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. Pedro Portillo Franquelo n el litoral de la Provincia de MáIaga ha existido desde los tiempos más remotos una in- dustria artesanal dedicada a la construcción de sardinales, faluchos, 1aú- des, botes y barcas jábegas. Estas embar- caciones de pesca, diseñadas y construi- das por los carPinteros de ribera --calafates- o carenadas en la costa malaci- tana, pueden contarse por millares en los dos últimos siglos. La industria aún per- dura, estando la producción limitada a unos Pocos artesanos que siguen traba- jando la madera con técnicas y herra- mientas muy semejantes a las empleadas en el pasado. Las bellas imágenes de sardinales y barcas varadas en tierra difícilmente pue- den dejar de se¡ estudiadas por los que nos dedicamos al análisis de las formas dent¡o de lo que entendemos por Diseño Industrial, que hace inseparable el pro- ducto -en este caso la jábega- del propio en taller a¡tesanal. A1 igual que es imposible separar al usuario -el iabegote- del arte- sano o carpintero de ribera que con su destreza diseña y luego crea, baio las apa- riencias de una industria mínima, las bar- cas que mirarán proa a la mar durante varias generaciones, siendo testigos mu- dos de ia historia de familias entrañable- mente unidas al rebaiaie. El análisis de formas de una barca jábega puede ser formulado poniendo de manifiesto el Plano del Contenido -fo¡ma de vida de unos hombres- o me- diante la exposición del Plano de la Ex- presión, o dicho de otra manera: como estos hombres hacen suyos los medios, artes y barcas, para vivir en una sociedad primitiva, honesta y trabaiadora donde todo el mundo que 1o necesite Puede unirse al trabajo de "sacar el coPo" Para obtener un "Puñao de Pescao" ' !a barca jábega es la continuación del hogar del "jabegote". Por las maña- lndustriu Arlesorlol lu Trodición r\r1o

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. Pedro Portillo Franquelo

n el litoral de la Provincia de

MáIaga ha existido desde los

tiempos más remotos una in-

dustria artesanal dedicada a la

construcción de sardinales, faluchos, 1aú-

des, botes y barcas jábegas. Estas embar-

caciones de pesca, diseñadas y construi-

das por los carPinteros de r ibera

--calafates- o carenadas en la costa malaci-

tana, pueden contarse por millares en los

dos últimos siglos. La industria aún per-

dura, estando la producción limitada a

unos Pocos artesanos que siguen traba-

jando la madera con técnicas y herra-

mientas muy semejantes a las empleadas

en el pasado.

Las bellas imágenes de sardinales y

barcas varadas en tierra difícilmente pue-

den dejar de se¡ estudiadas por los que

nos dedicamos al análisis de las formas

dent¡o de lo que entendemos por Diseño

Industrial, que hace inseparable el pro-

ducto -en este caso la jábega- del propio

entaller a¡tesanal. A1 igual que es imposible

separar al usuario -el iabegote- del arte-

sano o carpintero de ribera que con su

destreza diseña y luego crea, baio las apa-

riencias de una industria mínima, las bar-

cas que mirarán proa a la mar durante

varias generaciones, siendo testigos mu-

dos de ia historia de familias entrañable-

mente unidas al rebaiaie.

El análisis de formas de una barca

jábega puede ser formulado poniendo de

manifiesto el Plano del Contenido

-fo¡ma de vida de unos hombres- o me-

diante la exposición del Plano de la Ex-

presión, o dicho de otra manera: como

estos hombres hacen suyos los medios,

artes y barcas, para vivir en una sociedad

primitiva, honesta y trabaiadora donde

todo el mundo que 1o necesite Puede

unirse al trabajo de "sacar el coPo" Para

obtener un "Puñao de Pescao" '

!a barca jábega es la continuación

del hogar del "jabegote". Por las maña-

lndustriu Arlesorlollu Trodiciónr\r1olog

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nas, al alba, o a la caída de la tarde, salen a

pescar con ay'uda de un "arte real" , la já-

bega, que largan por la aleta de la embar-

cación y es recogida desde tierra "halada"

por unos hombres que a veces tan sólo

tienen, como único patrimonio,la "tralTa" ,especie de tiranta donde se ensamblan

hombres y betas del "copo"

Antes de despuntar ei a lba el" avisaó" pegaba de puerta en puerta le-

vantando a los hombres. Al mismo tiem-

po, se "pateaba" con el puño del remo

sobre la barca llarnando, como rln rnrnen-

so tantán que se extendía por todo el re-

balaje, a los jabegotes para echar un nue-

vo "lance". Cada barca tenía su llamada y

a Ia suerte, el día anterior en la taberna y

con unas cartas, se iniciaba la faena. El

amo de la "María" , del Palo, recordaba:

"Yo llevaba dentre 35 ó 40 betas para Ias dos

bandas. La beta de esparto tiene 30 brazas-54,60 m-- Se deja el chicote en tierra al cui-

dado de los que le llaman "la panda", y no-

sotros comenzábamos a bogar "pa fúera" y

cuando se ve el sitio del "pescao" se echa el

hierro y miiamos la corriente. EI "plomero",

el que va ar¡iando las cuerdas, va contando

los "núos de la beta, uno... dos... tres... todas

las que se van a echar. Cuando se llega al 20,

es un poner, se amarra la "leva grande" que

le dicen ' l¿ calonera" que va amarrá cerca

del calón de la barca. Los que se quedan en

tierra están marcando las levas y según la

marea pa donde se lleve la red te manda un

aviso con el brazo ?a cerrar la calonera de

poniente o la de levante. Hay dos calones

que se llaman u¡ro de la "panda" y otro el" arribaero" que es el que queda pa arribar la

barca. Aluego se echa la red, siempre por la

banda de proba (babor o de levante) y a fa-

vor de la corriente; se hace un arco con la

ba¡ca ar¡ibando siempre Por la banda de

corulla (estribor o de poniente). Cuando se

va tirando del copo a tierra se aiuntan las

dos bandas. Cada banda ]leva 3 ó 4levas,

según las betas largadas. Las levas eran an-

tes de pelleio, pero aluego se pusieron de

barriles. Del copo tiran los "arrejuntaos de la

barca", la mitad "pa ca banda"".

lJna docena escasa de hombres, unos

desde tierra y otros en la mar, trabajan en

Ia producción. Los que se embarcan, nue-

ve o más, bogando mar adentro, como

mucho media milla. Cuando el "mandaó"

de la barca cree que allí hay pescado calanla red y si es de noche, enciende una es-

pecie de antorcha para indicar que el cer-

co es suyo, debiéndose mantener alejadas

otras barcas que quieran hacer sus "lan-

ces". lJna beta se ha quedado en tierra, la

otra la acercará al rebalaje la propia barca.

La embarcación se gobierna mediante un

remo timón, "la espadilla" arrnada sobre

el kagante en la banda de corulla. Sobre

bancos y escalamos fijos dos tripulantes

por bancos; eI "pachapanda" que da la

boga, dos "popeles"/ dos "espardeles", las"rnedianías que exija la barca" y un"proel" sobre Ia propia "yata" (bao) de

proa. La mayoría de los arreos, enseres y

pert¡echos van sobre la "palamora" y bajo

los bancos, cuando salen a faenar.

lJna vez "calao el arte" regresa la

barca, pero no se saca a tieri:a *no se vara-

hasta que el "copo no eslé enjuagao".

Permanecerá al cuidado de un hombre que

con la "percha" pone atención a que Ia

barca no se atraviese a la mar- Frecuente-

mente esta misión se le encornienda al"amocael", muchacho de la barca que tie-

ne por rnisión "ultar sebo a los parales"

cuando, como dicen los de la playa, "con

la ayuda de la Virgen del Carrnen vamos

a botar la barca". El "amocael" suele ser

un "niño con muy poca vergüenza", en

opinión de los hombres de la barca.

Por 1o general no coinciden en un

solo hombre las figuras de " arno" y

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'imandaó". El amo de la ba¡ca puede con-

siderárse como "el capitalista", mientras

que el segundo es el patrón y el conocedor

de la pesca. A veces, aunque no es muy

frecuente el cztso, los pertrechos de pesca,

como son el arte y las betas son propiedad

de otro, que toma eI nombre de"sotorráe2". El producto de la pesquera

se reparte por Partes según sea Ia situa-

ción y el grado de vinculación de los que

intervienen en esta actividad.

Cuando la mar estaba muY mala Y el

tiempo no permitía bota¡ las barcas, el amo

decía: "Vamos muchachos a emPeñá la

calá". Aquel día "naide llevaba na pa la

casa y la candela no se encendía". En estos

casos, como es natural, el amo se veía

obügado a convidar.

Esa era la realidad de las playas ma-

lagueñas, de las gentes del "rebalaje" que

oían todas las noches hablar a la ma¡.

Porque la mar habla; sí. Por las noches las

gentes de la playa escuchan lo que dice el

ruido de las olas al romper entre chinos y

arenas. Siempre de noche, decía Pepe Rosa,

un jabegote del Palo, amo de Ia ba¡ca"Rosilla" una de las muchas que desapa-

recieron entre la década de los cincuenta

y sesenta.

Una tarde del otoño de 1980, Cándi-

da Madera, nacida en el año 1886, viuda

de Francisco Lloret, Dominguito, Maestro

Calafate que tenía su taller detrás de la

Comandancia, en la Malagueta recorda-

ba:

"Así era la lucha de la vida. Sí, yo vivía allí,

en la calle que le llaman de San Nicolás. Ha-

bía cuatro casitas que ya no existen La vi-

vienda era de material y allí hacía sus botes

y 1as barcas mi Paco. Con la 'Lola' tuvo mala

suerte y le salió u¡a barca muy buena y ganó

mucho di¡rero con ella y en las regatas que

hubo ganó el primer Premio. Yo no la vi,

porque había de salir". total, que no la vi'

Eran cosas de homb¡es, de ba¡cas, de mar.

No se si la ¡egata fue Para Levante o Para

Poniente, no Puedo aclararle porque corno le

diie no acudí yo a la distracclón.

Los palos y troncos los compraba en Parti-

das de madera. Hacía trato con todos los

leñadores; iba a los Pueblos, a los sitios don-

de se hacía carbón, y se la traía. Total que

arrirnaba la madera y él tenía su almacén y

su taller a la vera de la casa. El hacía el trabajo

que podía 'a Pulso' y las tablas Pues manda-

ba a la Malagueta.a una fábrica de sierra que

le llamaban. Tenía cinco o sels hombres t¡a-

bajando con él y al final se quedó con dos

que le ayudaban. El era el amo de la barca,

pe¡:o mi marido con su oficio Por delante.

Eran emba¡caciones que tienen que ser prn-

tadas con mucha frecuencia, Por:1a aPretaúra

que hace la madera. Se abren por el Sol y el

mal tiempo. Mirando por ellas duraban mu-

cho tiempo- Hoy le da¡ un color a la pintura.

Yo era mayorcita cuando entró el siglo Mi

marido aPrendió el oficio de su padre que

también le llamaban Dominguito. Todos tra-

bajaban en la Bahía Por la Malagueta había

muchos del ofcio y mucho trabaio.

¡Ay de la Coracha! iY tanto que me acuerdo!

Cuando me casé puse casa en la Coracha, la

primera casa conforme se entra a la derecha,

a la que hace cuatro Puertas. Frente estaba el

relleno que le llamaban y estaba el mar, Peroluego lo fueron echando 'pa lla, pa 11a...'. En

el puerto trajinaban los barcos de velas, has-

ta que llegaron los más grandes de máquinas

e hicieron la vida de otra manera".

Barcas famosas pescaron en las pla-

yas de la Malagueta, El Bulto, Pedregaleio,

El Paio, El Rincón o ia Cala. Todas con su

nombre de vírgenes o de muieres, pero

que eran conocidas Por sus apodos; la

Fogonera, 1a Manol i ta, la Rajá, ia

Barriguita, ia Canaria, Ia Petit o Ia Cinco

Reales. Todas se fueron perdiendo no pu-

diendo aguantar el mucho coste, la poca

pesca y sobre todo el envite del rnotor- La

mayoría de ellas se han transformado en

esas híbridas "chalanas", conservando el

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folio, todas de la lista 3e. Con el cambioperdieron sus elegantes formas de carenascurvas y popa a la pescadora.

Luis Bellón en su libro ,,E1 Boqueróny la Sardina de Málaga,, registra 7g jábe_gas en 1946. A finaies de los setenta sóloquedaban cinco, todas de siete remos. Hoy,de las antiguas, quedan tres; auténticaspiezas de museos:

Lola. ("La Dominguito,,) Lista 3a. Folio 1.812.Candado.

De fecha 26 de febre¡o 1926.Eslora 6,60 m., rnanga 1,96 m., puntal 0,60¡tl.

Porte 1,56 toneladas

Magdalena ("La Rebusquera,,) Lista 3a. Folio1.852. La Cala.

Eslora 8,14 m., manga 2,23 m., puntal 0,56m,

Peso para regata 1.100 kg.

Ma¡ía ("La Salvaro',) Lista 3i. Folio 1.900. El palo.

Eslora 7,70 m., manga 2,24 m_, puntal0,60m.

Peso para regata 1_025 kg.

La antigua "Lobo" en el Rincón de la

Victoria, y la "Rosilla" del palo se perdie-ron en estos últimos años. Sin embargo,hay que destacar que en la actualidad, col-leste espíritu plausible de recuperar lastradiciones locales, se están construyendobarcm nuevas. Son tan nuevas que todavíano tienen apodos. La Victoria es Ia Antigua"Félix" det Rincón de lá Victoria, 1a SantaCrist ina, Santa Isabel y Jul iana enPedregalejo y la Rosario y Ana en Nerja.Son las últimas varadas mirando a la marcomo lo hic ieron la "Cocinera' , ,

la"Corrlllo"

,Ia "Llave" ,la ,,Mengarra,, o la

de "Miguel Cuarenta Hombres,,. ya nopescan porque no pueden y sólo se botanpara sacar en procesión a la Virgen delCarmen o para participar en regatas y

competiciones deportivas que se organi_zan los veranos en todo el litoral malacita-no.

Estas embarcaciones nunca fueronrápidas. El tipo de trabajo que realizan lesexigen ser muy robustas y pesadas. El pesode una barca de nueve rernos era de unos1.600 kg. libre de ar¡eos y pertrechos. poreso, cuando con motivos de fiestas y dis_tracciones entran en competición corrien_do regatas en el mar abierto, no puedencompararse con las traineras del Norte, nien la boga ni en el ambiente creado al¡e_dedor de cada barca. Las barcas del Nor-te, las traineras, pesan alrededor de 200kg. y en su actividad profesional no lleva_ban las artes sobre ellas. Su misión consis_tía en abarloarse a los grandes pesquerosy transportar la pesca al puerto. Son pocopesadas y rápidas, porque quien antes lle_gaba más caro vendía. La ba¡ca malague-

Ja0ega

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ña no tiene conciencia de llegar ni antes ni

después, ya que pesca sola y sólo con sus"hombres de la barca" y los "jabegotes"

que sacan la red hacia tierra.

Cuando las jábegas corren regatas,

sólo van los rerneros, el patrón -"el

mandaó"- y un " anírnaó" u "hombre me-tebríos", situado a popa; su oficio consis-te, como describe la palabra, en dar apoyomoral y espíritu de victoria a los tripulan-tes. Lo norrnal es que sus gdtos y gestos

estén mitad y mitad entre alientos por serlos mejores y lamentaciones y maldicionesreferidas a todos los "que le veo la caraque parecéis marineros de agua dulce",amén de otras referencias a la supuestavirilidad de algún miembro de la tripula-ción.

Dicen los de la playa que esta em-barcación existe desde siempre y que susorígenes se remontan a los fenicios. Esto

es un mito a medias. Cuando hacernos un

análisis semiótico deI Diseño Industrial espreciso situar aI HOMBRE entre los dos

planos antes mencionados: eI del Conte-nido y el de la Expresión. Pero este con-

sumidor del discurso marinero tiene que

interrelacionarse también con sus "mitos"

y sus "ritos". Los ritos ya los tenemos ensus expresiones, forma de botar y varar la

barca, llamadas, jerarquía y reglas deljuego en los lances. Las jábegas son barcos

austeros, construidos para "ganarse la

vida". No se hacen concesiones a losadornos. El mito lo encontramos en la be-lleza de sus formas, avaladas por la pure-za de sus líneas. Tan sólo los ojos pinta-

dos a proa, tan típicos en estas embarca-

ciones, y la obra muerta luciendo coloresmuy ingenuos hablan de distracciones, aligual que las "maniquetas", recuerdos deelementos pa¡a amarrar Ia barca. El espo-lón desafiante y aquellos ojos a proa hacen

entrever que posiblemente nuestras bar-cas jábegas tuvieron sus orígenes en losprimeros pueblos que recorren el Medite-rráneo. Desde Fenicia, o mejor desde Car-tago, bien pudieron venir ernbarcacionesno mucho más grandes que las antiguas

que se recuerdan."Las había hasta de 13 met¡os, corno

la'Esperanza' de Pedregalejo o la 'Félix'

del Rincón, decía hace más de veinte añosPaco 'El Motril', hombre de la mar, que enel trato de su barca" decía: "Le vendo mi'Lola' porque veo que es Vd. del agradode estas cosas; si no se pudre aquí al Sol".

Aquellas naves fenicias se propulsa-ban a remos y con auxilio de una vela queaún no es latina. Esto es posible a partirde cuando se descubre la quilla. Esta ern-barcación, en la Edad Media -esto espura hipótesis- se ocupará en simplesfaenas de pesca, por lo que su diseño irá

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t :

evolucionando condicionado por estenuevo espacio. Primero pierde la vela yluego su quilla, consoiidando bancos yescalamos fijos a manera tradicional, coninclusión de carenas laterales propias parael varado en las playas del Mar de AIbo-rán. Otro modelo, más conservador, noeliminará la vela t¡ansformándose en elsardinal, hoy prácticamente desaparecidode nuestras playas.

Puede resulta¡ interesante copiar al-gunos datos extraídos de las fichas obte-nidas en el Archivo de la ComandanciaMilitar de Ma¡ina de MáIaga, consultadocon la amable autorización del Excmo. Sr.Comandante de Marina, referidos todos aIa Lista 3e de Ia Provincia Marítima deMálaga. Hay que observar que en los pri-meros asientos se escr ibe la palabra"jávega" .

"Lista 34, de Málaga. Folio 181, fecha 5 dejunio 1851.

Ba¡ca jávega Nr¡estra Señor:a del Cármen39 pies de eslora, I pies 4 pulgadas de manga,

puntal 3 pies., porte 5 toneladas 29 centé-slmas.

Construida en el astillero del Puerto po¡ elMaestro Carpintero de Ribera de la ma-trícula de Estepona, residente en esta Ca-pital, Simón Escudero.

De pantoque cu¡vo, sin cubierta ni fo¡ro,popa a la pescadora, construida con ma-deras y betunes del "Reyno", para JoséGarcía en 4.500 reales de vellón".

Hasta el 28 de abril de 1919, Folio7.597, no aparece un asiento donde sepuede leer Ia palabra jábega cor. "b"'.

"Barca Jábega Victoria construida en El

Rincón de la Victoria por el Maestro Car-pintero de Ribera Calafate Antonio Gar-cía, de las Playas de San Andrés, de 9,27metros de eslora, 2,36 de manga y 0,70 depuntal.2,69 toneladas. Valor 1.000 ptas."

O aquella otra donde se indica lanorma preceptiva de auto¡ización expre-sa para cornenzar y dar por terminada laobra:

"Barca Jábega Carmen. Folio 1.600. -26 de

julio 1919

Trasladado del folio 422 de la Lista 3a deVélez Málaga.

Eslora: 9,04 m. Manga: 2,20. puntal: 0,66. Tm:4,69.

Valor 300 ptas.

P¡opietario D. José Fernández Martlnez, ve-cino de Nerja.

Se formó el asiento en Torre del Mar el 21 deseptiembre de 1907. Se const¡uyó la em-barcación en las playas de Nerja por elmaestro carpintero de ribera ManuelCasanova González; su coste 1.000 ptas.,habiendo presenciado el Cabo de Mar dePuerto pone¡ la quilla y terminar la em-barcación".

Planos de construcción de unaiábega.

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En esta industria artesanal el diseño

y' el trazado van unidos y constituyen un

todo, aunque hoy pueden encontrarse aI-

gunos artesanos -pocos- que hacen eI di-

seño y dejan que otros tracen sobre plan-

iillas la futura ba¡ca, como se da con esa

nueva embarcación que ha aparecido hace

unos veintitantos años en las costas mala-

gueñas; "la chalana" , que está desplazan-

do rápidamente a la "chanca", bote de

mal diseño y peor construcción, de

pantoque y fondo plano, construido por

gentes de poco oficio y menos caudales.

La iábega no puede Perderse, dice

José Pascual Esteban, maestro calafate ya

iubilado, amante de las cosas de la mar,

que como todos los de su oficio no es

hombre de "pronto recio", sino serio, de

hablar pausado, piensa 1o que dice Ycuenta estas cosas con Ia ilusión de un

muchacho. Uno de Ios pocos que quedan

en nuestras costas caPaces de conservar,

preservar y transmitir a los nuevos como

se hace una barca de verdad.

"Porque cada carpintero de ribera tiene que

hacer su barca, la que se dedicaba al boque-

rón, a los ju¡eles o los atunes. Sus líneas de

aguas son puras a causa de la Perfección que

han ido adquiriendo a lo largo de los siglos

Hago una maqueta de la mitad del barco y la

hago con tablitas de 15 mm., y cuando la he

terminado lo paso al Plano a escala 1:20. La

mía tenía 45 cm- de larga.

Una vez terminada la maqueta se desarma y

se van pasando al plano las líneas de agua, y

sobre este trazado se hace el "cuerpo" o sec-

ciones transversales del casco. A Pa¡tir de

aquí se trazan las cuadernas sobre la pared o

sobre un tablero. Las primeras cuadernas de

proa y popa no tienen forma y son derechas.

Este trazado es quizás lo más difícil del a¡te

de este oficio. No todos los calafates saben

trazar, porque la mayoría sabían poco de

teoría, aunque eso sí, mucho de práctica. Yo

me he agarrado a hacer las cuadernas de

ve¡dad, de fresno y buscando las maderas

más apropiadas.

Se pone la plantilla sobre el tronco, dándose-

la el escantillón que necesita y se va rodean-

do con la "sin fin". Una vez que está toda la

madera "serrá" se cepilla y da grueso y lue-

go en el taller emPiezo a aPeañarla -Pegar

una madera con otra-. Se ponen los "piques"

-planes- y las "estalameras" de proa y popa,

dándosela el a¡rufo corresPondiente, que

suele oscila¡ entre 5 a I cm., según el gusto

del carpintero. Hay quien le da más, hay

quien le da menos.

Se empieza la const¡ucción de la barca Po-

niendo los "roamentos" Y Ia quil la o

"ernbón", que se echaba antiguamente de

encina o de pino piñonero --carrasco-.al igual

que las contrarrodas y durmientes. La

contrarroda termina al tercio de la media

iunta. Se une el Pie de roda con la ¡oda con la

media junta de escarPe de diente. Hay que

hacer e1 engarce del embón Para cuando se

vaya a poner en quilla. Se Pone todo de una

vez.

Una wez puestas las cuadernas se "Pesan",

se las pone a nivel, con un compás de made-

ra y una pesa que va a la quilla, apuntalán-

dolas para que no se muevan. Las cuadernas

se unen al embón con to¡nillos Pasantes. Una

vez que está todo pesado y arriostrado se

empieza con la "cinta P¡inciPal", que es la

que lleva el puntal de la barca, sobre unos 60

cm. El puntal que se mide es el de la cuaderna

maestra, y se mide desde el canto alto del

embón hasta el canto alto de la cinta. LueSo

se ponen los forros interiores, que en este

caso sólo es una tabla llamada durmiente,

donde se encastran los baos, empezando por

la proa hasta la popa. El tragante coirlcide

con un bao. Se ponen también los bancos y

se continúa con la obra muerta; la tabla de

l laves o t rancan i l , los "bo l i l l os" o"escalamotes", terminando con el "reón" o

tabla de boga.

Terminada la faena anterior se emPleza a

forrar, poniendo la 1a,2P,3" y 4a "bocal", que

son tablas de unos 12 ó 15 cm., emPezando

de cinta para abaio y "afasquiándolas" antes

de ponerlas. Afasquiar es poner una regla y

poner los puntos con un compás, que indi-

can por donde hay que corta¡ la tabla para

darle la figura.

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Cuadernas de jábega.

Después se cont inúa e l fo r ro con las"apaladuras,,,

en número de t¡es, empezai_do por el embón, al cual previamente se Ieha hecho el "alefriz,,,

especie de entalladura¡ealizada con fo¡¡nón y destinado pa¡a recibirla p r imera tab la . Luego se cont inúaembonando, aunque yo en las ba¡cas v botesno he hecho ningún embón porque he repar_tido las tablas a lo que me pedían. Mi SantaCristina tiene 15 tablas, de 22 mm. de grueso,por banda. Todas las tablas venían del mismoancho, de 9 cm. en el centro, y en las puntasde 5 cm., menos en la 1r y 2¡ ,,apaladura,,.

"Barca Jábega Santa Cristina l_ista 7¡ MA ¿l_

003.

Año 1989. Construida por el Maesko CalafateJosé Pascual por encargo de la Asociación de

Vecinos de pedregalejo en los AstillerosNereo de esas playas.

Eslora 8,3 m- Manga 2,22 m. puntal 60 cm.Peso 1-050 kg"

Puede que el Diseño Industrial de laba¡ca de Pascual sea el último de los quese realicen en nuestro litoral. Este no sequeda en las formas, sino que ha ido alencuentro de la substancia de toda arte_sanía basada en el funcionalismo. La fun_ción de las jábegas era la pesca por arras_tre halada desde tiena: el ,,copo malague_ño". Este tipo de actividad está hoy prohi_bida, por lo que a partir de ahora las bar-cas nuevas que se hagan deberán adap_tarse a su nueva función, consrstente er1actividades culturales y deportivas, ho_menaje del pueblo a las que fueron yapasado. Habrá que ilablar, pues, de dise_ño evolutivo, conservando solamente lasformas como ya se está realizando poralgunos carpinteros.

Las barcas nuevas seguirán mirandoa la mar no como signos de una actividadeconómico-social, sino convertidas ensímboios de una época que ya es historia.Estas barcas ya no contarán la historia defamilias, de sus problemas y forma de so_Iucionarlos.

Barca Jávega Santa Rosalía Folio 195. 23 deabril 1852

Propietario José González del pal<¡.Eslora 35 pies 9 pulgadas. Manga 8 pies 8r,/,

Page 9: r1olog...barca", la mitad "pa ca banda"". lJna docena escasa de hombres, unos desde tierra y otros en la mar, trabajan en Ia producción. Los que se embarcan, nue-ve o más, bogando

:- prrlgadus. Pnr,tal 3 Pies. Porte 4 toneladas

94 centésimas.

Construida en los astille¡os del Puerto Para

el exp¡esado González en 4.000 reales de

velon.

Con fecha 20 de iunio de 1853 hay un oficio

del Sr. Teniente Alcalde certificando el

juicio celebrado a solicitud de Ped¡o León

demandando al dueño de esta embarca-

ción por deuda de 2.000 r. v., habiéndose

convenido en el iuicio que en el mes de

sePtiembre de este año abonará González

a León la expresada cantidad, quedando

entre tanto esta embarcación afecta y res-

ponsable del cumPlimiento y conwenido

en el iui.io-Con fecha 19 de rnayo 1854 se vende a Ber-

nardo Gómez en 4.200 ¡. v- El 15 de mar-

zo de 1859 se vende a Pedro León. del

Palo en 1.800 r. v y Por último, el 16 de

septiembre de 1861 se vende a Francisco

Senceno, de este domicilio' en 3.700 ¡ v

Habrá pasado casi un siglo y medio desde

que aquella Lista 3a empezó con un asien-

to

"Año 1859. Folio 1.

Barca Jávega nombrada Virgen del Carmen

P¡opietario Francisco León. Eslo¡a 13 varas,

manga 2,50, Puntal 1. Porte 65 quiñtales"'

Con una nota al Pie que dice: "Trájose

este asiento del Folio 2 de la Tercera Lista

de embarcaciones de esta Capital que sir-

vió hasta la fecha en que princiPia la pre-

sente".

En Málaga seguirá habiendo

Calafates, que en la playa, o bajo un tin-

glado corno toda industria, querrán reva-

lidar sus títulos de Carpinteros de Ribera

haciendo sus barcas artesanales a sus ex-

pensas o a Petición de alguien. Cuando

pongan la quilla no sabrán ni el folio ni la

lista que les corresponderá, Pero anotado

en un libro registro aParecerá un asiento

que dirá:

"Año dos mil y pico

Barca Jábega Virgen del Ca¡men

Eslora 8,30 m., manga 2,12 m., Puntal 0,66.

Peso 1.000 kg. ProPulsión a remo, PoPa a

la pescadora. La construyó en las playas

de Málaga a su costa el Maestro CarPin-

tero de Ribera que presenta la instancia.

Valor: toda su ilusión..

Grabado de Máaga Sglo XV.

9 ol¡,¡D

Pedto Portillo Ftafl quel

Carpintero de RiberaAmo y "mandaó" de la jáb

irnu-t-tgo