Recorrido Romántico 2011 · municipalidad para el gobierno de León, su tierra y su jurisdicción,...
Transcript of Recorrido Romántico 2011 · municipalidad para el gobierno de León, su tierra y su jurisdicción,...
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
INTRODUCCIÓN
El 41 Recorrido Romántico por León que vamos a dar comienzo, es el acto
Cultural más tradicional de las Fiestas de San Juan y San Pedro, debido a la
antigüedad y permanencia del mismo desde el año 1971.
Durante los largos años de su existencia se han tratado numerosos temas
históricos de suma importancia para León, acompañados de bellos poemas.
Hasta el momento estos temas están recopilados en los ONCE libros editados
hasta este momento, y otros se encuentran en imprenta por no poderse editar
debido a "la crisis".
Desde el principio sus fundadores; todos ellos personalidades de la poesía y la
historia, han recorrido nuestros monumentos, calles y rincones, viviendo con el
pueblo los mejores momentos y cumpliendo el objetivo para lo que fue creado. El
Ayuntamiento ha contribuido con este acto al acercamiento de la Cultura al
Pueblo.
La banda de música tocando el Himno a León, nos acompaña siempre y resulta
totalmente imprescindible ya que su música es acompañada con el canto de los
numerosos acompañantes, dándole a la noche un aire poético-romántico y al
mismo tiempo familiar entre los participantes y acompañantes, e inimaginable si
no se ha asistido a él alguna vez.
Las autoridades municipales, reina de las fiestas y damas, alguna vez un grupo
de teatro, contribuyen haciendo de este acto un símbolo permanente de los
mejores valores de la Historia de nuestro viejo Reino.
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
Este año que es el primero que me ha tocado presidirlo como Concejal de
Cultura, se va recrear el tema "Los Mesones de León”. Con ello esta noche
templada de Junio, ensoñaremos siglos pasados, bajo la luz de la luna...
Juan Pablo García Valadés
Concejal de Fiestas, Cultura Leonesa y Patrimonio
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
PARTICIPANTES
JUAN PABLO GARCÍA VALADÉS MÁXIMO CAYÓN DIÉGUEZ MARÍA DOLORES MARTÍNEZ LOMBÓ SARITA A. VALLADARES RICARDO FERRADAL MARÍA DOLORES OTERO
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
EL MESÓN DEL PICO
Por Máximo Cayón Diéguez
Señoras, señores, queridos itinerantes, buenas noches. Muchas gracias a
todos por su asistencia. Y bienvenidos a la primera estación de este Recorrido
Romántico.
Aquí, en esta capital del Viejo Reino, que es encrucijada de caminos, al
lado de suntuosos edificios regios, religiosos y civiles, en pretéritas centurias
elevaron su modesta arquitectura ventas, posadas, fondas y mesones,
precursores todos ellos de la actual hostelería leonesa, así como de la probada y
singular gastronomía de esta tierra nuestra. En esta alocución, el Mesón del Pico,
que estaba situado en la confluencia de dos vías urbanas tan cardinales como
son hoy Ramón y Cajal y Padre Isla, será el epicentro de nuestra remembranza.
*
La literatura picaresca, las descripciones magistrales de Cervantes y
Quevedo, y, naturalmente, las definiciones sagaces de nuestra Pícara Justina,
inmortalizaron los citados establecimientos de hospedaje. Concretamente, el
mesón, considerado simbólicamente como teatro del mundo, fue calificado por la
propia Justina Díez como “esponja de bienes, escuela de discretos, purgatorio de
bolsas, cueva encantada y espuela de caminantes”. Luego, la aparición del
ferrocarril, en plena época isabelina, determinó la decadencia de tan pintoresco
universo. En nuestra ciudad, que contaba entonces con unos 10.000 habitantes,
la llegada de la primera locomotora data del 29 de agosto de 1863. La
inauguración de la vía férrea entre Palencia y León se produjo meses más tarde,
exactamente, el 9 de noviembre del citado año. Espacio de hospitalidad y
convivencia, el mesón acogía y recogía lo mismo a gente principal que a gente
requemada por todos los vientos y todos los soles. Escenario donde el vino y el
canto propugnaban la fiesta y caldeaban la sangre, allí, una mirada agresiva, una
pulla mordaz, la bravata inoportuna o el tiento a las faldas de la Maritornes de
turno, desembocaba en disputa y refriega, en ocasiones, tan brutal como cruenta.
Hasta aquí la imagen tópica de estos locales donde el viajero hallaba
albergue y resguardo. Pero, a mayor abundamiento, subrayemos que el mesón ha
sido siempre una figura de materia poética y metafórica de muy hondo calado.
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
Baste recordar estos versos de León Felipe, cargados de espiritualidad, tomados
de su poemario “Versos y oraciones del caminante”:
¡Qué solo estoy, Señor!
¡Qué solo y qué rendido,
de andar a la ventura
buscando mi destino!
En todos los mesones he dormido,
en mesones de amor
y en mesones malditos,
sin encontrar jamás
mi albergue decisivo.
Y ahora estoy aquí, solo…
rendido de andar a la ventura
por todos los caminos”.
*
El Mesón del Pico es uno de los ocho mesones que en 1751 están
registrados en nuestra ciudad. Martín Galindo lo refiere así en su obra “La ciudad
de León en el siglo XVIII”: “Hasta los primeros años del siglo actual [se refiere al
siglo XX] persistieron en León los típicos mesones de las viejas ciudades
españolas. Ya no existe en la actual plaza de Santo Domingo el mesón del Pico, ni
en la de Herradores – de Salvador del Nido – los del Gallo o del Ángel. Eran como
un eco de los mesones del siglo XVIII (…) Los mesones eran grandes edificios de
tres plantas, amplio portal, corrales, cuadras y caballerizas. Y continúa el
historiador: “Sólo algún mesonero de Salvador del Nido es dueño de su mesón.
Los demás lo han alquilado a nobles y eclesiásticos (...) Por lo general, el
mesonero es además albéitar. En todo caso, mesoneros y ‘veterinarios’ ocupan
edificios contiguos (…) Entonces, como ahora, había una reglamentación de
hospedajes a tenor de las ordenanzas de la ciudad, que decían a este respecto:
“Otrossi ordenamos e mandamos que los dichos mesoneros tengan este arancel
colgado en la pared de su mesón, el qual tenga sano y no roto, ni vizioso, ni
borrado, sino que cada uno lo pueda leer, por lo que no vaya defraudado en los
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
derechos de que debe pagar”. [Dichas Ordenanzas, promulgadas por la
municipalidad para el gobierno de León, su tierra y su jurisdicción, habían sido
confirmadas por el emperador Carlos I y su madre Dña. Juana, nieto e hija,
respectivamente, de los Reyes Católicos].
* El Mesón del Pico, como dije antes, estaba enclavado en la esquina que
conforman la calle de Ramón y Cajal y la avenida del Padre Isla. Respecto a su
celebridad, ésta viene dada por su proximidad al Rastro Viejo. Recordemos al
caso que el fondo histórico de nuestras fiestas de San Juan y de San Pedro tiene
como protagonistas las tradicionales ferias que se celebraban en nuestra ciudad,
donde se mercaban y vendían, como registra D. Pascual Madoz en su diccionario
geográfico, histórico y estadístico, “ganados de todas clases, efectos para la
labranza, paños, lienzos, telas, pañolería y otros efectos de quincalla que llevan
los comerciantes que a ella concurren”. Y recordemos también que los terrenos de
su celebración fueron varios. En principio, se llevó a término en el remoto barrio
de La Payana, comprendido entre San Lorenzo y las Ventas. Más tarde, el recinto
ferial fue llevado al Espolón, alcanzando también a la Era del Moro. Después, a
mediados del siglo XIX, el recinto ferial quedó situado en todo el contorno de lo
que es hoy calle de Ramón y Cajal, desde el famoso Molino Sidrón hasta la actual
plaza de Santo Domingo, donde se ubicaba el citado Mesón del Pico.
Fundamentalmente, el citado Rastro Viejo comprendía el solar donde se alzó el
Instituto General y Técnico, construido en 1906 y derribado seis décadas más
tarde, y que ocupa ahora el I.E.S. Juan de la Enzina. En estos pagos se
celebraron las citadas ferias hasta que en 1927, siendo alcalde de León D.
Francisco Roa de la Vega, se construyó el mercado de ganados en los terrenos de
la Corredera, sobre 22.000 metros cuadrados, obra que realizó el contratista
leonés D. Miguel Pérez.
Por otro lado, la ubicación del Mesón del Pico en la antigua carretera de
Adanero a Gijón, comúnmente conocida como carretera de Asturias, trae a esta
evocación la figura de D. Luis Álvarez de Cobos. Aunque nada está demostrado,
es posible que el citado truhán, que viajaba bajo la identidad de D. Luis Cañida,
comerciante establecido en Madrid, identificado entre nosotros como Luis
Candelas, pernoctara en este Mesón del Pico junto con su amante Clara María,
hija de una distinguida familia matritense, damisela melindrosa que al final dio al
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
traste con los planes del romántico estafador de trasladarse a Londres desde el
puerto de Gijón con las talegas bien repletas. La cosa, como se declara ahora, no
pasa de leyenda urbana, y, por lo tanto, lo refiero aquí con discreción y cautela,
dando con ello, como decía D. Benito Pérez Galdós, “paz al ánimo y descanso a la
fantasía”
* La planificación urbanística de León, cuyas bases sentó el Excmo.
Ayuntamiento en sesión celebrada el 9 de enero de 1896, trajo consigo el
crecimiento espacial, conocido como “El Ensanche” de la parte oeste de nuestra
ciudad. Esta mutación de suelo rústico en suelo urbanizable se proyectó para la
demarcación establecida entre la carretera de Adanero-Gijón y la ribera del
Bernesga, con la calle de Suero de Quiñones y la avenida de Lancia como límites
de enlace y extensión. Con objeto de tener una visión fidedigna que cómo era la
escenografía legionense en los principios del pasado siglo XX, concretamente en
1910, he aquí un texto tomado del libro “El León de Pepe Gracia”. Juzguen
ustedes mismos. Dice así el popular fotógrafo leonés:
“León estaba rodeado de huertas, prados, terrenos con vegetación en
estado salvaje y un gran soto que ocupaba la parte oeste. Desde donde está hoy
la Plaza de Toros, hasta más allá del Puente de San Marcos, y dando la vuelta
hasta la calle del Padre Isla, era un gran bosque poblado de árboles y vegetación,
y una gran presa que cruzaba la ciudad de parte a parte, cuyo itinerario iba
desde antes del Molino Sidrón hasta Papalaguinda, pasando por lo que es ahora
Plaza Circular (Calvo Sotelo), atravesando Ordoño II para salir a desaguar al río
Bernesga por lo que es hoy el Paseo de Papalaguinda. ¡Cuántas veces me he
bañado donde está hoy la estatua de la Virgen de la Plaza Circular!”
El molino Sidrón se hallaba situado en la Era del Moro, hoy Ramón y
Cajal, junto a las murallas de Santa Marina, y proveía de harinas panificables al
comercio leonés. Por aquellas calendas, junto al Mesón del Pico, asomaban su
estatura a la plaza de Santo Domingo, el Convento de las Agustinas Recoletas, la
iglesia de San Marcelo, el Pósito Municipal, la Fonda Suiza, el Hospital de San
Antonio Abad y la Torre de Almanzor.
El solar que sustentaba el Mesón del Pico, una parcela de 350 metros
cuadrados, propiedad de José Unzueta Vizcaíno, fue adquirido en 1920 por
Gregorio Fernández, quien encargó la ejecución de un nuevo edificio, que fue el
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
primero que incorporó un ascensor en nuestra ciudad, al arquitecto Manuel de
Cárdenas y Pastor, intérprete singular del eclecticismo, estilo arquitectónico que
dota de monumentalidad al paisaje urbano. Así nace la popular “Casa Goyo”, de
la que se ha dicho que por su situación, magnitud e instalaciones, en el momento
de su construcción, fue el edificio residencial más emblemático y avanzado de la
ciudad, con una altura de 22 metros y ocho plantas, más la amansardada, es
decir, el ático o sotabanco, construido en forma de buhardilla, situado por encima
de la cornisa.
Manuel de Cárdenas y Pastor nació en Madrid, el 14 de marzo de 1877, y
falleció en 1954. Arquitecto municipal de nuestra ciudad y de la Diputación
Provincial, lo fue también de los obispados de León y de Astorga. Restaurador de
nuestra S. I. Catedral, vocal de la Comisión Provincial de Monumentos, y
profesor de la Fundación Sierra Pambley, ligada a la Institución Libre de
Enseñanza, su labor profesional puede calificarse de extraordinaria. Autoría del
arquitecto Cárdenas son distintos inmuebles de vecindad en las principales
arterias urbanas leonesas, y, asimismo, de otras construcciones singulares, entre
ellas, las antiguas Escuelas de la calle del Cid, que datan de 1902, el actual
Hospital de San Antonio Abad, situado en los Altos de Nava, obra de 1918, o el
antiguo edificio de Correos y Telégrafos, fechado en 1910, ubicado en la plaza de
Regla.
El Mesón del Pico, su humilde traza, es sólo un recuerdo romántico. A
principios del siglo pasado, su expresión plástica fue borrada del mapa urbano
leonés. Manifiestamente, hoy, y remedando a Victoriano Crémer, sólo la severa
torre de San Isidoro, con el actual gallo torero dándole verónicas a los vientos,
guarda memoria fidedigna del famoso Mesón del Pico, que esta noche hemos
evocado.
Mis palabras alcanzan aquí término y destino. Señoras, señores, queridos
itinerantes, la andadura continúa. Gracias, de nuevo, a todos por su asistencia, y
mi más sincera gratitud por su atención.
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
CASAS MESONES DE SAN MARCELO
Por Mª Dolores Martínez Lombó Allá por el año 1710, el Convento de la Purísima Concepción tenía en esta
ciudad un rico legado que contenía las pertenencias de casas, de las cuales
algunas fueron ampliadas y convertidas en mesones donde se alojaban los
huéspedes.
Corre el tiempo hacia atrás entre los ásperos y silentes muros del Archivo
Histórico del Convento de la Concepción de León. El Becerro Viejo, el Nuevo, los
libros de rentas, arriendos y cuentas se desperezan desplegando las acartonadas
páginas que contienen la historia del Mesón de San Marcelo en la Puerta del Paso
de La Ánima.
Era el año 1617, cuando la Compañía de Ánimas y Señor San Roque que
servía y cantaba en la Iglesia Parroquial de San Marciel de esta ciudad, tenia en
propiedad dos viejas y ruinosas casas, pegadas entre sí y a la Plaza de San
Marcelo, junto a la Puerta de Burgo Nuevo, lindando con la Calle Real Pública,
con la muralla de la ciudad y con el Palacio Real.
De estado ruinoso y desbaratado, la Compañía gastaba en arreglos y
reparaciones mucha cuantía de maravedíes, quedando poco aprovechamiento de
la renta que por ellas se recibía. Y así, por esto, tratan de venderlas de manos
del Abad Hernando Bravo Barbero, con la licencia del Señor Provisor de la ciudad
y obispado, siendo por entonces obispo de León D. Juan de Llanos y Balves.
Además, hay que tener en cuenta para la venta, que dichas casas tienen una
carga de trigo como fuero perpetuo que deben y pagan al Convento de Santo
Domingo, extramuros de esta ciudad. Una vez que el Señor Provisor dio licencia
para la venta, se pregonaron 30 veces, de agosto a octubre de 1617, y entre el
pregón 26 y 30 apareció el comprador Andrés de Salinas, vecino de León, que
pagaba por dichas casas 300 ducados, más la carga de trigo como fuero perpetuo
o censo. Se le concedió la venta por ser el mejor postor. Dicha venta consta por
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
escrito en forma de carta con fecha de 27 de octubre de 1617, en la Ciudad de
León.
Posteriormente, a través del Testamento de D. Froilán de Salinas, cura de
Cembranos y Arcipreste de la Villa de Cervera, conocemos que las casas mesones
de San Marcelo pasan a formar parte del legado del Convento de Nuestra Señora
de la Concepción de las Religiosas Franciscanas de esta ciudad. La cesión de
estas casas incluye la condición de que no se puedan vender, ni enajenar ni tocar
en tiempo alguno. Además, el cura de Cembranos ordena ser enterrado junto a
sus padres en la iglesia de dicho convento y que le sean aplicadas a perpetuidad,
cada año y sobre su sepultura, 12 misas cantadas y otras 12 rezadas in
memoriam. Firma y signa el documento Josef Ferreras, escribano del Rey en la
ciudad de León, a 19 de octubre de 1669.
A partir de este momento, las casas mesones de San Marcelo, a las que
siempre nos referimos en plural por ser dos unidas entre sí, pasan a ser
arrendadas sucesivamente desde 1710 a 1836 .
El Becerro Nuevo o Libro de Rentas de 1700 y el Libro de Cuentas
Generales de 1728 reflejan cronológicamente los nombres de los arrendatarios.
Benita García figura como primera arrendataria, la suceden Melchor Sariegos, su
viuda Isabel Rodríguez, Juan Gutiérrez, Manuel Casanova, Francisco González
Mata, su viuda Isidora García, Manuel Fernández y Antolín Sánchez entre otros.
Queda reflejada también la variedad de moneda y las oscilaciones en los
pagos de la renta. El primer pago de renta realizado por Benita García es de
24 ducados, que equivalía aproximadamente a 11 reales y un maravedí. Poco a
poco, con el paso de los años, la cuantía por el arrendamiento va aumentando,
estando documentada en el año 1786 una subida de 480 reales a 612 reales.
En 1799 se fija el arrendamiento de estas casas en 630 reales, quedando así
establecida hasta después de la Guerra de la Independencia.
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
En el periodo de 1800 a 1836, se cambia la denominación utilizada en los
libros de cuentas para referirse a estas edificaciones, lo que antaño eran Casas
Mesones de San Marcelo o Casas Mesones del Paso de la Ánima; ahora será La
Casa del Arco de Ánimas de San Marcelo. A partir del año 1836 no aparecen
más datos recogidos sobre las casas mesones.
Los mesoneros arrendatarios, que solían ser Albéitares, conservan a través
del tiempo una especie de privilegio por el que podrán repartir el total anual de la
renta en dos pagos. El primero por San Juan de Junio y el segundo por San Juan
de Navidad, que se celebraba sobre el 27 de diciembre. Estas fechas están
relacionadas, en un principio, con las ferias de ganado celebradas en la ciudad,
en torno a las cuales se producían importantes actividades mercantiles,
combinadas esporádicamente con otras de menor importancia dedicadas al ocio
y al divertimento.
Está documentado que la feria de junio se desarrollaba en la Plaza de San
Marciel y su circuito, con el fin de atraer, como en todas las ferias y fiestas,
numerosa población a la ciudad. Por eso las casas mesones se asentaban en el
núcleo urbano, disponían de cuartos para alojar gente y tenían otros servicios
para los huéspedes que sólo quisieran comer, beber y alimentar a sus
caballerías.
Las Ordenanzas de la ciudad recogen textualmente que “Los mesones
deberían tener buenas puertas y sanas, con cerraduras y llaves, pena de 500
maravedís. Habían de tener buenas camas limpias, con un colchón y un jergón, dos
almohadas, dos sábanas y una manta. Los pesebres buenos y no rotos. No hayan
de tener en sus casas gallinas ni puercos. Que no reciban gente de mal vivir ni
vagabundos. Que cada mes se acudirá al Regidor para la postura del precio de la
paja y cebada y demás bastimentas.” (A. H. M. L, Caja 122).
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
Las Ordenanzas Municipales exigían también que estos negocios expusieran
a la vista de los clientes, en su mayoría arrieros, los precios de los alimentos y
demás servicios.
Poco a poco la feria se convierte en fiesta. La actividad mercantil se torna en
divertimento y espectáculo. El resumen de Políticas y Ceremonias con que se
gobierna la Noble, Leal y Antigua Ciudad de León, recopiladas por D. Francisco
Cabeza de Vaca, Marqués de Fuente-Oyuelo, recoge textualmente “La ciudad
tiene su Patio propio de Comedias, igual en traza y medidas del de Valladolid, y
aun mejorando las entradas, está inmediato a las Casas Consistoriales, por las
que se entra al balcón de la ciudad desde donde se ven la comedias”.
Se nombrará un Caballero Comisario encargado de solicitar comedias y de
repartir los aposentos del Patio de la Ciudad.
Se representarán dramas y comedias de Lope de Vega, Calderón de la
Barca, Cervantes o Lope de Rueda. Las compañías teatrales también ponían en
escena obras de sus propios directores como Félix Pascual, Leal de Olmedo o
Juan del Enzina.
Ahora, el vecino Mesón del Paso de la Ánima cobijará bajo sus añejos
muros artistas, compañías teatrales y forasteros que venían a la ciudad para
respirar el ambiente festivo, teatral o taurino.
Fiestas, toros y teatro. Divertimento, cultura y literatura.
No podemos finalizar sin hacer alusión a La Picara Justina, orgullosa hija
de mesoneros y por tanto experta en la materia, utiliza el concepto “mesón”,
como escenario y recurso para explicar determinadas costumbres sociales de la
época. Así, termino con un símil y un epíteto que la Picara más picara gustaba
decir:
“El mesón es como una olla nueva que siempre toma el olor de lo que en
ella se echa; si el que pasa es próspero, queda el mesón oliendo a bienes, y si es
pobre la casa huele a trapos y la cama a piojos.”
“¡Oh mesón, mesón! Eres esponja de bienes, prueba de magnánimos,
escuela de discretos, universidad del mundo, margen de varios ríos, purgatorio de
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
bolsas, cueva encantada, espuela de caminantes, desquiladero apacible, vendimia
dulce…!
BIBLIOGRAFÍA.-
� Documentos Archivísticos del Monasterio de las Madres Concepcionistas
de León.
� El Becerro Viejo.
� El Becerro Nuevo o Libro de Cuentas de 1700.
� El Libro de Cuentas Generales de 1728.
� Libros de Rentas y Arriendos.
� A. H. M. L, Caja 122.
� Políticas y Ceremonias con que se gobierna la Noble, Leal y Antigua Ciudad
de León, recopiladas por D. Francisco Cabeza de Vaca
� López de Úbeda, Francisco. “La Pícara Justina”. Madrid: Cátedra, 1991.
(Letras hispánicas). ISBN 84-376-1066-4
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
EL MESÓN DEL CABALLO
Por Sarita Valladares
Recogí mi yegua
del verde puerto
donde ella pastaba,
la cepille el pelo
y sus rojas crines.
La enjaece con la mejor albarda
y a trote con ella
bajé a León , que en ferias andaba.
No quería venderla ¡Dios me libre!
quería lucirme...
y exhibirla a ella.
Por calles concurridas
todos la miraban.
Era esbelta
y su pelo al sol brillaba.
Al pasar por San Marcelo
un altar a San Juan
lucía un gran florero,
su atractivo perfume
atrajo a mi yegua "Jana"
acerco la nariz
y dio un relincho
sonando el eco en Plaza,
deposité unos "maravedís"
en la bandeja
que en el suelo estaba
y tomé dirección a La Rua
donde se dirigían los arrieros
que a mi lado caminaban.
Al pasar Los Palacios Reales
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
la Jana se me encabritaba,
sus ojos permanecían fijos
ante la cartela de un caballo
que allí colgaba.
Llegué al portón,
y mi yegua se paro admirada
al verse allí tan retratada.
Caballo color canela,
brillo en el pelo, hocico blanco...
pegó un relincho
y levantó la pata
Entré al mesón
me recibió la mesonera
me recogió mi yegua
y le dio pienso....
La noche estaba clara
saqué los apuntes que traía
en el zurrón
y a la luz del farol,
sentada junto al pozo,
disfrutando con el olor
de la albahaca
comencé,
no se si entre vigilia y sueño,
las paginas de historia
allí guardadas....
La Feria de San Juan, tuvo mucha importancia en los pasados siglos, la fecha
de su celebración finales de Junio, la convertía en una de las principales de la
ciudad además de por la bondad del tiempo, porque coincide cuando los días son
más largos y tenían mas horas para poder desplazarse con los ganados, los
tratantes y vendedores de toda clase de aperos y mercaderías, ya que a ella
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
concurrían desde diversas ciudades, como Medina de Rioseco, del Campo, y
Valladolid, cuyos mercados eran famosos a todos los niveles, pero también venían
de otros lugares a veces más lejanos.
Debido a la lentitud de los medios de transporte, así como la necesidad de
hacer las pernoctaciones en la ciudad y alrededores eran imprescindibles, tanto
en acontecimientos de Ferias que es a lo que nos estamos refiriendo, como en
otros desplazamientos de actos oficiales o acontecimientos eclesiásticos o reales,
en cuyo caso se alojaban mas bien en palacios o casas de nobleza, mientras que
para los visitantes de las ferias, el lugar adecuado eran los MESONES, donde se
ofrecía alojamiento y comida a los visitantes.
Su existencia se supone temprana, ya que existen documentos con la palabra
mesonero en el año 1433, palabra que se deriva del francés, por la influencia de los
viajeros que transitaban por el Camino de Santiago.
Diversos documentos municipales y de otras instituciones nos notifican la
organización y funcionamiento de los mesones. A través de las ordenanzas
municipales conocemos el detallado régimen y gobierno que ejercía el concejo sobre
las casas de huéspedes desde mediados del siglo XVI.
El Ayuntamiento era el que autorizaba la apertura e inspeccionaba el
funcionamiento de los mesones. No había límite de licencias. Se exigía a los
titulares tener buena reputación y disponer de personal de servicio fiel y avisar a
los alcaldes si sospechaban mal de personas alojadas. En cuanto al servicio e
higiene, los mesoneros debían distribuir a los huéspedes en plazas individuales y
acoger a cuantos acudieran demandando sus servicios, es decir que no existía la
restricción de derecho de admisión para clientes. Controlaban los precios de paja y
cebada que eran las únicas provisiones que los mesoneros tenían autorización para
vender, ya que las viandas solamente les estaba permitido en caso de que se las
pidieran expresamente los transeúntes. Las sábanas y camas, debían de estar
limpias e igualmente las caballerizas .Se prohibía tener gallinas y cerdos en los
mesones, para evitar enfermedades que podían transmitir a personas o caballerías
.Había una estricta reglamentación detallada en cuanto a tarifas de alojamiento y
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
la inspección vigilaba que los granzones de los pesebres de las caballerías no se
revendieran como paja no usada y que las presillas de las caballerías en los
pesebres fueran seguras. La vigilancia se llevaba a efecto a través de los alguaciles
y veedores, con el fin de evitar los abusos.
Las tarifas o derechos de los mesones debían de estar expuestos al público en
la entrada del local para informar a los viajeros. Las ordenanzas y aranceles regían
desde el siglo XIV cuando el Rey Sancho IV concedió la reglamentación para las
carniceras que administraban el concejo municipal y el cabildo eclesiástico.
Según un inventario del año 1600 en el que se cita EL MESON DEL CABALLO,
dice que pertenecía al cabildo de la Catedral y lo sitúa en el medio de la calle la
Rúa y le describe detalladamente con todas las piezas y elementos arquitectónicos
que resumiré.
Es muy cotizado por la seguridad que ofrecía su emplazamiento dentro de las
murallas.
Una puerta arqueada de piedra daba acceso aun gran zaguán por el que se
pasaba a otro menor donde se encontraba una pieza más pequeña que servía de
tienda, así como una chimenea. Un patio central empedrado daba acceso a tres
caballerizas, todas con pesebreras, una con diez pesebres y la mayor con
veinticuatro, comunicadas todas con dos pajares. En la primera planta se situaban
tres cámaras, dos aposentos, un bodegoncillo y un pozo que se manda limpiar en
las visitas, el cual se encontraba debajo de la escalera que daba acceso al corredor
superior.
El corredor era cuadrado y sostenido por cuatro postes, proporcionaba el
tránsito a ocho salas o cámaras, que estaban destinadas preferentemente al
descanso, al contrario de los aposentos que se encontraban en la planta baja.
Por dos callejones laterales entraban los carruajes y diligencias al patio
interior. Estas estructuras eran similares en todos los mesones y se pudieron
comprobar en los restos del que aún quedan (EL DEL ANGEL)
En la visita que se hace al Mesón del Caballo en el año 1600 el rótulo
indicador tenía partida la cabeza del caballo y se mandó restaurar.
Este indicador se colocaba para dar cumplimiento a las ordenanzas
municipales publicadas en 1669 que en uno de sus capítulos imponían:"Que los
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
Mesones tengan una tabla con la señal de su mesón". Por cierto que debía de
destacar mucho la referida cabeza, sobre los blasones de las casas circundantes...
(Por eso tanto se alegro mi yegua al llegar aquí...)
Al edificio se entraba por una gran puerta de piedra, pero su armazón se
apoyaba en tapias y emplentas de barro y adobe, puesto que todas las reparaciones
de paredes aluden a este sistema de construcción. Las paredes estaban
"mensuradas" de cal y arena. Las estancias se impregnaban de lechada de cal,
con un fin higiénico y estético. Las cubiertas se cobijan sobre vigas, vigones,
viguetas y vigoncillos, normalmente de ponjo y labradas a lo tosco es decir
escuadradas con hacha. Las puertas, unas son llanas (lisas) y otras maqueteadas y
entrepañadas primordialmente de madera de roble. Las descripciones son tan
detalladas, que supondría mucho tiempo relatarlas en este recorrido, solamente
diremos que se vigilaba mucho que funcionaran bien las cerraduras y picaportes,
por si desaparecían o estaban defectuosos, dadas las consecuencias que podían
ocurrir. (Visita de 1659).
Cuando terminé de leer estos apuntes, se me vino a la memoria La Picara
Justina, El Quijote, y los viajeros normales entre los que me encontraba yo, que
por cierto, estaba ya casi dormida…
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
LOS MESONES DEL BARRIO DE SANTA ANA
Por Ricardo Ferradal Pérez
Quienes en pretéritos tiempos venían a León por el Camino Real de Madrid, al
llegar a la entrada de la ciudad, se topaban con una encrucijada en la que en un
conjunto urbano conformado por casas, mesones, posadas, tabernas, batanes y la
pequeña ermita o capilla de la Transfixión, encontraban una amalgama de gentes de
toda condición y raza: judíos, francos, germanos…arrieros, tratantes, mercaderes,
aldeanos, peregrinos…
Era el populoso arrabal del Santo Sepulcro, así conocido por su iglesia
perteneciente a aquella Orden y después como Santa Ana.
En el siglo XVII, Justina, la pícara mesonera de Mansilla de las Mulas, describe el
ambiente del entrañable barrio leonés: “…hice paraje en un mesón que está pegante
con la misma fuente de Santa Ana, vi entrar desde allí gente de Campos empanada en
carretas (…) junto a la puerta del mesón había una fuente apacible…”
Todo ha desaparecido. Tanto las casas, de adobe en su mayoría, apoyadas sobre
“apeos” de negrillo, como los mesones que desde los siglos XVI y XVII, hasta finales del
XIX al menos, existían en el antiguo arrabal, ya son solo un recuerdo
Se sabe que, en el XVII, eran tres los establecimientos de este tipo que había en
la castiza barriada de Santa Ana, aunque solo hemos sabido de la existencia de dos:
Uno, propiedad de un regidor de la ciudad, de apellido Castañón y otro cuya
titularidad correspondía al marqués de San Isidro.
Ignoro cuanto se refiere al tercero, pero dado que algunos de los mesones
existentes en aquellas centurias tenían fama de ser antros en los que, según las malas
lenguas, se reunían bandidos y prostitutas, nos preguntamos si sería alguno de éstos
el que nos falta, a tenor de lo que dice la Pícara Justina de algunas casas del barrio;
“…por mis propios pasos contados me fui al rollo de Santa Ana (…) vi que enfrente de él
estaban unas mezquitas pequeñas o casas de calabacero, donde estaban asomadas
unas mujercitas relamiditas, alegritas y raiditas, como pichones en saetera”, a las que
luego llama mocitas de munición.
Estas descripciones nos hacen suponer que se alojaría en alguno de los mesones
del barrio de Santa Ana, o al menos lo recorrería, el autor del famoso “Libro de
entretenimiento de la Pícara Justina”, pues cuando en enero de 1601 visitaron la
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
ciudad de León los reyes D. Felipe III y Dª Margarita de Austria, entre los numerosos
personajes que formaron parte del aparatoso y lujoso séquito real que deslumbró a los
leoneses, figuraba el médico toledano don Francisco López de Úbeda, autor de la
famosa novela picaresca, publicada en 1605, que relata las célebres andanzas de la
Maritornes de Mansilla.
* * *
Algunos de aquellos mesones eran relativamente confortables, pero a la mayoría,
salvo honrosas excepciones, se les colgaba el “sambenito” de no ser muy buenos.
Venteros y posaderos tenían fama de ladrones y era imprescindible “tener cien ojos”
para evitar cualquier clase de robo, timo o estafa, pues según recogen algunos libros
de los siglos XVI y XVII, en las comidas “daban gato por liebre, oveja por cordero y
muleto mortecino por ternera y se servían huevos empollados” (1), a pesar de que los
alojamientos no eran baratos.
En los años del mil seiscientos solían cobrar unos seis maravedíes, solo por
descansar sobre un catre en cualquier camaranchón, sin incluir bebida o comida
alguna que tenía que proveerse el propio viajero o pagar por ello precios muy altos. Sin
embargo, también había en León varias posadas más económicas y unas veinte casas
de señoras viudas que solo alojaban a personas de calidad.
Desde el siglo XVI, mesones, posadas y tabernas debían cumplir ciertas normas;
como la ley que prohibía servir vino si no era de buena calidad, aunque podemos
figurarnos el caso que harían la mayoría de aquellos industriales a semejante ley, ya
que ni siquiera proporcionaban el aceite, la sal y el vinagre, artículos que los
mesoneros estaban obligados a proporcionar pues se incluían en el precio, según
mandaban las ordenanzas de 1560 cuando Felipe II mandó que los mesones, ventas y
posadas debían
disponer de lo necesario para que los viajeros se vieran satisfechos, sobre todo en la
comida y no tuviesen que proporcionársela por su cuenta y riesgo fuera de los
albergues.
* * *
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
No muy lejos de Santa Ana, en el arrabal de Puente Castro, había otro mesón,
localizado en la calle Mansilla, que era uno de los situados en el alfoz que más vino
vendía y cuyo propietario, desde finales del siglo XVIII, era Bernardo Mallo al que
sucedió, a mediados del siglo XIX, un hijo suyo llamado Hilario. Otro hijo de Bernardo,
del mismo nombre, era el dueño de una posada o mesón en la leonesa Puerta del Sol,
cuyo rótulo ostentaba el nombre del astro rey.
El negocio de los mesones debía de ser bastante lucrativo pues este Bernardo
Mallo, que falleció en 1863 a los 61 años a causa de una apoplejía, figuraba en los
censos de 1852 como uno de los industriales leoneses que más contribución pagaba al
Estado, dedicándose también al negocio de los préstamos y a la compra de bienes
nacionales procedentes de las distintas desamortizaciones sufridas por la Iglesia. (2)
Y nada más. Aquí termina este breve y modesto recuerdo de nuestro pasado.
(1) Mateo Alemán. “Guzmán de Alfarache”.
(2) Roberto Cubillo de la Puente. “La ciudad de León a mediados del siglo XIX.”.
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
EL MESON DEL ÁNGEL
Por Mª Dolores Otero
Y en este recorrido casi mágico, vamos llegando, a uno de los bellos rincones
de este nuestro León hecho de Historia; de leyenda; de ecos que evocan la voz de
los poetas cantando con palabras siempre antiguas y nuevas, casos y cosas que
a más de siglo y medio, acontecían por estos pagos, mas regios que plebeyos, pero
con un componente humano, que subyace en el corazón de las gentes sencillas,
de honradez y propia alcurnia.
Eran allá por el siglo XVII, celebres en León las ferias de ganados, feria de la
leña, mercados de frutas y verduras llegada la primavera, en la que los ajos
tenían principal importancia , y era por razón de estas ferias ,que los mesones,
posadas o casas de comidas, hacían su agosto con la llegada de los muleros,
aguadores, carreteros y arrieros de paso, sin que faltaran matarifes y capadores
en época de matanza ,y pellejeros en busca de pellejos cerrados ó abiertos, de
distinto valor bien fueran de conejos, terneros ó cabritos.
Desde los Argüellos, Riaño etc., y demás pueblos del Alfoz de León llegaban
tratantes y cambistas, que en compras y ventas era el apretón de manos título de
documento y compromiso, así que acudían a los mesones para dar pienso y
descanso a mulos, caballos y pollinos; se guardaban carretones, a la vez que se
procuraba una buena pitanza y una cama con “colchón de merina”, en que
reposar los huesos maltrechos del viaje en caballo ó en rocín, con albarda y
anteojeras que portaban en su bien provistas alforjas la inevitable hogaza, la bota
de buen vino, queso y tocino, cecina y fiambre o embutido casero.
No era menester plato ó escudilla, que sobre una rebanada consistente de
hogaza, se troceaba el condumio, con navaja cabritera, compañera inseparable,
allá donde avituallamiento de alimento improvisado, bajo un chopo o una acacia
se hacía necesario, hasta la llegada a destino con la atardecida, cuando el sol en
retirada hace de oro el polvo del camino.
Cuentan y no acaban las Actas Municipales y el B.O.E de la provincia de
aquella época de la existencia del “Mesón del Ángel” cercano al “Mesón del Gallo”
que tenía tras su portón carretero un patio empedrado al que se asomaba
embellecido, un corredor de madera añosa, que comunicaba con los cuartones o
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
habitaciones de hospedería ancestral, que prestaban cobijo, a cuantos, previo
pago, se acogían a su techo. Y es que el “Mesón del Ángel” es el único que en
nuestros días acredita su existencia con esas puertas verdes y su mínimo vestigio
de lo que fue un caserón bien prestigiado, parroquiano de San Salvador del Nido,
que tenía a orgullo servir el agua limpia y fresca del caño Vadillo y el Caño de San
Martín que ya entonces apagaban la sed de leoneses y visitantes. No faltando en
los mesones y casas de labranza también un pozo del que a golpe de polea y
herrada, se llenaban los pilones donde abrevar las caballerías y los rebaños.
Pero…, de dónde le viene a este Mesón enclavado en Serradores y enfrente del
caño Vadillo ese nombre puro y sugestivo del “Ángel”…?
Un trovero encantador
en un romance hilvanado
poca medida y compás,
insulso y deshilachado
cuenta que llegó al mesón
en un día un tanto aciago
mi señorón bien vestido
seguido de algún lacayo
y arnés de finas hechuras
un alazán enjaezado.
Y asegura que el Señor
hambriento, seco y cansado
harto de viejos senderos,
pidió al punto un buen bocado,
y una jarra de buen vino
para escanciar un buen trago,
que a prisa le fue servido
con diligencia y agrado
por la linda mesonera
que acudiera a su mandato.
Y era tanta la hermosura
de su rostro arrebolado;
Recorrido Romántico 2011
Los mesones de León
de largo azul de sus ojos,
y su cabello dorado
resbalando en gruesa trenza
sobre el talle y el costado.
con tal donaire en el porte
de su busto bien plantado,
y el blanco de pura nieve
en sus brazos torneados
que disponían la mesa
los cubiertos y los platos
con la grácil maestría
del que esta bien enseñado.
A tal punto el gran señor
quedaba maravillado…
contempló a la mesonera
y ante su gente, admirado,
preguntó a la hermosa niña
con aire desenfadado:
-¡“Eres mujer, o eres ángel!!”-
pues por ángel te he tomado
que no es posible mujer
de tal belleza y agrado.
Y desde entonces acá
el lance por comentado,
hizo que “El mesón del Ángel”
fuese por siempre nombrado.