Rcp en el niño i
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El soporte vital básico (SVB) comprende la identificación de
los signos de paro cardiaco, incluyendo la obstrucción de vía
aérea por cuerpo extraño, la resucitación cardio pulmonar y la
utilización del DEA.
La resucitación cardio-pulmonar básica (RCP)
puede definirse como el conjunto de
evaluaciones y conductas secuenciales
destinadas a sostener o restablecer la
ventilación y la circulación en un paciente en
paro cardiorrespiratorio.
La administración rápida y eficaz de RCP por parte de un testigo
circunstancial se asocia con el retorno eficaz a la circulación
espontánea y la supervivencia sin secuelas neurológicas en los niños.
Las principales causas de muerte en lactantes y niños son:
Insuficiencia respiratoria.Síndrome de muerte súbita del lactante.SepsisEnfermedades neurológicas.
LESIONES Y TRAUMATISMOS.
La PCR es la vía final común de una serie de condiciones y enfermedades
graves. Su etiología varía del paciente pediátrico al adulto.
Las lesiones son la principal causa de muerte en niños y adultos
jóvenes, producen más muertes infantiles que el resto de las
causas combinadas. Muchas de estas lesiones se pueden prevenir.
Las lesiones infantiles mortales más frecuentes que se pueden evitar
son las originadas en automóviles, las lesiones en peatones, las lesiones
en bicicleta, el ahogamiento por inmersión, las quemaduras y las
heridas por arma de fuego.
Ante todo niño potencialmente grave, el reanimador debe evaluar
con rapidez la extensión de las lesiones y el nivel de consciencia del
paciente.
Para ello debemos estimular con suavidad al niño y preguntarle qué
le ocurre.
Si el niño responde, contestará, se moverá o llorará. En ese caso,
debemos examinarlo y llamar al SAMU si fuera necesario. Se le
debe permitir permanecer en la posición más cómoda para él.
Si no responde y no se mueve, deberemos pedir ayuda
e iniciar la secuencia de RCP.
La vía aérea del niño es estrecha y colapsable y se
obstruye fácilmente por mucosidades, sangre o contenido
gástrico.
En el niño inconsciente la mandíbula se relaja y se va hacia
atrás arrastrando la lengua, que ocluye la faringe.
La primera maniobra será colocar al niño
en decúbito supino sobre una superficie
lisa y firme, manejando con cuidado la
cabeza y la columna cervical.
Apertura de vía aérea:Maniobra frente-mentón
Triple maniobra en el caso de
politraumatizados (maniobra de tracción
mandibular).
Mientras se mantiene la vía aérea abierta, no
deben pasar más de 10 segundos hasta comprobar
si la víctima está respirando.
Para ello debemos mirar la expansión y descenso del tórax, escuchar el
sonido del aire espirado y sentir ese aire sobre nuestra mejilla.
Si el niño respira y no presenta signos de
traumatismo, lo colocaremos en posición lateral de
seguridad.
Si NO respira, se deberá iniciar de inmediato respiración artificial, boca a
boca o boca a boca-nariz en el lactante.
En el niño y en el adulto se realizará boca a
boca cerrando suavemente la nariz al insuflar
aire
Se procederá entonces a dar 2 respiraciones lentas de 1 a 1.5
segundos de duración que determinen una adecuada expansión del
tórax.
Debemos recordar que:
La respiración asistida es la maniobra más importante
para recuperar al niño en PCR.
El volumen de aire a insuflar es aquel que expande el
tórax del niño en una respiración similar a la normal.
Las insuflaciones deben ser lentas para evitar que
entre aire al estómago
Si pese a lo anterior no se expande el tórax, debemos
reposicionar la cabeza y volverlo a intentar. Si aún así
sigue sin ser efectiva la ventilación, descartar OVACE
Una vez permeabilizada la vía
aérea y practicadas dos
insuflaciones se debe evaluar la
circulación.
En personal sin entrenamiento formal, bastaría con la búsqueda de signos
de circulación (movimientos del cuerpo, movimientos respiratorios…)
Braquial en el lactante.
Carotídeo o femoral en el niño
Si el niño mantiene la circulación (presenta pulso) realizaremos
insuflaciones con una frecuencia de entre 12-20 por minuto.
Los profesionales sanitarios deberán buscar además la
presencia de pulsos, no demorándose más de 10 seg.
Si se constata la ausencia de pulso o signos de circulación
se debe iniciar un masaje cardiaco combinado con
ventilación artificial.
Comprimir fuerte: se debe comprimir lo
suficiente para que el pecho baje entre 1/3 y la
mitad del diámetro antero-posterior del tórax.
Comprimir rápido: a una velocidad de unos 100
por minuto.
Liberar por completo para que el pecho vuelva
a su posición original.
Minimizar las interrupciones.
Un buen masaje cardiaco cumple los siguientes requisitos:
El niño debe estar sobre una superficie lisa
y dura, en posición supina.
En el lactante comprimir con dos dedos (medio y anular) un dedo por
debajo de la línea intermamilar. Una técnica alternativa es la de “dos
pulgares con manos rodeando el tórax”.
En el niño se debe comprimir en la mitad inferior
del esternón (evitando comprimir sobre el
apéndice xifoides) utilizando el talón de una mano.
En el niño mayor de 8-10 años se debe utilizar el método de adultos,
colocando el talón de la mano dos dedos por encima del apéndice
xifoides (extremo inferior del esternón).
Las compresiones del tórax deben acompañarse
de ventilación artificial con una frecuencia de
Si sólo hay un reanimador, debe administrar ciclos de 30 compresiones
torácicas, seguidas de 2 ventilaciones.
30:2
En el caso de 2 reanimadores, uno de ellos debe administrar las
compresiones mientras el otro mantiene abierta la vía aérea y realiza
ventilaciones a una relación de 15:2 con una pausa entre compresiones lo
más breve posible.
15:2
En la mayoría de lactantes y niños el paro cardiaco está causado por
asfixia. Los reanimadores únicos deberían administrar 5 ciclos de RCP
(alrededor de 2 minutos) antes de activar el servicio de emergencias,
y después reanudar la RCP
5 ciclos:
30:2
D. E. A.
Si se logra reanimar al paciente, éste debería ser trasladado a un
centro asistencial adecuado manteniendo la permeabilidad de la vía
aérea, ventilación y circulación.
“Cuando crezca, yo quiero ser un niño”. Joseph Heller