Reencuentro en Tucupido
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Bembé formado en la plaza Bolívar de Tucupido, cortesía de Esteban
Crónica de momentos inolvidables
Reencuentro en Tucupido Degnis Romero
Llega el viernes 28 de mayo; el digital del carro indica la
1:09 pm, al instante de salir desde Caracas hacia Tucupido,
en medio de torrencial aguacero y con visibilidad casi nula, lo
que hace extremar la precaución en la impredecible carretera
y aumentar la adrenalina corpórea. Mientras se escuchan las
canciones de Santana desde que hizo su debut en Woodstock,
el año oral, vienen a la memoria dos anécdotas de los lejanos
días en que se devoraba el camino sin contemplaciones; una
cuando el popular “Batico” comentó en un banco de la plaza:
¡yo venía a 160 km/h y me pasaste volando! Y la otra cuando
la abuela Doña Cruz Rodríguez, quien iba de copiloto, no dijo
ni pío en todo el trayecto. Al día siguiente echó este cuento:
¡Mijito, me duelen las encías y me costó despegar la plancha!
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Luego de la extensa y extenuante travesía se aterriza en
la avenida Siglo XX, donde ya está montado el escenario y se
ultiman detalles de sonido para el Atardecer Llanero. El jaleo
comienza bien entrada la noche, viéndose un largo desfile de
copleros: Ramón Reyes, Carlos Arveláez, Tomás Carpio, José
Vicente Arveláez, Carlos Quereigua, Miguel Castillo, Daniela
García, Jesús Gamarra, Raúl Landaeta, Luís Carlos D’Angelo,
Jolman Tenepe, José Villegas, Luís Herrerra, Román Moreno,
Julio Cesar Pantoja, Armando Arveláez, Julio Pantoja, Héctor
Martínez, Julián Arveláez, Julián Herrera, Edward Acasme
(primo de El Rastrillo) y Wilfredo Vega, entre otros. Al día
siguiente se oyó el comentario de que Juan Del Campo, cerró
el acto a las seis de la mañana, cantando a cappella. Lo cierto
es que más de uno dejó media suela en el pavimento: Chito y
Gary Sott no pudieron con Doña Elvira Rojas, y Esteban De
Jesús, largó el bofe detrás de una relampagueante zaranda.
Al final, y luego de incontables raciones de la espumosa, el
cuerpo cobarde funcionaba sólo por instrumentos.
Llega la esperada fecha del Reencuentro, que se inicia
con los actos protocolares para develar las fotos de los nuevos
exaltados a la Galería de Hijos Ilustres de Tucupido. Ignacio
Velásquez, Michele, Cosmo y Franco De Pinto, Antonio
Medina Carreño, Héctor Rafael Soto, Isabel Sosa de Toro,
Luisa Margot de Panzarelli, Encarnación Balza Ramos y
Rafael Zúñiga Cisneros, se juntan en la meritoria cofradía de
esta gente: Maestro Custodio Requena, Ana Lucinda Ledezma
de Rodríguez, Espartaco Carrillo, Juan Ignacio León (Juan
Del Campo), Francísco Pancho Jaramillo, Inmaculada Soto,
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José Rodríguez Sáez, Rafael Ángel Negro Leal, Luís Solórzano,
Fernando Aular Durant, Rubén Carpio Castillo, Nestor
Amadeo Hernández, Alejandro Rodríguez, Milagros Mateo
Núñez, Milagros Benito Cacho, Sor (María Cruz, Benítez, Luz
y Margarita), Elda Rodríguez de Arnalde, Teresa Rodríguez,
Henry May Cabeza, Simón Muñoz, Roque Peñalver, Tobías
González, Rafael Guillen, Manuel Rangel Toro, Fernando El
Vate Aular, Mena Herrera, Napoleón Baltodano, Rafael
Rengifo, José Félix Ribas y Fray Anselmo Isidro de Árdales.
Se oye el Himno Nacional, entonado por la Coral “Rafael
Rengifo”, seguido por las notas de la canción Tucupidense,
obra insigne del recordado y nunca bien ponderado trovador
Juan Zamora: La memoria de los años cincuenta lo captura
pletórico de espíritu jovial, portando, permanentemente, una
sonrisa en los labios y una guitarra en las manos.
En horas del mediodía se inician las acciones en la plaza
Bolívar, con la intervención del Trío Tucupido, convertido en
cuarteto debido a la incursión de Garibaldi Soto, declamando,
cantando y haciendo de las suyas. Incansable este tío, ¡y olé!
Nos reencontramos con una larga lista de gente: Ramón
Castro, Salomón Pinto (El Hijo’e Changó), Carlos Camejo, Luís
Chito y Arturo Hernández, Julio León, Gulliver Valera, Ramón
Iroba (homónimo de Nariz Panda, el coleador), Joffre Vásquez
Díaz, los Jiménez (Miguel, Luís, Manuel y Juan Jacobo), Rolfi
Fraile, Luís Humberto Batico Peña, Manuel Rodríguez, Rubén
González, Julián Castro, Ismael Infante, Jesús González, Luís
Díaz, Esnel Rodríguez (notable cuenta cuentos), Alex Andrade
Armas, José Rubito Zea, los Leal (Héctor, Juan y Josefina de),
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Ubaldo “El Escamao” Lima, Ogla y Demóstenes Guevara, Olga
Rangel, Jesús del Valle Cabeza, Evaristo Velásquez, Francisco
Guarata, Cesar Machado, Iván Requena, Robert Balbi, Daniel
Toro, Ángel Carpio, Nelson González, Héctor Morales, Nohemí
Cabeza (profe de Biología en Primer Año, 1962), Aura Marina
y Ángel Tari-Tari Caguaripano, Lila Guevara de Moreno, Ángel
Martínez, Cristobalina Carpio, Joaquín Cabeza, Ana Mercedes
Arveláez, Dilsia Rodríguez, Betania Seijas, Dalia Herrera, José
Grillo Charaima, Ramona La Chicha Iroba de Rangel, Jennifer
Arveláez, Ramón Carrasquel, Mélida González, Mundo Farías,
Pedro Luís Manrique, Odalis Arveláez, Freddy Riobueno, Nelly
Solórzano de Toro, Antonieta Toñita Velásquez, Carlos Currico
Ochoa, Nardo Velásquez, Ramón Centeno, Reina Balza, Elvira
Rojas, Leiwy Cenicienta Rojas, José Celestino Silva, Marlene
La Nena Risso, Ismenia Reinefeld, Walkiria Belgrave, Lorenzo
Guzmán, Antonio Medina Carreño, Abelardo Lalo Baltodano,
Danely Toro, José Risso, Yoli Arveláez, Antonio Guzmán, Luís
Jaramillo, Argelia Ramonita Ordosgoitty, Maigualida Arveláez
de Tovar, Próspero y Gabriel Pacifici, Cayetano Guillen, María
Alejandra Márquez, Mary Carmen Hawar, Aixa Vásquez, Luís
José Hernández Cohen, Isis Requena, Elsy Risso, Guillermo
Herrera, el clan (Soto: Garibaldi, Inmaculada y Ernesto Luís
Machito / Ruíz: La Chicha, Carmen Luisa, Antonio, Iramides y
Ernesto Luís Pelón / de La Pascua: José Gregorio Magallanes,
José Angel Bolifoto Bolívar y José Gregorio Cumba Martínez /
Porras: La Chicha, La Negra y Glenda / Rodríguez: Alejandro,
Perla, Zoraya, Fernando y Javier / de Cerro Grande: Robert,
Gregorito y demás Landaetas, y El Negro Mabeta, entre otros.
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También saludamos a los jugadores del Campeonato de
Dominó (no permitieron la inscripción aduciendo que éramos
de otro lote). Las parejas de rabipelados eran: José Soler y
José Hernández, Juan Cabeza y Dumas Andrade, Roberto
Balza y Rafael Gerdel, Apolinar Balza y Alejandro Brito,
Giraldot Soler y Carlos Ardagna, Antonio D’Angelo y Teodoro
Aray, Luís Aguilar (hijo) y Omar Herrera, Jorge Silva y Ramón
Carrillo, José Soler y Simón Ruíz, Alonso Jaramillo y Omar
Cordero, Luís Aguilar y Pedro Amariscua, Douglas Marín y
Julio Rengifo, Rey Solórzano y Jorge Ponce, Narciso Loreto y
José Nuzzo, Manuel Rangel y Edgar Ruíz, Juan Charmelo y
Balmore Tovar, Diego Malavé y Jorge Rodríguez, Ramón
Martínez (Sr y Jr), José Benítez y José Arrueberruena, José
Jaramillo y José Rojas, Enmanuel Fraile y Joel Caguana,
Jacinto Guaita y Juan Moreno, Martín Castro y Juan
Cheremo, Alejandro Berroeta y Rafa Párraga, Jesús A. Aguilar
(El Alcalde, que no vio luz), y José Luís Aular, Jhonny
Requena y Juan Contreras, Javier Ojeda y Johan Ruíz,
Lorenzo y Rufino Rengifo, José Díaz y José Ángel Balza,
Armando Arveláez y Rafael Ramos, Orlando García y Sami
Elmesber, David Reyes y Dumas Moreno.
Había quioscos desplegados alrededor de la abarrotada
plaza Bolívar, con todo tipo de artesanía, comidas (arepas de
cacería: lapa, venado, báquiro y de queso’e mano; cruzao
levanta-muerto, etc.) y dulces (de fama internacional) como
los de Maria Octavia Brizuela, entre otros. Llamó la atención
el velorio de Cruz de Mayo que se montó al lado de la iglesia.
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Se agrega, como paréntesis, un voto de censura para los
galanes machomen, artífices de la paternidad irresponsable a
la usanza de siglos pasados; azotes de cualquier sociedad del
planeta que se ufanan de decir, como el tautaco descrito por
Luís Fernando Melo: ¡Yo tuve un hijo en una Palma!
En horas de la noche comenzó un espectáculo musical
en una tarima montada en la esquina de las calles Ricaurte y
Bolívar, cuyo principal atractivo era Rummy Olivo, La Flor de
Zaraza. Una vez más se escuchó la intervención del Alcalde,
diciendo: ¡Este éxito se logró gracias a la cooperación de todos!
La inagotable y sorprendente chispa llanera se hizo
presente en todo momento, escuchándose diálogos como este:
– ¿Dejaste la caña? – ¡Si, encarga! O acotaciones como esta:
– ¡A ese le dicen Mandarria y no es por el pie!
La plaza y sus alrededores encerraban un ambiente que
recordaba lo de Louis Armstrong: What A Wonderful World.
The colors of a rainbow so pretty in the sky Are also on the faces of people going by
I see friends shaking hands saying how do you do They’re really saying I love you.
Todo el mundo andaba sonriente, estrechando luces con
destellos de vida. Los abrazos iban y venían como aletear de
ángeles unidos en hermandad celestial, con un amor infinito.
Este comment de Venus Alida, es de armónica trascendencia:
¡Que Dios te lo pague! Me has hecho muy feliz al poder ver el
pleno Tucupidense actualizado. Qué envidia contigo porque
imagino la infinitud del goce físico, moral y psíquico del que te
llenaste en tan magnas fechas. Gracias por hacernos
partícipes a tu través de un cachito de ese inmenso sentir.