, con los labios repletos de

oraciones y exóticas plegarias y de embriagadores

éxtasis.

Ramón López Velarde, ¡cómo me hubiese gustado

ser la novia perpetua de tu canto! Tu ánima me

persigue, tu ánima impoluta, y es que te pareces a

mí en esa erizada angustia de tu lucha con el ángel,

o tal vez te pareces al personaje de mi obsesivo.

Los tres tejidos de lujuria y de un anhelo santo.

Pero tú eres el ayer y el nunca, la provincia que no

viví y la ciudad que ya no existe.

Ramón López Velarde, considérame tu viuda, para

poder llorarte”.

Fotografía publicada en la portada de la Revista Mujeres; Directora: Marcelina Galindo Arce. “Homenaje de Mujeres a Ramón López Velarde. 1888-1921” Archivo personal: Rafael García S. / Quórum;

Maestro de Frida Kahlo en la preparatoria en 1920, Ramón López Velarde y su misticismo íntimo e inquebrantable, le

dio su mano en cierta ocasión a una “cascabeleante y pedigüeña gitana que ofreció decir la buenaventura a los

presentes”; ello, mientras departía con Jesús B. González algún vino claro y burbujeante. “amas mucho, mucho a las

mujeres, pero las temes”… “tienes miedo también de ser padre”… “esta línea de la mano me dice que morirás de

asfixia”. Carlos Villegas nos relata la reacción del bardo: “cuentan que el poeta se puso pálido. Tiempo después, una

leve afección bronquial hizo presa de aquel cuerpo que, seguro de su fortaleza, despreció inveteradamente el uso de

ropas de invierno. La causa fue uno de esos paseos que se hacen con el sólo fin de charlar, y que se prolongó porque

Ramón insistía en seguir hablando de Montaigne. No quiso meterse en la cama, pero dejó de asistir a la oficina.

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Recibía a sus amigos en el modesto departamento que ocupaba en la oficina Jalisco (hoy Álvaro Obregón), y charlaba

con ellos sobre sus temas favoritos. Paulatinamente se fue agravando: sobrevinieron la neumonía y la pleuresía.

Sobrevino el fatal desenlace después que fueron agotados los recursos de la medicina. En los primeros minutos del

día 19 de junio de 1921 murió rodeado de sus amigos y asistido por su madre, que lloraba silenciosa e inconsolable

con las manos del hijo en su pecho”. . . . .

“Primer amor, tu vences la distancia,

Fuensanta, tu recuerdo me es propicio.

Me deleita de lejos la fragancia

que de noche se exhala de tus tiestos,

y en pago de tan grande beneficio

te canonizo en estos

endecasílabos sentimientos.

A tu virtud mi devoción es tanta

que te miro en altar, como la santa

patrona que veneran tus zagales,

y así es como mis versos se han tornado

endecasílabos pontificales.

Como risueña advocación te he dado

la que ha de subyugar los corazones:

permíteme rezarte, novia ausente,

nuestra señora de las ilusiones.

¡Quién le otorgará al corazón doliente

cristalizar el infinito anhelo,

que en su fuego romántico me abraza,

de venerarte en diáfano capelo

en un rincón de la nativa casa!

Tanto se contagió mi vida toda

del grave encanto de tus ojos místicos,

que en vano espero para nuestra boda

alguna de las horas de pureza

en que se confortó mi gran tristeza

con los primeros panes eucarísticos . . . . .

Grabado, publicado en la página 26 de la Revista Mujeres; Directora: Marcelina Galindo Arce. “Homenaje de Mujeres a Ramón López Velarde. 1888-1921”; Archivo personal: Rafael García S. / Quórum;

Q